Génesis Capítulo 1 Explicado Por Versículos
Génesis Capítulo 1 Explicado Por Versículos
Génesis Capítulo 1 Explicado Por Versículos
*** g91 8/6 págs. 12-13 ¿Consumó Dios cada obra creativa
el mismo “día” que la inició? ***
La palabra hebrea que se traduce “criaturas voladoras” en
Génesis 1:20 es ʽohf, un término que puede abarcar insectos
alados y reptiles voladores como los pterosaurios. Puede que
los primeros insectos precedieran a criaturas como los
pterosaurios, y que estos reptiles voladores de alas
membranosas aparecieran antes que las aves y los
mamíferos.
El relato bíblico sobre la creación no registra todo detalle
de las obras creativas de Jehová Dios, sino que enumera
algunos de los principales acontecimientos que sucedieron
durante la preparación de la Tierra para recibir a los seres
vivos y explica la aparición ordenada de grandes categorías
de vida vegetal y animal. Por eso el registro de Génesis
no presenta por separado a los insectos alados, los reptiles
voladores y las aves, sino que los agrupa a todos bajo un
mismo término hebreo general y abarcador que se traduce
“criaturas voladoras”.
(Génesis 1:21) Así que Dios creó los grandes animales
marinos y todos los seres vivos que se mueven y enjambran
en las aguas según sus géneros, y todos los animales con
alas que vuelan según sus géneros. Y Dios vio que esto era
bueno.
*** w13 1/5 pág. 3 ¿Por qué dicen algunos que Dios es
cruel? ***
Dios nos creó “a su imagen” (Génesis 1:27). Eso quiere
decir que nos dio la capacidad de reflejar su propio sentido
del bien y el mal, sus cualidades y normas morales.
*** w05 1/7 págs. 4-5 “Felices son los que tienen
conciencia de su necesidad espiritual” ***
Hecho a la imagen de Dios
La Biblia explica por qué el ser humano está dotado de
espiritualidad cuando dice: “Dios procedió a crear al hombre a
su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los
creó” (Génesis 1:27). Puesto que fuimos creados “a la imagen
de Dios”, tenemos la capacidad de reflejar ciertas cualidades
divinas incluso después de haber quedado manchados por el
pecado y la imperfección (Romanos 5:12). Por ejemplo,
somos creativos y poseemos un grado de sabiduría, cierto
sentido de la justicia y la facultad de manifestar amor
abnegado por el prójimo. Además, podemos reflexionar sobre
el pasado y planificar el futuro (Proverbios 4:7; Eclesiastés
3:1, 11; Miqueas 6:8; Juan 13:34; 1 Juan 4:8).
La espiritualidad del hombre se evidencia sobre todo por
el deseo innato de adorar a Dios. Por tanto, si no saciamos
adecuadamente la necesidad de conocer al Creador,
no podemos encontrar auténtica y duradera felicidad. “Felices
son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual”, dijo
Jesús (Mateo 5:3). Claro está, hay que satisfacer esta
necesidad con verdades espirituales, es decir, la verdad
sobre Dios, sus normas y su propósito para la humanidad.
*** w97 1/2 págs. 9-10 párr. 4 “Dios nos amó así” ***
Algunos animales están dotados de la facultad de ver, oír
y oler cosas que el ser humano no puede. Pero la humanidad,
hecha a la imagen de Dios, posee la capacidad de percibir el
amor divino como ningún animal puede hacerlo. (Génesis
1:27.)
*** w97 1/2 pág. 12 párr. 14 “Dios nos amó así” ***
14
¿Por qué tiene un padre compasivo tales sentimientos?
Génesis 1:27 dice que Dios creó al hombre a su imagen.
Nuestros sentimientos de amor y compasión reflejan de
manera muy limitada el amor y la compasión de Jehová.
*** w18 agosto págs. 19-20 párrs. 8-9 Ser generosos nos
hace felices ***
8
Aunque Adán y Eva estaban solos en el jardín de Edén,
las instrucciones que Jehová les dio deberían haberlos hecho
pensar en el bienestar de otros. Dios los bendijo y les dijo que
se multiplicaran, llenaran la Tierra y la dominaran (Gén. 1:28).
Así como el Creador se interesa mucho en su creación, ellos
deberían haberse interesado en la felicidad de sus
descendientes. Para que todos ellos disfrutaran del paraíso,
tenían que extenderlo por el entero planeta. Ese inmenso
proyecto requeriría la colaboración de toda la familia.
9
Extender el paraíso hubiera implicado que los seres
humanos perfectos colaboraran estrechamente con el
propósito de Jehová, y así entrarían en su descanso (Heb.
4:11). Solo podemos imaginar lo felices que se hubieran
sentido. Además, Jehová los habría bendecido mucho por ser
generosos e interesarse en los demás.
*** w99 15/4 págs. 8-9 párrs. 20-21 ¿Es en verdad posible
la vida eterna? ***
Cuando Dios creó a Eva como pareja de Adán, les dio a
ambos otra comisión en la Tierra. Les dijo: “Sean fructíferos y
háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en
sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los
cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra”
(Génesis 1:28).
