Las Putas de San Julian
Las Putas de San Julian
Las Putas de San Julian
de Rubén Mosquera
ESCENA I
Sargento: Nacionalidad…
Consuelo: Argentina.
Sargento: Estado Civil…
Consuelo: Soltera….
Sargento: Edad que declara tener….
Consuelo: 29 años….
Sargento: ¿Domicilio?
Consuelo: Vivo en lo de doña Paulina Rovira….
Sargento: ¿En la casa de doña Paulina?
Consuelo: En la Catalana…
Sargento: Prostíbulo “La Catalana”…. ¿Profesión?
Consuelo: Si usted sabe cual es mi profesión, ¿para qué me pregunta?
Sargento: Algo tengo que poner….
Consuelo: Ponga pupila de doña Paulina Rovira…
Sargento: Es una forma elegante de decir lo que sos: una puta!!! (Insultándola) Una
puta que tiene los aires de no aceptar honrar las armas de la patria….
ESCENA II
(Coordinado con el apagón, se enciende la luz en otro sector. Prostíbulo, están las
mujeres vistiéndose. Ingresa Paulina presurosa)
(María y Amalia bailan por un lado y Maud y Ángela por el otro, Paulina sigue el ritmo
mientras va acomodando todo para recibir a los clientes que están por llegar. Termina
el tango. Aplauden y se ríen)
Paulina: Eso es lo que se llama un tango bien bailado, lástima que falten hombres
Ángela: No se preocupe doña Paulina que usted sabe que llueva o truene ya están al
llegar.
(Ingresa Consuelo)
Consuelo: Buenas
Paulina: Pero hija de Dios! ¿Qué pasó que tardaste tanto? ¿Qué te dijeron del pedido
de las bebidas que no llega? Y justo esta noche que la peonada va estar con patacones
en el bolsillo…
Consuelo: Que está en camino, lo que pasa que en el pueblo hay un revuelo bárbaro,
parece que en Río Gallegos y en Deseado han comenzado una huelga
Amalia: Cómo huelga? Aquí en Santa Cruz?
Consuelo: Sí, y aparentemente es muy grande. Comentaban en el almacén de ramos
generales que ya van como 2 días de huelga y que no están llegando cosas desde Río
Gallegos porque los comercios están cerrados y encima se empezaron a sumar los
peones de las estancias.
Maud: ¿Una huelga en las estancias? Eso sí que nunca me lo había imaginado.
Consuelo: Y parece que se está extendiendo a toda la provincia. Es la Sociedad Obrera
de Río Gallegos, escuché decir que está dirigida por españoles y polacos. El español,
dueño del almacén decía: pero quien se creen que son estos forasteros?, vienen a un país
que no es el de ellos y meten bulla como si fueran dueños. Son unos marasquistas
gritaba
Maud: ¿No habrá dicho anarquistas?…
Consuelo: Sí, eso, anarquistas… eso decía…
Amalia: Qué es un anarquista Maud?
Ángela: Anarquista, masoquista es más o menos lo mismo…
Paulina: Basta de hablar de huelga y a prepararse que acá en Santa Cruz, todo seguirá
como siempre ha sido y va a seguir siendo… Y mucho más acá, que a los hombres les
puede faltar muchas cosas, pero si hay un producto al que nunca van a renunciar, por
muy anarquistas que sean, es al que vendemos acá. Metan música, señoritas….
(Las mujeres bailan, la música y la luz va descendiendo, hasta que ellas salen
totalmente de escena)
ESCENA III
(Estudio de TV. Una reportera joven está haciendo una entrevista a un historiador de
unos 68 años. Por detrás de ellos como parte de la escenografía del estudio, en una
pantalla se ven fotografías de época, de las huelgas de Santa Cruz, de la estancia La
Anita, etc)
Historiador: En verdad doña Paulina Rovira, madama del prostíbulo “La Catalana” se
equivocaba seriamente, las cosas en el territorio de Santa Cruz no seguirían siendo
como habían sido 1920, año del comienzo de la primera huelga patagónica.
Es necesario pensar como era aquella Patagonia y que clima se vivía en aquellos
tiempos.
Reportera: Porque no nos ubica un poco en el contexto en que se dieron los hechos
Historiador: La Patagonia era un territorio poblado por peones chilenos, negocio de
latifundistas y comerciantes. Estaban los “chilotes”, gente de pocas palabras, nacidos
para agachar el lomo por un salario que apenas alcanzaba para comprar alcohol y de vez
en cuando un regalito para sus mujeres.
