Lingley Noel - Edgar Gayce Sobre La Reencarnación

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 196

EL QUE BUSCA HALLARA...

Así le sucede al alma cuando entra en un cuerpo para vivir una vida en
la Tierra. Los pensamientos de esa persona, y las acciones que son
consecuencia de tales pensamientos, son el alimento del que se nutre
esa alma.
Esos pensamientos y esas acciones han sido, a su vez, generados por
los pensamientos y las acciones anteriores; y así sucesivamente hasta
el nacimiento del alma.
Cuando un alma penetra en un cuerpo nuevo, se abre una puerta, que
le brindará la oportunidad de construir su destino.
Así pues la vida es una forma de desarrollo, una preparación para la
purificación del alma.
Todo el bien que se hace en cualquier vida permanece con el alma. Un
alma jamás podrá deshacer el bien que ha hecho. Más adelante
veremos cómo se puede contraponer todo esto a la ley de la causa y el
efecto mediante la aplicación de la Ley de la Gracia.
-Extraído de Edgar Cayce sobre la Reencarnación

EDGAR CAYCE
Sobre La Reencarnación

Por Noel Lingley


Bajo La Dirección De Hugh Lynn Cayce
1994
Editorial Mirach. S.L.
Villaviciosa de Odón. 28670 MADRID (España)

Título del original en inglés:


"Edgar Cayce On Reincarnation"
Autor: Noel Langley bajo la dirección de Hugh Lynn Cayce
Copyright © 1967 by The Association for Research and Enlightenment, Inc.
Esta edición ha sido publicada por contrato con:
Wamer Books, Inc., New York
©Mundial para todas las ediciones en lengua castellana: Editorial MIRACH, S.L.
Primera edición en castellano, 1994
Traducido por Sonia Dupuy ©de la traducción: Editorial MIRACH, S.L.
ISBN: 84-87476-49-X
Depósito legal: B-6599-1994
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de este libro puede ser
reproducida en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico,
incluyendo fotocopiadoras, cassettes, etc., sin permiso escrito de la editorial.
Impreso por Humanitas, S.L. - Centro Industrial Santiga
Talleres 8, Nave 17 - 08210 Barbera del Valles
Barcelona – ESPAÑA

CONTENIDO
Prólogo de Hugh Lynn Cayce ................................................. 7
1. "¿He Vivido Antes?" .............................................. 11
11. Si Hemos Vivido Antes, ¿Por que no nos Acordamos?.............. 29
III. El Subconsciente del Hombre es Inmortal .............. 37
IV. El Karma Físico y Emocional ................................. 45
V. El Miedo, Un Elemento del Karma Emocional ...... 71
VI. El Karma Vocacional .............................................. 79
VII. Lecturas de las Vidas para los Niños ...................... 85
VIII. El Hombre - Un Desconocido En la Tierra.......... 111
IX. El Propio Credo de Edgar Cayce .......................... 125
X. ¿Condena la Biblia la Teoría de la Reencarnación?......... 149
XI. ¿Por qué no Está la Reencarnación en la Biblia? 157
XII. Los Juicios de las Brujas de Salem: La "Ética Puritana" en la
Psique Americana.... 177
XIII. Las Repercusiones de la Búsqueda de Bridey Murphy..... 189
XlV. La Obra del Dr. Ian Stevenson .............................. 201
XV. La Ley de la Gracia ............................................... 207
XVI. El Karma Colectivo ............................................... 215
XVII. La Actitud Ante la Reencarnación en el Mundo Actual....... 223
XVIII. La Reencarnación en el Futuro ............................. 229
XIX. Conclusión ............................................................. 237
Apéndice ................................................................. 245

PROLOGO
¿Quién era Edgar Cayce?
De los seis libros publicados sobre Edgar Cayce se ha vendido más de
un millón de ejemplares. Asimismo, se han escrito más de diez libros
sobre determinadas facetas de su vida y sus facultades. Desde el 1900
hasta la actualidad, Edgar Cayce ha aparecido en docenas de revistas,
y en cientos de artículos de prensa. ¿Qué tenía de especial esa
persona?
Depende de cómo se mire. Un buen número de sus contemporáneos
conoció a Edgar Cayce "en estado de vigilia", y lo consideró un
excelente fotógrafo profesional. Otro grupo (fundamentalmente niños)
lo admiró por la amabilidad y el afecto de que dio muestras al trabajar
como profesor de catequesis.
Su propia familia vio en él a un padre y un marido maravilloso.
El Edgar Cayce "durmiente" era un personaje totalmente distinto, un
vidente conocido por miles de personas, gentes de todas las esferas,
que tenían motivos para estarle agradecidas. Pues, efectivamente;
muchos de ellos creían que él los había "salvado" o había "cambiado"
su vida cuando parecían estar perdidos. Él: Cayce "durmiente" fue un
profeta, que realizó numerosos diagnósticos clínicos, y dedicó su vida a
la difusión de la sabiduría contenida en la Biblia.
En Junio de 1954, la Universidad de Chicago consideró que tenía
méritos suficientes para la admisión de una tesis doctoral sobre su vida
y su obra. El autor de dicha tesis lo consideraba un "vidente religioso".
Ese mismo año, un tebeo infantil titulado House of Mystery (La Casa
del Misterio) le otorgó el llamativo título de "Hombre Más Misterioso de
América". Incluso de niño, cuando vivía en una granja cerca de
Hopkinsville, Kentucky, donde había nacido el 18 de Marzo de 1877,
Edgar Cayce mostró una capacidad de percepción que aparentemente
superaba lo que normalmente alcanzan los cinco sentidos. Cuando
tenía seis o siete años, dijo a sus padres que veía "visiones" y hablaba
con esas apariciones, que a veces eran parientes que acababan de
fallecer. Sus padres lo atribuían al exceso de imaginación de un niño
solitario, influido por el lenguaje teatral de las asambleas evangélicas
que tan populares eran entonces en esa región. Más adelante,
consiguió desarrollar una especie de memoria fotográfica, durmiendo
con la cabeza sobre los libros de texto, y ello le ayudó a avanzar
rápidamente en sus estudios en la escuela rural. Pero ese don iría
desapareciendo gradualmente y Edgar sólo pudo terminar séptimo, tras
lo cual hubo de buscar una colocación.
A los veintiún años ya trabajaba como vendedor en una empresa de
venta al por mayor de objetos de escritorio. Por entonces, empezó a
padecer una especie de parálisis progresiva de los músculos de la
garganta que hacía presagiar una pérdida de la voz. Como los médicos
no eran capaces de encontrar una causa física, probó la hipnosis, pero
este método no produjo unos resultados permanentes. Como último
recurso, Edgar pidió a un amigo que le ayudara a sumirse en un sueño
hipnótico parecido al que le había permitido memorizar los libros de
texto en su infancia. Su amigo lo sugestionó, y una vez que se halló
sumido en un trance autoinducido, pudo hacer frente a su problema.
Edgar recomendó la utilización de una serie de medicamentos y
masajes terapéuticos que consiguieron devolverle la voz y restituirle la
salud.
Un grupo de médicos de Hopkinsville y de Bowling Green, Kentucky,
sacaron partido de ese don único, que tenía Edgar Cayce, para realizar
diagnósticos a sus propios pacientes. y pronto descubrieron que Cayce
sólo necesitaba conocer el nombre y las señas del paciente,
dondequiera que estuviera, para poder "sintonizar" telepáticamente con
la mente y el cuerpo de ese individuo, cosa que hacía con la misma
facilidad que si ambos estuvieran en el mismo cuarto. No necesitaba
más información que ésa sobre los pacientes, y no se le daba ningún
otro dato.
Un joven médico, el doctor Wesley Ketchum, entregó un informe sobre
este procedimiento tan poco ortodoxo a la sociedad de investigaciones
médicas de Boston. El 9 de Octubre de 1910, The New York Times
sacó dos páginas con grandes titulares y fotografías. A partir de
entonces, gente de todo el país empezaron a acudir a este "hombre
maravillas" para exponerle sus problemas y recibir su ayuda.
Al morir Edgar Cayce, el3 de Enero de 1945, en Virginia Beach,
Virginia, dejó más de 14.000 documentos estenografiados que
contenían las declaraciones que gracias a su telepatía y clarividencia
había realizado para más de 6.000 personas a lo largo de cuarenta y
cinco años. Estos documentos se conocen con el nombre de
"Lecturas".
Las Lecturas constituyen uno de los testimonios más grandes e
impresionantes de la percepción psíquica de un único individuo. Junto
con los documentos, correspondencia, e informes relacionados, han
sido clasificadas con diferentes índices temáticos, y puestas a
disposición de psicólogos, estudiantes, escritores e investigadores que
siguen viniendo, en número cada vez mayor, a estudiarlas.
En 1932 se fundó la Asociación para la Investigación y la Ilustración
(Associationfor Research and Elightenment, A. R. E., Inc., P.o. Box
595, Virginia Beach, Virginia, 23451) para la conservación de las
Lecturas. Es una asociación abierta, dedicada a la investigación, que
continúa clasificando y catalogando datos, inicia investigaciones, pone
en marcha experimentos, y promueve conferencias y seminarios
didácticos. Hasta el momento, sus miembros han tenido acceso a sus
descubrimientos a través de su propia editorial.
Este es el primero de una serie de libros de divulgación sobre los
temas tratados en las Lecturas de Edgar Cayce.
Esta obra presenta una serie de datos procedentes de 2.500 Lecturas
realizadas por Edgar Cayce entre los años 1925 y 1944, cuyo tema son
los problemas psicológicos, no las dolencias físicas. Cuestiones como
los temores profundamente arraigados, los bloqueos mentales, los
dones y las vocaciones, los problemas matrimoniales, la educación de
los niños, etc., son examinados a la luz de lo que Edgar Cayce
denominó los "modelos kármicos", provenientes de vidas anteriores
que el alma individual ha pasado en la Tierra.
El karma, a su modo de ver, es la ley universal de la causa y el efecto
que proporciona al alma la oportunidad de crecer y evolucionar física,
mental, y espiritualmente. Cada alma (que Cayce llama "Entidad"), al
volver a entrar en el plano terrenal como ser humano, tiene acceso
subconscientemente a las características, facultades mentales y
aptitudes técnicas que ha ido acumulando en vidas anteriores. No
obstante, la "Entidad" debe también luchar contra las influencias
provenientes de una serie de vidas, en las cuales emociones negativas
como el odio, el temor, la crueldad y la avaricia han retrasado sus
avances.
Así pues la labor que la "Entidad" ha de realizar en la Tierra consiste en
valerse de sus sucesivos nacimientos para establecer un equilibrio
entre sus modelos kármicos positivos y negativos dominando los
influjos egoístas y fomentando los impulsos creativos. Una de las ideas
más sugestivas tiene que ver con las causas lógicas del sufrimiento
aparentemente "innecesario".
La finalidad de este libro es presentar algunas de las extrañas y
apasionantes historias procedentes del legado de Edgar Cayce,
utilizando para ello un lenguaje sencillo y directo, con el fin de extraer
una filosofía práctica que nos ayude en nuestro vivir cotidiano.
Hugh Lynn Cayce

CAPITULO UNO
"¿He Vivido Antes?"
En una calurosa tarde de mediados de agosto de 1923, Edgar Cayce
recibió uno de los sustos más grandes de su vida cuando despertó en
la habitación de un hotel de Dayton, Ohio, de un sueño hipnótico en el
que se había sumido deliberadamente.
Mientras escuchaba al estenógrafo leer la transcripción de sus
palabras, Cayce, el más ortodoxo y devoto de los protestantes, un
hombre que había leído la Biblia todos los años y ya. tenía cuarenta y
seis, fue dándose cuenta con creciente desconcierto de que había
afirmado categóricamente y enfáticamente que la ley de la
reencarnación, lejos de ser un mito a medias, era un hecho innegable.
Su primer temor fue que las fuerzas del mal se hubieran apoderado
repentinamente de sus facultades subconscientes, convirtiéndolo en su
instrumento sin tener él conciencia de ello.
Siempre había jurado que si sus poderes le traicionaban, no consentiría
en que volvieran a ser utilizados.
Entonces, cada vez más confuso, se sentó a escuchar la exposición
que Arthur Lammers, lleno de excitación, realizaba de sus palabras.
Lammers había solicitado esas sesiones y le había pagado a Edgar el
viaje desde Selma, Alabama.
Aunque Edgar realizaba diagnósticos y ayudaba a curar las
enfermedades de numerosos enfermos mediante sus "Lecturas
Físicas" desde hacía más de veinte años, jamás se le había pedido
anteriormente que entrara en el campo del ocultismo, un terreno
prohibido. Lammers, por otra parte, había estudiado a fondo los
fenómenos psíquicos y las religiones orientales. Aunque en esa época
sólo las señoras mayores se ocupaban de tales cosas en unas
sesiones que eran puro cuento, donde trataban de seguir la pista a su
perrito en un mañana canino.
La alegría de Lammers era equiparable a la consternación de Edgar.
Las preguntas que había lanzado al vidente en trance habían sido
respondidas categóricamente. Las dudas de Lammers habían quedado
totalmente disipadas. Y Edgar se hallaba en otra etapa de su camino
ascensional, quizás la más seria. Su primer impulso fue echar a correr.
Sólo el pensar que un individuo pudiera vivir en este planeta más de
una vida como ser humano le parecía algo sacrílego y contrario a las
enseñanzas de Cristo.
Era además una idea repulsiva, ilógica, derrotista, y macabra. Los
mejores de entre los cristianos encontraban ya bastante difícil
mantener una fe firme en la promesa hecha por Cristo a los que creen
en El de que había ido a preparar un sitio para ellos en la casa de Su
Padre. Pero, sacrilegio aparte, las extrañas palabras que habían salido
de su propia boca eran casi un galimatías para él.
A diferencia de Lammers, le habían enseñado a aceptar la Biblia
literalmente. Aceptaba los textos bíblicos palabra por palabra, y así los
había enseñado en la catequesis y había encontrado consuelo en ellos.
Así que era el vidente menos preparado que Lammers podía haber
escogido para viajar por esos mundos extraños e inexplorados.
¿Qué habría sucedido si Edgar le hubiera pedido disculpas y hubiera
cogido el tren de regreso a Alabama? Tal vez, esa reacción habría
tenido más trascendencia de lo que nos imaginamos.
Ciertamente, se habrían ido al traste cuestiones más importantes que
la no existencia de este libro, que ahora no estaría en tus manos.
Efectivamente, los psiquiatras no se habrían enzarzado en una
polémica sobre The Searchfor Bridey Murphy (La Búsqueda de Bridey
Murphy), como sucedió a mediados de los cincuenta, y por muy poco
concluyente que sea, o no sea, ese caso, lo cierto es que constituyó
otro hito en la peregrinación de Edgar hacia las verdades eternas.
Aunque Edgar Cayce había muerto hacía once años, al convertirse
Bridey en centro de atención, su filosofía se divulgó por unas regiones
en las que no era conocida anteriormente, y sus palabras pudieron
proporcionar una gran ayuda y consuelo a aquellos que estaban
pasando por pruebas dolorosas, a los que estaban solos, y a los que
habían abandonado sus religiones pero no hallaban consuelo en los
eriales del agnosticismo.

Únicamente cuando Edgar venció sus dudas, cosa que sucedió ese día
en Dayton, y permitió a Lammers que siguiera preguntando, vio la luz
del día un nuevo concepto de la reencarnación.
Ese concepto no representaba un desafío ni constituía una
impugnación de las enseñanzas de Cristo, sino que sentaba las bases
de una filosofía espiritual lo bastante poderosa como para resistir los
embates del escepticismo mundano del más agitado de los siglos.
Edgar Cayce tenía como regla el no tratar de convertir o convencer
lanzando arengas o "deslumbrando con conocimientos científicos".
Dejaba que el oyente emitiera juicios según le pareciera, y lo único que
se pretende con este libro es presentar una imagen lo más clara
posible de su teoría de la reencarnación.
Más de 2.500 personas acudieron a él para enterarse de cómo habían
sido sus vidas anteriores en este planeta. Lo primero que habría que
preguntarse lógicamente es: "¿Les benefició de algún modo?"
La respuesta es afirmativa en aquellos casos en que se estudiaron bien
"Las Lecturas" y se aplicaron los consejos contenidos en ellas.
Como era de esperar, una importante proporción de personas
indolentes, aunque preparadas para reconocer las verdades y las
oportunas advertencias contenidas en las Lecturas, no obstante las
dejaron olvidadas en la estantería y siguieron actuando del mismo
modo sin mostrar ningún arrepentimiento.
Ahora bien, la gran mayoría salió ganando en mayor o menor grado.
Algunos incluso transformaron su vida, que dejó de ser una experiencia
muy penosa y se llenó de sentido. Edgar enseñó que todas las
naturalezas humanas tienen una cosa en común:
Sólo desarrollan todo su potencial cuando su preocupación no es su yo
sino el ayudar a sus hermanos menos afortunados.
Así pues, lo más sencillo es empezar por estudiar dos de esas Lecturas
de las Vidas con todo detalle.
Una vez que hayamos analizado cómo se aplican las pasadas
experiencias a las empresas actuales de un individuo, estaremos en
condiciones de estudiar las implicaciones de la reencarnación a un
nivel más general. Aquí lógicamente habrá que incluir leyes inflexibles
a las que se somete la reencarnación, la presencia implícita de la
reencarnación en las religiones ortodoxas, y las razones por las cuales
ha sido rechazada por las civilizaciones occidentales.
EI 29 de agosto de 1927, Alice Greenwood pidió a Cayce una Lectura
de las Vidas para su hermano menor David, que había cumplido
catorce años hacía tres días. Aunque Alice ya había sido destinataria
de una Lectura de las Vidas, Cayce no conocía a su hermano
personalmente. La esposa de Edgar, Gertrude, normalmente dirigía
esas sesiones, pero esta vez los únicos asistentes eran el padre de
Edgar, Leslie, sustituyendo a Gertrude, Gladys Davis, la estenógrafa, y
Beth Graves, que había sido invitada a asistir.
Gladys Davis era la secretaria de Edgar, su fiel servidora hasta el
momento actual.
De David Greenwood sólo se sabía que era un buen estudiante, que
trabajaba como vendedor de periódicos para comprarse la ropa y los
libros de texto, y que le gustaba coleccionar sellos. Su hermana no
sabía nada más de su carácter.
Conviene dejar claro al llegar a este punto que Edgar nunca realizaba
una lectura si no se lo pedía el propio sujeto o la persona a cuyo cargo
estaba el sujeto. Una vez que Edgar se hallaba en trance hipnótico
auto inducido, sólo respondía cuando hablaba el que dirigía el
interrogatorio. Cuando no se seguía ese procedimiento, permanecía en
silencio, o pronunciaba una frase muy breve: "De momento hemos
acabado," después de lo cual se le sugestionaba para que volviera en
sí.
Si se infringían estas reglas, Edgar corría un grave peligro. Una vez
permaneció en estado catatónico durante tres días y en dos ocasiones
los médicos que lo atendían le dieron por muerto.
Para responder a la petición de Alice Greenwood, Edgar siguió el
procedimiento habitual consistente en recostarse en un sofá con las
manos cruzadas sobre el pecho y respirar profundamente.
Posteriormente sus párpados comenzaban a vibrar. Esa era la señal
para que el que dirigía la sesión le cerrara los ojos, y entrara en
contacto con su subconsciente sugestionándolo para que realizara la
Lectura de las Vidas.
En el caso que nos ocupa, se leyó la petición de ayuda para David
escrita por Alice. A menos que se quisiera que el citado procedimiento
sincronizara con el movimiento vibratorio de sus párpados, Edgar,
después del trance, se sumía en un sueño profundo del que nadie
podía despertarlo a menos que él mismo optara por ello.

DIRECTOR: "Vas a tener ante ti a la Entidad, David Roy Greewood,


nacido el 26 de Agosto de 1913, entre los condados de Perry y Hale,
ocho millas al norte de Greensboro, Alabama.
Indicarás la relación existente entre esa Entidad y las fuerzas
universales, mostrando las circunstancias o condiciones que pueden
estar latentes o manifestarse en la vida actual; asimismo indicarás sus
anteriores apariciones en el plano de la Tierra, señalando la época, el
lugar, y el nombre, y todo aquello que en cada una de las vidas
fomentó o retrasó el desarrollo de dicha Entidad, mostrando las
aptitudes que la Entidad posee en la actualidad, las que puede
alcanzar, y cómo puede lograrlo".
A continuación se produjo una pausa, durante la cual el subconsciente
de Edgar se puso en contacto con el subconsciente de David
Greenwood. (Si la lectura hubiera estado relacionada exclusivamente
con la salud física del sujeto, habría sido imprescindible que se le
hubiera comunicado la localización geográfica del muchacho en esos
momentos; del mismo modo que una estación de seguimiento debe
conocer la ubicación exacta del satélite antes de poder contactar con él
mediante el radar). Luego empezó a hablar en voz baja,
tranquilamente, sin manifestar ninguna emoción.
Lo primero que comentó fue que la mayoría de las características que
poseía el muchacho en esos momentos no eran unos rasgos firmes y
fácilmente reconocibles, sino más bien instintos ocultos. "Encontramos
indicios de que es fuerte físicamente, pero posee ciertas inclinaciones y
tendencias conducentes a posibles defectos físicos que se
manifestarían en la digestión.
Por lo tanto, hay que advertir a la Entidad para que no cometa excesos
que pudieran producir tensiones en su sistema digestivo”.
Por entonces, nada parecía indicar que el muchacho pudiera padecer
trastornos digestivos. Este fue un ejemplo excelente de precognición. A
continuación, empezó a alabar la amabilidad y simpatía del muchacho,
si bien dijo que convenía que aprendiera a reprimir su genio vivo antes
de que empezara a ser un problema.

Le advirtió que si no hacía uso de su fuerza de voluntad de un modo


responsable y se dejaba guiar por una religión, sus impulsos
continuarían obstaculizando la línea de acción que debía seguir en esta
vida.
Según los recuerdos inconscientes de vidas anteriores que el
muchacho conservaba, su oportunidad de alcanzar el éxito estribaba
en asociarse con hombres de negocios que comerciarán con "telas,
ropa, y cosas por el estilo. Esa sería la tendencia natural de la
Entidad ... pues dada su habilidad para hacer amigos, se observa un
giro hacia unos fmes muy nobles ... por lo tanto la formación que
necesita la Entidad en tales circunstancias debería empezar, lo más
pronto posible, a proporcionar las bases idóneas para tal desarrollo".
Luego empezó a describir la vida que el chico había vivido
inmediatamente antes de la actual.
Se desarrolló en Francia y abarcó los últimos años de Luis XIII y los
primeros años de Luis XIV. Edgar aludió a una rebelión en ciernes, y
muy bien podía tratarse de los alzamientos de las gentes contra la
Reina Madre y el Cardenal Mazarino que tuvieron lugar de forma
intermitente desde agosto de 1648 hasta su dominación por parte del
Príncipe de Conde en Julio de 1652.
En esos tiempos David se llamaba Neil, y ocupaba un cargo de
importancia en la corte del Rey. Era un árbitro de la moda que cuidaba
personalmente del guardarropa del Rey. Neil sirvió a su señor el rey
fielmente, y Edgar señaló que en esta vida recogería el fruto de los
servicios prestados anteriormente, sería como una especie de medalla
para premiar la buena conducta, que pasaría de un yo al otro.
¿ Qué otras características heredó?
"Se observa, en el momento actual, una exigencia en el vestir por lo
que a él se refiere, y la habilidad para describir el atuendo de un grupo
enorme de personas, si decide hacerlo".
Conviene señalar que la Lectura de vez en cuando contiene frases un
tanto pedantes, pero hay una buena razón para ello. La mente
subconsciente de Edgar Cayce parecía estar operando en el francés
coloquial del siglo diecisiete que posteriormente había de pasar al
idioma de su mente consciente, el inglés moderno.
El subconsciente no está formado por una materia tangible; sólo hay
pensamientos. Por tanto, todos los idiomas son un solo idioma. El
peligro de que pudiera producirse una mala interpretación sólo se
presentaba cuando Edgar hablaba en voz alta. Por tanto, su
preocupación permanente, una vez que había transferido las
"imágenes mentales" desde su subconsciente hasta el "teletipo" de su
mente consciente, era mantener el sentido original.
Esta cautela se fue haciendo más notoria conforme Cayce fue
retrocediendo en el tiempo, y hubo de enfrentarse no sólo con un
lenguaje obsoleto, sino con unos idiomas que le exigían mover los
músculos de la garganta y los labios de un modo imposible para él,
estando "despierto". Aquí la tarea que había de realizar no consistía
tanto en traducir de un idioma a otro como en parafrasear unos
símbolos ininteligibles pasándolos a su equivalente más próximo en
lenguaje moderno.
En pocas palabras, tenía que descifrar el código, algo semejante a lo
que han tenido que hacer los arqueólogos para transformar los
antiguos lenguajes de signos en idiomas gobernados por unas normas
gramaticales.
A continuación Edgar pasó a relatar una vida del muchacho que se
había desarrollado antes de su encarnación con el nombre de Neil. Esa
vida transcurrió en el istmo de Tesalónica, en las costas griegas que
dan al mar Egeo. Allí, en una ciudad llamada Salónica, vivió con el
nombre de Colval dedicándose al comercio.
Aunque no se dio la fecha exacta, esa época fue calificada de agitada,
por lo que suponemos que se derribaría una forma y gobierno y se
sustituiría por otra, lo que permitió a Colvan ostentar un poder que
empleó mal. Por tanto perdió algunas de las ventajas que de otro modo
seguiría teniendo en la actualidad.
Pero, no obstante, "en esta vida se dejan ver ciertas influencias en su
habilidad para encajar en cualquier puesto y llevarse bien con todos
sus socios". También se le dijo, y es verdad: "Sobre todo se deja ver a
partir de esa experiencia un amor a la familia, ya los que están muy
vinculados a la misma".
La vida inmediatamente posterior a ésta podría muy bien haber
coincidido con la invasión y conquista de Persia por Alejandro Magno.
Sea cual fuere la fuerza invasora, lo cierto es que consiguió dividir el
país. Por entonces el muchacho se llamaba Abiel y se aprovechó de
las oportunidades que le brindaron esos tiempos para llegar a ocupar el
puesto de médico de la corte. En esa situación también se vio afectado
por las intrigas y la corrupción, pero aunque volvió a abusar de su
autoridad, no obstante fue alabado por no ceder ante las amenazas y
persecuciones de los conquistadores.
Y se considera que su deseo innato de "estudiar compuestos
químicos ... sus ganas de llegar a ser médico" podrían deberse a lo
dicho anteriormente. Todo ello estaba muy bien; pero en lugar de
decirle que lo fomentara, se le aconsejó que diera más importancia a
su vida como comerciante en Grecia.
Dicho de otro modo, al muchacho se le advirtió que dej ara a un lado
sus ilusiones de llegar a ser un gran cirujano, pues no sólo no estaba
preparado para ello desde el punto de vista psicológico y económico,
sino que, además, sus inclinaciones por la intriga puestas de manifiesto
en la corte persa fomentarían nuevamente una serie de facetas de su
naturaleza que más valía que siguieran estando latentes.
A partir de ahí, Edgar retrocedió a tiempos tan antiguos que casi
limitaban con la prehistoria, concretamente a Egipto en el momento de
producirse una invasión por un pueblo extranjero.
Ahora era posible identificar la repetida presencia de una serie de
factores en la evolución de este alma. Tanto en Francia como en
Grecia disfrutó de los privilegios de la corte. Al haberse familiarizado en
Persia con las costumbres de la corte, pudo en Francia adaptar sus
instintos a su entorno. Al haber vivido dos veces en países invadidos
por otras culturas, la agitación y la intranquilidad que rodearon su
existencia hicieron que tuviera ideas muy claras sobre la psicología de
las masas.
En Egipto se llamó Isois, y una vez más se convirtió en alguien
sumamente valioso para sus conquistadores. Sus comienzos fueron
humildes, pero llegó a ser una autoridad, una especie de predicador
laico que se ganó la confianza de la gente corriente. A consecuencia de
ello, los sacerdotes de la nueva dinastía lo utilizaron como
intermediario e "intérprete oficial" del nuevo tipo de culto.
"Por lo tanto fue uno de los primeros de esa región en usar un tipo de
vestimenta, que lo distinguía de los demás".
El muchacho fue informado de que su ·vida en Egipto se volvió tan
hermosa por su preocupación por el bienestar de la gente corriente. Y
todavía hoy permanecen unas reliquias en las ruinas de Egipto que
conmemoran su santidad. Una vez muerto, fue venerado siendo
considerado como un santo o un dios menor.
"La Entidad salió ganando de esa experiencia, y su ganancia queda
reflejada hoy en día en su habilidad para tratar con las masas, y
también con las personas a nivel individual".
Egipto fue invadido muchas veces a lo largo de su prolongada historia,
pero la presencia de sacerdotes entre los conquistadores indica que
este período fue anterior a las épocas de las invasiones de babilonios y
etíopes, y se remonta a las primeras invasiones de los arios
procedentes del Norte.
Por todo ello habría de situarse aproximadamente en el 10.000 A.C.,
una época muy temprana para cualquier alma. A continuación Edgar
tropezó con el controvertido tema de la Atlántida, que la ciencia
rechaza de plano considerándolo como una leyenda y que Edgar
Cayce definió como tres inmensas masas de tierra que abarcaban lo
que hoy en día es el océano Atlántico, donde existía una civilización
mucho más adelantada que la nuestra con unos conocimientos sobre
energía nuclear que contribuyeron a su propia destrucción e
inundación. Grandes grupos de supervivientes llegaron hasta Centro
América y Sudamérica, y al norte de África. Y un grupo, que no llegó a
ser asimilado tan fácilmente debido a su aislamiento, sobrevivió. Se
trata del pueblo vasco que habita al oeste de los Pirineos entre España
y Francia.
La información sobre la Atlántida contenida en los archivos de Cayce
es lo bastante importante como para justificar la edición de un libro
sobre este tema, y necesariamente habremos de referimos a ello en los
siguientes capítulos de la presente obra, pero de momento sólo hemos
de decir que la civilización de la Atlántida abarcó un período de
200.000 años, y que el hundimiento de la última de sus islas tuvo lugar
en el 10.000 A.C.
"Anteriormente la Entidad había estado en las tierras de la Atlántida en
el momento de producirse las inundaciones y la destrucción de ese
territorio, (y) fue de ese modo destruido.
Entonces tenía el nombre de Amiaie-Oulieb". y una cuestión
sumamente importante es que había de heredar el trono; así que desde
el principio estuvo relacionado con la sangre azul. A pesar de que
murió ahogado, vivió lo suficiente para dejar cIar. que le faltaba la
disciplina y la dedicación propias de su condición. El "presente
(testimonio de esa reencarnación) consiste en su habilidad para
distinguir las telas, sobre todo las telas relacionadas con la
indumentaria".
Así pues, vemos que sólo en una de sus vidas no estuvo muy cerca de
la ropa fina y de los trajes de ceremonias. Aunque las vidas trazadas
por Edgar Cayce no son necesariamente las únicas apariciones del
muchacho en la Tierra (Efectivamente,. sus ciclos sugieren que podría
haber sido un miembro de esos grupos de almas tan tenaces que se
enorgullecen del gran número de veces que se han reencarnado, casi
como si se tratara de una especie de campeonato olímpico), esas vidas
eran las que más se relacionaban con los problemas que el muchacho
iba a tener en la vida que estaba iniciando. Todo ello quedó muy claro
en la síntesis final de los posibles talentos de David Greenwood,
realizada al final de la Lectura:
"En cuanto a las habilidades actuales de la Entidad, se ve que surgen
muchas circunstancias a las que la Entidad tendrá que hacer frente al
pasar por esta experiencia.
"En primer lugar, has de tener mucho cuidado con ciertas
circunstancias que podrían atraer fuerzas perjudiciales para el
bienestar físico a través del sistema digestivo. En ese canal, tienes que
seguir determinadas dietas alimenticias y aplicar correctamente las
normas alimenticias que es preciso seguir para alcanzar el bienestar
físico.
"En lo que respecta a la formación mental y corporal, la Entidad
necesita dedicarse a aquello que le ayudará a conocer mejor su
relación con la Energía Creativa, es decir, debe aprender las lecciones
espirituales provenientes del estudio de la experiencia del Maestro en
el plano de la Tierra como hijo del hombre.
"En el plano material, necesita dedicarse a la venta y a su capacidad
para hacer frente a las necesidades del hombre, lo cual entraría en el
marco de las relaciones comerciales.
"Debes mantenerte en forma a nivel físico, mental y espiritual, pues los
mayores beneficios nos son concedidos cuando servimos a alguien.
Escoge a aquel a quien vayas a servir; pues ningún hombre puede
servir a dos señores.
"Cumple la ley, tal como es conveniente para el hombre en su relación
con Dios. No te dejes manchar por el mundo. No se trata de prestar un
servicio para que te vean, se trata de servir desde el corazón a tu
Creador.
"De momento hemos acabado".
La Lectura fue debidamente mecanografiada y entregada a los padres
del muchacho, pero tuvo tan poco sentido para ellos que nunca se la
dieron al muchacho para que la leyera. Afortunadamente, su hermana
no se desanimaba tan fácilmente. Guardó la lectura en un lugar seguro,
y siete años más tarde apareció este caso nuevamente en los archivos,
concretamente, el 22 de Agosto de 1934.
Por entonces David Greenwood era el sostén de su madre y de su otra
hermana. Ganaba un salario modesto como jefe de difusión de un
pequeño periódico local, que le ofrecía pocas o ninguna posibilidad de
promoción. Su estado de ánimo reflejaba una gran frustración e
intranquilidad cuando Alice finalmente le mostró la Lectura y le sugirió
que aplicara los consejos contenidos en la misma para solucionar sus
problemas. Su reacción no fue mucho más entusiasta que la de sus
progenitores.
No sufría ningún trastorno digestivo; no le interesaba el mercado de los
productos textiles ni creía que tuviera ningún talento especial para ello;
la idea de la reencarnación le dejaba frío; y la posibilidad de que fuera
una especie de modisto frustrado le parecía algo totalmente ridículo.
Pero, sin embargo, admitía que cualquier cosa sería mejor que vivir el
resto de sus días en la penuria y oscuridad de esa oficina.
De todas formas, hasta el 1940 su hermana no consiguió convencerlo
para que hiciera uso de una carta de presentación dirigida a los dos
socios de una fábrica textil que desde hacía tres generaciones se
dedicaba exclusivamente a la confección de uniformes. Alice sabía que
los socios conocían la obra de Edgar Cayce y tenían una opinión muy
elevada de la misma. Y la Lectura de las Vidas de David les había
convencido de que estaba dotado para su negocio, así que sin más ni
más, le ofrecieron una oportunidad como viajante. Se dedicó
fundamentalmente a vender los uniformes de las bandas de los centros
de segunda enseñanza, pero también suministró uniformes a otras
agrupaciones de ciudadanos.
Al cabo de un año, David era capaz de prever las necesidades de sus
clientes e incorporó varios estados del Sur al área de su competencia,
dejando atrás a los demás vendedores de la compañía, aun cuando era
el vendedor más j oven y con menos experiencia.

En febrero de 1943, fue clasificado como no apto para servir en el


Ejército. La razón para ello fue su alergia a numerosos alimentos. Los
orígenes de dicho trastorno eran anteriores a la advertencia aparecida
en la Lectura de Cayce en el sentido de que podía tener problemas
digestivos si se los buscaba.
En esos tiempos la gasolina estaba racionada, los hoteles llenos hasta
los topes y los trenes atestados, todo ello puso fin a su floreciente
futuro como vendedor. Así que David se ofreció para trabajar en uno de
los mayores centros de incorporación al Ejército, donde se preparaba el
equipo de combate de unos mil quinientos oficiales por término medio.
En el mes de julio de ese mismo año fue ascendido pasando a trabajar
en la tienda de artículos de confección destinada a los jefes del
Ejército. Al terminar la guerra, volvió a su antigua empresa donde pasó
a encargarse del departamento de venta al por menor, en tanto que los
dos antiguos propietarios se dedicaron a organizar el departamento de
venta al por mayor, que pasó a constituir una empresa aparte.
No sorprende que Greenwood, agradecido, quisiera trabajar en
estrecha colaboración con Cayce. Además, en Lecturas posteriores se
supo que sus dificultades para hacer la digestión
Eran consecuencia directa de su afición a la buena comida cuando
vivió en la corte de Francia, donde el gourmet Neil literalmente destruyó
su cuerpo por su glotonería. (La gota fue probablemente el menor de
los sufrimientos que acompañaron su muerte en aquella vida). El hecho
de que Greenwood hubiera de someterse' a una dieta espartana en la
vida actual no sólo fue una especie de indemnización que hubo de
pagar por el daño que se había causado a sí mismo cuando comió en
la mesa del Rey; asimismo, su propio subconsciente le advirtió que no
debía infligir a su yo físico un castigo tan innecesario y poco atractivo
en ninguna de las vidas que tenía por delante.
Este no es ni mucho menos un caso único entre las 2.500 Lecturas de
las Vidas efectuadas por Cayce, si bien muestra de un modo
progresivo cómo las habilidades ocultas de un muchacho de catorce
años, que de otro modo habrían permanecido escondidas en esa vida y
no habrían dado fruto, estaban muy claras para Edgar Cayce, quien
supo reconocerlas, descubrir su origen y presentárselas al muchacho
indicando su aplicación práctica.

Edgar vivió lo suficiente para ver a David Greenwood cumplir su


auténtico destino.
No menos singular resulta el don de profecía de Cayce, patente en una
Lectura que dirigió a Grover Jansen, seis años antes de morir.
La Llamada de la Naturaleza Cuando en 1939 Jansen acudió a Cayce
para que le dedicara una Lectura, su situación era más afortunada que
la de David Greenwood. Por entonces era un estudiante de diecinueve
años que abrigaba grandes dudas sobre su futuro. Había ido a la
facultad durante dos años y no encontraba nada que le interesara.
Edgar le quitó todas las dudas que pudiera tener en relación con su
inclinación natural. En su vida anterior, durante la Guerra de la
Independencia, había sido ingeniero agrónomo y se había encargado
de calcular el volumen de producción que el Ejército podía obtener en
un terreno dado. Así pues conocía muy bien las tierras donde tenían
lugar las grandes batallas.
"La Entidad, con el nombre de Elder Mosse, se había asociado con
Andre, y también con Arnold, Lee y Washington, en la región cuya zona
superior es ahora el Estado de Nueva York... por lo tanto, ahora vamos
a descubrir que las montañas y los arroyos, el paisaje,y todas las
actividades que tienen que ver con la valentía física ejercen una sutil
influencia innata en la Entidad a la hora de escoger su forma de
relacionarse con los demás".
En la vida anterior a ésa, el joven había vivido en el Imperio Romano
durante los tiempos de expansión del mismo.
"Descubrimos que la Entidad fue una de las personas escogidas por, al
menos, tres emperadores -los primeros césares, aunque no el primero
de todos- para actuar en Inglaterra, Irlanda, ciertas zonas de Francia,
ciertas regiones de España y Portugal, las costas septentrionales de
África, Grecia y Palestina.
Todas esas actividades fueron llevadas a cabo por la Entidad.
"Pues la Entidad era uno de esos individuos (y sólo había otro con esa
habilidad) capaces de determinar lo que mejor se daba en las distintas
tierras para beneficiar al imperio en diversas esferas de actividad.
"Por tanto, descubrimos que en esa vida la Entidad opinaba sobre
todas las actividades relacionadas con la naturaleza, ya fuera el
suministro de adornos, comida, objetos para el canje, incluso tribus que
llevaban plumas o que se cubrían con pieles, la producción de semillas,
o de maderas de diversas clases.
"Actualmente, tal como se ha dicho, la Entidad tiene la habilidad
-proveniente de esa vida- de convertirse en juez de esas influencias
para la conservación, entonces se llamaba Agrilda.
"Anteriormente, según hemos descubierto, la Entidad estaba en las
tierras que ahora se conocen como Egipto, en los tiempos de
reconstrucción que siguieron a la desaparición de la Atlántida bajo las
aguas, una región a la que había pertenecido la Entidad.
"Pues la Entidad, aunque más joven que algunos de los que tenían
poder, pronto alcanzó una gran popularidad en esas tierras, no sólo
porque instruyó y dio buen ejemplo a diversos grupos, sino también
porque reforzó los lazos de unión y la fuerza que proviene del esfuerzo
común en pro de la conservación... entonces, tenía por nombre Exen.
"En cuanto a la elección del tipo de actuación de la Entidad en el
momento actual, ésta habrá de decidir por sí misma si cumplirá el fin
para el cual entró en el cuerpo, o se glorificará a sí misma, o a una
causa, o a un individuo.
"En el terreno de la conservación -ya se trate de los peces que hay en
las aguas, de las aves de cierta envergadura, de la necesidad de
alimento, de la protección de determinadas tierras o de ciertos árboles
maderables, o de la conservación del suelo para la agricultura- todas
estas actividades son los canales en los que la Entidad hallará
satisfacción y armonía.
"Por supuesto, la Tierra continúa desarrollándose –pues es el escabel
de Dios- pero si el hombre la maltrata, dejará de dar fruto. En cambio,
si conserva sus fuerzas -las tierras, los árboles maderables, y las
criaturas de Dios que se manifiestan a través de ella- continuará. Pues
la afirmación: "Crecéis en gracia y sabiduría y en capacidad de
comprensión" es aplicable a la existencia secular del hombre en la
misma medida que lo es a su existencia mental o espiritual".
G: "¿Debo seguir estudiando en la Facultad de Penn el año que viene?
Cayce: "Si hay un curso centrado en este tema en concreto, sí. Si
resulta que puedes estudiar mejor si participas en las actividades que
organiza el Gobierno en ese campo, ¡escoge eso! Y podrás acceder a
ello, si lo buscas".
Siete años después, un hombre sumamente satisfecho y realizado
escribió a Hugh Lynn Cayce. Trabajaba en el Servicio de Parques
Nacionales del Departamento del Interior:
"Queridos amigos: Finalmente nos hallamos situados en la puerta sur
de este hermoso Parque Nacional, el más grande de todos nuestros
Parques Nacionales, para pasar el verano. Me encanta ostentar el título
de "Guardabosques", pues siempre he considerado a estos guardianes
de nuestros recursos naturales como los "auténticos hombres", desde
que era un chaval. El 1 de Julio voy a empezar a trabajar como
"Guardabosques Naturalista", lo cual es un acontecimiento todavía más
importante y que supone un gran paso hacia delante.
"Bueno, ¡ya basta de fanfarronerías! pero tenía que haceros saber que
las lecturas nos han hecho muy felices a mí y a mi pequeña familia,
pues por lo menos sabemos que vamos por el buen camino.
"El trabajo de Guardabosques-Naturalista es una magnífica
oportunidad para mostrar a la gente una pequeña parte de la obra de
Dios, intacta. El agua de todos los arroyos es pura y buena para beber,
cargada de truchas dispuestas a salir huyendo a toda velocidad. Los
viejos montañeros, y también los Siux, los Cuervos y otras tribus de
indios, vagaban en otros tiempos por este territorio, tan rico en historia.
El antílope, el búfalo, el alce y la anta son aquí tan comunes como
cuando los pioneros por primera vez abrieron un camino en esta
dilatada región solitaria.
El oso pardo y el oso negro le hacen a uno darse cuenta de que algún
peligro está al acecho detrás de un árbol...Aquí descubro la sal de la
vida como nunca antes.
"Pretendo volver a la Escuela de Agronomía en septiembre para
estudiar algunas asignaturas a fin de conseguir un diploma, y luego
deseo trabajar en los Servicios del Parque Nacional, posiblemente sea
lo mejor.
"¡Venid y os daré a todos una entrada gratis!".
Posteriormente, en 1951, escribió desde el Servicio de Protección de la
Fauna a un amigo, quien preocupado por el futuro de su hijo le pedía
consejo: "Si Edgar Cayce viviera ahora, estoy seguro de que con una
Lectura respondería a muchos de esos asuntos espinosos que nos
ocupan en estos momentos. Yo he tenido la tremenda suerte de poder
ponerme en contacto con la Asociación a una edad muy temprana, y
gracias a una Lectura de las Vidas y a varias Lecturas de
Comprobación, he descubierto el tipo de trabajo que me va mejor.
"Como puedes ver en el membrete, ya no trabajo para el Servicio
Nacional de Parques de EE.UU. El pasado mes de agosto nos
desplazamos al Norte, donde he sido nombrado Agente encargado de
la Gestión de la Caza y de hacer cumplir en este Estado la legislación
federal sobre peces y animales de caza. La Lectura sobre las Vidas me
aconsejó que trabajara para el Gobierno en la conservación de los
recursos naturales, y te aseguro que disfruto enormemente realizando
esta labor".

El Niño que recordaba...


No habría sido muy lógico que Cayce no hubiera descubierto para su
propia alma una historia impresionante y única al mismo tiempo. Pero,
por esa misma razón, todo ello es tan complejo y abstruso, que
únicamente si dedicáramos un tomo al análisis de su evolución
conseguiríamos que resultara comprensible para el profano ortodoxo.
No estamos tratando de engrandecer a este personaje para hacer de él
una especie de archipámpano, pero lo cierto es que sus antecedentes
espirituales lo colocan en un escalón muy alto, por lo que a las almas
humanas se refiere. Sus diferentes vidas lo llevaron desde alturas
sublimes hasta "mesetas" donde no fue una persona especialmente
destacada ni dotada de nada más que los cinco sentidos normales y
corrientes.
Así, por ejemplo, en la vida que vivió en el continente americano justo
antes de su regreso como Edgar Cayce, no fue un santito. Fue
mercenario del Ejército Británico justo antes de la Guerra de la
Independencia, un alegre trotamundos que amaba el vino y las
mujeres.
Nació en 1742 en el seno de una familia de Cornualles caracterizada
por la bravuconería, un linaje celta que en esos días quería más bien
poco a Inglaterra y se jactaba de hacer contrabando y de hundir
embarcaciones. Al bautizarle le pusieron el nombre de John
Bainbridge. Cuando llegó por primera vez a América, desembarcó en la
bahía de Chesapeake (muy cerca de Virginia.
Beach, por lo que en esta vida se sintió atraído por esas playas).
Su participación en las sucesivas escaramuzas contra tribus de indios
hostiles lo condujo hacia el norte, llegando hasta Canadá, y finalmente
lo situó en Fuerte Dearborn, donde actualmente está situado Chicago.
Era una región fronteriza, donde la vida era dura y ruidosa, esa
experiencia fue como un anticipo de las trampas y engaños que
habrían de teñir de sangre las "ciudades hongo" de California en el
siglo siguiente. Fue un hombre de su tiempo en el amplio sentido de la
palabra.
Cuando Fuerte Dearborn, tras haber permanecido sitiado, cayó en
manos de los indios, Bainbridge ayudó a numerosos hombres, mujeres
y niños a escapar por el río Ohio en una tosca balsa. Los fugitivos no
tenían suficientes víveres para subsistir y no les era posible llegar a la
orilla para abastecerse, pues los indios los perseguían por las dos
riberas del Ohio. Los pobres fueron muriendo uno a uno de hambre,
abandonados a su suerte, si bien la vida de Bainbridge finalizó con un
acto de heroísmo, pues murió mientras ayudaba a una joven a escapar

A excepción de esa hazaña, su alma no realizó grandes progresos en


esa vida en el terreno espiritual, y no merecería la pena comentar nada
salvo dos nexos muy singulares con la vida actual. Pues la mujer cuya
vida salvó buscó nuevamente su ayuda en esta vida, y a través de ella
pudo ayudar a muchas de las almas que había conocido en Fuerte
Dearbon. Estas habían permanecido intactas, como grupo, y habían
traído sus problemas, todavía sin resolver, para que fueran resueltos
en las proximidades de la península de Chesapeake. (Véase Capítulo
XVI).
Otra prueba anecdótica pero mucho más significativa fue un hecho que
sucedió cuando la familia Cayce se trasladó por primera vez a Virginia
Beach en Septiembre de 1925. Edgar acompañó a su hijo Hugh Lynn a
una barbería. El hijo del barbero, un niño de cinco años con cara de
dormido esperaba quejumbroso a que volviera su madre para
acostarlo. Su padre le había dado una caja de galletas para que
estuviera tranquilo, pero cuando sus ojos soñolientos de repente se
fijaron en Edgar, corrió hacia él y le entregó la caja de galletas
diciendo: "Toma, puedes comerte las que quedan. ¡Debes de estar muy
hambriento todavía!"...
Entonces, su padre le reprendió: "¡Deja en paz a este caballero! Ya
sabes que no se debe molestar a la gente".
A lo que el niño respondió, mirando a Edgar con total confianza: "Pero
yo conozco a este señor. El también estaba en la balsa. Y entonces
estabas muerto de hambre, ¿no es cierto?"
Entonces Edgar contestó agradecido: "Muchas gracias, muchacho.
Sólo cogeré una galleta". Y luego añadió, en voz muy baja: "Y tienes
razón, pasé mucha hambre en esa balsa".

CAPITULO DOS

Si Hemos Vivido Antes, ¿Por qué no recordamos?


La mente subconsciente recuerda efectivamente sus pasadas
experiencias, pero hay muy buenas razones para que la mente
consciente se vea privada de ese dudoso privilegio.
Imagina que eres un alma que va a regresar a la Tierra, pero todavía
no lo ha hecho. Piensa que eres un buzo, que está sentado en la
cubierta de un barco que flota en las aguas del Caribe. El sol brilla. El
agua está transparente, en calma, el cielo despejado; sólo sopla una
leve brisa.
Debajo, en algún punto, se halla un viejo galeón hundido, del que se
dice que estaba cargado de lingotes de oro cuando naufragó. Incluso,
eres capaz de detectar el oscuro esqueleto de las escasas maderas
que quedan, aun cuando la mayor parte del pecio está enterrada en el
barro. Lo que no puedes ver desde la cubierta del barco son las
corrientes que se entrecruzan a esa profundidad; son demasiado
profundas para perturbar las tranquilas aguas de la superficie.
Como vas a pasar mucho tiempo bajo el agua, te pones una antigua
escafandra de lona, unas botas con plomo, e introduces la cabeza en
una especie de casco de cobre. Unas ventanitas ovaladas limitan tu
campo visual. Al pasar por la borda, te parece que tu cuerpo pesa una
tonelada. El dulce y soporífero ozono que respirabas pierde todo su
encanto cuando es bombeado dentro de la escafandra por un tubo.
No obstante, tan pronto como desapareces de la superficie de las
aguas, te adaptas a tu falta de peso y te vas hundiendo cómodamente
hasta el fondo del mar. Todo está muy claro: tu éxito es una inevitable
consecuencia. Sólo hará falta llegar al fondo del océano, caminar
directamente hasta el pecio, localizar el tesoro, desenterrarlo, y luego
hacer la señal convenida para que te saquen a la superficie.
La única cosa que no has tenido en cuenta es la volubilidad del mar. En
cuanto tus pies tocan el fondo del mar, empiezas a luchar contra una
fuerte corriente. Te opones a ella con todo tu peso y empiezas a
aproximarte al barco hundido, pero la fuerza de la corriente, que te
empuja en una y otra dirección, dobla el peso muerto de la incómoda
escafandra que llevas puesta.
Vamos a pensar que este traje es el cuerpo físico donde habita el alma
mientras permanece en la Tierra. Todo va bien mientras las corrientes
son favorables, la luz es la adecuada, y tú controlas la situación. Pero
la luz que se filtra puede verse atenuada repentinamente por las nubes
que pasan por delante. Del sol, y el fondo del océano tomarse lóbrego
y gris. La continua resistencia de las corrientes que se entrecruzan
comienza a fatigarte; empiezan a dolerte los músculos. Lo que
prometía ser una tarea sencilla y gratificante, cuando te hallabas a
salvo en la cubierta del barco, se ha convertido ahora en una labor
complicada y decepcionante. Las cosas no mejoran con la aparición de
un par de hambrientos tiburones de doce pies de largo, que se
esconden amenazadores en las proximidades. Al llegar al pecio, la
cuerda de salvamento y el tubo del aire se enredan en las retorcidas
vigas del barco hundido. Tratas de desenredarlo. El oxígeno te llega
con dificultad. Te empieza a faltar el aire.
También empiezas a preguntarte qué diablos haces allí abajo, y si un
tesoro, por grande que sea, merece semejante sufrimiento.
Tratas de recordar el mapa que estudiaste tan cuidadosamente cuando
te hallabas en la cubierta. Allí se veía con mucha claridad en qué parte
del barco estaba el tesoro. Ahora ya no estás muy seguro de cuál es la
popa. Empiezas a experimentar lo que Thoreau describe como una
"callada desesperación". El tiempo parece detenerse. Te da la
impresión de que permaneces en el fondo del mar, enfundado en tu
pesada escafandra, desde el principio de los tiempos, y que seguirás
allí eternamente. La vida que normalmente hacías a bordo, pasa a ser
un sueño irreal, algo que tú no has experimentado personalmente. Las
voces que te llegan por el tubo se toman igualmente inhumanas e
irreales. La única realidad es la batalla que estás librando para no ser
arrastrado de aquí para allá por las corrientes. Además, no les quitas el
ojo a los tiburones que dibujan círculos muy despacio, y parecen
acercarse imperceptiblemente. Tanto los miras que te queda poco
tiempo para orientarte y centrarte en tu misión primitiva.
Al final, eres presa del agotamiento y la claustrofobia.
Tan derrotado te sientes que casi no puedes hacer la señal a los
hombres que hay arriba para que te saquen a la superficie.
Mientras vas subiendo, padeces unos tremendos dolores abdominales
provocados por la reducción de la presión, y cuando finalmente te
suben a bordo y te libras de la agobiante escafandra, estás más muerto
que vivo.
Mientras te recuperas, tumbado boca arriba y respirando aire fresco, el
recuerdo de esas horas interminables que has pasado allí abajo se
convierte, a su vez, en un confuso sueño. La irrealidad es ahora el
tiempo que pasaste en el fondo del océano y la realidad la cubierta del
barco y la seguridad que te proporcionan los que te rodean.
La acción de recordar ha experimentado una inversión.
Algo parecido sucede con el alma. Esta entra en el mundo de los vivos
con demasiada frecuencia, con demasiada confianza, y, en cambio,
retoma a su estado original, tras la muerte, con muy poca confianza,
habiendo olvidado que esos dos mundos separados coexisten, y que el
uno es tan real como el otro.

"El Hombre Interpreta Muchos Papeles en la Vida"


Si prefieres justificar tu aparente falta de memoria kármica mediante
una analogía más palpable, imagina que eres un actor profesional.
Piensa que eres Sir Laurence Olivier, ese gran intérprete del teatro de
Shakespeare, cuyo genio dramático nos ha dejado unos retratos
verdaderamente definitivos de Enrique V, Hamlet, Ricardo III y Otelo.
Cada una de estas interpretaciones es una creación perfecta por
derecho propio. De hecho, Olivier tuvo que vivir realmente estos
papeles para poder dotarlos de tal intensidad y convicción.
Entre cada uno de estos logros, Olivier, el actor profesional, tuvo
tiempo de descansar y de pasar revista a los avances por él realizados
hasta alcanzar el puesto que ocupa en la actualidad.
Posiblemente sea el actor clásico más grande que existe en Europa y
en América, pero fuera de su profesión, sus problemas no difieren de
los tuyos. Acude al dentista, el impuesto sobre la renta le produce
tremendos dolores de cabeza, se constipa, y de vez en cuando tiene un
agujero en el calcetín. Ahora bien, la diferencia se deja ver
inmediatamente en cuanto está entre bastidores en el teatro Old Vic,
dispuesto a realizar su primera salida a escena para interpretar el papel
de Otelo.
¿Le preocupan entonces sus impuestos? Lo más seguro es que no.
Laurence Olivier como tal rápidamente pasa a ser una vaga impresión
almacenada en su memoria. En esos momentos se identifica
exclusivamente con Otelo. Se centra sólo en las emociones que pronto
ha de evocar. El decorado desaparece sustituido por una auténtica
calle de Venecia. Las voces de los demás actores continúan sonando,
pero ahora emanan de las gargantas de venecianos de carne y hueso
del siglo XVI.
En una gran medida, Olivier está sumido en un estado hipnótico
autoinducido cuando realiza su entrada en escena.
Ahora, has de imaginártelo declamando apasionadamente, utilizando
sus últimas reservas de energía emocional, y, sin embargo,
sometiéndose a una disciplina férrea que le hace cronometrar cada
sílaba. Dime una cosa, ¿crees que en esos momentos tiene tiempo de
detenerse a pensar con orgullo en las críticas aparecidas en la prensa
en relación con su interpretación de Hamlet, o de recordar con
nostalgia las ovaciones que recibió al representara Ricardo III, o de
desear de repente haber utilizado otro acento, u otro maquillaje, en la
película de Enrique V?
Te aseguro que en esos momentos no será capaz de recordar nada
que no sea el repentino amor que siente Otelo por Desdémona. Incluso
en los entreactos y en las esperas fuera del escenario, seguirá siendo
Otelo, un Otelo relajado, quizás; como sucede con nuestro cuerpo
cuando dormimos; pero, sea como fuere, será Otelo. Sólo cuando el
telón haya caído por última vez y el público se haya marchado del
teatro, sólo cuando se haya quitado el traje y el maquillaje, estará en
condiciones de discutir los pros y contras de los éxitos alcanzados
anteriormente al representar a Enrique V, Hamlet y Ricardo III, y si
llevamos este paralelismo todavía más lejos, diremos que no todas las
interpretaciones teatrales de Olivier tuvieron éxito, pero que este gran
actor minaría innecesariamente la confianza que tiene en sí mismo, si
no se permitiera olvidar que una vez se dejó engañar y realizó una
versión cinematográfica sumamente diletante del Fantasma de la
Opera. ¿Qué interpretación de "Otelo" cabría esperar de él, si su mente
estuviera tan obsesionada por ese único fallo que le obligara a
detenerse en seco en medio de la obra y susurrar a Desdémona: "¡Dios
mío!
¡Qué ridículo hice cuando representé el papel de Macbeth! No tengo
ningún derecho a recibir dinero por estar aquí".
¿Qué pasaría entonces de la relación que tan cuidadosamente ha
establecido entre el público y Otelo?
Todo esto has de aplicártelo a ti mismo. Suponte que pudieras acceder
voluntariamente a todas tus vidas anteriores, y que un día, por
casualidad, recordaras que fuiste el mayor monstruo de la historia.
¿Cómo te enfrentarías a ese horror? ¿Cómo soportarías los
remordimientos? ¿Cómo superarías el miedo que te produciría saber
que tu alma está tan atrasada que tienes que invertir otro millón de
vidas en amarga compensación por el daño que causaste al prójimo en
esa encamación? ¿Qué esperanza te quedaría?
Lo cierto es que tal situación nunca podrá producirse, por la sencilla
razón de que descompensaría la ley de la causa y el efecto, y los
efectos de dicha ley son fijos e inalterables. A ningún alma le estará
permitido conocer sus pasadas mete duras de pata, pues tal
conocimiento produciría unos efectos desastrosos. Sea cual fuere la
deuda que un alma ha contraído ante el prójimo, nunca se le pedirá
que la liquide hasta que sea lo bastante madura para poder
compensarla. Entretanto, partiendo de lo que acabamos de decir,
vamos a deshacemos de un concepto estúpido, vamos a dejar de
pensar que el "karma" es un castigo brutal y carente de sentido que
cae sobre nosotros, pecadores indignos.
Edgar Cayce ha dicho: "El Señor no tienta a ningún alma más de lo que
ésta puede soportar". Ahora bien, Cayce muchas veces tuvo que
exorcizar los oscuros dogmas de la Predestinación y el Pecado Original
para alejarlos de las mentes confusas y desesperanzadas que acudían
a él en busca de ayuda.
Asimismo, ha afirmado: "Hoy en día la mayoría de los individuos no
interpreta bien las condiciones kármicas. Cada alma o Entidad debería
saber bien lo que es el destino. El destino está dentro; es cosa de fe;
es como el don de las Fuerzas Creativas.
El influjo kármico es, en este caso, una influencia que se rebela contra
el destino".
Y en una ocasión dijo en tono de reproche a uno de los que le
interrogaban: "La Entidad da mucha importancia al karma.
Si vives según la ley, deberás juzgar según la ley; pero si vives según
la fe, deberás juzgar según la fe. y a otro le dijo: "No pretendo que esto
sea una crítica o un comentario sarcástico, sino que sepas que la ley
perfecta es la ley del Señor, no la idea que el hombre tiene de la
misma. La ley se cumplirá. ¿Lo harás tú, o dejarás que lo haga otro?...
El que busca, hallará. Se le abrirán las puertas a aquel que llama.
Estas leyes son irrefutables, no pueden ser cambiadas".
He aquí un texto que incluye un análisis más detallado:
"El karma es una reacción o respuesta que puede compararse a la
reacción que tiene lugar dentro del cuerpo cuando un alimento es
introducido en el sistema. La comida pasa a ser una parte del cuerpo,
penetra en cada célula, e influye en la salud del cuerpo y de la mente.
"Eso mismo sucede con el alma cuando entra en el cuerpo para vivir
una vida en la Tierra. Los pensamientos de la persona, y las acciones
que se derivan de tales pensamientos, son la comida de la que se
alimenta el alma.
"Esos pensamientos y acciones han sido, a su vez, generados por los
pensamientos y acciones que los precedieron; y de este modo nos
remontamos al nacimiento del alma.
"Cuando un alma penetra en un cuerpo nuevo, se abre una puerta que
brinda al alma la oportunidad de construir un destino. Todo aquello,
bueno o malo, que fue anteriormente construido está contenido en esa
oportunidad. Siempre hay un camino que conduce a nuestra redención,
pero no hay forma de eludir las responsabilidades que el alma ha
contraído.
"Así pues, una vida es una forma de desarrollo, una preparación para la
purificación del alma, aun cuando a veces ello plantee muchas
dificultades a nuestra conciencia física y a nuestro cuerpo físico.
"Los cambios llegan, y algunos dicen que la suerte ha intervenido. Pero
no es la suerte. Es consecuencia de lo que el alma ha hecho con la
oportunidad que le ha sido brindada para su redención".

Y en este contexto Cayce, con un lenguaje muy sencillo, nos presenta


la Ley de la Gracia, que sustituye a la expiación de nuestras culpas: "El
karma es más bien la necesidad de hacer en la vida lo que sabemos
que deberíamos hacer. Perdona a los demás, como debes ser
perdonado. Así has de hacer frente al karma".
En las Lecturas uno tropieza con casos de individuos cuyo pecado
kármico consistía en aferrarse a su antigua culpa, en lugar de
esforzarse por contrarrestarla "perdonando a los demás".
Evidentemente, nadie puede ser forzado, ni por Dios ni por el prójimo, a
perdonarse a sí mismo. Ha de decidirlo él mismo. Uno es libre de
permanecer en el purgatorio que ha elegido, siempre que lo prefiera a
cualquier otro estado.
Además, hasta que tenga unos conceptos más claros y sea capaz de
levantarse por sí mismo, ¿qué gana con preguntar:
"¿Por qué no me acuerdo?" ¿Acaso no demuestra una mayor cautela
el decir: "¡Me alegro de no acordarme!" aun cuando ello quiera decir
que se le niega el placer de examinar aquellas vidas en las que fue un
ángel para los demás y murió amado y respetado?
Todo el bien que el alma hace en una vida permanece eternamente
con ella. El alma jamás podrá deshacer el bien que ha hecho. En
capítulos posteriores de este libro veremos cómo es posible
contraponer esto a la ley de la causa y el efecto mediante la aplicación
de la Ley de la Gracia.

CAPITULO TRES

El Subconsciente del Hombre es Inmortal


Al principio, la diferencia que existía entre el Cayce "despierto" y el
Cayce "durmiente" era tan importante como la existente entre el Berlín
oriental y el occidental. Por supuesto, no había ningún antagonismo
entre las dos mentes, aun cuando una era vulnerable y humana, y la
otra se hallaba espiritualmente aislada frente al "valle de lágrimas" que
constituye la herencia del hombre.
Quizás, lo más sencillo sea compararlo con una radio mar-tierra, que
no nos permite hablar y escuchar al mismo tiempo. Se trata de un
dispositivo a través del cual el hombre que está embarcado puede
ponerse en contacto con el que está en tierra. Ahora bien, dicho
aparato, por sí mismo, no registra impresiones ni almacena las
palabras que entran y salen.
Cuando el final de la vida de Edgar Cayce estaba próximo, se produjo
una evidente fusión de los dos niveles de conciencia, pero en los
primeros años Cayce se sorprendía tanto como cualquier otra persona
al enterarse de que había asesorado sobre cuestiones médicas a un
italiano, hablando para ello ese idioma con fluidez y corrección. Y la
complicada terminología que había salido de su boca, una vez
despierto, no le resultaba más inteligible que el idioma italiano que
había hablado con tanta fluidez.
Tal vez, la idea falsa más comúnmente extendida consistía en pensar
que Cayce era una especie de Moisés de este mundo, que gritaba en
un desierto metafísico. Lo cierto es que su mente era algo único por su
aparente habilidad para recordar su propio comienzo en el momento de
la Creación.
Su finalidad, posiblemente su objetivo general, por lo que sabemos, era
servir para "allanar el camino" a quienes creen que su patrimonio
empieza en Dios. "Todos podrán hacer mañana, lo que yo puedo hacer
hoy", ése es un tema que aparece repetidas veces en su filosofía.
La idea de que todas las almas poseen el mismo potencial está
implícita en las palabras que emplea cuando describe la primera
aparición del alma en la Tierra.
"Al principio, cuando los primeros elementos se pusieron en
movimiento y se produjo la esfera denominada "plano de la Tierra,"
cuando las estrellas matutinas cantaban juntas y los vientos
susurrantes traían la noticia de la llegada del hombre desde su morada
en el espíritu del Creador para manifestarse como alma viva, esta
Entidad empezó a existir con esta multitud".
Teniendo en cuenta que en esa época Cayce interpretaba la Biblia
cuando estaba "despierto" de un modo muy ortodoxo, diametralmente
opuesto a cuando "dormía", resulta interesante comparar la afirmación
que figura más arriba con el siguiente pasaje extraído del Libro de Job
38: "Y respondió Yavé a Job de en medio del torbellino diciendo:
"¿Dónde estabas al fundar yo la Tierra... entre las aclamaciones de los
astros matutinos y los aplausos de todos los hijos de Dios?".
Incluso cuando aguardaban la creación, según Edgar Cayce, algunas
almas ya estaban predestinadas a hacer uso de su libre albedrío recién
creado para contribuir al cumplimiento de los planes de Dios sobre la
Tierra, en tanto que otras habían sido igualmente designadas para
hacer uso de su libre albedrío y obrar según eligieran. La Tierra recién
nacida les ofrecía la oportunidad de usurpar el papel de Dios Creador y
convertirse en pequeños creadores por derecho propio. En resumidas
cuentas, las almas trajeron el pecado. No estaba aquí, esperándolas
"en persona", en un planeta en el que ni siquiera había comenzado la
evolución animal. Efectivamente, la densidad de la materia "sólida", tal
como la conocemos ahora, se había producido millones de años antes.
El pensamiento fue la fuerza motivadora que actuó en un principio. La
materia densa fue una mutación posterior del pensamiento una vez que
éste "quedó atascado".
Para simplificar las cosas compararemos el pensamiento con la lava
derretida, maleable, en permanente movimiento, cambiante, capaz de
adoptar cualquier forma. En cambio, la materia sólida es una
consecuencia inanimada de la misma, que sólo responde ante el cincel
y el martillo.
Así pues, hallarás a lo largo de todas las Lecturas una frase que se
repite constantemente: "El Pensamiento es el Constructor" -la arcilla
mojada que es manejada por las manos del alfarero -y descubrirás que
la supervivencia del alma depende totalmente de su capacidad para
modelar su destino a nivel subconsciente, donde la arcilla está lo
bastante mojada como para poder ser moldeada.
Del mismo modo que una serie de reacciones en cadena alteran el
átomo que pasa de ser una inofensiva partícula de materia sólida a
convertirse en esa nube en forma de champiñón que destruyó
Hiroshima, las reacciones en cadena de los pensamientos positivos
pueden finalmente liberar al alma de la materia sólida y devolverla a la
libertad de su estado fluido a nivel astral y como nos faltan palabras
equivalentes a términos científicos tan adecuados como "fusión
atómica," hemos de limitarnos a referirnos al proceso de liberación del
alma como "la tragedia de la muerte".
Es como si tras pelar una patata tiráramos la carne y elogiáramos la
piel.
Por lo que al alma se refiere, es mucho más sencillo pensar como
Telstar que se necesitan dos auxiliares de propulsión para liberarla de
la gravedad y ponerla en órbita. Dichos propulsores, una vez que han
cumplido su función, arden y caen al agua, y eso mismo sucede con el
cuerpo camal, ese caparazón terrenal del alma. Se quema y
desaparece cuando morimos, seguido del "ego" ya consumido, mente
consciente del caparazón terrenal ya desechada.
El alma deja de estar atrapada en la materia. Está libre.
Lo único que conserva de su permanencia dentro del caparazón
terrenal son los recuerdos de sus experiencias mundanas, ahora
almacenados en su "banco de recuerdos". Solamente se ha deshecho
de la mente "consciente".
La mente subconsciente ha sobrevivido porque ni se compone de
materia, ni depende de ésta. Ahora pasa a ser la mente consciente del
alma, y seguirá funcionando como tal hasta que el alma retome a la
densa materia terrenal para empezar la vida siguiente.

Entretanto la mente superconsciente asume las funciones que ha


dejado de realizar la mente subconsciente, y el alma se expresa como
nunca había podido expresarse en la Tierra.
Cuando algunos Santos entran en "éxtasis" es probablemente como si
volvieran a experimentar por un momento el regocijo que siente el alma
a ese nivel existencial.
Cuando llega la hora de que el alma regrese a la Tierra y utilice otro
cuerpo, el proceso se invierte simplemente. La mente consciente
regresa al nivel subconsciente, y la mente subconsciente regresa al
nivel superconsciente, donde se asienta en una especie de santuario
semejante a un útero existente en el cuerpo carnal. Ni busca ni desea
ligarse emocionalmente a las operaciones de la mente subconsciente o
de la recién nacida mente consciente, mientras éstas van
acostumbrándose a su nuevo ego.
Sólo muy de vez en cuando, en poquísimos casos, es posible conectar
con la mente superconsciente, entrando en un profundo estado
hipnótico, al que sólo tienen acceso los expertos.
(Aunque Edgar Cayce pudo entrar en contacto con su superconsciente
practicando su propia modalidad de autohipnosis, conviene que el
lector tenga en cuenta que, dado el nivel de desarrollo que hemos
alcanzado en estos momentos, él es la excepción no la regla. El fue
como una visión momentánea de lo que seremos mañana).
La "recién nacida" mente consciente no puede tener más edad que el
cuerpo nuevo que temporalmente la alberga. El almacén de sabiduría
de la recién nacida, la cautela y la valoración intuitiva de sí misma y del
prójimo, todo ello pertenece al nivel subconsciente. Así pues, el único
amigo y consejero al que puede acudir es su propia mente
subconsciente. Además, sólo puede entrar en contacto con su mente
subconsciente cuando está dormida y "sueña," o mediante la
meditación. Al meditar, a fuerza de autodisciplina, se acostumbra a
estar sentada tratando de escuchar la "vocecita suave y tranquila de la
conciencia".
Cuando está despierta y consciente, la recién nacida deberá
enfrentarse otra vez a las nuevas distracciones que ofrece la existencia
material, escogiendo su camino lo mejor que pueda sobre las rocas
que atraviesan las corrientes traicioneras de la vida, evitando -si presta
atención a la "suave vocecita"- la satisfacción inmoderada de los
deseos que tantas veces le ha hecho dar un traspié y caer de cabeza a
las aguas que se agitan a su alrededor.
¿Tiene algún sistema para anticiparse a los problemas que va a tener
que afrontar?
Ya lo creo, si comparamos las vidas del alma con los fascículos de una
novela por entregas, diremos que cuando el alma muere al [mal de una
vida, habrá que añadir entre paréntesis un "continuará" en letra
pequeña al final de ese fascículo. Cuando apareces nuevamente
dentro de un cuerpo nuevo, no estás empezando de cero; empiezas
donde te quedaste.
Si no conseguiste dominar tu pasión por tirar piedras a las ventanas de
los invernaderos, pongamos por caso, habrás de resignarte a ser por
nacimiento algo equivalente a un invernadero, ya experimentar las
molestias que ocasiona el ser "receptor" de piedras. Si sonríes y
aprendes a soportar los golpes que van recibiendo, una a una, tus
lunas de cristal hasta igualar la puntuación, no lo estarás haciendo muy
mal. Pero si te vienes abajo compadeciéndote de ti mismo, insistiendo
en que no has hecho nada para merecer ese destino, evidentemente
irás por mal camino, y tus ganancias habrán de ser mínimas.
Edgar Cayce reconocía que algunas de sus vidas podrían haber
discurrido mejor, que a menudo se había dejado llevar por la ira y la
impaciencia, que, por ejemplo, el lujo del Egipto prehistórico lo había
tentado hasta el punto de apartarlo del camino de espinas que conduce
a la perfección total.
Cayce cargó en esta vida con la onerosa responsabilidad de la videncia
tanto para poner en orden su propia morada espiritual como para
ayudar al prójimo.
¿De dónde sacaba la información cuando realizaba las Lecturas de las
Vidas?
En una conferencia que dio en el Hospital Cayce en 1931 lo explicó con
estas palabras: "Permitidme que os relate una experiencia mía
particular. Siento que fue una experiencia muy auténtica, y que no se
puede expresar con palabras un suceso más parecido a la muerte.
Cuando estaba entrando en trance, una vez, para conseguir
información para un individuo, me di cuenta de que estaba saliendo de
mi cuerpo.
"Delante de mí, no había más que una línea derecha y una, como un
rayo de luz blanca. A ambos lados de ésta había bruma y humo, y
muchas figuras oscuras que parecían pedirme a gritos que les ayudara,
y suplicarme que fuera al plano que ocupaban.
"Al seguir ese rayo de luz, el camino empezó a despejarse.
Las figuras que había a uno y otro lado empezaron a distinguirse mejor;
a verse con más claridad. Pero constantemente me hacían señas para
que regresara, o trataban de apartarme de mi camino y de hacer que
abandonara mi objetivo.
Si bien, yo seguía caminando hacia delante por el estrecho camino que
se extendía ante mí. Después de un rato, pasé a un lugar donde las
figuras eran meras sombras que trataban de incitarme a seguir
avanzando, en lugar de detenerme. Según iban tomando forma,
parecían estar ocupadas en sus actividades particulares.
"Finalmente llegué a una colina en la que había un montículo y un
templo. Entré en ese templo y hallé en él una habitación muy grande,
muy parecida a una biblioteca. Ahí estaban los libros que contenían las
vidas de la gente, pues, al parecer, las actividades de cada una de las
personas habían quedado registradas. Y lo único que tuve que hacer
fue bajar el historial del individuo sobre el que estaba buscando
información.
Tengo que decir lo que dijo Pablo: "No sabría decir si estuve o no
inspirado; sólo puedo decir que fue una experiencia real".

El Libre Albedrio es más Fuerte que el Destino


Siempre que tocaba el tema de las vidas anteriores de los individuos
que acudían a él para que los ayudara, Cayce insistía en que el karma
era un recuerdo, y que por tanto las leyes de causa y efecto eran muy
elásticas. El alma, al igual que un preso, siempre puede ver reducida
su sentencia "por buena conducta" si colabora con la autoridad. Una
vida de auténtico sacrificio por el bien de los demás, como la de
Schweitzer o la del Padre Damien, puede muy bien valer lo mismo que
cinco o seis existencias estériles en las cuales los avances han
quedado estancados y el alma se ha quedado atrás en el desfile.
Resumiendo diré que el libre albedrío es siempre más fuerte que el
destino predeterminado. Ningún alma está tan cargada de viejas
deudas que deba resignarse tristemente a pagar y pagar y pagar...
Por otra parte, hemos de tener en cuenta que el alma a veces puede
avanzar utilizando métodos que no percibe inmediatamente nuestra
razón consciente. Así, por ejemplo, el ciego que fue curado por Cristo
no era ciego porque hubiera pecado, sino porque su alma estaba
elevándose gracias a la experiencia de la ceguera.
Es de todo punto esencial que comprendamos y admitamos este
sencillo concepto antes de enfrentarnos con las cuestiones, más
complejas, que van a surgir al irnos ocupando de los casos individuales
de un modo más minucioso.
Por muy grandes que sean los aprietos en que te encuentres, lo cierto
es que tú te has puesto en esa situación por la indiferencia que has
sentido ante las leyes. Sea cual fuere la ley que has violado, lo has
hecho guiado por tu libre albedrío, el libre albedrío que te fue concedido
al principio de los tiempos por tu Creador. Tú has escogido estar donde
estás en este momento.
Eso, por 10 menos, te confiere dignidad, pues sabes que tú has
cometido tus propias faltas, si bien, por otro lado, destruye la
almibarada coartada que constituye el pensar que eres una víctima de
un Yavé enfadado, vengador, y evidentemente tonto, que te controla
mediante unos hilos invisibles desde los telares de un Porvenir muy
mal concebido por el marionetista.
El imaginar a un Dios Vengador a los mandos de este Sistema Solar
que tan perfectamente funciona es como atribuir a unos soldaditos de
plomo la capacidad para deshacer los atascos que se producen en las
autopistas de ocho carriles.
Esa es la razón por la cual las doctrinas del pecado original y el fuego
del infierno, y los iluminados principios de la verdadera religión jamás
han podido coincidir.
El único Dios que Edgar Cayce conoció cuando "dormía" fue el Dios
que es amor, que es infinita misericordia, que ya nos ha perdonado
todo.
Conforme vaya prestando el lector una mayor atención a los procesos
implicados en la teoría de la reencarnación, habrá de tener presente
que cada una de sus leyes se deriva de dicho concepto, es decir, que
Dios es amor, y no podría funcionar de otro modo.

CAPITULO CUATRO

El Karma Físico y Emocional - Premio a la Virtud, y Pago por el


Pecado
Cuando Paul Durbin tenía 34 años, y una mujer y un hijo que mantener,
padeció una esclerosis múltiple, o parálisis progresiva, y su pierna y
brazo derechos empezaron a debilitarse.
Aunque la familia de Paul era todo menos indigente, sus buenos
amigos hicieron causa común para ayudarle. Pagaron su
hospitalización, consiguieron que le fuera realizada una Lectura Física,
e incluso le administraron los masajes aconsejados en la Lectura. Su
estado físico pronto empezó a mejorar. y es muy significativo el hecho
de que la Lectura también hacía referencia a una encamación pasada
en la que había dado rienda suelta a sus pasiones negativas.
"La Entidad está luchando consigo misma. Todo el odio, toda la malicia,
todo aquello que da miedo al hombre, ha de ser eliminado de su mente.
Pues toda alma, desde tiempos muy remotos, habrá de responder de
toda palabra vana que haya emitido. Pagará por cada ápice de culpa.
Si bien la Entidad sabe, o debería saber, que cuenta con el apoyo del
Padre.
"Pues dice el Señor: "Aunque te alejes mucho, si me llamas, ¡te
contestaré rápidamente!" " Has de saber que el Señor vive y te hará
bien, si confías plenamente en El!"
En resumidas cuentas, el alma simplemente tenía que reconocer
mediante su penitencia que se había apartado del buen camino y que
recibiría ayuda en la misma medida en que fuera sincera.
Pero la advertencia cayó en saco roto. Y Durbin compadeciéndose a sí
mismo y lleno de amargura descartó esa idea considerándola una
tontería y exigió saber por qué Cayce no había conseguido curarlo
milagrosamente e instantáneamente.
Incluso desahogó su frustración contra las personas que trataron de
ayudarlo, enfrentándolas hasta que lamentaron haber participado en
ello.
No obstante, su salud mejoró temporalmente. Como la mejoría no fue
duradera, protestó más amargamente que antes.
Su siguiente Lectura vino expresada en un lenguaje más brusco:
"Esta es una condición kármica, y hay que tomar una serie de medidas
para que el cuerpo cambie de actitud en relación con las
circunstancias, las cosas, y el prójimo.
"Primero ha de cambiar tu corazón, tu mente, tu objetivo, y tu intención.
Si esto se produce, entonces continúa dándote los masajes y utilizando
los accesorios sugeridos. Pero todos los accesorios mecánicos que
consigas reunir no ayudarán a tu total recuperación, a menos que tu
alma haya sido bautizada con el
Espíritu Santo. Así pues, en El está tu esperanza. ¿Lo rechazarás?
El cuerpo es efectivamente templo de Dios Vivo, pero ¿qué es
aparentemente tu cuerpo en el momento actual?
"Está roto en cuanto a su finalidad, roto en cuanto a su capacidad de
reproducción.
"¿Qué le falta? Aquello que es la propia vida, aquella influencia o
fuerza que llamas Dios. ¿La aceptarás, la rechazarás?
¡Es cosa tuya!.
"Mientras haya odio, maldad, injusticia -esas cosas que están en
desacuerdo con la paciencia, el sufrimiento prolongado, el amor
fraternal-, no podrá haber curación para ese cuerpo.
¿Para qué habría de ser curado? ¿Para satisfacer sus propios deseos
y apetitos físicos? ¿Para acrecentar su egoísmo?
"Si así fuera, ¡más valdría que se quedara como está!.
"Hemos terminado, a menos que repares el daño causado”.
Esta Lectura ha sido seleccionada por su austeridad, una característica
no habitual en las Lecturas de Cayce. La correspondencia contenida en
los archivos de la Asociación para la Investigación y la Ilustración
testimonia la testarudez de este paciente, que, decidido a no mover un
dedo por su parte, exigía que le fuera devuelta la salud como si lo
mereciera.
¿Por qué sufrió Paul Durbin? ¿Por qué, en resumidas cuentas,
sufrimos?
Cayce dijo que toda enfermedad era un pecado, y con ello no quiso
decir que hubiera de ser un pecado cometido conscientemente en la
vida actual, sino un pecado que hallaba su expresión en la enfermedad
porque todavía no había sido expiado por el alma.
El karma, o ábaco en que las ganancias y pérdidas del alma son
apuntadas según vamos viviendo las distintas vidas, con frecuencia se
confunde injustamente con una especie de desquite, pero es
demasiado minucioso y desapasionado, y su fin último demasiado
favorable para considerarlo como un desquite.
Ahora bien, mientras está actuando cual una dolorosa cura contra una
recaída todavía más dolorosa, puede efectivamente ser amargo como
la hiel.
Aparentemente, cierto tipo de sufrimiento mortal puede ser un
saludable astringente contra la apatía de la mente subconsciente,
cuando advertencias más sutiles no han logrado convencer al ego de
que ha de esforzarse por su bien. La frase,
"El Señor castiga a aquel a quien ama," encierra más amor que ironía,
cuando se mira de este modo.
Las Lecturas dividen el karma en dos amplias categorías: el karma
emocional y el karma físico. Cada una de ellas tiene necesariamente
sus aspectos positivos y negativos, su parte buena y su parte mala.
Bajo el encabezamiento de karma emocional negativo figuran síntomas
como matrimonios incompatibles, alcoholismo, impotencia, neurosis
como la manía depresiva y la paranoia, perversiones mentales, e
incluso la posesión tal como se entendía en el medioevo.
A nivel físico, se manifiesta en defectos como la sordera, la ceguera,
defectos del habla, y enfermedades mortales como la leucemia y la
esclerosis múltiple.
La vida de Cayce como vidente estuvo dedicada fundamentalmente a
la realización de diagnósticos precisos sobre dolencias físicas. No
obstante, muchas veces descubrió que los orígenes de tales dolencias
no eran físicos, sino que se remontaban a ese momento inevitable en
el cual brilla la verdad en el subconsciente, y el yo ha de responderse a
sí mismo. El asesino que derramó sangre inocente en una vida ha de
compensar esa acción en otra vida derramando simbólicamente su
propia sangre. Más de un caso de leucemia tiene como origen esta
especie de ajuste de cuentas.

Pero el remedio no ha de ser siempre tan drástico como lo fue en el


caso de Paul Durbin. El alma siempre dispone de una alternativa, la
Ley de la Gracia. Puede librarse de las deudas acumuladas,
dedicándose generosamente a hacer el bien a quienes son todavía
más desgraciados. En palabras de Cayce:
"Recogerás lo que hayas sembrado, a menos que hayas pasado de la
ley camal, o kármica, a la Ley de la Gracia". La mayoría de las almas
parecen flotar entre estos dos extremos.
El siguiente ejemplo de karma físico es el caso de una mujer que
superó con éxito un reto al que hubo de hacer frente.
Stella Kirby, una mujer tranquila, retraída, divorciada y con un hijo que
mantener, fue asesorada por una amiga, que le dijo que debería
realizar los estudios de asistente técnico sanitario.
Tan pronto como terminó los citados estudios, le dijeron que solicitara
un puesto en el que ofrecían casi el doble de los honorarios que
normalmente reciben las enfermeras. Fue entrevistada por el ama de
llaves de una gran mansión, una mujer agradable que le tomó aprecio
inmediatamente y la contrató al momento. El servicio de la casa era
bueno, la comida era excelente, y las habitaciones de la enfermera casi
lujosas. Todo ello, unido al generoso salario ofrecido, era más de lo
que Stella podía esperar. Pero cuando fue conducida al dormitorio del
paciente, descubrió a un retrasado mental de 57 años. Su cama estaba
metida en una jaula de hierro, y él se hallaba allí sentado, haciendo
trizas su ropa, con los ojos en blanco, e incapaz de realizar las
funciones normales de cualquier ser humano. No podía hablar, ni
responder cuando le hablaban. Tenía que ser alimentado como un
bebé, a veces a la fuerza, y no había forma de que estuviera limpio.
Consternada, pero decidida a hacer todo lo que estuviera en sus
manos, a pesar de la repugnancia que le inspiraba, Stella entró en la
jaula dispuesta a bañarlo, y en cuanto lo tocó sintió una nausea tan
fuerte que hubo de salir al cuarto de baño y vomitar.
Como la repugnancia que sentía no parecía disminuir, comprendió que
tenía que dejar ese trabajo y renunciar a la seguridad económica que
tanto anhelaba. Afortunadamente, pudo viajar hasta Virginia Beach y
rogar a Edgar Cayce que le ayudara. De ese modo nos fue posible
conocer uno de los casos reales más extraños que Cayce estudió.

Por dos veces, se habían cruzado en el pasado las sendas de Stella y


de su paciente. En Egipto, él había sido su hijo. Pero la repugnancia
que le provocaba provenía de una vida en Oriente Medio, en la que él
había sido un acaudalado filántropo de clase alta, muy estimado por su
generosidad, pero que, en cambio, en privado tenía un harén de
jovencitas que eran obligadas a realizar prácticas sexuales aberrantes,
habiendo sido ella una de las mujeres implicadas.
El recuerdo de semejante degradación había acudido a la mente de
Stella en el momento en que ella había tocado la carne de ese hombre.
Ese pobre diablo, rodeado nuevamente de todos los lujos y
comodidades materiales, había encontrado su karma, la venganza.
Cuesta imaginar que pueda haber un alma más desvalida y degradada
que esa.
Y, sin embargo, Cayce insistió (como en otros casos similares a ése)
en que esa mente lesionada era capaz de reaccionar ante el amor, y
que Stella debía aprender a amarlo si es que pretendía superar sus
propias barreras kármicas. El irse de esa casa no solucionaba nada: el
lazo que los unía continuaría existiendo en el futuro, el problema no
estaría resuelto.
Años después, Stella describió cuál había sido su primera reacción al
escuchar la Lectura. La idea de la reencarnación era algo nuevo para
ella, pero reaccionó instintivamente. Dios no había sido una realidad
para ella anteriormente; no Lo había tenido claro; pero ahora descubría
que era capaz de comprenderlo.
Toda su vida había sentido tal compasión por los lisiados que antes del
nacimiento de su hija, lo único que temía es que naciera con las
piernas deformes. Ello se debía a que en el pasado había vivido una
vida en Palestina, cuidando de los enfermos y mutilados, una
experiencia por la que podía ser recompensada una y mil veces en la
vida actual. Incluso el ama de llaves que la había contratado había
vivido con ella en Palestina, y ello justificaba el que se hubieran caído
tan bien mutuamente desde el principio.
Stella se quedó, pero la idea de transmitir amor a esa lastimosa criatura
que estaba cuidando era demasiado para ella.
Varias veces se sintió derrotada, pero las Lecturas siempre la
animaban a seguir intentándolo y finalmente su paciente empezó a
responder. La obedecía en todo, comía su comida en lugar de
rechazarla, empezó a mantenerse limpio, y dejó de hacer trizas la ropa.
Y cuando Stella se movía por la habitación los ojos de su paciente la
seguían con absoluta devoción.
Su amor había alcanzado ese cerebro paralizado, tal como Cayce
había pronosticado; y al darse cuenta de que nuevamente era amado,
se liberó de su propio infierno. Podría haber permanecido así una serie
interminable de años, pero murió tranquilamente en menos de dos
años, y Stella pudo proseguir una vida estable y gratificante.
Cayce en las Lecturas no se refirió por compasión a la relación entre
esas dos almas en Egipto, cuando Stella había sido su madre, pero
como no hay efecto sin causa, difícilmente habría sido Stella víctima de
tales aberraciones sexuales en Oriente Medio, si no hubiera estado en
deuda con él. Podemos imaginar que no se portó bien con su hijo en
Egipto, ya fuera por negligencia o por rechazo, en un momento en que
su ayuda podría haber impedido que éste se lanzara por esa senda de
autoanulación que los volvió a reunir en Oriente Medio. Y también
entonces, ella le negó el amor que podría haber hecho reaccionar a
esa alma disoluta, y prolongó su desgracia una vida más.

El Caso del Niño Mongólico


El karma físico y el karma emocional se combinan nuevamente en el
siguiente caso real. Se trata de un hombre y una mujer cuyas vidas
habían estado muy relacionadas en, por lo menos, dos de sus vidas
anteriores. Se podría decir que ambos eran almas muy evolucionadas,
pero no obstante se enfrentaban con un reto, una prueba, en la que
podrían haber fracasado de no haber sido por la ayuda de la Lectura de
Sus Vidas.
Myra y David Cobler tenían un niño de seis años que era mongólico.
Los Cobler preguntaron si había que echarle la culpa a su conducta en
vidas pasadas, y la respuesta fue expresada con una gran delicadeza.
No todas las vidas "habían sido hermosas," y aunque esta vida había
resultado hasta el momento muy decepcionante, los grandes deseos
que Myra tenía de llegar a ser novelista podían hacerse realidad si
utilizaba como tema las lecciones que estaba aprendiendo en su propio
hogar desde el sufrimiento. Su naturaleza apasionada, sus ansias de
afecto, y su profunda soledad espiritual podían transformarse en algo
positivo. En cuanto al amor, la paciencia y las atenciones que el niño
necesitaba, al darle estas cosas cada vez con más libertad, estaba
creando una vida hermosa para el próximo hijo que fuera a tener.
Edgar le dijo: "No te culpes, no culpes a tu compañero.
No culpes a Dios". Ella y su marido habían llegado a ese nivel en el que
"El Yo ha de encontrarse con el yo," para juntos poner en orden sus
historiales. Si lo lograban, podrían ayudar al alma de su hijo a liberarse
de su propio karma para que nunca volviera a necesitar encarnarse en
un cuerpo deforme.
En cuanto al alma del niño, dijo Edgar: "Es un problema entre tú y Dios,
el no marginarla hasta que El, que da la Vida, considere oportuno
llamarla para que regrese a casa a prepararse para esa vida mejor que
tú con tu bondad has hecho posible para tu prójimo".
¿Qué había hecho Myra para tener semejante destino? Su vida anterior
había sido muy desgraciada. Había vivido en un puesto fronterizo en el
Oeste con el nombre de Jane Richter; la miseria que la había rodeado
en esa vida había provocado los intensos deseos que tenía en ésta por
hacer que su hogar fuera agradable y seguro.
A continuación, la Lectura le siguió la pista hasta Palestina, "cuando el
Maestro estaba en la Tierra". Se llamaba Dorcas, nombre que hacía
pensar en una mujer griega o romana, al igual que su escepticismo
ante los poderes sobrenaturales del Mesías. No se había molestado en
buscarlo, ni en juzgar por sí misma, "la Entidad se burlaba, incluso
regañaba a aquellos"
Quienes creían que era efectivamente Hijo de Dios. Hasta que el día de
Pentecostés sus caminos se cruzaron. Y cuando ella vio la bajada del
Espíritu Santo, se convirtió, pero le parecía que era demasiado tarde
para expiar su apostasía. Y Edgar le dijo: "Pero nunca es tarde para
enmendar los defectos, porque la vida es eterna, y hoy eres lo que eres
por lo que fuiste. Pues has colaborado con tu Creador en la creación,
para que un día estés presente con todos aquellos que aman Su
venida".
En la vida que vivió en Palestina, la línea del destino de su marido se
Unió con la suya. El era uno de los Setenta escogidos para difundir la
Palabra de Dios por toda la Tierra, pero no lo hizo bien porque tomó
algunas de las Enseñanzas en sentido literal en lugar de considerarlas
como algo simbólico. Sobre todo se sintió muy ofendido ante el
contenido absolutamente espiritual del mensaje "Sólo si comes Mi
cuerpo, tendrás parte de Mí".
Se llamaba Elías y era amigo de dos de los discípulos, aunque se
"inclinaba más por Andrés, que era serio, que por el ruidoso Pedro,"
pues con Andrés podía razonar mientras que con Pedro sólo discutía.
La lectura sugería a continuación que si David y Myra volvían a
armonizar sus recuerdos con los razonamientos que en otros tiempos
habían escuchado a esos dos discípulos, volverían a tener actitudes
mentales positivas.
"Pues la Ley del Señor es perfecta. Convierte al alma si no se hace mal
uso de ella, al aplicarla. Tal como la Entidad aprendió en su experiencia
como Elías, la curación física sin un cambio en los aspectos mental y
espiritual, ayuda poco al individuo en último término".
Se indica -muy de pasada- una vida en el Egipto del año 10.000 A.C.,
en la que David, con el nombre de Atel El, había trabajado como
ayudante de cirujanos en un Templo de Curación, y Myra había
aprendido bellas artes en un Templo similar.
Esta época contempló el desarrollo de una subraza de almas
primitivas, cuya evolución hasta alcanzar el nivel de cuerpos "hechos a
imagen y semejanza de Dios," había experimentado un retraso. Estos
humanoides o mutantes están muy presentes en la historia de la
Atlántida. Se trata de una forma primitiva de vida antidiluviana, que
aparece tenuemente reflejada por última vez en el Calibán de
Shakespeare, y en los faunos, centauros y minotauros de la mitología
griega. Eran en su mayoría bestias de carga, indefensas y dignas de
compasión, que habían sido utilizadas para los trabajos más duros por
los habitantes de la Atlántida, y la finalidad del Templo era acelerar su
evolución mediante la cirugía. Ello implicaba la utilización del láser,
seguida de ceremonias de purificación en nombre del Dios Uno. Así
pues, cabe deducir que en tiempos tan remotos esas dos almas
aprendieron a cuidar en primer lugar de los mutilados y los indefensos;
y que esa alma en apuros que se había acercado a ellos en esta vida
en el niño mongólico, lo había hecho porque se acordaba de la ayuda
que le habían proporcionado y la compasión que habían demostrado
cuando luchaba por alcanzar la condición humana.

Ello explicaría la profunda compasión y preocupación que transmite la


lectura dirigida a los tres. Uno tiene la impresión de que si se han
apartado del camino escogido para ellos, lo cierto es que se han
desviado muy poco. Los vínculos forjados en Palestina eran demasiado
fuertes para fallar por completo.
¿Quién de ellos pudiera haberse apartado algo del camino
últimamente? David, tal vez.
En la vida anterior a la actual había sido William Cowper, "un
historiador" de la época de la Revolución Americana, cuando
Washington subió la moral de sus tropas en Trenton, antes de que
cambiara el rumbo de la guerra y alcanzaran finalmente la victoria. Por
entonces William Cowper, que era el encargado del avituallamiento de
esa sección del Ejército, se vio envuelto en una especie de desastre
militar en el que perdieron piernas y brazos algunos de los patriotas
que se habían alistado como voluntarios.
La lectura dice misteriosamente: "Aquí hay que hacer una advertencia.
Cuidado con el cuerpo que es deforme, o si falta parte de un miembro o
una función orgánica; podría traer la desgracia”.
Aparentemente, Cowper había caído en una emboscada de los
británicos. Furioso por la carnicería, echó la culpa a sus propios
oficiales, aun cuando no había sido culpa de "los que tenían el mando,
sino un simple accidente". Pero la tremenda impresión que le había
producido ver a sus compañeros muertos y mutilados quedó grabada
en su memoria. En esa vida no había podido perdonar a sus oficiales, y
su incapacidad para perdonar se estaba manifestando en la vida actual
constituyendo un tremendo obstáculo para alcanzar la tranquilidad de
espíritu. En cuanto veía a un mutilado, sentía nuevamente una gran
amargura, la sensación de que se había cometido una injusticia
nublaba su razón, incluso cuando se trataba de su hijo incapacitado.
Lo que necesitaba con urgencia era ejercer el perdón y la tolerancia, y
mostrar una gran comprensión en sus relaciones con los demás. Sólo
así podría enfocar constructivamente sus problemas emocionales.
El amor casi paternal que reflejan estas dos lecturas deja pocas dudas
sobre el amor que Myra y David Cobler sentían por su hijo mongólico al
que cuidarían hasta que "Aquel que Da la Vida creyera oportuno
llamarlo a su Morada".

Así pues, esto podría ser un ejemplo de cómo la Ley de la Gracia


reemplaza a la ley del karma, haciendo borrón y cuenta nueva de las
deudas acumuladas.
¿Y el niño? En una lectura dedicada a un niño con un retraso crónico
hay una indicación al respecto, Este alma ocupó un puesto
preeminente en la corte inglesa en una encamación.
Una posición muy parecida a la del voluptuoso Lord Buckingham, quien
abusó de sus privilegios y de su influencia contribuyendo de ese modo
a la decapitación de Carlos 1, e incluso influyó en la corte francesa,
pues tuvo una aventura amorosa con la Reina que casi acaba con ella.
"La Entidad se apartaba de los desahuciados, de los que tenían
trastornos físicos o mentales, prefiriendo complacer sus apetitos
egoístas. En esta vida vemos cómo esa Entidad está derrotada, y
recoge aquello que sembró en el pasado".
La lectura aprueba la actitud de los padres, que fielmente cuidaron del
niño dándole amor y protección. "Pues gracias al amor y a las
atenciones que prodigáis, la conciencia anímica de esta Entidad podrá
percibir la fuerza del amor verdadero y duradero, y animará a los
individuos a proteger a quienes dependen de sus cuidados, pues el
alma de la Entidad está despertando en estos momentos. Sembrad la
semilla de la verdad, la esperanza y la misericordia, de la generosidad
y la paciencia, para que este alma aprenda finalmente que ¡ Yo soy el
guardián de mi hermano!".
Irene McGinley acudió por primera vez a Edgar Cayce a los diecisiete
años, quería que éste le dedicara una lectura Física. Era una chica
atractiva e inteligente, a la sazón postrada en cama por una erosión del
fémur. Los médicos habían recomendado la amputación de una de sus
piernas a la altura de la cadera para impedir una metástasis. Irene
pertenecía· a una extensa familia acomodada. En su misma casa vivía
también la mujer de uno de sus hermanos mayores. Aun cuando su
cuñada tenía hijos propios, cumplía muy bien el papel de acompañante
y enfermera de Irene. El tratamiento indicado en la lectura Física no
incluía la amputación y decía que estaba en vías de recuperación. Pero
aquí nos interesa analizar la Lectura de las Vidas que solicitó a
continuación.
Nuevamente vemos cómo el karma físico y el karma emocional se
encuentran en un cruce señalado por el destino.

Todas las personas implicadas se daban cuenta de la existencia de


vinculaciones entre unos y otros, pero aparentemente no se producía
ninguno de esos choques de personalidad tan frecuentes en
situaciones de este tipo. Lo único evidente era la aparente injusticia de
la desgracia de Irene.
Decía de Irene la primera Lectura de las Vidas: "De gustos refinados;
una gran agudeza mental; el influjo del amor aportará las experiencias
más importantes, como la constante búsqueda de algo mientras
desarrolla las aptitudes mentales y físicas del yo".
Acto seguido, el tono se toma optimista. Anticipa una vida normal y
productiva. Cayce dice que es una soñadora, que le gusta construir
castillos en el aire, e indica que escribir es la modalidad expresiva y
creativa que mejor le va, pero que sus escritos siempre habrán de estar
anclados en la realidad. En la vida anterior había participado en la
colonización de América.
Las palabras bonitas no significaban mucho para ella, juzgaba a las
personas por sus obras, no por sus buenas intenciones. Era honrada y
franca en sus ideas religiosas, y muy hábil en las labores de aguja.
Pero en la vida anterior a esta última, había estado en la Roma de
Nerón cuando se produjeron las persecuciones de los primeros
cristianos. Entonces era hija de un gobernador, rico e influyente. Y
pudo observar, en medio de una gran cautela y discreción, el impacto
que había tenido el Cristianismo en la forma de vivir de las mujeres de
su casa. Y aquí encontramos la primera clave de su presente infortunio:
"El reírse de la sinceridad de otras personas ha producido defectos
físicos... al igual que e! ser rencoroso, y egoísta".
Cayce comenzó la segunda Lectura de las Vidas describiendo muy
bien el banco de recuerdos de! alma. Las experiencias quedan
grabadas en el Registro Akáshico, que "es para lo mental lo que el cine
para lo físico".
Entonces descubrimos que Kit, su cuñada en la vida actual, fue hija de
uno de los guardas que trabajaban en su casa.
Probablemente habría unos lazos muy estrechos entre ambas chicas,
pues las dos sentían una gran afición por la música, y Kit era tratada
como una igual. Además, Kit se había convertido al Cristianismo en
secreto, y a Irene cada vez le atraían más las enseñanzas del Maestro,
si bien se cuidaba de ocultarlo cuando asistía a las persecuciones que
tenían lugar en el Coliseo. Su comportamiento era perfectamente lógico
y comprensible si tenemos en cuenta la locura de Nerón. Cualquier
dama romana de clase alta que manifestara alguna inclinación hacia el
Cristianismo tenía muchas posibilidades de compartir la arena con los
mártires.
Cuando Cayce se refiere al amor desgraciado, siempre lo hace con
mucho tacto, pero hemos de pensar que Kit conquistó al hombre que
amaba Irene, Y esta última furiosa y deseosa de castigar a ese hombre
delató a su amiga para que su amado viera cómo moría en la arena del
circo. Sentada junto a él se reía de ese horror mientras Kit era herida
gravemente por un animal salvaje y moría a consecuencia de ello ante
sus ojos. La risa de Irene obviamente era una risa histérica producida
por los celos, no una risa cruel, pero el vínculo kármico ya se había
forjado.
Inmediatamente siguió el castigo merecido. Ese hombre, con el
corazón destrozado, jamás logró olvidar ese espantoso espectáculo, y
ella se vio obligada a ver cómo se consumía. Y siempre que oía la
música que Kit y ella habían cantado y tocado juntas "con la lira, el
arpa, y la cítara," sentía unos horribles remordimientos que le hacían
sufrir sin tregua.
"Por tanto, al haberse encontrado con ella en esta vida, la Entidad está
siendo castigada. Es objeto de lástima, burlas, y desdén por su
incapacidad para tomar parte en actividades que requieran la utilización
del cuerpo físico.
"La Entidad podrá ahora superar las dificultades que la rodean, si sabe
cómo hay que vivir la vida; sin desdén, sin desprecio, con paciencia y
con fortaleza, elogiando, agradando a los demás con la música, la
generosidad, las buenas palabras, hablando sólo de aquello que puede
contribuir al perfeccionamiento de la mente, del alma, y del cuerpo...
pues las debilidades de la carne son las cicatrices del alma, y sólo
pueden curarse haciendo que nuestra voluntad sea una con la Suya,
siendo lavados, por decirlo de algún modo, con la sangre del Cordero".
En este caso, el castigo se debe, no a la risa en sí, sino al crimen
pasional, a la cruel traición a una rival cuyas creencias religiosas
compartía en secreto.
¿Y el karma de Kit?
En el Egipto prehistórico y en Arabia, había ganado y perdido. En
Egipto aprendió a cuidar a los demás, lo que la capacita para cuidar a
Irene en la vida actual; pero en Arabia fue una persona presumida que
dio mucha importancia a su posición social, y sintió tremendamente
tener que abandonar ese puesto por la edad.
En la época romana, progresó mucho a nivel espiritual: al escuchar los
sermones que el propio Pablo daba en las reuniones secretas que
tenían lugar en las catacumbas, se convirtió totalmente y murió sin
guardarle ningún rencor a Irene.
Ahora bien, en su vida siguiente, siendo una niña de doce años, vio
como Luis XVI y María Antonieta eran reconocidos cuando iban a
escapar a un lugar seguro, justo antes de que estallara la Revolución
Francesa. Por entonces los ánimos estaban tan enardecidos que quiso
participar en la Revolución, y cuando tuvo edad suficiente marchó
corriendo a París, donde, en medio de tanta agitación, pronto consiguió
ocupar un puesto importante en los círculos políticos, y su
engrandecimiento finalmente provocó su caída.
En la vida actual, había reprimido sus ambiciones personales y había
optado por casarse y preocuparse por el bienestar de los suyos, cosa
muy sabia. La ayuda y las atenciones que prodigó a su cuñada más
joven contribuyeron a contrarrestar las deudas kármicas que había
contraído en otra parte. Incluso llegó a superar su miedo innato a los
animales, derivado de su muerte en la arena.
Irene, a su vez, recuperó la · salud gracias a su Lectura Física. Siguió
los consejos de Cayce y aprendió a tocar el arpa.
Descubrió que estaba dotada para ello y se profesionalizó. Aun cuando
ya no da conciertos, todavía toca el arpa en el jardín de infancia que
dirige, para inculcar en los niños el amor a la música.
Así pues, Irene y Kit son un ejemplo de la aplicación positiva del karma
emocional y el karma físico. Efectivamente, rara vez se manifiesta uno
de estos dos karmas sin que el otro esté operando en las proximidades
de acuerdo con el primero.
Una excepción a tener en cuenta es el caso que vamos a relatar, en el
cual el karma emocional se manifestó sin ninguna evidencia de
incapacidad física. Sólo se trataba de un alma que estaba recibiendo
las recompensas que le aguardan por su "buena conducta".

Dos años antes de la muerte de Edgar Cayce, Norah Connor, una


viuda de 31 años, acudió a él para que la orientara sobre su vocación.
La Lectura comenzaba de este modo: "Sí, aquí tenemos el registro.
¡Qué lío! Pero ¡qué talento el de este alma!'
"He aquí una Entidad que es una combinación de hermosura, elegancia
y amor, por un lado, y de toda la malicia que cabe imaginar, por otro.
"El sufrimiento ha purificado su mente en una gran medida. La ha
inclinado a ayudar a los demás. Esto es maravilloso, pues a la mayoría
de los individuos les viene bien incluso estar en presencia de esta
Entidad.
"¡Qué maravillosa compañía sería esta Entidad en una escuela en la
que se enseñara espiritualidad, y también bondad en el hogar, y en el
ejercicio de la maternidad, y en todo aquello que tiene que ver con
formar una familia! Estas deberían ser las actividades de la Entidad.
"Ciertamente, en la actual situación (Segunda Guerra Mundial), has de
participar en las actividades de la Cruz Roja.
Pues de ese modo podrás animar a muchos que nunca jamás volverán
a quejarse de sus dificultades.
"Pero cuando las presentes circunstancias hayan pasado, únete a otras
personas para desarrollar alguna actividad artística, o para dedicarte a
la sociología o a la política económica, o para emprender algo
relacionado con la emotividad, o con la formación de la personalidad de
los adolescentes. Vuélcate, pues estás muy dotada para ello, estás
muy por encima de la media.
"No permitas que los demás en su delirio te disuadan de lo que tú
sabes que es tu deber mental y espiritual. Conserva ese amor tan bello,
esa esperanza, esa amabilidad, esa cortesía, que son características
innatas en la Entidad".
La Lectura describe a continuación la vida que vivió en el pasado,
cuando era la esposa de un pionero, en los primeros tiempos de la
colonización de América del Norte. En esa vida aprendió a cuidar a las
mujeres y a los niños, a mantener unidos a los colonos, y a protegerse
del hostigamiento de los indios construyendo almacenes para guardar
alimentos y vendando las heridas de los colonos tras los combates".
Posteriormente, con el nombre de Arma Corphon, la Entidad consiguió
crear un ambiente hogareño en un entorno que habría llenado de
vergüenza a muchos hombres por duros que fueran. Pues, a pesar de
las dificultades y de las circunstancias en que estaban inmersos los
nativos, la Entidad entabló amistad con muchos, tras haber aprendido
que la persona no debe ofender a los demás ni debe ser ofendida por
los demás. Con semejante actitud uno, efectivamente, llega a sentirse
en paz. Hay que estar en paz y armonía con uno mismo antes de poder
transmitir paz y armonía a los demás.
"La Entidad lo ha descubierto, a veces no lo consigue; pero si confía en
Él, jamás se cansará de hacer el bien.
"Anteriormente, la Entidad estuvo en Palestina, cuando el Maestro
andaba por la Tierra. La Entidad fue uno de esos niños de Betsaida
que recibieron Su bendición. De ahí viene su deseo, siempre vivo a
partir de esa experiencia, de emular Su risa, Su seriedad, Su
preocupación por los demás. Pues en ese período la Entidad se
esforzó para superar las pruebas que se le plantearon, y
posteriormente, con el nombre de Samanta, infundió ánimos a aquellos
que estaban cansados y se sentían débiles a causa de las tentaciones
de la carne que experimenta a veces el ser humano en el mundo
material. De ahí le viene a la Entidad el ser una anfitriona sumamente
amable, una persona de lo más cariñosa con aquellos que están cerca
y con los que están alejados".
Una de las preguntas escritas que Norah Connor formuló a Edgar
Cayce fue: "¿Hay algún indicio que pueda orientarme sobre la religión
que debo profesar?".
A lo que él contestó: "Más bien, acuérdate de que la religión está
dentro de ti. En cuanto a la confesión religiosa, has de elegir una,
comoquiera que se llame, no porque a ti te convenga sino porque creas
que de ese modo vas a servir mejor. Que tu vida anuncie a Jesucristo".
Finalmente Norah preguntó: "¿Algún otro consejo?". y Cayce le
contestó dedicándole un elogio fuera de lo corriente: "¿Por qué decir a
la hermosura que ha de ser hermosa?
Sigue siendo tan bondadosa".
De la carta de agradecimiento que Norah dirige a Edgar Cayce emana
un retrato bastante claro de esta mujer: "La Lectura efectivamente
manifiesta mis aspiraciones y deseos más íntimos. Lo que más me ha
importado siempre ha sido el hogar, y me encanta servir a los demás.
Actualmente me interesan mucho las ciencias sociales -geografía e
historia- y el inglés, en relación con la comunidad actual y las
cuestiones internacionales.
"En cuanto a la música y el arte aludidos anteriormente, lo que a mí me
ha interesado ha sido más bien su utilización ritual. Creo que la
asignatura que más me gustó en el colegio, y en la que me pusieron un
sobresaliente, fue las Bellas Artes en relación con la Religión.
"Sé que tiene que haber "paz y armonía" dentro de mí, si he de darlo a
los demás. Y cuando pierdo la paz y la armonía, soy como un alma
perdida que lucha por volver al buen camino.
"He cambiado de trabajo tantas veces que pienso que debería realizar
el mismo trabajo por lo menos durante un año.
Me doy cuenta de que sólo puedo aprovechar una oportunidad cuando
ésta me sale al paso, pero estoy muy confusa. (Como ya me dijiste,
"¡qué lío!")".
Mientras duró la guerra Norah trabajó en la Cruz Roja y descubrió que
era una organizadora innata. Llegó a ocupar un cargo ejecutivo, al que
sólo unos pocos lograron acceder. Las emergencias sacaron a la luz lo
mejor que había en ella, y al terminar la guerra fue condecorada por los
servicios prestados.
Continuó trabajando en la Cruz Roja, especializándose en labores de
rescate en zonas catastróficas.
Hugh Lynn Cayce indica en su informe, realizado en 1957: "La Sra.
Connor siguió trabajando para la Cruz Roja, tal como sugería la Lectura
que hiciera. Nos preguntamos si para realizar labores de rescate en el
río Delaware y en Luisiana hubo de viajar a las regiones relacionadas
en la Lectura con la "época de la colonización, unos tiempos en los que
hubo de superar dificultades casi insalvables y lo hizo muy bien".
"Asimismo, habló de los problemas que tenía con un superior que la
dirigía en las labores de rescate, y la palabra "desvaríos" que figura en
la Lectura de las Vidas dirigida a ella puede muy bien aplicarse a las
críticas de dicho supervisor en relación con su excesivo celo a la hora
de ayudar y consolar a los supervivientes de las inundaciones.
"Ahora trabaja en la Universidad de Boston, es la encargada de un
colegio mayor de 150 niñas. Desea prepararse para trabajar en
establecimientos más pequeños, donde pueda dedicarse totalmente a
la formación de chicas más jóvenes, tal como le sugería la citada
Lectura. También dijo que le encantaba trabajar con las Scouts
(Exploradoras), sobre todo en actividades al aire libre, acampadas, etc.
"Interesa señalar que la entrevista fue sumamente agradable, y, a mi
modo de ver, confirma plenamente la valoración de su personalidad
realizada en la referida Lectura".

Miedo al Parto
"Estoy a punto de enloquecer y suicidarme, me siento la mujer más
desgraciada de la Tierra, y soy casi una toxicómana," dice un extracto
de uno de los casos más documentados. Flora Lingstrand, nacida en
1879, tenía cuarenta y seis años cuando escribió pidiendo ayuda. Sus
problemas empezaron con su madre, una neurótica cuyo miedo a morir
en el parto fue aumentando con los nacimientos de sus seis hijos. Los
partos se desarrollaron con toda normalidad, pero ella destrozó la
infancia de Flora con su fijación. Y cuando finalmente Flora decidió
casarse, descubrió que había heredado esa fobia. Su esposo era un
hombre honrado y comprensivo, que hizo todo lo que pudo por
comprenderla y ayudarla, pero el control de la natalidad, al parecer, era
algo impensable en esos tiempos, y Flora tenía tal miedo a quedarse
embarazada que finalmente se separó de él. El siguió ayudándola,
dándole todo el dinero que podía, y Flora, mal aconsejada, decidió
extirparse los ovarios.
En las cartas llenas de incoherencias que dirigió a Edgar Cayce, Flora
dio a entender que habían utilizado radio, y que el "bromuro" que
posteriormente le administraron creó en ella una adicción a los
narcóticos. Además, padecía una bulimia crónica y había consultado a
varios psiquiatras.
"No puedo ir a otro sanatorio, porque los psicoanalistas no hacen más
que hablar de mi vida sexual...dicen que la abstinencia ha provocado
mis ataques de nervios y mi miedo a dar a luz. Cuando me dijeron eso,
quedó grabado en mi mente hasta el punto de no poder soportar la
proximidad de mi marido.
“Tengo miedo todo el rato, y el miedo es algo horrible". Flora era un
personaje trágico. Estaba tan obsesionada con ella misma que no
prestaba ninguna atención a las necesidades de los demás, y ahí
estaba su salvación. Hoy en día, sus largas cartas resultan patéticas, si
bien uno queda en cierto modo con la impresión de que los
remordimientos que tiene de vez en cuando por el sufrimiento que está
causando a su marido son "sólo palabras".
La lectura de las vidas a ella destinada le asegura una y otra vez que
su caso no es tan desesperado como ella pretende, pero establece
claramente en la primera página que el origen de sus problemas está
en el afán de gloria personal, en "los deseos de la carne," y en lo poco
que le importan los derechos de los demás, y que es necesario que su
alma llegue a corregir estos defectos que tiene desde hace tiempo.
"Alguien adorable, alguien con altas aspiraciones, no alcanzó muchas
cosas. El objetivo siempre se le iba de las manos cuando estaba a
punto de alcanzarlo. Por lo que se refiere a la finalidad, bien. Por lo que
se refiere a las acciones que emanan de dentro, y a la utilización de la
voluntad para la propia persona, no muy bien. Sus relaciones con los
demás, en una gran medida, excelentes, sus relaciones con el propio
yo, escasas".
En su vida anterior se llamó Sara Golden, fue uno de los bandidos que
llegó a Roanoke en Carolina, "La Colonia Perdida", que desapareció
sin dejar rastro en 1590.
Allí hubo de presenciar cómo todos sus hijos "le eran arrebatados para
ser arrojados al fuego, y vivió aterrorizada el resto de sus días". Perdió
la razón, y empezó a maldecir a Dios por haber permitido que sus hijos
fueran aniquilados. "Esto le produce, actualmente, a la Entidad ese
miedo a tener hijos... y ha motivado la presencia de fuerzas
destructivas en la vida (actual) de la Entidad".
En pocas palabras, había regresado a este mundo sin esperanza de
lograr el perdón del Dios al que había insultado.
Pero esto es una manifestación de su propia culpa, no la venganza de
una deidad secular; por tanto, su pecado va dirigido exclusivamente
contra ella misma.
Malgastó la vida anterior a esta última en la corte francesa de uno de
los Carlos, lo cual quiere decir que esa vida se desarrolló antes del
1515, "tiempos oscuros de traidores y asesinos". Fue uno de los
servidores del Rey, entregado al libertinaje, cometió grandes excesos,
y de ahí arranca su posterior infelicidad doméstica. Sólo si nos
remontamos a la antigua Grecia podemos ver a esa alma en un estado
puro, libre de corrupción. Y en el Egipto prehistórico "permaneció
inmaculada" cual sacerdotisa de un Templo de Iniciación.
La Lectura termina sin prometer ninguna panacea rápida: "La Entidad
sólo triunfará si sirve a los demás, pues si atiende exclusivamente a su
yo, sin importarle el bien que pueda hacer al otro, el yo obstaculizará su
evolución. Cuando levantamos una barrera entre nosotros y nuestros
socios, amigos, y familiares, hemos de echarla abajo deliberadamente,
si queremos ocupar ese puesto que cada individuo ha de ocupar, que
existe en el plano físico.
" ... Esas fuerzas espirituales innatas pueden quedar anuladas por los
deseos de la carne. Pero siempre será posible despertarlas y hacer
que influyan positivamente en la vida de cada individuo. Pero habrá
que sojuzgar el ego para que eso pueda producirse".
A continuación la Lectura sugiere que Flora desarrolle sus dotes de
escritora que permanecen ocultos, y que escoja como tema una
filosofía positiva que resulte edificante para los lectores.
Flora Lingstrad cogió la mano que Edgar Cayce le tendió con el ansia
de quien está ahogándose, pero uno queda con la sensación de que, a
pesar de las manifestaciones de gratitud que prodigó, esperaba que
una especie de milagro le librara de realizar cualquier esfuerzo
personal en interés propio.
Con frecuencia nos topamos con la tendencia a esperar· que Edgar
actúe -contrariamente a lo que él ha advertido-, no como consejero,
sino como el Ángel Que Movió las Aguas del Estanque de Bethesda.
Se esperaba que la simple inmersión produjera la curación total. Pero
Edgar jamás se apartó de su principio fundamental: sólo la fe en un
Dios bondadoso y misericordioso hace posible que el alma se analice
nuevamente a sí misma y se corrija.
Por la misma razón, Cayce nunca tuvo pelos en la lengua cuando el
individuo debido a su cansancio o autocompasión se sentía víctima de
un karma desafortunado.
Una joven le preguntó: "¿Existe alguna deuda kármica que haya que
saldar con uno de los progenitores o con los dos?
¿Acaso debo quedarme con ellos hasta conseguir que sean más
generosos y amables conmigo?". Y él contestó con cierta crispación:
"¿Y qué es la deuda kármica? Has convertido esto en una pesadilla. No
hay una deuda kármica entre tú y tus padres; la deuda kármica la
tienes con tu propio yo y la puedes saldar con tus socios en la vida
actual y esto es una realidad que afecta a todas las almas".
"¿Qué es mejor, que me quede con mi familia ahora o que trate de
conseguir dinero prestado para tener una casa propia?".
Edgar le aconsejó: "Mejor es que te quedes. Si continúa el
antagonismo entre tú y tu familia, entonces cambia de domicilio. El
separarse en estos momentos no sólo engendraría animosidad y
rencor en tu persona, sino también en los demás miembros de tu
familia, lo cual generaría lo que tú has aprendido, o te han enseñado, a
llamar karma".
Su siguiente pregunta fue convenientemente adaptada:
"¿Qué problemas de personalidad tengo yo que sean un obstáculo
para mí, física y mentalmente?". y él dijo con amabilidad: "Nada, sólo
excepto una evaluación incorrecta por supuesto de tu persona en la
presente experiencia".

