Fenomemo El Niño

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTIAGO DE

GUAYAQUIL

TEMA:

FENÓMENO “EL NIÑO”

CATEDRÁTICO:
ING. PEDRO CASTRO

ALUMNO:
GONZALO LOZANO URGILÉS

MATERIA:
HIDRÁULICA II

PARALELO:
“A”

Junio 2014
INTRODUCCIÓN

Durante mucho tiempo, el mayor reto de los especialistas ha sido entender las variaciones
climáticas que se producen año a año. Periodos de secas han resultado en cosechas
pobres. Hoy en día, no solamente la agricultura se ve afectada por la variabilidad
interanual en el clima. También otras actividades económicas, como la generación de
energía eléctrica, la pesca, etc. En las últimas tres décadas se ha encontrado que la
variabilidad interanual en el clima está relacionada en gran medida con el fenómeno de El
Niño-Oscilación del Sur (ENOS).

Los primeros intentos por entender la variabilidad del clima se dieron durante el siglo
pasado, cuando el científico inglés, Gilbert Walker, trabajó en el estudio del fenómeno
como el monzón de la India. Sus observaciones mostraron que en años en que la presión
en superficie en Australia era en promedio más baja que lo normal, en el océano Pacífico
central era más alta de lo normal. Esta especie de sube y baja en la presión, con períodos
de dos a cuatro años, se denominó Oscilación del Sur.

Los pescadores de las costas del Perú encontraron que en ciertos años las aguas donde
pescaban estaban más calientes de lo normal, lo que ocasionaba que la pesca fuera mala.
En esos mismos años, las lluvias torrenciales afectaban a esta región de Sudamérica. Como
la anomalía en la temperatura del océano alcanzaba un máximo hacia finales de año,
durante diciembre, los pescadores asociaron a esta especie de corriente de agua caliente
con la llegada de El Niño Jesús, por estar próxima la Navidad. En realidad esta anomalía en
la temperatura superficial del océano se extiende en los trópicos desde el océano Pacífico
central hasta las costas de Sudamérica.

En los años cincuenta y sesenta, el meteorólogo Jacob Bjerknes estableció que la llamada
Oscilación del Sur y la corriente de El Niño eran parte de un mismo fenómeno climático
que involucraba interacciones entre la atmósfera y el océano Pacífico tropical. Después se
encontró que las señales de la ocurrencia del fenómeno no se limitaban a las regiones
tropicales del Océano Pacífico, sino que podían afectar regiones tan distantes como
Estados Unidos o Sudáfrica.

La Corriente del Niño trata de un evento oceanográfico periódico y normal que sucede
cada año durante los meses de Diciembre a Abril; tiene características de aguas cálidas
que provienen del norte de la cuenca de Panamá y bajan por las costas de Sudamérica, la
cual marca el inicio de la estación cálida y húmeda de la región costera del Ecuador.

En cambio, el Fenómeno del Niño o también conocido como evento ENOS (El Niño-
Oscilación Sur) por su relación con la Oscilación del Sur, se trata de un evento aperiódico,
por lo que este sucede hasta cierta forma de manera sorpresiva y sus consecuencias se
dan a nivel global y no únicamente en las costas de Sudamérica como en el caso anterior.
MARCO TEÓRICO

El Niño es uno de los eventos más espectaculares que se manifiestan en el Océano y la


Atmósfera con gran impacto en el clima y el ecosistema marino. Está definido como la
presencia de aguas anormalmente cálidas en la costa occidental de Sudamérica, por un
período mayor a cuatro meses consecutivos, produciendo alteraciones oceanográficas,
meteorológicas y biológicas. Es un fenómeno climático que provoca estragos a nivel
mundial, siendo las más afectadas América del Sur y las zonas entre Indonesia y Australia,
provocando con ello el calentamiento de las aguas sudamericanas.

En el océano Pacífico tropical, los vientos dominantes cerca de la superficie son del este y
se denominan alisios. Tales vientos tienden a acumular el agua tropical más caliente hacia
el lado oeste. Por ser la temperatura de superficie del mar elevada (>28 °C) en esta región,
el aire es más ligero formando una atmósfera inestable en la que hay una gran formación
de nubes y lluvias intensas. Por otro lado, el Pacífico tropical del este es en general más
frío (<27 °C). Sin embargo, la presencia de aguas relativamente frías inhibe la formación de
nubes por lo que en las costas de Perú y Chile solo se tienen nubes en estratos bajos que
producen muy poca lluvia.

