Tema 1
Tema 1
Tema 1
I. LA CATALOGACIÓN
1. El proceso técnico
2. La catalogación
I. LA CATALOGACIÓN
1. El proceso técnico
Para potenciar el plano difusor del documento, éste es sometido a un conjunto de operaciones. El
proceso documental1 se concreta en tres fases:
• Análisis formal o externo. El análisis formal actúa sobre el soporte y sirve para
identificar los datos externos de un documento que lo distingue de otro, proporcionando
una identificación individual de aquél. Incluye dos procesos:
1 El conjunto de operaciones que conforman el proceso técnico se describen con mayor detalle en el anexo I.
o Clasificación
o Indización
o Resumen
• RECUPERACIÓN.
Del análisis documental podemos hablar, por tanto, como una técnica formada por un conjunto de
operaciones destinadas a la recuperación de la información2 , que tiene una función de
intermediación en el proceso de circulación de datos entre el productor y el usuario. De no existir
el análisis documental, las operaciones de búsqueda y posterior acceso a la información serían
más complicadas, lentas y costosas. Pinto Molina expone que el análisis documental está
"constituido por un conjunto de operaciones que afectan al contenido y a la forma de los
documentos originales, reelaborándolos y transformándolos en otros de carácter secundario que
faciliten al usuario la identificación precisa, la recuperación y la difusión de aquéllos”.
Chaumier utiliza los términos cadena documental en lugar de proceso. Nuria Amat se inclina por la
misma denominación señalando que las operaciones documentales se organizan y trabajan en
forma de cadena. Pinto Molina, opta por la expresión "proceso documental" como aglutinador del
conjunto de operaciones o fases que afectan al documento. Bajo la denominación de proceso o de
cadena, estos autores están de acuerdo en que las fases que lo integran:
En lo referente a las fases del análisis documental, las definiciones de distintos autores chocan entre sí ya que, algunos autores, como
la ya citada Pinto Molina o López Yepes2 cuando hablan de las fases del análisis documental citan el “análisis formal” o “descripción
bibliográfica” identificándolo como análisis externo y, a continuación, el análisis de contenido propiamente dicho. Es decir consideran
que el análisis documental abarca los dos tipos de análisis.
Algunos tratadistas, como García Gutiérrez, señalan que el denominado “análisis documental de contenido” debería adoptar la
expresión, por equivalencia, de análisis documental (AD), excluyendo definitivamente del ámbito de este, las descripciones formales
del documento. Por tanto, de acuerdo con la definición de éste, el análisis documental consiste en "expresar el contenido de los
documentos bajo formas distintas con el fin de facilitar la recuperación de la información". Estos autores identifican el análisis
documental exclusivamente con análisis de contenido.
En este tema vamos a analizar la fase del proceso o cadena documental denominada análisis
formal o externo del documento.
2. La catalogación
1. Permitir a una persona encontrar un libro del que conoce el autor, el título o la materia.
2. Mostrar lo que la biblioteca posee de un autor, una materia o un género determinado.
Los objetivos de Cutter permanecieron inalterables durante más de setenta y cinco años. Sin
embargo, durante estos años se produjeron cambios sustanciales en las reglas y mecanismos de
catalogación, así como cambios en la estructura tecnológica, económica y política de la misma. El
primer intento de revisión de esos objetivos lo realizó Seymour Lubetzky, en 1953, expresando de
forma diferente el segundo objetivo: mostrar, bajo una única forma del nombre del autor, lo que la
biblioteca tiene de un autor concreto y las ediciones o traducciones de un trabajo determinado.
Estos objetivos se recogieron, prácticamente sin cambios, en los Principios de París formulados
en la Conference on Cataloguing Principles, celebrada en París en 1961, de la siguiente forma:
El catálogo debería ser un instrumento eficiente para comprobar:
1. Si la biblioteca tiene un libro buscado por:
a) su autor y título, o
b) si el autor no se conoce, sólo por su título, o
c) si el autor y el título no son suficientes o inapropiados para la identificación, un sustituto
adecuado para el título; y
2. Qué trabajos de un autor determinado, y qué ediciones de una obra determinada están en
la biblioteca.
Estos principios forman la base de los códigos catalográficos de prácticamente todos los países
del mundo. Así es, los códigos catalográficos, denominados de forma genérica reglas de
catalogación, regulan las diferentes partes que componen los registros bibliográficos, así como las
normas que deben seguirse para la realización de cada una de ellas.
Casi la totalidad de los códigos catalográficos nacionales se han desarrollado a partir de las ISBD.
En su elaboración influyeron un conjunto de elementos: la historia y teoría catalográficas, basadas
fundamentalmente en los trabajos de Panizzi, Jewet y Cutter; la historia más reciente de los
códigos catalográficos y especialmente las reglas de catalogación de la Biblioteca del Congreso,
así como el trabajo de teóricos y profesionales contemporáneos.
Según Elena Escolano, el primer objetivo de las ISBD es ofrecer estipulaciones para una
catalogación descriptiva compatible a nivel mundial con el objeto de hacer posible el intercambio
de registros bibliográficos entre agencias bibliográficas nacionales, entre las bibliotecas a nivel
internacional y entre la comunidad de la información en general.
determinó una revisión teniendo en cuenta las opiniones de los organismos que la hubiesen
introducido en sus bibliografías nacionales o en los códigos de catalogación nacionales. A
principios de 1974 se publica “la primera edición normalizada” de las ISBD(M).
Posteriormente, en el año 1977, se publica la “primera edición estándar normalizada revisada”,
adaptándose a las ISBD(G) fruto de la experiencia adquirida con la norma reguladora de la
descripción de monografías. La creación de esta ISBD general influyó notablemente en el
desarrollo de las ISBD específicas que se encontraban entonces en fase de preparación (Frías,
1996). La última revisión de éstas es del año 2004.
A lo largo de estos últimos años las ISBD han sido fruto de numerosas revisiones motivadas, por
un lado, por el crecimiento de los recursos publicados en más de un medio físico; y, por otro, por
la necesidad de adaptarse a la nueva normativa que se desarrollaba de forma paralela. Aunque
algunas ISBDs se han desarrollado o revisado para satisfacer necesidades concretas, se han
realizado dos campañas de revisión global que han afectado a toda la familia de ISBDs. Se
denomina “revisión general” cuando los cambios atañen a todas por igual. Al final de la década de
los 80 y comienzos de los 90 se habían publicado las ISBDs en “Ediciones revisadas”:
A principios de los 90, la Sección de Catalogación junto a otras Secciones establecieron un Grupo
de Estudio sobre los Requisitos Funcionales de los Registros Bibliográficos (FRBR). Una
consecuencia inmediata de este desarrollo fue la decisión de suspender la mayoría de trabajos de
revisión de las ISBDs mientras el Grupo de FRBR se hacía cargo de “recomendar un nivel básico
de funcionalidad y unos requisitos de información básica para registros creados por agencias
bibliográficas nacionales.” Esta decisión provocó la suspensión permanente de un proyecto en
curso para identificar los componentes de una “ISBD(M) concisa”, porque se pensó que los
resultados de FRBR aportarían esa base.
Segunda revisión general (años 2000). En 1998, el Grupo de Estudio de FRBR publicó su Informe
Final y el Grupo de Revisión de las ISBDs fue reconstituido para iniciar una revisión total de las
ISBDs con el objeto de implementar las recomendaciones de FRBR sobre el nivel básico de los
registros bibliográficos nacionales y asegurar la conformidad entre las provisiones de las ISBDs y
FRBR. La tarea principal en la segunda revisión general permitió centrar la atención en que la
información antes obligatoria de las ISBD se hiciera opcional o condicional de acuerdo a FRBR.
Otra importante tarea ha sido la de considerar la adaptación de la terminología ISBD al hablar de
la “publicación” que debería introducir las denominaciones FRBR de “obra”, “expresión”,
“manifestación” y “ejemplar” o “item”, cualquiera que sea el término utilizado en español.
El Grupo de Revisión concluyó que era esencial para la IFLA clarificar la relación entre las ISBDs
y el modelo FRBR, pero encontró dificultades al intentar llevar a cabo este alineamiento, debido
en gran parte al hecho de que los términos usados en FRBR fueron definidos en el contexto de un
modelo entidad-relación, concebido a un nivel mayor de abstracción que las especificaciones para
las ISBDs. Las entidades definidas en el modelo FRBR están basadas en los elementos que
conforman la descripción ISBD, sin embargo, las relaciones son demasiado complejas como para
que se pueda expresar mediante una simple sustitución de un término por otro.
De este segundo proyecto se llevaron a cabo las revisiones de la ISBD(G), ISBD(M) e ISBD(CR).
La ISBD(ER), ISBD(CM) e ISBD(A) pasaron la fase de revisión mundial y fueron revisadas
posteriormente de acuerdo a ello.
El Grupo de Revisión estableció en 2002 el Grupo de Estudio ISBD de Series. Este esfuerzo
reflejaba la preocupación que había por algunas incoherencias y ambigüedades que se habían
desarrollado en algunas reglas referentes a la información registrada en el Área 6 de Series y a la
información relacionada con ello presentada en el Área 7 de Notas. El Grupo de Estudio de Series
reveló que existían inconsistencias entre las ISBDs a pesar de la dedicación y esfuerzo del Grupo
de Revisión en perseguir la armonización y coherencia. El proceso de revisión era más lento de lo
que deseable para mantener los 7 estándares al mismo nivel de actualización. A esta situación se
añade la continua evolución y surgimiento de publicaciones que muestran características de más
de un formato, lo que requiere la aplicación de más de una ISBD, y esto presenta mayores
dificultades desde el momento en que existen inconsistencias entre las diferentes ISBDs, como
puso de manifiesto el Grupo de Estudio sobre la Designación de Material que estableció el Grupo
de Revisión en 2003. Todo ello llevó al Grupo de Revisión a decidir en 2003 en la Conferencia de
Berlín el establecimiento de un Grupo de Estudio sobre la Dirección Futura de las ISBDs que
después de un año de trabajo resolvió que la unificación de las ISBDs era factible.
De la familia ISBD surgieron fruto de todas estas revisiones las siguientes variantes:
• Publicaciones periódicas ISBD(S) - for Seriáis - en 1974, ed. estándar 1977, rev. 1988
Recursos continuados (publicaciones seriadas y recursos integrantes) ISBD (CR') -for
Seriáis and Other Continuing Resources- en 2002 sustituyendo a las ISBD(S)
• Material cartográfico ISBD(CM) - for Cartographic Materials - en 1977, 1987
• Material no librario ISBD (NBM) - for Non-Book Materials - en 1977, 1987
• Publicaciones antiguas ISBD(A) -for Older Monographic Publications (Antiquarian)-en
1980,1991 y 2006.
• Música impresa ISBD(PM) - for Printed Music -1980, 1991
• Archivos de ordenador ISBD(CF) - for Computer Files - en 1990
• Recursos electrónicos ISBD(ER) - Electronic Resources - en 1997
Cuando el Grupo de Estudio FRBR publicó su informe final en 1998 se reconstituyó el Grupo de
Revisión ISBD y la Sección sobre Catalogación de IFLA solicitó al grupo que iniciara una revisión
completa de las ISBDs para garantizar la conformidad entre las disposiciones de las ISBDs y los
requisitos de información de FRBR para el "nivel básico de registro bibliográfico nacional”. Desde
ese momento se llevaron a cabo las revisiones de ISBD(S) (convirtiéndose en ISBD(CR), ISBD(M)
e ISBD(G). La ISBD(CM) y la ISBD(ER) comenzaron el proceso de revisión en un proceso que no
se completó, ya que se comenzó a trabajar en una ISBD consolidada, fruto de la decisión del
Grupo de Revisión, en la Conferencia de la IFLA de Berlín en 2003, de constituir un Grupo de
Estudio sobre la Dirección Futura de las ISBDs.
• Textos impresos
• Recursos cartográficos
• Recursos electrónicos
• Imágenes en movimiento
• Recursos multimedia
• Recursos de música notada
• Grabaciones sonoras
• Imágenes fijas (ej., grabados, fotografías)
El proyecto que ha dado lugar a esta ISBD unificada (Consolidada) surge, por lo tanto, en 2003.
Entre 2004 y 2006 tuvieron lugar los trabajos de preparación del texto, tomando como base los
textos vigentes y las revisiones realizadas hasta el momento. El proceso consistió esencialmente
en reagrupar o fusionar las reglas comunes a todas las ISBD especializadas, conservando por
separado las reglas específicas a uno o más ISBD. Entre junio y septiembre de 2006 se sometió
el borrador a una encuesta mundial y se tuvieron en cuenta algunos de los comentarios recibidos.
Posteriormente el Comité Permanente de la Sección de Catalogación de la IFLA validó el texto
(marzo 2007) y finalmente la ISBD Consolidada, edición preliminar, vio la luz en el año 2007. La
última versión de la ISBD Consolidada es de 2011 y su traducción al castellano, de 2013.
• Remplaza a las 7 ISBD especializadas (M, CM, NBM, PM, A, ER, CR + G), que han
dejado de existir como tales según se decidió en Seúl en 2006. Así, se consigue una
armonización de las reglas, eliminando las incoherencias preexistentes entre las
antiguas ISBD especializadas.
• Tiene por objeto servir como estándar para la descripción de todos los tipos de
materiales publicados hasta la fecha, logrando que sea más fácil la descripción de los
recursos que comparten características de más de un formato
• Facilita la labor de mantenimiento futuro de una ISBD actualizada y coherente.
• La revisión de la Designación General de Material, dio como resultado la nueva Área 0.
• Alineación con las recomendaciones del “Informe final sobre los FRBR”, estableciendo
los elementos obligatorios, facultativos y condicionales.
• Existe una versión en castellano, publicada en 2013, de la edición consolidada de la
ISBD 2011
Recomendada por el Grupo de Revisión ISBD. Aprobada por el Comité Permanente de la Sección
de Catalogación de IFLA (publicado en diciembre 2009). Dicho Comité valoró el compromiso de
crear una nueva área para la descripción ISBD. Se le asignó el número "cero", al nuevo título
"Área de forma del contenido y tipo de medio", que contiene tres elementos obligatorios: (1) la
forma del contenido, (2) la calificación de contenido y (3) Tipo de medio. [...] En abril 2009 fue
aprobado el texto definitivo de la propuesta Área 0, Forma del contenido y tipo de medio, por el
Grupo de Revisión de ISBD y se remitió al Comité Permanente de la Sección de Catalogación de
la IFLA que recomendó su publicación en una edición preliminar”.
La Biblioteca Nacional de España empezó, de forma general, a utilizar esta nueva área en enero
de 2012. Fruto de estos primeros pasos se publicó un documento que detalla su aplicación en la
Biblioteca, su codificación en MARC21, acompañado de algunos ejemplos. El objetivo
fundamental de esta publicación es compartir con la comunidad bibliotecaria de habla hispana
estas primeras experiencias y las decisiones y criterios adoptados.
El propósito del área de Forma del contenido y de tipo de medio es indicar al principio del registro
tanto la forma o formas fundamentales en que se expresa el contenido de un recurso y el tipo o
los tipos de soportes utilizados para transmitir ese contenido con el fin de ayudar a los usuarios
del catálogo en la identificación y selección de recursos adecuados a sus necesidades. El área de
Forma del contenido y de tipo de medio se compone de tres elementos, cada uno tomado de listas
cerradas:
• 0.1 Forma del contenido: (obligatorio) uno o más términos que reflejan las formas
fundamentales en que se expresa el contenido de un recurso. Ej.: conjunto de datos,
imagen, movimiento, música…
• 0.2 Calificación del contenido: (obligatorio si es aplicable) especifica el tipo, la naturaleza
sensorial, dimensión y/o la presencia o ausencia de movimiento en el recurso que se
describe:
o Especificación del tipo: Cartográfico/a, Notado/a, Interpretado/a...
o Especificación de movimiento (para uso exclusivo con la Forma del contenido
"imagen"): Movimiento, Fija
o Especificación de dimensión (para uso exclusivo con la Forma del contenido
"imagen"): bidimensional, tridimensional
o Especificación sensorial: Auditivo/a, Gustativo/a, Olfativo/a, Táctil, Visual
• 0.3 Tipo de medio: (obligatorio si es aplicable) indica el tipo o tipos de soporte utilizados
para transmitir el contenido del recurso. Ej: Audio, Electrónico, Microforma, Microscópico,
Proyectado...