Arrogancia y Fariseísmo
Ahora vamos a ocuparnos del karma emocional de una hermosa mujer
de treinta y pocos años que abusaba de la bebida y tenía una conducta
muy promiscua. Cuando estaba sobria se dirigía amargos reproches,
pero volvía a hacer lo mismo. Su Lectura le informó sobre el origen de
su ninfomanía. Provenía de una encarnación en Francia, en la cual
había sido hija del rey.
Fue ésa una época caracterizada por la inmoralidad y el materialismo,
y la Entidad no vaciló en ponerse a juzgar a mujeres más débiles que
ella. En sus condenas farisaicas apenas tenían cabida la tolerancia y la
compasión. Finalmente, se retiró a un convento para no "ser
contaminada" por el prójimo, dejando, por supuesto, una estela de
persecuciones tras ella.
"Condenaste a aquellos cuyas actividades iban directamente contra la
ley. Pero ¿acaso comete el mayor de los errores quien sucumbe a las
tentaciones de la carne? Pues debería saberse que condenar a los
demás es condenarse a uno mismo.
¿Qué pecado es más grave?".
El odio y la arrogancia persiguieron también a una mujer que llegó a
quitarse la vida en una encamación en Persia. Era una mujer orgullosa,
hija del acaudalado jefe de una tribu, que fue capturada por unos
beduinos y entregada en matrimonio a un joven capitán que se había
enamorado perdidamente de ella. Ello podría haber constituido una
oportunidad para el perfeccionamiento de su alma, pero para una mujer
tan orgullosa, fue una acción degradante e intolerable. Cuando le dio
un hijo, no halló ningún consuelo en la maternidad. Incapaz de vencer
el odio que sentía y el desprecio que le inspiraban sus raptores, se
suicidó, abandonando al bebé a su suerte.
Actualmente, soltera y sola en la vida, tanto ansía tener una hijita que
incluso está dispuesta a adoptarla. No lo ha conseguido porque se ha
visto envuelta en un interminable romance que le ha hecho malgastar
muchos años de su vida.
Sobre su incompatible pareja preguntó: "¿Por qué he recibido un trato
tan injusto de él, cuando me he esforzado tanto por ser justa y buena?".
Cayce le dijo: "Como él te trata en el presente, lo trataste tú en la vida
en Persia. Lo que hagas a los demás, te harán a ti".
El mismo bumerang golpeó a un joven que había trabajado como
caricaturista en la corte de Luis XVI. Este hombre había satirizado a los
desdichados cortesanos que eran incapaces de disimular su
homosexualidad. En esta vida sufre porque tiene que luchar contra
semejante inclinación. La Lectura a él dirigida le sirvió de ayuda, pero
vuelve a señalar que: "Lo que hacemos a los demás, nos lo hacemos a
nosotros mismos".

Un Credo Definitivo
La filosofía de las Lecturas de las Vidas adquiere una universalidad tal
en el siguiente extracto que uno se siente tentado a denominarlo credo
definitivo para todo alma viviente, con independencia de su sexo o
edad.
"Descubrimos que de Saturno provienen los cambios súbitos que han
sido y son característicos de la Entidad, y Marte también desempeña
un papel en ello. Cuando estos dos planetas están juntos, hay una
influencia adversa, una ira o locura, que perturba en una gran medida
el estado mental de la Entidad.
"Por tanto le conviene a la Entidad tener delante un ideal, no por el
mero hecho de ser idealista, sino en tanto en cuanto sirve como patrón
para poder valorar sus propias acciones. Pues el ideal de lo que está
bien no puede referirse exclusivamente al propio yo.
"Pues si quieres tener vida, has de dar vida. Estas leyes se aplican en
plano espiritual y también en la práctica. Pues la Mente es el
Constructor.
"Si quieres tener amor, has de dar amor. Si quieres tener amigos, has
de mostrarte amable. Si quieres tener paz y armonía, olvídate de tu ego
y contribuye a generar paz y armonía en tu comunidad.
"Pues todas las almas están en proceso de desarrollo, hasta llegar a
ser plenamente conscientes de su Creador. Y el Señor ha dicho: "Lo
que hagáis al más pequeño de vuestros semejantes, día a día, me lo
estáis haciendo a Mí, vuestro Dios".
"No te dejes engañar y no malinterpretes. Dios no es burlado. Pues lo
que el hombre siembre, eso cosechará, y constantemente se
encontrará consigo mismo.
"Si tratas de hacerle frente tú solo, por ti mismo, entonces se convertirá
en karma. Pero haz el bien, tal como El ha dicho, a quienes te
maltratan, y de ese modo superarás todo aquello que hayas podido
hacer al prójimo".

Dejad que los Niños Se Acerquen a mí


Quizás el ejemplo más emotivo de karma emocional en su sentido más
positivo sea el de Edgar y Gertrude Cayce.
Su segundo hijo, Milton Porter Cayce, nació el 28 de marzo de 1910 a
las 8:30 y murió dos meses más tarde, el17 de Mayo a las 11:15. Edgar
que había logrado salvar la vida a tantos niños; no pudo salvar la de su
propio hijo, y aunque jamás habló de este tema, constituyó para él una
obsesión hasta que soñó, durante la Primera Guerra Mundial, que se
reunía con algunos de sus catequistas, muertos en la batalla de
Flandes, y hablaba con ellos. Todavía en sueños, comprendió que si
había podido ver a estos jóvenes soldados vivos y felices, habría algún
sistema para poder volver a ver a su propio hijo. E inmediatamente se
encontró ante varias filas de bebés. Vio a su hijo en una de las filas que
estaban más arriba, y éste le sonrió al reconocerlo. Se despertó
aliviado y jamás volvió a temer por el bienestar y la seguridad del alma
del pequeño.
"Posteriormente, casi veinte años después, el25 de Mayo de 1936,
realizó una lectura ordinaria sobre un muchacho de trece años, hijo de
un médico, nacido en Pekín, China, el 31 de Marzo de 1923. Empezó
como de costumbre retrocediendo en el tiempo desde el presente hasta
la fecha de nacimiento del muchacho, y señaló el importante cambio
que se había producido en su forma de ver las cosas cuando su familia
regresó con él a los Estados Unidos.
Entonces inesperadamente anunció "aquellos que participaban en esa
empresa" estaban en condiciones de estudiar directamente el caso.
Esa Entidad, ahora llamada David Hoffman, había permanecido en el
plano de la Tierra en la experiencia anterior solamente unas semanas,
entró el 28 de Marzo de 1910 a las 8:30 de la noche y salió el 17 de
Mayo a las 11:15. y añadió, refiriéndose a Gertrude: "Su madre lo
conocería en el momento actual". Ello implicaba que lo reconocería de
forma instintiva en cuanto lo volviera a ver. Explicó que el muchacho
había muerto porque: "Había habido trastornos demasiado importantes
a nivel mental y práctico en el momento de la gestación, para que esa
alma pudiera permanecer en la Tierra". Por esa razón, el alma tenía
pocas posibilidades, o ninguna, de evolucionar. Pero ahora que había
quedado claro que David en otros tiempos había sido su hijo, "el
conocimiento y el recuerdo de tales cosas aportará experiencias muy
útiles para el desarrollo del alma de la Entidad".
Luego se ocupó con todo detalle de los posibles puntos flacos del
muchacho en el plano físico. Su sistema digestivo era muy delicado, el
colon y el apéndice podían quedar afectados, "cuidado con dichos
órganos, no vaya a ser que se interrumpan de golpe las oportunidades
de que dispone la Entidad; pues ... tales puntos flacos son como una
superposición, en el plano material, de otras experiencias terrenales.
En la vida anterior a su breve estancia con el nombre de Milton Porter
Cayce, trabajó como secretario para Adams y Hamilton en Boston,
mientras se elaboró la Constitución; Y por ello en la vida actual estaba
capacitado para trabajar para hombres con mucho poder sin sentir
ningún temor ni turbación, "pues los ideales de la Entidad,
naturalmente, son elevados".
En la vida anterior a esta última "la Entidad fue uno de los hijos de un
tal Bartellius, vivió en Palestina y recibió la bendición de Jesús, el
Maestro. El muchacho pasó grandes apuros no sólo por defender las
causas que apoyaban su gente y sus padres, sino también los dogmas
que sostenía el mismo".
Esa experiencia le sirvió para desarrollar unos ideales elevados, pues
siempre que una Lectura decía que un niño había sido tocado por la
mano de Jesús, ese recuerdo imborrable había quedado grabado en la
memoria de esa alma como una bendición.
Su primera vida discurrió en el Egipto prehistórico. Fue uno de los
refugiados procedentes del continente de la Atlántida, en proceso de
hundimiento. Se llamaba Aart Elth. Con toda seguridad, ése era el
nombre que se daba en Egipto al profesor que se consagraba al
servicio del Templo.
"Aunque la Entidad era joven cuando viajó al interior de Egipto, ayudó a
la creación de unos dispositivos mecánicos para tallar piedra en los
templos de los servicios religiosos y en los templos de los sacrificios.
"De ahí que, en la vida actual, esas cosas (si bien a un nivel más
elevado) a veces den lugar a experiencias muy especiales, como
sucede con la música, que actúa sobre la totalidad de las fuerzas
físicas.
"Ello debería ayudar a la Entidad, en primer lugar, a conocerse mejor a
sí misma, a saber cuáles son los puntos flacos de su cuerpo, sus
aptitudes mentales... para, de ese modo, coordinando esfuerzos y
consagrándose, tener grandes experiencias en esta vida ... pues,
conforme vayan desarrollándose el cuerpo y la mente, cada una de las
siguientes ramas debería brindar una oportunidad, constituir una salida:
las de naturaleza mecánica, las de naturaleza musical, las de
naturaleza biológica, que incluirían el mundo de los insectos y su
influencia en el medio ambiente del hombre".
Cuando Edgar recobró la conciencia, su mujer le dijo con lágrimas de
alegría que había ayudado a su hijo muerto a prepararse para su nueva
vida.
Un año más tarde, el Dr. Hoffman llevó al muchacho a Nueva York para
que conociera a Gertrude y a Edgar. David, por supuesto, jamás se
enteró del lazo que existía entre ellos; pero, tal como había anticipado
Edgar, Gertrude se sintió tan atraída por el muchacho que le costó
mucho disimular sus auténticos sentimientos.
Cuesta imaginar que haya podido producirse una situación más
singular en la historia de Edgar Cayce, dedicado a servir
incansablemente al prójimo. Este suceso tuvo una doble finalidad, por
un lado consoló a los padres que habían perdido a su hijo, y por otro
ayudó a los padres de un muchacho de trece años a protegerlo de las
enfermedades que podía padecer en los años de su desarrollo.

CAPITULO CINCO

El Miedo, Un Elemento del Karma Emocional

El Invernadero
Patricia Farrier, una solterona de cuarenta y cinco años, se enteró a
través de una Lectura de que había vivido y muerto en las
proximidades de Fredericksburg, Virginia, con el nombre de Geraldine
Fairfax, cuando América del Norte todavía era una colonia británica. Se
le dijo que todavía existían textos "incluso grabados en piedra" sobre
su historia. Así que viajó con su hermana Emily a Fredericksburg con la
esperanza de localizarlos.
Durante la búsqueda, las hermanas se alojaron en un pequeño hotel
donde pasaron una noche. Cuando se acostaron se sentían bien,
aunque cansadas, por lo que pronto se durmieron.
De repente Emily se despertó al oír el ruido que producía su hermana,
estaba ahogándose. Tenía la cara roja, y luchaba desesperadamente
por respirar. Emily trató sin éxito de sacarla del coma profundo en que
estaba sumida.
Aterrada, Emily pidió ayuda al propietario, pero no consiguieron
despertarla del coma. Parecía estar a punto de morir. Al llegar el
médico, lograron con grandes dificultades que recobrara el
conocimiento y volviera a respirar normalmente.
Las dos hermanas se largaron a toda prisa del hotel esa misma
mañana y acudieron enseguida a Edgar Cayce. Cuando tuvo lugar la
siguiente Lectura, Patricia preguntó: "¿Por qué tengo tanto miedo en la
actualidad?".
Se le dijo que había tenido miedo físico muchas veces en vidas
anteriores, y que estos temores la habían acompañado en la vida
actual, en forma de recuerdos subconscientes.
Un día, cuando tenía trece años y vivía en Fredericksburg, estaba
jugando en el invernadero. Allí sobre unas repisas se guardaban las
plantas de semillero, los esquejes, las patatas y las hierbas durante el
invierno (probablemente, tenía prohibido ir allí sola). De repente, un
pequeño temblor de tierra sacudió la zona, hundiéndose el suelo de la
casa de campo. Las estanterías se vinieron abajo y la niña quedó
enterrada bajo una avalancha de raíces, bulbos y tierra mojada. Murió
asfixiada y sumida en el pánico. Ello se manifestó en la vida actual
como claustrofobia, miedo a las multitudes, miedo a asfixiarse. La
relación directa no se manifestó, sin embargo, hasta que ella y su
hermana pasaron esa noche en el hotel, que posiblemente fue
construido sobre su antigua casa de campo, o estaba lo bastante cerca
de la misma para despertar en ella la angustia que hubo de sentir al
morir en la experiencia anterior.
La Lectura le aconsejó que aprovechara las energías que consumía al
sentir esos temores utilizándolas para algún ideal positivo, cuyo influjo
fuera beneficioso en lugar de perjudicial.
Su karma le permitía desarrollar su capacidad para sentir una profunda
fe religiosa. En Palestina, en tiempos de Jesucristo, perteneció a una
familia que fue testigo de la resurrección de Lázaro por obra del
Maestro, y El Nuevo Testamento le resultaba por tanto muy familiar, a
nivel subconsciente.
Siguió ese consejo y alcanzó un éxito total, formando un grupo de
oración que dedicaba algunas horas del día a rezar por Edgar Cayce,
cuando éste dedicaba sus energías a ayudar a los demás.
La gran dignidad y sencillez de Edgar Cayce se manifiesta de un modo
conmovedor en la carta de agradecimiento que envió a esta señora:
"Querida Sta. Farrier: No encuentro palabras para expresar mi gratitud
por lo mucho que me ha ayudado su grupo de oración, colectiva e
individualmente. Dependo mucho de él. Me siento en una gran medida
como Moisés debió de sentirse cuando necesitaba que Josué y Aarón
le cogieran de la mano. Yo estoy dispuesto, pero la carne es débil, y es
muy necesario poder contar con alguien cuando nos fallan las fuerzas.
Le aseguro que el esfuerzo y la colaboración de cada uno de los
miembros del grupo me ha dado mucha fuerza.
Gracias de todo corazón, Edgar Cayce, 18 de Diciembre, 1931".
Patricia Farrier murió de cáncer en enero de 1939. Cayce se carteó con
ella hasta el final. Explicó a su hermana a través de las Lecturas
Físicas cómo debía tratarla. Cuando Patricia quiso saber cuánto tiempo
tendría que "permanecer en este estado, que tanto dolor le producía,"
él la consoló asegurándole que no era ni mucho menos un castigo,
simplemente la última parte de la lección de paciencia que tenía que
recibir el alma, "como Jesús en el Huerto de los Olivos aprendió
obediencia a través del sufrimiento".
Igualmente conmovedora resulta la comprensión que demostró Cayce
hacia Jane Clephan, una estudiante de 21 años con complejo de
inferioridad que casi la había incapacitado.
Enseguida le habló sobre sus dotes musicales innatos y le recomendó
que los cultivara. También le aseguró que tenía unas aptitudes ocultas
que harían de ella una buena concertista de piano y una excelente
profesora, una vez que recobrara la confianza en sí misma. Pero le
aconsejó que no se casara, a menos que lo hiciera tarde, pues "de no
hacerlo así, el matrimonio le traería grandes insatisfacciones y
tristezas, incluso mayores que las actuales".
Descubrió que el origen de ello estaba en una vida pasada que había
discurrido en Francia. En esa experiencia había estado casada con un
matón que siempre estaba disgustado por algo.
Este hombre estaba tan resentido por "la belleza y afabilidad de la
Entidad que la obligaba a permanecer oculta, a veces a la fuerza".
Todavía permanecía viva en su memoria la imagen de los verdugones
que los latigazos habían dejado en su piel. "De ahí provenía el miedo
que en la actualidad tenía al castigo, a que la malinterpretaran o la
entendieran mal.
"La Entidad se dedicaba entonces a la música pero hubo de dejarlo por
su matrimonio. Así pues, en el presente, será necesario que la Entidad
determine qué tipo de relaciones amistosas le gustaría entablar con los
demás, y luego que empiece a planearlas. Pues los que se proponen
ser amables, tienen amigos".
La Lectura describía a continuación la vida de la Entidad en la época
de las persecuciones contra los cristianos.
"La Entidad aceptó las enseñanzas de los seguidores de Jesús; pero
los suplicios que infligían a los perseguidos llegaron a ser tan
horrorosos que la Entidad se metió de lleno en su duro trabajo con el
fin de mantenerse alejada de las palabras, heridas, desaires y
calumnias.
"Pero has de saber que como tienes tanta fe en tu Creador que puedes
mirar a todo el mundo a la cara sabiendo que no has hecho más que el
bien de pensamiento, palabra y obra, eres buena a los ojos de tu
Creador. Y si el Señor está a tu lado, ¿quién estará contra ti?.
"Antes de esa experiencia, la Entidad había estado en tierras egipcias,
durante la época en la cual se purificaba el cuerpo para la realización
de servicios en el Templo. La Entidad inició entonces una vida de
servicio a los demás, fue lo que ahora llamaríamos una enfermera,
alguien que atiende a los que padecen enfermedades físicas o
mentales.
"Estas etapas pueden formar parte de la experiencia o del deseo actual
de la Entidad, a menos que la timidez impida su aplicación práctica.
"En cuanto a las habilidades de la Entidad en el momento actual:
primero has de encontrarte a ti misma, y descubrir cuál es tu ideal,
mental, espiritual, físico, y luego aplicarlo a tus relaciones con los
demás.
"Estudia música y haz lo mismo, bien como profesora o como
concertista. Pues en ese campo hallarás la armonía en la vida, en la
expresión, y en tu relación con las Fuerzas Creativas.
Estoy preparado para contestar las preguntas".

Jane: "¿Tendré alguna vez amigos íntimos?"


E.C.: "Si llevas a la práctica lo que se te ha indicado, sí".
Jane: "¿Por qué soy tan distraída?"
E. C.: "Por la autocondena. N o te condenes a ti misma. Conócete a ti
misma y vive en ti aquello que hemos indicado".

Jane: "¿Qué instrumentos musicales debería aprender a tocar?"


E.C.: "El piano como instrumento básico, por supuesto, y cualquier
instrumento de cuerda".

Jane: "¿Tengo unas aptitudes mentales y unas condiciones físicas que


me permiten proseguir mi formación académica?"
E.C.: "¡Naturalmente que sí! ¡Debes seguir estudiando!" Jane: "

Jane: ¿Por qué no entré a formar parte de un club femenino de


estudiantes el pasado mes de febrero?"
E.C.: "¡Por miedo! Como ya se te ha dicho, practica aquello que
desearías que los demás hicieran por ti, haciéndolo por los demás".

Jane: "¿Qué coeficiente intelectual tengo?"


E.C.: "Depende de cómo se mida, pero basta para lo que pretendes,
con tal que te esfuerces primero a nivel espiritual y mental, y luego a
nivel material".

Jane: "¿Cómo puedo superar ese miedo tan intenso que siento, ese
temor a tratar con otras personas, a conversar con otros?"
E.C.: "Has de hacer lo que se te ha indicado!"
¿Acaso habría sido posible asesorar con más sencillez y claridad a una
muchacha llena de inhibiciones y que, hasta que le fue dedicada esta
lectura, carecía de medios para ver las cosas con claridad?
Evidentemente, nadie en la situación de Jane habría reconocido que
sus temores eran los de una mujer maltratada, cuyo corazón había sido
destrozado por el sadismo de un patán.
De todas formas, una vez que comprendió cuál era el origen de su
timidez, libró de toda culpa a aquellas personas inocentes a las que
hasta entonces había temido innecesariamente, y las vio con
objetividad y agrado. Su fe en sí misma estaba aprendiendo a dar los
primeros pasos, como si de un bebé se tratara. Esto nos ayuda a
comprender muy bien la respuesta dada por Edgar Cayce a la
pregunta: "¿Por qué no recordamos nuestras vidas pasadas?".
"Efectivamente, Cayce dijo: "No tenemos que recordar, somos la suma
total de nuestros recuerdos". Manifestamos nuestros recuerdos en
nuestras costumbres, nuestras idiosincrasias, nuestras aficiones y
aversiones, nuestras aptitudes y carencias, nuestras fuerzas y
flaquezas, tanto físicas como mentales.
Así, por ejemplo, Edgar Cayce por la vida que vivió como Brainbridge
jamás sintió ningún deseo de apostar o beber.
Todavía estaba muy cerca el recuerdo del precio que había tenido que
pagar por ello. E insistió en que todo aquel que se analizara a sí mismo
con sinceridad, encontraría todo un manual de lo que debe y no debe
hacer .. .la suave vocecita de la conciencia jamás miente. Lo que
sucede es que de vez en cuando nos conviene no escucharla, y luego
nos preguntamos por qué nos hemos dado de narices contra una
puerta de cristal.
La exuberancia de Cayce tiene algo de contagioso cuando toma el pelo
a algún alma por haber dejado de tener confianza en sí misma ante las
bofetadas que da la vida.
Así, por ejemplo, le dijo a una señora de cuarenta y seis años: "Te has
rebajado a ti misma y has puesto trabas a tus propias habilidades.
¡Libérate! Irás a cualquier parte si tienes fe en el único Dios, tratas de
ser generosa y paciente, y das muestras de amor fraterno.
"Has estado demasiado tiempo deprimida, has sido tímida y no has
expresado tus sentimientos. Necesitas salir de ti misma, gritar, y
escuchar cómo resuena tu voz.
"No te dejes intimidar por quienes tratan, o han tratado de
impresionarte, pues Dios no hace distinción de personas. Y el que se
da importancia se pone en ridículo.
"Los más grandes de la Tierra son los que más trabajan por los demás.
Y ello no significa que haya que estar tan silencioso, que no haya que
comunicarse.
"Falta espectáculo. Si te disfrazaras podrías hacer alguna bonita
cabriola, y no pretendo que esto sea un juego de palabras. Durante
tanto tiempo has reprimido tus impulsos, has ocultado el amor y la
profunda emoción, que ha salido a la luz una porción muy pequeña de
tu auténtica belleza.
"Has de cambiar tu entorno, necesitas estar en un lugar donde
conozcas a mucha gente y tengas que hablar mucho, y que dar
muchas explicaciones a personas que no saben tanto como tú.
"¡Dedícate a los que creen que saben mucho! Con que te des cuenta
de eso, sabrás mucho más de lo que saben ellos, sobre cualquier
tema. Así que, ¡No temas tener problemas! Has de saber que puedes
tener lo que quieras, sea lo que fuere. Pues el Señor ama a los que Lo
aman, y El no les negará nada bueno".
Y en el mismo tono se burló de un joven de veinte años, que estaba
nervioso: "¡Has de vencer tu timidez! ¡Di algo concreto! Muchos
individuos hablan sin decir nada, es decir, no dicen nada constructivo,
nada que tenga un significado, y, sin embargo, tú te tomas al pie de la
letra lo que dicen sobre ti.
"Sólo nos han sido dados dos ojos, dos oídos, pero deberíamos ver y
oír dos veces, mejor dicho cuatro veces, tanto como hablamos. ¡No
seas presumido, pero no quieras ser "simplemente como los demás
chicos, y hacer lo que dice la gente, por miedo a que piensen que eres
diferente".
"Atrévete a ser diferente. Y si empiezas por leer el capítulo treinta del
Deuteronomio, y el Éxodo 19:5, sabrás que las razones están muy
dentro de ti".

CAPITULO SEIS

El Karma Vocacional

Los Frescos del Panteón


El siguiente caso es un ejemplo muy notable que muestra cómo. Cayce
al infundir ánimos se ganó la amistad eterna de los jóvenes a los que
ayudó. John Schofield, de 23 años, sentía una gran frustración debida
a su ocupación, un trabajo mecánico que no ofrecía ninguna posibilidad
de promoción, en una empresa de grabados.
Su sufrimiento. se veía aumentado por su pertenencia a una familia
muy posesiva que no. le permitía tener ideas propias. Era, por derecho
propio, un pintor amateur de mediana categoría, pero no tenía ninguna
confianza en su propio talento creativo.
Había estado pintando a escondidas, pero todos los indicios parecían
indicar que el cuadro iba a tardar mucho tiempo en estar terminado.
Como muchos otros, Schofield acudió a Edgar Cayce como último
recurso. Este le aconsejó enérgicamente que interpusiera una distancia
saludable entre él y su posesiva familia. En sus vidas pasadas, que
habían transcurrido en Egipto, Grecia y Roma, se había dedicado
muchas veces a diseñar frescos para los templos, los tribunales y las
sedes del gobierno. Se trataba de una vocación altamente
especializada, no era una técnica arquitectónica exclusivamente, pero
no era tan libre como la pintura mural. No obstante, se le indicó que
fuera a Nueva York a buscar un puesto en las principales empresas
arquitectónicas, una vez finalizada su formación en una escuela de
arte.
Cayce explicó que los estilos arquitectónicos que imperaban en las
diferentes regiones eran producto de la inspiración de todos los
hombres que habían trabajado para crearlos a través de los siglos, aun
cuando su recompensa inmediata no hubiera sido más que, o poco
más que, su consagración al cumplimiento de sus ideales artísticos.
Citó a Leonardo da Vinci como ejemplo de un genio cuya alma se
expresaba en el presente, como no le habían dejado expresarse en su
propia vida. El genio de Da Vinci solamente podía expresarse cuando
el mundo hubiera avanzado lo bastante como para valorarlo
debidamente y poner en práctica sus creaciones. Así pues, su
verdadera inmortalidad se ha puesto de manifiesto en su influencia
universal, no en su reputación personal y lo mismo puede decirse de
las aptitudes innatas de John Schofield.
"Y ¿por qué ha de ser así?"
"Porque este alma, que tanto ha mejorado decorando templos, edificios
públicos, y tumbas, ahora está empezando su auténtica carrera
profesional en América del Norte. Y es posible apreciar en el estilo
decorativo de los frescos, o segundos lienzos, del Panteón, influencias
provenientes de la misma escuela en que la Entidad estudió en otro
tiempo".
Y Schofield preguntó: "¿Cómo debo prepararme para contribuir a ello?
"Has de aprender a combinar lo moderno con lo fenicio y lo egipcio,
pues la combinación de estos estilos es muy hermosa, es sencilla y
decorativa".
Schofield actuó como le había sido dicho, y cinco años después
comunicó sus progresos.
"De repente recibí un mensaje que decía que debía presentarme en la
Fundación Barnes, donde estudio, pues me habían concedido una
beca para estudiar en Europa con un grupo de alumnos de la citada
Fundación, ese verano durante cuatro meses ... desde el 18 de mayo
hasta el 18 de septiembre. Estaban incluidos el viaje y la asistencia a
clases en siete países.
"Este año es el quinto y último año que voy a pasar en la Escuela de
Bellas Artes, y el segundo que asisto a la Fundación Barnes. Busco
nuevos valores e inspiración para ese último curso que voy a realizar.
"Creo que tengo mucha suerte y estoy muy agradecido por las
oportunidades que me han brindado. Deseo sinceramente y con toda
humildad resultar merecedor de tales oportunidades, y desarrollar una
modalidad de expresión que signifique algo para todos aquellos que
buscan experiencias artísticas".
Posteriormente, escribió una carta a Hugh Lynn Cayce, después del
fallecimiento de Edgar, diciendo: "El viaje que he realizado este verano
me ha proporcionado unas experiencias maravillosas, debo de haber
vivido una vida en esa época. Desde mi regreso he sido fiel a la
Lectura, y, tras muchos experimentos, he terminado mi primer fresco y
ya estoy planeando el segundo.
El primero fue bastante bueno, y el segundo promete. Ha sido un año
muy bueno para mí, probablemente el mejor año hasta la fecha por lo
que se refiere a logros reales".
Nueve años después, Hugh Lynn Cayce pudo realizar la siguiente
valoración:
"Es natural que hayamos observado con interés el trabajo y los
estudios realizados por este joven a lo largo de una serie de años en la
escuela de bellas artes hasta alcanzar un nivel muy elevado en este
campo. Todo aquel que compare a ese joven reprimido de hace
algunos años con el joven artista y erudito de hoy, un creador cuya
obra es muy apreciada en la actualidad, verá por qué nos parece que
merece tanto la pena estudiar las Lecturas de las Vidas".

El Oficial del Servicio de Inteligencia


Media un gran abismo entre Schofield y la complicada alma que
participa en el siguiente caso real, un alma demasiado compleja para
poder aprovechar al máximo la Lectura de las Vidas a ella dirigida, aun
cuando la Lectura predijo correctamente cómo y dónde desempeñaría
una misión en la Segunda Guerra Mundial.
Calvin Mortimer, Doctor en Filosofía, era psicólogo y, según decía la
Lectura a él dedicada: "tenía algunas ideas muy extremistas," era un
alma que había regresado con un fin muy concreto, y que tenía una
gran habilidad para tratar con "grandes grupos de personas en
numerosos campos.
"La Entidad nació en esta vida en la misma región en que había vivido
anteriormente, en la época que siguió a la Revolución Americana...
entre los soldados de los británicos, trabajando en tierras americanas
en 10 que llamaríamos el Servicio de Inteligencia. No como espía, sino
dibujando mapas y planeando las campañas que habrían de realizar
Howe y Clinton.
"La Entidad permaneció en suelo americano una vez que terminaron
las hostilidades. No estuvo inactiva, sino que contribuyó al inicio de una
colaboración entre los pueblos de su tierra de origen y los de su tierra
de adopción.
"Posteriormente, con el nombre de Warren, la Entidad salió beneficiada
del establecimiento de tales relaciones.
"Por tanto, en el momento actual, la Entidad se interesará por las
relaciones diplomáticas, y el intercambio de ideas y planes entre las
diferentes naciones".
Antes de esa experiencia, fue un cruzado inglés hecho prisionero por
los sarracenos en la Tierra Prometida, que llegó a estar profundamente
impresionado por el tratamiento que recibió al caer en manos de los
"paganos infieles".
"En esa vida salió perdiendo por defender una causa falsa sin
someterla a una crítica, en lugar de servir al ideal en el que creía de
verdad. Todo ello le ha hecho escéptico en lo referente a religiones o
principios filosóficos, si bien sigue estando fascinado por los dogmas,
que mueven a masas de personas.
En la encarnación en Persia, previa a la experiencia que acabamos de
describir, también resultó perjudicado, esta vez por entregarse a los
placeres de la carne, aunque llegó a estar bajo la influencia de Esdras,
de quien se dijo: "Según la tradición, todos los escritos bíblicos fueron
destruidos, pero Esdras los restauró pues "los tenía grabados en su
corazón" y volvió a reescribirlos".
También llegó a ser un experto en astronomía, "y lo que se sabe de los
movimientos de la Tierra es una parte del legado de la Entidad".
En el Egipto prehistórico "la Entidad contribuyó a su propia evolución
mental y anímica. Estudió la gran diversidad de razas y credos
reunidos, clasificándolos e interpretándolos, no sólo en tierra egipcia,
también en la India, Mongolia, el Gobi y los Cárpatos, y en aquellas
tierras que hay allende los mares".
Ahora es posible seguir su destino a partir del relato de su tercera ex
mujer.
Cuando se produjo el bombardeo de Pearl Harbour "era demasiado
mayor para estar en el servicio activo, y como era un especialista en
todo lo relacionado con la opinión pública, se fue corriendo hacia
Washington para ver si podía ser útil en ese campo.
"Tras una serie de entrevistas estériles, regresó a su casa desanimado,
pero enseguida tuvo otra idea. Como vivía en un lugar donde era
posible practicar deportes náuticos y tenía medios para permitírselo,
sabía bastante de navegación a vela, por lo que decidió solicitar un
puesto de Guardacostas.
"Pasó el test preparado por la Armada para determinar el coeficiente
intelectual con una puntuación de 175 y fue nombrado capitán de
corbeta. Seguidamente regresó a su hogar para perfeccionar sus
conocimientos de navegación. Y luego le pidieron que volviera
urgentemente a Washington.
"A los pocos meses pasó a formar parte del Servicio Interno de
Inteligencia como experto en todo lo relacionado con la opinión pública,
trabajó en estrecha colaboración con el O.S.S., y posteriormente con el
O.W.I en el extranjero. Cuando terminó la Guerra, dirigió una escuela
técnica, donde se formaban hombres que habían de quedar tras las
líneas enemigas, en el mismísimo lugar donde en otra vida trazó los
mapas y planos para las campañas de Howe y Clinton, en la Guerra de
la Independencia" .
En 1957 el Dr. Mortimer se casó por cuarta vez. Su tercera mujer contó
que su matrimonio había durado diez años, más que ningún otro,
presumiblemente porque habían estado juntos anteriormente, su vida
juntos había discurrido armoniosamente en Persia, pero en cambio en
la Guerra de la Independencia habían sido incompatibles.
En los últimos años de su tercer matrimonio, Mortimer había bebido
demasiado y su mujer bebió con él, por lo que la adicción al alcohol
constituía un problema para ella, incluso en esos momentos. Habló
también de las intensas relaciones sexuales que tanta importancia
habían tenido en su matrimonio.
En 1963 escribió nuevamente para anunciar que su ex marido había
muerto mientras dormía, después de sufrir dos apoplejías y perder la
vista. Y ella murió repentinamente al año siguiente. Comentó que
sentía como si él "tirara de ella, como si la estuviera hipnotizando para
que se reuniera con él".
Posiblemente si Mortimer hubiera hecho caso de las advertencias de
Cayce y no se hubiera dedicado a la satisfacción inmoderada de sus
deseos ni hubiese cometido excesos, habría cumplido el fin para el que
había regresado a la Tierra. Esta vida posiblemente fue una
continuación de la evolución que había iniciado en Egipto, con un alto
nivel de responsabilidad en la diplomacia internacional. Sin embargo, la
nostalgia que sentía por el erotismo de Persia resultó ser un obstáculo
insalvable.
No está en desacuerdo con lo expuesto aquí la creencia oriental según
la cual al alma se le permite experimentar una reencarnación "cómoda"
cada seis vidas de ardua evolución.
Según esta teoría, las vidas se vuelven cada vez más duras al ir
desprendiéndose el alma de las ataduras que la unen a la Tierra.
Sin esta experiencia "sabática", el alma podría cansarse de la lucha
continua y caer en el desánimo. Y eso mismo podría haberles sucedido
a los Mortimer.
Habían llegado a la sexta vida de uno de tales ciclos. Posiblemente la
próxima vez volverán a tener una existencia más tranquila, en la cual
podrán poner su casa en orden y evaluar mejor su evolución espiritual.

CAPITULO SIETE

Lecturas de las Vidas para los Niños

Siempre que Edgar Cayce se dirigía a los niños, quedaba patente,


incluso en las páginas que contenían las transcripciones, el cariño y la
preocupación que sentía por ellos.
En la vida cotidiana, los niños se sentían atraídos por él de un modo
instintivo. En sus tiempos de fotógrafo, había alcanzado un gran éxito
como fotógrafo de niños, debido a la relación mágica que era capaz de
establecer con los jóvenes modelos.
Desde principios de este siglo enseñó catequesis, y sus alumnos
siguieron en contacto con él y le demostraron su afecto durante mucho
tiempo.

Médico a su Pesar
Roddy nació a las 4:43 de la madrugada, el 9 de Enero de 1943, y sus
padres solicitaron una Lectura para él en Junio de ese año.
La Lectura empezaba así: "Tal como se verá, en un futuro no muy
lejano, todas aquellas almas que entren en el plano de la Tierra en los
años 43, 44 y 45 aparentemente estarán destinadas a desempeñar
funciones interesantes al servicio de los demás, enfocando dichos
servicios de un modo muy inusual.
"Esta Entidad, si en la primera etapa de esta vida tiene la oportunidad
de prepararse, está destinada a ser un profesional, preferentemente en
los campos de la medicina, la odontología, o la farmacología.
Cualquiera de esas actividades será un canal a través del cual la
Entidad podrá ver cumplido su objetivo.
"Según vaya evolucionando, quedará patente su gran imaginación. No
regañéis a la Entidad por contar "historias poco creíbles", porque, para
la Entidad, serán historias verdaderas.
Simplemente, debéis convencerlo de que esta habilidad puede usarse
de un modo más constructivo si se aplica al desarrollo espiritual, mental
y material.
"Tenderá a ser extravagante en sus palabras y actitudes.
También en este caso es preciso no frenar tal inclinación diciendo: "¡No
puedes hacer esto o no puedes hacer aquello," y fomentar, en cambio,
en él otros intereses para que llegue a valorar el ser coherente y actúe
tan bien como habla".
"La astrología nos dice que está bajo la influencia de Venus, Mercurio,
Marte y Júpiter. En Venus descubrimos el amor por lo bello.
"Ello le ayudará a hacer bien todo lo que emprenda, siempre que esté
bien dirigido. Y todos los que lo tengan a su cargo habrán de tener
paciencia.
"De Mercurio provienen sus aptitudes mentales. De la conjunción de
Marte con Mercurio una tendencia a querer entrometerse en lo que
hacen los demás, a desear hacer las cosas a su modo, seguro de que
lo hace mejor que nadie.
"Y descubriremos en Júpiter, según vayan desarrollándose los
acontecimientos, que la gran conciencia universal le ha proporcionado
las habilidades y dones que esa misma Entidad había manifestado en
una experiencia anterior que vivió con el nombre de Harvey, el doctor
Harvey, descubridor de la circulación de la sangre.
"Aun cuando se demostró que se había equivocado en muchas cosas,
seguía insistiendo, incluso entonces, en que él estaba en lo cierto. Sus
actividades son bien conocidas y , si se estudian, darán a los que están
a cargo de la Entidad una idea sobre los problemas a los que es
preciso hacer frente.
"Pero debéis dar a la Entidad la oportunidad de estudiar farmacología u
odontología, y la Entidad hará el resto según vaya avanzando en esta
vida".
He aquí un pez muy grande que lleva cinco meses en un pequeñísimo
estanque.
En Francia, en la época del cardenal Richelieu, la Entidad fue "el conde
Dubourse, que realizó importantes aportaciones en el campo de la
higiene sanitaria. Aunque la Entidad no hizo ningún alarde, no obstante
indicó a los demás que sabía más que ellos. (Y en ese caso realmente
sabía más que los demás). Sobre todo en lo referente a las
enfermedades calificadas de "contagiosas", pues insistió en que éstas
no sólo provenían de microbios, también podían ser transmitidas por
individuos.
"Así pues, en la experiencia actual, según se verá, la Entidad tenderá a
cuidar mucho su higiene personal, pero tendrá su casa "desordenada".
Estas facetas se aprecian claramente en esa experiencia previa, y se
pondrán de manifiesto en el momento actual.
"Y la Entidad será uno de esos individuos que no se juntará mucho con
sus amistades.
"Cuando le aconsejes, trata de que exista un equilibrio entre su vida
espiritual y su vida práctica. Y, si ese equilibrio se mantiene, sus
habilidades se manifestarán de una forma y con una intensidad tales
que llenarán de dicha a muchas personas".
Cuando Edgar se declaró dispuesto a contestar las preguntas de la
madre de Roddy, ésta quiso saber cuándo y dónde había tenido trato
con su hijo en el pasado. Y la respuesta fue:
"En muchos lugares, sobre todo en Egipto, donde tu influencia dirigió
sus acciones. Así pues, has de tener cuidado para nunca estar muy en
desacuerdo con él".
El padre del muchacho había estado con él durante su vida en Francia,
y "también en Egipto, donde los vemos enfrentados el uno con el otro.
Por tanto, cabe esperar que riñan muchas veces".
Aunque desgraciadamente ésta había de ser la única
Lectura dedicada al niño, su madre envió el siguiente informe a la
Asociación para la Investigación y la Ilustración, diez años más "tarde.
"Roddy ha mostrado un vivo interés por el cuerpo físico desde su
primera infancia, sobre todo le interesa todo lo relacionado con el
corazón y la circulación de la sangre. Asimismo, está claro que cree
que siempre tiene razón e insiste en ello. Nunca quiere admitir que la
explicación de otro es mejor que la suya.
Ha sido un estudiante excepcional; y se jacta de haber tenido mejores
calificaciones académicas que nadie de la escuela. Le gusta investigar
todos los temas. Tiene una manía tremenda con los gérmenes, se lava
las manos todo el rato, decididamente está obsesionado con esa
cuestión. N o quiere vivir en una gran ciudad porque piensa que todos
los habitantes de la misma sueltan gérmenes cuando respiran.
"Aunque nunca hemos comentado la Lectura con él, insiste en que va a
ser médico. A los 10 años, ya sabe los pasos que ha de dar y está
ahorrando dinero para la facultad de medicina.
"Tenemos otros cuatro hijos, todos muy distintos. Estas características
corresponden exclusivamente a este hijo nuestro, tal como Don Edgar
Cayce dijo cuando tenía 5 meses .. ".
Todas las excentricidades que Edgar había visto en un bebé, habían
alcanzado su pleno desarrollo en menos de diez años.
Edgar no hizo sino indicar la trayectoria que debería seguir el
muchacho, nunca insistió en ello. El fomentar o no las ambiciones que
el muchacho tenía en el campo de la medicina, o encauzarlas de otro
modo era responsabilidad directa de los padres. Pero, por lo menos,
sabían cuáles eran las inclinaciones de su hijo, y por qué las tenía.

La Pureza del Alma de un Niño


Los casos reales protagonizados por niños de los que tenemos
constancia, son en su mayoría sencillos. Los niños en general se
enfrentan a un destino oscuro, sin incidentes, tragedias ni grandes
problemas. Pero, de vez en cuando, llama la atención algún caso que
por sus implicaciones únicas merece ser tratado aparte, dado su gran
interés humano.
Un niño muy "original", de tres años, fue el destinatario en 1936 de la
siguiente Lectura de las Vidas.
Empezaba así: "Hay mucho que decir, porque la Entidad es muy
sensible, muy nerviosa, tiende a ser testaruda, y muy expresiva... La
Entidad es una vieja alma que habitó en la Atlántida, y si se la dirige y
guía adecuadamente, no sólo contribuirá a su propio desarrollo, sino
que también hará que su entorno, su mundo, sea un lugar mucho más
agradable para los demás.
"Pocas personas serán unos extraños para la Entidad, ahora bien
algunos individuos lo serán siempre, por mucho que estén reunidos. La
Entidad siempre tenderá hacia el idealismo.
Por lo tanto, a menos que se le explique bien el porqué del
incumplimiento de promesas realizadas por otras personas, tenderá a
perder la confianza, no sólo en los demás, sino también en sí mismo".
"Y la persona más solitaria, el individuo más solitario ¡sí! la Entidad más
solitaria, es la que ha perdido la fe en su propio yo".
En su vida anterior a ésta, este individuo fue buscador de oro en
California y llegó a sentirse asqueado por la violencia y anarquía
existentes, que le arrebataron su justa recompensa y le trajeron una
muerte violenta. Por ello, el muchacho heredó un miedo terrible a las
armas de fuego, y nunca permitió que las hubiera en su presencia. Los
disparos y explosiones de tales armas constituían para él algo terrible.
"Pero la Entidad nunca perdió la confianza en su propio yo... y si le
preguntaban: "¿Eres capaz de hacer esto o aquello?"
Siempre contestaba que sí lo era si le enseñaban cómo.
"Siempre buscará nuevos campos de actividad, pues le encanta lo
nuevo. Y por eso, un consejo para todos aquellos que traten de ayudar
a esta Entidad es: "No os sintáis intimidados ni sorprendidos si anuncia
a los que están a su lado que están anticuados" .
La Entidad fue un personaje muy importante en los tiempos de la Roma
Clásica, un acaudalado e influyente supervisor del cobro de los
diezmos e impuestos. Y cuando tuvo lugar la última inundación de la
Atlántida, fue un importante funcionario encargado de dirigir el
asentamiento de los refugiados en Egipto, los Pirineos, Centroamérica
y Sudamérica. Actualmente "su vocación son las leyes,"
preferentemente el derecho internacional.
Su padre fue para él un amigo, que estuvo a su lado cuando sufrió una
tremenda decepción en los yacimientos auríferos, y también en Egipto
en los tiempos del Éxodo. Y en esa encamación su madre actual fue su
hija. "Por ello, en esta vida habrá ocasiones en que este hijo dudará de
la autoridad de sus padres".
Evidentemente, habrá en el futuro días agitados, pero Cayce confía en
que, si sus padres le explican cuáles son las razones por las que
esperan de él un buen comportamiento, él comprenderá y obedecerá.
Se trata de una Lectura muy especial, es única por lo siguiente. Cayce
tras haber consultado los Registros Akáshicos, hizo la siguiente
declaración: "Es el registro más limpio que jamás he visto. El libro más
limpio. Y, sin embargo, jamás había pensado anteriormente que los
demás no lo fueran".

El Niño Propenso a los Accidentes


Frederick Leighton tenía cinco meses cuando Edgar Cayce le dedicó
una Lectura de las Vidas en el año 1931.
Comentó que su carácter todavía no estaba formado (cosa inusual),
haciendo a los padres responsables de la evolución del niño. Las
características internas provenientes de sus vidas anteriores no
empezarían a manifestarse hasta la segunda mitad de su vida. Era
natural que la música le gustara, pues había sido un músico itinerante
que viajó por el sur y el suroeste de los EE.UU., justo después del cese
de la Guerra entre los Estados.
Por ello mostraba una gran predilección por la música folk.
Llegará a ser muy hábil en los negocios y un gran conocedor de las
leyes "pero nunca se encerrará en un almacén, una oficina o un sitio
por el estilo. Sino que se expresará en los espacios abiertos, en medio
de multitudes, en los escenarios, o bien será un orador o un dirigente
político".
Se aprecia una intensa influencia religiosa cuyos orígenes se remontan
a una vida que discurrió en Jerusalén, donde tocaba el arpa en el
templo. En el antiguo Egipto, volvió a consagrar su vida a la música, y
llegó a ser muy rico "actuando como distribuidor de los alimentos
procedentes de los graneros reales. Así pues, veremos cómo en la
última etapa de su vida actual, la Entidad acumulará muchas riquezas
procedentes del almacén de este mundo".
Luego dirigió una advertencia a sus padres: El que la Entidad tenga
fuerza de voluntad, una naturaleza reflexiva y capacidad para recordar
muchas cosas de la esfera espiritual de su vida, dependerá de lo que le
enseñen o dejen de enseñar aquellos que tienen autoridad sobre él en
los años de su formación".
Por lo demás, aseguró que el muchacho tendría una vida plena y llena
de éxitos, bien en el campo de la música o en el de la política.
Las advertencias implícitas no carecían de fundamento.
Cuando Frederick tenía cuatro años, sufrió un terrible accidente.
Le habían dado permiso para que jugara con unas tijeras, y se las
clavó en el ojo derecho. Por poco se daña para siempre la parte frontal
del cerebro. Fue inmediatamente operado, pero de resultas de eso,
tuvo una catarata en el ojo accidentado y corrió el peligro de perder la
visión.
Gracias a las siete Lecturas Físicas dirigidas a él en los dos años
posteriores al accidente, recuperó la visión. La gratitud que sintió por
ello queda reflejada en este extracto de un informe: "Y mientras andaba
por la calle con el pequeño Frederick, descubrí que ama al Sr. Cayce
inmensamente".

Una Deuda Triple


Sarah Crothers tenía 13 años cuando sus padres solicitaron, con cierta
demora, que Cayce le dedicara una Lectura de las Vidas. Durante
cierto tiempo, Edgar le había destinado una serie de Lecturas Físicas
con el fin de contrarrestar una epilepsia particularmente pertinaz que
padecía desde su nacimiento. Las Lecturas Físicas contribuían a su
mejora, pero luego experimentaba un retroceso. Posiblemente, las
Lecturas estaban siendo aplicadas de forma incorrecta, o quizás los
padres estaban acudiendo a unos médicos que eran contrarios a los
diagnósticos realizados por medios no ortodoxos. No parecía existir
otra explicación hasta que finalmente Edgar llegó al fondo de la
cuestión en los primeros párrafos de la Lectura de las Vidas a la que
hacemos alusión.
Declaró sencilla y llanamente que para que los registros kármicos
sirvieran para algo, los padres habían de asumir su parte de
responsabilidad.
"Los que están a cargo de esta Entidad, que a menudo tienden a
considerar los ataques epilépticos como algo fortuito, o como una
circunstancia inevitable, deberían analizar de forma paralela sus
obligaciones para con la Entidad. Pues al establecer tal comparación (a
través de la realización de sus Lecturas de las Vidas), comprenderían
mucho mejor los... engrandecimientos y los excesos que ahora se
reflejan en el estado físico de la Entidad, que está recogiendo los
frutos".
En su más tierna infancia, durante la Revolución Americana, sus
padres la utilizaron como espía contra sus propios paisanos, pues
temían que la derrota de Inglaterra los dejara arruinados.
La niña se llamaba por entonces Marjorie Desmond, y tenía ciertas
facultades psíquicas que ni sus progenitores ni ella misma
comprendían bien. Su padre la animó a utilizar esa energía para
seducir a oficiales jóvenes y proclives a ello, y Marjorie "encendió la
llama del deseo físico en muchos de ellos". El delito kármico no fue
tanto la traición a los jóvenes cuanto la peligrosa utilización de la
energía psíquica para prácticas sexuales encaminadas a la obtención
de ganancias sórdidas, y Edgar no vaciló en culpar igualmente a los
padres. No obstante, la niña cometió dos errores en el pasado -en esas
dos vidas fue levita- y el resentimiento y la rebeldía dejaron una huella
en su carácter.
"Antes de que eso sucediera, la Entidad estuvo en territorio egipcio,
entre los descendientes de los pobladores de la Atlántida. La Entidad
fue criada y educada en Egipto para trabajar en lo que ahora se conoce
como hospitalización de individuos cuya mente o cuerpo están
enfermos".
Aquí cabe sospechar que sus negligencias o su indiferencia produjeron
las primeras fisuras en su tejido anímico, aunque Edgar Cayce, tan
discreto como siempre, no habló de ninguna implicación directa.
Cuando contestó las preguntas formuladas por sus padres, al final de la
sesión, no indicó ninguna solución fácil.

Preg.: "¿Se ha visto la Entidad afectada tanto física como mentalmente


por el estado de su cuerpo en estos diez últimos años?".
E.C.: "Esto necesariamente ha tenido que afectar a la Entidad, pues su
cuerpo y su mente no han estado -ni están todavía coordinados"

Preg.: "¿Qué tipo de educación debería recibir para prepararla para la


vida?"
E.C.: "Una formación musical, y también conviene animarla para que se
dedique a la asistencia técnica sanitaria".

Preg.: "¿Qué efectos producirá el destino en su aspecto?".


E.C.: "Eso dependerá, tal como se ha dicho, de la actitud de los que
han traído a la Entidad a su entorno actual. Los beneficios dependerán
de cómo cumplan éstos las obligaciones que tienen en relación con la
Entidad".

Preg.: "¿Qué le ayudará a superar sus dolencias físicas y mentales?".


E.C.: "Tal como ya se ha dicho, el esfuerzo físico, los ejercicios físicos
y las actividades corporales".
Resulta difícil hacer caso omiso de la desgana patente en la
correspondencia mantenida posteriormente por el padre. Al terminar de
leer el voluminoso archivo existente sobre este caso, uno queda con la
triste impresión de que los avances de esta niña fueron mínimos, y que
la deuda kármica no quedó, ni mucho menos, saldada.

La Reputación Efímera
Este puede ser el momento oportuno para indicar que las Lecturas de
las Vidas dedicadas a personajes célebres de la historia representan
una pequeña minoría. Cayce indica que la mayoría de las almas
realizan los mayores avances espirituales mientras viven vidas grises y
carentes de incidentes, por lo general pasando bastantes apreturas. El
siervo y el campesino tuvieron escasos placeres y muchas cargas
hasta mediados del presente siglo. No obstante, la media de los
individuos iniciados en el proceso de la reencarnación acaricia la idea
de que, por lo menos, una vez ha tenido al mundo a sus pies.
Desgraciadamente, poco importa lo célebre que uno haya sido en una
ocasión, y mucho el nivel que uno esté alcanzando en el presente
inmediato.
Alexander Hamilton (1775-1804), soldado-héroe y padre de la
Constitución Americana, cuya vida fue segada repentinamente tras
participar en un famoso duelo, tuvo aparentemente un alma muy
evolucionada y dio muestras de un alto grado de dedicación y una
entrega generosa. Y, sin embargo, ello no impidió que regresara a la
Tierra como un joven judío bastante atormentado, cuyos padres
solicitaron a Cayce la primera Lectura cuando sólo tenía cinco
semanas.
Edgar Cayce enseguida les advirtió que tenía un temperamento
excéntrico que podía crearle problemas en años sucesivos, e insistió
en que era preciso evitar que anduviera con armas de fuego. La
Entidad no había traído consigo un modelo preconcebido de desarrollo
anímico; y tendría que desarrollarlo a medida que fuera creciendo. Le
aconsejó que estudiara algo relacionado con "las leyes, y las fuerzas
económicas y los principios de la Tierra".
Antes de que el niño tuviera cinco años, su padre se enamoró de otra
mujer; hubo un divorcio y la madre conservó la custodia del niño. (Las
familias rotas fueron siempre para Cayce algo muy triste. Insistía
mucho en la necesidad de que todas las almas se criaran y educaran
en un ambiente seguro, y sostenía que un hogar agradable era el logro
más importante al que un alma podía aspirar para su propia evolución).
A los veinticinco años, el joven mostraba "una actitud muy dogmática
ante la vida en general," que su permanencia en la Armada durante un
año y medio no había normalizado.
Al año siguiente, estuvo en tratamiento psiquiátrico y hubo de ser
internado en un hospital para recibir electrochoques.
Su tendencia innata a la violencia pudo más que él. Además de todos
los conflictos a los que había tenido que enfrentarse, aumentó sus
problemas casándose, un tanto impulsivamente, con una divorciada
que tenía un hijo. Las repercusiones del hogar roto en el que se había
criado se reflejan en el hecho de que la muchacha que rompió el
matrimonio de sus padres tenía el mismo origen étnico que la chica con
la que él se casó. Ambas eran pelirrojas y ambas estaban casadas con
hombres que trabajaban en el campo de la mecánica.
Su matrimonio sólo sirvió para hacerle más desgraciado, y empezó a
tener remordimientos por no haber tenido una relación más amistosa
con su padre mientras éste vivió. Hacia finales del año posterior a ése,
empezó a pensar que su única esperanza de salvación estaba en
hacerse rabino. Los esfuerzos de la Asociación para la Investigación y
la Ilustración para entrar en contacto con él tuvieron como resultado la
devolución de la carta a él dirigida con una anotación: "Dirección
Desconocida".
La Lectura de las Vidas a él destinada nos hace suponer que las
deudas contraídas en la vida que se desarrolló en la antigua Grecia
pesaron más que los beneficios que aportó Hamilton. En otra parte de
la Lectura figura la Guerra de Troya, que según todos los indicios hubo
de engendrar tanta violencia en muchos de sus protagonistas que frenó
y perturbó la evolución de su alma. Como fue en esencia una guerra
civil, las pasiones que generó fueron tan profundas que las cicatrices
perduraron muchos siglos. Si nos basamos en la media de las Lecturas
de Cayce, hemos de suponer que este joven infeliz necesitará otra vida
para borrar de sus propios registros kármicos la mancha que dejó la
Guerra de Troya.
Lo que resulta más ilustrativo en relación con este caso real es que
Alexander Hamilton logró estar a la altura de las circunstancias cuando
hubo de ayudar con urgencia a esta joven nación en crisis. Pudo
acudir, ligero de equipaje, dispuesto a actuar creativamente. Sus
puntos negativos no se tuvieron en cuenta, a la espera de que en el
futuro llegue un día en el que pueda dedicarse a enmendar sus fallos,
cuando su país esté más asentado y sea más seguro. Esto indica que
se trata de un alma desinteresada. Y se ha ganado con toda justicia y
merecimiento las oraciones altruistas que le dedicaron sus
compañeros, expresadas como "oraciones para los vivos" y no como
"oraciones para los difuntos".