21
Piense en las maravillosas perspectivas que estas
instrucciones de Dios colocaron ante Adán y Eva. Tenían que
criar a sus descendientes con salud perfecta en el Paraíso
terrestre. Cuando sus amados hijos crecieran, estos les
ayudarían en la agradable labor de jardinería para mantener
aquel Paraíso, y con todos los animales sujetos a ellos, su
vida sería muy gratificante. Piense también en el gozo de
extender los límites del jardín de Edén, de modo que con el
tiempo toda la Tierra se convirtiera en un paraíso. ¿Disfrutaría
usted de la vida con hijos perfectos en un hermoso hogar
terrestre como ese, sin la preocupación de envejecer ni de
morir? Permita que el impulso natural de su corazón conteste
esta pregunta.
*** w98 15/7 pág. 15 párrs. 5-6 ¿Hemos entrado en el
descanso de Dios? ***
Finalmente, Dios declaró su propósito con respecto a la
familia humana y la Tierra con estas palabras proféticas:
“Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y
sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las
criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que
se mueve sobre la tierra” (Génesis 1:28, 31; 2:8).
6
Antes de que terminara el “día sexto” de la creación, el
relato nos dice: “Vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire!,
era muy bueno” (Génesis 1:31). Dios estaba satisfecho con
todo lo que había hecho. De modo que descansó, o cesó, de
su obra creativa con respecto a la Tierra. El jardín paradisíaco
era perfecto y hermoso, pero ocupaba solo una pequeña
extensión, y había en la Tierra únicamente dos criaturas
humanas. Tenía que pasar tiempo hasta que la Tierra y la
familia humana alcanzaran el estado que Dios se había
propuesto. Por esta razón designó un “día séptimo” en el que
todo lo que había creado en los seis ‘días’ precedentes
prosperaría según su santa voluntad (compárese con Efesios
1:11). Al final del “día séptimo”, la Tierra sería un paraíso
mundial en el que habitaría eternamente una familia de seres
humanos perfectos (Isaías 45:18).
*** w11 1/1 pág. 13 ¿Sabía Dios que Adán y Eva iban a
pecar? ***
“Todo [...] era muy bueno”
El libro de Génesis indica que, después de terminar su
creación —incluyendo a Adán y Eva—, Dios examinó “todo lo
que había hecho” y llegó a la conclusión de que “era muy
bueno” (Génesis 1:31). Nuestros primeros padres estaban
perfectamente diseñados para vivir en la Tierra y no tenían
ningún defecto. De modo que eran capaces de estar a la
altura de lo que el Creador esperaba de ellos. Además,
habían sido creados “a la imagen de Dios” (Génesis 1:27).
Por tanto, podían cultivar cualidades divinas como la
sabiduría, el amor, la lealtad, la justicia y la bondad. Si lo
hacían, tomarían decisiones que los beneficiarían en su vida
y que agradarían a su Padre celestial.
*** w08 1/1 págs. 14-15 La Biblia y la evolución: ¿son
compatibles? ***
El hombre se aleja de la perfección
Según la Biblia, Jehová creó perfecto al primer hombre.
Es imposible para Dios obrar de otro modo. El relato de la
creación dice: “Dios procedió a crear al hombre a su
imagen [...]. Después de eso vio Dios todo lo que había hecho
y, ¡mire!, era muy bueno” (Génesis 1:27, 31). ¿En qué sentido
era Adán un hombre perfecto?
Era perfecto porque tenía libertad de decisión y podía
imitar a plenitud las cualidades divinas. La Biblia afirma: “El
Dios verdadero hizo a la humanidad recta, pero ellos mismos
han buscado muchos planes” (Eclesiastés 7:29). En efecto,
fue Adán quien optó por rebelarse contra Dios. Como
resultado, perdió la perfección y privó de ella a sus
descendientes. Esto explica la frustración que sentimos
cuando queremos hacer las cosas bien y no lo logramos.
Es tal como escribió el apóstol Pablo: “Lo que deseo, esto
no lo practico; sino que lo que odio es lo que hago” (Romanos
7:15).
Según la Biblia, un hombre perfecto podría vivir para
siempre en perfecta salud. Por lo que Dios le dijo a Adán, es
obvio que este no habría muerto jamás si hubiera sido
obediente (Génesis 2:16, 17; 3:22, 23). Además, Jehová
no habría calificado de ‘muy buena’ la creación del hombre si
este hubiera tenido la tendencia a enfermar o a rebelarse.
La pérdida de la perfección explica por qué el cuerpo
humano, aunque maravillosamente diseñado, es vulnerable a
deformidades y enfermedades. Por lo tanto, la evolución es
incompatible con la Biblia: mientras que la evolución presenta
al hombre moderno como la versión mejorada de un animal,
la Biblia lo presenta como la versión deteriorada de su
antepasado perfecto.
*** lv cap. 15 pág. 172 párr. 4 Cómo ver “el bien por todo
su duro trabajo” ***
Más tarde, cuando concluyó sus obras en nuestro planeta,
calificó de “muy bueno” todo lo que había hecho (Génesis
1:31). Dicho de otro modo, estaba plenamente satisfecho con
su labor. Sin duda, al “Dios feliz” le causaba un gozo
indescriptible ser tan productivo (1 Timoteo 1:11).