Fruto de dicha revisión, en 2016 tuvo lugar la publicación definitiva de la Declaración de los
Principios Internacionales de Catalogación, en la que se han tenido en cuenta aspectos tales
como los nuevos tipos de usuarios, el acceso abierto, la interoperabilidad y la accesibilidad de los
datos, las herramientas de descubrimiento y el cambio de hábitos de los usuarios en general.
Estos Principios se basan en las grandes tradiciones catalográficas del mundo y los modelos
conceptuales de IFLA, caso de FRBR. El objetivo de estos documentos ha sido y es servir de
base a la construcción de códigos de catalogación y como orientación general para las decisiones
que tienen que tomar los catalogadores. Por ejemplo, RDA declara en su apartado 0.4.1 “La
Declaración de Principios Internacionales de Catalogación de IFLA es la base de los principios de
catalogación utilizados en todo RDA.” Son aplicables a registros bibliográficos y de autoridad, y
consecuentemente tienen reflejo en los catálogos bibliotecarios, bibliografías nacionales y otros
productos creados por bibliotecas. (Fuente: BNE)
1 Alcance. Según lo recogido en la propia Declaración, “Los principios aquí establecidos están
pensados para orientar el desarrollo de los códigos de catalogación y las decisiones que toman
los catalogadores. Se aplican a los datos bibliográficos y de autoridad y, en consecuencia, a los
actuales catálogos de bibliotecas, bibliografías y otros conjuntos de datos creados por las
bibliotecas. Intentan proporcionar una aproximación coherente a la catalogación descriptiva y por
materias de los recursos bibliográficos de todo tipo.”
sí mismas. Las formas controladas de títulos de obras deben basarse en la forma que
aparece en la primera manifestación de la expresión original.”
- Precisión. “Los datos bibliográficos y de autoridad deben ser una representación exacta de
la entidad descrita”, expone la Declaración.
- Suficiencia y necesidad. Según la Declaración, “Se deberá incluir los elementos de datos
requeridos para: facilitar el acceso a todos los tipos de usuarios, incluyendo aquellos con
necesidades específicas; cumplir los objetivos y funciones del catálogo; y describir o
identificar entidades.”
- Significación. Los elementos de datos deberán ser dignos de mención y permitirán la
distinción entre entidades.
- Economía. Cuando existan distintas opciones para alcanzar un objetivo, se optará por el
planteamiento más simple.
- Coherencia y normalización. Las descripciones y creación de puntos de acceso se
normalizarán hasta donde sea posible para posibilitar la coherencia.
- Integración. “Las descripciones para todo tipo de recursos y formas controladas de los
nombres de todo tipo de entidades deberán basarse lo más posible en un conjunto de
reglas común”, según el texto.
- Interoperabilidad. Para este fin, la Declración recomienda “el uso de vocabularios que
faciliten la traducción automática y la desambiguación, para el intercambio de datos y
herramientas de descubrimiento.”
- Apertura. Las restricciones a los datos serán mínimas.
- Accesibilidad. “El acceso a los datos bibliográficos y de autoridad, así como las
funcionalidades de los dispositivos de búsqueda, deben cumplir con las normas
internacionales de accesibilidad”, recoge la Declaración.
- Racionalidad. Las reglas en un código de catalogación han de ser, en todo caso,
defendibles y no arbitrarias-.
3 Entidades, atributos y relaciones. En este apartado de la Declaración, se subraya la
importancia de tener en cuenta las entidades, atributos y relaciones definidas en los modelos
conceptuales considerados, es decir, los Requisitos funcionales para registros bibliográficos
(FRBR), Requisitos funcionales para datos de autoridad (FRAD) y Requisitos funcionales para
datos de autoridad de materia (FRSAD).
4 Descripción bibliográfica. Respecto a la descripción bibliográfica, se tendrán en cuenta
aspectos tales como:
- Crear descripciones bibliográficas independientes para cada manifestación.
- “Una descripción bibliográfica, por regla general, debe basarse en el ejemplar como
representante de la manifestación y puede incluir atributos, o enlaces a los atributos, que
pertenecen al ejemplar y a la(s) obra(s) o expresión(nes) contenida(s)”.
- Los datos descriptivos se basarán en una norma acordada internacionalmente (ISBD).
- Las descripciones podrán realizarse atendiendo a distintos niveles de exhaustividad, lo que
dependerá del propósito del catálogo, principalmente.
