Estetica de La Emergencia

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Estética de la emergencia

Respeto de las posibilidades creativas comunitarias que hacen referencia a una


“sociología creativa”, se tienen en cuenta los aportes que brinda la estrategia
metodológica de la sociología, que nutre y enriquece la formulación de
nuevas propuestas artísticas en el arte contemporáneo. La colectivación
imaginativa derivada de la expresión subjetiva de la comunidad, se dispone
como un laboratorio creativo experimental que sienta las bases teóricas con las
cuales se rompen los límites y las barreras artísticas en que se sustentan los
convencionalismos estéticos. Este proceder apunta a la formulación de una
“nueva sociología” en la que se inscriben las formas de pensar, de sentir y
expresar de la sociedad, de lo cual se deriva un alto potencial epistemológico y
político que en su estructura total se define como estética de la emergencia.

Ese nuevo saber sobre lo social planteado como un componente creativo


equivalente al sociológico está planteado desde postulados emitidos por la
“nueva sociología”:

¿es posible que estas formas de actuar y saber sobre lo social sean el insumo para
una nueva sociología? Hablo de una indagación, práctica, crítica,
autorreflexiva y multimedia sobre las formas sociales. Y esta pregunta
remite a otra, ¿es posible llevar a cabo una sociológica creativa”?
¿El pensamiento sociológico puede proceder creativamente a partir de una
práctica reflexiva que ponga en crisis los propios fundamentos de su
existencia y de las formas sociales de la vida contemporánea? Me refiero a
un práctica sociológica que problematice y proponga nuevas formas de
producción, colaboración y circulación de saber. 1

La visión de una “nueva sociología” posibilita la creación de nuevos


horizontes artísticos que se sustentan en el pensamiento sociológico
para proceder creativamente a partir de reflexiones sobre la
problemáticas de la existencia humana y de la vida social en la vida
contemporánea. Vivimos en la actualidad una emergencia cultural que
es muy conveniente reflexionarla desde el arte en interconexión con
1
Syd Krochmalny. “Elementos para una praxis estéti ca analíti ca o sociológica creati va”,
Revista, Apuntes de Investi gación, Nº 15, Universidad de Buenos Aires, 2007, pág. 211.

1
la sociología, para con ello, desde lo interdisciplinario y epistémico,
configurar nuevos paradigmas que conduzcan a la formulación de
nuevas propuestas artísticas. Se parte de la exploración y estructura
de procesos creativo-investigativos que lleven a convertir la
comunidad en significado y con ello, como resultado, a la aparición de
nuevas formas de conceptualización, producción y visibilidad
artística.

Con la estética de la emergencia se habla de la presencia de un


“nuevo régimen” en las artes, que parten de un ámbito de labor
creativa colectiva, lo que implica tener una nueva concepción sobre lo
público en referencia a las problemáticas de la percepción artística,
que rompe con las fronteras de la contemplación pasiva del
espectador sumido en su aislamiento e intimidad. Desde esta óptica
el “objeto de arte” ira cobrando el sentido participativo abierto del
público que posibilita su aspecto colaborativo comunitario en los
procesos creativos. Los sujetos sociales se implican como
“comunidad autónoma” lo que deriva la nueva idea de lo publico:

Los sujetos implicados se construyen como comunidad autónoma. De lo que surge


una nueva idea de lo público, que implica a la vez una necesaria cercanía y una
propensión a la comunicación a distancia y al encuentro inesperado: el que las
nuevas redes tecnológicas y la propia fluidez de la subjetividad contemporánea
facilitan. 2

Son los sujetos sociales constituidos como una macropolítica de la


subjetividad es lo que lleva a construir la creatividad subjetiva
comunitaria que, al interconectarse con redes posibilita su encuentro
e intercambio creativo, con lo cual se rompen los lineamientos
convencionales de la producción artística en la que se exaltó la
individualidad del artista desde su condición de genio, que excluye la
transformación de lo social para quedarse en la simple contemplación
del objeto. Con la estética del emergencia se clausura con las

2
Adriana Hidalgo. Entrevista con Reinaldo Laddaga sobre Estética de la Emergencia. La formación de
otra cultura de las artes, Buenos Aires, 2016.

