Resumen Unidad 4 Psicologia Social y Comuntaria
Resumen Unidad 4 Psicologia Social y Comuntaria
Resumen Unidad 4 Psicologia Social y Comuntaria
Emergencia de una psicología social crítica en América Latina a partir de los años 70
· Entre los aspectos particulares en que el autor centra su exposición están los siguientes:
En América Latina este carácter crítico ha sido estimulado por la especificidad del contexto socio-
económico de América Latina y los conflictos que históricamente han marcado las aspiraciones de
independencia de los países de de la región y que tomaron una connotación muy particular en la
década de los años sesenta.
- En este trabajo se presentará una de las posibles versiones del desarrollo de la crítica
dentro de la psicología social latinoamericana.
¿Qué lectura aporta Gonzalez Rey con sus análisis históricos del movimiento?
Es interesante cómo se fue produciendo y profundizando un proceso de crítica que comenzó con
las mismas herramientas de la psicología tradicional, dentro de un marco positivista – descriptivo
se visualizaron los problemas propios de la región, que fueron conduciendo a la crítica del
modelo teórico y metodológico dominante en la psicología social norteamericana en los años 50 y
60.
o Ellos fueron capaces de enfatizar el carácter social de la formación del icc y su relación con la
condición social compleja del sujeto, crítica que desarrollaron a partir de una apropiación creativa
del marxismo, evitando los dogmas de la objetivación de la psique que caracterizaba al marxismo
institucionalizado de la época, al cual también se enfrentaron al destacar la importancia de la
subjetividad y de los aspectos no conscientes de esta, desarrollados por ellos a partir de su
apropiación del psa.
PICHON RIVIERE: “La psicología social que postulamos, tiene como objeto el estudio y
transformación de una realidad dialéctica entre formación y estructura social y la fantasía icc del
sujeto, asentada sobre sus relaciones de necesidad” la relación entre estructura social y
configuración del mundo interno del sujeto, relación que es abordada a través de la noción de
vínculo. El sujeto no es solo un sujeto relacionado, es un sujeto producido. No hay nada en él que
no sea la resultante de la interacción entre individuos, grupos y clases.
Aparece, tanto en Pichon (1987) como en Bleger (1987), el desafío de integrar el mundo psíquico
del sujeto a través de la complejidad de los espacios sociales en los que este sujeto se produce,
presentando la psique y lo social dentro de una visión dialéctica.
BLEGER: integró dentro de una definición general de la psique temas diversos que abarcan hasta
el ámbito institucional. El aporte de estos teóricos no encontró una continuidad consistente y
creativa que permitiera su desarrollo dentro de una línea consistente de investigación y
producción teórica.
El impacto de Pichón y Bleger tampoco fue el esperado fuera de la Argentina, donde Bleger ha
sido usado para cursos de psicología general, más por sus definiciones con relación a categorías
clásicas de la psicología, que por los aspectos cosmovisivos revolucionarios de su obra. De la
misma forma, Pichon Riviere ha sido asumido más en la tendencia instrumentalista del desarrollo
de los grupos operativos, que en las consecuencias de su pensamiento para el desarrollo de una
psicología social diferente.
- Una de las tendencias fuertes en el rumbo de esta psicología social crítica, aparece dentro
de los marcos metodológicos de la psicología social dominante, y se expresa a través de sus
propias categorías, pero con una orientación hacia temas que muy pronto comienzan a revelar
diferentes con la forma en que aparecían en aquella psicología.
JOSÉ MIGUEL SALAZAR: sus trabajos permitieron visualizar la imagen negativa que los
latinoamericanos expresaban con relación a los norteamericanos, lo que evidenciaba la necesidad
del desarrollo de una identidad latinoamericana como opción al dominio ideológico, político y
económico de los norteamericanos en el continente.
