Historia General de Las Cosas de Nueva España Tom5

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HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS
DE NUEVA ESPAÑA
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in 2017 with funding from
Wellcome Library

https://archive.org/details/b29827620_0005
HISTORIA GENERAL

De las cosas de

N ueva España
por el M, R. P.

R. BERNARD1NO DE SAHAGUM
De la Orden de los Frayíes
Menores de la Observancia

TOMO V

Los Cantares a los Dioses.^La orfebrería, el arte de trabajar


las piedras preciosas y de hacer ornamentos de
plumas, de lo$ antiguos mexicanos.

Traducción, notas y comentarios por el


DR. EDUARDO SELER

EDITORIAL PEDRO ROBREDO


Calle de Justo Sierra No. 41
México,- D. F.
1938
iccwQji ¿ Library
'Sfr'cl

fot the Histoiy


and Understandlng I
of Medicine..,_j
LOS CANTARES A LOS DIOSES

(LA TRADUCCION DIRECTA DEL ALEMAN AL


CASTELLANO DE ESTOS DOS TRABAJOS DEL
DR. SELER, QUE PUBLICAMOS EN ESTE TO¬
MO, FUE HECHA POR LA SRA. ELISABETH
GOTT, TRADUCTORA DEL MUSEO NA¬
CIONAL DE ARQUEOLOGIA, HISTORIA
Y ETNOLOGIA).
En el ejemplar del manuscrito original azteca correspon¬
diente a la magna obra de fray Bernardino de Sahagún y que se
conserva en la biblioteca privada del rey, y, por más señas, en la
segunda mitad de dicho ejemplar, manuscrita con letra distinta
de la de la primera, hállase, al lado de otras secciones extraordi¬
nariamente preciosas, también un capítulo que el padre Sahagún
marcó como "capítulo 15” y al que con su trémula mano de an¬
ciano le puso el encabezamiento:
"de los cantares que deziá a horra de los
dioses en los templos y fuera dellos”.
Es una colección de veinte cantos a diversos dioses, cuyas
estrofas van acompañadas separadamente, en la mayoría de
ellos, de un comentario en lengua mexicana. A juzgar por los da¬
tos que pone Sahagún en el prólogo a la traducción española de
su compilación (1), pertenecen estos cantares a los materiales
que reunió el sabio mientras residió en Tepeopulco, de la pro¬
vincia de Colhuacán o Tezcuco. Están contenidos también en la
copia en limpio que mandó sacar más tarde y para la cual hizo
asimismo una traducción en español cuando el comisario general
fray Rodrigo de Sequera le concedió los posibles necesarios para
el trabajo de escritura; son tres tomos manuscritos, que constitu¬
yen hoy uno de los tesoros más valiosos de la Biblioteca Lauren-
ziana, en Florencia. Pero no se halla copiado allí el tan impor¬
tante y precioso comentario en mexicano a dichos cantos. No in-

(1).—Edic. Carlos María de Bustamante. México, 1829.


Tomo /., Pag. TV.
tentó Sahagún una versión española de ese capítulo. En la res¬
pectiva sección de la copia en limpio que añadió el padre como
suplemento al libro segundo, léese en el texto español (2) tan só¬
lo la advertencia siguiente:
‘‘Es vieja costumbre de nuestro enemigo el demonio buscar
escondrijos para activar desde ellos sus negocios, según la frase
del santo Evangelio de que el malhechor aborrece la luz. En
consecuencia, tiene este nuestro enemigo en este país una espesu¬
ra y un camino impracticable lleno de tupidas espinas, para apre¬
surar desde allí sus malas acciones y esconderse allí él mismo
para no ser encontrado, como hacen las bestias feroces y las ser¬
pientes venenosas. Esta espesura y este intransitable camino es¬
pinoso son los cantos que inducía él a la gente a hacerle y a usar
en servicio suyo, por decirlo así como un culto divino para él y
como salmos de alabanza, en los templos y fuera de los templos;
cantos compuestos con tal arte, que dicen lo que quieren y predi¬
can los mandamientos de él, y sin embargo, sólo los entienden
aquellos a quienes él se dirigía. Es un hecho comprobado de
modo cierto que en la caverna, espesura, camino intransitable,
donde hoy se oculta este enemigo maldito, se oyen los cantos y
salmos que él compuso y que son cantados sin que uno pueda en¬
tender lo que en ellos se contiene, excepto los nativos del país y
los familiarizados con ese lenguaje, de manera que indudable¬
mente se canta todo lo que él quiere, sea guerra o paz, alabanza
de Satanás o injurias de Cristo, sin que los demás entiendan ab¬
solutamente nada”.
Pues bien, estos cantos que de tal modo condena el padre
Sahagún porque eran ininteligibles para él, y en los cuales con
razón no entreveía nada de paganismo antiguo, naturalmente
son para nosotros de alta importancia, y por cierto con doble
motivo. Por una parte, muestran, en efecto, las ideas religiosas
que ligaban a los mexicanos con sus deidades, y esto en la forma
más pura y añeja a nosotros asequible. Por otra parte, el len-

(2).—Edic. Bustamante. Tomo J, página 226.

10
guaje de estos cantos contiene, al lado de anomalías debidas a
ía forma poética y a la adaptación de las estrofas a la melodía,
también numerosas formas arcaicas que en algo parecen subsa¬
nar el grande vacío que deploran cuantos se han dedicado al es¬
tudio de las antiguas lenguas de América; vacío que consiste en
que nada sepamos respecto de la historia y transformaciones
de la lengua desde que se independió de otros idiomas tal vez
afines, o desde que salió a luz del para nosotros hoy inpene-
trable misterio del desenvolvimiento del espíritu humano como
medio de transmisión del pensamiento para determinada porción
de los seres pensadores y activos.
Con el título algo extraño de Rigveda Americanus y como
tomo octavo de su “Library of Aboriginal American Literatu-
re”, publicó los cantos Daniel G. Brinton en 1890, y por cierto,
el texto del manuscrito de la Biblioteca del Palacio, con las va¬
riantes de la Biblioteca Laurenziana y con las cinco figuras que
acompañan al texto en el manuscrito de esta última. Pero no es
muy esmerada que digamos la impresión, o copia, como la llamó
Brinton. Y, por desgracia, vióse éste tentado también de añadir
a dichos cantos una traducción, para la cual eran muy insufi¬
cientes su idioma y sus conocimientos en la materia. En la ma¬
yoría de los casos no hay en tal traducción ni asomo siquiera del
verdadero sentido.
Doy en seguida el texto del manuscrito de la Biblioteca del
Palacio, tomándolo de la copia que personalmente hice en 1899.
De la edición de Brinton tomé, para agregarlas, las variantes del
manuscrito de la Laurenziana y las cinco figuras del mismo ma¬
nuscrito. He conservado, al reproducir el texto, la división de
palabras y de líneas existente en el original. Fácilmente podrá
reconocerse que en muchos casos dividió erróneamente las pala¬
bras el escribiente. Mas en el actual estado de nuestros conoci¬
mientos acerca de las formas de la poética lengua y, sobre todo, a
causa de la antigüedad del texto de estos cantos, es imposible aún
restaurar irrecusablemente la exacta composición de las voces.
He procurado hacer por mi parte una traducción del texto. Na-

II
turalmente, está muy lejos de mí la pretensión de haber acertado
siempre; pero sin embargo, abrigo la esperanza de acercarme al
sentido en muchos casos, pues con toda buena fe me he afanado
por conseguirlo.

12
I.—Canto de Uitzilopochtli.

Inte matlactli onahvi parrapho ipan


ipan mitoa in icuic catea, vitzilopo-
chtli.
En este párrafo décimocuarto se pone el canto a Uitzilo¬
pochtli.

i. —Vitzilopuchi, yaquetlaya, yyaconay, ynohvihvi


hvia: anenicnic, togiquemitla, yya, ayya, yya
yyo via, quey anoca, oyatonaqui y y ay a, yya yyo.

Uitzilopochtli, el guerrero. Nadie es igual a mí.


No en vano me he puesto el vestido de plumas amarillas,
pues por mí ha salido el sol (ha llegado la hora del sacrifi¬
cio).
q. n. (i) Inivitzilopochtli ayac novivi. i. ayac nechnene-
vilia, ayac iuhqui, in iuhqui, anenicnic. i.
amocanenonicuic. yn quetzalli in chalchivitl
in ixquich ynotlatqui, tociquemitl, queyanoca
oyatonaqui. id. est. onocatonac onocatlatvic.
Quiere decir:
v Yo, Uitzilopochtli.
ayac novivi, i. e., (2) nadie es igual a mí, nadie es como
yo.
anenicnic, i. e., no en balde me he puesto las plumas de

(1) .—Estas letras q. n., son abreviatura de la palabra ná¬


huatl “quitoznequi” que significa uquiere decir”.
(2) .—i. e., es abreviatura de “id est”.

13
quetzale, las piedras preciosas verdes, todo mi traje, el ves¬
tido de plumas amarillas.
queyanoca oyatonaqui, i. e., por mí ha salido el sol, por mí
ha amanecido.

2. —Tetzaviztli ya mixtecatl, ceymocxi pichavazteca


tía pomaya, ovayyeo, ayyayye.

El hombre del país de las nubes ha sabido (por él) un pro¬


nóstico aciago. Al hombre del país del frío le ha quitado
él un pie.
q. n. Tetzaviztli, id est, oquintetzavito. in mixteca
inic oquiyaochiuhque: oquimanilito inimic-
xi impichavazteca, ivan in mixteca.
I . e.: Tetzaviztli, i. e., les hizo llegar un presagio aciago a
los mixtecas cuando le hacían guerra.
Les quitó los pies a los pichavazteca (gente del país del
frío) y a los mixteca (gente del país de las nubes).

3. —Ay tlaxotla tenamitl yvitli macoc mupupuxo-


tiuk, yautlatoaya, ay y ay y o, noteuh aya
tepanquizqui mitoaya.

En la gens Tlaxotlan se distribuyen las plumas que se pega


el jefe guerrero.
Mi dios se llama Tepanquizqui (“el que viene contra la gen¬
te”, “el que vence a la gente”).
q, n. Ay tlaxotla tenamitl. q. n. quitopeoa in in¬
tena (n) in aquique yauchivallo. ivitli macoc. q. n.
oncan quitema in tigatl. in ihvitl, mopopuxo-
tiuh. yautlatvaya. q. n. inic mopupuxoticalaqui
yauc, ivan. q. n. yevatl quitemaca yn yauyutl
quitemacevaltia. tepanquizqui mitoaya. q. n.
Yehuatl quichioa yauyutl.

14
PRIMEROS MEMORIALES. CAP I
S 14“ CANTARES A LOS DIOSES (HIIANO l."j

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Primera página de los "Cantares a los Dioses," del Códice


llamado "Primeros Memoriales"

15
7. e.: Ay tlaxotla tenamitl, i. e., enciende la muralla de los
que son combatidos.
ivitli macoc, i. e., pone él allí la blanca greda y los plu¬
miones.
mopopuxotiuh, yautlatoaya, i. e., lo que se le pega como
guerrero, y esto quiere decir: él dá la guerra, gratifica con
ella a la gente.
tepanquizqui mitoaya i. e., él hace la guerra.

4.—Oyayeva vcl mamavia, y tlaxotecatl teuhtla, teuh¬


tla millacatzoaya, itlaxotecatl teuhtla, tcutía mi¬
lacatzoaya.

Hízose muy temido el dios de Tlaxotlan,


el dios de Tlaxotlan arremolinaba polvo,
arremolinaba polvo.
q. n. Oyayeva huelmamavia. q. n. gan oc moma-
mauhtiaya in ayamo mochiva yauyutl. teuh¬
tla milacatzoaya. q. n. yn. olin in opeuh yau¬
yutl. aocac momamauhtia in iquac yn oteuli-
tli moquetza yn oteuhtica tlayoac.
I. e.: oyayeva huelmamavia, i. e., tenía él miedo antes que
hiciesen guerra.
teuhtla milacatzoaya, i. e., cuando la guerra está en corrien¬
te y ha empezado, ya no le tiene él miedo a nadie, si se le¬
vanta el polvo, si se ha nublado de polvo.

. —Amanteca toyavan xinechoncentlalizquivia


ycalipan yautiva, xinechoncentlalizqui.

Nuestros enemigos, la gente de Amantlan, retíneme allá:


estará el enemigo en su (propia) casa; reúneme allá.
q. n. Amanteca toyauan. q. n. yniyaoan yn aqui-
aue in canin omocentlalique ca incalipan yn yauti-
JL -*■

oa ca tlatlaz ynincal.
/. e.: Amanteca toyauan. i. e., si sus enemigos se han reuni-


do en cualquier lugar, entonces—incalipan yn yautiva—■,
entonces arderá su casa.

6. —Pipiteca toyavan xinechoncentlalizquivia


ye atipan yautiva, xinechon centlalizqui.

Nuestros enemigos, la gente de pipitlan, reúneme allá; así


estará el enemigo en su (propia) casa; reúneme allá.
q. n. Yn i Pipiteca toyaoan xinechoncentlalizqui. q. n.
Yn Pipiteca yyaoan mochiuhque yn calla in
mochioa yauyutl. incalipan.
I. e.: Yn i Pipiteca toyaoan xinechoncentlalizqui,
i. e., las gentes de Pipitlan se hicieron sus enemigas, a su
casa fue llevada la guerra, in calipan.

OBSERVACIONES.

Uitzilopochtli, dios nacional de la ciudad de México. Se lla¬


ma Opochtli. “el izquierdo” es decir, el suriano, pues iyeccampa
tonatíuh, ‘ra la derecha del sol”, significaba y significa para los
mexicanos el norte; iopochpa tonatíuh, “a la izquierda del sol”,
el sur (Miguel Palma, Gramática Azteca, página 122). Y
se llama Uitzil-opchtli porque se aparecía a los suyos en forma
de colibrí y con voz de colibrí les hablaba. Por esta razón tam¬
bién, con frecuencia le dibujan la cara asomando por la abierta
boca de un colibrí. Este disfraz o naturaleza de colibrí del dios,
induce a pensar que debemos reconocer en él un jefe de tribu di¬
vinizado, pues según las creencias de los mexicanos, las almas
de los guerreros y reyes finados se transformaban, después de
haber morado por espacio de cuatro años en el cielo oriental
rindiendo homenaje al Sol con cantos y danzas, en toda especie
de aves preciosas, colibríes y mariposas, y volaban de flor en
flor libando miel, allá en su mansión, en el cielo oriental; más
también en la tierra, descendiendo a ella (Sahagún, 3, apéndice,
cap. 3): Por eso se dice, además, de él en el manuscrito de Saha-
ij5ah.agún V, 2
giln (libro i, capítulo i) : Uitzilopochili gan maccualli gan tlacatl
caica naualli tetzauitl atlacagemelle teixcuepani, “Uitzilopochtli
era sólo hombre, hechicero, presagio aciago, un malvado que en¬
gaña a la gente con visiones”. Pero se le consideraba entonces
principalmente como guerrero y como dios de la guerra.
Con su persona está relacionada, por otra parte, la re¬
presentación mítica del joven dios del sol, pues él, el dios
engendrado partenogéticamente por una borla de pluma caí¬
da del cielo y que su madre se introdujo en el vientre, dios que
en el acto de salir armado de punía en blanco del cuerpo mater¬
no, mata a golpes con el xiuhcóuatl, serpiente de fuego, a Coyol-
xauhqui, hermana hostil, y despeña del Couatépetl, montaña de
la Serpiente, a los cuatrocientos hermanos hostiles, a los Cent-
son Uitznaua (“surianos”), y les quita sus bienes, es induda¬
blemente el joven dios del Sol, que mata a la fantasma de la no¬
che y ahuyenta al ejército de las estrellas. Caracterízasele, sin
contar el ya mencionado disfraz de colibrí, por un rayado azul
de la mitad inferior de las extremidades y por una cara pintada
de azul y de amarillo en líneas diagonales, pintura facial que se
conoce como pilnechiualli, “pintura facial de niño”. Cae en el
mes de noviembre su fiesta, la Panquetzaliztli, “enarbolamiento
de las banderas”.
I. i.—Vitzilopnchi — Uitzilopochtli, probablemente con
una desinencia i = in, paralela al artículo —tli. Véase tochin,
—tochtli, “el conejo”. Semejante tenemos adelante, XVIII, 6
Y y op uchi—Op o ch tli.
Yaquetl se debe equiparar quizá al ihiyaquctl (II, 2), al
ayyaquetl (XIX, 4) =íyac, “el guerrero joven que se ha dis¬
tinguido” (véanse adelante las observaciones a II, 2). Una par¬
ticularidad especial del lenguaje de estos cantos es que el —il
que hace veces de artículo tiene uso mucho más frecuente que en
el lenguaje clásico. Asimismo hállase con bastante regularidad
—quetl, principalmente en el texto de este canto, en lugar del
adjetivo y de la desinencia participial qui, respectivamente. Ocu¬
rre igual cosa aquí: iyáquetl —iyaqui, o iyac. También encon-

18
traremos adelante yautlatoáquetl, temóquetl, etc. De la misma
manera aparece —metí en lugar del sufijo —ni del participio
presente.
aya, yyaconay. Probablemente aquí se deben de combinar
ayayyac =áyac “nadie”, como lo explica también el comenta¬
rio. Otra particularidad, muy notable, del lenguaje de este can¬
to, es que, probablemente debido a la necesidad de adaptar a la
melodía la estrofa cantada, detrás de frases sueltas o de partes
de composición se añade a, ya o aya. Así, detrás de la negación a
está intercalado aquí un ya: a-ya-yyac = áyac¿
ynohvihvi, “como yo”, “igual a mí”, explicado en el co¬
mentario con nechnenevilia, “Venid a mí al punto”.
tociquemitla =tozquémitl, “el traje de plumas de papaga¬
yo, amarillas”. Los quémitl eran mantos o mantas, prendas a
modo de delantales, hechas de pluma en su mayor parte, que se
les ataban por delante a los ídolos. Asienta Sahagún, en el ca¬
pítulo 2i de su libro cuarto, que en el día ce técpatl, “uno cu¬
chillo de pedernal”, que era el signo del dios de la Guerra, Uitzi-
lopoclitli, y del de los Tlaxcaltecas, Camaxtli, extendían delante
de la estatua del dios en el templo Tlacatecco, todos sus adornos
y le rendían homenaje incensándolo y ofreciéndole presentes.
Ivlenciónanse allí cuatro mantas o mantos de pluma:
quetzalquémitl, “capa de quetzales verdes y resplandecien¬
tes”, manta de plumas de quetzale;
xiuht otoqué mi ti, “capa de plumas azules y resplandecien¬
tes”, mantas de plumas de ave turquesa, del azul cotinga;
tozquémitl, “capa de plumas amarillas y resplandecien¬
tes”, manta de plumas de papagayo amarillas;
uitzitzilquémitl, “capa hecha de plumas resplandecientes de
cintzones (o chupamirtos)” manta de plumas (del cuello)
de colibrí (que brillan con rojo metálico).
El tozquémitl, “prenda de ropa de plumas de papagayo
amarillas”, caracteriza al dios del Sol Naciente. En el capítulo
de Sahagún sobre trajes de los dioses, se menciona el tocado o
peluca de Uitzilopochtli como tozpololli, esto es, como una grue-

19
sa masa de las mismas plumas de papagayo amarillas.
Queyanoca, oyatonaqui =o- noca-tonac, “por mí ha salido
el sol”. Esto puede significar que con él ha salido el sol, que él
es el sol. Pero también aquí tiene sin duda la frase el sentido
accesorio (véase sobre esto la observación hecha en II, 6) de
que gracias al dios salía el sol, es decir, llegaba la hora del sacri¬
ficio, porque él, dios de la Guerra, suministraba en los prisione¬
ros el material para aquél. Queya es quey-ya, quen ye, que tal
vez está aquí en el sentido de quen gan ye, que- oc ye, “cuanto
más”. En oyatonaqui hállase intercalado otra vez ya entre la o
del pretérito y la raíz, y amplificada en qui la desinencia c del
pretérito.
I. 2.—T ctzaviztli ya mixtecatl. Lo explica el comentador
con oquintetzavito in mixteca, “era él para los mixtecas un pre¬
sagio aciago, se les aparecía como tal o les hacía uno de esa es¬
pecie” T ctzaviztli ha de ser, pues, participio de pretérito del ver¬
bo tetzauia, “dar o ser para alguien un presagio aciago”.
Ciertamente espera uno que en esta estrofa se hable de los
Centzon uitznaua, hostiles hermanos de Uitzilopochtli, a quienes
el recién nacido dios arrojó del Couatépetl. En lugar de eso, alú¬
dese aquí a un encuentro que tuvo dicho dios con los mixtecas,
gente de Mixtlan, “país de nubes”, y con los pichauasteca, gente
de Pichauaztlan, o sea del país “donde se muere de frío”. (Véa¬
se en el vocabulario de Molina pichauhtica, “aterido o muer¬
to de frío”).
En qué consiste el aciago presagio, cosa es que nos dicen las
siguientes líneas: ce ymocxi pichavaztccatla pomaya =o quima-
nilito in imicxi in pichauaztcca, ioan in mixteca, “les quitó los pies
a los pichauaztcca, y a los mixteca”, o como parece decir más
exactamente en la canción misma, “les quitó un pie”. No se re¬
fiere en ninguna parte el hecho a que aquí se alude; pero se
siente uno inclinado a pensar en las conocidas imágenes de Tez-
catlipoca con el pie arrancado. Así, pues, ce ymocxi debía de es¬
tar aquí por ce imicxi. Y el oquimanilito del comentario debía de
hallarse expresado en la canción misma por el pomaya, forma de

20
palabra para la cual no sé yo, a pesar de todo, explicación nin¬
guna.
I. 3.—Ay tlaxotla tenamitl. Lo explica el comentador con
las palabras: quitopeoa in intenan in aquique yauchivallo, “in¬
cendia él las murallas de aquellos a quienes se hace la guerra”.
De donde resulta que el comentador toma a tlaxotla como for¬
ma verbal; mas con seguridad hay error en ello. Tlaxotla es
aquí nombre propio. Tlaxotlan era una localidad entre el ba¬
rrio de Nonoualco, situado al noroeste de Tlatelolco, y el pue¬
blo de Popotlan, perteneciente ya a Tlacopan. En el paseo de
Páinal, en la fiesta Panqué tzaliztli, va primero la procesión hacia
Nonoualco. Allí se le junta el dios Quáuitl ícac, sirviente y ayu¬
dante (itepaleuicauh) del dios Uitzilopochtli (en su combate
con los Centzonuitznaua), que aparece con igual atavío que el
dios (Uitzilopochtli, o Páinal), con la sola diferencia de que
está rayado de blanco (motigauacan) en vez de azul. Después
van más lejos: ompan onmocoloa, tlaxotlan. ninmn ye ye ontla-
melaua. popotlan, “en Tlaxotlan tuercen para proseguir enton¬
ces directamente hacia Popotlan ’. Este Tlaxotlan, que confina¬
ba directamente con el lugar donde se hallaba el templo de
Quáuitl ícac, debe de hacer un papel especial en el mito de Uit¬
zilopochtli, pues al punto vamos a ver en la estrofa que sigue
como el dios mismo se llama tlaxotécatl, es decir, dios de Tlaxo¬
tlan. Y tlaxotecáyotl era, como lo enseña Sahagún en la des¬
cripción de la fiesta Panquctzaliztli (libro 2, capítulo 34), el
nombre del canto que entonaban en la cuicoyanolo, danza que
los guerreros y sus compañeras (auianime) bailaban noche por
noche en los veinte días precedentes a la fiesta propiamente di¬
cha : yn cuicatl meua ytoca tlaxotccayotl. ycuic yn uitzilipochtli,
“entonaban el canto llamado tlaxotecáyotl, canción de Uitzilo¬
pochtli”, o, como dice Sahagún en la traducción española: “que
es canción a loor de VitzilopuchtlT\ Sin duda, el canto que
traduje arriba es precisamente el tlaxotecáyotl.
La palabra tenámitl significa en realidad “muralla”; pero

21
creo que aquí se la debe tomar en el sentido de gens, como en
los nombres de ciudad Quetzaltenanco, Ueuetenanco y otras.
ivitli macoc. Plumión (íuitl) y creta blanca (tígatl) son
adorno de las víctimas. Su envío significaba declaración de
guerra, pues con estas cosas se señalaba simbólicamente al ad¬
versario para el sacrificio, que tendría que sufrir como prisione¬
ro de guerra.
I. 4.—oya yeva vel mamavia. mamavia parece ser el inten¬
sivo de un causativo de maui, “tener miedo”, que aquí estaría
usado de modo absoluto, como, adelante, en II, 3-5. El co¬
mentador lo toma como imperfecto de maui mismo; más como
parece muy extraño que aquí el terrible dios de la Guerra ten¬
ga miedo, prueba aquél a explicar esto racionalmente, tomando
en cuenta que se tiene miedo mientras no se rompen las hos¬
tilidades.
I. 5.—Amanteca toyavan. Los amanteca son la gente del
barrio de Amantlan, conocidos por plumistas, o trabajado¬
res en pluma, que se glorían de haber sido: in achto va-
llaque yn econi yn tlacapixoani mexiti, “los primeros inmigran¬
tes, los mexicanos que siembran hombres”, y que veneraron a
a un dios en forma de coyote (Cóyotl ináual). Es muy nota¬
ble que a esta gente, que en la época histórica era una gens ad¬
mitida en la comunidad de la ciudad de México, se la mencione
aquí como enemiga.
xinechon centlalizquivia es el prefijo de imperativo xi com¬
binado con el futuro en -z, pero al que aquí está añadida, además,
la desinencia adjetiva -qui. La forma entera tiene evidentemen¬
te sentido condicional.
ycalipan yautiva, “en su casa estará el enemigo”, lo expli¬
ca el comentador con ca tlatlaz yn incal, “su casa será incen¬
diada”, es decir, serán ellos conquistados. El templo abrasado
es el hieróglifo para “conquista”, que mucho conocemos por
el códice Mendoza.
I. 6.—Falta esta estrofa en el manuscrito de la Biblioteca

22
Laurenziana. Sin duda se podrían añadir análogamente, a be¬
neplácito, muchas estrofas, nombrando siempre nuevos enemigos.
Pipiteca toyavan, “nuestros enemigos, la gente de Pipitlan”.
En la cuarta estrofa del canto XX, a Yacatecutli, vuelve a men¬
cionarse un Pipitlan. También allá se dice que a Pipitlan fué
llevada la guerra. No me es conocido de otras fuentes tal
nombre.

II.-VlTZNAVAC YAUTL ICUIC.

CANTO DEL GUERRERO EN LA CASA DEL SUR.

i.—Ahvia tlacohcalco notequioa ayayvi


nocaquia tlacatl ya nechyapinavia, aya
ca no mati nitetzavitli, avia, ayaca no
mati niya, yautla, oquitoloc tlacoch-
calco notequioa, ivcxcatlatoa ay nopil-
chan.

¡Oh jefe mío en la casa del dardo (en el templo del norte) :
no es ése el nombre a que presto atención.
Si me ofenden,
¿no sé yo, que soy el de mal agüero (contranatural) ?
¿no sé yo, pues, que soy el guerrero?
Cuando se dice: mi jefe en la casa del dardo (en el tem¬
plo del norte),
denigran así mi alcurnia real.

2.—Ihiyaquetl tocuilechcatl quaviqucmitl


nepapanoc vitzetla.

El caudillo de los guerreros jóvenes,


el jefe en el Tocuillan (templo del gusano),
(se ha puesto) el traje de águila,
que en varios lugares está sembrado de puntas (¿cuchillos
de piedra?).

23
3-—Hvia oholopa telipuchtla, yviyoc yn no¬
malli, ye nimavia, ye nimavia, yviyoc
yn nomalli.

Oh joven guerrero en el Oolopan (¿templo donde se hacen


los discos ?).
mi prisionero tiene plumas pegadas,
ya me hago temido,
ya me hago temido,
mi prisionero tiene plumas pegadas.

4.—Hvia vitznavac telipochtla yviyoc yn


nomalli, ye nimavia, ye nimavia, yvi¬
yoc, yn nomalli.

Oh joven guerrero en el Uitznáuac (templo del sur),


mi prisionero tiene plumas pegadas,
ya me hago temido,
ya me hago temido,
mi prisionero tiene plumas pegadas,

5 •—Hvia ytzicotla telipochtla, yviyoc yn


nomalli yenimavia yenimavia yviyoc
yn nomalli.

Oh joven guerrero en el Itzcouatlan (templo de la culebra


de puntas de obsidiana),
mi prisionero tiene plumas pegadas,
ya me hago temido,
ya me hago temido,
mi prisionero tiene plumas pegadas,

6.—Vitznavac teuaqui machiyotla (1) tetemo

(1).—Vitznavac teuhoaqui machiotla MS. Bih. Lanren-


ziana.
24
ya, alivia oyatonac yahvia, oyatonac
ya machiyotla tetemoya.

Sacerdote en el Uitznáuac (templo del sur),


descendió (nació) la excelencia,
se ha hecho de día, se ha hecho de día
(ha llegado la hora del sacrificio),
descendió (nació) la excelencia.

7.—Tocuilitla teuaqui, machiyotla tetemo¬


ya, alivia oyatonac yahvia oyatonac
via machiyotla tetemoya.
%

Sacerdote en el Tocuillan (templo del gusano),


descendió (nació) la excelencia.
Ha amanecido, ha amanecido (llegó la hora del sacrificio),
descendió (nació) la excelencia.

OBSERVACIONES.

Uitznauac yáotl, “guerrero en el templo del sur”, o Uitz-


nauácatl, “el en el templo del sur”, es nombre de Tezcatlipoca,
lo mismo que Tlacochcalco yáotl, el “guerrero en el templo del
norte”, o Tlacoc'Jvcálcatl, “en el templo del norte”. Así lo dice
terminantemente el intérprete del códice Magliabecchiano, XIII,
3, escrito hieroglífico de la Biblioteca Nazionale florentina, fo¬
lio 36, verso:
“a este tezcatepocatl, son dedicados los teucales. que ellos
llaman tlacuchcalcatl, y vicinavatl. la v vocal que quiere de-
zir. ya viene su adevino, y en rreverengia desto toman es¬
tos nombres los principales yndios”.
Por supuesto, es falsa la etimología de Uitznauácatl: “ya
viene (uitz) su adevino (náuatl)”.
Uitznáuac, o Uitznauaca tlalpan, es Sur, igual a las pala-

25
bras, frecuentemente usadas, uitztlan, o uitztlampa. Véase, por
ejemplo, el pasaje:
niman ye ompa in imaopuchcopa tlalli mihtouaya uitznaua-
ca tlalpan, “después (arrojan la sangre) hacia el país situa¬
do a la izquierda del sol), (es decir, hacia el sur), que lla¬
man Uitznauaca tlalpan (i).
Asimismo, tlacochcalco, que en realidad significa “en la casa
del dardo’’, expresa el norte, tel amo itocayoca chichimeca tlal¬
pan gan itocayoca teutlalpa tlacochcalco mictlampa, “pero en
realidad (el país habitado por los chichimecas) no significa
país de los chichimecas, sino que quiere decir páramo libre,
casa del dardo, país de los muertos (norte)” — “campos lla¬
nos y espaciosos que están hacia el Norte”. (2)
En la notable forma de Tezcatlipoca se oculta probablemen¬
te, como en Uitzilopochtli, un dios del sol; pero es el vesper¬
tino, el sol que entra en la tierra y se convierte así en el
dios de la Noche, en el hechicero que identificaban con la luna.
Por esta razón es también el dios que ve y castiga el crimen. Se
le considera principalmente como patrón del telpochcalli, casa
de educación del guerrero, y por eso telpochtli mismo signifi¬
ca “joven, soltero”, y yáotl, “guerrero”. Mas también es pa¬
trón del Cuicacalli, “casa del baile”. No son sino formas de
él Omácatl, dios de las fiestas, y Mácuil xóchitl, dios de la mú¬
sica y del baile. Su fiesta principal era la Tóxcatl, que caía en
nuestro mes de mayo, en la época en que el sol anda en el cénit
de México. En esa fiesta era sacrificada una efigie que por
espacio de un año había permanecido entre los hombres como
ídolo vivo, e inmediatamente después se la reemplazaba por
una nueva que representase al dios en el nuevo año.
En mi artículo sobre las dieciocho fiestas anuales de los me-

(1) .—Sahagún, libro 9, cap. 3. MS. Academia de la Historia.


(2) .—Sahagún, libro 10, cap. 29, párrafo 12. MS. Aca¬
demia de la Historia.

26
xicanos (i) y en mi explicación del códice Borgia (2) hay
pormenores acerca de este dios.
II. 1.—aya yvi nocaquia.—Negación con ya intercalado, co¬
mo arriba en I. 1.
tlacatl ya nechya pinavia, tlácat, o in tlácatl, parecen estar
en este texto en lugar de in ca tléuatl, “el que”, o “si alguno”.
El ya se halla aquí intercalado en dos lugares: detrás de tlá¬
catl y detrás del pronombre objetivo nech.
aya ca nomati son preguntas negativas, igualmente con la in¬
tercalación ya después de la negación a.
oquitoloc es una forma interesante: de modo manifiesto, el
impersonal de itoaa, “decir”, pero con objeto definido.
II. 2.—Ihiaquetl —íyac, con la desinencia adjetiva —quetl,
en vez de qui, acompañada de artículo, de la cual se hizo ya
mención en I. 1. Los iaque, o telpochiaque, son los guerreros
jóvenes que se han hecho ya notables por cualquier concepto.
Así, por ejemplo, menciónanse a par de la danza en eses de cu¬
lebra (necocololo), de la fiesta Tóxcatl: —auh in ie ixquich tcl-
putzintli in cuexpaltzine in cuexpaltzineqne yoan in tzotzocole-
que in tepallamani in yiaque in moteneva telpochiaque in ce ic
nemi in ce cacitinemi in anogo orne cacitinemi, “y todos los jó¬
venes que traen todavía el copete occipital de los muchachos y
que ya tienen el peinado militar, que hacen prisioneros en com¬
pañía de otros, y los sobresalientes de los guerreros jóvenes que
van solos y cogen uno o dos prisioneros”. Véase también, en
el libro 3, capítulo 16, de Torquemada, el allí titulado séptimo
príncipe de Tlaxcallan — Quiauitztlan, llamado Iyacatzin teohua
tecuhtli.
tocuilechcatl parece estar adulterado: quizá se deba leer
tocuiletécatl = tocuillécatl, como adelante, en la séptima estro¬
fa, Tocuilitla — Tocuillan. Tocuillan es el nombre de un tem-

(1) .—Publicaciones del Real Museo de Etnología, tomo VI,


Berlín, 1899, páginas 127-152.
(2) .—Tomo I, Berlín, 1904, págs. 145-152.

27
pío y se deriva tal vez de ocuilin, “gusano”, pues el caudillo lla¬
mado tocuillécatl, de la denominación de ese templo, se represen¬
ta hieroglíticamente en el códice Mendoza por la imagen de un
gusano. (Véase la figura 14 de la página 517 de este tomo) (1).
El caudillo de tal nombre trae allí un temalacayo tilmatli, manta
en que están diseñados grandes escudos, probablemente elabo¬
rados de pluma, con una especie de imagen solar. Podría ser
eso una alusión a que este caudillo tiene que desempeñar o des¬
empeñó algún papel en el sacrificio gladiatorio.
quaviquemitl, “el vestido de águila”, “el traje militar”. Aca¬
so se dé a entender el vestido de águila que se pone el guerre¬
ro que combate con los enemigos en la piedra redonda (temalá-
catl).
nepapanoc parece ser nombre verbal derivado del adverbio
ne papan.
vitzetla = uitztli, formado con intercalación de una vocal
entre la raíz y el artículo y con otra vocalización de este último.
II. 3.—oholopa telipuchtla. Oolopan es el nombre de un
templo, no conocido de otra fuente. El comentario al canto
XVIII da la palabra oolli en el sentido de “disco, escudo, roseta”.
En todo caso, a eso se refiere el nombre susodicho; pero lo que
en realidad significa, no se puede decidir sin más ni más.
telipuchtla = telpochtli, “mozo, guerrero joven”. Véase en
II, 2, uitzetla = uitztli.
yn nomalli = in nómal, “mi prisionero”. El artículo tie¬
ne en estos cantos un uso mucho más frecuente que en el lengua¬
je clásico; como se sabe, éste excluye su empleo con nombres
acompañados de prefijos posesivos.
II. 4.—vitznavac, templo de Tezcatlipoca en la parte sures¬
te de la ciudad. En el capítulo 69 de la “Crónica Mexicana” de
Tezozómoc descríbense los numerosos sacrificios que se hicieron
con motivo de la dedicación del templo. Los tres reyes aliados
de México, Tetzcoco y Tlacopan consumaron personalmente los

(1).—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo 11.

28
sacrificios, y por cierto, el de México, Auítzotl, lo hizo en el
Couatépetl, pirámide principal de Uitzilopochtli. El de Acolhua-
can-Tetzcoco, en el Y opico, templo de Xipe totee; y el de 77a-
copan, “en el templo del barrio de Huitznahua Ayauhcaltitlan,
que ahora es el tianguillo de San Pablo en México \ La pla¬
zuela de San Pablo queda en la parte sureste de la ciudad, entre
la calzada de Iztapalapa y el lago.
El templo Uitznáuac era uno de los más importantes del
México antiguo. Según la “Crónica Mexicana” de Tezozómoc,
capítulo 56, el rey acabado de elegir tenía que incensar en pri¬
mer lugar en la altura de la pirámide-templo de Uitzilopochtli;
después, en la piedra del quauhxicalli, al pie de la escalera de su¬
bida del templo mayor; luego en el Tlillancalco (templo de la
diosa de la Tierra), en el templo Y opico (el de Xipe Totee) ; en
seguida en el Uitznáuac (templo de Tezcatlipoca), y finalmen¬
te a la orilla de la grande laguna, sitio de culto de los dioses
de la Lluvia y del Agua. El sostenimiento del templo de Uitz¬
náuac incumbía, según el códice Mendoza, hoja 19, a los veci¬
nos de Tlatelolco, esto es, al rico gremio de los mercaderes.
II. 5.—ytzicotla, probablemente = Itzcouatlan, “templo de
la culebra de puntas de obsidiana”. Conocido es el nombre del
ser mítico llamado itzcóuatl; lo tiene uno de los más notables
entre los antiguos reyes de México. No poseo ningunos por¬
menores sobre el templo de Itzcouatlan.
IL 6.—vitznavac teuaqui. Acerca de Uitznáuac, véase II, 4.
teuaqui está en lugar de tcouaqui, forma que ciertamente encon¬
tramos también en la lección de la Biblioteca Laurenziana, y se
compone de tcoua, “sacerdote”, o quizá también, más general¬
mente, “adorador del dios”, y de la desinencia adjetival -qui.
machiyotla tetemoya. machiyotla es igual a máchiotl, “se¬
ñal”; tetemoya es imperfecto de la forma intensiva de temo,
“descender”. Temo, “descender”, y uetzi, “caer a tierra” a me¬
nudo significan en la fraseología mexicana “nacer”, “originar¬
se”, “estar allí a la sazón”, máchiotl se debe entender aquí, me
parece, en el sentido de “distinción”. Así, pues, machiyotla tc-

29
temoya, “la distinción”, se ha alcanzado para lo venidero des¬
pués que ha sido entregado un prisionero (malli) para el sacri¬
ficio, que ya se presentía en la estrofas anteriores en vista del
adorno sagrado.
oyatonac, pretérito de tona, “hacer calor o sol”, con el pre¬
fijo de pretérito o- en medio, e intercalada la raíz verbal ya,
“el sol brilla, ha amanecido”. La frase parece tener siempre
relación en estas canciones con el sacrificio humano, y sig¬
nificar tanto como “ha llegado la hora del sacrificio”. En
las estrofas anteriores 3-5 había sido presentado con adornos
de sacrificio (iuíyoc) a los diversoso templos (Tocuillan, Oolo-
pan, Uitznáuac, Itzcouatlan) el prisionero que el guerrero ha¬
bía cogido. Ahora se invoca al sacerdote (tcuaqui =teoua) del
templo Uitznáuac, que es el principal de Tezcatlipoca, y en la
estrofa siguiente, al del segundo templo principal, Tocuilllan.
“Ha salido el sol” vale tanto como “ha llegado ya la hora del
sacrificio, ahora se consuma el sacrificio”.
Igual cosa se quiere decir en la oración que se dirige a la
finada (1) cuando una mujer se ha convertido en mociuaquetz-
qui, cuando ha muerto de parto, lo que para los mexicanos era
ciertamente lo mismo que “ muerto en la guerra” o “sacrifica¬
do en la piedra”:
“¡Oh hija mía bien amada, valiente, hermosa y tierna pa¬
loma, señora mía! Te has esforzado y has combatido como
guerrera, has triunfado y comportádote como tu madre la se¬
ñora Ciuacóatl o Quilaztli. Has combatido denodadamente.
Has usado espada y escudo como terrible y valerosa guerrera,
el escudo y la espada que te puso en la mano tu madre la se¬
ñora Ciuacóatl Quilaztli. Despierta, pues, y levántate, hija mía,
pues ya es de día, ya despuntó la mañana, han aparecido en
el cielo los arreboles, ya cantan las golondrinas y todos los demás
pájaros. Levántate, hija mía, y disponte; ve a aquel buen
lugar, a la casa de tu padre, de tu madre, del dios del sol, don-

(1).—Sahagún, libro 6, capítulo 29.

30
de todos viven alegres y en bienaventuranza; ve hacia tu padre,
déjate llevar de tus hermanas las celestiales mujeres (Ciuapipil-
tin) que viven allá con él en la magnificencia y la alegría, y com
plácele, porque él es nuestra madre, nuestro padre (es decir,
nuestro rey)” etc.
Y exactamente lo mismo en el libro décimo de Sahagún (i),
donde se habla de que las almas de los reyes y príncipes muer¬
tos se convertían en dioses. En estos términos se dirigían al
muerto luego que perdía la vida: si era hombre, le invocaban
como a dios con el nombre de Cuecuextzin ('‘brazalete de pie¬
dras preciosas”); y si era mujer, con el de Chamotzi (“obs¬
cura pluma de gala”). Y le decían: ma xiga ca otlamegalevac.
ca otlavizcalli moquetz ca ye tlatoa yn cuécalpaxitl yn cuegalcui-
cuitzcatl ca ye nemi yn ene galp apalo ti, “despierta, ya empieza a
amanecer, ya se levantó la aurora, ya empieza a amanecer, ya
cantan las ígneas gallinas y golondrinas y ya vuelan las ígneas
mariposas” (“despierta que ya comienza a amanecer ya es alba,
pues ya empienzan a cantar las aves de plumas amarillas, ya an¬
dan volando las mariposas de diversos colores”).
El sentido es, naturalmente: liase abierto el cielo matutino
donde los sacrificados deben ir a morar.
II. 7.—En esta estrofa se repiten sencillamente el sentido y
el texto de la anterior.
Tocuilitla teuaqui —Tocuillan teoua. Infiérese de aquí que
Tocuillan, “el lugar de los gusanos” (o de las gentes-gusanos),
el Ocuilteca —como se sabe es el nombre de una tribu que
vivía en la pendiente meridional de la cadena montañosa del
Nevado de Toluca—, ha de haber sido el segundo templo prin¬
cipal de Tezcatlipoca en México.

(1).—Sahagún, libro 10, capítulo 29, párrafo 12. MS.


Academia de la Historia.

31
111.—Tlaloc icuic.

CANTO DEL DIOS DE LA LLUVIA.

1. —Alivia mexico teutlaneviloc amapanitla,


anauhcanpa, yemoqueiéquetl, aoyequcna
y ch o cay a.

j Oh!, México se ha entregado al servicio en la casa del


dios: la bandera de papel está enarbolada hacia los cua¬
tro puntos cardinales; no es ya ésta la hora de la tris¬
teza.
q. n. Avia mexico teutlaneviloc, q. n.
\m mexico onetlaneviloc in tlaloc. Amapa-
mitl anauhcanpa yemoquetzquetl. q. n. ama-
pamitl nauhcanpa omequequetz, aoyeque
na ichocaya, id. est. itlaocuyaya.
I. e.: Avia mexico teutlaneviloc,
i. e., México es deudor al dios de la Lluvia.
Amapamitl anauhcanpa ye moquetzquetl,
i. e., la bandera de papel ha sido enarbolada hacia los cua¬
tro puntos cardinales.
aoyequena ichocaya.
i. e., la hora de la tristeza.

2. —Almia anncvaya niyocoloc annotcva ez-


tlamiyaval aylhuicolla nicyavicaya teu-
tivalcoya.

¡Oh!, yo (el dios de la Lluvia) he sido creado (es decir,


mi estatua ha sido erigida en el templo), mi dios (o mi sa¬
cerdote) se ha pintado de color rojo obscuro con la sangre
(de la víctima).
Todo el día se ha gastado haciendo la lluvia en el patio del
templo.
q. n. Avia annevaya niyocoloc. q. n. ynchuatl
nitlalloc oniyoculoc. Anuo tena cztlami-
yaval. q. n. noten cz tlamiyaval ti fililí. Ayl-
huigolla. q. n. yn ompa ilhuicololo. inic yavi-
caya, tcuitvalcoya. q. n. in teuitvaloc.
I. e.: Avia annevaya niyocoloc,
i. e., yo, el dios de la lluvia, he sido creado.
Annoteua eztlamiyaval,
i. e.y mi dios está pintado de rojo obscuro con sangre.
Aylhuicolla,
i. e., donde gastan todo el día en ello,
inic yavicaya (en la hechura de la lluvia).
tcuitualcoya, i. e., en el patio del templo.

.—Alivia annotcquiva navalpilli aqui-


tlanclla motonacayouh ticyachiuh-
quitla catlachtoquctl, gan mitziyapina
vía.

i Oh caudillo mío, príncipe hechicero,


ciertamente son tus alimentos,
tú los produces cuando algo primeramente (germina),
( y sin embargo) no hacen otra cosa que ultrajarte
(no se te muestran agradecidos, no te ofrendan ninguna
víctima).
q. n. Avia annotcquiva navalpilli, q. n. in tino-
teult navalpilli, id. est. tlalloc. aquitlanella
motonacayouh. q. n. ca nclli tcvatl ticmochi-
vilia in motonacayuh. ca tlachtoquctl. q. n.
tcvatl ticmochivilia auh in aquin mitzpina-
via.
I. c.: Avia annotcquiva navalpilli,
i. c., tú, mi dios, príncipe hechicero, es decir,
Sahagún V, 3
33
Tláloc. aqnitlanella motonacayouh.
i. e., ciertamente tú produces tus alimentos (el maíz).
catlachtoquetl,
i. e.t tú lo produces aun cuando alguien te agravie
(te retenga la víctima).

4. —Aluna canacatella nechyapinavia


ancchyayca velmatia, ano tata, yno-
quacuillo ocelocoatlaya.

Pero me agravian (me retienen la víctima),


no me granjean con este fin (por interés de este beneficio),
mis padres, mis viejos sacerdotes,
la culebra de jaguar.
q. n. Aluda canacatella nechyapinavia. q. n.
ca tel nech pinavia cantonechvelmati. anno-
tata ynoquacuillo ocelocoatlaya. q. n. yn
notava ioan ynoquacuiloa yn oceloquacuili.
I. e.: Aluda canacatella nechyapinavia,
i. e., pero me ofenden (me retienen la víctima),
no me contentan;
annotata ynoquacuillo ocelocoatlaya,
i. e., mis padres y mis viejos sacerdotes, el sacerdote ja¬
guar.

5. -—Ahuia tlallocana, xivacalcoaya


quisquí aquamotta acatonalaya.

¡Oh!, de Tlalocan, de la casa de turquesa (casa azul), vino


tu padre Acatónal.
q. n. Ahuia tlallocana xivacalco. q. n. in tlalo¬
can xiuhcalco. id. est. acxoyacalco. ayaquizqid.
q. n. ompa valquizque. aquamotta acatónal a
ya. q. n. ynotavan ynoquacuiloan acatónal.
I. e.: Aluda tlallocana xivacalco,

34
i. e., Tlalocan, casa de turquesa, i. e., casa de pino.
aya quisquí, i. e., de allá vinieron.
aquamotta acatonalaya,
i. e., mis padres, mis viejos sacerdotes, Acatónal.

6. —Alivia xiyanovia, nahuia xiy amo te-


cay a ay poyauhtla, ayauh chicavazti-
ca, ayavicalo tlallocanaya.

¡ Oh!, id, estableceos en la montaña Poyauhtlan,


con la sonaja de niebla se atrae el agua de Tlalocan (rei¬
no del dios de la Lluvia).
q. n. Ahvia xiyanovia navia xiyamotecaya
q. n. xivian ximotecati, ay poyauhtlan. q. n.
in vmpa poyauhtlan tepeticpac, ayauhchica-
vaztica ayavicalo tlalocana. q. n. ayauh-
chicavaztica in avicalo tlallocan.
I. e.: Ahvia xiyanovia navia xiyamotecaya,
i. e., id, estableceos.
ay poyauhtlan,
i. e., allá en la montaña Poyauhtlan.
ayauhchicavaztica ayavicalo tlalocana,
i. e., con la sonaja de niebla se atrae el agua de Tlalocan.

7. —Avanacha tozcuecuexi niyayalizqui aya


ychocaya.

i Oh mi hermano mayor Tozcuécuex,


iré; eso es motivo para él de llanto.
q. n.: Avanach tozcuecuexi niyayalizqui. q. n.
ynach tozcuecuex yyeniauh niman ye choca.
I. e.: Avanach tozcuecuexi niyayalizqui,
i. e., mi hermano mayor Tozcuecuex.
iré, allá llora él.

35
8. —Ahviya queyamica xinechivaya, temo-
quetl aitlatolaniquiya ilhuiquetl. te-
tzauhpilla niyayalizqui aya ychocaya.

i Oh!, ¡ envíame al lugar cuya naturaleza no se conoce!


descendió su palabra,
le hablé a él, a Tetzauhpilli,
iré, eso fué motivo de llanto para él.
q. n. A ¡uiia quey amica xinechivaya, q. n.
quenamican yyeniauh acoanechtemozque,
aniquiya ilhuiquetl tctzapilla niyaya-
lizqui aya ichocoya, q. n. oniquilhui yn
tetzapilli ye niyauh niman ye choca.
I. e.: Ahuia que y amica xinechivaya,
i. e.y hacia el lugar cuya naturaleza no se conoce,
iré ahora,
tal vez no me buscarán.
aniquiya ilhuiquetl tetzapillla niyayalizqui aya i choca va,
i. e., le hablé a él, a Tetzapilli, ahora iré, allá llora él.

9. —Alivia nauhxiuhticaya itopanecaviloc


ayoc ynornatia, ay motlapoalli, aya xi
movaya yequetzalcalla nepanavia
ay yaxcana teizcaltiquetl.

Después de cuatro años nos fué traído,


ya no vivía yo entonces, por ti es referido,
el lugar de la perversidad, la casa de pluma de quetzale, el
el lugar de la abundancia,
y ahora se ha convertido él en bienhechor del reino.
q. n. Ahuia nauh xiuhticaya aií o pane cavilo c, q. n.
nauhxiuhtica in topanecaviloz. id. est. in topan
mochivaz. Ayoc inomatia ay motlapoalli, q. n.
aoemo nomatia in iquin motlapoalpan ca ocimoac

36
yequetzalcalla ncpanavia. q. n. qualcan ye
netlamachtiloyan ynemoa. Ayyaxcana teizcal-
tiquetl. q. n. in iaxca inic oteizcalti.
J. e.: Ahuia nauhxiuhticaya aitopanecaviloc,
i. e., dentro de cuatro años nos será traído,
i. e., vendrá él a nosotros.
Ayoc inmatia ay motlapoalli,
i. e., ya no vivía yo en la época en que, según tu relato,
se hundieron todas las cosas.
ye quetzalcalla nepanavia,
i. e., en un buen lugar, en un lugar del reino, vive uno.
ay yaxcana teizcaltiquetl,
su hacienda con que hace él que la gente medre (enriquece
a la gente).

io.—Alivia xiyanovia: alivia xiyamo-


tecaya ay poyauhtla, ayanhchicavazti-
ca aya vicallo tlalloca.

j Oh!, id, estableceos en Poyauhtlan,


con la sonaja de niebla se atrae agua de Tlalocan.
q. n. Ahvia xiyanovia. q. n. xivia, Avia xiya-
motecaya ay poyauhtlan. q. n. ximotecati yn
vmpa poyauhtla. Ayauh chicavaztica avica-
llo tlalocan. q. n. ayauhckicavaztica in
avie alio in vmpa tlallocan.
I. e.: Ahvia xiyanovia, I. e., id,'
Alivia xiy amo te cay a ay p oyauhtlan,
i. e., estableceos (poned vuestra habitación) en Poyauhtlan.
Ayauhckicavaztica avicallo tlalocan,
i. e., con la sonaja de niebla se atrae agua de Tlalocan.

OBSERVACIONES.

Tláloc, “el que hace germinar”, dios de la Lluvia. Este

37
nombre se relaciona principalmente con las cimas de la cade¬
na montañosa que se extiende desde el Itztac cíuatl hacia el
norte y que hay que trasponer al ir de Tetzcoco a Uexotzinco.
Había allá una antiquísima imagen de este dios, fabricada de
tegontle blanco, con una escudilla en la cabeza, en la que anual¬
mente ponían toda especie de semillas y frutos campestres pro¬
ducidos en la región. En la Ueitecuílhuitl, cuando se hallaba
en todo su apogeo la estación lluviosa y el maíz en plena flo¬
ración, allá concurrían, de las ciudades y distritos situados a
ambos lados de la cordillera, los reyes, acompañados de nume¬
roso séquito, con el fin de hacerle un solemne sacrificio al dios
de la lluvia. Se le sacrificaban niños, porque se consideraba
como enanos a los dioses de la Lluvia, que lo eran al mismo
tiempo de las montañas. Y como ofrendas les llevaban vesti¬
dos de pluma, trajes de papel goteado de caucho (cortados y
pintados de diversos modos, cada cual con arreglo a la forma de
la montaña a que se dedicaba la ofrenda), cuentas de piedra
preciosa verde y comestibles.
Los pormenores acerca de este dios y de su aspecto, pueden
verse en mi explicación del códice Borgia, tomo i, Berlín, 1904,
págs. 107-112.
III. 1.—teutlaneviloc. Como lo explica el comentario, está
aquí la forma impersonal del verbo simple tlaneuia en lugar del
verbo combinado con el reflexivo y el objeto se halla en la for¬
ma verbal. El tlaneuia usado como reflexivo y combinado con
el objeto personal, tradúcelo Molina por "putañear el varón”, y,
de consiguiente, en el sentido de "entrar en una servidumbre
oprobiosa”. Más lo oprobioso no estriba, evidentemente, en la
palabra. El simple reflexivo tlaneuia, nino, significa "contraer
una obligación” (tomar algo prestado para volverlo en la mis¬
ma especie, o arrendar viña etc). El combinado con un obje¬
to personal debe, pues, significar "contraer con una persona
una obligación o servidumbre”, pues creo que aquí son iguales
entrambas cosas. Parece que la relación del pueblo para con
el dios de la Lluvia, se consideró siempre como una deuda.
Si se le llevaban ofrendas, se le pagaba la deuda de ese mo¬
do. El hechicero, que sabe si lloverá o no, le habla así al pue¬
blo (i) : xicmocaquitican ga oqualanque in tlaloque, ma nex-
tlavalo, matictlatlauhtican in tlalocantecntli “escuchad (me)”.
Los dioses de la Lluvia están enojados, conviene pagar la deu¬
da (conviene hacerles sacrificios); vamos a rezarle al señor de
Tlalocarí\ Los sacrificios de niños a los dioses de la Lluvia
se llamaban directamente nextlaualli, “la deuda pagada”.
amapanitla = amapámitl, la bandera de papel. En la
primera fiesta del año, Quáuitl eua, enarbolaban por dondequie¬
ra, en todas las casas y alturas, astabanderas adornadas con di¬
versos papeles que, como homenaje a las varias montañas y
sitios de culto del dios de la Lluvia, recortaban en determinada
forma y pintaban goteándoles caucho, y después las llevaban
en solemne procesión a las diversas montañas y sitios de culto
a que estaban destinadas, juntamente con un niño que debía serle
inmolado al dios de la Lluvia o al numen de aquel sitio de
culto. (Véase la descripción de esta fiesta en las publicaciones
del Real Museo de Etnología, tomo VI, Berlín, 1899, págs.
68-76 y 168-172).
ánauhcampa, escrito en el texto con una tilde sobre la a y
marcada ésta así como a inicial larga, está reproducido en el
comentario sencillamente con nauhcampa. Parece haber aquí
para el número naui, “cuatro”, una arcaica forma más com¬
pleta, dnaui, así como para náuatl, “boca, abertura redonda”,
existe en las descripciones de trajes de los dioses la forma
arcaica, más completa, anáuatl, en la acepción de “anillo”. De
esta última forma más completa parecen proceder también las
voces Anáuatl y Anáuac, “disco, tierra redonda” de que pro-

(1).—Sahagún, MS. Academia de la historia, folio 56.


Véase Seler, “Hechicería y hechiceros del antiguo México”. Pu¬
blicaciones del Real Museo de Etnología, tomo VI, Berlín, 1899,
pág. 40.

39
vienen el nombre geográfico Anáuac y la voz cemanáuac, ‘‘to¬
do el orbe”.
moquetzquetl, otra vez con el artículo, por moquetzqui =
omóquetz, “ha sido puesto en pie”.
aoyequena. a es la negación; o, el signo de pretérito; yeque-
na = yequene, “ahora ya”.
ychocaya, “con lo que se llora”, explicado en el comentario
por itlaocoyaya, “con lo que se aflige uno” = “signo de la
tristeza” o “lugar u hora en que se entristece uno”.
III. 2.—annevaya está explicado en el comentario por yné-
huatl nitlálloc, “yo, el dios de la Lluvia”; es decir que an, se
halla en lugar del demostrativo in: neva = neudtl, “yo”; y ya
es intercalación.
niyocoloc, “he sido formado yo”, este es, el dios de la Llu¬
via. Lo que quiere decir que la estatua del dios ha sido co¬
locada en el templo para su fiesta.
annoteva. Lo explica el comentario con noten, o se no-
teouh, “mi dios”. De modo que otra vez se halla an en lugar
del demostrativo in, y se debería usar aquí sin artículo la for¬
ma noteuh, o noteouh, que está acompañada de prefijo posesivo,
si bien habría que anexarle a = ya. Es probable, con todo, que
annoteva haga aquí veces de in noteud, “mi sacerdote”.
eztlamiyaval. miánatl es la espiga macho del maíz, la que
presenta color violeta oscuro cuando las anteras se coloran por
haber llegado a la madurez. De ahí se deriva al verbo tlamia-
ua, “dar a un objeto el color de la espiga macho del maíz, o sea
una coloración roja obscura”; verbo que parece haberse usado
principalmente con relación a la coloración roja de los dientes,
que (¿imitando un uso nacional huaxteca?) acostumbraban las
mexicanas de distinción. Así, en el manuscrito de Sahagún de
la Academia de la Historia, dícese de las mexicanas nobles: nio-
tlantlamiava, motlannochezvia, tziquaquatinemi, “píntanse los
dientes de rojo obscuro, píntanse los dientes con carmín, tienen
(dientes) acabados en punta”. Y casi en iguales términos se
refiere esto en el capítulo etnográfico de Sahagún, al hablar de

40

é
los huaxtecas (i): Motlantzicuatiliaya motlamiava tlapaltica
anoco tlamiavaltica, “se aguzan los dientes y se los obscurecen
con color rojo o violeta obscuro”, eztlamiaualtiuh significa, en
relación con esto, “(el dios o el sacerdote) está pintado de
rojo oscuro con sangre”, lo que quiere decir que ha recibido ya
muchas víctimas (o consumado muchos sacrificios).
aylhuigolla es ay-ylhuigolla = an ilhuigolla, in ilhuígolla.
El comentador explica esto con in ompa ilhuigololo, “donde ce¬
lebran la fiesta todo el día”. De ahí resulta que en el ilhuigolla
hay que suponer el sufijo -tía, que expresa el lugar (o el tiem¬
po) en que está o sucede algo, ilhuigoloa significa “hacer vie¬
jo y pañoso el día o la fiesta”, es decir, “hacer que el día en¬
vejezca”, “emplear en algo todo el día”. Compárase el siguien¬
te pasaje de la descripción que de la fiesta Tlacaxipeualiztli se
dá en el manuscrito de Sahagún (2) : cuicatoque ayacachotoque
ye ovetzi cemilhnitl ye tlacemilhvitiltitoque ye tlalvilinextitoque
tlalvigultitoque ylhuig oloto que ye veuetzin cemilhuitl, “cantan
agitan la sonaja, gastan así todo el día, así lo comienzan, así
llegan a horas avanzadas de él, de manera que así llenan todo
el día” (estaban cantando y tañían sonajas todo un día en el
dicho templo).
nic yavicaya, es decir, inic yavicaya, según explica el co¬
mentador. En esta forma está contenido el verbo auica, “hacer
venir agua”, quiere decir, “ejercer la hechicería sobre la lluvia”.
Tal forma es, a mi ver, la del instrumental i-auica-ya, “con lo
que él hace venir agua”.
teutivalcoya, por metátesis de teuitvalcoya, es decir, teoitual-
co, “en el patio del templo”. Probablemente el teuitvaloc del
comentario es una errata en vez de teuitvalco.
III. 3.—annotcquiva = in notequina, “tú, mi caudillo”.
navalpilli, “príncipe hechicero”, se menciona en el comenta-

(1) .—Sahagún, libro 10, cap. 29, párrafo 8, MS. Academia


de la Historia.
(2) .—Sahagún, libro 2, cap. 22. MS. Biblioteca del Palacio.

4i
rio como nombre de Tláloc sencillamente. El hechizo consiste,
como se comprende con claridad por las palabras siguientes,
en que el dios hace crecer y sazonar la vegetación y el
maíz. Con el nombre de Naualpilli se denominaba, por lo de¬
más, a una de las cuatro deidades que adoraba el gremio de
los canteros originario de Xochimilco (i). La primera de es¬
tas cuatro deidades es la diosa del Fuego, Chicunaui itzcuintli,
‘‘nueve perro”, llamada también Papaloxáual, ‘‘la pintada con
mariposas”, o Tlappapalo, ‘‘la con la mariposa roja”. La se¬
gunda deidad es Naualpilli; la tercera, el dios Mácuil calli, ‘‘cin¬
co casa”, dios que en su retrato tiene en la coronilla el penacho
de pluma que caracteriza a Mácuil xóclifitl y que probablemente
es igual en la esencia a este dios del Juego, del Baile y del Pla¬
cer. Por último, el cuarto es Cintéotl, dios del Maíz, a quien
se retrata con máscara de turquesa, almilla azul clara, la joya
de pecho del dios del Viento y su sombrero cónico, aunque co¬
ronado éste de mazorcas de maíz. El segundo de estos cuatro
dioses, precisamente Naualpilli, ha de haber estado vestido co¬
mo cuextécatl, esto es, como huaxteca:
Auh in yehoatl naualpilli gan iuhqui cuextecatl ye mochichi-
uaya, y N. estaba vestido como un huaxteca, moquatzitzin-
tiaya, quatatapatic, quatzomatic, quapagoltic, moquaxelolti,
con cabello enmarañado, que cae largamente hacia abajo,
desgreñado, partido en medio,
yoan teocuitlatl yn yxquac manca, con un escudo de oro en
la frente,
yoan inacazpilol teocuitlatl, y con un zarcillo de oro.
yoan yhuitopil, y un báculo de pluma,
yoan ychimal yhuichackapanqui nauhcanpa, y en cada una
de las cuatro esquinas un escudo guarnecido con borlas de
pluma,
yoan yxicol ganno tlappoyauac tenchayauac, y una almilla
que, como la vestidura de los Chicunaui itzcuintli, está

(i).—Sahagún, libro 9, cap. MS. Academia de la Historia.

42
pintada de rojo de varios matices y franjeada en el borde
inferior,
yoan chichiltic yn icac, y con sandalias rojas.

A los huaxtecas se les conocía como hechiceros, como


duchos para la sugestión (i). Fácil es imaginarse que el mo¬
delado, actividad creadora y plástica de estos canteros, fuese
considerado, en cierto modo, como sortilegio, como simulación
hecha por seres no realmente presentes y vivos, y que la per¬
sonificación de esta actividad fuera el Naualpilli. Asimismo
tendremos que tomar el Naualpilli de nuestro canto a TI áloe, no
simplemente como dios de la Lluvia, sino como tal en su es¬
pecial papel de generador de la vegetación, de productor del
fruto campestre.
aquitla nella está explicado en el comentario sencillamente
con ca nelli, “por cierto”, “en verdad”.
motonacayouh. tonacáyotl, “nuestra carne”, significa víve¬
res en general y el maíz en particular.
ticyachiuhqui. Detrás del pronombre objetivo, está interca¬
lado otra vez ya, y añadido a la forma verbal de pretérito el
sufijo adjetivo qui, lo cual acontece también no rara vez en el
lenguaje ordinario.
tlacatl achtoquetl. De esta manera han de unirse y sepa¬
rarse las palabras, cosa que, en verdad, parece no haber per¬
cibido con toda claridad el comentador. Aquí está tlácatl otra
vez en lugar de in ca tléuatl, “si alguno”, “si algo”; y achtó-
quetl, que volveremos a encontrar adelante en el canto a Xipe,
es el adverbio achto, “primero”, acompañado del sufijo adje¬
tivo -qui y del artículo -ti; de donde resulta: “lo que se hizo
primero”.
gan mitziyapinavia. Otra vez hállase aquí interpuesto ya

(i).—Sahagún, libro io, cap. 29, párrafo 12. Véase Seler,


“Zauberei und Zauberer im alten México”. Publicaciones del
Real Musco de Etnología, tomo VI, Berlín, 1899, página 37.

43
detras del pronombre objetivo. Estas palabras parecen referirse
a lo que sigue en la próxima estrofa.
III. 4.—canacatella. En el comentario se explica sencilla¬
mente por ca tel = “pero”.
nechyapinavia. La palabra pinauia, o pinauhtia, que Moli¬
na traduce por “avergonzar, o afrentar a otro”, “avergonzar a
otros o tachar y parecerme mal los defectos agenos”, parece ha¬
berse empleado en este canto especialmente en el sentido de
retenerle injustamente a un dios su víctima”. Los pronombres
objetivos cambian en estos cantos frecuentemente, a causa de
que se presenta al dios, ya como apostrofado, ya como usando
él mismo de la palabra. Así, en la estrofa anterior tuvimos mit-
ziyapinavia, “ellos te retienen injustamente las víctimas”, y
aquí nechyapinavia, “ellos me retienen injustamente las víc¬
timas”. En ambos casos hay una ya intercalado detrás del
pronombre objetivo.
■anech ya yca velmatia. El comentario explica: canto nech-
vclmati; pero se debe suponer aquí un acusativo especial: uel-
matia. uclmati significa “hallar placer en algo”, “saborearse con
alguna cosa”, y aquí, el causativo ica uclmatia, nitc, evidente¬
mente quiere decir “proporcionar placer a él (al dios) por es¬
to (en atención a este beneficio)”, “en recompensa de esto,
hacerle también saborear alguna cosa ahora”. La negación es,
como en la mayoría de estos cantos, la simple a. Una vez más
hállase interpuesto ya detrás del pronombre objetivo.
anótala es an nótala, es decir, in notauan, “mis padres”, o
sea “mis sacerdotes”.
ynoquacuillo es in noquacuiluan, “mis viejos sacerdotes”. Con el
singular nombre de quacuilli se denominaba a los sacerdotes vie¬
jos: yoan yn qimquacuilti yehvan yye vevetque tlamacazqne, “v
los quaqnacuiltin son los sacerdotes viejos” (1). Van delante en
la gran procesión de los sacerdotes, en la Etzalqnaliztli, con la

(1).—Sahagún, libro 2, cap. 20 MS. Biblioteca del Palacio.


sonaja (ayochicauastli) en la espalda (i). Ellos descuartizan y
desuellan los cuerpos de las víctimas (2), toman las ofrendas
para sí (3). El nombre significa tal vez “el que está elegido pa¬
ra caudillo”.
Ocelocoatl aya lo traduce el comentario por oceloquacuilli,
“sacerdote jaguar”. Ocelocoatl, como se ve escrito aquí, sería
“serpiente de jaguar”; pero no es improbable que ocelocoatl sea
tan sólo ortografía insólita, usada en lugar de oceloquátl u occ-
loquáitl, y ésa podría, en efecto, ser expresión para los sacerdo¬
tes principales. Mas, por otra parte, recuerdo que la cabeza de
culebra que trae como máscara la diosa del Agua, va siempre
acompañada de una oreja de jaguar en el códice Fejcrráry-Ma-
yer. Por esta razón es asimismo creíble que “culebra de jaguar”
sea el nombre de un ente mítico que representa el agua o al dios
de la Lluvia, y con el cual se significaría aquí, en tal caso, el sa¬
cerdote supremo del dios de la Lluvia.
III. 5.—Tlallocana—Tlalocan, el reino del dios de la Llu¬
via, en la cima de las montañas. De igual manera que el tan
repetido ya y como el aya al final de las dos líneas de esta es¬
trofa, la a es añadidura debida al ritmo o a la melodía.
Xivalcalcoaya=xiuhcalco, “en la casa de turquesa”. De¬
trás de xiuh- hay intercalada una a, y detrás de calco, un aya;
pero es obvio que el comentador quitó arbitrariamente este aya
al quisquí que sigue, xiuhcalco, “casa de turquesa”, lo explica el
comentador con acxoyacalco, “casa del pino”, es decir que hace
él aquí claramente referencia a las cimas de montaña pobladas
de árboles que se tenían por patria y domicilio del dios de la
Lluvia.
Quisquía. Atendiendo al ritmo, paréceme que debió qui¬
tarse la a al quisquí. Es una adición semejante a la a de Hallo-
cana, xivacalcoaya. Quisquí es otra vez el pretérito con la de-

(1) .—Sahagún 2, cap. 25 MS. Biblioteca del Palacio.


(2) .—Sahagún, 2, cap. 21, ídem.
(3) .—Sahagún, 2, cap. 25. ídem.

45
sinencia adjetiva. El comentador da para este la forma plural
o mpa valquizque.
Qua motta lo traduce el comentador por ynotavan, “mis
padres . El motta está en singular y significa “tu padre”. Qua,
no sé lo que será; acaso se deba leer yeua, “él”, que también se
adaptaría mejor al ritmo:
Ahuia tlallocana, xiva calcoaya.
Quízquia yéuamotta, aca tónalaya.
La u de yeua es consonante, como la w inglesa; de mane¬
ra que tiene dos sílabas la palabra.
acatonal, “signo caña”, se debe interpretar a juicio mío,
como nombre de varón. Torquemada, en su “Monarquía India¬
na”, libro I, capítulo 27, menciona a un individuo de este nom¬
bre que fué puesto como señor de Couatépec por el fundador de
la dinastía chichimeca de Tezcoco, “el gran chichimeca Xólotl”:
El gran Chichimeca Xólotl nombró por Señor de la Ciudad, y
Provincia de Cohuatepec, al Chichimeca Acatonale, que era uno
de sus más queridos; y la de Mamalhuazco, a Cohuatlapal y
Cozcaquauhtli; y la de Tepeaca, a Iztacmitl, que era el aio, que
avia criado al principio su hijo llamado Nopaltzin; y la de
Mazahuacan, con las que corren acia a aquellos partes, entregó
su Govierno a Tecpa e Iztacquauhtli.
III. 6.—Alivia xiyanovian. Contrariamente a la escritura
del texto, es así como se debe combinar. El comentador explica:
xivian, “va”. Así, pues, hay otra vez intercalado un ya detrás
del prefijo de imperativo xi- de la segunda persona; pero, ade¬
más, está aquí, en lugar del simple ui, “ir”, noui, que acaso co¬
rresponda a un on-ui.
alivia ji iyamofecaya=ximotecati, como lo declara el co-
mentadoi. También aquí hay intercalado un ya detrás del pre-
tijo de imperativo xi-, y añadido un segundo ya a la forma
verbal íntegra.
ay poyauhtlan. Ay, o aya, que aparece en otro lugar con
igual forma, es probablemente ay-ycu=an-ya, es decir, la par¬
tícula demostiativa in con ya anexo. Poyauhtccatl, es un nom-

46
bre que se usa para Alarias montañas. Por una parte denótase
con él la cadena de montañas del Pico de Orizaba. Dice Tor-
quemada en su “Monarquía Indiana’’, libro 3, cap. 11: “los
T euchichimecas. . . fueron marchando adelante hacia la otra
Sierra Nevada que los Naturales llaman Poyautecatl, y nos¬
otros los españoles Sierra de PeroteEsto parece 110 tener aquí
aplicación. Por otra parte, lleva este nombre también una mon¬
taña que Sahagún, libro 2. cap. 20, señala como de la región de
Tlaxcala (“que está acullá en los términos de Tlaxcala”), pero
que en lo esencial parece concordar con la cadena de montañas
arriba descrita y llamada también Tlalocan al norte del Iztac
ciuatl, por sobre la cual va el camino de Tetzcoco hacia Uexot-
zinco. He aquí como se expresa Torquemada en el capítulo 9,
libro 3, de la “Monarquía Indiana’’—en una sección tomada
por él de la “Historia de Tlaxcala” por Diego Muñoz Camargo
(libro I, cap. 3) de los Llanos de Poyauhtlan: “entre la ciudad
de Tetzcuco y pueblo de Chimalhuacan (que es la vera del agua
de esta laguna mexicana, casi dos leguas de la misma
ciudad de Tetzcuco) a las faldas de la sierra y montaña de
TetzcucoEsta última montaña es evidentemente la de que se
trata también aquí en nuestro canto.
Ayauh chacavaztica, “con la sonaja de niebla”. En la des¬
cripción de la fiesta Etzalqualiztli se pone al frente de la pro¬
cesión de los sacerdotes un ayochicauaztli, en el capítulo 25,
libro 2, de Sahagún. Esta voz significa evidentemente lo mismo
y, merced a una leve variación en el modo de pronunciar, tomó
origen de ayauhchica-uaztli. Servía el instrumento para encan¬
tamiento de la lluvia, según se infiere de lo que sigue.
Ayavicalo es avicalo con ya interpuesto, como lo expone
con toda claridad el comentador. Ayauhchicauaztica in avicalo
Hallo can, “con la sonaja de niebla se atrae agua del imperio del
dios de la Lluvia”. Lo que significa: Con la sonaja de niebla se
hechiza el agua. Compréndese por esto qué razón hay para que
con toda regularidad aparezcan con este chicauaztli en la mano,
así Xipe, dios de la Primavera, que significa la renovación de

47
los vegetales, como en general las deidades de la Lluvia, de la
Tierra y del Maíz.
III. 7.—Tozcnecuexi, “el que tiene un brazalete de plumas
amarillas”, es nombre propio. El historiador Chimalpain cita a
un individuo de este nombre como uno de los caudillos de los
mexicanos en la época de sus peregrinaciones, y por cierto co¬
mo el séptimo de la serie que principia con Uitzilton, o Uitzilo-
pochtli, en Tolían. Ha de haber sido electo cuando los mexica¬
nos permanecían aún en Apazco, ha de haber reinado cuarenta
años y conducido a aquellos hasta Couatitlan. Su sucesor debe
de haber sido Ueue-Uitzilíuitl, Uitzilíuítl el viejo, que por la
línea materna descendía de la casa real de Tzompanco y poste¬
riormente cayó cautivo con su gente en manos de los colhuaquc.
En verdad no me es posible decir si el Tozcuecuextli nombrado
en esta tradición tiene algo que ver con el Tozcnecuexi de nues¬
tra estrofa.
Niyayalizqui es una forma digna de atención. Explícala
el comentario con yye niauh. Manifiestamente es un futuro con
el sufijo adjetivo -qui, que también en el lenguaje común se
añade a las veces al futuro, como, por lo menos, lo aseveran los
gramáticos. El primer ya se puede considerar como la partícu¬
la interpuesta de que repetidas veces hemos hecho mención.
Nos queda entonces yaliz- como raíz de futuro para el yaz- del
1 enguaje clásico. Podríase colegir de esta forma que los conoci¬
dos abastractos en -ztli y liztli se remontan a tal raíz de futuro.
Aya es, a mi ver, igual otra vez a an ya, o sea, igual al
demostrativo in.
I chocaya, forma instrumental, como arriba en la primera
estrofa.
III.8. Con razón, en mi concepto, explica qucyamica el
comentador con guenamican, que podría traducirse por “de al¬
guna manera” (propiamente, “el lugar del cómo”). Quenami-
can es uno de los eufonismos para decir infierno. Se dirige la
palabra al muerto (i).
ca otonmovicac in quenamjcan ximovaian in vilovaian,
“has ido al lugar cuya naturaleza no conocemos, al lugar
del olvido, al lugar a donde todos van”.
in opochqujiavaiocan in atlecalocan, “donde todas las
puertas de la izquierda (están cerradas, atrancadas), don¬
de no hay ningunas calles (ningunos senderos para habi¬
taciones humanas”, =os fuisteis al lugar obscurísimo, que
no tiene luz, ni ventanas.
Xineckivaya no está explicado por el comentador, y es
palmario que por error reproduce lo que sigue. Xineckivaya es
forma imperativa y parece haberse supuesto el verbo iua, “en¬
viar”, si bien el sentido os oscuro.
Temoquetl a itlatol a. Creo deber combinar de este modo,
porque equiparo la a al intercalado ya, temoquetl es pretérito de
temo, “descender”, con el sufijo adjetivo -qui y el artículo -ti,
como en achtóquetl, moquétzquetl y otras formas semejantes,
Itlatol es claramente “su palabra”. La explicación que da el co¬
mentador no está fundada en el tenor del texto.
Niquiya ilhuiquetl es también una forma interesante y
perfectamente explicada por el comentador con oniquilhui. Es
el pretérito de ilhuia, nite, “hablar a alguien” con el sufijo ad¬
jetivo -qui y el artículo ti, y ya intercalado detrás del pronom¬
bre objetivo.
Tetzauhpilla es Tetzauhpilli, o Tetzappilli, según inter¬
pretación del comentador. Evidentemente, nombre de una per¬
sona. Tal palabra significa “príncipe de mal presagio”. Tet-
záuitl, o Tetzauhtéotl, “el presagio desgraciado”, o “el dios del
presagio funesto”, era nombre de Uitzilopochtli, dios de los
mexicanos, y Tetzauhquacuilli, “sacerdote de mal presagio”, lo

(i) Sahagún, libro 3, apéndice, capítulo 1. MS. BibL


Laurenziana.
Sahagún V, 4

49
menciona Chimalpain como nombre de un príncipe de Tlalma-
nalco.
Niyayalizqui. Véanse las observaciones a la estrofa ante¬
rior.
III. 9.—nauhxiuhticaya = nauhxiuhtica, “hace cuatro
años”, o “en cuatro años”, o “cuatro años atrás”. Este dato
cronológico se refiere, sin duda, como lo advirtió ya Brinton, a
los cuatro años durante los cuales el alma del muerto tenía
que pasar por un estado provisional antes de ir a descansar
definitivamente en su lugar (en el infierno, en la casa del
Sol, en el cielo o en el paraíso del dios de la Lluvia).
it op anee avilo c está escrito en el comentario in íopanccavi-
loz, y por ende tomado como futuro. En consecuencia, la c fi¬
nal debería escribirse en el texto con cedilla: g. El comenta¬
dor aclara el sentido con in topan mochivaz, “vendrá sobre nos¬
otros”. En la reforma entra el causativo de eco, “venir: eca-
uia, “hacer venir sobre uno”, como de tléco, “subir a la altu¬
ra”, tlecauia, “hacer subir a la altura”, “llevar a la altura”. Así,
pues, in topan ecauiloc, “lo han hecho venir sobre nosotros”,
o in topan ecaniloz, “lo harán venir sobre nosotros”.
ayoc ynomatia ay niotlapoalli, explicado por el comentador
con a o ano nomatia iniquin motlapoalpan. Aquí y en lo que
sigue parece que el comentador no se dio clara cuenta del sen¬
tido. ayoc ynomatia es aoemo in nomntian, “va no está en mi
conocimiento o en mi experiencia”, es decir, “ya no vivía yo
entonces”. Y en contraposición a esto, correcto del todo, vie¬
ne luego lo que sigue: ay motlapoalli = in motlapoal, “lo que
tu refieres”. El sustantivo acompañado de prefijo posesivo
está aquí otra vez con artículo, apartándose así del uso admi¬
tido en el lenguaje clásico. Pero lo que viene luego y que el
comentador enlaza con las palabras ca oximoac, como (según tu
relación), “se hundieron”, parece, como veremos luego, signi¬
ficar algo un poco diverso. Más en vista de esta línea, en mi
sentir, se debe inferir que en la primera de la estrofa es correc¬
to el pretérito it o pane cavilo c que da el texto de la misma, y no

50
que deba reemplazarse por el futuro, como escribe el comentario.
ay ximovaya ye quetzalcalla nepanavia. En mi concepto
estas palabras se relacionan entre sí. Y por cierto, aquí, a
lo que creo, ximovaya es el ximouayan que acabamos de cono¬
cer (véanse las observaciones a la estrofa anterior, s. v. queya-
mica) como denominación del infierno, del reino de la muerte.
En la “Crónica Mexicana” de Tezozómoc hállase traducida esta
palabra una vez (capítulo 55), por “en lo profundo del con¬
tento y obscuridad”, y otra (capítulo 60), por “en el lugar
donde nadie sabe, en eterno olvido”, El significado verdadero
de ximo, que es el verbo definitivo a que pertenece ximoua co¬
mo impersonal, parece ser, sin embargo, “descender”. Como
prueba de ello traigo a colación el siguiente pasaje de la
“Historia Tolteca Chichimeca”, manuscrito perteneciente a la
colección Aubín Goupil (hablan los chichimecas) : “Busque¬
mos el campo libre, el páramo; no queremos trabajar como es¬
clavos”. niman ye ic hualximoua mocochitito in Cilman, “des¬
cendieron ellos allá (de las montañas), allá durmieron en Cil¬
man”. La idea del olvido parece, pues, dimanar tan sólo del
“hundimiento”.
El ximouayan está explicado después con mayor precisión
por el quetzalcalla, “casa de pluma de quetzale”, “casa verde
del objeto precioso”, o, como lo interpreta por su parte el co¬
mentador, ye qualcan ye netlamachtiloyan, “el lugar bueno, el
lugar de la riqueza”. Evidentemente se trata del Tlalocan del
paraíso del dios de la Lluvia, adonde van los muertos por Tlá-
loc. Y ahora sí podemos arriesgar la suposición de que las dos
personas nombradas en las dos estrofas precedentes, Tozcuc-
cuex y Tetzauhpilli, eran los muertos por Tláloc que entraron
en el paraíso del dios de la Lluvia.
nepanavia es una forma acusativa de nepanoa, “juntar una
cosa con otra”. Tal vez haya un nombre verbal nepanavian, o
nepanauia-yan, que acaso podría traducirse por “donde acopian
las cosas”, “lugar de la riqueza”.
ay yaxcana teizcaltiquetl. Aquí supone el comentador el
sustantivo áxcaitl, “propiedad, hacienda”; pero es obvio que
está en este lugar el adverbio axcan, “ahora”, teizcaltíquetl,
“el que hace crecer a la gente”, esto es, “el que concede ri¬
queza” (otra vez un pretérito con el sufijo adjetivo -qui y el
artículo -ti) y parece decirse del alma del muerto, el cual, con¬
vertido él mismo en dios, en Tláloc, puede ahora prodigar ri¬
queza como el dios mismo de la Lluvia. Que tal evolución
posterior del alma del muerto por Tláloc se tenía efectivamen¬
te por cierta, dedúcese de la descripción que hace Sahagún de
la Tepeílhuitl, fiesta de los dioses de las Montañas. En dicha
fiesta son fabricados los Eccatotontin, “enanos del viento”, es
decir, imágenes de los montañas y de los deudos muertos que
lo fueron por Tláloc, y unas y otras, puestas en hileras, reci¬
bían ofrendas después.
III, 10 = III, 6.
Tampoco el comentario ofrece aquí absolutamente nada nue¬
vo. Esta repetición de la estrofa es también una prueba de
que las tres intermedias, que parecen tratar de los destinos
de Tozcuécuex y Tetsauipilli, se refieren a personas que mo¬
ran en el Tlalocan, que entraron en él. Como lo hace com¬
prender la estrofa anterior, es manifiesto que aquí se les in¬
voca como para que hagan descender lluvia del Tlalocan, lugar
donde moran.

