Los Andes
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Ciudad de Los Andes
Ciudad y Comuna
Vista de Los Andes.JPG
Escudo de Los Andes.svg
Escudo
Wikimedia | © OpenStreetMap
Mapa interactivo
Coordenadas 32°50′01″S 70°35′54″OCoordenadas: 32°50′01″S 70°35′54″O (mapa)
Entidad Ciudad y Comuna
• País Bandera de Chile Chile
• Región Bandera de Valparaíso Valparaíso
• Provincia Los Andes
Alcalde Manuel Rivera Martínez
Eventos históricos
• Fundación 31 de julio de 1791 (230 años) (Ambrosio O'Higgins)
• Nombre Villa de Santa Rosa de Los Andes
Superficie
• Total1248,3 km²
Altitud
• Media 819 m s. n. m.
• Máxima 865 m s. n. m.
• Mínima 795 m s. n. m.
Población (2017)
• Total66 708 hab.1
• Densidad 53,44 hab/km²
Gentilicio Andino-a
Código postal 2100000
Sitio web oficial
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Los Andes es una ciudad y comuna chilena ubicada en la Región de Valparaíso, en la zona central de
Chile. La comuna es capital de la provincia homónima y fue fundada como Santa Rosa de Los Andes el
31 de julio de 1791. Tiene una superficie de 1248,3 km² y una población de 66.708 habitantes según los
datos entregados por el censo de 2017.
Índice
1 Historia
1.1 Período precolombino[2]
1.2 Descubrimiento y conquista española [2]
1.3 Desarrollo de la aldea de Aconcagua y creación del Partido de Aconcagua [2]
1.4 Fundación de Los Andes [2]
1.5 La Villa colonial[3]
1.6 Período de la Independencia[2]
1.7 La ciudad en 1910: El Ferrocarril Trasandino y el Barrio Centenario[3]
1.8 La ciudad se moderniza, 1920-1940[3]
1.9 La demanda por vivienda a mediados del s. XX[3]
1.10 Fines del siglo XX e inicios del siglo XXI (2012)[3]
2 Administración
2.1 Municipalidad
2.2 Representación parlamentaria
3 Economía
3.1 Corredor Los Andes
4 Geografía
4.1 Urbanismo y sociedad
4.2 Clima
5 Patrimonio
6 Turismo
7 Himno de Los Andes
8 Deportes
9 Medios de comunicación
9.1 Televisión
9.1.1 Señal digital
9.2 Radioemisoras
10 Véase también
11 Referencias
12 Enlaces externos
Historia
Período precolombino2
Artículo principal: Historia precolombina de Chile
Hacia el siglo XV, los incas se establecieron sobre la ribera del valle del Río Aconcagua, sometiendo a
los nativos del lugar (picunches de la cultura Aconcagua), y comenzaron a establecer asentamientos en
el sector, favorecido por el buen clima, la vegetación, la geografía y la cercanía con la cordillera. El
principal de estos asentamientos fue denominado de distintas maneras hasta que finalmente recibió el
nombre de Aconcagua.
En esta zona se desarrollaba una fértil agricultura, que servía a los expedicionarios que cruzaban la
cordillera para abastecerse de animales y vegetales diversos, lo que facilitó la fundación de poblados
como Mendoza.
Pedro de Valdivia otorgó la propiedad de estas tierras a Monseñor Rodrigo González Marmolejo,
primer Obispo de Santiago, quien intentó controlar a Michimalonco y sus hombres con gran dificultad.
Más tarde, en 1552, el Gobernador puso a los indios y a las tierras al cuidado de Francisco de Riberos,
uno de sus mejores soldados.
El 2 de marzo de 1561, el valle y el pueblo de Aconcagua fueron asolados por un gran terremoto que
provocó pánico en la población, dejando tras de sí una secuela de muertos, heridos y daños.
El 31 de julio de 1791 el Gobernador del Reino de Chile, don Ambrosio O'Higgins firma en Santiago el
decreto de fundación de la Villa Santa Rosa de Los Andes en el lugar conocido como "Las Piedras
Paradas", pues era una zona fértil que cumplía con las condiciones para establecer un poblado que diera
reabastecimiento y hospedaje a los viajeros que cruzaban la cordillera de los Andes. Le dio el nombre
de Santa Rosa en honor a Santa Rosa de Lima, primera santa americana, y de Santa Rosa de Viterbo,
patrona del convento franciscano de Curimón.
La Villa colonial3
La ciudad de Los Andes es una fundación colonial, una creación de fines del siglo XVIII. Es un acto
consciente, racional del Estado colonial al mando del Gobernador Ambrosio O’Higgins. Principalmente
se necesitaba un núcleo urbano que articulara el tráfico cordillerano y, secundariamente, sirviera de
espacio de provisiones para las actividades mineras de Río Colorado. La ciudad, en relación a estos
roles, se iba a constituir en un lugar de concentración de la dispersa y densa sociedad rural de los
alrededores. El crecimiento de la población y de la producción agrícola en un plano de valle reducido
como el de Santa Rosa, posibilitó la proliferación de aldehuelas y caseríos dispersos entre los
intrincados laberintos de caminos, calles y callejones del campo, la que fue gradualmente asentándose
en la nueva Villa3
La fundación de la ciudad en 1791, como acto de construcción de una realidad urbana inexistente, debe
ser leída por lo tanto como un proyecto, como una apuesta de futuro.
Más tarde, el gobernador Gabriel de Avilés, realizó la repartición de los solares entre los vecinos y
dispuso el trazado de la villa, obra para la cual contrató al arquitecto Joaquín Toesca, el mismo que
realizó el proyecto del Palacio de la Moneda y la Catedral Metropolitana de Santiago. El primer alcalde
fue don José Miguel de Villarroel y el primer párroco fue el Presbítero Bernardo Barahona.
Hacia 1798, el nuevo alcalde don José Ignacio Díaz Meneses elaboró el primer plano de la villa,
formado por 64 manzanas. También presentó la solicitud para formar el Partido de Los Andes, separado
del partido de Aconcagua, con capital San Felipe.