En la posición asumida por Montero y Salazar se evidencia una conciencia teórica crítica en
relación al marco teórico- metodológico, así como también algo que ha caracterizado la
posición crítica de la psicología social latinoamericana: un compromiso con la realidad
compleja que está asociada a los procesos psíquicos que caracterizan a la
población y a los latinoamericanos. La emergencia de una visión socio-histórica de la
psique comienza a aparecer desde diferentes perspectivas.
El compromiso ideológico y una forma alternativa de producir psicología, fueron llevando a una
conciencia teórica y metodológica crítica que, en lo metodológico, se separaba del positivismo, y
en lo teórico enfatizaba el origen histórico y cultural de la psique, rompiendo con la naturalización
de la psique en la psicología social dominante. El estudio de los procesos sociales y de sus formas
de organización e institucionalización pasó a tener un lugar central para la crítica.
LANE: partiendo de forma explícita del marxismo, Lane y sus colaboradores estudian las
cuestiones de la alienación en el trabajo. Se propone explicar la psique en la acción
humana y en las condiciones sociales e históricas de esta acción. Este grupo se mantiene
hasta hoy con una producción crítica dentro de una perspectiva socio - histórica de la
psicología social.
La psicología general se definía como el campo de investigación básica, dentro del cual
se producía la construcción teórica de los problemas centrales de la psicología.
- En Cuba tampoco fue el campo de la psicología social el que más se benefició del contacto
con la psicología soviética, sin embargo, la visión histórica-cultural de la psique, muy influida por
el marxismo, facilitó el tránsito de temas básicos a la psicología social. Una psicología social que
no perdía al sujeto y que no diluía lo social en lo simbólico.
Durante los años ochenta aparece en el continente una tendencia a la crítica delas posiciones
tradicionales que dominaban los escenarios académicos de la enseñanza de la psicología.
1) La necesidad de desarrollar una psicología con posiciones propias frente a los problemas
específicos de nuestro continente, y el reconocimiento de una realidad social que definía los
aspectos psicológicos de los diferentes grupos y clases de América Latina.
Una tendencia que no podemos dejar de mencionar, que se inscribe en la construcción crítica de
la psicología, y que actúa en un tema social de profundo impacto en nuestra región, es la
psicología orientada al estudio de las consecuencias psicológicas de la tortura, la represión política
y las catástrofes sociales (espacio importante del desarrollo de la psicología latinoamericana).
Nivel metodológico: existe un consenso que se define por una opción cualitativa de investigación.
- Los diferentes modelos que estuvieron presentes en las reflexiones críticas de los
psicólogos latinoamericanos en los setenta y los ochenta, se van enriqueciendo con la crítica al
paradigma tradicional que se presenta desde la psicología social sociológica en América Latina.
“La psicología debe reflejar los problemas de la realidad social en que se hace; tomar en
cuenta la estructura económica y social y sus efectos en la formación del ser social; ubicar
la conducta en su contexto social, sin por ello reducirla a particularidades.”
¿Cuál es la critica que Gonzalez Rey realiza al construccionismo social y por qué
plantea una nueva ideología?
Paradigma emergente: evoluciona en los noventa hacia el construccionismo social, desde donde
se enfatiza la ciencia como producción social y se orienta a buscar procesos de naturaleza social
que legitiman ciertos discursos científicos y rechazan otros.
STENGERS: que otra definición se puede dar de realidad a no ser la de tener el poder de
mantener junta una multiplicidad heterogénea de prácticas que, todas y cada una, testimonian de
un modo diferente aquello que las mantiene unidas? Prácticas humanas, pero también prácticas
biológicas.
- El propio construccionismo en psicología se ha tornado una “verdad” que devalúa con cierta
autosuficiencia intelectual otras opciones en la producción de conocimiento.
Capacidad humana de ruptura: se observa al sujeto, a un sujeto que tiene esta capacidad por ser
capaz de procesos de subjetivación que tienen una historia, y que no se diluyen en el momento
actual. Me refiero a esta historia como configuración de sentidos subjetivos, y no como
acumulación de hechos, y tampoco como evolución teleológica hacia un final que tiene leyes
inherentes.
