La Fortaleza Del Creyente

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Serie de Sermones – La Riqueza del Cristiano

Sermón N°17 – La fortaleza del creyente


Por: Jorge Betancur

La fortaleza es esa virtud que nos llama a tener valor, a ser valientes. Tal vez cuando escuchamos la
palabra fortaleza lo primero que se nos venga a la mente es un hombre grande fuerte, un luchador que
no le teme a nada y es capaz de enfrentarlo todo.

Se conoce como fortaleza a la fuerza, vigor, firmeza, resistencia. En la doctrina cristiana, fortaleza es la
tercera virtud cardinal que trata de vencer el temor y eludir la temeridad.

No todos los seres humanos poseen esta virtud, pero quienes la contemplan demuestran firmeza en las
dificultades que se van presentando a lo largo de la vida y constancia por buscar el bien.

Por otra parte, fortaleza es un lugar fortificado, organizado para la defensa de una nación, plaza, región,
entre otros.

En esta tarde tratare de desarrollar brevemente las bases bíblicas de la fortaleza del creyente y como
esta fortaleza nos ayuda a permanecer firmes en la fe y vida cristiana.

Efesios 6:10-13 “10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. “

1. La base bíblica de la fortaleza del creyente

El texto está dominado por un imperativo: «fortalézcanse».

Fortalézcanse o la forma pasiva del verbo («sean fortalecidos») indica que este fortalecimiento es algo
de lo cual los cristianos son objeto, no algo que éstos hacen por sí mismos.

Fortalecer en su palabra original significa “sasac” , que quiere decir agarrarse de o aferrarse de algo.

No se nos instruye a realizar un acto rápido y puntual, sino a vivir toda una vida recibiendo la fuerza de
Dios. Fortalecerse en el Señor significa conocer su fuerza y acercarse más a él. Es una exhortación a
actuar en base de lo que se sabe sobre él.

El mandamiento a «fortalecernos en el Señor» presupone que Dios anhela nuestra energía y firmeza, y
está dispuesto a que se haga realidad en nosotros; por ello, cualquier falta de fortaleza se debe a
nuestro descuido.

Estas palabras asumen también que tal fortalecimiento no es algo automático, sino el producto de
cultivar una relación más estrecha con Cristo, entendiendo su naturaleza y poder. Es una decisión que
tomamos con respecto a la relativa importancia de la vida con Cristo.

Este mandamiento da también por sentado que necesitamos fuerza. A pesar de todas sus alegrías, la
vida es una experiencia difícil y llena de dificultades, desafíos y trampas. Algunas de estas experiencias
proceden de la enfermedad y de la muerte, otras de lo que hacen otras personas, y otra parte de
nuestros propios egos.

Simon Kistemaker, en su comentario del libro de los Efesios traduce el versículo 10 de una forma
formidable
“buscad vuestra (fuente de) poder en el Señor y en la potencia de su fortaleza.”

¿Entonces, cual es la fuente de nuestra Fortaleza?

Colosenses 1:10-11 “10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto
en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; 11 fortalecidos con todo poder, conforme
a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad”

El Shaddai es normalmente traducido como "Dios Todopoderoso" o "Dios que es más que suficiente". El
Señor es sinónimo de fortaleza, confianza, es por ello, que ante situaciones difíciles recorren a él para
solicitar ayuda, protección, fuerza y, todas las herramientas necesaria para luchar y seguir adelante ante
las adversidades que se van presentando a lo largo del camino.

En Cristo: Efesios 1:19-20 “y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que
creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de su poder, el cual obró en Cristo cuando le resucitó de
entre los muertos y le sentó a su diestra en los {lugares} celestiales,”

En Nosotros Mediante el Espíritu Santo: Efesios 3.16 “para que os dé, conforme a las riquezas de su
gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu”

Efesios 3:20 “Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que
pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros,”

Colosenses 1:29 “Y con este fin también trabajo, esforzándome según su poder que obra
poderosamente en mí.”

2 Corintios 13:3 “puesto que buscáis una prueba del Cristo que habla en mí, el cual no es débil para con
vosotros, sino poderoso en vosotros.”

¿Donde encontramos Fortaleza?

Primeramente, como hemos visto hasta este punto, la fortaleza del creyente se encuentra en su
humildad y en una dependencia total del Señor Jesucristo.

La fortaleza del pueblo radica en la presencia del Dios que responde a la oración. La oración se debe
hacer con pureza y penitencia.

En los Salmos se encuentra fortaleza en el repaso de los actos salvíficos de Dios, de modo que con
frecuencia hallamos referencias a la promesa.

Los creyentes pueden mantenerse firmes en la fortaleza de su fe. Fundamentados en Cristo, la fe los
capacita para mantenerse firmes en su conflicto con el mundo.

Conclusión

Salmos 46 Nueva Biblia de las Américas

Dios, nuestro amparo y fortaleza

1 Dios es nuestro refugio y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

2 Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, Y aunque los montes se deslicen al fondo de
los mares;
3 Aunque bramen y se agiten sus aguas, Aunque tiemblen los montes con creciente enojo. (Selah)

4 Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, Las moradas santas del Altísimo.

5 Dios está en medio de ella, no será sacudida; Dios la ayudará al romper el alba.

6 Bramaron las naciones, se tambalearon los reinos; Dio Él Su voz, y la tierra se derritió.

7 El Señor de los ejércitos está con nosotros; Nuestro baluarte es el Dios de Jacob. (Selah)

8 Vengan, contemplen las obras del Señor, Que ha hecho asolamientos en la tierra;

9 Que hace cesar las guerras hasta los confines de la tierra; Quiebra el arco, parte la lanza, Y quema los
carros en el fuego.

10 Estén quietos, y sepan que Yo soy Dios; Exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.

11 El Señor de los ejércitos está con nosotros; Nuestro baluarte es el Dios de Jacob. (Selah)

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