Existe una íntima relación entre la ocurrencia del evento y la variación anómala de las
zonas de alta y baja presión atmosférica sobre los océanos, manifestándose anomalías en
la circulación general de la atmósfera y de los océanos, con efectos muy variados a nivel
global. El índice de Oscilación de Sur (IOS), aplicado como un indicador de la presencia de
un evento ‘‘El Niño’’, indica la diferencia entre la anomalía promedio mensual de presión
atmosférica superficial en Tahití, y el puerto de Darwin (Australia). Los grandes cambios en
amplitud del índice, de un máximo a un mínimo están íntimamente asociados a El Niño,
evidenciando la interacción entre el océano y la atmósfera en el Pacífico. Si el índice es
positivo, estamos frente a un evento La Niña y si el índice es negativo, estamos frente a un
evento El Niño.

El Niño es un evento recurrente, no periódico, se presenta a intervalos variados entre los 3


a 11 años; sin embargo, eventos extraordinariamente intensos, como el de 1982/83 y
1997/98 se estima que tienen una frecuencia mayor a 15 años. Estos últimos eventos
dejaron huella, no sólo en el clima local y vida marina, sino también en las condiciones
climáticas de todo el mundo. Cuando este fenómeno ocurre, tiene una duración entre 4 a
12 meses y en algunos casos hasta 18 meses.
Actualmente, está bien establecido el enlace de los efectos climáticos en distintas partes
del mundo con El Niño; aun así, ha tomado cierto tiempo a los científicos comprender
cómo algunas piezas del rompecabezas (de las corrientes oceánicas hasta los vientos y las
fuertes lluvias) se relacionan entre sí. Hace décadas, el científico británico Sir Gilbert
Walker proporcionó el primer indicio, Walker descubrió una relación notable entre las
lecturas del barómetro en las estaciones de los extremos Norte y Sur del Pacífico. Notó
que cuando la presión aumenta en el Este, ésta por lo general baja en el Oeste, y
viceversa; creando Walker el término de Oscilación Sur, para hacer resaltar las subidas y
bajadas en este balance Este-Oeste de la presión del Pacífico Sur.

Cuando el balance se encuentra en su estado de "alto índice" (muy inclinado), la presión


se eleva en el lado Norte del Pacífico y baja en el lado Sur. Este balance de las presiones
hace que los vientos se intensifiquen ("alto índice") o se debiliten ("bajo índice") y en
algunos casos cambien de dirección.
Este fenómeno es un proceso típico de interacción océano-atmósfera. El océano juega un
rol principal en la determinación del clima mundial. Es fuente de humedad para la
atmósfera y como tal controla el régimen global de precipitaciones y evaporación. Es el
principal reservorio de calor y parece ser tan importante como la atmósfera en el
transporte y redistribución de calor.

El estudio de la circulación general de la atmósfera consiste en la descripción de todos los


sistemas en movimiento que ocurren en ella, tales como los ciclones, anticiclones y otros
movimientos de masas de aire. La fuente de energía que pone en movimiento la
atmósfera es la generada por la radiación solar, produciendo un mayor calentamiento en
las regiones ecuatoriales. Sin embargo, hacia las latitudes más altas, el calentamiento es
menor, lo que da origen a una diferencia de presión de una latitud a otra, generando
vientos horizontales y verticales.

En condiciones normales, la circulación atmosférica en la región ecuatorial del Pacífico,


visto en un plano a lo largo de la línea ecuatorial, está compuesta por los vientos
superficiales y los vientos de altura; los vientos superficiales o vientos alisios transportan
aire caliente y húmedo. Cuando esta masa de aire asciende, se forman nubes, típicas de
las regiones tropicales, que dan origen a abundantes precipitaciones. A alturas más
elevadas, el aire ya seco, retorna hacia el este donde desciende y luego cierra el circuito,
esto ocurre en Sudamérica; a esta circulación se le conoce con el nombre de Walker.

Este esquema de circulación ecuatorial trae como resultado acumulación de aguas cálidas,
formación de nubes de lluvia, hundimiento de la termoclina y aumento del nivel del mar
en el Pacífico Occidental. La temperatura en el Pacífico Oriental, particularmente en la
costa del Perú, es baja. Esta situación puede permanecer por varios años.

