La Direccion Administrativa
La Direccion Administrativa
La Direccion Administrativa
Estudiante:
Elisabeth Montaño Hierro.
Matricula:
21-MMRN-1-008.
Asignatura:
Gestión Empresarial.
Tema:
La Dirección Administrativa.
Maestra:
Rafael Valdez.
Sección:
0275.
12/10/2021
Dirección administrativa.
Concepto.
La dirección administrativa es el conjunto de funciones existentes en una organización,
que buscan la roma de decisiones y estrategias favorables para la misma.
En el ámbito empresarial y de la gestión de las organizaciones, la dirección
administrativa comprende una fase vital para la empresa. Las funciones
administrativas enfocadas a la toma de decisiones se engloban en la misma.
Por ello, esta fase de gestión empresarial se basa en gran medida en la recopilación de
información acerca del funcionamiento de una organización.
Otros principios.
La dirección será eficiente en tanto se encamine hacia el logro de los objetivos
generales de la empresa.
De acuerdo con esto los principios de la dirección son:
Impersonalidad de mando: Se refiere a que la autoridad y su ejercicio (el mando),
surgen como una necesidad de la organización para obtener ciertos resultados; por
esto, tanto los subordinados como los jefes deben estar conscientes de que la
autoridad que emana de los dirigentes surge como un requerimiento para lograr los
objetivos, y no de su voluntad personal o arbitraria.
De la supervisión directa: Se refiere al apoyo y comunicación que debe proporcionar
el dirigente a sus subordinados durante la ejecución de los planes, de tal manera que
estos se realicen con mayor facilidad.
De la vía jerárquica: Postula la importancia de respetar los canales de comunicación
establecidos por la organización formal, de tal manera que al emitirse una orden sea
transmitida a través de los niveles jerárquicos correspondientes, a fin de
evitar conflictos, fugas de responsabilidad, debilitamiento de autoridad de los
supervisores inmediatos.
De la resolución del conflicto: Indica la necesidad de resolver los problemas que
surjan durante la gestión administrativa, a partir del momento en que aparezcan; ya que
el no tomar una decisión en relación con un conflicto, por insignificante que sea, pueda
originar que este se desarrolle y provoque problemas no colaterales.
Aprovechamiento del conflicto: El conflicto es un problema u obstáculo que se
antepone al logro de las metas de la organización, pero que, al obligar
al administrador a pensar en soluciones para el mismo, ofrece la posibilidad de
visualizar nuevas estrategias y emprender diversas alternativas.
Tipos de jefatura y sus usos.
En antropología social, una sociedad de jefatura es un tipo de organización
sociopolítica en la que una figura de autoridad controla algunas funciones
administrativas en una sociedad.
Las jefaturas pueden ser de una amplia gama, para la que se han acuñado los términos
de jefatura simple y jefatura compleja.
Las empresas suelen organizarse de forma jerárquica. Es una realidad. Casi todas las
corporaciones medias y grandes cuentan con empleados rasos, jefes intermedios y
directores generales, además de los accionistas y otros cargos. Cada uno de estos
jefes intermedios o altos dirigen a sus trabajadores mediante uno o varios estilos de
liderazgo. Cada uno de ellos tiene sus ventajas e inconvenientes, y generan ciertas
dinámicas y emociones distintas entre los subordinados, de modo que pueden influir en
las dinámicas laborales, en la motivación y en la productividad.
1. Liderazgo laissez-faire.
Se basa en la máxima: «deja hacer a tus empleados, ellos saben lo que deben hacer».
Por tanto, el líder laissez-faire no es muy propenso a dirigir a su grupo ni a dar
demasiadas instrucciones sobre cómo deben hacerse las cosas.
Este tipo de líderes intervienen solo cuando es estrictamente necesario. Es una clase
de liderazgo no autoritaria que confía en la experiencia y en la motivación del empleado
para llevar a cabo sus tareas y proyectos con éxito.