Los sentidos subjetivos en nivel individual son constituidos en la relación permanente de la historia
del sujeto y los contextos sociales dentro de los que expresa sus acciones sociales. En nivel social,
esta producción de sentidos se da dentro de los espacios en que los individuos comparten
historias socialmente institucionalizadas.
Este complejo sistema de producción subjetivo-social es lo que hemos denominado en nuestros
trabajos como subjetividad social: esta diferencia de escenarios de la producción de sentidos
subjetivos está en la base de los conceptos de subjetividad individual y social, a través de los
cuales hemos intentado superar una de las dicotomías más arraigadas de la psicología; la
dicotomía de lo individual y lo social.
MARTÍN BARÓ: integración de estos dos momentos, el individual y el social para la psicología
social. Con frecuencia la psicología ha contribuido a oscurecer la relación entre la enajenación
personal y la opresión social.
- Los sentidos subjetivos no son el efecto de una influencia objetiva lineal de lo social sobre
el sujeto, sino que representan una organización subjetiva que se define en el proceso de su
propia historia.
Estas dos formas no son excluyentes, sino inclusivas. Es más, la acción inmediata del poder con
frecuencia se articula sobre la base de los determinismos mediatos.
La categoría de sentido subjetivo nos permite conocer las formas singulares que adquieren
sentidos socialmente producidos en la historia de los sujetos singulares concretos, lo que permite
usar a categoría de personalidad, comprendida como sistema de configuraciones subjetivas, en la
construcción de la psicología social.
CAPÍTULO 2:
Newbrough: igualmente, más que definir el campo, señala su objeto o su ámbito de trabajo, es
decir, la interacción entre las personas y su ambiente, desde una perspectiva ecológica.
Newbrough y Rappaport figuran entre los pioneros en los Estados Unidos y entre quienes más
aportes han hecho a la subdisciplina.
Si entendemos que una ciencia se define por su objeto, por sus conceptos (lenguaje) y por su
método, ello explica el hecho de que para algunos autores éste nuevo campo se defina por alguna
de sus características o condiciones para su existencia.
- Tal es el caso de Sarason, quien define esta subdisciplina en función de un tema central de
estudio: el sentido de comunidad y su fortalecimiento y producción.
- Otros lo hacen en función de la relación entre individuos y medio ambiente, o entre el estrés
psicosocial y su efecto sobre la salud, o por los valores o principios que la orientan.
Esto significa que lo primero en estar claro fue el objeto y su fundamentación valorativa
y a partir de su definición y enriquecimiento en la práctica se fueron produciendo
conceptos y haciendo aportes al método, tomados en gran parte de la psicología social y de
otras ciencias sociales (antropología, etnología, sociología). Por tal razón, no se encuentran
definiciones propiamente dichas antes de los años ochenta.
Sin embargo, las anteriores a esa fecha, predominantemente descriptivas, anuncian el camino a
seguir, indican los valores que fundamentan la rama recién creada y presentan la perspectiva
desde la cual se estudiará la conducta social y la concepción de ser humano de la cual se parte.
Praxis de la psicología comunitaria: una práctica conducente a una teoría que induce práctica
NOMBRE AL MENOS TRES ASPECTOS O CARACTERÍSTICAS DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL
COMUNITARIA
Heller y Monahan presentan como propios de la psicología comunitaria, los siguientes aspectos:
Concibe a la comunidad como ente dinámico compuesto por agentes activos, actores
sociales relacionados, constructores de la realidad en que viven.
Incluye la diversidad.
Asume las relaciones entre las personas y el medio ambiente en que viven.
Tiene una orientación hacia el cambio social dirigido al desarrollo comunitario, a partir de
una doble motivación: comunitaria y científica.
Busca que la comunidad tenga el poder y el control sobre los procesos que la afectan.