IV.—Teteu ynan ycuic.

CANTO DE LA MADRE DE LOS DIOSES.

1.—Ahuiya cogavic xochitla oyacueponca


icva tonana teumechave moquigican
tamoanchan, avayye, avayya, yyao,
y ya yyeo. aye, ay y ayyaa.

La flor amarilla se ha abierto,


ella, nuestra madre, pintada en la cara con la piel de muslo

52
de la diosa,
vino de Tamoanchan.
q. n. In tonan ocueponia vmpa oalquiz yn
tamoanchan,
i. e., nuestra madre se ha abierto como flor,
vino de Tamoanchan.

2. —Cogavic xochitla oyamoxocha yeva


tonana, teumechave, moqaicican tamo-
anchan, ovayye, avayya, yyao, yya
yyeo, aye, aye, ayya, ayyaa.

La rosa amarilla se ha abierto,


ella, nuestra madre, pintada en la cara con la piel de
muslo de la diosa,
vino de Tamoanchan.
q. n. In amona caizca yn oxochiuh ca vmpa
oniquiz yn tamoanchan,
i. e., yo, vuestra madre, que me he abierto aquí como flor,
vine de Tamoanchan.

3. —Ahvia iztac xochitla, oyacueponca


yeva tonana teumechave moquigican
tamoanchan, ovayye, avayya, yyao, yya
yyeo, aye aye, ayya ayyaa.

La flor blanca se ha abierto,


ella, nuestra madre, pintada en la cara con la piel de
muslo de la diosa,
vino de Tamoanchan.
q. n. In tonan ocuepo in vmpa oquiz ta¬
moanchan,
i. e., nuestra madre se ha abierto como flor,
vino de Tamoanchan.

53
4-—Ahvia iztac xvchitla, oyamoxocha
yeva tonana teumechave moquigican
tamoanchan, ovayye, avayya, yyao,
ya yyeo, aye aye, ayya ayyaa.

La flor blanca se ha abierto,


ella, nuestra madre, que está pintada en la cara con la
piel de muslo de la diosa,
vino de Tamoanchan.
q. n. In amona yztac yn oxochiuh. yn
vmpa oniqnis tamoanchan,
i. e., yo vuestra madre me he abierto como flor blanca,
vine de Tamoanchan.

5. —Ahuia ohoyateutl ca teucontli paca tona


aya itzpapalotli avayye, avayya yyao
yya yyeo ayyaa.

¡Oh!, se ha convertido en dios,


en el melocacto, nuestra madre, Itzpapálotl (mariposa de
obsidiana).
q. n. In tonan ca teucumitl ycpac yn
qniz yn itzpapálotl,
i. e., se apareció en el melocacto nuestra madre
Itzpapálotl (mariposa de obsidiana).

6. —A o, avaticyaitaca chicunavixtlavatla
magatl y y olio, yca mozcaltizqai tonan tlal-
tecutli, ayao, ayyao, ayyaa.

¡Oh!, tu viste los nueve páramos,


con corazones de ciervo se nutre
nuestra madre, el señor de la Tierra (la diosa de la
Tierra).
q. n. In tonan ixtlavacan in mozcaltito

54
auh inic mozcalti rnagatl yyollo yyeva
tonan tlaltecutli,
i. e., nuestra madre se crió en el páramo,
fué alimentada con corazones de ciervo nuestra madre, el
señor de la Tierra (la diosa de la Tierra).

7. —Aho, ye yancuic tigatla ye yancuic yvitla


oya potoniloc ynavicacopa acatl xaman-
toca.

¡Oh!, recientemente se le (untó y) pegó creta y plumón,


hacia los cuatro puntos cardinales quebró la caña (la
flecha).
q. n. Auh inic potoniloc, tonan, yancuic
tigatl ioan yancuic yn ivitl auh nauh
campa quitz yn acatl,
i. e., nuestra madre tiene (untadas y) pegadas nueva creta
y nuevas plumas,
y hacia los cuatro puntos cardinales voló la flecha.

8. —Aho magatl mochiuhca teutlalipan mitzi


yanoittaco. yeva (1) xiuhnello yeva (1) mimi-
cha

Convertida en ciervo te vieron en el páramo


(Mimixcoua) Xiúhnel y Mimich.
q. n. In macatl yevan caniliya yn
ixtlavacan yuhqui inic quicnoitaya
yyevatl inimich ioan nixiuhnel,
i. e., en el páramo se apoderaban del ciervo,
como apiadándose de él,
(Mimixcoua) Xiúhnel y Mimich.

(i).-—yehoa. MS. Biblioteca Laurenziana.

55
OBSERVACIONES

Teteo innan, “madre de los dioses”, es la diosa de la fies¬


ta Ochpaniztli, que se celebraba en septiembre, en la época de la
cosecha. En esta fiesta se representaba expresivamente el na¬
cimiento del maíz en fruto por una forma vestida con la deso¬
llada piel de la diosa y provista de todo el atavío de la del
Maíz; y como final, el Cintéotl itztlacoliuhqui, dios del Maíz,
cubierto con el sombrero del Frío, del Castigo, y que traía la
máscara hecha de piel de muslo de la diosa y llamada mexxa-
yácatl, llevaba ésta fuera del campo, a la montaña pópol temi,
“donde se depositan las escobas”. La diosa, idéntica con la
Tlagoltéotl de los escritos referentes al calendario, es “diosa
de la Inmundicia”, venerada por los olmeca uixtotin, estableci¬
dos en la costa del Atlántico; quiere decir, es diosa de la Con¬
cupiscencia, del Pecado, y con los sacerdotes de ella iban a con¬
fesarse los adúlteros, para descargarse de la culpa mediante
la confesión y librarse del condigno castigo.
Respecto a esta diosa, véanse mis explicaciones del códice
Borgia, tomo I, Berlín, 1904, págs. 152-165.
IV. 1.—c o gavie === cogauliqui, “amarillo”, cogávic xochitla,
“flor amarilla”, e íztac xochitla, “flor blanca”, son nombres que
se dan a la diosa porque lo es del maíz amarillo, maduro, de la
época de la cosecha. Por este motivo es también blanco en lo
esencial el atavío de esa deidad, o muestra los colores de los
dioses del Pulque, porque éstos lo son de la cosecha. En su
fiesta traían en las manos los danzantes los amarillos cempoual-
xóchitl, flores de la especie de heliánteas tageta y de otras que
forman la mala yerba del campo Xilonen, diosa del Maíz Tier¬
no, a quien festejaban en la primavera y al comenzar el tiempo
de lluvias, era representada con cara y vestido rojos, esto es,
con el color de los largos haces de estigmas que le cuelgan al
maíz tierno.
oya cueponca, igual, según el comentario, a ocueponia. Im¬
perfecto de cueponi, “abrirse las flores”, con el suflijo -ca, se-
fíalado por los gramáticos como pluscuanperfecto, y con ya in¬
terpuesto detrás del prefijo de pretérito o-.
tonana, igual a tonan, “nuestra madre”, nombre empleado
en general para las diosas de la Tierra, que eran consideradas
como engendradoras de los dioses y del género humano. Por
lo regular llámase también la diosa, lo mismo que la antigua,
Toci, “nuestra abuela”.
tenmechave parece deber resolverse en teo-metz-xauh-e, “el
que (o la que) está pintado de la cara con el muslo (la piel del
muslo) de la diosa”. (Véase xana, nino, “afeitarse la mujer
a su modo antiguo”.) Refiérese, pues, el nombre al mexxayá-
catl, máscara hecha de la piel del muslo de la diosa. Dos ve¬
ces volveremos a encontrar adelante (VIH, 3, y XIX, 2) la
misma denominación en las deidades de la Tierra y del Maíz.
moquiqican, traducido por el comentador con ompa oalquiz,
“ella procedió de, ella desciende de”. En el canto al dios del
Fuego (VI, 3) hemos de volver a ver una vez más moquiqa
en el sentido de ualquica “provenir”. La forma moquiqican,
o moquizcan, podría ser nombre verbal significativo de lugar;
pero como adelante (VI, 3) se usa moquizca igualmente como
forma definitiva, y moquizcan se conoce hasta ahora sólo con
esta combinación fija en las primeras cuatro estrofas de este
cuarto canto, puede uno ver como posible, y aun corno probable.,
que moquizcan tamoanchan se deba resolver en moquizca in ta-
moanchan — ompa ualquiz in tamoanchan, “ella vino de Ta-
moanchan”.
tamoanchan, o tamioyoan ichan, “casa del descenso”, “casa
del nacimiento”, mansión de los dioses generadores, se identi¬
fica por lo regular con el mítico oeste, pero también con el
cielo supremo donde moran los dioses de la Procreación. (Vé¬
anse mis explicaciones del códice Borgia, Berlín, 1904, pági¬
na 184, y, adelante, la observación a IX, 1).
IV. 2.—oyamoxocha, reproducido por el comentario en la
forma oxochiuh. Hace, pues, formado aquí de xóchitl, “flor”,
un verbo “ser flor”, “florecer”, que, según la forma existen-

57
te en el texto (xochi en el presente), en el pretérito se convier¬
te en xocJi y se usa como reflexivo; al paso que la forma em¬
pleada en el comentario (xóchiui en el presente), se convierte:
en Xochiuh en el pretérito y no se usa como reflexivo. Del
último verbo se deriva, además, xochiuia, que, usado con un
objeto personal, se traduce en el vocabulario de Molina por
“encantar, o enlabiar a la mujer para llevarla a otra parte, o
hechizarla”. En oyamoxocha está intercalado otra vez ya detrás
del prefijo de pretérito o-, y asimismo tiene añadida una a toda
la forma.
tonana, “nuestra madre”. El comentario escribe, en lugar
de esto, in amona, “vuestra madre”, o “yo, vuestra madre”,
pues pone estas dos estrofas íntegras en primera persona, como
lenguaje hablado por la diosa misma.
IV. 3.—iztac xochitla, “flor blanca” se refiere, en todo ca¬
so, como el cogavic xochitla de las dos primeras estrofas, al
color del maíz maduro.
IV. 4.—es igual a IV, 2, en el texto y en el comentario,
con la correspondiente sustitución de iztac por cogávic xochitla.
IV. 5-—ohoyateutl ca, “ella se ha convertido en un dios”.
El sustantivo téotl, “dios”, está empleado aquí como verbo, con
el prefijo de pretérito o- reduplicado, e intercalado detrás ya,
y a esta expresión va añadido el sufijo de pretérito (pluscuam¬
perfecto) -ca.
Teteo innan, “madre de los dioses”, es la parturienta, y co¬
mo tal, la guerrera que ha cogido un prisionero (véanse mis ex¬
plicaciones del códice Borgia, tomo I, Berlín, 1904, página 156).
Mas la mujer que muere de parto es el mocinaquetzqui, “el gue¬
rrero que ha tomado la forma de una mujer”, o la Ciuatéotl, “el
finado de sexo femenino convertido en un dios”. Como repre¬
sentante suyo se retrata aquí a Teteo innan en esta segunda
parte del canto. Estas finadas tenían su mansión en el Ciua-
tlampa, “región de las mujeres”, es decir, región del sol po¬
niente, del ocaso. Pero el occidente es el país donde la tierra
tiene un agujero por donde salen de ella las generaciones, país

58
donde moraban los antepasados de los hombres, los varones de
la época chichimeca; en la que los hombres vivían aún en la
tierra como chichimecas, como razas de cazadores. Por esta
causa se identifica aquí la madre de los dioses, Tete o innan, con
la diosa chichimeca Itzpapálotl, mariposa de obsidiana (véan¬
se, con respecto a esta diosa, mis explicaciones del códice Bor¬
gia., tomo I, Berlín, 1904, páginas 181 y siguientes).
teucontli paca, igual, según el comentador, a teucumitl yc-
pac, “en el melocacto”. Los melocactos, (o melocardos), se
llamaban teocomití, “olla divina” (genuina, verdadera), o uei
cómitl, “olla grande”. En el melocacto o al pie de la espinosa
acacia se aparecen a las tribus errantes los demonios de la re¬
gión chichimeca, del páramo. Así, cuando los toltecas van pe¬
regrinando y han pasado por Cinco, Tlamacazcatzinco y Quauh-
nénec, “oncan ycpac yn te oc omití moquetz yn tlacatecolotl ya-
otl oncan quicennotz yn icnihuan quimilhui”, “se les aparece
entonces en el melocacto el demonio Yáotl (es decir, Tezcatli-
poca), y convoca a sus amigos y les dice: “que debían dejar ir
más lejos a los toltecas y establecerse aquí en Xaltocan, abajo
de Tlatepotzco” (1). Y cuando los peregrinantes aztecas se
separaron de las ocho tribus afines (los nauatlaca), “yn otlica
ympan oagico yn tlatlacatecolo vey comitl ytlan huehuetztoque
yvan cequintin mizquitl ytzintla vehuetztoque yehUantin yn quin-
tocayotia mimixcoua”, “en el camino encontraron a los demo¬
nios que habían caído a la tierra entre los melocactos, y algu¬
nos también al pie de las espinosas acacias; los demonios que
llaman Mimixcoua (culebras de nubes) (2).
IV. 6.—ticyaitaca, igual a tiquittac, “tu lo ves” (el páramo),
de nuevo con ya interpuesto detrás del pronombre objetivo.
mozcaltizqui, reproducido en el comentario con mozcaltito,

(1) .—“Anales de Quauhtitlan”.


(2) .—“Histoire de la Nation Mexicaine depuis le départ
d’ Aztlan”. Manuscrit de 1576, appartenant a la collection de M.
E. Eugéne Goupil ancienne collection Aubin, p. 7.

59
“se alimentaba, era alimentada”. La forma es la de un futuro,
con el sufijo adjetivo -qui añadido. (Véase niyayalizqui en
III, 7, 8).
tlaltecutli, no tlaltéotl, es expresión consagrada para la dei¬
dad de la tierra. Así, se dice en la “Historia de los Mexicanos
por sus pinturas” que los cuatro dioses principales que crean,
asociados, “hizieron del pexe cipacuatli la tierra, a la qual di¬
jeron Tlaltecli, y píntanlo como dios de la tierra, tendido sobre
un pescado por se haver hecho dél” (i). Cuando el mercader
se apercibía para el viaje a Anáhuac en la tierra caliente, pro¬
vincias en la costa de uno de los mares, cortaba en la noche an¬
terior cierto número de papeles, que goteaba con caucho y des¬
tinaba a ofrendas de una serie de deidades: en primer lugar,
a Xiuhtecutli, dios del Fuego; luego (in itech poui tlalli qnihto-
naya tlalteoctli), “los que estaban destinados para la Tierra y
que llaman Tlalteuctli”; después, los de Yacatecutli ; etc. (2).
Y cuando en las disquisiciones acerca de esto, se habla de que
los guerreros tienen que alimentar con su sangre y sus corazo¬
nes a las deidades de la Tierra y del Sol, dícese siempre: in to-
nan in tota in tlaltecutli tonatiuh “a nuestra madre, a nuestro
padre, el señor (dios) de la Tierra (y) al Sol” (3). Y por
“morirse el enfermo”, dá el vocabulario de Molina (II, folio
42) : itech naci in tlaltecutli, “ir al señor (dios) de la Tierra”.
téotl, “dios”, en sentido restricto, es precisamente el sol y los
demás dioses del cielo, del lado luminoso de la naturaleza, téotl
ac, “ha entrado el dios (en el agujero, en la casa)”, significa
“se ha puesto el sol”. Correspondientemente se dice ueuctéotl,

(1) .—Joaquín García Icazbalceta, “Nueva Colección de Do¬


cumentos para la Historia de Méxicotomo III, México, 1891,
p. 231.
(2) .— Sahagún libro 9, cap. 3. MS Academia de la Historia.
(3) .—Sahagún libro 3, cap. 4. MS. Biblioteca Laurenziana,
y en otras partes.

60
el “dios viejo”, el del Fuego; pero ilamatecutli, la “diosa vieja”,
la de la Tierra.
IV. 7.—ye yancuic tigatla. ye yancuic yvitla. ñgatl íuitl, “cre¬
ta blanca y plumión”, o, en forma más completa, tígatl íuitl in tli-
lli in tlapalli in tecogauitl (1), “creta blanca, plumión blanco,
color negro, rojo y amarillo”, son el adorno de la víctima. Con
tigal se pinta de blanco el cuerpo y la cara del destinado al sa¬
crificio; el plumión {íuitl) se le pega en la cabeza y en el pelo;
con color negro (tlilli) se le hace el mixtetlilcomolo, o mixci-
tlalhuitícac, pintura facial de la Estrella de la Mañana; con co¬
lor rojo (tlapalli) se le pintan los labios y la barba; y con ocre
amarillo {tecogáuitl) píntansele rayas a lo largo sobre el fon¬
do de pintura blanca del cuerpo y de la cara. Así se convierte
en uauantli, en “rayado”, en destinado al sacrificio gladiatorio,
pues la creta blanca y el plumión denotan el cielo y la luz, la
pálida luz del cielo matutino en que se levanta el sol, al que
tienen que ir los destinados al sacrificio, los tonatíuh iixco, o
tonatíuhilhuicac yaui. Más con creta blanca y plumión se re¬
gala también al enemigo (2) a quien simbólicamente se desti¬
na de este modo al sacrificio gladiatorio. Y con creta blanca
y plumión se adorna asimismo el tlammii, guerrero que ha co¬
gido un prisionero y lo ha destinado al sacrificio. Pues como
dice el texto azteca de Sahagún (3) : quitocayotia tonatiuh ti~
gatl hyvitl y pampa yuhquin ytigayo yviyo ypotoniloca omo-
chiuh yn tlammii ynic amo ompa omic yaopan yn anoce oc miqui-
tiuh quixtlavatiuh ye quichoquiztlapaloa yellaquava yn ioanyol-
que, “(a este guerrero) lo llaman sol, creta blanca, plumión,
porque creta blanca y plumión son la (pintura y) pegado co¬
rrespondientes al aprehensor, porque el que no ha muerto en la
guerra, morirá en ella más tarde y lo expiará, y por eso le salu¬
dan sus deudos con lágrimas y le consuelan”. El guerrero está

(1) .—Olmos, edid. Remi Simeón, p. 213.


(2) .-—Códex Mendoza, 67, 12-14,
(3) -—Sahagún libro 2, cap. 21 MS. Bibl, Palacio.

61
precisamente, destinado al sacrificio. Y así nos damos cuenta
de por qué aviar a alguno con el adorno del sacrificio está ex¬
plicado en la gramática del padre Olmos directamente por “ar¬
mar algún caballero”, y por qué en el pasaje citado arriba sólo
en parte, dgatl yuitl in tlilli, in tlapalli in tecugauitl in quitlalia.
in quickiua, in tetech qidmateloa, inic. . . tetigonia, in tepotonia
in tetlauia, in tetecogauia in tlacatl, se traduce por “hacer mi¬
sericordia la persona o el Señor, o hacer limosna, o consolar
al afligido”.
Itzpapálotl se convierte en ye yancuic tigatla ye yancuic yvi-
tla, (untada y) encolada con “nueva creta y nuevo plumión”, o
(untada y) encolada “recientemente con creta y plumión”, por¬
que está representada aquí como recién nacida diosa, como par¬
turienta recién convertida en Ciuatéotl. En los manuscritos,
por ejemplo en el códice Borgia, vemos, en efecto, el retrato
de Itzpapálotl pintado de creta blanca, con rayas rojas a lo
largo y con plumión pegado en el cabello, sobre el cual des¬
cansa un enorme adorno ahorquillado de pluma de águila, in¬
signia de los guerreros. No le falta a Itzpapálotl (que en cam¬
bio muestra la pintura facial negra del dios viejo, del Fue¬
go) más que la pintura de la Estrella de la Mañana, la mixte-
tlilcomolo, mixcitlalhuitícac, que traen los varones muertos y
convertidos en dioses, las almas de los guerreros sacrificados
transportadas al cielo, a la casa del Sol.
oyapotoniloc. potonia es la expresión técnica para el pe¬
gamiento de plumión (“poner a otro bizma con pluma menuda
sobre trementina, o emplumar a otro”. Vocabulario de Moli¬
na). Aquí tenemos el pretérito o la forma adjetiva pasiva, con
ya intercalado detrás del prefijo de pretérito, o-.
ynavicacopa acatl xamantoca está explicado en el comenta¬
rio sencillamente con nauhcampa quitz yn acatl, donde quitz
parece reemplazar a quiz, naide, o naidccopa, “hacia las cua¬
tro direcciones”, como tlap-co-pa, “hacia la dirección del es¬
clarecer”, “hacia el oriente”, ácatl, “caña”, hace veces de mili,
“flecha”. Hacia los cuatro puntos cardinales disparan los chi-

62
chimecas. Por eso dice en los “Anales de Quauhtitlan”:
auh ninian anyazque in ompa Tlapco, ompa antlaminaz-
qui; noyuhqui in Mictlampa teotlalli yyitic antlami-
nazque: noiuhqui in Huitztlampa ompa antlaminazque,
noyuhqui in Amilpampa in Xochitlalpan ompa antlami¬
nazque auh in iquac oantlaminato in oanquimagito in
teteo in xoxouqui in coztic in iztac in tlatlauhqui
quauhtli ocelo ti coatí t o chin, etc.
“y debéis ir hacia el oriente y disparar para allá; igual
mente disparar hacia el norte en lo interior del páramo;
disparar asimismo hacia el país de las espinas (hacia el
sur) ; como también disparar hacia el rumbo de los cam¬
pos regados, hacia el país de las flores (el poniente) ; y
cuando hayáis disparado y herido a los dioses, al azul,
al amarillo, al blanco, al rojo, al águila, al jaguar, a la
culebra, al conejo, etc.”
Más aquí en nuestra estrofa (-cosa digna de atención-) no
se trata del disparo de la flecha hacia las cuatro direcciones,
sino que dice ynavicacopa a cali xamantoca, “hacia las cuatro
direcciones se quebró la caña (la flecha)”. Lo cual se refiere,
evidentemente, a que Itzpapálotl es la diosa del tiempo anti¬
guo. Y lo antiguo, lo desaparecido hace tiempo, lo pertene¬
ciente al reino de la muerte ya tiempo ha, represéntase en los
escritos hieroglíficos de la misma manera que lo destinado para
uso de los muertos, es decir, quebrado, en pedazos, o sea, inuti¬
lizado para el uso de los vivientes. (Sobre este punto, consúl¬
tense mis explicaciones del códice Borgia tomo I, Berlín, 1904,
final de la sexta sección).
IV. 8.—magatl mochiuhca, “convertido en ciervo”, “en fi¬
gura de ciervo”.
tcutlalipan, igual a teotalpan. teotlalli, la “tierra divina, ver¬
dadera, real”, esto es, el norte, los páramos del norte. E11 el
pasaje citado arriba (IV, 7) como de los “Anales de Quauh¬
titlan”, se equipara a teotlalli con mictlampa, región del reino
de la muerte, es decir, el norte; pero combinado con iitic, “en el

63
vientre de”, “en lo interior de”, manifiestamente porque pene¬
traba en el norte, reino de la obscuridad, en lo interior de la
tierra, en el reino de la Muerte.
nitziyanoittaco. Una vez más hállase interpuesto ya antes
del pronombre objetivo, que en este caso es mitz, “a ti”, y si¬
gue luego, según parece, un tema verbal, noitta, que quizá reem¬
plaza a on-itta, pero que el comentador explica con icnoitta, “te¬
ner lástima de alguno”.
yeva xiuhnello ye va mimicha. Xiúhnel y Mímich son cono¬
cidos nombres de antiguos chichimecas. En los “Anales de
Quauhtitlan” nómbrase a Tozpan, Iuitl y Xiúhnel como sacer¬
dotes del dios del Fuego. Dice en un pasaje: auh in iquac in
oantlaminato ye imac in Xiuhteutli in Huehueteotl xiqnitlalican
in (qui) piazqne eyntin Mixcoatl, Tozpan, Ihuitl yehuantin
in totoca in Tenamaztli Eteme ihuinan in quinnvachiti Chichi-
meca in Itzpapálotl, “y después que hayáis disparado, debéis de¬
positar (vuestro botín) en las manos del dios del Fuego, del dios
viejo, para que lo guarde (o para que lo guarden) los tres,
Mixcoatl, Tozpan, Iuitl; ésos son los nombres de las tres pie¬
dras del hogar; así lo enseñó Itzpapálotl a los chichimecas”; y
en otro pasaje: auh niman anquitlalizque in quipiazque Xiuh-
teuctli in Tozpan ihuan Xiúhnel, “y después debéis depositarlo
(delante) de los que custodien al dios del Fuego, (delante de)
Tozpan, Iuitl y XiúhneT. Según la “Historia de Tlaxcala” de
Diego Muñoz Camargo, los tlaxcaltecas salidos de Chicomóz-
toc dejaron en el pueblo de Magatépec a los caudillos Itztolli y
Xiunel y ofrecieron sacrificios a Itzpapálotl en la provincia de
Tepenénec, y fué Mímich quien consumó el sacrificio. Y en el
códice Boturini y en el conteste escrito sobre la historia de los
mexicanos desde su salida de Aztlán, del año de 1576 (MS. de
la colección Aubín Goupil), se menciona hieroglíficamente a
Xiúhnel y Mímich como los demonios llamados Mimixcoua, que
encontraron los errantes aztecas y uey comitl ytlan huehuezto-
que yoan cequintin mizquitl ytzintla vehuctztoquc, “que habían
caído a la tierra entre los melocactos, y algunos también al pie

64
de las espinosas acacias” (véase las observaciones a IV, 5).
Brinton, que poco sabía, según parece, de nombres propios,
tradujo esta estrofa: “And as you see the goddes of the earth
do to the wild beasts, so also does she toward the green herbs and
the fishes”. Mímich significa pescado, es cierto, pero Xiúhnel
es la “turquesa legítima”, y también se expresa hieroglíficamen-
tete el nombre por pedrezuelas de mosaico de color azul.

V.—Chimalpanecatl icuic ioan tlaltecaua (nanot) (i).

CANTO DEL (NACIDO) EN EL ESCUDO (CON EL


ESCUDO) Y DE LA SEÑORA DE LA GENTE
TERRENA (DE LA MADRE).

1. —Ichimalipan chipuchica veya, mixi-


viloc yautlatoaya ichimalipan
chipuchica veya, mixiviloc yautlatoa.

En su escudo (armado con su escudo) fué dado a luz por


la doncella el magno,
fué dado a luz el caudillo guerrero;
con su escudo fué dado a luz el magno por la virgen,
fué dado a luz el caudillo guerrero.
q. n. yautlatolli ipan omixiuh ynanotl chi
malipan in omiciuh, id est. ipan oquitlacatilli
ynanotl in vitzilopochtli yn yauyutl.
/. e.: En la dignidad de caudillo guerrero dió a luz la
madre, dió a luz en el escudo;
i. e.y en él (armado con el ) escudo le dió a luz la madre,
a él,
a UitzilopocHtli, a la Guerra (al dios de la Guerra).

2. —Coatepec tequiva. tepetitla moxayaval

(1).—Tlaltecaoannanotl. MS. Bibl, Laurenziana.


Sahagún V, 5
tevevel ayaquinelli moquichtivivi tlal-
li cuecuechivia aqui moxayaval te
vevella

El que ganó su título de héroe en la montaña de la cule¬


bra, entre las montañas,'
con su pintura facial (de guerrero) (y con el escudo)
teueuelli.
Nadie ciertamente se levanta (contra él),
la tierra tembló
cuando se puso él su pintura facial (de guerrero) (y su
escudo) teueuelli.
q. n. Coatepec otepeuh tepetitlan ve moxauh
toan y tevevel, id est. ichimal. ic otepeuh, ao-
. cae orno quichquetz. in iquac pevaloque Coate peca y-
niquac otlalli cuecuechiuh. id. est. iquac opopo-
liuhque.
/. e.: Triunfó él en la montaña de la Culebra, entre las
montañas.
Pintóse a sí mismo y ytevevel, i. e., su escudo.
Con lo que triunfó.
Nadie volvió a levantarse en contra suya cuando fué aco¬
metida la gente de la montaña de la Culebra,
cuando tembló la tierra;
i. e., entonces fué aquélla exterminada.

OBSERVACIONES.

En el primer canto a Uitzilopochtli debí hacer notar como


cosa algo extraña que no haya allí alusión alguna al conocido
mito, hazaña de ese dios en la montaña de Couatépec, donde
sale armado de punta en blanco del cuerpo de su madre Couatli-
cue, mata a golpes con el xiuhcóuatl, culebra de fuego, a Coyol-
xauhqui, capitana de los hostiles hermanos y hermanas empeña¬
dos en el combate contra la madre de aquél, y a estos mismos,

66
a los Centzonuitznaua, “cuatrocientos surianos”, los echa de
la montaña y los persigue hasta quitarles su adorno llamado
anecúyotl (tiara del dios ensanchada hacia arriba, calatiforme,
con mosaico de plumas pegado); después de lo cual, según re¬
fiere el texto azteca de Sahagún (i), huyen los supervivientes
hacia el sur (uitztlampa), que recibió de los Centzon Uitznaua
el nombre de uitztlampa; al paso que otra tradición, recogida
en la “Historia de los Mexicanos por sus pinturas”, cuenta que
los habitantes de la provincia de Cuzco (sic/) quemaron a los
cuatrocientos muertos por Uitzilopochtli (a quienes este relato
identifica con los cuatrocientos hombres creados por Tezcatli-
poca), y que los tomaron como dioses suyos y como tales los
conservaban aún en el día (“los quemaron y los tomaron por
sus dioses, y fasta agora por tales los tenían”) (2).
Lo que en vano buscamos en el primer canto, se nos viene
a la mano ahora aquí en el quinto, pues como se infiere de
todo el texto y como lo dice expresamente el comentario, éste
está dedicado a Uitzilopochtli, héroe del Couatépetl, montaña de
la Culebra. Porque el Chimalpanécatl, “el en el escudo”, men¬
cionado en el encabezamiento de este canto, es precisamente
Uitzilopochtli, dios joven que, como el ejército enemigo, ha
llegado ya hasta la cima del Couatépetl.
niman ic ualtlacatl niman itlatqui ualyetia, entonces fué
dado él a luz, y por cierto, desde luego con todo su traje.
yn ichimal teueuelli, con su escudo teueuelli.
yoan yn imiuh yoan yiatlauh xoxoctic mitoa xiuatlatl,
y con su flecha y su tiradera verde, que se llama tiradera
de turquesa (3).

(1) .—Sahagún libro 3, cap. 1, párrafo 1. MS. Bibl, del


Palacio.
(2) .—Joaquín García Icazbalceta. ((Nueva Colección de
Documentos para la Historia de México”, tomo III, México
1891, págs. 240 y 241.
(3) .—Sahagún, l. c.

67
Más para la madre de Uitzilopochtli, representada también
aquí como virgen (-concibió por obra de una borla de pluma
que descendió del cielo y que ixillan contlali, “se le metió en el
vientre’’-,) no se dá en este lugar, como en la conocida tradición
recogida por Sahagún, el nombre de Couatlicue, sino el de Tlal-
tecaua, que podría significar “señora de la gente terrestre’’ (tlal-
teca), o “del hombre terrestre” (tlaltécaitl), o quizá también “se¬
ñora de lo que sorbe” (tlaltecqui =tla-iltecqui). Repetidas ve¬
ces encontramos como nombre propio de varón el de Tlaltécatl
o Tlaltecatzin; así, cítalo Torquemada (i) como otro nombre
de Quinatzin, hijo de Tlotzin, emperador de los chichimecas de
Tezcoco. Sahagún (2) lo nombra como primero de los reyes
chichimecas (chichimeca tlatoque) de Tetzcoco. Torquemada
(3) menciona otro Tlaltecatzin como hijo del joven Tegogo-
moctli v cuatro de los regentes de Azcapotzalco dependientes
de México, que gobernaba allá todavía cuando vinieron los es¬
pañoles. El nombre mismo de Tlaltecaua cítalo Chimalpain (4)
como el de una de las cinco tribus primitivas de Tlalmanalco-
C hále o: Acxoteca, Miuaqne, Tlaltecauaque, Conteca, Tlaitolla-
que.
nano ti, igual a ndnyotl, o náyyotl, tanto como tenan, “la
madre de alguien”, “madre en general”.
V. 1.—Ichimalipan, igual a ichimalpan, “en su escudo”.
chipuchica, metátesis de ichpochca s. ichpochtli ica, “por la
virgen”, “de la virgen”.
mixiviloc es forma pasiva de mixui, “parir la mujer”. Pa¬
rece que el comentador juzgó inaceptable tal forma, pues que
en lugar de ella usa siempre la activa omixiuh ynánotl.
veya yautlatoa, igual a uey yaotláto el “gran jefe guerrero”.
V. 2.—Coatepec, “montaña de la Culebra”, situada junto a

(1) .—“Monarquía Indiana”, libro I, cap. 48.


(2) .—Sahagún, libro 8, cap. 3. MS. Academia de la Historia.
(3) .—“Monarquía Indiana”, libro 3, capítulo 6.
(4) .—Edid. Rémi Simeón, página 27.

68
Tolían, según la leyenda, auh yniuh quimatia huchuetque yn
uitzilopochtli yn cenca quimauiztiliaya yn mexica, ynin yn qui¬
matia yn itzintiliz yn ipeualiz ca yn couatepec yuicpa in tolían,
“y como los antiguos llegaron a saber, Uitzilopochtli, a quien los
mexicanos veneraban tanto, tuvo su origen, según sus noticias, en
el Couatépctl, que está situado en la región de Tolían (en direc¬
ción hacia Tolían). Pero con el nombre de Couatépetl, se deno¬
minaba también la alta pirámide de Uitzilopochtli en la capital
mexicana; así se le emplea de continuo en la “Crónica Mexica¬
na” de Tezozómoc.
tepe ti tía, igual a tepetitlan, “entre las montañas”. A decir
verdad, esperaría uno leer tepeticpac, “en la montaña”.
moxayaval, reproducido en el comentario con ye moxauh,
“él se pintaba con esto”. El verbo xana, nino, parece haberse
usado, por el contrario, para la pintura facial de las mujeres
en particular. Aquí deberíamos admitir un tema amplificado
xayaua, y tendríamos, además, el caso, ajeno al lenguaje clá¬
sico, de que un nombre verbal (-uno de esta clase, y, por más
señas, el participio perfecto de pasivo, se nos presenta aquí-) se
halle combinado con el pronombre objetivo reflexivo mo-.
(Véase adelante, en XI, 6 xaxavinoqui).
tevevel. teueuelli es el nombre del escudo de Uitzilopochtli.
Descríbeselo con estas palabras en el capítulo décimonono del
libro 12 de Sahagún: otlatl in tlachivalli otlachimalli, nauhean
ilapotonilli, quauhtlachc ay ótica hivichach apanqui, moteneva teve-
velli; “un escudo hecho de bambú, con plumas pegadas en cuatro
lugares; con plumión de águila hay aplicadas (en cuatro luga¬
res) grandes gotas de plumas; llámase teueuelli'\ Es, pues,
éste el conocido escudo, guarnecido de borlas de pluma en la
superficie, que normalmente vemos pintado en el códice Men¬
doza delante de los retratos de los reyes mexicanos. En él trac
el dios un estandarte manual, o de escudo, pintado como de
rojo (ezpámitl), y cuatro flechas (yoan navi imjuh ic qujeent-
zitzquja injehimal). Todavía no ha sido explicado de modo
seguro el nombre teueuelli; acaso se relacione con ueloa

69
“despedazar”. Hállase tal palabra también como nombre
propio, como el de un rey de Quauhnáuac (véase Chimalpain,
edid. Rémi Simeón, páginas 165, 174, y 175, y los hierogü-
fos fol. 41, verso, y 42 (= Kíngsborongh, IV, 24 y 25) del
códice Telleriano-remense). En un pasaje de la “Historia Tol-
teca Chichimeca” (MS. de la colección Aubín-Gonpil) parece
estar teuelli sencillamente por “escudo”: auh yn tlacochtli yn
teveveli ynomaceval ynonavatil. Y en un notable pasaje de
Chimalpain háblase de un “poner en movimiento” (onolinia) del
otlanámitl y del teueuelli, con que son vencidos los enemigos:
ynic conolinique yn otlanamitl yn tehuehuelli, ynic opopoliuh yn
Tepanecatl.

VI.—Yxco^auhqui icuic.

CANTO DE CARA AMARILLA (EL DIOS DEL FUEGO)

1. —Hniya tzonimoloco notavane yenamech


maya pinauhtiz. tetemoca yenamech
maya pinauhtiz.

¡Oh padres míos!, ¿debo haceros agravio en el Tzommolco


(reteneros injustamente la víctima) ?
¿Debo haceros agravio en el Tetemocan (reteneros injus¬
tamente la víctima) ?
q. n. In itzonmolcatl notavane ye nemechpinauh-
tiz nachcan nochan tetemocan, ye nemechpinauhtiz
I. e.: Yo, hombre de Tzommolco, oh padres míos, ¿debo
agraviaros (reteneros injustamente la víctima) ?
Allá es mi patria, en el Tetemocan, ¿debo agraviaros (re¬
teneros injustamente la víctima) ?

2. —xoncan mecatla notecvan (1) ycgotl mimil-

70
catoc chicueyocan navalcalU navali
temoquetl aya.

En el templo Mecatlan, oh señores míos, retumba la yuca


(el timbal hecho de madera de yuca).
En el Chicueyocan (lugar del ocho), casa de los disfra¬
ces, ha descendido el disfraz (la danza con máscara).
q. n. In mecatla anotecuhvan in vncan icgotl mi-
milcatoc veya quixtoc icgotl vncan nitemoc yn
chicueyocan.
I. e.: El (templo) Mecatlan, oh príncipes míos, donde re¬
tumba la yuca, apareció la yuca grande, allí descendí yo,
en el lugar del ocho.

3. —Huiya tzonimolco cuicotipeuhque


aya tzonimolco cuicotipeuhque, aya yz
tleica naval moquizcavia, iz tleica
naval moquizca.

En el Tzonmolco han empezado a cantar,


en el Tzonmolco han empezado a cantar.
¿Por qué no vienen acá?
¿por qué no vienen acá?
q. n. In tzonmolco otipeuhque ma cuíco yn tzonmolco
ma cuíco otipeuhque tleica in amoanvalquiga
tleica yn ayavalquiga.
I. e.: En el Tzonmolco hemos empezado a cantar,
En el Tzonmolco hemos empezado a cantar.
¿Por qué no os aproximáis?
¿por qué no se aproximan ellos todavía?

4. —Huia tzonimolco. macevalli maya

(1).—xoncan mecatlan notechoan. MS. Biblioteca Lauren-


ziana.

7i
temacovia, oyatonaqui, ay atona
qui macevalli maya temacoviya.

En el Tzommolco deben ser ofrecidos hombres (sacrifica¬


dos a mí).
Ha salido el sol, deben ser ofrecidos hombres (sacrifica¬
dos a mí).
q. n. In tzonmolco otonac auh inomacevalhoan
xinechmacaqui notechpovizque iquac ynenetoltiloya.
I. e.: En el Tzommolco ha salido el sol.
y dadme los hombres
que me pertenecen (me están destinados)
desde el momento en que se hizo la promesa.

5-—Huiya tzonimolco xoxolcuicatl cacavantoc


ya ayovica mocuiltono acitontecuitl mote
icnelil maviztli.

En el Tzommolco toca ya a su fin el canto. Sin fatiga


se ha hecho él rico, ha obtenido categoría de señor, es sor¬
prendente su merced (la merced a él otorgada en parte).
q. n. In cuicatl tzomolco cayecavani
maic necuiltonollo netotilo in tetecuti
yehica inihicnelil ca maviztic.
I.e.: En el Tzommolco toca ya el canto a su fin, ojalá
se obtenga riqueza con la danza de los señores, porque es
admirable su recompensa (la recompensa proveniente de él,
del dios).

6.—Huiya civatontla xatenonotza, ayyanh-


calcatl quiyavatla xatenonotza.

Oh mujercita, di la oración (haz la petición) señora de


la casa de la niebla, afuera (delante de las puertas) di la
oración (haz la petición).

72
q. n. In tiqivatontli xitenonotza in
quiavac ayauhcalcatl. id. est. in tici.
vatontli xitenonotza.
Le.: Tú mujercita, di la oración (haz la petición), se¬
ñora de la casa de la niebla, afuera (delante de las puer¬
tas).

OBSERVACIONES.

Ixcoqauhqui, “cariamarillo”, o Xiuhtecutli, “señor de la


turquesa”, “señor azul”, es el dios del Fuego. Xiuhtecutli, Ix-
coqauhqui yoan Cueqaltzin yhevatl motocayotia yn tletl, anoqo
ueueteotl,yoan tota, “Xiuhtecutli, Yxcoqauhqui Cueqaltzin (la
llama sagrada) se llama el Fuego, o Ueuetéotl (el dios viejo)
y Tota (nuestro padre)”, son las palabras con que Sahagún da
principio al capítulo que trata del dios del Fuego (libro i, ca¬
pítulo 13). Y en otro pasaje (libro 6, capítulo 17), en un ra¬
zonamiento expresado en estilo más levantado y dirigido por
el rey a sus hijos, les hace ver éste que a los justos que le sir¬
ven con celo les concede Dios honores y dignidades y les pone
en las manos el cargo de regir al pueblo con rectitud, colocán¬
dolos al lado del dios del Fuego: in teteu innan in teteu inta, in
tlalxicco onoc xiuhtetzaqualco maquitoc in xiuhtotoatica mixt-
zatzacuÁliiica in veveteutl in aiamictlan in xiuhtecutli, “que es
la madre, el padre (es decir, el rey) de los dioses, que tiene su
habitación en el ombligo de la tierra, entra en la azul pirámi¬
de de piedra; tiene la cara circundada de agua con colores de
ave turquesa, el dios viejo, el Ayamictlan Xiuhtecutli” (“el pa¬
dre de todos los dioses, que reside en el alberque de la agua y
entre las flores que son las paredes almenadas entre unas nu¬
bes de agua. Este es el antiguo dios, que se llama Aiamictlan y
XiujAecutli”). De manera que este dios era considerado por
los mexicanos como del fuego del hogar, como padre y amo
de casa, y como juez y rey oculto en las nubes lanzando rayos
a la tierra; y honores mundanos, riquezas y poder son las cosas

73
inherentes a la idea de este dios y que dispensa el a sus de¬
votos. Esto se expresa también en el canto que tenemos a la
vista. Pormenores sobre Xiuhtecutli, sus metamorfosis, aspec¬
to y traje, los encontrará el lector compilados en las páginas
TI5-I25 de mis explicaciones sobre el códice Borgia (tomo I,
Berlín, 1904).
VI- 1.—tzonimolco, igual a Tzommolco, templo del dios del
Fuego, se cita al mismo tiempo como nombre de uno de los sie¬
te calpulli, esto es, gentes, o barrios, de los mercaderes de 77a-
telolco:
niman ye ic quicuepilia in intlahtul im puchtecatlahtoque in
izqni petlame in ic cecencalpulpan teyacana. puchtlan. au-
achtlan. atlauhco. acxotlan. tepetitlan. itztulco. tozommul-
co. Inin chiquacen petlame cehcemme teyacanque tlapa-
cliona, “después replican los jefes del comercio, tantos juz¬
gados son los que rigen en las diversas gentes, (en las gen¬
tes) Pochtlan, Auachtlan, Atlauhco, Acxotlan, Tepetitlan,
Itztolco, Tzommolco. Tales son los siete juzgados donde
para cada cual tenía el mando un jefe” (1)
Naturalmente, el templo del dios del Fuego ha de haber es¬
tado erigido en este barrio. En el apéndice al libro segundo de
Sahagun se menciona el templo mismo de Tzommolco como el
sexagésimo cuarto de los edificios de esa especie. En él se ha¬
cían los sacrificios en la Izcalli, fiesta del dios del Fuego. Y
le pertenecía una habitación sacerdotal, el Tzmmolco calmé cae,
que Sahagún cita, en la enumeración de los templos y edificios
pertenecientes a ellos, bajo el numero 61 y como lugar donde, en
la fiesta del dios del Fuego, los sacerdotes de éste sacaban nue¬
va lumbre por frotamiento.
notavane, “oh padres míos”, sin duda se emplea como apos¬
trofe a los sacerdotes, lo mismo que el annotata ynoquacuillo de
III, 4.

(i).—Sahagún, libro 9, cap. 3. MS. Academia de la His¬


toria.

74
ye namecJi maya pinauhtiz. El verbo pinauia, o pinauhtia,
'‘hacer agravio a uno”, parece, como lo hice notar ya en las
observaciones a III, 4, haber sido usado en estos cantos para
significar especialmente la retención injusta de la víctima a los
dioses. El comentario reproduce la precitada forma del texto
sencillamente con yencmechpinauhtiz (donde probablemente
—nemech— está en lugar de namechl por error del escribiente).
Más la forma del texto contiene también un ma que evidente¬
mente debe dar sentido optativo o subjuntivo, y detrás del
cual, como por lo general inmediatamente detrás del pronombre
objetivo, está intercalado un ya. Raro es tan sólo el lugar don¬
de se halla aquí este ma, puesto que en el lenguaje clásico lo
acostumbrado generalmente es ponerlo delante de toda la for¬
ma verbal. Por supuesto, no es aquí directamente optativo el
sentido: “quisiera agraviaros”, sino el de una pregunta dudosa:
“¿debo agraviaros?”
tetemoca, “donde caen varias cosas”, no se conoce de nin¬
guna otra fuente; más del paralelismo de las líneas de la es¬
trofa parece resultar que este t eterno can (como lo escribe el
comentario) no es sino sinónimo de Tzommolco, un nombre
más del templo del dios del Fuego.
VI. 2.—xoncan es oncan, según se infiere de la reproduc¬
ción en el comentario. No sé cómo explicar la x inicial.
mecatla, o mecatlan, según la lección laurenziana, se cita en
el apéndice al libro segundo de Sahagún, bajo el número 42,
como un templo donde se enseñaba a los sacerdotes a tocar los
cuernos de concha, etc. Pero indudablemente no era simple
escuela musical, pues en la enumeración que de los diversos
sacerdotes hace Sahagún en una sección posterior del mismo
apéndice al libro segundo, se menciona un tlagolquacuilli (1),
“sacerdote de la suciedad”, que tenía que custodiar el cu Mcca-
tlan. Vestía, al estilo sacerdotal, con la almilla (xicolli) y
portaba la calabaza llena de picietl, o sea tabaco, en la espalda,

(1).—Corregido Tlaholquacuilli.

75
y cuidaba con mucho empeño de que nadie entrara en el cu ni se
acercara a el si no era con gran reverencia y de que no hubie¬
ra allí ninguna especie de suciedad; y si alguien hacía porque¬
rías cerca de ese cu, le aprehendían y le castigaban. No se des¬
cubre bien qué clase de carácter especial tenía tal edificio: lo
único que puedo apuntar a este respecto es que a los músicos
que prestaban sus servicios en el sacrificio gladiatorio de la 77a-
caxip eualiztli, los denominaban Cozcateca; que en el mismo
capítulo, de Sahagún (libro 2, cap. 21) se menciona a los No-
noualca, Cozcateca, Cempualteca y Mecateca como enemigos de
los mexicanos; y, por último, que en Teouacan, Cozcatlan y
Teotitlan era de casa el dios Macuilxóchitl, considerado por los
mexicanos como deidad de la música y del baile. Tal vez fué
también Mecatlan el santuario de un dios trasladado de aque¬
lla comarca a México, donde se ejercitaba el arte que tal dios
parecía patrocinar en su tierra.
notecvan es un paralelo de notavane, y sin duda empleado
también como apostrofe a los sacerdotes.
y ego ti mimilcatoc. Con los nombres icgotl, o izote —en la
forma pulida en que usan las palabra los habitantes de habla es¬
pañola—, se conocen varias especies de árboles de yuca, abun¬
dantes en los páramos del norte de México y pertenecientes a
la familia de las liliáceas (yucca aloifolia L., baccata Torr., fi¬
lamentosa L., trecidcana Carriére). El comentario explica el
icgotl mimilcatoc sencillamente con in oncan veya quixtox ic¬
gotl, “(el templo Mecatlan), de donde procede o sale el tron¬
co de la yuca grande”. Creo, sin embargo, que el mimilcatoc
entraña un significado muy expresivo. La palabra, en verdad,
quiere decir claramente “vino él rodado”; pero se dice en par¬
ticular del sonido retumbante, amenazador, del timbal. Así, en
Sahagún libro 2, capítulo 25, espónese al describir la fiesta Et-
zalqualiztli: yn teocalticpac tlalocan teponagolo tlapitzalo. ye-
uatl ym mopitza tecciztli, yuan acatecciztli. cuíco yn teponaztli
mimilcatoc. nanalcatoc. yuhquin quiquinacatoc yuan ayacacho-
lo, “en lo alto del templo Tlalocan se toca el timbal de madera

76
y los instrumentos de viento. Tócase la concha y el cuerno
de carrizo. Cantan. El timbal de madera produce su retum¬
bante sonido, resuena roncamente y amenaza. Y agitan las
sonajas”. Aparecen, pues, aquí como sinónimos de mimilcatoc
las expresiones nanalcatoc yuhquin quiquinacatoc, que se refie¬
ren solamente a un sonido que amenaza roncamente. (Véase
en el vocabulario de Molina: nanalca, “graznar el ansar, la¬
drar o regañar y gruñir el perro y el puerco, o sonar a que¬
brada la campana o la olla”; quiquinaca, “gemir con dolor, zum¬
bar el abejón, gruñir el puerco”). Evidentemente, ícgotl “árbol
de la yuca”, significa aquí el tambor hecho de la madera de
ese árbol; ícgotl mimilcatoc, “el árbol de la yuca retumba”, “el
tambor hecho de madera de yuca retumba”.
chicueyocan navalcalli. De igual modo que del paralelismo
de los versos de la estrofa i tuvimos que inferir que tetemo-
can es sólo sinónimo de Tzonmolco así resulta aquí un parale¬
lismo semejante: chicueyocan, “lugar del ocho”, no puede ser
sino sinónimo del templo Me callan, nombrado en el primer ver¬
so. Mecatlan es el templo de la música, y chicueyocan se ex¬
plica aquí como navalcalli. Lo que, por supuesto, en este caso
no puede significar “casa del hechicero”, sino que, en conso¬
nancia con la acepción primitiva de la palabra naualli, debe de¬
notar la ucasa de los disfraces”. Música y mojiganga precisa¬
mente hacen juego con adorno teatral, y por lo mismo, el si¬
guiente navali temoquetl tal vez no quiere decir “descendió el
hechicero”, sino “descendió el disfraz”, “nació la mojiganga”,
esto es, ha empezado el baile de máscaras.'
temoquetl aya es otra vez el pretérito con el sufijo adjetivo
-qui y el artículo -ti, al que, en gracia del ritmo y de la melodía,
se le añadió además un aya.
Por lo demás, según lo expuesto arriba, es claro que el co¬
mentador no entendió del todo bien esta estrofa.
VI. 3.—cuicotipeuhque es manifiestamente expresión com¬
puesta, pero que en lenguaje clásico debería ser cuicatipeuhque,
“han empezado a cantar”. Al comentador le chocó la irregula-

77
ridad y reprodujo esta composición en otra forma, evidentemen¬
te errónea, pues que otipeuhque ma caico, que a mi entender
significa “hemos empezado a cantar”, lo explica él por “hemos
empezado, ojalá cantaran”.
aya, en el comienzo de las líneas (verdaderas) segunda y
tercera, corresponde, a mi ver, al huiya del principio de la es¬
trofa.
yz tleica. Aquí, es la voz interrogativa tleica, “por qué”,
combinada con el demostrativo iz, que el comentador omite por
embarazosa.
naualmoquiz cavia se debe resolver en i ti a-ual-moquizca-via,
no vienen acá” pues moquizca está aquí por ualquiga, como
arriba (IV, 1-4) moquicican por in ompa ualquiz. El comen¬
tador pone en la primera de estas dos líneas la segunda perso¬
na plural: in amo anvalquiga, “¿por qué no venís acá?” En la
segunda de las dos líneas pone, en vez de la simple negación a,
el amplificado aya, que probablemente aquí, como en ayamo,
significa “todavía no”.
VI. 4. nmceualli, igual a vasallo” (Molina), significa los
“súbditos”, el “pueblo ordinario”. Véase maceual ye toca, nino,
teneise por siervo o por persona de baja suerte” (vocab. de
Molina) : maceualíuitl, “plumas comunes, ordinarias”, en opo¬
sición a tlagoiuitl, “plumas exquisitas, preciosas”. Pero aquí
en nuestra estrofa, maceualli significa sencillamente “hombre”,
como, por ejemplo, cuando en el primer capítulo de Sahagún
IMS. Bibl. del Palacio) se dice de Uitzilopochtli: gan maceua-
lli gan tlacatl catea, “era sólo un hombre”. Trátase en esta
estiofa sencillamente de que se deben ofrecer víctimas humanas.
maya temacovia es optativo del impersonal, con ya interca¬
lado detrás de la partícula optativa ma, como en la estrofa VI,
r, ye namech maya pinauhtiz. Y a toda la forma verbal está
agregado, además, uia, como en VI, 3, yztleica neval moquizca-
via. El comentador sustituye la forma desiderativa y el im¬
personal por el imperativo y la forma personal: xinechmacaqui,
“dadme”.
\ \,
V
n. -
■'V oya tonaqui, igual a otónac, “ha salido el sol”, “ha despun¬
tado el día”, y con ya intercalado detrás del prefijo de preté¬
rito. En estos cantos la frase parece referirse siempre a la
víctima humana, significando tanto como: “ha llegado ya la
hora del sacrificio”. Así en I, i, y más claramente aún en II,
6, 7, donde, después de haberse dicho primero que el prisionero
está provisto de adornos sagrados, se llama en seguida al sa¬
cerdote, porque alivia oyatonac, “ha salido el sol”, “la hora del
sacrificio ha llegado ya”.
También el comentador pone de resalto expresamente que
en esta estrofa se trata de víctima humana, haciendo que el
sacerdote reclame terminantemente la víctima que le pertenece
en virtud de una promesa (inenetoltiloya).
VI. 5.—xoxolcuicatl. No lo sé explicar. También el co¬
mentador se abstiene de interpretarlo. ¿Podemos pensar en xo-
tla, en el intensivo xoxotla, “abrasarse la tierra, o encenderse
los carbones?”
cacavantoc ya es la forma intensiva de caua, “cesar”, en
la de la llamada conjugación de movimiento y que se obtiene
añadiéndole -to, en el pretérito, toe. Pero evidentemente este
compuesto se ha formado aquí, no con el simple tema de pre¬
sente, sino con el participio activo en -ni.
ayovica es tal vez a-ouica, “no con dificultad”, “sin fatiga
En secciones sobre augurios se habla mucho del “enriquecerse
sin trabajo”. Sin duda se considera aquí esto como obsequio
del dios del Fuego, del señor de la Riqueza, como recompen¬
sa por el culto a él rendido.
aciton tecuitl. No lo puedo traducir sino por “ha alcanza¬
do él al señor” o “el señor lo ha alcanzado”. Entre otros, en
escritos hieroglífíeos de la colección de JJhde, procedente de la
provincia mexicana, encuentro tecuitl por tecuhtli. Creo que se
ha de tratar aquí de la obtención de categoría y dignidades como
una merced más del dios del Fuego. El comentador entiende
esto muy de otra manera ciertamente, pues que explica: ma ic
necuiltonollo netotilo in tecuti, “ojalá nos granjeamos riqueza

79
con la danza de los señores”. No se dice nada de danza en el
texto. ¿O hay acaso aquí un error y deberemos leer de nuevo
nenetoltilo in tetecutif
moteicnelil maviztli. teicnelilli es “beneficio hecho a otro”.
Para expresar la merced que a él mismo, organizador de la
fiesta, se le concede sólo en parte, está puesto aquí otra vez
el pronombre reflexivo mo; empleo inadmisible en el lenguaje
clásico. Por esta causa lo trocó el comentador en yehica in ihic-
nelil ca maviztic, “porque su merced, es admirable”, y es evi¬
dente que tampoco toma el pronombre como expresión de
un genitivo objetivo, sino como la de un genitivo subjetivo: “la
merced que proviene de él, del dios”.
VI. 6.—Esta última estrofa se aparta completamente de las
demas, y es difícil decir si en general existe relación con lo que
antecede y de qué naturaleza puede ser. El civatontla, la “mujer-
cita”, y el ayyauhcálcatl, “señora de la casa de la niebla”, ha¬
cen alusión a una diosa de las Montañas; y el del quiyávatl, en
lugar del cual pone el comentario quiavac, “junto a la puerta”,
“delante de la puerta”, “afuera”, podríase inferir que se habla
de una deidad que tenía su santuario delante de las puertas de
la ciudad. Acaso se trate del ayauhScalli, que en el capítulo 82
de la “Crónica Mexicana” de Tezozómoc se menciona en estos
términos: “manantiales, ojos de agua y cuevas de agua. . . co¬
mo la de nuestra madre que llaman Ayauhcalco que está allí
el repartimiento del zacate, labrado encima y cegado, está la
hermita de Santo Thomás Apóstol”. ... La plazuela de Santo
Tomás queda al sudeste de la ciudad, más allá del canal de la
Viga, y muy próxima, a este lado del canal, la plaz uela de San
Pablo, donde según el capítulo 69 de la “Crónica Mexicana” de
Tezozómoc, se hallaba el templo del “barrio Huitznahua Aya-
uhcaltitlan”, el precitado templo Uitznáuac, que lo era de Tez-
catlipoca. En la fiesta de dedicación del templo mayor de Mé¬
xico, bajo Aliuítzotl, este rey en persona, como lo expuse ya en
las observaciones al canto II, consumó sacrificios en el Couaté-
petl, pirámide principal de Uitzilopochtli; el rey de Acolhuacán.

80
en el templo Yopico, de Xipe y el rey de Tlacopan, soberano
de los tepanecas, precisamente en el repetido Uitznáuac, al su¬
deste de la ciudad. Como el dios de los tepanecas es el del
Fuego, cabe en lo posible que tuviese conexión con éste la dio¬
sa del ayauhcalli cercano al Uitznáuac, más allá del canal de
la Viga, al sudeste de la ciudad.
xatenonotza se halla corregido en el comentario por xiteno-
notza, “di la oración”, “haz la petición”, o cosa semejante.

VII.—Mimixcoua yncuic.

CANTO DE LA CULEBRA DE NUBES (DIOSES DEL


NORTE, DIOSES DE LA CAZA).

1. —Chicomoztoc quinevaqui (i), gani aveponi


gani, gani teyomi.

Provino él de las “siete cuevas”.


q. n. Chicomoztoc onivállevac ganic ave¬
poni. ichichimecatlatol. gani aveponi ga
ni gani teyomi.
1. e.: De las “siete cuevas” provine yo.
gani aveponi es frase chichi meca.
gani aveponi gani gani teyomi.

2. —Tzivactitla quinevaqui gania aveponi ga¬


ni gani teyomi.

Provino él del “país de las plantas espinosas”.


q. n. tzivactli in itlan -onivállevac gania
veponi gani gani teyomi.
I. e.: De en medio de las plantas espinosas provine yo.

(i).—-quinehoaqui, MS. Boblioteca Laurenziana.


Sahagún V, 6
81
3*—Oyanitemoc, oyanitemoc aya ica nitemoc
notzivaquimiuh aya ica nitemoc notziva-
quimiuh.

\o descendí (nací), yo descendí (nací) con mi dardo fa¬


bricado de la planta espinosa.
Yo descendí (nací) con mi dardo fabricado de la planta
espinosa.
q. n.\ oyanitemoc. q. n. onitemoc onitlacat ipan
ynotzivacmiuh: onitemoc ipan ynotzi-
vacmiuh g animan ipan nitlacat yno-
tlavitol ynomiuh.
/. e:. oyanitemoc, i. e., descendí, nací, en mi flecha (esto
es, armado con ella) fabricada de la planta espinosa; des¬
cendí en mi flecha fabricada de la planta espinosa, nací
desde luego en mi arco y flecha (quiere decir, armado con
ellos).

4-—Oyanitemoc oyanitemoc aya yca nitemoc


nomatlavacal.

Descendí (nací), descendí (nací) con mi bolsa de red.


q. n. onitemoc onitlacat in ipan nomatlavacal g animan ipan
nitlacat.
I. e.: Descendí, nací en mi bolsa de red (provisto de ella),
desde luego nací en ella (provisto de ella).

5.—Niquimacui, niquimacui, yvaya niqui¬


macui, niquimacui yvan ia ayo macui
vi.

Lo cojo, lo cojo,
y lo cojo, lo cojo,
y es cogido él.
‘7- w. yyancantlaiol. yca amia in chichimcca

82
in chichimecatlatol.
I. c.: Es un refrán de cazador (apresador), con él acos¬
tumbraban los chichimecas comenzar, con el refrán chi-
chimeca.

OBSERVACIONES

Mixcóuatl, “culebra de nubes”, era para los mexicanos el


dios de los chichimecas y de la caza y lo identificaban con Ca-
maxtli, dios principal de los tlaxcaltecas. Llamábase su fies¬
ta Quecholli y se celebraba en el mes de octubre; en ella hacían
toda clase de armas, ofrecían también a los muertos flechas en
miniatura y después efectuaban una cacería magna en el Za-
catépec. Por su apariencia es este dios casi imagen especular
de Tlaiiizcalpantecutli, deidad de la estrella de la mañana; di-
íerénciase, sin embargo, en que le falta el característico tocado
de esa deidad, y tiene en cambio sencillamente adornado el ca¬
bello con borlas de plumión (como Itzpapálotl) y encima un
adorno grande, ahorquillado, de plumas de águila. Esta con¬
cordancia con la deidad de la Estrella de la Mañana podría es¬
tribar en que precisamente él y dicha estrella son los fleche¬
ros, los dioses tiradores; pero quizás tiene un fundamento más
profundo. Todavía hoy, Toncami, Estrella de la Mañana, es
al mismo tiempo dios de la Caza entre los huichol, por
ejemplo, en la Sierra Madre del estado de Jalisco. Como re¬
presentante de los guerreros, es al par dios de las víctimas,
“hombre-víctima”. Con la pintura y traje de él aparecen los
destinados al sacrificio. En la cuarta parte de mis explicacio¬
nes sobre el códice Borgia, tomo I, Berlín, 1904, hay noticias
circunstanciadas de este dios.
Mimixcoua, “dioses de la Caza” en su mayoría, son men¬
cionados, entre otros, en el pasaje citado en las observaciones
a IV, 5. Son demonios que vey comitl ytlan huehuetztoque yo-
an cequintin mizquitl ytzintla vehuetztoque, “cayeron a la tie¬
rra entre los melocardos, y algunos, también al pie de las es-

83
pinosas acacias”. Mimixcoua intlalpan, “país de la culebra de
nubes”, es sencillamente sinónimo de Norte.
VII. i.—-Chicomostoc quinevaqui. Chicomostoc, “siete cue¬
vas”, conocido sitio mítico, supuesto al norte, de donde habían
venido las tribus del país. Así, dícese en un pasaje (pág. 6o)
del manuscrito de Sahagún de la Academia de la Historia: iz-
catqui in quimatia totavan in tocolhuan in quitoaya itcch qnitla-
miaya chicomustoc valquisque inic quitoaya vncan quisque va¬
can yolque chicontlamantli, “tenían además noticias nuestros pa¬
dres, según decían, de que nuestros tíos abuelos daban como ex¬
plicación principal que de Chicomostoc vinieron, como ellas mis¬
mas lo decían, las siete tribus de por allá procedentes, por allá
nacidas”:
1. —técpil chichimeca, o aculvaca chichimeca,
2. —colhuaca chichimeca (con su dios Tonan Quilastli),
3. —Otontlaca (con su dios Otontecutli),
4. —mexica chichimeca (con su dios Uitsilopuchtli),
5 •—cuexteca chichimeca,
6. —tenime chichimeca.
7. —totonaca chichimeca.
Siguiendo otra tradición, refiere Motolinía (1) que los in¬
dios de la Nueva España traían su origen de un país llamado
Chicomostoc, “siete cuevas”, y que un rey (a quien Mendic¬
ta, que reproduce la misma tradición (2), llama Istac Mixcó-
uatl) tuvo allá siete hijos en su mujer llancueye. El mayor
de ellos (a quien Mendieta llama Xeliiua) colonizó a Quauhque-
chollan y muchas otras ciudades, y sus sucesores llegaron hasta

(1) .—Joaquín García Icasbalceta. “Colección de Docu¬


mentos para la Historia de México”, tomo I, México, 1858, págs.
7-11*
(2) .—“Historia Eclesiástica Indiana”, México 1870. lib. II.
pág. 33. Joaquín García Icasbalceta, “Nueva Colección de Do¬
cumentos para la Historia de México”, tomo III, México, 1891
pág. 240.

84
Tehuacán Cozcatlán y Teotitlán. El segundo se llamó Tenoch
y de él provinieron los tenochca, o mexicanos. Los hijos ter¬
cero y cuarto (llamados Olmécatl y Xicaláncatl por Mendieta)
vivieron en un principio en la comarca de la Ciudad de los An¬
geles, es decir, Puebla; pero fueron desalojados de allí, se di¬
rigieron más adelante y llegaron hasta la grande ciudad co¬
mercial de Xicalanco (situada, en Tabasco, en los confines de
la región maya). El quinto hijo tuvo por nombre Mixtécatl.
De él tomaron origen los mixteca, que se extendieron desde A ca¬
tión hasta Tototepec, en la costa del mar del sur, y hasta el va¬
lle de Oaxaca. El sexto y último se llamó Otomití, de quien
procedieron los otomí, que vivían en la región de Xilotepec y
en las provincias de Tollan y Otompa y tenían aún muchos
otros pueblos en las mejores partes de la Nueva España. Después
tuvo el mismo rey de Chicomoztoc, en una segunda mujer, lla¬
mada Chimálmatl, un hijo, Quetzalcóatl, que se hizo célebre
como sacerdote y hombre piadoso. A este le ató cierta vez
un chichimeca una correa en torno de los hombros (acolli), por
lo que tomó el nombre de Acólhuatl. Y de él derivaron los
colima, antecesores de Moteuczoma, como señores de México y
Colhuacán.
Otros informantes que hacen proceder su nación de di¬
versa patria originaria mítica, citan ese lugar de Chicomoztoc
por lo menos como una de las comarcas tocadas por las tri¬
bus en su peregrinación hacia su patria ulterior. Y siempre se
descubre aquí distintamente que Chicomoztoc se suponía situa¬
do en los páramos del norte. Así, la tradición que Sahagún nos
conservó en el libro io, cap. 29, párrafo 12, refiere que las
diversas tribus se reunieron en el mar y desembarcaron en Pa¬
nuco. Después emprendieron la peregrinación a lo largo de la
costa hasta Guatemala, y de allí arribaron al país de Tamoan-
chan. Allá se separaron de ellos primeramente los blancos (tla-
matinime), para encaminarse hacia el este. Algún tiempo des¬
pués que éstos, separáronse también los olmeca uixtotin y los
cuexteca. Más tarde abandonaron a Tamoanchan los restan-

85
tes y llegaron hasta Xomiltepec y Teotiuacan. Al proseguir
la marcha, separáronse de ellos a su vez los otomí; pero los
demás llegaron hasta los páramos del norte (teutlalli ixtlauatl
quinamiqui) y anduvieron errantes por allá largo tiempo: aci-
t° in teutlalli yitic yn texcalli ytzala onca quittaque chicontetl
oztotl. Auh inin oztotl inteucal quichiuhque in tlatlauhtiaya, “lle¬
garon hasta lo mas céntrico de los paramos (del país septentrio¬
nal) por entre las rocas; allá descubrieron las siete cuevas, y es¬
tas siete cuevas las convirtieron en templos y oraron en ellas”. De
modo semejante refiere la “Historia de los Mexicanos por* sus
pinturas” (i) que los mexicanos que emigraron de su patria ori¬
ginal ia Aztlan, se dirigieron primero a las dos montañas ( — Te-
colhuacan), después hacia Quáuitl icacan, “donde está el árbol”
amo anchan), y luego a Chicomoztoc, y allí nacieron dos
hombres y una mujer llamados Tlacuxqnin (Tlacochtzin, “dar¬
do”), Manzamoyagual, (Macamoyóvál, “el ciervo ojeado”) y
Minaqueciguatle (¿ Minacacíuatl ?).
Esta idea de las “siete cuevas” se extiende hasta las razas
mayas de Guatemala y Yucatán; así, dícese en el Popol Vuh (li¬
bro III, cap. 4) :
ta xe Pe chila Tulan Zuiva Vukub pek Vukub zivan cha
chupa oher tzih tzatz chu binic xopan chi Tulan,
cuando salieron de Tulan Zuiva (Siete Cuevas, Siete Barran¬
cas), salieron de Tula caminando en densos grupos, según re¬
fieren las historias antiguas”. Y en la tradición yucateca, en
os libros del Chilam Balam, por lo menos se le da a este mismo
lugar Zuiva el nombre de holtun guuyva, “la cueva Zuiva”.
„ <luinfezJa(lm se convierte en el comentario en onivallevac,
emigre de allá para acá”, quineuaqui no contiene nada de
una primera persona; es la tercera del pretérito, con la desi¬
nencia completa -qui, en vez de -c. Pero la raíz no es el sim-

{1).—Joaquín García Icazbalceta, ((Nueva Colección de Do¬


cumentos para la Historia de México”, tomo III, México 1801
p. 240. * ’ y >

86
pie eua, “partir”, ni tampoco ual-eua, aponerse en camino para
acá”, sino quineua, que manifiestamente tiene el sentido de “pro¬
venir de, ser originario de”. Volvemos a encontrar este verbo
en el nombre verbal quineuayan, “lugar.de procedencia, lugar
de origen”, que figura en la “Historia de los Mexicanos desde
su salida de Aztlán”, del año 1576 (MS. de la colección Aubín-
Goupil: yn oncan ytocayocan Quinevayan oztotl oncan ca yn
oncan quisque chicue calpoltin, “en el lugar que llamaban Qui¬
neuayan (lugar de origen) hállase una cueva de la cual salieron
las ocho tribus”). Tal verbo está contenido, además, en la
notable expresión itech quineua (itech quineuhqui, itech quine-
uac), que significa endemoniado.
gani aveponi hállase señalado en el comentario como expre¬
sión perteneciente a la vieja lengua chichimeca, ignorada por el
comentador. ¿Debemos suponer cueponi, pretérito ocuepon,
“reventó, se abrió”? (Véase adelante la observación a IX, 4).
gani gani teyomi es también voz de la antigua lengua chichi-
meca, desconocida para el comentador.
Brinton no se abstuvo de traducir ni las palabras que igno¬
raba el indio mismo garante de Sahagún. Vierte las palabras
gani aveponi gani gani teyomi por “only to you my friends, to
you, honored ones”. Dejo a juicio del lector la confianza que
tales traducciones merecen y el valor que para hacerlas se ne¬
cesita.
VII. 2.—Tzivactitla, igual, según el comentador, a tzivac-
tli in itlan, “entre los matorrales de tziuactli”. Con tziuactli de¬
notaban los mexicanos una planta espinosa de los páramos del
norte, representada en ocasiones como una especie de agave
(véase el hieroglifo Tziuactépetl, códice Telleriano-remense, fol.
25, Kíngsborough, III, 1), y en ocasiones como una especie
de cacto, así, por ejemplo, hieroglifo de una persona llamada
Tzíuac mitl, retratada en el manuscrito mexicano número 3 de
la Bibliothéque Nationale {París). Según Francisco Hernán¬
dez, sería una especie de cacto con tallo cilindrico rayado (ad
tunarum species pertinere videtur tetzihoactli, quae cum natu-

87
i ci et fot ida si mi lis esset, tiisi brachia caulesve teretem forman
el striatam sortirentur). En todo caso, era una planta mencio¬
nada como de los páramos del norte. Por esta razón no falta¬
ba el tziuactli en el jardín-páramo Teotlalpan que habían for¬
mado en . México precisamente para nuestro Mixcóuatl, dios
de los Chichimecas y de la Caza. (“Era un bosquecillo cerca¬
do con cuatro paredes como un corral en el cual estaban riscos
hechos a mano, y en ellos plantados arbustos que nacen en tie¬
rra fragosa, como son magueyes pequeñuelos, y otros que lla¬
man tzioactli ) (i). Y de los teochichimeca, razas del norte,
dícese en el capítulo etnográfico de Sahagún (2) : “Su comi¬
da. y sustento de estos Teuchichimeca era hojas de tunas, las
mismas tunas, y la raíz que llaman cimatl, y otras que sacaban
debajo de la tierra que llaman tzioactli, nequametl, mizquitl, pal¬
mitas y flores de éstas que llaman ycgotl, y miel que ellos saca¬
ban de muchas cosas, como de palmas, de maguey y de abejas
y otras raíces que conocían y sacaban debajo de la tierra”.
Eos dioses chichimecas Otontecuhtli y Amímitl traen el tzíuac
tlacuchtli tzíuac mi ti, dardo fabricado del tallo de esta plan¬
ta (3)-
VII- 3- oyanitemoc esta explicado en el comentario con
onitemoc onitlacat, es decir, es el pretérito, primera persona
singular de temo, “descender”, con ya intercalado detrás del
prefijo de pretérito. Pero el verbo temo, “descender”, significa
aquí, como terminantemente lo declara el comentador, tlacati,
nacei . \ en verdad es esa una sinonimia muy explicable
también: según las creencias de los mexicanos, los dioses de
la Generación, los dioses del Nacimiento, Ometecutli Omecíuatl,
vivían en el Omeyocan, supremo, décimotercer cielo. Desde allá
son enviados los niños al mundo. Por esta causa “nacer” se

(1) •—Sahagún, libro 2, apéndice.


(2) . Sahagún, libro 10, cap. 29, párrafo 2.
(3) -—Sahagún, MS. Biblioteca del Palacio. Véase Seler,
Gesammelte Abhandlungen”, II, Berlín, 1904

88
llama “descender de allá”. Y en efecto, en los escritos hiero-
glífíeos una huella de pie descendente significa casi siempre la
concepción o el nacimiento de un niño (i).
aya ica nitemoc es probablemente ayya ica, quiere decir, an
ya ica, igual a in ya ica, o sea el demostrativo in con ya inter¬
calado detrás. El in ica notziuacmiuh “con, o por medio de, mi
flecha de aguijón”, lo sustituyó el comentador con ipan in not¬
ziuacmiuh, “en mi flecha de aguijón”, esto es, vestido y arma¬
do con mi flecha de aguijón.
notzivaquimiuh es casi exactamente la forma del lenguaje
clásico, sólo que está atenuada la dureza de la consonante por
una i interpuesta entre tziuac y mi ti. Parece que el comenta¬
dor no se propone presentar el tziuácmitl como arma especial,
sino que lo explica con ynotlavitol ynomiuh, “mi arco y flecha”.
VII. 4.—nomatlavacal, “mi bolsa de red”. El matlauacalli
(red de cacaxtles, según Molina) se indica en el manuscrito de
Sahagún de la Biblioteca del Palacio al tratar del dios chichime-
ca, y allí se le señala declaradamente como “bolsa de red” (2)
La voz uacalli denota las armazones para cargar, en forma de
enrejado, en que los indios de México y Centroamérica transpor¬
tan cargas en la espalda, y matlauacalli es, correspondientemen¬
te, la red de cargar. Casi sin excepción se provee de la bolsa
de red a los chichimecas y a sus dioses. Entre los antiguos ca¬
zadores mexicanos y tribus cazadoras parece haber sido esta
bolsa de red un avío tan necesario como lo es la talega de red
tejida de filamento de car aguata entre las tribus del Gran Chaco,
de la “gran comarca de caza” por donde corren los afluentes
del río de la Plata.
Junto al dios Amímitl está el matlauacalli, compañero del

(1).—Véase el códice Borgia, explicado por el doctor Eduar¬


do Seler, tomo I, Berlín, 1904, págs. 31, 157 y 162.
(2).—Véase Seler, <(Gesammelte Abhandlungen zur ameri-
kanischen Sprach und Altertlmmskunde>\ tomo II, Berlín, 1904,
p. 482.

89
tziuácmitl, nombrado antes y también en nuestro canto.
VII. 5-—niquimacui es me- ma-cui, “yo le cojo con la ma¬
no”. La consonante está suavizada también aquí por una i in¬
terpuesta.,
yva ya. El ya está interpuesto aquí aun detrás de iuan, “y”.
ayo macuivi tiene apariencia de forma pasiva; pero no pue¬
do analizar con mayor precisión tal forma, ni tampoco me es
posible por ahora presentar ningunos paralelos.
yyancatlatol es itlatol in anquí, “la palabra, la sentencia del
aprehensor”; sentencia mágica que los chichimecas acostumbra¬
ban emplear cuando querían coger caza.
La estrofa citada, según parece, como última de este can¬
to en ambos manuscritos, matritense y florentino, pertenece in¬
dudablemente al canto que sigue. La reproduje, pues, en él co¬
mo primera.

VIII.—Xochipilli ICUIC.

CANTO DEL DIOS DE LAS FLORES.

1 •—Tlachtli icpacaya (i), vel in cuicaya, quetzalcux


coxaya, quinanquilia ginteutla. oay.

En la plaza del juego de pelota canta el quetzalcoxcoxtli y


le contesta el dios del Maíz.
q. n. caotonac caotlatvic cayecuico cayecuica centeotl.
no yehoatl in quetzalcocox.
I. e.: Cuando llegue el tiempo para nosotros, nos arregla¬
remos nuestra plaza de juego de pelota.
Allí cantaremos, y (con nosotros) el quetzalcoxcoxtli.

2.—yecuicaya toenivaya ovaya yeo, ye cuica¬


ya yequetzalcoxcuxa yoaltica tlaogin-
teutla oay.

(i).—ipacaya. MS. Biblioteca Laurenziana.

90
Ya canta nuestro amigo, canta el qnetzalcoxcoxtli, en el
crepúsculo, el rojo dios del Maíz.
q. n. caotonac caotlatvic cayecuico cayccuica centeotl
in quctzalcocox.
I. e.: Se ha hecho de día, ha despuntado la mañana,
ya cantan, canta el dios del Maíz el qnetzalcoxcoxtli.

3. —Zan quicaquiz nocitic ocoyoallc tcume-


chave oquicaquiz nocuica yncipac
tonalla atilili ovayya.

Mi canto debe oírlo el señor del Crepúsculo, el dios con la


pintura facial de piel de muslo.
Mi canto debe oírlo Cipactónal (dios del signo Cipactli,
dios de la Tierra).
q. n. Macaco intocuic ynican maquicaquican ynnicantlaca.
I. e.: Ojalá sea oído aquí nuestro canto, ojalá lo oigan los
hombres de la tierra.

4. —Ayao, ayao ayao. ayao. nitlanava-


ti ay tlalocan tlamacazquc ayao. ayao.
ayao.

¡Eh, eh, eh!, envió mi orden,


] Oh!, a los servidores del dios en Tlalocan, ¡ eh, eh, eh,!
q. n. In tlaloquc tlamacazquc niquinnavatia ye niauh in-
nochan.
I. e.: Envió con urgencia la orden a los dioses de la Lluvia,
a los servidores (de Tláloc) ; ahora me iré a mi patria.

5. —Ayao ayao, ayao. tlallocan tlamacaz¬


quc nitlanavati, ay, ayyao, ayyo.

¡Eh, eh, eh!, envío la orden a los servidores del dios en


Tlalocan, ¡eh, eh, eh!

91
q. n. ln tlaloque tlamacazqne niquinnavatia ye niauh in-
nochan.
/. e.: Envió con urgencia la orden a los dioses de la Llu¬
via, a los servidores (de Tláloc); ahora me iré a mi pa¬
tria.

6. —A o gani vallagic, otlinepanivia, ga¬


ñí ginteutla campa yenoyaz campa
otli nicyatocaga oay.

Llegué al lugar donde los caminos se juntan,


yo, dios del Maíz.
¿A dónde debo ir ahora? ¿qué camino debo seguir?
q. n. ca onitlanavati in tlaloca catli yenictocaz vtli.
I. c.: Envío la orden
hacia (¿) Tlalocan, ¿qué camino debo tomar?

7. —Ayyao, aya, ayao, tlalocan, tlamacaz-


que quiaviteteu. ayyao, aya, ayao.

¡Eh, eh, eh, servidores del dios en Tlalocan,


dioses de la Lluvia, eh, eh, eh!
q. n. Inantlaloque ynantlamacazque catli nictocaz ynante-
tcuh.
1. e.\ Vosotros dioses de la Lluvia, vosotros servidores
del dios (en Tlalocan), ¿qué camino debo tomar, oh dio¬
ses?

OBSERVACIONES.

Xochipilli, “príncipe de las flores”, aparece en la obra de


Sahagún como compañero de Macnilxóchitl, dios del Juego, del
Canto y del Baile, y también Auiatéotl, que es dios del Pla¬
cer.
Ln el sentido más propio, es, a juicio mío, dios de la Ge-

9*
iteración y joven dios del Maíz. El manuscrito hieroglífico de
la Biblioteca Nacional florentina nos lo presenta como dios de
la Ueitecuílhuitl, fiesta del maíz tierno, en que es llevado aquél
en unas andas formadas de matas de maíz en flor, precedido por
sacerdotes que van tocando conchas. Y también en el códice
Borbónico se expresa esta fiesta del maíz tierno por las imá¬
genes de Xochipilli y Xipe Totee. Al primero vérnoslo también
allí en unas andas que probablemente se suponen asimismo for¬
madas de matas de maíz, pero que, no dibujadas como sería na¬
tural, sino como rayas pintadas con los colores del hieroglifo
chale Mui ti, “piedra preciosa verde”, vienen a convertirse en un
símbolo. Y la fiesta preparatoria, la fiestecita de los señores,
llamada Tecuilhuintotli, se denota en el códice Borbónico por
una plaza de juego de pelota (tlachtli), en uno de cuyos extre¬
mos ve uno a Xochipilli, vestido como dios del Maíz, y junto
a él a su moreno compañero Ixtlilton, dios del Baile; al paso
que en el otro extremo está pintado el partido contrario, forma¬
do de Quetzalcóuatl y de la vieja diosa de la Tierra, Couatli-
cue, o Ciuacóuatl. Xochipilli se halla pintado de rojo, como
la joven diosa del Maíz; pero tiene amarilla la mitad superior
de la cara, y en la mitad inferior, en torno de la boca y pin¬
tada de color blanco que contrasta con el fondo rojo, la fi¬
gura de una mariposa. Toda la cara del dios asoma por la
abierta boca de una ave caracterizada por un alto copete en la
coronilla, esto es, del ave quetsalcoxcoxtli, que representaba al¬
guna especie de tetrás, un hoco, o tal vez el pauxí. En el ca¬
lendario representa este dios el signo de día ogomatli, “mono”.
Véanse pormenores sobre él en mis explicaciones del códice
Borgia, tomo I, Berlín, 1904, páginas 129-137.
VIII. 1.—Esta estrofa figura en el manuscrito original co¬
mo última del canto anterior.
tlachtli icpacaya, “en la plaza del juego de pelota”. An¬
dan juntos el juego de pelota, la música y el baile. Macnilxó-
chitl, que es el dios de la Música y del Baile, preside también
el juego de dados (patolli) en el manuscrito hieroglífico de la

93
Biblioteca Nacional florentina. Y su imagen de piedra, achi¬
quillada, hasta cierto punto como espectador y juez, era coloca¬
da en los frontones. La magna fiesta del maíz tierno, la mag¬
na fiesta de los señores Ueitecuílhuitl, es precedida e iniciada
en el códice Borbónico por el arreglo de una partida de juego
de pelota, como lo acabo de exponer. El comentario dice tam¬
bién expresamente: cuando la época (de la fiesta) esté ahí
(infla tlagica), dispondremos (tictecazque totlach) para nosotros
un frontón (plaza para juego de pelota) y cantaremos allí
(oncan ticuicazqae ).
quetzalcuxcoxaya. El quetzalcoxcoxtli es, según se colige
también de la siguiente estrofa, el ave que canta en el crepúsculo
matutino.
ginteutla. En todo este canto se menciona invariablemente
a Xochipilli como Cintéotl, dios del Maíz, dios de los Comes¬
tibles, pues ciertamente lo es también, según se desprende de lo
asentado en el preámbulo. Por lo regular en el códice Borbóni¬
co se le representa, aun figurando en otras fiestas (como la
del maíz tierno), con mazorcas de ese grano en el huacal de
de la espalda.
El ritmo es muy movido en este canto. Detrás de cada una
de las partes de la estrofa hay un aya o un ya intercalado.
VIII. 2.—tocnivaya, de icninhtli, “amigo”. El “amigo” o
“compañero” es, naturalmente, el dios del Maíz.
ye cuicaya ye quetzalgoxcuxa yoaltica. El quetzalcoxcoxtli
es, pues, el tetrás que canta en el crepúsculo matutino (yoalti-
ca), y de aquí que esté muy bien empleado como imagen, más¬
cara y disfraz de Xochipilli, dios joven, dios del Maíz Tierno,
cantor. Compárese el pasaje citado arriba como del manuscrito
original de Sahagún, Libro io, cap. 29, párr. 12: ca otlamegale-
cac ca otlavizcalli moquetz. ca ye tlatoa yn cuegalpaxitl yn cuc-
galcuicuitzcatl ca ye nenti yn cuógalpapalotl} “ya comienza a
amanecer, ya se levantó la Aurora, ya canta la gallina de fue¬
go, la golondrina de fuego, ya vuelan las mariposas de fuego”,
Cabe en lo posible que este cuegalpáxitl (¿= panxis pauxi?)
sea idéntico a nuestro quetzalcoxcoxtli. Por lo demás, el dios
de la mañana es también en otras tribus el cantor, el dios de la
Música; así, entre los huichol de la Sierra Madre de Jalisco
llámase Tonoami, “cantor”, al dios de la Estrella de la Ma¬
ñana (i).
yoaltica, “en la noche”, esto es, en el crepúsculo matutino
tlaocinteutla. No hay seguridad completa en que se deba
hacer así la combinación. De estar bien, resultaría hallarse aquí
Tlauhcintéotl en vez de Tlatlauhqm. Este último parece, en
efecto, no ser sino otro nombre aplicado a Xochipilli. A él y
a la diosa Atlatonan (que Darán menciona como “diosa de la
lepra y de la gafedad”, pero en realidad no es, a juicio mío, más
que la diosa del litoral) se les hacía en el templo X o chícale o
una fiesta en la Ochpaniztli; en lo esencial parece haberse efec¬
tuado en la forma de la gran diosa madre Tete o innan, que caía
en la misma época.
ca otonac ca otlatvic del comentario, carece, por supuesto,,
del particular sentido del oyatonaqui del texto de los cantos
(véase la observación a II, 6, en las páginas 976, 977), y es
tan sólo explicación del yoaltica del dicho texto.
VIII. 3.—ocoyovalle parece deber resolverse en oc oyoual-e,
“el señor de la hora en que todavía es de noche” =el señor del
crepúsculo matutino. En las estrofas 1 y 2 del canto XIX en¬
contramos tlamocoyoale, usado por Macuilxóchitl según parece,
y por cierto hay indicios de que esta palabra está empleada allí
directamente como sinónimo de tlauizcalé, “señor del crepúscu¬
lo matutino”.
teumechave, “dios con la pintura facial de piel de muslo”.

(1).—Karl Lumholtz. “Simbolism of the Huichol Indians


Memoirs of the American Museum of Natural History. Voía¬
me III, Anthropology. II, Ardele I. New York, May 1900, p.
15.—Véase Seler. “Die Huichol-Indianer des Staates Jalisco
in México’". Memorias de la Sociedad Antropológica de Vie-
na, tomo XXXI (Viena, 1901), págs. 153 y 154.

95
Arriba, en IV, 1-4, encontramos esta palabra usada por Tete o
tunan.
cipactonalla, “signo de día cipactli”, o dios del signo de día
ctpactli, dios de la Tierra. El nombre Cipactónal se nos pre¬
senta, por una parte, en el par Oxumoco y Cipactónal señala¬
dos como viejos hechiceros e inventores del calendario. Pero,
por otra parte, y esto es importante, en el par Tamagastad y
Cipattonal, esto es, Tlamacázcatl y Cipactónal, que le fueron
nombrados al padre fray Francisco Bobadilla en el pueblo de
Teomega, Nicaragua, como los principales dioses de esta rama
de la nación mexicana que vive tan apartada de sus afines en
idioma y que probablemente había emigrado siglos antes (1) :
“Pues hombre principal eres, dime si sabes o has oydo
deqir quién crió el cielo e la tierra e todo lo demás?
“Tamagastad e Cipattoval: e Cipattoval es muger, e son
dioses, e como no los hé visto, no sé si son de carne o de
qué son; más mis passados me dixeron que están arriba
dentro del gielo. . expone uno de ellos.
“Quien crió el cielo e la tierra y estrellas e la luna e al
hombre e todo lo demás?
“Tamagastad e Cipattoval: e Tamagastad es hombre e Ci¬
pattoval es muger.
“Quien crió esse hombre y essa muger?
“No: nadie, antes descienden dellos toda la generagión de
los hombres e mugeres”, expone otro.
“Sabes quien crió el qielo e la tierra?
“Seyendo muchacho me dixeron mis padres que Tamagos-
tat e Cipattonal lo criaron. . .
“Quien crió al hombre e a la muger e a todas las otras
cosas ?
“Todo lo criaron estos que he dicho: Tamagostat e Cipa-

(i)-—Oviedo} “Historia General y Natural de Indias'lib.


42, cap. 2.

96
ttonal o Oxomogo e Calchitguegue e Chicogiagat.
“Donde están essos?
“No lo sé; sino que son nuestros dioses mayores, a quienes
llamamos feotes”, expone un tercero.
Por último, copio aún las interesantes preguntas y respues¬
tas que siguen:
“Cuando los indios mueren, ¿dónde van?
“Van debaxo de la tierra, y ¡os que mueren en la guerra de
los que han vivido bien, van arriba donde están Tamagas-
tad e Cipattoval.
“Primero dixistes que no sabías donde aquestos estaban:
como diqes agora que los que mueren en la guerra de los
que viven bien, van arriba con ellos?
“Donde el sol sale, llamamos nosotros arriba”.
Resulta de las anteriores preguntas y respuestas que estos
mexicanos, entre quienes tal vez se conservaban, relativamente
como en su origen las viejas ideas religiosas, consideraban a
Tlamacázcatl y Cipactónal como dioses del cielo y como par de
dioses primitivos, v a Cipactónal como representante femenino
en tal par; coincidían, pues, en lo esencial, según parece, con
Xochipuétzal, Tonacacíuatl v Omecíuatl. Como en el canto
XIX hemos de encontrar además el nombre Tlamacázcatl en
combinación con el ocoyoalle nombrado en la primera línea de
esta tercera estrofa, podremos inferir que en la de nuestro can¬
to a Xochipilli se menciona a los mismos dos dioses primitivos
Tlamacázcatl y Cipactónal que, para las tribus de habla mexica¬
na, hacían, en el lejano Nicaragua, el papel de dioses primiti¬
vos, pincipales y creadores. En consecuencia, el sentido de es¬
ta tercera estrofa ha de ser: “ojalá que los dioses del cielo y de
la tierra escuchen mi canto”; sentido en verdad no compren¬
dido por el comentador, quien lo sustituyó con esta interpreta¬
ción grandemente trivial y sosa: “ojalá que la gente de aquí,
la gente de la tierra, escuche mi canto”.
VIII. 4, y VIII, 5.—idénticos en lo esencial, son ahora los
cantos “que deben oír los dioses del cielo y de la tierra”. Con-
Sahagún V, 7

97
tienen una invocación a los dioses de la lluvia, sin duda alguna
un llamamiento, un hechizo para la lluvia. En las primeras
tres estrofas habíase cantado que en el crepúsculo matutino ha¬
ce oír sus trinos el quetzalcoxcoxtli, que es el dios del Maíz,
y que quieren contestarle acompañándole en el canto. El quet-
zalcoxcoxtli era probablemente un pájaro cuya voz escuchaban
por la mañana en tiempo de lluvias, pues del tiempo de lluvias
se trata en Xochipilli, dios del Maíz tierno. Dependía esto, pro¬
bablemente, de que también tardaba en llegar la lluvia nece¬
saria para el posterior desarrollo de las plantas tiernas, y por
tal motivo, quiza, era invocación a los dioses de la Lluvia en el
canto a Xochipilli. La duda de cómo se desarrollarán las plan¬
tas, parece estar expresivamente significada en la sexta estro¬
fa bajo la imagen del peregrino que llega a una encrucijada, o
“donde se juntan los caminos” (otlinepanivia), como dice el
texto, y no se sabe qué sendero debe tomar. Esta duda sobre
qué camino ha de seguir el dios del Maíz, y, respectivamente,
la pregunta relativa, tómalas el comentador como texto de la
invocación dirigida a los dioses de la Lluvia, a los Tlaloque;
más apenas si se podría justificar semejante interpretación. El
verbo tlanauati, “ha.blar, dar órdenes”, empleado en estas dos
estrofas, tiene más bien el sentido de que un hechicero constri¬
ñe a- los espíritus a que hagan venir a los dioses de la Lluvia.
VIII. 6.—otlinepanivia, igual a otli inepaniuhya, “con lo
que, o donde, se juntan los caminos”.
noyaz, igual a niaz, o tal vez oy-yaz, igual a ni onyaz.
otli nicyatocaqa, igual a otli nieto caz, con ya interpuesto
detrás del pronombre objetivo, como lo hemos visto tantas veces.

IX.-XOCHIOUETZAL ICUIC.

CANTO DE LA DIOSA DE LAS FLORES Y DEL AMOR.

' • Atlayavican nix o chique t sal li tlacya nivitzayamo


tcncalivan tamoancha oay.

98
Del país de la lluvia y de la niebla vengo yo Xochiquétzal>
de. . de Tamoanchan.
q. n. ompa nivitz ynixochiquetzal tamoancha.
Yo Xochiquétzal vengo de Tamoanchan.

2.—Ye quitichocaya tlamacazecatla piltzintecutio qui


yatemoaya ye xochinquetzalla (i), xoyavia ay topa
niaz, o ay.

Llora el piadoso Piltzintecutli,


buscaba a Xochiquétzal.
Al país de la podredumbre debo ir.
q. n. choca piltzintecutli quitemoa in xochiquétzal.
xoyavia no vmpa niaz.
1. e.: Llora Piltzintecutli, busca a Xochiquétzal.
Al país de la podredumbre debo ir.

OBSERVACIONES»

Xochiquétzal es la diosa de la Flores y del Amor, diosa jo¬


ven, compañera de Xochipilli, joven dios del Maíz, dios de
los Alimentos, de la Procreación y del Placer. Según el his¬
toriador Diego Muñoz Camargo, primitivamente era esta dei¬
dad la esposa del dios de la Lluvia, Tláloc; pero Tezcatlipo-
ca se la raptó, se la llevó al noveno cielo y la transformó en
diosa del Amor (2). El mismo historiador asienta que allá en
el cielo ocupa ella trono de reina: Tomohuan ichan Xóchitl ihca-
can. Chicuhnauhnepaniuhcan Jtzehecayan, “el lugar de Tamo-
huan y en asiento de árbol florido, donde los aires son muy
fríos, delicados y helados, sobre los nueve cielos”. Los intér¬
pretes del calendario la identifican con Tonacacíuatl, mujer de
Tonacatecutli, señor de los alimentos, regente del primer sig-

(1) .—Corregido otochinquetzalla.


(2) .—“Historiador de T laxe ala”, cap. 19.

99
no de día, cipactli, “cocodrilo”. A ella misma se la suponía
encarnada en el último signo de día, xóchitl, “flor”. Pedro de
Ríos, en su interpretación del códice Vaticano A (número 3,738)
(1), la 1Iama esposa de Tzintcuatl (esto es, Cintéutl, dios del
Maíz, o de Xochipüli) y patrono de las embarazadas, así como
también de las tejedoras y bordadoras, pues se dice que ella in¬
ventó estas dos artes. Los tlalhnica, habitantes de los valles ca¬
li dos al sur de la altiplanicie de México, le hacían una función
en la Tepeilhuitl, fiesta de los dioses de las Montañas, que cae
en nuestro mes de octubre, y en ella embriagaban a muchachos
de nueve a diez años y muchachas de una edad correspondiente
y les permitían entregarse a toda clase de actos lascivos (2).
Los tlaxcaltecas le hacíam a ella y a la diosa Xochitécatl, en la
Quecholli, fiesta de Mixcóuatl, dios chichimeca, dios de la Caza,
una función en que eran sacrificadas muchas niñas y en que las
mancebas, las compañeras de los militares solteros, se disputa¬
ban el ser sacrificadas (3), porque tal diosa era considerada
como patrono de las rameras, aitianime, o maqui, como las lla¬
ma Torquemada. Representábase a esta diosa con rico traje,
y su signo especial era el omequetzalli, dos penachos de pluma
de quetzale en la coronilla. Pormenores acerca de ella, en mis
explicaciones del códice Borgia, Berlín, 1904, páginas 208 y 209.
IX. 1. Atlayavican. . . motencalivan tamoancha. Tamo-
anchan, o Tamonan ichan, como escribe el historiador tlaxcalte-
ca Diego Muñoz Camargo, era la patria originaria, el mítico oc¬
cidente,, enérgicamente expresado en los escritos hieroglíficos
por un árbol quebrado de cuya raíz mana sangre; porque esta pa¬
tria originaria, el mítico occidente, se lo imaginaban como un
jardín, y por esta razón aparece como sinónimo permanente su¬
yo la denominación Xóchitl icacan, “donde están las flores”.
He aquí por que Sahagún y otros historiadores llaman también

(1) •—T°ti° 31 > verso (=Kíngsborough, 53).


(2) . Códice Maghabcccluano, XIII, 3 folio 40, verso.
(ó)*—Torquemada, “Monarquía Indiana”, libro 10, cap. 35.
generalmente Paraíso Terrenal a dicha patria originaria. Pero
pertenece a los muertos, a los que murieron tiempo ha. Así se
explica que el árbol fuese representado en pedazos, quebrado.
Sahagún aclara el nombre en la introducción al primer libro de
su historia, así como en el último de los capítulos etnográficos
(libro io, cap. 29, párrafo 12), con “buscamos nuestra casa”
(en mexicano, quitemoua tochgn). Evidentemente es eso un
error; más exacta parece la explicación del intérprete del códice
Telleriano-remense (Pedro de Ríos) : “allí es su casa donde aba-
javan”, y “donde están sus rosas levantadas”. De manera que és¬
te intérprete deriva la palabra de temo, “descender”, s. v. a. “don¬
de uno desciende”, o “la casa del descenso”, donde tendríamos
que admitir para temo una vez más el especial sentido de “naci¬
miento” (tlacati) (véase arriba la observación a VII, 3), y por
tanto, la “casa del descenso”, la “casa del nacimiento”. No tengo,
sin embargo, por absurdo enteramente el que Tamoan no perte¬
nezca de ningún modo al idioma mexicano. En la octava parte de
mis explicaciones al códice Borgia (tomo I, Berlín, 1904) hice
una comparación entre una hilera sola de veinte deidades repre¬
sentadas en las hojas 22-24 del mismo y veinte hierogüfos de
deidades puestas en dos hileras en las hojas 46-50 del manuscri¬
to maya de Dresde, famosas hojas en que están representados
los 13x5 períodos de Venus. El resultado de la comparación
fué que al árbol quebrado del códice Borgia, y en consecuencia
al Tamoanchan, correspondía el hieroglifo de una ave mítica
cuya cabeza forma el de la fiesta anual décimaquinta de los
mayas, a la cual corresponde el nombre Moan, o Muan. Moan,
o Muan, ha de significar el “nublado”, la “capa de nubes”. Y
no puedo resistir a la tentación de exponer, siquiera sea como
concepto a que quizá inclinen investigaciones posteriores, que
podría haberse formado el nombre Tamoan de un demostrati¬
vo ta, que tiene el valor de partícula locativa, y moan, “capa
de nubes”.
atlayavican, igual a atlayauhcan, “país del agua (lluvia) y

TOI
de la niebla”. Esta palabra vuelve a aparecer de modo análogo,
en XIV, 4, como sinónimo de Tamoanchan.
motencalivan. No me es posible explicarlo con seguridad.
En Torquemada (i) se menciona tencaliuhqui como una clase
especial de manto usado por los príncipes que de alguna manera
se habían distinguido ya en la guerra. Tal vez tencaliuhqui pu¬
niera significar “con ribete puesto por separado”. Pero sin em¬
bargo, es todavía muy dudoso, sobre todo, si figura aquí el
mismo verbo que en motencalivan.
tlacya. Tampoco puedo explicarlo. En primer lugar no sa¬
bemos si se debe leer tlac-ya (con una gutural) o tlacia (con
una sibilante), y ni en uno ni en otro caso puedo obtener un
sentido apropiado.
IX. 2.—yequitichocaya es también una forma que no sé có¬
mo explicar, si he de atenerme al material del lenguaje clásico
conocido. En lugar suyo pone el comentario sencillamente
choca. s
Piltzintecutli no es mas que otro nombre de Xochipilli/ pero,
según parece, en su papel especial de dios del Sol. Bajo este
nombre se le menciona como tercero de los nueve señores de
las horas de la noche, y, en relación con esto, se le representa
en el códice Borgia por una imagen de Xochipilli con la pintura
facial del dios del Sol, y en otros manuscritos, sencillamente
por una de Tonatiuli, dios del Sol. Véanse a este respecto mis
explicaciones del códice Borgia, tomo I, Berlín, 1904, páginas
222 y 223. Según la Historia de los Mexicanos por sus pin¬
turas , es Piltsintecutli el mando de X ochiquétzal, e hijo de
ambos es Cintéotl, dios del Maíz. En este relato se habla de
Cinteotl, hijo de Piltzintecutli, como del dios primitivo de la
gente de Colhuacán.
tlamacazecatla, igual a tlamacazcatl, esto es, la conocida pa¬
labra tlamacazqui, del lenguje clásico, que significa “piadoso”,
sacerdote, servidor del dios, acompañada del artículo -ti. Tam-

(0-—uMonarquía Indiana ’f libro 14, cap. 5.

102
poco es esto otra cosa que un nombre más de Xochipilli y del
representante masculino del par de dioses primitivos. (Véanse
las observaciones a VIII. 3).
quiyatomoaya ye xo chin q u e t zalla, igual a quitemoa in xochi-
quctzal, con ya intercalado detrás del pronombre objetivo y un
segundo ya añadido a toda la forma verbal. A juzgar por lo
que dice esta estrofa, ha de haber existido el mito de que Pilt-
zintecutli perdió a su amada y está llorando. He aquí una de
esas relaciones semejantes al rapto de Proserpina y que explican
míticamente la desaparición de sobre la tierra, en la estación
fría y seca, del manto de vegetación.
xoyavia ay topaniaz. xoyaui está traducido en el vocabula¬
rio de Molina por “añublarse el trigo, o cosa semejante”; xo-
yauhqui, por “cosa ranciosa”; y tlanxoyauhqui se menciona en
el manuscrito de Sahagún como sinónimo de tlampalanqui, “que
tiene dientes podridos”, y como uno de los defectos corporales
que no puede tener la imagen de Tezcatlipoca. Xoyavia lo tra¬
duciremos, en consecuencia, por “podredumbre”, “la podredum¬
bre domina”, ay estará en vez del demostrativo in, como pa¬
rece suceder en otro pasaje de este canto. Y topa estaría en tal
caso, si la palabra se halla fielmente trasladada y da el verdadero
sentido la explicación del comentador, en lugar de ompa, “en
aquella dirección”, y por ende, to en vez de on: “la podredum¬
bre domina en aquella región adonde debo ir”. Parece, pues,
ser completa la analogía con la leyenda de Proserpina y con
otras semejantes. Xochiquétzal está muerta, ha fallecido, y su
amante desciende a buscarla entre los muertos.

X.—Amimitl icuic.

CANTO DEL DIOS DE LA CAZA DE AVES


ACUATICAS.

In amimitl icuic yuh mitoa in vel ichichimeca

103
cuic amovelcaquizti in tlein qnitoa in tonava-
tlatol ypa.
El llamado canto de Amímitl es genuinamente chichimeca;
no se puede saber lo que significa en nuestra lengua náuatl.

i• Cotivana cotivana calitotochmaca (i) huiya yya


limanico oquixanimanico tlacochcalico, ova yya
y y a, mato ni cay a, matonicalico, ovayyaya, gana,
gana, ayovecanivia, gana, ganayo, veca nivia
yya, yya, yyevaya, gana, gana yevacanivia.

2*—Yenecuilivaya nivaya, nivaya, nivaya, ayca


nauh nivahuaya, nivaya, nivaya, aycanauh.

3- Tlaixtotoca yecanauhtzi, tlaixtotoca yecanauhtzi-


ni ayoaya, yoayan yecanauhtzini.

A-—Aveya, itzipana nomavilia, aveya itzipana noma-


vilia, aveya itzipana nomavilia.

OBSERVACIONES.

En un capítulo del primer libro del manuscrito de Sahagún


perteneciente a la Biblioteca del Palacio, capítulo que le falta
al texto español, se menciona a Amímitl y a Atlana como dio¬
ses de los chinampaneca de Cuitláuac (conocido pueblo llamado
hoy TlaUnac, en el dique que separa los dos lagos de agua dul¬
ce de Chateo y Xochimdlco'). Pero Sahagún no refiere de es¬
tos dioses sino que les hacía promesas quien tenía disentería,
diarrea, tos o reuma. Evidentemente son ésas las enfermeda¬
des predominantes entre los habitantes semianfibios de aquella
región lacustre. Y Torquemada, que repite los datos de Saha¬
gún en el capítulo 29, libro 6, de su “Monarquía Indiana”, aña-

(0 • caht oto chmanc a. MS. Biblioteca Laurcnziana.

104
de que por esta razón los que padecían de tales enfermedades
iban en peregrinación al templo del dios en Cuitláuac para con¬
seguir alivio, y que esta costumbre se conservaba aún en tiern-
po ya cristiano.’
El nombre Amímitl significa, según Torquemada, “Cosa de
esca, o Caga en Agua”, Infiérese también que efectivamente
se le consideraba como dios de la Pesca y de la Caza de aves
acuáticas, de que Sahagún, en su capítulo etnográfico (libro io
capítulo 29, párrafo 12), menciona un dios del mismo nombre
como deidad de los michhuaque, que habitan el oeste, pues
michhuaque significa, como es sabido, “pescadores”. También
en la “Historia de los mexicanos por sus pinturas” se declara
a Amímitl dios principal de Cuitláuac, con la adición de que
había sido un dardo o “una vara” (flecha) de Mixcóuatl, dios
chichimeca, dios de la Caza, vara o dardo que ellos miraron
como dios y que en memoria de aquél conservaron (“Salió Ati-
tlalabacay su dios-era Amímich, que era vara de Mixcoatl, al
qual tenían por dios, y por su memoria tenían aquella va-
ra”) (1).
Considera el comentador el canto a Amímitl como vieja can¬
ción chichimeca, incomprensible ya para la gente de su tiempo.
A pesar de todo, no pudo Brinton abstenerse de dar una traduc¬
ción completa; pero así salió ella. He renunciado por mi parte
a una versión propiamente dicha de este canto; más sin embar¬
go, he podido convencerme de que en efecto debe de tratarse
en él de un dios de la Caza de aves acuáticas, representado por
un dardo para aves:
X, I.—gana, gana, ayo veca nivia, se puede traducir, en mi
concepto, por “vuelo lejos”; lo que ha de haberse dicho de la
flecha o del dardo.
X. 2 ye necuilivaya nivaya, nivaya, nivaya, ay canauh. Pa-
réceme que con bastante seguridad puede traducirse esto por

(O-—L. c., cap. 10.

I05
"anda él de puntillas en derredor de los patos". Véase ca-
nauhtli, "ánade, o pato". {Molina).
X. 3.—tlaixtoca ye canauhtzini quiere decir: "sigue con el
ojo a los patitos".
X. 4.—aveya itzipana nomavilia, debe de expresar: "el itz-
pan (¿el estandarte de obsidiana?) es mi recreo".
En el arriba copiado final de la primera estrofa, así como
en las 2-4, está repetida tres veces en cada ocasión la respecti¬
va frase. Eso indica que estas estrofas, lo mismo que la VII,
5, copiada en la página 1018, (1) era un iancatlátol, hechizo de
caza, con que los indios de los pasados tiempos trataban de
hacer productiva la caza de aves acuáticas.

XI.—Otontecutli ycuic.

CANTO DEL PRINCIPE DE LOS OTOMI.

1. —Onoalico, onoalico pomaya, yyaya ayyo ayyo


aya, aya, aya ayyo.

2. —Chimad ocutitlana motlaquevia, avetzini, nono-


valico quavinochitla cacavatla motlaque-
via. avetzini.

En la copa de pino formada como escudo (o transformada


en escudo), se corporificó (o fué elevado sobre ella) el
que cayó a la tierra.
En Nonoualco se corporificó (o fue levantada a la punta
del árbol) la tuna, la vaina de cacao (el corazón de la
víctima), el que cayó a la tierra.

3. —Nitepanecatli aya cnecuexi ni quetzalli coatli


aya cuecuexi.

(1).—Seler, Gesamnieltc Abhanlungen. Tomo II.

106
Soy el tepaneca, el brazalete de piedra preciosa (el muerto
convertido en divino) ; soy Quetzalcóatl, el brazalete de pie¬
dra preciosa (el muerto convertido en divino).

4*—Cañe cay a ytziveponi, cañe cay a itzi


veponi.

¿ ^onde se abrió el como flor ?, ¿ donde se abrió él como


flor?

5- O fornico noyoco, navaco, mexicame-


ya yavilili noyoco navaco mexica-
meya.

En el país de los otomí, en el país vecino, oh mexicanos, fué


él ofrendado en el país vecino, oh mexicanos.

6.—Achimallicaya, xa. xavinoquiya-


vilili noyoco navaco mexicame
ya.

Con el escudo y con la pintura sagrada, fué él ofrendado


en el país limítrofe, oh mexicanos.

OBSERVACIONES.

Otontecuhtli, “príncipe de los otomí”, es, según la “Historia


de los Mexicanos por sus pinturas”, dios de los tepaneca de 77a-
copan y Azcapotzalco y dios del Sacvificio de Prisionevos vivos
en el fuego. ( Salieron los de Tacuba y Culuacan y Azcapuzal-
co, a los quales llama van Tepanecas, y estos otros pueblos tra¬
ían por dios a Ocotecli, que es el fuego, y por esto tenían de
echar en el fuego para sacrificar a todos los que tomavan en la
guerra”.) Lo que quiere decir que es el dios de la fiesta Xócotl
uetzi o de la magna fiesta conmemorativa de los muertos, Uei

107
miccaílhuitl, y efectivamente idéntico, como he sido el prime¬
ro en demostrarlo (véanse las páginas 448 y 452), (1) con
Xócotl, que cae a la tierra en esta fiesta, quiere decir, que nace,
y cuya imagen ponían para ella en un alto mástil y era bajada
por los jóvenes no admitidos aun en el ejército, quienes compe¬
tían trepando al mástil. Este ídolo de Xócotl o de Otontecuh-
tlh que hacían de masa y ponían en la punta del palo, tenía la
forma de un pájaro o la de un fardo de momia, de un cadáver
empaquetado. La pintura y adorno de este ídolo eran blancos y
su distintivo particular consiste en dos o tres placas dentadas,
blancas o fabricadas de luciente metal y fijadas en un mango,
las cuales imitan la figura de una mariposa (itzpapálotl) o los
componentes de la misma, y las aseguraban en el cabello o en
la correa de la cabeza del ídolo (véanse las figuras 8-12 en
las páginas 448, 450 y 451 de este tomo) (2). Este es el dios
de la muerte del guerrero o el alma del guerrero muerto, como
lo hice ver en el trabajo que sobre “el timbal de madera tallada
de M alíñale o y el signo atl tachinolli”, publiqué en el tomo
XXXIV (1904) de las memorias de la Sociedad Antropológica
de Viena (págs, 1-53)- Y la muerte del guerrero era represen¬
tada en su fiesta por prisioneros que arrojaban vivos al fuego
y sacaban luego medio muertos, con ganchos, para sacrificar¬
los del modo ordinario. Por esta causa en la “Historia de los
Mexicanos por sus pinturas” se señala a este dios, en el pasaje
citado, directamente como del Fuego. Más en realidad el ho¬
rrible sacrificio es, hasta cierto punto, imitación o representa¬
ción dramática de la antigua escena mítica en que Nanauatzin,
dios sifilítico, y después de él Tecciztécatl, dios con el caracol
marino, se echaron al fuego por su propia voluntad, para ascen¬
der luego al cielo como sol y luna. El prisionero que es aquí
arrojado al fuego, ha de subir al cielo oriental como quauhté-

(1) .—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II.


(2) .—idem. idem.

108
catl, como compañero del águila, como compañero del sol y, en
cierto modo, aun como sol.
XI- I* Onoalico. Podría uno verse tentado de considerar¬
lo como forma accesoria del Nonovalico mencionado en la se¬
gunda estrofa, pues en Torquemada, libro 3, capítulo 7, está es¬
crito clai amente Onohualco por Nonoualco. Pero aun prescin¬
diendo de que debemos andar con tiento para admitir como exac¬
tos los datos de Torquemada, muy extraño sería, sin embargo,
que en el mismo canto se hubiese escrito Onoalico en una estro-
ía y Nonovalico en la otra, y, además, una vez sencillamente o
como vocal del radical, y ou otra. Más tampoco sé dar otro
significado a la palabra. Y como, por lo demás, también es in¬
cierta la única que resta en la estrofa, me he abstenido por com¬
pleto de hacer la traducción.
pomaya, es decir, probablemente pomu-ya, es una forma de
vocablo que no conocemos de otra fuente, pero que ya hemos
encontrado una vez (I, 2) y que allá, según parecía, era expli¬
cada por el comentador con oquimanilito, “se lo quitó él a ellos”.
XI. 2. chimal ocntitlana. Según el tenor, debería signifi¬
car entre los pinos de escudo”, si bien hasta la fecha no he
visto aún en los textos mexicanos tal palabra ni, ante todo, tal
imagen. Si entiendo como se debe el siguiente motlaquevia, es
mi parecer que debemos referir el chimalocutlitana al árbol en
que es colocada la imagen de Xócotl y cuyas ramas más altas
no son segregadas, sino atadas e introducidas en la cavidad de
un palo ahuecado abajo y claramente labrado en forma de es¬
cudo, y que servía de pedestal a la imagen.
motlaquevia tiene la pariencia de aplicativo del verbo tlaquc-
úa, nite “alquilar a otro”. Pero eso no lo entiendo yo, franca¬
mente. Figúrome que debemos, o admitir un significado lite¬
ral —en la voz tlaqueua entran tlactli, “cuerpo”! “tronco”, y
eua, “hacer abrir”, “poner en movimiento”, “elevar”—, o supo¬
ner ^aquí directamente una metátesis —tlaqueuia por ttécauia, ni¬
te, llevar a alguno a la altura”. En consecuencia, “era él ele¬
vado a la cumbre del pino”, o “al palo en forma de escudo”.

109
avetzini es manifiestamente av-vetzi-ni, igual a an uetzi ni,
“el que cae a la tierra, el que desciende”, “el que ha de caer
a la tierra, el que ha de descender, es decir, el que ha de na¬
cer”. Me parece ser clara aquí la referencia a Xócotl uetzi o
a Xócotl ualuetzi, “la caída a la tierra (el nacimiento) de Xó¬
cotl, u Otontecuhtli”.
nonovalico, igual a Nonoualco (¿o? Onoualco, según Tor-
quemada), “región de habla extranjera”, como lo explica ter¬
minantemente Chimalpain: ytocayocan Tlapallan Nonohualco
tlahtolli ymocuehcuepyan, “el llamado terreno de color rojo,
Nonoualco, donde varía la lengua”. Derívase la palabra de
nontli, o nonotli, “mudo”, y es, por lo mismo, expresión seme¬
jante a Njemétzija, “tierra de los mudos (njemói)”, con que
los rusos y otros eslavos denominaban a los alemanes. Usába¬
se particularmente la palabra en los países del oeste, pueblos
de habla exótica confinantes con la comarca maya, establecidos
en la costa atlántica del golfo o en las tierras mismas de los
mayas. Por eso dice Sahagún en el capítulo etnográfico (i) :
in tonatiuh iixco tlaca amo mitoa chichimeca. mitoa Olmeca Uix-
toti Nonovalca, “los pueblos que viven al oriente no se llaman
chichimecas; llámanlos olmeca, uixtotin, nonoualcaY Tor-
quemada (2) refiere de Quetzalcóatl que se retiró de Cholula
al aproximarse Uérnac, “dando color de su ida con decir que
iba a visitar otras provincias y gentes que avia enviado a po¬
blar las tierras de O no huaico que son vecinas al mar, y son las
que aora llamamos Yucatán, Tabasco y Campech, que todas
aquellas las nombraban estos naturales en su gentilidad Ono-
hualco”.
Encontramos la palabra también en las tradiciones de las
tribus mayas. Se usa aquí asimismo en un terreno fuera de su
dominio, pero situado al oeste y confinante con el mítico Zuiva.
Así, dícese al principio del Chilam Balam de Mani: Lai u tzo-

(1) .—Libro 10, capítulo 29, párrafo 3.


(2) .—“Monarquía Indiana”, libro 3 cap. 7.

110
lan katun lukci ti cab ti yotoch Nononal can te añilo Tutulxiu
ti chikin Zuiva u luumil u talelob Tulapan Chiconahtan. “después
está la enumeración de los períodos desde que los cuatro Tntul
Xiu, saliendo del país, de su patria Nonoual, vinieron del oeste
del país de Zuiva, de Tulapan Chicunanhtlan”. Y los anales
de los Xahil, casa real de los cachiqueles, refieren que las tri¬
bus errantes, después de abandonar juntas la lejana Tula, situa¬
da al oeste, y después de cruzar el mar, llegaron a Tapen Olo¬
man, esto es, probablemente, a Tlapco Oltnan, “los olmeca que
viven en el este”, pasando por los pueblos de Teozacuancu, Me-
ahauh, Valval xucxuc. Allá se pusieron arreos guerreros y
al punto salieron al encuentro de una partida de combatientes
Ah Nonualcat Ah Xulpiti -he c’ oh chu chi palouh, pa hucu e c
oh vi, “que viven en la playa del mar y en canoasEstos fue¬
ron vencidos, y en las embarcaciones de los Ah Nonovalcat se
dirigieron hacia la tierra de los Air Zuiva, situada en el levante
(chila relebal K’ ih), quienes con sus brujerías los hicieron re¬
troceder a pesar de todo. A mi juicio, son ésas, en lo esencial,
tradiciones tomadas de las tribus mexicanas, pues las palabras y
nombres son mexicanos en parte. Pero aun estas tradiciones
aluden a las colindantes tribus de Coatzacualco y Tabasco, que
vivían junto a las lagunas y Hinterwassern de las costas y jun¬
to a las grandes corrientes.
En sentido más restricto, parece haber significado Nono-
ualco determinada extensión de terreno perteneciente al grupo
de las ciudades Teouacan Coztcatlán y Teotitlán. En el segun¬
do libro de Sahagún (i) se dan los nombres de nonovalca, coz-
cateca, cempualteca y mecateca a los enemigos a quienes invitó
el rey Motecühqoma a que tomasen parte como espectadores en
el sacrificio gladiatorio. En los “Anales de QuauhtitlatT se
refiere de los errantes toltecas que algunos de ellos se establecie¬
ron en diversas ciudades: áuh yn oyaque yn ocalacque altepetl
y pan cequintin motlalique Cholollan. Teohuacan, Cozcatlan. No-

(i).—Sahagún, libro 2, cap. 21. MS. Bibl. del Palacio.


nohualco. Teotitlan. Coayxtlahuacan. Tamazolac. Copilco. To-
pilan. Ayotlan. Mazatlan. yn yc nohuian anahuaca tlali ypan
motlalito yn axcan ompa onoque. . “se establecieron por don¬
dequiera en el país de los analítica, donde todavía hoy”. Y en
la "‘Historia tolteca chichimeca” (MS. de la colección Aubín-
Goupil) se asienta que los jefes de tribu de los cholulteca (Ic-
xicólwal y Quetzaltehuéyac), en el signo n técpal: in iquehua-
que Nonohuallco. . . ompa mocochitito in Teticpac, “salieron
de Nonoualco. . . y llegaron por la noche a Teticpac”.
Parece que desde esas comarcas se extendieron hasta la me¬
sa central relaciones de parentesco. Las castas reinantes en
Chalco Tlalmanalco, que tenían como dios principal al rojo (tla-
tlauhqui) Tezcatlipoca, gloriábanse de ser nonohualca, teotlixca
y tlacochcalca (i).
Más también tenía el nombre de Nonoualco un barrio en
las goteras de la ciudad de México, al noroeste, cerca de la
calzada de Tacuba. En la procesión de Páinal, en la fiesta
Panquétzaliztli, agregábase allá al séquito la imagen de Quauitl
ícac, sirviente y ayudante de Utzilopochtli, y después seguía ade¬
lante aquélla hacia Tlaxotlan (véanse arriba las observaciones
a I, 3)-
Pues bien, ocurre preguntar de cuál de estos dos Nonoualco
se trata aquí. Si, como es probable, toda esta estrofa se refiere
a la fiesta Xócotl uetzi, deberemos admitir, a juicio mío, que
se habla del último, del Nonoualco de la islita lacustre al lado
norte de la calzada de Tacuba. Como Otontecuhtli no era dios
indígena mexicano, sino de los tepaneca, gente de Coyouacan y
Tacuba, podemos suponer que la fiesta de tal dios descrita por
Sahagún, se celebraba fuera del recinto de la ciudad, en ese ba¬
rrio cercano a la capital Tacuba. Y se ve uno tentado de rela¬
cionar con esto la circunstancia de que tuviesen allá el templo
y el ídolo de Quáuitl ícac, pues Quáuitl ícac, significa “árbol
en pie”.

(i).—C himalpain, “Anales”, edid. Rémi Simeón. París.

112
quavinochitla, igual a quauhnochtli. En realidad, la pita¬
haya de la lengua haití, fruto comible del cereus pitahaya o de
especie análoga, una clase de cacto columnario de la tierra ca¬
liente. Pero con la misma palabra se denotaba también simbóli¬
camente, el corazón de la víctima:
auh yn inyollo mamalti quitocayotia quauhnochtli tlagotli,
“y el corazón del prisionero (sacrificado) llámanlo precio¬
sa tuna de árbol (o de águila)”.
coniavilia yn tonatiuh xippilli quauhtlcvanitl quitlamaca
quizcaltia, “lo elevan para consagrarlo al Sol príncipe de
la Turquesa, águila que asciende; con él lo regalan, con
él lo alimentan”.
auh yn oucntic, quauhxicalco contlalia quauhxicalco con-
tlalitivi, “y después que ha sido ofrendado, lo ponen en la
copa de águila”.
auh yycvantin miquia mamalti quintocayotia quauteca, “y
a los prisioneros sacrificados los llaman gente águila”.
En este último sentido está tomada aquí la palabra quauh¬
nochtli, pues Otontecuhtli, o Xócotl, es ciertamente el alma del
guerrero sacrificado.
cacavatla, igual a cacáuatl, “el cacao”, parece, por estar aquí
como sinónimo de quauhnochtli, ser también expresión simbóli¬
ca para el corazón de la víctima.
XI. 3.—tcpanccatli, “los que viven en la piedra (tetl)”, es
decir, en el campo pedregoso (tetla), en El Pedregal, magna
corriente de lava que de la cima del Axochco (cerro de Ajus-
co) corrió una vez hasta el valle y todavía hoy se extiende, ás¬
pero y sin más vegetación que breñales y matorrales, entre sem¬
bradíos y jardines. Son los moradores de Coyouacan, Tlaco-
pan (Tacaba) y Azcapotzalco, cuyo dios era en efecto Otonte¬
cuhtli, como lo refiere la “Historia de los Mexicanos por sus
pinturas”.
aya, igual a ay-ya, es decir, an-ya, o sea el demostrativo in
con ya como sufijo.
cuccucxi. Está contenido en las palabras macuextli, chalchi-
Sahagún V, 8
113
uhcuecuextli, chalchiuhte cite cite xtli, con que se nombraba una
cinta atada a la muñeca, una correa de cuero dorado a la que
se le ponían piedras preciosas. Pero cuecuextzin era, como lo
sabemos por el pasaje, ya citado una vez, del capítulo etnográ¬
fico de Sahagún, denominación afectiva para los héroes muer¬
tos, para las almas, trasladadas al cielo y convertidas en dioses,
de los reyes y de los guerreros muertos en la guerra, esto es,
sacrificados en la piedra. Las finadas eran denominadas, en
su caso, con otro nombre afectivo, chamotzin, “pluma de gala
roj ¡obscura”:
Inic quinotzaya micqui iniquac oommic.
intla oquichti. ca quilhuia. in quiteunotza cuecuextzin.
auch intla civatl ca quilhuia chamotzi,
. . .“si era hombre el difunto, le apostrofaban como a dios
con el nombre de Cuecuextzin; y si era mujer, con el de
Chamotzin” (i).
Si, pues, el dios de este canto se designa a sí mismo como
ni tepanecatli aya cuecuexi, “yo el tepaneca, el collar de piedra
preciosa”, entraña tal hecho una prueba clara de que este dios,
en virtud de su esencia, era representación de las almas de los
guerreros muertos.
quetzallicoatli. Si el dios se caracteriza aquí, además como
Quetzalcóuatl, tal hecho está dentro del círculo de las mismas
ideas. De la misma manera que el guerrero es arrojado en el
fuego para que ascienda después al cielo como quauhtécatl, en
cierto modo aun como sol, así se quema también a sí mismo
Quetzalcóuatl, como lo dicen expresamente los “Anales de
Quauhtitlan”: mman ye ynomatca motlati motlecahui ye moto-
cayotia yn Tlatlayan yn ompa motlatito yn Quetzalcoatl, para
subir después al cielo como Estrella de la Mañana. Por este
motivo encontramos representados en las cajas de cenizas (véa-

(i).—Sahagún, libro io, cap. 29, párrafo 12. MS. Acade¬


mia de la Historia.
se la página 783 de este tomo) (1) a Quetzalcóuatl y las fe¬
chas que denotan su nombre. Y por este motivo también ves¬
tían al fin como Quetsalcouatl el cadáver del rey muerto, para
quemarlo como tal, según expuse igualmente (página 749) (2)
en mi disertación sobre “Cajas de piedra, tepetlacalli, con esce¬
nas del sacrificio”.
XI. 4-—-cañe caya ytziveponi. En cañe ca ya parece estar
contenido can, cánin, “¿dónde?”. En ytziveponi reconocería yo
la raíz itz, igual a itt (presente itta), en significado mediopasi-
vo, y ueponi, igual a cueponi, “abrirse las flores”. (Véase en
VII, 1, 2, gani aveponi).
XI. 5-—Otomico, noyoco, navaco. Es hipotética la traduc¬
ción que he dado, co parece ser sufijo locativo; náuac signifi¬
ca en efecto, como es sabido, “junto a”, o “cerca de”; pero no
sé cómo relacionar a noyoco con algunas de las formas que co¬
nozco.
mexicameya parece ser vocativo igual a Mexicdé, con el su¬
fijo plural me y ya arrimado.
yavilili se debe interpretar quizá como iyauililli, “lo que ha
sido ofrendado consagrándolo puesto en alto”.
XI. 6—achimallica ya, igual a ach-chimalli ica ya, es decir,
an cliimalli ica, in chimalli ica, con ya arrimado, igual a “con
el escudo”.
xaxavinoqui lo explicaría yo como xaxauin-yo-c, igual a xa-
xauhyoc, “revestido de pintura”. Arriba, en V, 2, hemos vis¬
to ya empleado también para la pintura facial militar el verbo
xaua, nino, o xayaua, como aparece asimismo en este canto;
verbo que, según el vocabulario de Molina, se refiere sólo a la
pintura facial femenil.

(1) .—Seler, Gesammelte Abhanlungcn. Tomo II.


(2) .—idem. idem.
XIL—Ayopechtli ycuic.

CANTO DE LA DIOSA SENTADA EN LA TORTUGA


(DIOSA DE LOS ALUMBRAMIENTOS).

1. —cañe cana ichan ayopechcatl cozcapan-


tica mixiuhtoc.

En la casa de la diosa sentada en la tortuga dió a luz la


embarazada.
q. n. yn oncan ichan ayopechtli oncan mixivi qni-
tlacatilia in cuzcatl quetzalli.
Le.: A donde está la casa del asiento de tortuga descien¬
de ella, da a luz la perla, la pluma de gala (esto es, al
niño).

2. —cañe cana ichan ayopechcatl cozcapan-


tica mixiuhtoc cañe ichan chacay o -
livaya.

En la casa de la diosa sentada en la tortuga


dió a luz la embarazada,
allá en la casa son dados a luz los niños.
q. n. cañe cana ichan. q. n. in vncan ichan ayopech¬
catl vncan qmtlacatilia in cozcatl quetzalli
oncan yoliva. tlacativa.
I. e.: cañe cana ichan,
i. e.y donde está la casa de la diosa sentada en la tortuga,
allá da a luz ella la cadena de perlas, la pluma de gala (es
decir, al niño).
Allá viene uno a la vida, allá nace.

3. —xiválmevaya via xiva, xival-


mevaya aviaya yancuipilla xi-
valmevaya.

116
¡Ven acá, ven!
¡Ven acá, tú niño recién nacido, ven acá!
q. n. ximeva, ximeva in tipiltzintli xival
nieva in quinotitlacat tipiltzintli.
I. e.: Ponte en camino, ponte en camino, tú, niño ven acá,
tú que has sido dado a luz por mí, tú, niño.

4.—Aviya xivalmevaya. viya xi-


va xivalmevaya, cozcapilla xi¬
valmevaya.

¡Ven acá, ven!


¡Ven acá, oh niño perla, ven acá!
q. n. xivalmeva xivalmeva in tipiltzintli
yn ticuzcatl in tiquetzalli.
I. e.: Ven acá, ven acá, tú niño, tú, perla, tú, pluma de
gala.
/ ^ V'V P1'

/; i OBSERVACIONES.

Hasta la fecha no me ha sido dable conocer de otra fuente


a la diosa Ayopechtli, o Ayopéchcatl, que tal vez sea el nombre
más correcto. Significa su nombre “la en el asiento de tortu¬
ga, el banco de tortuga’’; pero podría también significar quizás
“la en el banco de niebla”. Véase ayochicauaztli, o ayauhchicau-
aztli, la “sonaja de los dioses de la Lluvia”. Lo más probable
es que se deba traducir “la en el banco de tortuga”. Sobre una
tortuga está representada Mayáuel, diosa del maguey, en el có¬
dice Laúd, Esta última es explicada por los intérpretes como
una mujer con cuatrocientos pechos y transformada en maguey,
gracias a su fecundidad. Como la Ayopéchcatl cantada en es¬
ta canción es una diosa de los Partos, cabe en lo posible que
no sea sino otra forma o bien otro nombre de la diosa del ma¬
guey sentada en la tortuga.
XII. 1.—cañe cana está explicado en el comentario con in
oncan, “allí donde...”
cozcapantica mixiuhtoc, igual, según el comentario, a quitla-
catilia in cozcatl quetzalli, “ella trae la perla, la pluma de gala”,
al mundo. Estas últimas son conocidas expresiones simbólicas
para niño: nopilktze, nocuzque, noquctzalc, otiyol, otitlacat, oti-
motlalhticpacquixtico in ytlalhticpac in totecuyo omitzyocux
omitzpic omitztlacatili in ypalhnemoani in Dios, “amado hijo
mío, perla mía, pluma de gala mía, has venido a la vida, has
nacido; nuestro señor te ha traído al mundo, a su tierra; Dios,
por quien todo vive, te ha creado, te ha formado, te ha produ¬
cido”. Así principia la admonición del padre a su hijo, que
existe en diversos ejemplares (i). Ahora bien, la preinserta
frase del texto ciertamente no puede significar “dio ella a luz un
niño”, mixiui, “parir la muger”, es intransitivo; cozcapantica y
mixiuhtoc son, en realidad, dos expresiones paralelas, cozca-pan-
ti-ca, “ella está en una perla”, o “ella ha alcanzado una perla,
ha conseguido una perla”, igual a “ella produce un niño”. Véa¬
se ipanti “alcanzar, atinar” (dicho de la flecha). En conse¬
cuencia, cozcapantica mixiuhtoc, “parió la embarazada”. Toda
la canción es manifiestamente un canto de hechicería para fa¬
cilitar el parto. Por eso en las dos primeras estrofas se hace
constar ante todo que en la casa de la fecunda diosa hay par¬
tos, esto es, los hay en abundancia y sin dificultades. Esto se
conceptúa como hechicería para el parto que ahora se desea.
XII. 2.—cañe ichan clmcayolivaya. Explícalo el comenta¬
dor con oncan yoliva tlacativa, “allá viene uno a la vida, nace”.
chacayolli significa, empero, “callos de los pies o de las ma¬
nos”; chachacayoliui in noma, “tener las manos llenas de ca¬
llos”; chacayoli, según eso, “nacen callos”; chacay olma, “le sa¬
len a uno callos”. Ignoro cómo puede relacionarse esto con el
otro asunto de la estrofa. Probablemente hay aquí una altera-

(O-—“Plática que haze el Padre al Hijo avisándole o amo¬


nestándole que sea buenoVéase fray Andrés de Olmos, “Ar¬
te para aprender la lengua Mexicana1547, edic. Rémi Siméon,
París, 1875, página 231.
ción, o bien ha de existir una voz arcaica chaca con el signifi¬
cado de oncan, “allá”, pues me parece que, como el comentador
explica, es ésa en el caso la única solución.
XII. 3.—xival mevaya. Segunda persona singular del im¬
perativo de ualeua, nino, “ponerse en camino para acá”, “venir
acá”.
xiva, xivalmevaya, es, en mi concepto, tan sólo reduplica¬
ción para hacer más apremiante el llamamiento, pues estas es¬
trofas tercera y cuarta expresan la oración mágica propiamente
dicha que facilitando el parto, hace venir a luz al niño.
yancuipilla, igual a yancuic pilli, “niño nuevo, niño recién
nacido”.
XII. 4.—cozcapilía, igual a cozcapilli.

XIII.-ClVACOATL ICUIC.

CANTO DE LA DIOSA DE LA TIERRA.

1.—Quavi quavi, quilaztla coaeztica (1) xayava-


loc viviya quavivitl vitzalochpan chali-
ma avevetl yecolhoa.

El águila, el águila, Quilaztli,


está pintada con sangre de serpiente;
plumas de águila forman su corona.
El alto ciprés (la defensa, el amparo) del país de los chal-
meca, la (diosa) de Colhuacán.
q. n. In quauhcivatl, ye oxavaloc
in coaeztli, ioan in quauhtli yhyvio
in moteneva iquauhtzon. ipan
valvicoc yn vmpa colhoacan.
/. e.: La mujer del águila (la mujer del guerrero, la gue¬
rrera) está pintada con sangre de serpiente, y las plumas

(1).—cohoaeztica. MS. Bihl. Laurenziana.


del águila forman su llamada corona de águila; en ella
(con ella puesta) fue traída de Colhuacán acá.

2. —Huiya tonacaacxolma (i) centla teumil-


co chicavaztica mo ñaquechizca.

El maíz está. . .
en el campo del dios;
en el báculo de sonaja se apoya ella (el báculo de sonaja
es su báculo).
q. n. Inic motocaya gentli, in mochi-
vaya teumilpan, ichicavaztica ynic
tlatatacaya. ynic tocaya.
Si se siembra el maíz,
acontece eso en el campo del dios.
Con el báculo de sonaja cava ella la tierra,
con él siembra ella.

3. —-Vitztla, vitztla nomactemi, vitztla, vitztla


nomactemi agan teuimlco chicavaztica
motlaque chizca.

La espina de maguey, la espina de maguey descansa en mi


mano,
la espina de maguey, la espina de maguey descansa en mi
mano,
en el campo del dios.
en el báculo de sonaja se apoya ella (el báculo de sonaja
es su báculo).
q. n. Vitztla, q. n. nomactemi no chicavaztica
ynic nitocaya, ynic nitlatatacaya.
I. c. La espina de maguey está en mi mano,
con mi tabla de sonaja siembro yo,
con ella cavo la tierra.

(i).—acxoima. MS. Biblioteca Laurenziana.

120
PRIMEROS MEMORIALES. CAP. I.
§ I4.° CANTARES A LOS DIOSES (HIA\NO 13.')

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a* y tino qanuktivlac.

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121
4- —Malinalla nomactemi, agan teumilco chi-
cavaztica motlaquechizca.

El haz de hierba (la escoba) está en mi mano,


en el campo del dios,
en el báculo de sonaja se apoya ella (el báculo de sonaja
es su báculo).
q. n. malinala, victli, q. n. victica in tlachpa-
naya. id est. icelimiquia, yn vncan teumil-
pan auh ychicavaztica inte mitlatatacayck
inic nitocaya.
/. e.: El haz de hierba (la escoba), el azadón,
i. e., con el azadón barre ella el suelo,
i. e., ésa es su única ocupación en el campo del dios.
Y con su tabla de sonaja, con eso cavo yo el suelo, con
eso siembro yo.

5- —Avmey quauhtli, ye tonanaya chalmeca-


tecutli aytzivac ymaviztla nechyatete-
milli, yeva nopiltzinaya mixcoatla.

Trece águilas (así es llamada ella),


nuestra madre, la diosa de los chalmeca.
Entrégame el dardo fabricado de la planta espinosa, la in¬
signia sagrada, es mi hijo Mixcóuatl.
q. n. Matlactli vtwei quauhtli yn notonal in lla¬
mona auh ynan nopilhoan anchalmcca xícui-
ti in tzipactli xinechtemilica.
/. e.: Trece águilas es mi signo, yo vuestra madre y la
madre de mis hijos, de vosotros, chalmeca.
Id por el dardo fabricado de la planta espinosa, entregád¬
melo.

6.—Yatonani yaucivatzin. aya tonan yaugi-


vatzin aya ymaga colivaca yyvitla y-
potocaya.

122
Nuestra madre la guerrera, nuestra madre la guerrera,
el ciervo de Colhuacán;
plumas tiene pegadas ella.
q. n. In iyaucivatzin ynamona vmpa no-
chan in colvaca auh in quavivitl nictema-
ca ynic oquauhtivac.
I. e.: La guerrera, vuestra madre.
en Colhuacán es mi patria,
y yo regalo las plumas de águila
con que se convierte uno en águila (en guerrero).

7. —Ahuiya yetonaquetli yautlatocaya, a


luna yetonaquetli yautlatocaya ma
nevila no tlaca cenpoliviz aya ymaca coli¬
za acan yyvitla ypotocaya.

La mañana ha despuntado, se ha publicado la orden para


la guerra,
la mañana ha despuntado, se ha publicado la orden para
la guerra,
ojalá arrastren acá (prisioneros),
todo el país debe ser desolado,7
-L

el ciervo de Colhuacán,
plumas tiene pegadas ella.
q. n. ca otonac ca otlavic mamo chiva yau
yutl matlamalo tlalpoliviz nictemaca
in quavivitl.
/. e.: Ha despuntado el día, ha rayado la mañana,
ojalá que haya guerra, ojalá cojan prisioneros.
El país debe ser desolado,
yo regalo las plumas de águila.

8. —Ahuiya quavivitl amoxayavalli ona-


viya yecoyametl amoxayavalli. . .

123
Plumas de águila son vuestra pintura.
El que combate valientemente en la guerra,
vuestra pintura.
q. n. Aahuia yn otlamaloc in quavivitl
ye moxava.
I. e.: Cuando han sido cogidos prisioneros,
se pinta él con plumas de águila.

OBSERVACIONES.

Ciuacóuatl, la “culebra que es una mujer”, como tlacatecó-


lotl, el “buho que es un hombre”, se supone, evidentemente, cual
un ser que se presenta, ora en forma de mujer, ora en forma de
culebra, asi como los tlatlacatecolo, los adivinos, son seres que
se aparecen, ya en figura de hombres, ya en la de buhos. Por
eso en un manuscrito de la colección Aubín-Goupil, pertenecien¬
te ya por cierto a la época española, vemos representada a es¬
ta diosa como mujer con disfraz de culebra (grabado i). Y
ñor eso dice de ella Mendieta: “que unas veces se tornaba cule¬
bra y otras veces se trasfiguraba en moza muy hermosa, y an¬
daba por los mercados enamorándose de los mancebos, y pro¬
vocábalos a su ayuntamiento, y después de cumplido los ma¬
taba”.
Otro nombre de la diosa es Quilaztli, que no acierto a ex¬
plicar. Es la diosa de Colhuacán, antigua ciudad situada junto
al amplio canal por el cual se comunicaban el lago de agua dul¬
ce de Xochimilco y el de agua salada de México y Tetzcoco;
más también era venerada en formas análogas en Cuitláuac y
Xochimilco. Por lo menos, así lo asegura la “Historia de los
Mexicanos por sus pinturas”. Refiérese en un pasaje de ella
que en determinado año cayó del cielo un ciervo de dos cabezas
(O» y que Camaxtli dio éste como dios a la gente de Cuitláuac,
la que cada cuatro años le daba a comer conejos, culebras, y

(O-—“Historia ecleciástica indiana”, libro 2, cap. 9.

124
mariposas (lo que quiere decir que cada cuatro años le hacían
una fiesta). Y pocas páginas adelante dícese en el mismo ma¬
nuscrito que de Tolían había venido con las otras tribus la
gente de Xochimilco y traído consigo como dios suyo a Qui-
latzli, que había sido el ciervo de Mixcóuatl de que se habló
arriba (“y era el venado de Mixcóatl que está dicho”) (i), Es,
en la mesa de México, la forma indígena real de la diosa de
la tierra, en cuya esencia resalta muy enérgicamente lo guerre¬
ro, la interpretación como guerrera como diosa de la Guerra,
interpretación que tiene por base el paralelo de las parturientas
con los guerreros que entran en combate y cogen prisioneros. Si
en los diez días que preceden a la fiesta Tóxcatl hace sonar su
flauta la imagen de Tezcatlipoca, en tal caso piden los guerre¬
ros, como dice Durán, “al dios de lo criado y al señor por quien
vivimos —con lo que evidentemente se significa al dios del
Fuego—, y al sol (Tonatiuh) y a Quetzalcouatl y a Tezcatli¬
poca y a Huitzilopochtli y a Cihuacoatl. . . que les diese vitoria
contra sus enemigos, y fuerzas para prender muchos cautivos
en la guerra”. Por esta razón los nombres más comunes de
esta diosa, además de los mencionados, son Quauhcíuatl, “mu¬
jer águila”, y Yaocíuatl, “guerrera”. Y si se hace oír en los
aires, entonces significa la guerra:
yovaltica chocatinenca tecoyouhtinenca,
en la noche gritaba y aullaba ella (arriba en el aire).
no yaotetzavitl catea,
y eso era presagio de guerra (2)«
Además, consideraban a esa diosa como la que se apare¬
cía en el uey nochtli, melocacto (véase a Torquemada, “Mo¬
narquía Indiana”, libro 2, cap. 2), esto es, como la hermana
mayor de los Mimixcoua, dioses de los chichimecas, dioses del

(1) .—Joaquín García Icazbalceta, “Nueva Colección de Do¬


cumentos para la Historia de México”, tomo III (México, 1891),
págs, 237 y 239.^
(2) .—Sahagún, libro 1, cap. 6. MS. Biblioteca del Palacio.

125
norte y de los páramos, y, según los precipitados datos de la
“Historia de los Mexicanos por sus pinturas”, se la suponía
también en forma de venado. Dícese allí asimismo que Mix-
cónatl, o Camaxtli, venció a los enemigos con este disfraz o
con el venado como divisa de espalda (“tomó aquel venado y
llevándolo a cuestas venció”). La forma de venado prueba
que se la consideraba también como diosa del fuego, ya que
el venado significaba para los mexicanos lluvia de fuego o
luego (i); concepto que en verdad cuadra a maravilla con su
papel de guerrera y diosa de la Guerra. Y la doble cabeza del
venado en cuya forma se aparece la diosa, relaciona a ésta de
modo particular con Quaxólotl, la “de dos cabezas”, Chanti-
co, la “encerrada en la casa”, diosa del Fuego de Xochimilco.
Finalmente, la expresa aseveración que leemos en las estrofas
primera y quinta de que la Ciuacóuatl, o Quilaztli, celebrada
en este canto era la diosa de Colhuacán y de Chalman, o la
diosa de los chalmeca, hácele a uno sospechar que la Chalme-
cacíuatl presentada en el capítulo de trajes de deidades de Sa-
hagún como diosa especial, con símbolos de una de la Muer¬
te y con el yollotopilli, báculo de corazón de Mácuil xóchitl
(véanse las páginas 502-503 de este tomo, (2) no es sino otra
forma de la misma diosa, que la representaba en otro papel. El
traje de Ciuacóuatl está descrito en el mismo capítulo de Sa-
hagún, ya en vigésimo lugar (páginas 476-477 de este tomo) ;
(3) Pero el de la precitada deidad del Fuego Chantico, inme¬
diatamente antes de Chalmecacíuatl, en el lugar trigésimopri-
mero (véanse las páginas 501-502 de este tomo) (4).
Semejante a Ilamatecutli y a las Ciuateteo, pues con unas
y otros tiene muchos puntos de contacto, en lo esencial está

(O-—Véanse mis explicaciones sobre el códice fíorgia, to¬


mo I, Berlín, 1904, páginas 107 y 108.
(2) .—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II.
(3) .—idem. idem.
(4) .—idem. idem.

126
Ciuatéotl vestida de blanco:
auh ynic moteyttitiaya motenextiliaya yuhquin tecpanci-
vatl, y se aparecía, se mostraba a la gente en el
traje de una mujer de casa real.
nanacoche yytznacoche,
con orejeras de obsidiana,
yztayan moquetza yztayan actica,
vestida enteramente de blanco.
iz tacaña y cay a, yztazticac,
como persona totalmente blanca.
uel pañi, quiquequetza yn ineaxtlaval, yn iaxtlacuil,
con las trenzas del peinado femenil mexicano, erectas a
manera de cuernos.
Dice, además, Sahagún, en el texto español, que a menudo
se aparece ella también con un portaniños y en éste un niño,
cargado a la espalda; que se sienta en el mercado entre las mu¬
jeres y después desaparece repentinamente dejando el portani¬
ños; y si entonces las mujeres van a registrar el al parecer ol¬
vidado objeto, encuentran en él un cuchillo de piedra en vez
de un niño (i).
XIII. i.—quavi, quavi, explicado por el comentador con
quauhcmatl, “mujer águila”, parece contener el radical quauh,
“águila”, combinado con un elemento demostrativo i, emplea¬
do como artículo, que correspondería al in de tochin, igual a
tochtli, “conejos”. En todo caso esta forma de águila, el nom¬
bre Quauhcíuatl y el adorno con plumas de águila de la diosa,
corroboran la interpretación de la misma como guerrera y re¬
presentante de las Ciuateted, almas de las mujeres muertas de
parto, que habitan en el oeste. De aquí que el códice Borbóni¬
co muestre también a Itzpapálotl, mariposa de los otros escri¬
tos hieroglíficos, con disfraz de águila (véase la figura 25-b
de la página 831 de este tomo), (2) y los demás escritos de esa

(1) .—Sahagún, libro 1, cap. 6.


(2) .—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II.

127
especie la retratan por lo menos con patas de dicha ave. A
las divisas de mariposa usadas por los guerreros mexicanos
pertenece un escudo en cuyo campo está pintada una pata de
águila (quauhtetepontli chimalli; véase la figura 108 de la pá¬
gina 573 de este tomo) (i). Explican los intérpretes: “Pín-
tanlo con pies de águila, por que dizen que algunas vezes les
aparecía, y solamente vían los piés como de águila” (2). Lla-
mábasela también Tzitzimicíuatl, '‘fantasma femenina”, “demo¬
nio de la oscuridad”, porque en el fondo es idéntica con las
Ciuateteó, formas del crepúsculo domiciliadas en el oeste (3).
coaeztica xayavaloc. Nada encuentro en las fuentes relati¬
vamente a un significado especial de la sangre de la culebra;
mas ésta y la sangre se asociaban por lo general en las ideas
de los mexicanos. En los escritos hieroglíficos del códice gru¬
po de Borgia aparece una culebra pintada al estilo del corali¬
llo, muy generalmente como símbolo de la sangre (véanse mis
explicaciones del códice Borgia, tomo I, Berlín, 1904, págs. 90
y 91 2 3 4)-
xayavaloc. Forma amplificada que vimos ya en V, 2. El
comentador explica: ye oxavaloc in coaeztli.
viviya parece estar aclarado en el comentario por iuan, “y”.
quavivitl vitzalochpan lo explica el comentador con in qua-
uhtli yhyvio in moteneva iquauhtzon “las plumas del águila for¬
man su llamada corona de águila”. El quauhtzontli está repre¬
sentado como corona de plumas blancas rígida, erecta, en el
capítulo sobre trajes de los dioses del manuscrito de Sahagún
(véanse la figura 29 de la página 476 de este tomo) (4). No
me es conocida de otra fuente la palabra uitzalochtli usada aquí,
si es que está bien trasladada. Podría significar “coronilla”;

(1) .—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II.


(2) .—Códice Telleriano-remense, folio 18, verso (Kingsbo-
rough, II, 22).
(3) -—Torquemada, “Monarquía Indiana", libro 2, cap. 2,
(4) .—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II.

128
más también podría ser, y lo conceptúo más probable, nombre
del adorno mismo de pluma.
chühman avevetl. Chalman es el país de los chalmeca y se
i elaciona probablemente con challi “hendidura abierta”, “boca”,
y en esencia ha de ser lo mismo que Chalco. Según Torquema-
da, libro 3, cap. 11, que tal vez copia aquí al historiador tlax-
calteca Diego Muñoz, por provincia de los chálmecas se enten¬
dían las faldas del Popocatépetl y del Iztac cíuatl: “la provin¬
cia de los Chalmecas que (como hemos dicho) discorre y se
estiende por todas estas llanadas y faldas del Volcán y Sierra
Nevada”.
Aueuetl, ciprés de las ciénegas, taxódium mexicánum, sím¬
bolo y denotación de la dignidad real, la cual se levanta muy
por encima del vulgo y proporciona abrigo, protección y apo¬
yo. Particularmente en combinación con póchotl, igual a cei¬
ba pentandra (s, bómbax ceiba). Así, dícese en el capítulo 21
de la “Crónica Mexicana” de Tezozómoc: “...el Tetzahuitl
Huitzilopochtli, que nos tiene abrigados con su favor y ampa¬
ro, que estamos debajo de él, como recibiendo alegría a su som¬
bra como árbol grande de Ceiba puchotl, e ciprés ancho ahue-
huetl”.
XIII. 2. tonaca acxolma. No atino a explicarlo. Acaso
sea éste el sentido: “el maíz (gentla) es la base (véase ícxitl,
pie ), la sustancia, de los alimentos de que se nutre nuestro
cuerpo (tonacayó).
chicavaztica niotlaquechizca. El chicauaztli, báculo de so¬
naja, instrumento musical que traen en la mano los dioses de
la Tierra y del Maíz y los de la Lluvia y del Agua, ante todo
Xipe Totee, dios de la fiesta de la Primavera, renovador de
la vegetación. En la procesión de los sacerdotes en la Etzal-
qualiztli, llevan delante el ayauhchicauaztli, sonaja de niebla. Es
el instrumento mágico con que se hace descender lluvia (véase
III, 6 y 10 de este capítulo). El chicauaztli es al par símbolo
de la fertilidad y, sin duda, también instrumento mágico con
que se obtiene ésta. En las pinturas de la primera pareja hu-

Sahagún V, 9
129
mana entregada a la cópula, que, al lado de Tonacatecutli, señor
de los alimentos y de la procreación humana, regente del pri¬
mer signo de día, acompañan la imagen del dios mismo, ve
uno descollar entre la pareja oculta debajo del lecho un chica-
uaztli.
motlaquechizca, de tlaquechia, nino, *''apoyarse en un bácu¬
lo” (“estribar o sustentarse sobre algún bordón, o muleta”.
Vocabulario de Molina). La forma es la del futuro, que aquí
probablemente está como nombre verbal en el sentido de un
presente duradero, en combinación con el verbo de la existencia.
El texto de la estrofa dice tan sólo que la diosa se apoya
en su báculo, es decir, aparece con la sonaja en la mano. Más
del comentario infiere uno que en la época de la siembra saca¬
ban por el campo una imagen o representante de la diosa, con
el báculo de sonaja en la mano, y probablemente utilizaban tal
báculo a manera de azadón o de agudo palo de cavar, para
abrir en el suelo los agujeros destinados a la siembra del grano.
XIII. 3.—vitztla, vitztla nomac temi, “tengo en la mano
la espina de maguey”.
XIII. 4.—malinalla nomac temi, “tengo en la mano el haz
de hierba (la escoba)”.
Estas estrofas dicen que la imagen de la diosa tiene en
la mano, además de la sonaja, la espina de agave, o puntas de
hoja de maguey (uitztli), símbolo de la penitencia, de la san¬
gría en honor de los dioses, y el haz de hierba (malinalli), la
escoba, que está aquí tal vez como símbolo de expiación y de
purificación y también como instrumento de cultivo con el cual
limpiaban el terreno en presencia de la imagen de la diosa.
El comentador equipara asimismo este instrumento directamen¬
te con la coa (uictli), palo puntiagudo, ancho en un extremo
que servía para labrar la tierra y disponer los huecos destina¬
dos a recibir la simiente. Por lo demás, también tienen en la
mano la punta de hoja de agave (uitztli), y otros instrumen¬
tos de penitencia, así como el haz de hierba malinalli), las Ci-
uateteo retratadas en los escritos hieroglífíeos del códice gru-

130
po de Borgia, juntamente con los días en que descendieron a la
tierra (figuras 2 y 3). (1)
XIII. 5- A omey quauhtli. El comentador completa, con
razón indudablemente, matlactli omey quauhtli, “trece águila,,,
y como aclaración anade aun; yn notonal, “éste es mi día, mi
signo . El día trece águila” es el último de la trecena que
comienza con ce calli, uno casa”, una de las cinco secciones
que en el Tonalámatl dispuesto en columnas de cinco miem¬
bros pertenecen al punto cardinal de oeste y que al mismo tiem¬
po es la sección en que son regentes Itzpapálotl y Tamoanchan.
ye tonan aya chalmecatecutli, “ella, nuestra madre, la se¬
ñora (diosa) de los Chalmeca”. Aquí está ye por yeua, “el,
ella”; aya por ayya, igual a an ya, igual a in, “el, la”.
chalmecatecutli, no chalmecatéotl, porque se trata de una
deidad de la Tierra. Véanse las observaciones a IV, 6.
tzivac, igual a tziuacmitl, tziuactlacochtli, dardo fabricado
de la planta espinosa (cacto columnario) y que es insignia
y arma de Mixcóuatl y de Otontecutli (véanse VII, 2, VII, 3,
en este capítulo). Francamente se identifica en esta estro¬
fa tal dardo con Mixcóuatl: yeva nopiltzin aya mixcoatla. En
la “Historia de los Mexicanos por sus pinturas” explícase a
Amimitl, dios de Cuitláuac (véase el canto X) como “una va¬
ra de Mixcóatl
ymaviztla, igual a mauiztli, “por lo que o con lo que al¬
guien se asusta”, igual a “miedo o persona digna de honra”
{Molina).
nechyatetemilli. Interprétalo el comentador, indudable¬
mente con razón, en mi concepto, como imperativo; pero al
mismo tiempo —y esto no es del todo exacto—- considera co¬
mo plural a xinechtemilican. tetemilli es forma intensiva de
temilia, aplicativo de tema, “colocar, o poner, para alguien”.