5 Puntos de acceso. Los puntos de acceso para la recuperación de datos bibliográficos y de
autoridad se formularán siguiendo los principios generales. La Declaración ofrece, además, los
principios concretos para la elección de los puntos de acceso.
6 Objetivos y funciones del catálogo. El catálogo se debe configurar como una herramienta
eficaz que permita al usuario encontrar, identificar un recurso bibliográfico, seleccionarlo, acceder
al documento, navegar y explorar el catálogo a través de la disposición lógica de los datos
bibliográficos y de autoridad.
7 Fundamentos para las capacidades de búsqueda. Según la Declaración, “Los puntos de
acceso: 1) proporcionan una recuperación fiable de datos bibliográficos y de autoridad y sus
correspondientes recursos bibliográficos asociados y 2) reúnen y limitan los resultados de la
búsqueda.”. A continuación, se exponen nociones relativas a mecanismos de búsqueda, se incide
en la importancia de que los datos sean abiertos y recuperables y se hace referencia a los puntos
de acceso esenciales en los datos bibliográficos y en los datos de autoridad. Finalmente se hace
referencia a los puntos de acceso adicionales, tanto en los datos bibliográficos como de autoridad.
Respecto a la relación entre los RDA y los Principios internacionales de Catalogación (2009),
tengamos en cuenta que RDA surge, por un lado, con la intención de universalidad, y por otro,
para dar respuestas a los desafíos del mundo digital, para lo que era necesario que se pudiera
aplicar en un entorno web y en ámbitos más amplios que las propias bibliotecas. Es decir,
proponía establecer una codificación internacional, independientemente de cómo se codifique la
información (ISBD, MARC21, Dublin Core o MODS). Para lograr todo esto, RDA se presentó con
unas características que la hacían atractiva desde el punto de vista internacional, pues se asentó
sobre los Principios internacionales de Catalogación, sobre los modelos conceptuales de la IFLA
(FRBR, FRAD, FRSAD) y, además, continúa ligada a la ISBD aunque sólo como una
recomendación.
Actualmente, RDA está basada en el IFLA Library Reference Model o LRM, como es conocido
por sus siglas. IFLA LRM es un modelo de referencia conceptual de alto nivel desarrollado dentro
de un marco de modelado entidad-relación. Es la consolidación de los modelos conceptuales de
IFLA desarrollados por separado: FRBR, FRAD y FRSAD. IFLA LRM fue desarrollado para
resolver inconsistencias entre los tres modelos. Se examinó cada tarea, entidad, atributo y
relación del usuario de los tres modelos originales, se revisaron definiciones y se realizaron tareas
de remodelación para desarrollar una consolidación significativa. El resultado es un modelo único,
racionalizado y lógicamente consistente que cubre todos los aspectos de los datos bibliográficos y
que, al mismo tiempo, actualiza el modelado con las prácticas de modelado conceptual actuales.
IFLA LRM fue diseñado para ser utilizado en entornos de datos enlazados y para apoyar y
promover el uso de datos bibliográficos en entornos de datos enlazados.
También utiliza principios sobre datos enlazados basados en RDF (Resource Description
Framework) y el DCAM (Dublin Core Abstract Model).
Nuestras Normas llegaron con más retraso, lo cual provocó que Bibliografía Española
catalogara directamente en ISBD las obras desde 1976. Los acontecimientos históricos
anteriormente mencionados y, sobre todo, ese movimiento histórico, normalizador y unificador de
los principios catalográficos que venía dominando la conciencia de los profesionales del sector,
hacen que una comisión española elabore unas nuevas Reglas de catalogación que aparecieron
en dos etapas: Reglas de catalogación I. Monografías y publicaciones seriadas, publicadas en
1985, y Reglas de catalogación II. Materiales especiales, publicadas en 1988. Diez años más
tarde, en 1995, aparece una nueva edición refundida y revisada de estas mismas reglas, que
aparecen publicadas en un solo volumen. La edición nuevamente revisada, y última, de estas
reglas data de 1999 en la que se modifica la redacción de algunas reglas para hacerlas más
precisas y se corrigen erratas; la última reimpresión de esta edición es de 2007.