2
formas de “legitimación clásica ilustrada de la cultura”, y se proyecta
como medio pedagógico y de emancipación humana; todo producto de
la interconexión de arte con la sociología que configura nuevas
formas políticas de la creación, que llevan a transformar el sentido
convencional de los fenómenos perceptivos.

La creatividad comunitaria como estrategia artística libera a la


sociedad del control y confinamiento racionalizante de las
imposiciones del mercado globalizante y del neoliberalismo cultural
hegemónico; lleva a exaltar la expresión subjetiva autónoma de la
comunidad en la que se estructura la compleja realidad
contemporánea compuesta de ingredientes políticos y estéticos. Se
plantea por tanto una política expresiva y no de la representación
para plantear la creación de un nuevo paradigma estético. De este
proceder se deriva el poder del significado de la imaginación
comunitaria que alimenta la política en un sentido ético y
emancipador. Son las prácticas artísticas colectivas que reflexionadas
dentro de lo político se constituyen en un centro de experimentación
en la que se incluyen los diferentes modos de subjetivación política
(micropoliticas de la subjetividad), que implica la reconfiguración de
nuevas subjetividades generadoras del cambio estructural de la vida
y del comportamiento social.

Desde estos parámetros se plantea lo que podría definirse como


“Comunidad de resistencia” que está definida en el distanciamiento
ostensible de las políticas institucionales culturales del mercado y de
la hegemonía neoliberal, lo que conduce, a partir de la reflexión
estético-política y de aplicabilidad metódica interdisciplinar y
epistémica a la formulación de nuevas teorías respecto de la
conformación de otras tipologías de asociación, que generen la
profundización de las complejas estructuras artístico-sociológicas
contemporáneas y su incidencia en la transformación política a partir
de la imaginación.

3
En la actualidad existe la presencia de un tipo de capitalismo cultural
que se impone en la sociedad como control postcolonial. Se
convierte en el instrumento central dentro de las transformaciones
estructurales de la economía de mercado en las grandes metrópolis
globales; características del capital que han penetrado en la cultura y
que son administradas por instituciones estatales o privadas, lo que
requiere formas críticas de interpretación. Por ejemplo, Producto del
final de la historia, se desbordan cuestionamientos y la puesta en tela
de juicio del museo, en tanto este se constituye en espacio
institucional paradigmático que, como impulsor de las políticas
culturales modernas se convierte en un instrumento difusor
ideológico, que implanta en el entorno cultural y artístico los
principios que legitimaron la modernidad y los ideales del capitalismo.
Un discurso que irradia en toda la producción semiótica cultural
contemporánea, alimentando la proyección de políticas y prácticas
culturales que están al servicio de la producción, el consumo y la
funcionalidad de la poderosa y perversa maquinaria: cultura-estado-
mercado.

Estas prácticas de la política cultural implantada por la supremacía de


lo económico por sobre la producción simbólica de la cultura, se ve
introductoriamente interrogada desde el romanticismo y por las
vanguardias artísticas criticas politizadas, posteriormente de manera
crítica y metódica por el conceptualismo, y en actualidad por las
estéticas contemporáneas, como el arte relacional, del disenso, de
laboratorio y la emergencia, que se manifestaron a partir de los años
noventa del siglo XX. En la actualidad se realizan importantes
experimentos entre la sociología, la semiología, el mundo mediático y
comunicacional y las teorías caológicas. Se establece un entrecruce
de estas lecturas que permiten expandir los límites del arte dentro del
entorno de la esfera social, es el arte expandido en la sociedad, la
profundización del concepto ampliado del arte propuesto por Joseph
Beuys: la escultura social. Proyectos que encarnan la comprensión
del arte como potencial transformador de la sociedad y que implican

4
la introducción de lo político en la creatividad y su relación con el
componente social.

La realización de estos procesos creativos comunitarios posibilita la


exposición de una exterioridad que posibilita la exploración de
relaciones y la producción de textos e imágenes de la vida
comunitaria, que conducen a la conformación de “ecologías
culturales” con las cuales se pulverizan los postulados de las
practicas artísticas vanguardistas e incluso algunas
neovanguardistas. Con la estética emergente, a partir de estas
experiencias de laboratorio artístico se intensifican procesos
abiertos de creación comunitaria que reafirman el dialogo del arte con
la vida social y que se despliegan en nuevos espacios expositivos.

En la postmodernidad aparecen movimientos critico-pluralistas


neoconceptuales que trabajan con beligerancia, establecen debates
intelectuales, someten a discusión y ponen en duda su legitimación
respecto de su accionar como arte político activista. Se deriva la
producción de prácticas cultuales heterogéneas subalternas que
describen procesos investigativos de experiencias estética criticas
politizadas en el seno de las instituciones y la cultura:

Pensar en un nuevo tipo de “compromiso” político desde las prácticas


culturales y artísticas que rompan con las figuras clásicas del intelectual
que “acompaña” a los movimientos. Este modelo siempre cambiante,
conformado en situación –propone un tipo de coinvestigación que pone en
común herramientas y saberes intelectuales y militantes de diferente
origen sin jerarquizarlos, en un tipo de práctica que hace circular relatos y
descripciones internas a las luchas y las formas de organización social
autónomas.

Es una experiencia estética en la que se intenta interconectar la


investigación y la militancia, hecho que pone en actividad vivencial y
conceptual la participación en el campo artístico, político y activista,
que lleva a la producción de formas artístico políticas autónomas. Se
confirma, de esta manera, la idea de trabajo corporativo con un alto
componente de análisis y de crítica al capitalismo cultural, actividad

5
que reafirma el concepto de “intelectualidad de masa” conducente a
enaltecer las formas de trabajo colectivo y de intercambios como
soportes de contenido dentro de la producción creativa comunitaria.
Formas específicas de colaboración y cooperación orientadas a la
producción de nuevas formas artístico-políticas plegadas de
diversidad y beligerancia: “pensar en el estatuto de lo político en las
actuales prácticas artísticas y culturales como los límites de la crítica
a la dominación capitalistas de la cultura que han favorecido los
sucesivos procesos de “estetización de lo político”. 3

Estos procesos creativos experimentales de interconexión entre lo


artístico, político y sociológico que se convierte en potencial
transformador de lo social posibilita el encuentro de un camino de
salida a los hegemonismos modernos: buscar el éxodo, la salida del
capitalismo y entender una “nueva gramática”, otro significado de la
naturaleza humana, teniendo en cuenta el descentramiento del
concepto de subjetividad clásica en que se ponga de relieve un nuevo
principio de individuación y personalización de la conciencia
colectiva. El éxodo del capitalismo requiere, además, de reflexiones
que tengan en cuenta el advenimiento de la pluralidad epistemológica
en la producción del conocimiento, y las incidencias de la
termodinámica y la teoría del caos.

Como encontrar la salida a dicho sistema social y político, teniendo


en cuenta que los diferentes estados-nación del mundo occidental no
tienen la capacidad para controlar el dominio que impone el poder del
capital en la relaciones sociales contemporáneas. Asistimos a las
incidencias de “producción biopolítica” 4 por cuanto nuestras vidas
3
http://www.brumaria.net/publicaciónbru5.htm.brumaria. Tomado el 7 de septiembre 2020, Medellín.
4
Jaume Peri Blanes. Cultura e imaginación política, Ed. Adell, México, 2018, p. 27: Como señala
Foucault, que el cuidado y administración de la vida biológica de la población esta puesta al servicio de
un objetivo de crecimiento económico y, por tanto, ordenado también por una determinada “economía
política”. Esto significa en consecuencia (…) que el poder se preocupa y cuida de nuestras vidas porque
necesita que participemos en los procesos de producción que van a generar ese determinado
crecimiento económico.”

6
están dispuestas al servicio de los intereses estatales orientados a la
exclusiva forma de enriquecimiento de la producción económica, en
detrimento de los valores ético-morales, de justicia social y de
plenitud en el desarrollo de las capacidades humanas y de armonía
ambiental con el ecosistema. Se exige, por tanto, unas nuevas y
contundentes respuestas ante la caducidad y deterioro de las
categorías políticas hegemónicas de la modernidad, que en
actualidad son obsoletas e ineficaces para transformar el presente.