El Recuerdo del Maestro


La bendición más permanente que un alma puede llevar consigo a la
Tierra es el recuerdo de la bendición del propio Jesús. Las Lecturas no
dejan ninguna duda al respecto.
Tenemos un caso de una niña de cinco años que no quería decir sus
oraciones a menos que su madre estuviera de pie a su lado tocándole
la cabeza con las manos. Ello simboliza en la vida actual la imposición
de manos por parte del Maestro, quien la bendijo cuando era niña y
estaba en la Tierra Prometida y cuando Edgar dedicó una Lectura a
otro niño, esta vez de un año, en 1935, insistió en que "En los tiempos
en que el Maestro anduvo sobre la Tierra, la Entidad fue uno de esos
niños que recibieron Su bendición cuando iba camino de Betania.
"Entonces la Entidad lo miró y supo que El atraía a los niños, y oyó que
decía estas palabras: "Si no os hacéis como niños, no entraréis en el
Reino de los Cielos".
"Pues si uno quiere ser perdonado como niño, ha de perdonar a los
que actúan equivocadamente contra su yo.
"Por entonces la Entidad era de la casa de Cleofás, se llamaba
Clementina, y en la primera etapa de su adolescencia, tras haber
recibido las enseñanzas de los discípulos, que la prepararon para
seguir sus pasos, se puso al servicio de Marcos y Lucas
acompañándolos en sus vivires y llegando a estar tan unida a Marcos
que lo ayudó a conservar "las enseñanzas de Jesús en el evangelio de
Marcos".
Así pues, Cayce animó a los padres de Clementina a despertar
aquellos recuerdos, pues la vida actual de esta Entidad hallaría su
máxima expresión en el servicio desinteresado a los demás.
Preocupación por los Niños
Los archivos de la Asociación para la Investigación y la Ilustración
contienen abundantes cartas de gratitud enviadas por personas a las
que Cayce ayudó física y espiritualmente. Ahora bien, las más
conmovedoras son las cartas de aquellos padres cuyos hijos son
demasiado jóvenes para entender cuál es la fuente de la ayuda que
han recibido.
Insiste en la necesidad de ser absolutamente honestos con los niños.
Considera que tan malo es mimar como no ofrecer seguridad al niño.
Sin un entorno seguro y sólido, la inseguridad y falta de auto estima lo
predisponen a adoptar los modelos, hábitos negativos de sus vidas
anteriores. Cayce siempre insta a los padres a que expliquen las
causas de los castigos, y a que no los apliquen de un modo autocrático
"porque yo lo digo".
Si siempre apelamos a la capacidad de razonamiento del niño,
echaremos unos cimientos sólidos para la formación de su
personalidad. Cuando Cayce encontraba indiferencia o falta de cariño
en un padre o en una madre, no dudaba en decirlo sin rodeos. Nada lo
alteraba más que el padre o la madre que tratan de pasar sus propios
miedos y prejuicios a la joven alma que les ha sido encomendada. El
origen de la mayoría de las neurosis que aparecen en años posteriores
es ese "hacer tragar a la fuerza" acciones y prohibiciones ilógicas,
como si el niño no fuera más que una marioneta que actúa impulsada
por las represiones y frustraciones de sus progenitores.
Cayce constantemente afirmaba que el animar a un niño a obrar bien
era un trabajo sencillo, que hay que realizar con alegría y nunca como
si de una tarea penosa se tratara. Hay que razonar con el niño para
que mejore, pero no debemos sobornarle ni hacer que se obsesione
con ello. Es preciso mostrarle los aspectos más benignos y espirituales
de la Religión, exentos de intolerancia y coacción. Es fundamental que
desarrolle su sentido del humor para que en la edad adulta sea una
persona equilibrada que sepa apreciar las cosas en su justo valor.
Conviene fomentar sus inclinaciones musicales porque la música
ayudará al muchacho a ser cada vez más consciente de su yo.
"Del mismo modo que el ejercicio físico es bueno para los brazos y las
manos, la música creativa es sumamente útil. En la música es posible
hallar la máxima expresión del yo".
Respondiendo a la pregunta de la madre: "¿Cómo puede una madre
hacer frente a este temperamento para que el niño evolucione lo mejor
posible?" Edgar Cayce dijo: "No se trata tanto de ‘hacer frente a’ cuanto
de encontrarse con él. Ten con tu hijo tanta paciencia como te gustaría
que tu hijo tuviera contigo. Entonces el muchacho también tendrá más
paciencia contigo".
"¿Qué asignaturas conviene que elija cuando esté en las etapas de
enseñanza secundaria y superior?"
"¡Música! Historia de la música, instrumentación, la música en todas
sus modalidades. Al aprender música, aprendes historia. Al aprender
música, aprendes matemáticas. Al aprender música, aprendes todo lo
que hay que aprender, excepto las cosas malas".

Niños en Tiempo de Guerra


Cuando el final de la vida de Edgar Cayce estaba próximo, la Segunda
Guerra Mundial se presentaba cada vez más negra. y Cayce cada vez
estaba más preocupado por los niños que caerían en sus zarpas. No
era Cayce el único que temía que las almas de esos muchachos,
desorientadas por tantas muertes violentas, hubieran de errar en los
planos astrales inferiores, incapaces de avanzar "hacia la luz", y que
confusas se inclinaran a regresar a la Tierra con excesiva rapidez, tan
sólo por hallar ese santuario temporal que es el útero materno. Joan
Grant, la vidente inglesa, sentía la misma preocupación y su esposo,
Denys Kelsey, psiquiatra, utilizando la hipnosis como técnica de
regresión, tropezó con muchos casos de "niños de la guerra" que se
habían reencarnado demasiado pronto y habían ido a parar a familias
que no congeniaban con ellos, buscando un refugio improvisado donde
protegerse de los terribles bombardeos y campos de exterminio que se
les habían quedado grabados, cual formas de pensamiento malignas,
después de su muerte.
Fletcher, el espíritu guía del vidente Arthur Ford, no quiso reencarnarse
tras haber muerto en un campo de batalla de Flandes durante la
Primera Guerra Mundial. Por entonces era un soldado de 17 años
proveniente del Canadá francés. La "originalidad" de este espíritu
consiste en que es perfectamente feliz en el plano donde habita y
habitará eternamente. Es un duende alegre y sociable con más alegría
de vivir que muchas de las personas que acuden a él para consultarle
cosas.
La primera vez que Edgar tocó en una Lectura este tema tan
conmovedor fue en agosto de 1943, cuando una madre angustiada le
pidió que explicara por qué su hija de 4 años tenía pesadillas y la
ciudad le producía un miedo constante.
Edgar discretamente no quiso insistir demasiado en las anteriores vidas
de esa alma, y aconsejó a la madre que esperara hasta que la niña
tuviera 11 años, antes de solicitar la segunda Lectura de las Vidas.
(Esto a veces era una advertencia ante la posibilidad de una posible
tragedia o de una pronta muerte).
"Porque aquí tenemos un regreso rápido a la Tierra, desde el temor,
hacia el temor". Aconsejó proteger a la niña de todos los "ruidos
fuertes, de la oscuridad, del sonido de las sirenas".
"Porque (en su vida anterior) la Entidad estaba empezando a darse
cuenta de lo hermosas que son las amistades y las asociaciones, de lo
bello que es el paisaje, las flores, las aves y las manifestaciones
divinas de.la hermosura, del fin único de la naturaleza, cuando el ruido
de las pisadas y el chasquido de las armas, trajeron fuerzas
destructivas.
Por entonces la niña tenía uno o dos años más que ahora, explicó, y
por eso pasado y presente estaban inextricablemente entrelazados en
su mente, y no era capaz de distinguir ·el torbellino habitual de la
ciudad, del vandalismo nazi, que destrozó su mundo y provocó su
muerte.

"En esos tiempos la Entidad se llamaba Teresa Schwalendal y vivía en


la frontera de La Lorena con Alemania. Al poco de fallecer la Entidad,
cuando no habían pasado ni nueve meses, regresó al mundo material.
"Tened paciencia. No la regañéis. No le habléis con dureza. No
molestéis ni condenéis a su cuerpo-mente. Habladle a diario del amor
que Jesús sentía por los niños, de la paz y de la armonía. Nunca le
contéis cuentos de brujas ni historias horribles, ni le describáis grandes
castigos, sólo debéis contarle relatos de amor y de paciencia.
"Si hacéis esto, descubriremos un alma maravillosa, que ha regresado
para dicha de muchos.
"De momento hemos acabado".

El Bufón del Rey


Las vacilaciones de Edgar a la hora de describir detalladamente el
futuro de un niño condenado, se manifiestan nuevamente cuando
dedica en 1944 la siguiente Lectura a un niño de 7 años que vivía en
Londres, Inglaterra, en los tiempos de la Batalla de Inglaterra.
"Así pues, limitaremos la orientación al aspecto formativo. y luego,
cuando la Entidad haya llegado a la etapa en que elige, o los trece
años, daremos más instrucciones, si la Entidad desea recibirlas.
"Dados los horrores de la destrucción, las pruebas que han de superar
los hombres en el período que están viviendo la Entidad y sus
compañeros y que corresponde a la primera parte de su vida, es
importante que mantengáis viva en el muchacho la capacidad de ver no
sólo las cosas sublimes de la vida, sino también todo lo humorístico, el
ingenio, sí, es muy importante -y también lo ridículo- que puede
provenir del cinismo y también del pesimismo, tal como sucede en los
dibujos animados y en cosas por el estilo. Pues hay que enseñar a la
Entidad a escribir, utilizando hechos históricos como base de sus
escritos... pues, en la experiencia anterior a ésta, la Entidad fue un
bufón de la corte inglesa, llamado Hockersmith, y puso muchas cosas
en orden, en una época de grandes tensiones debidas al egoísmo de
los hombres.
"Asimismo, la Entidad formó parte del pueblo de Israel, que entró en la
Tierra Prometida y se casó con los canaanitas.
Ahora bien, la Entidad no fue uno de los que llevaron por mal camino a
los hijos de Israel. Abandonó a Astheroth y decidió servir al Dios de
Abraham, Isaac y Jacob, como hizo aquel que condujo a los hijos de
Israel por el Mar Rojo y cruzó todo el Jordán.
"Pero cuando la Entidad tenga 13 años daremos más instrucciones.
"Debéis enseñarle, sobre todo, inglés y deberá estudiar en Eton.
"Ya hemos terminado esta lectura".

He aquí una carta de su madre, dirigida a Hugh Lynn Cayce en febrero


de 1947, que confirma la preocupación que Edgar Cayce sentía.
"Mi hijo pasó rápidamente al otro plano de conciencia el 6 de febrero a
las 16:30, aproximadamente. Hoy me encuentro en la maternidad,
espero mi tercer hijo. Timmy deseaba mucho "su" llegada y quería que
fuera niño. Asimismo, unas cuantas semanas antes de morir dijo: "Me
gustaría que tú fueras mi madre en mi próxima vida". Yo le dije que
posiblemente no podría organizarlo de ese modo, pero él insistió y dijo:
"Voy a pedírselo a Dios". Recuerdo que le contesté: "Bueno, no pasa
nada por pedírselo". Creo que estaba bien preparado para lo que
nosotros llamamos "la muerte". Yo le había contado de forma resumida
la historia de There Is a River (Hay un Río), y anteriormente le
simplifiqué la obra de Stewart Edward White The Unobstructed
Universe (El Universo No Obstruido).
"Lo primero que pensé es que iba a volver a nosotros en el cuerpo de
este bebé, además yo sentía, y así se lo dije a mi esposo, que este
bebé todavía no tenía personalidad y me preguntaba a mí misma qué
tipo de alma íbamos a atraer esta vez. Sin embargo, ahora no siento
que vaya a optar por regresar tan pronto, aun cuando a él le "gustaría
que yo fuera su madre en su próxima vida".
"Puede que sea demasiado pronto; posiblemente tenga que aprender
cosas en otro plano de conciencia. Puede que la misma situación se
prolongara demasiado, teniendo en cuenta que fue una situación poco
tranquilizadora para él. Mi hijo (cuesta explicarlo en pocas palabras)
era una persona sensible a quien preocupaba el caos reinante en este
mundo y la inseguridad económica que tuvo nuestra familia en los
últimos años a causa de la bondad y generosidad de mi marido para
con mi suegra, que murió el 23 de enero del 47 tras haber vivido con
nosotros en un estado de invalidez. Tuve que descuidar a mis hijos
para atenderla, estando yo embarazada. Fue demasiado para mí, y
Timmy sufrió por mí y por su padre, que no sabía qué hacer al respecto
y se mostraba por tanto impaciente y nervioso. Dejó de ser tan cariñoso
y alegre como solía ser. Así que el ambiente cálido y feliz de nuestro
hogar dejó de existir en agosto del 46 y no volvió a reinar hasta el 26
de marzo del 47, cuando Timmy logró arreglarlo con nuestra
colaboración. Siempre trató de que su padre y su madre estuvieran
unidos y se quisieran, cosa que dejó de ocurrir sólo cuando nuestra
casa pasó a ser o el hogar de su familia o el de la mía, aun cuando la
visita durará solamente unos meses... ".
La madre adjuntaba un recorte de periódico que describía cómo Timmy
y un amigo suyo se habían "arriesgado a caminar sobre un estanque
helado; el hielo se había roto y habían desaparecido juntos". En ambos
casos la muerte se había producido por el shock sufrido...
Hugh Lynn Cayce le envió una carta de pésame que incluía el siguiente
comentario: "Me pregunto si te diste cuenta de lo breve que era la
Lectura de las Vidas dedicada a tu hij o, pues Edgar Cayce no quiso
revelar nada hasta que tu hijo pudiera preguntar por sí mismo. Pienso
que nos queda mucho por aprender sobre la interrelación existente
entre este plano de la conciencia y los que están al otro lado del estado
que llamamos muerte. Es posible que Timmy pueda escuchar su
Lectura ahora y seguir preparándose para el trabajo que la Lectura
decía que podía realizar".

La Llamada del mar


A los 17 años, Fred Coe puso fin a una adolescencia caracterizada por
la represión y la incompatibilidad huyendo de su casa. Pasaron dos
meses y seguía faltando de casa, así que le pidieron a Edgar Cayce
que le siguiera la pista. La Lectura, aunque breve, es tan fascinante
como todas las demás. Narra la historia con claridad y fuerza.
"Sí, he aquí la Entidad. Al entrar en el plano de la Tierra, vemos cómo
pasa a estar bajo el influjo de Neptuno y Urano. Se aprecian influencias
de Júpiter y Marte. Por tanto, la condición que se manifiesta en el
momento actual es el amor al mar. (¿Ves?
El cuerpo se ha ido al mar).
"Así pues, en cuanto a las influencias planetarias, vemos una Entidad
con muchas habilidades excepcionales.
"Un individuo que es considerado excéntrico y raro, que cambia
muchas veces de estado de ánimo.
"Un individuo que ama los relatos de misterio, las historias de
detectives o policíacas, y cualquier circunstancia relacionada con los
misterios del mar.
"Un individuo que debería haber sido guiado de cerca en el estudio de
las cosas relacionadas con lo oculto y misterioso.
"Un individuo que descubrirá que está especialmente dotado, en el
plano de la Tierra, para el estudio de las fuerzas ocultas.
"Un individuo a quien le gusta utilizar armas de fuego, y a quien le
encanta exhibirlas.
"Un individuo cuya vida experimentará en este año el cambio más
importante, va a tener muchas experiencias en diversas regiones, y
sólo volverá al lugar donde nació cuando sea un hombre de mediana
edad.
"Un individuo que necesita muy poco lo que denominamos vida
religiosa.
"Un individuo que traerá muchas alegrías y también muchas penas a
muchas personas, sobre todo del sexo débil.
"Un individuo capaz de aconsejar a mucha gente.
"En sus anteriores apariciones vemos que experimenta los mismos
vivos deseos que influyen en su gran existencia actual.
En la vida anterior a ésta, la Entidad a menudo era denominada
Capitán Kidd. Salió beneficiado en la primera etapa de su vida y en la
última etapa dio mucho a los demás, con un coste muy elevado para su
persona. Entre las cosas que lo mueven están su amor al mar y a las
cosas relacionadas con el misterio, y su gran habilidad para resultar
misterioso a los ojos de los demás.
"En su vida anterior a ésta la Entidad se llamaba Halcón y era miembro
de la Armada inglesa. En esos tiempos la Entidad fue el ayudante del
primer navegante que se dirigió a Oriente (John Cabot, 1497); y en
años posteriores llegó a la costa septentrional de esas tierras.
"En ese caso también lo impulsó su amor a la aventura y el misterio.
"En la vida que precedió a esa vida, lo vemos en una tierra de beduinos
cuando los efectivos griegos luchaban contra los pueblos de la llanura
(aproximadamente, en el 900 A.c.). La Entidad se llamaba entonces
Xenia y fue segundo jefe de aquellos hombres de la llanura que
llenaron de consternación a las fuerzas invasoras al dejar en libertad a
montones de avispas. Esa vida confirió poder a la Entidad, y al final le
trajo la perdición. En esa existencia ya se puede apreciar el amor que
siente actualmente por la vida al aire libre y los misterios de la
naturaleza.
"En la vida anterior a ésa (aproximadamente, en el año 10.000 A.C.),
en la etapa en que se produjeron divisiones en el territorio conocido
hoy en día como Egipto, la Entidad forjó hierro para el gobernante. Y al
tiempo que prestaba ese servicio aconsejó a muchas personas. En la
actualidad desea vivamente servir a los que tienen poder y estar en
comunicación directa con ellos.
"Muchos, muchos avances habrá de realizar la Entidad antes de
alcanzar la unidad con las fuerzas más elevadas.
Estudiad, entonces, tales circunstancias; y que los que quieran ayudar
oigan los consejos.
"De momento, hemos acabado".
Este es uno de esos casos en los que Edgar Cayce simpatiza
claramente con el niño y no con sus padres; y cuando estos solicitaron
una segunda lectura, la única información que Edgar quiso darles fue
que el muchacho se había embarcado en Nueva York en un buque que
navegaba hacia el este, rumbo a Europa.
En cambio, en el caso que exponemos seguidamente, hemos de
quedamos horrorizados ante lo que es una tragedia absoluta.

Las Uvas de la Ira


La madre de un niño de 12 años, Lennie Talbot, pidió a Edgar Cayce
que le dedicara a su hijo una Lectura de las Vidas con la esperanza de
que ello le ayudaría a comprender por qué el tipo de conducta del
muchacho era tan voluble.
A pesar de que Edgar siempre actuaba con mucho tacto, la Lectura
claramente revela su gran preocupación por el bienestar del muchacho
en el futuro, y en cada renglón se aprecia una seria advertencia.
"Los registros de esta Entidad pueden interpretarse o de un modo muy
optimista o de un modo muy pesimista. Pues hay a la vez grandes
oportunidades y grandes obstáculos. Se le brinda la oportunidad
(aunque las comparaciones son odiosas, he aquí unas comparaciones
válidas) de ser o un Beethoven o un Whittier; o un Jesse James. Pues
la Entidad tiende a tener de sí misma un concepto más elevado de lo
que debería; y eso es lo que hicieron los tres individuos a los que
acabo de referirme. La forma de aplicarlo dependerá del yo individual.
"He aquí una Entidad con una serie de talentos latentes que podrían
transformarse en música, poesía, o prosa de una calidad que pocos
podrían superar. O puede que desee hacer las cosas a su manera sin
hacer caso a los demás, actuando a su gusto.
"En cuanto a los aspectos astrológicos, están latentes o se han
manifestado: Mercurio, Venus, Júpiter, Saturno y Marte.
Se oponen unos a otros en algunos aspectos, pero siempre están
presentes, e indican que el cuerpo cometerá muchos excesos, a menos
que reciba una auténtica preparación en el período de su desarrollo. Y
la Entidad está llegando a una etapa en la cual, aun cuando no se debe
destruir su alegría y vivacidad, sí conviene ser firmes y positivos,
utilizando la razón para inducir al individuo a analizarse a sí mismo y a
tener una idea clara de cuáles son sus ideales y objetivos. Al hacerlo,
no sólo estaremos proporcionando a este mundo un individuo genial,
sino que también estaremos contribuyendo al desarrollo de su alma. Si
no actuamos de este modo, proporcionaremos a este mundo un
individuo con talento para crear problemas a los demás.
"Las anteriores apariciones de la Entidad en la Tierra, como queda
claro a partir de sus tendencias, han sido bastante variadas:
"Anteriormente la Entidad estuvo en esta tierra cuando tuvieron lugar
las guerras de los indios y los franceses.
"La Entidad estaba entre los franceses cuando estos actuaron en
Fuerte Dearbon, decidida a hacer las cosas a su modo sin tener en
cuenta los problemas y sufrimientos que causaba a los demás.
"Finalmente, la Entidad salió beneficiada al caer enferma.
Pues de esta Entidad puede decirse lo mismo que del Maestro:
Aprendió sobre todo a través del sufrimiento.
"Por entonces se llamaba John Angel.
"Antes, la Entidad estuvo en lo que ahora se conoce como Francia.
"Posteriormente, la Entidad, con ciertos grupos, realizó incursiones en
el territorio de los hunos y finalmente huyó al sur de Italia.
"La Entidad estaba entonces en unas condiciones óptimas para poner
de manifiesto su talento artístico o musical, escribir poesía y componer
música para sus versos.
"La Entidad está capacitada para ser director de orquesta y escribir
canciones o poesías. Dichas aptitudes formarán parte de su
experiencia actual siempre que el individuo no "se lo crea demasiado,"
ni tenga de sí mismo un concepto más elevado de lo que debería.
Todos tienen los mismos derechos que tú, aun cuando en algunos
aspectos no hayan aprendido tanto. Dios no respeta a las personas por
su buen aspecto físico ni por sus aptitudes. Respeta al individuo por
sus objetivos, aspiraciones y deseos. ¡Acuérdate de eso!.
"Anteriormente la Entidad estuvo en la Ciudad del Oro, en la época en
que tuvo lugar la primera evolución de las tierras del Saad, el Gobi y
Egipto (10.000 A.c.).
"La Entidad protegía a las damas de compañía y se servía de su
habilidad para entretener con versos y canciones. Los empleaba no
sólo para divertir sino también para ayudar al perfeccionamiento de
esas personas.
"Antes, la Entidad había estado en la Atlántida en los tiempos que
precedieron a la segunda desintegración de esas tierras (28.000 A.C.).
"La Entidad estaba entre los Hijos de Belial que utilizaron las fuerzas
divinas para la satisfacción de sus apetitos egoístas, y el deseo de dar
gusto al yo se transformó en un escollo.
"En cuanto a las habilidades de la Entidad en el momento actual, hay
que decir que son ilimitadas. ¿Cómo podrán ser controladas por la
Entidad? ¿En qué medida podrán los demás ayudar a la Entidad a
darse cuenta de tales aptitudes? Habría que formular esas preguntas a
su yo.
"Has de reflexionar en primer lugar para saber cuáles son tus ideales
espirituales, mentales y materiales. Luego tendrás que aplicarte de tal
forma que nunca haya una interrogación en tu propia conciencia ni a
los ojos de los demás.
"Preparado para las preguntas".

Preg.: ¿Cuál es el trabajo fundamental que ha de realizar?"


E.e.: "Esto dependerá de lo que escoja. Ya sea dirigir música,
componer música, o escribir poesía, ésas son las esferas en las que la
Entidad podrá sobresalir y tener éxito".

Preg.: ¿Conviene que desarrolle todos sus talentos?


E.C.: "Si no cultiva todos sus talentos, se echarán a perder".

Preg.: ¿Hay alguna otra sugerencia que pueda ayudar a sus padres a
guiarlo?
E.C.: "Que los padres reflexionen para contar con la aprobación de
Dios, como trabajadores no avergonzados, d3ndo importancia a lo que
la tiene, manteniendo su yo libre de las manchas de este mundo.
"Hemos terminado esta Lectura".
En el siguiente capítulo hablaremos de los habitantes de la Atlántida
que eran Hijos de Belial. De momento el lector puede pensar que ésa
es la peor mancha de su registro, y que el karma retrasado desde
hacía mucho tiempo exigía que la cuenta fuera saldada a partir de este
momento".

Extracto 1 de la correspondencia de la madre, Febrero, 1944:


"La Lectura dirigida a Lennie no nos sorprendió ni a mi marido ni a mí.
Muy pronto comprendimos que toda esa energía debía ser puesta en
funcionamiento, y él está cursando su tercer año en un internado
religioso muy estricto. La desocupación sería su perdición. Ha de estar
siempre en el gran mundo, donde será tan sólo "una gota de agua en el
mar," no conviene que sea "una rana grande en un pequeño estanque".

Extracto II, Septiembre, 1949:


"Estamos muy tristes por el estado en que se halla nuestro hijo único,
que padece Un trastorno mental y nervioso que todavía no ha podido
ser diagnosticado".

Extracto I/l, Julio, 1951, dirigida a Lynn Cayce:


"La prensa ha sido muy cruel con nosotros en nuestra desgracia,
seguro que has leído algo sobre nuestra tragedia. Mi hijo Lennie, que
está desequilibrado desde hace tres años, el pasado miércoles disparó
contra sus abuelos.
"Hugh Lynn, tu padre fue mi amigo. Yo le presenté a Lennie y él le
dedicó una Lectura de las Vidas que contenía numerosas advertencias.
Te escribo para pedirte que digas a uno de tus grupos de oración que
trabajen para nosotros".

Extracto IV, Agosto, 1951:


"Lennie está ahora en el Manicomio del Estado. Los médicos que
trabajan allí, y los de otros sanatorios donde ha estado, efectivamente,
han dicho que padece demencia precoz, esquizofrenia, etc., pero tú y
yo sabemos que lo que tiene es un karma malo. ¡Gracias a Dios! su
intelecto parece estar intacto, escribe pidiendo los libros que siempre le
han gustado, y lee dos periódicos".

Extracto V, Octubre, 1951:


"Mi esposo y yo hemos decidido mandarlo a un psiquiatra, el Dr. Baker.
Es muy bueno. Uno de los pioneros en los tratamientos con insulina y
electrochoques. No hay ninguna razón para que Lennie no reciba un
tratamiento osteopático mientras esté yendo al Dr. Baker. Este doctor
me ha dicho que Lennie estará en observación durante un mes entero
antes de ser tratado, y voy a insistir para que en ese mes sea tratado
con osteopatía. Todo nuestro cariño y gracias nuevamente".

Extracto VI, Noviembre, 1951:


"(Esta es la última carta de Lennie. Te ruego que me la devuelvas).
"Querida mamá: Me encantó saber que has viajado por Oriente Medio,
pero todavía no me he enterado de los resultados.
"Ciertamente me siento mejor desde que el Hermano Lindsay rezó por
mí, y estoy menos nervioso y preocupado por el futuro.
"¿Podrías llevarme por favor a una asamblea evangélica con fines
curativos? Probablemente me resultaría más beneficioso que cualquier
otro tipo de tratamiento. Por favor, entérate de dónde se organiza una
de esas asambleas para que vayamos.
"¿Podrías enviarme mi traje de "tweed" y los zapatos nuevos que no
me dejaban usar en el otro sitio? Aquí seguro que los puedo usar
porque algunas de las normas son mucho menos severas.
"También me gustaría que me enviaras mi reloj de pulsera, pues me
dejan usarlo. Por favor, dile a papá que me compre algunas latas y
golosinas en el supermercado. Todas esas cosas me vendrán muy bien
aquí.
"Probablemente todavía no habrás notado el aumento que han
experimentado los impuestos este año, pero el impuesto sobre la renta
va a subir, y te quedará menos dinero para vivir a menos que
practiques la evasión fiscal. Sin embargo, los empresarios van a
obtener los ingresos más altos después de pagados los impuestos por
cualquier inversión.
"Te quiere, Lennie".

Extracto VII, Junio 1956:


"La Sta. (Gladys) Davis ha recomendado el Hospital de Hildreth por ser
uno de los que contaban con la aprobación del Sr. Cayce, y Lennie ha
permanecido allí durante dos años. Es el único sitio donde ha estado
contento, y nos parece el mejor, con independencia de su precio.
Lennie, que sólo ha sufrido una recaída, va mejorando constantemente,
y esperamos que se recuperará finalmente".
Esta clase de casos, más que ninguna otra, sirve para poner de relieve
que Edgar Cayce veía el futuro de dos formas bastante distintas.
Aunque el destino personal que aguarda a un alma determinada está
formado por las consecuencias inevitables de sus pasadas acciones (y
por eso es posible la predeterminación psíquica), el futuro jamás podrá
predeterminarse totalmente. Así por ejemplo, un país tiene poder para
alterar y modificar su destino de acuerdo con las alteraciones de la
conducta de sus habitantes. Si la mayoría de los alemanes hubieran
actuado con más firmeza podrían haber impedido fácilmente la
ascensión de Hitler. Y Europa podría haber evolucionado con más
tranquilidad y sensatez. Los terremotos que constituyen una amenaza
para California y Sudamérica podrían impedirse si sus habitantes
abandonaran el materialismo y la indiferencia social.
La vez que Cayce lo dijo con más claridad fue en una de las lecturas
que realizó, en estado consciente, para un grupo de oración de la
Asociación para la Investigación y la Ilustración.

"En una ocasión un hombre de Dios fue avisado de que cierta ciudad
iba a ser destruida. Pero ese hombre habló con Dios cara a cara, y
Dios le prometió que si había en dicha ciudad cincuenta hombres justos
y honrados, la salvaría... y, finalmente, le dijo que si hubiera tan sólo
diez hombres justos, perdonaría a la ciudad.
"Yo creo que los hombres justos que hay en este mundo lo mantienen
en funcionamiento. Los justos son los que han sido generosos con los
demás... con su paciencia, sufrimiento prolongado, amor fraternal,
poniendo a su vecino por delante de sí mismos.
"Cuando haya cincuenta hombres justos -o cien, o un millar, o un
millón- posiblemente el camino estará preparado para Su venida.
"Pero todos esos hombres justos han de unir sus deseos y súplicas
para que Cristo físicamente vuelva a caminar entre los hombres".

CAPITULO OCHO

El Hombre - Un Desconocido En la Tierra

Convendría hacer un alto aquí, mientras resumimos las razones que da


Edgar Cayce para decir que sólo Dios tiene poder para aliviar la
mortificación del alma cuando su desesperación es superior a las
fuerzas del hombre.
Mientras que la mente subconsciente de Edgar en estado hipnótico
seguía siendo lo bastante ortodoxa como para considerar el alma como
una creación de Dios que contiene una partícula minúscula de El en su
núcleo, el lector ya habrá percibido con claridad con qué firmeza
mantiene Edgar que todas las penas de los mortales vienen de la mala
utilización por parte del alma del libre albedrío que le fue otorgado por
su Creador.
Resumiendo, Dios no puede denunciar, juzgar, condenar, dar un
castigo, ser engatusado con palabras, ni conceder una dispensa
especial a unos cuantos. Renunció a todos esos privilegios cuando dio
a todas las almas libertad para actuar, elegir y decidir. Ahora, El sólo
puede esperar pacientemente y con auténtica compasión a que las
almas decidan cuándo van a utilizar su libre albedrío para volver a Él,
una vez que hayan reconocido que El es un Creador mejor que ellas.
El lector puede pensar que como teoría está muy bien, y resulta incluso
aceptable para el subconsciente, pero deja al hombre consciente en
una posición un tanto incómoda al no tener a nadie a quien pasarle el
muerto, y el ego depende para su autoconservación de una ilusión: que
más que pecar es una víctima del pecado.
Si volvemos a la primera sesión en que participaron Cayce y Larnmers
en 1923, nos debería ahora resultar sencillo descubrir la lógica
fundamental que subyace a la filosofía de Edgar.

LAMMERS: "¿Qué es el alma del cuerpo?"


CAYCE: "Aquello que el Creador dio a todos los individuos al principio,
y que ahora está buscando la morada -o el lugar- del
Creador".

LAMMERS: "¿Muere alguna vez el alma?"


CAYCE: "Puede ser apartada del Creador. Eso no es la muerte".

LAMMERS: "¿Cómo llega el alma a apartarse del Creador?"


CAYCE: "Para determinar su propia salvación, el individuo se aparta".

LAMMERS: "¿Qué significa la personalidad?"


CAYCE: "La personalidad es lo que en este plano físico se conoce
como consciente. Cuando domina el subconsciente (por ejemplo, si el
individuo está hipnotizado), la personalidad se aleja del individuo y
permanece sobre el cuerpo físico. Esto puede apreciarse en mi caso.
"Por tanto, la alteración de estas condiciones trastornarían las demás
partes del individuo".

Un ejemplo dramático de lo que acabamos de decir es lo que sucedió


años más tarde cuando Hugh Lynn Cayce, el hijo de Edgar, dirigía una
sesión pública. Uno de los asistentes escribió una nota y se la entregó
a Hugh Lynn, pasándola por encima del cuerpo dormido de su padre,
quien al punto empezó a hablar y luego se sumió en un silencio
cataléptico, que desconcertó totalmente a su hijo. Se trataba de una
situación sin precedentes que él no sabía cómo resolver. Al cabo de
unas horas, Edgar súbitamente se levantó y se lanzó a los pies del
sofá. Lo hizo con una rapidez increíble, más parecía el movimiento
acelerado de una película que una acción real, y mientras Hugh Lynn
era presa de un gran asombro, su padre le pidió con total naturalidad
algo para comer. Tenía mucha sed y mucha hambre.
En una lectura posterior a ésta, explicó que su "personalidad"
-expulsada de su cuerpo físico por el proceso autohipnótico -había
levitado aproximadamente un pie y medio por encima de su cuerpo
físico. Y cuando el caballero había entregado la nota a Hugh Lynn,
había atravesado con el puño el equivalente astral de la caja torácica
de Edgar. El impacto había sido parecido a una coz.

La capacidad que tiene el cuerpo para dividirse en, por lo menos, tres
niveles diferentes de vibraciones eléctricas –algo muy semejante a la
división del átomo por parte de los científicos en energías separadas,
diferentes pero coexistentes –solamente se manifiesta en casos muy
especiales como el de Edgar Cayce.
Podía ir de un plano de conciencia a otro con la misma facilidad que se
pasa de FM a AM y posteriormente a la TV en una misma consola.
La lógica que está en la base de este proceso es muy sencilla: la parte
menos efectiva de cualquier unidad -espiritual, humana o mecánica- es
su componente más transitorio. En el hombre, el cuerpo físico, "refugio
transitorio" del alma eterna, es el componente más prescindible.
El lagarto, que siempre puede generar otro rabo (en caso de que lo
pierda sin tener la culpa), probablemente no dará excesiva importancia
a esa sección de su anatomía. Está seguro de que, si bien él puede
generar otro rabo, el rabo no puede generarlo a él.
Desgraciadamente, el ego humano es incapaz de razonar con tanta
lucidez. Si mezclamos esta metáfora y deducimos de ella la conclusión
lógica, diremos que en la psique humana, el rabo se muestra obstinado
e insiste en menear al perro. Y ahí está el principio y el fin de la miseria
humana. Eso es lo que llevó a los existencialistas de Sartre a cegarse
con una ciencia inexacta, y a los clérigos vanguardistas, deseosos de
librarse de toda responsabilidad espiritual, a crear una Religión
Instantánea a partir del concepto de que Dios está muerto.

La Misma Ley Gobierna a Todos los Planetas


Edgar Cayce dijo a Larnmers: "El desequilibrio de la verdad produce
unos resultados tanto en la materia física como en la materia anímica".
Cada individuo debe dirigir su propia vida, ya sea en esta esfera o en
otros planos". Podemos pensar que con ello Cayce quiere decir que las
leyes eternas de la causa y el efecto, a las que responden todas las
almas a nivel personal, operan en los demás planetas de nuestro
sistema al igual que lo hacen en la Tierra, aun cuando éste es el único
planeta donde existe la vida física tal como nosotros la conocemos.
Los componentes de los otros planetas pueden estar tan diversificados
como los átomos en física nuclear. Puede existir toda una gama de
genera desde los unidimensionales hasta la raíz cúbica de los x-
dimensionales. Pero cada uno realiza una aportación adecuada para la
evolución final del alma.
Por entonces Cayce dijo: "Toda la materia insuficiente se forja dentro
de Saturno," lo cual implica que ese planeta funciona como una
especie de horno, donde se cuecen lentamente las escorias
acumuladas procedentes de las almas que se han quedado tan atrás
en relación con las otras que su regreso inmediato a la Tierra crearía
grandes dificultades a todos los implicados, posiblemente esté
hablando de los fanáticos de la historia, desde Herodes pasando por
los tiranos romanos y bizantinos hasta los dictadores de este siglo y
sus adoradores esquizoides.
Así pues, si Edgar Cayce está en lo cierto cuando sugiere que cada
entorno planetario es el adecuado para un tipo de almas, la recepción
del alma en la Tierra dependerá siempre del estado en que llegue,
tanto si viene de otro planeta del sistema solar, como si viene de los
distintos confines astrales de nuestro propio planeta.

LAMMERS: "¿De dónde viene el alma, y cómo entra en el cuerpo


físico?".
CAYCE: "Ya está allí. Cuando el cuerpo humano, al nacer, respira por
primera vez, pasa a ser un alma viva, siempre que haya alcanzado ese
estado de desarrollo que permite al alma entrar y hallar una morada".

LAMMERS: "¿Puede este cuerpo, en este estado, comunicarse con


alguien que haya pasado al mundo de los espíritus?"
CAYCE: "Los espíritus de todos los que han abandonado el plano físico
permanecen en ese plano hasta que la evolución alcanzada los
transporta hacia delante, o hasta que son devueltos a este mundo para
continuar su evolución. Mientras permanecen en el nivel de
comunicación de esa esfera, es posible comunicarse con cualquiera de
ellos. Hay miles alrededor de nosotros en estos momentos".

Los Influjos Planetarios


LAMMERS: "Dame los nombres de los planetas más importantes, y
dime cómo influyen en las vidas de las personas".
CAYCE: "Mercurio, Marte, Júpiter, Venus, Saturno, Neptuno, Urano,
Séptimo".

LAMMERS: "¿Hay algún planeta, aparte de la Tierra, que esté habitado


por seres humanos o donde haya vida animal de alguna clase?" .
CAYCE: "No".

LAMMERS: "Descríbeme el planeta que esté más cerca de la Tierra en


estos momentos, y sus efectos sobre las personas".
CAYCE: "El planeta que en estos momentos se aproxima rápidamente
a la Tierra y que influirá en las tendencias de las mentes de la Tierra
durante los próximos años, según se mide aquí el tiempo, es Marte,
que sólo distará treinta y cinco millones de millas de la Tierra en 1924.
"Su influjo se dejará sentir según vaya retirándose de la Tierra y los que
hayan sido influidos por Marte expresarán, en sus vidas en la Tierra, la
agitación de los tiempos venideros. Esto sólo será suavizado por los
influjos que vendrán de Júpiter, Venus y Urano, esas fuerzas
ennoblecedoras templadas por el amor y la fuerza".

Los Influjos Astrológicos


LAMMERS: "Por favor, define la astrología".
CAYCE: "Las inclinaciones del hombre son gobernadas por el planeta
bajo cuyo influjo nace, pues el destino del hombre queda dentro de la
esfera o el alcance de los planetas.
"Al principio, nuestro planeta, la Tierra, fue puesto en movimiento. Con
la planificación de los otros planetas comenzó el destino de toda la
materia creada.
"La fuerza más importante que influye en el destino del hombre es el
Sol en primer lugar, luego los planetas que están más cerca de la
Tierra, o aquellos que empiezan a ascender cuando nace el individuo.
"Del mismo modo que la Luna gobierna las mareas en su caminar por
la Tierra, lo más elevado de la creación es asimismo gobernado por
este satélite en conjunción con los planetas que están cerca de la
Tierra.
"Pero una cosa ha de quedar clara aquí: ninguna acción, de
ningún planeta, ni las fases del Sol, la Luna, o cualquiera de los
Cuerpos Celestes, sobrepasa el poder de la voluntad del Hombre:
El poder que el Creador confirió al hombre al principio, cuando pasó a
ser un alma viva que podía elegir por sí misma”
"Vemos cómo las almas regresan una y otra vez a la esfera de muchos
de los planetas que pertenecen al mismo sistema solar, y van de uno a
otro, hasta que están preparadas para reunirse con el Creador eterno
de nuestro Universo, del que nuestro sistema es tan sólo una parte
muy pequeña. (Pero) en el momento actual, sólo en el plano de la
Tierra encontramos hombres de carne y hueso. En los otros
encontramos aquellos que son obra de Él en la preparación de Su
propio desarrollo".

La Inmunidad del Alma ante la Muerte


¿Cómo es el mundo de los vivos para el alma que se ha liberado
transitoriamente del cuerpo terrenal? Lo más fácil sería comparar el
peso y la densidad de un astronauta en la Tierra con su peso y
densidad en órbita.
Hay pruebas evidentes de que un astronauta, cuando deja de ser
atraído por la fuerza de la gravedad, y permanece atado a la cápsula
mediante un fino cordón de nylon, se siente por unos momentos alegre,
eufórico, se ha disociado de la Tierra que está debajo y desea
permanecer suspendido en el espacio.
Vamos a suponer, entonces, que la diferencia entre un alma liberada
por la muerte, y ese mismo alma encajonada en un cuerpo vivo es
exclusivamente una diferencia de densidad y vibraciones. N o es más
complejo que la diferencia existente entre un astronauta flotando en el
espacio y ese mismo astronauta atado a los mandos antes del
despegue. Antes de despegar tiene poca o ninguna libertad de acción;
en el espacio exterior tiene más libertad de la que necesita, pero en
esencia sigue siendo el mismo hombre.

Si aceptas esa comparación, te resultará más sencillo retroceder a la


Creación e imaginar a las almas tomando por primera vez conciencia
de sí mismas.
La Tierra todavía estaba enfriándose tras su ardiente nacimiento;
después vino la separación de la tierra y las aguas.
Luego el surgimiento de la vida animal a partir de sus orígenes
amebianos. La única materia sólida que las almas habían conocido
estaba ahora manifestándose en la Tierra. Dicho de otro modo, sólo la
Tierra se sometía a las leyes de la gravedad y de la densidad, tal como
las conocemos actualmente.
Las almas, suspendidas sobre la Tierra, habían seguido este proceso
evolutivo con fascinación, y ahora, al producirse la división de la vida
animal en las especies macho y hembra, la curiosidad les inducía a
apartarse de su propia senda evolutiva para tomar una forma mortal.
Recuerda que por entonces sus cuerpos tenían todavía una textura
espiritual enrarecida. Volviendo a la comparación del astronauta
diremos que eran "ingrávidos".
Cayce emplea constantemente el término "formas de pensamiento" al
referirse al estado del alma en esa etapa de su desarrollo. Una forma
de pensamiento es exactamente eso: una forma originada por una
concentración de pensamiento, y que, sin embargo, carece de solidez
de materia mundana. En todos los niveles mentales, exceptuando el
consciente, los "pensamientos son cosas," así que una forma de
pensamiento, una vez creada, es tan real y tangible como la mente que
la ha creado.
La mente consciente sólo puede percibir las formas de pensamiento
como visiones o alucinaciones. Una dosis poco prudente de ácido
Iisérgico puede romper la barrera protectora y poner al usuario en
contacto directo con unas formas de pensamiento que por lo general
son las suyas; aun cuando es igualmente vulnerable a las formas de
pensamiento de los demás. Cuando estos contactos externos son
nocivos, el encuentro con tales formas de pensamiento puede tener
unos efectos secundarios desastrosos para la cordura del individuo.
Cuando un buen hipnotizador dice a un sujeto sugestionable que se
halla en trance, y que tiene una naranja en una de sus dos manos, y el
sujeto obedientemente empieza a comerla, este individuo está,
efectivamente, comiendo una naranja de verdad.

Ha creado una forma de pensamiento de la misma en ese nivel de su


subconsciente en que el pensamiento es materia. Cayce explicó que el
alma incorrupta podía entrar y salir de la materia densa a voluntad, al
ser capaz de "salir de sí misma" y adaptarse a las condiciones que ya
han tomado forma en su pensamiento, "algo muy parecido a lo que
sucede con la ameba hoy en día en las aguas estancadas de un lago".
Como nunca había sido la intención de Dios que las almas se
manifestaran en esta Tierra en cuerpos humanos, no estaban divididas
en machos y hembras. Y, por tanto, el proceso animal de reproducción
no les era accesible. Su única alternativa era "ocupar" los cuerpos
animales, como el cangrejo ermitaño ocupa la concha vacía de otra
especie animal, sólo que en este caso las conchas ya estaban
ocupadas.
Así pues, dos formas de vida totalmente extrañas estaban tratando de
compartir un mismo patrimonio físico. Los riesgos eran evidentes. No
obstante, unas cuantas almas atrevidas utilizaron su libre albedrío para
introducirse en esas vibraciones más densas de materia animal.
Las almas más sabias y prudentes vacilaban, y tenían razón al hacerlo.
Las almas que entonces se encontraron atrapadas en sus prisiones
carnales no fueron capaces de salir de ahí. La materia extraña del
mundo material actuaba como los dientes de una máquina implacable.
Devoró a las almas y se las llevó consigo.
Pasaron a estar totalmente inmersas en los procesos procreativos.
Y llegó a la Tierra un híbrido angustiado, ni hombre ni animal –medio
hombre, medio bestia- que no era capaz de adaptarse a las leyes de la
evolución animal ni de escapar de ellas.
Y dice Cayce: "Y vemos a estos hijos de las Fuerzas Creativas mirar
aquellas formas cambiadas, las Hijas de los Hombres. Y penetraron
sigilosamente en esa contaminación; o, más bien, se contaminaron con
tales mezclas. Esto trajo el desprecio, el odio, el derramamiento de
sangre, y otros impulsos egoístas, que no respetan la libertad del otro".
Las almas que seguían en libertad no eran capaces de acudir en su
ayuda. Sólo podían mirar, impotentes y desconcertadas.
Esto fue lo que impulsó a Dios a crear un molde físico perfecto, o
cuerpo camal, en el que pudieran encarnarse con seguridad las "almas
rescatadoras". Tal como ha quedado simbolizado en el Génesis en la
Creación de Adán, el hombre apareció con la forma que tiene
actualmente en cinco lugares de la Tierra, y cada uno de esos cinco
grupos de hombres recién creados se diferenciaba étnicamente de los
demás.
Las almas que se encamaron a través de estos canales puros son
llamadas por Cayce los Hijos de Dios para distinguirlas de aquellas
almas que estaban atrapadas en la materia animal, a las que llamó
Hijos del Hombre.
Los consejos que contiene la Biblia sobre la necesidad de "mantener
una raza pura" tienen su origen en esta primera aparición de almas no
contaminadas en la Tierra. Para éstas, las almas híbridas con sus
deformidades animales eran "intocables" en el sentido hindú de la
palabra.
Los Hijos de Dios, divididos en cinco tipos de razas por su
pigmentación blanca, negra, cobriza, roja y amarilla, construyeron
civilizaciones separadas en continentes ahora destruidos o difícilmente
reconocibles por las alteraciones sufridas a causa de los cambios que
se han producido en la Tierra. El océano Atlántico cubre ahora el
continente de la Atlántida (cuna de la raza roja), del mismo modo que el
Pacífico cubre el continente de Lemuria (cuna de la raza negra).
Como le hicieron pocas preguntas a Cayce sobre este tema, las
Lecturas hablan muy poco de Lemuria. En cambio, sobre la Atlántida
(200.000 A.c. hasta 10.700 A. C.) hay mucha información.
Efectivamente, según las Lecturas, es acertado pensar que fue la cuna
de la civilización actual.
Esta gran agrupación de almas fue la más agresiva y al mismo tiempo
la más ingeniosa que el mundo ha conocido.
La influencia de la Atlántida continúa siendo tan importante como
siempre. Esta influencia actúa en especial sobre aquellos grupos de
almas que optan por no reencarnarse con una evolución progresiva.
Los habitantes de la Atlántida, cuando estaba en su apogeo, poseían
telepatía y percepción extrasensorial, se servían de la electricidad,
dominaban la propulsión mecánica del aire y eran expertos en
navegación, establecieron sistemas de comunicación de onda corta,
aumentaron la longevidad y realizaron operaciones quirúrgicas muy
complejas, utilizando como fuente de energía la Piedra Tuaoi de
"Cristal Terrible", precursora del rayo láser o máser. Y fue la mala
utilización de esta fuente de energía lo que los destruyó.
Eran una expresión peripatética y agitada de la vida humana,
esforzándose constantemente por interferir en las leyes de la
Naturaleza, alterarlas o mejorarlas. Llegaron a tener un poder
fantástico, y posteriormente abusaron de él.
Habiendo sido en el principio una civilización monoteísta, finalmente
rechazaron a Dios sustituyéndolo por un dios totalitario caracterizado
por la fuerza bruta, lo que equivale a decir que rindieron culto a sus
propios vicios.
Redujeron a la esclavitud a las almas híbridas, más atrasadas, y a los
mutantes, maltratándolos y sometiéndolos a todo tipo de
degradaciones.
Se dieron perfecta cuenta de las leyes kármicas, pero cometieron la
equivocación de dar por hecho que las deudas acumuladas podrían ser
fácilmente saldadas en el futuro. Y no tuvieron en cuenta un factor, a
saber, que la senda de la evolución podía cambiar de dirección
repentinamente y devolverlos para que hicieran frente a sus deudas,
inmersos en unos cuerpos privados de la presciencia y el poder de los
habitantes de la Atlántida.
Y eso es exactamente lo que les sucedió. Cuando los sentidos del
hombre quedaron reducidos a los cinco que posee hoy en día, el
bellaco de la Atlántida se encontró tan impotente como el cangrejo
ermitaño despojado de su caparazón.
Las deudas kármicas, que hubieran podido ser pagadas muy
fácilmente en una vida o dos, crecieron repentinamente hasta el infinito.
Para reparar algunas de sus ofensas a Dios necesitaban, no dos vidas,
sino miles de vidas.
En lugar de soportar semejante carga eternamente, optaron por
declararse en bancarrota a nivel espiritual. Ahora bien, la tremenda
deuda acumulada sigue ahí, y todavía ha de ser saldada.
A principios de este siglo, Edgar Cayce comenzó a profetizar el regreso
de un número muy elevado de los dos tipos de hombres de la Atlántida.
Advirtió que por cada avance de la ciencia y emancipación material de
los Hijos del Único Dios, los Hijos del Hombre traerían también la
corrupción y el caos.
Sin hacer concesiones Cayce declaró: "Las almas de la Atlántida son
extremistas; no conocen el término medio," y añadió que entre los
dirigentes de las naciones implicadas en las dos Guerras Mundiales
había toda clase de atlantes. Así pues, comparándolos muy por
encima, podríamos colocar a Roosevelt ya Churchill en un extremo de
la escala, y a Hitler ya Stalin en el otro extremo. Igualmente podemos
establecer una comparación entre el Papa Juan XXIII y Mao.
Los avances realizados por la civilización desde la barbarie hasta la
puesta en práctica de la democracia dejan impasible al atlante
impenitente, excepto cuando su estupefacción, al darse cuenta de que
"su mundo no es como era," alcanza niveles de psicosis. Entonces se
atiborra de LSD, o se sube a una torre de una facultad y dispara contra
los "usurpadores que han cambiado la Tierra". Pero puede actuar con
más astucia llevado por un instinto de autoconservación, y en tal caso
será un burlador de las leyes cuyo cinismo minará la sociedad.
También lo encontrarás detrás del político corrupto, del agitador, del
lunático marginal dedicado a la discriminación religiosa y racial, y de los
estafadores que están reduciendo las culturas populares a basura para
semianalfabetos.
"Tal como hemos indicado, los atlantes realizaron importantes avances
y fueron los encargados de la realización de acciones divinas en la
Tierra, pero olvidaron al Dios Uno en El Que todos vivimos y existimos.
Y por ello trajeron aquello que destruyó el cuerpo, aun cuando no el
alma. Hay muchos atlantes en la Tierra en el momento actual".
Al extremismo de los atlantes, que todavía rinden culto a la lujuria, la
violencia y la muerte, se oponen las fuerzas sobrias de las almas que
han aprendido en sus numerosas y variadas encamaciones a ver las
cosas en su justa perspectiva, "aquellas fuerzas ennoblecedoras
templadas por el amor y la firmeza".
Con ellos camina Cristo. Posiblemente sean el único medio que podrán
utilizar nuestros descendientes para evitar un cataclismo similar a la
desaparición de la Atlántida.
Este concepto queda muy claro cuando, en la Lectura de las Vidas
dedicada a un niño muy pequeño, sus padres son advertidos de que en
su vida en la Atlántida rindió culto al Único Dios.
Los usurpadores del poder en el momento de producirse la tercera y
última inundación fueron los Hijos de Belial, cuyo dios del mal había de
sobrevivir al Diluvio en la forma corrupta del ídolo bíblico Baal. El niño
fue perseguido por estos Hijos de Belial, "como lo será también en el
presente. La Entidad ha de guardarse de todos los egoístas". y Edgar
Cayce dijo en otro lugar: "Admitiendo que la reencarnación es un
hecho, y que las almas en otro tiempo moraron en la Atlántida, y que
ahora están entrando en la esfera de la Tierra, si en esos tiempos
produjeron tales cambios en los asuntos de la Tierra que causaron su
propia destrucción ¿acaso puede sorprender que hoy en día produzcan
cambios semejantes en los asuntos de las personas?".
Esta misma advertencia aparece en otra Lectura: "¡Ten cuidado! No
sea que las cosas vanas o materiales hagan que te olvides de Quién es
tu Redentor, y de dónde viene la Voz que está tan dentro de ti. Pues
¿qué es lo que más se necesita hoy en día en este mundo? Advertir a
los Hijos de Belial que los que no son, o no han sido, fieles al Único
Dios deberán encontrarse a sí mismos en las cosas que van a pasar".
En una de las Lecturas que Edgar dedicó a un niño, aconsejó a sus
padres que lo orientaran hacia la técnica, "radio, televisión o algo por el
estilo," porque su experiencia en las comunicaciones eléctricas
provenía de su vida en la Atlántida, donde había sido un experto en la
utilización de las ondas sonoras y "de la luz como medio de
comunicación. Y los puntitos y guiones del morse ya eran de sobra
conocidos por la Entidad en esa experiencia".
En otro lugar recomienda a un joven con una "bancada de memoria"
que escoja la electrónica como carrera porque "ninguno de los
modernos dispositivos constituyen un misterio para la Entidad, aun
cuando todavía no los entienda. Pues la Entidad siempre ha esperado
volverlos a ver".
La avanzada tecnología que los científicos de la Atlántida han vuelto a
aportar al mundo en este siglo ha servido para curar las enfermedades,
conquistar el espacio y dividir el átomo, pero también nos ha traído la
bomba H, una forma de explotar la energía nuclear igual a la que
destruyó a sus creadores originales y enterró sus arrogantes murallas
en el fango del fondo oceánico.
¿Por qué esta representación totalitaria de lo que fue una vez una raza
poderosa no ha aprendido nada de sus equivocaciones?
Porque se negó a estar al tanto de la evolución espiritual
del mundo, reencarnándose para ello en los ciclos anímicos idóneos.
Pero con toda seguridad su carencia más importante es el
desconocimiento de Cristo. Su último recuerdo de la vida terrenal es
casi doscientos siglos anterior a la Redención del alma humana por el
Maestro. Así pues, no es muy probable que nuestros artículos de fe
merezcan la comprensión o el respeto de seres tan atávicos. Al no
recordar nada de Cristo, no tienen ningún motivo para abandonar la
antigua creencia en la brutal supervivencia de los más capacitados.
Hoy en día esclavizarían a las naciones más atrasadas al igual que en
su época esclavizaron a los humanoides más atrasados ... esas
"cosas" o "monstruosidades" que fueron libradas de la esclavitud de la
Atlántida por los Hijos del Único Dios, e introducidas en el Egipto
prehistórico, donde los sacerdotes-cirujanos en los templos de las
curaciones erradicaron la evidencia física de sus antecedentes
animales y los "convirtieron en hombres" y Cayce enseñó: "Este es el
fin de la permanencia de la Entidad en la Tierra, ser un ejemplo vivo de
lo que Él nos dio:
"Venid a Mí, todos los que sois débiles y estáis agobiados; Cargad con
Mi cruz y aprended de Mí". Esos son los fines para los cuales estáis en
la Tierra. Y puede que los manifestéis de un modo muy hermoso, o que
nuevamente fracaséis miserablemente como hicisteis en la Atlántida,
como muchas otras almas están haciendo en esta era en concreto".
El último combate, dijo Cayce, no se librará en la Tierra.
Será una batalla entre las almas que se van de la Tierra y las almas
que se esfuerzan por regresar a ella, las almas que retoman al Dios del
que en otro tiempo se apartaron, y las almas perdidas que esperan
rechazarlo eternamente, aferrándose a toda costa a este planeta
destinado al fracaso.
Según el dogma ortodoxo, será una guerra entre muertos, no entre
vivos.
Pero Edgar Cayce no establece más diferencias entre los muertos y los
vivos que entre la oruga, el capullo y la mariposa.
Por tanto, las almas implicadas en el combate final serán las mismas
almas que siempre han existido desde el Principio. Nada habrá
cambiado excepto el plano de conciencia que ocupan.
Únicamente se habrán desplazado desde los confines de la materia
hasta el plano eterno de sus orígenes.

CAPITULO NUEVE

El Propio Credo de Edgar Cayce

En 1941 Edgar Cayce tuvo ocasión de dedicar una Lectura a dos


miembros de la Asociación para la Investigación y la Ilustración. En la
citada Lectura los elogió por resolver sus propias diferencias kármicas
en relación con su trabajo para la
Asociación. Habían conseguido enterrar el hacha de guerra y trabajar
juntos con tal armonía que el escritor Thomas Sugrue pudo recopilar
los datos para su biografía de Edgar, titulada There is a River (Hay un
Río), basado en el material procedente de las Lecturas que ambos
habían clasificado pacientemente.
Se habían perdonado mutuamente, explicaba la Lectura, "pues ambos
se han encontrado a sí mismos. Recuerda lo que El nos manda:
"Cuando te hayas convertido, afianza a tus hermanos".
No dejes de darte cuenta de que El, el Maestro, Jesús, caminará
contigo si tú deseas caminar con El".
En el pasado remoto, estos dos individuos fueron enemigos en más de
una vida, no tanto por un conflicto de ideales, cuanto por un
malentendido, aunque trabajaban por los mismos ideales. En lugar de
odiarse mutuamente, tenían celos de sus respectivos éxitos; la guerra
de sus egos se había impuesto sobre el servicio al prójimo y había
retrasado su evolución espiritual a través de los siglos.
En esa misma Lectura Edgar expresó también la gran preocupación
que sentía por las almas no iluminadas en el período inmediatamente
posterior a la muerte física. Si el alma ha vivido ignorando la existencia
de una corriente ininterrumpida de vida que pasa de un plano de
conciencia al siguiente, podría "pasar sin comprenderlo hasta que la
oportunidad de comprender aparentemente haya quedado atrás".

Dijo que esperaba que la Asociación para la Investigación y la


Ilustración lograría encontrar la verdad "en cada una de las fases de la
experiencia terrenal del individuo -en los libros, los folletos, las lecturas,
la conversación- de tal forma que todos los que lo deseen puedan tener
acceso a tales conocimientos y alcancen la sabiduría necesaria para la
aplicación de la verdad".
Su total confianza en el poder de Cristo para proteger e iluminar el
alma humana es el fundamento de todos sus pensamientos.
En 1932, cuando le pidieron que dijera cuál era la razón más sólida en
contra de la reencarnación, contestó: "Que una ley de causa y efecto
debería existir aquí en el mundo material. Sin embargo, el
razonamiento de más peso en contra de la reencarnación es también el
razonamiento de más peso a favor de la reencarnación, como en
cualquier principio reducido a su esencia. Pues la ley está establecida,
y sucede así -aun cuando un alma pudiera querer no reencarnarse
nunca, prefiriendo sufrir, sufrir y sufrir- pues el alma construye tanto su
Cielo como su Infierno.
"Pero ¿acaso tiene un alma que crucificar su propia carne, como El, al
descubrir que debe encontrar su salvación en el mundo material a base
de entrar y volver a entrar en el mismo hasta alcanzar esa conciencia
anímica que hará de ella una compañera del Creador?.
"Más bien operará la ley del perdón puesta a tu alcance en tu
experiencia a través del Hijo que estará en tu lugar".