El plano que adjuntamos de 1798 expresa esa idea de proyección, ya que no es referencia de la ciudad
real, sino que es el diseño que va a organizar la estructura de la planta urbana para la distribución
racional y numerada de solares. Se describe un clásico damero hispánico, implementado desde el siglo
XVI en América, con la propuesta de 48 manzanas para vivienda, y una manzana central con un vacío
para la explanada de la plaza central, que es el que efectivamente se llevará a la práctica. Pero también
en ese plano se puede observar, en los costados sur y poniente, luego de las cañadas o alamedas
(actuales Av. Argentina y Av. Santa Teresa) una serie de manzanas diseñadas como ejidos para la
ciudad, es decir, espacios de usufructo comunitario de tipo agropecuario, los que no fueron
implementados del todo.
El plano de 1798 nos describe a la ciudad proyectada, nos promueve una idea, antes de que los vecinos
comenzaran a avecindarse concretamente en ella. Debemos recordar que la fundación de Los Andes se
realiza en julio de 1791, y era el primer proyecto de organización del espacio para racionalizar y
demarcar los solares a entregar en esta parte del Valle de Aconcagua.
La fundación de la ciudad de Los Andes se inscribe así en las intenciones modernizantes del Estado
borbónico español, un desarrollismo ilustrado de corte autoritario que tuvo en el Gobernador Ambrosio
O’Higgins uno de los más altos representantes de su tiempo en América del Sur. La fundación de Los
Andes fue moderna desde el inicio, como política estatal, en su diseño racional equilibrado y como
esfuerzo humano por la construcción futura entendiendo la historia como progreso.
Ello a nivel de proyecto urbano de fines del siglo XVIII, porque su población, sus costumbres y cultura
social seguían apegadas a la tradición, al credo temeroso del cristianismo institucional y a la
reproducción de patrones sociales de tono rural.
Hacia 1799 la ciudad contaba con 897 habitantes que vivían en 63 casas de teja y 54 ranchos, lo que
correspondía a 117 solares ocupados de los 192 diseñados. Una pequeña aldea aún, pero que
comparada con los primeros años de la Villa de San Felipe el Real, era un auspicioso comienzo debido
al flujo intercordillerano.
Caballos, mulas, viajeros, arrieros, necesitaban hospedajes, servicios y pertrechos que brindaba Los
Andes. De hecho, a inicios del siglo XIX, más del 32% de los hombres adultos de la Villa eran arrieros,
demostrando la importancia del tráfico internacional para Los Andes.
Antes de la fundación de la ciudad, el Camino de Cuyo a Santiago recorría el Valle Aconcagua por el
sector del Portezuelo de Santa Rosa, detrás del actual cerro de la Virgen. En agosto de 1792 se terminó
de habilitar la vía que conectaba en racional línea recta la Cuesta de Chacabuco con Los Andes, la
Calle Larga de Santa Rosa, lo que potenció y consolidó su crecimiento al concentrar los flujos entre la
nueva Villa y la capital.
La ciudad iba construyendo sus casas de adobe y teja en un piso con grandes patios interiores; la plaza
era una explanada de tierra donde se realizaban corridas de toros y se pregonaban bandos, y en torno a
ella se emplazaban la cárcel, el cabildo, la parroquia, las principales tiendas y los vecinos más
importantes 3.
Período de la Independencia2
La villa adquirió notoriedad en la época de la Independencia de Chile, pues después del Desastre de
Rancagua pasaron por ella las tropas patriotas en dirección a Mendoza. Previamente, la villa había
colaborado con hombres para formar parte, como soldados, del ejército patriota para enfrentar a los
realistas.
En 1817, una sección del Ejército Libertador de los Andes que cruzó por el paso de Uspallata al mando
del coronel Juan Gregorio de Las Heras, tomó posesión de la villa de Los Andes, liberándola de la
autoridad realista (18 de enero de 1817), siguiendo horas más tarde camino hacia Curimón, donde se
juntarían con la sección principal de las tropas, comandada por Bernardo O'Higgins y José de San
Martín para seguir rumbo a Chacabuco donde el 12 de febrero de 1817 vencieron sobre los realistas y
pudieron más tarde recuperar Santiago.
Los Andes en la colonia, aunque inició dependiendo de San Felipe, se independizó como Partido en
1804. Con la organización de la República, fue capital de Departamento al interior de la Provincia de
Aconcagua, cuya capital era San Felipe. En el Departamento de Los Andes, junto a la actividad de
tráfico comercial y minería, el entorno rural poseía una potente producción agrícola la que va tomando
especial relevancia, sobre todo después de 1850, cuando desde mercados tan alejados como California,
Australia e Inglaterra demandan grandes cantidades de trigo y harina que el Valle producía desde el
siglo XVIII.
La población crecía gradualmente, pasando de los 802 habitantes en 1813 a cerca de 1.500 en 1824 y a
alrededor de 3.000 personas en 1843. A mediados del siglo XIX, la ciudad seguía creciendo, pasando
de 3.695 en 1854 a 6.369 habitantes en 1865.
Este último año marca un hito histórico en la ciudad. El aumento de su población motiva el
otorgamiento del título de ciudad por parte del Estado, al tiempo que se prendían los primeros 26
faroles a gas en torno a las principales calles del centro; a la plaza le aparecían paseos pavimentados,
árboles y jardines; y al año siguiente se fundaba el primer periódico, El Cóndor de Los Andes,
conformando una incipiente opinión pública. La ciudad iba dejando tímidamente sus marcados rasgos
coloniales, incorporando ciertos símbolos de modernización urbana y modernidad cultural debidas a la
influencia europea, como acontecía en otras ciudades chilenas y del continente.
La planta de la ciudad seguía siendo la misma cuadrícula de siete manzanas por costado. Pero había
comenzado un proceso de subdivisión de los solares, de construcción de nuevas residencias, de
refinamiento de fachadas, de empedrado de las principales calles, dejando lentamente la imagen de
aldea colonial campesina de inicios del siglo XIX.
Este crecimiento tomó nuevo impulso con la llegada del ramal del ferrocarril en 1874. Era un símbolo
del imaginario moderno, al tiempo que empujaba una serie de modernizaciones materiales haciendo
continuo y expedito el embarque de los productos agrícolas hacia Santiago y el Puerto de Valparaíso
(de ahí a mercados nacionales e internacionales), en un esquema de expansión del sistema capitalista a
nivel mundial. La positiva influencia económica y productiva del Ferrocarril hizo necesaria la
construcción del puente David García, inaugurado en 1885, que intensificará las dinámicas de relación
con los poblados rurales del sector conocido como Aconcagua Arriba, actual comuna de San Esteban.
Este influjo económico y social se vio potenciado por la incorporación al país de las regiones salitreras
del norte después de del Pacífico (1879-1884). El Estado engrosó sus arcas vía tributo de las compañías
extranjeras que explotaban el mineral, financiando una serie de adelantos y obras públicas que
cambiaron el rostro de las ciudades chilenas. El edificio de la Gobernación de Los Andes y la Escuela
Modelo (actual Centro Cultural), se inscriben en este esfuerzo público.
Por su parte, la oligarquía local construyó viviendas o remodeló fachadas en la nueva moda de la
arquitectura historicista y neoclásica, escondiendo las tejas y el adobe que rememoraban el pasado
colonial. Las principales arterias exteriores, se denominaron alamedas. La Alameda del poniente se
llamó “del Progreso” puesto que era la vía que conectaba hacia el ferrocarril y donde se emplazaban
algunas agroindustrias, y la del norte se denominó “del Recreo” porque se transformó en un paseo
urbano que se iba forestando para dar cabida a expresiones de sociabilidad, recreación y contemplación
de tipo romántico, espacio resguardado ya que en esos tiempos no conectaba con el camino
internacional, vínculo bloqueado por casas quintas y luego el Ferrocarril Trasandino (como se observa
en el plano). La comunicación con Argentina, desde el oriente, era por Calle Uspallata (actual General
del Canto) y de ahí a del Comercio (actual Calle Esmeralda) eje que continuaba por los Villares a
Rinconada y más allá.
Otro de los adelantos de este tiempo es la red de agua potable, cuyos estudios se iniciaron en 1888 para
entrar en funciones en 1890, desde un estanque instalado en el Cerro de las Piedras Paradas, al costado
sur de la calle Gral. Del Canto, recinto que aún se utiliza con la misma función. El agua llegó a la gran
parte de damero urbano, pero no a las viviendas de las cañadas y los caseríos suburbanos.
La población aumenta desde 6.445 habitantes en 1875 a 7.533 en 1885 y 8.097 en 1907, crecimiento
que se da en la misma planta urbana. La ciudad se densifica apareciendo conventillos y cités
(insalubres, hacinados, foco central de la llamada “cuestión social”), presión por vivienda que decanta
en la subdivisión de los propiedades urbanas para responder a las herencias, nuevas familias y espacios
para locales comerciales.
A nivel nacional, el orden social oligárquico de corte liberal se estructuraba basada en la exportación de
minerales, con una elite que dominaba el Estado. A escala comunal, la sociedad urbana estaba
constituida por una pequeña oligarquía, dueña de haciendas y del gran comercio local, que comenzaba
a ostentar cierto lujo en la plaza y en el templo; unos muy reducidos e incipientes grupos medios
asociados a empleos públicos y privados y el comercio; y un gran masa popular laborando como
peones, jornales, comerciantes informales, domésticas, lavanderas y costureras, un significativo grupo
de artesanos (que fundan su sociedad en 1877). Grupos en proceso de proletarización conformaban la
fuerza de trabajo de las agroindustrias del sur poniente de la ciudad (antigua fábrica OSO, hoy
Supermercado, y antigua Molfino, fideos, molinos, etc.), y otras como la fábrica de cervezas,
curtiembres y molinos.
Importancia tienen los inmigrantes españoles e italianos que llegan a hacia fines del s. XIX, arrancando
de la crisis social en Europa, y que se destacarán en Los Andes en el comercio y la producción local,
fundando el Círculo Italiano y el Centro Español.
En 1902, en el marco de la concreción de los Pactos de Mayo, que resolvieron pacíficamente las
tensiones entre Chile y Argentina, se inauguró el monumento a Virgen del Carmen en la cima del
Cerro, resignificando ese espacio para la ciudad y articulando un nuevo circuito social recreativo y
contemplativo. Obra pionera, que será imitada por otras ciudades de Provincia como Talca.
El mismo año se creó Los Andes (SILA), fábrica de elaboración de cáñamo que marcó época en la
ciudad, con una población para sus trabajadores, activando una red de productores (fundos y parcelas)
que la abastecieron de la materia prima, complementando la de los propios terrenos de la industria.
La ciudad desde fines del siglo XIX, por el crecimiento de la población había densificado la ocupación
del suelo urbano, extendiéndose con residencias por las principales avenidas de acceso a la ciudad,
como Coquimbito y General del Canto, Calle Larga, Chacay, San Rafael, los Villares, el Callejón
Angosto, el camino a Tres esquinas (actual Av. Rep. Argentina).
Luego de años de construcción, en abril de 1910 –año del Centenario de entró en operaciones el
servicio que conectó el Océano Pacífico con el Atlántico atravesando de los Andes, lo que aumentó
exponencialmente la carga de ese tráfico internacional y el flujo de personas e ideas. Los Andes cambió
su fisonomía histórica con el Trasandino, viéndose estimulada la producción agrícola y la creación de
un pequeño núcleo industrial, con una metalúrgica, nuevas conserveras y fábricas, la arquitectura de
bodegajes que aún puede verse en Av. Argentina.
El aumento del comercio y la producción hicieron posible la construcción de viviendas en estilos art
déco y Art Nouveau, y desde 1930 en el racionalismo. Gran importancia tiene Nicolás Falconi,
arquitecto que se radicó por esos años en la ciudad, dejando importantes construcciones privadas. A
nivel cultural, el contacto permanente y cotidiano con ideas y personas provenientes de otras latitudes
desde los inicios de , se vio fortalecida con el Ferrocarril Trasandino al potenciar nuestra condición de
puerto seco habituado a interactuar con ciudadanos de Sudamérica y el mundo, situación bien particular
aún hoy para una ciudad provinciana como Los Andes. A nivel social, se engrosó el número de
ferroviarios, como de otras funciones laborales asociadas, quienes le imprimían un carácter a la ciudad
por su identidad y fuerza gremial.
Si bien es cierto que se densificaba y subdividía el centro urbano y proliferaban residencias a lo largo
de sus principales accesos viales, la ciudad necesitaba una expansión formal que permitiera una mayor
oferta de suelo para la construcción de viviendas para los nuevos sectores obreros e incipientes grupos
medios.
En 1910 el fundo de Ramón Bravo, al costado sur de la ciudad, fue loteado para la venta de sitios de
distintas dimensiones, y que por el año de su inicio se conoció como “El Centenario”, que cambió la
fisonomía de la ciudad y la orientación de su expansión física, barrio del que hablamos más adelante.
Algunas agroindustrias proveyeron de viviendas a sus empleados con grandes conjuntos como el caso
de SILA o pequeños como El Molino (1947), ambas al norte de la ciudad.
Las cooperativas obreras y de empleados construyeron conjuntos residenciales en los paños agrarios al
poniente del damero fundacional, desde los accesos de los Villares, las prolongaciones de Rodríguez y
Yerbas Buenas, lo que extendió la estructura urbana, albergando a , las casas de empleados particulares
y Palmas, todas ellas de fines de los años 40 e inicios de la década de 1950, con sólidas casas y amplios
sitios, con una hermosa y sombreada plaza central con escuela pública al costado. También para
obreros y empleados fue (1957), una de las primeras obras de de (CORVI) en la ciudad.
La población urbana en estos años aumenta levemente, pasando de 19.050 habitantes en 1952 a 20.904
en 1960, saldo positivo que se presenta sólo en Los Andes, ya que ciudades y localidades aledañas
muestran crecimientos negativos, dada la gran atracción poblacional que ejerce el desarrollo urbano y
económico del gran Santiago, que estimuló la migración de provincias aledañas a la capital.
Como parte constitutiva de nuestra condición histórica, los terremotos marcan hitos en ese devenir. El
de 1965, que afectó a la zona central, dejó en paupérrimas condiciones a gran cantidad de familias del
Río. Así, en los planes de participación comunitaria y reformas estructurales que impulsa el Gobierno
de Frei Montalva, se lleva a cabo la primera iniciativa de autoconstrucción de la ciudad: Población
Ambrosio O’Higgins, erradicando a más de doscientas familias del Río afectadas por el terremoto.
Paralelo a ello, en 1964 se había inaugurado la población Arturo Prat, para ferroviarios y empleados,
conocida en los primeros años como “Maracaná” por haberse construido en los terrenos de una popular
cancha de fútbol, al sur del Barrio Centenario. Al lado de ella, se construía la pequeña Población de
Obreros Municipales. En 1965, entregaba uno de sus mejores proyectos, ubicado inmediatamente al sur
del damero fundacional: la Población J. J. Aguirre, para obreros y empleados de capas medias, del que
hablaremos más adelante.
En el marco de ese crecimiento urbano, en 1966 se promulgó el primer Plan Regulador de la ciudad, el
que planteaba un proceso de crecimiento desde el centro urbano por etapas, estructurando
“supermanzanas” con sub-centros equipados, y la habilitación de anillos viales que circunvalaran la
ciudad, como la apertura de una calle que conectara con el Camino Internacional por Coquimbito.
Muchas de sus propuestas no se implementaron, pero ese Plan establecía un programa de desarrollo con
sentido urbano en el marco del pensamiento reformista de orientación democrático-social en boga en la
época.
Hacia finales de la década del ’60, la ciudad se sigue expandiendo. En eso tuvo una alta incidencia las
industrias locales, que aumentaban su participación en el mundo laboral, la industria automotriz, las
conserveras, , las fábricas de fideos, que -entre otras- dinamizaban la producción local. De hecho, el
Plano Regulador de 1966 indicaba la creación de un barrio industrial hacia el poniente, en torno a la
ubicación actual de la automotriz Cormecánica.
Por otro lado, a inicios de los ‘70s, se inicia la operación de lo que conoceremos como Codelco
División Andina, pasando a ser parte del Estado con la nacionalización del cobre en el Gobierno de
Salvador Allende. Este yacimiento, además, contemplaba la construcción de una aldea minera para
albergar a los trabajadores: Saladillo, que contaba con excelentes equipamientos para una vida
relativamente autónoma, llegando albergar cerca de 3.000 personas en la época de mayor ocupación, lo
que influyó en el aumento de la población comunal y urbana de Los Andes.
Por su parte, las cooperativas de vivienda de Los Andes (SILA) dan como resultado el surgimiento de
un gran conjunto residencial en los terrenos de la industria hacia el nor-poniente del centro urbano,
denominados Asturias, Chacabuco y Sila, que hoy conocemos como Población Chile-España. Por su
parte, el exitoso programa de autoconstrucciones del Gobierno de Frei sigue rindiendo frutos con los
Comités de las Poblaciones Manuel Rodríguez y Gabriela Mistral.
La operación Sitio y la Ley de Tabaco (impuesto para comprar terrenos para vivienda en de
Aconcagua) permiten que un segundo grupo de pobladores del Río fuera erradicado y se trasladaran
hacia el sur, conformando la actual Población René Schneider, autoconstrucción en paneles de madera.
Un tercer y último grupo, que no aceptó el proyecto anterior, presionó por viviendas sólidas, las que se
concretaron en el Gobierno de Salvador Allende, dando paso la Población 11 de Julio (conmemorando
el día de nacionalización del cobre), que cambió forzosamente su nombre por Yerbas Buenas en
tiempos de , hoy conocida como Alonso de Ercilla. Otras erradicaciones de pobres urbanos, son las de y
la 1° etapa de (de autoconstrucción), esta última formada por un campamento de emergencia ubicado
en los terrenos del actual Cesfam Centenario, producto del terremoto de 1971.
La CORVI concreta otro ambicioso proyecto de departamentos hacia el sur del centro urbano: del Mar,
conjuntos de monobloques de cuatro pisos con un centro comercial y buen acceso vial. Este mismo
diseño se pensaba implementar en la manzana frente al Liceo Max-Salas, Libertadores, pero solo se
construyó un conjunto de los cuatro proyectados. En distinto diseño, en 1976, se termina el conjunto
Cacique Vitacura, departamentos de dos pisos a un costado de , hoy Av. Santa Teresa sur.
Como se observa, en los años que van entre 1964 a 1976 la ciudad extiende su planta física, creciendo
en viviendas y barrios. En estos años, el Estado, las cooperativas de obreros y empleados, en conjunto
con el capital comunitario de las autoconstrucciones, cambian la cara de la ciudad al producir una gran
cantidad de conjuntos residenciales, cuya gran mayoría buscaba constituir barrios, es decir, espacios
colectivos con plazas, sedes vecinales, pequeños centros comerciales y escuelas que fomentaran la
integración comunitaria, la participación social y la identidad barrial. Óptica que se enmarcaba en los
proyectos globales de democratización de la ciudad y del acceso a la vivienda en el marco de
concepciones políticas de inclusión y transformación social en las que el Estado se visualizaba como
promotor y responsable de otorgar calidad de vida al conjunto de sus ciudadanos, lo que se vio
interrumpido por el Golpe de Estado, gatillando la supresión de la CORVI y la creación del SERVIU
(Servicio de Vivienda y Urbanismo) en 1976.
En estos años la ciudad consolida su crecimiento hacia el sur, vocación que había abierto el Barrio
Centenario en 1910. Las poblaciones Pucará, René Schneider, Villa Sarmiento colocadas hacia el sur,
más allá del radio urbano construido, se convirtieron en puntos que arrastran la ciudad hacia esa
dirección, con lo que después se llenarán los paños agrarios entre estos focos y el centro urbano.
Así, hacia finales de los años ‘70s se siguen las etapas de la Población Pucará, rebautizada en los ‘80s
como Barrio de la Concepción, de la 2° a la 9° etapa, finalizada en 1983. La 3° etapa de ese barrio
corresponde a una serie de bloques de departamentos de tres pisos, que marcaba el límite urbano
construido por Calle Los Morenos. Entre la Pucará y la Remodelación Viña del Mar, a inicio de la
década de 1980 se construyen los conjuntos Degania y Geraldini. En este mismo tiempo, se completan
la 2° y 3° etapas de Villa Sarmiento.
Uno de los buenos proyectos de esos años (1979) en términos de calidad de viviendas y diseño urbano
fue la Villa Minera Andina. Como su nombre lo indica, era un barrio de obreros y técnicos de la minera
financiado por la cuprífera local, que contempló casas pareadas sólidas de dos pisos con una serie de
bloques de departamentos, cuyo eje central (calle Santa María) contiene un extenso bandejón verde que
amortigua la relación de las viviendas con dicha vía, donde se encuentra un pequeño terminal para los
buses de trabajadores. Por su gran extensión y por la población que alberga, se dotó de equipamientos
comunitarios como Colegio, Capilla, Campo deportivo, un área central con Multicancha, Plaza y
centros comerciales, con viviendas y espacios públicos de dimensiones apropiadas para una buena
calidad de vida.
Se visualiza un sector alto vinculado a las empresas agrícolas y al gran comercio local, sectores de
clase media acomodada vinculados a profesionales de la gran minería, capas medias que laboran en los
servicios públicos y privados y el comercio al detalle, y un heterogéneo mundo popular que oscila entre
operadores y obreros de la minería, técnicos y trabajadores de agroindustrias y agricultura, trabajadores
del sector servicios y comercio, trabajadores urbanos de servicios de la construcción (albañiles,
gásfiter, electricistas) . Aun cuando los sectores populares no presentan grandes niveles salariales, la
ciudad y la provincia de Los Andes, desde estos años se caracterizan por una situación de pleno empleo
(alrededor 3% de cesantía) o cercana a él, sobre todo en los meses que van de septiembre a abril, por el
influjo complementario de las actividades agrícolas. Los sectores menos educados y más
empobrecidos, que nutren las filas de temporeros agrícolas o jornales urbanos, en relación a la natural
oscilación cíclica del trabajo agrícola o las faenas de construcción, son los que más sufren la
inactividad en el invierno.
En 1984 se entregan 164 casas, pertenecientes a la Población Los Libertadores. Dos años más tarde, a
un costado de la anterior se concluye la Población Cristo Redentor, con 146 viviendas lo que inicia un
proceso de concentración de sectores populares y viviendas sociales en el extremo nor-oriente de la
ciudad, alejados del centro urbano al cual deben acudir por servicios educacionales, de salud,
administrativos y de comercio. Es una segregación residencial que tenderá a provocar distintos
problemas sociales y de convivencia comunitaria cuando se vayan agregando nuevos y mayores
conjuntos de vivienda social. Este gran barrio se amplía y refuerza con la construcción en los años
1991-92 de las dos etapas de la Población Bellavista.
A inicios de la década de 1990 la ciudad volvía a extenderse. La presión por vivienda de clase media y
el empuje de nuevas empresas inmobiliarias perforan paños dedicados a parronales. En 1991 se entrega
la Villa Bicentenario, en el marco de los doscientos años de Los Andes, que abre la ciudad hacia el
poniente, al costado sur de Calle San Rafael. Le siguen al costado norte de la misma vía, Villa El
Bosque y Villa Alborada, y luego la instalación del Liceo Mixto.
Hacia los mismos años, la Villa El Remanso se abre paso por los parronales que se encontraban a un
costado del Callejón de Los Morenos, empujando el límite urbano hacia el sur. Esto traerá grandes
consecuencias en la extensión física de la ciudad, puesto que desde la segunda mitad de la década de
los ’90 comenzará la construcción de un gran conjunto de clase media, que irá creciendo en sucesivas
etapas, y será conocido como Villa El Horizonte. Este hecho es relevante para la historia de la ciudad,
ya que hizo que la mancha urbana se extendiera hacia el sur hasta tocar el límite comunal y del suelo
urbano que establece el Plan Regulador vigente, que data del 2003.
A mediados de la década del ’90, la construcción de vivienda social tiene dos grandes hitos, por su
ubicación como por su envergadura en cantidad de viviendas. Son los conjuntos de Los Copihues y
Alto Aconcagua. El primero es un conjunto departamentos de bloques circulares cerrados sobre sí
mismos, los que a su vez generan un círculo mayor con una circunvalación que los conecta y una plaza
central, conjunto ubicado hacia el nor-poniente de la ciudad con más de 500 departamentos. Tres años
después se entrega Aconcagua, más de 700 departamentos ubicados al nor-oriente del centro urbano,
con lo que se afianza dicho barrio. Son viviendas sociales de dimensiones reducidas, que concentran
gran cantidad de familias jóvenes que vivían de allegados en las viviendas de sus padres, en los barrios
populares históricos de René Schneider, Alonso de Ercilla, Pucará, conectando la historia social de esos
barrios (erradicaciones de campamentos, baja escolaridad), con el nuevo escenario urbano de
vulnerabilidad social y segregación espacial en departamentos alejados del centro urbano.
La expansión de la explotación de Codelco División Andina, conllevó la llegada de una gran cantidad
de inmigrantes provenientes del sur, entre otros un significativo grupo de lotinos, para la construcción y
puesta en marcha de la ampliación del proceso productivo minero. La figura del trabajador contratista
se expandió y hoy es parte de la geografía social de la ciudad. La población urbana de Los Andes
vuelve a crecer pasando de 46.417 habitantes en 1992 a 55.388 en el año 2002, crecimiento que sigue
estando sobre la media regional y nacional.
A inicios de la década del 2000, la ciudad se extiende hacia el norte-poniente. En este sector sólo
existía el conjunto “Jardines Familiares”, antigua cooperativa que agrupa viviendas con extensos sitios
pensados para huerto y habitación. La necesidad de terrenos a bajo costo determinó que se buscarán
lotes hacia esa dirección, más allá de la línea del Ferrocarril, para la construcción de viviendas sociales.
Así, el año 2000 se entregan los departamentos denominados Portal Nevado, que inicia un proceso de
urbanización del sector. Se suman luego, Portal Arunco, Portal Juncal, terminando con Villa María
Paula (2004-05), del programa Viviendas dinámicas sin deuda, mediante un solo pago y con la
posibilidad de ampliarse, las que se inscriben programas sociales para los sectores más pobres. Los
terrenos adyacentes ya están concebidos para nuevos conjuntos de vivienda social.
Hacia el nor-oriente, los departamentos de la Villa San Alberto (2004) y las casas de Villa Primavera
(2008), mediante el mismo sistema de vivienda dinámica sin deuda o fondo solidario, amplían y
densifican los conjuntos sociales del sector.
Paralelo a ello, el centro urbano entraba en el marco de protección patrimonial del casco histórico que
impone la Zona Típica (con todas las complejidades de su gestión y respeto relativo de normas). La
plaza se remodela, se recuperan fachadas y antiguas casas, parte del Hotel Plaza se convierte en centro
comercial.
Barrios de clase media acomodada se observan en las villas Vista Cordillera y El Encuentro, entre otros
conjuntos que amplían la ciudad hacia el poniente.
Las sucesivas etapas de los Jardines de Los Andes, Villa Los Morenos, y Villa El Patagual, densifican y
engruesan la estructura urbana hacia el sur, complementando la penetración abierta por Horizonte.
La ciudad de Los Andes, en estos más de doscientos veinte años, ha transitado desde un damero de 49
manzanas, a una mancha urbana que crece fuertemente hacia el sur y hacia poniente, gracias a las
facilidades naturales del plano de Valle. En el nor-oriente, conectado con la ciudad, pero separado del
centro urbano se asienta un gran barrio de poblaciones de vivienda social. Se pasa de 897 habitantes en
1799 a 55.388 en el 2002, con un incremento sostenido desde 1960, debido al influjo de la economía de
servicios, agrícola, agroindustrial y minera. Un recorrido histórico que ha cambiado a la ciudad desde
una aldea tradicional de origen colonial a una ciudad modernizada, que la pone frente a nuevos desafíos
futuros, a nivel mundial de la economía cuprífera y de nivel continental en los servicios de transporte
para cruzar de los Andes.
Administración
Economía
Tiene una buena red interna de caminos pavimentados y posee una gran cantidad de vías de
comunicación hacia la Capital, hacia el Puerto de Valparaíso y hacia la Frontera con Argentina, donde
está ubicado el complejo de Los Libertadores que se encuentra a 71 km de la ciudad, lo que la convierte
en el Primer Puerto Terrestre de Chile y parte importante del corredor Bioceánico.
En 2018, la cantidad de empresas registradas en Los Andes fue de 1.765.4 El Índice de Complejidad
Económica (ECI) en el mismo año fue de 1,03, mientras que las actividades económicas con mayor
índice de Ventaja Comparativa Revelada (RCA) fueron Fabricación de Partes y Accesorios para
Vehículos Automotores y sus Motores (75,3), Servicios Profesionales de Topografía y Agrimensura
(45,33) y Casas de Cambio y Operadores de Divisa (24,81).
Geografía
Urbanismo y sociedad
A quinientos metros al norte de la avenida Argentina, cursa el Río Aconcagua, de frías aguas de
deshielo de la Cordillera de Los Andes, de lecho ancho y pedregoso y que desemboca en el Océano
Pacífico, a la altura de Concón, dándole a su paso fertilidad al rico valle que toma su nombre.
La manzana central de esta cuadrado, es la Plaza de Armas de la ciudad de Los Andes, centro de
reunión social obligado de la comunidad andina. Alrededor de ella se concita casi toda la actividad
comercial y financiera de la urbe.
A esta ciudad la rodean, a la plaza, sus calles principales, por el norte Esmeralda, al sur O´Higgins, al
este Maipú y por el oeste Santa Rosa. Sobre Esmeralda, la enumeración comienza en la avenida
Independencia, justo en esa esquina sur, en una vieja casona de dos plantas, perimetrada por un cerco
mitad ladrillos y mitad rejas, funcionó por un tiempo el Juzgado, sobra la misma vereda pero un poco
más hacia el centro, la oficina de Impuestos Internos; a la altura del 130, se encuentra el edificio del
Cuerpo de Bomberos Voluntarios, prestigiosa entidad de bien público, más abajo, ya frente a la Plaza
de Armas misma, la Galería Comercial; en la esquina con Santa Rosa el edificio de la Gobernación, en
la misma esquina, pero en la ochava opuesta, la Parroquia de Santa Rosa, principal templo católico de
la Ciudad. Siguiendo hacia el oeste por la misma arteria, a dos cuadras de la plaza, el edificio de la
Municipalidad.
Clima
El clima de Los Andes es de transición entre el clima estepárico cálido con gran sequedad atmosférica
y el mediterráneo continentalizado cálido con estación seca prolongada de 6 a 7 meses, con una
precipitación promedio anual de 398 mm. Los Andes posee un clima del tipo clima oceánico
mediterráneo (verano suave) Csb continentalizado, de acuerdo con la clasificación climática de
Köppen.
La temperatura media anual para Los Andes es de 15 °C con una peculiar amplitud térmica, en donde
los meses de mayor insolación puede llegar fácilmente a los 35 °C y los meses de invierno puede bajar
levemente de los 0 °C.
Parroquia de Santa Rosa de Los Andes. El Templo actual, que data de la década de 1950, es el tercero
que se levanta en este lugar. El primero data de 1795, pequeño y con dos torres, atribuido al arquitecto
Joaquín Toesca, el cual resistió el sismo de 1822 pero colapsó con el de 1851. En 1804 fue elevado a la
categoría de Parroquia, por el Obispo Francisco José Marán y Geldres. Este templo recibió la Misión
Muzzi, enviada por el Papa Gregorio XVI para estudiar el reconocimiento de la Independencia
nacional. En esta misión venía el sacerdote Giovanni María Mastai Ferreti, futuro Papa Pío IX.
El segundo templo, de estilo neoclásico, tenía una torre ubicada al centro, con un reloj traído desde
Francia. La torre es dañada por los sismos de 1906 y 1939, finalmente en 1949 se decide su
demolición. En 1955 se construye el actual Templo Parroquial, obra de los arquitectos Ezequiel
Fontecilla y Fernando Debesa, calculada por el ingeniero Carlos Infante en 1949. Comprende un
conjunto de dos volúmenes, nave y torre unidos por una arquería. La nave en planta basilical, tiene la
central con una altura de 15 m cubierta a dos aguas y dos laterales con 10 m de altura separadas por una
arquería con arcos de medio punto, de carácter románico. El campanario se eleva 30 metros sobre una
planta cuadrada de 4,5 × 4,5 m por su ubicación en la esquina y altura hacen de ella el hito en el
damero fundacional. La fachada principal es de composición simétrica, presenta un pórtico con tres
vanos que rematan en arco de medio punto, con marcado sentido vertical. Su interior contiene
imágenes policromadas de gran valor artístico, como San Sebastián, realizada en tamaño natural por el
Padre Juan Bitterich y Jacobo Kellner, de la Compañía de Jesús, en el siglo XVII. También destaca el
gran Cristo del Altar Mayor y la imagen del Señor de los Pobres, colonial, policromada y vestida como
imagen de Cristo Rey, sentado en su trono, descalzo y pidiendo limosna.
Parroquia de La Asunción: Levantada a fines del siglo XIX por los religiosos asuncionistas y demolida
luego del terremoto de 1985 que la dejó con graves daños. Desde esa fecha pasó a pertenecer al
Obispado de San Felipe, quien se encargó de su reconstrucción, finalizada en 1990. El Templo actual,
más pequeño, conserva reminiscencias de la arquitectura del antiguo y hermosas reliquias de este,
como la imagen de La Asunción de la Virgen, que preside el presbiterio, y el Altar del Santísimo
Sacramento, a un costado del Altar Mayor. En la parte posterior se ubica una Gruta de Nuestra Señora
de Lourdes, ante la cual, según la tradición, habría rezado Santa Teresa de Los Andes el día de su
primera visita antes de ingresar al Monasterio carmelita.
Parroquia Nuestra Señora de Fátima, erigida como tal en 1958 por Monseñor Fray Roberto Bernardino
Berríos Gaínza o.f.m., se ubica en el histórico barrio Centenario, que surgió a principios del siglo XX.
La parroquia surgió a partir de una pequeña capilla que existía anteriormente en el sector. Su estilo es
transitorio entre el contemporáneo y la tendencia preconciliar de Templo procesional. Es presidido por
la imagen de la Santísima Virgen, y en ella se cultiva desde bastantes años la devoción al Rosario y la
adoración al Santísimo Sacramento.
Gobernación Provincial y Correo, de estilo neoclásico, ubicados frente a la Plaza de Armas. Fue
construido en 1889 y declarado Monumento Nacional el año 2000, en él se hospedó el Presidente José
Manuel Balmaceda en sus viajes hacia Argentina. Con los sucesivos terremotos ha sufrido daños serios
que incluso lo llevaron a perder la mansarda que poseía sobre el segundo piso. Este edificio alberga a
distintos servicios públicos, tales como la Gobernación Provincial, Inspección del Trabajo, Cantón de
Reclutamiento, Registro Civil y Correos de Chile. Hoy se encuentra remodelado por estrictas normas
de restauración del Consejo de Monumentos Nscionales.
Antiguo Monasterio del Espíritu Santo, de la Orden de las Carmelitas Descalzas: Monumento Nacional
desde 1987, fue construido entre los años 1920 y 1925. Anterior a esa fecha, el monasterio funcionaba
en una casona cercana al lugar, ubicada entre Avenida Sarmiento y calle Los Villares, donde vivió su
consagración religiosa Santa Teresa de los Andes (1900-1920) que ingresó al Monasterio con el nombre
de Teresa de Jesús. Sólo once meses pudo estar en este lugar, donde murió el 12 de abril de 1920, luego
de tomar sus votos. Poco después, por problemas de espacio, se construye a un costado de la casona, un
nuevo edificio para el convento, a donde las religiosas se trasladaron junto a los restos de Sor Teresa,
que fueron sepultados en el cementerio de dicho lugar.8 Luego, en el año 1940, los restos de ella fueron
trasladados al Coro Bajo (lugar desde el cual las religiosas participaban de los actos litúrgicos sin ser
vistas, protegidas por una reja y cortinaje que aún se observan), junto a la nueva Capilla (también
Monumento Nacional, de estilo gótico con hermosos vitrales que narran las historias de la Virgen del
Carmen, Santos carmelitanos y de los profetas Elías y Eliseo). Aquí permanecieron junto a sus
Hermanas Carmelitas hasta el 18 de octubre de 1987, cuando fueron trasladados junto con las religiosas
al nuevo convento y Santuario de Auco, comuna de Rinconada. Actualmente, el convento pertenece al
Obispado de San Felipe y en él se ubica un Museo que recuerda a Teresita, que fue canonizada por el
Papa Juan Pablo II el 21 de marzo de 1993. En el Monasterio, de ladrillo con claustros de bóveda
románica, se conservan hoy tres patios y existe un Museo Religioso en las celdas del segundo piso, con
objetos pertenecientes a Santa Teresa y recreaciones de escenas de su vida. También permanece la
huerta con una Gruta de Nuestra Señora de Lourdes, donde Teresita conversaba con la Virgen. En el
exterior, hay una gruta a Santa Teresa donada por el municipio andino, en cuyas paredes laterales aún
se pueden observar placas de agradecimiento de la década de 1940.
Museo Histórico y Arqueológico de Los Andes, frente al ex Monasterio del Espíritu Santo. Fue
montado en una antigua casa y en él se guarda una colección de objetos cerámicos de las distintas
culturas. Presenta una selección de los más característicos vestigios, efectos o instrumentos de uso
doméstico y ceremonial, de culturas atacameñas, mapuches e incas que ocuparon el Valle de
Aconcagua, incluyendo una momia incaica. Exhibe además armas y muebles de la época de la
Independencia de Chile.
Maestranza del Ferrocarril Trasandino: dependencias que pertenecieron a la antigua maestranza del
Ferrocarril Trasandino (1910 - 1984) que unía Argentina (Mendoza) y Chile (Los Andes). En galpones
se conservan algunas reliquias históricas del tren, declaradas Monumentos Históricos Nacionales:9
Locomotora a Vapor tipo Z: Actualmente fuera de servicio, N° 3348, de disposición de ruedas 0-8-8+0-
6-OT. Es de tipo Kitson (en Leeds), fue utilizada para carga y pasajeros. Se usó con ocasión de los
Trenes Exploradores movilizados con motivo de la visita del Presidente Argentino Juan Domingo
Perón en febrero de 1953. Fue dada de baja por Decreto N° 5/15 de agosto de 1978. En sus últimos
años de servicios estuvo destinada a faenas de despeje de la vía. Se está evaluando su recuperación a
una condición operativa para viajes turísticos en el tramo operativo del FCTC. Fue utilizada en la
filmación de la serie de televisión “Crónica de un Hombre Santo" (Vida y obra de San Alberto
Hurtado), exhibida por la Corporación de Televisión de la Pontificia Universidad Católica de Chile en
1990.
Barrenieves a Vapor: con N °43060, no motorizado, fabricado en la industria Cooke de la ALCO en
1907. Usado para despejar la vía desde Río Blanco a la Frontera. El FCTC no poseyó ninguna otra
pieza de las mismas características. Es el único barrenieves rotatorio a vapor existente en América del
Sur. Aún está en buen estado de conservación, aunque no es posible devolverlo a un estado operativo.
Máquinas Eléctricas tipo E-100: que comprende las de N ° 101, 102 y 103; la máquina E-102 convoyó,
entre Las Cuevas y Río Blanco, el Tren Presidencial que trajo a Chile al presidente argentino Juan
Domingo Perón en febrero de 1953. La locomotora E-101 estuvo en condición operativa hasta inicios
de los años 90. La ausencia de electrificación en el FCTC no hace posible devolver a estas máquinas a
un estado operativo.
Máquinas Eléctricas tipo E-200: N°s 201 y 202; la máquina E-202 estuvo operativa hasta 1997, año en
que se retiró la electrificación en el tramo comprendido entre Los Andes y Río Blanco. Actualmente no
es posible devolverlas a un estado operativo.
Automotor Diesel: El ADI-1015 dejó de operar en forma regular en 1979, cuando se suprimió el tráfico
internacional entre Los Andes y Mendoza. Actualmente, se está trabajando para devolverlo a una
condición operativa para viajes turísticos entre Los Andes y Río Blanco.
Coche de Pasajeros de 1ª clase: N ° it-83 con carrocería de madera, de fabricación inglesa del año 1906,
adquirido para la inauguración de los servicios internacionales. De 19 toneladas y capacidad de 44
pasajeros sentados. Existían cuatro coches de este modelo, entre los cuales el it-83 es el cuya condición
es menos deteriorada. La gran mayoría de los equipos de pasajeros o de carga originales del FCTC han
sido desmantelados, vendidos como chatarra. Entre el material que sobrevive, el coche it-83 es el ítem
mejor conservado. Para permitir su restitución, se debería sacar piezas reutilizables de los coches it-81,
84 y 87, botados en el patio de Los Andes.
Coche Auxiliar: N ° IT t –7; este coche se encuentra en buen estado de conservación y es utilizado por
Fepasa para el transporte de equipo en caso de accidente y desrrielos. También ha sido utilizado en
avisos promocionales.
Coche Auxiliar: IT-t (ex D-t 55): este coche se encuentra bien conservado, aunque en estado de
abandono, y ha sido utilizado temporalmente como garita de los guardias de vigilancia.
Estas instalaciones actualmente son administradas por FEPASA, empresa que opera el ferrocarril que
transporta el concentrado de Cobre desde Saladillo hasta la refinería ubicada en el puerto de Ventanas.
Estación de Ferrocarriles de Los Andes: Esta estación, construida en piedra, constituía la punta de rieles
del ramal que se inicia en Llay Llay y que unía a Los Andes con el ferrocarril Santiago-Valparaíso a
través de una vía de trocha ancha que llegó hasta esta ciudad en el año 1874 y dejó de operar a
comienzos de la década de 1990. Junto con ello, servía de punto de combinación con la punta de rieles
del ferrocarril Trasandino Los Andes - Mendoza, vía de trocha métrica construida por los hermanos
Juan y Mateo Clark cuya construcción comenzó en el año 1889 y que solo pudo concluirse en el año
1910. La estación del ferrocarril Trasandino, construida en madera, se ubicaba dos cuadras hacia el
oriente, detrás de donde hoy se encuentra el Instituto Chacabuco de los Hermanos Maristas. A la
Estación de Los Andes arribó desde Santiago en mayo de 1919, Juanita Fernández Solar, para ingresar
al monasterio carmelita con el nombre de Sor Teresa de Jesús, hoy conocida como Santa Teresa de los
Andes. La estación disponía de los andenes y de un gran Hall de acceso, donde se encuentra el mural
"El Abrazo de los Pueblos", obra del pintor Gregorio de la Fuente, quien también realizó los murales de
la estación de La Serena y Concepción. Entre 2014 y 2016 fue restaurado y habilitado por parte de
CODELCO División Andina, Funfación de Orquestas Infantles FOSILA y la Corporación de
Desarrollo Pro Aconcagua, y el sector de los andenes hoy es parcialmente utilizado como terminal de
buses.
Casa de Gabriela Mistral: Ubicada en el sector de Coquimbito, fue habitada por la poetisa y Premio
Nobel de Literatura, entre 1912 y 1918 cuando fue maestra del Liceo de Niñas de Los Andes,
emplazado donde hoy se ubica el Círculo Italiano.
Caseta de correo: Construida por orden de don Ambrosio O'Higgins, se emplaza junto al refugio militar
de Juncal, en el Camino Internacional. Es la única que se conserva hasta nuestros días, de la red de
correo de la corona española entre ambos océanos. Declarada Monumento Nacional en 1984.
Turismo