Comprender que la explotación capitalista en la actualidad no se


puede confrontar con las bases conceptuales de marxismo, que sus
modos habituales de entendimiento no pueden encarar la explotación
capitalista; después de la caída del muro se requiere de un nueva
relectura de Marx. Se hace indispensable, entonces, comprender el
éxodo del capitalismo que lleve a la formalización de una nueva
sociedad que supere los rasgos de inequidad, injusticia, corrupción,
explotación exclusión, que caracterizan el orden social
contemporáneo. El éxodo por tanto, debe ser visto desde una
perspectiva crítica, en el intento de búsqueda de nuevas tierras, la
“tierra prometida”, para asentar en ellas el futuro. El éxodo como un
el encuentro de un camino que es formalizado por la periferia, por lo
excluido y marginado, orientados a la búsqueda de un horizonte de
dignidad y transformación social que será posible al encontrar el
éxodo como una forma de salida del capitalismo.

-Antonio Negri. El Poder Constituyente, pág, 13: En la posmodernidad, por encima de todo hay
que tener en consideración la radical modificación (de colocación) de la dimensión jurídico-
administrativa respecto a la organización económica de la sociedad, impuesta por el
capitalismo global. La sociedad ha sido completamente absorbida en la organización
económica y en el poder de mando del capital: esto es, se ha «realizado» la «subsunción» de la
sociedad en el capital, cuyas figuras son esencialmente las del capital financiero, que domina y
reorganiza la división del trabajo en el plano global, construye la ganancia sobre el trabajo
material e inmaterial de la «fábrica social» y extrae renta de la producción-reproducción de la
vida y de la comunicación-circulación de los valores. El dinero es su poder constituyente, la
forma en la que domina el «común productivo», se apropia de él y lo hace funcional a la
explotación y a su jerarquización.

7
Es por esto importante posibilitar el éxodo del capitalismo en tanto,
se genere el acceso al poder de la imaginación. Imaginar nuevos
sujetos, nuevas prácticas, imaginar nuevos horizontes, otros
lenguajes que aplaquen las inercias y los imperativos idealistas del
racionalismo. La imaginación al poder como lo planteaba en sus
inicios el Mayo del 68 francés, como una tarea imperiosa imaginar
otras formas de poder que remplace las existentes y se destituyan los
modelos políticos obsoletos para conducir el trabajo de la imaginación
por encima del político; considerar por tanto la política como trabajo
de la imaginación para construir el futuro de la sociedad. La
imaginación como constructora del devenir.

La imaginación debe ser el fundamento que alimente lo político, y


para ello se requiere de la construcción de una nueva subjetividad, lo
que implica tener en cuenta la interioridad de lo social y político que
esta incrustada en el seno de la creatividad comunitaria. Propiciar por
tanto, la configuración de una subjetividad colectiva, una subjetividad
que este más allá de las habituales definiciones de la racionalidad
moderna. La modernidad desarrolló un pensamiento totalizador,
unificante, mesurado y lineal, que asumió la creatividad humana
individual o colectiva para reintegrarla a la racionalidad instrumental
impersonal del modo de producción capitalista. Es por esto, muy
importante tener en cuenta el sentido de “multitud de subjetividades”,
que se oponen a los hegemonismos radicales de la representación
moderna. El concepto de lo múltiple en la modernidad se reducía a lo
vulgar o lo relativo al pueblo o lo social, de lo cual creía tener el
control absoluto, sin embargo la multitud se expande sin recibir
alternativas de solución respecto de su problemáticas que son
aplacadas con violencia como respuesta a la angustia existente, al
miedo galopante y a la falta de alternativas posibles. De ahí, la
importancia urgente en el destierro de las categorías
deshumanizantes y racionalizantes de la modernidad; que son el
cálculo y control de la singularidad. Una lógica lineal que somete la

8
multiplicidad de sujetos a los imperativos del orden controlado, a la
confirmación de una unidad dominada que aniquila las diferencias. Es
el cálculo mesurado, premeditado en impersonal que aniquila la
individualidad.

En la modernidad se percibe el miedo a la multitud que es


característica de la racionalidad instrumental: “Este animal salvaje
tiene que ser domesticado, dominado o destruido, superado o
sublimado, como sea hay que arrebatarle la subjetividad (…) la
multitud tiene que ser anulada.” 5 Es por esto que se hace necesario
superar la modernidad y reafirmar el valor de la multiplicidad de
subjetividades, entendiendo la importancia de la subjetividad social
en los procesos creativos que además de alimentar lo político, se
convierte en un medio que sirve para construir de manera
ininterrumpida nuevos mundos que estén por encima de los principios
racionales ilustrados.

Se plantea que uno de los principales efectos de la racionalidad


moderna es la desterritorializacion de los sujetos 6 , la perdida de
autonomía de lo múltiple, que neutralizo la creatividad colectiva e
impuso la fijación de la linealidad temporal y la normalización y
control de lo múltiple y su potencial. Se habla de la constitución de un

5
Antonio Negri. El Poder Constituyente, Ensayo Sobre Alternativas de la Modernidad, Ed,
Montserrat Galceran Huget y Cafrlos Prietoi de Campo, Carnago (Varese) Italia, 1992, pág, 435.
6
Antonio Negri. El Poder Constituyente, Ensayo Sobre Alternativas de la Modernidad, op.cit.
pág, 439: “De hecho, la racionalidad de la modernidad es, (…) una lógica lineal que encauza la
multitud de los sujetos hacia la unidad y controla su diferencia a través de la dialéctica. La
racionalidad moderna es cálculo del individuo, dentro de una trascendentalidad que anula su
esencia singular. Es repetición de lo común individualizado y por ende colonización de su
esfera, con la pretensión de hacerla transcendental. Encontramos todos los efectos de esa
racionalidad cuando la teoría bloquea el proceso constituyente y funda las constituciones
modernas: ese bloqueo se produce a través de la desterritorialización de los sujetos, la
neutralización de su creatividad, la fijación de la temporalidad y, en definitiva, a través de una
serie de operaciones de normalización del movimiento. El formalismo trascendental es la clave
de esa racionalidad, la renuncia a lo real y a la multitud, su condición, y la construcción del
poder de mando es, en todo caso, su efecto.”

9
“formalismo trascendental” que se convierte en fundamento del
racionalismo y que se impuso de manera exclusiva y totalizante, por
7
lo que se requiere de la formulación de una “nueva racionalidad”.
Se marca el punto de partida en la construcción de una nueva política
sustentada en la producción creativa comunitaria derivada de la
funsión del lenguaje y de la significancia en íntima relación con lo
ontológico-epistemológico que abarcan lo múltiple y la potencia. Se
formalizará así una nueva racionalidad clave para la construcción de
nuevos mundos posibles.

Se revierte de esta manera la importancia de construcción de una


subjetividad colectiva que va en sintonía con la nueva racionalidad,
como dice Antonio Negri que está caracterizada por oponerse a la
creatividad sometida al límite y a la medida, una nueva racionalidad
que esta en contra de los mecanismos deductivos en la producción
artística, que pugna por privilegiar los valores de la igualdad y
oponerse a la uniformidad 8 como actitud que orienta el valor de la
7
Antonio Negri. El Poder Constituyente, Ensayo Sobre Alternativas de la Modernidad, ibid.,
pág, 439-40: “La abstracción no es un fetiche, sino una función de la comunicación. Pero la
comunicación no es sino la relación ontológica entre multitud y potencia. Y con esto estamos
identificando el punto de partida de la nueva racionalidad –La subjetividad de la racionalidad
que perdura más allá de la modernidad. Multitud y potencia, en su entrelazamiento
ontológico, muestran la racionalidad, una nueva racionalidad, como clave de constitución del
mundo. De lo social así como de lo político, de la individualidad así como de la subjetividad
colectiva1 . Así, pues, la relación racional es determinada; determinada no solo formalmente,
desde el punto de vista desde el que emana, sino también y sobre todo desde el punto de vista
sustancial, ontológico, de la modalidad real de la relación multitud-potencia y de sus afanes
subjetivos.”