(i)-—Seler, Gesammelte Ahhanlunqen. Tomo II páai-


na 1056.
*

Detrás del pronombre objetivo está interpuesto otra vez un ya


en la forma verbal del texto.
XIII. 6.—ya tonani yaucivatsin, “ella, nuestra madre, la
guerrera”. Aquí se emplea, pues, el otro nombre de la diosa,
el que dice bien con su naturaleza guerrera.
aya, igual otra vez a ay-ya, an ya, igual a in.
y maca colivaca, “el ciervo de Colhuacári’. Es así como creo
que se debe traducir. Aquí se confirman, pues, directamente,
los datos copiados de la “Historia de los Mexicanos por sus
pinturas” en la página 1052 de este capítulo (1).
Coliva-can, igual a Colhuacán. En la forma del texto está
intercalada una vocal (i) para evitar la consonante doble, pues
la v (hu) no es vocal, sino consonante que corresponde quizá a
la w alemana o a la inglesa.
ypotocaya debe de significar, probablemente, ipontocaya,
“lo que alguien se pega”, “su pegado”, derivado de potonqui,
“encolado”, potoni, ni, “estar empegado” (véase potonia, nino,
“empegarse”).
XIII. 7.—ye tonaqnetli, igual a ca otonac, “ha despuntado
el día”. La -c del sufijo de pretérito está amplificada en qui
y acompañada del artículo, como lo hemos visto ya con mucha
frecuencia. He expuesto arriba, en las observaciones a II, 6,
que la frase “ha despuntado el día”, en el mayor número de
casos, tiene en estos cantos el sentido de “ha llegado la hora
del sacrificio”. Aquí no significa directamente “ha llegado la
hora del sacrificio”, sino “ha llegado la hora de la guerra”;
ideas que, sin embargo, son homogéneas hasta cierto punto,
ya que el sacrificio no es posible sino merced a la guerra, y
ésta, en el fondo, se hace con la mira del sacrificio. Así,
pues, antes que crear el sol, créase la institución de la guerra,
para obtener con ella sangre y corazones con que alimentar al
sol.
yautlatocaya es el nombre instrumental formado con el su-

(1).—Sclcr, Gesammcltc Abhanlungen. Tomo II.

132
fijo -ca y con ya arrimado. Esto supone, en verdad, una raíz
neutral o pasiva: tlatoua, igual a tlátolo. El sentido sería en¬
tonces: “con lo que la guerra es ordenada o enunciada”, es-
decir, “se ha publicado la orden para la guerra”. El comen¬
tario lo reproduce en el optativo: ma mochiva yauyutl, “ojalá
que haya guerra”.
ma neuilano es el optativo del presente pasivo de mia¬
ña, “arrastrar en el suelo a uno o algo”.
XIII. 8.—amoxayavalli, “vuestra pintura”. Aquí está otra
vez xayana en vez del xana del lenguaje clásico, y, discrepando
del uso de ese lenguaje, es la expresión ligada con el prefijo po¬
sesivo y acompañada, además, de artículo.
onaviya yecoyametl. Aquí parece ser yecoyámetl forma pa¬
ralela de expresiones como yaotlatoáquetl, es decir, nombre de
agente (participio de presente) en -mi (igual a -ni), combina¬
do con el artículo -ti yecoa, en lugar de tlayecoa, “combatir”.
Véase Tonámetl (“reluciente”), voz mencionada en el apén¬
dice al segundo libro de Sahagún como nombre del dios del
Sol: “ya ha salido el Sol que se llama tonámetl xiuhpiltontli
quauhtlevamitr. La última palabra aquí citada, quauhtlevá-
mitl, “el águila que asciende”, es evidentemente de la misma
formación. Cocochímetl (“el que duerme”) parece ser tam¬
bién vocablo semejante; es nombre de uno de los cinco herma¬
nos de ambos sexos de Yacatecntli, dios de los Mercaderes Tra¬
ficantes (Sahagún, libro I, capítulo 19).

133
XIV.-IzCATQUI YN CUICATL.
Chicuexiuhtica mevaya in iquac
ATAMALQUALOYA.

EL SIGUIENTE ES EL CANTO QUE ENTONABAN


CADA OCHO AÑOS, CUANDO COMIAN TA¬
MALES (CUANDO SE CELEBRABA LA
FIESTA DE LA COMIDA DE LOS TA¬
MALES, QUE ERA CADA OCHO
AÑOS).

1. —Xóchitl noy olio cuepontimania: ye tlaco-


yoalle, oaya, oovayaye.

La flor, mi corazón, se ha abierto,


él, el señor de la media noche.

2. —Yecoc ye tonan yecoc, yeteutl tlagólteuatla


oaya oovayaye.

Ha venido nuestra madre,


ha venido la diosa Tlagoltéotl.

3-—Otlacatqui genteutl (i) tamiyoanichan ni


xochitlicacani, ceyxochitli yanta-
la, yantata, ayyao, ayyave tilili
yao ayiave, oayyave.

Ha nacido el dios del Maíz


en la casa del descenso (casa del nacimiento),
en el lugar donde están las flores (el jardín, el paraíso),
(el dios) “uno flor’h

(0-—gententeutl. MS. Biblioteca Laurenziana.

134
4- —Otlacatqui centeutl, atl, yayavicani
tlaca pillachivaloya (i) chachimichva-
can, yyao, yantóla, yantanta a-
yyao, ayyave, tililiyao, ayyave
oayyave.

Ha nacido el dios del Maíz,


en el lugar de la lluvia y de la niebla,
donde se hace a los hijos de los hombres,
en el lugar donde se pescan los peces de piedra preciosa.

5. —oyatlatonazqui (2) tlavizcallevayya inan tlachi-


chinaya nepapan quechol, xochitlacaca yyan-
tala, yantata, ayyao, ayyave, tililiyao
ayyave oayyave.

Al punto se hace de día, levántase la Aurora


y (en las flores) chupan los diversos pájaros quechol,
en el lugar donde están las flores.

6. —Tlalpan (3) timoquetzca, tianquiznavaqui a


nitlacatla ñiquezalcoatla yyantal a yan¬
tanta, ayyao, ayyave, tilili yao, ay y a
ve oayyave.

Aquí abajo en la tierra te levantas (apareces) en el mercado,


yo el príncipe Quetzalcóatl.

7. —Maya aviallo xochinqiMvitl itlanfi


nepapan quecholli maya in quecholli
xicaquiya tlatoaya ytoteuh xicaqui-

(1) .—Uillachiualoia. MS. Biblioteca Laurenziana.


(2) .—oya tonazqui. MS. Biblioteca Laurenziana.
(3) .—Tlapan, MS. Biblioteca Laurenziana.

135

"v
ya tlatoaya yquechol amach yeva
tomicauh tlapitzca amach yevan tlacal
vaz ovao.

Debe reinar la alegría entre los árboles floridos,


las diversas especies de pájaros quechol (los bienaventura¬
dos)
débense (alegrar) los pájaros quechol (los bienaventura¬
dos).
Oye la palabra de nuestro dios,
oye la palabra del pájaro quechol (del bienaventurado),
no se debe a tu hermano, nuestro muerto, disparar,
no debe tu hermano ser cazado con la cerbatana.

8. —aya oho. yyayya caniquiyecavizca


noxocha tonacaxochitli yeizquixo-
chitla, xochitlicaca. yyaa.

Yo traeré mis flores,


la (amarilla) flor del maíz,
la (blanca) tostada flor de maíz (—beureria Jmanita)
del país donde están las flores.

9. —Ollama, ollama vive xolutl nava-


lacheo, ollamaya xolutl. chalchive-
catl xiquitta mach o y amo teca piltzin-
tecutli y oanchan, yoanchan.

Juega pelota, juega pelota el viejo Xólotl,


en la plaza del juego de pelota de hechiceros juega Xólotl,
señor del país de la piedra preciosa.
Mira si Pilt zintecutli se aloja
en la casa de la oscuridad, en la casa de la oscuridad.

10. —Piltzintle piltzintle tocivitica timo-

136
potonia tlachco timotlalli yoanchan
yoanchan.

Oh Piltzintli, Piltzintli,
te pegas a ti mismo plumas amarillas,
no desciendes a la plaza del juego de pelota,
en la casa de la oscuridad, en la casa de la oscuridad.

11. —Oztomecatla y y ave oztomecatla x o chi¬


que tzál (i) quimama ontlatoa cholola (2)
ayye ayyo. oye mavinoyol, oye mavi
noyol, aoyayecoc centeutl. ma tivia
obispo, oztomecatl chacalhoa xiuh-
nacochtla yteamic ximaquiztla
yteamico. ayye. ayyo.

El mercader, el mercader,
el vasallo de Xochiquétzal, el que (la que) impera en Clio-
lula,
ya teme mi corazón ya teme mi corazón
que el dios del Maíz todavía no venga.
Vamos a casa del obispo,
el mercader, el hombre de Chacalla.
Orejeras azules (orejeras de mosaico de turquesa) son su
mercancía.
Manillas azules (de mosaico de turquesa) son su mer¬
cancía.

12. —Cochina cochina cocochi yenicma-


ololo nicani ye givatl nicochina yyeo
ovayeo, yho, y y a, y y a.

(1) .—Suchiquetzal. (MS. Biblioteca Laurenziana).


(2) .—Cholollan. (MS. Biblioteca Laurenziana.)
El dormido, el dormido, él duerme (?),
lo he enrollado con la mano.
Aquí la mujer,
yo el dormido.

OBSERVACIONES.

in iquac atamalqualoya, o atamalqualiztli, fiesta celebrada


cada ocho años, en que comían atamalli, esto es, tamales ba¬
tidos sólo con agua, sin sal y sin chile, considerados como co¬
mida de vigilia. Verificábase tal fiesta hacia fines del otoño,
en la Quecholli o en la Tepeílhuitl, es decir, en la época en que
por lo regular festejaban a los dioses de las Montañas, a los
del Pulque, a Xochiquétzal y al dios chichimeca Mixcóuatl;
fiestas en todas las cuales se representaban más o menos dis¬
tintamente, más o menos acentuadamente, el pulque y el amor,
y que por lo mismo deben considerarse todas juntas como acción
de gracias por la coseclta y como regocijo piiblico, pero en las
cuales quizá también se significaba simbólicamente para el año
nuevo, con los excesos autorizados de modo expreso por ellas
mismas, la renovación y opima repetición de la guilla. Y así,
la fiesta de la comida del tamal celebrada cada ocho años en
esta época del año, expresamente se señalaba también como
fiesta que debía servir para la renovación, para el rejuveneci¬
miento de los comestibles.
Auh inic mochivaya y. quilmach ye mocevitivia in tonaca-
yutl in chicuexiuhtica ipamypa quilmach cenca tictlayhio-
viltia, inic tiqua.in ticchilhvia in tiquiztavia in tictiquixqui-
via, in motenexvia, yn iuhquima ticatzanmictia inic ticne-
mitia quilmach ic mopilquixtitivia, in tonacayutl, iuhqui
yn muchioaya, “y se hacía la fiesta con este fin: se de¬
cía que con ella se deja descansar a los comestibles cada
ocho años, porque —aseguraban— los atormentamos mu¬
cho (a los comestibles), poniéndoles, para comerlos, chile,
sal, tequezquite y cal viva, matándolos por decirlo así al
aprovecharlos para sustento. Decían que los comestibles
(el maíz) se rejuvenecen celebrando esta fiesta” (i).
En esa gran fiesta de la renovación de los alimentos ponían
un recipiente con agua y con culebras en ésta —así nos lo mues¬
tra un dibujo del manuscrito de Sahagún de la Biblioteca del
Palacio— delante del templo de Tláloc, junto al cual está re¬
presentada una montaña con el lazo capital del dios del Vien¬
to y con diosecillos de las Montañas (Eecatotontin), y cierta
clase de individuos llamados magateca sacaban del agua con
los dientes las culebras vivas, bailaban con ellas en derredor y
luego se las tragaban. Todos los dioses bailaban en esa fiesta;
pero en el centro del círculo de ellos parece estar, según el di¬
bujo puesto en el Sahagún, la diosa Xochiquétzal, diosa de las
Flores y de la Vida, joven diosa que precisamente representa
de expresivo modo el rejuvenecimiento. Y figuran en la misma
fiesta una multitud de disfraces, toda especie de animales cam¬
pestres, pájaros, mariposas, abejas, moscos, escarabajos; ade¬
más, comestibles, sartas de tamales de frutas, sartas de pollos
y gallinas y depósitos llenos de tamales de frutas; a lo que se
añade gente pobre campesina, vendedores de legumbres, ven¬
dedores de leña y gente castigada por Tláloc, leprosos (teoco-
coxqid) y las aves de la diosa de la tierra: tecolotes y lechuzas.
Y al final de la fiesta, después de la procesión, se comían los
tamales con que habían llenado las trojas (tonacacuezcómatl),
Son, pues, perfectamente comprensibles los rasgos princi¬
pales de esta fiesta. El dios de la Lluvia, dios de las Siem¬
bras, es festejado en sus animales las culebras, que representan
expresivamente tanto el agua como el rayo. También en la
Tepeílhuitl ordinaria, “fiesta de los dioses de las Montañas”,
era sacrificado anualmente Milnáuatl, “espíritu del campo”, que
es imagen de las culebras, yxiptlan coatí. La diosa joven, la
diosa de la Tierra, toma parte en la danza en rueda de todos

(i).—-Sahagún, libro 2, apéndice, párrafo 2. MS. Bibl. del


Palacio.

139
los dioses. Y los animales, productos y gente del campo des¬
filan ante los ojos, y después de todos ellos vienen aún otros
disfraces relacionados con el dios de la Lluvia y la diosa de la
Tierra. Lo único notable es tan sólo que la fiesta se celebre
cada ocho años y que a los comedores de culebras se les dé el
nombre de maqateca, pues denota determinado pueblo y deter¬
minada comarca, y es ésta la de Teotitlan del Camino, en los
límites del hoy estado de Oaxaca, que era de lengua mazate-
ca (con población señorial mexicana).
Más precisamente la concurrencia de estos dos puntos no
aclarados todavía, nos pone en la mano la solución. Los ocho
años solares corresponden a cinco períodos de Venus (de 584
días cada uno), y estos cinco períodos componen un turno
después de cuyo transcurso el día inicial del período vuelve
a contener el mismo signo. Los ocho años son, pues, el pe¬
ríodo característico del planeta Venus, el tiempo Santo o con¬
sagrado a esta deidad estelar. Pero la comarca de Teotitlan
es justamente la región donde al planeta Venus se le tributaba
más fervoroso culto, donde habían tomado mayor auge la vida
científica, la organización sacerdotal, los esfuerzos endereza¬
dos a la investigación de estas relaciones astronómicas y de las
astrológicas ligadas con ellas. Así, pues, probablemente en esa
comarca o en una dependiente de ella fué donde se formó tam¬
bién el magnífico códice Borgia. La atamálqualiztli era, pues,
manifiestamente una fiesta mazateca, importada de allá y acep¬
tada en México. De ahí que se efectuase en períodos consa¬
grados a la deidad del planeta Venus, y de ahí también que
los principales actores de la fiesta debiesen ser maqateca o in¬
dividuos que hiciesen el papel de tales. Vamos a ver como tam¬
bién el panteón que figura en nuestro canto, concuerda de modo
absoluto con esta interpretación.
XIV. 1.—xochitl noyollo cuepontimania. La expansión, el
desplegamiento de la flor, se debe entender aquí como naci¬
miento de la deidad que se menciona en las estrofas siguientes.
ye tlacoyoalle. ye, igual a yeua, “el”.

140
tlacoyoalle, “el señor de la medianoche”. Esto signifi¬
ca muy bién “en la media noche”.
XIV. 2.—yecoc es tal vez écoc, pretérito de eco, ni, “llegar”.
Antes pensé en yecoa, “completar”, tlayecoa, “combatir”; pero
a esto corresponde el sufijo -c, que solo entra en las palabras
-ca, así como en las en -o y en las raíces monosílabas.
ye, igual a yeua.
tlagolteutla, diosa de la Inmundicia, representante del pla¬
cer carnal, del placer sensual. Por eso también se la llamaba
Tlaelquani, “comedora de inmundicia”, la pecadora; con ella
se iban a confesar los adúlteros, para descargarse del pecado
merced a la confesión y eludir así el condigno castigo. Cae
juntamente con Teteo innan, o Toci, diosa de la fiesta de la
madurez del maíz, de la Ochpaniztli, o “fiesta de la escoba”,
a que está dedicado el cuarto de estos cantos. En los escri¬
tos hieroglíficos se la retrata como personificación del décimo-
cuarto signo de día, océlotl, “jaguar”, y de la correspondien¬
te décimatercera sección del Tonalámatl, ce olin, “uno movi¬
miento”. (En el códice Borbónico se la representa como em¬
barazada y parturienta; allí tiene las faciones y distintivo de
la diosa del niño que sale de la vulva de ella, con lo cual y
con dos cuerdas que trae en la mano entrelazadas a manera de
eslabones de cadena, expresa la incesante contitpación o la
renovación de la vida). Respecto de esta diosa, véanse mis ex¬
plicaciones del códice Borgia, Berlín, 1904, tomo I, páginas 153
íóS-
XIV. 3.—centén!,ti, igual a cintéotl, dios del Maíz, el maíz.
tamiyoan ichani xochitlicacani, igual a tamoanclian xóchitl
icacan, “la casa del descenso (casa del parto), el paraíso del
oeste”. Véanse las observaciones a IX, 1.
qeyxochitli, igual a ce xóchitl, “uno flor”. El día que cae
veinte después del chicóme xóchitl, “siete flor”, estaba consa¬
grado, como éste, al joven dios de las Flores, Xochipilli, que es
también dios de la Ucitccuílhuitl (gran “fiesta de los señores”,
fiesta del maíz tierno), y, en consecuencia, Cintéotl, dios de]
Maíz. Véase la quinta de las “Fiestas Movibles” en el segun¬
do libro de Sahagún y el manuscrito hieroglífico de la Biblio¬
teca Nacional florentina (códice Magliabecchiano, XIII, 3),
folios 47 y 48. Véanse también las observaciones al canto VIII.
XIV. 4.—atl, yayavicani, “el país de la lluvia y de la nie¬
bla”, un nombre más de Tamoanchan, que en forma parecida
(atlayavican) hemos visto ya en IX, 1. Tamoanchan, el míti¬
co oeste, la casa del parto, es también el paraíso, el reino de la
abundancia, la patria de los dioses, el cielo en general. Por tal
motivo, en la arenga de bienvenida que Motecuhgoma dirige a
Cortés, en quien el supersticioso rey miraba a Quetzalcóuatl de
regreso, dícele: in quenamican in otimoquixtico in mixtitlan in
aiauhtitlan: an ca iehoatlin in quiteneulitivi in tlatoque in tic-
momachitiquinh in matzin, in motepetzin: in ipan timovetziti-
tiquiuh in mopetlatzin, in mocpaltzin in tioalmovicaz, “del lu¬
gar que nadie conoce, de las nubes, de las nieblas, de allá vie¬
nes tú. Pues dicen los reyes (mis antepasados) que vendrás a
reconocer tu ciudad, a sentarte en tu estera, en tu trono; que
volverás” (1).
tlacapillachivaloya, “el lugar donde son hechos los niños
de los hombres”. Tamoanchan es precisamente el lugar de la
procreación, el lugar del parto, idéntico en todas sus fases con
el Omeyoca^, imaginado también en el cielo supremo (décimo-
tercero), y que es mansión de los dioses de la Procreación, Ome-
tecutli, Omecíuatl, y de los señores de los comestibles, Tonaca-
tecutli, Tonacacíuatl.
chalehimmichuacan, “lugar donde viven los señores de los
peces de piedra preciosa”. Paréceme que esto es otro nombre
primitivo de Tamoanchan, región del mítico oeste, relacionado
con la idea de los peces como animales de la abundancia colosal,
ilimitada. Así, a Mayáuel diosa del Maguey, planta que en
verdad es casi inagotable fuente de bienes, la describen los
intérpretes como una mujer con cien pechos y que, debido a

(1) • Sahagun, libro 12, cap. 16. MS. Bibl. Laurenziana.

142
su fecundidad, fué transformada en aquella planta; y en los
escritos hieroglíficos se la representa amamantando a un pez
o se la simboliza por un maguey en que hay una oquedad llena
de líquido y junto a cuya tapa está un pez bebiendo. El Ta-
moanchan, interpretado como lugar donde viven los señores de
los peces de piedra preciosa, está vivamente expresado en los
manuscritos del códice grupo de Borgia, junto a Xochipilli, se¬
ñor del onceno signo de día, ogomdtli, “mona”, por un hombre
pescando con la red de mona. (Véanse mis explicaciones del
códice Borgia, tomo I, Berlín, 1904, págs, 136 y 137). El
nombre Michhuacan, que lleva todavía hoy el país que se ex¬
tiende en declive hacia el océano Pacífico al oeste de la mesa
de México, nombre acerca del cual se acepta por lo general que
se le dió a aquella región en vista de los diversos lagos que
contiene, podría igualmente derivarse, a la inversa, de este nom¬
bre Chalchimmichhuacan, basado en ideas mitológicas, que en¬
contramos aquí como denominación del oeste.
XIV. 5.—o y aflato ñaiqui, u oyatonatonazqui, es un radical
de futuro (acompañado del sufijo adjetivo -qui) con el sig¬
no de pretérito o antepuesto y ya arrimado a éste. Probable¬
mente es así el sentido: “ha llegado el momento de la inmi¬
nencia de una acción”, es decir, “el hecho ocurrirá al punto”.
Aquí, pues; “al punto amanecerá”, tlavizcallevaya, “levantán¬
dose la aurora”, “pues la aurora se levanta”.
iuan tlachichinaya nepapan quechol “y los diversos pája¬
ros preciosos chupan también ya (la miel de las flores”. Xochi-
tlacaca, “en el lugar donde están las flores”, esto es, en Tamoan-
chan. Aquí se equipara directamente este lugar, el mítico oes¬
te, con el cielo, con el cielo oriental, mansión del guerrero sa¬
crificado. A esto se refiere ya el precedente oyatlatonazqui,
“al instante despuntará el día”, expresión que, como hemos
visto arriba (consúltense las observaciones a II, 6), por lo re¬
gular se usa con relación al sacrificio humano. Y las almas de
los guerreros sacrificados son los tlagototome, huitzitzilti, xo-
chitótol, totocoztli, mixtetlilcomolo, ticapapálotl, ivipapálotl, xi-

143
calteconpapálotl, “pájaros preciosos, colibríes, pájaros flores,
pájaros amarillos, que tiene rodeado el ojo de un hondo hoyue¬
lo negro (es decir, la pintura de la Estrella de la Mañana), la
blanca mariposa de tiza, la mariposa de plumión, las mariposas
grandes, que” tachichina in ompa in inonoian. yoan in nican tlal-
ticpac oalhui in quioalchichina in ixquich nepapan xochitl in
equimitl. anogo tzompanquavitl xiloxochitl tlacoxilohxochitl,
“chupan la miel de las flores allá en su mansión (el cielo) y ba¬
jan a la tierra a libar la miel de toda suerte de flores, de las es¬
pecies erythVina corallodendron, carolínea princeps y calliandra
spec”. (i)
nepapan quechol. Como pájaro en que se transforma el
alma del muerto, piénsase, pues, aquí en el quechol, tlauhque-
chol o te oquechol, esto es, en el rojo picocuchara (platálea aja-
ja L). Efectivamente, Motolinía dice de estos pájaros que los
indios los tenían por dioses: “en este estero y río (de Papaloa-
pan) hay otros muchos géneros de aves, en especial unas aves
muy hermosas, a que los indios llaman teocacholli. . . Estas así
por su hermosura como por su preciosidad, los indios las tenían
por dioses: toda la pluma que estas aves tienen es muy buena y
fina para las obras que los Indios labran de pluma y oro: son
mayores que gallos de Castilla” (2).
XIV. 6.—Tlalpan timoquetzca, tianquiz navaqui, “aquí aba¬
jo en la tierra eres puesto en pie, en el mercado”. Síguese des¬
envolviendo las series de ideas de la estrofa anterior. Allá
en el cielo, donde el maíz ha sido creado, moran los justos co¬
mo aves preciosas, libando miel de las flores. Y descienden a
la tierra. Y aquí abajo en la tierra {tlalpan), en directo con¬
tacto con nosotros, en el mercado (tianquiznáuac) aparecen es-

(1) .—Sahagún, libro 3, apéndice, cap. 3. MS. Bibl. Lauren-


ziana.
(2) .—Motolinía, libro III, cap. 11. {Joaquín García Icaz-
balccta, “Colección de Documentos para la Historia de México”,
tomo I, pág. 204).

144
tos pájaros, almas de los muertos, timo que tzca, “tú te has pues¬
to en pie”, quiere decir, te presentas, apareces.
a nitlacatla, igual a an nitlacatla, esto es, in nitlácatl, “yo el
hombre, el príncipe”. De improviso pasa el texto a la prime¬
ra persona. Evidentemente hay que completar con un “dicien¬
do tú esto”. Con el a nitlacatla ni quetzalcoatla, “yo soy el
hombre, el príncipe; yo soy Quetzalcóuatl”, se presenta enton¬
ces como tal el alma del muerto que aparece en forma de pájaro.
ni quetzalcoatla. Quetzalcóuatl está aquí manifiestamente,
como arriba en la tercera estrofa (XI, 3) del canto a Otonte-
cuhtli, por el alma del guerrero muerto que habita en el cielo,
pues también Quetzalcóuatl se quema a sí mismo y sube al cielo.
XIV. 7. Con esta estrofa varía el ritmo del canto; más el
pensamiento es absolutamente el mismo. Trátase una vez más
de los pájaros quechol, que en realidad son las almas de los
muertos y que el hombre encuentra aquí en las regiones terres-
tresj,
maya aviallo es optativo de la pasiva de auia, ni “estar con¬
tento”, con ya interpuesto detrás de la partícula optativa. “De¬
be uno alegrarse, divertirse, regocijarse”.
xockinquavitl itlani nepapan quecholli, entre los árboles flo¬
ridos deben los diversos pájaros quechol, almas de los muertos,
entregarse a sus juegos, gozosos y sin ser molestados.
maya in quecholli, expresión elíptica, “deben los pájaros que¬
chol . Completa, sería así la oración: ma ya auia in quecholli,
“los pájaros quechol deben entregarse a sus juegos alegremente”.
xicaquiya tlatoaya yloteuh xicaquiya tlatoaya y quechol, im¬
perativo con el ya arrimado. Así, pues, aquí se señala clara¬
mente al pájaro quechol como toteuh, igual a toteouh, “nuestro
dios”, “el alma de nuestro muerto”.
a mach yeva tomicauh tlapitzca. a es la negación; m-ach,
tu hermano , yeva, pronombre absoluto de la tercera persona;
tomicauh, igual a tomiccauh, “nuestro muerto” (■micqui) ; tlapitz¬
ca es tlapitztli, participio del perfecto pasivo de tlapitza, “soplar”,
Sahagún V, 10
145
combinado con ca, “ser”. La negación combinada con el pre¬
sente de la pasiva en el sentido de un vocativo (=ma con el
pretérito), pitza, “soplar”, aquí naturalmente en el sentido de
“disparar con la cerbatana” (tlacaluaztli), como claramente lo
hace comprender el siguiente tlacalvazova, impersonal de tlaca-
luagoa, “disparar con la cerbatana”.
El sentido es: los pájaros quechol, almas de los muertos, son
sagrados; debe uno dejarlos entregarse tranquilamente a su jue¬
go entre las ramas (ma ya auialo xochinquauitl itlani), y nun¬
ca se les debe considerar como caza silvestre ni quitarles la vida
con la cerbatana.
XIV 8.—ganiquiyecavizca, de ecania, nitla, causativo de
eco, “llegar”, yecauia está por ccauia, como en la segunda es¬
trofa yeco por eco. Y entre el pronombre objetivo y la inicial
radical hállase intercalada además la vocal i, para evitar la as¬
pereza de la consonante doble.
tonacaxocliitl. Descríbela Sahagún como una planta que na¬
ce en el suelo de la tierra templada y se ramifica entre piedras
y árboles; es de grandes y anchas hojas y de fragantes flores
de color rojo amarillento, con una oquedad como de un dedo
y algo vellosas; flores que era costumbre añadir al cacao (i).
izquixochitl es la flor de color (blanco) del grano de maíz
tostado y reventado, es decir, la Borraginazcc bcurcria huanita,
planta también de la tierra templada, cuyas fragantes flores,
deslumbradoras por su blancura, se utilizaban mucho para el
culto: son el adorno de la fiesta Tóxcatl y las trae en el pelo
Xochiquctzal, diosa del Amor. Acostumbraban asimismo aña¬
dirlas con perfume al cacao (2).
Tamoanchan —lo dice esta estrofa— es, no solamente la
tierra del maíz y la mansión de los justos, sino también el lu¬
gar de donde vienen las flores, en donde el hombre se recrea.
XIV. 9.—ollama vive xolutl, “el viejo Xólotl juega a la pe-

(1) .—Sahagún, libro 11, cap. 7, párrafo 5.


(2) .—Sahagún, libro 11, cap. 7, párrafo 9.

146
Iota . X ólotl, dios en forma de perro, dios de los Gemelos y
de' l°s Abortos, una de las figuras más notables de la creación
mítica mexicana, que primitivamente es el animal del Rayo y
el dios que acompaña al sol cuando desciende a la mansión de
los muertos. (Véanse mis explicaciones del códice Borglano,
tomo I, Berlín, 1904» páginas 191 a 200). Como encarnación
de la congeminación, parece haberse convertido en el dios del
Juego de la Pelota, porque a este juego le corresponden siempre
dos partidos, o acaso también porque tiene ciertas relaciones con
Macuil xochitl, dios del Recreo y del Juego. Mas como deidad
del Juego de Pelota, expresamente es explicado Xólotl por el
intérprete del manuscrito hieroglífico de la Biblioteca Nacional
florentina (códice Magliabecchiano, XIII, 3), folio 33, verso,
en estos términos: “. . .otro que se llamaba xubotl, el qual po¬
nen en los juegos de pelota, pintado o de bulto”.
navalache o, igual a naual-lachco, “el tlachtli mágico”, “la
mágica plaza del juego de pelota”. Este juego estaba relacio¬
nado entre los mexicanos con el culto de Xochipilli, o Cintéotl,
deidad de la Ueitecuílhuitl, fiesta del maíz tierno. En el códi¬
ce Borbónico se marca la Tecuilhuitontli, fiesta que precedía a
aquélla, por la imagen de un frontón en que parecen como ju¬
gadores, en un lado, Quetzalcóuatl y Ciuacóuatl-Couatlicue, dio¬
sa de la Tierra, y en el otro, Xochipilli, como Cintéotl, e Ixtlil-
ton, dios negro, dios del Baile.
chalchivecatl probablemente se halla en lugar de chalchiuh-
técatl, “el del país de la piedra preciosa”, o “el con la piedra pre¬
ciosa”.
xiquitta mach oyamoteca. Según la gramática del padre An¬
drés de Olmos, mach se usaba en Tlaxcala en vez de cuix, en
preguntas dubitativas. 4 ambién aquí parece tener ese sentido.
En el lenguaje común úsase para dar noticias de las que el que
habla no quiere constituirse garante por completo, y por esta
razón las mas veces se traduce por “dicen”, o ya moteca es quizá
oy-ya moteca, quiere decir, om moteca con ya intercalado.
Piltzintecutli es, como ya dije arriba (IX, 1), tan sólo otro

147
nombre de Xochipilli. Observan, según eso, si el dios descien¬
de al frontón. Lo cual puede anunciar tal vez, si gana este dios
que encarna en sí la abundancia, que el maíz se sazonará.
Y oanchan debería, por analogía con Tamoanchan, significar
más exactamente youa-n-ichan, “la casa de la oscuridad”. Pa¬
rece casi como que este yoanchan es, en general, nada más sinó¬
nimo de Tamoanchan.
XIV. io.—En esta estrofa se invita francamente al dios a
que se presente en el frontón. Lo que prueba que tratándose de
él, debe de tener el frontón la importancia de que acabo de
hablar.
Piltzintle, igual a Piltzintecutle.
tocivitica timopotonia tlachco timotlali, “te pegas plumas ama¬
rillas, no desciendes al frontón”. Amarillo es el color del maíz
maduro.
XIV. ii .—oztomecatla, el “hombre de Oztoman”, el merca¬
der. Es un punto dudoso de qué Oztoman trae su origen la pa¬
labra convertida en denominación de la profesión de mercader.
El códice Mendoza da a conocer dos lugares de este nombre.
Uno de ellos ha de estar situado en el oeste, en la comarca de
Macana. Se le menciona entre las conquistas de Axayácatl cer¬
ca de Tlaximaloyan (es decir, Tajimaroa, en MicJiuacán) y Xo-
cotitlán (en la parte septentrional del valle de Toluca). En la
Lista de Tributos se habla de otro Oztoman en el grupo Tcpe-
quacuilco, Chilapa, y por lo tanto, entre las ciudades del actual
estado de Guerrero.
Xochiquetzal quimama, “Xochiquétzal lo trae en la espalda”,
esto es, lo rige. Itqui, “traer”, y mama, “traer en la espalda”,
son expresiones simbólicas de “gobernar”, itconi mamaloni es¬
tá traducido en Molina por “vasallos, o gente plebeya”.
ontlatoa cholola, “impera en Cholollan”. Cholollan, Cbolil¬
la, era la ciudad de los mercaderes.
oye mavi noyol ao ya yccoc centeutl, “mi corazón teme que
el dios del Maíz no haya venido todavía”. No se me alcanza

148
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y
M
t</
qué relación hay entre esta preposición o entre toda esta estro¬
fa y la precedente.
¡na tizna obispo, vamos a casa del obispo”, parece ser in¬
tercalación en el texto debida a inadvertencia del escribiente.
oztomecatl chacalhoa. chacalhua significa “señor de los can¬
grejos , o “el hombre de Chacallan”. Un lugar de este último
nombre existe en la sierra del estado de Jalisco, cerca del llama¬
do Valle de las Banderas (i).
yteamic. teamictli, o tiamictli, es la mercancía (“mercadu¬
ría”) del comerciante.
xiuhnacochtla, orejera de madera, cubierta con mosaico de
turquesa o pintada de azul.
ximaquiztla es ximmaquiztli, igual a xiuhmaquiztli, corre¬
as de las muñecas de las manos, guarnecidas de mosaico de tur¬
quesa.
XIV. 12.—La ultima estrofa es para mí completamente os¬
cura.
cochina, tal vez igual a cochini. Recuerdo que como nombre
de uno de los cinco hermanos de ambos sexos de Yacatecutli,
dios de los Mercaderes, se cita a Cockímetl, o Cocochímetl, que
es probablemente tan sólo la forma que pertenece al arcaico len¬
guaje poético en vez de cochini.

XV.-XlPPE YCVIC, TOTEC. ( YOALLAVANA) .

CANTO DE NUESTRO SEÑOR EL DESOLLADO (EL


BEBEDOR NOCTURNO).

i. —yoalli tlavana, yztleican timonenequia xiyaqui-


mi tía ti a tencui tlaquemi ti xicmoqu entiquetlo-
via (2).

(1) .—Mendieta, “Historia eclesiástica indiana”, libro V.


parte II, cap. 6.
(2) .—xicmoquentiquetl ovjia. MS. Biblioteca Laurenziana.

149
Tú, bebedor nocturno, ¿por qué te haces de rogar (te des¬
figuras) ?
j Ponte tu disfraz,
el ropaje de oro, póntelo!
q. n. in ti yoallavana, ti xipe, totee, tleica inti-
monenequi intimoguma intimotlatia, id est.
tleica inamoqiavi. teocuitlaquemití xiemo-
quenti. q. n. maquiavi mavalanh yn atl.
I. e.: ¡Tú, bebedor nocturno, tú Xipe Totee (Nuestro Se¬
ñor El Desollado) !
¿por qué te haces de rogar (te desfiguras) ?
¿(por qué) estás airado, te escondes?,
i. e., por qué no llueve?
¡Ponte el áureo ropaje!,
i. e., ¡ojalá que llueva, ojalá que venga el agua (la lluvia) !

2.—Noteua chalchimamatlaco apanaytemoaya (i), ay,


quctzallavevetl, ay quetzalxivicoatl. nechiya,
yquinocauhquetl, oviya.

Dios mío, tu agua de piedras preciosas. . . descendió.


Píase (tornado) en quetzale el alto ciprés.
La serpiente de fuego (se ha transformado) en (serpien¬
te) de quetzale,
me dejó libre (la serpiente de fuego, el hambre).
q. n. In tinotenh, otemoc in mauh ovalla yn
mauh. ay quetzalavevetl. id. est. yetlaquetzal-
patia, yetlaxoxovia, yexopantla, ay quetzal
xiuhcoatl ncchia iquinocauhquetl. id. est. ca
yeotechcauh yn mayanaliztli.
I.e.: ¡Oh dios mío, ha descendido tu agua (tu lluvia),

(i).—noteuhoa chalchimmama tlacoapana itemoia. MS. Bi¬


blioteca Laurenziana.
ha venido tu agua (tu lluvia) !
ay quezalavevetl,
i. e., Ya se ha transformado en quetzale,
ya ha reverdecido, ya está ahí el verano.
ay quetzalxiuhcoatl nechia iquinocauhquetl,
i. e., Nos ha dejado libres la miseria.

3. —Maniyavia, niauia poliviz. niyoatzin achal


chiuhtla noyollo, a teucuitlatl nocoyaitaz. no
yolcevizqui tlacatl achtoquetl tlaquavaya
otlacatqui yautlatoaquetl oviya.

Puede ser que me vaya, que me vaya, para arruinarme,


yo la tierna planta de maíz.
Semejante a una piedra preciosa verde es mi corazón
(la tierna mazorca que oculto en mi interior) ;
pero todavía veré allá oro (en ella),
me regocijaré
si primero ha madurado (si puedo decir)
ha nacido el caudillo de la guerra.
q. n. ma niauli, ma nipolivi, yn niyoatzin. id. est.
ovatl, iuhquin chalchivitl noyollo. Ateocui-
tlatl nocoyaitaz. q. n. in catlevatl achto mo-
chivaz ninoy olqeviz.
I. e.: Puede suceder que me vaya, que me eche a perder,
yn niyoatzin, i. e., yo la tierna planta de maíz.
Semejante a una piedra preciosa verde es mi corazón
(la tierna mazorca que oculto en mi interior).
A teocuitlatl nocoyaitaz,
i. e., si madura una primero,
me regocijaré.

4. —Noteua ce intlaco (1) xayailiviz gonoa yyoatzin mo

(1).—centlaco. MS. Biblioteca Laurenziana.

151
tepeyocpa mitzvalitta motena, noyolcevizqnin tlacatl
achtoquetl tlaquavaya, otlacatqui yautlatoa
quetl, oviya.

Dios mío, haz que en parte a lo menos se den en abundan¬


cia las plantas de maíz,
tu adorador dirige las miradas hacia tu montaña, hacia ti.
Me regocijaré
si algo madurare primero,
(si puedo decir) ha nacido el caudillo de la guerra.
q. n. Inoteuh cequi tlatlacoiyan in mo chiva
in itonacayuh, auh in tlein tlatlacoiyan cielito
mochiva muchi tlacatl achto mitzvalmaca. auh
in iquac yeomuchimochiuh occepa no mochi
tlacatl mitzvalmaca yn motonacayuh.
I. e.. Dios mío, algo de sus comestibles se sazona en la
labranza.
Y lo que primero se sazona en la labranza
te lo ofrenda todo mundo en primer lucrar.
Y si todo se sazona,
vuelve a ofrendarte todo mundo tus alimentos.

OBSERVACIONES.

Xip(>' Totee, “Nuestro señor el Desollado”, dios de la Tie¬


rra, espíritu del Campo, dios de la Tlacaxipcualiztli, fiesta del
desollamiento humano, fiesta de la entrada de la primavera,
que caía en la época, anterior a la siembra, en que disponían
los terrenos para depositar en ellos la semilla nueva. En su
fiesta se representaba la renovación de la vegetación por in¬
dividuos que se cubrían con las pieles de las víctimas. Con la
uauanaliztli, “rasguñadura”, combatiendo con afiladas armas
contra un prisionero atado a un grande disco anular (temalá-

T52
catl) hasta que lo mataban, y amarrándolo después a un tabla¬
do de madera con los brazos y piernas extendidos (mamacouh-
ticac) para dispararle dardos (tlacácalilistli, o sacrificio gíadia-
tono), se le representaba la preparación de la tierra y su fe¬
cundización al pueblo que había concurrido de todas partes. De
ese modo era fecundada la tierra (yca tlaltech acico yn inmal-
huan), como terminantemente se dice. Fecundizábase merced
a la sangie que sobre ella corría y que nunca puede estar cía- i
ramente representada en las pinturas. Por este motivo trae
también el dios, como más característico atributo suyo y que
casi nunca le falta, el báculo de sonaja (chicauaztli) f esto es,
el instrumento mágico “con que se hace algo que sea eficaz”.
Y el resultado de este hechizo, de este sacrificio, es entonces
que los víveres aparecen en abundancia. Por esta razón finali¬
za la fiesta con un gran baile de disfraces, en el que los sacer¬
dotes hacen aparecer toda clase de comestibles al bailar. En ^ ¿
mis explicaciones del códice Borgia, tomo I, Berlín, 1904, pá¬
ginas 167-179, se pueden ver pormenores acerca de este dios, Y "
su aspecto y su traje. Causaba enfermedades de la piel y de
los ojos y era considerado como dios especial del gremio de los
orfebres. Debíase esto último tal vez a que la fabricación de
oro en hojas, el revestimiento de objetos con lámina de oro, con
una piel de oro , era una de las operaciones técnicas princi¬
pales a que se dedicaba ese gremio.
yoalli tlavana, igual a yoallavana, (íbebedor noc¬
turno , el que bebe pulque en la noche. Ese es evidentemente el
nombre especial, solemne, de este dios, el que conviene solo a
su verdadero representante, como, por ejemplo, al sacerdote prin¬
cipal que en la fiesta de aquél introduce las dos águilas y los
dos jaguares que luchan con el prisionero en la piedra, después
presencia el combate a la cabeza de los demas dioses y, por úl¬
timo, consuma el sacrificio en el prisionero derribado en tie¬
rra. No tienen este significado singularmente sagrado ni el
nombre Xipe, “el desollado”, ni Totee, “nuestro señor”. Como

T53
Xixipemc, o Tototectin, es decir, como representantes vivien¬
tes del dios, se consideraba también a las diversas personas que
en la fiesta del mismo andan con la piel de la víctima. En
una de las dos imágenes que en el manuscrito de Sahagún de
la Biblioteca Laurenziana acompañan al texto, ve uno dibuja¬
do también el jarro del pulque junto al dios que toca el tam¬
bor y agita la sonaja (véase el grabado 5) (1).
yz tleican igual a iz tle-ica in. iz es partícula demostrativa,
igual a nican, “aquí”; tle ica in, “¿por qué (sucede) que. . . ?”
timonenequia. nenequi es intensivo de nequi, “querer”; por
tal razón: i°, querer algo con intensidad, sentir antojo de algo
(nenequi, niña, “antojarse me algo”); 20., querer algo en opo¬
sición con otro (nenequi, nitla, “ser tirano”; nino, “hacerse de
rogar); 30., querer ser alguna otra cosa, disfrazarse (nenequi,
nino, “finjirse; contrahacer o arrendar a los de otra nación”).
Pueden encajar aquí los significados 273. Por eso aclara tam¬
bién el comentador con las dos expresiones, del todo diferentes,
in timoguma, “estás enojado”, in timotlatia, “te ocultas”.
xiyaqm, igual a xiaqui, “entra”, es decir, ponte (el vestido).
mitlatia. Lo derivaría yo de un verbo neutro itlati o tlati,
“estar oculto”, al que se remontaría el transitivo tlatia del len¬
guaje clásico, i-itlati-a sería entonces instrumental: “con lo
que alguien es ocultado”; mitlatia, pues, “tu disfraz”.
teocuitlaquemití, “el ropaje de oro”. Alusión clara a la piel
humana, pintada por lo regular de color amarillo, que tiene
puesto el dios. El ponerse el vestido, la piel, debe traer lluvia
(maquiavi ma valauch yn atl), es decir, con esta operación lle¬
vada a cabo en la fiesta del dios como adición al sacrificio hu¬
mano, ha de expresarse simbólicamente la renovación de la ve¬
getación, tal como se efectúa cuando se formalizan las lluvias.
xicmoquentiquctl. Aquí está combinado el imperativo con
el sufijo adjetivo -qui, y con el artículo -ti.

(1).—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II pág. 1074.

154
XV. 2.-~noteua, igual a noteouh o como escribe el comen¬
tador, in ti noteuh, “oh tú, mi dios”,
chalchimamatla, explicado en el comentario sencillamente con
in mauh, es in chalchiuitl in mauh, “la piedra preciosa, tu agua
(tu lluvia)”. Como sucede por lo general en estos cantos, pa¬
rece que el sustantivo acompañado de prefijo posesivo lleva
también consigo el artículo; pero además parece haber habido
una reduplicación, que naturalmente debe servir para vigorizar
la expresión.
No entiendo el siguiente co apaña, o acó apana, sobre todo
si esto debe combinarse así.
ytemoaya. Acaso sea aquí más correcta la lección itemoia
de la Biblioteca Laurenziana. El comentador explica otémoc,
“descendió”; pero es instrumental, “con lo que descendió”, en
el sentido de “en el tiempo en que descendió”.'
quetzállavevetl hállase suficientemente explicado por el co¬
mentador.
quetzalxivicoatl se debe interpretar indudablemente del mo¬
do en que lo reproduje en la traducción, supuesto que es impo¬
sible que xiuhcóuatl, “culebra azul” disfraz del dios del Fuego,
culebra de fuego, tenga el atributo quetzal. El sentido es és¬
te: el xiuhcóuatl, culebra de fuego, sequía, hambre, liase con¬
vertido en quetzalcóuatl, culebra de pluma de quetzale; hase
transformado en lo verde de la vegetación. Esta culebra de
pluma de quetzale, renovación de la vegetación, realizada por
el dios a quien se celebra en este canto, está en efecto marcada
como atributo permanente de Xipe Totee, tanto en la serie de los
dioses de los signos de día, como en la de los patrones de las
secciones del tonalámatl. En un lugar ve uno salir un conejo
de la boca de la serpiente de pluma; en otro, a un hombre que
se precipita en ella de cabeza. El sentido es quizá, en ambos
casos, que la tierra (el conejo) se cubre de verdura, i
nechiya yquinocauhquetl, interpretado en el comentario co¬
mo ca yo otechcauh yn mayanaliztli, “ya nos ha dejado libres
el hambre”, se debe ver, más exactamente, como igual a nechic-

J55
nocauh, “me ha dejado abandonado”. Detrás del pronombre
objetivo hay intercalado un ya; la doble consonancia en icno se
elude por una vocal interpuesta, y a toda la forma se le agrega
el sufijo adjetivo -qui con el artículo -ti.
XV. 3.—ma niyavia, maula poliviz. Evidentemente el op¬
tativo está aquí en el sentido de un subjuntivo, esto es, hipoté¬
ticamente, igual a “ojalá suceda que...” A la planta tierna
de maíz la amenazan de cierto muchos peligros mientras no lle¬
gue a la madurez, y puede todavía suceder que se pierda toda
la cosecha, niyavia, igual a niaith, “voy”, como arriba.
niyoatzin lo explica terminantemente el comentador como
ouatl, la “planta de maíz tierna”.
a chalchiuhtla noyolo. El corazón de la planta de maíz tier¬
na es la mazorca envuelta todavía en su estuche de hojas y
que, verde, jugosa y suave, como lo está cuando la planta es
joven aún, se considera como una piedra preciosa verde (chal-
c Mu til) .n
a teocuitlatl nocoyaitaz, “pero oro veré yo allí todavía (en
ella)”, es decir, la mazorca de maíz tierna que ahora es una
piedra preciosa verde, se convertirá en oro, en una mazorca
amarilla, madura, nocoyaitaz es nocoy-ya-itta-z, igual a noconit-
taz, con ya intercalado detrás del on.
noyolcevizqui, igual a ninoyolceuiz, “me habré refrescado en
lo anterior”, esto, es, estaré sereno, sosegado, tranquilo, satis¬
fecho. (Véase en el vocabulario de Molina yolceui, ni o yol-
ceuia, nino, igual a “aplacarse”). La forma de futuro está aquí
otra vez, como se repitió arriba, acompañada del sufijo adjetivo
-qui.
tlacatl achí o que ti tlaquavaya lo explica el comentador con
in catlevatl achto mochivaz, “si una madurare primero” tlácatl,
o in tlácatl, en el sentido de “si una”, liémoslo tenido ya en III,
3. achtóquetl es el adverbio achto, “primeramente”, combina¬
do con el sufijo adjetivo -qui y el artículo ti, tal como lo vimos
ya arriba en III, 3. tlaquava, “ponerse duro, sólido”, está en

t56
el texto, en vez del menos pintoresco mochiua, “ponerse maci¬
zo”, del comentador, en el sentido de “madurar”.
El significado de toda la estrofa es: Mientras el grano se
desarrolla al aire Ubre allá en el campo, inquieta al campesino
la idea de si sobrevendrá alguna fatal circunstancia que eche a
perder la cosecha, y no se tranquiliza sino cuando ha madurado
el fruto. Y en todo caso ha de sobreentenderse aquí también:
Entonces estaré yo, el dios satisfecho; entonces me traerán las
primicias de los frutos campestres.
otlacatqui yautlatoaquetl, “ha nacido el caudillo de la gue¬
rra ’, esto es, Cintéotl, dios del Maíz. El maíz es dado a luz
por Tlagoltéotl, diosa de la Tierra, cuando ha madurado, y efec¬
tivamente eso se hace parecer en la magna fiesta de la cosecha,
Ochpaniztli, fiesta de Teteo innan, madre de los dioses, idénti¬
ca con Tlagoltéotl. otlacatqui, con el sufijo adjetivo, en vez de
otlacat, “ha nacido él” yautlatoaquetl, en lugar de yaotlatouani,
o yaotlato, con el sufijo adjetivo -qui y el artículo ti, como lo
hemos visto ya en otros casos parecidos. Evidentemente esta
última oración se considera como discurso directo, de manera
que quizá debiéramos intercalar antes un “y cuando pueda decir”.
XV. 4.—noteua, igual a noteouh, in ti noteouh, como en la
estrofa 2.
ceintlaco, o centlaco, “un pedazo”. Véase centlacotontli, “un
pedazo de lo entero, o de lo principal” (Molina).
xaya ilivizgonoa es forma imperativa, donde, tal vez debido
a la influencia del ya intercalado detrás del prefijo de impe¬
rativo, se puso xa en lugar de xi. iliuizgo (==iliuiz-yó), o iliui-
g°, significa “cosa supérflua o demasiada”, e iliuizgonoa parece
ser un causativo formado de él. El imperativo tiene aquí pro¬
bablemente el valor de preposición condicional.
motepeyocpa, hacia tu montaña, esto es, hacia tu pueblo.
moteua se debe resolver quizá, a diferencia del noteua que
está al principio, en mo-teo-uá ,“tu adorador”.
El final de la estrofa es el mismo que el de la precedente.
No da ya aquí el comentador ningunas explicaciones especiales,
sino que se limita a suministrar el dato de que al dios se le
ofrenda lo primero que se sazona, y más tarde, cuando se hace
la cosecha principal, es también el primero en recibir su parte.

XVI.—Chicomecoatl icuic.

CANTO DE LA DIOSA DEL MAIZ.

1. —Chicomollotzin .vaya meva (i), ximigotia, acatona ti


techicnocavazqui tiyavia mocha tlalloca novia

(Diosa de las) siete mazorcas, levántate, despierta,


pues que tú, nuestra madre, nos abandonas ahora
y te vas hacia tu patria Tlalocan.
q. n. In ti chicomolutl. id est. in ti centli. xime-
va, .viga, xixoa, ca otonmovicaya yn mo¬
chan tlallocan.
I. e. Tú (diosa de las) siete mazorcas, esto es, del maíz,
levántate, despierta,
puesto que te vas a tu patria Tlalocan.

2. —Xayameva, Ximigotia acatonan titechicnoca-


vazqui tiyavia mochan tlallocan noviya.

Levántate, despierta,
pues que, madre nuestra, nos abandonas ahora,
te vas a tu patria Tlalocan.
q. n. xayameva, id. est. ximcva, xixoa, .viga
ca otimovicaya yn mochantzinco in tlalocan
ca iuhqui titonantzin.
I. e. xayameva, i. e., levántate, despierta,
pues te vas a tu querida casa Tlalocan,
pues tú eres, por decirlo así, nuestra cara madre.

(i).—Xaia nicho a. MS. Biblioteca Laurenziana.


OBSERVACIONES.

Chicóme couatl, “siete culebra”, era el nombre que se le da¬


ba a la diosa del Maíz en la comarca mexicana propiamente
dicha. Era el séptimo día del séptimo signo del calendario, o
sección del tonalámatl y en consecuencia, hasta cierto punto,
personificación del numero siete. El siete es el número que
queda exactamente en el centro de la serie 1-13. Acaso por
eso se le consideraba como denotación del corazón en el hom¬
bre y debía, por lo tanto, significar la mazorca en la planta
del maíz. Esto puede haber sido el fundamento de que
tomasen el séptimo día del séptimo signo por singularmente
feliz y como símbolo y nombre de la diosa del Maíz. He aquí,
por qué dice Sahagún en el capítulo 13 del libro cuarto: “Es¬
te Chicóme coatí era signo de todos los mantenimientos y bien
afortunado, y era sétimo, el cual número era muy dichoso”. Y
más adelante: “decían que el sétimo número de todos los signos
era bien afortunado y próspero, porque siempre lo atribuían a
Chicóme coatí”. Las fiestas especiales de esta diosa eran la
tercera y cuarta anuales, que llamaban Togoztontli y Ueitogoz-
tli, la “vigilia chica” y la “vigilia grande”, y que caían en la
época de la siembra. E11 esta fiesta plantaban dondequiera, en
las casas, tolpatlactli, es decir, espadañas (=typha spec.), como
símbolos de la erguida mata que nacía, o porque tales espadañas
representaban con fidelidad las mazorcas de maíz. Iban al campo
en busca de matas tiernas de maíz, para adornarlas como ídolos
de la deidad de aquel cereal, como a la deidad misma:
tlacatlaqualli ymixpan quintana macuiltetl
ponían delante de ellas comida de vigilia, de cinco especies.
aca quauhcaxtica conmana,
se la ponían en platos de madera.
auh y pan ycatiuh. cuiyatlavatzalli, tepivaequi,
quappiztic tlayxtexovilli, quitzincuetia,
)- encima se hallaba una rana asada, una muy cocida, a

159
la que habían pintado de azul la cara y vestido abajo con
una enagua de mujer,
y llenan de toda clase de comestibles unos pedacitos de caña y
se los ponen en el lomo a la rana. Esas matas de maíz adora¬
das como dioses, son llevadas después al Cinteopan, templo de
la diosa del Maíz, y la ceremonia principal consiste entonces en
que las mazorcas de maíz destinadas a la siembra sean llevadas
por doncellas en procesión solemne al mismo templo de dicha
diosa, para que sean bendecidas allí. Tales mazorcas eran ata¬
das en grupos de a siete (chichicon, ollotl yn quiylhpia). Y es¬
tas mismas mazorcas que en manojos de a siete llevaban en la
espalda al templo las doncellas no cinteotl, quito cay o tia, se lla¬
maban también “dios del Maíz”. Tenemos, pues, aquí otra
vez el número siete, las siete mazorcas como imagen y personi¬
ficación de Cinteotl, deidad del Maíz. Durante todo el tiempo
de esta fiesta cantábase además el teqozcuícatl, “canto de la vi¬
gilia”, con el cual se proponían despertar a la entonces adorme¬
cida vegetación, impulsar a las plantas de maíz a levantarse y
brotar, por lo cual precisamente a toda la fiesta se le daba el
nombre de togoztli, “vigilia”.
Véanse pormenores sobre esta fiesta y su deidad en mi ar¬
tículo sobre “Las dieciocho fiestas anuales de los mexicanos”
(Publicaciones del Real Museo de Etnología, tomo VI, Berlín,
1889. págs. 107-115 y 188-194).
XVI. i.~Chicomollotzin, “(diosa de las) siete mazorcas”,
diosa representada por las siete mazorcas: los chichicon olotl,
haces de “siete mazorcas cada cual” del maíz destinado a la
siembra, que representaban a la diosa misma de ese cereal y eran
llevados a bendecir, en la fiesta Ueitogoxtli, al Cinteopan, tem¬
plo de dicha diosa, ólotl, o tal vez ollotl más correctamente, de¬
rivado de la raíz ol, redondo”, y manifiestamente idéntico con
y olio ti, corazón”, denota, en sentido restricto, la mazorca de
maíz (“el corazón, o espiga desgranada de la mazorca de
maíz”); pero se empleaba también como palabra adjetiva para
significar diversos objetos en forma de mazorca: “para contar

160
mazorcas de maíz, o mazorcas o pifias de cacao, y unas flores
que se llaman yeluxochitl, y pilares de piedra, plátanos, y cier¬
to pan de semillas como bollos que llaman tzoualli y otros lar¬
gos como cañutos que llaman tlaxcalmimilli, dicen en la manera
siguiente: cemolotl; omolotl, yeolotl, nauholotl etc” (Molina
I, fol. 119 bis).
xayameva, igual a ximeva, “levántate”. Detrás del prefijo
de imperativo está interpuesto ya y, como resultado de esto, xa
puesto en vez de xi. De modo semejante tuvimos en XV, 4,
xavailivizgonoa en lugar de xiiliuizgo.
ximigotia, igual a xiga, xixoa, “despierta”, “hay que des¬
pertar”. De iga “despertar”, está formado aquí un causativo
igotia que, combinado con el reflexivo, hace veces del verbo sim¬
ple en el sentido de un reverencial. Este canto es evidentemen¬
te el togozcuicatl, “canto de la vigilia”, que entonaban en la
fiesta de la siembra, Ueitogoztli para despertar la vegetación
aún dormida, con lo que querían impulsar al grano a germinar.
aca tonan. Quizá aca sea aquí simplemente “partícula ener¬
gética”, como el ca del lenguaje clásico.
titech icnocavazqui tiyavia mochan tlallocan. Explícalo el
comentador con las palabras ca otonmovicaya yn mochan tlallo¬
can, te has ido a tu patria Tlalocan” ; en consecuencia, otra vez
por un pretérito. . Más no está así en el texto. Allí el tenor es
más bien éste: “tienes intención de abandonarnos (nos abando¬
narás ahora inmediatamente), te vas a tu patria Tlalocan”.
Y en verdad que es claro. Nuestro canto es lo que canta¬
ban en la época de la siembra. El maíz era sepultado entonces
en la tieria y por lo mismo desaparecía de la vista de los hom¬
bres. Y si el Maíz, la diosa del Maíz, ya no está presente, ¿a
donde puede haber ido sino adonde el Maíz está en casa ?
Más ahora no se nombra como patria del Maíz el Tamoanchan
que conocimos en los cantos IV, IX, y XIV. Esta región, del
sol que envejece, es la patria del Maíz maduro, que es dado a
luz allá por la diosa vieja, por Tete o innan. El país adonde
aesde luego se dirige el Maíz de la siembra, es el reino de 77a-
Sahagún V, 11
IOI
loe, dios de la Lluvia, donde todo germina y todo está verde,
donde hay abundancia de mazorcas de maíz tiernas, de pimien¬
tos (chiles) verdes, de frijoles en su vaina (ejotes), exceso de
vegetación tierna, reciente, que brota bajo la influencia de la
lluvia.

XVII.—Totochtin icuic tezcatzoncatl.

CANTO DE LOS CONEJOS AL DIOS DEL PULQUE.

1 • —yyaha, yyayya, yya ayya, ayyo oviya, ayya


yya, ayya yya, yyoviya, ayya yya ayya y.
ya yyoviya.

q. n. y tlauelcui, tlavelvuic
i. e., su canto de ira, se ha puesto él enojado.

2. —Colivacan mavizpan atlacatlichana, yyo ayya


yya, yyo.

En Colhuacan, en el lugar que infunde miedo, (venera¬


ción), tiene el príncipe su patria.
q. n. Colivacan mavizpan tlacatlichana, q. n.
in flaca ti. id. est. vctli. vmpa ichan nicolhoa-
can. mavizpan. q. n. teniamauhtican.
I. e.: Colivacan mavizpan tlacatlichana,
i. e., el príncipe, o sea el Pulque, está en Colhuacan en
casa.
mavizpan, i. c., en el lugar que infunde miedo.

3. —Tczcatzonco tecpanteutl (1). macoc ycchocaya, a


via macaivi macayvi teutl. macoc yycchocaya.

El dios en el palacio Tczcatzonco

(1).—tezcatzoncatl tepanteutl. MS. Biblioteca Laurcnziana.

T 62
fue prodigado, por eso lloraba (¿lloraba el Fuego?)
(dijo él) :
¡oh, no así (debe ser), no así (debe ser) !
El dios fué prodigado, por eso lloraba (¿lloraba el Fuego?)
q. n. Tezcatzonco tecpantcutl. q. n. ycchoca inoma-
coc teutl tezcatzonco tecpan. id. est. vctli, quinto
nacayotia in teutl. macaivi teutl, q. n.
mucamo omaconi in teutl. id. est. uctli yecho
cu cayamo ynemac.
I. ex. Tctzcatzonco tecpan teutl,
i. e., llora porque fué prodigado, el dios en el palacio Tez-
calzoneo,
i. e., el Pulque, el dios que personifica
macaivi teutl,
i. e., el dios, i. e., el Pulque no se debe prodigar (enajenar),
llora porque no tiene todavía ninguna ofrenda.

4 • —Tluia axalaco (i) tccpateutl. macoc yyechocaya


macayvi macayvi teutl, macoc yyehcocaya.

El dios en el palacio Axalaco.


Fué prodigado, por eso lloraba (¿lloraba el Fuego?)
(decía él) :
¡Oh, no así (debe ser), no así (debe ser)!
El dios fué prodigado, por eso lloraba él (¿lloraba el Fue¬
go?)
I. e.: Avia axalaco tecpan teutl,
i. e., el dios en el palacio Axala.
Ploraba él porque había sido prodigado, i. e., el Pulque en
el palacio Axala
llora porque había sido prodigado,
(dice) no debe ser prodigado (enajenado),
llora porque no tiene aún niguna ofrenda.

(i).—Axalaco. MS. Biblioteca Laurenziana

163
OBSERVACIONES.

Totochtin, los conejos, dioses del Pulque, dioses de la bebi¬


da embriagante preparada con el dulce jugo del agave america¬
no y de otras especies análogas, llamado octli por los mexica¬
nos y conocido hoy con el nombre de pulque, voz tomada de
la lengua araucana. Había una multitud de dioses de esa cla¬
se (centzon totochtin, “cuatrocientos conejos”), que en su ma¬
yoría tenían nombres derivados de determinadas localidades.
En el manuscrito hieroglífico de la Biblioteca Nacional florenti¬
na (códice Magliabecchiano, XIII, 3), folio 89, se les mencio¬
na como dioses de la cosecha: “y quando los yndios tenían se¬
gado e coxidos sus mahizes se emborrachaban y bailuan invo¬
cando a este demonio, y a otros destos cuatrocientos”. Y claro
está: recogida la cosecha y disponible una abundante existencia
de víveres, era llegada la ocasión de emborracharse y de feste¬
jar con desordenadas comilonas la reciente guilla. Más como
dioses de la cosecha coinciden hasta cierto punto con el espíritu
del campo, con el genio de ¡a vegetación en general. Y, en
efecto, parecen haber sido considerados directamente como ex¬
presión de la muerte y renacimiento de la naturaleza, comparan¬
do la primera, la muerte de la naturaleza, precisamente con el
sueño del ebrio, que vuelve a despertar fresco y sano. Por esta
razón eran pintados a estos dioses de dos colores, rojo y negro,
V determinados por un símbolo en que entraban en combinación
el sol y la imagen de la noche, pues representaban la fase lu¬
minosa y la sombría de la naturaleza. Y los relacionaban con
la luna, que también se halla sujeta a menoscabo y renovación,
y por este motivo traen en la nariz el medio anillo de hueso, el
yacametztli, que es hieroglifo de la luna. Como lo veremos to¬
davía en otro lugar, en el culto parecen estos dioses como de las
fiestas. El gran sacerdote de los dioses del Pulque que, el
Ometochtcoua, u Ometochtzin, era el jefe de los cantores del

164
templo (i) (Véase también la figura 7) (2). Para detalles
sobre estos dioses, consúltense mis explicaciones del códice Bor-
gia, tomo I, Berlín, 1904, páginas, 137-144.
Tezcatzoncatl, “dios con el espejo en el cabello’’, o dios del
7 ezcatzonco, templo con los espejos en la cúspide, es el nom¬
bre del principal dios del Pulque venerado aun en la ciudad de
México, según dice Sahagún en el capítulo 21 del libro prime¬
ro (MS. Biblioteca del Palacio) : yehuatl yn octli yeppa tlatla-
colli ypan machoya ca tetepexiuiya te que chme cania teatlauia te-
mictia. tetzavittoni amo pinaviloni amo chicoyttaloni, “Eso es
el pulque. Antiguamente fué considerado como pecado, pues
despeña a los hombres desde rocas, los estrangula, los ahoga,
los mata en la piedra de los sacrificios. Como presagio aciago
se consideraba al que no se atrevía a ser ultrajado, mirado con
malos ojos”. De estas palabras resulta que el pulque y la borra¬
chera se tenían por algo sagrado, en lo que, además de las espe¬
ciales relaciones arriba expresadas, probablemente también in¬
fluía eficazmente la idea de que la borrachera se consideraba
como una especie de obsesión, declaradamente como posesión
por el demonio.,
XVII. 1.—La primera estrofa contiene el tartamudeo inin¬
teligible, sin sentido, del borracho. Es ytlauelcuic, como dice
el comentador, “su canto colérico”, canto del dios espumante,
excitado.
XVII. 2.—Colivacan, igual a Colhuacan, como en XIII, 6.
Ocurre preguntar de que Colhmcan se trata. Cabe pensar en
la histórica y vieja ciudad al sur de la capital, junto al canal
de comunicación entre el lago de agua dulce y la laguna de
agua salada. Pero más verosímil es que se trate de Teocolhuacan,
del mítico Colhuacan, patria originaria situada al oeste, toman¬
do en cuenta la determinación mavizpan, “junto al lugar que
infunde miedo”, que está a un lado.

(1) .—Sahagún, libro 2, apéndice.


(2) .—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II pág. 1085.
atlacatl ichana. Puede dudarse si la a pertenece al anterior
mavizpan como aditamento o intercalación; de no ser así, ha¬
bría que tomarla como igual a an, esto es, al demostrativo in.
tlacatl, el “hombre”, el “príncipe”, como también muy gene¬
ralmente en el lenguaje común. Compárese: in tlacatl in tote-
cuyo in tetzauitl Uitzilopochtli, “nuetro señor, el presagio acia¬
go, Uitzilopochtli (i); yn tlacatl yn yoalli yn ehecatl. yn tote-
cuyo in tío que navaque, “el señor que es noche y viento, nuestro
señor, el señor del con y del en (el dios del Fuego) (2); ma ti-
quiztlacaviti in tlacatl Motecugomatzin, “no engañemos al señor
Motecuhgoma” (3); yn tenan yn teta yn tlacatl, yn tlatoani, “la
madre, el padre, el señor, el rey” (4). Por supuesto, aquí en
nuestra estrofa se alude al dios del Pulque al decir “el señor”
{tlacatl).
XVII. 3 y 4.—Estas dos últimas estrofas son absolutamen¬
te análogas; sólo que una vez se nombra al dios como el del
palacio Tezcatzonco, y otra, como el dios en el palacio Axala-
co, o Axala, como escribe el comentador. Tezcatzonco es el
templo por el cual le dan al dios el nombre de Tezcatzóncatl.
No me es conocido Axalaco de otra fuente.
Es de todo punto claro el tenor de estas dos estrofas; pero
cabe controversia acerca del verdadero sentido. El comentador
lo interpreta como que el Pulque, el dios, está desconsolado {ye-
choca) de que esa bebida sea prodigada {in omacoc teutl), y jun¬
ta el maca yvi, “no debe ser así”, con el siguiente teutl y expli¬
ca macamo ommaco-ni teutl, id est, uctli, “el dios, es decir el
Pulque, no debe ser prodigado”. Más al mismo tiempo insinúa
otra explicación, añadiendo al final: ye choca cayamo ynemac,

(1) .—Tezozomoc, “Crónica Mexicana”.


(2) .—Sahagún, libro 10, cap. 29, parráfo 12. MS. Acade¬
mia de la Historia.
(3) -—Sahagún, libro 12, cap. 2. MS. Biblioteca Laurenziana.
(4) *—Andrés de Olmos, edid. Rémi Simeón, página 214.

16Ó
* ^ora él, está afligido de no haber recibido aún ninguna
ofrenda”.
Debo confesar que no me satisface ni una ni otra de esas
dos explicaciones. Muy otra es la idea que me sugiere un pa¬
saje a la mano que leo en el espejo de la confesión del padre
fray Martín de León, libro que tantos datos interesantes con¬
tiene acerca del paganismo aún imperante cuando fue escrito.
Dice allí (i) : cuix quemmanian oticchipini octli yhuan teqnix-
quitl tlecuillan in icnac y coy oca tletl inic itla ticmdtiz inic amo
chocaz, ¿ “has alguna vez echado pulque y tequixquitl en el fue¬
go, porqué estrella, y por saber allí alguna cosa”? Se trataría,
pues, de un oráculo, vertiendo pulque y (tequezquite) en el fue¬
go. Paréceme, en vista de esto, que no sería remoto se hiciese
referencia en las dos últimas estrofas del canto al Pulque a tal
oráculo por medio de este líquido o del fuego:
“El dios en el palacio Tezcatzonco (o el dios del palacio,
el dios real en el templo Tezcatzonco), fué gastado (en el
fuego); por eso lloraba (él, el fuego. Habló así:) “no
debe ser, no debe ser”. El dios (el Pulque) fué gastado
(en el fuego) ; por eso lloraba (él, el fuego)”.
Ciertamente no puedo dar esta explicación sino como una
idea del momento; pero creo merece se la tome en consideración.

(i).—Camino del Cielo en Lengua Mexicana. . . Compues¬


to por el P. F. Martín de León, de la orden de predicadores.
México, Año de 1611.

167
XVIII.—Atlava icuic.

CANTO DEL DIOS DE CUITLAUAC.

1. —Huia nichalmecatl, nichalmecatl negaval


cactla (i) negavalcactla, olya quatonaya olya

Yo, el hombre del país de C¡taiman.


yo, el hombre del país de Chalman.
El interrumpido ayuno, el interrumpido ayuno.
El disco (el escudo frontal), la insignia capital.
q. n. Inicalmecatl, yn inegavalcac oquicauh-
tevac yn ioholli yn ioya, ixquatechimal
iquatonal.
/. e.: Yo, el hombre del país de Chalman,
yn inegavalcac, abandonó él
su disco, su escudo frontal, su insignia capital.

2. —Vcya, veya, macxoyauh quilazteutl ylla-


panimacxoyauh (2 )

Tu rama de pino,
Quilaztéotl, vieja (diosa), tu rama de pino.
q. n. ma xiyauh ti quilazteutl.
nomac te mi yn macxoyauh
I. e.: Ve, oh Quilaztéotl,
en la mano tienes tu rama de pino.

3. —Nimitzacatecunotzaya chimalticpac mo-


negoya nimitzatatccunotzaya,

(1) . ncgavalcautla. MS. Biblioteca Laurenziana.


(2) . illamanimacxoyauh. MS. Biblioteca Laurenziana.

168
Yo te llamo “señor de la caña”;
utilizas el escudo para extraerte sangre sobre él;
yo te llamo “señor de la caña”.
q. n. in iquac onimitznotz; mochimalticpac
timigoya.
L e.: Cuando te dirijo la palabra,
te punzas (te extraes sangre) sobre tu escudo.

4. —Ayac nomiuh timalla ayíolloca acatl


nomiuh acaxelivi timalla.

El no traer niguna flecha es mi orgullo,


diciéndose que la caña es mi flecha,
la caña hendida es mi orgullo.
q. n.atle nomiuh ye notimaloa, ca velitoloc
in acatl nomiuh. yn acatl xelivi ye ninotima--
loa.
Le.: De no traer ninguna flecha, de eso me glorío,
pues con razón se ha dicho que la caña es mi flecha,
la caña hendida; de eso me envanezco yo.

5. —Tetoman amoyolcana tlamacazquin te-


tometl, aeanaxcan ye quetzaltototl nic
yaizcaltiquetla.

En el (templo) Tetoman vino a la vida (nació) el sacer¬


dote Tetó metí,
es él ahora un quetzale,
yo le alimento (con ofrendas).
q. n. oncan evac in tetoman nitlacochtetometl
auh in oxean ye quetzaltototl ynic nitlazcaltia.
I. e.. En Tetoman se levanto (nació) el Tetómetl de dardo,
y ahora es un quetzale, por eso lo alimento yo (lo manten¬
go)-
6.—Yyopuchi noteuh. atlavaquetl; aga nax
can yc quetzaltototl. nicyaizcaltiquetla.

Opochtli mi dios, Atlaua,


y ahora es él un quetzale;
yo lo alimento (con ofrendas).
q. n. tiacanh inoteuh in atlava: auh in axcan
iuhquin qnetzaltototl ic niilazcaltia.
I. e.\ El caudillo guerrero, mi dios, Allana,
y ahora es él como un quetzale,
por eso lo alimento yo (lo mantengo).

OBSERVACIONES.

Atlaua, escrito con saltillo sobre la vocal final en el manus¬


crito azteca del primer libro de Sahagún, podría significar “se¬
ñor de la tiradera (átlatl),\ o quizá también, resolviendo Atla-
uá en Atlav-uá igual a Atlan-ua, “señor de la orilla del agua”.
Y esto último casi se podría ver como lo más probable. En un
capítulo correspondiente al primer libro del manuscrito de Sa-
hagún de la Biblioteca del Palacio y que no se halla en el texto
español, menciónase a Atlaua, juntamente con Amímitl, dios de
la Caza Acuática, a quien está consagrado el décimo de nuestros
cantos; menciónasele, repito, como dios de los chinampaneca de
Cuitláuac, conocida dudada en el dique divisorio de los lagos
de Chalco y Xochimilco. Más de estos dos dioses no se dice
allí, según lo asenté ya en las observaciones al canto décimo, sino
que se le atribuían ciertas enfermedades singularmente genera¬
lizadas entre los semianfibios habitantes de aquellos terrenos
lacustres, tales como disentería, diarrea, tos y reumatismo. Y
únicamente eso mismo se quiere decir cuando se apunta eztli,
“sangre”, como esfera de acción de Atlaua, en un capítulo de
la segunda mitad del manuscrito de Sahagún de la Biblioteca
del Palacio, donde se reseña muy sucintamente la extensión de
poder de los diversos dioses (in tlein intech tlamiloya tetco) con
unas cuantas expresiones exageradas.

170
En el manuscrito de Sahagún de la Biblioteca del Palacio
(véanse las páginas 484-485 de este tomo) (1), retrátase a es¬
te dios con rayas azules (motexouauanticac) en la mitad infe¬
rior de las extremidades, lo mismo que a Uitzilopochtli, pero
con la pintura facial de la Estrella de la Mañana (motenchichillo,
mixtetlilc omolo, mixgitlalviticac), con escudo mitad blanco, mi¬
tad rojo, guarnecido con borlas de plumión, a semejanza del
de Uitzilopochtli, y con visera frontal y occipital y la bandera
desgarrada, símbolo de muerte. De ahí se puede inferir que
se le miraba como a muerto divino, como alma del guerrero
muerto. La imagen que en nuestro pasaje acompaña al texto
en el manuscrito de la Biblioteca Laurenziana (véase el gra¬
bado 8), (2) nos muestra al dios sólo como caudillo ataviado
para baile, con la sonaja (ayacachtli) en la mano y cantando.
XVIII. 1.—nichalmecatl, “yo el hombre del país de Chal-
man”. Como lo expresé ya en las observaciones a XIII, 1, bajo
la denominación de “Provincia de los Chalmecas” comprendían¬
se las llanuras (3) que se extienden frente a las pendientes del
Popocatépetl y del Iztac cíuatl; mas indudablemente también
toda la comarca de los lagos de agua dulce (los de Chalco y
Xochimilco), supuesto que también a Ciuacónatl, diosa de Col-
huacan, la llamaban chaliman avévetl (XIII, 1) y yetonan aya
chalmecatecutli (XIII, 5).
negavalcactla se puede interpretar por nagaualcactli, “sanda¬
lia de ayuno”, o por negaualcauhtli, “ayuno interrumpido”, pues
la raíz cauh, de donde se deriva el tema de presente caua, “aban¬
donar interrumpir”, viene en la forma dura cae. Véanse cac-
ticac y cactimani, traducidos en el vocabulario de Molina por “ca¬
sa desamparada que no se habita, o hacer bonanza y buen tiem¬
po, o aver silencio un poco de tiempo, o estar la ciudad asola-

(1) .—Seler, Gesammelte Ahhanlungen. Tomo II.


(2) .—Seler, Gesammelte Ahhanlungen. Tomo II, pág. 1091.
(3) -—Véase Torquemada, “Monarquía Indiana”, libro 3,
cap. ii.
da de repente y destruida”, y, de consiguiente, por “estar aban¬
donado, silencioso . Cactli mismo, “sandalia”, es tal vez en
realidad cauhtli, lo “que se quita”. En “abandonar” piensa
también el comentador aquí en nuestra estrofa, dado que expli¬
ca: yn inegavalcac oquicauhteva. . “lo abandona él”. Y pare¬
ce que el manuscrito de la Biblioteca Laurenziana contiene en
efecto a negavalcautla como otra lección, pues Brinton, que por
lo regular da el texto del manuscrito de Sahagún de la Biblio¬
teca del Palacio, por cierto erradamente copiado muchas veces,
tiene en este pasaje negavalcautla y pone negavalcactla como otra
lección.
olya quatonalla. Explícalo el comentador con yn ioliolli,
yn ioyan, ixquatechimál iquatonal, “su escudo, su escudo fron¬
tal, su insignia capital”. Cierto, la imagen del dios trae el
ixquatechimalli, escudo frontal (véase la figura 34 de la pági¬
na 485 de este tomo), (1) conocida insignia del dios de la Muer-
te, y por eso también un chahnecatláquitl, pieza de vestido per¬
teneciente al avío de los chachalmeca, ayudantes del sacerdote
que consumaba el sacrificio humano (véanse aquí las figuras 9
y 10, (2) y la 14 de la página 456 de este tomo) (3).
quatonalla. Molina traduce tonalli por “calor del sol, o
tiempo de estío”. Además, significa también directamente “sol,
día” (véase nepantlatonalli, =nepantlatonatiuh, “mediodía”);
asimismo, “signo de día, porción, aptitud”; finalmente, “exce¬
lencia, preeminencia”. Así, dice en el libro doce de Sahagún :
qujnmacato tlagotilmatli tlagotlanqui gan vel itech itihna in Mo-
tecugoma in aocac occe quiquemi, gan vel ineixcavil vel itonal, “les
enviaban (a los españoles) las magníficas mantas que se ponía
Mote engoma mismo, que a ningún otro le era permitido usar,
que constituían su prerrogativa exclusiva”.
XVIII. 2.—veya, veya es quizá ni más ni menos que el Huia

(O-—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II.


(2) .- Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II pdg. 1092.
(3) .—idem. idem., pág. 456.

172
de la primera estrofa. Podría significar también “grande”
(uei), esto es, tu rama de pino”. El comentador parece en¬
tenderlo como ida, “va”, pues que explica ma xiyauh, “ve”.
maczoyauh, acxoyatl es realmente el “pino”. “Arbor est
excelsa et comata, abieti nostrati aut eadem aut congener” (Her¬
nández, Madrid, 1790, I, p. 24). Por eso también la “Crónica
Mexicana” de T ezozomoc (cap. 63) da como sinónimo de acxó-
yatl la voz oyámetl, “aciprés montesino”, que Molina traduce
por “abeto, árbol de que se coge el olio de abeto”, acxoyacalli,
casa de pino”, es la del dios de la Lluvia. Con acxoyatl sig¬
nificábase también cualquiera otra clase de ramas verdes y yer¬
bas de aspecto más o menos parecido al del pino (véase, por
ejemplo, el Acxoyatl Ocopetlayucae de Hernández, edit, Ma¬
drid, 1790, I, p. 25; edit. Romae, 1651, p. 348), y tal vez, muy
en general, ramas verdes. Sahagún traduce acxoyatl por “laurel
silvestre”. Enguirnaldaban con tales ramas los altares, parti¬
cularmente los de Tezcatlipoca; de ahí que se cite el acxoyate-
maliztli, “deposición de las ramas verdes”, como especial acto
del culto, que Sahagún describe en estos términos: “Algunos
por su devoción ofrecían sangre en los cites en las vigilias de
las fiestas, y para que su ofrenda fuera más acepta, iban a bus¬
car laurel silvestre que ellos llaman acxoyatl, que se cría mucho
por esos montes, y traído ensangrentaban con sangre de las
piernas dos puntas de maguey en el capulco, y de allí las lle¬
vaban al cu, y hacían un lechucio de los ramiílos tiernos del lau¬
rel, y ponían sobre él las puntas de maguey ensangrentadas,
ofrecíanlas a aquel dios a quien tenían devoción, y a esto lla¬
maban acxoíatemaliztli (1)”. Según esta descripción, el lecho
de ramas verdes correspondería al gacatapayolli, “tercio de za¬
cate , que de ordinario servia como sosten de las espinas de
maguey (uitztli) bañadas con la sangre de la penitencia. En
otros casos descríbese el acxoyatemalo como sencillo enguirnal-
damiento de los altares. Así, al pintar la fiesta de Teotl eco

(1).—Sahagún, libro 2, apéndice.


dice Sahagún que cinco días antes de ella —los últimos cinco
de cada veinte dedicados a una fiesta estábanle especialmente
consagrados a Tezcatlipoca— comenzaba el acxoyatemalo : “en¬
ramaban unos altares que ellos llamaban momoztli con cañas
atadas de tres en tres: tenían cargo de hazer esto los mozos y
muchachos que se criaban en las casas que llamaban telpuchcalli:
estos altares enramaban solamente en las casas de los dioses.
También enramaban los altares donde estaban las estatuas de los
ídolos particulares en las casas del pueblo” (i).
quilazteutl es evidentemente igual a Quilaztli, o Ciuacónatl,
diosa de la Tierra del confinante Colhuacan, situado en la ex¬
tremidad septentrional del lago de Xochimilco.
yllapanimacxoyauh. y ¡lapa está aquí en vez de ilamd, “mujer
vieja”. Brinton que erradamente escribe ytlapanimacxoyauh, da
como variante de la Biblioteca Laurenziana itlamanimacxoyauh.
nimacxoyauh, igual a in macxoyauh, “la, tu rama de pino”.
La vieja diosa del vecino Colhuacan viene y deposita ramas
verdes en el altar de Atlaud. En mi concepto es así como se
debe entender esta estrofa. El acxoyatemaliztli hace aparecer
al dios como forma análoga de Tezcalipoca.
XVIII. 3.—Nimizacatecvmotzaya, “yo te llamo señor de la
caña” (Acatecutli). Vése uno tentado de hacer la descompo¬
sición mimitztzaca-tccutli, igual a nimitz yacatecutli. Entonces
resultaría una conexión con una conocida figura: la del dios
de los Mercaderes, Yacatecutli; más la siguiente estrofa prue¬
ba que en este dios se trata de un Acatecutli, de un “señor de
la caña”.
chimalticpac nionegoya, “en tu escudo, que es el lugar don¬
de te punzas” (donde te sacas sangre). Efectivamente, el es¬
cudo del dios está pintado mitad rojo y mitad blanco (véase la
figura 34 de la página 485 de este tomo) (2). Hácese aquí
referencia a algún hecho o a rasgo de este dios, rasgo o hecho

(1) .—Sahagún, libro 2, cap. 31.


(2) .—Selcr. Gcsammcltc Abhanlungen, Tomo II.

174
de que por desgracia no tenemos noticia, porque nada nos di¬
cen las fuentes relativas a esta deidad.
XVIII. 4.—ayac nomiüh, “nadie (ninguna persona) es mi
flecha”, en vez de aflc nomiuh, “nada (ninguna cosa) es mi
flecha”, como explica con mucho fundamento el comentador.
timalla, igual timalli, “hinchazón”, y en sentido translaticio,
aquello por lo cual alguien se hincha, de que se envanece, tima-
loa, 1lino, significa en efecto también, en el lenguaje vulgar,
“gloriarse o glorificarse”; netimaloliztli, “alegría y gloria muy
grande del que la tiene, o glorificación, passive”, {Molina).
aytolloca. Quizá se deba resolver en aytoloc ca, “se ha di¬
cho que. . .” (Véase adelante XX, 1, 2).
aca xelivi, “la caña hendida”. Con esto se significa, no ca¬
be duda, el enigmático objeto, mitad rojo y mitad blanco, que
aparece en la mano de Atlana en el capítulo de Sahagún que
trata de los trajes de los dioses (véase la figura 34 de la pági¬
na 485 (1) de este tomo), objeto que allí en el texto tiene el
nombre de tlauitímetl, y el de tíme ti en el correspondiente ca¬
pítulo del primer libro:
ytlavitimeuh imac icac, “tiene él en la mano su rojo tíme ti”
tymetl yn itopil, “el tímetl es su báculo”.
En el expresado capítulo sobre trajes de los dioses, también
la imagen de Chachalmeca muestra en la mano un objeto muy
parecido, aunque pintado de verde (véase la figura 14 de la
página 456 de este tomo) (2), denominado allí asimismo tla¬
uitímetl, “el tímetl rojo”. De lamentarse es que no haya nin¬
guna noticia acerca del significado de este objeto y de lo que
denota el estar apercibido de él.
XVIII. 5 y 6.—Son otra vez semejante las dos últimas es¬
trofas. En la primera se trata del “sacerdote Tetómetl” (tía-
macasquin tetómetl), que vino a la vida en Tetoma, y para el
cual propone el comentador tlacochtetómetl, “Tetómetl de dar-

(1) .—Scler, Gesammeltc Abhanlungen, Tomo II.


(2) .—idem, idem.

175
do”; en la segunda estrofa trátase de Atlaua mismo, que aquí es
llamado Opochtli. Recíbese la impresión de que en ambas es¬
trofas se hace referencia a la misma personalidad, precisamente
al dios de este canto.
Tetomana, localidad, templo o cosa parecida, de que no he
encontrado mención en ninguna otra fuente.
moyolcana, nombre verbal en -can, que denota el lugar de
una acción, yoli, ‘Venir a la vida”, “nacer”, está combinado
aquí con el pronombre reflexivo mo, así como tuvimos antes en
VI, 3, val moquitea, en vez de ualquiga. El comentador ex¬
plica la forma con oncan evac, “allá se levantó”, “de allá hizo
su salida”.
tetometl, derivado de Tetoman. En el lenguaje vulgar ha
de haber prevalecido la forma tetomécatl. El comentario rela¬
ciona la palabra con tlacochtli, “dardo”.
aqa naxcan yequetzaltototl, “y ahora es él un quetzale”. Alu¬
de esto a que efectivamente el aspecto y todo el equipo de este
dios inducen a presumir que bajo él se concebía un muerto di¬
vino, el alma del guerrero muerto, transformada en figura de
pájaro.
nicyaizcaltiquetla. Lo explica el comentador con ynicnitlaz-
caltia, es decir, toma el nic por inic y da al verbo el objeto in¬
determinado tía. Lo cual apenas si puede ser interpretación
exacta. El ya intercalado detrás de nic, prueba que la c es pro¬
nombre objetivo. En consecuencia, debemos traducir “yo le
alimento”, al quetzale, al dios. Eso significa, sin embargo, a
mi ver, con la sangre de codornices y otras víctimas, o con la
propia sangre, como se alimenta al sol con la sangre de las co¬
dornices y otras víctimas, o con la propia sangre. Así dice
Sahagun en el apéndice al libro segundo: “Esta ceremonia ha¬
cían a reverencia del sol y del fuego, cuando alguno acababa su
casa nueva, o cuando reinaba el signo del sol, que sacaban san¬
gre de las orejas, y la recibían en la uña del dedo que está jun¬
to al pulgar, o en el de enmedio, y lo arrojaban en el fuego
como quien da papirote y también hácia el sol de la misma ma-

176
ñera: esto llamaban tlazcaltiliztli (alimentación)”. Al corazón
del prisionero dásele, como Sahagún lo afirma en el capítulo
2i del libro segundo, el nombre de quauhnochtli, “pitahaya, tu¬
no, sangre . coniavilia yn tonatiuh xippilli quauhtlevanitl qui-
tlamaca quizcaltia, “lo levantan consagrándolo al Sol, príncipe
de la turquesa, águila que asciende; se lo ofrendan al sol, y
éste se alimenta con él”. Y cuando en época remota se detuvo
en su carrera el sol cuatro días y cuatro noches, dijeron los hi¬
jos de los chichimecas: mayecuelle ma tiquizcaltican ma ticne-
nequiltican ma tictzinanacan in quauUxicalli in tonacapiaztli, “ea,
alimentémoslo, proveámoslo de lo necesario, detengámosle la en¬
fermedad al vaso águila, al tubo de aspiración de los comesti¬
bles . Y lo alimentaron con sangre que fluyó de cactos y ma¬
nojos de hierba asaeteados (i).
Yyopuchi noteuh. atlavaquetl. Lo reproduce el comentador
con tiacauh inoteuh in atlava, “el caudillo, mi dios, Atlaua”, es
decir que jtoma el yopuchi por telpochtli, por guerrero joven!
Opochtli, “zurdo” aparece de ordinario como nombre propio
de cierto dios que figuraba entre los de la Lluvia y que tiene
también la pintura y traje de ellos (véase la figura 24 de la pá¬
gina 471 de este tomo), (2) pero que trae la sonaja chicauaz-
tli y es considerado como patrón especial de los atlaca, de la
gente que vive junto al agua y del agua, de los pescadores, bar¬
queros y cazadores de volatería acuática, y como inventor de
la red para pescar, de la tiradera y del dardo para aves (mina-
cachalli), de los remos y de la red para coger pájaros, y, de con¬
siguiente, tal vez recibía culto también en la misma comarca de
donde Atlaua era indígena. Si tuviera aquí razón el comenta-
doi y, por lo tanto, sencillamente estuviese opochtli en vez de
telpochtli, en tal caso Uitzilopochtli deberíase explicar también,
a mi entender, como “guerrero colibrí”, nada más.

(1) .—“Historia Tolteca-cAichimeca”. MS. de la colección


Auhín-Goupil.
(1 2) -—Seler, Gesammelte Ahhanlungen. Tomo II.
Sahagún V, 12
*77
atlavaquctl. Atlaud aparece combinado aquí en el sufijo
adjetivo -qui y el artículo -ti, como yautlatoaquetl por yaotlátó
en XV, 3, 4.

XIX.—Macuilxochitl icuic.

CANTO DEL DIOS DE LA MUSICA Y DEL JUEGO.

1. —Ayya yao, xochitlicaca vmpa nivitza tla-


macazecatla tlamocoyoalea.

v' ¡Oh! del lugar donde están las flores (el paraíso del oeste)
vengo yo,
el sacerdote, el señor rojo del crepúsculo.
q. n. vmpa ñocha in xochitlicaca yn nitlamacazqui
ni macuilxochitl
I. ex. El lugar donde están las flores (el paraíso del
oeste)
es patria mía, de mí, el sacerdote, el dios “Cinco Flor”
(dios del Juego y del Canto).

2. —Ayya yyao. ayvinti nocicaya tenme-


chavc oya, yao, tlavicoy acallea. tla-
macazccatla tlamocoyovalca.

Igualmente tú, abuela mía, diosa con la pintura facial de


piel de muslo,
el señor de la aurora,
el sacerdote, el señor rojo del crepúsculo.
q. n. matihuia in tinoci in vmpa titlaecoltilozque
vmpa tochan ez.
I. e.: Haz que vayamos, tú abuela mía,
a donde nos sirvan, allá será nuestra patria.
3* Tetzauhteutla notecuio tezcatlipuca qui-
nanquilican ginteutla oay.

El dios del presagio funesto (i. e., Uitzilopochtli),


mi señor Tezcatlipoca,
deben responderle al dios del Maíz (i. e., Xochipilli).
q. n. In tctzavitl in tezcatlipoca ca oyaque auh
ynic tivi vmpa titlananquilizque in cent cutí
L e.: El presagio funesto (Uitzilopochtli) (y) Tezcatli¬
poca
se fueron; vámonos, pues, nosotros también.
a donde le respondamos al dios del Maíz (Xochipilli).

4- Tezcatzonco moyolean, ayyaquetl yyatochi


quiyocuxquia no tcali, niquiyatlacaz
niquiyamamaliz. mixcoatcpctl colhuacan.

En el Tezcatzonco vino a la vida el guerrero, el conejo,


lo creó mi dios
la restituiré (la barrena de fuego), barrenando haré que
salga (el fuego).
en la montaña de Mixcóuatl en Colhuacan.
q. n. Tezcatzonco moyolcan. q. n. tezcatzonco, oyul, in
tochtli
ynic yaz, oquiyocux, oquipic, ynotcuh, oquito ni
tlaqaz. niemamaliz. in mixcoatcpctl colhoacan. id. est.
nictopcvaz.
I. c.: Tezcatzonco moyolcan. i. c., en Tezcatzonco vino a
la vida
en conejo para irse.
Eo creó, lo formó mi dios.
Dijo él: la restituiré (la barrena de fuego),
barrenando haré que salga (el fuego).
La montaña de Mixcóuatl, en Colhuacan,
i. e., encenderé el fuego.

179
f
z • Tozquivaya, nictzotzoniyao. ytezcatzin-
tli tezcatzintli tezcaxocoycva (i) tzoniztapa
latiati tlaoc xoconoctlia. ho. a.

Cantando golpeo el espejito,


el espejito procede del Tezcatzonco (?)
q. n. Tozquivaya nictzotzonia, q. n. nictzotzona in tez¬
catzintli oncanneva in tezcatzonco, oncan oyol. tzo-
niztapalatiati ocxconi in uctli
I. e. Tozquivaya nictzotzoniao'
i. e., golpeo el espejito;
procede del Tezcatzonco, allá vino a la vida.

OBSERVACIONES.

Mácuil xóchitl, dios “Cinco Flor”, es un pariente cercano


de Xochipilli, joven dios de los Comestibles, dios de la Procrea¬
ción, a quien está dedicado el octavo de nuestros cantos. Má¬
cuil xochitl yoan Xochipilli can neneuhque ynic neteotiloya tec-
pantzinca yntcouh, “el dios Cinco Flor y el Principe de las Flo¬
res estaban hermanados en el culto; es el dios de los palacie¬
gos”, dice Sahagún en el capítulo 14 del libro primero. Pro¬
bablemente, también proceden entrambos dioses de la región ha¬
bitada por la descendencia de Xelhua en los límites del estado
de Oaxaca. Y entrambos aparecen precisamente con el disfraz
del ave quetzalcocoxtli, disfraz de que, con todo, por lo regu¬
lar sólo presenta un penacho de plumas para la coronilla. En el
capítulo de Sahagún sobre trajes de los dioses, entrambos traen
el yollotopilli, “báculo con el corazón”. Pero Mácuil xóchitl se
diferencia de Xochipilli en que en derredor de la boca no tie¬
ne pintada de color blanco, el contorno de una mano, que pro-

(1).—Léase tezcatzóco (?)

180
bablemente se debe de interpretar como expresión del número
“cinco’, que forma parte del nombre del dios. Mácuil xóchitl
aparece en el códice Borgia como uno de los cinco dioses com¬
pañeros de las cinco Ciuateted diosas fantasmas domiciliadas en
el oeste, que inducen al pecado y a la lujuria, y aun se le da
directamente el nombre de Auiatéotl “dios del Placer”. El y
sus compañeros representan en sus nombres el cuarto cuarto del
tonalámatl dispuesto en columnas de cinco miembros, es decir, el
punto cardinal del sur. Los mexicanos lo miraban especialmen¬
te como dios de la Música, del Baile y del Juego. La sedente
imagen pétrea de este dios, pintada de rojo, desenterrada pocos
años ha en la calle de las Escalerillas de México, esto es, en la
ubicación del templo mayor, hallábase rodeada de imitaciones
diminutas de instrumentos musicales, pintadas asimismo de co¬
lor rojo y fabricadas ora de piedra, ora de barro. (Véanse los
grabados 88-92 de las páginas 888-891 de este tomo) (1). Pa¬
ra pormenores sobre este dios, véanse la parte cuarta de mis ex¬
plicaciones al códice Borgia, tomo I, Berlín, 1904.
XIX. 1.—-xóchitl icaca, “el lugar donde están las flores”.
Igual a Tamoanchan, Paraíso del Oeste. Véanse las observa¬
ciones a IX, 1, a XIV, 3, 4, y a XIV, 5.
tlamacazecaila, igual a tlamacázcatl, o tlamacazqui, “piado¬
so , ‘sacerdote”. Véase IX, 2, y también las observaciones a
VIII, 3, s. v. cipactonalla.
tlamocoy oalea. . En VIII, 3, encontramos ya ocoy oale, usa¬
do por Xochipilli, y allí lo expliqué como oc o-youal-e, “señor
de la hora en que todavía está oscuro”, “señor del crepúsculo”.
Aquí, el ocoyoale está combinado, además, con la sílaba tlam.
Inclinóme a considerar ésta como nasalización de la raíz tlap,
forma originaria de tlauh, “claro, rojo”, que aparece todavía en
tlapco, “región del amanecer”, igual a “oriente”. He traducido
pues, tlamocoy o ale a por “rojo señor del crepúsculo”. Precisa¬
mente al analizar la voz yllapa en XVII, 2, pudimos comprobar

(1 ).—Seler, Gesammelte Ahhanlungen. Tomo II.

181
una mutación semejante de la p en m, pues este yllapa parece,
en efecto, la forma arcaica del vocablo ilama, que, tanto en el
lenguaje común como en el clásico, denota una mujer vieja.
XIX. 2.—ayvin. Acláralo el comentador con ma tihaia, “vá¬
monos”, y completa la expresión añadiendo: in ornpa titlaecolti-
lozque ompa tochan ez, “donde nos han de servir, allá será nues¬
tra patria”. De esto último no hay absolutamente nada en el
texto. Creo que el yvi se debe tomar literalmente como igual a
“así, del mismo modo”. El cantor le agrega a la diosa nombra¬
da antes, Toci, “nuestra abuela”, es decir, Teteo innan, o 77a-
goltéotl, diosa de la Tierra, en todo caso como tal, la que tam¬
bién —xochitlicacan ompa vitz— viene del paraíso del oeste,
mora en el paraíso del oeste.
ti nocic, igual a ti noci, tú, “mi abuela”, es la diosa de la
Tierra, Teteo innan, o Tlagoltéotl, como lo prueba el atributo
agregado, teumechave, igual a teo-metz-xauh-e, “que trae una
pintura hecha con (piel de) muslo de la diosa; atributo que efec¬
tivamente vimos aplicado a Teteo innan en IV, 1-4.
tlavicoy acalca es quizá tlanigoyacale igual tlauiz-cal-e, se¬
ñor de la casa del amanecer, “señor de la aurora”. Entre los
dos sustantivos que entran en la composición hállase intercala¬
do aquí un ya.
XIX. 3.—Tetzauhteutla, “dios del Presagio Aciago”, igual
a tetzauitl, “presagio aciago”, uno de los nombres más emplea¬
dos para Uitzilopochtli, dios nacional de los mexicanos. Llá¬
mase así, porque, como dice Sahagún en el libro 3, capítulo 1,
vino al mundo por concepción partenogenética, contrariamente
a lo natural: Auh yn uitzilopochtli no mitouaya tetzauitl ye yca.
ca gan iuitl yn temoc yn ic otztic yn innan ycouacue cayac nez
yn itá, “y Uitzilopochtli se llamaba también “Presagio Aciago”,
poique su madie Coathcuc lo concibió debido únicamente a una
borla de pluma que descendió, sin que existiese para él un pa¬
dre . El canto a Uitzilopocltth, primero de esta serie y que
representa el tlaxotecáyotl, verdadera canción entonada en la
Panquetzaliztli, fiesta de Uitzilopochtli, da tal vez en el míti-

182
co acontecimiento apuntado en la segunda estrofa, por cierto
no conocido de otra fuente, diversa explicación respecto de Tet-
záuitl, o Tetzauhtéotl, como nombre de Uitzilopochtli.
quinanqnilican cinteutla, “deben ellos contestar al dios del
Maíz”. Probablemente aquí se recuerda lo de VIII, i:
tlachtli icpacaya, en la plaza del juego de pelota
vel in cuicaya, canta
quetzalcoxcoxaya, el quetzalcocoxtli;
quinanquilia, él contesta
ginteutla. oay, al dios del Maíz.
Podemos admitir, en mi concepto, que también aquí en XIX,
3, se trata de la respuesta en la plaza del juego de pelota. Uit¬
zilopochtli y Tezcatlipoca deben de formar el bando opuesto a
Cintéotl (esto es, Xochipilli) y naturalmente al dios de este
canto, Macuilxóchitl. He expuesto ya antes, con ocasión del
canto octavo, que en el códice Borbónico la séptima fiesta anual,
que precede a la magna del maíz tierno, a la gran danza de los
y señores, está enérgicamente expresada por una plaza de juego
de pelota (tlachtli) en que ve uno retratados a Quetzalcóuatl y
a Ciuacóuatl en un lado, y en el otro a Xochipilli como Cintéotl
v a otro dios (afine de Macuilxóchitl), Ixtlilton, negro dios del
Baile.
XIX. 4.—Tezcatzonco, en el templo del dios del Pulque. Vé¬
anse las observaciones al canto XVII.
moyolcan, “el lugar donde vino a la vida”. El verbo yolif
ni “vivir”, o sea venir a la vida, nacer, hállase combinado aquí
con el pronombre reflexivo mo, lo mismo que en XVIII, 5.
ayyaquetl. El comentario lo reproduce con ynicyaz, “para
ir”. Con seguridad es eso un error, ayyáquetl es igual a ihi-
yáquetl (II, 2) y yáquetl (I, 1), es decir, igual a iyaqui, o iyac,
el guerrero joven que se ha distinguido. (Véanse las observa¬
ciones a II, 2).
yyatochtli, igual a in-ya tochtli, con ya intercalado detrás del
demostrativo in. toclitli, “conejos”, quiere decir, el dios del
Pulque.

183
quiyocuxqui, igual a quiyocox, “él lo creó5’. El comentador
lo aclara añadiendo un oquipic.
anoteuh, igual a an noteouh, in noteouh, “él, mi dios”.
niquiyatlagaz n i q u i y a m amaliz, igual a nictlagaz, nicmamaliz,
con ya interpuesto detrás del pronombre objetivo, tlaga, “arro¬
jar , se usa principalmente para expresar el descenso, la entra¬
da en acción de la barrena de fuego. Como pasiva de éste sir¬
ve uetzi, “ser derribado, ser puesto en acción”. Por eso se di¬
ce en la “Histoire de la Nation Mexicaine depuis le départ d’ Az-
tlan”, del año 1576 (MS. de la colección Aubín-Goupil: Untan
icpac (yn intlalmomoz yn ovnpa tigaapan) quitlazque in tlequa-
nitl (in mexica) ye quixiptlayotique yn inxiuhmolpi, in chapol-
tepec yn ayamo quitlazque yn intlequauh yn iquac yaoyahua-
lloloque, y “allá en (la pirámide de tierra levantada por ellos
en Tigaapan) derribaron (los mexicanos) la barrena de fue¬
go, figuraron con ella (señalaron con ella) su ligadura anual
(el comienzo de un nuevo período de 52 años). En Chapulte-
pec todavía no habían derribado su barrena de fuego, porque
en ese tiempo estaban rodeados de enemigos”.
Mixcoatepetl colhvacan. Mixcouatl, dios de los Chichimecas
y de la Caza, es en particular dios de la barrena de fuego, aca¬
so directamente imagen de tal barrena, pues a este dios de los
Chichimecas y de la Caza se le miraba como encarnado en la
flecha, y la flecha, la cana (acalló), es imagen de la barrena de
fuego. El palo verticilado está siempre dibujado como astil de
flecha en los escritos hieroglífíeos. Por eso dice en el capítulo
sexto de la “Historia de los Mexicanos por sus pinturas” : “Des¬
pués que el cielo había sido elevado (por Tezcatlipoca y Quct-
^alcouatl), dieron vida a la tierra sus dioses, porque murió, pues
el cielo se desplomo y en el segundo ano después de la inunda¬
ción, que fue en un año acatl (en el año orne ácatl, dos caña),
desechó su nombre Tezcatlipoca y se transformó en Mixcouatl
quiere decir, en la culebra de nieve (culebra blanca), y por eso
lo representan como culebra los que lo adoran como dios bajo
este nombre, y quiso en el, en este año celebrar a los dioses una

184
fiesta, y con este objeto saco lumbre de los palos, como acostum¬
braban sacarla y ése fué el principio de sacar fuego de los pe¬
dernales, que son palos que tienen núcleo (¿una cavidad ?); y des¬
pués que había sido sacado el fuego, consistió la fiesta en hacer
muchos y grandes fuegos”.
Colhvacan. La montaña de Mixcóuatl está en Colhuacan,
porque la invención de la barrena de fuego corresponde al remo¬
to tiempo mítico.
XIX. 5.—En esta estrofa final viene a su derecha el dios
de la Fiesta, de la Música y de los Festines, a quien está dedi¬
cado todo el canto.
tozqmvaya. Véase tózquitl, “la voz del que canta” (Moli¬
na).
tezcatzintli. Quizá se trate de espejitos de metal o de lámi¬
nas de piedra sonoras. A esto último se refieren las copias en
miniatura de un instrumento musical que reproducen la forma
del hieroglifo tetl, “piedra”, instrumento descubierto en la ca¬
lle de las Escalerillas junto a la roja imagen pétrea de Macuil-
xóchitl (véanse las figuras 88 y 92 de la pág. 888-891 de este
tomo) (1). Es probable que de dicho instrumento musical ha¬
yan tomado sus nombres el templo Tezcatzonco y el dios Tez-
catzóncatl.
tzoniztapalatiati, forma que no atino a resolver, como tam¬
poco lo intentó el comentador; más en todo caso está contenida
aquí una descripción del Pulque, que muestra una blanca peluca
de espuma.

XX.—Eyacai ['ECUTLI YCUIC.

CANTO DEL DIOS DE LOS MERCADERES Y DE LOS


VIAJEROS.

1.—Anomatia aytoloc, anomatia aytoloc

(O--—Selcr, Gesammelte Abhanlnngen. Tomo II.


tzocotzontla aytoloc tzocotzontla anomatia
aytoloc,

Sin saberlo yo, fué declarada,


sin saberlo yo, fué declarada,
a Tzocotzontla le fué declarada,
a Tzocotzontla le fué declarada sin saberlo yo.
q. n. Anomalía, q. n. amonixpan in omito yauyutl inic
otepevaloc tzocotzontla, amonomatia in omito yau¬
yutl.
I. e.: Sin saberlo yo, i. e., no en mi presencia,
fué declarada la guerra en que Tzocotzontla resultó ven-
i cida;
sin saberlo yo fué declarada la guerra.

2. —-Pipitla aytoloc, pipitla anomatia ayto¬


loc, cholotla aytoloc pipitla
anomatia aytoloc.

A Pipitla le fué declarada,


a Pipitla, sin saberlo yo, le fué declarada,
a Cholotla le fué declarada,
a Pipitla, sin saberlo yo, le fué declarada
q. n. Pipitla aytoloc q. n. ynic tepevaloc pipitla, amo
nicmati inic omito yauyotl, in cholotla ic otepc-
valloc amo nixpan ynic oyautlatolloc.
J. e.: A Pipitla le fué declarada, i. c., cuando Pipitla fué
vencida,
yo no supe que la guerra fué declarada
cuando Cholotla fué vencida,
la guerra no fué declarada en mi presencia.

3. —Tonacayutl nicmaccu agan axcan noqua-


cuillo atliyollo, nechvalyavicatiaque
xalli itepeuhya.

186
Conseguí los alimentos (el maíz).
Con trabajo me trajeron mis sacerdotes el corazón del agua,
del lugar donde está esparcida la arena.
q. n. Tonacayutl nicmaceuh. q. n. yn tonacayutl
inic onicmageuh ayaxcan, onechvalhuicaque
inoquacuiloan in xochayutl, in goquiayutl.
in tevelteca, quimilhui in iquin tonaz tlatviz
anoquacuiloan ayezque, xallitepeuhya. id. est.
tlalocan. quilmach chalchiupetlacalli in quitopeuh
inic tepeuh.
I. c.: Tonacayutl nicmaceuh,
i. e., conseguí los alimentos (el maíz),
gracias a que se tomaron el trabajo de traérmelos mis sa¬
cerdotes.
la tortuga de flor y la tortuga de cieno,
gente de Teuellan.
El les dijo:
Cuando sea de día, cuando la mañana despunte,
debéis ir, sacerdotes míos,
al país donde está esparcida la arena, i. e., a Tlalocan.
Dicen que encendió él el cofre de piedra preciosa,
por eso venció.

4-—Chalchiuhpetlacalco ninaxca aganaxcan


noquacuillo, atliyollo nechvaliavicati-
aque xalli itepeuhya.

Me quemo a mi mismo en el cofre de piedra preciosa.


Con trabajo me trajeron mis sacerdotes el corazón del agua,
del lugar donde está esparcida la arena.
q. n. Chalchiuhpetlacalco ninaxcan. q. n. oncan ninotla-
ti in chalchiuhpetlacalco. ayaxcan ynechualhuica-
tiaque ynoquacuiloan atliyoloa in vmpa tlallocan
i. e., Chalchiuhpetlacalco ninaxcan
i. c., me abraso a mí mismo en el cofre de piedra preciosa,

187
con trabajo me trajeron mis sacerdotes el corazón del agua
de Tlalocan.

OBSERVACIONES.

Yacatecutli, “señor de la nariz”, o Iyacatecutli, “señor de la


partida o salida”, era el dios de los Caravaneros, el oztomeca
anauac calaquini de los mercaderes viajeros que conducían y
transportaban magnas expediciones comerciales hacia la tierra
caliente, quienes en la vecina ciudad de México-Tenochttitlan, en
Tlatelolco, formaban siete calpolli, gentes o barrios (Pochtlan,
Auachtlan, Atlauhco, Acxotlan, Tepetitlan, Itztolco, Tzonmol-
co), y se llamaban pochteca, del nombre de la primera de estas
gentes, o barrios. En lo relativo al culto, parece concordar es¬
te dios, hasta cierto punto, con Tezcatlipoca. Según el relato
contenido en la segunda mitad del manuscrito de Sahagún de la
Biblioteca del Palacio, en la fiesta Tóxcatl (en nuestro mes de
mayo) nacían Tezcatlipoca y Yacatecutli, lo que tal vez quiere
decir que se erigían nuevas imágenes de estos dioses. Además
en la Xócotl uetzi, gran fiesta de los finados en que con forma
de ave ponían en la punta de un alto palo a xócotl, u otontecuh-
tli, alma del guerrero muerto, sacrificaban en el templo de Ya¬
catecutli una imagen de este dios. Y en la fiesta Títitl, que
era también una especie de conmemoración de los finados y
estaba dedicada en lo esencial a las muertas divinizadas, sacri¬
ficábase una imagen de Yacatecutli en el mismo Yiácatl itco¬
pan. Y en la Teotleco, o Pachtontli, en que regresaban los
dioses que habían salido a viajar, aparece un día después que
los otros (como Tezcatlipoca o como Uitzilopochtli) : yquac
liceo, yn yacapitzauac. y yacatecutli, pochteca ynteouh catea yuan
yn ixcogauhqui. yeuatl yn xiuhtecutli. gano pochteca. ynteouh
catea ga uállatzacutivia. ga uallatoquilitiuia. ga quinal centzacui-
tivia. ye yca, ca ye ueuctque, “vienen Yacapitzáuac (el de nariz
puntiaguda) Yacatecutli (señor de la nariz), dios de los Mer¬
caderes, e Ixcogauhqui (el de cara amarilla), esto es, Xiuhte-

188
cutli (señor de la turquesa, señor azul, dios del Fuego), que
igualmente lo es de los Mercaderes. Vienen al último, porque
son dioses viejos”. Esto dice Sahagún en el capítulo 31 del li¬
bro segundo. Pero Durán refiere que tres días después que los
otros, aparecían los Yacateutin, ‘dos cuales eran tres señores, y
al uno llamaban Yacatecutli y al otro Cuachtlapuhcoyaotzin y
al otro Titlacahuan. . . que habían de venir a tener compañía
al que había venido señor de la guerras” (1).
Como dios que acompaña a los comerciantes en sus expedi¬
ciones, venerábanlo en la forma de un báculo de bambú, báculo
de viaje. En la noche víspera de la salida del comerciante al
camino, recortaba éste en primer lugar papeles que ofrendar a
Xiuhtecutli, dios del Fuego, y después para Tlaltecutli, diosa
de la Tierra: niman ye keuatl quite qui in itech poui iy alicate o c-
tli in cohcochimetl iyacapitzauac. yeuatl in ohtlatopilli quiccncui-
tlalpiaya uel yehuatl in quimoteotiaya im puchteca in oztomeca
in campa uia in campa calaquia oztomecatizque quitquitiúi in in-
topil auh in amatl ytech pouiaya tlanauhgotectli oltica tlapeya-
uallij “después cortan los papeles para Yacatecutli, Cocochímetl,
Yacapitzáuac, esto es, el báculo de bambú que ciñen (con pape¬
les). Lo veneran mucho los mercaderes. A dondequiera que
iban, a todo país donde penetraban, llevábanlo consigo. Y los
papeles a él destinados eran recortados avahándolos en cuatro
puntas y bañados con caucho (licuado)” (2). Y cuando llega¬
ban los mercaderes a un paraje donde se proponían pasar la
noche, onga quitilquetza, yxpan tlamaceua, migo quicopaltemilia,
ynic quitlatlauhtia yn inteouh yyacatecutli, “ colocan el báculo
derecho y ante é.1 practican sus actos religiosos, se sacan san¬
gre, le ofrendan copal y de ese modo le rezan a su dios Yaca¬
tecutli” (3).
En el pasaje arriba citado menciónanse como otros nombres

(1).—Tratado 20, cap. 16.


v2)*—Sahagun, libro 3, cap. 3. MS. Academia de la Historia.
(3)-—Sahagún, libro, 1, cap. 13. Biblioteca del Palacio.

189
de Yacatecutli los de Cocochímetl y Yacapitzáuac. En el capí¬
tulo 19 del primer libro de Sahagún cítanse otros cinco además
del de Yacatecutli: Chiconquiáuitl, o Chalmecacíuatl, Acxomó-
cuil, Nácxitl, Cocochímetl, Yacapitzáuac, que el texto espa¬
ñol señala como hermanos y hermanas de Yacatecutli, “cuatro
hermanos y una hermana”. Más los dos últimos son, a mi ver,
tan sólo sinónimos, tan sólo otros nombres de Yacatecutli. En
cambio, Chiconquiáuitl, o Chalmecacíuatl, denota una diosa del
Agua y de la Tierra; Acxomócuil, “al que le quitaron un pie”,
se debe equiparar quizá a Tezcatlipoca; y Nácxitl es conocido co¬
mo otro nombre de Quetzalcóatl.
Creo reconocer a Yacatecutli también en un dios de los ma¬
nuscritos mayas que tiene el cuerpo pintado de negro y se par¬
ticulariza por una nariz de forma extraña y tendida directamen¬
te hacia adelante, y sin duda alguna está representado también
como dios de los Viajeros (armado y con una carga). A este
respecto véase el final de la octava parte de mis explicaciones
al códice Borgia, tomo I, Berlín 1904/
XX. 1 y 2.—Anomatia aytoloc, “sin saberlo yo se dijo”. El
comentador interpreta “sin saberlo yo fué declarada la guerra”
(amonixpan in omito yauyutl). aytoloc es, como en XVIII, 4,
aytolloca, que tal vez deba resolverse en aytoloc ca.
Tzocotzontla, Pipitla, Cholotla, son nombres de lugar que
no me es posible analizar menudamente. En la última estrofa
del canto a Uitzilopochtli (I, 6) se habló de una guerra con los
pipiteca, o sea la gente de Pipitlan. Cholotla podría ser Xolo-
tlan, nombre que encontramos más frecuentemente. Con espe¬
cialidad llamábase así una ciudad de la comarca de Xoconoch-
co, es decir, Soconusco, tierra caliente del Pacífico al este de
Tehuantepec, que, según la tradición, fué conquistada por los
mercaderes en tiempo del rey Auítzotl. Por lo demás, el nom¬
bre parece haber tenido o recibido un significado más general.
Lo encontramos también, como Chorotegas, en la remota Nica¬
ragua, donde se distinguía con este nombre al pueblo y pro¬
vincia de Managua.

190
XX. 3 y 4.—Si en las dos primeras estrofas pudimos des¬
cubrir aún por lo menos una remota referencia a los mercaderes,
cuyo dios debe ser celebrado en este canto, falta absolutamente
en las dos últimas estrofas. Aquí, como en los otros cantos y
particularmente en el de Xipe, trátase del maíz (tonacáyutl) y
de los sacerdotes (noquacuillo, igual a no-quacuil-uan, “mis sa¬
cerdotes”) que traían (nechvalya vicatiaque, igual nechualui-
ca-ti-a-qne, con ya interpuesto detrás del nal) el corazón del
agua (atl iyollo) del “lugar donde está esparcida la arena {xa-
Ui itepenhya), esto es, como explica el comentador, de Tlalocan,
lo que no se conseguía sino con dificultad, {a gan axcan =ayax-
can).
El comentario se extiende de modo notable sobre este asun¬
to. No parece sino que el garante del páter a quien debemos
la escritura de estos cantos, había sido precisamente uno de aque¬
llos pochtcca oztomeca, o persona familiarizada con el culto y
mito de este dios. Allí, según parece, se mencionan xochóyatl
(la tortuga de flores) y coquiáyotl (la tortuga de cieno) como
nombres de los sacerdotes que debían traer de Xalli itepenhya,
es decir, de Tlalocan, el atl iyollo, y se les añade la determina¬
ción Tevelteca, gente de Teuellan. Mucho siento que tampoco
estos nombres me sean conocidos de otras fuentes. En Teuellan
está contenida la forma ir reduplicada de la palabra teueuelli, que
vimos en V, 2 como nombre del escudo Uitzilopochtli. Final¬
mente de su propio caudal añade todavía el comentador: quilmach
chalchiuhpetlacalli in quito pe uh inic tepeuh, “dícese que encen¬
dió él el cofre de piedra preciosa (el almacén de piedras precio¬
sas) y con esto venció”. Es eso una alusión al Chalchiuhpetla-
calco ninaxca, “en el cofre de piedras preciosas (en el almacén
de piedras preciosas) me tosté a mi mismo”, que sigue al prin¬
cipio de la cuarta estrofa. Véase el verbo ixca, de donde se de¬
riva tlaxcalli, lo “tostado”, “lo cocido”, la tortilla; lo que el co¬
mentador aclara con: oncan ninotlati in chalchiuhpetlacalco, “en
el cofre de piedras preciosas (en el almacén de piedras precio¬
sas) me abrasé a mí mismo”. Son también alusiones a mitos
que no conozco o un lenguaje metafórico que en esta forma no
he visto aún en ninguna otra parte; debo, pues, abstenerme por
ahora de una interpretación en contra.

192
La orfebrería, eí arte cíe trabajar las piedras
preciosas y de hacer ornamentos
de plumas, de los antiguos
mexicanos.

Sahagxin V, 13
Memoria de la sesión octava
del Congreso Internacional de
Americanistas. París, 1890.
Páginas 401 a 452.

Es un hecho perfectamente comprobado que las artes e in¬


dustrias del México antiguo habían llegado a un alto grado de
perfección. Muéstranse llenos de admiración los historiadores
de la conquista, por las obras que ejecutaban los orfebres me¬
xicanos, así como los lapidarios, joyeros y trabajadores en plu¬
ma. Para convencerse de la exactitud de sus alabanzas, basta
examinar la larga lista de los objetos enumerados en la “Memo¬
ria de los plumajes y joyas que se envían a España para dar
y repartir a las iglesias e monasterios e personas particulares si¬
guientes” (1) : objetos que los conquistadores consideraban dig¬
nos de figurar al lado de los paramentos con que estaban cu¬
biertas las imágenes de los santos y al lado de los suntuosos
vestidos de los ministros de la Iglesia.
Por desgracia no nos quedan sino unas cuantas de esas
obras maestras. En cuanto a los objetos de oro, se les ha so¬
metido al crisol; y los mantos de plumas y las rodelas, se inu¬
tilizaron, roídos por la polilla. Hanse conservado en cantidad
bastante considerable tan sólo los objetos labrados de piedra
pulida.

(1). Colección de documentos inéditos del Archivo gene¬


ral de Indias”.. Tomo 12, páginas 318 y 345.

195
Hasta la fecha, muy poco sabíamos acerca de la manera de
trabajar de aquellos artesanos. Como tales oficios sub¬
sistieron durante el primer siglo que siguió a la conquista, la
mayor parte de los historiadores no se toman el trabajo de en¬
trar en detalles sobre la materia, sino que remiten al lector a los
artesanos mismos. Entre los materiales que coleccionó el padre
Sahagún, hay tres capítulos que tratan de materias técnicas;
más el venerable sabio no quiso dar la traducción de ellos, por¬
que “el contenido de este capítulo nada tiene que ver con la fe
ni interesa de modo alguno a la morar’.
En el mes de mayo de 1890 fuéme posible, gracias a la ama¬
bilidad y solicitud de las autoridades competentes, estudiar los
dos fragmentos manuscritos del texto original azteca de la obra
del padre SaJiagún que se conservan en las bibliotecas de Madrid.
Aproveché la ocasión para tomar copia exacta de los tres capítu¬
los indicados. Forman parte del manuscrito de la Academia de la
Historia, el cual es la segunda mitad de la obra del padre Sa¬
hagún, a partir del libro octavo. El primero de esos capítu¬
los, correspondiente al décimosexto del libro noveno de la edi¬
ción española, comienza a la vuelta del folio 44 de dicho ma¬
nuscrito. He aquí el texto:

196
CAPITULO I.

1- —Refiérese aquí la manera de trabajar de los orfebres,


que fabrican un molde sirviéndose de carbón y de cera, le apli¬
can dibujos y funden de este modo el oro y la plata.
2- —Comienzan su trabajo de este modo: en primer lugar
les da el maestro el carbón, que moldean muy finamente.
3- —Y cuando lo han moldeado, añaden un poco de arcilla,
tierra glutinosa de que hacen la vajilla de barro. Mezclan el
carbón con la arcilla y lo remueven e incorporan de manera que
estas dos sustancias formen una masa sólida y compacta.
4- Y cuando han preparado la masa, forman con ella dis¬
cos delgados que exponen al sol, y hacen de la misma manera
otra cantidad de discos compuestos solamente de arcilla y los
exponen al sol.
5. —En el espacio de dos días sécanse estos objetos de suer¬
te que se ponen muy duros.
6. —Cuando el carbón está bien seco y bien duro, se le ta¬
lla y esculpe con auxilio de una raederita de cobre.:
7-—L° se talla debe parecerse al original y tener vida,
pues sea cual fuere el objeto que se quiera fabricar, la forma
que de él resulta debe parecerse al original y tener vida.
8.—Por ejemplo, si se quiere fabricar un huaxteca, habitan¬
te de las tierras colindantes, con su grande asa nasal, traspasa¬
do el tabique de las fosas nasales por el agujero donde se in¬
troduce una flecha que cruza la cara, y con el cuerpo tatuado,
adornado de figuras de culebra con puntas de obsidiana, se dis-

J97
pone la pasta de carbón de esta manera, se la talla y se la cu¬
bre con los dibujos indicados.
9. —Tiénese mucho cuidado de penetrarse de cual es el ani¬
mal que se quiere imitar y de cómo deben representarse su ser
y su aspecto.»
10. —Por ejemplo (si se quiere imitar) una tortuga, se le
da al carbón esta forma. Hácese la concha, en la cual puede
ella moverse, del fondo de la cual sale la cabeza, y de donde
se mueven el cuello y las cuatro patas extendidas.
11. —O si se quiere reproducir la forma de una ave, se talla
el carbón y se le esculpe de esta manera con las plumas, alas,
cola y patas del ave.
12. —O sí se quiere hacer un pescado, se esculpe el carbón en
la forma de un pescado cubierto de escamas, y se moldean las
aletas y costillas y la cola ahorquillada.
13. —O si se pide la hechura de un cangrejo o de un la¬
garto se moldean sus patas.
14. —Sea cual fuere el animal que se quiere imitar, escúlpe¬
se el carbón de esta manera.
15. —O si se quiere fabricar un collar de oro entreverado
de piedras preciosas, provisto de campanillas en el borde infe¬
rior y adornado con relieves y dibujos de flores.
16. —Cuando el carbón está preparado de esta manera, ya
provisto de dibujos y esculpido, se hace hervir la cera y se la
mezcla con copal blanco, con lo que se pone muy compacta.
17*—Después se la clarifica por filtración, a fin de que se
asienten bien las impurezas de la cera, la tierra y el barro que
están mezclados allí.
18. —Cuando está preparada la cera, se la adelgaza en una
piedra plana y se la lamina con ayuda de un rodillo de madera
que se hace pasar por encima con la mano.
19. —Se la adelgaza y se la lamina sobre una piedra muy lisa.
20. —Cuando la cera está bien adelgazada, tal como una te¬
la de araña, y ya no espesa en ningún lugar, se aplica sobre el
carbón (esculpido) y se cubre éste con ella.

198
21. —Y no se la pone allí de cualquier modo, sino que se
corta cuidadosamente un pedacito que corresponda poco más o
menos a las dimensiones del objeto.
22. —Se da una capa a las partes salientes y se rellenan los
huecos dondequiera que el carbón ha sido esculpido.
23. —Sujétase la cera (sobre el carbón) con una brizna de
madera.
24. —Y cuando todo está arreglado así y puesta la cera en
todas partes sobre el carbón, viértese carbón pulverizado sobre
la superficie de la cera.
25. —Se muele bien el polvo de carbón y se extiende una ca¬
pa bastante espesa sobre la superficie de la cera.
26. —Y cuando está preparado todo así, se pone otra envoltu¬
ra, la concha que rodea al molde y lo abraza por todas partes.
27. —La hechura de la concha es la última de las operacio¬
nes destinada a darle forma al oro.
28. —Esta concha se hace también de carbón, mezclado con
barro; pero no se muele finamente el carbón, sino que tan sólo
se machaca un poco.
29. —Cuando el molde está abrazado y rodeado por la con¬
cha, se le pone a secar por otros dos días.
30. —-Después se pone allí la canal, que se hace también de
cera (rodeada de una concha).
31. —Sirve de canal de derrame, por la cual entra el oro
fundido.
32. —Y después se pone en el suelo el crisol, que se hace
también de carbón (y de barro) y que está hueco.
33. —Y allí también se pone el (molde con su concha hechos
entrambos de) carbón.»
34. —Es allí donde se funde el oro, para entrar en seguida
en la canal y correr por ésta, descender y llegar a su destino.
35-—Y cuando se ha fundido y entrado en el molde y se ha
fabricado, por ejemplo, un collar o uno de los diversos objetos
nombrados en este capítulo, se le pule con una piedra.
36.—Y cuando está pulido, se le pone en un baño de alumbre.

199
37-—Se muele el alumbre, y se baña y embadurna con él la
joya de oro que se fundió.
3& P°r segunda vez se la pone al fuego y se la calienta en
él.
39-
Y cuando sale del fuego, se la baña por segunda vez y
se la embadurna con ungüento de oro, que se compone de tie¬
rra fangosa mezclada con un poco de sal, con lo que el oro se
pone hermoso y muy amarillo.
40-
Y así se frota, pule y hermosea la joya, de manera que
queda muy brillante, luciente y radiosa.
41-Refiérese que en otro tiempo no había más que oro,
que no se empleaba sino oro, y que los orfebres le echaban en
molde y formaban con él collares, y que los martilladores le mar¬
tillaban, le laminaban y hacían con él relieves que servían para
todas las clases de divisas militares que habían menester.
42.—La plata no existía sino en los lugares donde se halla¬
ba (como plata nativa), y no tenía mucho valor.
43* Y ahora no se emplea (para las joyas) más que la
plata, porque el oro tiene demasiado valor.
44. Ahora los orfebres, fundidores y martilladores, si fa¬
brican alguna joya, emplean para ella también el cobre.
45- —Pero no ponen a la plata sino una cantidad moderada
y medida, que se liga con aquélla.
46- —Y si la plata se funde sin liga, se rompe la obra.
47- —Y los relieves que a ella se sueldan, no se adhieren don¬
dequiera ni sin hendidura.
48.—Tampoco los antiguos martilladores de oro trabajaban
ni martillaban otro metal que oro.
49-
Después que han martillado el oro, lo pulen, lo bru¬
ñen y hacen en él dibujos conforme a la delincación respectiva.
5a Pn primer lugar piden a los obreros en pluma que les
tracen el dibujo.
51.—Después ellos mismos hacen allí el dibujo, sirviéndose
de una punta de piedra.

200
52. —.Al hacer el dibujo con la punta de piedra, siguen la de¬
lincación.
53. —Hacen bollos, o realces, sujetándose siempre al modelo*
54. De la misma manera trabajan hoy dondequiera que se
han menester sus obras.
55- Y si por ventura se necesita una obra de pluma o un
mosaico de esa materia, dirígese uno a los plumistas, quienes
hacen toda clase de obra de pluma que se ofrece.
56. Hoy los orfebres trabajan de la manera siguiente:
57*—Van a buscar arena fina.
58. Después la muelen muy sutilmente y la mezclan con
barro.
59- Moldean el barro según lo que debe representarse, sea
cual fuere el objeto que quieren fabricar, y ponen las piezas en
el suelo.
60. —Las dejan secar por dos días.
61. Cuando está bien seca la pieza, raspan toda la super¬
ficie con un tiesto, de suerte que quede muy lisa.
62. Después se talla y se esculpe la pieza con un rascador
de cobre, como se ha dicho en otra parte.
^3- En dos o tres días se llevan a cabo las operaciones
indicadas.
64- Cuando todo esta listo, viertese sobre la superficie car¬
bón pulverizado, y con engrudo se la alisa.
65.—Hácese hervir la cera y se añade copal blanco, como se
ha explicado (anteriormente).
V cuando la cera se ha enfriado y clarificado se la
adelgaza y lamina sobre una piedra plana con un rodillo de ma¬
dera.
67. —Aplícase en seguida la cera sobre la superficie del mol¬
de de barro que debe fundirse en oro, sea cual fuere el obje¬
to que se quiere fabricar, y se adhiere a él.
68. —Ya se quiera hacer un cántaro, ya un braserillo que
llaman perfumador.
^9- ^e E adorna con hermosos dibujos (labrados en cera).

201
yo.—Pues la cera se presta mejor (que el barro) y es más
propia para ser labrada y moldeada en dibujos.
71. —Por esta razón se hace en primer lugar separadamen¬
te, una copia de relieve en cera,y cuando está listo el cuerpo del
molde, se prensa sobre él (la copia del relieve en cera).
72. —Porque la cera es la materia con la cual se puede hacer
todo detalle del dibujo.
73. —Ya una ala, ya una cola de ave, ora una flor, ora una
hoja; cualquier adorno hermoso.
74. —Prénsase la cera contra la superficie del molde y se la
sujeta a él con un palito llamado quauhuitztli (espina de ma¬
dera, punta de madera).
75. —Poco más o menos, en dos días queda todo listo.
76. —Cuando todo está dispuesto así y adherida la cera en
todas las partes de la superficie del molde, se la baña con car¬
bón pulverizado.
77. —Después que se ha secado, se le aplica la concha, he¬
cha de carbón groseramente machacado (mezclado con barro),
y se encierra allí el molde.
78. —Se le hace secar por espacio de dos días, poco más o
menos.
79. —Después se le pone el cilindro de cera llamado aníllotl
(canal).
80. —Desde luego, se le arrolla (para darle una forma cilin¬
drica) ; sirve de canal de escurrimiento, por donde entra el oro.
81. —Y una vez que se le ha colocado la canal, se pone en
el suelo el crisol en que se ha de fundir el oro.
82. —Cuando ya todo está dispuesto así, se pone a calentar
el conjunto en el fuego.
83. —Es entonces cuando sale y se consume la cera que se ha¬
lla en lo interior.
84. —Cuando ha salido y se ha consumido la cera, se deja
enfriar el molde y se le pone sobre una capa de arena gruesa.
85. —Inmediatamente después se pone a fundir. Se intro-

202
duce y se coloca el carbón (el molde compuesto de barro y de
carbón) en una olla.
86.—El oro destinado a entrar allí, se liquida separadamen¬
te en una cuchara.
^7-—Terminado así el trabajo, queda lista la obra.
88. —Y una vez hecho el objeto, fundido y sacado del cri¬
sol, se le pone en un baño preparado con solución de alumbre
en una cazuela de cobre, donde se le hace hervir.
89. —Y si está roto el objeto en cualquier parte, o si está
quebrado, se le reparan separadamente las partes deterioradas
y se suelda la parte rota.
90. —Después se le raspa y se le pule con un instrumento de
cobre.
91- —T se le sumerge en otro baño de alumbre.
92- —En fin, se le pule y se le bruñe, de suerte que quede
muy brillante.

NOTAS.

1.—Teocuitlapitzque. Esta palabra, en verdad, no denota si¬


no una clase de orfebres, los fundidores del metal precioso. El
término general es teocuitlaua. En el capítulo precedente de la
historia del padre Sahagún dícese que estos teocuitlauaque se
dividen en dos clases: cequintin moteneua tlatzotzonque, yehoan-
tin qan ye yyo ynchihuil teocuitlatl quitzotzona quicanaua, ícti¬
ca cana quipatlana ynicana monequi, mopetlaua motecanaua.
unos se llaman martilladores. Su oficio consiste solamente en
adelgazar el oro con una piedra y de la manera conveniente”.
auh yn cequintin moteneua tlatlaliani, yn yehoantinin vel tultc-
ca moteneua, “los otros se llaman modeladores; éstos son verda¬
deros artistas”.
Tlatlalia. El vocabulario de Molina vierte esta palabra por
“colocar o fabricar, arreglar”. El verdadero sentido es “colo¬
car en cierto lugar”, “arreglar de cierta manera”, “fabricar en
cierta forma”. En el presente capítulo denota simplemente “mol-

203
dear, disponer, hacer un molde”. Por esta razón la palabra
tlatlaliani se presenta como sinónimo de teocuitlapitzqui, “fun¬
didor de oro”.
Tlacuiloua no significa solamente “pintar”, sino “aplicar di¬
bujos en general”, bordados, bajos relieves, etc.
2. —Paleuia está traducido en el vocabulario de Molina por
“favorecer”. Derívase esta palabra del sustantivo palli, que
denota la palma de la mano y la planta del pie, y que, como pos¬
posición, significa “por medio de, con ayuda de, merced a”. La
palma de la mano tendida evoca la idea de la acción de “ofrecer,
presentar”. Así, pues, el verbo paleuia está empleado aquí en el
sentido primitivo. Acaso también el uso de la voz española
“favorecer”, que se emplea cortésmente por “dar”, haya ejer¬
cido influencia sobre la locución azteca.
3. —Tlaltzacutli quiere decir “gluten de tierra”, o “tierra
glutinosa”. En el vocabulario de Molina viértese esta voz por
“creta o yeso”. Vemos que en nuestro capítulo significa sim¬
plemente “tierra de alfarero, arcilla plástica”.
4. —Quitlatlaxcaloña quiere decir que dan a la masa la for¬
ma de los tlaxcalli, de las “tortillas”. Exprésase con esta dic¬
ción una especie de panes en forma de tortas que se hacían con
masa de maíz y constituían el alimento principal de los antiguos
mexicanos, como constituyen aún en el día el alimento princi¬
pal de la población india y de los criollos de México.,
Tonayan quimamana. El verbo mana se emplea exclusiva¬
mente por “colocar en el suelo platos u otras cosas de forma se¬
mejante”. La palabra tlalia significa simplemente “poner en
el suelo”.
Tlagoquitlalili. Ele conservado la ortografía del original. El
participio pasado se debería escribir, según el uso de los auto¬
res, con una l doble. El vocabulario de Molina menciona qoqui-
tlálilli, “barro labrado para hacer loza”. (Véase el párrafo 59).
5. —Tepiuaqui, tepitzuaqui, tepitzaui. Aquí los radicales te-
pi y tepitz se emplean como sinónimos en el sentido de “duro”.
Podría suponerse que el radical de “montaña” (tepe-tl) forma

204
parte de la misma serie, y que los dioses de las Montañas (te-
pe-tl) fueron representados como niños (tepic-toton, ‘dos pe¬
queños”), porque las ideas de “montaña”, “duro” y “pequeño”
se confundían en la lengua.
6* Tepuzhuictontli. (Véase adelante el capítulo III, i).
El uicth, o coanacatl, es el instrumento que servía a los antiguos
mexicanos para la labranza. Tenía la forma de un bastón, una
de cuyas extremidades estaba alargada y un poco doblada. (Vé¬
anse las figuras 6 y 7) (1).
7-—Los elementos que expresan la sentencia de este párrafo
son extremadamente difíciles de interpretar; pero es evidente
que los radicales ix, ix-nen y yol están puestos aquí uno al lado
del otro como suplementos. El primero da la idea del aspec¬
to exterior de un objeto; el otro, el de la vida o interior del ob¬
jeto de que se trata.
8. Cuextecatl toueyo. Estas palabras son sinónimas y sig¬
nifican el habitante de la Huaxteca, del país bajo regado por
los afluentes del río Panuco. Toueyo quiere decir “nuestro ve¬
cino . Empleábase la palabra para los huaxtecas, porque esta
nación, confinaba inmediatamente con los mexicanos en los dis¬
tritos de más allá de Pachuca.
Motlaquicuilo ytzcouatico. Motlaquiciulo se compone del
sustantivo tloctli, cuerpo , y del verbo icuiloua, “dibujar, pin¬
tar”. Itzcouatl, “serpiente con puntas de obsidiana”, es tal vez
símbolo del rayo. Este es el nombre del cuarto rey mexicano.
El dibujo de la serpiente con puntas de obsidiana no es a me¬
nudo otra cosa que una línea en zigzag, y, muy probablemente,
el tatuaje de los huaxtecas consisitía en tales dibujos.
9** Yy diz ytlachieliz. Yeliztli y tlcichieliztli reemplazan
aquí al moyolkuia mixtiuia del séptimo párrafo.
-Podríase deducir de la descripción de este párrafo que
los antiguos mexicanos acostumbraban fabricar tortugas de oro
de la misma manera que los chinos y los japoneses hacen sus

(^Seler Cres&mnielte AbJmnlungen. '1 onvo II pÓQ.

205
tortuguitas de bronce o de marfil es decir, con cuello y patas
movibles.
15.—Teocuitlacozcatl chayauacayo. El adjetivo chayauac
quiere decir “disperso, diseminado”. Derívase del verbo chaya¬
ría, “esparcir o derramar por el suelo trigo o cosa semejante”.
El chayauac cozcatl es un collar de oro entreverado de piedras
preciosas y con una grande piedra pulida en el centro, la cual
está encuadrada en oro y de su borde pende cierto número de
campanillas. Así es como está descrito el chayauac cozcatl en el
manuscrito azteca de la Academia de la Historia. (Véase el
número 9 de la página 551) (1). El collar que se ve dibujado
en la figura respectiva (la 62 de la página 549)» (* 2 3) es Jus“
tamente del mismo estilo que el que aparece entre las insignias
reales en las láminas 18 y 24 del primer tratado de la historia
del padre Durán. (Véase la figura 48 de la página 53$) (3)-
20.—El mismo procedimiento se describe en el capítulo si¬
guiente, y es de inferirse del texto de este último que, antes de
aplicar la cera, los orfebres mexicanos ponían a la superficie
del molde una capa espesa de carbón pulverizado (tecolatl).
(Véase el contenido de los párrafos 24 y 25).
24.—Teculatl. No viene esta palabra en los diccionarios.
Literalmente quiere decir “agua de carbón”. Podríase suponer
que significa “carbón pulverizado suspendido en un líquido”.
En el capítulo siguiente se dice que con engrudo formaban una
capa espesa de aquella materia sobre la superficie del molde.
(Véase el párrafo 64).
26.—Tlapepecholoni, literalmente: “por lo que un objeto es
encerrado o debe ser encerrado”.
29. —Tlacopinaloni, literalmente: “por lo que se puede hacer
un moldeado” o “que debe ser moldeado”.
30. —-Anilloti. No existe esta palabra en los diccionarios.

(r).—Sclcr, Gcsammclte Ahhanlungen. Tomo II.


(2) .—ídem. ídem.
(3) .—ídem. ídem.

206
Parece que se deriva del verbo ania, causativo de ana, “tomar,
asir o prender”. Si en el texto se dice que esta canal se com¬
pone de cera, se sobreentiende sin duda que se rodeaba este tubo
o cilindro de cera, de una concha compuesta de carbón gro¬
seramente machacado y de barro.
41-—Rítanse en este párrafo las dos clases de orfebres que
he mencionado ya en una nota anterior, es decir, los fundidores
y los martilladores, y se ve que las obras de estos últimos se
empleaban principalmente para adornar las divisas militares
(' tlauiztli), que se hacían de hermosas plumas de pájaros de la
tierra caliente.
5p-—Los martilladores de oro y de plata se dirigen a los
plumistas, o sea trabajadores en pluma, para que éstos les tra¬
cen el dibujo que hay que poner en las placas de oro, etc., por¬
que las obras de los martilladores servían casi exclusivamente
para las divisas militares, hechas de plumas.
53-—Totomoloua, es casi la misma palabra que la francesa
bossclev, abollar, trabajar de realce”. El verbo mexicano se
deriva de tomoni, o totomoni, “inflarse, producirse jibas”.
61.—MichchicJnqui, es mo-ix-chichiqui, de ixtli, “superfi¬
cie”, y chichiqui, intensivo del verbo chiqui, “raspar, raer”.

Conclusión.

El contenido del capítulo precedente muestra que los anti¬


guos mexicanos conocían y ejercían las dos ramas separadas del
arte de la orfebrería, esto es, el martillado y la fundición. Mar¬
tillaban el metal con una piedra y le hacían relieves con una
punta de piedra. Estos objetos fabricados por los martillado¬
res servían principalmente para las divisas militares formadas
de plumas.
En cuanto a la fundición, hay que distinguir dos modos de
trabajar: uno antiguo, anterior a la conquista, y otro moderno,
del tiempo de los españoles. Aquél era más sutil y más artís¬
tico, éste, más grosero. Los antiguos hacían el molde de una

207
mezcla de barro y de carbón finamente molido que se hacía se¬
car y endurecer al sol. Era una materia que se prestaba admi¬
rablemente a la talla y a la cinceladura.
Los antiguos tallaban y esculpían todos los detalles del ob¬
jeto por fundir, directamente en esta materia, y antes de poner¬
le la concha, cubrían este molde esculpido en carbón, de una ca¬
pa delgada de cera, a la cual hacían seguir todos los relieves
y los huecos del molde. Tallaban y esculpían el carbón con un
instrumento de cobre. Los modernos fabricaban el molde con
una mezcla de barro y de arena, que ponían asimismo a secar al
sol. Más parece que abrían sólo las formas generales del ob¬
jeto por fundir en esta materia, y que se contentaban con eje¬
cutar los detalles del adorno en cera, con que cubrían el molde.
Antes de aplicar la cera a la superficie del molde y antes de
aplicar la concha a la cera que lo cubría, poníasele al objeto una
capa lisa de carbón pulverizado. La concha misma se hacía de
una mezcla de barro y de carbón groseramente machacado. Un
cilindro de cera (encerrado en una concha) servía de canal de
derrame. Calentando el molde al fuego, se hacía salir la cera.
Después se ponía el molde en una olla y se echaba en ella el oro
que se hacía fundir en una cuchara (¿de barro mezclado con car¬
bón?). Fundida la joya, se la templaba en un baño de alumbre
y en seguida se la frotaba con una mezcla de tierra limosa y
sal y se la pulía.

208
CAPITULO II.

Este capítulo comienza en el folio 46 del manuscrito de la


Academia de la Historia. Corresponde a la última parte del
capítulo 17, libro 9, de la edición española de la obra del padre
Sahagún.

x- Los artesanos lapidarios tallan el cristal de roca, la ama¬


tista, la esmeralda vulgar y la esmeralda fina (jadeíta), por
medio de esmeril y de un instrumento de cobre templado;
2. —y los raen con un pedernal partido;
3. —y los ahuecan y horadan con un tubito de cobre.
4- —Después les hacen facetas muy cuidadosamente, los bru¬
ñen y les dan el último lustre.
5- —Dos pulen montados en madera, de suerte que se ponen
muy brillantes, radiosos y lucientes.
6.—O los pulen montados en bambú, y los lapidarios termi¬
nan así y perfeccionan su trabajo.
7• Y de la misma manera se trabaja y se desbasta la ama¬
tista.
En primer lugar, los artesanos lapidarios rompen la ama¬
tista y la machacan con un instrumento de cobre, pues no la¬
bran sino los ejemplares hermosos, que son enteramente rojos.
9- No preparan así las mencionadas piedras preciosas sino
en las partes en que es necesario, cuando las rompen con el ins¬
trumento de cobre.
10- Después las raen, les hacen facetas, las suavizan y bru-
Sahagún V, 14
209
ñen montadas en madera, fijadas a un instrumento llamado pu¬
lidor o bruñidor, y así las perfeccionan y terminan.
11. —La piedra llamada sílice de sangre (heliotropo) es muy
dura y fuerte; no se corta bien con el esmeril.
12. —Se la rompe y escuadra de un modo cualquiera.
13. —Y se desecha la ganga, la roca estéril y que no se pres¬
ta bien al pulimento.
14. —No se toman ni se procuran sino los ejemplares her¬
mosos que se prestan bien al pulimento, los rojos sanguíneos,
que se pueden esculpir bien.
15-—Se les rae con agua y montados en una piedra muy du¬
ra que viene del país de los matlatzinca (del distrito de To-
luca).
16.—Y como estas dos piedras son compañeras la una de la
otra, como el sílice es tan fuerte como la piedra, mátanse la
una a la otra.
17-—Después se les hacen facetas y se pulen con esmeril
18. —Y se las perfecciona y pulimenta con el bambú.
19. —De esa manera se las pone resplandecientes y se les da
un lustre semejante a los rayos del sol*
20. —Y lo que se llama sílice de pájaro mosca (piedra de
mil colores), es un animal de su naturaleza.
21. —Está pintado de mil colores, blanco, azul, claro, rojo
encendido, negro con manchas blancas, y color de arco iris.
22. —Se le rae y se pule simplemente con arena fina.
23. —La piedra que se llama turquesa redonda, no es muy
dura, y no se ha menester esmeril para raerla, facetarla, suavi¬
zarla, pulirla, y para aplicarle el bambú; con lo que recibe lus¬
tre radiante y brillo.
24. —Tampoco la turquesa fina es muy dura.
25. —Púlesela también con arena fina y se le da un lustre
muy brillante y muy radioso con otro pulidor llamado pulidor
de la turquesa.

210
NOTAS.

T* Tlateque, en propios términos tlatecquc, que se deriva


del verbo activo tequi, pretérito onitlatec, “cortar”.
I ’*>tac tchuiloti es el cristal de roca. Más parece que se con¬
funde con él toda piedra transparente, límpida como el agua
y el vidrio. Por ejemplo, había en México variedades de la pie-
d^ia flexible, de la caliza transparente. En las colecciones del
Real Museo de Berlín hay una cantidad de tentetl, “bezotes”;
son las piedras que los jefes mexicanos traían en el labio in¬
ferior; la mayor parte de ellos, de obsidiana; otros, de cristal
de roca; y otros, de piedra flexible. La etimología de la pala¬
bra teuilotl parece ser la de “piedra redonda”, así como la gota
de agua. (Vease tcuilacetchtic, “casa redonda”, e iloti, “girar”).
Hay otros términos que significan también el cristal: chipilotl y
chopilotl. Estos quieren decir “a la manera de la gota de llu¬
via . Los teuilotl venían de las vertientes montañosas de la
costa atlántica de México. En la lista de impuestos que se pa¬
gaban al rey Motecuhgoma, figura el cristal como tributo de las
ciudades de Tochtepec, Cuetlaxtlan y Cozamaloapan, es decir, de
la región del estado de Veracruz cuyo centro es hoy la ciudad
de Cotastla. El cristal es el instrumento de los hechiceros, en
cuya profundidad reconocen lo pasado, lo futuro y todas las co¬
sas secretas. De ahí es de donde parece derivarse el uso del
vocablo mexicano uilotlatia, “hechizar”. Todavía hoy sirven para
el mismo fin de Yucatán el cristal y todas las piedras transpa-
í entes en general. El cristal, como instrumento del hechicero,
llámase en lengua maya zaz-tun, que quiere decir “piedra cla¬
ra”. Según Hernández, posee el cristal la virtud de desalojar
los demonios, las culebras y demas animales venenosos.
Tlapaltehuilotl, “cristal rojo”, es la amatista, según Hernán¬
dez, Rerum Medic(irum Nóvete Hispanicte Thescturus, Romcte,
1651, libro X, cap. 12 pág. 339.
Chalchiuitl, en los diccionarios, está interpretado por “esme¬
ralda basta . Eran piedras verdes mezcladas de blanco y sin

211
transparencia, cuarcitas cloríticas, serpentinas y otras piedras
de un aspecto semejante; quizá también algunas de la familia
de la jadeíta. Al decir de Sahagún las usaban mucho los je¬
fes y los capitanes ciñéndose las muñecas de hileras de
ellas. Al vulgo le estaba prohibido usarlas.
Quetzalitztli, en opinión de Sahagún, es la esmeralda fina,
piedra verde sin mancha, pura, transparente y que brilla con
grande intensidad, Hernández (i. c., libro. X. cap. 7, pág. 337)
la llama “obscuram smaragdum”. Dice que esta piedra, lleva¬
da pendiente del brazo o puesta en los riñones doloridos, posee
la virtud de curar las afeciones nefríticas, y la compara, en
consecuencia, con la piedra nefrítica (lapis nephriticus). Es
muy probable que el quetzalitztli denotase las variedades finas
de las piedras de la clase de la jadeita o nefrita.
Ynica teoxalli. En mi copia del texto se lee yoan ieoxalli.
Es error sin duda. El teoxalli, “arena divina”, es el esmeril
(véase Molina, I, s. v. “esmeril”). El padre Sahagún mencio¬
na en el capítulo vigésimocuarto del libro décimo “los hombres
que venden espejos”. Son de la clase de los lapidarios, pues
se ocupan en cortar delicadamente las piedras pulidas que sir¬
ven de espejos y en raerlas con el instrumento que llaman “teu-
xalli”. Al denominar instrumento al teoxalli, sin duda había
comprendido mal el padre lo que significaba el texto azteca que
vertía en español.
Tlaquauac tepuztli, “cobre duro”, quizá una liga cualquiera
de la clase de los bronces.
3.—Tepuztlacopintli. copina es “sacar”; copina espada, “sa¬
car la espada”; espada tlacopintli, “espada desnuda”, tepoztla-
copintli está traducido en el vocabulario de Molina por “cañuto
de estaño para horadar piedras preciosas”. Era, pues, el anti¬
guo procedimiento de la perforación con ayuda de un tubo gi¬
ratorio, que fué empleado por los lapidarios mexicanos.
4-—Ixteca, quiere decir “poner faces”; de teca, “poner en
el suelo”, e ixtli, “faz”. Es, pues, casi la misma palabra que
la francesa facettcr, “facetar”.

212
5- Quitemetzhuia. temetztli es el plomo. Compónese la pa¬
labra át te ti, “piedra”, y metztli, “luna”. Dióse este nombre al
plomo, sin duda porque se comparaba el lustre mate de este me¬
tal con la luna. De la voz temetztli se deriva el verbo temetzuia,
emplomar, redondear”. En nuestro texto se emplea el verbo te¬
metzuia, en una acepción muy diferente. Aquí significa “sua¬
vizar”, dar un lustre mate a la piedra.
6— Quetzalotlatl, el bambú precioso”, se menciona también
en el libro décimo como instrumento de los lapidarios que ven¬
den espejos.
7~Zannoiuhqui, “de la misma manera”. Al abrir la des¬
cripción siguiente esta palabra, prueba que la descripción ante-
rior (párrafos 1-7) tenía por objeto detallar la manera de la¬
brar el cristal de roca.
Zanniman iuhqui tlatlalia yncampa monequiz. Zanniman
iuhqui, literalmente “sólo ahora sí”, quiere decir lo mismo que
gan iuhqui, o gan iuh, “solo así”. Parece que los lapidarios
mexicanos dejaban intactas las facetas naturales del cristal y no
labraban sino el otro extremo, por el cual estaba fijado aquél
a la pared de la greda.
11.—Según Hernández, el eztecpatl y el eztetl son varieda¬
des del jaspe y de la calcedonia. Describe uno de ellos como
rojo obscuro con manchas verdes, y el otro como verdoso con
centelleos de color de sangre. Parece, pues, que eran de la
clase de los jaspes que llaman heliotropo. Los mexicanos les
atribuían la virtud de detener el flujo de sangre, la disentería o
cualquiera otro flujo sanguíneo, y por esta razón los llevaban
en la muñeca o en collar.
I7- El autor usó aquí una vez la palabra azteca teoxalli y
en otra ocasión la voz española esmellil (=esmeril). De donde
se podría deducir que son dos materias diversas las que quería
señalar con esos dos términos. Sin embargo, como muy clara¬
mente se dice en el diccionario de Molina que el esmeril se lla¬
maba teoxalli, inclinóme a la opinión de que este hecho curioso

2Í3
no debe atribuirse sino a casualidad, a cierta negligencia del
informante.
19. —Cuecueyotza es el acusativo del verbo cuecueyoca, “lu¬
cir, centellear”. La misma diferencia se ve entre los verbos qua-
qualaca, “hervir” (véase el Molina), y quaqualatza, “hacer her¬
vir” (véase arriba el capítulo I, párrafo 88), y entre cuecuetla-
ca, “agitarse, ondear”, y cuecuetlatza, “ondular”.
20. —Uitzitziltetl. Según Hernández, estas piedras se lla¬
man también “ojos de gato”. Descríbelas como piedras pe¬
queñas que se hallan con mucha abundancia en el distrito de
Tototepec, es decir, en las playas del mar del sur. Sahagún con¬
firma en parte esta descripción. Según él, liábanse en la arena
de las costas del mar y en un río que corre en la tierra de Totoni-
capan. Son las cubiertas de la concha de ciertos univalvos de
género turbo y de sus afines.
21. —Yuhquin tletl. Para significar el color rojo tenían los
mexicanos el vocablo tlapalli, literalmente “tintura, color”, por¬
que el rojo es el color por excelencia. De tal vocablo se deriva
el adjetivo tlapaltic, “rojo”. Más estos términos no significa¬
ban sino el color oscuro de la cochinilla. Había otra palabra:
tlatlauhqui, “rojo”. Esta significa en particular el color “rosa
claro de la aurora (tlauiztli)”. El picocuchara (platalea ajaja
L.), ave de plumas color de rosa, recibe de ahí su nombre (tlauh-
quechol). Un tercer término es chichiltic, que quiere decir co¬
lor de pimiento rojo (chilli). Poco más o menos igual matiz
significará la paráfrasis yuhquin tletl, “del color del fuego”.
Yuhquin gitlalin, literalmente, “como una estrella”. Los me¬
xicanos representaban el cielo estrellado por ojos en un fondo
sombrío, negro. Más sencillamente, ponían en lugar de ojos
circulitos blancos en fondo negro. De esta manera es como
están pintadas las divisas que se conocían con los nombres de
citlal coy o ti, citlallo chimalli. (Véase Sahagún, manuscrito de
la Academia de la Historia, en Madrid; supra, páginas 579-581,
figuras 119 y 125). Y de la misma manera se ve representado
el distintivo del hieroglifo de la ciudad de Citlal tepec (véase la

214
Lista de Tributos, códice Mendoza, lámina 17, figura 1).
23- -Xiuhtomolli, turquesa redonda ’, Sahagún la descri¬
be en el libro onceno como semejante a una avellana partida por
la mitad. En otro pasaje del mismo libro la menciona, bajo
el nombre xinhtomoltetl, entre las piedras medicinales. Descrí¬
bela como verde y blanca simultáneamente, como el chalchiuitl
(esmeralda vulgar). La traían de las regiones de Guatemala
y Soconusco; pero no era indígena de esas regiones. Mucho se
la estimaba, y hacían con ella sartas como rosarios para enro¬
llárselas en derredor de la muñeca. De la turquesa verde, por
otra parte, hacían uso principalmente para los mosaicos.

Conclusión.

He dado en las notas precedentes las explicaciones necesa¬


rias, y por lo tanto poco me queda que decir. A juicio mío, el
hecho más curioso, relativo a la materia de este capítulo, es que
los antiguos mexicanos hicieron uso del esmeril para la talla y
pulimento de las piedras preciosas.

2I5
.
CAPITULOS III y IV.

Estos principian a la vuelta del folio 48 de manuscrito de la


Academia de la Historia. Corresponden a los capítulos 20 y 21
del libro noveno en la edición española de la obra del padre
Sahagún.

De los instrumentos con que labran los oficiales


DE PLUMA.

i.—Enuméranse aquí los diferentes instrumentos de los tra¬


bajadores en pluma: la azadilla de cobre, el cuchillo de cobre
para cortar la pluma.
2*—Y la plegadera de hueso con que se adhiere la pluma.
3* Y pincel, la caja de colores con los cuales pintaban
y trazaban su dibujo.
4- —Y el macho de madera, tabla en que se corta la pluma.
5- Agregan al instrumento de cobre una lámina de madera
muy dura, madera roja.
6. —De Motecuhgoma acá, es cuando ha progresado este ofi¬
cio, la pintura en plumas.
7. —Porque fué en la época de su reinado cuando creció y
aumentó la importación de plumas de quetzale y otras también
preciosas.
8. —Y el rey alojaba en barrios separados a los obreros en
pluma.
9. Daba una casa a los obreros que eran “sus artesanos en

217
plumas especiales” (es decir, plumistas del dios Uitzilopochtli),
expresión común con que se comprendía a los artesanos en plu¬
ma de las municipalidades de Tenochtitlan y de Tlatelolco.
10. —Estos no hacían sino los vestidos de Uitzilopochtli lla¬
mados teoqucmitl (manto hecho de plumas de ave preciosa, es
decir, plumas de picocuchara color de rosa) ; quetzalquemití
(manto de plumas verdes de pájaro quetzale) ; uitzitzilquemitl
(manto de plumas de pájaro mosca); xiuhtotoquemitl (manto
de plumas de cotinga de color de turquesa) ; vestidos provistos
de adornos y de dibujos hechos con todo género de plumas pre¬
ciosas.
11. —Y (otros trabajadores en pluma) hacían los vestidos
que eran propiedad de Motecuhgoma y con que acostumbraba
éste hacer regalos honoríficos a sus convidados los señores de
los pueblecillos.
12. —De donde les vino el nombre de plumistas de palacio,
artesanos del rey.
13- —Y otros se llamaban plumistas de los almacenes; esta¬
ban empleados en los diversos almacenes del rey Motecuhgoma.
14- —Estos fabricaban los vestidos de baile para el rey Mo¬
tecuhgoma, que los llevaba al baile.
15- —El día de la fiesta le hacían escoger a gusto de él el
vestido que prefería para el baile.
16.—Pues los empleados de los diferentes almacenes del rey
fabricaban estos vestidos de diversas maneras y los guardaban
en los almacenes.
17-—Y otros se llamaban plumistas domésticos. Estos no
fabricaban sino las divisas para los jefes y los guerreros y co¬
merciaban con ellas; ora una rodela o una cota hecha de plu¬
mas amarillas, o algún otro objeto que hacían/
18.—Y aun cuando ya no haya gran necesidad de divisas de
pluma, la industria y la ornamentación siguen adelante y se con¬
servan de la misma manera que las transmitieron y fundaron los
antiguos amanteca (trabajadores en pluma), cuya habilidad ar¬
tística es reconocida.

