Análisis Sentencia C-233 Del 2021

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Introducción

En este trabajo buscaremos explicar y entender después de un análisis como las decisiones
judiciales involucran los diferentes actos, tales como la determinación, aplicación, derrotabilidad de
la norma, interpretación. Empezando por conocer la problemática fundamental de los derechos
consagrados como fundamentales en la constitución política, llegando al análisis que hace la corte
constitucional en cuento a la aplicabilidad y eficacia de las normas, la importancia en la ciencia
jurídica y en la dogmática jurídica buscando en el derecho la influencia a las normas aplicables.
Finalizando con un análisis exacto de las posturas aportadas por diferentes magistrados de la corte
constitucional en cuanto a los salvamentos de voto y aclaraciones de voto dentro de esta
problemática.

Sentencia C-233 del 2021

La demanda en contra de la norma del Código Penal fue admitida respecto de tres cargos por la
violación o desconocimiento de los artículos 11, 12 y 16 de la Constitución: derecho a la vida digna,
prohibición a no ser sometido a tratos y penas crueles, inhumanas y degradantes y libre desarrollo
de la personalidad.
en el marco del respeto por la dignidad humana, no puede obligarse a una persona a seguir
viviendo, cuando padece una enfermedad grave e incurable que le produce intensos sufrimientos, y
ha adoptado la decisión autónoma de terminar su existencia ante condiciones que considera
incompatibles con su concepción de una vida digna.

La Corte planteó tres consideraciones en torno a este debate:


- “Existen barreras para su ejercicio que resultan irrazonables y desproporcionadas, entre las que se
destaca la inexistencia de una regulación integral con jerarquía legal”.
- “A pesar de que en el Congreso se ha iniciado el trámite de distintos proyectos con esta finalidad,
ninguno ha sido aprobado, lo que comporta un vacío normativo que, a su vez, se traduce en una
desprotección inadmisible desde el punto de vista constitucional, en torno al derecho a morir
dignamente”.
- “Mantener la restricción de enfermedad en fase terminal para acceder a [la eutanasia] (…) termina
por agravar, de facto, las citadas barreras”.

En vista de lo anterior, la Corte explicó que la Constitución “no privilegia ningún modelo de vida y,
en cambio, sí asume un serio compromiso con la autonomía y el libre desarrollo de la personalidad
que implica contar con la opción autónoma de elegir un modo de muerte digna”.

Es importante aclarar que según la Sala el derecho a morir dignamente “no es unidimensional” por
lo que, además de la eutanasia, “abarca el acceso a cuidados paliativos, la adecuación o suspensión
del esfuerzo terapéutico o el ejercicio de la voluntad para la terminación de la vida, con ayuda del
personal médico, respecto de lesiones corporales o enfermedades graves e incurables, que le
producen intensos sufrimientos”. Para la Corte, las elecciones de cualquiera de estas alternativas
deben hacerlas los pacientes teniendo en cuenta su situación médica, con la orientación médica
adecuada y en el ejercicio de su autonomía.

La Corte también se refirió a otros elementos que hacen parte de esta garantía relacionados con la
expresión de la voluntad de los pacientes y la valoración de su dolor, los cuales también han sido
desarrollados jurisprudencialmente.

El alto tribunal concluyó que “es imperativo avanzar en el precedente de la Sentencia [del 97], en el
sentido de ampliar los supuestos de circunstancias médicas respecto de los cuales el sujeto puede
ejercer su derecho a morir dignamente sin que, en estas circunstancias, sea penalizado el médico
que acude en apoyo del paciente para protegerlo del sufrimiento y preservar su dignidad”.

Determinación

Empecemos aclarando que la determinación es un acto encaminado a establecer si se ha realizado el


hecho imponible motivando el sentido deseado, determinando cuales casos caen bajo la aplicación
de cada norma.

En este sentido y según al pronunciamiento de la sala plena la corte constitucional en la que anunció
una nueva decisión respecto a la procedencia de la eutanasia como forma de proteger el derecho a
morir dignamente.

De acuerdo con esta nueva decisión, el artículo 106 del Código Penal (Ley 599 de 2000), el cual
consagra el tipo penal de homicidio por piedad, es exequible en el entendido de que “no se incurre
en el delito de homicidio por piedad, cuando la conducta (i) sea efectuada por un médico, (ii) sea
realizada con el consentimiento libre e informado, previo o posterior al diagnóstico, del sujeto
pasivo del acto, y siempre que (iii) el paciente padezca un intenso sufrimiento físico o psíquico,
proveniente de lesión corporal o enfermedad grave e incurable”.

Es así como a través de la sentencia C233 de 2021 la sala plena del corte constitucional amplio el
derecho fundamental a morir dignamente (eutanasia) para aquellos pacientes que padezcan una
enfermedad o lesión grave e incurable que les provoque intenso sufrimiento. Esto quiere decir que
ya no es necesario ser una paciente terminal para solicitar el derecho a morir dignamente en
Colombia, esto además es un revés a lo dispuesto por la misma corte en 1997.