8
Antonio Negri. El Poder Constituyente, Ensayo sobre alternativas de la Modernidad, op.cit.
pág. 415: “Asimismo, esta igualdad no puede ser llamada despreciativamente uniformidad,
puesto que la multitud es infinita multiplicidad de singularidades libres y creativas. El par
fatídico igualdad-uniformización (cese de la libertad, lento sopor de la virtud) que muchos
reaccionarios han considerado como destino de la modernidad, atañe solo a la modernidad. En
efecto, aquí se determina una cuarta oposición de la nueva racionalidad respecto a la
racionalidad de la modernidad: la oposición de la diversidad contra la uniformidad, que sucede
lógicamente a la de la igualdad contra el privilegio. La racionalidad que va más allá de la
modernidad comprende en la diversidad, en la riqueza de individualidades iguales e
irreductibles, la piedra angular de toda su lógica.

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diversidad y la diferencia; atender por sobre todo la importancia de la
cooperación comunitaria por sobre el poder de mando hegemonista.

Esa nueva racionalidad que alimenta lo político a través de la


creatividad comunitaria, debe erradicar el límite y la medida 9 en la
producción artística, puesto que ese carácter limitado que es propio
de la racionalidad moderna, se convierte en obstáculo para generar
expansión del imaginario social. Romper, por tanto, con la medida,
como limite de la creatividad colectiva que es desmesurada, ilimitada
y constituida por múltiples relaciones que estructuran su dinámica. La
creatividad comunitaria le rehúye a la mesura y la regularidad lineal;

9
Antonio Negri. El Poder Constituyente, Ensayo Sobre Alternativas de la Modernidad, op.cit.,
pags, 440-41: “La primera oposición es la de la creatividad contra el límite y la medida. La
racionalidad del poder constituyente se define antes que nada por el carácter ilimitado con el
que se plantea. Para ella, el límite es solo un obstáculo. Plantea el límite solo como condición
de su propio existir, de su propio expandirse, como condición, por lo tanto, de su propio
producir. En consecuencia, la medida ‒ese límite interiorizado‒ se ve empujada a la
destrucción: el poder constituyente es desmesurado, su única medida es el carácter ilimitado
de la multitud, la absoluta versatilidad de sus relaciones. Aquí nos referimos a la obra de
Michel Foucault, y especialmente a sus cursos de la década de 1970. El poder constituyente de
las interrelaciones potentes y constitutivas que componen su concepto y determinan su
dinámica real.

La medida puede reaparecer solo como contenido (y no como norma) de las relaciones
creativas. Ya no existe medida, solo existen medidas que construimos en el preciso momento
en el que producimos la realidad que hay que medir. «Termidor» es una medida: el poder
constituyente es desmesura o, para ser más exactos, medida progresiva, reflexión de la
medida común sobre sí misma. La medida es la forma de la validez de la andadura del poder
constituyente en el momento en que este hace que la validez misma se vuelva desmesurada.
La medida es la relación entre el adentro y el afuera de la subjetividad creativa mientras esta
va más allá de sí misma. Siendo rigurosos, no se debería hablar ya de «medida», sino decir solo
«a medida». De esta suerte, la medida de la nueva racionalidad no es un elemento hard de la
máquina creativa que es nueva en cada ocasión, sino el elemento soft que organiza sus
determinaciones internas y su software. Límites y medidas, arrebatados a la lógica dialéctica,
solo pueden ser considerados como elementos dinámicos de la continuidad creativa,
multiversa y crítica, del poder constituyente.”

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la medida desaparece puesto que es una atadura, un anudamiento de
la subjetividad y de la determinación de sus estructuras internas.

La producción artística colectiva dentro del concepto de la nueva


racionalidad es un proceso que esta en contra de la instrumentalidad
deductiva limitada de la creación, que ve interrumpida su univocidad
por la emergencia de las singularidades múltiples, en las que se
inscriben relaciones, vivencias, acuerdos, consensos, iniciativas e
intercambios. La nueva racionalidad dentro de estos tópicos de
interconexion construye cartografías en constante expansión que
atraviesan lo político, social, estético e institucional. Es un proceso
abierto que acoge por entero todo el entramado de las pasiones,
intereses, deseos, desde sus origenes y por sobre todo se apropia del
poder imaginativo colectivo que incluye la totalidad de sus
potenciales creativos.