Cayce en estado de vigilia jamás pretendió ser un literato, pero sus


escritos son muy claros, no están oscurecidos por la afectación. La
prueba está en esa charla que dio a la Asociación para la Investigación
y la Ilustración en 1933, en la que explicó su actitud personal ante sus
facultades psíquicas con un lenguaje que difícilmente se podría
mejorar.
"Naturalmente, todos me preguntan sobre la validez de la información
que llega a través de mí mientras duermo.
Personalmente, pienso que ello depende en una gran medida de la fe y
confianza que tenga el que busca esa fuente de información.
"En cuanto a esa fuente de información, aun cuando llevo treinta y un
años haciendo este trabajo, sé muy poco de ella. Diga lo que diga no
será más que una conjetura, no puedo pretender tener grandes
conocimientos, pues yo también ando a tientas.
"Pero, la experiencia nos enseña a todos, ¿no? Poco a poco llegamos
a tener fe y a comprender. La mayoría de nosotros no nos hemos
convertido de golpe a una religión, como le sucedió a aquel hombre
que se convirtió cuando estaba a medio camino entre el fondo y la boca
de un pozo tras una explosión de dinamita. La mayoría necesitamos
llegar a unas conclusiones ponderando lo que es evidente y aquella
contestación que surge de lo más hondo de nosotros.
"El caso es que, cuando estoy dormido de este modo, debo de estar
explotando no una fuente de información sino varias.
"Una de esas fuentes de información es, al parecer, la constituida por el
registro individual de todas las experiencias que se suceden a lo largo
de lo que ·llamamos tiempo. La suma total de tales experiencias está
escrita, por así decirlo, en el subconsciente del individuo y en lo que se
conoce como Registros Akáshicos. Cualquiera podrá leerlos si
sintoniza adecuadamente.
Aparentemente, yo soy una de las pocas personas que pueden dejar a
un lado su personalidad hasta el punto de permitir que el alma sintonice
con la fuente universal del conocimiento. Ahora bien, no lo digo
presumiendo; de hecho, no afirmo poseer una facultad que cualquier
otro no posea. Creo sinceramente que no hay una persona que no
tenga esa misma facultad que yo tengo.
Estoy seguro de que todos los seres humanos tienen más poder de lo
que jamás habían pensado, siempre que estén dispuestos a ser
desprendidos, pues ése es el precio que hay que pagar para
desarrollar tales poderes o habilidades ¿Estarías dispuesto, aunque
fuera una vez al año, a dejar a un lado tu propia personalidad, a
deshacerte de ella?
"Muchas personas me preguntan cómo impido la penetración de
influencias no deseables en el trabajo que realizo. Para contestar esa
pregunta, déjame que te relate una experiencia que tuve cuando era
niño. Cuando tenía entre once y doce años. Había leído tres veces la
Biblia. Ahora ya la he leído cincuenta y seis veces. Indudablemente,
hay quien la ha leído más veces. Pero yo he tratado de leerla una vez
por cada año de vida.
"Bueno, de niño, pedía en mis oraciones poder hacer algo por los
demás, ayudarlos a comprenderse a sí mismos, y sobre todo ayudar a
los niños que están enfermos. Una vez tuve una visión que me
convenció de que mis oraciones habían sido oídas y serían
contestadas.
"Así que creo que mis oraciones todavía son escuchadas.
y cuando entro en un estado de inconsciencia, tengo fe en ello.
También creo que mi fuente de información procede de la percepción
Universal, a menos que los deseos de la persona que solicita la Lectura
debiliten esa conexión.
"Algunas personas piensan que la información que viene a través de mí
procede de una personalidad que habiéndose marchado de la Tierra
desea comunicarse, es decir, de un espíritu o guía benevolente que
está al otro lado. Puede que esto a veces sea cierto, pero por lo
general yo no soy un "médium" en ese sentido de la palabra. Aunque si
la persona que solicita una Lectura busca esa clase de contacto y de
información, creo que lo consigue.
"Por ejemplo, si la persona tiene muchos deseos de comunicarse con
el Abuelo, el Tío, o algún alma importante, el contacto se orientará de
ese modo, y la fuente llegará a ser ésa.
"No creáis que estoy desacreditando a los que buscan ese tipo de
Lecturas. Si deseas recibir el mensaje de tío loe, lo recibirás, pero si
quieres depender de una Fuente más Universal, eso será lo que
conseguirás.
"Recibirás lo que pidas, es como una espada de dos filos. Corta por los
dos lados".
Dos años más tarde, dijo en un discurso dirigido a los miembros de la
Asociación para la Investigación y la Ilustración:
"¿y qué juez ha de determinar cuál es la forma adecuada de realizar
investigaciones sobre los misterios de la vida? Cuando ahondamos en
los fenómenos de la vida, sólo somos capaces de juzgar por los frutos,
por los resultados obtenidos.
"Los que acaban de conocerme me preguntan constantemente:
"¿Es Vd. un espiritista? ¿Cómo llegó a interesarse por los fenómenos
psíquicos? ¿Es Vd. un médium? ¿Es Vd. esto o aquello?
"Siempre he deseado poder responder de mi fe. Me parece que si uno
no puede responder de esa fe que uno profesa y de la cual vive,
entonces no está en su mejor momento. Pues vivimos de nuestra fe,
día tras día. Si no sabemos qué es lo que creemos o por qué lo
creemos, nos estamos apartando mucho de lo que la Fuente de la Vida
desea que seamos.
"¿Qué es la vida? ¿Qué es el fenómeno de la vida?
¿Dónde y cómo se manifiestan los diversos fenómenos?
"Tenemos un cuerpo físico; tenemos un cuerpo mental; tenemos un
cuerpo espiritual, o alma. Cada uno de estos cuerpos tiene sus propios
atributos. Del mismo modo que el cuerpo físico se divide en una serie
de partes, todas dependientes entre sí, y unas más dependientes que
otras, la mente posee su propia fuente de actividad que se manifiesta
de diversas formas a través del cuerpo individual.
"El alma tiene también sus atributos, y diversas formas de mejorar,
mantenerse o manifestarse entre los hombres. La fuerza psíquica es
una manifestación de la mente del alma.
"Volvamos a la historia sagrada. ¿Sabes dónde aparecen las primeras
líneas sobre fenómenos psíquicos? ¿Dónde está la primera línea que
explica qué es un fenómeno psíquico, la división entre lo que es real, y
lo que no es real? "
"Fue cuando Moisés fue enviado a Egipto a liberar al Pueblo Escogido,
y hubo de coger su cayado y, con Aarón, su hermano, presentarse ante
el Faraón. Dios, a través de él, realizaría grandes prodigios para su
pueblo. Entonces Moisés se presentó ante el Faraón, echó su cayado
delante del Faraón y éste se convirtió en una serpiente. Los magos
lanzaron sus báculos al suelo, y éstos se convirtieron también en
serpientes. Pero el báculo de Aarón devoró los báculos de los magos.
"Entonces empezó lo que se conoce como las plagas de Egipto.
Cuando vino una de las plagas, Aarón extendió su cayado sobre las
aguas y éstas se convirtieron en sangre. Los magos también
extendieron sus báculos, y las aguas se convirtieron en sangre para
ellos. A continuación vino la plaga de las ranas, y los magos pudieron
hacer eso también con sus encantamientos.
Luego vino la plaga de los mosquitos, cuando el cayado golpeó con
violencia el polvo de la tierra; y esa plaga fue el primer caso en el que
se sacó sangre del cuerpo. Los magos trataron de hacer lo mismo pero
no sucedió nada. Acudieron al Faraón y dijeron: "El dedo de Dios está
aquí". (Ex. 8:18,19)
"Al llegar a este punto, podemos trazar una línea divisoria entre los
encantamientos y las cosas de Dios. Cuando sabemos, cuando
creemos, cuando vemos por los resultados, que el dedo de Dios está
efectivamente en lo que está teniendo lugar, sabemos si el fenómeno
que estamos viendo y experimentando es o no de origen divino.
"Y si no lo es ¿cómo puede ser? Bueno, decirnos que toda fuerza, todo
poder, viene de una fuente. Estoy de acuerdo con ello; y aun cuando
esa Fuerza de la Vida se aplique mal, el fenómeno no deja de ocurrir,
aunque esté mal dirigido. Al igual que vemos nacer entre nosotros a
deficientes mentales y a incapacitados físicos. Y, aparentemente, tales
desgracias nada tienen que ver con los individuos (He dicho
aparentemente). Y, sin embargo, el fenómeno de la vida continúa
produciéndose igualmente. En algún punto, ha seguido una dirección
equivocada, o se ha desviado de los fines del Todopoderoso. Pero
continúa avanzando igualmente.
"Posiblemente no haya habido una parábola más grande que la del
trigo y la cizaña. No convenía arrancar la cizaña enseguida para no
destrozar el trigo también. Pero llegaría un momento en que habría que
recoger el trigo y almacenarlo en el granero, y juntar la cizaña para
quemarla.
"Si el alma está en armonía con la Fuente de la vida, ¿no pueden los
fenómenos ser dirigidos por el mismo Dios Uno que dirigió a Aarón, en
lugar de serlo por el que dirigió a los magos en sus actividades?
Cuando vinieron las plagas hubo un momento en que los magos
fallaron. Así que si los fenómenos psíquicos vienen de una fuente
distinta de la Fuente Divina, también llegará un momento en que
fallarán.
"El Maestro estaba en armonía con la Fuente Única de todo Bien.
Pienso que muchos otros lo estuvieron también, en diversos
momentos, cuando se inmolaron como sacrificio vivo, sagrado y
aceptable para El. Por tanto, todos nosotros podemos estar en armonía
con la Única Fuente Divina de toda información, si estamos dispuestos
a pagar el precio.
"A menudo no he estado muy lejos de ofrecerme como sacrificio vivo a
cualquier fuente que pudiera manifestarse a través de mí. Y en ese
sentido supongo que podrían decir que soy un médium. Pero espero
poder ser, más bien, un canal de dicha para muchos, en lugar de un
médium a través del cual pueda manifestarse una fuerza. Porque si es
de Dios, ha de ser bueno.
O, si es bueno, ha de venir de la Bondad Divina, de Dios. Confío en
que esa bondad sea el tipo de fenómeno psíquico que se manifiesta a
través de mí".
Esta es una manifestación serena de fe perfecta, expresada
con una simplicidad que la hace hermosa. Y el amor personal
que Cayce siente por Cristo y la confianza que tiene en El son, si cabe,
todavía más íntimos cuando habla a ese mismo grupo en
1934.
"En el evangelio de Juan 14: 1-3, Jesús dijo: "No se turbe vuestro
corazón; creéis en Dios, creed también en Mí. Cuando yo me haya ido
y os haya preparado el lugar, de nuevo volveré y os tomaré conmigo;
para que donde yo estoy estéis también vosotros".
"Al analizar la historia del mundo, tal como la conocemos hoy en día,
podemos preguntarnos ¿con qué frecuencia ha surgido entre nosotros
un gran líder religioso o profeta? Platón dijo que nuestro ciclo de
entradas se extiende a lo largo de unos mil años. Si nos ceñimos a la
historia, vemos cómo el período de tiempo que media entre cada líder
religioso que ha venido a la Tierra va de 625 años hasta 1.200 años.
"¿Acaso estás diciendo que Cristo ha venido con esa frecuencia?"
"No, no digo eso. No sé cuántas veces ha venido. Pero si nos fijamos
en los siguientes pasajes de las Escrituras, podemos pensar algo muy
interesante:"Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el
Verbo era Dios. El estaba al principio en Dios. Todas las cosas fueron
hechas por El; y sin El no se hizo nada de cuanto ha sido hecho. Y el
Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros ... Estaba en el mundo y
por El fue hecho el mundo, pero el mundo no le conoció". (Juan 1:114).
"Muchas personas nos dicen que este pasaje habla de cosas
espirituales. Tú mismo deberás hallar la respuesta. Pero si el Verbo se
hizo carne y habitó entre nosotros, ¿cómo podemos estar tan seguros
de que no esté hablando de cosas materiales, también?
"Al hablar con los que deberían haber sido y fueron jueces de Israel en
esos tiempos, el Maestro dijo: "Abrahán, vuestro padre, se regocijó
pensando en ver mi día; lo vio y se alegró". Pero los judíos le dijeron:
"¿No tienes aún cincuenta años y has visto a Abrahán?" Respondió
Jesús: "En verdad, en verdad os digo: Antes que Abrahán naciese, era
yo". (Juan: 8:56-59).
"¿Jesús quiso que ese mensaje tuviera un sentido espiritual, un sentido
literal, o ambas cosas? ¿Qué piensas? No lo sé.
Pero lo que se nos ha dicho por procedimientos psíquicos es lo
siguiente: "Tomadlo por lo que vale y aplicadlo en vuestra propia
experiencia.

"Ahora vuelve al Capítulo catorce del Génesis y lee aquel pasaje en el


que cierto sacerdote real, Melquisedec, rinde homenaje a Abrahán
trayéndole pan y vino. "Pues este Melquisedec, rey de Salem,
sacerdote del Dios altísimo, que salió al encuentro de Abrahán cuando
volvía de derrotar a los reyes y le bendijo. Sin padre, sin madre, sin
genealogía, sin principio de sus días ni fin de su vida, se asemeja en
eso al Hijo de Dios; que es sacerdote para siempre". (Hebreos 7).
"¿Era el Maestro; este Melquisedec? No lo sé. Léelo tú mismo. Tal vez
me equivoco cuando pienso que era el Maestro; que era ese hombre
que se llamaba Jesús.
"Fíjate ahora en el libro de Josué. ¿Quién dirigió a Josué cuando llegó
a ser jefe de Israel? ¿Quién guió a Josué, después de cruzar el
Jordán? La Biblia dice que el Hijo del Hombre vino para guiar a los
ejércitos del Señor. Y tras el encuentro de Josué con este hombre de
Dios, todos los hijos de Israel le tenían miedo. (Josué 5:13-15). "De las
citas que figuran arriba conviene que saquemos algunas conclusiones
y las complementemos con información psíquica. El Espíritu de Cristo
se manifestó muchas veces en la Tierra antes de su venida, a veces se
manifestó en individuos como Melquisedec, y en otras ocasiones como
una influencia espiritual que llegó a través de ciertos profesores que
defendían el culto al Dios Uno.
"Y ¿qué tiene que ver esta conclusión con la segunda venida? Bueno,
a la luz de lo que acabamos de exponer, podemos decir que no habrá
una segunda venida. Además, si tenemos en cuenta las circunstancias
que hicieron posible Su aparición en diversos momentos -o si prefieres,
en una época determinada, como Jesús -podemos hacer ciertas
deducciones en relación con el regreso del Maestro.
"¿Cómo es que vino El, como Jesús de Nazaret? El hombre no había
tenido una revelación, de la que tengamos constancia, desde hacía
más de cuatrocientos años. ¿Acaso las tinieblas y la disipación del
hombre fueron la causa de que Jesús viniera al Mundo? Si es así, se
invirtió la ley natural: Igual engendra Igual. Las leyes de Dios no se
invierten nunca, y jamás las encontraremos invertidas. Son inmutables
y verdaderas en cualquier reino que podamos hallar en la Tierra.
"Entonces ¿qué produjo la venida de Jesús? Un grupo de personas
que lo buscaron de verdad, un pequeño grupo fundado para
constituirse en canal por el cual esa gran cosa pudiera suceder.
¿Quiénes eran esas personas? Eran los más odiados de todos los que
menciona la historia profana, y apenas se los menciona en la Biblia, los
esenios, los odiados, los más humildes de los judíos ...
"Los esenios, entonces, consagraron su vida para hacer posible la
existencia de un lugar de encuentro para el hombre y para Dios, para
que Jesucristo viniera al mundo. Así pues, hubo una preparación; y si
nosotros preparamos un lugar de encuentro, en nuestro corazón,
nuestro hogar, nuestra comunidad, o nuestra Iglesia, Cristo vendrá de
nuevo a nosotros, y vendrá como es. Su espíritu siempre está aquí.
Siempre permanecerá con nosotros.
"Todos creemos que El descendió a los Infiernos y enseñó a los que
allí estaban. Lo hemos leído en la Biblia y decimos que es verdad.
Pero, de hecho, no lo creemos realmente.
Si lo hiciéramos nunca criticaríamos a ningún alma del mundo.
¡Nunca! Porque si creemos que El bajó a los Infiernos y enseñó a los
que estaban allí, ¿cómo podemos criticar a nuestro vecino de aliado
porque sus pollitos se han metido en nuestro jardín, o porque no cree lo
mismo que nosotros?
"El, por nosotros, se hizo carne. ¿Cuántas veces? Contesta tú mismo.
¿Cuándo volverá de nuevo? Al vivir la vida que El ha dispuesto para
nosotros, hacemos posible Su retomo, el regreso del Señor, del
Maestro.
"No os dejaré desamparados, volveré, y os acogeré; para que donde
Yo estoy, estéis también vosotros".
Por eso Cayce cuando está despierto da muestras de ser un cristiano
practicante, tolerante y sincero, de antecedentes ortodoxos, sin ningún
deseo de hacer tragar a los demás sus creencias Personales... ni de
que los demás le hagan tragar sus creencias.
No obstante, nos sería difícil ir más lejos y dar una explicación objetiva
de la reencarnación, tal como él la veía, a menos que comprendamos
su insistencia a la hora de afirmar que Cristo fue una Divinidad que se
manifestó a través de un alma altamente evolucionada llamada Jesús.
Además, esa misma Divinidad hubo de manifestarse varias veces en la
Tierra antes de poder preparar un cuerpo humano de una espiritualidad
lo bastante avanzada como para sostenerlo en su misión última de
salvación.

El lector puede estar seguro de que no existe una Lectura en la que


Cayce deduzca que secciones de la Biblia han sido redactadas
nuevamente con premeditación. Cuando le preguntaron si eso podía
ser así, contestó que el espíritu de la Biblia todavía estaba en su
plenitud, y que su poder se debía a su fuerza espiritual, y no dependía
del contexto literal. Resumiendo, la Biblia seguía siendo para la raza
humana la garantía de que Dios nunca abandonaría al hombre.
Por otra parte Cayce no negó, en su sueño facultativo, que muchas
secciones hubieran perdido su claridad original al ser traducidas del
hebreo al griego bizantino, al latín clásico, y posteriormente al inglés
jacobino. Un estudio minucioso de las Lecturas centrado en el período
palestino de la época de Cristo pone de manifiesto que, según las
Lecturas, los esenios supieron conservar la auténtica sabiduría
contenida en las antiguas escrituras mejor que la Iglesia Hebrea
establecida, que atravesaba unos tiempos definidos por el Papa Pío XII
como "herejía de acción".
Cuando Cristo predicó en las sinagogas, no introdujo en sus sermones
nada nuevo ni inusual, sino que puso de relieve secciones de las
antiguas enseñanzas que bien habían caído en el desprestigio porque
así convenía, o habían sido re interpretadas para adaptarse a las
exigencias del Sanedrín.
Resulta oportuno indicar aquí que los Manuscritos del Mar Muerto, aun
cuando todavía hay que obrar con cautela por encontrarnos en la
primera fase del proceso de interpretación de los mismos, confirman
que gran parte de las enseñanzas de Cristo están presentes en la
misma forma, y a menudo expresadas con las mismas palabras, en las
escrituras esenias que existían por lo menos cien años antes de Su
nacimiento.
Ello prueba que El estaba fundamentalmente de acuerdo con los
principios de los esenios, aun cuando en Su propia vida los esenios
tenían tal enfrentamiento con el Judaísmo ortodoxo que no se permitía
ninguna alusión a ellos en las Escrituras Hebreas.
Desgraciadamente, la secta contaba con una serie de agitadores que
creían que el fin justifica los medios, hasta el punto de justificar los
ataques contra las caravanas de saduceos y fariseos. Este grupo
evidentemente chocó con las exhortaciones de Cristo en favor de la
eliminación de toda forma de violencia; pero incluso los dos o tres
esenios que estaban entre
Sus discípulos se olvidaban de ello hasta el punto de provocar
incidentes que no hacían sino aumentar el antagonismo de Sus
enemigos.
Por entonces Jerusalén estaba ocupada por los romanos, como
Francia estuvo en este siglo ocupada por los nazis, pero los esenios
eran una secta que había permanecido sumergida durante tanto tiempo
que prácticamente no se vio afectada cuando las persecuciones de los
romanos se sumaron a las que ya venía sufriendo por parte del
Sanedrín. Si bien, finalmente la citada secta sería aniquilada por el
ejército romano, a instigación del Sanedrín, el mismo organismo
gobernante que promovió la crucifixión de Cristo.
Para algunos, lo que los Manuscritos del Mar Muerto están dando a
conocer lentamente es que las creencias de los esenios tienen su
fundamento en las leyes de la reencarnación.
Además, fue la única secta que profetizó correctamente la venida de
Cristo. Del mismo modo que los libros Apócrifos y la Revelación
encerraban un oscuro simbolismo para conservar la verdad que
contenían, la profecía esenia está expresada en pasado en lugar de en
futuro, y en ella Cristo es denominado utilizando variantes de Hombre
Bueno, Mesías, e Hijo de la Luz, nunca por Su nombre real; y el
Sanedrín es llamado Sacerdote Malvado. En los demás aspectos, se
trata de un pronóstico exacto de los acontecimientos que pasarían un
siglo más tarde.

Cayce afirma categóricamente que los esenios, al ser la única secta


que estaba preparada para la aparición de Cristo en la Tierra, no sólo
ayudó cuando tuvo lugar el nacimiento en el pesebre y la huida a
Egipto, sino que enseñó a Jesús en su infancia. Cayce reconoció a
muchos de estos profesores en el presente:
"Entonces, la Entidad fue educada en unos principios o escuela de
pensamiento que pretendía ser una reconstrucción de la antigua secta
fundada por Elías en el Monte Carmelo ...
"Como las gentes se habían dividido en sectas: fariseos, saduceos, y
otras por el estilo, surgieron los esenios, que no sólo amaban las
tradiciones de transmisión oral, sino también habían tomado nota de
todas las experiencias sobrenaturales, ya fueran sueños, visiones o
voces, que había tenido este pueblo tan especial.

"Estas tenían que ver con lo que hoy en día llamaríamos predicciones
astrológicas, así como todas las anotaciones relacionadas con la
venida del Mesías. Formaban parte de las que Elías había dado en el
Monte Carmelo. Elías, que fue el precursor, que fue el primo, que fue
(Juan) el Bautista.
"Por tanto el grupo al que nos referimos aquí y que denominamos
esenios fue consecuencia de las enseñanzas de Melquisedec, tal y
como las propagaron Elías, Eliseo y Samuel.
No fue un movimiento egipcio, aun cuando fue adoptado por los
egipcios en un período anterior y pasó a formar parte de todo el
movimiento. Tomaron a judíos y gentiles como miembros por igual,
manteniéndose por línea directa de elección como canales
a través de los cuales podría venir El de origen nuevo o divino.
"Los esenios hubieron de ayudar en la primera etapa de formación del
niño Jesús, y también de Juan. Juan era más esenio que Jesús. Pues
Jesús se aferraba, más bien, al espíritu de la ley, y Juan a la letra de
ésta".
En las detalladas y exhaustivas referencias a Jesús que figuran en las
Lecturas, uno no deja de estar impresionado por el insistente realismo
de la prosa. Edgar Cayce se refiere siempre a Él como Fuerza viva,
inmediata, nunca más lejos del hombre que su propio codo.

Cristo el Mensajero; Jesús El Hombre


Sí, según el razonamiento de Cayce, Cristo al manifestar.
Se en el cuerpo de Jesús estaba completando Su propio desarrollo
anímico en la Tierra, resulta convincente la afirmación que hace a Sus
discípulos de que ellos eran capaces de hacer todas las cosas que El
había hecho. Evidentemente, esto era imposible si habían de continuar
siendo tan espiritualmente imperfectos como eran entonces.
Presuponía que ellos habrían de regresar muchas veces antes de
conseguir Su clarividencia e ilustración.
Si no, tendríamos que pensar que Cristo estaba exigiendo a Sus
seguidores la realización de una prueba casi sobrehumana de fe ciega.
Les estaba ofreciendo una esperanza de supervivencia basada en el
azar, en una única oportunidad, sólo si dejamos de pecar, podremos
entrar en el reino de los cielos.

¿Acaso nos resulta fácil concebirlo como un perfeccionista nada


práctico? Todas Sus otras enseñanzas son, en todos los sentidos,
prácticas y realistas.
Cayce pensaba que era mucho más lógico que Jesús definiera la
redención final del alma como un desandar lo andado lenta y
pacientemente, en lugar de una "apoteosis instantánea". En este
sentido, la reencarnación pide a aquel que duda de sí mismo que no
desespere al ver cómo sus hermanos más ágiles y rápidos lo dejan
atrás. Le enseña que su libre albedrío puede con la misma facilidad
favorecer sus intereses o perjudicarlos.
Le muestra el camino, lo que viene después es cosa suya.
Debe coger su camilla y echar a andar, no ha de esperar ser
transportado a un sucedáneo de Cielo por un Redentor demasiado
mortal.
Asimismo, le enseña que si un hombre inocente, que ha sido víctima de
la injusticia a manos de un enemigo poderoso, se venga ferozmente
con "justicia," se encadenará de forma gratuita a dicho enemigo, y
ambos se verán obligados a regresar juntos para participar
nuevamente en ese triste conflicto hasta que lleguen a tener suficiente
sentido común como para enterrar sus hachas de guerra y hacer las
paces. De esas dos almas, la que esté más adelantada habrá de
retrasar su evolución espiritual, pues se habrá obligado a avanzar a la
velocidad del alma menos desarrollada, a la que ha dañado.
Si, en cambio, es lo suficientemente listo como para "poner la otra
mejilla" en lugar de desquitarse inútilmente, se liberará de cualquier
relación con su enemigo. La responsabilidad pesará sobre el enemigo,
quien deberá regresar solo, en su momento, para reparar el daño que
ha producido.

Quien Esté Libre de Pecado


¿Por qué Jesucristo no hizo distinciones a nivel social entre fariseos,
prostitutas, publicanos y eruditos de mucho peso?
Con toda seguridad, porque sus adornos externos eran temporales y
transitorios, y a Elle preocupa exclusivamente el bienestar último del
alma, mientras ésta lucha por avanzar en su lento y doloroso autoexilio.
Cuando Cristo nos pide que amemos al prójimo, nos está diciendo:
"¡No seas tonto! ¡No odies a tu prójimo! pues si lo haces, habrás de
soportar el peso muerto de otro enemigo".
Cristo nunca se mostró tan tolerante y misericordioso como cuando se
dirigió a la mujer sorprendida en adulterio.
Efectivamente, estaba poniendo en práctica la ley del amor de un modo
que muy pocas de entre las Iglesias que llevan Su nombre desean
emular. Y, sin embargo, lo único que decía era: "Como juzguéis, así
seréis juzgados". Estaba advirtiendo a los torturadores de la mujer que
en sus vidas posteriores corrían el peligro de ser sorprendidos con las
manos en la masa, aunque sólo fuera para enseñarlos a evitar la
persecución y la hipocresía, los dos peores cánceres del alma.
La parábola del Hijo Pródigo vuelve a colocar a Dios en su justa
perspectiva, distorsionada en el Antiguo Testamento, cuando las tribus
nómadas dispersas utilizaron a Yavé el vengador como si fuera un gran
bastón para impedir que sus belicosos guerreros exterminaran primero
a los de su tribu y finalmente se dieran muerte a sí mismos.
Así pues, la parábola del Hijo Pródigo sólo cobra su auténtica
dimensión universal cuando Dios pasa a ser el Padre misericordioso, y
el Hijo se convierte en un alma perdida que vaga por la Tierra,
temerosa de retomar al Padre en harapos metafóricos.
El Decreto de Calcedonia del año 451 D.C., según el cual Cristo estaba
dividido en dos naturalezas separadas, humana y divina, queda
confirmado por la respuesta que Edgar Cayce da a la misma pregunta:
"¡Cristo no es hombre! ¡Jesús era el hombre! Cristo fue el Mensajero! ...
¡Cristo en todas las edades! ¡Jesús sólo en una!"
A menos que El estuviera preparándose para reunirse nuevamente con
Sus discípulos en un cuerpo semejante a la forma purificada que ellos
asumirían un día, cuando también regresarán finalmente al Padre, ¿por
qué Cristo en la cruz se apartó de su forma mortal lo bastante para que
Jesús Le dijera desconcertado: "Eli, Eli ¿por qué me has abandonado?"
Es totalmente contrario a todas Sus enseñanzas el que Cristo hubiera
cedido a inexplicables inquietudes en la undécima hora, y hubiera
dirigido a Dios esas palabras. Eso no habría servido más que para
desmoralizar a aquellos seguidores suyos cuya fe en Él, hasta
entonces, había sido absoluta.

Con toda seguridad, el fin lógico pretendido por Cristo al someterse a


su crucifixión fue mostrar a Sus seguidores no sólo la facilidad con la
que es posible renunciar a los vínculos terrenales de la carne, sino la
insignificancia del cuerpo una vez que deja de ser la morada del alma.
En relación con todo esto, Edgar Cayce formula una teoría que no ha
estado presente en las controversias dogmáticas, y que, sin embargo,
parece la más lúcida de todas. (Aquí hay que tener en cuenta que
califica al cuerpo vivo de cuerpo material, y al cuerpo después de la
muerte de cuerpo físico).
"Del mismo modo que una Entidad, que se halla en uno de los
diferentes reinos que abundan en el sistema solar, asume, no una
forma terrenal, sino un modelo que se ajusta a los elementos de ese
planeta o espacio en particular, el Príncipe de la Paz vino a la Tierra
con forma humana para completar Su propio desarrollo. Venció a la
carne y todas las tentaciones. Y por tanto fue el primero que venció a la
muerte del cuerpo, lo que Le permitió iluminar y revivificar ese cuerpo
hasta levantarlo nuevamente, aun cuando los fluidos del mismo se
habían ido por los agujeros que los clavos habían dejado en Sus
manos y por la herida de la lanza en Su costado".
Cayce insistió en que Cristo ya había empezado a asumir Su propia
forma inmortal cuando María Magdalena Lo vio en compañía de dos
ángeles:
"Tal como indican las palabras que dirigió a María en el Huerto: "No me
toques, porque aún no he subido al Padre" ... el cuerpo, tal como lo
veían los oj os normales, o materiales, de María no podía ser tocado
hasta que se hubiera producido la unión consciente con la Fuente de
todo Poder".
Cayce a continuación pasó a analizar los versículos diecinueve a
veintinueve, del capítulo veinte de S. Juan:
"Tal como indica la forma como el cuerpo-físico (el cuerpo del espíritu)
entró en la habitación de arriba con las puertas cerradas, sin ser parte
de la madera por la que pasó, sino formándose de las olas de éter que
ya había en la habitación, porque había una reunión preparada por la
fe.
La pregunta "Muchachos, ¿no tenéis a mano nada que comer?"
significaba que no se trataba de una transmutación sino de una
regeneración de los átomos y células del cuerpo".
A primera vista, puede que parezca extraño que Cayce ponga tanto
énfasis en este concepto de Cristo, que en un principio tendría muy
poca relación con la actitud de las Iglesias occidentales ante la
reencarnación. Ahora bien, las más terribles controversias de la
primera etapa de la historia de la Iglesia surgieron en tomo a esta
cuestión, y una de sus muchas consecuencias fue el rechazo de la
reencarnación que no formó parte de la doctrina de la Iglesia
occidental.
Antes de pasar a estudiarlo desde sus orígenes hasta sus efectos en la
ortodoxia actual -lo que contribuyó a aumentar la presión bajo la cual
Edgar Cayce trabajaba -, presentamos un enfoque paralelo de los
mismos pasajes bíblicos por parte del famoso clérigo inglés, Leslie D.
Weatherhead, Licenciado en Letras, Doctor en Filosofía, Doctor
Honorario en Teología, Pastor del Templo de la City de Londres, y
Capellán Honorario de las Fuerzas de Su Majestad:
"Me parece que los que estudian la resurrección nunca han prestado
suficiente atención a los minuciosos detalles relacionados con la
mortaja, que aparecen en el cuarto Evangelio.
Este texto -a diferencia de otras partes del Evangelio- parece estar
basado en el relato de un testigo ocular.
"Explica que la mortaja, que cubría el cuerpo hasta las axilas, se había
caído como si el cuerpo se hubiera evaporado. Se nos dice que el
turbante que le rodeaba la cabeza estaba de lado, como si la cabeza
también se hubiera evaporado. Si el estudiante lee los primeros veinte
versículos del capítulo veinte del cuarto
Evangelio, se dará cuenta de que la posición de la mortaja fue lo que
convenció a Pedro y Juan de que Cristo se había desecho de su
cuerpo físico de un modo que nosotros no comprendemos pero que
hace pensar en procesos como la "evaporación" o la "evanescencia".
Parece que pudiera mediar un gran abismo entre el testimonio de un
clarividente aislado y el de un pilar de la Iglesia Metodista ortodoxa,
pero la prosa clara y directa del Dr. Weatherhead es casi la mayor
confirmación de la filosofía religiosa de Edgar Cayce.

La Cristiandad en la Epoca de Constantino


El Dr. Weatherhead en su obra titulada Psychology, Religion and
Healing (Psicología, Religión y Curación), Abingdon Press, declara: "La
conversión del Emperador Romano Constantino al cristianismo en el
año 325 D.C. representó una conquista más bien dudosa para la causa
de Cristo. Puede que viera una cruz en el cielo rodeada de las palabras
In Hoc Signo Vinces, pero dio lugar a un cristianismo que prescindió de
la cruz, y podría muy bien haber tenido un almohadón como
símbolo.
"El Nombre que está por encima de todo nombre había sido escrito en
otros tiempos en las pálidas frentes de jóvenes caballeros de Cristo,
que o habían muerto por El a cientos, o habían salido a manifestar a un
mundo burlón o indiferente la buena nueva del Evangelio. Eso ya había
terminado. Pero era una catástrofe que Constantino se hubiera
"convertido".
"El Cristianismo pasó a ser en realidad una especie de barniz de
cortesía carente de fuerza y de belleza. Todos los favoritos de la Corte
eran ahora cristianos. Los débiles aduladores que pasaban el tiempo
riendo tontamente en medio del lujo de la corte romana, y los elegantes
y astutos parásitos que se enriquecían a costa de la fuerza y el poder
del Imperio, se "convirtieron" de la noche al día.
"El paganismo continuó existiendo, pero recibió el nombre de
Cristianismo como sucede hoy en día. La religión de Cristo no ha vuelto
a ser restaurada, exceptuando breves períodos de despertar religioso,
y si no hubiera existido un núcleo de auténticos santos no habría
podido sobrevivir".

Voltaire
Si ahora nos centramos en la obra genial de Voltaire (1694-1778), uno
de los más grandes eruditos de la historia y el padre de la democracia,
descubrimos que los siguientes extractos de su Diccionario Filosófico
anticipan los argumentos del Dr. Weatherhead.
Dice Voltaire: "A finales del siglo primero después de Cristo había unos
treinta evangelios, cada uno perteneciente a una sociedad diferente, y
habían surgido treinta sectas de cristianos en Asia Menor, Siria,
Alejandría e incluso en Roma.
Dos o tres anticuarios, mercenarios o fanáticos, pusieron en un relicario
al bárbaro y afeminado Constantino, y trataron al Emperador Julián,
que era justo y sabio, como a un infiel. Los cronistas de épocas
posteriores, copiándoles, repitieron sus halagos y calumnias.
Finalmente, llegó la era de la crítica bien fundada, y hombres ilustrados
revisaron las opiniones de los ignorantes.
"Constantino se reveló como un oportunista que se había burlado de
Dios y de los hombres. Razonaba de este modo: "El bautismo purifica
de todo. Por tanto, aunque mate a mi esposa, a mis hijos, y a mis
parientes, si después de hacerlo, soy bautizado, iré al cielo". Y actuaba
en consonancia. Pero era cristiano, y fue canonizado".

El Concilio de Nicea, Año 325 D.C.


Una escuela doctrinal afirma que la reencarnación fue condenada en el
Concilio de Nicea, en cuyo caso el análisis que Voltaire realiza de la
finalidad del citado concilio merece ser incluido aquí:
"Alejandras, Obispo de Alejandro, consideró oportuno predicar que
Dios era necesariamente individual e indivisible - que era una mónada
(una unidad) en el sentido más estricto de la palabra, y que esa
mónada era trina (tres en uno). La mónada de Alejandras iba en contra
de la opinión de Arrio, que denunció públicamente esa teoría.
Alejandras rápidamente convocó un pequeño concilio en el que
participaron sus seguidores y excomulgó a ese sacerdote.
"El Emperador Constantino actuó con bastante maldad, envió al
venerable obispo Osio con cartas conciliatorias dirigidas a las dos
facciones opuestas, y cuando Osio se encontró con un rechazo
justificado, se convocó el Concilio de Nicea.
"La cuestión que había que analizar era: ¿Es Jesús el Verbo? Si Él es
el Verbo, ¿emanó de Dios a tiempo, o antes de tiempo? Si Jesús
emanó de Dios, ¿es Jesús coeterno y consustancial con Dios: o es de
una sustancia similar? ¿Ha sido Jesús hecho o engendrado? Y ¿cómo
puede ser que, si Él tiene exactamente la misma naturaleza y esencia
que el Padre y el Hijo, no pueda hacerlas mismas cosas que esas dos
personas que son Él mismo?
"Yo no puedo entender esto. Nadie lo ha entendido. Y por eso han
matado cruelmente a tantas personas.
"La decisión final del Concilio de Nicea fue que el Hijo era tan antiguo
como el Padre y consustancial con el Padre y mientras tanto la guerra
hacía estragos en el Imperio Romano.
La guerra civil dio lugar a otras guerras, y a través de los siglos hasta el
momento actual, han continuado las persecuciones y la aniquilación
mutua.
"(Sin embargo) Jesús no enseñó dogmas metafísicos. No escribió
tratados teológicos. No dijo: "Yo soy consustancial. Tengo dos
voluntades y dos naturalezas en una única persona".
A los Cordeliers ya los Jacobinos, que habrían de surgir 1.200 años
después de Él, les dejó la difícil y delicada tarea de decidir si Su madre
había sido concebida con pecado original.
"Los Socinianos, o Unitarianos, llaman a la aceptación de esta doctrina
del pecado original el "pecado original" de la Cristiandad. Dicen que es
un atentado contra Dios.
"Los Socinianos ponen mucho énfasis en la fe de los primeros "herejes"
que murieron a causa de los evangelios apócrifos, (y) piensan por tanto
que nuestros cuatro divinos Evangelios no son más que otros trabajos
clandestinos.
"El atreverse a decir que El creó todas las generaciones sucesivas de
la humanidad tan sólo para someterlas a un castigo externo, con el
pretexto de que el primero de sus antepasados había comido de un
fruto determinado, es acusar. Lo del más absurdo de los disparates ..
"Esta imputación sacrílega es todavía más inexcusable entre los
Cristianos, dado que no se menciona el pecado original, ni en el
Pentateuco ni en los Evangelios, ya sean apócrifos o canónicos, ni en
ninguno de los escritos de los Primeros Padres de la Iglesia.
"Las almas, o fueron creadas desde la eternidad (y consiguientemente
son infinitamente más antiguas que el pecado de Adán y no tienen
relación con el mismo), o son formadas en el momento de la
concepción, en cuyo caso Dios debe crear, cada vez que nace un ser
humano, un nuevo espíritu al que debe hacer eternamente
desgraciado, o Dios es el alma de la humanidad y consiguientemente
El está condenado junto con todo Su sistema".
Voltaire llega al fondo de la cuestión de este modo:
"Ninguno de los Primeros Padres de la Iglesia cita un pasaje de los
cuatro evangelios tal como nosotros los admitimos hoy en día.
"(Los Primeros Padres) no sólo no citan pasajes de los evangelios sino
que incluso incorporan varios pasajes que hoy en día están
exclusivamente en los evangelios apócrifos, que no están en el Canon.
"Como al principio se pensaba que eran auténticos muchos evangelios
falsos, los que hoy en día constituyen el fundamento de nuestra fe
podrían también haber sido falsificados"

Orígenes
Esto nos conduce lógicamente a las enseñanzas de Orígenes (185-254
D.C.), en torno a las cuales ha de centrarse toda la controversia.
Las enseñanzas de Orígenes desempeñaron un papel fundamental en
la conservación de los evangelios originales. Su pluma fue tan prolífica
como la de VoItaire, pero según la Enciclopedia Británica los diez
libros de "stromata", su trabajo más provocativo, han desaparecido sin
dejar apenas ningún rastro. Esto es muy significativo, dado que
Orígenes se dedicó en esa obra a establecer correlaciones entre las
enseñanzas cristianas y los dogmas "cristianos" de Platón, Aristóteles,
Numenio y Corruto. Dedicó toda su vida a la conservación de los
evangelios originales.
"Lo que constituyó una ofensa no fue tanto la relación entre fe y
conocimiento por él establecida, sino ciertas proposiciones aisladas,
como su doctrina de la preexistencia de las almas. Orígenes consiguió
explicar el pecado del hombre en la actualidad basándose en la
hipótesis teológica de la preexistencia y caída premundana de cada
alma".
Orígenes afirma en su obra Contra Celsum: "¿Acaso no está más en
conformidad con la razón pensar que cada alma, por ciertas razones
misteriosas, (ahora estoy hablando de acuerdo con la opinión de
Pitágoras y Platón, y Empédocles, a los que Celso nombra
frecuentemente), es introducida en un cuerpo de acuerdo con sus
anteriores acciones? ¿No es razonable que las almas que han utilizado
sus cuerpos para hacer el mayor bien posible tengan derecho a unos
cuerpos dotados de cualidades superiores a los cuerpos de otras?
"El alma que es inmaterial e invisible por naturaleza, no existirá en un
lugar material sin tener un cuerpo adaptado a la naturaleza de ese
lugar. En consecuencia, en determinado momento se deshace de un
cuerpo, que le fue necesario anteriormente, pero que ya no resulta
adecuado al haber pasado a un estado diferente y lo cambia por un
segundo cuerpo", y en su obra De Principiis: "Toda alma viene a este
mundo fortalecida por las victorias o debilitada por las derrotas de sus
vidas anteriores. Su lugar en este mundo, como si fuera un buque
señalado para el honor o deshonor, viene determinado por sus
anteriores méritos o deméritos. La labor que realiza en este mundo
determina el lugar que ocupará en el mundo que ha de seguir a éste".

Pitágoras y Platón
¿Cómo exactamente fueron las creencias de los Primeros Padres de la
Iglesia complementadas por las filosofías "paganas" de Pitágoras y
Platón (ambos creían en la reencarnación)?
Las opiniones de Pitágoras (582-507 A. C.) aparecen sólo en las
biografías escritas por Diógenes Laercio y Yamblico, pero el primero
incluye una cita en la que Pitágoras afirma que "había recibido de
Mercurio el don de recordar todas las transmigraciones de su alma, y el
don de recordar lo que su propia alma, y las almas de los demás,
habían experimentado entre la muerte y el nuevo nacimiento".
En Platón (427-347 A.C.) podemos leerlo directamente:
"El alma es más vieja que el cuerpo. Las almas nacen continuamente,
una y otra vez, a esta vida.
"El alma del verdadero filósofo se abstiene lo más posible de los
placeres y deseos, de los dolores y los miedos, pues al formarse las
mismas opiniones que el cuerpo, y deleitarse con lo mismo, nunca
puede pasar al Hades en estado puro, sino que debe marcharse
contaminada por el cuerpo, y por tanto cae rápidamente dentro de otro
cuerpo, y consiguientemente se ve privada de toda asociación con
aquello que es divino, puro y uniforme.
"Has de saber que si llegas a ser peor, irás a las peores almas, y si
llegas a ser mejor, a las mejores almas; y cada vez que se sucedan
vida y muerte, harás y sufrirás lo que los iguales deben sufrir a manos
de los iguales".
Conviene decir aquí que S. Jerónimo (340-400 D.C.) una vez llamó a
Orígenes "el profesor más grande de la Iglesia desde los Apóstoles".
Esto no sería plausible si en esos momentos el Nuevo Testamento
hubiera sido tan ambiguo en sus referencias a la reencarnación como
lo es ahora. Con toda seguridad, para que Orígenes ocupara durante
casi cuatro siglos el primer puesto entre los Primeros Padres de la
Iglesia, sus dogmas han tenido que estar sólidamente basados en lo
que en esos tiempos se aceptaba como los verdaderos evangelios.
En la obra de S. Clemente de Alejandría (150-220), Exhortación a los
Paganos, se aprecian claras influencias de Platón: "Existimos mucho
antes de la fundación del mundo; existimos a los ojos de Dios, pues es
nuestro destino vivir en El.
Somos las criaturas razonables del Verbo Divino. Por tanto, hemos
existido desde el principio, pues al principio estaba el Verbo. No es la
primera vez que El se apiada de nosotros en nuestro errar. Desde el
principio se apiadó de nosotros".
A la opinión que S. Jerónimo y S. Agustín tienen sobre Platón hay que
añadir la de S. Gregorio (257-332), quien afirmó que "es absolutamente
necesario que el alma sea curada y purificada, y si esto no tiene lugar
durante su vida en la tierra, habrá de ser llevado a cabo en vidas
futuras".
S. Agustín (3 54-43 O) sentía tal veneración por Platón que escribió en
su obra Contra Académicos: "El mensaje de Platón, la más pura y
luminosa de todas las filosofías, ha disipado por fin la oscuridad del
error, y ahora brilla fundamentalmente en Plotino, un filósofo platónico
tan parecido a su maestro que uno podría pensar que vivieron juntos, o
-dado que los separa un período de tiempo tan largo- que Platón nació
nuevamente en Plotino".
Volviendo al punto de partida, Plotino (205-270) fue junto con Orígenes
discípulo de Amonio, quien fundó en Egipto la famosa Escuela de
Alejandría de Neoplatonismo en el año 193 D.C..
Plotino, en su obra El Descenso del Alma es quizás el más expresivo:
"Así pues el alma, aun cuando de origen divino, habiendo venido de las
regiones elevadas, pasa a fundirse en el oscuro receptáculo del
cuerpo, y siendo por naturaleza un dios postdiluviano, desciende aquí
por una cierta inclinación voluntaria, por el poder y los intereses
inferiores que adornan ...
"Sin embargo nuestras almas son capaces de elevarse desde aquí,
llevando consigo un recuerdo de lo que han conocido y sufrido en el
estado en que cayeron, y a partir de ello aprenderán cuán dichoso es
morar en el mundo inteligible, y por oposición percibirán más
claramente las excelencias de un estado superior.
"Porque la experiencia del mal ayuda a conocer mejor el bien, la
totalidad de nuestra alma no entra en el cuerpo, sino que algo
perteneciente a la misma siempre mora en el mundo inteligible, que es
diferente de este mundo sensible, y aquello que mora en este mundo
de los sentidos no nos permite percibir lo que la parte más importante
del alma contempla".
Aquí tenemos el testimonio de cuatro Santos de los primeros tiempos
de la Iglesia. No es posible que todos estuvieran mal de la azotea, ni
que profesaran unas creencias contrarias a los principios de la Iglesia.
El hecho de que una y otra vez se adhieran a los dogmas "Cristianos"
de Platón indica que estaban convencidos de que Cristo había incluido
esos mismos dogmas en Su propia filosofía.
¿Cuándo fueron las versiones originales de los Evangelios objeto de
una reinterpretación tan drástica? En todo el material resultante de
investigaciones que tenemos a nuestra disposición, no existe una sola
fuente que nos proporcione una respuesta clara y justificada, y
únicamente la Enciclopedia Católica insinúa una.

CAPITULO DIEZ

¿Condena la Biblia la Teoría de la Reencarnación?

Una vez Edgar Cayce dijo con ese sentido del humor tan agudo que
era habitual en él: "¡Yo puedo ver implícita en la Biblia la teoría de la
reencarnación, y tú también puedes leerla!"
Aunque había leído la Biblia una vez por cada año de vida, su primera
reacción en Dayton fue volverla a leer para descubrir dónde condenaba
la teoría de la reencarnación. Y no lo hacía en ninguna parte. Tampoco
la apoyaba per se; pero en los Proverbios 8:22-31 descubrió una
referencia a la Creación extrañamente conmovedora: "Yavé me poseyó
al principio de sus caminos, antes de Sus obras, desde antiguo.
"Desde la eternidad fui yo establecida; desde los orígenes, antes que la
Tierra fuese.
"Antes de los abismos, fui engendrada yo ... cuando afirmó los Cielos,
allí estaba yo; cuando echó los cimientos de la Tierra, estaba yo con El
como arquitecto, siendo siempre su delicia, solazándome ante El en
todo tiempo; recreándome en el orbe de la Tierra, siendo mis delicias
los Hijos del Hombre".
¿Acaso hemos de considerarlo como las imágenes abstractas de un
oscuro poeta? O ¿podemos preguntar quién era ese "Yo"?
Evidentemente no era una criatura mortal con unas expectativas de
vida de setenta años; por muy oscura que sea su poesía. Si
consideramos que ese ''yo'' es un alma humana, que habla de sus
orígenes desde sus recuerdos subconscientes, todas las líneas cobran
un sentido lógico. Ese anhelar nostálgicamente la alegría incorrupta del
principio, ese desear a Dios rechazado, resumen perfectamente el
hastío y el desencanto del alma inmersa en el árido ciclo de sus vidas
materiales en la Tierra, al haberse apartado de su Padre amoroso
como hizo el Hijo Pródigo.
No se trata de la "predestinación y pecado original" del infortunado
humanoide de Calvino, condenado antes de respirar por primera vez,
pábulo potencial del fuego eterno incluso antes de salir del útero. No es
la desesperación de los condenados; sólo el grito de la oveja
descarriada.
Tomando esto como modelo, ¿cómo hemos de interpretar estas líneas
del Libro de la Sabiduría 8:19-20: "Era yo un niño de buen natural, que
recibió en suerte un alma buena. Porque era bueno, vine a un cuerpo
sin mancilla".
La Versión Jacobina, con un curioso circunloquio, se toma esta libertad:
"Porque era yo un niño ingenioso, y tenía buen talante. Siendo bueno,
vine a un cuerpo sin mancilla," y extrae una conclusión errónea de todo
el texto. Pero en ambas versiones ¿quién es el árbitro que dice lo que
está bien y lo que está mal? Está claro que es la propia alma, lo evalúa
basándose en su conducta anterior, y no afirma haber sido designada
"buena" en base a otras normas que no sean las suyas. Y con toda
seguridad no podía saber qué era lo "bueno", a menos que estuviera
igualmente familiarizada con lo contrario.
Que las almas han sido buenas y malas en diversas etapas de su
manifestación en la Tierra aparece nuevamente implícito en Romanos
9:11-14: "cuando aún los muchachos no habían nacido; ni habían
hecho aún ni bien ni mal. .. le fue a ella (Rebeca) dicho: "El mayor
servirá al menor. según lo que está escrito:
"Amé a Jacob y odié a Esaú". ¿Qué diremos pues, que hay injusticia en
Dios? No".
Si "no hay injusticia" en Dios, ¿cómo es que Dios muestra esa
inclinación tan poco divina al amar a Jacob sin razón alguna, y odiar a
Esaú sin razón? ¿Qué oportunidad tuvieron uno y otro, antes de su
creación, de escoger naturalezas tan distintas?
Si vinieron directamente desde el Creador hasta el útero de Rebeca,
¿dónde podía Esaú haber cometido sus delitos, salvo en el Cielo? Y si
lo hizo, ¿porqué no fue expulsado con el resto de los ángeles caídos y
enviado directamente al infierno? Es mucho más probable que
aprendiera a pecar en la Tierra, en un cuerpo mortal, y que su regreso
como servidor de su hermano pequeño fuera tina especie de
indemnización.
Dice el salmo noventa: "Eres tú, ¡oh Dios! desde la eternidad y para
siempre. Haces volver al hombre al polvo, diciendo: "¡Volved, Hijos del
Hombre!". Los arrebatas como con una inundación; están dormidos;
por la mañana son como hierba que crece". Aquí nos tropezamos con
la ambigüedad de "haces volver;" pues el poeta ha combinado al Yavé
tribal con el Creador. Una mejor interpretación sería: "No apartaste al
hombre del polvo". Aun así, el Cielo se concebía en esos días como un
estado de perfección estática hasta la eternidad. Si la exclamación
"¡Volved, Hijos del Hombre!" quiere decir "volved al Cielo" (dado que la
única alternativa era el Fuego del Infierno), entonces las tres
trasposiciones de la inundación al sueño y a la hierba que crece, no
sólo son unas imágenes inadecuadas sino que, además, existe entre
ellas una separación.
Aun cuando admitamos que la "inundación" quiere decir literalmente
muerte por ahogamiento (después de todo el Diluvio formaba parte de
la historia reciente), y que el "sueño" simboliza un período intermedio
entre la muerte y la resurrección en el Cielo, he de decir que "la hierba
que crece por la mañana" es un símbolo peculiar para una vida
Celestial donde todo es perfecto y nada cambia. Las estaciones
terrenales, por otra parte, implican cambios. La hierba crece en
primavera para morir nuevamente en invierno; y el alma que se
reencarna sigue un ciclo idéntico".
El tema vuelve a aparecer en Job 1 :20-21: "Levantóse entonces Job,
rasgó sus vestiduras, rasuró su cabeza y, echándose en tierra, adoró,
diciendo: "Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo tornaré
allá".
Es evidente que si Job se refiere a la misma madre, el anciano
caballero está mal de la cabeza. Pero si admitimos que Job no era un
personaje histórico sino un símbolo del alma, la parábola es una
exhortación al hombre para que nunca desespere cuando parezca que
todo está perdido, y el simbolismo del útero al punto resulta claro. El
alma no puede emprender su vida siguiente sin antes "volver desnuda
al útero" y ¿qué recompensa obtiene el alma, una vez que ha
completado los ciclos terrenos y puede volver como el Hijo Pródigo al
Padre rechazado por ella cuando escogió la propia glorificación?" Dice
el Apocalipsis 3:12: "Al vencedor yo le haré columna en el templo de mi
Dios, y no saldrá ya jamás fuera de él".

En Malaquías 4:5 encontramos, tal vez, el ejemplo más convincente de


todos, pues "Elijah" y "Elías" son sólo variantes ortográficas; ambos
nombres hacen referencia al mismo profeta. Dice Malaquías en el siglo
quinto A.C.: "¡Mirad! Os enviaré a Elijah el profeta antes de la llegada
del grande y terrible día del Señor".
Quinientos años después, según Mateo 16: 13: "Viniendo
Jesús a la región de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos:
"¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?". Ellos
contestaron: "Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que
Jeremías u otro de los profetas". A continuación, Capítulo 17, Versículo
10: "Le preguntaron los discípulos: "¿Cómo pues dicen los escribas
que Elías tiene que venir primero?".
"Él respondió: "Elías , en verdad, está para llegar, y restablecerá todo.
Sin embargo, yo os digo: Elías ha venido ya, y no le reconocieron;
antes hicieron con él lo que quisieron; de la misma manera el Hijo del
hombre tiene que padecer de parte de ellos". Entonces entendieron los
discípulos que les hablaba de Juan el Bautista".
¿Qué proceso de pensamiento lógico pudo llevar a los discípulos a
sacar esa conclusión tan rápidamente, a menos que Jesús hubiera
logrado que se familiarizaran mucho con las leyes de la reencarnación?
Juan el Bautista había sido decapitado por Herodes en vida de ellos, y
Elías ya hacía quinientos años que estaba muerto.
La idea de la reencarnación también debía de resultarle familiar a
Herodes, pues en Lucas 9:7-8: "Tuvo noticias Herodes el tetrarca de
todo lo realizado por (Jesús), y estaba vacilante por cuanto algunos
decían que era Juan, que había resucitado de entre los muertos y
otros, que era Elías, que había aparecido, y otros, que había resucitado
alguno de los antiguos profetas. Dijo
Herodes: "A Juan le degollé yo: "¿Quién puede ser éste, de quien oigo
tales cosas?" Y deseaba verlo".
La curiosidad de un monarca ortodoxo difícilmente hubiera podido ser
despertada por comentarios poco serios. Hubiera echado de la corte a
los idiotas supersticiosos que tenían esas fantasías y no hubiera dado
más importancia al tema de Jesús. y a la luz de lo dicho anteriormente,
¿qué hemos de pensar de este texto de Juan 9: 1-3? "Pasando, vio a
un hombre ciego de nacimiento, y sus discípulos le preguntaron,
diciendo:
"Rabí, ¿quién pecó: éste o sus padres, para que naciera ciego?"
Contestó Jesús: "Ni pecó éste ni sus padres, sino que nació ciego para
que se manifieste en él la obra de Dios".
Si en esos tiempos la teoría de la reencarnación hubiera sido objeto de
un rechazo total, con toda seguridad la respuesta de Jesús habría sido
un reproche por haber formulado una pregunta tan estúpida.
Evidentemente, un recién nacido es incapaz de pecar: Si el pecado
hubiera sido la causa de la ceguera, la pregunta habría sido expresada
de otro modo: "Maestro, ¿acaso los pecados del padre han alcanzado
al niño, o están los padres libres de pecado?" Jesús era misericordioso
en todo.
Incluso cuando "maldijo" a la higuera (haciendo que se marchitara).
Está claro que actuó así porque había adivinado que el subsuelo en el
que estaba enraizada estaba contaminado y podía envenenar su fruto.
Jamás nos hubiera dado una imagen de su Padre tan terrible, un Padre
que inflige la ceguera a un niño indefenso simplemente para
"manifestar Su obra en él". Ahora bien, si el alma que habita en el
hombre voluntariamente eligió ser ciega, para aumentar con más
rapidez su entendimiento y paciencia, entonces la obra de Dios con
toda seguridad se habría manifestado en él.

Si nos basamos en el karma, la doctrina de Jesús "según siembres, así


recogerás" cobra perfecto sentido. Pero si prescindimos de su
vinculación fundamental a la reencarnación, queda reducida a una
banalidad fatua. Muy pocas personas tienen la suerte de poder recoger
en la misma vida lo que sembraron.
Los discípulos eran sencillos pescadores y hombres del campo. Jesús
utiliza un tono distinto cuando discute con un hombre educado y
mundano como era Nicodemo.
Suele decirse que los siguientes pasajes de Juan 3:3-14 hacen
referencia a los pros y contras del bautismo; pero el texto no lo da a
entender, y resulta difícil imaginar a Jesús hablando con un sabio
conocedor de las leyes del Sanedrín de sutilezas relacionadas con las
costumbres de la iglesia. Los pasajes cobran más sentido si asumimos
que Jesús está reprendiendo a un hombre, que debería saber que no
hay que dar a Sus palabras simbólicas una interpretación puramente
literal.
No parece que esté recomendando a Nicodemo el bautismo secular
como solución para librarle de la confusión en que está inmerso,
cuando realiza una declaración que resulta muy clara: "En verdad te
digo que quien no naciere de arriba no podrá entrar en el reino de
Dios". Díjole Nicodemo: "¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo?
¿Acaso puede entrar de nuevo en el seno de su madre y volver a
nacer?" Respondió Jesús: "En verdad, en verdad te digo que quien no
naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de los
Cielos. Lo que nace de la carne, carne es; pero lo que nace del Espíritu
es espíritu. N o te maravilles de que te he dicho: "Es preciso nacer de
arriba. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de
donde viene ni adónde va; así es todo nacido del Espíritu".
Respondió Nicodemo y dijo: "¿Cómo puede ser eso?"