La votación tuvo 6 votos a favor y 3 en contra, con lo que se logró condicionar el artículo 106 del
código penal que habla específicamente del “homicidio por piedad” o eutanasia que ahora no será
considerado un delito si es efectuado por un médico, es realizado con el consentimiento libre o
informado, previo o posterior al diagnóstico del sujeto pasivo del acto y siempre que el paciente
padezca un intenso sufrimiento físico o psíquico, proveniente de lesión corporal o enfermedad grave
e incurable.

Aplicabilidad y eficacia
En cuanto a la aplicabilidad y eficacia Esta decisión se adopta por los cargos analizados, por una
parte, la Corte realizó un estudio sobre la validez de los demás requisitos, sobre otros aspectos del
tipo penal. Por la misma razón, la Sala precisa que, en todos los demás aspectos relacionados con la
prestación de servicios para acceder a la muerte digna (eutanásicos) será aplicable la jurisprudencia
actual. Estos temas incluyen las condiciones para expresar el consentimiento informado, la
posibilidad de dar un consentimiento anticipado, o aquellas en las que se produzca el
consentimiento sustituto, y el derecho de niños, niñas y adolescentes a acceder al derecho a la
muerte digna y las condiciones especiales para transmitirlo, la norma y esta sentencia quedando
como jurisprudencia es aplicable a las autoridades normativas por los jueces, es decir que la norma
N es aplicable.

En esta sentencia C-233 de 2021 y junto a las sentencias C-239 de 1997, T-970 de 2014, T-423 de
2017, T-544 de 2017, T-721 de 2017 y T-060 de 2020 para que, en ejercicio de su potestad de
configuración legislativa, avance en la protección del derecho fundamental a morir dignamente, con
miras a eliminar las barreras aún existentes para el acceso efectivo a dicho derecho, dando como
aplicable y eficaz las anteriores sentencias.

Derrotabilidad

En este sentido, la derrotabilidad son las disposiciones que entendida como la imposibilidad de
comprender en todas las condiciones necesarias a las que se debe incurrir para formular una
excepción, es decir, existe un abanico de posibilidades no determinadas que suponen que una
muerte digna puede llegar a violar derechos fundamentales como ya se expusieron por parte de la
corte, aun así no se le aplican las consecuencias jurídico – penales por la disposiciones primarias de
decisión de las personas.
En vista del déficit de protección señalado y con el objeto de optimizar los derechos fundamentales
en juego, la Sala reiteró que la Constitución no privilegia ningún modelo de vida y, en cambio, sí
asume un serio compromiso con la autonomía y el libre desarrollo de la personalidad que implica
contar con la opción libre de elegir un modo de muerte digna. En ese sentido, precisó, la dignidad
humana protege al sujeto que se encuentra en circunstancias de salud que le producen intensos
sufrimientos de la degradación física o moral, o de una exposición prolongada e indefinida a una
condición de salud que considera cruel, dada la intensidad del dolor y el sufrimiento.
De igual manera, la Corte avanzó en el estudio de la prohibición de tratos crueles, inhumanos y
degradantes y su relación con el derecho fundamental a morir dignamente. En este ámbito, señaló
que si una persona no puede ser obligada a padecer intensamente por un tiempo relativamente corto
(muerte próxima) no resulta justificado que deba quedar obligada a soportarlo por un tiempo mucho
más amplio o, en cualquier caso, incierto (ausencia de pronóstico de muerte próxima). Con miras a
una mejor comprensión sobre la relevancia del sufrimiento en el ejercicio del derecho a la muerte
digna, la Corporación reiteró que, más allá de las profundas discusiones científicas en torno al dolor
y el sufrimiento, es necesario, para asegurar el goce efectivo del derecho, dar prevalencia a la
dimensión subjetiva.
Interpretación

De esta manera es como la corte se pronuncia y frente a su interpretación en base a la ley 599 del
2000 junto con las anteriores sentencias ya mencionadas y antes proferidas, en el proceso de
indagación en el sentido de la misma y buscando llegar a una determinación de su contenido, en el
alcance efectivo para demostrar su precisa extensión junto con la posibilidad de su aplicación en
este caso en concreto.

La Corte estima pertinente insistir en que este cambio en la interpretación del primer inciso del
artículo 42 superior no se aparta de la comprensión literal del mismo, como reiteradamente se ha
puesto de presente, y ha sido anticipado en el debate que sobre la materia ha surtido la Corporación
en distintas ocasiones que se han sucedido al menos en los últimos diez años y, especialmente, a
partir de 2007, conforme consta en las aclaraciones y salvamentos de voto traídos a colación en esta
oportunidad. La interpretación evolutiva no se produce, entonces, de manera súbita e inconsulta,
sino como el resultado de un proceso que progresivamente ha conducido a ajustar el sentido de las
cláusulas constitucionales a las exigencias de la realidad o a las inevitables variaciones, proceso que
ya había sido objeto de consideración en la Corte y cuya ocurrencia está prevista en la
jurisprudencia constitucional al explicar el concepto de constitución viviente, que “puede significar
que en un momento dado, a la luz de los cambios económicos, sociales, políticos e incluso
ideológicos y culturales de una comunidad, no resulte sostenible a la luz de la Constitución, que es
expresión, precisamente, en sus contenidos normativos y valorativos de esas realidades, un
pronunciamiento que la Corte haya hecho en el pasado, con fundamento en significaciones
constitucionales materialmente diferentes a aquellas que ahora deben regir el juicio de
constitucionalidad de una determinada norma”, sin que ello implique vulneración de la cosa
juzgada,“ ya que el nuevo análisis parte de un marco o perspectiva distinta, que en lugar de ser
contradictorio conduce a precisar los valores y principios constitucionales y permiten aclarar o
complementar el alcance y sentido de una institución jurídica.