El tema de la subjetividad colectiva dentro del concepto de la nueva


racionalidad lo constituye el sentido de cooperación 10 contra el poder
10
Antonio Negri. El Poder Constituyente, Ensayo Sobre Alternativas de la Modernidad,
op.cit.pág, 416: “La quinta y última oposición es la de la cooperación contra el poder de
mando. Llegamos aquí al punto en el que la racionalidad abstracta se invierte completamente
en la racionalidad de lo concreto. En efecto, la cooperación es la pulsación viviente y
productiva de la multitudo. La cooperación es la articulación en la que el infinito número de las
singularidades se compone como esencia productiva de lo nuevo. Cooperación es innovación,
es riqueza, es, por lo tanto, la base de ese surplus creativo que define la expresión de la
multitudo. El poder de mando se construye sobre la abstracción, la alienación y la expropiación
de la creatividad cooperativa de la multitud. Es apropiación privilegiada, fijada y uniforme del
poder constituyente; es poder constituido, constitución, poder de mando. De esta suerte, el
mundo queda patas arriba: el poder de mando precede a la cooperación. Pero esa inversión (y
la racionalidad y la lógica que lo exaltan) son en sí mismas contradictorias y limitadas toda vez
que no poseen la fuerza de su propia reproducción. La producción y la reproducción del
mundo de la vida residen solo en la multitud, en el conjunto procesual de las relaciones de
libertad, de singularidad, en el resultado de su creatividad diversa y concurrente. La
cooperación es la forma en la que las singularidades producen lo nuevo, lo rico, lo potente, la
única forma de reproducción de la vida. La cooperación identifica su racionalidad en la
potencia. En el terreno político, es falsa toda definición de democracia que no asuma la
cooperación como clave de lectura y como tejido concreto de esa relación. El poder de mando
es esta falta de verdad. Por el contrario, la cooperación es el valor central de la nueva
racionalidad, su verdad.

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de los imperativos hegemonistas . Es una cooperación que se
convierte en la pulsión vivificante y creativa de la multitud, de cuya
articulación metódica de singularidades se estructura la imaginación
política. Es lo cooperativo que convertido en innovación imaginaria se
constituye en la máxima riqueza que conforma la autonomía expresiva
del “corpus creativo comunitario”, mediante el cual se fractura el
poder instrumental alienante de imposición determinista lógica y de
codificación limitante que expropia la creatividad cooperativa múltiple.
Es por esto, importante comprender que la producción y reproducción
del mundo de la vida reside en lo colectivo en cuanto se estructura
de un mundo procesual de relaciones, de libertades, autonomía y
emancipación. Singularidades colectivas productoras de un nuevo y
rico horizonte de reproducción de la vida digna.

El nuevo imaginario político derivado de la cooperación en


interconexión con la nueva racionalidad posibilita la construcción de
un nuevo ser, una nueva naturaleza y consolida la estructura de una
posthistoria para reafirmar otro destino en el mundo de la vida. La
construcción de esos mundos posibles parten de la afirmación de una
nueva racionalidad que es esencialmente crítica, en tanto destruye
todo obstáculo, corroe los limites potenciales de apertura a la
subjetividad, que en la modernidad obstruyeron la interrelación con lo
colectivo, factor que impidió acoger el soporte de la imaginación
como sustento de lo político.

Entender que la realización de lo político dentro de las prácticas


artísticas y culturales es una cuestión que hace referencia a la
subjetivación de las prácticas sociales, lo que implica la comprensión
política de los nuevos conceptos de subjetivación y singularización
que conducen a la construcción de otras y diferentes formas creativas
comunitarias que establecen vínculos entre lo político y artístico. De
esta manera se experimenta y explora el tejido social lo que permite
el estudio de diferentes modelos de sociabilidad: el sentido común, el

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ser de lo popular, las técnicas, costumbres, el lenguaje complejo, la
palabra, el sonido, la imagen, la performance, las formas autónomas
de vida y de estructura social. Son elementos constitutivos básicos en
la construcción del nuevo paradigma estético-político que hace de la
praxis artística y social una expresión autónoma que posibilita la
autotransformación de la vida comunitaria, que es factible mediante la
realización creativa de la estética de la emergencia.

Orlando Morillo Santacruz

Texto de autoría de Orlando Morillo Santacruz, extraído de la realización del


proyecto de investigación aprobado por la VIPRI denominado “Neobarroco e
Interculturalidad en el Arte Latinoamericano Contemporáneo”, que está próximo a
publicarse.

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