En estos días, los científicos están dando un paso más en la unión de las descripciones de
estos eventos en los modelos de predicción numérica (programas computarizados
diseñados para representar, en términos de ecuaciones, los avances que suceden en la
naturaleza). Tales modelos se alimentan de información, mayormente en la forma de
conjuntos de números, describiendo el estado actual del sistema océano-atmósfera (por
ejemplo, corrientes oceánicas, nivel del mar). Los conjuntos de números actualizados, que
producen los modelos, indican cómo podrían deducirse el sistema océano-atmósfera en
las próximas estaciones o años.

En el océano Pacífico tropical "El Niño" es detectado mediante diferentes métodos, que
van desde satélites y boyas flotantes hasta análisis del nivel del mar, obteniendo
importantes datos sobre las condiciones en la superficie del océano. Por ejemplo, las
boyas miden la temperatura, las corrientes y los vientos en la banda ecuatorial, toda esta
información la transmiten a los investigadores de todo el mundo.

“EL NIÑO” EN ECUADOR

En Ecuador, a lo largo del siglo veinte se han producido numerosos fenómenos El Niño con
efectos negativos. Los más notables, en orden de magnitud descendente y sin considerar
el actual, han sido los de 1982-1983, 1957-1958 y 1972-1973. Para el caso de 1982-1983,
los daños ascendieron a US$ 650 millones, con pérdidas importantes en los sectores
productivos (63%), la infraestructura (33%) y los sectores sociales (4%). 

La precipitación acumulada a lo largo del año, por ejemplo en Guayaquil, excedió los 4.000
milímetros, según el INAMHI. Las tierras de toda la costa poseen un mal sistema de
drenaje natural, situación que sumada a las precipitaciones extraordinarias, causaron la
crecida de los ríos de la zona. Dichas crecientes coincidieron con los niveles elevados del
mar, lo que dificultó todavía más el drenaje y evacuación de aguas que inundaron
extensas áreas. En algunas zonas del litoral, los caminos y estanques para el cultivo de
camarones también obstaculizaron el flujo y drenaje del agua.

Las inundaciones en amplias zonas agrícolas ocasionaron la pérdida de cosechas y


plantaciones, impidieron la siembra de otras y provocaron la muerte del ganado que no
pudo evacuarse a tiempo. En el mar, la temperatura más alta de lo normal y la menor
salinidad del agua hicieron que las especies típicas de la fauna marina ecuatoriana se
retirasen hacia latitudes más favorables, lo cual redujo la captura de especies para
consumo humano directo y para fabricación de harinas.

CONSECUENCIAS EN AMÉRICA DEL SUR

 Lluvias intensas
 Alteración de los efectos de la corriente de Humboldt
 Pérdidas pesqueras y agrícolas
 Intensa formación de nubes
 Periodos muy húmedos
 Baja presión atmosférica
CONCLUSIONES

"El Niño" es un evento recurrente pero no periódico, y que a diferencia de lo que se pensó
originalmente, no es un fenómeno regional propio de las costas de Perú y Ecuador, sino
que forma parte de un complejo sistema de variabilidad climática a nivel global.

La ocurrencia de este evento, trae como consecuencia alteraciones climáticas que tienen
su impacto negativo en la economía del país, y trastornos en la población directamente
afectada, con una serie de problemas sociales, alteraciones en el ecosistema marino, con
una secuela de destrucción en el aparato productivo, en la pesquería, agricultura,
transporte, comercio, infraestructura costera, industria y otras actividades relacionadas
con las actividades humanas.

Un ejemplo claro lo podemos notar con lo sucedido en Perú, Ecuador y Chile, durante
"Los Niños" de 1982-83 y 1997-98, donde las pérdidas fueron aproximadamente 3 mil
millones de dólares y a nivel mundial 10 mil millones de dólares. Esto nos lleva a pensar la
necesidad de invertir, para prevenir dicho fenómeno, y de esta manera minimizar sus
efectos negativos.
BIBLIOGRAFÍA

Víctor O. & Magaña R. & Pérez J. & Conde C. & Gay C. & Medina S. (2010). El Fenómeno de
El Niño y la Oscilación del Sur (ENOS). Departamento de Meteorología General. México:
Universidad Nacional Autónoma de México.

Marina de Guerra del Perú – Dirección de Hidrografía y Navegación. Eventos cálidos y fríos
– El Niño. Recuperado el 8 de junio del 2014, de:
https://www.dhn.mil.pe/docs/elnino/fenomeno_ el_nino.pdf

Crónicas de Desastres – Fenómeno El Niño (2000). Recuperado el 8 de junio del 2014, de:
http://helid.digicollection.org/es/d/Jwho70s/3.2.2.html

ANEXOS

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