Este punto de la multidisciplinariedad necesita entonces ser estudiado más que como un defecto o
una limitación, como una condición debida al carácter complejo de la psicología comunitaria, pues
es necesario reconocer que en ella se integran aspectos psicosociales, sociológicos, culturales,
políticos. Así, más que definirse por la negación, por la exclusión, es ésta una psicología que debe
definirse por la inclusión y la integración, sin que ello necesariamente suponga eclecticismo.
Para juzgar el grado de desarrollo de una ciencia es necesario ubicarla en el contexto histórico.
Si revisamos la génesis de la psicología comunitaria, vemos que deriva de varios campos que la
marcan profundamente: el psicosocial, el clínico, el educativo y, en particular, el movimiento de
salud mental en la comunidad. Como señala Cook, la diferenciación debía hacerse porque la
psicología comunitaria "va más allá de la salud mental en la comunidad, por su interés en
problemas que no son de salud mental, por ejemplo, el funcionamiento de los individuos en las
unidades sociales, las organizaciones y las comunidades”.
En efecto, el primer señalamiento coloca a la comunidad como ámbito y sujeto del quehacer
psicosocial comunitario. Pero no como espacio delimitado desde la teoría, sino autodelimitado por
la comunidad misma. Y no como sujeto sujetado, definido externamente, sino autodefinido desde
la propia comunidad; como sujeto activo de las acciones que en ella se llevan a cabo; como actor
social, constructor de su propia realidad.
Para definir su objeto de estudio, la psicología comunitaria necesitó, en sus primeros años de
existencia, deslindar la naciente rama de la psicología de otras prácticas ya existentes en las
ciencias sociales, relativas a la comunidad: el desarrollo comunitario o comunal. Casi cuatro
décadas más tarde tal distinción ya no es necesaria, puesto que la práctica ha mostrado las
diferencias, a la vez que ha señalado la conveniencia multidisciplinaria cuando se trata de trabajar
en la organización y el desarrollo de una comunidad.
El desarrollo comunal debe partir de los siguientes principios: catálisis social, consistente en
la presencia de un agente propulsor del desarrollo, perteneciente o no al grupo, provisto de
los recursos técnicos necesarios.
Realización: la obtención de logros concretos inmediatos que permitan alcanzar la meta última:
el cambio social.
Una ciencia tradicionalmente se reconoce por definir un objeto de estudio, por generar un
lenguaje acerca del mismo y por crear un método para realizar ese estudio.
Respecto del método de la psicología comunitaria, tal como sucedió al comienzo con su
objeto, la naciente subdisciplina debió apoyarse en algunos de los métodos y las técnicas
existentes, si bien su aplicación estaba orientada por principios y objetivos diferentes de los
que en ese momento reinaban.
Montero: se encontró, a mediados de los años setenta, ante problemas sociales que no podían ser
ni estudiados ni resueltos mediante la aplicación de las formas usuales de tratamiento
desarrolladas hasta el momento por la psicología. A esto se agregaba la convicción de que tales
problemas debían ser enfrentados no solo por los psicólogos interesados en ellos, sino también
por las personas afectadas.
INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA: la unión entre teoría y práctica es uno de los principios
fundamentales de la psicología comunitaria y, junto con la consideración del carácter activo de los
participantes provenientes de las comunidades y la redefinición del rol de los psicólogos
comunitarios, contribuyó al desarrollo de la perspectiva metodológica participativa que caracteriza
al método en la psicología comunitaria.
1) las formas de psicoterapia breve y de intervención en crisis, caracterizadas por la rapidez y
por su adecuación a la situación, que aportaban la psicología clínica y el movimiento de salud
mental en la comunidad.
3) los aportes de la teoría de sistemas y de sus aplicaciones en la psicología social de las
organizaciones.
Otro aspecto que caracteriza a ese pluralismo metodológico es el uso tanto de métodos
cualitativos (muchas veces predominante) como cuantitativos. Hay conciencia de que si bien los
primeros nos permiten obtener el sentido de los procesos en su riqueza y diversidad, los segundos
permiten evaluar la magnitud de recursos y de necesidades y aportar importante información en
la elaboración de planes y estrategias de cambio dentro de la comunidad.