Jesús respondió y dijo: "¿Eres maestro de Israel y no sabes esto?. Si


hablándoos de cosas terrenas no creéis, ¿cómo creeríais si os hablase
de cosas celestiales? Nadie sube al Cielo sino el que bajó del Cielo, el
Hijo del hombre, que está en el Cielo".
Si pasamos al Capítulo 8, Versículo 34 del mismo evangelio; vemos a
Jesús discutiendo con los judíos ortodoxos en el templo, le preocupan
tan poco sus prejuicios que será apedreado por ellos. Si todavía
pensamos que la discusión se centra exclusivamente en la forma
adecuada y no adecuada de celebrar el bautismo, resulta difícil
comprender por qué gastó Su paciencia y Sus energías en una
cuestión tan trivial. Ahora bien, si la cuestión es el rechazo de la
reencarnación por parte de estos, resultan muy lógicas las palabras
que pronunció seguidamente y la furia que despertaron en El: "En
verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es siervo del
pecado. El siervo no permanece en la casa (la carne) para siempre; el
hijo permanece para siempre. Si, pues, el Hijo os librare seréis
verdaderamente libres. Yo hablo lo que he visto en el Padre; (pero)
vosotros también hacéis lo que habéis visto en vuestro padre".
Respondieron y dijéronle: "Nuestro padre es Abrahán". Jesús les dijo:
"Si sois hijos de Abrahán, haced las obras de Abrahán. Pero ahora
buscáis quitarme la vida, eso Abrahán no lo hizo. Abrahán, vuestro
padre, se regocijó pensando en ver mi día; lo vio y se alegró".
"Pero los judíos le dijeron: "¿No tienes aún cincuenta años y has visto a
Abrahán?" Respondió Jesús: "En verdad, en verdad os digo; antes que
Abrahán naciese, era yo".
¿Por qué las alusiones a la reencarnación incluidas en la Biblia son tan
fragmentarias y aisladas? ¿Acaso las pocas que existen fueron
pasadas por alto accidentalmente cuando tuvo lugar la expurgación
sistemática de los textos originales griegos y hebreos?
Por el momento basta con compro bar que Edgar Cayce se convenció
de que la aceptación de la reencarnación no iba en modo alguno en
contra de las Sagradas Escrituras; sino que, de hecho, reafirmaba
muchos de los razonamientos contenidos en las mismas.
Ni que decir tiene que hace que resulte más lógica la advertencia: "Si
alguno mata por la espada, por "la espada morirá, y si alguno está
destinado a la cautividad, a la cautividad irá". (Apocalipsis 13: 10)
"Como hayas hecho, así harán contigo; tu recompensa volverá a tu
propia cabeza". (Obadías 1:15).
Pero, tal vez, la advertencia que más impresiona, dirigida, al parecer, a
quienes pudieran sentir la tentación de amañar el verdadero significado
de los Evangelios para engrandecerse más a sí mismos, está
contenida en Lucas 11:52: "¡Ay de vosotros, doctores de la ley, que os
habéis apoderado de la llave de la ciencia; y ni entráis vosotros ni
dejáis entrar!".
En el Evangelio Capto recién descubierto, hay un pasaje que según
Santo Tomás va dirigido a la Iglesia: "Los Fariseos y los Escribas han
recibido las llaves del conocimiento, y las han escondido. Ni entraron,
ni dejaron entrar a los que deseaban hacerlo".

CAPITULO ONCE

¿Por qué no Está la Reencarnación en la Biblia?

La Historia Oculta de la Reencarnación


Las versiones ortodoxas del Antiguo y el Nuevo Testamento no son
anteriores al siglo VI, en que el Emperador Bizantino Justiniano
convocó el Quinto Congreso Ecuménico de Constantinopla (553 D.C.)
para condenar los escritos de Orígenes, de inspiración platónica.
Contrariamente a lo que creen nuestras Iglesias contemporáneas, éste
no fue un Congreso religioso. Se prohibió la asistencia del Papa, quien
denunció este hecho y fue objeto de burlas. El Congreso fue promovido
por el mismo substrato de bárbaros idiotas que se "convirtieron" al
Cristianismo con Constantino.
Puede que el lector se extrañe de que se le dedique tanta atención en
las páginas siguientes, la razón es que los acontecimientos que
condujeron al Quinto Congreso constituyen prácticamente la única
prueba de las causas por las cuales la reencarnación desapareció de la
Biblia.
El Emperador Bizantino Justiniano (483-565), fue huérfano de padre,
en su falta, fue educado por su madre y su tío, Justino el Emperador
"campesino", en medio de una gran austeridad y oscuridad. Así le
prepararon para heredar el trono de Constantinopla. La severidad que
caracterizó su crianza fue la causa del ramalazo áspero y excéntrico de
su personalidad. A una edad temprana comenzó a sentir una gran
pasión por las leyes, desproporcionada en el caso de un adolescente, y
aun cuando se consideró a sí mismo fundamentalmente un hombre
"bueno," se dejaba convencer fácilmente con halagos y la opinión que
tuvo sobre los demás no dejó nunca de ser superficial e inmadura.

Sólo demostró cierta coherencia en su conocimiento intuitivo de la


estrategia militar. Su joven general, Belisario, logró someter a los
ostrogodos en Italia y a los vándalos en África, devolviendo al Imperio
Romano una pequeña porción del poder que había tenido
anteriormente.
La arquitectura bizantina floreció con Justiniano. Asimismo, este
emperador revisó el derecho romano hasta el punto de que
posteriormente pasaría a ser la base del derecho civil occidental.
A primera vista, podríamos pensar que debería haber alcanzado la
importancia de Carlomagno. Pero no sucedió así debido en parte a su
temperamento, una mezcla de fanatismo e irresolución, y también
porque se rebajó a la categoría de peón en el intento de autodeificación
de una mujer despiadada.

Teodora (508-547), la plebeya que llegó a ser Emperatriz, tenía


suficiente poder como para suprimir de la mayor parte de las pruebas
de sus discutibles orígenes. Y el único biógrafo contemporáneo,
Procopio, la detestaba tanto que su Historia Secreta es motivo de
aceptación y de rechazo.
Generalmente se admite que el padre de Teodora era uno de los
encargados de la alimentación de los osos del anfiteatro de
Constantinopla, y que Teodora debutó como actriz infantil en una
época en que esa profesión estaba a la altura de la más antigua del
mundo. Esto último también llegó a dominarlo rápidamente, y movida
por su insaciable ambición supo sacar provecho de todos los
obstáculos que le salieron al paso.
La estrategia de Teodora fue siempre crear un estado de confusión
organizada en el cual cada hombre pasaba a estar peleado con su
vecino, lo que le permitía dividir fuerzas y realizar conquistas a su
gusto. Una vez que llegó a ser la (imante de Justiniano, puso el listón
todavía más alto. Decidió llegar a ser Emperatriz, y, aunque la madre
de Justiniano se opuso a ella todo lo que pudo, Justiniano resultó ser
demasiado inestable a nivel emocional para resistirse a esa guerra
relámpago.
En aquellos casos en que la opinión de Justiniano sobre su prójimo era
errónea y extravagante, la de Teodora era experimentada y agresiva.
Cuando él vacilaba, ella se mostraba inflexible. Aun cuando la ley
prohibía que las personas que pertenecían a una clase social superior
al orden senatorial se casaran con actrices, dicha ley fue
convenientemente abolida por Justiniano a la muerte de su madre, y
Teodora pasó a ocupar el trono a su lado.
Nada tiene de nuevo el caso del monarca no mundano reducido a la
esclavitud por una cortesana despiadada, pero pocos cortesanos han
sido tan diabólicos como Teodora.

Según la Enciclopedia Británica: "Los oficiales le juraban lealtad a ella


así como al Emperador. La ciudad estaba llena de espías que
trabajaban para ella informándole de todo lo que se decía en su contra
o en contra de la administración. Se rodeó de una gran pompa, y exigía
que todos los que se le acercaban se inclinaran de un modo nuevo
incluso en esa corte medio oriental.
"Dice Procopio que antes del matrimonio tuvo un hijo que, cuando se
hizo adulto, regresó de Arabia, se presentó a ella y acto seguido
desapareció para siempre".
Enseguida se convirtió en una tirana a la manera del más psicótico de
los Césares.
Sus favoritos alcanzaron el poder y, en cambio, sus enemigos murieron
en un número tan elevado que finalmente el pueblo se alzó contra la
pareja. Ante las insurrecciones que estallaron en el año 532,
Justiniano, aterrorizado y desmoralizado, hubiera querido huir, pero ia
indómita Teodora prefirió la muerte a la oscuridad. Le hizo sudarlo, y
por fin fueron dominadas las revueltas.
Después de eso, Justiniano pasó a ser como una marioneta en manos
de Teodora, y ella quedó en libertad para centrarse en el más terrible
de sus enemigos, la Iglesia de Roma.
Teodora veía a la Iglesia Cristiana como el equivalente de la Gran
Pirámide -un monumento eterno dedicado a su ego- y para asegurar la
permanencia de la misma se dispuso a reconstruir su credo,
demasiado sublime para lo que ella pretendía. El éxito por ella
alcanzado se debió a que el Vaticano apenas había tenido tiempo de
recuperarse de su sometimiento al ostro godo Teodorico cuando se
halló bajo la celosa "protección oficial" del ejército de ocupación de
Belisario.
El primer maestro que tuvo y el que más influyó en ella fue Eutiques, un
devoto de la Iglesia Oriental que se dio a conocer cuando Teodora era
la amante de Hecébolo, el gobernador de Pentápolis, situada en el
norte de Africa. Cuando Hecébolo finalmente la echó de la ciudad,
Teodora y Eutiques se dirigieron primero a Alejandría y luego a
Constantinopla. Por entonces, ella iba ocupando un puesto más
importante en las listas del amor profano y él era el decano de una
serie de escuelas religiosas Monofisitas.

La Doctrina Monofisita
La doctrina monifisita es, por así decirlo, el malo de la película y esta
secta fue la organización que posteriormente puso en duda las
alusiones a la reencarnación existentes en los primeros evangelios, y
dividió a la iglesia en dos facciones enfrentadas.
Conviene recordar que la solidaridad de la Iglesia Cristiana no sólo se
había visto atacada por una serie interminable de conflictivos cismas
surgidos a partir del año 300 D.C. aproximadamente, sino que se
enfrentaba a la resistencia activa y a la firme competencia de las
religiones paganas que todavía no había desbancado, muchas de las
cuales además de ser más alegres y de facilitar la evasión, incluso
incorporaban las extrañas bacanales.
Entonces los monofisitas aumentaron la confusión existente afirmando
que el cuerpo físico de Jesús era totalmente divino, y jamás había
combinado atributos divinos y humanos.
(Al parecer no les preocupaba lo más mínimo que el propio Jesús
hubiera dicho que había una chispa de divinidad en todas las almas.
Estaban convencidos de que el simple hecho de rodearse de los
adornos externos de un cuerpo mortal hubiera manchado el auténtico
origen de Jesús).
Desgraciadamente, Teodora, influida por Eutiques, adoptó el
controvertido dogma monofisita, que rechazaba totalmente las
enseñanzas de Orígenes, que tanto habían influido en los Primeros
Padres de la Iglesia. Orígenes no sólo creía en la metempsicosis,
también afirmaba que Cristo el Logos, o el Verbo, moraba en el cuerpo
humano de Jesús, santificándolo.
Teodora lógicamente reclutó a dos de sus más devotos diáconos,
Virgilio y Antimo, para esa causa a petición de Eutiques.

Hoy en día, nos resulta difícil, cuando analizamos las penosas


discusiones surgidas entre las ramas Oriental y Occidental de la Iglesia
sobre la Divinidad de Cristo, darnos realmente cuenta del fanatismo y
el antagonismo suscitado en ambos campos. Los monofisitas siguieron
provocando disensiones y disputas hasta el año 451, en que se
convocó un Concilio de la Iglesia, fiel a las enseñanzas de Orígenes,
que acordó la división de Cristo en dos naturalezas separadas, la
naturaleza humana y la naturaleza divina.

El Decreto de Calcedonia, 451 D.C.


Esa decisión bienintencionada, que se conoce como Decreto de
Calcedonia, si bien respaldaba las enseñanzas de Orígenes, llegaría a
ser, de hecho, el trampolín de todo el daño que se produjo
posteriormente.
La división entre los monofisitas y el Vaticano alcanzó finalmente tales
proporciones y cobró tal violencia que "uno de los primeros actos
públicos de Justiniano consistió en hacer que el Patriarca de
Constantinopla declarara su total adhesión al credo de Calcedonia".
(Enciclopedia Británica).
Esto evidencia claramente que, antes de la entrada en escena de
Teodora, Justiniano se mostraba partidario de la facción de la Iglesia
de Roma favorable a Orígenes; pero en el año 543, a instancia de
Teodora, permitió que un sínodo local pusiera
en duda y condenara los escritos de Orígenes.
De forma muy parecida a como actuó el héroe de la obra de Orwell
1984, "purificando" los archivos públicos de los periódicos y
reescribiendo la historia política para eliminar toda referencia a los
anteriores "Hermanos Mayores," Teodora emprendió una campaña
destinada a borrar todos y cada uno de los pasajes contenidos en la
Biblia que pudieran reducir al absurdo sus esperanzas de una
apoteosis instantánea al dejar esta vida.

Antimo
El primer paso que dio Teodora cuando puso en práctica su grandiosa
estrategia consistió en someter y unificar las diversas facciones
opuestas de la Iglesia Oriental hasta que ésta estuvo totalmente bajo
su dominio. Desafiando abiertamente el protocolo del Vaticano, nombró
a su lacayo Antimo Patriarca de Constantinopla.
En estos momentos Antimo se nos presenta como un personaje poco
importante dentro del panorama global, pero entonces contaba con
medios para hacer mucho daño. Teodora lo había nombrado
expresamente para que revocara el Decreto de Calcedonia. El papel de
Justiniano, como de costumbre, pretextó que no sabía nada del asunto
y hacer las veces de Pilatos. Enseguida Teodora chocó con el Papa
Agapito.

El Papa Agapito
Este viejo prócer viajó desde Roma hasta Constantinopla en febrero en
medio de un gran frío, y cuando descubrió las monstruosas intenciones
de Teodora, pasó a ser el único prelado que la denunció en presencia
de Constantino.
A Justiniano le dijo, "Con gran añoranza": "he venido a ver a Justiniano,
el Emperador más cristiano. En su lugar he encontrado a Diocleciano,
cuyas amenazas, sin embargo, no me causan miedo".

El Emperador asustado ante este inesperado arrebato, y "plenamente


convencido de que Antimo tenía una fe poco sólida, no se opuso al
pleno ejercicio de los poderes por parte del Papa, quien depuso y
suspendió en sus funciones al intruso Antimo y, por primera vez en la
historia de la Iglesia consagró personalmente a su sucesor, Mennas,
que fue elegido según la ley". (Enciclopedia Católica, p. 203).

Desgraciadamente para el destino espiritual de Europa, el santo e


incorruptible Agapito murió en el año 536; dejando tras de sí constancia
de una vida más noble y honorable que la de los demás participantes
en esa penosa charada.
Su fallecimiento siguió a su triunfo con tanta rapidez que uno no puede
por menos que pensar que Teodora contribuyó a acelerar su marcha a
un mundo más feliz.
Habiendo muerto Agapito, Mennas fue sometido fácilmente, y
aviniéndose a todo, condenó a la diócesis de Origenismo en nombre
del Emperador.
A partir de ese momento, Justiniano obedientemente sancionó todas
las purgas que realizó Teodora en el Origenismo.

El Papa Silverio
Parece pertinente al llegar a este punto aclarar acudiendo a una fuente
totalmente independiente, la Vita Silveri, (Gesta Pont. Rom. 1 146),
cuán malévola había llegado a ser la autodeificación de Teodora:
"Como la Emperatriz estaba afligida por lo que le había sucedido al
Patriarca Antimo, a quien el santísimo Papa Agapito había depuesto
por hereje y sustituido por Virgilio, envió esta carta al Papa Silverio
(sucesor de Agapito) que se hallaba en Roma: "No tardéis en venir
hasta nosotros, o ¡sin falta haced volver a Antimo a su puesto!".
"Y cuando el bendito Silverio hubo leído esto, dijo con voz
quejumbrosa: "Sé muy bien que este asunto ha puesto fin a mi vida".
Pero contestó por carta a la Emperatriz: "Augusta señora, nunca
consentiré en restituir a un hombre que es un hereje y que ha sido
condenado por su propia maldad".
"Entonces la Emperatriz, furiosa, ordenó al patricio (General) Belisario
por medio del diácono Virgilio: "Busca algún motivo de queja contra el
Papa Silverio que lo aparte de su función de Obispo, o por lo menos
envíanoslo rápidamente. Tienes ahí al archidiácono Virgilio, nuestro
sustituto favorito, que nos ha prometido que hará volver a su puesto al
patriarca Antimo".
"El patricio Belisario llevó a cabo esa misión. Y obedeciendo órdenes
urgentes, surgieron ciertos testigos falsos que declararon que habían
descubierto que el Papa Silverio había enviado mensajes al Rey de los
Godos. Cuando Belisario oyó esto, se negó a creerlo, sabiendo que
tales informes venían motivados por la envidia. Pero cuando muchos
más realizaron la misma acusación, tuvo miedo.
"Así pues, hizo que el santo Papa Silverio fuera a verlo al Palacio
Pinciano, y apostó al clero en la primera y segunda entrada, y cuando
Silverio y Virgilio entraron solos en el salón, la patricia Antonina se
hallaba tumbada en un sofá, y su marido Belisario estaba sentado a
sus pies. Antonina dijo enseguida:
"Decidme, Señor Silverio, Papa; ¿qué os hemos hecho a vos y a los
romanos, para que queráis traicionamos a manos de
los godos?".
"Y no había terminado de decir eso, cuando entró Juan, el subdiácono
regional del primer distrito, le arrancó al santo Papa Silverio el cuello de
su túnica y le condujo a una sala. Allí lo obligó a despojarse de sus
vestiduras y lo hizo desaparecer.
"Entonces Virgilio lo tomó bajo su protección personal, por así decirlo, y
lo envió al exilio a Ponto, donde lo mantuvo con el pan de la tribulación
y el agua de la necesidad. Y fue debilitándose y acabándose y llegó a
ser confesor".
Teodora entonces se reveló tal cual era, y el siguiente paso que dio fue
el más terrible. Pasó a ser la única Emperatriz de la historia que
consiguió entronizar a su propio Papa, Virgilio, en Roma en el año 538.
Además, Teodora llegó a subir al trono papal, y es más que probable
que éste sea el origen de la leyenda de la mítica Papisa Juana.
Antes de centramos en los relatos de testigos oculares que proporciona
Procopio, es conveniente anteponer como prólogo de los mismos un
último extracto de una fuente independiente.
Entre los historiadores que relataron esa etapa de la historia de
Bizancio, cabe citar tres importantes: Agatías (530- 582), Juan Lydo
(490-565) y Evagrio (536-594). Evagrio en su Historia Eclesiástica
(iv.32), hace este comentario:
"Había otra característica latente en la personalidad de Justiniano, una
depravación que sobrepasaba toda bestialidad imaginable. No sabría
decir si ello era un defecto de su forma de ser, o si era consecuencia
de su cobardía y miedo, pero en cualquier caso se manifestó la
insurrección popular de Nika".
He aquí una faceta del Emperador que aparece documentada en la
historia de Procopio, y que, sin embargo, es discretamente pasada por
alto en las referencias habituales, la mayoría de las cuales se limitan a
desacreditar a Procopio y a encubrir el espíritu diabólico de Teodora.

La Historia Secreta de Procopio


La versión de la Anécdota, o Historia Secreta, a la que pertenecen las
citas que vamos a exponer, es uno de los siete volúmenes que
contienen la Historia de las Guerras y la Historia de los Edificios
(Harvard University Press), traducida por H.B. Dewing, Doctor en
Filosofía, en 1935.
Según Dewing, Procopio fue un hombre educado y bien parecido que
llegó a Constantinopla procedente de Cesárea, Palestina, cuando
todavía era joven. Enseguida fue nombrado asesor legal y secretario
privado del patricio Belisario, el más joven e ilustre general de
Justiniano. Ese privilegio difícilmente se concede a un escritorzuelo
anónimo dedicado al cotilleo de mal gusto.
Efectivamente, estamos ante un personaje importante que habla con
gran fluidez y coherencia, el historiador oficial de las tres guerras de
Justiniano contra Persas, Vándalos y Godos respectivamente, y que
como tal viajó con el séquito personal de Belisario y pudo observar las
guerras directamente.
Dice Dewing: "Además de la intimidad que alcanzó con Belisario, hay
que añadir que su puesto le proporcionó una cierta categoría en la
Corte Imperial de Constantinopla, y le puso en contacto con muchos de
los dirigentes de su tiempo. Por tanto tenemos el testimonio de una
persona íntimamente relacionada con la administración.
"Es preciso admitir que el favor imperial no se ganaba hablando con
franqueza; no obstante, tenemos ante nosotros a un hombre que no se
anulaba a sí mismo hasta el punto de jugar siempre el papel de
adulador despreciable; y también nos presenta el otro lado de ese
panorama brillante en la Anécdota, o Historia Secreta. En esa obra se
liberó de todas las cortapisas impuestas por el respeto o el miedo, y
expuso sin escrúpulos todo aquello que había tenido que suprimir o
disfrazar en la Historia de las Guerras, por motivos políticos.
"Deja constancia del desenfreno y el libertinaje, de las intrigas y los
escándalos, existentes tanto en la vida pública como en la privada ...
nos parece oírle hablar desde la amargura de su corazón. Hay que
decir, al mismo tiempo, que en su obra hay muy pocas contradicciones.
"Procopio tuvo la intención de escribir un libro sobre la doctrina
cristiana (y los largos y con frecuencia enconados debates, en el curso
de los cuales fue formulada). Lo afirma claramente en el Capítulo XI 33
de la Historia Secreta, y lo repite en el libro octavo de las Historias
XXV. 13.
"Es una desgracia que le impidieran cumplir su promesa, pues su punto
de vista era el de un liberal que estaba perplejo ante el ardor de las
discusiones que entablaban sus contemporáneos por tales cuestiones".
Incluso un estudio superficial de la Historia de las Guerras revela que
Procopio era no sólo un cronista diligente y meticuloso, sino
concienzudo hasta el punto de arriesgarse a despertar las iras de
Justiniano al atribuir con justicia a Belisario el éxito de las tres
campañas.
Si prometió escribir un tratado sobre la confusión religiosa existente en
su época, es más que probable que lo hiciera. El hecho de que no
exista hoy en día no significa necesariamente que sus enemigos hayan
jugado sucio. Recordemos cómo la Sra. Burton al enviudar quemó las
exóticas traducciones que su marido había hecho del árabe "para
conservar puro el recuerdo de su esposo". Aun así, no podemos pasar
por alto el hecho de que la Historia de la Iglesia de Procopio podía
haber sido tan explosiva por su contenido que cualquier tímido bibliófilo
que la hubiera descubierto en alguna estantería olvidada, se habría
visto obligado a entregarla a las autoridades, en lugar de vendérsela a
un coleccionista privado.
Después de todo, el manuscrito de la Anécdota fue descubierto en
Roma por un coleccionista privado a mediados del siglo XIX. La
Anécdota había sido escrita en griego y estaba intacta, evidentemente,
había sido cuidadosamente conservada durante 100 años. Pero, que
nosotros sepamos, la Historia de la Iglesia desapareció al igual que los
archivos de la Corte Imperial de Constantinopla, que ni siquiera
sobrevivieron a la vejez, llena de remordimientos, de Justiniano.
Los que tengan paciencia para soportar los arcaísmos del estilo de
Procopio, descubrirán que la Historia Secreta contiene una serie de
retratos sumamente reales y convincentes, a diferencia de las efigies
destinadas a cubrir el expediente, que adornan las referencias oficiales.
Incluso quedará claro que las descripciones del insomnio de Justiniano
y de sus brotes esquizoides resultan familiares. Se trata de un modelo
de conducta semejante al de Hitler, una realidad a la que Dewin no
pudo tener acceso en 1935, año en que terminó su traducción.

Un Retrato de Teodora
Procopio proporciona una información de primera mano sobre la
promiscuidad sexual de Teodora. Se trata de una descripción tan
realista que en su mayor parte es demasiado repugnante para incluirla
aquí, aunque, si se compara con los excesos cometidos por los
Césares más degenerados, resulta creíble. Luego continúa
hablándonos de ella después de que llegó a ser Emperatriz.
"Teodora era hermosa de cara y su aspecto era atractivo, si bien era
baja y algo descolorida; no era muy pálida, sino, más bien, cetrina.
Siempre miraba fijamente y fruncía el ceño. Se cuidaba el cuerpo más
de lo necesario, sin embargo los cuidados por muchos que fueran
nunca le parecían suficientes. Por ejemplo, solía entrar en el baño muy
temprano y salir de él muy tarde, y luego iba a desayunar. Después de
desayunar, descansaba.
Ahora bien, en el almuerzo y la cena comía y bebía copiosamente, de
modo que el sueño se apoderaba de ella y dormía mucho, no sólo de
día hasta el anochecer, sino también de noche hasta el amanecer, y
aunque se entregaba a todos los excesos durante la mayor parte del
día, no obstante reclamaba el derecho a administrar la totalidad del
Imperio Romano.
"Y si el Emperador favorecía a un hombre sin su consentimiento, al
poco tiempo el citado hombre sufría un revés de fortuna y era ultrajado
y despedido de su puesto, muriendo vergonzosamente".
Se trata de un informe de primera mano por parte de un importante
funcionario.

Un Retrato de Justiniano
A continuación Pro copio expone detalladamente su teoría, a saber,
que Teodora y Justiniano estaban "poseídos por los demonios". Y aquí
pasan a primer plano los mismos trastornos maníacos que
caracterizaron a Hitler, aun cuando el lenguaje adolezca de las
ventajas de la moderna jerga de los psiquiatras:
"Y creo que no resulta inadecuado describir aquí la apariencia externa
de este hombre. No era ni alto ni especialmente bajo, sino de mediana
estatura, no era delgado sino ligeramente entrado en carnes, y tenía la
cara redonda y agraciada, conservando su aspecto rubicundo incluso
después de dos días de ayuno. En cambio, no puedo describir su
carácter con precisión, pues este hombre era al mismo tiempo un
malhechor, a quien fácilmente se incitaba a hacer el mal, y un
consumado actor que fingía tener cierta opinión y actuaba en
consonancia, y que incluso era capaz de echar alguna lágrima, ni de
alegría ni de pena, eran lágrimas de cocodrilo que iban bien para la
ocasión, según las necesidades del momento ... siempre actuaba con
hipocresía, pero no 10 hacía a la ligera, sino que añadía su firma y
pronunciaba terribles juramentos para que sus acuerdos fueran
vinculantes, y 10 hacía, también, cuando trataba con sus propios
súbditos.
"Y dicen que cierto monje, que era muy querido por Dios, marchó para
Bizancio con el fin de defender la causa de las gentes que vivían cerca
del monasterio, ultrajadas de un modo intolerable, y que en cuanto
llegó, el Emperador acordó recibirlo. Pero cuando estaba a punto de
presentarse ante él, acabando de traspasar el umbral, de repente
retrocedió.
"Entonces el eunuco que lo guiaba, y otros que había en las
proximidades, le suplicaron sinceramente que siguiera avanzando
hacia delante, pero él, actuando como si hubiera sufrido un ataque, no
contestó, salió de allí y marchó al lugar donde se hospedaba.
"Y cuando sus acompañantes le preguntaron por qué había actuado
así, dijo con toda franqueza que había visto al Señor de los Demonios
sentado en el trono, y que no había querido estar en su presencia el
tiempo necesario para pedirle nada.
"Y ¿cómo no iba a ser un demonio malvado este hombre, que jamás
comía, bebía o dormía lo suficiente, y que, tomando una pizca de todo
10 que se le ponía delante, andaba por el Palacio a extrañas horas de
la noche, aun cuando era un apasionado devoto de los placeres de
Afrodita? Por lo general, no dormía mucho, ni comía ni bebía hasta
hartarse, se limitaba a tocar la comida con las puntas de los dedos y
seguía su camino".
La doble personalidad de Justiniano está muy bien descrita y se
observa claramente en el siguiente texto: "Sin embargo, no se
sonrojaba ante aquellos que iban a ser destruidos por él.

Efectivamente, nunca mostraba su furia o exasperación, no revelaba


sus sentimientos a quienes le habían ofendido, sino que con semblante
amable y tono comedido ordenaba la muerte de miles de hombres
inocentes, la destrucción de ciudades, y la confiscación de todos los
fondos del Tesoro. Y uno pensaría por ello que era como un corderito.
Pero si alguien trataba de interceder con súplicas y oraciones por
aquellos que le habían ofendido, para conseguir su perdón, "rabioso y
enseñando los dientes," parecía a punto de explotar, de tal forma que
ninguno de los que se suponía estaban íntimamente relacionados con
él tenía esperanzas de conseguir el ansiado perdón.
"Y si bien parecía tener una gran fe en Cristo, incluso esto era la
perdición de sus súbditos. Pues ansioso de que todos tuvieran una sola
fe en Cristo, destruía al resto de la humanidad de forma insensata, y
eso lo hacía también pretendiendo ser piadoso. Pues no le parecía un
asesinato, si las víctimas no tenían las mismas creencias que él.
"Y mostraré más cosas, cómo ... sucedieron muchas otras
calamidades, que algunos atribuyeron a la ya mencionada presencia de
ese demonio malvado ya sus invenciones, mientras que otros dijeron
que Dios, detestando la labor de Justiniano, había vuelto la espalda al
Imperio Romano y también había dejado pasar a los abominables
demonios para que trajeran dichas desgracias.
"Por eso el río Scirto, al desbordarse e inundar Edesa, ocasionó
innumerables calamidades a los habitantes de esa región, tal como
relataré en el libro siguiente.
"Y los terremotos destruyeron Antioquía, la ciudad más importante del
Este, y Seleucia que está cerca, así como la principal ciudad de Cilicia,
Anazarbo. Y ¿quién es capaz de calcular cuántas personas perecieron
con la destrucción de estas ciudades?
"Y se podría incluir en la lista Ibora y también Amasia, que era la
primera ciudad del Ponto, y también Poliboto de Frigia, y la ciudad que
los psidios llaman Filomede, y Licnido en el Epiro, y Corinto. Y después
vino la peste también, a la que yo me he referido anteriormente y que
se llevó a la mitad de los supervivientes".
Si sustituimos los bombardeos de los Aliados de Alemania, en la
Segunda Guerra Mundial, por los desastres naturales, y las "voces" de
Hitler por los demonios que "poseían" a Justiniano, vemos que el
paralelismo existente no es casual ni rebuscado.
Procopio ha dibujado dos retratos muy realistas, y no parece lógico
pensar que sus observaciones sean simple maledicencia.

El Quinto Concilio Ecuménico de la Iglesia


Teodora, tras haber conseguido asesinar a dos Papas, esperaba
inculcar a su sucesor Virgilio su propia obsesión por eliminar todo
vestigio del Decreto de Calcedonia y la división de Cristo en dos
entidades separadas, humana y divina. Pero no lo consiguió.
Nadie sabe con certeza cuál fue la causa de su muerte. La
Enciclopedia Británica, dando a Procopio el beneficio de la duda,
estableció la fecha de su muerte en el año 547.
Una cosa es segura: Justiniano siguió dirigiendo las cosas como si ella
estuviera todavía a su lado. Estaba decidido a deificarla y a deificarse a
sí mismo suprimiendo cualquier faceta de la religión cristiana que de un
modo u otro descalificara tan grotesca vanidad. Y ¿qué doctrina
religiosa podía serie más molesta que la ley de la causa y el efecto?
¿Qué ley sino ésa podía borrar su status imperial y el de su consorte
en el momento de la muerte, reducirlos a ambos al común
denominador de almas atrasadas, y posteriormente despacharlos
nuevamente para que vivieran una vida miserable de expiación con el
fin de equilibrar la balanza?

El Edicto de los Tres Capítulos


La estratagema inicial de Justiniano consistió en desenterrar una ley
civil vieja y olvidada, aprobada en el año 531, denominada el Decreto
de los Tres Capítulos. Este decreto había atacado indiscriminadamente
a tres obispos herejes fallecidos hacía mucho tiempo, Teodoro, Teodret
e Ibar. El citado edicto, aparentemente, no había alarmado a nadie en
esos tiempos, a excepción de Virgilio; y ahora, ene! año 553, sus
temores habían quedado plenamente confirmados, pues Justiniano
decidió que era necesario convocar el Quinto Concilio Ecuménico, con
todo lo que ello significaba, para incorporar esa pequeña tormenta en
una taza de té al derecho canónico.
Justiniano fue muy lejos, llegó a excluir del Concilio a todos los obispos
occidentales a excepción de seis, y, en cambio, permitió asistir a ciento
cincuenta y nueve obispos orientales (todos ellos, presumiblemente,
monofisitas), lo que provocó una actuación tardía pero valiente por
parte de Virgilio.
El Papa Virgilio pidió que los obispos orientales y occidentales tuvieran
la misma representación, una petición que fue rápidamente anulada por
Justiniano, como era de esperar.
Despojado, por tanto, de los últimos vestigios de autoridad, el Papa
Virgilio se negó a asistir al Concilio, aun cuando sus motivaciones
pudieron haber sido no tanto su lealtad al Vaticano cuanto su instinto
de conservación. Justiniano no estaba por la labor de acelerar su final
con la misma diligencia que Agapito y Silverio.
Si la Iglesia de Roma hubiera sido capaz de oponerse a la supremacía
militar de Bizancio, Virgilio hubiera podido prohibir a Justiniano que
convocara el Quinto Concilio bajo pena de excomunión. Además, si
Virgilio hubiera tenido más madera de mártir, habría provocado en
Occidente protestas suficientemente importantes como para hacer que
Justiniano se pensara dos veces las cosas, pues no tenía ninguna prisa
en provocar una sublevación pública de las dimensiones de la
insurrección de Nika del 523, cuyo recuerdo estaba todavía vivo en su
mente.
Desgraciadamente, como en el caso de Becket, su pasado estaba
en contra. Estaba peleado con los artificieros de mal agüero de
su señor y con su propia conciencia.
Hay algo asombroso en la escasa preocupación que hubo por
conservar los documentos del Concilio. Cuando el Concilio terminó en
medio de un ambiente oportunamente ensombrecido por una confusión
organizada y una ampulosidad altisonante, Justiniano anunció
oficialmente que el fin único para el cual había sido convocado el
Concilio era la legalización del ya trillado Edicto de los Tres Capítulos, y
que esto ya se había llevado a cabo.
El Papa Virgilio fue oficialmente informado de que el Edicto de los Tres
Capítulos era ya una ley. Por tanto el Concilio, prácticamente, había
cumplido su función aparente, y los obispos se marcharon.
Ahora bien, el Edicto de los Tres Capítulos era una bagatela desde el
punto de vista político. Si ello hubiera sido la única preocupación de
Justiniano, podría fácilmente haberlo incorporado al derecho canónico
sin tener que recurrir al complejo mecanismo de un Concilio
Ecuménico. Era como talar un huerto entero para coger una manzana.
En cambio, si uno de los fines que perseguía el Emperador era borrar
todas las referencias a la metempsicosis, existentes en los Evangelios
originales, con toda seguridad, necesitaba la autoridad del Quinto
Concilio para encubrir esta maldad.
¿Cuáles fueron los objetivos auténticos de este Congreso?
Si la intención era condenar los escritos de Orígenes, el efecto
inmediato sería, por supuesto, la supresión del Decreto de Calcedonia
de1451. Es por tanto fundamental que nunca confundamos el Decreto
de Calcedonia del 451 con el ridículo Edicto de los Tres Capítulos del
531; pues en el Quinto Concilio tuvo lugar una especie de juego de
manos, una ilusión óptica.
¿Quién fue el instigador de este Concilio?
El fantasma de Teodora que estaba inquieto. Fue su golpe de estado
póstumo a la autonomía de la Iglesia Occidental con sede en Roma.
Los monofisitas posteriormente pondrían de acuerdo a la Iglesia desde
su baluarte oriental.

Resumiendo, tras la pompa y el ceremonial del Quinto Concilio se


ocultaba un orden del día, y una de las víctimas era la reencarnación
en todas sus formas, platónica, origenista, secular y laica.
En cualquier caso, Emperador o no, Justiniano era un lego que estaba
amañando la doctrina eclesiástica. El cabeza de la Iglesia Romana no
estuvo de acuerdo en convocar el Concilio ni asistió al mismo, aun
cuando posteriormente escribió una carta en la que aprobaba el
Concilio pero no mencionaba a Orígenes. Y sólo se permitió votar a
seis obispos occidentales.
Las conclusiones que se extrajeron en el Concilio condujeron, por
supuesto, a la no aprobación del Origenismo por la Iglesia Cristiana.
Aunque Orígenes no fue declarado hereje y condenado oficialmente en
el Concilio, la inclusión de su nombre en la lista de herejes hizo que
posteriormente muchos cristianos e incluso algunos concilios pensaran
que era un hereje. Unas cuantas sectas de ideas fijas como los cátaros
o los albigenses del sur de Francia pasaron a la clandestinidad durante
algunos siglos hasta que en los siglos XII y XIII volvieron a estar
activas.
Además, la condena de Orígenes en el canon 11, Y la lista de herejes,
eran como un ataque a los primeros padres de la Iglesia, cuyos escritos
reflejaban la veneración que sentían por él. Las copias de sus obras no
eran abundantes y era fácil seguirles la pista. Los primeros Evangelios
estaban escritos en latín o en griego, y normalmente no estaba
permitido que cayeran en manos de seglares.
Pocos monasterios se habrían atrevido a desafiar a su Emperador
ocultando las versiones originales. Las supresiones y alteraciones
efectuadas en los Evangelios por Justiniano podrían haberse realizado
en poco tiempo, y lo mismo habría sucedido con cualquier evidencia de
su barbarie.
Sin embargo, han sobrevivido muchos manuscritos de una época
anterior a ésta en los que no existe ninguna prueba de que se hayan
realizado supresiones o alteraciones.
Aun así, ciertas preguntas siguen sin poder contestarse.
Si el Papa Virgilio no hubiera tenido la seguridad de que la Iglesia
Occidental lo respaldaba, nunca se hubiera atrevido a desafiar a
Justiniano. Y, sin embargo, se opuso al Concilio.
Si hemos de creer que los obispos occidentales estaban totalmente de
acuerdo con el dogma monofisita, ¿por qué entonces habría llegado
Justiniano hasta el extremo de excluirlos del Quinto Concilio?
Lógicamente, los habría recibido con los brazos abiertos.
¿Cuál fue el proceso por el que el Vaticano finalmente llegó a la
conclusión de que su Papa había aprobado voluntariamente los
anatemas y los había aceptado oficialmente como derecho canónico?
La ausencia de todos los obispos occidentales a excepción de seis
difícilmente podía contribuir a infundir en el corazón de la Madre Iglesia
confianza en sus enemigos más implacables, Teodora y Justiniano.
¿Estaba el Vaticano dispuesto a ceder a sus intimidaciones para toda
la eternidad? El miedo a la venganza de Teodora se comprende
mientras ella vivió, pero cuando Justiniano llegó a la ancianidad se
convirtió en un viejo chocho desmoralizado, que estaba arrepentido de
sus acciones y buscaba desesperadamente la absolución. ¿Por qué no
fue la cuestión revisada nuevamente por un Concilio Ecuménico
debidamente autorizado? .
La Enciclopedia Católica nos informa de que Virgilio y los cuatro Papas
que hubo después de él sólo reconocen el Edicto de los Tres Capítulos
cuando se refieren al Concilio, y hablan del origenismo como si no
supieran nada de su condena.
Quinientos años después, en 1054, las Iglesias Griega y Romana se
excomulgaron mutuamente. ¿Qué división por cuestiones ideológicas
puede ser más total? De todas formas, otro aspecto de la supresión
que resulta desconcertante es la ambivalencia que manifiesta la Iglesia
Griega en el Concilio de Florencia durante el Renacimiento. Jorge
Gemisto, que asistía en calidad de delegado de la Iglesia Griega, instó
a Cosimo de Medici, cuyo poder estaba entonces en el punto álgido, a
constituir una Academia Platónica en Florencia. Ello sirvió para
introducir la metempsicosis en la filosofía europea, aun cuando la
Iglesia permaneció al margen. El cáustico comentario de Voltaire en el
sentido de que "hoy en día los católicos creen sólo en los concilios
aprobados en el Vaticano, y los ortodoxos griegos creen
exclusivamente en los aprobados en Constantinopla" implica que se
produjo un cambio completo de actitud ante el platonismo. Roma tenía
que condenarlo antes de que los griegos permitieran su existencia, si
bien, ellos asimismo lo excluían todavía de su credo.
Esto equivale a decir que las auténticas conclusiones del Concilio, al no
haber sido nunca expuestas a la Iglesia de Roma, no fueron, por tanto,
ratificadas por ésta.
El Concilio no había sido más que un complicado juego de manos
destinado a ocultar un cónclave mucho más Íntimo que se había
reunido en secreto unos días antes. En esta cábala secreta, según la
Enciclopedia Católica, "los obispos ya reunidos en Constantinopla
tuvieron que examinar, por orden del Emperador, una forma de
origenismo que prácticamente no tenía nada en común con Orígenes, y
que según sabemos era apoyada por uno de los grupos origenistas de
Palestina".
La Enciclopedia concluye diciendo que los obispos obedientemente
aprobaron los quince anatemas propuestos por el Emperador en contra
de Orígenes, y que Teodoro de Scitopolin, un origenista, fue obligado a
retractarse. Ahora bien, (y hemos de dar a lo que sigue una gran
importancia) "no hay pruebas de que se pidiera la aprobación del Papa,
que entonces estaba protestando por la convocatoria del Concilio. Es
fácilmente comprensible que esta declaración extraconciliar fuera
confundida, más adelante, con un decreto del concilio ecuménico". y
¿quién es capaz de entender lo siguiente?
Durante los casi 1.400 años transcurridos desde el Concilio, ninguna
autoridad eclesiástica ha sometido la cuestión a examen, ni siquiera ha
mostrado el más mínimo deseo de hacerlo.

Head y Cranston en su obra Reincarnation, An East- West Anthology


(La Reencarnación, Antología de Oriente-Occidente) ofrecen este
resumen tan convincente:
"Parece claro que los eruditos católicos están empezando a negar la
participación de la Iglesia Romana en los anatemas contra Orígenes;
sugieren que cuando la Iglesia creyó que había condenado a Orígenes,
cosa que sucedió durante muchos siglos, estaba equivocada.
"Sin embargo, todavía perdura un efecto desastroso de tal error; se
trata de la exclusión del credo cristiano de la doctrina de la
preexistencia del alma y, por tanto, de la reencarnación".

CAPITULO DOCE

Los Juicios de las Brujas de Salem: la "Ética Puritana" En la


Psique Americana

Es comprensible que en las Lecturas de las Vidas se dé especial


importancia a los Juicios de las Brujas de Salem, que tuvieron lugar en
1692, por tratarse de los primeros ejemplos de persecución religiosa
que dejaron una mancha indeleble en el Nuevo Mundo y en las almas
humanas implicadas en ello.
Catorce hombres y cinco mujeres fueron ahorcados, y un hombre fue
acosado hasta morir por negarse a declararse inocente o culpable.
Otros cincuenta y cinco sólo consiguieron librarse delatando a
inocentes, y cuando las autoridades finalmente recobraron la cordura,
todavía había ciento cincuenta personas consumiéndose en la cárcel.
También en este caso las "cicatrices se extienden a lo largo de muchos
siglos". La impresión general que nos transmiten las Lecturas es que
entre las personas inocentes, hombres, mujeres y niños que fueron
perseguidos, había un núcleo de devotos visionarios y auténticos
clarividentes.
Resulta de lo más significativo que los casos que figuran en los
archivos de Cayce tengan que ver en su mayoría con problemas
psíquicos actuales. En este primer ejemplo descubrimos cómo
convergen nuevamente el karma físico y el karma emocional.

El Caso de la Zambullida de las Brujas


Hace unos treinta años un miembro de la Asociación para la
Investigación y la Ilustración solicitó ayuda urgente para su hermana,
Moira Schaeffer, una pintora de treinta y tres años que luchaba por salir
adelante. Moira era de carácter introspectivo, tímido y se
autocompadecía un poco. Había sido invitada a una fiesta en
Greenwich Village donde iba a conocer a una serie de "pintores y
marchantes que le ayudarían a nivel profesional".
De la fiesta regresó a su casa en estado de shock, su condición
empeoró rápidamente y comenzó a autolacerarse hasta que fue
necesario recluirla en una institución para enfermos mentales.
Mientras deliraba gritaba aterrorizada que alguien trataba de hacerle
daño, y temía muchísimo que la visitara nuevamente "el hombre del
paraguas negro".
Su Lectura de las Vidas la situó en Nueva Inglaterra en la época de la
caza de brujas. Cayce descubrió que era Mana Smyrth. Esa señora
tenía cierto talento para la clarividencia, y ese don la llevó rápidamente
al banquillo de los acusados. La sentencia fue comparativamente
suave. La condenaron a una serie de zambullidas en público. Ahora
bien, las zambullidas eran a veces tan brutales que la persona llegaba
a ahogarse. Y Mana Smyrth salió de la prueba llena de resentimiento y
de afán de venganza.
"La Entidad sufrió mucho por tales persecuciones, y con frecuencia la
hacían rendirse a base de zambullidas.
"Así pues, la Entidad ha heredado buenos y malos influjos de esa
experiencia. Descubriremos que es necesario tomar posturas claras.
Aunque la Entidad tiene miedo del agua en cierto sentido, lo cierto es
que el agua -o el color y el agua- han de servirle como medio o canal
para expresar grandes cosas".
La intensidad de su odio y de su furia anulan las conquistas que podría,
si no, haber realizado perdonando a sus enemigos.
Como hizo mal uso de la Ley de la Gracia, se encontró enredada
nuevamente en las leyes kármicas de la causa y el efecto. Y según esa
ley, le aguardaban muchos asuntos por terminar procedentes de una
vida remota en Arabia en la que había sido artesana. Cayce dijo que
"Muchos de sus trastornos físicos y mentales surgieron en ese período,
en el que, sin embargo, también surgió la posibilidad de manifestar su
talento para representar la belleza a través del arte. Así que puede que
encuentre lo mismo en el presente".
A pesar de esa nota de esperanza, el caso continuó siendo difícil desde
todos los aspectos. La Lectura Física de Moira indicó que el motivo de
su falta de cordura era el daño que había sufrido en la columna
vertebral, pero resultaba difícil convencer a las autoridades médicas
para que o la sacaran de la sala de enfermos "incurables y violentos" o
autorizaran tratamientos osteopáticos. Adelgazó hasta pesar ochenta
libras. Tan trastornada estaba que no conocía a nadie. Sin embargo,
Edgar insistió con tanta vehemencia en que debía ser ayudada a toda
costa que David Kahn, un importante miembro de la Asociación para la
Investigación y la Ilustración de Nueva York, hizo uso de toda la
autoridad que pudo ejercer. Y tras una serie de súplicas y pequeños
milagros finalmente la niña recobró la cordura y la salud con ayuda de
tratamientos osteopáticos.
Su carrera artística alcanzó la plenitud cuando supo a través de una
Lectura que en otros tiempos había sido aprendiza en el taller del
famoso pintor Peter Paul Rubens (1577-1640), y que si se formaba
poco a poco en la escuela de pintura de Rubens, su propio estilo
evolucionaría muy bien. La carta de gratitud que envió a Edgar Cayce
contiene estas líneas tan emotivas: "Me siento mucho más feliz desde
que recibí la Lectura. Parece increíble que un ser humano pueda ver y
sentir las cosas como Vd. las percibe. Ya anteriormente se han
apreciado influencias de Rubens en mi obra, por lo que esa afirmación
resulta de lo más convincente; voy a estudiar la obra de Rubens y su
época, cosa que ya hice en cierta medida en Boston ... Rubens fue un
maestro de la pintura al óleo. En cuanto a la acuarela, es curioso como
se arreglan las cosas. Siempre me han dado mucho miedo las grandes
masas de agua, y, sin embargo, tal como Vd. dice en la Lectura, con el
agua se relaciona la acuarela".
Nunca hubo ningún indicio de la naturaleza exacta del atropello que
sufrió, pero la impresión de su hermana, tras haberla escuchado en su
delirio, es que se utilizó una forma maligna de hipnotismo antes de la
vejación más brutal.
Si esto fue así ¿podría haberse producido aquí un efecto bumerang al
haber maldecido la "bruja" de Salem a sus torturadores con más fuerza
de la que ella misma pensaba que poseía? ¿Quedaría ella por tanto
atrapada en su propia trampa?
Puesto que maldecir a otro "es ser maldecido por el propio yo".
En las Lecturas aparecen dos personajes notables cuya existencia se
puede confirmar, aunque hay que tener en cuenta que la ortografía en
esos tiempos era a ¡:nenudo arbitraria y fonética: John Dane, quien
tomó parte en la persecución general, y el Reverendo James Allen, un
pastor que trató de defender a los perseguidos.
John Dane (o Dain), fue "uno de los primeros que llegaron a esas
tierras que ahora se conocen como Massachusetts, era uno de los
llamados Puritanos. La Entidad salió beneficiada por los servicios que
prestó a los demás, y por la aplicación de su yo al perfeccionamiento
(espiritual) del cuerpo y de la mente; pues la Entidad soportó muchos
sufrimientos durante ese período".
Una aclaración muy interesante que arroja luz sobre esta encamación
es la referencia contenida en la Lectura a una vida anterior en la que
había sido un monje inglés que había permitido que "las debilidades de
la carne" le hicieran romper los votos.
Evidentemente, estaba expiando sus culpas en la vida que vivió como
Dane.
Hay por lo menos dos libros que contienen referencias históricas a
Dane. Dicen que fue miembro del jurado que juzgó a las supuestas
brujas. Los citados libros son More Wonders 01 the Invisible World
(Más Maravillas del Mundo Invisible), publicada por Robert Calef en el
año 1700; y Witchcraft (Brujería) escrita por Charles Williams y
publicada por Faber & Faber, Londres, que contiene un texto que
explica cómo los miembros de un jurado "firmaron una declaración en
la que pedían perdón por haber tomado parte en las persecuciones".
Entre esos nombres estaba el de John Dane.
El Reverendo James Allen era pastor en Salem y en Providence Town,
"y todavía existe a las afueras de Salem un monumento, o una
pequeña losa, en honor de ABen, el pastor de esa iglesia".
La Lectura dice que ABen fue perseguido por tratar de defender a los
feligreses que "habían venido a una tierra libre, para que pudieran
rendir culto a Dios según los dictados de su propia conciencia. "De
todas formas, la experiencia fue beneficiosa para la Entidad. Aunque
tuvo que ir al destierro, fue amado por todas las personas a las que
sirvió en cuerpo y alma durante ese período, y en sus últimos días
recibió grandes alabanzas de todos los que estaban enterados de las
persecuciones que había sufrido.
"Y ahí tiene la Entidad la prueba de la fidelidad del alma incluso en el
presente".
La existencia de ABen está confirmada por la obra titulada Records of
Salem Witchcraft (Documentos de la Brujería de Salem), Vol. 2, de
ElIiot Woodward, pero el cementerio donde estaba enterrado se ha
dejado arruinar. Aun así, según la Lectura, su propia lápida mortuoria
está todavía pintada y las inscripciones pueden descifrarse, aun
cuando forme parte de un muro o del suelo de la sacristía.
A ambos les ha ido muy bien en la vida actual, por ser tan tolerantes y
compasivos como lo fueron durante las persecuciones.
Pues aunque Dane formó parte de los jurados condenatorios, se
atrevió a ser lo más justo posible, y más de una pobre criatura salvó la
vida gracias a que Dane votó a su favor.

Los Cuervos Vienen a Casa a Pasar la Noche


A continuación pasamos a exponer un caso muy complicado que
podría haber salido de la pluma de Poe o de Hawthorne.
A principios de los años treinta, la Lectura de Ezra Brandon, que tenía
treinta y cinco años, y estaba casado y con niños pequeños, coincidió
en parte con la de Marion Kramer, soltera, y unos años mayor que
Brandon.
Brandon padecía una psoriasis, producida por una herida en la
espalda, pero estaba mejor gracias a la Lectura Física que había
recibido.
Marion se había interesado por el ocultismo y estaba trabajando
activamente en ello. Estaba algo dotada para la videncia, y se dedicaba
a "difundirlo" mediante la utilización un tanto teatral de la escritura
automática y la organización de sesiones bastante impresionantes en
las que se servía de las tablas ouija. Marion era malvada e inquieta; y
no le importaban nada los sentimientos de los demás.
Cuando conoció a Ezra Brandon, empezó a estar obsesionada
sexualmente por él, y él respondió de igual manera. Marion se centró
en las debilidades de Ezra, y pronto lo engatusó pues su personalidad
era más fuerte: las tablas ouija aseguraron a Brandon que ambos eran
"almas gemelas" que habían de estar juntas, y le instaron a liberarse de
los lazos matrimoniales. Muy poca verdad había en las artimañas
teatrales utilizadas por Marion, pero bastó para enganchar y engañar al
crédulo Brandon.

Ambos hicieron caso omiso de las advertencias implícitas en sus


Lecturas. Brandon se divorció de su mujer y abandonó a su familia. En
el momento en que ambos pasaron a ser marido y mujer, la desdicha,
que hasta entonces había permanecido alejada, se cebó en él. No sólo
se quedó sin medio de vida por una serie de desastres, además volvió
a estar enfermo, nunca recobró la salud y al fin la enfermedad puso fin
a su vida.
A primera vista, es una tragedia como muchas otras que ocurren todos
los días en todas las esferas de la sociedad. Pero en este caso se
trataba del final de una desagradable relación que se había iniciado en
Salem casi trescientos años antes.
En esa experiencia ambos fueron también esposo y esposa, pero el
esposo, que se llamaba Jacob Bennet, persiguió a las mujeres
acusadas de brujería con un ardor malsano, y no hizo una excepción
con su mujer cuando se descubrió que era una de las víctimas "y la
hundieron muchas veces en el agua -y una vez la pusieron en la picota-
por sus actividades".
Tanto Marion Kramer como Ezra habían vuelto con potencialidades
positivas. Marion fue informada de que su facultad podía haberse
canalizado constructivamente, utilizándose en cierto tipo de terapia, en
combinación con el psicoanálisis o la psiquiatría, y Ezra de que sus
remordimientos por la intolerancia que había manifestado en Salem
podrían haberse orientado hacia una labor social y religiosa.
¿Qué fue entonces lo que los ató el uno al otro, y destrozó sus vidas
actuales? Está claro que la incapacidad para perdonar. Y, por parte de
Marion, el deseo de venganza por la crueldad de su marido cuando
éste se llamaba Jacob Bennet. Volviendo a hacer lo mismo que en una
vida en Grecia que ella desperdició entregándose a los placeres de la
carne, cuando poseía una belleza física poco corriente, se había
servido de la atracción sexual para atraparlo.
Y ¿cómo había dejado él que ella destrozara su vida, sin ofrecer
ninguna resistencia? Había mejorado físicamente; no era infeliz en su
matrimonio. Fue casi como una entrega pasiva. No hizo uso de su libre
albedrío; la realidad es que fue engañado. En este entorno de árido
nihilismo, no podía existir la Ley de la Gracia: Y por tanto ambos
quedaron a merced de la ley de la causa y el efecto.

Los Buenos Amigos


De todas formas, también podían salir cosas buenas de Salem, y con
toda seguridad así ocurrió en el siguiente caso.
Tiene que ver con una mujer casada y su cuñado, ambos con el
apellido Alden. El cuñado ayudaba a zambullir a las supuestas brujas,
pero su trabajo le parecía tan repugnante que finalmente se mostró
partidario de los oprimidos. Y la mujer "sufría físicamente pues las
persecuciones habían llegado a su propio hogar. La Entidad pasó
muchos apuros, y almacenó un tremendo rencor contra aquellos que
hacían sufrir a sus seres queridos".
"En el mundo actual, siempre se ha sentido una admiración innata por
los profesores, pastores protestantes, o cualquiera que tenga alguna
vinculación con fuerzas invisibles," y un temor a que puedan sufrir
algún daño por expresar sus verdaderas opiniones.
¿Acaso fue acusada entonces de brujería por asociación de ideas? Los
inocentes siempre sufren el doble que los culpables en tiempos de
persecución, y rara vez son indemnizados. Sea lo que fuere, ella dirigía
una casa de huéspedes en Norfolk cuando Edgar Cayce la recibió con
los brazos abiertos por la intensidad y sinceridad de sus plegarias. Fue
miembro de la Asociación para la Investigación y la Ilustración, y
desarrolló la facultad de poder "curar con las manos".
En esta vida, su cuñado nació en Alemania. Al llegar a la adolescencia
combatió en la Primera Guerra Mundial en el cuerpo de infantería.
Resultó malherido en la derrota final de Alemania y fue abandonado en
un campo de batalla para que muriera desangrado. Pero durante la
noche un ser sobrenatural y luminoso restañó sus heridas. Supuso que
era su Ángel de la Guarda (y no cabe duda de que es éste uno de los
casos raros que se produjeron en la guerra de 1914-18), pues fue uno
de los primeros heridos que descubrieron los camilleros al amanecer
del día siguiente.
Seguidamente emigró a América, y el destino lo llevó directamente a la
casa de huéspedes de N orfo lk, donde su cuñada de los tiempos de
Salem, que entonces era una viuda de cincuenta y ocho, le dispensó
una calurosa acogida. A través de ella, consiguió que Edgar Cayce le
dedicara una lectura, y que su caso fuera estudiado en la Universidad
de Atlantic, establecida conjuntamente con el Hospital Edgar Cayce, y
que al igual que éste se vino abajo con la gran depresión del 29.
Cayce explicó que el Ángel de la Guarda del joven no era un ángel en
el sentido bíblico de la palabra sino uno de los Vigilantes, o Ayudantes,
que han avanzado a nivel espiritual lo suficiente para poder acudir en
ayuda de los mortales mientras están en la siguiente dimensión,
esperando volver a nacer.
Esta alma avanzada había compensado plenamente la piedad y
generosidad que Alden había mostrado hacia las víctimas de la
persecución de Salem. Este es un buen ejemplo de cómo actúa la Ley
de la Gracia, en lugar de las leyes kármicas de causa y efecto.
Otra nota positiva es el caso de la mujer que huyó de Salem a Virginia,
"la bruja Jane Dundee," quien a pesar del acoso y rechazo de un tipo o
de otro de que fue víctima incluso allí, continuó haciendo el bien todo lo
que pudo hasta su muerte.
Supo a través de su lectura que había sido uno de esos niños enfermos
que Cristo curó cuando vivió en este mundo, y que el deseo de curar
había permanecido a lo largo de sus vidas, llegando a vencer la horca
en Salem y manifestándose ahora en el poder para "curar con las
manos".
La impresión general que nos producen las referencias a Salem
contenidas en las Lecturas es que el grupo de almas que se encamó
allí había compartido un ciclo de reencarnaciones que incluía Francia
(desde las Cruzadas hasta la Revolución) y Palestina (en los tiempos
del Maestro); y anteriormente Grecia, Egipto prehistórico y el misterioso
y prohibido continente de la Atlántida.
Aquellas almas que habían respondido instintivamente a las
enseñanzas de Jesús, dieron muestras de una gran valentía y fortaleza
espiritual en los juicios de Salem. Siempre que pudieron, se esforzaron
por actuar con cordura y tolerancia.
Los que fallaron en Salem a menudo tenían un historial caracterizado
por la intolerancia, que arrancaba de la Atlántida y los llevaba
directamente a la desdichada experiencia de Salem.
Pero es esperanzador observar cuántos aprendieron de sus errores y
volvieron al siglo veinte preparados no sólo para vivir y dejar vivir, sino
para ser útiles a los demás.
A través de referencias como la que sigue, es posible captar aspectos
muy expresivos del efecto que produjo la experiencia de Salem en un
alma determinada:
... "La Entidad era entonces una tal Sally Dale, que murió por el frío que
cogió en las zambullidas" ... y por ello teme en la actualidad "expresar
plenamente lo que siente en su interior, en relación con temas como la
brujería" .
... "Con el nombre de Marie Smith, oyó y vio visiones que eran
imaginaciones de una mente alejada de su casa (esto se refiere a las
increíbles historias de una esclava india) que había oído en el murmullo
de los bosques una señal de que las almas de las personas viven.
"En el momento actual, ello puede producir curiosidad, deseos de saber
-sí, de escuchar fragmentos de conversación que no son demasiado
agradables- pues con frecuencia oirás algo que, si no hubieras oído, te
habría hecho mucho más feliz" .
... "Con el nombre de Elsie Pepper ... fue una de aquellas personas que
desafiaron a los que, tal como El dijo, eran lobos con piel de oveja. De
ahí procede el interés actual por todas las cosas de esa naturaleza
(brujería), y ¡no sorprende que haya habido sueños y visiones!"
... "La Entidad era un tal Bill Edmundson, que llegó a experimentar una
vinculación estrecha con espíritus ligados a la Tierra, o Entidades, que
no habían encontrado el Camino, y arrojó luz sobre esa cuestión. Pero
la Entidad no se centró en ello, ni analizó o hizo mucho al respecto. Por
entonces la Entidad era un tendero que estaba muy relacionado con
algunos de los Ministros y concejales, por eso sucede que los intereses
comerciales, la habilidad para hablar en público, y lo relacionado con
el ocultismo y las fuerzas psíquicas forman parte de su presente
experiencia. Y todas esas cosas tienen su sitio, pero la Entidad no
debe ponerse demasiado furiosa ni censurar en exceso, ni dejar de
tratar a los demás con consideración. Pues la libertad de expresión no
autoriza a hablar mal del vecino. Más bien, le da a uno el privilegio de
poder ser una influencia constructiva a través de las palabras, los
pensamientos y las acciones. Y de ese modo la libertad es auténtica,
porque la verdad hace que lo sea".
... "Cuando fueron perseguidos aquellos que tenían espíritus familiares,
o los que veían, oían y comprendían muchas cosas que les están
vedadas a los hombres de mentalidad material; se pensó que la
Entidad era demasiado indulgente con los del sexo contrario pues
compartía tales experiencias, y sufría en cuerpo y alma. En el momento
actual (el recuerdo de) tales experiencias producen un estremecimiento
en la zona de la glándula pineal y en su centro; como escalofríos o
temblores; y la tristeza embarga la mente. Si tales cosas se aplican al
servicio de un ideal, pueden merecer la pena".
... "La Entidad persiguió a los que tenían visiones o sueños, o a
aquellos que se pensaba tenían espíritus familiares.
Sin embargo, cuando los de su propia casa fueron incluidos entre los
que habían visto visiones y oído voces, la Entidad sintió una gran
confusión dentro de sí. Por tanto, en el presente se ve que está
interesada por las cosas de naturaleza psíquica, oculta o científica. Sin
embargo, estas cosas confunden. Cuidado con los misterios que no
resulten prácticos para la experiencia material, pero cuidado también
con aquellos que pueden hacer que las experiencias anímicas, o
psíquicas, resulten tan prácticas que obstaculicen el desarrollo
espiritual del alma en sí".