218
uj.~Pues hoy se ejerce el oficio con mucho cuidado y con
una grande experiencia.
20. —Se hacen rodelas y se las cubre y hermosea con plu¬
mas, si alguien las ha menester.
21. —Hácense las divisas que se. llevan en la espalda al bai¬
lar y todos los vestidos de baile, los arreos con que se bailaba
y los aderezos con que se ataviaban, los adornos capitales, las
bandas frontales, los brazales y brazaletes, los abanicos, forma¬
dos de pluma de garza real, picocuchara rojo, turpial, pavo in¬
diano, quetzale, y los estandartes llevados en la mano, hechos de
plumas verdes de quetzale, alternadas con amarillas de turpial,
como alternan unas con otras las articulaciones del dedo; los es¬
tandartes hechos de plumas de garza real y los hechos de una
lámina de oro o de plata y coronados por un penacho de plumas
de quetzale. j

22. —Y en los mosaicos de plumas es donde particularmente


se descubre la habilidad de estos artesanos, pues hacen verdade¬
ras imágenes de pluma.
23. —Y de dos modos diferentes se ejercen el oficio y la pro¬
fesión de los plumistas.
24. —La primera manera de trabajar consiste en fijar con
engrudo las plumas sobre la capa inferior, para terminar así
la obra.
25. —La segunda manera consiste en ejecutar el trabajo y
en darle fin con ayuda de hilo y de bramante.
26. —He aquí los primeros procedimientos y el comienzo de
la profesión cuando los plumistas inician su trabajo.

“De la manera que tienen en hacer su obra


ESSOS OFFICIALES”.

27. —Los plumistas que hacen mosaicos de pluma y cuyo


oficio es hacer obras de pluma, comienzan su trabajo de la ma¬
nera siguiente:
28. —En primer lugar, estudian cómo han de hacer el dibujo.

219
2g.—Son los pintores quienes lo trazan.
3o-—Cuando han recibido el dibujo y se han asegurado de

que está bastante detallado,


31*—Hacen en la hoja de maguey un forro de algodón y de
engrudo, llamado forro de algodón.
32.—Procuran maguey blanco bueno, el que tiene la super¬
ficie lisa, pulida y sin costras, el de superficie igual y sin grie¬
tas, para preparar allí el forro de algodón.
33- —En primer lugar dan una capa de engrudo a la hoja
de maguey.
34- —Después ponen encima el algodón cardado, lo extienden
allí y lo fijan.
35- —Pero antes de fijarlo sobre el maguey, lo cardan bien,
lo adelgazan de suerte que no es ya sino una tela de araña, una
banda de nube.
36- —Lo exponen al sol; pero no lo dejan secar sino muy
poco y superficialmente.
37- —Cuando está seco, por segunda vez se le da una capa
de engrudo al (papel de) algodón y se aplana la superficie de
manera que quede muy lisa, que no sea ya necesario cardarla
y que el engrudo pueda secar bien allí.
38. —Y cuando se ha secado bien, al grado de crujir, des¬
préndese el papel (de la hoja de maguey).
39. Después se pone allí y se desarrolla el dibujo de color
y se traza con color este dibujo, de modo que se le vea sobre
el papel, que aparezca en el fondo del papel.
4o- Y hecho eso, pintado el (papel de) algodón en todas
sus partes y dispuestas sin omisión alguna todas las figuras del
dibujo, se le pega con engrudo sobre un papel de corteza, du¬
plicando y reforzando el forro de papel de algodón engrudado.
41.—Luego se comienza a quitar con una raspadera de co¬
bre y a extirpar la pintura que ha penetrado allí (es decir en
el papel).
42-—Se corta y se quita el dibujo sobre una tablita de made¬
ra llamada cortador de madera; sobre esa tabla se cortan las

220
varias plumas, se las reduce a pedacitos, se las descabeza y se las
corta en redondo.
43- —Y cuando está recortado por todas partes el patrón de
papel con arreglo al dibujo pintado, se le coloca sobre una hoja
de maguey y se traza el dibujo en la hoja siguiendo los huecos
del patrón.
44- —Pintada la hoja de maguey, úntasela de engrudo, se le
pone algodón y se hace así con engrudo el forro de algodón, el
papel de algodón, sobre el cual se colocarán (las plumas) que
forman los contornos y los tonos de colores.
45- —Y se le pone a secar de nuevo al sol.
46.—Después se le ponen las plumas que se llaman plumas
magras o encoladura magra.
47-—Pero se aplica desde luego separadamente esta capa,
esta encoladura de plumas magras, sobre las hojas de maguey.
4§-—Se reúnen las plumas con engrudo, después se las fija
en la hoja de maguey (es decir, sobre el papel de algodón que
cubre la superficie de la hoja) y se aplana la capa con una ras-
padera o con un plegador de hueso.
49- —Todas las llamadas plumas magras no son sino plumas
ordinarias.
50- —Porque facilitan el trabajo de pluma.
51.—Forman la primera capa y sirven de lecho a las di¬
versas plumas preciosas.
52- —Empléanse, por ejemplo, para la encoladura magra las
plumas teñidas de amarillo, las de garza real, las rojosombrías
del chamohn, las azules de la cola del guacamayo, las rojizas
del papagayo cocho, las de garza real o cualesquiera otras uni¬
colores o multicolores.
53- Pónese cuidado y procúrase saber por experiencia y
por confrontación cuales son las plumas preciosas a que se de¬
ben asociar y a que pueden servir de lecho.
54- A las plumas de cotinga de color turquesa se les hace
un lecho con las azules de la cola del guacamayo rojo, o arará;
y a las resplandecientes (negras y verdes) del tzinitzcan se les

221
hace con las sombrías del papagayo cocho; para las de picocu-
chara rojo se hace con las del mismo pájaro de pico plano o
con plumas rojas; y para las amarillas resplandecientes, con
plumas teñidas de amarillo o con los desperdicios de las ama¬
rillas resplandecientes.
55-—Las plumas llamadas teñidas de amarillo, se pintan ar¬
tificialmente de ese color.
56.—Hácese hervir al fuego el color “crema de hierba” jun¬
tamente con alumbre, y después se le agrega potasa.
57-—LTna vez formadas así todas las capas inferiores com¬
puestas de plumas magras y cubierto en todas sus partes de
encoladuras de esas plumas el papel de algodón pintado aplicado
sobre la hoja de maguey, se le desprende de allí..
58. —Y después se emplea una tablita, sobre la cual se pega
con engrudo un papel.
59. —Vuélvese a pintar allí el dibujo con auxilio del patrón
recortado.
60. —Sobre esa tablita que sirve para pegar en ella con en¬
grudo las plumas, es donde se hace la obra de pluma.
61. —Sea que se mande hacer una pintura de flores o de
plantas, alguna imagen o cualquier dibujo hermoso.
62. —Cuando está pintado y trazado sobre la tabla el di¬
bujo, se comienza a untar engrudo y a colocar las plumas.
63. —En primer lugar se disuelve en el agua y se mezcla el
engrudo. La disolución del engrudo en el agua es el trabajo de
los niños, de los aprendices. Lo disuelven para los maestros.
64. —Después se corta lo negro, el contorno, por donde se
contornea de negro la pintura de plumas.*
65. —Pues eso es lo primero que se hace. En primer lugar
se engrudan (las plumas que dan el contorno) y se las fija
en el fondo con una raspadera de hueso.
66. —Hácense el contorno de las plumas negras del zorzal o
del chamolin con las magras del chamolin mismo.
67-—Después viene el corte de las plumas que componen la

222
primera capa o el lecho, según la calidad de ellas, según lo que
comienza, según el dibujo.
68. —Sea que comiencen las plumas del cotinga de color de
turquesa, o el tzinitzcan, o el picocuchara rojo, o el pájaro co¬
lor de topacio, o el pájaro mosca azul, el pájaro mosca ordinario,
el pájaro mosca precioso, el pájaro mosca de color de fuego.
69. —Según el aspecto de las diversas plumas su brillo ar¬
diente, su brillantez, cúrtanse sus compañeras, las plumas de la
capa inferior, las varias que forman la capa llamada magra.
7o-—Se hace aparecer el dibujo como está pintado (sobre el
papel), con todos los colores que aparecen allí.
71*—Cuando la capa magra (la capa inferior) está engru¬
dada y fijada, con una raspadera de hueso, se colocan las plu¬
mas preciosas en su superficie, se las arregla allí, se las engru¬
da y se las fija con una raspadera de hueso, caminando siempre
hacia adelante y cubriendo las plumas magras que forman el
lecho, o cimiento.
72-—Y se utiliza el patrón recortado en papel, probando si
la obra no se ha desajustado en alguna parte, si no se han cometi¬
do errores, si el patrón está del todo acorde con las plumas en¬
grudadas.
73.—Así es como se hace y perfeciona la pintura con plu¬
mas, la que se hace con engrudo.
74- Hay otra especie de trabajo, la obra con hilo y con
bramante. De este modo es como se hacen los abanicos, los de
plumas de quetzale, los brazales de pluma, las divisas llevadas en
la espalda y las otras, las cotas de armas amarillas, etc.; además,
las colgaduras, los penachos, las pelotas de plumas, las borlas,
todo aquello con que se adornan y hermosean los abanicos.
75- Estos trabajos se hacen de la manera siguiente:
76. En primer lugar se dispone la armazón, después se la
cubre y se la reviste de tela y se le ponen las plumas de quetzale.
77- E las plumas de quetzale se ponen del siguiente modo:
78- En primer lugar se pone bambú en la base y en el rever¬
so de las plumas, se les ata bambú y con bambú se las refuerza.

223
79-—Después se les pone hilo, se ata éste en derredor de
ellas, se aseguran con hilo las bases de las plumas, se les ponen
cordones allí para que puedan ser ensartadas y anudadas en el
bramante.
80. —Después que se ensartan las plumas, se les ponen a la
mitad de su longitud asas o lazos de un hilo finísimo y se las
anuda allí.
81. —A fin de que las plumas de quetzale queden bien colo¬
cadas y combinadas y de que no se entremezclen ni se maltra¬
ten, sino que se mantengan en buen estado unas al lado de las
otras.
82. —Y de la siguiente manera se colocan las plumas de quet¬
zale y las demás ensartadas:
83. —Se las pasea acá y acullá, de los dos lados; lo que quie¬
re decir que si, por ejemplo, en algún lugar las plumas se pre¬
sentan a la vista demasiado separadas o demasiado juntas, o si
acaso se hallan entremezcladas o ajadas, entonces se las quita.
84. —Cuando las plumas están ensartadas y enlazadas, se las
cose en la armazón.
85. —Inmediatamente que se ha hecho esto, se procede al
enterramiento de las plumas, a la formación de sus bases.
86. —Si las plumas morenas y blancas de la piaya cayana o
las amarillas del turpial suceden a las de quetzale, se les pone
hilo, se las ensarta (en el bramante), se las enlaza (a la mitad
de su longitud) y después se las cose en la armazón, se fijan
allí sus bases con bramante y se las hace penetrar con ayuda de
bramante.
87*—De la misma manera se hace que les siga una hilera de
plumas bicolores u otras (de color rojo), alternando con plumas
de quetzale, y en seguida se forma una orladura de plumas de
picocuchara y se cubren sus bases con unas de plumión blancas
y ligeras.
88. —Inmediatamente que está hecho y acabado esto, se ador¬
na otra divisa, etc.
89. —Y si hay que hacer algún animal o algún animalito, se

224
cortan en primer lugar las ramas de la erythrina corallodendron
y con ella se hace el esqueleto del animal.
90- —Y si se debe fabricar algún animal muy pequeño, como
una lagartija, o la imagen de la planta del maíz o una mariposa,
hácese el esqueleto del animal con el tallo seco de la planta del
maíz o con recortes de papel.
91- —Luego se pone encima la harina del tallo seco del maíz
y se cubren los recortes de papel con esa harina, (médula) mez¬
clada con engrudo.
92- —En seguida se raspa esta figura, se aplana, limpia y
pule.
93- —Y después se cubre con papel de algodón y se figura
allí, de mosaico de pluma, el dibujo que se debe representar y
con que debe ser cubierta.
94- —Tomando en cuenta el animal que se debe imitar y có¬
mo se pinta éste.
95- —Y algunas veces se deja de la mano la cortadera de co¬
bre, la tabla que sirve para cortar en ella las plumas, y la ras-
padera de hueso.
96- Se cortan simplemente las plumas según se necesiten,
y se las engruda y arregla con la raspadera de hueso.
Así es como ejecutan su trabajo los plumistas.

NOTAS.

~TV? ixqmch ytitlatlachichivaya. Es el nombre instrumen¬


tal, derivado del piesente activo por medio del sufijo ya y acom¬
pañado del prefijo personal. Sin esta relación personal, diríase
tlatlachichiualoni. Yn tepuz victli, tepuztlateconi} son sin du¬
da los instrumentos de cobre que abundan en los “mogotes” y
en los sepulcros del estado de Oaxaca y que se ha querido
señalar como moneda de los antiguos zapotecas. Ofrecen for¬
mas bastante distintas, ora semejante a un celta, ora a una me¬
dia luna, y varían mucho en tamaño. La lámina es delgada,
igual en todas sus partes por los dos lados; el borde está reple-
Sahagún V, 15
225
gado hacia arriba y hacia abajo, sin duda para empuñar aquélla
o para fijarla en un mango. El cobre abunda en la vertiente
del Pacífico; pero es bastante raro en la mesa de México. Se¬
gún esto, no fué sino en los últimos tiempos cuando los plumis¬
tas mexicanos comenzaron a hacer uso de esos instrumentos más
finos. Anteriormente “limitábanse a areglar de modo grosero
la pluma, que cortaban con cuchillos de itztli sobre tablas de
aueuetl(Sahagún, 9, cap. 19).
2. —Omiuictli es un instrumento de hueso en forma de ras-
padera, casi semejante a la pala (uictli, o coauacatl) de que
servían los campesinos mexicanos para raspar la tierra y rom¬
per los terrones (véanse las figuras 6 y 7 en la página 631) (1).
La forma de estos instrumentos está dibujada muy claramen¬
te en las ilustraciones que acompañan al texto azteca del manus¬
crito de la Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia. Según
esos grabados, tales instrumentos se hacían de hueso hueco y la
extremidad tenía casi la forma de un celta. Existe en nuestro
Museo Real de Berlín una corta cantidad de raederas de hueso.
Son muy lisas y tienen casi la forma de las plegaderas de que nos
servimos para cortar las hojas de los libros.
3. —Tlacuiloni quiere decir simplemente “instrumento de pin¬
tar . No sabemos a punto fijo si era un pincel o qué clase de
instrumento.
4. —Quauhtlateconi, “cortadera de madera”, es decir, “la
tabla sobre la cual se corta”. En el capítulo anterior (el 19 del
libro noveno de la edición española) se dice que anteriormente
los plumistas “se limitaban a arreglar groseramente la pluma,
que cortaban con cuchillos de itztli sobre tablas de aueuetl”. Lo
que quiere decir que se las cortaba sobre una tabla del árbol in¬
dígena taxodium mexicanum, cuya madera es bastante tierna.
En tiempos posteriores servíanse para este objeto de la madera
dura llamada “madera roja” (tlatlauhqui).
• X

(1).—Soler, Gesammclte Abhanlungen. Tomo II.

22 6
5- Tlatlauhqui (quauitl), madera roja y muy dura, que
parece ser la caoba.
IO- Teoquemitl, quetzalquemitl, uitzitzilquemitl, xiuhto-
toquemitl. De este modo están enumerados los vestidos de Uit¬
zilopochtli en el capítulo 25 del libro cuarto, con ocasión de la
fiesta que se celebraba el día ce tecpatl, “uno sílice”, signo de
los dioses de la Guerra, Uitzilopochtli y Camaxtli. Estos ves¬
tidos tienen allí los mismos nombres, con una sola diferencia: en
lugar del teoquemitl se menciona un tozquemitl, “lo que signi¬
fica manto de plumas amarillas resplandecientes”. Podría de¬
ducirse de ahí que el teoquemitl significa también un manto de
plumas amarillas. En tal caso habría que traducir “manto de
plumas del color del sol”. Estos mantos de colores diferentes
eran apropiados sin duda alguna a los cuatro puntos cardinales.
Es verosímil que el uitzitzilquemitl se hiciera de las plumas de
la garganta del pájaro mosca de color de brasa ardiente. Si
tomamos el teoquemitl por “manto de plumas del color del sol”,
estos cuatro mantos (teoquemitl, quetzalquemitl, uitzitzilquemitl,
xiuhtotoquemiti) significarían los cuatro colores principales,
amarillo, verde, rojo y azul, que son al mismo tiempo los de los
cuatro puntos cardinales.
Inclinóme, sin embargo, a otra interpretación. He visto en
los textos la palabra teoqueckol, que quiere decir “quechol pre¬
cioso”, como sinónimo de tlauhquechol, “quechol rojo”, es decir,
de picocuchara (platalea ajaja L). Presumo, pues, que el teo¬
quemitl es un manto de plumas de teoquechol, de picocuchara.
En el texto original azteca del capítulo 24 del libro segundo, des¬
críbese el teoquemitl en los términos siguientes: teoquemitl tla-
gotlanqui, mochi tlagoyvitl ynic tlachiuhtli, ynic tlayecchivalli,
ynic tlacuilolli, ynic tlatenchilnavayotilli, yniten gan mocil tlau-
quechol, uteoquemitl precioso, hecho enteramente de plumas pre¬
ciosas, y con una guarnición compuesta de ojos sobre fondo ro¬
jo, dicha guarnición esta librada enteramente con plumas de pi¬
cocuchara rojo . El teoquemitl parece haber estado dedicado
exclusivamente al dios Uitzilopochtli y a Painal, vicario suyo.

227
En el segundo capítulo del primer libro, el teoquemitl se asocia
con el quetzalapanecayotl, corona de plumas de quetzale que acos¬
tumbraban traer los apancca, habitantes de la costa del mar.
Quetzálquemitl. Quetzalli son las largas plumas flexibles
de la cola pharomacrus mocinno, perteneciente a la familia de
los trogóneos. Presentan un color verde oscuro con lustre de
oro. Formaban el adorno más precioso y más codiciado de los
antiguos mexicanos.
Xiuhtotoquemitl. El xiuhtototl, “pájaro de color de tur¬
quesa”, está descrito en el libro onceno de la historia del padre
Sahagún en estos términos: “Es de la talla de un grajo. Su pi¬
co es negro y puntiagudo, las plumas del pecho, moradas; las
del lomo, azules, y este último color es más claro en las alas.
Las plumas de la cola ofrecen una mezcla de verde, azul y
negro. Cazan a estos pájaros en octubre, en el momento de la
madurez de las ciruelas. Se los mata entonces con cerbatanas en
los árboles”. Los pormenores dados aquí sobre la talla del
xiuhtototl y sobre el color de su plumaje, concuerdan exactamen¬
te con los caracteres presentados por el cotinga de las selvas bra¬
sileñas (cotinga cincta. s. carúlea). También las costumbres del
cotinga son las mismas que el padre Sahagún atribuye al xiuh¬
tototl. Vive asimismo el cotinga en las selvas densas, y en la
estación fría se acerca a los distritos de la costa y a las regio¬
nes abiertas; en esa época están maduros los frutos que le sir¬
ven de alimento. Entonces es cuando matan a muchos de esos
pájaros en el Brasil. En México formaban la residencia favo¬
rita de estas aves las praderas vecinas a las costas del mar del
sur. En el códice Mendoza figuran las pieles de estos pájaros
entre los tributos de los pueblecillos de Xoconochco, Ayotlan,
etc., es decir, de las provincias de Chiapas y de Soconusco. Hcr
Ferdinand von Hochstetter reconoció en el famoso adorno de
plumas de origen mexicano que formaba parte de la colección
del castillo de Ambras y que se conserva ahora en el Museo Im¬
perial de Viena, las plumas de color turquesa del pecho del
cotinga.

228
i2.—Tlacatl, “hombre”, significa aquí rey. Hallamos la voz
empleada en el mismo sentido en las fórmulas sagradas: yn tla-
catl yn Totecuyo in tetzauitl Uitzilopochtli, “el rey, nuestro se¬
ñor, el prodigio Uitzilopochtli”; in tlacatl totecuyo in tloque na-
naque in tlalticpaque, “el rey, nuestro señor, el dios del Fuego”.
(■Sahagún, manuscrito de la Academia de la Historia. Madrid,
folio 30).
17•—Tozeuatl. Euatl, “piel”, es el término general para las
cotas de armas, hechas de plumas de diferentes colores, que los
jefes y los guerreros llevaban encima del ichcauipilli, es decir,
de la doble coraza de algodón en rama. Toztli son las plumas
de color amarillo verdoso del papagayo.
21.—Quetzalli, participio pasivo del verbo queiza, “erigir,
enderezar y levantar”, sirve particularmente para denotar las
plumas verdes, largas y flexibles de la cola del pharomacrus mo-
cinno que formaban el adorno más precioso y más codiciado
de los señores y de los capitanes mexicanos. Sólo en esta acep¬
ción existe tal voz en los diccionarios. Había, sin embargo,
otro significado más general y más conforme con el origen del
vocablo. Véanse, por ejemplo los términos quaukquetzalli, “pi¬
la de madera” {Molina), mamalacaquetzalli, “husos fijados en
el peinado de la diosa Toci y que formaban parte de la divisa
militar cuextecatl” (véase “Antiguos adornos mexicanos e in¬
signias jerárquicas sociales y militares”, página 604 de este to¬
mo) (1). Paréceme empleada aquí la voz quetzalli en una acep¬
ción semejante a las de éstos términos: lo tomo por “adorno fi¬
jado en el peinado”.
Icpac-xochitl significa “venda frontal”, tal como: el xiuh-
uitzolli, venda cubierta de un mosaico de turquesas que servía
de corona real a los señores de los aztecas; el teocuitlaicpacxo-
chitl, “corona de oro o de plata” (vocabulario de Molina), tal
vez término también con el cual se denotaba la lámina de oro
con que los señores mixtecas y los de otras partes de la tierra

(1).—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II.

229
caliente se ceñían la frente; el ichcaxochitl y el tlagolxochitl, ven¬
das de tela o de algodón con que aparece la diosa de la Tierra
(véanse las páginas 469, 501) (1) : y el ecaxochitl, nudo gigan¬
tesco que el dios del Viento llevaba en derredor de la base del
gorro (véase la página 508) (2).
Machoncotl. Era un adorno usado en el brazo propiamente
dicho. En el capítulo noveno del libro octavo se le menciona
después del chayauac cozcatl, “collar de miriñaques”, y se le des¬
cribe de esta manera: “brazalete de turquesas puestas en mo¬
saicos”. Sus bordes estaban guarnecidos con hermosas plumas,
y otras muy ricas sobresalían de allí tan prolongadas, que al
ascender sobrepasaban las cabezas de los que las portaban; iban
acompañadas de láminas de oro. Figura este brazalete entre las
insignias reales, junto con la corona xiuhvitzolli y con el collar
chayauac cozcatl, en la lámina 18 que acompaña los capítulos
51 a 52 del primer tratado de la historia del padre Duran (vé¬
anse las figuras 48 y 49 de la página 538) (3).
Matemecatl. Era un brazalete de oro en forma de anillo
( unas ajorcas de oro”. Sahagún, VIII, capítulo 9. Véanse
aquí las páginas 53S-539) (4).
Zaquanecaceuaztli. El gacuan es el turpial (=ícterus gula-
vis Wagí). Descríbelo así el padre Sahagún'. “Hay otra
ave de pluma rica que se llama gaquan, tiene el pico agudo y
las plumas de sobre él, son coloradas: tiene las demás leonadas
por todo el cuerpo, las de la cola son amarillas, muy finas y res¬
plandecientes, y tiene en la misma cola otras negras con que cu¬
bre las amarillas. Cuando vuela y estiende la cola, entonces se
parecen estas, reverbera la color amarilla con las negras y así
parecen como llama de fuego y oro. Críanse en Anaoac”.
31 2 3 4- Quiuapaua quitzacuapaua in ichcatl, literalmente: “re-

(O-—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II.


(2) .—idem. idem.
(3) .—idem. idem.
(4) .—idem. idem.

230
fuerzan el algodón, lo refuerzan con engrudo”, es decir, hacen
un refuerzo o forro con algodón y engrudo. Trátase del forro
que sirve de subcapa para las plumas.
32- Quitemoa yn qualli metí. La hoja de maguey servía,
por decirlo asi, de taller a los plumistas. Vese esto claramente
en las Memorias de padre Motolinía (libro 3» capítulo 19) :
De estas pencas hechas pedazos, se sirven mucho los maes¬
tros que llaman amantecatl, que labran de pluma y oro, y en¬
cima de estas pencas, hacen un papel de algodón engrudado, tan
delgado como una muy delgada toca; y sobre aquel papel y en¬
cima de la penca labran todos sus dibujos; y es de los principa¬
les instrumentos de su oficio”.
37-—C onitztzacuia, es c-on-ixt-zac (ni) -nia, “untar de en¬
grudo la superficie” (del papel).—ix peti “hacerse lisa la super¬
ficie”. (Véase petztic, “liso”). Los derivados son xipetzoua,
ixxipetzoua, “alisar”; xipetziui, ixxipetziui, “ponerse liso”.
Mocoleua. El verbo coleua no existe en los diccionarios.
Su acepción es sin duda la que he dado en el texto. Tal pala¬
bra parece ligada con el verbo coloa (cotona), “encorvar, ple¬
gar, torcer, dar rodeos o vueltas”.
40. —Qaauhamatl, o texamatl, es la materia suministrada por
la capa de líber de algunos arboles del genero ficns. Servía de
papel para las pinturas o los libros, y de tela para hacer los ador¬
nos, vestidos y otros objetos que el culto de los dioses requería.
41. —Mocui, motacalotiuh. Tacatl parece significar especial¬
mente el agujero que queda después del desarraigo de un árbol.
(Véase el compuesto tacaxxotia, “escavar árboles”). Trátase en
este párrafo de la hechura de un patrón (amamachiotl) para el
calco del dibujo. (Véase adelante el párrafo 59: yn omocnicuic
machiyotl, yn tlacuicuitl omochiuh).
46.—Tlauatzalli, tlatzacuatzalli. Uatza quiere decir “secar,
desecar, enflaquecer”. El “engrudamiento magro” era una pri¬
mera capa de plumas magras, es decir, menos resplandecientes,
vulgares, que se aplicaba con el objeto de realzar el color de las
plumas preciosas que se les superponían.

231
S2’—Coztlapalli. Véase adelante el párrafo 55.
Chamolin. Eran plumas de un rojo oscuro, casi negruzco.
De este modo es como están colorados el chamol-coyotl y el cha-
mol-cuati en el manuscrito de la Academia de la Historia.
En el texto español del primer capítulo del libro noveno las
describe el padre Sahagún “coloradas como grana”.
El mismo padre describe el cocho, en el libro onceno de su
historia, como papagayo de pico amarillo, que tiene la cabeza
roja, parduzco el cuerpo con tendencia al rojo (“las plumas del
cuerpo moradas”), y lo exterior de las alas, de un rojo sombrío,
mezclado con amarillo. Hernández, por el contrario, describe
esta ave como de pico negruzco (rostro superne cinéreo, infra
vero subnigro), azul la cabeza, argentada y mezclada con rojo
(cyaneo capite, candido coccineoque variato colore et quadam-
tenus pallenti), y de color rojo las puntas de las alas (necnon
alis postremis coccineo). Quizá sea el Pionus senilis.
54-—Tzintzcan. Esta voz significa las plumas de un pájaro
especial, coloreadas de negro y de verde resplandeciente, y deno¬
ta las plumas de algunas partes del cuerpo del pájaro quetzal
(quetzale), o pharomacrus mocinno, cuya cola suministraba las
plumas verdes resplandecientes más preciosas que hubo en el
México antiguoj
Toztli. En concepto de Sahagún, son las plumas amarillas
brillantes del papagayo adulto. Los papagayos amarillos (tos-
nene) tiene plumas amarillas que tiran a verde.
56. Zacatlaxcalli. Tortilla de hierba, galleta de hierba”,
descrita por Sahagún en el libro onceno como color amarillo cla¬
ro que se prepara con cierta yerba amarilla y que es muy delga¬
do, como tortillas delgadas. Tal vez una planta de la familia
de las liquéneas.
59- Tlacuicuitl. Esta palabra es notable por su forma. Es
participio pasado con la terminación ti en lugar de l-li.
60.—Motegaloa. Habría que escribir nwtezgaloa, es decir,
mo téngalo a.
68-—Ayopal. Del color de la flor de calabaza, esto es, ama-

232
rillo subido. Ayopal-teuilotl está traducido en la parte española
del diccionario de Molina por “cristal amarillo”, y en la parte
azteca (¿erróneamente?), por “amatista, piedra preciosa”. Pa¬
rece que este término significaba el “topacio de humo”.
Quammolocth. No hay certeza en cuanto al género de
plumas denotado por esta palabra. Moloctic, o molonqui, quie¬
re decir cosa ligera que se lleva el viento como vedija de lana.
Quamnwloctli, viene, por vía de asimilación, de quauH-moloctli’
y este quauh podría ser quauhtli, “águila”, o quauitl, “árbol”.
Inclinóme a presumir que el radical qvtauh se emplea aquí en el
sentido de color de madera o de águila”, “moreno”, como en
quappachtli, “color leonado, o morado”; quappachtia s. quappal-
tia, ' pararse leonado el color”. Y supongo que quammoloctli
significa las plumas de la piaya cayana L., del cuclillo de lar¬
ga cola; pues de las plumas de la cola de esta ave se hacen las
bandas de coloi moreno y blanco que, en el adorno de plumas
mexicano del Museo Imperial de Viena, suceden inmediatamen¬
te a las largas plumas flexibles de quetzale.,
Sy. Q uetzalpoztecqui. Literalmente, “roto con plumas de
quetzale”, es decir, “por mitad o en parte, de quetzale”. En el
manusci ito de la Academia de la Historia de Madrid se hace
mención de un quctzalpoztccqiti clfyn/ialli y se le describe en es¬
tos términos. ccntlacol tozth, ccntlacol qvictzalli “por mitad, plu¬
mas de papagayo; por mitad, plumas de quetzale”. La figura
que acompaña allá al texto presenta el campo de la rodela di¬
vidido en dos mitades, pintada una de rojo, y de verde la otra.
En el adorno de plumas del Museo Imperial de Viena hay, des¬
pués de las morenas de la piaya, una hilera de plumas alargadas
tectrices de las alas del quetzale (a las cuales daban los mexi¬
canos el nombre de qnctzalmíztli, que quiere decir “plumas de
quetzale puntiagudas ), orlada en la parte inferior por una ban¬
da estrecha de plumas rojas que no ha sido posible determinar
zoológicamente.
Es probable que esta combinación de plumas rojas con plu-

233
mas puntiagudas tectrices de las alas del quetzale, formase lo
que los mexicanos llamaban quetzalpoztecqui.
89. —Yn equimitl, yn tzompanquauitl. El tzompanquauitl, o
tzompantli (zompancle en el actual lenguaje vulgar de los me¬
xicanos), es, según Pablo de la Llave, la budleia salicifolia, plan¬
ta de la familia de las rinantáceas. (Véase el apéndice a la edi¬
ción del padre Sahagún, publicada por Carlos María Bustaman-
te, México, 1829. Según el Dr. José Ramírez (“Sinonimia Vul¬
gar y científica de las Plantas Mexicanas”, México 1902), el
tzompantli, o tzompanquauitl, es la erythrina coralloides DC.,
árbol de la familia de las leguminosas. Brasseur de Bourbourg
era de la misma opinión al declarar (“Popol Vuh”, pág. 21,
nota) que el tzompantli es la misma planta que los quichés de
Guatemala llamaban tzité, es decir, la erythrina corallodendron,
“árbol que da bayas con frijoles rojos que se llaman en francés
graines d’ Amérique. Los hechiceros o adivinos del país se ser¬
vían de ellos para predecir el destino, mezclándolos con granos de
maíz”. La erythrina, en efecto, se distingue por su madera bas¬
tante blanda, que se presta muy bien a la talla. En el libro on¬
ceno de la historia del padre Sahagún se cita el tzompanquauitl
entre los árboles “que plantan en las selvas. . . ; sus flores, que
llaman cquimixochitl, son rojas y de hermoso aspecto. Care¬
cen de fragancia. Llaman equimitl a las hojas de este árbol”.
No era de uso medicinal la planta; pero sin duda figuraba en¬
tre las que los reyes mexicanos y los grandes señores plantaban
en sus jardines en atención a la belleza de ella y de sus flores.
90. —Cincocopi, o ccncocopi. “Imagen de la planta del maíz”
(véase el verbo copina), según Molina; nombre de una yerba sal¬
vaje (zizania). Presumiríase aquí que es más bien un animal
lo que denota este nombre; acaso el mismo que procede, según
el sentir de los indios, de la transformación de una planta. En
mi viaje por México me fué mostrada una plantita que, según
los indios, debía transformarse en animal.
Ouaquavitl. Ouatl es el tallo verde del maíz, y ouaquauitl, el
tallo seco de la misma planta.

234
Conclusión.

Poi estos dos capítulos vemos que los mexicanos ejecutaban


las obras de pluma de dos maneras muy diferentes. Conforme a
una de ellas, disponían las plumas sobre una armazón ensar¬
tándolas y anudándolas entre sí con hilo y bramante; y confor¬
me a la otra, las pegaban con engrudo sobre un fino papel de
algodón.
Aplicaban la primera al hacer las divisas que los jefes y los
guerreros mexicanos llevaban a la guerra y con ocasión de las
danzas religiosas. Trabajaban del otro modo al hacer los man¬
tos de pluma que servían de adorno a los ídolos y las placas
que formaban el lado exterior de las rodelas. La última mane¬
ra, sin duda, era la que exigía mayor destreza y gusto artístico
mas íefinado. Lo particularmente notable es que sabían real¬
zar el vigor de los colores de las plumas por el mismo proce¬
dimiento empleado por nuestros pintores, es decir, superponien¬
do las capas. Atendían al mismo tiempo a la economía, no em¬
pleando para la capa inferior sino plumas ordinarias, pero cuyo
color casaba con el de las preciosas puestas encima. No hay,
con todo, que imaginarse que estas dos diferentes maneras de
trabajar se excluían una a otra. En el adorno de plumas del
Museo Imperial de Viena, las largas plumas de quetzale están
adheridas a una armazón que consta de diversas varillas de bam¬
bú unidas por una red fina y muy bien hecha. Más las largas
bandas azules que forman la base del cuerpo del adorno y de
las alas, compónense de plumas de cotinga pegadas con engru¬
do sobre papel finísimo. En el ejemplar de Viena se ve muy
claramente la sujeción de las plumas de quetzale, descrita en el
texto, con redes de un hilo finísimo, a la mitad de la longitud
de aquellas. Pero aquí no es una sola red la que sujeta el
cañón de la pluma a la armazón; he dicho ya que la armazón del
adorno de plumas del citado museo, consta de varias varillas
unidas por una red. El mismo hilo con que se formaron las
mallas de la red sirvió también para enlazar las plumas. Co-

235
gíase la pluma con el hilo a manera de piqué; se las colocaba
una al lado de otra y se cosían entre sí cierto número de hileras,
de modo que resultase un tejido fino en forma de cinta. Las
largas plumas verdes se anudaban a las mallas de la red en
tres puntos distantes uno de otro lo grueso de los cañones de
aquéllas. En los relieves del adorno se prolonga la armazón
en forma de dos varillas más sólidas. Las largas plumas de
quetzale que forman estas prominencias, se ven unidas la una
a la otra en diversos lugares de sus cañones con un hilo muy
fino, y este mismo hilo las sujeta a las cabezas de las varillas.
(Véase: Ferdinand von Hochstetter, “Ueber Mexikanische Re-
liquien aus der Zeit Montezuma’s, Denkschriften der Philoso-
phisch-Historisohen Klasse der Kais. Akademie der Wissens-
chaften” Wien. Tomo XXXV, 1888).
En cuanto a la otra manera de trabajar, o sea pegando las
plumas con engrudo, tenemos de ella una hermosa muestra en
el manto que formaba parte de la colección mexicana del Mu¬
seo Real de Berlín (figura 8) (1). Es del estilo de los que los
españoles llamaban delantal, es decir, una pieza rectangular cu¬
ya dimensión mayor era en dirección de la longitud y que, sus¬
pendida del cuello de los ídolos por la parte delantera, les ser¬
vía de adorno en los días de sus fiestas. El ejemplar de Ber¬
lín mide 1 m. 18 de longitud, por o. mq2 de ancho. Consiste
en un tejido grosero y poco apretado, que sirve de subcapa a
los papeles en que van las plumas. Los dibujos que se ven allí,
distribúyense en dos partes de grandor diferente y separadas
por una banda horizontal de plumas rojas de color de sangre
que tienen una parte blanca hacia el lado inferior. Estas plu¬
mas están adheridas con el extremo inferior hacia arriba. Así,
por un procedimiento muy sencillo forman una especie de riza¬
do que hace resaltar a los ojos, impresionándolos vivamente, esa
línea de demarcación entre las dos partes desiguales del dibujo.
La porción superior presenta campo verde, formado por las

(1).—Seler, Gesammelte Abhanlungen. Tomo II páq. 661.

236
plumas del loro, papagayo común efe las tierras calientes de Mé¬
xico. En el centro de dicho campo vése representando el hie-
roglifo de la esmeralda (chalchíuitl) : un centro verde rodeado
de anillos blancos y rojos y de un círculo exterior cuyo dibujo
imita las plumas del águila. El centro verde está formado de
dos matices de las mismas plumas de papagayo que cubren to¬
da la superficie de la parte superior del manto. El anillo rojo
se compone de plumas de guacamayo rojo, plumas que los mexi¬
canos distinguían con el nombre de cuegalin, “llama” (i).
La parte inferior del manto, que es la más grande de las dos
muestra un cráneo en el centro de un torrente de sangre, y es¬
te torrente, encuadrado por los cuatro colores que representan
los cuatro puntos cardinales o el cielo. El cráneo está labrado
muy finamente con puras plumas blancas; las encías, con plu¬
mas rojas que parecen las del picocuchara; la ceja, con plumas
azules color de esmalte, entre las que figuran, a lo que parece,
plumas de la cola del guacamayo rojo, que los mexicanos lla¬
maban cuitlatexotli. El torrente de sangre está formado de
plumas rojas cuegalin, o de guacamayo rojo. Los cuatro colo¬
res que se suceden uno a otro en los dos lados, son: blanco pu¬
ro, amarillo color de oro finísimo, negro con reflejos verdes
metálicos (tal vez las plumas que los mexicanos llamaban
tzinitzcan) y el verde claro y amarillento de las plumas del pa-
pagayo común. Con plumas de estas mismas verdeclaras están
hechas también las gotas que se ven en los extremos de los cin¬
co brazos del torrente de sangre. Todas las plumas de cierto
3-lor hallanse pegadas separadamente sobre el papel, y estos pa¬
peles, pegados uno sobre otro. Con toda claridad se percibe
que comenzaron con plumas negras de zorzal fraccionadas, que
formaban los contornos de las figuras justamente como
lo prescribe el texto copiado arriba. Más el papel sobre el

(O-—Vénsc estas plumas en los hiero glifos Ciietalciátlapil-


co (códice Mendoza, 13 y 19), Cuegaloztoc (códice Mendoza, 10
y 18) y Cuegallan (códice Mendoza, 39 y 52).

237
cual están pegadas las plumas, no es de algodón, como se po¬
dría suponer tomando en cuenta la descripción de nuestro texto,
sino de fibras de maguey, o sea de agave mexicano. También
en el adorno de plumas del Museo Imperial de Viena es de fi¬
bras de maguey el papel el cual están pegadas las plumas color
de turquesa del cotinga. En el manto del Museo Real de Ber¬
lín, el mosaico de plumas va encuadrado por una orla que cons¬
ta de dos bandas estrechas de tejido de algodón, caladas; el
borde superior, guarnecido de una banda de cuero provista de
un portante. La figura de la esmeralda (chalchíuitl) en el cam¬
po verde claro, es un signo hieroglífico que quiere decir chal-
chiuh-atl, ‘líquido de la piedra preciosa”, “líquido precioso”. Y
este líquido no es otra cosa que la sangre de las víctimas o la que
los devotos se sacaban de la lengua, de las orejas o de otras par¬
tes del cuerpo para ofrecerla a los dioses. En la parte inferior
del manto vése representada esta misma sangre.
De igual manera, es decir, pegando las plumas sobre un pa¬
pel, era como hacían los variadísimos dibujos que cubrían los
campos de las rodelas. En el Museo Real de Stuttgart hay dos
hermosos ejemplares de estas últimas. (Véase F. von Hochs-
tetter, i. c.) Hay otro en el Museo Nacional de México.
Además de las cinco piezas mencionadas arriba, existe un
manto conservado en el museo de Bruselas, de i m. 50 de lon¬
gitud, hecho de plumas rojas que se mantienen una al lado de
la otra por hilo y bramante, y guarnecido de una orla en que
se mezclan plumas rojas con negras y azules. En verdad muy
pocas cosas nos quedan de las tan celebradas obras de los plu¬
mistas mexicanos.
Hacia fines del siglo XVI se conservaba en pleno vigor la
antigua industria, como lo prueba nuestro texto, “aun cuando
no hubiese ya gran necesidad de divisas”. Como entrase más
tarde esta industria al servicio de la Iglesia, habituáronse los
artesanos a hacer imágenes de santos y de santas con las plumas
brillantes de las aves, pegándolas sobre papel. Hay algunos
ejemplares muy bellos de esta industria más moderna, en el
Real Museo de Etnografía de Berlín. Y los congresistas tienen
a la vista la copia de uno de estos objetos, enviada por la se¬
ñora Nuttal y cuyo original se halla en Florencia, y se debe con¬
sidera! como uno de los especímenes más preciosos de este
género de objetos. Esta industria, por otra parte, se conserva
hasta cierto punto en nuestro siglo. En el estado de Michoacán
hacíanse todavía en el presente siglo imágenes de santos de plu¬
mas. Pero tal industria no ha conservado casi nada del gusto
ni de la técnica de la antigua. Puede decirse que ésta se ex¬
tinguió,^ y nuestro texto, que da los pormenores del oficio, no
parecerá fútil a quienes se interesen, ya por las antigüedades
de aquel país, ya por la historia de las artes y de las industrias.

239

LAMINAS
Lámina No, 1

(LVII del “Códice Florentino”)

Los ocho cuadretes de esta lámina representan el acto de la fundi¬


ción, el sacado de la pieza fundida para darle el baño de alumbre, el se¬
gundo baño que se daba y el bruñido. Y tn los últimos cuadros la for¬
ma en que se trabajaba antes, empleando solamente oro y por medio de
martillado. Los dos últimos cuadretes muestran el modelo hecho de plu¬
ma y la preparación del modelado en barro.

242
Lámina No, 2

(LVIII del “Códice Florentino”)

La lámina representa el arreglo del molde; algunos de los objetos

que se hacían de oro; tres modelos; la operación de secar el molde; la

fundición, aplicación de baños de alumbre y bruñido.

2 44
Lámina No, 3

(LXII del “Códice Florentino”)

Esta lámina muestra las operaciones del plumista cuando hacía su


obra utilizando el procedimiento de pegar las plumas con engrudo, según
se describen en los capítulos III y IV, párrafos del 28 al 72, páginas 217
y siguientes de este volumen.

246
Lámina No, 4

(LXIV del “Códice Florentino")

Puede verse en esta página del Códice Florentino, la representación

de algunas de las labores del trabajo plumario, cuando se seguía el sis¬

tema de ensartar la pluma y fijarla con hilo, (párrafos 76 al qó).

248
*

J.

L
INDICES
INDICE DE LAS VOCES DE LA LENGUA NAHUATL
EMPLEADAS POR SAHAGUN EN LA VERSION
CASTELLANA DE SU HISTORIA.

A
Aacxoatic: T. IIL, 264. Acipaquitli: T. IIL, 197.
Aauaton: V. Haauaton. Acitli: T. IIL, 173.
Acachapolin: T. IIL, 215. Acoatl: T. IIL, 199, 201.
Acachichictli: T. III, 180. Acocili, pl. acociltin: T. I.,
Acacueyatl: T. IIL, 195,
208; T. III., 195.
Acaloa ometochtli: T. L, 239.
Acocotli: T. III., 107.
Acaoxitl: T. IIL, 95.
Acocoxihuitl: T. IIL, 244, 257.
Acapapacquílitl: T. IIL, 272.
Acatecomatl: T. L, 340. Acocoxochitl: T. L, 167.
Acatl: T. L, 113, 115, 118, Acoíhuaca: T. IIL, 142, 143.
i6A 305, 310; T. IL, 153, 266. Acolnauacatl acolmiztli: T. L,
Acaxilotic: T. IIL, 247. 241.
Acayietl: T. L, 44. Acoyotl: T. III., 172, 173, 197.
Achcacauhtin: T. L, 166, 293; Acuetzpalin: T. III., 197.
T. IL, 310,321; T. IV., 60. Acuitlachtli: T. IIL, 175.
Achcauhcalli: T. IL, 310. Acuitlalpali: T. III., 234.
Achcauhtli, pl. achcauhtin: T. Acxotecatl: T. L, 326; T. IIL,
L, 291; T. IL, 310. 50.
Achichichic: T. IIL, 180. Acxoyatemaliztli: T. L, 233,
Achilli: T. IIL, 272. 236.
Sahagún V, 17
253
Acxoyatl: T. I., 8g, ni, 148, Amilotl: T. III., 194.
229, 233; T. IL, 189. Amolli: T. III., 92, 232.
Ahacaxilotic: T. III., 99. Amoxoaque: T. III., 137.
Ahaztli: T. III., 181. Amoyotl: T. III., 196.
Ahuehuetl: T. I., 193; T. II., Anahuaca: T. II., 344.
92, 104, 158, 160, 167, 393; Anahuaca-mixteca: T. III.,
T. III., 23, 226, 251. 139-
Ahuitzotl: T. II., 35, 141, 197, Anahuacayotl: T. L, 318; T.
198. 11., 313.
Aie nelto xaxamacaian: T. II., Anecuhiotl: T. L, 261.
240. Aneneztli: T. III., 196.
Aitzcuintli: T. III., 197. Aoctli: T. III., 100.
Aitztli: T. III., 283. Aoztoc: T. I., 153.
Aitztoli: T. III., 257. Apanecayotl: T. III., m.
Aitztolin: T. III., 106. Apaztle: T. II., 153, 216.
Alaucapetatl: T. II., 299. Apetlatl: T. II., 382.
Alo: T. III., 166. Apénalo: T. L, 51, 357.
Altepetl: T. III., 291. Apinolli: T. II., 350.
Amacalli: T. I., 178. Apozonalli: T. III., 280.
Amacapulin: T. III., 226. Aquauitl: T. L, 356.
Amacuexpalli: T. L, 151. Aquiztli: T. III., 231.
Amamalacotl: T. III., 245. Atamalli: T. L, 216.
Amamaxtli: T. I., 141. Atamalqualiztli: T. L, 216,
Amanacochc: T. III., 177. 234, 372.
Amanalli: T. III., 293. Atamalqualo: T. L, 297.
Amanteca: T. II., 389, 390, Atapalcatl: T. L, 147; T. III.,
391, 392, 393; T. III., ni.
Amapanme: T. I., 224.
177'

Atemoztli: T. I., 107, 200, 201,


Amapatlachtli: T. II., 378. 203; T. IV., 83.
Amaquauitl: T. III., 222. Atempan teohuatzin: T. L,
Amateteuitl: T. I., 114, 120. 238.
Amatlauitzoa: T. I., 221. Atempanecatl: T. L, 166.
Amatzontli: T. II., 258. Atepocatl: T. III., 195.
Amaxtlatl: T. III., 103. Ateponaztli: T. II., 141; T.
Ameyalli: T. III., 293. ni»174.175-

254
Atetetzon: T. III., 272. Atzatzamulxochitl: T. L, 167.
Aticpac teohuatzin Xochipilli : Atzcalli: T. III., 194, 384.
T. I., 240. Atzitzicuilotl: T. I., 151; T.
Aticpaccalqui cihuatl: T. L, IIL, 170.
240. Aua: T. I., 175.
Atizatl: T. III., 296. Auacatl: T. III., 225.
Atl: T. L, 116, 305, 310.
Auaquauitl: T. III., 220.
Atlacachichimeca: T. III., 143.
Auatetzmolli: T. III., 220.
Atlacahualo: V. Atlcahualo.
Aueiactli: T. III., 207.
Atlacatl: T. III., 22.
Aueuetl: V. Ahuehuetl.
Atlacomolli: T. III., 294.
Atlacuezona: T. I., 24, 155, Auitzotl: V. Ahuitzotl.
167. Axalli: T. III., 235.
Atlalli: T. III., 295. Axaxayacatl: T. IIL, 196.
Atlatl: T. I., 174. Axin: T. III., 61, 62, 72, 73,
Atlcahualo: T. L, 84, 119, 225, 96, 105, 231, 288.
Axocopaconi: T. III., 270.
239-
Atlchipin: T. III., 268. Axolotl: T. I., 31; T. II., 260;
Atlepatli: T. III., 104, 231. 305; T. III., 195.
Atliliztli: T. II., 29. Axoquen: T. III., 171, 174.
Atlitiliatl: T. III., 237. Axoxoco: T. III., 233.
Atlixeliuhqui teohua Opochtli: Axoxoquilitl: T. III., 235.
T. L, 240. Axoxouilli: T. III., 294.
Atoctli: T. III., 294. Axquauitl: T. III., 73.
Atolli, atulli, atole, atol: T. I., Ayacachicaualiztli: T. L, 146.
33; T. II., 177, 306, 369, Ayacachicauaztli: T. L, 149.
372; T. IIL, 63, 77, 94, 236, Ayacachpixolo: T. I., 129.
264. Ayacachtli: T. II., 312; T.
Atollin: T. III., 272. III., 114, 129.
Atotolin: T. III., 170, 171, Ayac matlacpa teca: T. II.,
173- 235-
Atoyatl: T. III., 291. Ayamo quatlatlatz tza: T. II.,
Atoyaxocotl: T. III., 225. 235.
Atzapotl: T. III., 224. Ayatl: T. L, 151; T. IV., 66.
Atzatzamolli: T. III., 229. Ayatle uel yiaca: T. II., 237.

255
Ayauhcalco: T. L, 108, 194, Ayotochtli: T. III., 194.
202. Ayoxochquilitl: T. III., 233.
Ayauhcalli: T. L, 120, 146, Azacatl: T. III., 201.
185, 187. Azcamolli: T. III., 212.
Ayauhquemitl: T. L, 149. Azcanochtli: T. III., 228.
Ayauhtona: T. III., 237, 270. Azcatlcoyotl: T. III., 153.
Ayacoxochitl: T. L, 167. Azcatzontecomatl: T. III., 95.
Ayc nopilpan nemitiliztli: T. Azolin: T. III., 170.
II., 239. Azoquitl: T. III., 297.
Ayecotli: T. L, 49, 107; T. Azpan: T. III., 94, 96.
III- 55* Aztacomitl: T. II., 257.
Ayoctli: T. L, 357. Aztapilcue cuetlacayan: T. I.,
Ayoluaztli: T. III., 294.
I47:
Ayomama: T. II., 33. Aztapillin: T. L, 143.
Ayoquan: T. III., 164. Aztapilpetlatl: T. L, 144.
Ayotectli: T. II., 361. Aztatl: T. L, 189: T. III., 170.
Ayotl: T. III., 193. Aztaxelli: T. I., 161.

Cacacilli: T. III., 241. Cacauapinolli: T. II., 153.


Cacacilin: T. III., 184 Cacauaxochitl: T. III., 274.
Cacallo: T. I., 160. Cacaxtli: T. I., 156; T. II.,
Cacalotetl: T. III., 63, 158. 300» 352, 359, 361.
Cacalotl: T. I., 182. Ca cenca tlacatl: T. III., 23.
Cacaloxochitl: T. I., 167; T. Cacomitl: T. III., 229.
III., 273, 276. Cactli, cacles, cactles, T. L,
Cacamoliuhqui: T. L, 160. 155; T. II., 148.
Cacamotic: T. III., 104. Callalli: T. III., 295.
Cacaoaquauitl: T. III., 226. Calcuectli: T. III., 99.
Cacaoatl: T. L, 202. Calli: T. L, 164, 305, 308,
Cacaoaxochitl: T. L, 340. 364; T. II., 153, 266.
Cacapxon: T. III., 229. Calmecac: T. I., 50, 113, 131,
Cacateztli: T, III., 229. 144, 145, 146, 199, 201, 234,

256
237> 243> 2^8, 294, 295, 296, Capulín: T. III., 227.
297, 299, 319; T. II., 217, Caxochitl: T. III., 276.
218, 219, 220, 222, 223, 264, Caxtlatlapan: T. III., 273.
316, 320, 321, 328, 392. Cayocuexi: T. III., 235.
Calonoac: T. L, 186. Ce acatl: T, L, 113, 319, 363,
Calotl, cacalli: T. III., 183. 364; T. II, 274.
Calpan nemitilo: T. I., 188. Ce atl: T. I., 116, 349.
Calpixcacalli: T. II., 311. Ce calli: T. L, 346, 363, 364;
Calpixcayotl: T. II., 330. T. IL, 377.
Calpixqui, calpixque: T. L, 34, Ce cipactli: T. I., 305.
97, 134, 190, 203; T. II., Ce coatí: T. L, 331; T. IV.,
306, 315; T. IIL, 122; T. 109.
IV., 26, 28, 40. Ce coatí otli melauac: T. II.,
Calpulco: T. L, 123, 127, 141,
347-
190, 195, 196, 208, 209, 210, Ce cozcaquauhtli: T. L, 348.
232,233,235,253,326,336. Ce cuetzpallin: T. I., 342.
Calpuleque: T. I., 209. Ce ehecatl: T. L, 350.
Calpulli, calpul: T. L, 44, 86, Ce itzcuintli: T. I., 116, 343.
87, 89, 97, 103, 114, 116, Ce malinalli: T. L, 115, 329.
127, 171, 193, 204, 207, 229, Ce mazatl: T. I., 112, 310, 311.
230, 262, 263, 264, 320. Ce miquiztli: T. I., 228, 320.
Calquimichtin: T. III., 162. Cempoalteca: T. IV., 49, 60.
Caltollin: T. III., 272. Cempoalxochitl: T. I., 94, 100,
Calxoch: T., III., 161. 156, 164, 165, 167, 175,
Camitl: T. III., 130. 176; T. III., 273.
Cammachpatiuitze: T. II., 236. Cenotzqui: T. III., 184.
Camotli: T. II., 306; T. III., Centlapachton: T. II., 24.
228. Centzonquachtli: T. III., 132.
Campaxompati: T. II., 237- Centzontlatole: T. III., 189.
Campa xonnaoalli: T. II., 240. Centzontilmatli: T. III., 132.
Canaoac: T. I., 140. Centzon uelacic: T. II., 230.
Canauhtli: T. III., 169, 191. Cenyautl: T. IV., 106.
Ca onitquioac, otlacemichic tia: Ce ocelotl: T. I., 112, 307.
T. I, 352- Ce ollin: T. I., 343.
Capolocuili: T, III., 215. Ce ozomatli: T. I., 115, 341.

257
Cepayauitl: T. II., 265. 111., 164.
Ce quauhtli: T. I., 353. Chalchiuhxicalli: T. I., 157.
Ce quiahuitl: T. L, 114, 324, Chalmulmulli: T. I., 208.
325 - Chamulli: T. II., 339.
Ce tecpatl: T. L, 115, 339, Chapopotli: T. L, 132; T. III.,
363; T. II., 274. 61, 72, 74, 194, 285.
Ce tlacatl, ome tlacatl: T. IIL, Chalpulxihuitl: T. III., 239.
23- Chaquachiciuiztli: T. L, 21.
Ce tochtli: T. L, 360, 362, Chian, chia, chien: T. I., 132,
364; T. IL, 266, 267, 268. 212, 230; T. II., 35, 326;
Ceuallo: T. III., 23. T. III., 55» io5> 135» l86>
Ce xochitl: T. L, 113, 223, 187, 188, 216, 242, 246, 255,
317> 3i8- 263, 264.
Chachalacametl: T. III., 190. Chianpinolli, chienpinolli: T.
Chachanme: T. L, 220. 1., 95, 158,
Chalalactli: T. III., 179. Chiantzotzotl: T. II., 326; T.
Chalca: T. III., 142, 144; T. 111., 61, 105, 241.
IV., 94. Chiauitl: T. III., 203.
Chalcaayatl: T. I., 292. Chicalotl: T, III., 95.
Chalchihuitl, chalchihuites: T. Chicauaztli: T. L, 165.
i„ 32,36,49,152,153,154, Chichi: T. ÍII., 159.
206, 267, 268, 286, 344; T. Chichicaquilitl: T. III., 95,
II., 53, 91, 95, 110, 111, 100, 106, 235.
123, 125, 139, 140, 162, 200, Chichicpatli: T. III., 222, 262.
205, 209, 295, 298, 300, 312, Chichicquauitl: T. III., 102,
313, 318, 334, 339, 340, 355, 103, 107, 222, 262.
388; T. III., 123, 131, 134, Chichientic: T. III., 242.
267, 278, 279, 280, 283; T. Chichilquiltic :T. III., 245, 247.
IV., 31. Chichimeca: T. II., 71, 282,
Chalchiuhquacuilli: T. I., 146. 284, 285, 286, 288, 390, 391;
Chalchiuhtamalli: T. I., 208. T. III., 109, 115, 116, 120,
Chalchiuhtlicue acatonalquacui- 127, 129, 135, 136, 137, 143,
lli: Tomo I., 241. 144, 206, 230, 296.
Chalchiuhtototl, pl. chalchiuh- Chichipilli: T. III., 106.
totome: T. II., 356, 357; T. Chichipiltic: T. III., 96.

258
Chichiquatli: T. I., 205. Chiconahui cuetzpallin :T. I.,
Chichiualquauitl: T. III., 102. 348<
Chichiualxochitl: T. III., 277. Chiconahui ehecatl: T. L, 225.
Chichtli: T. II., 381. Chiconahui itzcuintli: T. I.,
Chicoapalnacazminqui: T. II., 350, 352.
333- Chiconahui malinalli: T. I.,
Chicóme acatl: T. L, 316. 342, 350.
Chicóme atl: T. L, 347. Chiconahui mazatl: T. L, 328.
Chicóme calli: T. L, 343, 360. Chiconahui miquiztli: T. I.,
Chicóme cipactli: T. L, 359. 340, 35°.
Chicóme coatí: T. I., 327. Chiconahui ocelotl: T. I., 323.
Chicóme coatonalli: T. I., 226. Chiconahui ollin: T. I., 349.
Chicóme cozcaquauhtli: T. L, Chiconahui ozomatli: T. L,
345- 347-
Chicóme cuetzpallin: T. I., 340. Chiconahui quiahuitl: T. I.,
Chicóme ehecatl: T. I., 348. 3ró, 341-
Chicóme itzcuintli: T. I., 342. Chiconahui tecpatl: T. L, 345.
Chicóme malinalli: T. L, 323. Chiconahui tochtli: T. I., 317.
Chicóme miquiztli: T. L, 317. Chiconahui xochitl: T. L, 330.
Chicóme ocelotl: T. L, 362. Chiconquiahuitl pochtlan: T.
Chicóme ollin: T. L, 341. I., 240.
Chicóme ozomatli: T. L, 338 Chictlapanqui cuextecatl: T.
Chicóme quiauhtli: T. L, 349. ii- 303.
Chicóme quauhuitl: T. L, 319. Chicuace acatl: T. L, 362.
Chicóme tecpatl: T. L, 330; Chicuace atl: T. L, 342.
T. II., 285.1 Chicuace calli: T. L, 340.
Chicóme tochtli: T. I., 352. Chicuace cipactli: T. L, 348.
Chicóme xochitl: T. L, 309. Chicuace coatí: T. L, 317.
Chiconahui acatl: T. L, 338. Chicuace cozcaquauhtli: T. L,
Chiconahui calli: T. L, 359. 341-
Chiconahui coatí: T. I., 343. Chicuace cuetzpallin: T. L,
Chiconahui cipactli: T. L, 319, 327-
32°. Chicuace ehecatl: T. L, 343.
Chiconahui cozcaquauhtli: T. Chicuace itzcuintli: T. L, 337.
T. L, 362. Chicuacen malinalli: T. I., 316.

259
Chicuace mazatl: T. L, 352. Chilpanton: T. III., 244, 254,
Chicuace ocelotl: T. I., 349. 259-
Chicuace ollin: T. L, 330. Chilpozonalli: T. III., 99.
Chicuace ozomatli: T. L, 322. Chiltecpitl: T. II., 305, 306;
Chicuace quauhtli: T. L, 345. T. III., 102.
Chicuace tecpatl: T. L, 319. Chiltomatl: T. II., 326.
Chicuace tochtli: T. L, 347. Chilton: T. III., 218.
Chicuace xochitl: T. L, 359. Chimalcoatl: T. III., 206.
Chicuei acatl: T. I., 323. Chimalmichin: T. III., 192.
Chicuei atl: T. L, 352. Chimaltetepontli: T. I., 171.
Chicuei calli: T. L, 348. Chimalxochitl: T. I., 340.
Chicuei coatí: T. L, 340. Chinampa: T. II., 329.
Chicuei cozcaquauhtli: T. L, Chinampaneca: T. IV., 53, 57,
?49\ ?!•
Chicuei cuetzapallin: T. L, 343. Chinquitl, pl. chinquime: T.
Chicuei ehecatl: T. I., 359. IIL, 133.
Chicuei itzcuintli: T. L, 347. Chiotl: T. III., 288.
Chicuei malinalli: T. L, 338. Chipilli: T. III., 93. 100.
Chicuei mazatl: T. L, 317. Chipolli: T. I., 292.
Chicuei miquiztli: T. I., 327. Chiquihuitl, chiquihuites, chi-
Chicuei ocelotl: T. I., 316. cuites: T. I., 101, 131, 132,
Chicuei ollin: T. L, 345. 151, 182, 356; T. II., 34,
Chicuei ozomatli: T. L, 342. :S3> 303. 368, 369, 373; T.
Chicuei quauhtli: T. L, 362. III. , 66, 182.
Chicuei quiahuitl: T. I., 330. Chiquimollin: T. III., 189,
Chicuei tecpatl: T. I., 341. 190.
Chicuei xochitl: T. L, 319, Chiquitl: T. III., 203.
320. Chochon, pl. chochonti: T.
Chicunauecatl: T. L, 238. ni., 133.
Chilcanauhtli: T. III., 179. Chololteca: T. III., 144; T.
Chilli: T. I., 33; T. II., 33, IV. , 46.
35, 72, 156, 157, 350, 372. Chopilotl: T. III., 283.
Chilmolli: T. L, 34, 148, 357; Cicimatic: T. III., 93, 265.
T. II., 305; T. III., 57, 266. Cicuil: T. III., 135.
Chilnequatolli: T. II., 306. Cihuacoatl tecutli: T. II., 330.

260
Cihuapatli: T. II., 179, 186; Coapetlat!: T. III., 206.
T. IIL, 103, 263. Coatí: T. L, 305, 308, 364.
Cihuaquacuilli: T. L, 239. Coatlapechtli: T. I., 282.
Cihuaquacuilli iztaccihuatl: T. Coatlaquetzalli: T. III., 109,
I-, 239. Coatli: T. III., 100, 221.
Cihuatecayotl: T. IL, 263. Coatí icauacayan: T. I., 147.
Cihuateocalli: T. L, 114. Coatí xoxouhqui: T. III., 229.
Cihuateupan: T. L, 114. Coaxayacayo tilmatli: T. II.,
Cihuatlamacazqui: T. L, 95, 293-
164, 181, 189; T. III., 154. Coaxalpan: T. L, 181.
Cihuatlampa: T. II., 183, 266, Coaxihuitl: T. III., 107.
267. Cocauicpatli: T. III., 108.
Cihuatlampa ehecatl: T. II., Cochioctli: T. L, 157.
263. Cochitzapotl: T. III., 224.
Cimatl: T. III., 96, 119, 229, Cocho: T. III., 166.
232, 238, 246. Cococpatli: T. III., 106, 107,
Cincalli: T. II., 388. 242.
Cincoatl: T. III., 152, 208, Cocopi: T. III., 266.
209. Cocotli: T. III., 186.
Cipac: T. L, 307. Cocoxihuitl: T. III., 98, 242.
Cipactli: T. L, 118, 305, 306, Cocoyactic: T. III., 238.
308, 364; T. II., 153. Cocoztic: T. III., 95.
Citlalcoatl: T. III., 206. Colotli: T. I., 206.
Citlalin: T. II., 261. Colotzitzicaxtli: T. III., 73.
Citlalin icue: T. L, 203. Comalli, comal: T. II., 31, 33.
Citlalin imiuh: T. III., 206. Concanauhtli: T. III., 169.
Citlalin popoca: T. II., 262. Contlalli: T. III., 296.
Citlalintlamina: T. II., 262. Copalli: T. I., 25, 26, 39, 139,
Citlalxonecuilli: T. II., 262. 230, 231, 238, 241, 253, 344,
Citlapol: T. II., 261. 353; T. II., 72.
Citli: T. III., 15, 136. Copalxalli: Ti. I., 344.
Coacalli: T. II., 312. Cototzauhqui xihuitl: T. III.,
Coalxoxouhqui: T. III., 106. 242.
Coamichin: T. III., 192. Couixcatl, pl. couixca: T. III.,
Coanenepilli: T. III., 239. x33-

261
Couixin: T. III., 175. Cuetzpallin: T. I., 305, 308,
Coyametl: T. III., 154. 364-
Coyazaoal: T. III., 213. Cuexpalchicacpol: T. II., 331,
Coyocuexi: T. IIL, 235. 332.
Coyoltototl: T. III., 188. Cuexpaleque: T. I., 173.
Coyotl: . II., 25, 390; T. III., Cuetzaltonameyotl: T. I., 309.
151, 208. Cuexteca, cuextecas: T. II., 71,
Coyototomatl: T. III., 237.
3X3> 333; T. III., 120, 130,
Coyoua: T. L, 170.
!32- 139. 140'
Coyoxochitl: T. III., 92, 93,
Cuextecachichimeca: T. III.,
99h 120.
Cozauhqui: T. III., 273.
Cuextecayotl: T. L, 218: T.
Cozcaquauhtli: T. L, 308, 310;
T. III., 182. n., 313.
Cozcaquauhxihuitl: T. III., Cueyatl: T. TIL, 195.
261. Cuicacalco: TI I., 291, 292.
Coztic cuextecatl: T. II., 302. Cuicacalli: T. I., 88; T. II.,
Cozticteocuitlacopilli: T. II., 310.
Cuitlaazcatl: T. III., 211.
3°3-
Coztomaltl: T. IIL, 94, 241, Cuitlachcoyotl: T. III., 153.
261. Cuitlachtli: T. III., 175.
Cuauhpetlatl: T. II., 105. Cuitlachtototl, cuitlacochin: T.
Cuauhtli: V. Quauhtli. III., 189.,
Cuechintli: T. I., 205; T. II., Cuitlachuene: T. I., 127.
333- Cuitlacuchtli: T. I., 141.
Cuechtli: T. I., 203; T. III., Cuitlamixtli: T. III., 151.
93- Cuitlapanton: T. II., 24.
Cuecuexqui: T. III., 229. Cuitlapatli: T. III., 266.
Cuecuexteca: T. L, 238. Cuitlapetatl: T. III., 195.
Cueitl: T. L, 19; T. II., 155. Cuitlatexotli: T. II., 339.
Cuetlachtli: T. I., 227. Cuitlazayolin: T. III., 218.
Cuetlaxochitl: T. II., 27, 28; Cuix nixilotl ne chititza vauaz:
T. III., 100, 275. T: II., 234.
Cuetzalin: T. III., 166. Cuix nonen nipatzactzintli: T.
Cuetzpaliciuiztli: T. II., 33. n., 233.

262
Cuixtecoco ynixcueli: T. II., Cuix ytleuh ietine mi coyotl
237- T. II., 233.
Cuixtlacatl: T. III., 23.

E
Ecacozcatl: T. II., 295; T. IV., Epcoatl: T. I., 120.
31- Epnepaniuhqui: T. L, 120.
Ecatotonti: T. L, 103, 185. Epyollotli: T. III., 280.
Ecuxo: T. III., 92. Equimitl: T. III., 275.
Ehecachichinqui: T. III., 184.
Equimixochitl: T. III., 275.
Ehecacoatl: T. III., 208.
Etenquilitl: T. III., 234.
Ehecatl: T. 114, 305, 308,
Etl: T. II., 76.
309, 317* 364-
Eticapol: T. II., 146.
Ehecatototl: T. III., 177.
Etzalcualiztli: T. I., 23, 92,
Elocapulin: T. III., 227.
Eloquilitl: T. III., 234. Í43, 154, 219, 234.
Eloquiltic: T. III., 240. Etzalli: T. L, 92, 148, 218.
Elotl: T. II., 306. Etzapotl: T. III., 225.
Elotototl: T. III., 165. Etzpanxihuitl: T. III., 271.
Eloxochiquahuitl: T. III., 274. Exixi: T. III., 236.
Eloxochitl: T. L, 340. Exococolotlaoyo: T. I, 159.
Elozacatl: T. III., 271. Exotl: T. II., 306.
Epatl: T. II., 21. Eyotzapotl: T. III., 225.
Epazotl: T. III., 271. Ezoauacatl: T. I., 166.
Epcoaquacuilli tecpictoton: T. Ezoquilitl: T. III., 235.
L, 240. Ezpatli: T. III., 100, 102.
Epcoaquacuiltzin: T. I., 238. Eztetl: T. III., 267, 282.

H
Haauaton: T. III., 251. Huacalli: T. L, 184; T. III.,
Hecatotonti: V. Ecatotonti. 221.
Hecauhyo: T. III., 23. Huauhquilitl: T. III., 233.

263
HuauhquiltamalH: T. I., 207. 53, 117, 122, 124, 125, 139
213. 135. 199. 289.
Huauhquiltamalqualiztli: T. I,. Huitzilxochitl: T. III., 270.
208, 213, 227. Huitzitzilin: T. L, 189.
Huauhtli: T. I., 30, 34; T. Huitzitzilmichin: T. III., 192.
ni, 128,135,233. Huitzitzilocoxochitl: T. L, 167.
Huauhtli polocayo: T. II., 268. Huitzitzilquemitl: T. L. 339.
Huaxteca: T. III, 129. Huitzitziltetl: T. III., 278, 283.
Huehuetl: T. I., 200; T. IL, Huitznahuac teohuatzin: T. I.,
3X4- 2 Z7'
Huexolotl: T. IIL, 190. Huitznahuac tiachcauh: T. L,
Huexotzinca: T. III., 142, 263-
144; T. IV., 55. Huitzocuitlapilxihuitl: T. III.,
Huipilli, huípil: T. I., 19, 21, 250.
23, 24, 118, 154, 160, 163, Huitztlampa: T. II., 266, 267.
170, 178, 186, 195, 199, 203, Huitztlampa ehecatl: T. II.,
212, 352, 354; T. II., 35, 263.
155, 184, 209, 212, 313, 322, Huitzitziltentli: T. III., 276.
339. 340, 371. 372, 374. 380, Huiuitzquiltic: T. III., 248.
385. 387. 391; T. III., 45, Huixachi: T. III., 76.

Ichcayo: T. III., 250. Icxixoxouhqui: T. III., 176.


Ichtli: T. II., 345. Iczotl: T. II., 390, 391; T.
Icnonitlacapizoani: T. II., 389. III., 61, 221.
Icnopillotl omomelauh: T. II., le iuhqui itoch: T. II., 236.
231. Ihuehueyouan: T. I., 30.
Icpalli, icpale: T. I., 46. 47, Ihuipaneca temimiloica : T. I.,
72, 125, 200; T. II., 117, 228.
333» 350» 379- Ilacatziuhqui: T. I., 160; T.
Icpatoxin: T. L, 142. III., 239.
Icpitl: T. III., 217. Ilhuicaatl: T. III., 291.
Icuexoan: T. I., 178. Imavioan: T. I., 31.

264
Intlaoan: T. L, 31. Ixtotomac cuecuetz: T. II.,
Itzehecayan: T. L, 285. 146.
Itzcoayo tilmatli: T. II., 294. Izcalli: T. I., 30, 71, 109, 206,
Itzcuinpatli: T. III., 105, 217; 212, 214, 235, 236; T. IV.,
Itzcuintli: T. I., 116, 305, 310;
T. III., 159. 83\ .
Izcauitli: T. III., 100, 196.
Itzcuinquani: T. III., 151. Izcyanalquilitl: T. III., 234.
Itzcuinyolloxochitl: T. III., Izeleua: T. III., 244.
274- . . Izquitecatl: T. L, 196.
Itzmiquilitl: T. III., 233. Izquitl: T. I., 22.
Itzpachtli: T. II., 392. Izquitlan teohuatzin: T. I., 241.
Itzpapalotl: T. II., 301. Izquixochiquahuitl: T. III.,
Itzquauhtli: TL III., 181.
275*
Itztetl: T. III., 281. Izquixochitl: T. i-. 135; T-
Itztlacoliuhqui: T. I., 177. ni., 275.
Itztli: T. II., 177, 393; T. III., Iztacapozonalli: T. III., 280.
279, 281. Iztacaxixpatli: T. III., 104.
Itztollin: T. III., 272. Iztac chichiquauitl: T. III.,
Itztonquauitl: T. III., 270, 271. 102.
Ixcozauhqui tzonmolco teohua: Iztaccoatl: T. III., 203.
T. L, 239. Iztac cuextecatl: T. II., 303.
Ixiptla: T. L, 72. Iztaccuixtli: T. I., 277.
Ixmatlatototl: T. III., 168. Iztac octli: T. L, 357.
Ixnextiua: T. L, 216. Iztacpalancapatli: T. III., 241.
Ixnexton: T. III., 243. Iztacpatli: T. III., 96, 100,
Ixneztlacuilolli: T. II., 295. 108, 251.
Ixnocapachiui: T. III., 265. Iztacquauitl: T. III., 95, 98,
Ixocuillooaliztli: T. L, 153. 104, 105, 238, 246, 251.
Ixquemitl: T. II., 209. Iztacquilitl: T. III., 235, 245,
Ixquen: T. I., 38. 264.
Ixquimilmhqui: T. III., 288. Iztacquiltic: T. III., 248.
Ixtimal: T. II., 236. Iztac teocuitlacopilli: T. II.,
Ixtli: T. II, 332, 369, 381, 303.
39°- Iztactotonqui: T. III., 261.
Ixtlilco teohua: T. I., 240. Iztac tzitzimitl: T. II., 302.

265
Iztaczazalic: T. III., 102. III., 252, 270.
Iztatlalli: T. IIL, 296. Iztecauhticmixitl: T. IIL, 94.
Iztauhyatl: T. L, 94, 152, 155, Iztli: T. L, 146. 188, 196; T.
156; T. II., 33, 92, 99; T. II., 260, 339, 354, 355, 356.

Macehualli, macegual: T. L, Macuilli ollin: T. I., 319.


97» 293, 350; T. IL, 61, 72, Macuilli ozomatli: T. I., 316.
75, 76, 264, 287, 308: T. Macuilli quauhtli: T. I., 341.
III-, 42» 279; T. IV., 84, Macuilli quiahuitl: T. I., 359.
111. Macuilli tochtli: T. L, 342; T.
Macehualiztli: T. L, 37. II., 267.
Machapultepec ninaalti: T. II., Macuilli xóchitl: T. I., 348.
238. Macuiloctli: T. I., 237, 239.
Machoncotl: T. II., 341. Macuilxochitl: T. III., 273.
Machtli: T. III., 14. Malacahyo: T. III., 23.
Macpalxochitl: T. III., 275. Malacotl: T. III., 272.
Macuextlaxcalli: T. I., 209. Malcalli: T. II., 313.
Macuextli: T. I., 135. Malinalli: T. I., 115, 305, 310.
Macuilliacatl: T. I., 349; T. Mamalhuaztli: T. II., 261,
n„ 274. 289.
Macuilli atl: T. I., 337. Mamatlauitcoa: T. I., 184.
Macuilli calli: T, I., 327. Mamaxtli: T. III., 234.
Macuilli cipactli: T. I., 343. Mamaztli: T. III., 181, 252.
Macuilli cozcaquauhtli: T. I., Mapachtli: T. III., 154.
33°' Mapilxochitl: T. III., 275.
Macuilli cuetzpallin: T. I., 317. Maquizcoatl: T. III., 205.
Macuilli ehécatl: T. I., 340. Matacataxtli: T. I., 144; T.
Macuilli itzcuintli: T. I., 322. II., 380.
Macuilli malinalli: T. I., 362. Matemecatl: T. II., 80.
Macuilli mazad: T. I., 347. Matlactli acatl: T. I., 342.
Macuilli miquiztli: T. I., 352. Matlactli atl: T. I., 317.
Macuilli ocelotl: T. L, 345. Matlactli cipactli: T. I., 330.

266
Matlactli coatí: T. L, 348. Matlactiomei tecpatl: T. I,
Matlactli cuetzpallin: T. L, 3^3-
359- Matlactliomei tochtli: T. I.,
Matlactli ehecatl: T. L, 320. 348-
Matlactli malinalli: T. I., 347. Matlactliomei xochitl: T. I.,
Matlactli mazatl: T. L, 340. 362.
Matlactli miquiztli: T. L, 343. Matlactliomome acatl: T. I.,
Matlactli ollin: T. L, 316, 362. 352.
Matlactli ocelotl: T. L, 338. Matlactliomome atl: T. L, 340.
Matlactliomei atl: T. L, 343. Matlactliomome calli: T. L,
Matlactliomei calli: T. L, 342. 330-
Matlactliomei cipactli: T. L, Matlactliomome cipactli: T. L,
349* 345-
Matlactliomei coatí: T. I., 320. Matlactliomome cozcaquauhtli:
Matlactliomei cozcaquauhtli: T. L, 338.
T. L, 342. Matlactliomome cuetzpallin: T.
Matlactliomei cuetzpallin. T. L, I-, 320.
33°- Matlactliomome ehecatl: T. I.,
Matlactliomei ehecatl: T. L, 342. .
345- Matlactiomome itzcuintli: T.
Matlactliomei itzcuintli :T. L, I-, 328.
340. Matlactliomome mazatl: T. I.,
Matlactliomei malinalli: T. I, 348.
3T7* Matlactliomome miquiztli: T.
Matlactliomei mazatl: T. I., 359-
359- Matlactliomome ocelotl: T. L,
Matlactliomei ocelotl: T. I., 347-
352. Matlactliomome ollin: T. I.,
Matlactliomei ollin: T. I., 338. 323-
Matlactliomei ozomatli: T. L, Matlactliomome ozomatli: T.
328. O 3J7-
Matlactliomei quauhtli: T. I., Matlactliomome quauhtli: T.
347- I-. 342.
Matlactliomei quiahuitl: T. L, Matlactliomome quiahuitl: T.
316. I., 362.

267
Matlactliomome tecpal: :T. L, Matlactlionce xochitl: T. L,
3l6- 345-
Matlactliomome tochtli: :T. L, Matlactli ozomatli: T. L, 352.
343- Matlactli quauhtli: T. L, 323.
Matlactliomome xochitl: T. L, Matlactli quiahuitl: T. L, 345.
Matlactli tecpatl: T. L, 349.
349-
Matlactlionce acatl: T. L, 347. Matlactli tochtli: T. L, 328.
Matlactlionce atl: T. I., 328. Matlactli xochitl: T. L, 342.
Matlactlionce calli: T. L, 320. Matlalitztli: T. III., 281.
Matlactlionce cipactli: T. I., Matlalli: T. IIL, 246, 288, 289,
Matlaloctli: T. L, 199.
342.
Matlactlionce coatí: T. L, 359. Matlaltzinca: T. II., 329.
Matlalxihuitl: T. IIL, 108.
Matlactlionce cozcaquauhtli: T.
Matlatl: T. III., 126.
I-. 3i6> 323- Matlatzinca: T. III., 126, 127,
Matlactlionce ehecatl: T. L,
128.
33°- Matopozan: T. IIL, 221.
Matlactlionce itzcuintli: T., L,
Matotli: T. IIL, 155.
3T7* Maxten: T. III., 237.
Matlactlionce malinalli: T. L,
Maxtlatl, maxtles, maxtlates,
352. maxtli: T. I., 118, 121, 135,
Matlactlionce mazatl: T. I., 148, 150, 170, 171, 178, 179,.
343- # 189, 191, 195, 211, 295, 311,
Matlactionce miquiztli: T. L,
3l8, 344, 358; T. II, 53,
348.
155, 209, 212, 215, 258, 312,
Matlactlionce ocelotl: T. L,
3T9, 324, 325, 326, 329, 33°,
342 . 332, 339, 340, 342, 344, 35°,
Matlactlionce quauhtli: T. L,
370, 372, 374, 376, 38°, 381;
338. T. III, 122, 129, 132, 134,
Matlactlionce quiahuitl: T. L, 139, 140.
349- Mayatl: T. III, 218.
Matlactlionce tecpatl: T. L, Mazacoatl: T. II, 150; T. III,
362; T. IL, 285. 116, 205, 206.
Matlactlionce tochtli: T. L, Mazamiztli: T. III, 150.
34°- Mazateca: T. I, 217, 234.

268
Mazatecatl: T. I., 166. Miauatl: T. II., 268.
Mazatl: T. I., 112, 305, 310; Miccaxoxocoyolli: T. III., 236.
T. IIL, 159. Miccazayolin: T. III., 218.
Mazauaque: T. III., 129. Michin: T. III, 192.
Mazaua: T. III., 129. Michiuauhtli: T. III., 104.
Mazaxocotl: T. III., 225. Michoa, pl. michoaca: T. III.,
Mecacoatl: T. III., 209.,
T34> 135> 144.
Mecapalli, mecapale: T. L, 143. Michpilli: T. III., 196.
Mecatl: T. L, 49. Michpiltetei: T. III., 196.
Mecatlapouhque: T. I., 20. Micoamontatli: T. III., 17.
Mecaxochitl: T. II., 326; T. Mictlampa: T. II., 266. 267.
III., 102, 270. Mictlampan: T. III., 143.
Meiotli: T. I, 178. Mictlampa ehecatl: T. II., 263.
Memeya: T. III., 213, 248. Milcalatl: T. III., 201.
Meocuili: T. III, 216. Milquaxoch: T. III., 194.
Metí: T. IIL, 136. Miltomatl: T. II., 326; T. III.,
Metlalac: T. II., 192. 98, 237, 239, 241.
Metlalpilli: T. II., 33. Mimichcho: T. I., 160.
Metlapilcoatl: T. III., 207. Minacachalli: T. I., 39; T. III.,
Metlatl, metate: T. II., 31, 33, 172.
36; T. III., 51. Miquiztli: T. I., 305, 308.
Metzcanauhtli: T. III., 176. Mitzoalixtlapalitztica: T. II.,
Metzolli: T. II., 268; T. III., 246.
60.
Mitzoalnacazitztica: T. II.,
Meulli: T. III., 97. 246.
Mexayacatl: T. I., 179. Mixcoacalli: T. II., 312.
Mexcalli: T. II., 268. Mixcoaquauhtli: T. III, 182.
Mexicatl: T. II., 333; T. III., Mixitl: T. III., 230.
136. 137. 141, 142, 143. Mixteca, mistecas: T. II., 71;
Mexicatl teohuatzin: T. I., 237. T. III., 296.
Mexiti: T. II., 389; T. III., Mixtecatetl: T. III., 281.
13Ó. Mizquilitl: T. III., 234.
Mexiuitl: T. III., 250. Mizquitl: T. I., 137, 278; T.
Mexolotl: T. II., 260. III., 119, 226, 246.
Miauatamalli: T. I., 159. Mocauhque: T. I., 121.
Sahagún V, 1S
269
Mocihuaquetzque: T. II., 181, 221; T. IV., 94, 98, 99.
182, 183, 184. Montatli: T. III., 17.
Mocuexpaltia: T. II., 331. Moquichtlalia: T. II., 81.
Molcaxitl: T. II., 153. Motentzoponiz: T. II., 33-
Molli: T. L, 192; T. II., 151, Motlatoapaca: T. II., 324.
155, 212. Motlaxquian tota: T. I., 206.
Molonco teohua: T. 238. Motoyauitl: T. III., 155*
Molpololo: T. L, 217. Motzontecomaitotia: T. L, 127.
Momazaizo: T. L, 188. Moxoxolotitlani: T. II., 225.
Mometzpipinque: T. L, 350. Moyotl: T. IIL, 218.
Momochtli: T. L, 39, 128, 141; Moyotl icauacayan: T. L, 147.
T. II., 242; T. IIL, 128. Mozoquilitl: T. IIL, 234.
Momoyao: T. L, 340. Muchi oquicac in acel: T. II.,
Momoztli: T. L, 97, 168, 182, 239-

N
Nacacetolli: T. III., 272. Nahui cipactli: T. I., 340.
Nacatamalli: T. L, 217; T. Nahui coatí: T. I., 352.
III., 130. Nahui cozeaquauhtli: T. I.,
Nacatlquauitl: T. L, 146. 319-
Nacazcolotl: T. III., 289. Nahui ehecatl: T. L, 114, 325,
Nacazqualiztli: T. III., 93. 327- ^

Nacaztepuztli: T. II., 341. Nahui itzcuintli: T. L, 315.


Nacaztzone: T. III., 178. Nahui malinalli: T. L, 349.
Nacochtli: T. IL, 80. Nahui mazatl: T. I., 342.
Nahuatl, nahuas: T. III., 115. Nahui miquiztli: T. I-, 347-
116, 120, 121, 130, 132, 134, Nahui ocelotl: T. L, 341.
141, 142, 143. Nahui ollin: T. L, 112, 242;
Nahua chichimeca: T. III., T. II., 255. _
120. Nahui ozomatli: T. L, 362.
Nahui acatl: T. L, 344, 345. Nahui quauhtli: T. I., 330.
Nahui atl: T. L, 322. Nahui quiahuitl: T. I., 348.
Nahiti calli: T. I., 317; T. II., Nahui tecpatl: T. I., 359.
266, 267. Nahui tochtli: T. L, 337, 364;

270
T. IL, 274. Nequazcatl: T. III., 212.
Nahui xochitl: T. L, 343. Nepantla tonatiuh: T. II., 183.
Nanacace: T. III., 91. Netentzoponiliztli: T. II., 176.
Nanacatl: T. IL, 367; T. III., Netenxapotlaliztli: T. I., 236.
118. Netecuitotiliztli: T. I., m.
Nanauatl: T. III., 251. Netecuitotilo: T. I., 211.
Naoatlato: T. IV., 43, 46. Netlacazaualiztli: T. I., 151.
Naualli: T. III., 33. Netlalocazaualiztli: T. I., 143.
Naualoztomeca: T. II., 350, Netonatiuhzanalo: T. I., 219.
356.357.372,376. Nexpixolo: T. I., 200.
Necalizquauitl: T. III., 221. Nextamalxochitl: T. I., 167.
Nechichiquauilo: T. I., 205. Nextecuilin: T. III., 216.
Necololo: T. I., 263. Nextlatializtli: T. I., 233.
Necutamalli: T¡. I., 159. Nezaualiztli: T. I., 234.
Necutlatotonilli: T. II., 268. Niquimichti: T. III., 161.
Necuxochitl: T. III., 276. Nitlatilpatlaoa: T. II., 240.
Nematlaxo: T. I., 175. Nocheztli: T. III., 287.
Nemon: T. I, 214.. Nochpalcuechintli: T. I., 160.
Nemontemi: T. I., 71, m, Nochtli: T. III., 228.
209, 214; T. IV., 83. Nochtototl: T. III., 186.
Nen: T. I., m. Nochxochitl: T. II., 268.
Nenacazxapotlaliztli: T. I., Noillo iiztaia: T. II., 237.
236. Nomach: T. III., 14.
Nencihuatl: T. I., 111, 214. Nomiuh: T. II, 230.
Nenoqtiich: T. I., m. Nonooalca: T. III., 144.
Nenquizqui: T. I, 214. Nonotzalique: T. III., 148.
Nentlacatl: T. I., 214. Nopalli: T. III., 227.
Nequatolli: T. II., 306. Nopilo, nopilotzin: T. III., 14.
Nequametl: T. III., 119. Noueztii: T. III., 19.

O
Oactli: T. II., 12, 14; T. IIL, Oaoanti: T. I., 124.
180, 182. Oceiomichin: T. III., 192.
Oacton: T. II., 12. Ocelopetlatl: T. II., 105.

271
Ocelotentlapalli yitic ica oce- Olmeca uixtotin: T. III., 139,
lotl: T. IL, 295. 144.
Ocelotl: T. I., 112, 307, 308, Ololiuhqui: T. I., 340; T. III.,
310; T. II., 258. 229, 252, 256.
Ocelotlachicomitl: T. II., 303. Ololtic: T. III., 93.
Ocelototec: T. II., 300. Olotl: T. II., 32.
Oceloxochitl: T. I., 167. Omacame: T. I., 221.
Ocelunacace: T. I., 135. Ome acatl: T. I., 115, 223, 329,
Ochonchayocacaliua: T. I., 330; T. II., 266, 267, 268,
269.
I99' . Orne atl: T. I., 362.
Ochpaniztli: T. I., 99, 175,
182, 192, 224, 226, 227, 228; Ome calli: T. I., 348, 352.
T, II., 265; T. IV., 83. Ome cipactli: T. I., 317.
Ocnocetonal: T. II., 234. Ome coatí: T. I., 342.
Ome cozcaqtiauhtli: T. L, 359.
Ocopetlatl: T. III., 272.
Ome cuetzpallin: T. 347-
Ocopiaztli: T. III., 254.
Ome itzcuintli: T. I., 349.
Ocotochtli: T. III., 153.
Ome malinalli: T. I., 341.
Ocotzoquauitl: T. III., 222.
Ome mazatl: T. I., 322.
Ocotzotl: T. I., 111, 212, 236;
Ome miquiztli: T. *•> 337-
T. III., 92, 93, 96, 97, 100,
Ome ocelotl: T. I., 319.
101, 104, 105, 106, 107, 245,
Ome ozomatli: T. I., 3.45; T.
268.
n., 377-
Ocoxochitl: T. I., 167; T. III.,
Ome quiahnitl: T. I., 340.
270.
Omc tecpatl: T. I., 342, 364;
Ocozacatl: T. III., 272. T. II., 274.
Octli: T. I., 31, 39, 49, 50, 97, Ometochtecomatl: T. I., 314.
T99, 34o; T. II., 99, 100, Ome tochtecomayo tilmatli: T.
102, 154, 217, 327; T*. III., II., 294.
79- Ome tochtli: T. I., 112, 311,
Ocuilteca: T. III., 128. 3T4-
Ocuiliztac: T. III., 196. Ometochtli: T. I., 238, 239.
Ollin: T. I., 308, 310; T. II., Ome tochtzin: T. I., 237.
295. Ometochtli nappatecutli: T. I.,
Ohneca, olmecas: T. II., 71.
Ometochtli pantecaíl: T. I. > Otíatopilli: T. II., 374.
239- Otomin: T. I., 161, 168.
Ometochtli papaztac: T. I.
» Otomies: T. II., 291, 329, 367;
239- T. IIL, 76. ii6, 120, 121,
Ometochtli tomiyauh: T. I.
* I22> I24> i25> I20 130, 132,
23$, 239.
133, 141, 144; T. IV., 44.
Orne xochitl: T. II., 377.
Otomi otlaotzonxintin: T. II.,
Omichicauatztli: T. IL, 312.
Omixochitl: T. II, 27, 28; T 137 -

HI., 273. Otonchichimeca: T. III., 120.


Omiztli: T. II., 100. Otontlamacazque: T. III., 122.
Ompa onquiza tlalticpac: T Ouaton: T. III., 187.
II., 232. Oxicolli: T. III., 135.
Onen oncatca: T. II., 232. Oxitl: T. III., 92, 93, 101,
Onotlatziuizeoac: T. II., 239. 160.
Ontlalpia: T. I., 136. Oyametl: T. I., 199; T. III.,
Ontlalcuya: T. I., 136. 220.
Oqnichpatli: T. III., 264. Ozomatli: T. I., 115, 118, 305,
Otatl: T. I., 42. 310; T. II., 153.
Otlatompiatli: T. III., 69. Oztoa: T. III., 154.

Pachtecatl: T. I., 237. Papauaque: T. II., 321.


Pachtli: T. I., 100. Patlachilpitica: T. II., 237.
Palancacoatl: T. III., 207, 208. Patli: T. III., 102, 108, 116.
Palli: T. III., 297. Patolli: T. III., 298.
Panquetzaliztli: T. I., 45, 105, Paxaquatl: T. III., 185.
I92> i93> 2I5> 2I0 221, 224, Petatl: T. II., 156.
228, 239, 262; T. II, 370, Petlacalco: T. I., 166; T. II.,
384, 391; T. IV., 83. 311-
Panteca, panoteca: T. III., 130. Petlacoatl: T. III., 206.
Papalomichin: T. III., 192. Petlatollin: T. III., 272.
Papaloquilitl: T. III, 237. Petzicatl: T. L, 262; T. III.,
Papaloyo tilmatli: T. II., 294. 233*

273
Petztic: T. L, 160. Pitzitl: T. III., 233.
Peyotl: T. III., 118, 230. Pixeque: T. III., 149.
Pezotli: T. III., 154» I55- Pochteca: T. II., 343, 344,
Picietl: T. L, 240; T. II., 33, , . ,
358 359 372 392 .
Pochteca tlatoque: T. II., 350,
322; T. III., 78, 92, 95, 99,
202, 204, 207, 211. 351-
Pillauanaliztli: T. L, 372. Pochteca tlailotlac: T. II., 372;
Pillaoano, pillauano: T. L, 31, T. III., 50,
214; T. II., 217. Pochotl: T. I., 281; T. II., 92,
Pilli; pl. pipiltin: T. L, 180; 104, 158, 160, 167; T. III.,
T. II., 82, 107, 138, 250, 23-
33°> 345; T- IV-> 6o> 99- Pochtlan teohua Yiacatecutli:
Pilotl: T. III., 14. T I., 240.
Pinauatl: T. III., 293. Pocuipilli: T. I., 160.
Pinauiztli: T. II., 19. Pohpocales: T. III., 168.
Pinolli: T. L, 132; T. II., 352. Polucatl: T. II., 268.
Pinotl, pl. pinome: T. III., 133- Popoyauh: T. III., 236.
Piocheque: T. III., 123. Popoyotl: T. II., 268.
Piochtli: T. III., 123. Poyomatli: T. IIL, 72.
Pipitztli, pipitztin: T. L, 147; Pozaualizpatli: T. III., 108,
T. III., 180. 246.
Pipitzauac: T. III., 99, 238. Pozolcactli: T. II., 380.
Pipixcan: T. III., 183. Puchonauauatl: T. III., 104.

Q
Quachic: T. III., 27. Quachtli ayatl: T. II., 326,
Quachichictin: T. IL, 364. 371.
Quachichiquilli: T. II., 388. Quacoztli: T. III., 176.
Quachichitl: T. III., 186. Quacualli: T. I., 149.
Quachicque: T. II., 148. Ouacuilli: T. I., 253.
Quachilton: T. III., 170. Qualocatl: T. III., 101.
Quachtli: T. I., 263, 293, 315; Quammacitli: T. I., 206.
T. II., 308, 345, 392. Quananacaquilitl: T. III., 236.

274
Quaochpanme: T. III., 134. Quauhichpoli: T. III., 272.
Quapachtotol: T. III., 165. Quauhmamaxtla: T. IIL, 272.
Ouapatlachtli: T. III., 134, Quauhmiztli: T. III., 150.
149- Quauhnexatolli: T. II., 306.,
Quapetlanqui: T. III., 174. Quauhnochtli: T. L, 123. 166.
Quapetlauac: T. III., 174. Quauhocuilin: T. III., 217.
Quapopultzin: T. IIL, 253. Quauholli: T. III., 249.
Quappachcintli: T. III., 102. Quauhpotlaxtli: T. III., 54.
Quappachpipilcac: T. L, 160. Quauhquiaoac: T. IV., 88.
Quaquachictin: T. L, 161, 168, Quauhteca: T. I., 124.
292; T. II., 137, 367. Quauhtemolin: T. III., 217.
Quaquacuiltin: T. L, 87, 121, Quauhtepatli: T. III., 104.
124, 145, 147, 170, 173, 174, Quauhtepuztli: T. III., 76, 92,
179, 236, 294; T. II., 218. 98.
Quaquetzalli: T. III., 181. Quauhtlacalhuaztli: T. III.,
Quatatl, pl. quaquata: T. IIL, 251.

127. Quauhtlalli: T. III., 294.


Quatezcatl: T. III., 174. Quauhtlaqualli: T. II., 304.
Quatlapanqui orne tochtli: T. Quauhtlatlatzin: T. III., 103
L, 239. Quauhtlato: T. I., 291.
Ouatototl: T. I.,7 161. Quauhtlaxcayotl: T. III., 181.
Quaucaxitl: T. II., 381. Quauhtli: T. I, 118, 307, 310;
Quauitzquilitl: T. .III., 235. T. II., 153, 258.
Quauecoc: T. III., 232. Quauhtlocelotl: T. II., 258.
Quauhcalli: T. II., 310. Quauhtomacatl: T. I., 169.
Quauhcamotli: T. II., 306, Quauhtotopotli: T. III., 185.
326; T. III., 227, 228. Quauhtzontli: T. I., 161.
Quauhcapulin: T. III., 155. Quauhxicalco: T. I., 189, 198,
Quauhcoyametl: T. III., I.S4. 205.
Quauhcuetzpalin: T. III., 194. Quauhxicalli: T. L, 172.
Quauheloquilitl: T. III., 234. Quauhxiuhtic: T. III., 270.
Quauheloquiltic: T. III., 248. Quauhxochitl: T. III., 276.
Quauheloxochiti: T. L, 167; Quauhxouilin: T. III., 192.
T. III., 248, 274. Quauhxoxocoyolli: T. III.,
Quauhichcatl: T. III., 60, 129. 236.

275
Ouauhxoxouhqui: T. III., 257. Quetzalilpiloni: T. II., 295.
Quauhyacatl: T. II., 333. Quetzalitzepyollotli: T. III.,
Quauhyayaual: T. III., 252, 280.
262. Quetzaliztli: T. II., 355; T.
Quauhzapotl: T. IIL, 225. 111., 279.
Quauitl: T. III., 223. Quetzalli, quetzal: T. I., 18, 45,
Quauitleoa: :T. L, 84, 90, 119; 149. 155. 206, 208, 339; T.
T. IV., 83. 11., 183, 195, 198, 257, 300,
Quaxocociuiztli: T. L, 21. 3OI> 339. 340, 344. 356. 357-
Ouecan nel oc nen quennel oc 378, 383. 384. 39°. 391; T.
nen: T. I, 352- 111., 163, 167, 209, 279.
Quechol: T. II., 76. Quetzalli apanecayotl: T. II.,
Quechol icpalli: T. I., 125. i83-
Quecholli: T. L, 104, 187, 193, Quetzallicaceualiztli: T. II.,
216, 220, 223, 228, 241; T. 296.
II., 188, 214; T. IV., 83. Quetzalmiyaoaiutl: T. L, 149.
Ouechollitlami: T. I., 224. Quetzalmizquitl: T. III., 261.
Quen teito: T. II., 236. Quetzalotlatl: T. III., 70.
Quen uel ximimati in ti teucu- Quetzalpanitl: T. II., 341.
cuitla michin: T. II., 235. Ouetzalpatzactli: T. II., 302.
Quequetzalcoa: T. I., 299. Quezalquemitl: T. I., 339.
Quequexquic: T. III., 131. Ouetzaltecololton: T. III., 176.
Ouctzalapanecayotl: T. L, 273. Quetzaltecolotl: T. IV., 104.
Quetzalaztatzontli: T. II., 303. Ouetzaltotol: T. I., 268, 279.
Quetzalcalli: T. III., m. Quetzaltototl: T. III., 134,
Óuetzalchalchihuitl: T. III., 162.
279. Quetzaluitztli: T. III., 163.
Quetzalcoatl: T. III., 209. Quiahuitl: T. I., 114, 308, 310.
Quetzalcomitl: T. I., 206. Quiauhteocuitlatl: T. III., 267.
Ouetzalcoyolnacochtli: T. II., Quilauacatl: T. III., 225.
342. Quiliton: T. III., 166.
Quetzalhuexotl: T. III., 255, Quiltamalli: T. I., 30; T. III.,
263. 233.
Quetzalhuitzitzilin: T. 1TL, Quiltonilli: T. III., 233.
167. Quimichin: T. III, 161.

276
Quimichpatli r T. IIL, 99, 162, Quinin in coyotl ma yca niqui-
231. tla: T. II., 238,
Quinaua: T. L, 141. Quinueuechiua: T. II., 361.

T
Tacanalli: T. III., 234. Teccizyo tilmatli: T. II., 293.
Tacanalquilitl: T. III., 106, Tecpilcalli: T. II., 309.
234- Tecelic: T. III., 283.
Tacanalquiltic: T. III., 100. Techalotl: T. L, 221; T. III.,
Tacanaltzictli: T. III., 74. I55*
Tacanalxihuitl: T. III., 243. Techcatl: T. I., 122, 173, 218,
Tacatlato: T. II., 136. 277.
Tachitouia: T. III., 185. Teci: T. III., 15.
Tamalli, tamal: T. II., 29. Teciuhtlazque: T. II., 265.
Tamazolin: T. III., 201. Tecmilotl: T. III., 218.
Tameme: T. II., 373. Tecoanime: T. II., 355, 376.
Tamime: T. III., 116. Tecocon, tecoconton: T. III.,
Tapachtli: T. I., 208; T. III., 162.
193- Tecolotlyatya: T. III., 276.
Tapayaxin: T. III., 93. Tecomapiloa: T. I., 165.
Tapalcatl: T. III., 181. Tecomatl: T. L, 179, 361.
Tapepetzon: T. II., 130. Tecomaxochitl: T. III., 99,
Tarasco: T. III., 296. 277.
Tealtiani: T. I., 213. Tecotzapotl: T. III., 225.
Tealtinime: T. II., 3er 376. Tecouixin: T. III., 194.
Tecalatl: T. III., 195. ‘ Tecoxtli: T. III., 290.
Tecammateohua: T. L, 238. Tecozahuitl: T. II., 154; T.
Teca onitlatelchiuh: T. II., III., 124, 129.
239* Tecpantzinco teohua: T. I.,
Teccalco: T. I, 183; T. II., 240.
309. Tecpaolotl: T. III., 233.
Teccalli: T. II., 309, 317. Tecpatl :T. I., 115, 164, 308,
Teccizquacuilli: T. L, 176. 310; T. II., 266.'
Tecciztli: T. III., 193. Tecpatli: T. III., 105, 232.

277
Tecpilnauauatl: T. III., 104. Telpochtli yaquitlamani: T. II.,
Tecuciltototl: T. III., 168. 332-
Tecucuecuechtli: T. II., 137* Temamacpalitotique: T. L,
Tecuencholhuiliztli: T. II., 29. 350; T. II., 182.
Tecuicitli: T. III., 193. Temalcacayo tilmatli tenixio:
T. II., 293.
Tecuilhuitontli: T. I., 93, 154»
Tematlatl: T. III., 127.
157; T. IV., 82.
Temazcalli, temazcale, temaz-
Tecuiltlatl: T. III., 196.
cal: T. I, 20, 70; T. II., 173,
Tecunenenque: T. II., 356,
175; T. III., 269.
393- Tememetlatl: T. III., 101.
Tecutlachique: T. I., 209. Temimilolca: T. I., 228.
Tecutlacozauhqui: T. III., 202, Temoli: T. III., 217.
204. Tenamactli: T. II., 163.
Tecutlato: T. III., 122. Tenamaztli: T. II., 31, 37.
Tecutlatoque: T. II., 318, 321. Tencolli: T. II., 357.
Tecutli: T. II., 82, 250. Tenextamalli: T. I., 159.
Tecuzolin: T. III., 187. Tenime: T. II., 333; T. III.,
Teixamique: T. I., i92- 133*
Telpochcalli, telpochcale, tel- Tenixio: T. II., 294.
Teniztli: T. III., 173.
puchcalli: T. L, 97> I3I» T^2’
199, 215, 289, 291, 292, 293, Tenochca: T. I., 162, 188; T.
299; T. II., 217, 218, 310, n., 354-
Tenopalli: T. III., 228.
319. 32°> 333; T- IV-. 98-
Tentetl: T. II., 80.
102 . Tentzompanmamana: T. III.,
Telpochiaque: T. L, 168.
184.
Telpochpan: T. II.’, 218.
Tentzonmichin: T. III., 195.
Telpochtequiuaque: T. L, 162.
Tenxoxoli: T. III., 231.
Telpochtlato: T. L, 117, 291; Teoatl: T. III., 290.
T. II., 151. Teocacatzactli: T. IV., 40.
Telpochtlatoque: T. L, 262; T. Teocalli: T. I., 86.
II., 151, 218, 306, 310. Teocalzacatl: T. L, 27; T. III.,
Telpochtli, Telpopochtin: T. L, 271.
131, 168; T. II., 182; T. III., Teochichimeca: T. III., 116,
18. 117, 118, 119.

278
Teochipoli: T. L, 161. 142, 143.
Teocotl: T. III., 221. Tepanchichi: T. III., 161.
Teohua: T. L, 183, 262, 264. Tepanmamalli: T. III., 161.
Teometl: T. L, 270; T. III., Tepan maní: T. I., 188.
239- Tepanoayantlaca: T. II., 287.
Teomitl, Teumitl: T. L, 138. 240, 241; T. IV., 85.
Teonacaztli: T. II., 361 T. III.,
Tepan teohuatzin: T. I., 237.
133, 226, 275.
Tepeamalacotl: T. III., 245.
Teonanacatl: T. III., 230. Tepecempoalxochitl: T. I, 167.
Teonappa: T. II., 348.
Tepecopalquauitl: T. III., 266.
Teonenemi: T. II., 270.
Tepeilhuitl: T. I., 102, 185,
Teoctli: T. I., 237, 239; T. II.,
187, 216, 225, 227, 238, 239,
380.
240, 241; T. IV., 85.
Teopixque: T. L, 36. Tepeme: T. I., 202.
Teoquaque: T. L, 265. Tepetlalli: T. III., 295.
Teoquauhquezaliztli: T. L, 234. Tepetlatl: T. III., 63.
Teoquechol: T. III., 163.
Tepetomatl: T. III., 258.
Teotecomatl: T. II., 361.
Tepetzictli: T. III., 74,
Teotetl: T. L, 208; T. III.,
Tepexiloxochitlacotl: T. III.,
282.
254-
Teotexcalli: T. II., 257, 258. Tepicquilitl: T. III., 235.
Teotl: T. III., 138. Tepictli: T. I., 107.
Teotlachco: T. L, 215. Tepochtli: T. III., 283.
Teotlachtli: T. L, 106. Teponaztli: T. I., 30, 33, 37,
Teotlauitl: T. II., 383. 99, 152, 162, 164, 165, 179,
Teotleco: T. L, 101, 182, 183, 197, 200, 201, 318; T. II.,
184, 221, 236; T .IV., 83. 242, 243, 318, 319, 320, 366,
Teotzanatl: T. III., 187. 368, 371; T. III., 121, 123,
Teouaxin: T. III., 102. 175, 222.
Teoxicolli: T. II., 380. Tepotzoicpalli: T. II., 299.
Teoxiuitl: T. III., 118, 279. Tepozan: T. III., 254.
Teoxochitl: T. I., 205. Tepupuxaquauique: T. L, 350.
Teoxolotl: T. I., 155. Tequachtli: T. I., 263.
Tepal nitzopiloti: T. II., 235. Tequi: T. I., 212.
Tepaneca: T. III., 128, 137, Tequipan titlantin: T. II., 329.

279
Tequitlatoque: T. II., 331. Tetzonpac: T. I., 130.
Tequiua: T. L, 275. Teuatempan: T. II., 103, 105.
Tequiuacacalli: T. II, 310. Teueuelli: T. I., 261.
Tequiuaque: T. I., 168; T. II., Teuhquahxochitl: T. III., 276.
367- Teuhtlalli: T. III., 295.
Tequixquitl: T. II., 306; T. Teuhtli: T. III., 296.
III., 77, 100, 102, 103, 233, Teuilotl: T. III., 280.
253 27i.
> Teuitzotl: T. III., 159.
Tequixquitlalli: T. III., 295. Teuxalli: T. III., 70.
Tequixquizacatl: T. III., 271. Texancalli: T. II., 311.
Tetamaculco: T. IV., 88. Texcalceuia: T. I., 208, 209.
Tetatamachiuhqui: T. III., 215. Texcan: T. III., 211.
Tetehuitl: T. I., 140, 153, 185, Texinilo: T. I., 186.
198, 201, 203; T. II., 245. Texocotl: T. II., 226; T. III.,
Teteoaltia: T. II., 377, 379. 225.
Teteppoalli: T. I., 198. Texotli: T. III., 289, 290.
Tetequetzal: T. III., 272. Texoxocoyolli: T. III., 258,
Tetetzmitic: T. III., 100. 259-
Tetizatl: T. III., 290. Texoxoctli: T. I., 286.
Tetla: T. I., 212. Teyaualouani: T. II., 372.
Tetlacuicuilique: T. I., 20. Teyolpachoanime: T. III., 149.
Tetlalli: T. III., 295. Tezcacauacatl: T. I., 166.
Tetlamin: T. III., 159. Tezcahuauhtli: T. I., 262.
Tetlanma: T. I., 222. Tezcapoctli: T. I., 208.
Tetlepantlazque: T. L, 170. Tezcatzoncatl: T. I., 238.
Tetonal tlatocatlaqyialli tlato- Tezoaliztli: T. I., 234.
caatl: T. II., 125. Tezoatl: T. III., 289.
Tetotoca: T. III., 218. Tezocahuitl: T. III., 289.
Tetzauhcoatl: T. III., 206. Tezontlalli: T. III., 295.
Tetzauhqmmichin: T. II., 22. Tezoquitl: T. III., 296.
Tetzilacatl: T. II., 312. Thotli: T. III., 183, 184.
Tetzmetl: T. III., 249. Tiacauh: T. III., 26.
Tetzmitic: T. III., 249. Tiacauh in quauhteuamitl: T.
Tetzmoli: T. III., 272. II., 92.
Tetznolcoatl: T. III., 209. Tiacauh, quauhtleuamitl in ya-

280
omicaui: T. IL, 105. Tlacali: T. III., 233.
Tiachcauan: T. L, 168; T. IL, Tlacametl: T. III., 262.
r 310, 319. Tlacamichin: T. III., 192.
Tiachcauh: T. L, 291. Tlacanezquimilli: T. II., 23.
Tiachcauhtlaloque: T. L, 264. Tlacaquachtli: T. I., 253.
Tianquizpan tlayacaque: T. IL, Tlacatecatl: T. I., 291; T. II.,
.325\ 53, I02> io3> 108, 138,
Tianquiztli, tianquiz, tianguiz, 3*5> 367-
tiangues: T. L, 19, 151, 166, Tlacatecolotl. T. I., 324.
176,178,275,314,316,326, Tlacatecutli: T. II., 108, ji8,
364; T. II, 127, 248, 325, 136, 138.
326, 327, 358; T. III, 28, Tlacatlaolli: T. I., 124.
69. 7!. 7 75- 222, 226,
2< Tlacaqualli monequi: T. II.,
287; T. IV., 95, 96, 100. 238.
Ticicaxitl: T. IIL, 193. Tlacatl: T. III., 22, 23.
Ticitl: T. II., 170. Tlacatli in tlacochtli: T. I.,
Ticocihuacoatl tecutli: T. IL, 188.
33°- Tlacaxipehualiztli: T. I., 40,
Tinemaxoch: T. II., 130. 72, 85, 90, 123, 129, 224,
Titici: T. L, 118; T. II, 156. 226, 227; T. II., 345, 385;
Tititl: T. I., 108, 203, 206, T. IV., 84.
219, 226; T. II., 265 ;T. IV., Tlacaxolotl: T. III., 149.-
,83- Tlacayolloxochitl: T. III., 274.
Titlancalqui tecutli: T. II., 330. Tlaca ytleua: T. II., 238.
Titlanixiquipile: T. II., 138. Tlacazolnauauatl: T. III., 104.
Titoloxochton: T. II., 138. Tlaccacaloxochitl: T. I., 167.
Titzatl: T. I., 23, 124. Tlacepoalli: T. II., 304.
Tizacauacatl: T. I., 166. Tlachcaiotl: T. I., 212.
Tizaoctli: T. L, 239. Tlachco: T. I., 196.
Tizapanqui: T. L, 158. Tlachialoni: X. I., 32, 36.
Tizatl: T. II., 177; III., 290. Tlachichilli: T. III., 296.
Tlaaltilli, tlaaltiltin : T. II., 370, Tlachichinoaxihuitl: T. III.,
3^4, 39X 392- 260.
Tlaamauique: T. II., 382. Tlachinoltempan: T. II., 103.
Tlacacauatl: T. III., 97. Tlachinoltetzmitl: T. III., 95.
Tlacchique: T. L, 73, 209. Tlalauiac: T. III., 295.
Tlachpanaliztli: T. L, 234. Tlalayoquilitl: T. III., 234.
Tlachtli, tlaxtli: T. I., 281, 298. Tlalayotl: T. III., 238.
Tlaciuhque: T. III., 122. Tlalcacaloxochitl: T. III., 273.
Tlacochcalcatl: T. L, 291, 293; Tlalcacautl: T. III., 97.
T. II., 53, 103, 107, 138, Tlalcapulin: T. III., 251.
315. 329> 344- Tlalchichi: T. III., 160.
Tlacochcalcatl tecutli: T. II., Tlalchipilli: T. III., 247.
33°- Tlalcoyotl: T. III., 153.
Tlacochcalco: T. IIL, 143. Tlalcoztli: T. III., 294.
Tlacochtecutli: T. IL, 107, 118, Tlalhuicatl, pl. tlalhuica: T.
138. III., 132.
Tlacomiztli: T. III., 149. Tlaliac: T. III., 289.
Tlacoocelotl: T. III., 149. Tlalizquixochitl: T. III., 273.
Tlacopatli: T. I., 295, 296; T. Tlallayotli: T. III., 95.
n., 355. Tlalmizquitl: T. III., 246.
Tlacopopotl: T. III., 99. Tlalocan tlenamac: T. I., 219.
Tlacotl: T. I., 27. Tlaloc tlamacazqui: T. I., 298,
Tlacoxihuitl: T. III., 243, 246. 299.
Tlacoxochitl: T. I., 167; T. Tlalocayotl: T. II., 263.
III., 253, 260. Tlalomitl: T. III., 213.
Tlacozalauacatl: T. III., 225. Tlalpiloni: T. II., 80.
Tlacozazalic: T. III., 94. Tlalpoyomatli: T. III., 270.
Tlacozolanquilo: T. II., 217. Tlalquetzal: T. III., 271.
Tlacuactiallo: T. I., 138. Tlaltechalotl: T. III., 155.
Tlacuatzin: T. II., 180, 186; Tlaltenextli: T. III., 295.
T. III., 62, 104, 156, 263. Tlalxiquipilli: T. III., 105.
Tlacuextli. tlacuextes: T. I., Tlalyetl: T. III., 250.
Tlamacazcamazatl: T. III.,
72\
Tlacuilolquauitl: T. III., 222. 159-
Tlacxitlatlalico: T. II., 330. Tlamacazcayaque: T. I., 144.
Tlaixnextia: T. II., 377, 379. Tlamacazque: T. I., 243, 294,
Tlalacuezalli: T. III., 167. 296, 299; T. II., 15, 219,
Tlalalacatl: T. III., 169. 264; T. III., 18, 122.
Tlalamatl: T. III., 105, 253. Tlamacacazque cuicanime: T.

282
L, 144. Tlapcopa: T. II., 266, 268.
Tlamacazqui ipampa: T. III., Tlapizcatzin: T. I., 238.
265. Tlaquechpaniotl: T. L, 151.
Tlamacazteicahuan: T. L, 144. Tlaquequetzal: T. III., 101,
Tlamacaztequiuaque: T. L, 104.
144. Tlaquilolatolli: T. L, 33.
Tlamacazton: T. L, 299. Tlatelolca: T. I., 162, 188; T.
Tlamacaztoton: T. L, 144. IL, 340, 341, 354, 373, 374,
Tlamaceuhque: T. II., 219. 375-
Tlamaton: T. III., 154. Tlateputzca: T. III., 144.
Tlamatototl: T. III., 185. Tlatlaca analtin: T. L, 142.
Tlamaztoton: T. L, 131. Tlatlacateca: T. L, 293; T. II.,
Tlanaua: T. L, 141. 3IO> 329-
Tlanquacemilhuitime, tlanqua- Tlatlacochcalca: T. II., 310.
cemilhuitique: T. L, 267; T. Tlatlacotic: T. III., 258.
III., 114. Tlatlalayotli: T. III., 245.
Tlaolcapulin: T. III., 227. Tlatlalianime: T. II., 385.
Tlaotzonxintin: T. II., 137. Tlatlanquaye: T. III., 259.
Tlapalatlecuezonan: T. L, 167. Tlatlapanaltic: T. III., 104.
Tlapalezquauitl: T. IIL, 102. Tlatlapantli: T. III., 224.
Tlapaliuhcati: T. L, 293. Tlatlapitzalizpan: T. I., 274.
Tlapaliui: T. II., 157. Tlatlauhcapatli: T. III., 97.
Tlapalizquixochitl: T. IIL, Tlatlauhquaxihuitl: T. III.,
275- 106.
Tlapalli: T. III., 290. Tlatlauhqui: T. III., 94.
Tlapalnextli: T. III., 288. Tlatlauhqui patli: T. III., 94.
Tlapalteoxihuitl: T. III., 280. Tlatlazaliztli: T. L, 231.
Tlapaltototl: T. III., 186. Tlatonilli: T. II., 156.
Tlapanco: T. L, 187, 205; T. Tlatoyaualiztli: T. L, 231.
III., 185. Tlatuicicitli: T. III., 185.
Tlapanecatl, pl. tlapaneca: T. Tlatzcallotl: T. L, 160.
IIL, 133- Tlauanca cuextecayotl: T. L,
Tlapapalcoatl: T. III., 206. 318.
Tlapatl: T. III., 230. Tlauhquechol: T. L, 268, 279;
Tlapatli: T. II., 100. T. II., 300; T. III., 163.
Tlauhquecholtzontli: T. II., Tletleton: T. III., 184.
295- Tleua: T. III., 203.
Tlauitecqui: T. L, 176. Tlexictli: T. I., 140.
Tlaxcalli: T. II., 304. Tlicomalli: T. III., 289.
Tlaxcalmimilli: T. II., 304. Tlilatl: T. I., 37.
Tlaxcalpacholli: T. II., 304. Tlilayotic: T. III., 280.
Tlaxcalteca: T. III., 142, 144; Tlilcoatl: T. III., 199, 207.
T. IV., 40, 55, 60, 83, 94. Tlilhoa ome tochtli: T. I., 239.
Tlaxilacalli: T. I., 201. Tlillancalmecac: T. II., 289;
Tlaxilotl: T. III., 238. T. IV., 24, 25.
Tlalxiquipilli: T. III., 212. Tlillan tlenamacac: T. I., 219,
Tlaxitecqui: T. I., 175. Tlilli: T. II., 153.
Tlaxitlan, tlacxitlan: T. II., Tlilliocotl: T. III., 289.
308,317,318. Tlilpapalotl: T. III., 214.
Tlaxochimaco: T. I., 96, 98, Tlilpotonqui: T. III., 254.
167, 168, 169; T. II., 391, Tlilquemitl: T. II., 155.
392; T. IV., 82. Tliltictlamiaualli: T. III., 98.
Tlaxotecayotl: T. I., 193. Tlilxochitl: T. II., 307, 326;
Tlayacanque: T. I., 169. T. III., 102, 157.
Tlayacaxapotla: T. I., 38. Tlomaitl: T. II., 379.
Tlayapanolixihuitl: T. III., Tloquauhtli: T. III., 183.
255- Tochacatl: T. II., 310.
Tlazcaltiliztli: T. I., 236. Tochomitl: T. I., 136, 174; T.
Tlazolli: T. II., 34. Ti, 37,293,355,357,392;
Tlazolmiqui: T. II., 34. T, III., 61, 223.
Tlazolquacuilli: T. I., 240. Tochpanecayotl: T. II., 344.
Tlazotlali: T. III., 293. Tochtetepo: T. III., 231.
Tlecotl: T. I., 281. Tochtli: T. I., 112, 164, 305,
Tlemaitl: T. I., 139, 144, 162; 310, 311; T. II., 266.
T. II., 381. Tocimatl: T. III., 64, 229,
Tlenamacac: T. I., 299. 245-
Tlenamacazque: T. II., 321. Tociuitl: T. L, 274; T. II.,
Tlenamactli: T. II., 222. 3°i.
Tleotlalpan: T. III., 143. Tolcimaquilitl: T. III., 237.
Tletlemaitl: T. III., 94, 104. Tolcimatl: T. III., 273.

284
Tolcomoctli: T. III., 174, 175. Topotli: T. II., 305; T. III.,
Toliama: T. III., 272. 194.
Tolicpalli: T. IL, 299. Totee tlamacazqui: T. I., 219,
Tollin: T. III., 128. 298, 299.
Tolmimilli: T. I., 143; T. III., Totecco: T. I., 150.
272. Totocalli: T. II., 313.
Tolnacochtli: T. III., 272. Totolcuitlatzapotl: T. III.,
Tolnauacatl: T. II., 333. 224.
Toloa: T. III., 93, 101, 105. Totolitipetlaio: T. I., 160.
Tolpatlactli: T. III., 272. Totollaolli: T. II., 360.
Tolquextli: T. I., 46. Totollin: T. III., 190.
Tolteca: T. III., 385, 393; T. Totomichin: T. III., 192.
III., 109, 111, 112, 113, 114, Totonaca: T. III, 129, 132,
IT5> i33> 137. 139. 141, 144- 296.
Toltecaitztli: T. III., 281. Totoncaxihuitl: T. III., 240.
Toltecayotl: T. I., 277; T. II., Totonqui atolli: T. II., 306.
392. Totonqui tlaxcalli tlacuelpacho-
Tolucatl, pl. toluca: T. III., lli: T. II., 303.
127, 128, 129. Totopaina: T. III, 126.
Tomachizoa: T. II., 225. Totopanitl: T. I., 164.
Tonaca cuezcomatl: T. L, 217. Totectin: T. I., 123, 124, 180.
Tonacayo tomio: T. II., 120. Touanpolnian: T. III., 140.
Tonacaxochitl: T. III., 260, Toiteyo, pl. toueyome: T. I.,
277. 270, 271, 272, 273; T. III.,
130, 132, 140.
Tonalamatl: T. I., 25, 242.
Toxcachocholoa: T. L, izfo.
Tonalchichicaquilitl: T. III.,
Toxcatl: T. I., 67, 90, 134,
95» 235<
140; T. IV., 84.
Tonalpouhque: T. I., 307, 368;
Toxiuhmolpilia: T. I., 370,
T. II., 11, 210.
371; T. II., 269.
Tonalxihuitl: T. III., 101, Tozancuitlaxcolli: T. III., 240.
253- Toznene: T. IIL, 165, 166.
Tonametl xiuhpiltontli quauh- Tozoztli: T. I., 239.
tleoamitl: T. I., 241. Tozoztontli: T. I., 87, 90, 128;
Topill topiles: T. II., 14. T. II, 385, T. IV, 84.
Sahagún V, 19
285
Tozquaxolotl: T. II., 302. Tzioactli: T. L, 220; T. IIL,
Tozquemitl: T. 339- 119.
Toztli: T. IIL, 166. Tzipipatli: T. III., 105.
Toztzitzimitl: T. II., 302. Tzitzicaztli: T. III., 99.
Tullan teohua: T. L, 241. Tzitzimitl: T. II., 302.
Tuxpalac: T. II., 192. Tzitzimime, tzitzimites: T. II.,
Tzacutli: T. III., 241, 290.
74» 271.
Tzalapozonalli: T. III., 280.
Tzitzintlapatl: T. III., 230.
Tzanatl, teotzanatl: T. III.,
Tzitziquilitl: T. III., 234.
162, 163, 187, 188.
Tzitziua: T. III., 178.
Tzapoteca: T. II., 344.
Tziuinquilitl: T. III., 234.
Tzapotl. tzapote, zapote: T. I.,
Tzoalcoatl: T. III., 208.
41; T. II., 305, 306; T. III.,
Tzoalli: T. L, 34, 36, 48, 9°>
64, 224, 225, 228.
99, 102, 107, 137, 138, 215;
Tzapotlateohuatzin: T. L, 238,
T. II., 381.
241.
Tzompanquahuitl: T. III., 275.
Tzaqualli: T. II., 257.
Tzompantli: T. L, 91, 137»
Tzatzayanalquiltic: T. III.,
142, 172, 222.
249.
Tzompilinalli: T. L, 203.
Tzatzapaltamalli: T. L, 129.
Tzatzapatli: T. III., 102. Tzoncoatl: T. III., 216.
Tzayanalquilitl: T. III., 234. Tzoniztac: T. III., 149.
Tzayanaquilitl: T. III., 249. Tzonquilitl: T. III., 235.
Tzicanantli: T. III., 212. Tzontecomanacatl: T. III.,
Tzictli: T. I., 347; T. II., 33, 232.
176; T. III., 48-, 62, 72, 73, Tzontecomaxochitl: T. III.,
74- 106. #

Tzicuiltecomatl: T. L, 214. Tzonuatzalton: T. III., 218.


Tzilacayotli: T. L, 49, 202. Tzonyayauhqui: T. III., 179*
Tzinitzcan: T. III., 163, 209. Tzotzocolli: T. L, 162.
Tzintzones, zinzones: T. L, Tzotzopaztli: T. L, 108, 202,
217, 288, 339; T. II., 232, 203.
T. III., 165, 185, 283. Tzouatl: T. II., 273.

286
u
Uacalli: V. Huacalli. tia, atlan tiuetztoz: T. II.,
Uapalli: T. III., 224, 280.
Uauauhtzin: T. III., 246, 247, Ueyatl: T. III., 291.
248. Uicacotl: T. III., 162.
Uauhquiltamalli: T. L, 110. Uilocpatli: T. I., 128; T. II.,
Uauhquilití: V. Huauhquilitl. 386.
Uauhquiltamalqualiztli: Véase Uilotl: T. III., 188.
Huauhquiltamaqualiztli. Uitzquauitl: T. III., 288.
Uauhtli: V. Huauhtli. Uitzquilitl: T. III., 235.
Uauhzacatl: T. III., 271. Uitzteculxochitl: T. III., 275.
Uaxin: T. III., 226. Uitztli: T. I, 314, 340; T. III.,
Uei citlalin: T. II, 261. 211.
Uei itzontecon: T. III., 256. Uitztli yietl: T. II., 368.
Ueinacaztli: T. II., 307, 326; Uiuilaxpol: T. II., 146.
T. III., 102, 129, 156. Uixtopetlazotl: T. I., 155.
Ueipatli: T. III., 106, 240, 256, Uixtotin: T. I., 156.
Ueiquauhquilitl: T. III., 234. Ulcoatl: T. III., 204.
Uei tecuilhuitl: T. I., 94, 158, Ulli: T. I., 21, 34, 49, 103,
163, 166; T. IV., 82. 120, 121, 132, 149, 150, 152,
Uei tlaxcalli: T. II., 304. 153, 155» 181, 185, 186, 201,
Uei tozoztli: T. L, 89, 90, 130, 23$, 241, 353; T. II., 12,
131; T. IV., 84. 72, 75, 141, 297, 318, 327,
Uentelolotli: T. I., 145. 346, 347, 367; T. III., 70,
Uexocanauhtli: T. III., 170. 96, 97, 98, 102, 103, 134,
Uexolotl: V. Huexolotl. 210, 222, 285.
Uexotzincayotl: T. I., 318; T. Ulquauitl: T. III., 222.
n-, 3I3- Ulteteo: T. I., 149.
Ueya noqueztepule uel tomito- Uxitl: T. I., 21, 22, 30, 70.

Xacacintli: T. III., 170. Xalalli: T. III., 294


Xalacocotli: T. III., 254. Xalatl: T. III, 293.

287
Xalaquia: T. L, 164. Xiuhcoatl: T. L, 198, 261; T.
Xalatoctli: T. III., 294. 11., 383; T. IV., 102, 103,
Xalmichin: T. III., 195. 104.
Xalquani: T. III., 178. Xiuhmataliztli: T. III., 282.
Xaltomaquilitl: T. III., 234. Xiuhnacochtli: T. L, 292.
Xaltomatl: T. III., 106, 229, Xiupiltontli: T. L, 241.
^ 237, 242, 252. Xiuhquechol: T. III., 164.
Xaltomaxihuitl: T. III., 237. Xiuhquilitl: T. II., 314; T.
Xalxocotl: T. III., 226. 111., 75, 289.
Xauactopilli: T. II., 342. Xiuhtlalpilli: T. II., 379.
Xaualquauhyo tilmatli teni- Xiuhtecuzacatl: T. III., 271.
xio: T. II., 295. Xiuhtomolli: T III., 280.
Xicalcoatl: T. III., 209. Xiuhtomoltetí: T. III., 267.
Xicalpapalotl: T. III., 214. Xiuhtotol pl. xiuhtotome: T.
Xicama: T. III., 229, 237. 1., 268, 279; T. II., 301,
Xicolli: T. L, 144, 240, 241; 3S6, 357; T. III., 110, 164,
T. III., 322; T. IV., 33. 209«
Xicotzapotl: T. III., 224. Xiuhtotoquemitl: T. I., 339.
Xilomaniztli: T. I., 225. Xiuhtzitzquilo: T. II., 269.
Xilotl, xilotes: T. I., 94, 165; Xiuitl: T. II., 339; T. III., 112,
T. II., 127, 306, 327; T. 279-
III., 64. Xixicamatic: T. III., 252.
Xiloxochipatzactli: T. II., 303. Xixioti: T. I., 229.
Xiloxochiquetzalli: T. L, 161. Xochicacaoatl: T. I., 268.
Xiloxochitl: T. L, 167; T. Xochicalli: T. II., 173.
III., 255, 276. * Xochicintli: T. III., 102.
Xiloxochitlacotl: T. III., 255. Xochiciuiztli: T. III., 266.
Xiloxoquiquetzalli: T. L, 161. Xochilhuitl: T. I., 32, 33, 226;
Xiompalquechol: T. III., 165. T. II., 262.
Xiotl: T. III., 231. Xochimanque: T. I., 87.
Xipe Yopico teohua: T. I., 240. Xochimecatl: T. I., 93.
Xipeme: T. I., 123. Xochiocoyotl: T. III., 159.
Xipetziuh: T. III., 102. Xochiocozotl: T. II., 327; T.
Xitomacapulin: T. III., 227. 111., 129, 241.
Xiuhchimalli: T. L, 273. Xochipali: T. III., 288.

288
Xochipatli: T. II., 355. Xomotl: T. III., 169.
Xochipayna: T. L, 205. Xonacatl: T. III., 237.
Xochiquetzalpapalotl: T. II., Xonecuilli: T. 1., 22, 34; T.
302. II., 262.
Xochitenacal: T. III., 165.
Xoquauhtli: T. I., 176.
Xóchitl: T. I., 113, 308, 309.
Xotetezonauiliztli: T. III., 106.
Xochitonal: T. L, 285.
Xouilin: T. I, 30; T. III., 194.
Xochitototl: T. III., 184.
Xoxocoyolli: T. III., 236. 255.
Xocoatl: T. III., 98, 106.
Xoxocoyoltic: T. III., 103,
Xocoatolli: T. III., 128.
Xococotl: T. III., 103.
243-
Xoxocoyopatla: T. III., 236.
Xocoquauitl: T. III., 225.
Xoxotlatzin: T. III., 253.
Xocotamalli: T. I., 159, 166,
Xoxouhcapatli: T. III., 95,
217; T. III., 123.
Xocotezpol: T. II., 146. 257-
Xocotl: T. I., 221. Xoxouhquitecpatl: T. III., 283.
Xocotl huetzi: T. I., 97, 169, Xoxouhqui tzitzimitl: T. II.,
174, 226; T. IV., 82. 302.
Xocuicolli: T. I., 148. Xoxouic: T. III., 289.
Xolotl: T. II., 260; T. III, Xoxoyolcuecuepoc: T. III.,
165, 166. 236.
Xoloitzcuintli: T. III., 160. Xoxoyoluiuila: T. III., 236.
Xolotzontli: T. II., 268. Xucuichtlamatzoalli: T. I., 22.
Xomalli: T. III., 272. Xuchmitl: T. I., 34.

Y
Yacacollaoyo: T. I., 159. Yaomicaui: T. II., 105.
Yacacoltamalli: T. I., 159. Yaotequiuaque: T. II., 321.
Yacapatlauac: T. III., 180. Yapalli: T. III., 290.
Yacapitzauac: T. III., 178. Yapalpipilcac: T. I., 160.
Yacatextli: T. III., 177, 178. Yapaxihuitl: T. III., 99.
Yacualli: T. II., 219. Yauhtli: T. I., 344; T. II., 72,
Yamanqni patli: T. III., 103. 141; T. III., 270.
Yamolli: V. Yiamolli. Ychpochtiachcauh: T. II., 218.
Ycuechin: T. I., 142. Yiataztli: T. L, 151.
Ycuitlaxcoltzin quitlatlama- Yiauhtli: T. I., 39, 98, 149,
chia: T. II., 241. 152, 200; T. III., 101.
Yecan, yecan: T. II., 12. Yichcayo: T. III., 94.
Yecuxoton: T. III., 95. Yiequachtli: T. L, 146.
Yei acatl: T. L, 341. Yietl: T. I., 39, 146, 176; T.
Yei atl: T. I., 315. 11., 153; T. III., 99.
Yei calli: T. I., 364; T. IL, Yiexochitl: T. I., 165.
274. Yiopoch: T. I., 215, 263.
Yei cipactli: T. I., 324. Yiztaquilitl: T. III., 95, 99.
Yei coatí: T. I., 347. Ymatacax: T. I., 142.
Yei cuetzpallin: T. U 352. Yoallixeliui: T. I., 152.
Yei itzcuintli: T. I., 362. Yocippa totoca: T. III., 126.
Yei malinalli: T. I., 345. Yohoalxochitl: T. III., 261.
Yei mazatl: T. L, 337.
Yollatolli: T. III., 94, 103,
Yei miquiztli: T. I., 342.
238,239,243,247,249,252,
Yei ocelotl: T. L, 329.
258.
Yei ollin: T. I., 359.
Yollo: T. I., 160.
Yei ozomatli: T. L, 349.
Yei quauhtli: T. I., 319. Yollotototl: T. III., 168.
Yei quiahuitl: T. 343- Yolloxochiquahuitl: T. III.,
Yei tecpatl: T. L, 348; T. II., 274.
266, 267. Yolloxochitl: T. I., 340; T.
Yei tochtli: T. L, 322. 111., 134, 274.
Yei xochitl: T. L, 340. Yomio: T. I., 185.
Ye oiauh initla tolhoaz: T. IL, Yotlaxcalli: T. I., 34.
241. Youallauan, Ioallaoa: T. I.,
Yetl: V., yietl. 125, 126, 2274
Yetlali, yetlilli: T. II., 153. Youaltepuztli: T. II., 15.
Yexochitl: T,. III., 273. Ypal nonixtlapaloa: T. II., 233.
Yiamolli: T. III., 233. Ytlaquaian: T. II., 382.
Yiaqualli: T. I., 146. Ytzamatl: T. II., 356.
Yiaque: T. II., 376. Yxiayiaual: T. III., 100, 240.

290
z
Zacacalli: T. L, 177. Zacateztli: T. III., 271.
Zacachichimeca: T. III., 116, Zacatlaxcalli: T. III., 288, 290.
1 7
I - Zacatzontli: T. II., 302.
Zacamalinalli: T. IIL, 95. Zacuan: T. L, 268; T. II., 76,
Zacamatl: T. IIL, 16. 188, 214; T. III., 164.
Zacamaztli: T. III., 271. Zan ie ixquich motlacatili: T.
Zacamecatl: T. I., 170. II., 241.
Zacancatl: T. I., 170. Zan noyacauh: T. II., 230.
Zacanochtli: T. III., 228. Zaquanpanitl: T. II., 341.
Zacanoualli: T. III., 271. Zazalic: T. III., 101.
Zacapanquixoa: T. I., 189, Zolcanauhtli: T. III., 179.
Zolcoatl: T. III., 204.
190.
Zolli, zollin: T. III., 187.
Zacatatlon: T. III., 185. Zoquitecomatl: T. II., 153.
Zacatecolotl: T. III., 183. Zozoyatic: T. III., 92.

291
INDICE GENERAL DE NOMBRES PROPIOS, (i).

Acachinanco: T. I., 197; T. Acamapichtli: T. II., 59, 279,


II., 342; T. IV., 85, 86, 88, 283, 288.
i°9, 193, 197, 221. Acapachitlan: T. IV., 251.
Academia de la Historia, Ma¬ Acapetlauacan: T. III., 292.
drid: T. I., XLV, XLVI, Acapulco: T. IV., 17.
XLIX, LII, LXVI, LXVIII, Acaquilpan: T. I., 136.
LXXI, LXXII, LXXIII, Acatlan: T. V., 85.
LXXIV, LXXV, LXXVI, Acatla yiacapan hueicalpulli:
LXXIX; T. III., 330; T. T. I., 229.
IV., 118; T. V., 40, 206, Acatliacapan: T. IV., 208.
209, 214, 217, 232, 233. Acatonal: T. V., 34, 46.
Acalan: T. IV., 309, 310, 312, Acatzinco: T. IV., 150.
316, 318, 320, 323, 336. Acayncatl: T. IV., 295.

i.—Sc ha procurado que sea completo y detallado este índi¬


ce, a pesar de las dificultades que ofrece, tratándose de algunos
nombres mexicanos, definir si son en realidad propios o comu¬
nes, o títulos de oficios y dignidades.
La lista de nombres de los conquistadores, formada por el
Sr. Orojsco y Berra e incluida en el tomo IB, naturalmente que
no se ha duplicado en este índice, porque sería ocioso.

293
Acolhoa: T. I., 52, 73. Alcocer, Ignacio: T. I., LIV;
Acolhuacan: T. L, 79; T. II., T. III., 326, 330.
279, 283, 285, 286; T. IV., Alconedo, José Luis: T. IV.,
204, 208; T. V., 29, 80. 127.
Acolhuatl: T. V., 85. Alderete, Julián de: T. IV.,
Acolman, Aculma: T. IV., 361.
250, _ 258. Alemania: T. I., 11; T. III.,
Acolmiztli: T. I., 236. 302.
Acordada, Revolución de la: Almanza, José Mariano; T.
T. IV., 125. IV., 118.
Acueco: T. IV., 73, 75, 181, Altamirano Fr. Diego: T. IV.,
183. 329-

Acuecuexatl: T. III., 293. Alva Ixtlilxochitl, Fernando:


Aculnahuacatl: T. I., 283. T. IV., 12, 239.
Acxomucuil, Acxomocuil: T. Alvarado, Jorge de: T. IV.,
1., 64; T. V., 190. 269.
Acxotlan: T. II., 380; T. V., Alvarado, Pedro de: T. I.,
74, 188. 197; T. II., 292; T. IV., 56,
Adán: T. I., 4, 10, 75; T. IV., 58, 63, 65, 85, 86, 89, 119,
18. 120, 161, 166, 193, 198, 243,
Adriano VI: T. I., XXIII. 255, 258, 259, 261, 263, 268,
Africa: T. III., 302. 269, 271, 276, 285, 286, 292,
Aguilar, Juan de: T. IV., 116. 293, 294, 295, 296, 297, 356,
Aguilar, Marcos de: T. IV., 363* 366.
346. Alvarado Tezozomoc, Fernan¬
Ahuaxpitzactzin, Carlos: T. do: T. III., 371; T. IV.,
IV., 249, 257, 263, 300. 149; T. V., 28, 29, 51, 69,
Ahuatecpan: T. IV., 309, 310. 80, 129, 173.
Ahuizotl: T. II., 59, 280, 341, Alvarez de Pineda, Alonso:
342,343.344,358,393;T- T. IV., 359.
111., 188; T. IV., 57, 103, Amacotzatl: T. III., 292.
104, 162, 216, 245; T. V., Amacuzac: T. III., 338.
80, 190. Amanalco: T. IV., 210.
Albornoz, Rodrigo de: T. IV., Amantla: T. II., 389, 390,
3°4- 392; T. V., 16.

294
Amapan: T. L, 196. Apazco: T. III., 298; T. V.,
Amapantzitzin: T. L, 215. 48.
Amaquemecan, Amecameca: Apetlac: T. I., 172, 191, 260;
T- IV-> 53.57.124,157- T. II., 382, 383, 384.
Amaxac: T. IV., 92, 98, 99, Apochpalan: T. IV., 316, 317,
IOI, 105, 107, 210, 212, 318.
213, 215, 2l8, 220. Aragón: T. II., 299.
Amaxtlan: T. IL, 280. Arbenga (conquistador) : T.
Amaztecatl: T. IL, 341. !V;, 357-
Amimitl: T. IIL, 142; T. V. Archivo General de la Nación:
88, 89, 104, 105, 131. T. I, XXXV, LVII; T. IV.,
Amoan: T. IV., 322. 363*
Anahuac: T. I., 228, 267, 279, Archivo Secreto del Vaticano:
365; T. II, 282, 341, 344, T. L, XLVII.
354, 355, 356, 364, 373, Aristóteles: T. I., 366.
386, 393; T. III., 53, 158, Arthus: T. II., 278.
164, 170, 287; T. V., 39, 40, Asia: T. I, 11; T. III., 302.
60, 230. Atactzinanco: T. IV., 109.
Anahuacatlalli: T. III., 296. Atatzinco: T. IV., 109, 221.
360. Atecolacan: T. IV., 207.
Anahuac Xicalanco: T. II, Atempan: T. L, 179, 229, 238
Atenchicalcan: T. I., 164, 239.
354, 355, 356.
Anales de Quauhtitlan: T. V., Atenchicalco: T. IV., 179.
59, 64, 111. Ateneo: T. IV., 248.
Atepec: T. II., 281.
Anauatlytecu: T. II., 259.
Atetein: T. III., 126.
Anaxaxucan: T. IV., 308.
Atetemollan: T. IV., 211.
Anaya, Juan Pablo: T. IV.,
Atezcapan: T. IV., 97, 209,
118.
211.
Angeles, Santuario de Ntra.
Athleleahuacan: T. IV., 296.
Sra. de los: T. IV., 126.
Aticpac: T. I., 226, 240.
Anglería, Pedro Mártir de: T.
Atlacuihuayan: T. I., 120, 190.
I., 20.
Atlan: T. II, 341.
Antillas, Islas: T. I., 20, 138. Atlántico: T. III., 302; T. IV.,
Apauazcan: T. IV., 209.
4i.

295
Atlatonan: T. L, 136, 228; T. Axuncapuyn: T. IV., 322.
V., 95- Axuquentzin: T. IV., 96.
Atlauhco: T. L, 225, 226; T. Ayacac: T. IV., 97, 98, 209,
11., 35°; T- V., 74, 188. 210.
Atliceuhian: T. IV., 97, 98, Ayamictlan: T. II., 118.
209, 210. Ayauhcalco: T. I., 264; T.
Atlixcatzintlacateccatl: T. IV., III., 198; T. V., 80.
59.163. Ayauhcaltitlan: T. III., 298;
Atlixco: T. II., 330, 333, 334. T. IV., 199; T. V., 80.
Atotonilco: T. III., 377. Ayer, Edward E. (Collecticn) :
Atoyac: T. III., 112, 358. T. L, XXI, XXII, XXVIII,
Atzaqualco: T. IV., 287. XXX, XXXV, LVIII, LX,
Atzcan: T. III., 149. LXVI.
Auachtlan: T. II., 350; T. V.,
Ayntoxtitlan: T. IV., 289.
74, 188.
Ayotlan: T. II., 341, 342, 344;
Aubin, J.- M.- A.: T. I.,
T. V., 112, 228.
XXXIV.
Ayotzintecutli: T. II., 286.
Audiencia de México: T. IV.,
Ayotzintepec: T. IV., 173*
II3-
Auelitoc, Juan: T. IL, 284; T. Ayutlan: T. II., 280.
111., 175; T. IV., 111, 113, Ayutzinco: T. IV., 240.
216, 218, 222, 224. Azcapotzalco: T. I., LXIV,
Auiateotl: T. V., 92, 181. 44, 81; T. II., 283, 284,
Auillicapan: T. IIL, 297. 285, 288, 351, 354, 359*
Avila, Alonso de: T. IV., 356. 370; T. III., 143; T. IV.,
Axalaco: T. V., 163, 166. 249; T. V., 68, 107, 113.
Axayacatl: T. L, LXIII; T. Aztaoatzin: T. IV., 105, 107,
11., 279, 280, 283; T. IV,, 218.
57, 162, 241, 268; T. V., Aztaquemeca: T. IV., 77, 78,
148. 79,187.

Axayacatl, Alonso: T. IV., Aztatzon: T. II., 102.


244, 246, 264, 281, 333. Aztlan: T. V., 64, 86, 87.
Axochco: T. V., 113. Azuculin: T. IV., 323, 324.

296
B
Babilonia: T. IV., 17. 142, 149, 150, 151, 154, 155,
Bahía de la Ascensión: T. IV., 158, 162, 163, 168, 171, 172.
3°9- T74-
Bahía de San Andrés: T. IV., Biblioteca Nacional de Méxi¬
,
325 32 /. co: T. L, VII, XXI, XXIII,
Bandelier, Sra. Fanny: T. L, XXX, XXXI, LXI, LXII,
LI, LXXX. LXVIII.
Bandini: T. I., XLVIIL Biblioteca Nazionale Florenti¬
Barba, Pedro: T. IV., 360. na: T. V., 25, 93, 94, 142,
Barcelona: T. L, LXXX. 164.
Barrera Vásquez Alfredo: T. Bibliotheque Nationaíe París:
L, XIII, XXV, LIX, LX, T. V., 87.
LXXXII. Riondelli, Bern.: T. L, XIX.
Bautista, Fr. Juan: T. L, XXI, XXVI, LVII.
XXX, XXXIV, LXX. Bobadilla, Fr. Francisco: T.
Beltrami, C—l: T. I., XIX, V., 96.
XXI, XXII. Boban, Eugene: T. L, LXVII.
Beristain, losé Mariano: T. I., Boturini, Lorenzo de: T. L,
XXIX LXXXIII. XXXIV; T. IV., 116.
Betancurt, Fr. Agustín de: T. Brasseur de Bourbourg, C-E.:
L, XVIII, XXV, XXVI, T. V., 234.
LX, LXXVIII. Brinton, Daniel G.: T. V., 11,
Biblioteca del Real Palacio de 65,
87, 105.
Madrid: T. I., XLVI, Briones (conquistador) T.
LII, LXVIII, LXIX, LXXI, IV., 362.
LXX II, LXXIII, LXX IV, Briviesca, Fr. Cristóbal de: T.
LXXVIII; T. V., 11,41,44, I., LVII.
45, 61, 67, 88, 89, ni, 125. Burgos: T. IV., 362.
Biblioteca Laurenziana de Flo¬ Burgos, Juan de: T. IV., 361.
rencia: T. I., LXXVIII; T. Bustamante, Carlos María de:
V., 9, 11, 22, 49, 55, 71, 81, T. I., VII, IX, X, XI, XLII,
90, 104, 120, 134, 135, 137, XLVII, XLIX, L, LI, LII,

297
LXI, LXV, LXX, LXXIX, T, V., 9, 10, 234.
LXXX, 53, 63, 204, 360; T. Bustamante, Fr. Francisco de:
II., 206; T. IIL, 233, 325; T. L, XVIII.
T. IV., 7, 11, 12, 30, 115;

Caballero, Pedro: T. IV., 360. Canal de la Viga: T. V., 80,


Cacamatzin: T. II., 285; T. 81.
IV., 59, 163, 239, 240, 241, Canarias: T. III., 308; T. IV.,
242, 244, 245, 246, 267, ¿84, 17. yi-
298, 303. Canatzin: T. II., 341.
Cala: T. IV., 295. Canee: T. IV., 321.
Calacoayan: T. IV., 75, 183. Caoaltepec: T. I., 136.
Calepino, Ambrosio: T. I., Carlos V: T. I., XXIII; T.
XXXVII, ii. III., 309; T. IV., 21, 61,
Calixtlahuaca: T. II., 280. 120, 240.
Callimaya: T. II., 280; T. III., Carreño, Alberto María: T. I.,
298. LV.
Calmecac: T. I., 50, 113, 3 31, Carvajal, Antonio: T. IV.,
362.
144, 145, 146, 199, 201, 234,
237, 243, 288, 294, 295, 296, Casas, Fray Bartolomé de las:
297, 299, 319; T. II., 217, T. I., 20; T. IV., 119.
218, 219, 220, 222, 223, Castañeda, Rodrigo de: T.
IV., 93, 203, 204.
264, 316, 320, 321, 328, cfílln •: T
T I.,
T
Castilla 146, 152, 155;
T aC-,

392.
T. III., 56, 58,63,65 , 72>
Calpan: T. III., 293. 129, 132. 154, 155, 170,
Caltipan: T. IV., 296.
174, 178, 186, l88, 192,
Camaxtli: T. I., 15, 115, 339;
194, 201, 205, 210, 211,
T. V., 19, 124, 126, 227.
2I3> :214, 21 8, 221 , 227, 235>
Campeche: T. I., 6; T. III., 236, 248, 254, 264, 266, 272,
3°7- 285; T. IV., 27, 361; T.
Campos (región de España) : V., 144.
T. I., 6, 30. Castilla la Vieja: T. I., 141,

298
i6s, 168; T. III., 212. 70, 84, 116, 241, 349; T.
Castillo Ledón, Luis: T. I, II., 190, 191, 192, 213, 216;
XIL T. III., 291.
Catalán, Juan: T. IV., 357. Chalchiuhtlatonac: T. II., 191,
Catemahco: T. III., 168. 192, 213.
Catzontzi: T. IV., 283. Chalco: T. I, 136; T. II., 279,
Cecepatic, Cristóbal: T. L, 359; T- IIL, 238, 262, 297;
LXXIV; T. II., 283. T. IV., 49, 50, 85, 155, 192,
Cecoatl: T. II., 349. 204, 205, 208, 250, 251, 255,
Cempoala, Cempoallan, Zem- 256, 258, 266, 268, 288.
poala: TI I., 128; T. IV., 303, 304; T. V., 104, 112,
26, 43, 67, 115, 121, 149, 129, 170, 171.
T5L 153» 174, 175, 182, Chalco Ateneo: T. I., 120.
240, 360. Chalman: T. V., 126, 129, 168,
Centzonhuitznaua: T. I., 221. 171.
228, 259, 260, 261; T. V., Chalmecacihuatl: T. I., 44, 64,
18, 20, 21, 67. 72; T. V., 126, 175, 190.
Centzontotochtin: T. I., 28, Chamolan: T. IV., 297.
73, 3*3> 3*4; T. V., 164. Champanton, Champoton: T.
Centzontotochtin inteopan: T. III., 307; T. IV., 239.
L, 224. Chantico: T. I., 222; T. V..
Cenyaotl: T. IV, 219. 126.
Ceres: T. L, 19; T. II., 72. Chapingo: T. IV., 123.
Cervantes, Vicente: T. III., Chapultepec: T. I., 196, 345;
325* T. II., 238, 381; T. IIL,
Ceyaotl: T. I., 321. 143, 293i T. IV., 42, 71,
Chacalla: T. V., 137, 149. 118, 121, 258; T. V., 184.
Chalchicuecan: T. IV., 136. Chapultepec Cuitlapilco: T. I.,
33° ^ 277.
Chalchimmichhuacan: T. V., Charcas: T. IV., 17.
143- Chacuacuetzin: T. II., 52.
Chalchiuhcihuatl: T. II., 191. Chavero, Alfredo: T. L, XIX,
Chalchiuhtepeua: T. IV., 100, XX, XXI, XXVIII., XXIX,
213. XLIII, L, LVIII, LXIV,
Chalchiuhtlicue: T. I., 23, 63, LXVI.

299
Chiapan: T. II., 280, 355; T. Chicoyaotl: T. I., 321.
IV., 292, 297. Chicueytl: T. IV., 328.
Chiapas: T. IV., 118, 365, Chila: T. IV., 289, 290, 291.
366; T. V., 228. Chilapan: T. III., 133; T. IV.,
Chiapaxina: T. IV., 327, 328, 308 T. V., 148.
329- Chililico: T. I., 225.
Chiautla: T. IV., 255. Chimalmatl: T. V., 85.
Chichicuatzin: T. IV., 246, Chimalpahin, Domingo Fram
250,255,328. _ cisco de San Antón Muñón:
Chichimecatecuhtli, Carlos: T. T. IV., 116, 117, 118, 120;
I., LXXVI. T. V., 48, 50, 68, 70, 110,
Chichimecatlalli: T. III., 296, 112.
360. Chimalpanecatl: T. I., 52, 73;
Chichinauhia: T. III., 139. T. V., 67.
Chichiualtatacalan: T. II., 281. Chimalpopoca: T. II., 279,
Chicomecatl iteopan: T. I., 288: T. IV., 73, 181.
223. Chimanautla: T. IV., 288.
Chicomecoatl: T. I., 19, 24, 69, China: T. III., 287, 305.
89,131,132,133,176,180, Chinampan: T. IV., 53, 112.
181, 223, 224, 330; T. II., Chinantla: T. IV., 173.
72; T. V., 159. Chiquiuhio: T. III., 143.
Chicomexochitl: T. I., 112. Chirinos, Peralmíndez: T. IV.,
Chicomoztoc: T. V., 64, 81, 3°5-
84, 85, 86. Cholula: T. I., 8; T. II., 278,
Chiconahuapan! T. I., 285. 291; T. III., 84, 138; T. IV.,
Chiconahui itzcuintli: T. II., 45. 46. 47. 119. 151, i52.
387- 245. 254, 257, 288, 346; T.
Chiconamictlan: T. I., 286. V., no, ni, 137, 148, 186,
Chiconauatl: T. III., 292. 190.
Chiconauhtla: T. III., 262; T. Churubusco: V. Huitzilopoch-
IV., 273. co.
Chiconauhtlan: T. II., 256. Cicerón: T. I., XXXVIII, 11.
Chiconaui Itzcuintli: T. V., 42. Cid Ruiz Díaz: T. IV., 19.
Chiconquiahuitl: T. I., 44, 64, Cihuacoatl: T. I., 18, 19, 69,
72; T. V., 190. 220; T. II., 180, 181, 184,

300
r93> 194» 198, 207, 281, Ciudad Rodrigo, Fr. Antonio
284.; T. III., 301; T. V., 30, de: T. L, XVI.
93> 124, 125, 126, 174. Clavijero, Francisco Xavier: T.
Cihuapipiltin: T. L, 22, 70, III., 373, 380; T, IV., 120,
114, 116, 226; T. IL, 182, 121.
185, 263, 267; T. V., 31. Clemencín, Diego: T. IV.,
Cihuateotl: T. L, 226; T. V., 352-
62, 127. Coaapan: T. I., 225, 280.
Cihuateteo: T. L, 63, 70, 311, Coacalco: T. I., 221; T. II.,
324, 341, 346, 353; T. V., 283.
126, 127, 128, 130, 181. Coahuapan: T. I., 280.
Cimatlan: T. II., 355. Coahuila: T. III., 378.
Cimbrón, Fr. Juan: T. III., Coaixtlahuacan: T. II., 28^;
.377- T. V., 112.
Cincalco: T. IV., 42, 148. Coanacochtzin: T. II., 286; T.
Cinco: T. V., 59. IV., 109, IIO, 122, 123,
Cinteopan: T. L, 224, 225; T. 221, 222,245,246,247, 248,
V., 160. 249, 252, 256, 266, 274,
Cinteotl: T. I., 89, 131, 132, 282, 288, 289, 298, 299,
i65> *77, 178, 179, 222, 303, 3°4, 3IR 3I2> 315.
228; T. II., 387, 388; T. V., 316, 336.
42, 56, 94, 100, 102, 141, Coatep ec: T. I-, 259, 2ÓI, 262,
147, 157, 160, 183. 272, 273; T. II., 280 • T y x •
Cioatecpa: T. IV., 92. III., 141.
Cipactli: T. II., 173. Coatí: T. II. , 280.
Cipactonal: T. L, 307; T. III., Coatlan: T. ]
[., 129, 192, 225,
112. 137; T. V., 91, 96, 95.
226, 228; T. II., 381 y• T -i. .
Citlallicue: T. L, 329; T. II., IV.. 104.
213.
Coatlantona: T. L, 88, 129.
Citlaltepec: T. L, 92, 143; T. Coatlichan: T • II., 359; T. III.,
IV., 77, 78, 186; T. V., 214. 143; T. IV., 116.
Citlaltonac: T. II., 213. Coatücue: T. L, 88, 190, 259.
Ciuacoatl Tlacutzin: T. IV., 260, 261; T. V., 66, 68:► 93>
10T, 104, 109, 110, 216, 147, I 82.
217, 218, 221, 222, 223. Coatzacoalco, Ouatzaqualco:
Sahagún V, 20
301
T. IL, 355; T. IV., 284, IV., 124.
312, 320; T. V., 111. Colhoatzincatl: T. I., 52, 73.
Coatzitlatlatzin: T. IV., 109, Colhuacan: T. I., LXIII; T.
221, 222. II., 269; T. III., 142, 143;
Coaxalpa: T. I., 260. T. IV., 158, 209; T. V., 9,
Coaxtlahuac: T. IV., 286. 85, 102, 119, 123, 124, 132,
Cochimetl: T. I., 44, 64, 72; T. 162, 165, 174, 179. 185.
V., 133, 149, 189, 190. Colhuacan-México: T. III.,
Cochizco, Cuixco: T. IV., 272, 142.
273-
Colhuacatenco: T. IV., 205.
Cochtocan: T. I., 280, 281. Coliman: T. IV., 286, 287,
Cocotl: T. I., 120. 331-
Códice Borbónico: T. V., 93, Coloacatonco: T. IV., 94.
94, 141, 183. Colón, Cristóbal: T. IV., 116,
Códice Borgia: T. V., 27, 38, 339'
57, 58, 59, 62, 63, 74, 89, Coltzin: T. TIL, 128.
93, IOO, IOI, 102, 126, 128, Compostela, España: T. I.,
140, I4I, I43, 147, 153, XVI.
165, l8l. Concepción, Barrio de la (ciu¬
Códice Laud: T. V., nj. dad de México) : T. I., 81;
Códice Magliabecchiano: T. V., T. III., 269, 270.
25, 142, 164. Concepción, Iglesia de la: T.
Códice Mendocino: T. V., 22, IV., 93, 95, 102.
28, 29, 61, 215, 228. Consejo de Indias: T. I.,
Códice Tellerianó Remense: T. XLIIL, XLIX, 83.
V., 70, 101, 128. Contectl: T. IV., 333.
Códice Vaticano A.: T. V., Copalnamacoyan : T. IV., 100.
100. 207, 212, 213.
Cogolludo, Fr. Diego López Copilco: T. IV., 308; T. V.,
de: T. IV., 364. 112.
Cohuatecatl: T. IV., 303. Copolco: T. II., 270.
Cohuatepec: T. IV., 246; T. Cordovanes, calle de: T. IV.,
V., 18, 20, 29, 46, 66, 67, 126.
68, 69. Cornvn, John: T. I., LIV,
Colegio de San Ildefonso: T. LXVI. '

302
Cortés Hernando: T. II., 278, 25Ó, 258, 260, 261, 281, 282,
286, 290, 291, 292; T. IV., 284, 286; T. V., 112, 113.
10, 18, 19, 29, 31, 32, 33, Coyolxauhqui: T. I., 259, 260,
34. 4i. 43- 44. 46, 48, 53- 261; T. V., 66.,
55- 56- 58, 59- 60, 61, 62, Coyonacazco: T. II., 240; T.
63, 64, 65, 67, 68, 69, 70, IV., 92, 93, 105, 203.
71, 73, 74, 80, 82, 85, 86, Coyotlinauatl: T. II., 389, 390,
103, 106, 107, 108, 109, 39C 392> 393; T. V., 22.
no, 115, 118, 119, 120, 121, Coyoueuetzin: T. IV., 98, 108,
122, 123, 124, 125, 126, 137, 109, 210, 211, 214, 216,
141. 153* 154. 161, 165, 174, 217, 218, 219, 221.
175, 222, 240, 241, 242, 243, Cozamaloapan: T. V., 211.
244, 245, 246, 247, 249, 250. Cozauhqui Xiuhtecutli: T. I.,
251. 253. 254. 255, 256, 257, 227.
258, 259, 260, 261, 262, 263, Cozcaapan: T. I., 280.
264, 266, 267, 268, 269, 270, Cozcamiauh: T. I., 108.
271, 272, 273, 274, 275, 276, Cozcaquauhtenco: T. II., 280.
277, 278, 279, 280, 281, 282, Cozcatlan: T. V., 76, 85, m.
283, 284, 285, 286, 287, 288, Cozmatzin: T. II., 339.
289, 290, 291, 292, 296, 297, Cozollan: T. II., 281.
298, 299, 300, 301, 302, 303, Cozumel: T. IV., 355.
3°4- 305, 3°6. 30/. 3°9- 3I0> Cruz, Francisco de la: T. I.,
312, 314. 3IS- 3i6> 3!7. 3j8, LXVIII.
3:9> 320, 321, 323, 324, 325, Cuachtlapuhcoyaotzin: T. V.,
326, 327, 328, 329, 330, 331, 189.
332, 334- 345- 346, 356, 358, Cuatepec: T. IV., 116, 122.
359- 360, 361, 362, 363, 364, Cuauhtinchan, Cohuatlychan:
365- T. IV., 150, 248.,
Costa Rica: T. L, 3. Cuauhtitlan, Quauhtitlan: T.
Couixco: T. III., 222, 292. L, 81, 190, 279, 371; T. II.,
Coxtemexi, Cristóbal: T. IV.,
IOX 35V 35C 354, 359,
3I5- 373; T. IIL, 104, 105; T.
Coyoacán: T. I., 190, 197; T. IV. , 84, 85, 191, 192; T.
II., 280, 283; T. IIL, 293, V. , 59, 63, 64, ni, 114.
297; T. IV., 85, 193, 251, Cuautitlan: V. Quauhtitlan.

303
Cuba: T. IV., 330, 355, 358, Cuezaltzin: T. I., 29, 71; T.
359. 362. v., 73.
Cuepopan: T. IV., 209. Cuezcoma: T. II., 281.
Cuernavaca: T. III., 380. Cuitlahuac: T. II., 281; T. III.,
Cuetlaxtlan, Cotaxta: T. II., 297; T. IV., 53, 54, 57, 90,
283; T. IV., 35, 115, 134, 91, 98, 99, 157, 200, 201,
136, 140, 143, 240; T. V., 202, 209, 210, 211, 251,
211. 268; T. V., 104, 105, 124,
170.
Cueva, provincia de (en Pana¬
má) : T. L, 137. Cuitlahuatzin: T. II., 287; T.
IV., 82, 240, 241, 245, 280,
Cuevas, P. Mariano: T. L, LV,
LXIII, LXXVI. 344-
Cuitlalpitoc: T. IV., 26 134.
Cuexcoch: T. I., 275. Cuitlapilco: T. II., 280.
Cuextecatl: T. IIP, 140; T. Culhuacan: T. II., 279, 282; T.
IV., 28.
IV., 53, 54, 200, 251, 254,
Cuextlan: T. II., 281, 282, 261, 268; T. V., 107.
281; T. III., 130, 164, 165, Cumplido Ignacio: T. I.,
166, 188, 292. LXXX.

Damián, Miguel: T. III., 270. Dolores (Hidalgo) : T. IV.,


Daniel, Pedro: T.* III., 175. 116.
Dávila Garibi, J. Ignacio: T. Domínguez, Gonzalo: T. IV.,
IV., 12. 357.
Díaz Agustín: T. IV., 363. Dorantes de Carranza, Balta¬
Díaz de Auz Miguel: T. IV., sar: T. IV., 12.
360. Dorantes, Martín: T. IV.,
Díaz de la Reguera, Alonso: 328.
T. IV., 362. Durango: T. III., 378.
Díaz del Castillo, Pernal: T. Durán Fr. Diego: T. III., 329;
IV-, 345- 355- 356, 358, 359- T. V., 95, 125, 189, 206.
360, 361, 362, 363. 230.

3(M
E
Ecatenpatiltzin: T. IV., 136. Escalona, Fray Alonso de: T.
Ecatepec: T. II., 280; T. IIL, L, XLIL, 82.
143, 261. Escuela Nacional de Medicina :
Ecatl, Ehecatl: T. II., 259. T. III., 330.
Ecatl, Martín: T. II., 284. España: f. I., L. LXXI,
Ecatzin: T. IV., 204. LXXVI, 12, 53, 82, 83; T.
Egipto: T. L, 60. II., 278; T, III., 169, 183,
Eguía, Francisco: T .IV., 122, 184, 185, 189, 210, 213,
192. 214, 219, 220, 221, 227, 237,
Enriquez, Martín: T. III., 202
269, 270, 272, 283, 290, 302,
305, 306, 378; T. IV., 17,
294> 304.
61, 126, 275, 282, 335, 339,
Enseñanza, calle de la: T. IV.,
126. 355- 359-
Espíritu Santo, Villa del: T.
Eoacalco: T. I., 228.
IV., 284, 297, 305, 307.
Epcoatl: T. I, 218.
Estrada, Alonso de: T. IV.,
Escalante, Juan de: T. IV., 304, 306.
120, 356.
Europa: T. III., 302, 306, 329.
Escalerillas, calle de: T. V., Eva: T. I., 19; T. II., 180,
181, 185. 181; T. IV., 18.

Felipe II: T. IV., 21, 113. T. III., 329; T. V., 9, 226.


Felipe III: T. IV., 333.
Florida: T. I., 9.
Fernández de San Salvador,
Francia: T. I., 11.
Agustín Pomposo: T. IV.,
117-
Fuenclara, conde de: T. IV.,
116.
Filipinas: T. IV., 17.
Flandes: T. III. ,11o. Fuente, Agustín de la: T. I.,
Florencia: T. I., VII, XL, XLVIII, LXXVIII,
XLVI, XLVIII, LXXV; LXXXL

305
Gante, Fr. Pedro de: T. IV., T. III., 372; T. IV., 331,
288, 299.
3ó3j
Garay, Francisco de: T. IV., Gómez de la Cortina, José: T.
289, 290, 291, 346, 359, L, L.
360. Gómez de Orozco, Federico:
García, Bartolomé: T. IV., T. I., XIII, XX, XXI,
357. XXXII, LV, LVIII, LX,
García de Olguín: T. IV., 280. LXV, LXVII, LXXVI,
345- LXXX; T. III., 325; T. IV.,
García Gutiérrez, P. Jesús: T. 11.
I., LXXVI. Góngora, Bartolomé de: T.
García Icazbalceta, Joaquín: IV-, 363, 364.^
T. I., VII XIII., XVI., González, Canónigo Juan: T.
XVIII, XXI, XXII, XXV, L, XLVII, LXXVI.
XXVI XXVIII, XXX, González, Dávila, Gil: T. IV.,
XXXI, XXXII, XXXIII, 327*
XXXV, XLV, XLVI, LI, González de Trujillo, Pedro:
LV, LVII, LIX, LXI, LXV, T. IV., 357-
LXVIII, LXX, LXXI, González Obregón, Luis: T. I.,
L X X I X, L X X X 11, LXXV, LXXVIII.
LXXXIII, LXXXIV; T. González, Pedro: T. I.,
IV., 363, 364; T. V., 60, LXXXI.
67, 84, 86, 125, 144. Grado, Diego de: T. L,
García, Miguel: T. L, LXVII; LXXXI, 81.
T. III., 270. Gran Chaco: T. V., 89.
García Panes, Diego: T. IV., Grijalva, Juan de: T. IV., 26,
117, 118. 27> 137-
Gates, W. E.: T. I., LVIII, Guadalupe: T. I., 120.
LXVIII. Guadalupe, Ntra. Señora de,
Godoy, Diego de: T. IV., 297. de México: T. L, XI, LUI,
Goicoechea, Manuel de: T. L, LXXVI, LXXIX; T. IIP,
LXXI. 299; T. IV., 7.
Gomara, Francisco López de: Guatemala, Quauhtemallan: T.

06
I., 3» 7; T. IL, 284, 324; Guatulco: T. III., 53.,
T- HI-» 53> 62, 136, 267, 292;
Guerrero, Estado de: T. V.,
T. IV., 96, 292, 293, 294,
148.
295, 296, 297, 329, 360,
362, 366; T. V., 85, 86, 215, Guzmán, Ñuño de: T. IL,
234- 282.

H
Habana: T. L, 20; T. IV., Huamantla: T. IV., 150.,
357- Huatoxco: T. IV., 284.
Hecatempatitzin: T. IV., 163. Huaxacac: T. IV., 285, 305.
Hércules: T. I., 15., Huaxtepec: T. III., 287, 250,
Hernández, Felipe: T. III., 251, 252.
270.
Huehuequauhtitlan: T. L, 279.
Hernández, Dr. Francisco: T. Huehueteotl: T. I., 29, 71; T.
HL, 329, 330, 382; T. V.,
V., 73-
87, 173, 211, 212, 213, 214,
Huehuetoca: T. IV., 124.
232.
Huehueytlan: T. IV., 297.
Hernández, Francisco: T. IV.,
81, 84. Hueitzompantli: T. I., 224.
Hernández, José: T. I., LXVII. Huemac: T. L, 270, 271, 272,
Hernández, Pedro: T. I., 273-
LXVII. Huetzinco: T. I., 277.
Hernández Puertocarrero, Huexotla: T. II., 286, 287, 359.
Alonso: T. IV., 356. Pluexotzinco: T. I., 128, 219,
Herrera, Antonio de: T. IV., 339; T. II., 141, 273, 285,
363- 330, 333. 334! T. III., 84,
Hibueras: T. IV., 123, 302, 292, 293; T. IV., 160, 245,
250, 254, 257, 266; T. V.,
3°3> 331. 333. 336-
Honduras: T. IL, 282, 284, 38-
286; T. III., 149, 163; T. Hueymolan: T. IV., 331.
IV., 327, 329. Hueytlato: T. IV., 329.
Hospital de la Concepción: T. Huitzilatl: T. I., 193; T. II.,
II., 291; T. IV., 56, 58. 280.

307
Huitzilihuitl: T. II., 279, 283; 169, 197, 216, 262, 363; T.
T. V., 48. V., 13, 17, 18, 19, 20, 21,
Huitzilinquatec: T. L, 225. 26, 65, 66, 67, 68, 69, 78,
Huitzilopochco: T. L, 193; T. 80, 84, 112, 125, 166, 171,
n„ 280,351,354,359,373; 177» 179» 182, 183, 188,
T. IV., 54, 158, 268. 190, 191, 218, 227, 229.
Huitzilopochtli: T. L, 15, 63, Huitznahua: T. II., 263.
66, 67, 96, 100, 105, 106, Huitznahuac: T. I., 137, 167,
IX5» 123, 137, 139, 140, 197, 199, 215, 222.
141, 142, 168, 177, 180,
Huitznahuac Calmecac: T. I.,
181, 187, 188, 193, 196, 197, 222.
198, 204, 215, 216, 218, 221,
Huitznahuac Calpulli: T. L,
224, 228, 229, 232, 259, 260,
229.
261, 262, 263, 264, 265, 268,
Huitznahuac Teocalli: T. L,
27S 298> 339» 34o; T., II.,
272, 289, 292, 322, 323, 325, 221.

329» 341» 342, 343» 357» 366» Huitznahuatlailotlac, Diego:


375» 376, 380, 382, 383, T. II, 284.
384; T. IV., 23, 63, 64, 88, Huitztepeualco: T. I., 222.
101 ,102, 104, 132, 166, 167, Huitztlampa: T. L, 261.

Iacalco: T. IV., .97. Impiltzinco: T. IV., 286, 287.


Icpatepec: T. II., 281. Indias Occidentales: T. I., 53;
Icquintepec: T. IV., 294. T. III., 302, 303.
Icxicohuatl: T. V., 112. Inglaterra: T. I., 11.
Ihuitltemoc: T. II., 52. Ioaltecatl: T. I., 120.
Ilancueye: T. V., 84. Irimbo: T. IV., 125.
Iliacac: T. IV., 193. Isla Española: T. I., 3.
Illamatecutli: T. I, 108, 203, Islas de la Especiería: T. III.,
204, 205; T. V., 126. 305..
Ilhuicatitlan: T. I., 224. Israel: T. I., 58, 368; T. IV.,
Ilhuicatl Xoxouhqui: T. L, 19.
218. Itepeyoc: T. I., 215, 229.

308
Itlacauhtzin : T. II., 287. Ixtlilxochitl, Fernando: T.
Itzcoatl: T. I., LXXVI; T. II., IV., 123, 245, 246, 247, 248,
279, 283, 285; T. III., 138; 249, 250, 251, 252, 253,
T- lv-> 57, 3I3- 254> 255, 256, 257, 258, 259,
Itzcoatzin: T. II., 339.
260, 261, 262, 263, 264, 265,
Itziucan: T. II., 363. 266, 267, 268, 269, 270, 271.
Itziuhcohuac: T. IV., 288. 272, 273, 274, 275, 276, 277,
Itzocan: T. IV., 245, 255, 266, 278, 279, 280, 281, 282, 283.
285, 288. 284, 285, 286, 287, 288, 289,
Itzpapalotl: T. V., 54, 62, 63, 290, 291, 292, 296, 297, 298,
64, 83, 127, 131.
299. 300, 301, 304, 305, 306,
Itzpapalotzin: T. IV., 98. 307. 308, 309, 310, 311, 312,
Itzquauhtzin: T. IV., 59, 65,
31!, 315. 316, 317, 318, 320,
66, 163, 172, 177, 178. 321, 323, 324, 325, 326, 327,
Itzquiutzin: T. IV., 209. 328, 329, 330, 331, 332, 333,
Itztepec: T. III., 267.
334, 335-
Itztlacoliuhqui: T. I, 178. Ixtocquatzin: T. IV., 258.
Itztolco: T. V., 74, 188.
Izancanac: T. IV., 316, 317,
Itztolli: T. V., 65. 318, 319.
Ixcozauhqui: T. I., 29, 31, 71, Izoatlan: T. II., 341.
97, 109, 110, 183, 210, 211, Izquinquani, Alonso: T. IV.,
213, 239; T. V., 73, 188. 303, 305, 333-
Ixcuina, Ixcuiname: T. I, 24, Izquitlan: T. I., 196.
27, 70.
Izquitecatl: T. I., 52, 73, 112,
Ixillantonan: T. I., 190. 190, 314.
Ixtectlalocan: T. II., 281.
Iztacalco, San Matías: T. I.,
Ixteocali: T. I., 142.
197.
Ixtlahuacan: T. II., 281.
Iztaccihuatl: T. I., XVII., 48,
Ixtülcuechahuac: T. II., 52.
73- 201, 281, 291; T. IV.,
Ixtlilton: T. I., 37, 64, 71,
47i T. V., 129, 171.
240; T. V., 93, 147, 183.
Iztaciepetl: T. III., 297; T
Ixtlilxochitl: T. II., 285, 286. IV., 153.
Ixtlilxochitl, Ana: T. IV., 302. Iztaccinteotl iteopan: T. I.,
Ixtlilxochitl, Luisa: T. IV., 222.
30.2. Iztac Xiuhtecutli: T. I., 227.

309
Iztapalapan: T. I., 136, 370; 315.
T. II., 269; T. IIL, 297; T. Iztapan: T. IV., 309.
IV., 53, 54, 55, 57, 90, 124, Iztlacamizcoatlailotlac: T. II.,
157. x58, 194» 200, 209, 247, 309.
248, 251, 256, 258, 266, Izucan: T. III., 63.

Í
Jacovita, Martín: T. I., XXIX, I., XII.
81. Josué: T. IV., 19.
Jalisco: T. III., 367; T. IV., Jourdanet, D.: T. I., VIII, LI,
96; T. V., 83, 95, 149. LV, LXXX, 63, 202, 204,
Jeremías: T. I., 7. 305, 360; T. IL, 107, 206,
Jerusalem: T. I., 7; T. IV., 299; T. III., 233, 323.
126. Juárez, Catalina: T. IV., 346.
Jesucristo: T. II., 288; T. III., Judea: T. I., 7.
300; T. IV., 18, 299, 302, Judas: T. I., 4.
314; T. V., 10. Juno: T. I., 23.
Jiménez Moreno, Wigberto : T. Júpiter: T. I., 16.

Kinsgborouhg: T. I., 63, 136, Krickeberg, Walter: T. I.,


204, 305; T. II., 206; T. LXXXI.
III., 212, 233.

L
Lafitau: T. L, XIV., LV. León, Nicolás: T. I., LXXVI;
Lares: T. IV., 357. T. III., 325, 326, 364.
Lehmann, Walter: T. I., Llave, Pablo de la: T. III.,
LXIII, LXXX, LXXXI. 325; T. V., 234.
León, Fr. Martín de: T. I., Loa, Guillen de la: T. IV., 359.
XXXIII; T. V., 167. Londres: T. IV., 118.

310
López de Avila, Hernando: T. Lumholtz, Karl: T. V., 95.
IV» 356* . Luna, Felipe de: T. IV., 116,
Lope', Francisco: T. IV., 360. 117.
López, Gerónimo: T. IV., 361. Luna, Lorenzo de: T. IV., 300.

M
Macatzintamalco: T. IV., 71. Manrique, Aurelio: T. I., XII.
Maceuhcatzin: T. II., 52. Mapachtecatl: T. II., 341.
Macuilcali: T. L, 218; T. II., Mapachtepec: T. II., 280.
387, 388; T. V., 42. Maravatio: T. IV., 125.
Macuilcipactli: T. L, 222. Mar del Norte : V. Atlántico.
Macuilcipactli iteopan: T. I., Mar del Sur: T. III., 164,
222. 168.
Macuilcuitlapilco: T. IV., 179. Marina, Malintzin: T. IV., 41,
Macuilmalinalli: T. I., 226. 43> 58, 63, 74, 76, 110, ni,
Macuilmalinalli iteopan: T. L, ii2.} 148, 162, 165, 182, 185,
226. 221, 223, 327.
Macuilocelotl: T. II., 390. Marín, Luis: T. IV., 359.
Macuilquiauitl: T. I., 218. Martínez, Antonio: T. L,
Macuiltochtli: T. II., 390, 391. LXVIL
Macuiltotec: T. L, 228; T. IV., Matías, Gaspar: T. III., 269.
92, 203, Matlalcue: T. I., 103, 186.
Macuilxochitl: T. I., 32, 63, 71, Matlalcueye: T. IIL, 297, 360.
327; T. IV., 271; T. V., 26, Matlatzinco: T. IIL, 127; T.
42, 76, 92, 93, 95, 126, 147, IV., 273.
178, 180, 183, 185. Matzal: T. IV"., 329.
Madrid : T. L, XLVIII, XLIX, Maxcatlzinco: T. IV., 140.
LXIX, LXXV; T. IV., 127, Maximiliano, Bonifacio: T. I.,
351; T. V., 196. LXXXI, 81.
Malinalco: T. III., 268; T. IV., Maxizcatzin: T. IV., 125.
272, 273. Mayahuel: T. I., 103, 186; T.
Malinaltenanco: T. II., 280. IIL, 139; T. V., 117, 142.
Mamalhuazco: T. V., 46. Mayeoatzin, Mazeoatzi: T. IV.,
Managua: T. V., 190. 91, 98, 201, 202, 211.
Mazatepec: T. V., 64. México, ciudad de: T. I., IX,
Mazatlan: T. L, 197; T. II., XVI, XVII, XVIII, XIX,
280, 381; T. IV., 319, 320; XXXII, XXXIX, XLI,
T. V., 112. XLV, L, LI, LXIV, LXVII,
Mazatltecutli: T. III., 129. LXXIV, LXXVI, LXXIX,
Mazatzintamalco: T. II., 381; 8, 34, 44, 81, 92, 187, 218,
T. IV., 178, 220. 219, 237, 262, 370, 371; T.
Mazatzintecutli: T. II., 286. II, 102, 238, 266, 269, 270,
Mecatlan: T. I., 224, 240; T. 272, 278, 279, 280, 281, 282,
V., 71, 75> 76, 77. 284, 285, 286, 288, 289, 291,
Mecitl: T. III., 136. 292, 312, 324, 339, 342, 343,
Medel. Francisco: T. IV., 361.
344, 345» 354. 355. 356. 357.
Medellin: T. IV., 140. 35S. 359. 364. 373. 375-
Melgarejo de Urrea, Fr. Pe¬ 390; T. III., 62, 88, 90, 109,
dro: T. IV., 361. 112,131,133,135,136,138,
Mendexeto: T. IV., 328. 142,143,158,164,188,272,
Mendieta, Fray Gerónimo de: 276,293.. 295,296,298,299,
T. I., XLII, LV, LXX, 82; 301, 302, 305, 306, 307,
T. V., 84, 85, 124. 329; T. IV., 26, 27, 32, 33,
Mendoza Antonio de. T. II., 34. 35. 39. 40, 41, 43, 45,
283, 284; T. III., 90. 46, 48, 49, 51, 52, 53, 54,
Mendoza, Fray Diego de: T. 55, 56, 57, 58, 62, 63, 67,
I., 81; T. III., 298. 68, 69, 70, 72, 74, 76, 80.
Mendoza, Diego de: T. I., 79. 81, 82, 84, 85, 86, 89, 90,
Mérida: T. IV., 366. 103, 106, 107, 108, 109, 110,
Mesa (Conquistador) : T. IV., ni, 112, 113, 114, 115, 116,
357* 117, 118, 119, 123, 124, 125,
Metepec: T. II., 280. 126, 127, 132, 134, 135, 141,
Mexicaltecutli: T. IV., 333. T43> !5i, i52> i56> r57> 162,
Mexicatl Achcauhtli: T. IV., 171, 174, 179, 181, 188, 189,
109, 218, 221, 222.: 190, 191, 192, 193, 200, 203,
Mexicatlalli: T. III., 296, 360. 204, 2IÓ, 222, 223, 24O, 24I,
Mexicatzinco: T. IV., 53, 54, 242, 244, 245, 246, 247, 248,
90, 158, 200, 251, 268. 249, 25O, 251, 254, 256, ,257,
México-Calmecac: T. I., 220. 258, 259, 2Ó0, 264, 265, 267,

312
270, 272, 273, 274> 275, 280, 322, 327; T. II., T. II., 18,
281, 282, 283, 284, 285, 288, 82, 92, 172, 203.
289, 291, 292, 293, 294, 296, Mictlantonco: T. IV., 74 179,
297> 298, 301, 302, 303, 304, 182.
305, 306, 311, 313, 328, 329, Miczotziyautzin: T. II., 339.
330, 331, 333, 334, 335, 336, Mier, Fr. Servando de: T. IV.,
342, 343- 345- 346, 355, 360, II5-
361, 362, 363, 364, 366; T. Milintoc: T. I., 209.
V., 9, 17, 22, 26, 28, 29, 31, Milnauatl: T. I., 103, 186; T.
32, 76, 80, 85, 88, 89, 100, V., 139.
1x2, 124, 125, 140, 143, 195, Mimich: T. V., 55, 64, 65.
21 [, 226, 228, 232, 234, Mimizcoa: T. II., 259; T. V.,
237- 55, 59, 64, 81, 83, 84, 125.
México, Estado de: T. III., Miquiz: T. I., 321.
37 Mixcoapan tzompantli: T. L,
México, Laguna de: T. I., 51, 219.
93, 119; T. III., 170, 171, Mixcoatechialtitlan: T. IV.,
:72, 173, 191, 298, 371. I79-
Mexitzincontzin: T. IV., 304. Mixcoateupan: T. I., 105, 224.
Mextitlan: T. III., 290. Mixcoatl: T. I., 104, 105, 189,
Michoacan: T. I., 53; T. II., 190, 192, 219, 220, 224; T.
71, 324i T. III., 134, 164, II., 71, 141; T. III., 135; T.
377i T. IV., 283, 286; T. V., 83, 84, 88, 100, 105,
V., 143, 239. 126, 131, 138, 179, 184,
Michoacatlalli: T. III., 296, i85.
360.
Mixcoatlailotlac: T. II., 309;
Mictecacihuatl: T. L, 283. T. IV., 216, 218, 222.
Mictlan: T. II., 281; T. IV., Mixteca mixtecapan: T. IV.,
148. 285, 297; T. V., 20.
Mictlancalco: T. I., 282. Mixtecatl: T. V., 85.,
Mictlanquauhtla: T. IV., 26, Mixtecatlalli: T. III., 296.
28, 134, 136. Mizquic: T. IV., 53, 90, 157,
Mictlantoncomacuilcuitlapilco : 200, 209, 251, 208.
T. IV., 72. Moch i u h quecholtzomatzin,
Mictlantecutli: T. I., 283, 285, Francisco: T. IV., 300.

3I3
Molanco: T. II., 280. 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39,
Molina, Fr. Alonso de: T. L, 40, 41, 42, 46, 47, 48, 49.
XII, XVII, XXI, XXII, 5°, 51, 52> 53, 54, 56, 57-
XXXV, L V 111, LIX 58, 59, 6o, 62, 63, 64, 65,
LXVII, LXVIII; T. IIL, 66, 67, 69, 70, 73, 74, 81,
367, 369, 370, 371, 373; T. 82, III, 112, 115, II9, 120,
V., 20, 38, 58, 60, 62, 77, 121, 126, 133, 134, i35>
78, 89, 103, 106, 130, 148, 136, i37> x39> I4L 142,
156, 157, 161, 171, 172, 143, 144, 145, 146, 147, 148,
173, 185, 203, 204, 212, 149, 152, 153, 154, 155,
213, 214, 229, 231, 233, 234. 156, 157, 161, 162, 163, 164,
Molpilia: T. IL, 273. 165, 166, 171, 172, 173, 174,
Monardes, Dr. (Conquista¬ 177, 178, 181, 184, 194,
dor) : T. III., 378. 224, 239, 240, 241, 242,
Monenequi: T. II., 51. 243, 244, 245, 280, 344,
Montejo, Francisco de: T. IV., 346; T. V., 85, 142, 166,
356. 172, 217, 218.
Mopilcalanco: T. IV., 295. Moteccuzoma Ilhuicamina: T.
Moquequeloa: T. II., 59- 11., 59, 279, 283; T. IV.,
Moquihuixtli: T. II., 280, 283, 57, 162.
Motelchiuh, Andrés: T. II.,
34°C
Morejón de Lobera, Rodrigo: 282.
T. IV., 366. Motelchiuhtzin: T. IV., 217,
Moreno, Manuel M. T. L, 218, 221, 222.
LXIII. Motlauhxauhcan: T. III., 238.
Moría, Francisco de: T. IV., Motolinía, Fr. Toribio de: T.
356.
1., XXIV; T. IV., 140; T.
Morón (Conquistador) : T. V., 84, 144.
IV., 357. Motolinía, Miguel: T. III., 270.
Moteccuzoma: T. I., 30, 42, Motul: T. L, 86.
92, 124, 127, 128, 190; T. Moyocoya: T. I., 67; T. II.,
II., 59, 102, 273, 278, 280, 218.
281, 289, 290, 291, 308, Moyocoyatzin: T. L, 266.
309. 3IO> 344, 358; T. IV., MS. Col, Aubin-Goupil: T.
24, 25, 26, 27, 28, 29, 32, V., 51, 59, 64, 70, 86, 87,

3H
ios, io7, ii2, i24, 177’ Museo N. de Arqueología,
181. Historia y Etnología de Mé¬
Muñoz Camargo, Diego: T. xico: T. L, , VIII, IX
III. , 371; T. V., 47, 64, 99, XLVIII, LII, LVII, L1X;
100, 129. T. IV, 363; T. V., 238.
Muñoz, Juan Bautista: T. L, Museo Real de Berlín: T. V.,
VII, X, XLIX, LXXIX; T. 236.
IV. , 7. Museo Real de Stuttgart: T.
Museo de Bruselas: T. V., 238. V., 238.

Naco: T. IV., 330. Necoc Yaotl: T. I., 17, 67,


Nacovnito: T. IV., 307. 134, 266, 321; T. II, 51;
Nacxitl: T, I., 44, 64; T. V,. T. V., 59.
190. Necocyxecan: T. I., 164.
Nanauatzin: T. II., 237, 238, Nentlamatitzin: T. II., 341.
259; T. V., 108. Netlatiloyan: T. I., 224, 226.
Nancotíaceuhqui: T. I., 228. Netotiloyan: T. I., 225.
Nappatecutli (Uno de los Tla- Newberry Library, Chicago:
loque) : T. L, 46, 64, 72, T. I, XXV.
227. Nexatl: T. III., 292, 358.
Narváez, Pánfilo de: T. II., Nextlatilolco: T. IV., 85, 193.
292; T. IV., 63, 67, 68, 120, Nezahualcoyotzin: T. II., 144,
T2i, 122, 166, 192, 359, 285, 287; T. IV., 239, 242,
36o, 365. 246, 299, 302, 313, 331.
Naualpilli: T. II., 387, 388; Nezahualpilli: T. II., 285; T.
T. V., 42, 43. IV., 244, 245, 247, 249,
Nauhtecutli: T. IV., 53. 265, 266, 314.
Nauhiotecatl: T. II., 348. Nezaualpilli (Tezcatlipoca) : Ib
Naulitlantoztlan: T. IV., 28. I., 67, 266.
Nautlan: T. IV., 1x5, 136. Nezahualquentzin: T. IV., 241,
Navarro, Fray Miguel de: T. 242.
L, XLII, LXXVI, 81, 82 Nicaragua: T. IV., 307, 329;
83. T. V., 97, 190.

315
Nieto, Juan: T. IV., 324. Nopallan: T. II., 281.
Nito: T. IV., 318, 324, 327. Nortes, Ginés: T. IV., 355.
Nochixtlan: T. II., 284. Nueva Galicia: T. I., 3.
Nonoalco: T. L, 128, 196; T. Nueva Vizcaya: 1'. I., 3.
II., 381; T. IV., 85, 89, 92, Numancia: T. IV., 343.
180, 193, 198, 199, 201, Núñez, Andrés: T. IV., 359.
202; T. V., 21, 106, 109, Nutall, Zelia: T. IV., 11; T.
IIO, III. V., 239.

O
Oappatzan: T. I., 196. Omeíochtli: T. I., 52, 73, 220;
Oaxaca: T. III., 306; T. V., T. V., 164.
140, 180, 225. Omeyocan: T. V., 88, 142.
Oaxaca, Valle de: T. V., 85. Omitían: T. II., 341.
Ocelotl: T. II., 214. Onohualco: T. V., 109, 110.
Ocuillan: T. II., 280. Opochtli: T. I., 39, 64, 72,
Olea, Cristóbal: T. IV., 270. 240; T. V., 17, 18, 170, 176,
Olid, Cristóbal de: T. IV., 255, 177-
258, 259, 260, 261, 283, Ordás, Diego de: T. IV., 357.
286,304,356,358. Orden de Calatrava: T. IV.,
Olmecatl Uixtotli: T. III., 139; 351.
Tu V., 85, Tío. Orduña el Viejo: T. IV., 361,
Olmos, Fr. Andrés de: T. I., 362.
XXXIV, LXXX; T. V., Orozco, Francisco de: T. IV.,
62, 147. 357-
Omacame: T. I., 223. Orozco y Berra, Manuel: T.
Omacatl: T. I., 35, 64, 71, III., 371; T. IV., 12.
115, 222, 330; T. V., 26. Oroz, Fr. Pedro de: T. I.,
Omecihuatl: T. II., 163, 191, XXI, XXXV, LVIII,
192; T. III., 113; T. V., 88, LXXVIII.
142. Ortiz, (Conquistador) : T. IV.,
Ometecutli: T. II., 163, 191, 357*
192; T. III., 113; T. IV., Otamoztepec: T. IV., 308.
59, 88, 142. Otlatlan: T. IV., 292, 293,

3í6
294. 248, 255, 288, 303; T. V.,
Otocoatl: T. IV., 74.
85.
Otomitl: T. V., 85. Ovando, Juan de: T. I., LXX,
Otón: T. III., 121.
83.
Otoncapulco: T. IV., 73, 181. Oviedo, Gonzalo Fernández de:
Otoncoatl: T IV., 181. T. I., 20, 86, 137; T. III.,
Otontecutli: T. III., 126, 199; 380; T. IV., 363; T. V., 96.
T. V., 84, 88, 107, 108, Oxomoco: T. I., 307; T. III.,
112, 113, 131, 145.
112, 137; T. V., 96.
Otonteocalco: TI IV., 74. Oztoc: T. I., 143.
Otumba Otompa: T. II., 256, Oztoticpac: T. IV., 150.
359; T. IV., 79, 121, 122, Oztotlan: T. III., 164.

P
Pachuca: T. V., 205. 131, 136, 140.
Pahuatla: T. IV., 288. Pánuco, Panco: T. I, 9; T.
Painal. T. I., 16, 106, 172, III, 130, 140, 221; T. IV,
i73> 196, 197, 198, 211, 288, 289, 291, 295, 328,
215; T. V., 21, 227. 359, 360; T. V, 205.
Palestina: T. I., 11; T. III., Papaloapan: T. V, 144.
302. Papaluca: T. IV, 288.
Palma, Miguel: T. V., 17. Papantzin Oxomoc: T. IV,
Panamá, Istmo de: T. I., 138. 280, 300.1
Panes, Diego: T. I., VII, VIII, Papayca: T. IV, 327, 328,
X, XII, XLIX, L, LI, 136,
329.
176, 181, 204, 305; T. IV, Papaztac: T. I, 52, 73, 225.
7, 363.
Papaztactzocaca: T. III, 139.
Panoayan: T. III, 130, 131, Paso y Troncoso Francisco
136. del: T. I, VIII, IX, X, XI,
Pantecatl: T. I, 52, 73; T. XII, XXXIX, XLIV, XLV,
III, 139., XLVI, XLVII, XLV.1II,
Pantitlan: T. I, 51, 119, 120, XLIX, LII, LVI, LVII,
152, 153. LXII, LXVIII, LXIX,
Pantlan, Panotlan: T. III, 130, LXX, LXXI, LXXII,
Saliagún V, 21
317
LXXIII, LXXIV, LXXV, Pío V: T. L, XLII, XLVII.
L X X V I, LXXVIII, Pío VIII: T. I., XLII.
LXXIX, LXXXI, 136, 176, Pipitlan: T. V., 23, 186, 190.
204, 225, 305; T. IIL, 326, Pizacura: T. IV., 329.
329, 330; T. IV., 12., Platón: T. I., 366; T. II., 241.
Paynalton: T. II., 381, 382, Pochotl: T. IV., 328.1
383. Pochtlan: T. I., 225, 240; T.
Paz Ireneo: T. I., Vil, LI, n., 350, 380;
t. v.,
74,
LXXX. 188.
Pefiafiel, Antonio de: T. I., Ponce, Luis: T. IV., 346.
XXVII, XXXIV, XXXV, Popocatepetl: T. I., XVII, 48,
LXIII. 73, 201, 281, 291; T. III.,
Peralta, Gastón de: T. IIP, 292, 297, 300, 360; T. IV.,
47, 125, 127, 153; T. V.,
293-
129, 171.
Pérez, Juan: T. I, LXVII.
Popocatzin: T. IV., 222.
Pérez, Pedro: T. I., LXVII.
Popotlan: T. I., 196, 216; T.
Perú: T. I., 33; T. III., 76,
11., 381; T. IV., 73, 180: T.
177, 226, 231, 305; T. IV.,
V., 21.
17, t8.
Popotltemi: T. L, 179.
Petlacalco: T. IV., 73, 74, 180, Popoyotzin: T. II., 340.
182.
Popozonaltepetl: T. III., 139,
Petlauhtzin: T. IV., 216, 218, 140.
221, 222.
Pou v Martí, P. José María:
Pico de Orizaba: T. I., XVII. T. I., XXIII.
Pichardo, Esteban: T. I., 20, Poyautecatl: T. I., 48, 281; T.
T37- 111., 297; T. V., 46, 47.
Piltzitecutli: T. V., 99, 102, Poyauhtla: T. I., 120, 219; T.
136,147.
v., 35- 37-
Piltzintli: T. IV., 333; T. V., Poyautlan: T. III., 371; T. V.,
137- 47-
Pimentel, Hernando: T. II., Prescott William H.: T. IV.,
286. 358.

Pinotl: T. IV., 26, 134, 136. Proserpina: T. V., 103.

318
Puebla: T. V., 85.
Puerto de Navidad: T. IV.,
Puebla Valle de: T. L, XVII
330-

LV.

a
I07, 123, 200, 201, 202,
216, 218, 219, 221, 223, 246,
Ouaquapitzaoac: T. II., 283, 247, 248, 249, 250, 251, 253,
339- 256, 257, 263, 266, 268, 272,
Quatlapanqui: T. L, 239; T. 274, 275, 277, 278, 279, 280,
IIP, 139. 281, 288, 291, 292, 296, 297,
Quatlauicetecutli: T. II., 287.
3o 3 > 304, 306, 307, 310, 311,
Quauchtloitactin, Juan: T. IV., 312, 313, 315, 316, 318. 319,
300.
336, 344, 346.
Quauecatitlan: T. IV, 93, 204. Quauhtemallan: V éase Gua¬
Quauhacalco: T. III., 175. temala.
Quauhnahuac: T. I., 9, 190; Quauhtenanco: T. II., 341.
T. IL, 279, 283; T. III., Quauhtepetl: T. L, 120.
238, 263; T. IV, 252, 255, Quauhtexcalla: T. IV., 45.
250, 266, 272, 288; T. V, Quauhtinchan: T. II., 283.
70.
Quauhtitlan, V. Cuauhtitlan:
Quauhnenec: T. V, 59. Quauhtlatoa: T. II., 283, 339.
Quauhnochtli, Alonso: T. IL, Ouauhtli: T. II., 214.
284.
Ouauhtliztactzin: T. IV, 255,
Ouauhpopoca: T. IV, 120. 264, 268, 269.
Quaulipoyaualtzin: T. IL, 341, Ouauhxicalco: T. L, 219, 221,
359- 222, 223, 242, 336; T. IV,
Ouauhquechol: T. IV, 207. 172, 178.
Quauhquecholan: T. IV, 245, Quauiconoc, Juan: T. II., 284.
250.
Quauitlicac: T. I., 196, 260,
Ouauhquiauac: T. L, 197. 261; T. V, 21, 112.
Ouauhtechcac: T. IV, 153. Ouauquatzin: T. IV, 209.
Quauhtemoc: T. II., 282, 286; Quaxolotl Chantico: T. L, 223;
T. IV, 90, 91, 104, 106, T. V, 126.

319
Quecholan: T. IV., 284. 107, 110, 114, 115, 125, 135,
Ouero, Nicolás: T. IV., 116, 142, 145, 147, 184.
117 - Quetzaltehueyac: T. V., 112.
Quetzalatl: T. III., 292, 358. Quetzaltenanco: T. IV., 293,
Quetzalaztatzin: T. IV., 136, 294; T. V., 22.
i63- Ouetzaltepec: T. II., 281; T
Quetzalaztatzinticociaoacatl: T.
~IV., 284.
IV., 59, 163.
Quetzalxoch: T. I., 120.
Quetzalcoatl: T. L, 17, 49, 63,
Ouetzalpalan: T. IV., 308.
68, 69, 84, 113, 215, 262,
Quiahuiztlan: T. IV., 240.
267, 268, 269, 270, 275, 278,
Quilaztli: T. II., 175, 180, 181,
279, 280, 281, 282, 294, 295,
184, 193, 194, 198, 207;
298, 299, 303, 319, 350; T.
T. V., 30, 84, 119, 124, 125,
II., 68, 90, 114, 163, 195,
126, 168, 174.
197, 198, 212, 2l8, 219, 220,
225, 259, 263, 274, 277, 290; Quinatzin: T. V., 68.
T. IIL, 110, 111, 114, 115, Quiquizcatzin: T. IV., 245,
120, 134; T. IV., 26, 29, 31, 246.
37, 38, 46, 47, 115, 119, 134, Quitzicquaquatzin: T. II., 52.
i37> t38, 139; T* V., 85, 93, Quiyahuilco: T. IV., 307.

Ramírez Cabañas, loaquín: T. 160, 239.


L, XII. Remesal, Fr. Antonio de: T.
Ramírez el Viejo: T. IV., 361. iv., 365.
Ramírez, J. Fernando: T. I., Requena, Pedro de: T. III.,
XX, XXII, XXV, XXVIII, 270.
XXIX, XXX, LXXI, Revillagigedo, Conde de: T.
LXXIV, LXXXII; T. IV., IV., 126.
363- Ribera, Fray Francisco de: T.
Ramírez, Dr. José: T. V., 234. L, 81.
Rangel, Rodrigo: T. IV., 297. Río, Andrés del: T. IV., 124.
Real Museo de Etnología de Río de Cotaxtla: T. IV., 136.
Berlín: T. V., 27, 39, 89, Río de Banderas: T. IV., 136.

320
Río de Janeiro: T. I., LV. Rosa Figueroa, Fr. Francisco
Ríos, Pedro de: T. V., ioi. de la: T. I, XXVII, LVIII,
Robelo, Cecilio A.: T. I., XII. LX.
Roma: T. I., XLII, XLVI, Ruíz de la Mota, Gerónimo:
XLVIII, 53; T. II., 278. T. IV., 362.

S
Saavedra, Hernando de. T. San Francisco: T. III., 300,
IV., 328.
3°4-
Sagunto: T. IV., 343. San Francisco, Orden de: T.
Sahagún, Provincia de León, 1., 6, 7; T. II., 282, 293; T.
España: T. I., XVI. 111., 81; T. IV., 80, 288,
Sahagún, Vila de: T. I., 6. 298, 302, 335.
Salamanca: T. IV., 362. San Francisco de México
Salamanca, Juan de: T. IV., (Convento de): T. I., 81;
122. T- IV., 334-
Salazar, Gonzalo de: T. IV., San Gregorio: T. I., 3.
305. San Hipólito: T. IV., 279.
Salomón: T. IV., 18. San José, Iglesia de: T. IV.,
San Agustín: T. I., 257; T. 334-
III. , 304. San Juan Bautista: T. IV.,
San Antonio de Pádua: T. 244.
IV. , 299, 302. San Juan de los Llanos: T.
San Antonio, iglesia de: T. IV., 150.
IV., 58, 86, 241, 261. San Juan de Ulúa: T. IV., 136,
San Buenaventura, Pedro de: I37» 239, 356.
T. I., LXXXI, 81. San Juan Evangelista: T. TIL,
Sandoval, Gonzalo de: T. IV., 300, 301.
124, 250, 251, 256, 258 San Lucar: T. IV., 17.
260, 261, 263, 264, 269, San Luis Potosí: T. III., 378.
273, 274, 279, 284, 286, San Martín, Barrio de (Ciu¬
287, 325, 33°- dad de México) : T. I., 81;
San Esteban, Iglesia de: T. I., T. IV., 93, 94, 96, 99, 205,
196, 216. 270.

321
San Miguel, Iglesia de: T. L, T. P, XXV, LX.
196; T. IV., 85. Santo Tomás: T. IV., 115 ; T.
San Pablo: T. L, 4, 9. V., 80.
San Pablo, Iglesia de: T. IV., Santo Toribio, (barrio de) : T.
87; T. V., 29, 80. IIP, 270.
Santa Ana: T. III., 300, 301. Satanás: T. P, 9, 74, 122, 253;
Santa Ana, (barrio de) : T. T. IV., 340; T. V., 10.
IIP, 270; T. IV., 201. Saucedo, Francisco de: T. IV.,
Santa Catalina, Iglesia de * T. 359-
IV., 104. Saura, P, Pascual: T. P,
Santa Clara: T. IV., 278. XXIII.
Santa Cruz de Tlatelolco, Co¬ Schmidt, P.: T. P, XLVII.
legio de: T. I., XVII, XVIII, Scio de San Miguel, Felipe: T.
XXIV, LV, L V I, I-, 53-
LXXVIII, 80, 81; T. IIP, Sedeño, Juan: T. IV., 357.
88, 89, 90. Seler Eduardo: T. P, VIII, XI,
Santa Fe: T. IIP, 293. XII, XLIV, LII, LIV,
Santa Inés (barrio de) : T. IIP, LXXX; T. II., 387; T. IV.,
269, 270. 11.

Santa Lucía, Ermita de. T. Seler-Sachs, Caecile: T. P,


IV., 92, 93, 100, 109. LXXX.
Santa María :• T. IIP, 301. Sequera, Fray Rodrigo de: T.
Santa María de los Remedios: P, VII, XLÍI, XLIIT,
T. IV., 73. XLVII, XLVIII, LXX, 3,
Santiago: T. IV., 275, 359. 7, 82; T. IIP, 304; T. V.,
Santiago, Pedro de: T. IIP, 9-
269. Severino, Mateo: T. P,
Santiesteban del Puerto: T. LXXXI, 81.
IV., 291. Sevilla: T. IIP, 378.
Santo Domingo: T. IIP, 304. Síbola: T. IP, 284.
Santo Domingo, Isla de: T. Simeón, Remi: T. P, VIII,
IV., 17, 18. XII, XXXIV, LXXX, 161.
Santo Evangelio, Provincia 170, 176; T. IP, 153; T.
del: T. P, 6. IIP, 17, 62, 212, 279, 325;
Santo Oficio de la Inquisición: T. V., 70.

322
Simón, Francisco: T. III., 269. Solís, Antonio de: T. IV., 121.
Soconusco: V. Xoconochco.

T
Tabasco: T. IV., 140, 284, Tecolotlan: T. III., 163.
307, 308, 309; T. V., 85, Tecomaiztlahuacan: T. II., 281.
110, III. Tecpancaltitlan: T. IV., 212.
Tahuica: T. IV., 323. Tecpantlayacac: T. IV., 35,
Tamazolac: T. V.t 112. 143-
Tamoanchan: T. I., 10; T. II., Tecpantzinco: T. I., 240; T.
277; T. III., 137, 138, 139, IV., 72, 179.
140; T. V., 53, 54, 85, 86, Tecpatlan: T. III., 164.
99, 100, 101, 102, 131, 142, Tecpilpac: T. IV, 282.
143, 146, 148, 161, 181. Tecuciztecatl: T. II., 257, 258,
Tantecayocan: T. IV., 73. 259, 260; T .V., 108.
Tapia, Andrés de: T. IV., 269, Tecutlamacazcatzin: T. IV.,
272. 109, 218, 221, 222.
Taras: T. III., 135. Tehuantepec: T. II., 341, 355;
Taxaytetl: T. IV., 322, 323. T. IV., 285, 292; T. V.,
Tecaltzinco: T. IV., 150. 190.
Tecamachalco: T. L, 73, 281; Teicauhtzin: T. I., 142.
T. III., 297; T. IV., 150. Teicnotlamachtli: T. II., 309.
Tecanman (barrió de México) : Teicu: T. I., 24, 70; T. II.,
T. I, 136.
259-

Teccalco: T. I., 221; T. III., Teimatini: T. II., 55.,


278. Telpochtli: T. I., 134, 182; T.
Teccizcalco: T. I., 222. III. , 300, 301.
Teccizcalli: T. I., 219. Temacpalco: T. I., 279.
Techielli: T. I., 229. Temalacatl: T. I., 227.
Techotlala: T. II., 285. Temazcalteci: T. I., 20, 70.
Tecoac: T. IV., 43, 149, 150. Tembleque, Fr. Francisco: T.
Tecocoltzin: T. II., 286; T. IV. , 103.
IV., 245, 247, 248, 249, Temilco: T. I., 92, 143.
264, 266, 284. Temilo, Pedro: T. II., 284.

323
Temilotzin: T. IV, 210, 214, Teozinzocatl: T. IV., 26.
215, 216, 217, 218, 313. Tepaneca: T. II., 279.
Temoctzin: T. IV., 90, 200. Tepanecaltecutli: T. IV., 74.
Tenayocan: T. II., 283; T. Tepanoayan: T. L, 280.
IV., 249, 288. Tepanquizqui: T. V., 14.
Tenochtitlan: T. I., LXXIV; Tepeaca: T. IV., 150, 245, 266,
T. II., 279, 280, 281, 282, 285,365.
283, 284, 329, 341, 358, Tepeacac, Tepeaquilla: T. III.,
381; T. III., 143; T. IV., 299.
127, 193, 198, 217; T. V., Tepeoatzintlacochcalcatl: T.
l88, 2l8. IV., 59, 163.
Tentlil: T. IV., 26, 134, 240. Tepenenec: T. V., 64.
Teoayoc: T. IV., 70, 177. Tepepulco: T. I., XVI XVII,
Teocalco: T. IV., 164. XXVIII, XXXVIII, XLI,
Teocalhuican: T. IV., 74, 75, XLIV, XLVI, LVI, LXIV,
76,77. LXXI, 79, 80, 81, 119, 136;
Teocalueyacan: T. IV., 181, T. III., 106; T. V., 9.
182, 183, 184, 185. Tepequacuilco: T. III., 133,
Teocinyocan: T. IV., 26, 134. 222; T. V., 148.
Teocinyocatl: T. IV., 134. Tepetitlan: T. V., 74, 188.
Teoqualo: T. I., 263. Tepetlaoztoc: T. IV., 288.
Teotihuacan :'T. I., 259; T. II., Tepetocan: T. I., 197.
256, 257; T. III., 138, 141; Tepetzinco: T. I., 119, 120,
T. IV., 288; T. V., 86. 121, 136; T. III., 175; T.
Teotilac: T. IV., 312. IV., 88, 204.
Teotitlan: T. V., 76, 85, m, Tepexic: T. I, 143; T. III.,
112, 140. 289.
Teotlachco: T. I., 224. Tepexoch: T. I., 103, 186.
Teotlachtli: T. I., 106. Tepeyacac: T. IV., 174, 214,
Teotlixco: T. III., 160, 168. 215, 220, 255, 360.
Teotlaquenahuaque: T. IV., Tepictoton: T. I., 64, 73.
314. Tepotzotlan: T. III., 112, 149;
Teotlycacac: T. IV., 317. T. IV., 76, 77, 185.
Teohuacan: T. V., 76, 85, m. Tepotztitolco: T. IV., 219.
Teoxoic: T. IV., 323. Tepoztecatl: T. I., 52, 73, 225;

324
T. II., 390; T. III., 139. Teuitoalco: T. IV., 169.
Tepoztlan: T. IV.. 137. Teultenanco: T. II., 280.
Tepuztecatl: T. IV., 29. Teutlalpan: T. I., 220.
Tepzolac, Tepzolatl: T. IV., Teuxaoalco: T. II., 280.
73, 181. Texcalapan: T. I., 274.
Tequaloyan: T. IL, 280. Texcaltlauhco: T. I., 274.
Tequanatl: T. III., 292. Texopan: T. IV., m.
Tequitzin: T. I., 240. Teyocoyani: T. II., 55.
Tetamazolco: T. I., 153, 164, Tezcaapan: T. I., 223.
197. Tezcacalco: T. I., 221.
Tetenanteputzco: T. IV., 93, Tezcacoac tlacochcalco: T. I.,
204. 229.
Tetenantitech: T. IV., 95. Tezcatlachco : T. I., 223.
Teteoinnan: T. I., 63, 69, 99; Tezcatlipoca: T. I., 16, 25, 26,
T. V., 58, 59, 95, 141, 157, 67, 90, 91, 113, 115, 134,
16l, l82. 136, 228, 265, 266, 289, 320,
Teteuhtitlan: T. IV., 213, 214. 321, 322, 329, 330, 338; T.
Teticpac: T. IV., 41, 148. IL, 15, 16, 21, 22, 23, 25,
Tetlanman: T. I., 223. 28, 43, 47, 51, 52, 55, 59,
Tetlanman Calmecac: T. I., 63, 66, 70, 77, 81, 218, 259;
222. T. III., 49, 50, 133, 300,
Tetlahuelhuezquititzin: T. IV., 301; T. IV., 30, 33, 50, 51,
255, 258, 276. I33> 138, 156; T. V., 25,
Tetlahuezhuezquatitzin: T. IV., 26, 28, 30, 31, 59, 67, 80,
241, 300. 99, 103, 112, 125, 173, 174,
Tetlauetzquitz: T. II., 286. 179, 183, 184, 188, 190.
Tetlepanquetzatzin: T. IV., 59, Tezcatzoncatl: T. I., 51, 73; T.
109, 110, 163, 221, 222, V., 165, 166, 167, 185.
256, 266, 280, 303, 304, Tetzcatzonco: T. V., 162, 163,
, ,
313 315 336 .
Tetzapilli: T. V., 36, 49, 51,
165, 166, 167, 179, 183,
^5-
52. Tezcoco: T. I., 79, 128, 371:
Tetzauitl: T. I., 261. T. II., 144, 285, 286, 287,
Teuetzquiti, Diego: T. II., 282. 288, 292, 359; T. III., 143,
Teuhcalco: T. IV., 61. 239, 372; T. IV, 52, 58, 59,

325
8i, 85, 86, no, ni, 116, 284.
123, 124, 125, 157, 163, 192, Tlacatecatzintli Totozacatzin:
193, 205, 222, 239, 240, T. II., 340.
241, 242, 243, 244, 245, 246, Tlacatecatzintli Tzioacpopocat-
247, 248, 249, 250, 251, zin: T. II., 340.
252, 254, 255, 257, 264, 265, Tlacateccan: T. IV., 132.
266, 268, 273, 281, 282, Tlacatecco: T. I., 115, 339; T.
283, 284, 285, 286, 288, 289, V., 19.
291, 293, 295, 298, 299, Tlacateotl: T. II., 283, 339.
302, 303, 305, 306, 308, 318, Tlacatzin: T. IV., 99, 211, 214,
325, 326, 328, 330 331, 216.
332, 333» 335» 336, 361; T. Tlacauepan: T. I., 142, 268,
V., 9, 28, 29, 38, 46, 47, 275,276.
68, 124. Tlacauepan Cuexcotzin: T. I.,
Tezmelucan :T. iV., 122. 215, 218, 229.
Tezozomoctli: T. IL, 288; T. Tlacauepantzin: T. II., 52; T.
T. V., 68. IV., 280, 287.
Tiacac: T. IV., 320, 322. Tlacazouhcan: T. 1., 172, 174.
Tiacapan: T. L, 24, 70. Tlachimalacac: T. 1IL, 133.
Tianquizmanalco: T. III., 300. Tlachinoltzin: T. II., 102.
Tilihucan: T. IV., 73, 180. Tlachquiauhco: T. II., 281.
Titlacauan: T. L, 67, 101, 134, Tlaco, Tlacoeua: T. I., 24, 70;
142, 221, 265, 266, 268, T. II., 259.
274, 289, 321; T. IL, 43, Tlacochcalcatl: T. II., 309; T.
59, 70; T. V., 189. IV., 43-
Tizaoa: T. IV., 29. Tlacochcalcatzintli Itzquauht-
Tizapan: T. IV., 75, 183; T. zin: T. II., 340.
V., 184. Tlacochcalcatzintli Tezcantzin:
Tizapetlan: T. IV., 312. T. II., 340.
Tizatlan: T. IV., 137. Tlacochcalco: T. I., 91; T. II.,
Tizaua: T. II., 390. 323; T. IV., 92, 203.
Tízoc: T. II., 59, 280; T. IV., Tlacochcalco acatlyiacapan: T.
57.162. I., 222.
Tizociaucatl: T. IV., 218. Tlacochcalco quauhquiyauac:
Tlacatecatl, Martín: T. II., T. I., 228.

326
Tlacochintzin: T. II., 340. 217, 218, 220, 241; T. II.,
Tlacopan, Tlacuba, Tacuba: T. 72, 90; T. V., 34, 37, 42,
L, 128, 196, 216; T. IL,
43» 51» 52» 91» 92» 99» J39*
288, 316, 329; T. III., 143; Tlalocan: T. I., 287; T. II.,
T* IV» 59» 73» 74» 85, 89, 263; T. III., 134, 291; T.
108, 110, 111, 112, 124, IV., 138, 148; T. V., 34, 35,
163, 180, 191, 193, 198, 222,
37» 39» 45» 52» 76, 91, 92,
239, 241, 242, 244, 245, 158, 161, 188, 190..
249, 250, 255, 257, 258, 261, Tlalocantecutli: T. I., 298; T.
266, 268, 271, 275, 280, II., 141, 264; T. IV., 31,
284, 298, 302, 313, 328, 330,
33-
333» 336; T. V., 21, 28, 29, Tlaloque: T. I., 23, 39, 46, 48,
81, 107, 112, 113.
67» 7°» 73» 84» 93» 107, 119»
Tlacotepec: T. II., 280. 143, 152, 200, 218, 229,
Tlacotzontli: T. II., 347, 349. 287; T. II., 72, 73, 76, 263,
Tlacoxhuatzin: T. IV., 300. 264, 265; T. III., 198, 199;
Tlacniliautzin: T. II., 287. T. V., 98.
Tlacuyoacan: T. IV., 42.
Tlalpan: T. IV., 84.
Tlaelquani: T. L, 24; T. V.,
Tlalpitzaoayan: T. I., 136.
141.
Tlaltecaiooa: T. I., 52, 73.
Tlahuic: T. IV., 288.
Tlaltecatzin: T. II., 28V T.
Tlahtiilolzin, Antonio: T. IV.,
IV. , 73, 74, 181; T. V., 68.
300.
Tlaltecayoacan: T. IV., 180.
Tlahuizcalpantecutli: T. I.,
Tlaltecutli: T. I., 289, 356; T.
329; T. V., 83.
11., 51, 189, 2T4, 347; T.
Tlaixcuipan: T. IV., 214. V. , 60, 189.
Tlalhuacan: T. IV., 204.
Tlaltetecuin: T. I., 37, 71; T.
Tlaliztacapan: T. IV., 191. 111., 112, 137.
Tlalli-iyollo: T. I., 69.
Tlalxicteutica: T. I., 343, 348.
Tlalmanalco: T. I., XVII,
Tlamacazcatl: T. V., 96, 97.
XVIII, LVII; T. IV., 50,
riamacazcatzinco: T. V., 59.
5i» 53» 57» 251; T. V., 50,
Tlamacazque: T. II., 263, 264.
112.
Tlamaiocatl: T. IV., 98.
Tlaloc: T. I, 17, 63, 67, 87, Tlamatzincatl: T. I., 101, 134,
94» 107, 151, 152, 156, 186, 182, 190, 192, 223.
Tlamatzinco: T. I., 105, 223. 111, 113, 126, 163, 177,
Tlamatzinco Calmecac: T. L, 178, 180, 191, 193, 198, 204,
223. 207, 213, 216, 217, 218,
Tlamayocatl: T. IV., 211. 224, 245, 269, 270, 271, 276,
Tlaoapan: T. IL, 281. 287, 300; T. V., 21, 29, 188,
Tlapallan: T. I., 09, 278, 280, 218.
282; T. IL, 278; T. III., Tlatepotzco: T. V., 59.
115, 120, 331; T. V., 110. Tlatlauhqui Cinteotl: T. I.,
Tlapaltecatlopuchtzin: T. IV., 228; T. V., 95.
103, 216.
Tlatlauhquitepec: T. III., 267;
Tlapan: T. II., 280.
T. IV., 288.
Tlapanecatl: T. IV., 99, 211.
Tlatlanhqui Xiuhtecutli: T. I.,
Tlapanecatlhecatzin: T. IV.,
227.
93, 94-
Tlatlauic: T. II., 259.
Tlapilollan: T. III., 164.
Tlauic: T. III., 290.
Tlapizoayan: T. I, 91.
Tlauiltoltzin, Antonio: T. II.,
Tlaquilapan: T. III., 149.
286.
Tlatecatzin: T. IV., 304.
Tlatelolco: T. I., XV, XVI, Tlaxcala: T. I., 15, 120, 128,
XVII, XVIII, XIX, XXI, 219; T. II., 285, 291, 292;
XXXIX, . XLI, XLV, T. III., 297, 301, 303, 308;
XLVII, LII, LUI, LVI, T. IV., 43, 44, 45, 61, 62,
LVII, LVIII, LIX, LXIV, 76, 79, 81, 82, 84, 85, 86,
LXIX, LXXIV, LXXV, 93, 99, 122, 123, 125, 150,
LXXVIII, 80, 81, 120, 187, I5I> x52> x53> l6o> x74>
196, 209, 216, 262; T. II., 175, 179, 180, 182, 204,
240, 273, 274, 279, 280, 205, 208, 209, 212, 24O,
283, 284, 309, 312, 329, 244, 245, 246, 249, 25O,
254, 257, 266, 28l, 297,
339, 340, 344, 345, 346, 354,
302, 306, 318, 336; T. V.,
358, 359, 373, 375, 381; T.
III., 88, 175, 269, 282, 303, 27, 47, 147.
304 ;T. IV., 21, 59, 65, 66, Tlaxcala ,Sierra de: T. I., 73,
69, 70, 84, 85, 86, 87, 89, 201; T. III., 299.
90, 91, 92, 95, 99, 100, 104, Tlaxicco: T. I., 219.
105, 107, 108, 109, 110, Tlaximaloyan: T. V., 148.

328
Tlaxotlan: T. V., 14, 16, 21, Tocuillan: T. V., 23.
112. Tolmayecan: T. IV., 98, 210,
Tlazoliatitl Tlazaliautl: T. IV., 218, 220.
109, 221, 222. Tolnauac: T. I., 228.
Tlazolteotl: T. L, 24, 63, 70, Tolosa: T. I., VII, XI, XLIX,
338; T. II, 71; T. V., 56, L, LI.
134, 157, 182. Toltecaacaloco: T. IV., m,
Tlazquiauhco: T. IV., 286. 112.
Tlezean: T. IV., 322. Toltecali: T. IV., 72.
Tlilapan: T. I., 220. Toltecatl: T. I., 52, 73, 225,
Tlilatl: T. II., 280. 241.
Tlilhoa: T. I., 52, 73; T. III., Toltecaucaloco: T. IV., 74.
139- Toluca: T. III., 127, 128, 129,
Tliliuhquitepec: T. IV., 160, 298; T. IV., 272, 273; T.
180, 184, 211. V., 148.
Tlillancalmecac: T. I., 220. Toluca, Sierra de: T. I., 73;
Tlillancalqui Petlauhtzin: T. T. V., 31.
IV., 109. Tolucan: T. III., 292.
Tliliuquitepec: T. II., 333. Tolntepetl: T. III., 127.
Tlilpotonqui: T. 1., 294, 295; Tonacacihuatl: T. V., 97, 99,
T IV., 136. 142.
Tlioacan Tliloacan: T. IV., 93, Tonacaquauhtitlan : T. II., 142.
97, 209. Tonacatecutli: T. L, 329; T.
Tlotzin: T. V., 68. 11., 142; T. V, 99, 130,
Tochancalqui: T. L, 261. 142.
Tochinco: T. L, 220. Tonacatlalpan: T. III., 131.
Tochintecutli: T. II., 286. Tonalan: T. IV., 307.
Tochtepec Toxtepec: T. II., Tonametl: T. II., 214.
354. 357. 364. 373; T. III., Tonan: T. IV., 187.
53; T. IV., 284; T. V., 211. Tonantzin: T. I., 19, 108; T.
Toci: T. I., 69, 99, 176, 177, 111., 299, 301; T. IV., 77,
178, 179, 180, 181, 235, 239; 78.
T. III., 300, 301; T. V., 57, Tonatiuh: T. I., 289, 329.
I4I, l82, 229. Tonatiuhichan: T. IV., 148.
Tocitillan: T. L, 181. Tonoami: T. V., 83, 95.

329
Topantemoctzin: T. IV., 59, 207, 209, 278, 283; T. V.,
163, 214, 216, 218. 214.
Topantlacaqui: T. L, 226. Totonacatlalli: T. III., 296,
Topicalco: T. L, 228. 360.
Topilan: T. V., 112. Totonametl in manic: T. II.,
Topützin: T. IV., 331. 189.
Toqual: T. II., 309. Totoquihuaztli: T. IV., 249.
Toquezquauhyo, Baltasar: T. Tototepec: T. III., 287; T.
I., LXIII. IV., 285, 291; T. V., 85,
Toral, Fray Francisco de: T. 214.
I., XVII, 6, 80. Tototlan: T. II., 284.
Tordesillas: T. IV., 361. Tozcuecuex: T. V., 35, 48, 51,

Toro, Alonso: T. I., XLV, 52*


Tozpalatl: T. I., 228.
XVIII, LV, LXXVI,
Tozocan: T. I., 121.
LXXXI.
Toztlan: T. III., 149, 160, 168,
Torquemada, Fr. Tuan de: T.
Troya: T. I., 8; T. II., 278.
L, XXIX, XXXII, XXXIII,
Truxillo: T. IV., 329, 330.
LXV, LXVI; T. IV., 153,
Tula Tulla: T. I., LXIII,
363; T. V., 27, 46, 47, 68,
LXIV, 8, 259, 267, 268,
100, 102,. 104, 105, 109,
275, 276, 277, 278, 279; T.
110, 125, 129.
11., 225, 277, 2S7, 288; T.
Torres, Amat Félix: T. II., 111., 109, ni, 112, 114,
53- 115, 139, 142, 143, 290,
Totee: T. II., 259, 385, 386. 292, 298; T. V., 48, 69, 85,
Totecco: T. IV., 93, 209. 11 r, 125.
Totee tlamacazqui: T. II., 90
Tulantzinco, Tulancingo: T. I.,
Totee Tlatlauhqui: T. III., 133. 8; T. III., 109, 141, 265; T.
Totocalco: T. IV., 62, 165. IV., 255, 266, 288.
Totolatl: T. III., 292, 358. Tullamimichtzin: T. II., 339.
Totomochizinhecatempatiltzin : Tullanatl: T. III., 292.
T. IV., 59. Tullantlapalan: T. I., 269.
Totomochtzin: T. II., 287. Tultitlan: T. IV., 249.
Totomotzin: T. IV., 163. Tunia: T. IV., 324.
Totonacapan: T. III., 165, 188, Turquía: T. III., 287.

330
Tuxpan: T. IV., 125. Tziuhcoac: T. II., 280; T. IV.,
Tuxtla: T. IV., 136.
255> 288*
Tzacatecan: T. IV., 285.
Tziutecatzin: T. II., 339.
Tzapocuetzin: T. II., 287.
Tzocotzontla: T. V., 186, 190.
Tzapoteca Tzapotecapan: T.
Tzompantli: T. L, 221, 223,
IV., 285, 297.
226.
Tzapotla, Tzapotlan: T. I., 21,
40; T. II., 355 ;T. IV., 179, Tzompatitlan: T. I., 336.
292, 293. Tzonmolco: T. L, 227, 239;
Tzapotlatena: T. I., 21, 63, 70, T. IV., 24, 132; T. V., 70,
238; T. III., 300. 7T 72> 74> 75> 77, 188.
Tzatzitepetl: T. I., 267, 274. Tzonmolco Calmecac: T. L,
Tzilacatzin: T. IV., 89, 90, 93, 227.
198, 199, 200, 203. Tzompanco: T. V., 48.
Tzinacantepec: T. II., 280. Tzopantzin: T. IL, 339.
Tzinacatlan: T. II., 356, 357. Tzontemoc: T. L, 283.
Tzioapupuca Tziuacpopoca: T. Tzontemoctzin: T. II., 287.
IV., 48, 49, 153, 154, 156. Tzoyectzin: T. IV., 90, 199.

Uahuatlan: T. IV., 296. Uitzcalco: T. II., 382.


Uapalcalli: T. III., 109. Uitzillan: T. IV., 56, 86, 161,
Uanitl, Diego: T. II., 282. /95*
Ueicamecatlan: T. IV., 137. Uitzilhuatzin: T. IV., 215.
Ueicaznecatlheca: T. IV., 29. Uitzilimtzin: T. IV., 218.
Ueiocomatzin: T. II., 341. Uitziloatzin: T. IV., 102.
Ueitiuacan: T. III, 138. Uitzitzin: T. IV., 209, 218.
Uetzcatocatzin: T. II., 341. Uitznauatlailotlac: T. IV., 136.
Ueuetecatl: T. IV, 29. Uitznauatlecamalacatl: T. II.,
Ueuetenanco: T. V., 22. 310.
Ueuetlan: T. IV., 137. Uitznauatl Motelchiuhtzin: T.
Uexotzinco: V. Huexotzinco. IV., 109.
Ueytlalpan: T. III., 60. Uixachtecatl: T. I., 370; T.
Uictlolinqui: T. II., 309. III., 360.

331
Uixachtlan: T. IL, 269, 270 Urbina, Dr. Manuel: T. III.,
Uixtocihuatl: T. L, 24, 63, 93 330 -

94. i36. I54. 156. Usagre, Bartolomé de: T. IV.,


Uiztacalla: T. IV., 191. 357*
Umaca: T. IL, 309. LTtlac, barrio de (en Xochimil-
Universidad de Salamanca: T co) : T. I., 81.
L, XVI.,

V
Vaena: T. IV., 357., Venecia: T. I., 8; T. II., 278.
Valencia, Fr. Martín de: T. I. Venus: T. I., 24, 70, 338; T.
XVII; T. IV., 298, 299 11., 261; T. V., 140.
3°i, 302, 304. Veracruz: T. IV., 115, 139,
Valeriano, Antonio: T. I., 140, 286, 359, 360, 361; T.
LXXXI, 81. V., 211.
Victoria, Guadalupe: T. IV.,
Valladolid: T. IV., 125, 362.
118.,
Valle de Banderas: T. V., 149.
Viena: T. V., 22S, 233, 235,
Vega de Granada: T. IV., 339
238.
Vegerano, Alonso: T. I.
Villaíaña, Antonio de: T. IV.,
LXXXI, 81.
124.
Velázquez de León, Juan: T Vivanco, marqués de: T. IV.,
IV., 356. 123.
Velázquez, Diego: T. IV., 346 Virgilio: T. I., XXXVIII, 11.
355,359,360. Vulcano: T. I., 29.

X
Xalapa: T. III., 267, 377. Xicalanco: T. IV., 32, 35, 140,
Xaltepec: T. II., 280. H3> 239, 3°7> 3i2i T- V.,
Xaltoca: T. II., 261, 283; T. 85-
IV., 249, 288; T. V., 59. Xicalanco: V. Anáhuac-Xica-
Xicalancatl: T. V., 85. lanco.

332
Xicotencatl: T. IV., 84, 125, IV. , 207.
2°3. Xochicaltzin: T. II., 171.
Xicotitlan: T. III., 109, m, Xochicauaca: T. III., 112, 137.
142. Xochilnauatl: T. I, 103.
Xilo: T. II., 390, 391. Xochimilco: T. I., XVII,
Xilocan: T. L, 229. XXXII, LV, LVI, LXV,
Xilonen: T. L, 94, 95, 136, 163, 81, 371; T. II., 389; T. III.,
/64, 165, 238; T. V., 56. 241, 298; T. IV., 53, 90,
Xilotepec: T. IV., 252, 255. 91, 97, 124, 157, 200, 201,
Xilotzintecutli: T. IL, 287. 202, 205, 208, 209, 251,
Ximénez, Fr. Francisco: T. 253, 261, 266, 302, 336; T.
IIL, 330, 377, 380. V. , 42, 104, 124, 126, 170,
Xipacoyan: T. L, 268; T. III., 171, 174.
112. Xochipilli: T. I., 32, 63, 71,
Xipe-Totec: T. I., 40, 41, 64, 240; T. V., 92, 93, 94, 95,
72, 85, 121, 123, 240; T. 97, 98, 99, 100, 102, 141,
V., 29, 43, 47, 81, 93, 129, 143, 147, 148, 179, 180, 181.
T5°» J52> 153» 155. I9I- Xochiquen, Pablo: T. II., 282,
Xipilli: T. II., 214. 284.
Xiuhchimalco: T. III., 298. Xochiquetzatl: T. L, 112, 136,
Xiuhcozcatzin: T. IV., 209. 309; T. V., 97, 99, 102, 103,
Xiuhnel: T. V., 55, 64, 65.
137, t38, 139, t46, 149-
Xiuhnenetl: T. II., 273.
Xochitecatl: T. I., 186; T. V.,
Xiuhtecutli: T. L, 29, 63, 70,
100.
97, 109, 110, ir6, 173, 183,
Xochitla: T. I., 275, 278.
208, 210, 227, 228, 343; f.
Xochitlapan: T. III., 131.
II., 78, 118, 289, 346, 361; Xochitlan: T. II., 341.
T. IV., 24, 132, 138; T. V.,
Xochtlan: T. II., 280.
60, 73> 74, 188, 189. Xoconochco: T. II., 280, 360;
Xiuhtlamin: T. II., 273. T. III., 267; T. IV., 292;
Xiuhtlamin-mani: T. II., 273. T. V., 190, 215, 228.
Xiuhtlati: T. II., 390, 391. Xocotepetl: T. III., 129.
Xiuhtzone: T. III., 112. Xocotitlan: T. III., 129; T.
Xochcaatl: T. II., 280. IV., 92, 203, 204.
Xochicalco: T. L, 9, 228; T. Xocotlihiouican: T. IV., 180.
Sahagún Y,
333
Xocouiltitlan: T. IV., 220. . V., 86.
Xocoyotl: T. II., 259. Xomocuil: T. I., 44.
Xolloco: T. L, 164; T. IL, 291, Xoxocotla: T. IV., 181.
381; T. IV., 56, 58, 161, Xoxouhqui Xiuhtecutli: T. I.,
194, 197, 220. 227.
Xoloc: T. IV., 77, 78, 186. Xuárez, Balthasar: T. I.,
Xolotl: T. II., 260; T. IV., LXVII.
331; T- v., 46, 136, 147. Xuchioilla: T. II., 282, 28a.
Xolotlan: T. III., 53; T. V., Xucotzin, Xuco: T. I., 24, 70.
190. Xumotl: T. II., 173.
Xomiltepec: T. III., 140, 141; Xuncahiiitl: T. IV., 320.

Yacacolco: T. IV., 97, 205, Yiacatecutli: T. I., 42, 44, 64,


208, 209. 72, 183, 225, 240; T. II.,
Yacaculiuhqui: T. I., 72. 14.347,360,361,373,374,
Yacalulco, Xacaculco: T. IV., 392; T. V., 23, 60, 133, 149,
91. 174, l88, 189, 190.
Yacapitzauac: T. I., 44, 64, 72, Yiacatecutli iteopan: T. I., 226.
183; T. V., 189, 190. Yiauhqueme: T. L, 120.
Yacatecutli: V. Yiacatecutli. Yiauhtecatl: T. I., 52, 73.
Yacauiztli: T. IL, 261. Yoalli Ehecatl: T. I., 25, 26;
Yaomauitl: T. L, 321. T. II., 47, 71, 124, 158; T.
Yaotl: T. L, 321; T. IL, 43, III, 121.
51, 214, 215, 218. Yoalli ichan, Yallizchan, o Jao-
Yaotzin: T. I., 266, 289, 290; llistha: T. IV., 29, 137.
T. IV., 134. Yoaltecutli: T. I., 242; T. II.,
Yaotzin, calpixque' T. IV., 26. 188, 190, 217, 261.
Yaotzintecutli: T. II., 287. Yoalticitl: T. II., 170, 172,
Yautepec: T. IV., 252. 173» T75> 181, 188, 190,
Yautequiua: T. II., 18. 216.
Yaztachimal: T. IV., 219. Yocipa: T. III., 12, 126.
Yhauhtenco: T. IV., 92. Yolloxonecuilan: T. II., 281

334
Yopico: T. L, 85, 87, 88, 121, Yoyontzin, Jorge: T. IV., 245,
125, 129, 225, 240; T. IL, 293, 300.
385; T. V., 29, 81. Yucatán: T. L, 3, 86, 138; T.
Yopico Calmecac: T. L, 226. IV., 63, 122, 355, 364, 366;
Yopico Tzompantli: T. I., 226. T. V., 86, 110.
Youala: T. IIL, 222. Yucatán, Obispado de: T. L,
Youaliuhqui: T. III., 297. 6.
Yoyontzin: T. II., 286. Yzoatlan: T. II., 280.

Z
Zacamolco: T. IV., 77, 78, 187. Zavala, Silvio A.: T. I,
Zacatecas: T. III., 378. LXXXI.
Zacatepec: T. L, 105, 190, 220, Zelimatlec: T. IV , 287.
272, 273, 277; T. II., 281; Zihuacohuatzin: T. IV., 304.
T. V., 83. Zihuatecan: T. IV., 309.
Zacatulan: T. IV., 286, 287. Zihuatlan: T. IV., 284, 287,
Zacatzontli: T. IL, 347. 3°5, 306, 308.
Zaragoza: T. IV., 343. Zontecon: T. IV., 303.
Zavala, Lorenzo de: T. IV., Zoquipan: T. IV., 194.
123. Zuiva: T. V., 86, no, ni.
INDICE DE MATERIAS DEL TOMO V.

Los Cantares a los dioses.


9
L—Canto de Uitzilopochtli..
13
Observaciones.
17
II- Vitznavac yautl icuic. (Canto del guerrero en la casa del
sur).
23
Observaciones.
152
III*—Tlaloc icuic. (Canto del dios de la lluvia). 32
Observaciones.
37
IV. —Teteu ynan ycuic. (Canto de la madre de los dioses)_'
52
Observaciones.
56
V. —Chimalpanecatl icuic ioan tlaltecaua (nanot). (Canto del [na¬
cido] en el escudo [con el escudo] y de la señora de la gen¬
te terrena [de la madre]).
65
' Observaciones.
66
VI- Yxc.ogauhqui icuic. (Canto de cara amarilla el dios del
fuego).
70
Observaciones.
73
VII. Mimixcoua yncuic. (Canto de la culebra de nubes [dioses
del norte, dioses de la caza]).
81
Observaciones.
83
^III- Xochipilli icuic. (Canto del dios de las flores) 90
Observaciones.
92
IX, —Xochiquetzal icuic. (Canto de la diosa de las flores y del
amor).
98
Observaciones.
99
X. Amimitl icuic. (Canto del dios de la caza de aves acuáticas). 103
Observaciones.
104
^1* Otontecutli ycuic. (Canto del principe de los otomi).. 106
Observaciones.
107

337
XIT.—Ayopechtli ycuic. (Canto de la diosa sentada en la tortu¬
ga [diosa de los alumbramientos])..... 116
Observaciones. 117
XIII.—Civacoatl icuic. (Canto de la diosa de la tierra). 119
Observaciones. 124
XIV.—Izcatqui yn cuicatl. Chicuexiuhtica mevaya in iquac ata-
malqualoya. (El siguiente es el canto que entonaban cada ocho
años, cuando comían tamales [cuando se celebraba la fiesta de
la comida de los tamales, que era cada ocho años]). 134
Observaciones. 138
XV. —Xippe ycuic, totee, (yoallavana). (Canto de nuestro señor
el desollado [el bebedor nocturno]). 149
Observaciones. 153
XVI. —Chicomecoatl icuic. (Canto de la diosa del maíz). 158
Observaciones. 159
XVII. —Totochin icuic tezcatzoncatl. (Canto de los conejos del
dios del pulque). 162
Observaciones. 164
XVIII.—Atlava icuic. (Canto del dios Cuitlauac). ib8
Observaciones. 170
XIX. —Macuilxochitl icuic. (Canto del dios de la música y el
juego). 178
Observaciones. 180
XX. —Yyacatecutli icuic. (Canto del dios de los mercaderes y
viajeros).*. 185
Observaciones. . . 188
La orfebrería, el arte de trabajar las piedras preciosas y de hacer
ornamentos de plumas, de los antiguos mexicanos. 193
Capítulo 1. 197
Notas. 203
Conclusión. 207
Capítulo II. 209
Notas. 211
Conclusión. 215
Capítulos III y IV. 217
De los instrumentos con que labran los oficiales de pluma. 217
“De la manera que tienen en hacer su obra essos officiales”.. .. 219
Notas. 225
Conclusión. 235
Indice de las voces de la lengua náhuatl empleadas por Sahagún en la
versión castellana de su historia. 253
Indice general de nombres propios. 293

338
Wellcome Library
for tbe Iñitoty
atad
i "
joe
*

lamina s

Reproducción del primer himno de los “Cantares a los Dioses”, del


Códice llamado “Primeros Memoriales”.
15
Reproducción del treceavo himno de los “Cantares a los Dioses” del
Códice llamado “Primeros Memoriales”. 121
Lamina No. i-LVII del Códice Florentino. 242
Lámina No. 2-LVIII del Códice Florentino.
244
Lámina No. 3-LXII del Códice Florentino. 246
Lámina No. 4-LXIV del Códice Florentino. 248

339
é>e acabó de imprimir éste

quinto tomo de la (<<3{i$~

toria Qeneral” de Sahagún,

en la ciudad de ¿México, el

día seis de junio, de mil no¬

vecientos treinta y ocho, en

los talleres tipográficos de

c5T. del ¿Bosque-impresor.

Q)e esta edición se tiraron cien

ejemplares en papel “ÍKam-

mermill ¿Bedger ” numerados

de i a ioo.
. •

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