Los orígenes de la catalogación en España se remontan a 1815, con unas reglas elaboradas por
Pedro García, bibliotecario de la Real Biblioteca, “Reglas que se han de observar para hacer las
cédulas para un índice general" influenciadas por el “Código francés de 1791”, redactado por
Jean-Baptiste Massieu. Ya en el siglo XIX, hacia 1836, se escribe el primer manual breve de
catalogación español, titulado “Método antiguo de hacer las cédulas para insertarlas después del
índice”, de autor desconocido. Unos años después, un oficial de la Biblioteca Nacional publica en
1857, la “Instrucción para formar los índices de impresos existentes en la Biblioteca Nacional” que
la Junta Facultativa de Archivos, Bibliotecas y Museos completará con la publicación en 1882 de
la “Instrucción para formar los índices de impresos de las bibliotecas administradas por el Cuerpo
de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios, índice de autores e índice de títulos”. Esta instrucción
recomienda el uso de dos tipos de catálogos: uno, principal de autores y otro, auxiliar de títulos.
En 1902, se publica el que, por la insuficiencia de los anteriores, ha sido considerado el primer
código español: “Instrucciones para la redacción de los catálogos en las Bibliotecas Públicas del
Estado”, dictadas por la Junta Facultativa de Archivos, Bibliotecas y Museos. Estas normas están
ya inspiradas en las “Instrucciones Prusianas” de 1899.
catalográfica española. Posteriormente en 1995 se publica una edición refundida y revisada de las
Reglas de Catalogación. La última edición de dichas reglas es de 1999 como se ha mencionado
anteriormente.
En las Reglas de Catalogación se plasma la catalogación de un documento en una unidad
bibliográfica, ficha, dimensión o asiento descriptivo. Cada unidad bibliográfica puede describir:
RDA se anuncia como un nuevo estándar para describir y dar acceso a recursos, diseñado
para el mundo digital. La norma comprende un conjunto de instrucciones que cubren todos los
tipos de contenido y de medios. Aunque construido sobre los fundamentos de AACR2 y pensado
para las bibliotecas, su objetivo es facilitar la interoperabilidad con otras comunidades afines
(archivos y museos), y presentar un modelo flexible y extensible para la representación y captura
de metadatos, en un entorno tecnológico cambiante.
RDA es un estándar desarrollado y mantenido por el Joint Steering Committee for the
Development of RDA, compuesto por representantes de instituciones fundamentalmente del
mundo anglosajón (Library of Congress, American Library Association, Australian Committee on
Cataloguing, The British Library, Canadian Committee on Cataloguing, CILIP: Chartered Institute
of Library and Information Professionals, y la Biblioteca Nacional de Alemania.
La herramienta
RDA Toolkit es la herramienta creada por la American Library Association para utilizar la RDA. Se
trata de un software que permite trabajar con RDA y con todas las normas, aplicaciones y
formatos que se requieren para realizar la catalogación (las propias reglas, MARC, vocabularios,
etc). Permite, además, poder utilizar a la vez diferentes plantillas o flujos de trabajo, convirtiendo
el trabajo en un todo integrado.
Anualmente se celebra una reunión anual, en la que se informa de los últimos avances y
proyectos relacionados con RDA.
3.3. Objetivo
RDA es un estándar internacional diseñado para el mundo digital y los nuevos entornos de la web
semántica en torno a datos enlazados, que pretende describir todo tipo de entidades y relaciones
en el universo bibliográfico con el objetivo de satisfacer las necesidades de los usuarios a nivel
mundial. La principal razón alegada por la mayor parte de las bibliotecas que han decidido adoptar
este estándar es que garantiza la interoperabilidad. Su desarrollo sigue de cerca la evolución de
los modelos de IFLA (FRBR, FRAD, FRSAD, LRM) y pretende alinearse con otros estándares de
descripción de otras comunidades que no son la bibliotecaria.
3.4. Principios
• Diferenciación. Los datos que describen un recurso o una entidad asociada a un recurso
han de diferenciarlos de otros recursos y entidades o de otras identidades de la entidad.
• Suficiencia. Los datos que describen un recurso han de ser suficientes para facilitar su
selección.
• Relaciones. Los datos que describen un recurso o una entidad asociada a un recurso han
de indicar las relaciones significativas entre el recurso descrito y otro recurso y entre la
entidad y otras entidades.
La respuesta que ha tenido RDA en la comunidad bibliotecaria europea ha sido bastante dispar.
Se pueden distinguir tres grandes grupos de bibliotecas en función de la decisión que hayan
tomado respecto al nuevo estándar de catalogación.
1. Por un lado, bibliotecas que han implementado RDA (o han decidido una fecha y han
diseñado un plan de implementación), a pesar de las diferencias existentes con las
reglas que utilizaban anteriormente. En este caso se ha intentado minimizar el conflicto
entre unas reglas y otras, de manera que esas diferencias entorpezcan lo menos
posible la incipiente implementación. Los casos más destacables de esta primera línea
son los de Alemania, Austria, Suiza, Holanda, Suecia y Finlandia.
2. Por otro lado están las bibliotecas para las que han pesado más esas diferencias que
el impulso internacionalista del nuevo código. Es el caso de la Biblioteca Nacional de
Francia, que no se plantea implementar RDA mientras no se acerquen posturas en
aquellas instrucciones en las que la diferencia con las políticas catalográficas
francesas actuales parecen insalvables.
3. El tercer grupo de bibliotecas, el más numeroso de momento, es el de
aquellas bibliotecas que se encuentran a la espera de tomar una decisión. Siguen de
cerca todo lo relacionado con RDA y trabajan en foros internos y externos que estudian
la viabilidad de una posible implementación. En este grupo, con diferente nivel de
implicación y en diferente etapa de estudio, se encuentran países como Dinamarca,
Noruega, Polonia, Croacia o Turquía.
Las grandes bibliotecas europeas trabajan de manera conjunta en el debate sobre las
especificidades de RDA en relación a su posible implementación en bibliotecas europeas en
EURIG, Grupo Europeo de Interés en RDA, del que la BNE es miembro fundador.
Como comentábamos anteriormente, la Biblioteca Nacional de España decidió adoptar el estándar
RDA para la catalogación de sus materiales. Por su parte la Dirección General de Bellas Artes y
Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a
El desarrollo de Internet y los avances en el campo de la documentación terminaron por dejar las
Reglas de Catalogación españolas (1999) parcialmente obsoletas y la Biblioteca Nacional de
España se planteó la necesidad de actualizarlas. Sin embargo, la inminente aparición de RDA hizo
aconsejable esperar, con el fin de intentar integrarse en unas reglas concebidas en un entorno
internacional. En 2009 se decidió empezar a utilizar la ISBD Consolidada, recién publicada, para
la descripción, continuando el uso de las Reglas de catalogación para el resto de los capítulos.
RDA (Resource Description & Access) supone un considerable cambio en la estructura de las
reglas con respecto a los códigos actuales de catalogación. Son las primeras reglas con
posibilidades reales de universalidad, pensadas para el mundo digital, capaces de trabajar en un
entorno web y en ámbitos más amplios que las propias bibliotecas. Fue así en su concepción,
creación, desarrollo y difusión.
Respecto a la cohabitación entre ISBD y RDA, si bien es posible, supone un serio peligro para la
ISBD, que podrían llegar a ser suplantadas por RDA o simplemente permanecer como norma
internacional en un segundo plano, ratificando las decisiones que vayan tomando los
responsables de RDA. Actualmente, las Reglas de Catalogación españolas están obsoletas –su
última edición data de 1999 – y no se atisba ninguna alternativa clara a RDA que pueda tener
interés. Continuar como hasta ahora, utilizando ISBD Consolidada como estándar para la
descripción y las Reglas de Catalogación para la forma y elección de los puntos de acceso,
hubiera supuesto aislarse de la comunidad internacional y alejarse de aquellas bibliotecas
españolas que ya han decidido la adopción de este estándar. La adopción de RDA supondría una
verdadera oportunidad de una “tabla rasa” en el mundo bibliotecario español respecto a la
catalogación”.
04/11/2016
Todo este proceso vio finalmente la luz en 2019 con la producción de los primeros registros según
este estándar. Esta decisión supone la culminación, desde que se anunciara en 2014 el inicio de
un proceso de reflexión, de varios años de análisis y debate sobre este asunto. Este proceso
contó con el soporte y la colaboración de la Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria y
BIBLIOGRAFÍA
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