Familia Juridica Romanista
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JURÍDICA ROMANO-CANÓNICA
I. EL DERECHO ROMANO
De aquí que sólo pueda dominar el derecho vigente quien haya estudiado
previamente sus fundamentos históricos. Sólo la historia del derecho, la
explicación del derecho del presente como un producto del pasado, nos
puede llevar a la plena inteligencia de nuestra vida jurídica actual.
A. Metodología y periodización
Las palabras citadas, son por sí solas suficientes para tomar la decisión
de seguir el criterio de periodización señalado, por considerarlo el más
adecuado para estudiar la historia jurídica o de cualquier otro tipo, de un
pueblo, ya que es una buena guía para comprender la evolución jurídica
dentro del contexto cultural, puesto que hay que tener presente que el
pue- blo romano, así como los hombres atraviesan por las etapas de:
formación, madurez y decadencia. Así, los periodos de la Monarquía y la
República pueden corresponder a la etapa de la formación del derecho y
el del Princi- pado sería el equivalente a la madurez, mientras que el
último periodo, el del Bajo Imperio corresponde a la decadencia.
a. La Monarquía
b. La República
Son tres las obras que conocemos que cuentan con estas características: el
Edicto de Teodorico, la Ley Romana de los Visigodos y la Ley Romana de
los Borgoñones.
El Edicto de Teodorico. Probablemente data del año 503 y se debe a
Teodorico, rey ostrogodo. Está dividido en 155 capítulos y contiene dispo-
siciones tomadas básicamente de los códigos Gregoriano, Hermogeniano
y Teodosiano. En lo fundamental, la obra trata de problemas de derecho
público y derecho criminal. El Edicto de Teodorico constituye una excep-
ción en relación con las otras leyes romano-bárbaras: se aparta del princi-
pio de personalidad y adopta el de territorialidad en cuanto a su aplicación,
ya que debía ser observado tanto por los bárbaros como por los romanos.
La Ley Romana de los Visigodos. Es la más importante de los
documen- tos de este tipo. Fue compuesta por Alarico II y se le conoce
también con el nombre de Breviario de Alarico. Está integrada
primordialmente con Cons- tituciones imperiales de Teodosio, parte de las
Instituciones de Gayo, de las Sentencias de Paulo y de las Respuestas de
Papiniano. Las distintas seccio- nes de la obra se presentan siempre
acompañadas de comentarios e inter- pretaciones que, por un lado tienden
a aclarar el texto y, por el otro, tratan de adecuarlo a las necesidades del
momento.
Ley Romana de los Borgoñones. Conocida también con el nombre de
Ley Gambeta, data del año 516 y fue elaborada por el rey Gundobado, esta
ley —que es casi un extracto del Breviario de Alarico— tuvo una vigencia
efímera, como efímero fue el reino de los borgoñones: aproximadamente
medio siglo.
Cabe hacer la aclaración que hay estudiosos del derecho romano que
utilizan la expresión de derecho vulgar para referirse a casi todo el
derecho
posclásico. Según Beatriz Bernal y José de Jesús Ledesma, a este
término se le otorgan distintas acepciones, por un lado se le da este
nombre al derecho existente en las provincias del Imperio, sobre todo al
de las orien- tales y por otro lado, al derecho occidental en la fase de su
decadencia.29
f. Derecho justinianeo
Es a partir del siglo VI, después de una absoluta decadencia del gran
poderío romano, cuando podemos hablar de un resurgimiento de él,
cuan- do menos en el ámbito jurídico, ya que en otros aspectos es muy
discutible la romanización o no del Imperio Bizantino.
Justiniano ascendió al trono en el año 527, sucediendo a su tío Justino
I y reinó hasta su muerte en el año 565. Su labor como gobernante es
muy significativa tanto en el aspecto político y militar, como en el
religioso y por supuesto el más importante para nosotros: el jurídico.
Pretendió restablecer el antiguo Imperio Romano y aunque logró
recon- quistar algunos de los territorios invadidos por los bárbaros, no los
conser- vó durante su largo reinado. En el aspecto religioso trató de
unificar las creencias cristiano-ortodoxas y convertirlas en la religión
oficial.
En lo jurídico llevó a cabo una gran labor; tan importante fue ésta, que
gracias a ella estamos en posibilidad de estudiar el derecho romano.
A. Glosadores
B. Posglosadores
En el siglo XIV fue nuevamente en Italia, ahora en la ciudad de
Perusa, donde renació el interés por el derecho romano pero no con la idea
de estudiar- lo únicamente sino de que también tuviese aplicación en la
práctica jurídica.
A los integrantes de esta escuela se les conoce con el nombre de
posglo- sadores, comentaristas, o bartolistas; ya que, a la cabeza de ellos
tenemos que poner a Bártolo de Sassoferrato, quien alcanzó una gran
fama tanto académicamente como en la vida forense.
Estos juristas se dedicaron al estudio de la obra justinianea, y las
glosas realizadas sobre ella, con la finalidad principal de crear un
derecho acorde con su época.
Con el desarrollo de la imprenta, una de las primeras obras que se
edita- ron, fue la edición de las obras del mencionado Bártolo, en 1470,
por con- siderarlas de gran interés para la vida jurídica del momento.
El alumno más famoso de Bártolo, fue Baldus de Ubaldis, el cual
para- lelamente a su vida universitaria, impartía cursos en las
universidades ita- lianas más destacadas de la época, como las de Pisa,
Florencia y Padua. Tuvo un gran prestigio en la problemática jurídica de
la práctica del país. Esta corriente jurídica tuvo una gran difusión por
toda Europa y así por ejemplo Felipe de Leiden en Holanda trató de
aplicar el Corpus iuris a
temas de derecho político.
De acuerdo con Guillermo F. Margadant en su obra La segunda vida
del derecho romano, vemos que entre la escuela de los glosadores y la de
los posglosadores, podemos situar a la llamada Escuela de Orleáns, de la
cual el mencionado autor nos dice: