Ensayo Simon Rodriguez

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ENSAYO SOBRE SIMON RODRIGUEZ

Simón Rodríguez es uno de los pensadores venezolanos y quizá


latinoamericanos, sobre el que más se ha escrito. Fue un gran pensador y profesó
ideas de la Ilustración que lo llevaron a planteamientos importantes
para nuestra América. Fue profundo conocedor y crítico de los orígenes y
evolución de la sociedad hispanoamericana. Fue maestro de Simón Bolívar,
influyendo, considerablemente en su formación. Todo lo que pueda decirse de
Rodríguez debe, necesariamente, incluir y tener presente su propuesta educativa.

El planteamiento pedagógico de Simón Rodríguez está vinculado a su


pensamiento filosófico y su teoría política. Educar, para él, es preparar al pueblo
para recuperar el poder, su poder. Dice Rodríguez:

Somos independiente, pero no libres, dueños del suelo pero no de nosotros


mismos. Las preocupaciones políticas que nos dominan, no caducarán, como
muchos lo esperan; al contrario, persistentes al lado de las Ideas Liberales, las
harán bastardear. Otras fuerzas que las que empleamos para emanciparnos,
debemos emplearla para libertarnos… las de la razón.

En el ideario pedagógico de Rodríguez, aun cuando son dos especies distintas del 
mismo géneroproductivo, no se debe confundir educación con instrucción, al respe
cto señala: “Instruir no es educar, nila instrucción puede ser un equivalente de la e
ducación aunque instruyendo se eduque…”

La instrucción trata de la enseñanza de “luces y virtudes sociales”. El sujeto que d
ebe recibirlases el hombre que vive en sociedad; su objeto es la sociabilidad. Y el f
in de la sociabilidad –fin último dela instrucción- es “hacer menos penosa la vida.”

Por ello, la misma instrucción es un medio, uno de los medios, para lograr la
sociabilización del hombre. La instrucción particular y parcial en la vida del hombre
en sociedad, pues no da cuenta de la totalidad del sistema: solamente de lo
permitido. Siendo esto así, el contenido de la instrucción tan sólo alcanza niveles
de superficialidad en la constitución del individuo: el nivel racional. La instrucción,
proporciona un saber general, no un saber del otro que debe ser el fundamento
del verdadero saber, por ende, la instrucción general para Rodríguez, es
ignorante. Por ello, dirá: “Grandes proyectos de la ¡Ilustración! al lado de una
absoluta ignorancia, constatarán siempre y nunca se asociarán, juntos, hacen un
Monstruo social”.

Por otro lado, para Rodríguez, la educación trata de la conducta, del comportamie
nto de loshombres en la sociedad republicana. La educación está referida a todos 
los niveles que constituyen lavida: social, económico, moral, civil y político.

La educación es, esencialmente, popular. Su objeto: formar un pueblo republicano
. Es medio yfin, a la vez. Es medio porque, a través de ella, se funda la República; 
es fin porque la República notermina de hacerse nunca. Vivir en República equival
e a vivir en un campo de universalidad sincongelamiento; vivir en República es vivi
r en un movimiento continuo y en constante transformación.

La educación es social, nunca individual, por tanto debe ser pública, esto es: debe 
llegar a todossin excepción y debe estar al alcance de todos. No es privativa de na
die ni reservada para algunos, comola instrucción. Alcanza, además, aquellos nive
les donde el individualismo –animal- se vuelve social. En fin, por la
educacion social el pueblo republicano recupera y ejerce su poder. La fuerza repu
blicana queresulta es puramente moral.

La educación es republicana, por definición. Por eso toca al gobierno democrático


emprender la educación del pueblo que administra y dirige. El gobierno
verdaderamente republicano educa, porque “sólo un pueblo educado es un pueblo
republicano”. Por eso proporciona las luces y las virtudes requeridas.

En este sentido, para Simón Rodríguez, la educación no se detiene ni se acaba
nunca. La vida ensociedad es un estar haciéndose a cada instante continuamente. 
Donde la vida en comunidad, es sinónimo de una vida en República.

Para el maestro Rodríguez, o inventamos o erramos, es dar paso a un modo


distinto de pensar y hacer, de sentir y actuar. Es la autenticidad y la creación, lo
positivo y el ingenio, la imaginación y el pensamiento puesto en ejercicio; es
concebir e idear para producir y construir; es mirarse y advertir lo que se es para
descubrir y estimar otra posibilidad de ser. Esta afirmación,
- o inventamos o erramos- se constituye –dentro del ideario pedagógico del autor-
en divisa y singularidad negadora de la tradición que obstaculiza, que limita y que
inmoviliza. Es revisar y examinar las situaciones de vida para decantar
oposiciones y abrirse a un nuevo estado-condición; es apremio e interpelación
para motivar y provocar otras potencialidades y virtualidades; es un darse cuenta
del ahora histórico para enrumbar y revelar nuevas oportunidades, otros senderos,
otros sentidos humanos sociales; es releer y reinterpretar la institucionalidad; es
seducirse en el encuentro, en el talento, en la iniciativa, en el saber, en la
inspiración, en las ideas, en el proyecto, en el cambio, en la transformación.

El maestro Simón Rodríguez dio mucha importancia a la identidad de los pueblos
hispanoamericanos y a la búsqueda de su ontología o razón de ser. Asimismo, se 
preocupó por definir laoriginalidad de Hispanoamérica; la esenia de lo autóctono y 
lo vernáculo; y el problema de la imitación.Habló sobre la necesidad de buscar su 
originalidad y no la imitación de instituciones de otras regionesdel mundo. Creyó 
que los pueblos americanos deben afirmar su identidad y cultura en su propiaidiosi
ncrasia, sin necesidad de imitar a otros. Para, él: “la imitación cultural es lo que no 
dejará prosperara las nuevas naciones recién independizadas… la sabiduría de 
Europa y la prosperidad de los EstadosUnidos son dos enemigos de la libertad de
pensar en América. ¿Por qué? Por la fiebre y enfermedad de la imitación”.

Es con la obra de Simón Rodríguez que se da inicio a una visión cultural de 
Hispanoamérica libre, autentica, autóctona y original para proyectarla
hacia un futuro mejor, con conciencia patriótica, republicana y revolucionaria.

Son tan limitados nuestros conocimientos acerca de Simón Rodríguez, que


cuando escuchamos hablar de él lo primero que decimos "fue el maestro del
libertador", porque es lo único que conocemos de la vida de este gran hombre.
Quizás nos imaginamos que toda su vida estuvo dedicada a
la enseñanza de Bolívar o que pasó su vida enseñando como un simple maestro.
Pero no fue así. Rodríguez pasó su vida enseñando luchando por cambiar
el sistema educativo de Venezuela y América, que estaba aún bajo los vicios y
mentalidad colonial, aunque ya vivíamos en una América libre. Aunque no pudo
cambiar las cosas, sus ideas y pensamientos son de nuestro tiempo porque fue
pronunciada con una carga de porvenir que solo podía nacer de un
profundo conocimiento de las necesidades de su tiempo. Ahora cuando la
educación se debate en una profunda crisis, debemos volver los ojos a Rodríguez
y retomar su pensamiento y aplicar los cambios necesarios.

SIMÓN RODRÍGUEZ

Nació en Caracas, el 28 de octubre de 1769. su nombre completo


era Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez . Fue bautizado el 14 de
noviembre de 1769 como un niño expósito, la humillación por ser niño expósito
tuvo que soportarla integra de niño, de adolescente y de joven. Muy tierno recibió
la protección y cuidados del sacerdote Rodríguez, hermano de su madre Rosalía,
tomando su apellido y es conocido como Simón Carreño Rodríguez.

A Simón Rodríguez le encantaba estudiar y estar en contacto con


los libros que le permitían nuevo conocimiento. Era un niño muy
preguntón y como no siempre los maestros podían responder sus
preguntas, Simón se devoraba todos los libros que tuviera a su alcance.

Instruido inicialmente en una escuela de la ciudad, obtuvo del Municipio de


Caracas el título de Maestro de Primaria, a los veinte años. Casi enseguida
impartió clases al niño Simón Bolívar, enseñándole los principios de
las lenguas española y latina, aritmética e historia. Llegó a tener bajo su pupilaje a
un grupo de niños que, para finales del año 1793, ascendía a 114.

Simón Narciso Jesús Rodríguez destacó por su vocación por la enseñanza, sobre
todo porque a través de ella legó a Venezuela y a América conocimientos
libertarios que han trascendido en el tiempo y que se materializaron especialmente
en la lucha del Libertador Simón Bolívar, en quien infundió desde temprana edad
sus ideales de libertad.

En junio del 1793 se casa con María de los Santos Ronco.


En 1794 presentó un escrito crítico “Reflexiones sobre los defectos que vician la
escuela de primeras letras en Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo
establecimiento”. Las ideas vertidas en este ensayo parten de la necesidad de
formalizar la educación pública por medio de la creación de nuevas escuelas y la
formación de buenos profesores; deesta forma, argumentaba, se promovería la
incorporación de más alumnos (incluyendo a los niños pardos y negros) y la
disminución progresiva de la enseñanza particular; se requería además buenos
salarios.

Rodríguez también es autor de tres libros fundamentales: Sociedades


Americanas, El Libertador del Mediodía de América y Luces y Virtudes Sociales.

La manera de escribir de Rodríguez no responde a lo literario, más bien es


"distante de esteticismos y alquimias", se acerca al "meditar filosófico. Opera,
anticipándose a la fórmula nietzscheana, por sentencias, condensando el
máximum, presentando contrastes, paradojas, contraponiendo tesis".

Entre los planteamientos de Rodríguez destaca su idea de construir una sociedad


nueva con factores que no imiten ni a la norteamericana, ni a la francesa, que
sean originales y originarios de América. "Inventamos o erramos", sentenció.

Por ello se unió a la causa independentista. En 1797 apoya el movimiento


insurgente encabezado por Manuel Gual y José María España, el cual fracasó y le
valió su expulsión de Venezuela.

En 1797 luego de su salida del país, se traslada a Kingston (Jamaica)


donde residirá por algún tiempo y en el que cambiará su nombre por el de
Samuel Robinson. Posteriormente, viaja a Estados Unidos donde vive hasta
fines de 1800.

Luego se traslada a Europa y recorre Italia, Alemania, Prusia, Polonia, Rusia e


Inglaterra, donde se encuentra con Andrés Bello y emprende su retorno a
América.
En sus últimos años de vida, Rodríguez transitó por Quito y Latacunga, en
Ecuador; luego se traslada a Guayaquil en 1854, y ese mismo año viaja a Perú.
Allí enferma de gravedad y muere el 28 de febrero de ese año en Amotape.

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