Enfrente de ellos, estaban los blancos que habían conquistado la Patagonia. Gente que
no podía ser floja de sentimientos. Se consideraban dueños de toda la región y usaban
cualquier método para conservar lo que tenían.
Reportera: Para ubicar a la audiencia. Estamos hablando de un territorio que hacía
menos de cincuenta años que había sido ocupada por la conquista del desierto.
Historiador: Sí, una operación llevada adelante por el Ejercito Argentino apoyado por
la Sociedad Rural, que le dejó a los socios de ésta última nada menos que 42 millones
de hectáreas para repartir. Sabe cuantos países europeos completos caben en esas
extensiones? De ahí que los estancieros medían tierra y ovejas de a cientos de miles o
de a millones. Las estancias, en su inmensa mayoría en manos de compañía extranjeras,
eran una extensión de Europa, pocas familias concentraban un enorme territorio
aprovechando una política que había favorecido al latifundio..
Y fue en esa Patagonia, en medio de tanta desolación, donde se produjo, con la llegada
de las primeras corrientes obreras de Europa, la chispa que hizo explotar aquel
feudalismo casi medieval.
Reportera: Pero según usted dice, los estancieros nadaban en fortunas.
Historiador: Era la época en que los hijos de los estancieros viajaban a Europa y se
compraban un castillo y lo hacían traer por barco y lo rearmaban en el medio de una
geografía que poco tenía que ver con la original, pero la idea era de poblar esas tierras
con una imagen europea.
Reportera: Pero de todas formas insisto, la marcha de las empresas de la Patagonia era
más que redituable, cuál era el problema tan serio?
Historiador: 1920, fue un año de crisis para la Argentina, se había desplomado el
precio de la lana. Europa había suspendido todas las compras. Los beneficios que pudo
traer la primera guerra mundial como un gran negocio para los estancieros que están
lejos del conflicto, se habían terminado, y así como no repartieron nada cuando
ganaban, apenas empezaron las pérdidas corrieron a solicitar auxilio al presidente
Hipólito Irigoyen. Los empresarios y los estancieros empezaron a exigir beneficios
económicos y fiscales y mano dura sobre los reclamos obreros. La presión de los
principales diario apoyando a los estancieros y la memoria aún fresca de la matanza de
la “Semana Trágica” llevada a sangre y fuego por el Ejercito Argentino en 1919 sobre
los obreros de la ciudad de Buenos Aires pesaba de manera inexorable sobre el
presidente.
Reportera: Pero esto estaba muy lejos de Buenos Aires y de esos hechos…
Historiador: El presidente había perdido la confianza de los empresarios que solo veían
al Ejercito como capaz de frenar las ideas que los inmigrantes europeos ya estaban
trayendo a aquel desierto, hasta no muchos años antes, habitado por una población de
peones analfabetos. ¿Qué creían esos extranjeros, anarquistas polacos, italianos o
gallegos, que podían venir a subvertir los valores nacionales?. Para garantizar esos
valores estaba el Ejército que no había tenido ni sombra de duda para actuar.
Los trabajadores se organizan en la Sociedad Obrera de Río Gallegos, deslumbrados por
las ideas anarquistas y el triunfo de la revolución rusa. Para enfrentar a las demandas
obreras se agruparon la Liga del Comercio y la Industria, la Sociedad Rural, la Liga
Patriótica, y el gobernador interino de Santa Cruz, dispuestos a que en la provincia nada
cambie.
Las piezas del ajedrez estaban distribuidas. Faltaba una causa mínima para que la
muerte se hiciera presente con toda su carga de dolor, leyenda y verdad.
ESCENA IV
ESCENA V
(El Coronel habla en un espacio indeterminado como si estuviera declarado ante una
Comisión Investigadora de varios miembros. Por momentos habla sentado, en otros
parado)
ESCENA VI
ESCENA VII
ESCENA VIII
(Prostíbulo. Ingresa Policía Joven Mira todo en el prostíbulo y parece estar esperando
algo)
Paulina: Hola, disculpe que usted haya tenido que venir varias veces esta noche oficial,
pero vio como es esto, cuando pasó antes estaba todo lleno arriba, las mesas todas con
gente… Y mire que a pesar de que hace un par de horas que amaneció, todavía quedan
clientes arriba y las chicas están todas ocupadas… Todos los peones de las estancias se
vinieron a festejar que ganaron la huelga por el aumento que les consiguió el coronel,
vio?... pero siéntese oficial…
Agente: Gracias… pero no soy oficial, solo soy agente
Paulina: (muy provocativa) Bueno, es usted muy joven, ya hará carrera… eso es por
ahora de seguro llegará a oficial, no sé… a comisario… Es su primera vez por acá?.
Agente: (Duda qué responder) Sí, vine para controlar que no haya disturbios entre tanta
gente festejando y tanto alcohol dando vuelta…
Paulina: Hablando de alcohol… Que grosera, no le ofrecí una copita…
Agente: Gracias señorita, pero estoy de servicio
Paulina: (Toma la botella y llena el vaso) Yo me voy a servir una…(Irónica) Lo
comprendo… Usted ha venido a cumplir con su deber… Está de servicio… (Ella busca
las palabras) Igual, si usted quiere para mí sería un honor que estrene ese uniforme
conmigo
Agente: (Asustándose) No… Si está todo en orden tengo que ir a reportarme al
Sargento…. (Se incorpora como para salir, asustado)
Paulina: (Lo detiene) El sargento sí que viene seguido por acá, pero usted es
diferente… Un caballero, y yo sé muy bien distinguir a los caballeros, es casi como si
fuera del Ejército… (señala un cuadro) Su sargento venía a frecuentar a María, venga
arrímese sin miedo… Ahora hay un chileno que le arrastra el ala a ella, cumplió con su
promesa y le trajo un vestido que lo hizo traer desde Río Gallegos, si viera que bonito le
quedaba a nuestra María, parecía una señora de alta sociedad. Y ella se enamoró, y mire
que él es chileno…
Agente: (señalando un cuadro) Acá está usted
Paulina: Hermosa mujer!
(Se escucha la canción “Hijos del Pueblo” que ingresa de la calle)
Paulina: Escuche, esos desagradecidos festejan y se emborrachan gracias al coronel. En
una noche se gastan todo lo que cobraron de más gracias al convenio que les regaló el
coronel. Por eso siempre digo que no hay como El Ejército para poner las cosas donde
corresponden.
Agente: Tiene mucha razón
Paulina: Quédese esta noche que le voy a enseñar que debajo de nuestras sábanas todos
son clientes… Pero a mí particularmente no sabe como me atraen los uniformes… pero
es norma de la casa que a todos atendemos con la misma atención, (Paulina lo toca y le
toma la mano apoyándosela sobre alguna parte del cuerpo de ella. Él que queda
paralizado)
Agente: Eso sí que es una filosofía…
Paulina: Filosofía es la que trajo el coronel a estas tierras… Nadie tiene derecho a
romper lo que está bien ordenado (lo toma de la mano y se lo lleva) Nadie tiene derecho
a romper lo que está bien ordenado… (Salen)
ESCENA IX
Sargento: Nadie tiene derecho a romper lo que está bien ordenado… Entendelo…
María: Fueron los estancieros los que rompieron el convenio… Los peones esperaban
que los patrones cumplieran con lo que habían firmado…
Policía: Nosotros te vamos a enseñar a ser una puta como Dios manda, una puta leal a
su nación… (utiliza la fusta como si fuera un objeto de ahorque. María queda tirada
llorando, el Sargento la abandona en el piso)
Sargento: (Apoyando la suela de su bota sobre la cadera de ella) Así terminan las
valientes conmigo…. Vas a tener que lamerme las botas…
(El Sargento estácolocándose la gorra y adecentándose el uniforme María
aprovechando la distracción se arrastra por el piso y sale corriendo, el Sargento la
corre gritando)
Sargento: Vení para acá… Adónde vas? Vení para acá te digo…. (Sale)
ESCENA X
ESCENA XI
(Prostíbulo. Amalia y Consuelo, miran por una ventana. Maud y Ángela están
expectantes)
Amalia: Sí, son los soldados que van hacia alguna estancia… Parecen perros de caza,
sedientos de sangre…
Consuelo: Y los estancieros van con ellos, armados con escopetas y con sus capataces
armados a la par de ellos…
Ángela: Pero el coronel ése que firmó el convenio, no va a permitir que sigan con esto.
Maud: No seas tonta Ángela, él no está haciendo nada para impedir lo que está
pasando, el nuevo gobernador lo permite y no hay juez que se lo impida…
Amalia: Será verdad lo que dicen? Qué ya en varios lados fusilaron gente?
Ángela: No podemos guiarnos de todos los chismes que llegan al prostíbulo… A lo
sumo los echarán a la calle a los peones, cómo los van a fusilar?... Si enseguida van a
conseguir nuevos peones de reemplazo, a ustedes les parece que es posible que la
muerte ande rondando los campos? Fusilando sin juez que les haga un juicio?… Si esta
nueva huelga empezó porque los estancieros no cumplieron el convenio…
Maud: Los estancieros son capaces de todo… De no cumplir con lo firmado y de
fusilarlos a todos con tal que no se les atrase la esquila…
Amalia: Sí, pero los soldados no…
Maud: Y para qué van a ir los estancieros y sus capataces armados hasta los dientes,
sino es para salir a cazar peones como si fueran animales?
Amalia: Pero el ejército no se va a prestar a eso…
Maud: El ejército cumple órdenes…
Consuelo: ¿Pero y el coronel? ¿Y el convenio que los peones festejaban?
Maud: El coronel no sé donde está… ¿Ustedes le conocen la cara? ¿Qué saben si él en
persona no iba al frente de esas tropas?…
Ángela: ¿Pero cómo va a cambiar tanto un hombre en apenas unos meses? Si todos
dicen que fue muy justo antes, ¿porqué ahora va convertirse en un asesino despiadado?
Maud: Porque no deja de ser un soldado, y cumple órdenes. Y acá en la Patagonia los
verdaderos dueños, los que dan las órdenes son los estancieros que tienen millones de
ovejas… No te olvides que yo viví con ellos, estuve en las fiestas que organizaban, y en
ellas estaban la policía, el ejército y la iglesia besándole los pies… La Sociedad Rural
manda más que el propio presidente acá, yo escuchaba como hablaban de los políticos,
como si fueran sus sirvientes…
Amalia: Todas sabemos que es mentira eso que andan diciendo, que los peones roban
estancias, secuestran y matan estancieros… Los conocemos y son personas mansas… Si
alguien le dijera eso al coronel, él volvería a actuar de manera justa como lo hizo
antes…
Maud: Las cosas se pusieron de una manera que temo lo peor. Los rumores de
fusilamientos en toda la provincia son muchos…
Consuelo: Ojala te equivoques, y le pido a Dios que a todos los que conocemos no les
pase nada…
Ángela: Yo vuelvo a decirles, confiemos en el coronel, un hombre no puede cambiar
tanto en tan poco tiempo…
ESCENA XII
(Ingresan el Historiador y la Reportera caminando entre las mujeres del prostíbulo que
quedan como suspendidas. A medida que el Historiador va hablando, las mujeres se
van yendo en una actitud inanimada)
Agente: Vamos hablá… ¿Cuál fue la que le metió esas ideas raras a ustedes?... ¿Cuál de
todas?... ¿Fue la inglesa o la española?
Ángela: Fuimos todas… Lo decidimos entre todas
Agente: (Le da un cachetazo) Yo te voy a dar, lo decidimos entre todas… Vamos,
hablá…
(Entra el Sargento)
Sargento: Pará, ¿qué querés?, ¿matarla?... No podemos mandarla ante el Juez toda
magullada… (A Ángela) ¿Qué es lo que quieren? ¿Porque no declaran? ¿Porque no se
arrepienten, están un rato con los soldados y terminamos con este martirio?…
Ángela: Porque no me acuesto con asesinos…
Sargento: Éstos son tus datos?.... (Lee una hoja)… Ángela Fortunato, 31 años, casada,
de profesión modista, pupila del prostíbulo “La catalana”, es correcto?
Ángela: Sí, señor
Sargento: Y cómo una modista casada termina de puta?...
Ángela: Cuestiones de la vida….
Sargento: ¿Y cómo hacés con tu marido? Te revolcás con cualquiera y después vas con
él, pero no querés estar con jóvenes rubios y bonitos…
Ángela: Ya le dije que con asesinos no
Agente: Te voy a sacar esa palabra de la boca, carajo, puta de mierda…
Sargento: Te doy la última oportunidad, fírmame acá que te arrepentís, que volvés a La
Catalana y atendés a los muchachos y terminamos con todo esto o vuelvo a dejarte con
él a solas
Ángela: No me arrepiento de nada…
Sargento: No te hagas estropear al pedo
Ángela: Haga lo que tenga que hacer…
(El Agente la agarra de los pelos)
Ángela: (Al Sargento) No me deje con él… No me deje con él…
Sargento: Anda interrogando a los músicos cagones esos que están declarando todo sin
que todavía les hayamos preguntado, que a esta la arreglo yo
Agente: Lo que usted diga mi Sargento (Sale)
Sargento: (Falsamente dulce y compasivo) Así que primero me dijiste que haga lo que
tenga que hacer, linda?… Y después te querés quedar conmigo? (le acaricia el pelo)
Qué pensás? Que yo soy más bueno? O que te voy a pegar más despacio? (le pega un
cachetazo)
Ángela: Hijo de puta!!! Mal parido!!! (Le pega varios cachetazos al Sargento, éste, la
toma del cuello muy agresivamente y la saca fuera de escena gritando)
Sargento: Te voy a dar malparido!!! Te voy a meter abajo del agua helada , vas a ver
como se te van esos aires hija de puta!!!! Vas a gritar como una marrana!!! (Salen)
(La luz disminuye)
ESCENA XIV
ESCENA XV
(Prostíbulo. Están Maud, Amalia, Consuelo y María, en señal de congoja. Ingresa doña
Paulina)
Paulina: Vamos chicas, ¿qué pasa? A prepararse para trabajar
Maud: ¿A usted no le pasa nada doña Paulina?
Paulina: ¿Porqué tenía que pasarme algo?.
Amalia: Mataron a sangre fría a muchas personas que conocíamos…
Paulina: El que juega con fuego, al final se quema…
María: No diga así doña Paulina, usted sabe que siempre la respeté, pero son unos
asesinos… Usted misma se puso contenta cuando él me había regalado aquel vestido
rojo, dígame que es lo que hizo de malo en su vida para estar enterrado sin cruz que lo
recuerde.
Paulina: No es problema nuestro, acá estamos para otra cosa que para estar discutiendo
de cuestiones políticas que nosotros no podemos resolver…
Consuelo: Mire que con que cara, con que ganas, vamos a recibir clientes… Nunca me
imaginé que pudiera pasar una cosa así…
Paulina: Nadie se lo imaginó… sin embargo hay que seguir viviendo, y nosotras
comemos de lo que pagan los clientes y de lo que gastan en el prostíbulo, así que a
empolvarse las mejillas, lavarse bien ahí abajo, a perfumarse el sobaco, y a sonreír… Lo
único que falta es que los clientes vengan a encontrar mujeres lloriqueando…
Maud: Pero no es así doña Paulina…
Paulina: ¿Qué no es así? (La empuja) ¿Querés morirte con los fusilados? (Amalia se
interpone entre ellas) Allá vos, pero el prostíbulo va a abrir las puertas como todos los
días.
Maud: No se trata de morirse, pero una tiene derecho a compartir el dolor por lo que
pasó, o usted no se había encariñado con más de uno de los que nos frecuentaban…
Amalia: Vamos a trabajar doña Paulina, pero no nos pida que estemos saltando en una
pata porque no lo va a conseguir.
Paulina: Llamo a los músicos a que toquen así cambiamos un poco el clima de velorio?
María: No hay música que pueda tapar tanta sangre doña Paulina…
(Paulina sale enojada. Quedan unos segundos en silencio. Ingresa la Muerte)
Consuelo: Va a pasar mucho tiempo para que semejantes crímenes vayan a ser
olvidados.
ESCENA XVI
(El Coronel está hablando con el sargento y el Agente, hay una clara calidad de
distinción en él por sobre ellos)
Coronel: ¿Acaso no estaban los músicos de testigos de lo ocurrido o también fueron
parte agresora?
Sargento: No, yo hablé con Doña Paulina para ver que había pasado, ella intentó
defender a sus pupilas, pero no pudo negar que habían cometido una falta enorme.
Estaba muy enojada por el dinero que tuvo que devolver por los servicios que no
dieron. Dice que fueron todas a la vez. Con los músicos habló el Agente..
(El Sargento hace una seña al Agente para que hable y el Agente parece tener miedo de
expresarse)
Sargento: Agente, ponga en conocimiento del Coronel…
(El Agente busca unos papeles arrugados)
Coronel: A usted le parece Agente que así se lleva adelante un interrogatorio, ¡qué son
esos papeles todos arrugados?
Agente: Lo que pasa que no tenía donde anotar y agarré un pedazo de…
Coronel: (con mucha autoridad) Firme Agente, y usted sargento también, a ver si se
emprolijan un poco esos uniformes que están hablando con un superior, mire la mugre
de esos uniformes, y cuando se van le piden al cabo del regimiento un pan de jabón
blanco y los lavan y aprovechan y se lavan ustedes y se sacan ese olor a verija de
encima… Y ahora usted Agente dígame que fue lo hablado con los músicos…
Agente: Dijeron que ellos no tuvieron nada que ver con lo que ellas hicieron, que
quisieron convencer a las putas…
Coronel: (interrumpiendo) Cuide los modos agente, está brindando testimonio ante el
sagrado uniforme de la Patria…
Agente: Perdón, dijeron que las pupilas se negaron por más consejo que ellos quisieron
darles. Los músicos insisten en que se volvieron locas todas juntas y que ellas eran de
muy baja credibilidad por su profesión, y me remarcaron que en cambio ellos siempre
han tocado gratis en las fiestas patrias y cada vez que la parroquia los necesita, y que
siempre que e Ejército los precise ellos estarán más que dispuestos y preparados para
tocar el himno o lo que sea que el Coronel les pida, y si necesitaran ensayar algo que ya
mismo se ponían a hacerlo, señor…
Coronel: Flor de chupamedias resultaron esos músicos… pero puede ser posible que
esas mujeres se burlan de todo el mundo, que no hay hombres como Dios manda en
estas tierras perdidas de la mano de Dios…
Sargento: Es que estas mujeres son terriblemente valientes y más cuando están todas
juntas, y muy inteligentes…
Coronel: Inteligentes y valientes esas mujerzuelas, hágame el favor Sargento… Ustedes
sabrán hacer lo que hay que hacer con ellas para que hablen. No quiero excusas ni
ninguna declaración en contra. ¿Acaso esas mujeres no sienten el temor que todos
guardan ante un uniforme? Hasta ustedes no pueden dejar de tener miedo ante mi
presencia, ¿es por mí? Claro que no, entre los dos podrían golpearme hasta matarme,
pero la majestad del uniforme los convierte a ustedes en dos conejos asustados…
Sargento: No es miedo, señor… es respeto.
Coronel: Así que a hacerse encima le llamamos respeto ahora… Sargento, presionen a
esas mujeres, no las dejen dormir,de día y de noche, todo el tiempo que les duela cada
pregunta… No voy a sacar las tropas de San Julián hasta que los muchachos sean
recibidos entre las sábanas… Necesito que los muchachos recuperen el orgullo
pisoteado. Les advierto que si ustedes no logran que ellas abran las piernas y me traen el
nombre de la culpable, todo mi enojo va a ir en contra de ustedes, porque nada me
cuesta llevarlos ante una corte marcial a los dos…
Sargento: Pero señor…
Agente: Es muy injusto señor…
Coronel: Pero que señor ni señor… (grita) Carrera march, alrededor mío, carrera march
dije, salto de rana, lagartija en el piso… Y ahora a paso vivo hasta la comisaría, a paso
vivo dije, Un dos, un dos, un dos…
(Sargento y Agente salen)
Coronel: (como si hablara ante la comisión investigadora) El mundo enloqueció en
Santa Cruz, mis oficiales empezaron a decirme que los soldados tenían pesadillas en la
noche y lloraban a escondidas durante el día, por haber fusilado, que eso era demasiado
para conscriptos jóvenes. No son chicos, son hombres que sirvieron fielmente a la
Nación… Son héroes señores y ¿que hay más edificante para un guerrero que regalarles
un nuevo campo de batalla?; el cuerpo de una mujer donde descargar las lagrimas y
despejar esas memorias. Ahora resulta que estas mujeres que siempre sirvieron para
divertimento en los francos de los cuarteles se volvieron librepensadoras y todas juntas.
La anarquía es como un virus, lo trajeron los rusos y los gallegos a la huelga de los
hoteles, de ahí prendió en los chilenos de las estancias y después contagió a las putas
convertidas en revoltosas que traicionan a la Patria burlándose del uniforme-
(Como si hablara a la tropa) Señores, el prostíbulo se convirtió en un objetivo militar y
mientras no se consiga la rendición incondicional de esas mujeres no habremos
terminado con nuestra misión, es la batalla que la Patria nos demanda.
La bandera de San Martín va a flameas sobre el prostíbulo…
(Como si hablara a la comisión investigadora) Y ahora me van a disculpar, pero es la
hora de las novenas, cumplida mi obligación terrenal. Necesito mi rosario personal e
íntimo, Acaso no perdoné a los menores de catorce sin que nadie me obligue
ESCENA XVII
(Sala de interrogatorio, el Agente acomoda las cosas como para proceder a un nuevo
interrogatorio)
(El Sargento ingresa trayendo casi a la rastra a una muy golpeada y debilitada
Amalia)
Sargento: Sentate…
(El Agente mientras pregunta, tipea en la máquina de escribir)
Agente: ¿Nombre y apellido?
Amalia: (casi susurrando) Amalia Rodríguez
Agente: Más fuerte mierda!!!
Amalia: Amalia Rodriguez
Agente: ¿Cuántos años?
Amalia: Veintiséis.
Agente: ¿Sos argentina?
Amalia: Sí…
Agente: Pupila del prostíbulo “La Catalana”… Mirá ya estoy cansado siempre de las
mismas respuestas… ¿Vas a colaborar con nosotros o no?
Amalia: ¿En qué?
Agente: Con lo que te preguntemos…
Amalia: Estoy respondiendo todas sus preguntas…
Agente: ¿De quién fue la idea de no atender a los soldados?
Amalia: De todas…
Agente: Así que ahora todas las putas piensan lo mismo y a la vez
Amalia: Fue por lo sucedido en las estancias…
(El Sargento le tira de los pelos y la golpea)
Sargento: Más respeto con la autoridad. No entendés que sos una puta de mierda…
Agente: Te vuelvo a preguntar, ¿porqué no atendieron a los soldados? ¿Quién fue que le
dijo a doña Paulina que declaraban huelga de conchas?
Amalia: Ya le dije que todas…
Agente: Mirá, no voy a perder el tiempo con vos. Te lo pregunto una sola vez, ¿te vas a
arrepentir y vas a darle tus servicios a los soldados, sí o no?
Amalia: No me acuesto con asesinos…
Agente: Todas con el mismo libreto estudiado…
Amalia: No es un libreto, siento asco de acostarme con esos mierda…
Agente: Así que al ejército lo llamás mierda y te da asco?
(Amalia guarda silencio)
Agente: (Le pega) Contestá basura que te están hablando…
Sargento: Sabe una cosa agente, esta puta me gusta, me parece que estoy pensando que
con vos voy a hacer otra cosa… (Al Agente) Agente, vaya nomás que acá damos por
terminado los interrogatorios… Vaya, vaya que se le enfría el mate cocido.
Agente: Sí, mi sargento… (recogiendo las hojas que escribió y las cosas que usaban en
el escritorio, sale)
Sargento: ¿Vos sos la nueva, no? ¿ Cómo me gustaría sentirla entre mis brazos?
(Amalia se resiste)
Sargento: Ahora sí mamita, vení, dame eso que no le negabas a los chilotes… Yo te
voy a enseñar lo que es un hombre de uniforme en la intimidad
(Se acerca para besarla)
Amalia: Salí… Vos me das tanto asco como esos asesinos…
(El Sargento la sujeta, la empuja contra la mesa y se desabrocha el pantalón con la
clara intención de violarla)
Policía 2: Vení que vas a conocer a un hombre de verdad…
Amalia: Me das asco (lo escupe en la cara)
Policía 2: (Limpiándose el escupitajo, la escupe en el rostro y la cachetea) Guacha, yo
te voy a enseñar a escupir (Se le arroja encima bajándose los pantalones y comienza a
violarla, mientras la luz va descendiendo hasta el apagón)
ESCENA XVIII
Reportera: La masacre que Varela había llevado adelante había sido ejecutada por
muchachos jóvenes, que ahora andaban necesitados de esparcimiento, de mujeres y de
sexo.
Nada como una vagina femenina, pensó el coronel, para borrar de las conciencias de
aquellos soldados las caras de aquellos rusos, polacos o alemanes distorsionados por el
dolor de la balacera.
Ahora las tropas estaban en los puertos listas para embarcarse hacia Buenos Aires y
Varela otorgó su permiso para que fueran a descargarse en los prostíbulos para aflojar
tensiones acumuladas entre tanto macho.
Pero como buen militar, ordenó que se planeara la visita a los prostíbulos, en tandas,
explicándoles como se hace uso de una prostituta, como evitar agarrarse una gonorrea o
un chancro.
Había llegado el reposo del guerrero, y una de las casas de tolerancia que fue reservada
por el Ejército para sus hombres fue “La Catalana”, donde Paulina Rovira arregló un
encuentro de aquellos valientes con sus chicas. (Ingresan las mujeres del prostíbulo)
Las tropas vencedoras desfilaban sin oposición alguna, nadie presentaba resistencia,
pero la historia siempre depara sorpresas.
ESCENA XIX
(Prostíbulo. Las mujeres están distribuidas como en reunión. Se escuchan los gritos
desde el exterior de Paulina: “Están locas… Locas están…”)
Ángela: Ahí viene Paulina, mantengamos lo que acordamos por más que grite
Paulina: Pero ustedes están locas, ¿qué bicho les picó ahora?
Consuelo: Todas decidimos que no vamos a atender a esos soldados, si no está de
acuerdo, acuéstese usted con ellos…
Paulina: Pero yo ya arreglé con el comandante del regimiento que iban a venir por
tandas… Ustedes saben el dineral que me van a hacer perder…
Maud: No vamos a acostarnos con esos asesinos. Es mejor que no vengan…
Paulina: Sí m’hijita, ¿y quién me paga todo lo que pierdo?
Amalia: Se lo repondremos más adelante, soy capaz de acostarme con más hombres
cualquier día, pero no me pida que comparta una cama con esos animales.
Paulina: Pero si son muchachos del Colegio Militar… Nunca tuvimos gente de tan
buenas familias frecuentando esta casa…
María: Son unos carniceros… No dudaron en matar a gente inocente…
Paulina: No me obliguen a hacer lo que no tengo ganas…
Ángela: Se lo estamos diciendo todas, haga lo que tenga que hacer doña Paulina, pero a
esos hombres no los queremos acá…
Paulina: Muy bien, tengo la obligación de salir a avisarle al oficial a cargo que ustedes
se niegan, pero si los soldados quieren venir igual, yo no lo voy a impedir, aténganse a
las consecuencias…
(Paulina sale)
(Las mujeres quedan en silencio)
Ángela: Habremos hecho bien?
Maud: Claro, de sólo pensar en la cara de esos pobres peones, frente a estos asesinos
que les hacían cavar su propia tumba.
Consuelo: No puedo dejar de pensar en ese coronel, dicen que levantaba los cuatro
dedos, así… (levanta la mano mostrando cuatro dedos) y eso era la sentencia de que te
fusilaran de cuatro tiros, sin que nadie te rece un Padrenuestro…
María: Claro que hicimos bien, que se vayan con las señoritas de su clase, que vayan
con las niñas bien de las buenas familias, para que nos quieren a nosotras… Acaso no
nos miraban con vergüenza, como si fuéramos basura…
Amalia: Si no le hacen caso al aviso de doña Paulina, no debemos dejar que ni siquiera
pisen adentro del prostíbulo…
Maud: Alguna que se fije si viene alguien.
Consuelo: (Se asoma) Ahí vienen los soldados riéndose… Como si tomaran en broma
lo que dijimos… (Desde fuera de escena se escuchan risotadas masculinas)
Amalia: Estos pendejos confunden ser puta con ser boluda…
María: Acá no van a entrar (va y busca un palo)
(Todas corren a tomar escobas y lampazos)
Todas: (Cargando con furia contra uno de los laterales) Asesinos!!… Porquerías!!…
Cabrones malparidos!!!… Con asesinos no nos acostamos!!… Váyanse basura!!…
Asesinos!!!… Seremos muy putas pero con asesinos no nos acostamos nosotras!!!…
(Desde fuera de escena llegan insultos y gritos para que abran la puerta. Ruidos de
patadas a la puerta)
(Las mujeres todas juntas juntando sus cuepos y poniendo por delante escobas y palos
salen por uno de los laterales, grirando que no van a entrar, el griterío desde fuera
continúa mezclándose con los gritos cada vez más exacerbados de las mujeres del
prostíbulo, mientras las luces van disminuyendo hasta el apagón)
ESCENA XX
(Sobre un costado del escenario aparece el Coronel con una copa en la mano, se
escuchan palabras en OFF que invitan a brindar en su homenaje. Aparece un coro
cantando “Forhe’s a jollygoodfellow)
(El coronel espantado escucha ese himno, mira al publico sin entender que sucede.
Apagón)
ESCENA XXI
(A partir de aquí van ingresando la Reportera, cada una de las mujeres del prostíbulo,
el Agente y el Sargento y se posicionan detrás de la Historiadora)
En esta historia que durante años fue un tabú, porque implicaba directamente a las más
altas instituciones del país,, en medio de tanta ignominia, latrocinio y crímenes
irreparables como fueron aquellos fusilamientos, aquellas mujeres de aquel prostíbulo
fueron las únicas, y lo recalco: las únicas dignas que se plantaron frente al ejército
vencedor en homenaje a tanto peón de la tierra fusilado…
El juicio de la historia guarda escondida una ironía… El teniente coronel Varela no tiene
ninguna calle que lo recuerde, ni placa donde ir a homenajear sus restos. En cambio en
el cementerio de San Julián, no hay un solo día en que una mano anónima no deposite
una flor en la tumba de Maud Foster.
Soy historiador y debo manejarme con hechos objetivos… Pero tal vez sea como dice la
persona que hizo salir del olvido esta historia: Osvaldo Bayer… El, muy convencido
afirma que siempre, sin excepción, el paso de los años hace que la Historia termine
dándole la razón a la ética.
(TELON FINAL)