Eficacia de la norma

Cumpliendo con el principio fundamental de la eficacia normativa la ley debe ser cumplida y
aunque en el derecho debe aplicarse de diversas maneras, Esta facultad, que obedece a principios
tales como la economía procesal y la seguridad jurídica, en un marco de eficacia de los mandatos
constitucionales, no permite no obstante el ejercicio de una oficiosidad que contraríe la naturaleza
misma de la acción de inconstitucionalidad.

Análisis de los salvamentos de voto

Los magistrados Jorge Enrique Ibáñez, Paola Meneses Mosquera y Cristina Pardo Schlesinger
salvaron total o parcialmente su voto. Ibáñez también aclaró su voto, al igual que los magistrados
Antonio José Lizarazo, José Fernando Reyes, Alejandro Linares Cantillo, Alberto Rojas Ríos y las
magistradas Diana Fajardo Rivera y Gloria Stella Ortiz, quienes lo aclararon o se reservaron dicha
posibilidad.

Cristina Pardo Schlesinger

En primer lugar, para la magistrada la demanda carecía de aptitud sustantiva para que la Corte
emitiera un pronunciamiento de fondo por lo que a su juicio la decisión debió ser inhibitoria.
Jorge Enrique Ibáñez

Para el magistrado no era posible emitir pronunciamiento de fondo que ampliara la exclusión de
responsabilidad penal hecha en la sentencia por las siguientes razones:

Paola Meneses Mosquera

La magistrada salvó su voto respecto de la exequibilidad condicionada declarada por la Corte.

Por qué la demanda era inepta sustantivamente para que la Corte emitiera pronunciamiento de
fondo. Ello por cuanto a juicio de Meneses no se encontraban satisfechas las cargas mínimas de
claridad, certeza, pertinencia y suficiencia establecidas por la jurisprudencia constitucional.

Conclusiones

De acuerdo a la determinación, derrotabilidad, interpretación y aplicabilidad de las normas


constitucionales, teniendo como objeto la Constitución formal y rígida no considerada cómo Norma
pura sino entendida como una estructura que conecta el sentido de las normas jurídicas, este análisis
nos permite llegar de una manera sistemática a las siguientes conclusiones.
1. Pasaron diecisiete años antes de que la Corte Constitucional volviera a pronunciarse sobre
este derecho constitucional y, durante ese período, relativamente extenso en la vida de una
persona, el Congreso de la República no dictó la regulación necesaria para el ejercicio del
derecho. Para la Sala es muy importante indicar que aún hoy es imprescindible la
regulación mencionada, pero es consciente de que la ausencia de la ley estatutaria no puede
llevar a la ineficacia de los mandatos superiores de la Constitución Política.
2. El derecho fundamental a morir dignamente se relaciona, entre otros, con los derechos a la
dignidad humana y la vida; y puede ejercerse de diversas maneras, tres de las cuales han
sido identificadas por la jurisprudencia constitucional: los cuidados paliativos, regulados
por Ley 1733 de 2014, que pretenden dar manejo al dolor y el sufrimiento ante
enfermedades que carecen de medidas terapéuticas y de curación efectivas; la adecuación
del esfuerzo terapéutico, que consiste en suspender o limitar las medidas de soporte a la
vida, cuando estas pueden llevar a mayor sufrimiento al paciente (actuación conocida como
distanasia) y las prestaciones específicas para morir, usualmente conocidas como formas de
eutanasia, que están sometidas a las condiciones de justificación del homicidio por piedad.
3. El desarrollo jurisprudencial descrito evidencia el reconocimiento: Del carácter
fundamental del derecho a la muerte digna y su íntima relación con la vida y dignidad
humana; la vida como presupuesto para el ejercicio de otros derechos, bajo una acepción
que supera la simple subsistencia y toma en consideración su calidad; la legitimación para
decidir hasta cuándo la existencia es deseable y compatible con la dignidad humana en
cabeza, principalmente, del titular del derecho a la vida, razón por la cual su consentimiento
es imprescindible para acceder a la muerte digna. De acuerdo con la jurisprudencia
reiterada, obligar a una persona a prolongar por un tiempo escaso su existencia, cuando no
lo desea y padece profundas aflicciones, equivale a un trato cruel e inhumano, y anula su
dignidad y autonomía.
 

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