Relaciones Suelo Maquina
Relaciones Suelo Maquina
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reja
Figura 47. Esquema de roturación por flexión de la capa del suelo endurecida por flexión
El tipo de descompactadores que son capaces de efectuar este tipo de rituración del
suelo son los subsoladores alados, los subsoladores de montante angulado (lateralmente,
tipo Para till) y los escardillos subsuperficiales. Un esquema de los 3 implementos se
muestra en la figura 48.
Subsolador
alado
Escardillo
subsuperficial
Paratill
Figura 48. Esquema de los distintos tipos de descom`pactadotes aptos para fisurar sin
aflojar (Adaptado de Spoor et al., 2003)
Los subsoladores alados, con sus distintas variables de diseño y operativas, fueron
descritos anteriormente, al igual que las distintas alternativas y características de los
descompactadores de montantes angulados. En cambio, los escardillos o cultivadores
subsuperficiales no fueron siquiera mencionados hasta el presente. En la República
Argentina, este tipo de aperos de labranza jamás fue utilizado a nivel subsuperficial. Los
mismos podrían asimilarse a los cultivadores del tipo de escardillos grandes, con reducido
ángulo de ataque. También resultan semejantes a los aperos denominados “Pié de Pato”,
difundidos en la región semiárida, para el trabajo a nivel superficial, produciendo el control
de malezas, junto a una mínima remoción del suelo. El tamaño de las rejas, para esos
implementos era de 0,60 a 0,90 m de ancho para cada órgano activo, a diferencia de los
usados internacionalmente para descompactación subsuperficial, que rondan 0,4 a 0,6 m de
ancho de labor por reja
El grado de fisuramiento del suelo y el tamaño de las fisuras producidas durante la
operación sobre el terreno depende no sólo de la altura de elevación del subsolador alado o
de la aleta, sino también de la profundidad de trabajo y de las condiciones de humedad del
suelo. Para un determinada altura de elevación producida por las alas del subsolador,
cuanto mayor sea la profundidad de trabajo del descompactador, menor será la perturbación
del suelo, menor la cantidad de las fisuras creadas y más limitadas en su extensión. Del
mismo modo, con la aplicación de una determinada altura de elevación a una profundidad
de trabajo constante, cuanto más cerca se encuentre la condición de humedad del suelo de
la que se corresponde con el estado plástico del mismo, menor cantidad de fisuras se
generarán con la labor. Si estas condiciones ocurren en un suelo con una alta cohesión
interna, es probable que no se produzcan fisuras, en particular cuando la profundidad de
trabajo es alta. El grado de fisuras que se producen, por lo tanto, dependen en gran medida
de las decisiones que toma el operario de máquinas agrícolas. Ajustes a la altura de
elevación del ala o de la aleta y / o de la profundidad de trabajo del subsolador, a lo largo de
una amplia gama de condiciones de humedad, puede permitir que la perturbación del suelo
deseada sea realmente alcanzada
La uniformidad de las fisuras en el terreno depende del espaciamiento de los
órganos activos, y este debe ajustarse para garantizar que la masa del suelo en el área
problema se levante. Un espaciamiento entre órganos activos entre 1,5 y 2,0 veces la
profundidad de trabajo, dependiendo de las condiciones de humedad del suelo, suelen ser
necesarios para lograr este objetivo; Estos espaciamientos también deberán dejar la
superficie del suelo nivelada. La profundidad de trabajo, según estos investigadores,
idealmente debe ubicarse justo por debajo de la zona problema, solamente algo más
profundo puesto que es lo que se requiere para producir el tipo de perturbación del suelo
buscada. Indican además, que idealmente, la operación de “fisuramiento” debe llevarse a
cabo lo más tarde posible en cualquier secuencia de las operaciones sobre el terreno, de
preferencia justo antes, si no después de la siembra, lo que reduce el riesgo de volver al
estado de compactación anterior por el pasaje posterior de las ruedas de los vehículos que
transitan el suelo después del descompactado. Cuanto más largo es el período de tiempo
disponible para tratar que el perfil del suelo logre estabilizarse, antes de ser sometido a más
carga, mayor es la posibilidad de recuperar la resistencia del suelo y más permanente y la
mejora es probable que sea más exitosa se. También es importante que después se realice
la siembra de cultivos con un vigoroso y profundo sistema de enraizamiento, como por
ejemplo, el de los cereales, para completar el proceso de estabilización.
Sin lugar a dudas, la propuesta resulta, como tal, original y diferente a lo que
habitualmente se asocia a las labores de descompactación, roturación intensa de la capa
compactada y un gran aflojamiento del suelo. La recomendación básica que surge del
análisis de la problemática es que cuanto más tarde sea necesario realizar una
descompactación mejor será; por ello, resulta fundamental evitar lo más posible que la
compactación efectivamente se produzca. Un concepto adicional, es que la presencia del
piso de labor o de una capa compactada, solamente debe ser removida cuando la misma
limita el crecimiento radical, el drenaje o la aireación. Asociado a esto, serán las plantas y
sus raíces, el mejor y más sencillo indicador para establecer cuándo es necesario realizar
una intervención mecánica en el suelo. La misma, no debe tratar de realizar todo el trabajo,
sino el mínimo que brinde una nueva posibilidad para que sean los factores biológicos los
que estabilicen el sistema y le den continuidad en el tiempo.
Para la descripción y análisis del perfil cultural, utilizó la metodología propuesta por
Gautronneau y Manichon, (1987), la cual presenta algunos puntos de contacto con la
recomendada por Spoor et al., (2003) para identificar aquellos lotes que requieren tareas de
descompactación.
De la observación de la capa del perfil afectada anualmente por las labranzas (0,3
m), denominada según Henin (1960), el " perfil cultural", se evidenció una partición vertical
correspondiente a la diferenciación de las capas generadas por los diferentes manejos que
han recibido las situaciones de compactación, además de los horizontes pedológicos.
Figura Evaluación de 2 condiciones de suelo, alta y baja compactación de acuerdo con la
metodología del Perfil Cultural (Cholaky, 2004)
Sin lugar a dudas, existen aún en el trabajo con implementos de labranza vertical,
escarificadores, cinceles, descompactadores subsuperficiales, una gran cantidad de dudas,
respuestas variables, aspectos complejos e interdependientes que dificultan en algunas
ocasiones la compresión de las cuestiones más elementales de la relación suelo – máquina
y las consecuencias posteriores a la labor. En lo referente a los procesos de
descompactación de suelos, seguramente lo más claro que los investigadores tienen hasta
el momento es que no compactar el suelo es la mejor medida para no tener que intervenir
en el sistema. También es posible afirmar, que solamente se tendrán adecuadas
posibilidades de éxito en los procesos de descompactación, cuando se atienda a minimizar
el tráfico de vehículos en los lotes de producción, tratando de respetar lugares recirculación
lo más acotados posibles.
Rodolfo Gil, en un Congreso realizado en la Argentina por parte de una asociación de
productores, cuyo lema era “Darse cuenta”, durante su conferencia se refirió al mismo
diciendo “volviendo al darse cuenta, lo importante es trabajar sobre la causa de los
problemas y no sobre las consecuencias”. Algo similar implica el término “preocuparse”: De
los problemas hay que ocuparse con anterioridad a que se transformen en algo imposible de
solucionar o de muy difícil solución. Relacionando estas reflexiones con la compactación y
descompactación de suelos, ocuparse de los problemas es ocuparse de la compactación y
establecer todas las acciones para no compactar el suelo. Ocuparse de la descompactación
es ocuparse de las consecuencias, es decir no haberse preocupado en tiempo y forma de la
solución de posibles problemas.
Las dudas, las inconsistencias planteadas a lo largo de todo el libro, serán seguramente
nuevas hipótesis de trabajo, que servirán para tratar de dar respuesta a las incógnitas que
plantea en los inicios del siglo XXI, la más simple y antigua de las máquinas de labranza.
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