2. Liderazgo autocrático
Permite a los jefes controlar y tomar decisiones sobre muchos aspectos de la estrategia
y las dinámicas de trabajo habituales. El líder autocrático tiene mucho poder y nadie
puede ni debe desafiar sus decisiones. Por tanto, no es un liderazgo abierto ni
democrático, sino que es unidireccional: el jefe manda, y los empleados obedecen las
órdenes.
3. Liderazgo democrático
También conocido como liderazgo participativo, su función es promover la
participación, el entusiasmo y la implicación de los empleados. Se promueve el diálogo
entre todo el grupo para tener en cuenta todas las opiniones y visiones sobre la
realidad… aunque la decisión final suele recaer en el líder.
4. Liderazgo transaccional
Se fundamenta en procesos de intercambio (normalmente económico) entre los jefes y
los subordinados. Los trabajadores reciben premios e incentivos por lograr ciertos
objetivos y el líder se beneficia porque las ventas y los ingresos se incrementan.
5. Liderazgo transformacional
En este los jefes están en una comunicación fluida y constante con el grupo de trabajo.
Esto permite mejorar el rapport y conseguir objetivos a varios niveles, en tanto que la
empresa se beneficia de varias visiones y estrategias compartidas por los distintos
empleados y cargos.
Cualidades para la dirección.
El liderazgo es aquella parte de las actividades del directivo mediante la cual se puede
influir en la conducta de las personas y grupos, para que voluntariamente confluyan hacia
el logro de los objetivos deseados. Es decir, una persona puede estar al mando en una
empresa, pero eso no la convierte necesariamente en líder. No es lo mismo ser un jefe
que un líder. El jefe puede lograr que los demás realicen sus tareas por obediencia,
dinero, miedo a perder el trabajo, etc. mientras que el líder consigue que sus seguidores
lo hagan porque lo desean.
Las organizaciones dependen, para crecer y perdurar del liderazgo de sus dirigentes y
esto es válido para las que tienen fines de lucro y las que no. Ya que las organizaciones
dependen del líder, necesitamos ver qué aspectos de este son importantes. Un buen
líder debe reunir cuatro condiciones; compromiso con la misión, comunicación de la
visión, confianza en sí mismo e integridad personal. Pero el líder no sólo debe cumplir
con estas condiciones, también debe cumplir con ciertas virtudes que lo van a guiar en
la buena toma de sus decisiones. Estas virtudes son la prudencia, templanza, justicia y
la fortaleza. La tarea del líder no es tan fácil, debe ser capaz de tener muy buena
comunicación y una capacidad de integración, es hacer que los miembros de la
organización liberen su energía para el logro de un objetivo común. La
comunicación cumple un rol protagónico pues permite transmitir lo que está dentro de
nosotros tal como lo sentimos. Y la integración permite realizar acciones eficientes en
forma conjunta y sin desconexiones.
Básicamente el liderazgo consiste en una forma de ser, pues el líder se va formando día
a día: en la pasión por la misión, en la acción y en los valores fundamentales. Además
un líder no solamente debe delegar responsabilidades sino que debe expandir el poder
hacia otros, ser humilde y considerarse sustituible. Por lo que podemos definir al
liderazgo como un proceso de interacción entre personas en el cual una de ellas
conduce, mediante su influencia personal y poder, las energías, potencialidades y
actividades de un grupo, para alcanzar una meta en común a fin de transformar tanto a
la empresa como a las personas que colaboran en ella.
Los directivos cambian, evolucionan y aprenden de sus errores y aciertos, pero también
cambia el «agua» en el que se mueven, su entorno, las personas con las que trabajan
y sus circunstancias. Según el filósofo griego Heráclito: «Al mismo río entras y no
entras, pues eres y no eres»; ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces,
porque ni el hombre ni el agua serán los mismos.
Si bien las habilidades o cualidades que puede necesitar un directivo pueden variar en
función del tipo de empresa, sector y entorno en el que se mueva, existen una serie
de habilidades directivas que se pueden considerar comunes y que serían las
siguientes: