Las Putas de San Julian

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“LAS PUTAS DE SAN JULIAN”

de Rubén Mosquera

(Versión libre basada en un episodio recogido en


“La Patagonia rebelde” de Osvaldo Bayer)

ESCENA I

(Sala de interrogatorio. El sargento sentado ante un libro de novedades, el recinto es


lúgubre. Entra el agente arrastrando a una mujer de aproximadamente 30 años en
enagua y la obliga a sentarse de manera violenta frente al sargento)

Sargento: Nombre y apellido


Consuelo: Son unos animales. No tenían ningún derecho…
Sargento: Le insisto por última vez, dígame su nombre y apellido señora
Consuelo: Consuelo García…

(A medida que ella va contestando, el policía va tipeando en la máquina de escribir)

Sargento: Nacionalidad…
Consuelo: Argentina.
Sargento: Estado Civil…
Consuelo: Soltera….
Sargento: Edad que declara tener….
Consuelo: 29 años….
Sargento: ¿Domicilio?
Consuelo: Vivo en lo de doña Paulina Rovira….
Sargento: ¿En la casa de doña Paulina?
Consuelo: En la Catalana…
Sargento: Prostíbulo “La Catalana”…. ¿Profesión?
Consuelo: Si usted sabe cual es mi profesión, ¿para qué me pregunta?
Sargento: Algo tengo que poner….
Consuelo: Ponga pupila de doña Paulina Rovira…
Sargento: Es una forma elegante de decir lo que sos: una puta!!! (Insultándola) Una
puta que tiene los aires de no aceptar honrar las armas de la patria….

(Consuelo guarda silencio)

Sargento: Y cuánto hace que trabajás de…. "pupila”


Consuelo: Hace un par de años, señor….
Sargento: Me podésdecir,¿cuál es el problema de brindarle un poco de placer a nobles
soldados de la patria, lo mejor de nuestros jóvenes?…. si no decís nada cuando te
revolcás con esos “chilotes” y esos indios rotosos…
Consuelo: Los hombres que venían al prostíbulo era gente buena, nos traían regalos…
no habían matado a nadie… No eran asesinos…
(De atrás de ella, la golpea el Agente)
Agente: Yo te voy a lavar esa boca… Nunca más pronuncies esa palabra hablando de
los soldados argentinos….
Sargento: No te hagas pegar al pedo… No podés comparar darle un poco de placer a
muchachos bien bañados, perfumados, limpitos… con esos sucios que venían con olor a
oveja…. ¿No es más fácil pedir disculpas, bajarte los calzones y ofrecerte como mujer a
nuestros muchachos, que seguir con esta defensa de esos cuatro rotosos?… ¿Vos estás
enamorada de algunos de esos peones?
Consuelo: Es difícil hablar de amor en nuestro oficio… Los conocíamos por el nombre,
sabíamos cuando iban a venir, teníamos la costumbre de esperarlos…
(El Sargento sale)
Agente: Esperar a esos zaparrastrosos sí y a la gente de uniforme, no… Vos sabés que si
vos querés (le acaricia el rostro a Consuelo) yo puedo mover mis influencias y te vas
ahora… ¿Qué me decís?
Consuelo: Que no… Y menos con alguien tan asqueroso como usted.
(El Agente la golpea con virulencia)
(Disminuye la luz hasta el oscuro)

ESCENA II

(Coordinado con el apagón, se enciende la luz en otro sector. Prostíbulo, están las
mujeres vistiéndose. Ingresa Paulina presurosa)

Paulina: (De aproximadamente 45 años) Vamos mujeres…A apurarse que van a


empezar a llegar los clientes, y hoy es fecha de cobro, así que van a venir de todas las
estancias de alrededor…
Amalia: (Aproximadamente 26 años) Sí, y aparte con la lluvia que no aflojó desde hace
veinte días van a llegar con ganas acumuladas después de tanta esquila…
(Ríen)
María: (28 años, con una clara pronunciación de alguna región de España) Yo tengo
unos cuantos que me prometieron que me iban a traer regalos… y varios que me
ofrecieron casamiento…
Paulina: Ah no mijita, aquí de casamiento ni se habla, y en vez de tanto regalo que
gasten acá en “La Catalana” que bastante falta hace para mantenerlas a todas ustedes,
llenar la olla todos los días, curarlas cuando se enferman y respetarles los días que no
trabajan porque andan con el “asunto”…
Angela: (31 años) No se queje doña Paulina, que los pobres vienen y dejan todo lo que
cobran acá…
Amalia: Todo sea por un poco de olor de mujer, traen ese olor pegado… (se ríen)
Maud: (31 años, con una marcada pronunciación inglesa con dificultad para
pronunciar las erres y las ye) Bueno, no nos burlemos, ellos son buenos con nosotros,
somos casi como de su familia… La novia que quisieran tener…
Paulina: Ya les dije que no quiero sentir hablar de casamiento, y que a ninguna de
ustedes se les ocurra querer irse con alguno de esos pretendientes, porque ahí me van a
conocer…
María: Pero doña Paulina, no se preocupe, hacen promesas pero no tienen donde caerse
muertos, si viven en esas barracas donde duermen más de treinta peones sin bañarse.
Yo, a veces sueño con que un día venga Carlos Gardel a cantar a San Julián y pase por
aquí y me elija.
Paulina: María… María… soñar no cuesta nada, pero San Julián es un lugar olvidado
de la mano de Dios, seguí soñando si querés, pero hoy de las estancias no te va a llegar
ningún Carlos Gardel a cantarte, eso te lo prometo.
María: Deje ilusionarme un poco doña Paulina, no todas tenemos la suerte de andar en
amoríos con algún hijo de un estanciero…
Angela: Ché, inglesa, ese palo fue para tu gallinero….
Maud: A cualquiera le puede pasar enamorarse y que las cosas no terminen bien…
Amalia: Nunca voy a entender como una mujer como vos, termina trabajando en un
lugar como éste. Nosotras, vaya y pase nos tocó la vida que nos tocó… Pero vos
inglesita, podrías haber tenido otro destino… Tan bien que sabés leer y recitar esos
poemas tan bonitos…
Paulina: Aquí no se pregunta el pasado de la gente, que todos tenemos un pasado…
Maud: Yo no me arrepiento de mi pasado, fui institutriz de los hijos de estancieros
ingleses y creía que era parte de la familia, el padre era inglés como yo… Me enamoré
de uno de la familia que me prometió amor y cuando llegó a oídos de los señores me
despidieron como a un perro… Y que puede hacer una mujer sola, sin dinero, con la
familia a miles de kilómetros… Yo le agradezco doña Paulina que usted me haya dejado
estar acá
María: No agradezcas nada, que bien que la dueña está agarrando dinero por demás.
Los criollos están acostumbrados a mujeres como nosotras, pero para ellos esa piel
rosada, ese pelo y esos ojos claros son una curiosidad. La que tiene que estar agradecida
contigo es doña Paulina que cada vez que a los peones les llega la paga, más de la mitad
se la gastan en estar con vos.
Paulina: Mirá que habían resultado desagradecidas… Dónde van a tener un plato de
sopa caliente, el mate cocido a la mañana, frazadas y una estufa cuando nieva en el
invierno?. Sólo escucho quejas y más quejas… Y lo único que les pido a cambio es que
estén arregladas y perfumadas porque en un rato llegan los peones que quieren un poco
de caña, un poco de música y baile y unas caricias y se van contentos para toda la
semana… Y esos músicos que no llegan para poner alegría en esta casa
Amalia: Bueno doña Paulina, si le parece pongo un disco en el fonógrafo…
Paulina: Bien pensado, Amalia… Metele a la música, a ver si cambiamos el aire de
“La Catalana”…
Amalia: (Coloca un disco en el fonógrafo, surge el sonido de un tango antiguo cantado
por Gardel) Ahí tiene… A ver cual de las chicas quiere mover el cuerpo conmigo al
compás de este tanguito.
Maud: (levanta la mano) Yo…

(María y Amalia bailan por un lado y Maud y Ángela por el otro, Paulina sigue el ritmo
mientras va acomodando todo para recibir a los clientes que están por llegar. Termina
el tango. Aplauden y se ríen)

Paulina: Eso es lo que se llama un tango bien bailado, lástima que falten hombres
Ángela: No se preocupe doña Paulina que usted sabe que llueva o truene ya están al
llegar.

(Ingresa Consuelo)
Consuelo: Buenas
Paulina: Pero hija de Dios! ¿Qué pasó que tardaste tanto? ¿Qué te dijeron del pedido
de las bebidas que no llega? Y justo esta noche que la peonada va estar con patacones
en el bolsillo…
Consuelo: Que está en camino, lo que pasa que en el pueblo hay un revuelo bárbaro,
parece que en Río Gallegos y en Deseado han comenzado una huelga
Amalia: Cómo huelga? Aquí en Santa Cruz?
Consuelo: Sí, y aparentemente es muy grande. Comentaban en el almacén de ramos
generales que ya van como 2 días de huelga y que no están llegando cosas desde Río
Gallegos porque los comercios están cerrados y encima se empezaron a sumar los
peones de las estancias.
Maud: ¿Una huelga en las estancias? Eso sí que nunca me lo había imaginado.
Consuelo: Y parece que se está extendiendo a toda la provincia. Es la Sociedad Obrera
de Río Gallegos, escuché decir que está dirigida por españoles y polacos. El español,
dueño del almacén decía: pero quien se creen que son estos forasteros?, vienen a un país
que no es el de ellos y meten bulla como si fueran dueños. Son unos marasquistas
gritaba
Maud: ¿No habrá dicho anarquistas?…
Consuelo: Sí, eso, anarquistas… eso decía…
Amalia: Qué es un anarquista Maud?
Ángela: Anarquista, masoquista es más o menos lo mismo…
Paulina: Basta de hablar de huelga y a prepararse que acá en Santa Cruz, todo seguirá
como siempre ha sido y va a seguir siendo… Y mucho más acá, que a los hombres les
puede faltar muchas cosas, pero si hay un producto al que nunca van a renunciar, por
muy anarquistas que sean, es al que vendemos acá. Metan música, señoritas….
(Las mujeres bailan, la música y la luz va descendiendo, hasta que ellas salen
totalmente de escena)

ESCENA III

(Estudio de TV. Una reportera joven está haciendo una entrevista a un historiador de
unos 68 años. Por detrás de ellos como parte de la escenografía del estudio, en una
pantalla se ven fotografías de época, de las huelgas de Santa Cruz, de la estancia La
Anita, etc)
Historiador: En verdad doña Paulina Rovira, madama del prostíbulo “La Catalana” se
equivocaba seriamente, las cosas en el territorio de Santa Cruz no seguirían siendo
como habían sido 1920, año del comienzo de la primera huelga patagónica.
Es necesario pensar como era aquella Patagonia y que clima se vivía en aquellos
tiempos.
Reportera: Porque no nos ubica un poco en el contexto en que se dieron los hechos
Historiador: La Patagonia era un territorio poblado por peones chilenos, negocio de
latifundistas y comerciantes. Estaban los “chilotes”, gente de pocas palabras, nacidos
para agachar el lomo por un salario que apenas alcanzaba para comprar alcohol y de vez
en cuando un regalito para sus mujeres.
Enfrente de ellos, estaban los blancos que habían conquistado la Patagonia. Gente que
no podía ser floja de sentimientos. Se consideraban dueños de toda la región y usaban
cualquier método para conservar lo que tenían.
Reportera: Para ubicar a la audiencia. Estamos hablando de un territorio que hacía
menos de cincuenta años que había sido ocupada por la conquista del desierto.
Historiador: Sí, una operación llevada adelante por el Ejercito Argentino apoyado por
la Sociedad Rural, que le dejó a los socios de ésta última nada menos que 42 millones
de hectáreas para repartir. Sabe cuantos países europeos completos caben en esas
extensiones? De ahí que los estancieros medían tierra y ovejas de a cientos de miles o
de a millones. Las estancias, en su inmensa mayoría en manos de compañía extranjeras,
eran una extensión de Europa, pocas familias concentraban un enorme territorio
aprovechando una política que había favorecido al latifundio..
Y fue en esa Patagonia, en medio de tanta desolación, donde se produjo, con la llegada
de las primeras corrientes obreras de Europa, la chispa que hizo explotar aquel
feudalismo casi medieval.
Reportera: Pero según usted dice, los estancieros nadaban en fortunas.
Historiador: Era la época en que los hijos de los estancieros viajaban a Europa y se
compraban un castillo y lo hacían traer por barco y lo rearmaban en el medio de una
geografía que poco tenía que ver con la original, pero la idea era de poblar esas tierras
con una imagen europea.
Reportera: Pero de todas formas insisto, la marcha de las empresas de la Patagonia era
más que redituable, cuál era el problema tan serio?
Historiador: 1920, fue un año de crisis para la Argentina, se había desplomado el
precio de la lana. Europa había suspendido todas las compras. Los beneficios que pudo
traer la primera guerra mundial como un gran negocio para los estancieros que están
lejos del conflicto, se habían terminado, y así como no repartieron nada cuando
ganaban, apenas empezaron las pérdidas corrieron a solicitar auxilio al presidente
Hipólito Irigoyen. Los empresarios y los estancieros empezaron a exigir beneficios
económicos y fiscales y mano dura sobre los reclamos obreros. La presión de los
principales diario apoyando a los estancieros y la memoria aún fresca de la matanza de
la “Semana Trágica” llevada a sangre y fuego por el Ejercito Argentino en 1919 sobre
los obreros de la ciudad de Buenos Aires pesaba de manera inexorable sobre el
presidente.
Reportera: Pero esto estaba muy lejos de Buenos Aires y de esos hechos…
Historiador: El presidente había perdido la confianza de los empresarios que solo veían
al Ejercito como capaz de frenar las ideas que los inmigrantes europeos ya estaban
trayendo a aquel desierto, hasta no muchos años antes, habitado por una población de
peones analfabetos. ¿Qué creían esos extranjeros, anarquistas polacos, italianos o
gallegos, que podían venir a subvertir los valores nacionales?. Para garantizar esos
valores estaba el Ejército que no había tenido ni sombra de duda para actuar.
Los trabajadores se organizan en la Sociedad Obrera de Río Gallegos, deslumbrados por
las ideas anarquistas y el triunfo de la revolución rusa. Para enfrentar a las demandas
obreras se agruparon la Liga del Comercio y la Industria, la Sociedad Rural, la Liga
Patriótica, y el gobernador interino de Santa Cruz, dispuestos a que en la provincia nada
cambie.
Las piezas del ajedrez estaban distribuidas. Faltaba una causa mínima para que la
muerte se hiciera presente con toda su carga de dolor, leyenda y verdad.

ESCENA IV

(Sala de interrogatorio, está el Sargento sentado tomando nota frente a él Maud.


Parado detrás de ella el Agente muy nervioso)

Sargento: Maaauudd….. Fosssterr…..


Maud: Maud Foster.
Agente: Contesta bien (golpeándola de atrás)
Sargento: Nacionalidad?
Maud: Inglesa
Sargento: Edad?
Maud: 31 años
Sargento: Estado Civil?
Maud: Soltera
Policía: Ocupación declarada.
Maud: Puta…
Sargento: (Para sí, mientras escribe) Pupila de doña Paulina Rovira… Usted es
diferente que las otras, las otras sí son putas… Pero usted es una señorita que tiene
modales…
Maud: Soy tan puta como las demás, y no quiero ningún privilegio por ser inglesa,
como ha querido darme desde un principio…
Sargento; Las demás son mujerzuelas sin ninguna categoría, pero usted, ¿qué está
haciendo en ese prostíbulo de mala muerte?
Maud: Es la vida que no siempre toma el rumbo que nosotros decidimos, a veces nos
lleva por caminos que nunca pensamos recorrer…
Sargento: Según dice en este documento, usted ingresó al país para ser institutriz de los
niños de una familia decente, ¿cómo termina en una profesión como esta?
Maud: De puta quiere decir…?
Sargento: No es necesario repetir la palabra a cada minuto, en su boca no suena bien…
Maud: Sin embargo no dudó en repetírsela una y otra vez a mis compañeras mientras
les pegaban, usted y ese otro animal…
Sargento: Más respeto y no siga tirando de la cuerda que mi paciencia tiene un límite.
No somos animales, cumplimos órdenes… Tenemos un jefe de policía y un gobernador,
además de las autoridades militares que están muy disgustadas con la actitud que
ustedes han tomado para con los soldados.
Maud: Nosotras no nos acostamos con asesinos…. Son unos cobardes
Sargento: Son lo mejor de nuestra juventud, jóvenes que honran nuestra nacionalidad.
Maud: Son unos hijos de puta, asesinos mal paridos…
(El Agente que estaba parado detrás de Maud la toma para golpearla)
Agente: Yo te voy a dar hablar así…
Sargento: Momento, no la toque, es una ciudadana británica y más de un estanciero
compatriota de ella se mostró preocupado por su integridad física, así que evitemos esos
tratos…
(El Agente la vuelve a sentar)
Sargento: Ve que somos generosos con usted. Deme un nombre… A quien se le ocurrió
la idea de rechazarlos?; quién es la cabecilla?, alguna de ésas es anarquista?
Maud: Haga conmigo lo que tenga que hacer, no he pedido ningún privilegio, somos
todas iguales y todas hemos sido las que no quisimos atender a la tropa… Venían con
las manos manchadas de sangre…
Sargento: No me obligue a hacer lo que no quiero hacer… Tiene idea de lo que es ir al
penal de Ushuaia o las cárceles de aquí de la Patagonia., van a ser demasiado para una
mujer como usted, no lo va a soportar…
Maud: Soy igual que todas, ya se lo dije, y no quiera tratarme entre algodones, yo ya
he pasado muchas cosas en estos años. Me hice puta, vendí mi cuerpo, pero no hay plata
que logre comprar lo que siento en el corazón o en la cabeza, y no hay cárcel que me
acobarde, si tengo que ir presa iré, pero ni me voy a acostar con asesinos, ni me pida
que declare contra mis compañeras porque yo no soy de esa clase… (intenta agredir al
Sargento, el Agente la retiene)
(El Sargento le retuerce los pezones, Maud cae al piso en medio de un grito
desgarrador).
Sargento: (Se para como para salir. Le habla al Agente) Proceda agente, no quiere
privilegios, no se los demos… (Sale)
(El Agente la toma de los hombros, zamarrea a Maud, le pega un cachetazo)
Agente: Hablá… ahora vas a cantar todo… (La golpea. Maud cae al piso. El Agente se
le monta encima)
Maud: Cobarde… basura… (Ella le pega un cahetazo)
Agente: No sos más que una puta (El Agente le devuelve el cachetazo con furia y la
golpea en el piso) Ahora vas a aprender yegua…
(La luz va disminuyendo hasta apagarse)

ESCENA V

(El Coronel habla en un espacio indeterminado como si estuviera declarado ante una
Comisión Investigadora de varios miembros. Por momentos habla sentado, en otros
parado)

Coronel: No tengo nada de qué arrepentirme, al contrario, estoy muy orgulloso


de mis soldados. Como coronel a cargo de la campaña en Santa Cruz me hago
responsable de lo actuado. Cuando las cosas se van de cauce, antes que defender
el derecho es obligación del soldado proteger el deber violado, mantener la paz
interior y proveer a la defensa común, eso resguarda el preámbulo de la
constitución, y eso vinimos a hacer y lo cumplimos. ¿Que fue alto el costo en
vidas humanas para ganar la paz en la Patagonia? Hay precios que deben ser
pagados. ¿Acaso alguien puede creer que valen algo las palabras de esos hombres
que no asistían a misa y pisoteaban con sus conductas libertinas los preceptos
católicos?. Lo que se hizo no fue capricho, ni lo hicimos por odio como dicen
algunos señoritos finos de la Capital, sólo se trató de cumplir con lo ordenado.
Así y todo perdoné a los menores de catorce años y eso fue decisión
exclusivamente mía. Creí justo darles una oportunidad para que reflexionen y así
encauzarlos al camino del buen cristiano, de los que respetan las normas del país
y de la iglesia. También es de buen cristiano dar una segunda oportunidad a los
más jóvenes. Pero con los viejos no tiene ningún sentido la clemencia. Lo dice el
dicho del zorro: pierde el pelo pero no las mañas…. Esos son los duraznos
podridos que infectan todo el cajón, lo mejor es sacarlos, anularlos, suprimirlos
de toda convivencia social. Ustedes compartirán conmigo que muerto el perro se
acaba la rabia, señores…

ESCENA VI

(Prostíbulo. Se escucha sonido de bombas de agua . Amalia, María, Ángela y Consuelo


ingresan con elementos para lavarse en ropa interior de la época . Se higienizan, se
acicalan, claramente están preparándose para la futura llegada de clientes, tomando
mate)
Amalia: Verdaderamente no sé para que nos preparamos tanto, si al fin de cuentas los
clientes que vinieron estos últimos días los contamos con los dedos de las manos.
María: Mi chilenito me prometió que me iba a traer un vestido, pero hace como veinte
días que no se le ve el pelo por acá.
Ángela: ¿Y?, es la huelga… dicen que el gobernador no quiere aflojar… Y la policía no
da abasto, aparecen huelguistas por todos lados…
María: Escuché al propietario del almacén de ramos generales, el otro día que me
mandó doña Paulina, comentar con unos señores que un tal Soto y la Sociedad Obrera
de Gallegos tenía la culpa…
Consuelo: Han de estar pidiendo lo que les corresponde…
María: Parece que les quisieron prohibir un acto, y que el juez se los permitió, pero
igual el gobernador detuvo obreros por varias causas
Amalia: Sí, pero al fin de cuentas no sirvió de nada, porque cada vez hay más huelga, si
hasta acá en San Julián, en las estancias de acá cerca se empezó a sentir que la cosa no
da para más….
Ángela: Me dijo un cliente el otro día que se rumorea que como esto siga así van a
terminar sacando al gobernador, porque hay comercios donde la gente no compra por
indicación de la Sociedad Obrera, hasta hubo huelga de mozos en los hoteles de la gente
rica. Comentaban que el gobernador tuvo que servirse el morfi él mismo porque los
mozos no lo quisieron servir.
María: Sí, pero a mí no me importa lo que le pase al gobernador. Entre ellos después se
arreglan, a mí me da miedo que si no vienen clientes, doña Paulina nos termine botando
a la calle, ¿dónde voy a ir si eso pasa? Encima soy española, tengo miedo que me suban
un barco y me echen, me dijeron que a unos rusos el gobernador los metió en un barco y
los mandó derechito pa Rusia…
Ángela: Los deportó?
María: Los deportó en una bodega desde Río Gallegos.
Amalia: Pero mirá si doña Paulina va a dejar que eso pase, nosotras somos las que le
hacemos ganar sus buenos patacones. Es verdad que ella nos cuida, no nos hace faltar
comida, ni ropa ni elementos para que estemos limpias como Dios manda, pero las que
ponemos el cuerpo en la cama somos nosotras.
Consuelo: Y a veces tenemos que ponerlo con cada uno, ¿Querés que te cuente del cojo
que me tocó la otra vez?…
María: Por eso digo, a mí no me importa el gobernador, que lo saquen de una vez, pero
que se normalice todo…
Ángela: Lo que pasa es que dicen que si lo echan al gobernador, también va a caer el
juez que hasta ahora protege a los obreros… Viñas se llama, si todos los dueños de los
comercios lo nombran para putearlo de lo lindo…
María: Cuando vas a la cama con uno que tiene un olor que no se aguanta, con él no se
acuesta ni el gobernador ni el juez, sino nosotras, y es por eso que doña Paulina aguanta
nuestras quejas….
Consuelo: Nadie te va a escuchar ni te va a entender… No nos van a entender, somos
eso, putas… Las mujeres de sociedad de San Julián cuando nos ven venir cruzan de
vereda, y los hombres que más de una vez pasaron por acá, miran para otro lado como si
no nos conocieran, nos esquivan como si portáramos la peste…
Amalia: Hipócritas, vinieron a ver piernas como éstas?... Bien que en la cama te hacen
promesas, y después se hacen los santurrones y van todos los domingos a misa con sus
señoras del brazo…
María: En eso los peones, son diferentes, cuando te dicen que te quieren te quieren en
serio, y serán chilenos, pero a mí no me importa, porque a ellos no les da vergüenza que
vean que te saludan cuando te cruzan… Mirá mi chilenito…
(Consuelo y Amalia hacen comentarios socarrones del tipo “le dijo que la quiere” en
tono de burla)
Consuelo: Como esta huelga siga así, a eso que tiene entre las piernas tu chilenito, que
bastante bien está, lo vas a tener que esperar un tiempo largo, me parece.
María: Qué es lo que dices Consuelo? Y tu como sabés que está tan bien?
Consuelo: Gallega, si la de tu chilenito las conocemos todas…
María: Así que la conocen todas? Cómo es eso?. Ángela tu tienes algo para aportar? Y
tú Amalia)
(Amalia y Ángela se miran como demostrando no entender de que hablan).
Consuelo: Ah, ahora se hacen las distraídas…
María: Eres una envidiosa…
Consuelo: Lo que escuchaste, si tu chilenito paga para acostarse con vos y pagaría por
cualquier otra!!!
María: Eres una hija de tu puta madre!!!!
(María, con la clara intención de pelear, va hacia Consuelo quien la enfrenta, se toman
de los cabellos y se insultan. Amalia y Ángela intentan separarlas)
(Ingresan Paulina y Maud)
Paulina: Basta!!!! No puedo salir cinco minutos que enseguida me arman gallinero!!!
(Se separan, y cada una vuelve a lo que estaba haciendo)
Paulina: Si hasta cuando traigo buenas noticias me las amargan.... (protestando muy
enojada) A ver, llamen a los músicos que quiero que hay aire de festejo... Dónde están
esos músicos?
Consuelo: Estaban durmiendo la siesta, mientras esperaban
Paulina: (Imperativa) A ver, llámenlos, que es para festejar!!!
(Amalia se acerca hacia uno de los laterales, María saca una botella de uno de los
muebles y le sirve una copita de una bebida)
María: Pero qué es lo que pasa doña Paulina? Cuente…
Amalia: Don Leopoldo, venga y dígale a los muchachos que los reclama doña Paulina.
(Paulina bebe y las mira con enojo)
María: Vamos Paulina, qué nos tiene a todas en ascuas...
Angela: Gallega, primero armás el despelote y después querés festejar las pascuas
cualquier día del año...
Amalia: No haga caso, no sabe como son estas dos que se pelean y se amigan tres veces
por semana...
Consuelo: (ignorando el comentario) Inglesa, vos venías con ella, porqué está así?.
Maud: En San Julián no se habla de otra cosa, llegó un coronel de Buenos Aires
mandado por el presidente para terminar con la huelga… Dicen que en pocos días todo
volverá a estar tranquilo, que para eso lo mandó… Pero no creo que sea tan fácil, yo
desconfío que sea así…
Paulina: A lavarse bien las partes con permanganato… a rociar con acaroína el suelo de
las piezas y las frazadas… A meter querosén en los colchones y en esas cabelleras que
no quiero ni piojo ni ladilla caminando por ahí… Y a encender las luces de afuera, que
esta noche “La Catalana” va a brillar!!!... Y qué pasa con esos músicos!!!
Amalia: No importa. Cantá algo Consuelo, vos que lo hacés tan lindo…
Paulina: Sí, cantate algo y alegranos a todas...
Consuelo: Pero sin música… cómo hago? No es lindo sin música…
Ángela: Arrancá vos que yo te sigo
(Paulina, Amalia y Ángela le insisten)
María: Si no quieren que no cante, no ven que es una porteñita engreída?
(Consuelo empieza cantando “Mi noche triste” en claro desafío a María, luego se
suman Ángela y Amalia, Paulina observa seria en tanto que María intenta sacarla a
Maud de su seriedad. Todas cantan y bailan, el canto es tomado por algunas con
seriedad, otras iorónicamente y todas miran al público provocativamente. Ingresan
Historiadora y Reportera que miran la escdena desde un costado. Cuando terminan
todas aplauden)
Consuelo: Yo no sé que estoy haciendo acá, yo tendría que ir a Buenos Aires a grabar
un disco...
Ángela: Tendríamos que ir, que no cantaste vos sola…
María: Mira Consuelo que eres una grandísima hija de puta, pero que lindo cantas...
No quieres que volvamos a ser amigas...
Consuelo: Sí...
(Todas las mujeres del prostíbulo salen)

ESCENA VII

Historiador: En algo tenía razón Maud, y en algo se equivocaba. El presidente Irigoyen


había mandado un militar de su confianza a resolver el tema de la huelga: el teniente
coronel Varela. Apenas llegó a Santa Cruz respondió fielmente a las órdenes de Irigoyen
y en aquel primer viaje, recorrió comercios y estancias
Reportera: Por que primer viaje? Hubo nuevos viajes?
Historiador: Sí, en aquel primer viaje comprobó las condiciones infrahumanas a que
eran sometidos los peones de las estancias y estableció un convenio que para la
Sociedad Obrera significó un triunfo.
Reportera: Según leí en sus trabajos lo que pedían los trabajadores, era frazadas para el
invierno, una cantidad de leña mensual, una pequeña suba de dinero por oveja
esquilada, y que los botiquines de primeros auxilios tuvieran las instrucciones en idioma
castellano. Parecen cosas muy simples de resolver…
Historiador: A la mirada actual sí, pero estamos hablando de estancias donde la única
ley la fijaba el estanciero. Por eso cuando el coronel vuelve a Buenos Aires creyó haber
dejado establecido un acuerdo justo que pacificaría aquellos territorios por muchos
años, pero lo único que quedó tras su paso era la sensación de triunfo de los obreros por
un lado y la idea de los estancieros sintiendo que les habían metido la mano en el
bolsillo por el otro.

ESCENA VIII

(Prostíbulo. Ingresa Policía Joven Mira todo en el prostíbulo y parece estar esperando
algo)
Paulina: Hola, disculpe que usted haya tenido que venir varias veces esta noche oficial,
pero vio como es esto, cuando pasó antes estaba todo lleno arriba, las mesas todas con
gente… Y mire que a pesar de que hace un par de horas que amaneció, todavía quedan
clientes arriba y las chicas están todas ocupadas… Todos los peones de las estancias se
vinieron a festejar que ganaron la huelga por el aumento que les consiguió el coronel,
vio?... pero siéntese oficial…
Agente: Gracias… pero no soy oficial, solo soy agente
Paulina: (muy provocativa) Bueno, es usted muy joven, ya hará carrera… eso es por
ahora de seguro llegará a oficial, no sé… a comisario… Es su primera vez por acá?.
Agente: (Duda qué responder) Sí, vine para controlar que no haya disturbios entre tanta
gente festejando y tanto alcohol dando vuelta…
Paulina: Hablando de alcohol… Que grosera, no le ofrecí una copita…
Agente: Gracias señorita, pero estoy de servicio
Paulina: (Toma la botella y llena el vaso) Yo me voy a servir una…(Irónica) Lo
comprendo… Usted ha venido a cumplir con su deber… Está de servicio… (Ella busca
las palabras) Igual, si usted quiere para mí sería un honor que estrene ese uniforme
conmigo
Agente: (Asustándose) No… Si está todo en orden tengo que ir a reportarme al
Sargento…. (Se incorpora como para salir, asustado)
Paulina: (Lo detiene) El sargento sí que viene seguido por acá, pero usted es
diferente… Un caballero, y yo sé muy bien distinguir a los caballeros, es casi como si
fuera del Ejército… (señala un cuadro) Su sargento venía a frecuentar a María, venga
arrímese sin miedo… Ahora hay un chileno que le arrastra el ala a ella, cumplió con su
promesa y le trajo un vestido que lo hizo traer desde Río Gallegos, si viera que bonito le
quedaba a nuestra María, parecía una señora de alta sociedad. Y ella se enamoró, y mire
que él es chileno…
Agente: (señalando un cuadro) Acá está usted
Paulina: Hermosa mujer!
(Se escucha la canción “Hijos del Pueblo” que ingresa de la calle)
Paulina: Escuche, esos desagradecidos festejan y se emborrachan gracias al coronel. En
una noche se gastan todo lo que cobraron de más gracias al convenio que les regaló el
coronel. Por eso siempre digo que no hay como El Ejército para poner las cosas donde
corresponden.
Agente: Tiene mucha razón
Paulina: Quédese esta noche que le voy a enseñar que debajo de nuestras sábanas todos
son clientes… Pero a mí particularmente no sabe como me atraen los uniformes… pero
es norma de la casa que a todos atendemos con la misma atención, (Paulina lo toca y le
toma la mano apoyándosela sobre alguna parte del cuerpo de ella. Él que queda
paralizado)
Agente: Eso sí que es una filosofía…
Paulina: Filosofía es la que trajo el coronel a estas tierras… Nadie tiene derecho a
romper lo que está bien ordenado (lo toma de la mano y se lo lleva) Nadie tiene derecho
a romper lo que está bien ordenado… (Salen)

ESCENA IX

(Sala de interrogatorio. El Sargento está interrogando a María, quien luce golpeada)

Sargento: Nadie tiene derecho a romper lo que está bien ordenado… Entendelo…
María: Fueron los estancieros los que rompieron el convenio… Los peones esperaban
que los patrones cumplieran con lo que habían firmado…

(El policía toma una hoja y lee)

Sargento: María Juliache, española de 28 años, soltera con 7 años de residencia en el


país, pupila del prostíbulo… Una extranjera que fue albergada por la Argentina y que
prefiere abrirle las piernas a esos chilotes rotosos antes que a los muchachos salidos del
Colegio Militar… Encima dándole la razón a esos judíos llenos de ideas raras… No
serás anarquista vos, no?
María: No sé lo que es ser anarquista…
Sargento: Es estar en contra de nuestra nacionalidad… Con todas esas ideas sacadas de
esos libros de mierda que trajeron los rusos y los polacos para llenarle la cabeza a gente
inocente… ¿Cuando escuchaste a un chileno de las estancias quejarse?, y mirá lo que
pasó, se volvieron unas porquerías de persona, atentando contra la gente decente y las
buenas familias…
María: A los que yo conocí eran buenos hombres, gente de trabajo…
Sargento: Buenos hombres que te cogiste bien cogidos por unos cuantos morlacos.
María: No es eso…
Sargento: ¿Y qué es?... ¿O me vas a decir que estabas enamorada?... A ese chileno que
tanto defendés y que bien muerto está, ¿querés santificarlo porque te regaló un vestido
de segunda categoría? ¿Qué creías? ¿qué te iba a convertir en una señora?... ¿Estabas
enamorada?... Tus propias compañeras me dijeron que las putas no tienen lugar para el
amor…
María: Para el amor no, pero si para el cariño… Ellos venían a buscar un poco de
ternura… No le habían hecho mal a nadie. Si cuando recibieron el aumento del
convenio estaban felices porque creían que iban a tener una mejor vida, estaban
esperanzados… Nunca mataron a nadie…
Sargento: ¿Vos sabés lo que es la ley de residencia? ¿Vos entendés que el juez o el
gobernador te pueden poner arriba de un barco, para que en la bodega te lleven a
cualquier parte bien lejos… Y que creés que van a hacer los marineros con una puta
deportada por anarquista y revoltosa?… Preferís eso a darle un poco de cariño a quienes
vinieron a terminar con esos rojos. Acá en la Patagonia, las cosas van a seguir estando
como siempre fueron. Está en tus manos arrepentirte y evitar ir a la cárcel o a ser echada
del país, pero tenés la obligación como buena puta que sos a darle tus servicios a
nuestros héroes…
María: Yo no me acuesto con asesinos… Menos con asesinos de gente buena, que yo
conocí y que me quería.

(El Policía le pega con una fusta, María cae al piso)

Policía: Nosotros te vamos a enseñar a ser una puta como Dios manda, una puta leal a
su nación… (utiliza la fusta como si fuera un objeto de ahorque. María queda tirada
llorando, el Sargento la abandona en el piso)
Sargento: (Apoyando la suela de su bota sobre la cadera de ella) Así terminan las
valientes conmigo…. Vas a tener que lamerme las botas…
(El Sargento estácolocándose la gorra y adecentándose el uniforme María
aprovechando la distracción se arrastra por el piso y sale corriendo, el Sargento la
corre gritando)
Sargento: Vení para acá… Adónde vas? Vení para acá te digo…. (Sale)

ESCENA X

(El Coronel continúa declarando ante una comisión investigadora en un espacio


indefinido. Habla hacia el frente)
Coronel: ¿Acaso no firmé un convenio bueno que reconoció los pedidos de los peones
y enrostré a los patrones su avaricia? Pero claro los estancieros, a mi retiro a Buenos
Aires, no cumplieron el convenio, se entiende y se justifica porque estancieros de otras
provincias o de Chile se quejaban de que todos los peones iban a querer mudarse a
Santa Cruz por las buenas condiciones firmadas. Pero Estos señores anarquistas que le
llenaron la cabeza a los peones no quisieron esperar que pudiéramos volver a
reflexionar juntos para buscar solución, creo que hubiéramos podido sentarnos como
cuando firmó conmigo Facón Grande… Él era un hombre correcto, pero no tuve más
remedio que fusilarlo, los elementos rojos le habían carcomido la cabeza y apareció esa
palabra que odio, huelga general, alguno dijo: “Llamemos al coronel”, claro que no,
prefirieron el autogobierno de la huelga general… la misma palabrita apareció en la
semana trágica de 1919, esa palabra empuja a un hombre de honor a emprender las
peores barbaridades con tal de volver al orden, hablar de huelga general disuelve la
nacionalidad y es una terminología que cualquier demócrata debe aborrecer. El
embajador británico dijo que había un buque inglés en Malvinas y que si no resolvíamos
nosotros, iban a resolver ellos en nuestro suelo. Y eso sí que no puede tolerarse,
¿Masacre dicen? Ustedes me hablan de masacre señores, lo mismo dijeron del general
Roca, ¿qué son unos cuantos indios muertos antes que permitir que los chilenos se
quedarán con un pedazo de nuestro país?. La pregunta es:¿qué pueden valer unos
cuantos chilenos y algunos anarquista muertos ante un futuro de desorden perpetuo
como pretendían?. Se hizo a través de la forma más noble de la ejecución: fusilados. El
fusilamiento permite que el ejecutado pueda ver a las nobles armas de la patria de
frente, enviando sus pecaminosas almas hacia la otra vida. ¿Qué les hacía cavar sus
propias tumbas? ¿Qué eso no es honorable?. Eran trabajadores de la tierra, nadie sabía
clavar la pala en esa tierra dura como esa gente.. Fuimos a Santa Cruz a hacer lo que
debía ser hecho.

ESCENA XI

(Prostíbulo. Amalia y Consuelo, miran por una ventana. Maud y Ángela están
expectantes)
Amalia: Sí, son los soldados que van hacia alguna estancia… Parecen perros de caza,
sedientos de sangre…
Consuelo: Y los estancieros van con ellos, armados con escopetas y con sus capataces
armados a la par de ellos…
Ángela: Pero el coronel ése que firmó el convenio, no va a permitir que sigan con esto.
Maud: No seas tonta Ángela, él no está haciendo nada para impedir lo que está
pasando, el nuevo gobernador lo permite y no hay juez que se lo impida…
Amalia: Será verdad lo que dicen? Qué ya en varios lados fusilaron gente?
Ángela: No podemos guiarnos de todos los chismes que llegan al prostíbulo… A lo
sumo los echarán a la calle a los peones, cómo los van a fusilar?... Si enseguida van a
conseguir nuevos peones de reemplazo, a ustedes les parece que es posible que la
muerte ande rondando los campos? Fusilando sin juez que les haga un juicio?… Si esta
nueva huelga empezó porque los estancieros no cumplieron el convenio…
Maud: Los estancieros son capaces de todo… De no cumplir con lo firmado y de
fusilarlos a todos con tal que no se les atrase la esquila…
Amalia: Sí, pero los soldados no…
Maud: Y para qué van a ir los estancieros y sus capataces armados hasta los dientes,
sino es para salir a cazar peones como si fueran animales?
Amalia: Pero el ejército no se va a prestar a eso…
Maud: El ejército cumple órdenes…
Consuelo: ¿Pero y el coronel? ¿Y el convenio que los peones festejaban?
Maud: El coronel no sé donde está… ¿Ustedes le conocen la cara? ¿Qué saben si él en
persona no iba al frente de esas tropas?…
Ángela: ¿Pero cómo va a cambiar tanto un hombre en apenas unos meses? Si todos
dicen que fue muy justo antes, ¿porqué ahora va convertirse en un asesino despiadado?
Maud: Porque no deja de ser un soldado, y cumple órdenes. Y acá en la Patagonia los
verdaderos dueños, los que dan las órdenes son los estancieros que tienen millones de
ovejas… No te olvides que yo viví con ellos, estuve en las fiestas que organizaban, y en
ellas estaban la policía, el ejército y la iglesia besándole los pies… La Sociedad Rural
manda más que el propio presidente acá, yo escuchaba como hablaban de los políticos,
como si fueran sus sirvientes…
Amalia: Todas sabemos que es mentira eso que andan diciendo, que los peones roban
estancias, secuestran y matan estancieros… Los conocemos y son personas mansas… Si
alguien le dijera eso al coronel, él volvería a actuar de manera justa como lo hizo
antes…
Maud: Las cosas se pusieron de una manera que temo lo peor. Los rumores de
fusilamientos en toda la provincia son muchos…
Consuelo: Ojala te equivoques, y le pido a Dios que a todos los que conocemos no les
pase nada…
Ángela: Yo vuelvo a decirles, confiemos en el coronel, un hombre no puede cambiar
tanto en tan poco tiempo…

ESCENA XII

(Ingresan el Historiador y la Reportera caminando entre las mujeres del prostíbulo que
quedan como suspendidas. A medida que el Historiador va hablando, las mujeres se
van yendo en una actitud inanimada)

Historiador: Ángela no se equivocaba, el teniente coronel Varela no había cambiado.


Lo que habían cambiado eran las circunstancias.
Después de esto vino la masacre, el Ejercito iba ocupando una a una las estancias y en
cada una de ellas se fusilaba sin juicio. Varela, transformado en señor de la vida y de la
muerte, levantaba sus cuatro dedos frente a la cara de los peones indicando cuatro tiros
como juicio sumarísimo. Y así, confiando en la palabra de Varela, desarmados, fueron a
parlamentar y a morir los principales dirigentes que habían firmado el convenio con él.
A su lado, los estancieros y sus capataces iban señalando los trabajadores
imprescindibles para no detener la producción de las estancias que erán eximidos de
morir a bala, mientras se iban acumulando los cuerpos de los peones muertos. El
resultado fue 1500 obreros muertos muchos de ellos enterrados en las fosas que fueron
obligados a cavar a punta de fusil.
Reportera: Y en esta historia como ingresa la historia de las mujeres del próstibulo?
Historiador: Para los jefes militares de aquella carnicería resultaba inadmisible que,
mientras toda la sociedad bien pensante callaba, pudiera existir ética adentro de un
prostíbulo…
ESCENA XIII

(Sala de interrogatorio. El Agente ingresa a los empujones a Ángela, la tira al piso)

Agente: Vamos hablá… ¿Cuál fue la que le metió esas ideas raras a ustedes?... ¿Cuál de
todas?... ¿Fue la inglesa o la española?
Ángela: Fuimos todas… Lo decidimos entre todas
Agente: (Le da un cachetazo) Yo te voy a dar, lo decidimos entre todas… Vamos,
hablá…
(Entra el Sargento)
Sargento: Pará, ¿qué querés?, ¿matarla?... No podemos mandarla ante el Juez toda
magullada… (A Ángela) ¿Qué es lo que quieren? ¿Porque no declaran? ¿Porque no se
arrepienten, están un rato con los soldados y terminamos con este martirio?…
Ángela: Porque no me acuesto con asesinos…
Sargento: Éstos son tus datos?.... (Lee una hoja)… Ángela Fortunato, 31 años, casada,
de profesión modista, pupila del prostíbulo “La catalana”, es correcto?
Ángela: Sí, señor
Sargento: Y cómo una modista casada termina de puta?...
Ángela: Cuestiones de la vida….
Sargento: ¿Y cómo hacés con tu marido? Te revolcás con cualquiera y después vas con
él, pero no querés estar con jóvenes rubios y bonitos…
Ángela: Ya le dije que con asesinos no
Agente: Te voy a sacar esa palabra de la boca, carajo, puta de mierda…
Sargento: Te doy la última oportunidad, fírmame acá que te arrepentís, que volvés a La
Catalana y atendés a los muchachos y terminamos con todo esto o vuelvo a dejarte con
él a solas
Ángela: No me arrepiento de nada…
Sargento: No te hagas estropear al pedo
Ángela: Haga lo que tenga que hacer…
(El Agente la agarra de los pelos)
Ángela: (Al Sargento) No me deje con él… No me deje con él…
Sargento: Anda interrogando a los músicos cagones esos que están declarando todo sin
que todavía les hayamos preguntado, que a esta la arreglo yo
Agente: Lo que usted diga mi Sargento (Sale)
Sargento: (Falsamente dulce y compasivo) Así que primero me dijiste que haga lo que
tenga que hacer, linda?… Y después te querés quedar conmigo? (le acaricia el pelo)
Qué pensás? Que yo soy más bueno? O que te voy a pegar más despacio? (le pega un
cachetazo)
Ángela: Hijo de puta!!! Mal parido!!! (Le pega varios cachetazos al Sargento, éste, la
toma del cuello muy agresivamente y la saca fuera de escena gritando)
Sargento: Te voy a dar malparido!!! Te voy a meter abajo del agua helada , vas a ver
como se te van esos aires hija de puta!!!! Vas a gritar como una marrana!!! (Salen)
(La luz disminuye)

ESCENA XIV

(Coordinamente con la salida del Sargento, Historiador y Reportera ingresan a la sala


de interrogatorio)
Historiador: Los militares no podían entender que pudiera existir ética adentro de un
prostíbulo…
Reportera: Terminada la huelga, los salarios descendieron a valores inferiores a los que
había antes del primer convenio, y las condiciones de trabajo e higienes fueron más
descuidadas aún… Y los vecinos y comerciantes de las ciudades veían como traían a
rebencazos limpios a los peones detenidos, y se los sometía a tratos inhumanos a la vista
de todos…
Historiador: Sí, y la inmensa mayoría guardó silencio, como iban a esperar que
justamente la única voz que se alzara frente a la soberbia de los vencedores fuera la de
las putas y saliera desde un prostíbulpo…
Reportera: Puta suena muy fuerte como término, más saliendo de la boca de un
investigador…
Historiador: No es desde un juicio moral que lo digo, sino que retrata una realidad
objetiva, que radica en que lugar ocupaba esa profesión en la vida social, y ocupa
actualmente, pero en esa época con mayor profundidad, eran el descarte de la
sociedad-Reportera: Y como juzga el silencio de los demás…
Historiador: Es difícil juzgar una situación a casi un siglo de distancia y máxime con lo
que ocurrió en la Argentina con la última dictadura militar… Las madres enterraban a
sus hijos o los buscaban en medio de un silencio general. Se había invertido el ciclo de
la vida... Pareciera que en materia de horror estuviéramos inmunizados, y la masacre
ocurrida en los años 70 termina consiguiendo naturalizar la violencia política. Fue un
momento donde el mundo pareció volverse loco...
Los genocidas argentinos lograron construir un infierno peor que el que imaginó Dante
en su Divina Comedia. En el infierno del Dante no habrás de encontrar ni un solo niños,
mientras que por los sótanos de la Escuela de Mecánica de la Armada pasaron más de
quinientos bebes…
(La Reportera guarda silencio y baja la cabeza conmovida)

ESCENA XV

(Prostíbulo. Están Maud, Amalia, Consuelo y María, en señal de congoja. Ingresa doña
Paulina)
Paulina: Vamos chicas, ¿qué pasa? A prepararse para trabajar
Maud: ¿A usted no le pasa nada doña Paulina?
Paulina: ¿Porqué tenía que pasarme algo?.
Amalia: Mataron a sangre fría a muchas personas que conocíamos…
Paulina: El que juega con fuego, al final se quema…
María: No diga así doña Paulina, usted sabe que siempre la respeté, pero son unos
asesinos… Usted misma se puso contenta cuando él me había regalado aquel vestido
rojo, dígame que es lo que hizo de malo en su vida para estar enterrado sin cruz que lo
recuerde.
Paulina: No es problema nuestro, acá estamos para otra cosa que para estar discutiendo
de cuestiones políticas que nosotros no podemos resolver…
Consuelo: Mire que con que cara, con que ganas, vamos a recibir clientes… Nunca me
imaginé que pudiera pasar una cosa así…
Paulina: Nadie se lo imaginó… sin embargo hay que seguir viviendo, y nosotras
comemos de lo que pagan los clientes y de lo que gastan en el prostíbulo, así que a
empolvarse las mejillas, lavarse bien ahí abajo, a perfumarse el sobaco, y a sonreír… Lo
único que falta es que los clientes vengan a encontrar mujeres lloriqueando…
Maud: Pero no es así doña Paulina…
Paulina: ¿Qué no es así? (La empuja) ¿Querés morirte con los fusilados? (Amalia se
interpone entre ellas) Allá vos, pero el prostíbulo va a abrir las puertas como todos los
días.
Maud: No se trata de morirse, pero una tiene derecho a compartir el dolor por lo que
pasó, o usted no se había encariñado con más de uno de los que nos frecuentaban…
Amalia: Vamos a trabajar doña Paulina, pero no nos pida que estemos saltando en una
pata porque no lo va a conseguir.
Paulina: Llamo a los músicos a que toquen así cambiamos un poco el clima de velorio?
María: No hay música que pueda tapar tanta sangre doña Paulina…
(Paulina sale enojada. Quedan unos segundos en silencio. Ingresa la Muerte)
Consuelo: Va a pasar mucho tiempo para que semejantes crímenes vayan a ser
olvidados.

ESCENA XVI

(El Coronel está hablando con el sargento y el Agente, hay una clara calidad de
distinción en él por sobre ellos)
Coronel: ¿Acaso no estaban los músicos de testigos de lo ocurrido o también fueron
parte agresora?
Sargento: No, yo hablé con Doña Paulina para ver que había pasado, ella intentó
defender a sus pupilas, pero no pudo negar que habían cometido una falta enorme.
Estaba muy enojada por el dinero que tuvo que devolver por los servicios que no
dieron. Dice que fueron todas a la vez. Con los músicos habló el Agente..
(El Sargento hace una seña al Agente para que hable y el Agente parece tener miedo de
expresarse)
Sargento: Agente, ponga en conocimiento del Coronel…
(El Agente busca unos papeles arrugados)
Coronel: A usted le parece Agente que así se lleva adelante un interrogatorio, ¡qué son
esos papeles todos arrugados?
Agente: Lo que pasa que no tenía donde anotar y agarré un pedazo de…
Coronel: (con mucha autoridad) Firme Agente, y usted sargento también, a ver si se
emprolijan un poco esos uniformes que están hablando con un superior, mire la mugre
de esos uniformes, y cuando se van le piden al cabo del regimiento un pan de jabón
blanco y los lavan y aprovechan y se lavan ustedes y se sacan ese olor a verija de
encima… Y ahora usted Agente dígame que fue lo hablado con los músicos…
Agente: Dijeron que ellos no tuvieron nada que ver con lo que ellas hicieron, que
quisieron convencer a las putas…
Coronel: (interrumpiendo) Cuide los modos agente, está brindando testimonio ante el
sagrado uniforme de la Patria…
Agente: Perdón, dijeron que las pupilas se negaron por más consejo que ellos quisieron
darles. Los músicos insisten en que se volvieron locas todas juntas y que ellas eran de
muy baja credibilidad por su profesión, y me remarcaron que en cambio ellos siempre
han tocado gratis en las fiestas patrias y cada vez que la parroquia los necesita, y que
siempre que e Ejército los precise ellos estarán más que dispuestos y preparados para
tocar el himno o lo que sea que el Coronel les pida, y si necesitaran ensayar algo que ya
mismo se ponían a hacerlo, señor…
Coronel: Flor de chupamedias resultaron esos músicos… pero puede ser posible que
esas mujeres se burlan de todo el mundo, que no hay hombres como Dios manda en
estas tierras perdidas de la mano de Dios…
Sargento: Es que estas mujeres son terriblemente valientes y más cuando están todas
juntas, y muy inteligentes…
Coronel: Inteligentes y valientes esas mujerzuelas, hágame el favor Sargento… Ustedes
sabrán hacer lo que hay que hacer con ellas para que hablen. No quiero excusas ni
ninguna declaración en contra. ¿Acaso esas mujeres no sienten el temor que todos
guardan ante un uniforme? Hasta ustedes no pueden dejar de tener miedo ante mi
presencia, ¿es por mí? Claro que no, entre los dos podrían golpearme hasta matarme,
pero la majestad del uniforme los convierte a ustedes en dos conejos asustados…
Sargento: No es miedo, señor… es respeto.
Coronel: Así que a hacerse encima le llamamos respeto ahora… Sargento, presionen a
esas mujeres, no las dejen dormir,de día y de noche, todo el tiempo que les duela cada
pregunta… No voy a sacar las tropas de San Julián hasta que los muchachos sean
recibidos entre las sábanas… Necesito que los muchachos recuperen el orgullo
pisoteado. Les advierto que si ustedes no logran que ellas abran las piernas y me traen el
nombre de la culpable, todo mi enojo va a ir en contra de ustedes, porque nada me
cuesta llevarlos ante una corte marcial a los dos…
Sargento: Pero señor…
Agente: Es muy injusto señor…
Coronel: Pero que señor ni señor… (grita) Carrera march, alrededor mío, carrera march
dije, salto de rana, lagartija en el piso… Y ahora a paso vivo hasta la comisaría, a paso
vivo dije, Un dos, un dos, un dos…
(Sargento y Agente salen)
Coronel: (como si hablara ante la comisión investigadora) El mundo enloqueció en
Santa Cruz, mis oficiales empezaron a decirme que los soldados tenían pesadillas en la
noche y lloraban a escondidas durante el día, por haber fusilado, que eso era demasiado
para conscriptos jóvenes. No son chicos, son hombres que sirvieron fielmente a la
Nación… Son héroes señores y ¿que hay más edificante para un guerrero que regalarles
un nuevo campo de batalla?; el cuerpo de una mujer donde descargar las lagrimas y
despejar esas memorias. Ahora resulta que estas mujeres que siempre sirvieron para
divertimento en los francos de los cuarteles se volvieron librepensadoras y todas juntas.
La anarquía es como un virus, lo trajeron los rusos y los gallegos a la huelga de los
hoteles, de ahí prendió en los chilenos de las estancias y después contagió a las putas
convertidas en revoltosas que traicionan a la Patria burlándose del uniforme-
(Como si hablara a la tropa) Señores, el prostíbulo se convirtió en un objetivo militar y
mientras no se consiga la rendición incondicional de esas mujeres no habremos
terminado con nuestra misión, es la batalla que la Patria nos demanda.
La bandera de San Martín va a flameas sobre el prostíbulo…
(Como si hablara a la comisión investigadora) Y ahora me van a disculpar, pero es la
hora de las novenas, cumplida mi obligación terrenal. Necesito mi rosario personal e
íntimo, Acaso no perdoné a los menores de catorce sin que nadie me obligue

ESCENA XVII

(Sala de interrogatorio, el Agente acomoda las cosas como para proceder a un nuevo
interrogatorio)
(El Sargento ingresa trayendo casi a la rastra a una muy golpeada y debilitada
Amalia)
Sargento: Sentate…
(El Agente mientras pregunta, tipea en la máquina de escribir)
Agente: ¿Nombre y apellido?
Amalia: (casi susurrando) Amalia Rodríguez
Agente: Más fuerte mierda!!!
Amalia: Amalia Rodriguez
Agente: ¿Cuántos años?
Amalia: Veintiséis.
Agente: ¿Sos argentina?
Amalia: Sí…
Agente: Pupila del prostíbulo “La Catalana”… Mirá ya estoy cansado siempre de las
mismas respuestas… ¿Vas a colaborar con nosotros o no?
Amalia: ¿En qué?
Agente: Con lo que te preguntemos…
Amalia: Estoy respondiendo todas sus preguntas…
Agente: ¿De quién fue la idea de no atender a los soldados?
Amalia: De todas…
Agente: Así que ahora todas las putas piensan lo mismo y a la vez
Amalia: Fue por lo sucedido en las estancias…
(El Sargento le tira de los pelos y la golpea)
Sargento: Más respeto con la autoridad. No entendés que sos una puta de mierda…
Agente: Te vuelvo a preguntar, ¿porqué no atendieron a los soldados? ¿Quién fue que le
dijo a doña Paulina que declaraban huelga de conchas?
Amalia: Ya le dije que todas…
Agente: Mirá, no voy a perder el tiempo con vos. Te lo pregunto una sola vez, ¿te vas a
arrepentir y vas a darle tus servicios a los soldados, sí o no?
Amalia: No me acuesto con asesinos…
Agente: Todas con el mismo libreto estudiado…
Amalia: No es un libreto, siento asco de acostarme con esos mierda…
Agente: Así que al ejército lo llamás mierda y te da asco?
(Amalia guarda silencio)
Agente: (Le pega) Contestá basura que te están hablando…
Sargento: Sabe una cosa agente, esta puta me gusta, me parece que estoy pensando que
con vos voy a hacer otra cosa… (Al Agente) Agente, vaya nomás que acá damos por
terminado los interrogatorios… Vaya, vaya que se le enfría el mate cocido.
Agente: Sí, mi sargento… (recogiendo las hojas que escribió y las cosas que usaban en
el escritorio, sale)
Sargento: ¿Vos sos la nueva, no? ¿ Cómo me gustaría sentirla entre mis brazos?
(Amalia se resiste)
Sargento: Ahora sí mamita, vení, dame eso que no le negabas a los chilotes… Yo te
voy a enseñar lo que es un hombre de uniforme en la intimidad
(Se acerca para besarla)
Amalia: Salí… Vos me das tanto asco como esos asesinos…
(El Sargento la sujeta, la empuja contra la mesa y se desabrocha el pantalón con la
clara intención de violarla)
Policía 2: Vení que vas a conocer a un hombre de verdad…
Amalia: Me das asco (lo escupe en la cara)
Policía 2: (Limpiándose el escupitajo, la escupe en el rostro y la cachetea) Guacha, yo
te voy a enseñar a escupir (Se le arroja encima bajándose los pantalones y comienza a
violarla, mientras la luz va descendiendo hasta el apagón)

ESCENA XVIII

(Se enciende la luz, en el centro de la escena estáparadola Reportera, que habla a


manera de estar concluyendo el programa de TV)

Reportera: La masacre que Varela había llevado adelante había sido ejecutada por
muchachos jóvenes, que ahora andaban necesitados de esparcimiento, de mujeres y de
sexo.
Nada como una vagina femenina, pensó el coronel, para borrar de las conciencias de
aquellos soldados las caras de aquellos rusos, polacos o alemanes distorsionados por el
dolor de la balacera.
Ahora las tropas estaban en los puertos listas para embarcarse hacia Buenos Aires y
Varela otorgó su permiso para que fueran a descargarse en los prostíbulos para aflojar
tensiones acumuladas entre tanto macho.
Pero como buen militar, ordenó que se planeara la visita a los prostíbulos, en tandas,
explicándoles como se hace uso de una prostituta, como evitar agarrarse una gonorrea o
un chancro.
Había llegado el reposo del guerrero, y una de las casas de tolerancia que fue reservada
por el Ejército para sus hombres fue “La Catalana”, donde Paulina Rovira arregló un
encuentro de aquellos valientes con sus chicas. (Ingresan las mujeres del prostíbulo)
Las tropas vencedoras desfilaban sin oposición alguna, nadie presentaba resistencia,
pero la historia siempre depara sorpresas.

ESCENA XIX

(Prostíbulo. Las mujeres están distribuidas como en reunión. Se escuchan los gritos
desde el exterior de Paulina: “Están locas… Locas están…”)

Ángela: Ahí viene Paulina, mantengamos lo que acordamos por más que grite
Paulina: Pero ustedes están locas, ¿qué bicho les picó ahora?
Consuelo: Todas decidimos que no vamos a atender a esos soldados, si no está de
acuerdo, acuéstese usted con ellos…
Paulina: Pero yo ya arreglé con el comandante del regimiento que iban a venir por
tandas… Ustedes saben el dineral que me van a hacer perder…
Maud: No vamos a acostarnos con esos asesinos. Es mejor que no vengan…
Paulina: Sí m’hijita, ¿y quién me paga todo lo que pierdo?
Amalia: Se lo repondremos más adelante, soy capaz de acostarme con más hombres
cualquier día, pero no me pida que comparta una cama con esos animales.
Paulina: Pero si son muchachos del Colegio Militar… Nunca tuvimos gente de tan
buenas familias frecuentando esta casa…
María: Son unos carniceros… No dudaron en matar a gente inocente…
Paulina: No me obliguen a hacer lo que no tengo ganas…
Ángela: Se lo estamos diciendo todas, haga lo que tenga que hacer doña Paulina, pero a
esos hombres no los queremos acá…
Paulina: Muy bien, tengo la obligación de salir a avisarle al oficial a cargo que ustedes
se niegan, pero si los soldados quieren venir igual, yo no lo voy a impedir, aténganse a
las consecuencias…
(Paulina sale)
(Las mujeres quedan en silencio)
Ángela: Habremos hecho bien?
Maud: Claro, de sólo pensar en la cara de esos pobres peones, frente a estos asesinos
que les hacían cavar su propia tumba.
Consuelo: No puedo dejar de pensar en ese coronel, dicen que levantaba los cuatro
dedos, así… (levanta la mano mostrando cuatro dedos) y eso era la sentencia de que te
fusilaran de cuatro tiros, sin que nadie te rece un Padrenuestro…
María: Claro que hicimos bien, que se vayan con las señoritas de su clase, que vayan
con las niñas bien de las buenas familias, para que nos quieren a nosotras… Acaso no
nos miraban con vergüenza, como si fuéramos basura…
Amalia: Si no le hacen caso al aviso de doña Paulina, no debemos dejar que ni siquiera
pisen adentro del prostíbulo…
Maud: Alguna que se fije si viene alguien.
Consuelo: (Se asoma) Ahí vienen los soldados riéndose… Como si tomaran en broma
lo que dijimos… (Desde fuera de escena se escuchan risotadas masculinas)
Amalia: Estos pendejos confunden ser puta con ser boluda…
María: Acá no van a entrar (va y busca un palo)
(Todas corren a tomar escobas y lampazos)
Todas: (Cargando con furia contra uno de los laterales) Asesinos!!… Porquerías!!…
Cabrones malparidos!!!… Con asesinos no nos acostamos!!… Váyanse basura!!…
Asesinos!!!… Seremos muy putas pero con asesinos no nos acostamos nosotras!!!…
(Desde fuera de escena llegan insultos y gritos para que abran la puerta. Ruidos de
patadas a la puerta)
(Las mujeres todas juntas juntando sus cuepos y poniendo por delante escobas y palos
salen por uno de los laterales, grirando que no van a entrar, el griterío desde fuera
continúa mezclándose con los gritos cada vez más exacerbados de las mujeres del
prostíbulo, mientras las luces van disminuyendo hasta el apagón)

ESCENA XX

(Sobre un costado del escenario aparece el Coronel con una copa en la mano, se
escuchan palabras en OFF que invitan a brindar en su homenaje. Aparece un coro
cantando “Forhe’s a jollygoodfellow)
(El coronel espantado escucha ese himno, mira al publico sin entender que sucede.
Apagón)

ESCENA XXI

(Cuando se ilumina la escena, ingresa el Historiador)


Historiador: De aquellas meretrices del prostíbulo “La Catalana”, las putas de San
Julián que hoy rescatamos del olvido, aquel 17 de febrero de 1922, se sabe poco más
que lo contado.
Por aquel acto de dignidad fueron encerradas en un calabozo bien chico, les tiraban
baldes de agua fría cada dos horas y más tarde fueron enviadas a las prisiones de
Viedma y Ushuaia. Les quitaron sus libretas sanitarias y nunca pudieron volver a San
Julián y los pasillos del silencio se devoró sus vidas y nada más se supo de ellas.
Salvo Maud Foster, aquella muchacha inglesa que había sido institutriz, quien volvió a
San Julián y fue la responsable y administradora del prostíbulo La Catalana, la
“madama” como se decía.

(A partir de aquí van ingresando la Reportera, cada una de las mujeres del prostíbulo,
el Agente y el Sargento y se posicionan detrás de la Historiadora)

En esta historia que durante años fue un tabú, porque implicaba directamente a las más
altas instituciones del país,, en medio de tanta ignominia, latrocinio y crímenes
irreparables como fueron aquellos fusilamientos, aquellas mujeres de aquel prostíbulo
fueron las únicas, y lo recalco: las únicas dignas que se plantaron frente al ejército
vencedor en homenaje a tanto peón de la tierra fusilado…
El juicio de la historia guarda escondida una ironía… El teniente coronel Varela no tiene
ninguna calle que lo recuerde, ni placa donde ir a homenajear sus restos. En cambio en
el cementerio de San Julián, no hay un solo día en que una mano anónima no deposite
una flor en la tumba de Maud Foster.
Soy historiador y debo manejarme con hechos objetivos… Pero tal vez sea como dice la
persona que hizo salir del olvido esta historia: Osvaldo Bayer… El, muy convencido
afirma que siempre, sin excepción, el paso de los años hace que la Historia termine
dándole la razón a la ética.

(TELON FINAL)

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