"Una Especie de Saduceo"


Surgió un misterio relacionado con una vida en Salem atribuida a un
miembro de la Asociación para la Investigación y la Ilustración,
"entonces se llamaba Robert Calvert. La Entidad organizó muchos
interrogatorios, y actuó como juez del principio de las relaciones entre
la Iglesia, el Estado y el Pueblo".
El destinatario de la Lectura tuvo la amabilidad de escribir la siguiente
carta a Gladys Davis Tumer:
"Durante meses, busqué en los archivos a un Robert Calvert que
encajara con la descripción. Los únicos seres del Nuevo Mundo que
poseían ese apellido tenían que ver con Maryland, no con
Massachusetts. No había ningún Robert entre ellos, y la línea no se
extendía más allá de sus fundadores, al no haberse casado estos, ni
tener herederos.
"En el índice de The Devil in Massachusetts (El Diablo en
Massachusetts) no figuraba ningún Robert Calvert, pero sí había un
Robert Calef, cuya personalidad y ocupación encajaba exactamente
con los detalles aportados por la Lectura.
"Era un comerciante de Boston, de quien bastante despectivamente se
decía que era tejedor, y que con toda seguridad organizó muchos
interrogatorios y actuó en calidad de Juez.
"Las diferencias en el apellido son fácilmente explicables y pueden
atribuirse a un error en la transcripción, dado que los símbolos
taquigráficos son bastante parecidos, y es muy normal que se sustituya
un apellido que no es corriente por otro que sí lo es. Pienso que nadie
dudará en afirmar que Robert Calef es el hombre cuyo historial se
menciona.
"Nació en Inglaterra en el año 1648 y vino a Boston algo antes del 1688
con su familia. Dos de sus ocho hijos nacieron cuando ya estaba en
Boston. Su hijo mayor era médico en Ipswich en 1693. Además de su
negocio y de sus actividades relacionadas con la brujería, Calef fue
policía de 1692 a 1710, inspector de cercados y recintos, vigilante de
carreteras, supervisor del mercado, encargado de los pobres, tasador y
recaudador de diezmos. Posteriormente se retiró a su propiedad
situada en Roxbury, Massachusetts, donde murió y fue enterrado en el
viejo cementerio que estaba frente a su casa, el 13 de Abril de 1719,
a los 71 años.
"Parece haber sido una de las pocas personas cuerdas de la zona.
Aunque era tejedor y comerciante de tejidos, no dudó en realizar sus
propias observaciones y sacar sus propias conclusiones.
Tampoco vaciló en poner en duda repetidas veces las decisiones, la
teología y los razonamientos de los dos Mather: Cotton e Increase. Y
cuando no se quedó satisfecho, hizo un llamamiento al clero en
general. Escribió una continuación de la obra de Cotton Mather
Wonders of the Invisible World (Maravillas del Mundo Invisible) titulada
More Wonders (Más Maravillas), que fue editada cinco veces y hoy en
día se considera la obra de una persona madura y bienintencionada
con una cabeza bien organizada.
"Renunciaré a la autoalabanza desmesurada, aunque me siento
inclinado a ello porque el padre Increase, como Presidente de Harvard,
quemó el libro de este hombre en el Patio de Harvard, y su hijo Cotton
lo llamó "especie de saduceo que hay en esta ciudad". Y el hecho de
poner de relieve la personalidad infantil y fanática de esos dos teólogos
es de por sí digno de alabanza y un pequeño consuelo.
"Tal vez, sea yo osado y me esté precipitando, pero estoy orgulloso de
Robert Calef, no sólo es el tipo de persona que me hubiera gustado
ser, ¡sino el tipo de persona que me gustaría ser en el tiempo que ha
de venir!.
"Sin embargo, puede que cueste más entender la relación existente
según Cayce entre las virtudes y vicios de Calef y los que todavía se
aprecian en su personalidad actual. Pero yo siento que están ahí.
"De aquí las influencias que existen en el presente cuando la Entidad
descubre que casi consigue lo que quiere, y, sin embargo, hay una
influencia o fuerza que escapa a su control, pues igual que la Entidad
midió para los demás, se encontrará a sí misma en el presente".
"La explicación exacta de las cosas es tan importante para mí como
siempre. Aunque hoy en día no ha triunfado como comerciante de
tejidos; y carece de experiencia como vigilante, inspector de cercados y
recintos, policía o encargado de los pobres; me opondré a quien haya
que oponerse, para defender la verdad de su historia. Y quiero también
ponerlo por escrito, tal como yo lo veo, paso a paso, aun a riesgo de
parecer aburrido y malhumorado.
"Además, sigo siendo incorregible y un poco terco: Soy un libertino
vestido de puritano, y los "Mather" de este mundo y yo estamos todavía
peleados. Tal vez, tenían ellos razón, Y ¡yo soy una especie de
Saduceo!

CAPITULO TRECE
Las Repercusiones de la Búsqueda de Bridey Murphy

Los tres hombres que más han hecho por popularizar las ideas que
Edgar Cayce tiene sobre la reencarnación son el ya fallecido Thomas
Sugrue, quien lo conoció bien y amó como si fuera su hijo; Morey
Bernstein, quien llegó a Virginia Beach después de la muerte de Edgar
Cayce con la intención expresa de declararlo un impostor; y, más
recientemente, Jess Stearn. Sugrue evidentemente no necesita
presentación, y el libro de Stearn The Sleeping Prophet (El Profeta
Durmiente), habla por sí mismo.
Bernstein fue un joven muy activo y apasionado, que gozaba de
independencia económica. Los estudios que realizó sobre la hipnosis
desde un punto de vista médico finalmente le llevaron a escribir There
Is A River (Hay Un Río).
En Pueblo Colorado, descubrió a unajoven ama de casa, Ruth
Simmons. Era tan fácil sugestionarla hipnóticamente que Bernstein la
hizo regresar a una vida que había discurrido en Belfast en la primera
mitad del siglo XIX siendo ella una campesina irlandesa.
Ruth Simmons, es decir, Bridey Murphy estaba destinada a volver a
tener una existencia oscura y libre de incidentes a la vista del pueblo
americano, y durante unos años ocupó la cabecera de los periódicos.
En 1956 Bernstein publicó The Searchfor Bridey Murphy (La Búsqueda
de Bridey Murphy), que narra las sesiones hipnóticas.
Hay que decir a su favor que no estaba preparado (tampoco lo estaban
las demás personas implicadas) para la sensación que causó su obra,
que se convirtió en un bestseller de la noche a la mañana. Ni estaba
preparado para la dolorosa reacción que ese éxito provocó en los
estratos más conservadores de las clases dirigentes, y pronto recibió
castigo merecido.
Durante cierto tiempo, el furor despertado por el libro parecía que iba a
traer el desprestigio a todos los implicados, incluso a aquellos cuya
relación con la obra era lejana. Y como Edgar Cayce había sido
presentado en el primer tercio del libro, los objetivos de la Asociación
para la Investigación y la Ilustración pudieron haber sufrido un revés si
el movimiento contrario a la reencarnación en todas sus formas llega a
triunfar en sus propósitos.
Por este motivo, el incidente de Bridey Murphy merece ser analizado
con cierto detenimiento en este libro.
Su empeño por tener la historia completa le llevó a presentar las
preguntas con la imparcialidad de un fiscal decidido a conseguir que un
testigo recalcitrante suelte toda la verdad, olvidándose de que el
coeficiente de inteligencia de una especie de sirvienta inculta de
principios del siglo XIX nada tenía que ver con el coeficiente de
inteligencia de Ruth Simmons. Bridey estaba encantada de que la
dejaran expresarse libremente. Cotilleó feliz, sintiéndose halagada al
ser el centro de atención, cosa que jamás había sido cuando era de
carne y hueso. Deseaba gustar y producir una buena impresión, y
naturalmente estaba poco dispuesta a exponerse a parecer una
campesina analfabeta. Subió de categoría a su esposo y a su familia
situándolos en la clase-media baja, que evidentemente siempre había
admirado y envidiado. (En realidad, debía de ocupar una posición tan
baja en la escala social como la de la mujer de un cochero o el
mensajero de un abogado de Belfast).
Su jactancia, aunque humana y ciertamente perdonable, se desmoronó
bajo los métodos de detección de mentiras de Bernstein.
Al escuchar las cintas, se da uno cuenta de su paulatino desconcierto,
y luego de su temor, al ser sometida a un severo interrogatorio por
"elementos hostiles de la clase alta". Las mentirijillas que había dicho le
fueron echadas en cara, lo cual implicaba que no creían nada de lo que
había contado. Además de las pocas ganas que tenía de ser
descubierta y puesta en ridículo, Ruth Simmons evidenció cierta
desgana a un nivel más sutil. Empezó a irritarse ante el abuso que
representaban las sesiones en relación con su propia vida, y Bernstein
hubo de suplicarle que continuara.
Es significativo que por lo que se refiere a todos los pequeños detalles
que una sirvienta inculta debería conocer, Bridey estaba saliendo
airosa. Dio bien los nombres de las tiendas de la ciudad, las lecturas
que entonces era más populares (y que ella personalmente no pudo
leer), la clase de comidas que sirvió, las expresiones familiares
utilizadas para nombrar artículos del hogar, y expresó con claridad el
temor reverencial que le inspiraba el Padre Gorman, el párroco, quien
al parecer era un joven sacerdote bastante distante, cada vez con
menos esperanzas de lograr algo más que una parroquia pobre. La
dureza y la soledad de los pobres en ese siglo están descritas con una
gran sobriedad en las cintas. Bridey apenas podía hablar de cosas
agradables, y, en cambio, tenía mucho que decir sobre la ingrata
esclavitud. Murió de auténtico agotamiento, siendo una vieja
prematura, acobardada ante la muerte como lo había estado en la vida,
incapaz de imponerse a su viejo marido e igualmente incapaz de
progresar más allá del primitivo mundo astral que desordena el
perímetro externo de la vida. En este "purgatorio de los desvalidos," la
vida que sigue a la muerte tenía la monotonía gris de un asilo de
pobres o de ancianos en permanente oscuridad. Y dando muestras de
muy poca diplomacia, Bernstein incluyó en su libro la referencia que
hizo Bridey a un encuentro a ese nivel con el Padre Gorman, que
estaba tan aturdido y desorientado como ella misma. (Esto, por
supuesto, ofendió la sensibilidad de los actuales clérigos, que
posteriormente denunciaron el libro desde sus púlpitos).
Hemos de aludir aquí a dos fenómenos conmovedores. Al tiempo que
iba aumentando la intranquilidad y el desconcierto de Bridey ante el
interrogatorio de Bernstein, eran más frecuentes sus intentos de
calmarlo. Cogió un resfriado muy oportuno que le hizo toser cuando las
preguntas empezaron a ser demasiado agresivas, o empezó a quejarse
de que le dolía un pie porque se lo había torcido bailando una giga
irlandesa.
Luego, cuando se acercaba el final de las sesiones, y las preguntas
iban centrándose más en los últimos años de Bridey Murphy, surgió
una voz en Ruth Simmons que ni la mejor de las actrices hubiera sido
capaz de simular. Era un gemido débil, la voz muy cansada de una
mujer de sesenta años, resignada a hablar con un paladar sin dientes,
que ya aceptaba totalmente la pobreza y el sufrimiento físico.
Pronunciaba las vocales como en los barrios bajos de Belfast, con un
acento que jamás ha cruzado el Atlántico, que jamás ha sido utilizado
por los actores americanos.
(Todo esto se conservó en la cinta).
Aunque Ruth Simmons hubiera sido una experta en vocalizar, no
hubiera podido producir esos acentos conscientemente.
Y lo cierto es que Ruth Simmons ni siquiera era una actriz aficionada,
pasable.
El modelo de conducta de Bridey en estas últimas cintas es una prueba
mucho más convincente que las cincuenta pruebas técnicas
consistentes en preguntarle si talo cual calle existía en Belfast en esos
tiempos, o qué palabras utilizaba para referirse a su cama cuando era
niña.
Si Bernstein hubiera sido el astuto zorro que la prensa decía que era,
no habría sido tan ingenuo como para publicar su libro antes de haber
reunido una serie de pruebas sólidas. Y para ello, habría tenido que
autorizar a un psicólogo experto y lleno de tacto a realizar el
interrogatorio de Bridey. También habría tenido que encerrarse durante
por lo menos seis meses o un año en Belfast, inmerso en los archivos
del siglo XIX.
Pero incluso si hubiera hecho todo eso perfectamente, ¡vaya Vd. a
saber si la acogida del libro habría sido mejor!.
Los hechos han sido analizados y presentados con objetividad por C. J.
Ducasse, Profesor Emérito de Filosofía, de la Universidad Brown,
Rhode Island, en su libro titulado A Critical Examination 01 The Belief
in a Life after Death (Examen Crítico
de la Creencia en la Vida después de la Muerte), publicado por Charles
Thomas, S pringfield, Illinois, 1961.
En esa obra el Profesor Ducasse dedica a la controvertida cuestión de
Bridey Murphy trece páginas en las que da muestras de una gran
objetividad e imparcialidad, y todo el que esté ligeramente interesado
después de tantos años en el alboroto que se armó debería leerlas.
El Profesor Ducasse ha sabido como nadie poner las cosas en su sitio.
Defendió a Bernstein y acudió en ayuda de Ruth Simmons, cuyo
nombre verdadero era Dña. Virginia Tighe y que procedía de Pueblo,
Colorado, librándola de toda sospecha de fraude.
La Sra. Tighe nació el27 de Abril de 1923. A los 3 años fue adoptada
por una tía, la Sra. Myrtle Grung, y se crió en Chicago. A los veintitrés
años se casó con un piloto de las Fuerzas Aéreas de EE. uo. que murió
en acción un año más tarde.
Posteriormente Virginia se casó con Hugh Bryan Tighe, un empresario
de Denver con el que tuvo tres hijos. Como tanto su esposo como sus
propios parientes "se oponían totalmente al fenómeno Bridey por
razones religiosas," Virginia no estaba preparada para la sensación que
causó el libro de Bernstein ni para la reacción que se produjo en contra
de su indefensa familia.
Ya en marzo de 1956 la revista Life empezaba a dirigir su atención a
Bernstein, pero fue el Chicago American el periódico que lanzó sus
proyectiles contra Fort Sumter. En Junio empezó a publicar una serie
de artículos caracterizados por el escepticismo, siendo la autoridad en
la materia el Reverendo Wally White del Tabernáculo de los Evangelios
de Chicago, quien había prometido "acabar con la teoría de la
reencarnación porque iba en contra de la doctrina religiosa
establecida".
White afirmaba conocer a la Sra. Tighe desde su infancia, pero ella
decía que jamás lo había visto antes de que se presentara en su casa
sin haber sido invitado en el año 1956, y le comunicara que era su
deber rezar por su alma.
El Denver Post salió valientemente en defensa de Virginia y de
Bernstein, pero sus armas fueron silenciadas por la revista Life, que
asestó el golpe de gracia el 25 de Junio, presentando un resumen de
las revelaciones del Chicago American, y una fotografía de una tal
Bridie Murphy Corkell y su familia.
Tan fascinante como cualquier texto freudiano surgido entonces fue un
libro escrito conjuntamente por tres psiquiatras neoyorquinos, cuyo
objetivo era la aniquilación total de la teoría de la reencarnación. Este
libro, titulado A Scientific Report on "The Search lor Bridey Murphy"
(Informe Científico sobre "La Búsqueda de Bridey Murphy" tuvo un final
bastante alejado de la ciencia, en los saldos de una librería a cuarenta
y nueve centavos el ejemplar.
Respecto del Reverendo Wally White, el Profesor Ducasse dice lo
siguiente: "Da la impresión de que la característica principal de este
clérigo cuyo nombre figura en la cabecera de varios artículos del
American fue sencillamente el engaño psicológico en beneficio de los
lectores piadosos pero ingenuos.
Dichos lectores, al ver artículos firmados por un clérigo, y sabiendo que
era el pastor de la iglesia de Chicago a la que asistía Virginia,
asumieron naturalmente que conocía de primera mano la infancia y
juventud de Virginia; que sus artículos estaban basados en tales
conocimientos; y que, por tanto, como los clérigos dicen la verdad, las
artículos firmados por el Reverendo White procedían de una fuente
autorizada. Pero aunque el lector probablemente deducirá todas esas
cosas de dichos artículos, en ellos en realidad no se afirma ninguna de
tales cosas.
No obstante, la serie de artículos del Chicago American llegó al punto
culminante con el descubrimiento de una tal Bridie Murphy Corkell de
Chicago, que vivía en frente de una de las casas donde Virginia y sus
padres adoptivos habían residido, y a la que Virginia conocía, pero
aunque en los artículos se afirma que "ella estuvo muchas veces en
casa de los Corkell," Virginia nunca habló con la Sra. Corkell, ni dice el
artículo que lo hubiera hecho.
"Además, Virginia nunca supo que el nombre de pila de la Sra. Corkell
era Bridie, y menos aún que su apellido de soltera fuera Murphy, si es
que lo era. Porque cuando el Denver Post trató de verifIcarlo, la Sra.
Corkell no se puso al teléfono. Y cuando el reportero de ese periódico
se lo preguntó al párroco de su parroquia de Chicago, éste confIrmó
que su nombre de pila era Bridie, pero no pudo confIrmar que su
apellido de soltera fuera Murphy; y tampoco pudo el Reverendo Wally
White.
"Pero el lector difícilmente adivinará quién resultó ser esa Sra. Corkell,
descubierta por el American. Por una extrañísima coincidencia, la Sra.
Bridie (Murphy) Corkell era la madre del redactor jefe de la edición
dominical del Chicago American en la época en que fueron publicados
esos artículos".
El aspecto un tanto farisaico de la historia sólo queda bien patente
cuando analizamos cuál fue el destino de la producción
cinematográfica. Esta película entonces ya estaba en fase de
producción en los Estudios Paramount, siendo el productor Pat
Duggan, cuando se dijo que iba a estallar la tormenta.

El director y guionista de la película comunica lo siguiente:


"En el guión, me limité a utilizar el material que Bernstein había
publicado en su libro, aunque había material más teatral y convincente
en las cintas originales. El clímax de la película se creó
cuidadosamente con el fin de atemorizar al público y evitar de ese
modo que utilizara la hipnosis de forma irresponsable como si fuera un
juego de sociedad. Yo llegué a escribir una escena en la que un
ministro protestante y un sacerdote católico daban su opinión sobre la
teoría de la reencarnación (paganismo subversivo), y la hipnosis.
"Los salarios presupuestados para los dos actores principales eran
modestos, por no decir otra cosa peor, pero yo conseguí que Teresa
Wright se entusiasmara con el papel hasta el punto que accedió a
trabajar por muy poco dinero. Y lo mismo sucedió con Louis Hayward,
quien, por haber intervenido anteriormente en películas históricas, era
injustamente infravalorado como actor. Los directores del estudio, en
lugar de mostrarse complacidos con el reparto, se desviaban de su
camino para manifestar su descontento a las dos estrellas, y gracias a
que mido seis con cinco pies no tuve que llevar un matamoscas
cargado para defenderme en los pasillos poco frecuentados. De todas
formas, pronto empecé a llamar a nuestra unidad la "sala de
contaminación".

Mi director de producción había sido informado en privado por las altas


instancias de que si bien la película nunca se terminaría, Duggan y yo
ya habíamos terminado.
El desglosador, un tipo muy sociable, pasó unas horas muy felices en
el escenario desacreditando la filmación, pero ninguna, que yo
recuerde, en la sala de desglose, nada de lo que yo estaba rodando
sería desglosado".
"Pudimos defender la película del sabotaje que se realizaba
abiertamente en el estudio, pero cuando necesitamos utilizar el
laboratorio de efectos especiales (teníamos secuencias "fantasmales" y
complicados fundidos mecánicos desde el moderno Colorado hasta la
Irlanda de mediados del siglo XIX), nos informaron de que el Sr. De
Mille se había apoderado del laboratorio de efectos para "Los Diez
Mandamientos". Entonces pedimos que las primeras pruebas fueran
enviadas a un laboratorio de efectos que está fuera del estudio. Y nos
dijeron que eso no era posible. Finalmente, mi cámara, Jack Warren,
retrocedió cincuenta años y realizó todas las dobles exposiciones
directamente en el plató, utilizando simplemente un prisma, un espejo,
y una tira de cristal de dos pies, con negro de humo en un extremo,
vaselina en el centro y nada en el otro. Cuando esta tira se pasaba
lentamente por la lente de la cámara era el doble de eficaz que el
moderno fundido de laboratorio.
Pero 10 peor había de venir. La revista Life había prestado mucha
atención al tema de Bridey Murphy, descubriendo que ejercía una
influencia perniciosa en grupos de adolescentes, pues jóvenes
irresponsables hacían retroceder a chicas igualmente irresponsables a
estados en los que eran fácilmente seducidas.
Cuando la película estaba a medio hacer, la revista Life informó de que
todo era un engaño.
"Teníamos un presupuesto bajo y estábamos consiguiendo rodar entre
cuatro y diez minutos de película al día, pero de la Sala de
Contaminación fuimos relegados a la Leprosería. Se estaba tramando
suspender totalmente la producción, y finalmente me encontré no sólo
dirigiendo, sino haciendo de todo.
Por lo menos de ese modo mantenía al enemigo alejado en horas de
trabajo. Conseguimos tener la película a tiempo, pero habían
desglosado menos de cinco minutos de película. Por fin conseguí
sustituir al desglosador. En el escaso tiempo que nos quedaba
teníamos que proteger la interpretación de Teresa en primer lugar, una
vez hecho eso, habríamos hecho lo mismo con la interpretación de
Hayward para que hubiera un equilibrio.
Hayward se había volcado en su trabajo, y la actuación de Teresa
reflejaba la gran labor que habían realizado en equipo; pero nos
hubiera llevado otra semana el reducir su interpretación a la dimensión
adecuada, y se nos negó esa semana extra.
"La película, aun estando mutilada y coja, fue aplaudida en la
proyección anterior al estreno, que tuvo lugar en un cine de un barrio
de Glenwood donde vivían gentes bastante rudas e insensibles. Esto
debería de haber animado a los ejecutivos a dejarnos terminar nuestro
trabajo, aunque sólo hubiera sido por proteger los intereses de los
accionistas, pero no volví a ver la película.
"Cuando la película se estrenó, la prensa en general no habló de ella,
y, como ellos querían, fue perdiendo fuerza.
"Nadie de Hollywood la vio, temiendo que su presencia entre el público
se interpretara como un hecho delictivo, sin embargo Duggan y yo
fuimos tratados como unos renegados que habíamos mancillado el
espléndido patrimonio de las Cuatro Libertades".
Media un gran abismo entre la inquietud de los años cincuenta y el
éxito que obtuvo el musical de Alan J. Lerner, "On a Clear Day You
Can See Forever" (En Un Día Despejado Se Puede Ver Para Siempre),
en Brodway, en el año 1966. Los años transcurridos habían visto cómo
la teoría de la reencarnación había dejado de ser una especie de
fantasma alarmista para convertirse en una musa sosegada, que se
encontraba muy a gusto en los escenarios de Brodway y se adaptaba
perfectamente al entusiasmo y el encanto del genio de Lerner.
La mayoría de los críticos encontraron que desafiaba en exceso la
ortodoxia y no recibió un trato cordial, pero el público marcó la pauta,
como lo hubiera hecho si hubiera habido una huelga de periodistas. La
realidad es que las entradas estaban agotadas con seis meses de
anticipación cuando se produjo el estreno en el Teatro Mark Hellinger.
En pocas palabras el argumento es el siguiente: Una modelo de
Brooklyn es sugestionada hipnóticamente por un atractivo joven
psiquiatra. La hace regresar a una vida anterior que discurrió en la
Inglaterra del siglo XVIII, y se deja entender (si bien nunca se afirma
claramente) que él fue su amante, poco constante, en esa época.
El psiquiatra se enamora de la bella inglesa, Melinda, y la versión
contemporánea de Melinda, Daisy, se enamora de él, de tal forma que
ambos se sienten frustrados.
Cuando vivió siendo Melinda, la heroína pereció al huir de América en
el velero Trelawney. Daisy, trata de huir de su psiquiatra, y casi
tropieza con el mismo destino cuando reserva un billete en el reactor
transatlántico, también llamado (¿Por qué no?) Trelawney.
Interviene además Kriakos, un magnate griego, dueño de una naviera,
que representa la concepción errónea de la reencarnación.
Este ofrece al psiquiatra una fortuna para que le diga quién va a ser en
la vida siguiente, con el fm de poder hacer testamento a su favor por
adelantado.
La percepción extrasensorial de Daisy y su amor sincero salvan la
situación. Finalmente permite que su anterior personalidad entre en
juego y "asuma el control" de su yo actual. Pero antes de que llegue el
final feliz, el público es invitado a conocer de una forma indolora pero
minuciosa las bases de los avances que la percepción extrasensorial
ha realizado en la última década. Lerner se contenta con decir: todo
esto pronto será socialmente admisible; ésta es la lógica de la
psiquiatría del mañana.
La edición de Noviembre de 1965 del Atlantic Monthly contiene una
entrevista con el Sr. Lerner, en la que el dramaturgo declara: "Alguien
me preguntó si yo pensaba que (la obra teatral) era una fantasía,
porque tocaba el tema de la posible existencia de la reencarnación, y
yo le dije: "Bueno, no, para los quinientos millones de hindúes no lo es"

"Lo único sorprendente en relación con la obra es que no la haya


escrito antes. La percepción extrasensorial ha sido toda la vida mi
hobby ... Sé, por supuesto, que sólo utilizamos en la práctica el
veintidós por ciento de nuestro cerebro. El resto debe de estar para
algo, además de llenar el sombrero. Yo nunca he tenido percepciones
extrasensoriales, excepto una pequeña experiencia cuando estaba
escribiendo "Brigadoon".
"El primer acto de "Brigadoon" finalizaba con una boda que tenía que
celebrarse fuera de la iglesia. Yo trataba de explicarme por qué en la
Escocia de los siglos XVII Y XVIII tenía alguien que casarse fuera de la
iglesia, y si había motivos para ello, cómo tenía que ser la ceremonia.
El caso es que imaginé un motivo y lo escribí.
"Varios años después, estando yo en Londres ... tropecé con un libro
titulado Everyday Life in Old Scotland (Vida Cotidiana en la Antigua
Escocia), y en él aparecía descrita mi boda, ¡palabra por palabra!. ..
"Cuando empecé a reflexionar seriamente sobre las razones que me
movían a escribir un musical sobre la reencarnación, me di cuenta de
que en los últimos meses me había ido sintiendo cada vez más
ultrajado por las "oportunas" explicaciones que el psicoanálisis daba
sobre el comportamiento humano.
Cada vez me asqueaba más la moralidad del psicoanálisis, a saber,
que estamos viviendo donde ya no hay personalidad, donde todo es
comportamiento; ya no hay bien, se trata de ajustes; ya no hay mal, se
trata de desajustes. El psicoanálisis se ha convertido en una religión
absolutamente insatisfactoria que nos niega una vida futura, y una
moralidad por la que regir nuestra vida. Así que empecé a pensar:
"Bueno, puede que sea éste un buen tema para escribir". Me permitirá
decir que no creo que todo lo relacionado con el ser humano tenga una
explicación tan fácil, que en nosotros hay muchas cosas que todavía se
desconocen; que hay mundos muy extensos en nuestro interior, y que
el reflexionar sobre todo esto es emocionante".
En 1966 se publicó también la obra del Dr. lan Stevenson titulada
Twenty Cases Suggestive of Reincarnation (Veinte Casos Que Hacen
Pensar en la Reencarnación), que será analizada a continuación. En
esa obra vemos cómo la reencarnación es admitida por un distinguido
catedrático del Departamento de Neurología de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Virginia, lo que le confiere una dignidad
plena.

CAPITULO CATORCE

La Obra del Dr. Jan Stevenson

El Dr. Stevenson, a la vanguardia de los investigadores serios que


buscan pruebas de primera mano sobre la reencarnación, ha viajado a
lugares tan distantes como la India, Ceilán, Líbano y Alaska. En 1966
publicó sus descubrimientos en un libro titulado Twenty Cases
Suggestive ofReincarnation (Veinte Casos Que Hacen Pensar en la
Reencarnación)l.
La característica que distingue los casos orientales es la brevedad del
intervalo de tiempo que media entre la muerte y el nuevo nacimiento.
Mientras que en las Lecturas de Cayce los nuevos nacimientos se
suceden cada siglo o cada medio siglo, aproximadamente, en los casos
del Dr. Stevenson el promedio es de diez años o menos ... a veces se
suceden instantáneamente, así tenemos el ejemplo de un joven hindú
de veintidós años, que murió envenenado por un deudor, y se
reencarnó en un niño de tres años y medio, que probablemente había
muerto de viruela.
El niño resucitó, pero adquirió las características del joven de veintidós
años y se identificó con su historia, hasta el punto de describir
correctamente a la familia de éste y reconocer a cada uno de sus
miembros cuando fue llevado ante ellos.
El caso más ilustrativo -el Dr. Stevenson fue testigo de él mientras
estaba sucediendo en el Líbano en 1964- es el de un niño árabe de
cinco años llamado Imad Elawar, que vivía en el pueblo de Kornayel.
Antes de tener dos años, ya hablaba de su vida anterior. Sus primeras
palabras se referían afectuosamente a la amante que había tenido en
su vida anterior. Imad tuvo la suerte (1) Publicado por la Sociedad
Americana de Investigaciones Psíquicas; Nueva York, 1966. Traducido
al español y publicado por Editorial Mirach, S.L.; Madrid, 1991 de no
tener unos padres que le hicieran callar como suele suceder
con esa clase de niños.
Había nacido el 2l de Diciembre de 1958, y afirmaba haber vivido una
vida anterior en el pueblo de Khriby, a unas veinticinco millas de
distancia, con el nombre de Ibrahim Bouhanzy, muriendo de
tuberculosis el 18 de Septiembre de 1949. Imad dijo correctamente las
palabras que Ibrahim había pronunciado al morir, identificó
correctamente a los familiares de Ibrahim que todavía vivían, y nunca
dejó de hablar con afecto de Jarmile, la amada de Ibrahim. Asimismo,
Imad conocía tanto la casa como el pueblo de Ibrahim. El Dr.
Stevenson viajó con Imad y con la familia de éste al pueblo de Ibrahim,
y clasificó del siguiente modo los cincuenta y siete detalles que el
muchacho había recordado: "En cuanto a los cincuenta y siete detalles,
Imad hizo diez afirmaciones en el coche cuando íbamos camino de
Khriby, de esas diez, tres eran incorrectas. Por lo que se refiere a los
cuarenta y siete detalles restantes, Imad se había equivocado en sólo
tres detalles. Posiblemente por la excitación producida por el viaje,
mezcló recuerdos de la "vida anterior" y recuerdos de la vida actual".

El Dr. Stevenson comprobó minuciosamente, en la medida de lo


posible, los testimonios de las dos familias. La mayoría de las pruebas
eran evidentes. Ninguna de las dos familias ganaba nada, y ambas
tenían las de perder si mentían, por cuanto no podía negarse que la
memoria del niño había acertado cincuenta y una veces de un total de
cincuenta y siete.
El Dr. Stevenson señala que costaba encontrar un motivo para
sospechar que una de las familias hubiera estado en connivencia con
la otra (no se conocían hasta que se reunieron para dar gusto al niño).
Además, ninguna familia hubiera acumulado pruebas durante tanto
tiempo y con tan pocas ganas simplemente por salir en los periódicos.
Y lo cierto es que, al principio, el Dr. Stevenson fue recibido con
hostilidad por la mayoría de las familias hindúes.
En cuanto al caso mencionado anteriormente, en que tuvo lugar la
"posesión del cadáver" de Jasbir, de tres años y medio, por el j oven
hindú Sobha Ram, de veintidós años, el desconcierto de la familia del
niño Jasbir se vio agravado por la negativa del niño a comer nada que
no fuera comida de brahmanes, que hubo de ser preparada y cocinada
para él por un amable vecino brahmán. Todo aquel que esté algo
familiarizado con la implacable severidad de las leyes de las castas
hindúes, comprenderá que un niño J at normalmente moriría de
hambre antes que comer comida de brahmanes, por muy
desequilibrado que hubiera llegado a estar. Asimismo, cuesta imaginar
a un niño tan pequeño como Jasbir manifestando de repente la misma
autoridad que un joven de dieciocho.
Dice el Dr. Stevenson: "Durante mi estancia, me di cuenta enseguida
de que no jugaba con otros niños, permanecía solo y alejado. Sin
embargo, habló gustosamente con mi intérprete, pero tenía una
expresión de tristeza en el rostro, sereno y hermoso, aunque picado de
viruelas".
La familia del fallecido Sobha Ram, de la casta de los brahmanes,
estaba dispuesta a ser hospitalaria con Jasbir, pero su propia familia
Jat había tomado muy a mal su identificación con una familia
perteneciente a una casta superior, y su oposición a la familia "anterior"
alcanzó el punto culminante cuando se negaron totalmente a permitir
que conociera a su "viuda". y el Dr. Stevenson termina diciendo:
"Puede que los lectores deseen saber, como me sucedió a mí, qué
explicación dio Jasbir sobre los acontecimientos que se produjeron
entre la muerte de la personalidad de Sobha Ram y la resurrección de
un Jasbir (de su supuesta muerte) que tenía los recuerdos de Sobha
Ram.
"Jasbir contestó esta pregunta en 1961 diciendo que después de la
muerte, él (como Sobha Ram) se encontró con un Sadhu (un hombre
santo) que le aconsejó que se "pusiera a cubierto" en el cuerpo de
Jasbir.
"Aunque la aparente "muerte" de Jasbir ocurrió entre abril y mayo de
1954, en una fecha cercana a la de la muerte de SobhaRam, no
sabemos si el cambio en la personalidad de Jasbir se produjo la noche
en que su cuerpo pareció morir y luego volver a vivir.
"Durante las semanas siguientes Jasbir siguió estando gravemente
enfermo, la viruela no había remitido, casi no podía tomar alimento, ni
era capaz de manifestar ninguna personalidad.
Por tanto, puede que el cambio de personalidad se produjera
rápidamente o que ocurriera gradualmente, en las semanas siguientes
a la aparente muerte de Jasbir".
Se trata de un caso único. En la mayoría de los sucesos de esta
naturaleza, al alma se le concede tiempo para salir de su cuerpo adulto
antes de que su siguiente cuerpo sea concebido, incluso cuando ha
fallecido de muerte violenta.
"La alusión al "santo Sadhu", que ordenó al cuerpo desencarnado de
Sobha Ram que se "pusiera a cubierto" en el cuerpo muerto o
moribundo de Jasbir, da a entender que se trataba de un estado de
emergencia, una suspensión de las "leyes de la creación". Edgar
Cayce admite que "a veces hay errores, incluso en el firmamento"; aun
cuando son demasiado raros para que los consideremos como
casualidades. También sugiere que el primer plano astral es primitivo,
en el sentido de que se asemeja a un plano de la Tierra distorsionado;
y puede ser habitado por formas de pensamiento de almas retrasadas
o no desarrolladas, capaces de asumir los elementos externos de la
pesadilla.
Si asumimos que la muerte prematura e inesperada de Sobha Ram por
envenenamiento no estaba prevista en las leyes kármicas a las que
éste se sometía, podemos pensar que es posible que fuera en esos
momentos vulnerable a cierta alma hostil y vengadora que hubiera
estado esperando semejante oportunidad para saldar cuentas con él.
Puede que mientras estaba sumido en una gran confusión, siendo
incapaz de defenderse, se le hubiera aparecido uno de los Ayudantes o
Vigilantes más bondadosos con el aspecto tranquilizador de un Sadhu
y le hubiera indicado cuál era el único santuario disponible, el
caparazón vacío del niño muerto.
Esta pudo haber sido una medida de carácter provisional, hasta que,
desaparecido el peligro inmediato que había surgido en el plano astral
inferior, Sobha Ram pudiera avanzar a salvo hasta un nivel más
iluminado y protector. (En este caso, volvemos a emplear el argumento
que utiliza Cayce, a saber, que las fuerzas del mal, por muy pertinaces
o intensas que sean, siempre pueden ser dispersadas por medio de la
oración que procede de una fuente responsable).
Podría haber sucedido, no obstante, que, tras haber penetrado en los
confines materiales de la carne humana (como una langosta se
introduce en una nasa), fuera incapaz de salir de allí; y se viera
obligado a permanecer en la Tierra como Jasbir, hasta haber vivido el
número de años que le corresponde en su propio registro kármico.
Afortunadamente, sus recuerdos de su vida anterior irán borrándose
paulatinamente.

La Reencarnación en el Helado Norte


Los esquimales del noroeste de Alaska, los aleutianos al Oeste y los
indios tlingit al sureste, basan sus creencias religiosas en la
reencarnación. Los tlingits lo personalizan más aún pues creen que las
almas regresan a su propia familia inmediata.
Entre los años 1961 y 1965, el Dr. Stevenson se reunió cuatro veces
con los tlingits, que le hablaron de treinta y seis casos de
reencarnación. No le fue difícil reunir información de tales casos, pues
la mayoría de los indios hablaban inglés y muchos de los que
afirmaban haberse reencarnado tenían cicatrices de "condolencia" que
representaban el tipo de muerte ocurrida en la vida anterior.
En 1949, un indio tinglit llamado William George, que era pescador y
tenía sesenta años, dijo a su hijo y a su nuera que volvería como hijo
de ellos. Les prometió que lo reconocerían por las marcas de
nacimiento que tenía en la actualidad, y les dio su reloj de oro para que
se lo guardaran. Unas semanas más tarde, desapareció de la barca en
la que pescaba con jábega sin dejar rastro. Nueve meses después, su
nuera dio a luz a un niño "que tenía unos nevus pigmentarios (lunares)
en la superficie externa del hombro izquierdo y en la superficie volar del
antebrazo izquierdo exactamente en los puntos mencionados por el
abuelo"
.
Al ir creciendo, el muchacho manifestó modelos de conducta
semejantes a los de su abuelo, incluso cojeaba como lo había hecho su
abuelo por haberse lesionado jugando al baloncesto.
Antes de tener cinco años, el niño reconoció su reloj, lo sacó del joyero
de su madre espontáneamente, y obstinadamente defendió sus
derechos de propiedad. Llamaba a sus tíos "hijos" y a su tía abuela
"hermana".
El Dr. Stevenson escribió lo siguiente: "Manifiesta conocimientos
precoces sobre pesca y barcos. Asimismo da muestras de tener más
miedo al agua que la media de los muchachos de su edad. Es más
serio y sensato que otros niños de su grupo".
Todavía más claro es el caso de otro tlingit, Victor Vincent (cuyo
nombre tribal es Kahkody), muerto en 1949.
El año anterior a su muerte, había dicho a su sobrina favorita y al
esposo de ésta, Corliss Chotkin, que volvería como hijo de ellos, y les
prometió que lo reconocerían por las cicatrices que tenía, una a un lado
de la nariz y otra en la espalda. Eran las marcas de los puntos que
habían tenido que darle al operarle.
Dieciocho meses después, la Sra. Chotkin dio a luz a un niño que tenía
unas manchas de nacimiento exactamente iguales a las cicatrices de
Vincent. Cuando tenía trece meses, interrumpió a su madre que se
esforzaba por enseñarle su nombre: Corliss Chotkin (hijo), y le
preguntó: "¿No me conoces? ¡Soy Kahkody!".
Con dos años, identificó a su anterior hijastra Susie, a su hijo William, y
a su propia viuda. Continuó dando muestras de una capacidad
extraordinaria para recordar detalles hasta que tuvo nueve años. A
partir de entonces sus recuerdos empezaron a desvanecerse,
desapareciendo por completo cuanto tenía quince años.
El Dr. Stevenson ha clasificado sistemáticamente cada caso con gran
minuciosidad y rigor científico. Expone de forma muy detallada sus
propios puntos de vista, d~das y razonamientos.
Su libro es una recopilación seria de hechos incontrovertibles.
Finalmente, no afirma haber probado la existencia de la reencarnación,
pero las pruebas de su existencia nunca han sido presentadas por un
portavoz más serio y responsable que el Dr. Stevenson.

CAPITULO QUINCE

La Ley de la Gracia

Evidentemente, la forma más sencilla de aclarar qué es la Ley de la


Gracia es mostrarla en acción. Anthony Hollis se había enamorado de
una muchacha cuando todavía iba al colegio en Connecticut. Se la
quitó su mejor amigo sin que él ofreciera resistencia. La Lectura dirigida
a Anthony después de este suceso le informó de que su memoria
subconsciente le había sido muy útil: en el pasado había estado dos
veces casado con ella, y por dos veces ella le había sido infiel.
La Lectura incluso hablaba de una vida en el antiguo Egipto en la que
ella se había largado con el mismo amigo. No daba detalles sobre
ninguna otra vida con ella, aparte de dar a entender que la violencia y
la tragedia siempre les habían acompañado.
Hollis escuchó más Lecturas dirigidas a él, supo aprovechar esa
oportunidad, y como llevó a la práctica, lo mejor que pudo, los
preceptos morales contenidos en ellas, podría decirse con razón que
fue un "buen Cristiano". Se casó bien y pronto se olvidó de su amor de
la escuela. En 1944, fue llamado a filas y recibió una preparación que
lo capacitó para trabajar en el transporte en Fuerte Eustis, Va.
Un día se tragó un hueso de ciruela. Se le atascó en la garganta y tuvo
que ir al hospital a que se lo quitaran. Entonces no pensó mucho en
ello. Pero mientras estaba estacionado en Inglaterra antes de la
invasión de Europa del Día-D, volvió a atragantarse, esta vez con un
trozo de cartílago. Otra vez, su estado volvió a ser lo bastante serio
como para justificar la presencia del médico. Entonces ya era
demasiado tarde para pedir a Edgar Cayce que le dedicara una
Lectura, y cuando Anthony Hollis sufrió el tercer contratiempo, en la
Alemania ocupada, Edgar Cayce había muerto. Los percances iban
siendo cada vez más serios. En Alemania casi se ahoga con un trozo
de hueso que había en un estofado.
Terminada la guerra, volvió a América, y una noche estaba cenando
con un amigo en Nueva York, cuando un hueso de pollo se le quedó
atascado en la garganta. Le llevaron rápidamente al hospital. Allí un
médico inexperto desperdició unos minutos muy valiosos, tratando de
que se hiciera un test de bario para "probar que el atragantamiento era
psicosomático".
Cuando finalmente llevaron a Hollis a toda prisa a la mesa de
operaciones, apenas estaba consciente, de todas formas, mientras le
estaban operando con máscaras de oxígeno y anestesia, se vio a sí
mismo frente a una cara extraña, vengativa, rodeada de mechones
desordenados de pelo rubio sucio. Se fue metiendo en este nivel de
conciencia hasta que se "fundió" con la otra personalidad y la descubrió
para sí mismo. El entorno tenía cierto parecido con el ambiente
nórdico, unos nueve o diez siglos atrás ... Estaba frente a una mujer
joven. Su dolor y su rabia le hubieran arrastrado a cometer un
homicidio; él sabía que ella le había sido infiel. Sabía que ella era su
mujer, pero eso fue todo.
Exactamente cuando eso estaba sucediendo, un amigo suyo que vivía
en San Francisco recibió una "foto-imagen" muy real del mismo rostro
enloquecido y la asoció con Hollis. No obstante, en su alucinación
ninguna mujer estaba presente.
Hollis estaba encadenado al muro de una mazmorra, con otra serie de
hombres despeinados y harapientos. Ello causó al amigo de Hollis una
impresión lo bastante fuerte como para que le llamara al día siguiente
consternado. Cuando Hollis y su amigo compararon las notas que
habían tomado, no tuvieron ninguna duda de que ambos habían visto la
misma cara.
Hollis examinó sus lecturas pero no pudo encontrar ninguna referencia
concreta al "tipo del pelo rubio y sucio". Las lecturas subrayaban la
característica kármica del genio vivo que a Hollis siempre le costaba
dominar. En las notas de Edgar Cayce, sumamente prudentes y llenas
de tacto, había alusiones a las deudas kármicas que todavía tenían que
ser pagadas. Las Lecturas insistían en que Hollis, en lugar de atenerse
a la ley de la restitución exacta: "ojo por ojo y diente por diente,"
debería tratar de poner en práctica un método más elevado de igualar
su cuenta mediante el perdón y la oración.
Aparentemente, esto era una tarea complicada para un hombre del
siglo XX que, al parecer, había odiado a una mujer en la Noruega de
los Vikingos, siglos VIII o IX. Pero el asunto se lo quitaron a Hollis de
las manos. Pues no había transcurrido ni una semana cuando tuvo el
mismo sueño macabro. Esta vez los rasgos poco corrientes de la mujer
adquirieron la fisionomía "fantasmal" de la chica que le había dado
calabazas en el colegio, y él la estaba estrangulando totalmente en
serio. En el doble nivel que ocupaba en esos momentos entre el sueño
y la representación kármica, Hollis empezó a rezar con toda la
intensidad y la fe que pudo sentir. Pidió en su oración tener la fortaleza
espiritual necesaria para perdonar a la mujer que estaba
estrangulando; pidió para que le fuera perdonado su adulterio; pidió ser
perdonado por haberla estrangulado hasta matarla.
Todo aquel que haya rezado para regresar desde el lecho de muerte
estará de acuerdo conmigo en que, la oración auténtica, una vez que
ha alcanzado determinada intensidad, se manifiesta como una energía
que supera todos los obstáculos.
Cuando Hollis se despertó al día siguiente, se dio cuenta de que se le
había quitado un peso de encima. Se sentía libre como nunca lo había
estado antes, y esa sensación permaneció en él durante el resto de la
semana. Sin embargo, no tenía ningún medio tangible para asegurarse
de que sus oraciones lo habían liberado para siempre del yugo kármico
que tanto le había pesado. Hasta que el sábado sonó el teléfono y oyó
la voz de la que había sido su víctima en el sueño.
Hacía tiempo que se había divorciado de su amigo y vuelto a casar. Su
segundo matrimonio también había fracasado; y ahora era una mujer
rica que recorría el mundo en cruceros de lujo con sus hijos
desconsolados e insatisfechos. Sin motivo alguno, cuando su barco
atracó en Nueva York, se puso a pensar en Hollis llena de
remordimientos por la forma como le había dado calabazas, y le
apeteció llamarle por teléfono. "Espero que me hayas perdonado. ¡Te
traté de un modo vergonzoso!".
Hollis, sintiéndose verdaderamente aliviado y lleno de gratitud, le
aseguró que ya la había perdonado.
¿Cuál habría sido la alternativa kármica de Hollis? Con toda seguridad,
los atragantamientos habrían ido aumentando de gravedad hasta
provocarle la muerte. Tenía una deuda con él mismo, por haber
cometido un asesinato en otro tiempo. El hecho que en esta vida la
chica le hubiera evitado la desgracia de tener que volver a casarse con
ella, y ser nuevamente traicionado por ella, no sirvieron para deshacer
el vínculo kármico. En cualquier caso, había cometido un asesinato; la
Ley seguía exigiendo una justificación. Así que, cuando su garganta
quedaba obstruida, los síntomas que él tenía eran de estrangulamiento,
no de atragantamiento.
Ahora bien, Hollis se portó bien con la muchacha en esta vida y, una
vez que Cayce le explicó la causa kármica del asunto, dejó de
guardarle rencor. Estas cosas actuaron en favor.
Tan pronto como desaparecieron de escena el orgullo herido y la
vanidad ultrajada, también finalizaron las complicaciones, y entonces
hubo de enfrentarse a una prueba muy clara.
El siguiente texto define muy bien cuál es la fuente de donde provienen
la voluntad y la concentración con que Hollis rezó la oración final de
perdón: "Sin embargo, la experiencia vital es una manifestación de
divinidad. Y la mente de la Entidad es el constructor. Cuando la Entidad
lleva a cabo algo creativo, pasa a estar bajo la ley que opera entre el
karma y la gracia.
Cuando la Entidad ya no está sujeta a la ley de la causa y el efecto, o
karma, sino que está en gracia, puede avanzar hasta la llamada
suprema hecha en EL".
Y en una situación similar, dijo Cayce: "Con toda seguridad, esta ley se
aplica porque cuando el hombre estaba en sus comienzos, cuando éste
llegó a ser un alma viva en la Tierra, se establecieron las leyes, y éstas
se han afianzado. Pero no perdáis de vista la ley de la gracia, la ley de
la misericordia, y también la ley de la paciencia. Porque todas ellas
tienen su sitio, sobre todo, cuando los individuos desean ser canales
por los cuales Dios pueda manifestarse".

La Desesperación Innecesaria de un Alma Resuelta


El segundo caso es el de Vera Aldrich, ama de casa, de cincuenta y
tres años. Aquí podemos ver el error cometido por un alma que ha
tenido que recorrer una senda casi imposible de soportar por su dureza
física, al asumir que sus deudas kármicas le han pasado la cuenta, y
que está a punto de ser visitada por sus antiguas culpas.
"¿Por qué he venido a este mundo con un cuerpo físico tan
deteriorado? Parece como si hubiera estado en el infierno (hasta el
momento, el viaje es interesante), y con frecuencia me he preguntado
para qué me he salvado. Siempre he deseado ser útil a la Humanidad,
pero no he tenido fuerzas, angina, anemia perniciosa, etc. desde que
era joven. ¿Por qué he traído un cuerpo tan deteriorado'? ¿Acaso he
cometido un grave delito en el pasado?" .
Las contestaciones de Cayce estaban llenas de palabras
tranquilizadoras.
"Esta Entidad estaba asociada a la que persiguió tan duramente a la
Iglesia, y tocó el violín mientras Roma ardía (Nerón). Por ello, ha sido
desfigurada por la condiciones estructurales del cuerpo que tiene en la
actualidad.
"Sin embargó, esta Entidad puede separarse. Pues mediante su
experiencia en la Tierra, ha avanzado desde un nivel bajo hasta un
punto en el cual posiblemente ni siquiera sea necesaria otra
reencarnación en la Tierra.
"No es que haya alcanzado la perfección, pero recordad, los impulsos
materiales existen en otra conciencia, no en la tridimensional
simplemente ... Hay otros reinos donde se recibe instrucción, para
llegar a ellos la Entidad ha de aferrarse a los ideales de quienes se
burló en otros tiempos (los Cristianos de Roma). .
"Se podrían decir muchas más cosas, pero minimizaríamos los
defectos y magnificaríamos las virtudes. Y hay pocas cosas, o más
bien ninguna, que puedan desanimar a la Entidad, pues, tal como
Josué hizo antiguamente, ha decidido que "Los demás pueden hacer lo
-que quieran, pero en cuanto a mí, j serviré a Dios vivo!"
"En cuanto a sus habilidades.: ¿Quién dará gloria al sol· de la mañana?
¿Quién dirá a las estrellas cómo ser hermosas?
Conserva la fe que te ha movido. Muchos se verán favorecidos por tu
paciencia, tu coherencia, y tu amor".
Esta mujer, con su vivir generoso, ha conseguido la Gracia aun sin
darse cuenta. Su largo vagar kármico ha terminado.
"Por supuesto, los individuos crecen en gracia, en sabiduría, en
entendimiento, y al aplicar aquello que saben, conocen cuál es el
siguiente paso. Pues Su promesa es: "Yo estaré siempre con vosotros,
incluso al final del mundo". Él estaba con vosotros al principio de los
tiempos, vosotros os alejasteis".
Gladys Tumer Davis, secretaria de Edgar Cayce desde 1923 hasta su
muerte, transcribió casi todas las Lecturas de los archivos, no una vez
sino cinco, y ha seguido siendo tan desinteresadamente leal a Cayce
como lo fue mientras él vivía.
Ningún miembro de la Asociación para la Investigación y la Ilustración
está tan familiarizado con las Lecturas, y posiblemente no haya nadie
que de forma tan discreta ilustre con el ejemplo de su vida la aplicación
de la ley de la Gracia a nuestra vida cotidiana. Gladys opina que muy
pocas veces dijo Cayce a una persona que su alma estaba tan
adelantada que no necesitaba regresar nuevamente a la Tierra.
En una de esas raras ocasiones en que la lograron convencer para que
se expresara por escrito, dedicó este elogio a Cayce:
"Mientras vivió el Sr. Cayce, sólo puedo recordar tres casos en los
cuales los destinatarios de las Lecturas de las Vidas protestaron de que
éstas no eran correctas, j solamente tres casos entre casi 2.500!.
"Después de la muerte del Sr. Cayce, cuando reunimos los informes
sobre la evolución de los individuos para clasificarlos con las Lecturas,
únicamente encontramos un informe desfavorable de una madre que
se quejaba de que la Lectura destinada a su hija de seis años no
contenía "nada personal".
"Muchas veces sucedió que las Lecturas de las Vidas dirigidas a niños
fueron guardadas por los padres y permanecieron olvidadas, y cuando
posteriormente salieron a la luz, todos los detalles contenidos
resultaron ser ciertos. Pero vamos a pensar unos minutos en el
reducido número de Lecturas que fueron rechazadas. Incluso si una de
cada veinticuatro hubiera sido incorrecta, hay que decir que ése es un
porcentaje sin precedentes en el campo de las investigaciones
psíquicas, y tal vez lo sea en cualquier línea de investigación.
"Aquellos que conocemos por experiencia el valor que tienen las
Lecturas, no sólo somos unos seres privilegiados, sino que además
estamos obligados a continuar avanzando en busca de la perfección,
apoyando no sólo la teoría de la reencarnación, sino también el estilo
de vida cristiano tal como El lo enseñó, "Quien, siendo Dios, pensó que
no era un robo el ser igual a Dios".
"Pero ¿qué significan las Lecturas para los millones de personas que ni
siquiera saben que un hombre dio su vida por ellos, o si lo saben no les
importa? ¿Qué significarán para las generaciones que han de venir?
"Se ha dicho que un hecho queda probado legalmente si ha sido
presenciado por dos o tres testigos. Sabemos que más de dos mil
veces se determinó correctamente las aptitudes y el carácter de una
persona en base a los registros akáshicos de las vidas pasadas de la
Entidad.
"Muchos de nosotros estamos convencidos de que si analizamos y
estudiamos cuidadosamente los citados ejemplos podremos llegar a
entender correctamente los factores básicos que rigen los
pensamientos y sentimientos del hombre. Las Lecturas de las Vidas
son interpretaciones de las leyes espirituales básicas, aplicadas a
problemas personales. Por tanto, al estudiar una serie de ejemplos,
deberíamos ser capaces de ap licar esas mismas leyes a nuestros
propios problemas personales".

CAPITULO DIECISEIS
El Karma Colectivo - Los Supervivientes de Fuerte Dearborn

Edgar Cayce fue en su vida anterior a ésta un explorador llamado


Bainbridge, que recorrió la recién nacida nación de América desde la
frontera canadiense hasta Florida. Fue una mezcla de valiente pionero
y elegante jugador a lo Gaylord Ravenal.
La encrucijada de sus diversas salidas fue Fuerte Dearbon, una
factoría ubicada donde actualmente está Chicago. y allí . entabló unos
firmes lazos de amistad con sus compañeros. Fuerte Dearbon era un
territorio de una gran dureza, donde siempre había que estar en
guardia contra los indios hostiles, y sus habitantes trabajaban mucho y
jugaban fuerte. El elemento puritano estaba presente, pero allí se
alababa la virtud sin hacer nada práctico al respecto (un legado de la
Inglaterra jacobina), y la factoría tenía cubierto su cupo de tabernas,
garitos y lupanares. .
Los recuerdos de esa vida seguían tan frescos en la memoria de Edgar
que todavía lamentaba que Bainbridge hubiera tenido tal capacidad de
convicción y semejante atractivo para las mujeres, y que hubiera
desperdiciado tantas oportunidades. Cayce jamás apostaba por ningún
motivo, y rara vez tomaba una copa.
Bainbridge estuvo unido sentimentalmente a Fran Barlowe, hija de un
pequeño burgués, un tendero de una factoría de poca importancia
situada en las proximidades. Pertenecía a una familia numerosa y
movida, que había recibido pocas atenciones. Cuando tenía diecisiete
años, se sintió encantada de poder fugarse con un joven tabernero de
dudosa valía y establecerse en Fuerte Dearbon. La taberna era
simplemente la parte delantera de una sala de juego donde actuaban
especialistas en engañar a novatos. Este era el lugar que frecuentaba
Bainbridge en sus paradas periódicas.
Fran actuaba en la taberna de su marido. Llegó a ser una excelente
cantante y bailarina. Se hizo muy amiga de la madam de un grupo de
chicas de vida alegre, una mujer que se preocupaba por el bienestar y
la salud de las que estaban a su cargo "muy por encima de lo que
exige el deber". Fran también se las hubo con un sacerdote que la
miraba con malos ojos a ella y a sus frívolas amigas, y desaprobaba
sobre todo la conducta de un sacristán que rezaba piadosamente de
día, danzaba en los salones de baile por la noche, y todavía le sobraba
tiempo para cortejar a su hermana (la hermana del sacerdote), un
romance que ese prócer con mucha razón cortó de raíz, con gran dolor
de los enamorados. Al final de su vida, Fran empezó a enmendarse y
dejó de ver a aquellas amistades que tenían peor reputación, pero "el
bullicio de las noches de juerga" sólo desaparecía cuando el Fuerte
sufría un ataque masivo de los indios y ardía completamente.
Bainbridge -que en una vida anterior había estado tan dispuesto como
el que más a tocar el violín mientras Roma ardía, a pesar de que hizo
mucho bien cuando trabajó como explorador en las regiones
adyacentes- rescató a uno de los grupos más numerosos de
supervivientes y los condujo hasta el río Ohio, donde se preparó una
gran balsa de troncos para trasportarlos a la ribera oriental del Ohio.
Pero al este del río había unas tribus de indios hostiles que se pusieron
a perseguirlos y Bainbridge no tuvo más remedio que ir río abajo en
busca de un lugar seguro donde desembarcar. Los ocupantes de la
balsa, entre los cuales estaba Bainbridge, al no poder desembarcar
para buscar comida, ni siquiera de noche, agotados empezaron a morir
de inanición. Bainbridge logró mantener a Fran con vida, y cuando la
balsa finalmente encalló, ella cayó en manos de unos indios amigos y
posteriormente se dirigió a Virginia, donde empezó una nueva vida.
En 1812, Fran era propietaria de una modesta casa de huéspedes. Su
afecto y amabilidad le valieron el apodo de Ángel Auxiliador. Murió
cuando tenía cuarenta y ocho años, honrada y respetada por todos.
Las indiscreciones de su juventud aparentemente habían quedado
perdonadas y olvidadas. Pero el ciclo vital de Fuerte Dearbon no
estaba completo. Debido a la dispersión de las familias por el ataque
de los indios, muchas cosas habían quedado a medio hacer.
Setenta años después, Fran regresó al mismísimo estado de Virginia,
donde algunos de sus rivales de Fuerte Dearborn estaban reuniéndose.
Todos ellos, corno si mediara un acuerdo tácito, habían escogido la
península de Chesapeake, que se encuentra a una cómoda distancia
de Virginia Beach, si bien Cayce no se trasladaría allí hasta el año
1925.
Fran pronto encontró motivos para sentir que había nacido con mala
estrella. Se había casado joven, su matrimonio había sido un desastre
rematado por otro matrimonio que se produjo inmediatamente antes de
la Depresión de los años treinta, momento en que la encontrarnos en la
ciudad de Nueva York tratando de huir de sí misma, "fumando hachís"
en un café de un barrio bajo.
Más atontada que amargada, con una total falta de confianza en sí
misma, y muy desorientada, se había resignado a vivir al día sin
esperanzas de encontrar un lugar en este mundo, que parecía lleno de
trampas y decepciones. Y fue entonces cuando la descubrió David
Kahn.
Kahn fue el hombre que más contribuyó a que las personas
necesitadas se fijaran en Cayce. Por su trabajo hubo de viajar a lo
largo y ancho de los estados del Este y por el centro de la franja Oeste,
y dondequiera que iba ensalzaba los poderes de su mejor amigo,
Cayce, dando muestras de una gran elocuencia y capacidad de
convicción. Un establecimiento donde se consumía hachís, situado en
un barrio obrero, no era el tipo de local donde él solía hacer escala,
pero hubo de ir allí por cuestiones de negocios y se fijó en Fran
mientras ésta le servía.
Finalmente le preguntó algo así: "¿Qué hace una chica tan agradable
corno tú en un tugurio corno éste?" Cuando se enteró de que la
muchacha vivía cerca de Norfolk, Virginia, apuntó la dirección de Edgar
en un trozo de papel y le sugirió que solicitara una Lectura cuando
regresara a casa.
Fran pensaba que tenía cosas mejores que hacer con su dinero. La
vida tenía que darle un par de golpes más antes de que se decidiera a
presentarse en casa de Edgar, cosa que sucedió al cabo de un año
más o menos. El pareció reconocerla enseguida, la casa de Edgar y
sus ocupantes irradiaban una paz, una tranquilidad que jamás había
experimentado Fran en sus veinticinco años.
A continuación vino una de las series de Lecturas más densas
relacionadas con un grupo de almas. Prácticamente todos los
miembros de la extensa familia de Fran aparecían en ellas.
Edgar sentía que les debía una satisfacción por haber sido un
despreocupado en Fuerte Dearborn.
Fran era en la vida actual hija de la madam que había sido su amiga en
Fuerte Dearborn. Cayce curó a la madre de Fran de un posible
eczema, y ésta moriría a los ochenta y siete años de algo tan poco
tóxico como "el hastío". Su padre fue asimismo ayudado por Cayce a
superar ciertos trastornos hepáticos y un recuento sanguíneo
extremadamente tóxico, y viviría hasta los noventa. Su hermano mayor
Ned también había sido hermano suyo en Fuerte Dearborn. Joel, su
segundo hermano, había sido el sacristán que cortejó a la hermana del
sacerdote, y en esta reencarnación conoció a esa misma hermana y se
casó con ella.
Fue un matrimonio modelo y ambos fueron muy felices hasta que el
sacerdote, fiel a su papel, se encamó en su primer hijo. Tan pronto
como pudo expresarse, los padres empezaron a no tener un momento
de tranquilidad. Incluso siendo muy pequeño conseguía que se
enfrentaran y ponía tanto empeño en ello que finalmente logró
distanciarlos. Cosa curiosa, él también tuvo una enfermedad de la piel
en tercer grado que finalmente fue curada gracias a una Lectura de la
Salud cuando tenía veintiún años.
Una de las Lecturas de la Salud mejor documentadas es la que sigue
los pasos de su hermana Vera desde que le fuera diagnosticada una
tuberculosis en estado avanzado por los médicos hasta su total
recuperación con la ayuda de los "remedios no ortodoxos" de Cayce.
Vera, una mujer reservada por naturaleza, no quiso que Cayce le
dedicara una Lectura de las Vidas, tal vez temiendo haber contraído la
tuberculosis en los salones de baile de Fuerte Dearborn.
El tercer hermano de Fran, Hal, era el que más la quería, protegía y
admiraba. Le gustaba animarla para que cantara y divirtiera a los que la
observaban. El se sentaba, extasiado, y al final aplaudía y ensalzaba
su talento. Y ¿quién era Hal? Era el tabernero, el marido que había
tenido en Fuerte Dearborn.
Cuando vio que Fran adoptaba una conducta más comedida, tal como
le indicaban las Lecturas, empezó a sentir una antipatía ilógica por
Cayce. Se negó a conocerlo y no quiso ni hablar de él Sarah, la esposa
de Hal, no sufría ese bloqueo mental, pues fue una de las mujeres que
Fran cuidó durante la guerra de 1812.
Sólo cuando su hija mayor, a las tres semanas de nacer, necesitó
urgentemente ser atendida por un médico experto, cosa imposible de
conseguir en esa zona, y su muerte parecía inevitable, Hal sumamente
entristecido se presentó ante Frany le pidió que consiguiera que "ese
curandero" le dedicara una Lectura de la Salud a su hija.
Fran le explicó que Cayce sólo k dedicada una Lectura si su padre o su
madre se lo pedía personalmente, pero Hal no quiso llegar tan lejos. No
obstante, Cayce, a petición de Fran, sabiendo que tenían que ir contra
reloj para salvar a la niña, rompió esa norma. Los trastornos gástricos
que iban a ocasionar la muerte de la niña se solucionaron
sencillamente diluyendo la fórmula y administrándole una dosis de
Castoria. La hijita se recuperó instantáneamente, y tres días después
estaba totalmente repuesta. Nunca volvió a tener esos síntomas. Más
adelante, en su infancia, tuvo colitis y también se curó gracias a una
Lectura.
De los veinte o más de veinte habitantes de Fuerte Dearbom reunidos
en la península de Chesapeake, .sólo Hal y uno de los tres maridos de
Fran se resistían a recibir cualquier tipo de ayuda o consuelo a través
de las Lecturas. En realidad, el segundo marido de Fran no entró en la
vida de Fran hasta que ella se hubo asentado en Virginia, donde él
también fue atendido en su casa de huéspedes hasta recobrar la salud.
Durante la Guerra de 1812, Fran no hizo distinciones entre amigos y
enemigos cuando se trató de atender a los heridos. y cuando
emprendió una vida más estable, no abrigó ningún resentimiento. Su
grupo familiar empezó a tener mejor salud y a estar mejor orientado.
Disminuyeron los odios y se calmaron las tensiones. El antiguo "asunto
sin acabar" de Fuerte Dearborn estaba casi liquidado.
Entonces entró en escena una tal Mary Barker, que abrió una pequeña
tienda de souvenirs para los turistas que venían en verano, Mary, que
no era mucho más joven que Fran, era una persona obesa y tullida por
haber padecido una especie de polio.
Desde que tuvo un año, no pudo caminar sin ayuda. Nada más conocer
a Fran, se obsesionó con ella, la perseguía en sus horas libres y la
agobiaba con sus torpes muestras de afecto.
Fran logró superar el desconcierto y las molestias que esto le causaba
y consiguió que Cayce le dedicara una Lectura de la Salud con la
esperanza de que Mary todavía tuviera cura. La Lectura recomendaba
unos masajes, cosa que Mary no podía ni mucho menos costearse. En
esos momentos casi estaba incapacitada para ganarse la vida. La
madre de Fran, que sentía una profunda compasión por Mary, la llevó a
su casa y durante tres meses Fran le dio masajes y le aplicó
compresas. La muchacha fue recuperándose poco a poco y finalmente
consiguió andar.
Posteriormente, solicitó una Lectura de las Vidas y se enteró de que en
la vida anterior había sido hija de Fran, y de que había pasado mucha
hambre cuando los sirvientes indios huyeron con Fran para salvarle la
vida. De adulta, había sido una cómica ambulante y una trotamundos,
convencida de que su madre la había abandonado deliberadamente.
La amargura, el rencor y la autocompasión que sentía se habían
manifestado en la poliomielitis que la había desfigurado. Cuando
finalmente se marchó de Chesapeake para seguir trabajando en otro
lugar, Fran y ella se despidieron como buenas amigas.
Hoy en día Fran es una digna matrona que parece quince o veinte años
más joven de lo que es en realidad por ser tan adicta a las Lecturas de
la Salud. Da muestras de una comprensible discreción cuando comenta
los beneficios que las Lecturas han aportado a su familia y amigos.
Estos, como muchos ciudadanos serios que deben a Cayce su
longevidad y ecuanimidad, no son partidarios de proclamar la ayuda de
Cayce en público, no vaya a ser que un periodista se les eche encima
por formar parte de la "multitud de testigos, casi ninguno con nombre y
apellidos, que han sido salvados gracias a los diagnósticos que Cayce
ha emitido estando en trance".
El karma colectivo no sólo afecta a unos cuantos elegidos que están
sujetos al mismo ciclo anímico y se reencarnan en las mismas familias;
tiene unas implicaciones más universales.
Edgar Cayce ha dejado bien claro que todas las almas que participaron
en la invasión de Méjico y Sudamérica por Hernán Cortés y Francisco
Pizarro han pagado en la misma medida el pillaje y las matanzas de
aztecas que realizaron. Incluso ahora nos pone enfermos leer cómo fue
aniquilada toda una civilización; pero esos aventureros ávidos de oro,
según Cayce, regresaron en masa a España durante la Guerra Civil
que aconteció en este siglo. Y lucharon hermanos contra hermanas y
padres contra hijos, hasta que su civilización se vino abajo. ¿Acaso
esto nos ayuda a comprender en cierta medida el motivo por el cual
determinados grupos de personas aparentemente inocentes son
víctimas de tragedias y horrores inmerecidos?
Razas enteras parecen moverse con sus ciclos anímicos.
Da la impresión de que en la América contemporánea los dirigentes
negros están conduciendo a los de su raza hacia ese patrimonio
económico yesos derechos que durante tanto tiempo les han sido
negados.
¿Cómo podemos explicar el odio implacable de pequeñas minorías
negras como los musulmanes, que contrasta con la responsabilidad y
la lógica de la mayoría de los dirigentes negros?
¿Es posible que ese odio implacable, lejos de reflejar los ciclos
anímicos de los negros, sea más bien consecuencia de la intrusión en
la raza negra de almas que odian a blancos y a negros con la misma
intensidad? Tales almas podrían muy bien haber pertenecido, dando un
salto atrás, a negreros sureños de la época anterior a la Guerra, que
azotaban brutalmente a sus esclavos y maltrataban a sus mujeres y a
sus hijos. Por su conducta, esas almas se habrían condenado a sí
mismas a reencarnarse en negros: pero aunque la piel oscura del que
fue en otro tiempo un negrero podría arrancarle quejas en el momento
actual, su mente subconsciente también estaría irritada debido al
sentimiento de culpabilidad ya la vergüenza por los crímenes que en
otro tiempo cometió contra miembros de la raza negra a la que ahora
pertenece. Y ello le haría odiar tanto a negros como a blancos.

CAPITULO DIECISIETE

La Actitud Ante la Reencarnación en el Mundo Actual


1. La Gente
Si el lector se ha preguntado por qué parece tener más éxito la teoría
de la reencarnación en las sociedades orientales y primitivas que en el
mundo occidental, conviene que compare la crianza permisiva y
tolerante de, pongamos por caso, un indio tlingit con la de un niño
nacido en el Salem colonial, estando ambos igualmente capacitados
para recordar su vida anterior.
En el segundo de los casos, el hecho de ser capaz de recordar la vida
anterior se consideraría obra del diablo y el muchacho sería
exorcizado. Algunas de las mujeres que fueron ahorcadas eran unas
niñas.
Tales horrores son inevitablemente asimilados por lo que el gran
psiquiatra 1ung llama "el inconsciente colectivo" de toda una nación. Y
cuando una raza contrae tales infecciones de la psique, los tabúes
retrasan la evolución intelectual de las generaciones venideras. Arthur
Miller en su siniestra obra titulada "El Crisol" muestra cómo se produce
un descenso lineal y claro desde el fenómeno de histeria colectiva que
provocó los juicios de brujas en Salem hasta el proceso del "mono" de
John T. Scopes por enseñar la evolución a sus alumnos en los años
veinte, y las audiciones del Comité de Actividades Antiamericanas de
principios de los cincuenta.
Si al científico, político o educador brillante se le puede impedir que
ocupe el lugar que le corresponde en la actualidad de su país,
fácilmente se da uno cuenta de que a los niños que creen lo que ven
con sus ojos y oyen con sus oídos (y suponen que sus padres hacen lo
mismo) también se les puede lavar el cerebro para que no reconozcan
su potencial psíquico. Un niño que ve al doble de su abuelo muerto y
habla con él, y es lo bastante imprudente como para decirlo, corre el
riesgo de ser ridiculizado, castigado o enviado a un psicólogo de niños.
Es inevitable que acabe por silenciar el testimonio de sus propios
sentidos espirituales hasta que estos acaben por atrofiarse.

2. Las Iglesias
Estados Unidos, la democracia más joven y sólida de la historia, ha
demostrado que es capaz de asimilar ideologías hostiles y de aprender
de ellas, con tal que a la minoría de lunáticos no le esté permitido
acosar a la mayoría juiciosa. Así por ejemplo las brutalidades
cometidas en Salem condujeron a la inclusión de la libertad de culto en
la Constitución.
Si la Constitución es el pilar sobre el que descansa la democracia, con
toda seguridad, el reverendo Wally White comete la misma
equivocación que sus antepasados de Salem, cuando se compromete
a desacreditar a Bridey Murphy "porque la reencarnación ataca las
doctrinas religiosas establecidas".
¿Qué son esas "doctrinas religiosas establecidas" que tanto él como
los de su calaña están tan ansiosos de proteger? ¿Tan flojos son sus
argumentos que el amparo que ofrece la Constitución no les es
suficiente? Seguramente, los fallos de las iglesias establecidas son
más bien lo que el Papa Pío XII criticó en el año 1950: "No podemos
dejar de expresar la preocupación y ansiedad que sentimos por
aquellos que han llegado a estar tan inmersos en el torbellino de las
actividades externas que han descuidado el deber fundamental del
Cristiano: su propia santificación" .
"Ya hemos manifestado públicamente por escrito que aquellos que se
imaginan que el mundo puede ser salvado por lo que, con razón, se ha
llamado la "herejía de la acción" han de tener ideas mejores".
Catorce años después, Su Eminencia el Cardenal Julius Döpfner, de
cincuenta y un años, gobernador de la Sede de Munich, dio una
definición tan lúcida del estado actual de la religión en el mundo
occidental que podría considerarse definitiva.

El prestigio del Cardenal Döpfner era tal que el Papa Pablo VI lo


escogió como uno de los cuatro moderadores de la segunda sesión del
Concilio Vaticano de 1964. Realizó una serie de declaraciones ante
2.800 personas en el Palacio de Congresos de Munich. Sobre dichas
manifestaciones informó la revista Time:
"Miles de fieles han abandonado porque para muchos la Iglesia
Católica era "una institución que suprimía la libertad" y "un recuerdo
sobrenatural del pasado". Hablaba al hombre en una lengua antigua, a
través de ritos incomprensibles, predicando conceptos que no tienen
relación con la vida cotidiana. En lugar de penetrar en el mundo, la
Iglesia parecía sentarse "en un ghetto autoimpuesto, tratando de
construir su propio pequeño mundo adyacente al gran mundo".
"Vinculado a formas antiguas, el Catolicismo a menudo parecía tomar a
mal la inevitable presencia del pluralismo ideológico, la democracia
política y la tecnología moderna.
"Estas desagradables verdades convencieron al Papa Juan XXIII de
que era necesario convocar un concilio, y reafirmaron el concepto
tradicional del Catolicismo como ecclesia semper reformanda, una
Iglesia que siempre necesita reformas.
"Cristo está libre de pecado, pero la continuación de Su obra ha sido
puesta en manos de hombres frágiles y pecadores.
Por ello la Iglesia a veces ha sido culpable de "no cumplir los deseos
de Dios. La presentación del amor de Cristo puede tardar, si la Iglesia
se sirve del poder en lugar de la humildad, de la fuerza en lugar del
servicio".
"Esto quiere decir que la Iglesia sólo puede realizar reformas en los
concilios con un espíritu de penitencia o metanoia, sabiendo que es
una "comunidad de pecadores". Las reformas han de estar basadas en
las enseñanzas de Cristo y en las Sagradas Escrituras. Asimismo
deben tener un carácter renovador, en lugar de revolucionario,
conservando lo que hay de bueno en la pasada tradición y
permaneciendo al mismo tiempo abiertas a futuras posibilidades de
desarrollo.
"Corremos el peligro de resistirnos a aceptar ideas, formas y
posibilidades que, quizás, sean el futuro; y a menudo consideramos
imposible aquello que finalmente se manifestará como expresión
legítima del Cristianismo.
"Incluso en el área de la doctrina de la Iglesia, la evolución no es ni
mucho menos imposible, pues el dogma como tal no es en último
término sinónimo de verdad divina, sino una expresión incompleta de la
riqueza de la verdad divina, porque ve la revelación en términos
humanos.
"Esto no quiere decir que la Iglesia pueda retractarse o cambiar
definiciones dogmáticas del pasado, pero sí puede descubrir nuevos
aspectos de la verdad, y encontrar nuevos caminos para expresar la
doctrina tradicional.
"Así pues, la antigua creencia de los Católicos: "que no hay salvación
fuera de la Iglesia Católica" puede hacerse extensiva a los protestantes
para que resulte menos ofensiva para los mismos. Y debería
modificarse también, admitiendo que la palabra y la gracia de Dios
producen a menudo efecto fuera de la Iglesia".
Y añade la revista Time: "El reconocimiento de estas cosas por parte
de la máxima autoridad en temas doctrinales es indudablemente una
innovación que en el pasado, cuando las personas que profesaban
otros credos eran consideradas unos herejes, habría sido de todo
punto inconcebible.
Continúa el Cardenal: "Pero la Iglesia Católica tiende un puente hasta
nuestros "hermanos separados" y amplía el orden de nuestra iglesia
como tal. Vemos esto como el primer paso en el camino por el cual
Dios puede finalmente acercamos unos a otros". (Time, 4 Feb, 1964).
Estas palabras resuenan con sombría magnificencia porque
esencialmente se refieren a todas las denominaciones en las que la
intolerancia ha penetrado de algún modo.
Asimismo, habrás observado que los redactores de la revista Time
consideran al Cardenal Döpfner como "la máxima autoridad en temas
doctrinales".
Sin embargo yo señalo que a los ojos del omnisciente Reverendo Wally
White, las declaraciones del Cardenal habrían asimismo constituido un
"ataque a las doctrinas religiosas establecidas" al igual que cualquiera
de estos principios contenidos en la "herejía" de la reencarnación.
La intolerancia es sometida a un examen más minucioso que el
realizado por el Cardenal Döpfner en este breve texto del ensayista
judío Harry Golden.
"Tal vez, la más importante de las ideas inspiradas sea ésta: El
antisemita con frecuencia siente por Jesús un odio tremendo que le
consume y que prudentemente dirige contra las personas que Lo
engendraron.
"El odio a los judíos también permite al antisemita atacar la ética
represora del Cristianismo sin poner en peligro la posición que ocupa
en la comunidad":
Resumiendo, la euforia embriagadora de la falsa rectitud
inevitablemente conduce a la persecución.
La persecución invariablemente fuerza a la venganza, por muy patética
e inútil que sea, incluso entre los invertidos sexuales, considerados
monstruos en lugar de mutilados glandulares.
El homosexual, despojado de sus derechos y privilegios sociales, ha
heredado la condición del proscrito, del paria, propia en el pasado siglo
de los inmigrantes que huían de los déspotas y ghettos de Europa.
Hace cien años, un cartel en la ventana de una oficina informaba a los
parados de que "no debían solicitar el puesto ni irlandeses ni perros".
Por otra parte, el judío se encontraba tan aislado en su barrio
neoyorquino segregado como lo había estado en Varsovia o en Praga,
y el negro había sido reducido a la categoría de humanoide. Esta raza
valiente de hombres libres, por todo derecho, estaba todavía
cociéndose; todavía eran políglotas; e incluso hoy puede decirse que el
auténtico americano indígena "concebido en libertad" aún ha de surgir.
Pero ¿surgirá antes de que toda la intolerancia haya desaparecido de
los cincuenta estados?
Cayce, sumido en una autohipnosis, dice que no. Esta nación se
destacó por encima de las demás naciones cuando escribió su
Constitución, una alianza con Dios tan verdadera como las de la Biblia.
Otras naciones, que no se han comprometido como ésta, no tienen que
alcanzar y mantener un nivel tan elevado. Media Europa y la mayor
parte de Asia todavía están conformes con manifiestos cínicos y
obsoletos que niegan el derecho del hombre a la "igualdad, fraternidad
y libertad".
La teoría de la reencarnación repite en todos sus principios que una
religión falsa crea personas falsas, que la raíz de todo mal, el veneno
letal que el hombre todavía consume, es el vergonzoso y oculto deseo
de perseguir sin ser cogido.

CAPITULO DIECIOCHO

La Reencarnación en el Futuro

En el mundo material, los acontecimientos venideros siempre


proyectan una sombra, aun cuando sólo pueda discernirlos el
historiador gracias a su percepción retrospectiva.
Edgar Cayce fue siempre reacio a obligar a los demás a aceptar sus
teorías, pero en los discursos que dirigió a los del Hospital Cayce a
principios de los años treinta, dio a conocer lo que pensaba sobre el
porvenir. Percibió el desarrollo de las facultades humanas, la
intensificación de los sentidos y, por tanto, una aceptación racional y
lógica de las verdades más profundas.
Si la reencarnación es una de esa verdades profundas, será
automáticamente reconocida y aceptada por la raza humana cuando
llegue a ese nivel de percepción profunda.
Cayce, que era capaz de leer la mente y ver el aura, describió sus
propias reacciones con unas palabras muy sencillas:
"Hasta donde alcanza mi memoria, siempre he relacionado los colores
con las personas. No me acuerdo de ninguna ocasión en que esto no
se haya producido, en que los seres humanos con los que me he
encontrado no hayan quedado grabados en mi retina con corrientes de
azules, verdes y rojos saliendo de su cabeza y sus hombros. Pasó
mucho tiempo antes de que me diera cuenta de que las demás
personas no veían esos colores; antes de que oyera la palabra "aura,"
y aprendiera a utilizarla para un fenómeno que a mí se me antojaba
normal.
"Siempre que pienso en las personas las relaciono con sus auras; veo
cómo van cambiando las auras de mis amigos y demás seres queridos
por la enfermedad, el desaliento, el amor, y la satisfacción de sus
deseos y esperanzas. Para mí, el aura es la veleta del alma. Indica en
qué dirección soplan los vientos del destino.
"Muchas personas han tenido experiencias similares a las mías, sin
saber durante mucho tiempo que se trataba de algo único.
"He oído a muchas personas decir que entre las personas civilizadas
hay más gente con gafas. Al parecer, piensan que es algo malo.
¿Podría deberse a que constantemente forzamos los ojos para ver
más, y pasar al siguiente escalón de la evolución?
Yo pienso que eso es verdad, y que será aceptado en el futuro.
"¿Qué significará para nosotros dar ese paso? Bueno, pues ello querrá
decir que todos seremos capaces de ver auras.
"El aura es un efecto, no es una causa. Cada átomo, cada molécula,
cada grupo de átomos y moléculas, tanto si son simples como si son
complejos, nos cuentan su propia historia –su modelo, su finalidad- a
través de las vibraciones que emanan de los mismos.
"Cuando e! alma de un individuo viaja por los dominios del ser, cambia
de modelo según haga buen o mal uso de las oportunidades que se le
presentan. Y el ojo humano percibe esas vibraciones como colores.
"Por ello en cualquier época, en cualquier mundo, el alma radiará su
historia a través de sus vibraciones. Si otra conciencia es capaz de
captar tales vibraciones y de comprenderlas, conocerá la situación de
esa alma, los apuros que está pasando, o los avances realizados. .
"Imagina qué significado tiene todo esto. Todos sabrán cuándo uno
planea contarles una mentira, aunque sea una mentirijilIa nada más.
Todos· tendremos que ser francos, pues el engaño ya no existirá.
"El peligro, las catástrofes, los accidentes, la muerte, no llegarán sin
anunciarse. Los veremos venir, como antaño hicieron los profetas; y, al
igual que los antiguos profetas, reconoceremos a la muerte y le
daremos la bienvenida, comprendiendo su verdadero significado.
"Resulta difícil proyectarse en ese mundo, un mundo en el cual las
personas podrán ver sus defectos y virtudes, sus debilidades y valores,
sus enfermedades, sus desgracias, y sus futuros éxitos. Nos veremos a
nosotros mismos como nos ven los demás, y seremos una raza
totalmente distinta. De los vicios actuales ¿cuántos persistirán cuando
todo el mundo los conozca?"

En esta misma línea, explicó cuál era su actitud ante el poder de la


concentración mental, que está latente y también habrá de aumentar
en la raza humana.
"Sé por experiencia que prácticamente todos los fenómenos tienen su
explicación en las actividades de la mente subconsciente.
Primero, voy a contarte uno de mis experimentos en ese sentido, se
trata de un experimento que nunca he repetido. Al decirte el porqué, te
daré mi opinión sobre cómo debe usarse la telepatía y cómo no debe
usarse.
"Hace muchos años, yo dirigía un estudio fotográfico y una joven, que
en realidad era una profesional de la música, trabajaba conmigo. Se
había interesado por la fotografía y por los fenómenos que se
manifestaban a través de mí”.
"Un día le dije que yo podía forzar a un individuo a venir a mí. Le dije
esto porque había estado pensando en ese tema y lo había estudiado.
Creía que si uno se concentraba profundamente, podía crear una
imagen mental en su interior, y "al ver" a una persona haciendo
determinada cosa, podía inducir a dicha persona a hacerla.
"La joven dijo: "Creo casi todo lo que me has dicho, pero
¡Esto no lo creo! Vas a tener que probármelo".
"Y yo le dije: "Muy bien. ¿Cuáles son las dos personas a las que crees
que no podría influir?".
"No puedes hacer que mi hermano venga aqu~ y tampoco podrás
conseguir que venga el Sr. B. porque no le gustas".
"Le dije que antes de las doce del día siguiente, no sólo vendría su
hermano al estudio sino que me pediría un favor. Y que al otro día,
antes de las dos, vendría el Sr. B".
"Ella negó con la cabeza, y dijo que no podía creérselo.
"Nuestro estudio tenía en la segunda planta un espejo en el cual se
podía ver lo que pasaba en la calle de abajo. Al dia siguiente, a las diez
me puse a meditar y permanecí así durante unos treinta minutos,
pensando exclusivamente en su hermano y preguntándome si no me
habría pasado al decir que iba a pedirme un favor; porque su hermana
me había dicho muchas veces que él no soportaba este trabajo.
"Al cabo de una media hora de concentración, vi al muchacho pasar
por la calle de abajo, luego girar y acercarse a la escalera, quedarse
ahí unos segundos y posteriormente alejarse.
Minutos después volvió y subió las escaleras hasta el 2° piso.
"Su hermana lo miró y exclamó: "¿Qué haces aquí?".
"El muchacho se sentó en el borde de la mesa y se puso a dar vueltas
al sombrero con la mano. Luego dijo: "Pues, no lo sé muy bien, pero la
noche pasada tuve problemas en la tienda, y como hablas tanto del Sr.
Cayce, me preguntaba si me podría ayudar a salir del apuro".
"¡Su hermana casi se desmaya!.
"Al día siguiente, me senté en la misma silla. Y la muchacha dijo: "Si lo
has hecho con mi hermano, supongo que lo podrás hacer con el Sr. B".
"Le dije que yo prefería no estar allí cuando viniera el Sr.B. porque no
me tragaba, y que él no sabría por qué había venido. Posteriormente
ella me dijo que había venido a las doce y media aproximadamente,
cuando yo ya no estaba, que le había preguntado si podía ayudarle en
algo y que él le había respondido que no sabía por qué estaba allí y se
había ido.
"Pero según fui estudiando esos temas más a fondo, decidí no volver a
hacerlo. Cualquiera que desee controlar a otra persona puede hacerlo,
pero ¡cuidado! aquello que deseas controlar en la otra persona será lo
que te destruya. Se convertirá en tu Frankenstein.
"Pues, tal como se indica en las Lecturas, cualquiera que fuerce a otro
a someterse a su voluntad es un tirano. Ni siquiera Dios nos obliga a
aceptar Su voluntad. O hacemos que nuestra voluntad esté de acuerdo
con la Suya, o nos oponemos a Él. Cada cual puede elegir.
"Entonces ¿qué papel desempeña la telepatía en la vida?
Pues lo bueno puede también ser peligroso. No sé de nada bueno que
no tenga también un posible mal uso. ¿Cómo entonces podemos
utilizar constructivamente la habilidad de leer la mente, o telepatía?
"He aquí la mejor regla que puedo dar: "No pidas a otro que haga algo
que tú no harías.
"Cuando el Maestro bajó a Judea, uno de los nobles de la zona, un
fariseo, le invitó a comer.
"Así que Jesús aceptó la invitación, y Sus discípulos lo acompañaron.
Cuando se habían sentado a la mesa, una mujer de la calle entró y Le
lavó los pies con sus lágrimas y los enjugó con su cabello. También Le
untó en los pies un preciado ungüento.
"El noble pensó para sí -como muchos de nosotros haríamos hoy en
día -: "¿Qué clase de hombre es éste? ¿No sabe lo que es esa mujer?"
Y Jesús, que sabía lo que estaba pensando, le dijo: "Simón, tengo algo
que decirte… “Un prestamista tenía dos deudores: el uno le debía
quinientos denarios; el otro cincuenta. No teniendo ellos con qué pagar,
se lo condonó a ambos. ¿Quién, pues, lo amará más?” Respondiendo
Simón, dijo: "Supongo que aquel a quien condonó más. Díjole: "Bien
has respondido". (Lucas 7:36-50).
"Observa que Jesús no dijo a Simón: "Esto es lo que estás pensando,"
ni lo acusó de ser descortés por no haberLe traído agua para los pies,
ni aceite para la cabeza. Jesús sencillamente habló para que Simón se
diera cuenta de que no debía criticar a los demás.
"A veces, también nosotros intuimos lo que piensan los demás,
sabemos qué dirección están tomando sus ideas. Cuando esto sucede,
lo que hablemos o hagamos con ellos habrá de tener como fin
mostrarles -como el Maestro mostró a Simón –que nuestros
pensamientos más íntimos pueden ser conocidos por aquellos que
están estrechamente relacionados con Dios.
"Aquellos de vosotros que hayáis estudiado un poco la historia de la
Atlántida (contenida en las Lecturas) sabréis que ciertas facultades
como la telepatía estaban muy desarrolladas en sus habitantes. Eran
muchas las personas capaces de pensar con tal concentración que
producían la existencia material de muchas cosas mediante su fuerza
de voluntad. La utilización de tal fuerza con fines egoístas, como ellos
hicieron, sólo puede llevar a la destrucción.
"Esa fuerza de la mente existe todavía, al igual que en la antigua
Atlántida.
"Los mayores pecados del mundo actual son el egoísmo y el afán de
dominar la voluntad del otro.
"Pocas personas dejan a los demás vivir su vida. Nos gusta decirles
cómo han de vivir; nos gusta obligarlos a vivir como nosotros, a ver las
cosas como nosotros. A la mayoría de las esposas les gusta decir a
sus maridos lo que tienen que hacer, y a la mayoría de los maridos les
gusta decir a sus esposas qué pueden hacer y qué no pueden hacer.

"¿Te has parado alguna vez a pensar que nadie más que tú habrá de
responder por ti ante Dios? Del mismo modo que tú no habrás de
responder ante Dios por los otros.
"Si uno trata primero de conocerse a sí mismo, posteriormente llegará a
ser capaz de conocer la mente de otras personas. La mayoría de los
que pongan esto en práctica durante cierto tiempo, evolucionarán en
este sentido. Pero ¡cuidado con tratar de hacer el trabajo de Dios!
¡Date por satisfecho con hacer tu trabajo, y tendrás las manos llenas!.
"Tenemos derecho a contar a los demás nuestras experiencias
particulares dejando que ellos decidan por sí mismos, pero no tenemos
derecho a obligarlos, pues Dios pide a todos los hombres, de todo el
mundo, que miren, presten atención, y comprendan por sí mismos.
"En cuanto a la pregunta de si vale la pena desarrollar esas facultades
o no, cada uno de nosotros tiene la respuesta. Si hemos entendido bien
qué es lo "psíquico," sabremos que una facultad que existe, siempre ha
existido y es nuestra por derecho de nacimiento, porque somos hijos de
Dios. Tenemos la habilidad de poder asociamos con el Espíritu. Porque
"Dios es espíritu, y tales son los adoradores que busca". (Juan 4:23).
"Cuando utilizamos las fuerzas de nuestro interior para servir a las
Fuerzas Creativas y a Dios, estamos usando esas fuerzas
correctamente. Pero si las empleamos para nuestros fines egoístas, las
estamos utilizando mal. Entonces llegamos a ser incluso como el Hijo
de la Perdición, le llamemos como le llamemos". Y una vez, cuando
Edgar estaba en estado autohipnótico, alguien le preguntó: "¿Cómo
debemos presentar la labor que se lleva a cabo en la Asociación para
la Investigación y la Ilustración a una persona con creencias
ortodoxas?".
"lnvitadlo a que venga y vea por sí mismo. No se lo impongáis ní lo
obliguéis. Pues sólo aquellos que necesiten encontrar respuesta a
"algo que está dentro" prestarán atención.
"No los molestéis, no los critiquéis. Pues si tu. Padre, ( Dios, hubiera
criticado cada palabra vana o cada acción egoísta de tu experiencia
¿qué oportunidad hubieras tenido tú en esa experiencia?.
"Si quieres conocer la compasión divina, has de ser compasivo y
generoso con aquellos que te encuentres sea cual fuere su fe y el
grupo al que pertenezcan.

CAPITULO DIECINUEVE

Conclusión

Así pues, la reencarnación no es una teoría; es un código ético de


carácter práctico que afecta directamente a la moralidad humana.
Constituyó una parte esencial de los primeros Evangelios, y su
supresión por obra de dos paganos macabros jamás ha sido justificada
de un modo satisfactorio. Todavía existen en la Biblia referencias
dispersas a la reencarnación, pero las enciclopedias han ido
paulatinamente dándole menos importancia desde una fecha tan lejana
como el año 1911, en que se emitió la última edición de la Enciclopedia
britanica que lo trata abiertamente bajo el encabezamiento de
Metempsicosis.
Esta teoría está claramente admitida en las Lecturas de Edgar Cayce,
donde se insiste repetidas veces en que las conductas positivas y
negativas de vidas anteriores influyen activamente en los modelos de
conducta de esta vida. Aquello que es negativo puede resolverse y
superarse, una vez que el hombre esté dispuesto a admitir que sus
problemas son totalmente obra suya, y que, por tanto, él puede
deshacerlos.
La reencarnación no parece ser peligrosa ni nociva para las creencias
religiosas o filosóficas del hombre, excepto cuando choca con una
vanidad desmesurada, o con un ego que gobierna a la persona.
Y, sin embargo, a ninguna creencia se le ha negado con tanta
obstinación el beneficio de la duda a nivel parroquial; nunca los
detractores han pedido tan a gritos una "prueba".
Pero ¿a quién incumbe probar su validez?
No hay testimonios históricos de la existencia de la Atlántida. Pero
hace quinientos años tampoco los había de la existencia de América. Y
tampoco los había de la existencia de los Manuscritos del Mar Muerto
hasta que fueron descubiertos por un cabrero árabe por un remota
casualidad.
La mayoría de las personas se creen casi todas las mentiras sobre casi
todo con tal que sean gordas, absurdas y repetidas hasta la saciedad-
y jamás se les ocurre pedir pruebas.
Asimismo, se Creen todas las noticias que leen en los periódicos, o ven
y escuchan en los noticiarios, tan firmemente como si Moisés se las
hubiera traído del monte Sinaí grabadas en piedra.
Se tragan las promesas electorales de cualquier demagogo.
Están totalmente convencidos de que su abogado, su médico y su
dentista son infalibles e incorruptibles. Y si su médico al operarlos sin
darse cuenta se deja dentro una gasa y luego les cose, le harán el
favor de morirse antes de querer saber por qué la operación no fue
todo lo bien que se esperaba.
Al parecer, sólo la reencarnación infunde en el hombre un miedo de
carácter supersticioso, y únicamente cuando está atormentado por ese
vago temor insiste en que se le presente una prueba tan irrefutable que
ni siquiera la Madre de Todos los Seres
Vivos se la podría proporcionar a su entera satisfacción.
¿Por qué la ley kármica de los sucesivos nacimientos y restituciones es
como un chivo expiatorio para la mentalidad ortodoxa? ¿Acaso es
porque todas las almas de la creación tendrán que volver
voluntariamente para experimentar el bien y el mal equivalentes?
Porque vamos a heredar las debilidades o puntos flacos que
perseguimos en los demás, cualesquiera que sean, con las
persecuciones consiguientes.
Porque cada alma es su propio juez y jurado, y se sentencia a sí
misma.
Porque el más allá no acoge a ningún juez que se deje sobornar, a
ningún jurado que se deje embaucar.
Porque en último término, el único burlado es uno mismo, y en vano.
Lo cierto es que nuestra obsesión por lo externo, y nuestro ansia de
modernidad, no sólo nos despojan de nuestra naturaleza individual y de
nuestra categoría personal, sino que nos corroen hasta convertimos en
unos seres satisfechos de sí mismos y anulados. ¿Acaso
desperdiciamos las tres cuartas partes de nuestra vida tratando de
impresionar a los demás, fingiendo ser lo que no somos, tan sólo
porque hemos rechazado la ley de la reencarnación? Si eso es así,
llegará un momento en que nos será casi imposible ser sinceros con
nosotros mismos; y entonces no habrá nada que necesitemos tanto y
tan dolorosamente para estar cuerdos.
Quizás, el ingrediente difícil de digerir sea el hecho de que, incluso si
se reduce a sus elementos más simples, la reencarnación no ofrece
ningún consuelo al neurótico indolente que culpa a su mamá
desastrada y a su papá borracho cuando él no se ha esforzado lo más
mínimo en gustar a los demás, y no digamos en hacerse querer. No es
la panacea del zángano que espera sentado y triste a que los. demás
lo amen por sus defectos,
por su pereza, por sus estafas, por echar las culpas a los demás,
y por sus deseos ocultos de hacer de matón sin tener que responder de
ello.
Dice Edgar Cayce: "Muy a menudo el ego está tan extasiado consigo
mismo que teme constantemente perder importancia, posición, y
libertad. Pero para tener libertad interior hay que darla, para tener paz
dentro de uno mismo, hay que producirla. Son unas leyes inmutables.
Porque el que tiene paciencia es dueño de su alma, se da cuenta de
que el cuerpo no es más que un templo, una construcción externa y
que, en cambio, la mente y el alma son el mobiliario permanente,
esencial, donde permanecerá siempre".
Esto ciertamente choca con la antigua máxima materialista de que en
este mundo se odia al perdedor y se admira al pez gordo, que se ha
hecho a sí mismo, por muchas víctimas que haya dejado tras sí.
¿Acaso, al rechazar la ley de la reencarnación, hemos rechazado
también el concepto de un Creador justo que nos ama?
Porque en tal caso habríamos creado nuestra propia trampa. Pues con
toda seguridad los cinco sentidos que posee el hombre no le permiten
llegar al convencimiento de que Dios no existe.
¿No está el hombre en un terreno más seguro cuando acepta la
existencia de Dios que cuando la niega? Porque una vez que consigue
reducir todas sus creencias a la nada, él mismo, obviamente, deja de
existir.
Todo esto parece indicar que un ateo declarado es simplemente un
hombre que no puede contemplar el firmamento sin sentir vértigo,
porque éste no le ofrece nada que le resulte familiar y que admita
comparación.
Tal vez, ello explique por qué le resulta igualmente difícil contemplar la
teoría de la reencarnación. La idea de que la reencarnación es una de
las piedras angulares de una fe válida, no se apoya en una base
materialista sólida.
Este hecho basta para convertirla en una idea sospechosa para
cualquier penitente auto condenado, que cree que nació en pecado tan
sólo una vez, y que el único camino que conduce a su idea de la
salvación es el sufrimiento interminable y carente de sentido.
La herejía de la reencarnación, que tanto ha perdurado, consiste en
creer que el hombre es libre y su Dios es el Dios del Amor. Esto
significa que hasta que no haya aprendido a amar al prójimo, no podrá
conocer mejor a su Creador.
¿Qué se le presenta a continuación? El hecho difícil de aceptar que
ningún hombre es capaz de amar a los demás hasta haber superado
los obstáculos que le impiden amarse a sí mismo. y si no puede amar a
los demás ni ser amable y cariñoso con los demás, los demás nunca
podrán amarlo ni ser amables y cariñosos con él, lo último es la
consecuencia lógica de lo primero.
En tal caso, está en una situación penosa y terrible, pues si no puede
amar ni ser amado, se hallará inmerso en la noche eterna de la
implacable soledad. La soledad es el peor enemigo del hombre, pues
es el único veneno que puede finalmente e inexorablemente exterminar
su alma.
El lector que ya se haya dado cuenta de que todo estudio serio de la
reencarnación no puede ser abordado por otra vía que no sea la
dependencia de un Cristo bondadoso, hará bien en ilustrarse leyendo
la obra del Reverendo Weatherhead, maravillosamente escrita y
perfectamente concebida, titulada The Cristian Agnostic (El Agnóstico
Cristiano) (Abingdon Press, Nueva York, 1965). No ha habido ningún
sacerdote, tan autorizado y digno de estima, que haya estado más en
armonía con la interpretación de la Biblia de Edgar Cayce.
En el capítulo titulado "Reincarnation and Renewed Chances"
(Reencarnación y Nuevas Oportunidades), El Dr. W eatherhead inicia
con estas palabras la exposición de su aceptación de la
metempsicosis: "Me imagino a Betty Smith, que ha nacido en el seno
de una familia adinerada, ha tenido todas las oportunidades, una
educación ideal, se ha enamorado y casado con un hombre capaz de
proporcionarle las mismas comodidades, ha dado a luz a seis hijos
sanos y felices, y ha vivido hasta la ancianidad con buena salud y
rodeada de cosas agradables.
"Luego me imagino a Jane Jones, ciega de nacimiento, o sorda, o
tullida, nacida en el seno de una familia pobre, con un padre borracho
que hace que la vida de todos sea un infierno.
Jane no puede escapar, no podrá casarse ni tener su propio hogar,
jamás le podrán dar las cosas que tiene Betty, y muere joven de un
cáncer, pongamos por caso.
"Algunos imaginan que las cosas se igualarán en el cielo".
¿Acaso tiene Betty que sufrir en otra vida por haber sido feliz en la
Tierra? ¿Para qué serviría eso por lo que a la justicia se refiere? Para
nada. Y ciertamente de nada le serviría a Jane, que no es mala ni
vengativa. ¿Ha de ser Jane "recompensada" o "premiada?".
"Pero ¿cómo se puede compensar medio siglo de sufrimiento en la
Tierra? Nos encogemos de miedo cuando oímos que un hombre
enviado injustamente a la cárcel ha sido indemnizado.
¿Cómo le pueden compensar la angustia, los años perdidos, la tristeza
y el dolor de sus familiares? En ese caso no hay "compensación" que
valga.
"¿Entonces la miseria humana es só lo cuestión de suerte?
Si así es, j qué injusta es la vida! ¿Es deseo de Dios? Entonces qué
poco se parece a cualquier padre humano; porque si un padre humano
se portara así, lo meterían en la cárcel, o en un manicomio".
He aquí unas palabras muy fuertes pronunciadas por el Augusto Pastor
del Templo de la City de Londres. El Dr. Weatherhead se muestra tan
duro como Cayce, cree firmemente que el Cristianismo es un estilo de
vida, no "un sistema teológico con el que uno debe estar de acuerdo a
nivel intelectual .. ".
"Si amas a Dios y tratas de seguir sus pasos, adopta una postura de
agnosticismo cristiano ante los problemas intelectuales, por lo menos
de momento.
"En verdad a veces me pregunto por qué van tantos a la iglesia. El
Cristianismo debe de tener una maravillosa fuerza inherente, o las
Iglesias lo habrían eliminado hace tiempo".
Aun así, la reencarnación no ocupará un puesto lógico en nuestra
sociedad mientras el dogma ortodoxo siga alimentando espiritualmente
(y por tanto atrayendo) a los elementos de las congregaciones que se
hallan agobiados por el sentimiento de culpabilidad. La reencarnación
no tendrá sentido para el hombre de la calle mientras éste
secretamente sienta temor ante el concepto obsoleto de un Dios
vengativo y vengador.
El Dr. Weatherhead, como hizo Cayce antes que él, convierte esto en
la base de su razonamiento y desaprueba especialmente la postura de
un clérigo inglés quien, tras haber utilizado todas las trivialidades que
se le ocurren para echar por tierra la teoría de la reencarnación,
termina diciendo: "Mi supuesta preexistencia no puede tener una
significación moral en el momento actual sencillamente porque no me
es posible recordar nada de ella".
A continuación, el Dr. Weatherhead ataca con alegría y con todo
derecho al bienintencionado prócer exclamando: "i Qué afirmación tan
ridícula! Así que si el Dr. Whale hubiera tomado una droga que le
hiciera olvidar su juventud, ¡las indiscreciones que pudiera haber
cometido entonces no tendrían ninguna significación moral en el
momento actual! Se olvida de que estas incidencias habrían contribuido
a moldear su personalidad, a convertirlo en quien es, igual que si en
estos momentos las recordara. El juez con frecuencia no está
dispuesto a eximir de toda responsabilidad moral al prisionero si éste
afirma que en esos momentos no se acuerda de nada al respecto.
"Nosotros no podemos recordar nuestros primeros años.
Pero cualquier psicólogo insistirá en la importancia y la influencia que
tienen.
"Los incidentes de nuestra infancia nos han ocurrido a nosotros, a
nadie más, y, aunque ahora los hayamos olvidado, han determinado
muchas de nuestras reacciones ante la vida. El modelo al que se ajusta
nuestra vida de adultos se basa en los recuerdos almacenados. Pero
no es necesario recordar las impresiones acumuladas para que éstas
nos influyan".
EL Dr. Weatherhead utiliza este mismo tono amable y exuberante para
presentar un razonamiento muy claro: "El Cristiano inteligente cree que
Dios está desarrollando un plan en las vidas de todos los hombres y
mujeres, y que cuando dicho plan esté consumado se habrá "hecho Su
voluntad en la Tierra y en el Cielo" ...
"(Pero) ¿cómo puede progresar el mundo en lo referente a las cosas
del espíritu -que son las más importantes- si cada vez que nace una
generación se llena el mundo de almas no regeneradas, llenas de
tendencias animales incontroladas? No puede existir un mundo
perfecto a menos que aquellos que nacen en este mundo puedan sacar
partido de las lecciones aprendidas en vidas anteriores en lugar de
partir de cero. Ciertamente, no se producen muchos prodigios en la
Tierra ni tampoco hay muchos santos, pero puede muy bien haber
otros planetas más adecuados que éste para hacer las veces de aula
didáctica. Tal vez tengamos que renunciar a la idea de que esta tierra
es el punto de reunión de la sociedad perfecta.
"En esto estoy de acuerdo con el ya difunto Dean Inge, un pensador
excelente, dijo sobre la doctrina de la reencarnación:
"Yo la encuentro creíble y atractiva al mismo tiempo".
"Uno se pregunta por qué los hombres han aceptado tan fácilmente la
idea de la existencia de una vida después de la muerte, y en cambio,
en Occidente, han rechazado ampliamente la idea de la existencia de
una vida antes del nacimiento. Los numerosos razonamientos en apoyo
de una inmortalidad unidireccional me resultan convincentes aplicados
a una vida bidireccional fuera del cuerpo actual".
Pero incluso si limitamos la cuestión a la vida después de la muerte, lo
mejor que podemos hacer es terminar citando una de las parábolas de
la Biblia preferidas por Edgar Cayce.
En el Evangelio de Lucas 16:19-31, Cristo habla a los fariseos del
mendigo Lázaro: "que deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del
rico," y murió y fue llevado al seno de Abrahán. Y, en cambio, cuando
murió el rico, se encontró en el infierno, y desde ahí pudo ver a Lázaro
cómodamente instalado en el Cielo.
"Y entonces dijo (a Abrahán): "Te ruego padre, que siquiera le envíes a
casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les advierta,
a fin de que no vengan también ellos a este lugar de tormento".
"Y dijo Abrahán: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.
"Y (el hombre rico) dijo: No, padre Abrahán; pero si alguno de los
muertos fuese a ellos, harían penitencia".
"Y Abrahán le dijo: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se
dejarán persuadir si un muerto resucita".

Lecturas Paralelas Recomendadas


Libros:
TWENTYCASES SUGGESTIVE OF REINCARNA TION (Veinte
Casos Que Hacen Pensar en la Reencarnación) de Ian Stevenson,
Doctor en Medicina. Traducido y publicado en español porEditorial
Mirach, S.L.
MANY MANSIONS (Muchas Mansiones) de Gina Cerminara, Doctora
en Filosofía.
THE WORLD WITHIN (El Mundo Interior) de Gina Cerminara, Doctora
en Filosofía.
REINCARNATION: AN EAST-WEST ANTHOLOGY (La
Reencarnación: Antología de Oriente-Occidente) de Joseph Head y
S.L. Cranston.
Folletos:
THE CASE FOR REINCARNATION (La Reencarnación) de Leslie D.
Weatherhead.
THE EVIDENCE FOR SURVIVAL FROM CLAIMED MEMORIES OF
FORMER INCARNATIONS (La Prueba de la Supervivencia en los
Pretendidos Recuerdos de Anteriores Encamaciones) de Ian
Stevenson, Doctor en Medicina.

Apéndice
Los Quince Anatemas Contra Origenes
Henry Percival ha editado en su integridad los quince anatemas contra
Orígenes. Están a nuestro alcance en la admirable obra de Head y
Cranston Reincarnation, East-West Anthology (La Reencarnación,
Antología de Oriente-Occidente (The Julian Press, Nueva York, 1961) y
pocas veces sentencias tan grandilocuentes han tenido un contenido
tan desproporcionado.
Efectivamente, en lugar de unos principios seriamente concebidos, se
trata más bien de una sucesión de palabras altisonantes que reflejan
una escasa cultura, y no contienen en ningún lugar citas bíblicas que
justifiquen las condenas realizadas.
"Su comienzo es sumamente grandilocuente: "Si alguien defiende la
preexistencia de las almas, y la monstruosa restauración que le sigue,
que sea anatema (maldito)".
Cláusula 2: "Si alguien afirma que la creación de todo lo que es capaz
de razonar se refiere exclusivamente a las inteligencias sin los
cuerpos ... y que existe una unidad entre ellas por una identidad de
substancia, fuerza y energía, y por su unión con Dios, el Verbo, y su
conocimiento Del Mismo; pero que, no deseando ya ver a Dios, se
entregaron a cosas peores, cada cual según sus propias inclinaciones;
y que han penetrado en unos cuerpos más o menos sutiles, y han
recibido unos nombres... que sea anatema".
(Esto hace pensar en una condena de la Biblia en su totalidad, pues
incluso el Antiguo Testamento dice que todos los seres vivos fueron en
un principio concebidos en la mente de Dios, Elles dio Entidad, y
posteriormente ellos rechazaron a la fuente que les dio el ser y a su
Creador).

Las cláusulas 3 y 5 están sumergidas en su propia ininteligibilidad, pero


la cláusula 7 anuncia lo siguiente: "Si alguien dice que Cristo ... se
compadeció de las diversas caídas que se habían producido en los
espíritus ... y que para restaurarlos
El pasó por diversas categorías, tuvo diferentes cuerpos y distintos
nombres, llegó a ser un Ángel entre los Ángeles, un Poder entre los
Poderes... y finalmente se hizo de carne y sangre como la nuestra, se
hizo hombre... si alguien dice todo esto y no afirma que Dios el Verbo
se humilló y se hizo hombre; que sea anatema".
(El texto no abreviado es todavía más elaborado en su afán de restar
credibilidad a la encamación de Cristo en una forma humana; y sin
embargo parece implicar al mismo tiempo que es posible que El hiciera
algo parecido, pero demasiado misteriosamente para que ello pueda
resultar inteligible para la razón mortal. Esto es típico de Teodora
ansiosa-neurótica por salirse con la suya y borrarlo también).
La cláusula 8 es una conclusión errónea de mayor complejidad aún: "Si
alguien no reconoce que Dios el Verbo... es Cristo en todo el sentido de
la palabra, sino afirma que Ello es de un modo inexacto y por
degradación de la inteligencia, y e converso que la inteligencia es
solamente llamada Dios a causa del Logos, que sea anatema".
(Si de todo esto se puede sacar algo en claro, con toda seguridad se
puede decir que pone en duda la afirmación del propio Cristo que dijo
ser Hijo de Dios e Hijo del Hombre).
Las cláusulas 9, 10 Y 11 se entremezclan hasta el punto de anular la
fanfarronada que expresan en combinación; y la Cláusula 12 trata de
salvar lo mej or de las cláusulas precedentes:
"Si alguien dice que el futuro juicio significa la destrucción del cuerpo; y
que... en lo sucesivo ya no habrá materia, sino solamente espíritu, que
sea anatema".
(Esto convierte el triunfo simbólico de Cristo sobre la carne por Su
muerte y resurrección en un gesto inútil, llevado a cabo sin ninguna
finalidad constructiva).
La cláusula 14, inconscientemente, roza el ateísmo pasivo:
"Si alguien dice que todos los seres responsables algún día estarán
unidos en uno ... y que los cuerpos habrán desaparecido, y que los
conocimientos del mundo que ha de venir traerán consigo la ruina de
los mundos ... que en esta pretendida apocatástasis sólo los espíritus
seguirán existiendo, tal como sucedía en la supuesta preexistencia;
que sea anatema".
(Resumiendo, "todo esto no desaparecerá".) Cláusula 15: "Si alguien
dice que la vida de los Espíritus es como la vida que había al principio,
cuando todavía los espíritus no habían descendido o caído; de tal
forma que el final... será verdaderamente como el principio; que sea
anatema".
Apenas sorprende que el amedrentado Papa Virgilio removiera cielo y
tierra para anatematizar semejante palabrería, y que Justiniano hubiera
de recurrir a un obstruccionista bizantino para que actuara deprisa y
corriendo.
Pero todavía se harían más idioteces.
Justiniano, sumido en semejante borrachera (pues por entonces el
proceso de la creación debía de estar tan oscuro como el chocolate,
para el autodivinizado Justiniano), aportó personalmente otros diez
anatemas gratuitos contra Orígenes.
Estos últimos tienen un contenido aún más confuso que los quince
primeros, pero dos de las cláusulas atacan directamente conceptos de
la Iglesia que son incluso anteriores a Orígenes. El primero tiene que
ver con el descenso de Cristo al purgatorio donde padece una especie
de crucifixión, siendo éste el único medio de redimir a los condenados.
(En los primeros textos de la Iglesia hay bastantes referencias a ello, lo
que hace pensar que en otros tiempos esta teoría debió de ocupar un
puesto de honor en los Evangelios).
Justiniano anuncia al son de trompetas, maravillosamente insensible a
la posibilidad de que él y su terrible esposa pudieran algún día pudrirse
entre esos mismísimos demonios, necesitando ser salvados por el Hijo
del Hombre: "Si alguien piensa o dice que Cristo el Señor será
crucificado en el futuro por los demonios, como lo fue por el hombre,
que sea anatema".
El siguiente punto tiene todavía más antigüedad. Se trata de la
concepción poética del alma, una vez liberada de sus confines
materiales, cual resplandor luminoso de luz pura. Es ésta una de las
imágenes predilectas de Orígenes, y Justiniano la machaca: "Si alguien
dice o piensa que en la resurrección, los cuerpos humanos se elevarán
formando esferas, diferentes a como somos nosotros en la actualidad,
que sea anatema".
(Aquí uno saca la impresión de que la ultrajada Teodora se niega a
imaginarse a sí misma el Día del Juicio Final con otra forma que no sea
la de una Emperatriz enjoyada, y con inmunidad diplomática).
La última de las diez cláusulas es la más petulante:
"Si alguien dice o piensa que el castigo de los demonios y de los
hombres impíos es sólo temporal, y que un día tendrá un final, y que
habrá una restauración de los demonios y de los hombres impíos, que
sea anatema".
(Así que hemos de olvidamos de la parábola del Hijo Pródigo).

También podría gustarte