1) El principio científico de que el método sigue al objeto: los métodos no son
independientes ni son ellos los que determinan qué investigar. Es el problema el que determina
qué método emplear, para qué y cuándo. De allí el carácter participativo de los métodos
comunitarios.
5) El carácter heurístico de este método, que en su necesidad de responder a las exigencias
de la situación debe generar modos sistemáticos de responder a sus características cuando ellos
no existen previamente.
6) El carácter contextualizado, que se expresa en la adaptación del método, de las técnicas y
de los procedimientos al contexto específico, cultural y comunal, en el cual se trabaja.
En primer lugar, su origen está unido al descontento con las prácticas habituales a
principios de la segunda mitad del siglo XX por parte de ciertas ramas de la psicología
ligadas a la transformación de las personas y de la sociedad: la psicología de la educación,
la psicología social, la psicología clínica.
En sus inicios, la psicología comunitaria analizó los procesos psicosociales que conducen a las
transformaciones sociales, ambientales y personales requeridas para satisfacer las necesidades
comunitarias y fomentar el desarrollo de la comunidad. Estudió también aquellos procesos que
pueden bloquear, impedir o disminuir esos esfuerzos.
Para la época, las teorías del locus de control, de la desesperanza o la indefensión aprendida,
de la autoeficacia y su bloqueo, describían comportamientos en los cuales las personas podían
caer en la pasividad y la apatía, considerando que entre sus acciones y el resultado o la
consecuencia de las mismas consecuencia de las mismas no habría relación de causalidad, pues
serían percibidos como independientes.
- Por lo tanto, la persona llega a considerar que nada de lo que haga tendrá efectos sobre lo
que ocurre o pueda ocurrir. Esto va acompañado de la creencia en lo que fue llamado otros
poderosos (por ejemplo: el destino, la mala o buena fortuna, el mal de ojo, la providencia divina,
el gobierno), quienes tendrían el control de las circunstancias, frente a la impotencia y la debilidad
de las personas.
- Al mismo tiempo, esas teorías mostraban que el control sobre las circunstancias de vida se
asociaba a personas activas, asertivas e interesadas en lo que ocurría a su alrededor.
Esas teorías aportaron a la psicología social comunitaria descripciones conductuales que coincidían
con el comportamiento que esa nueva rama de la psicología se proponía cambiar a fin de lograr
procesos de fortalecimiento o potenciación basados en la afirmación, la participación, el
compromiso, la creatividad, el diálogo y la confianza en la capacidad de la comunidad como grupo
organizado, y en la de sus miembros, para transformar al ambiente y al grupo.
En esos momentos comienza a construirse, desde muy diversos ámbitos, una praxis para la
cual no había una teoría preexistente y que, por lo tanto, apela muchos campos y
tendencias para la interpretación de su acción, no para hacer un mosaico explicativo, sino
para intentar comprender lo que tiene ante sí. Y esa comprensión-interpretación-teorización
propia no surge completa de una vez, sino que se va construyendo en la praxis.
Los conceptos que esas teorías crearon se refieren a lo que pasa en los individuos,
pero centran en ellos la causa de sus problemas sin buscar qué fue lo que originó la
pasividad, la desmotivación o el bloqueo de la eficacia, considerando al mismo tiempo
que su conducta sumisa y apática es la que los excluye del éxito y el progreso. Las
personas que se encuentran ante circunstancias socioeconómicas y políticas adversas, fuera de su
control, aprenden a no confiar en sus propios esfuerzos a través de las experiencias de fracasos
socialmente establecidas. Las vías utilizadas para eso comprenden diversos mecanismos y medios
entre los cuales se cuentan:
o la influencia proveniente del ejercicio del poder en manos de aquellos a cuyos intereses
convienen esas circunstancias.
Las ideas de Marx son la base de gran parte de la psicología comunitaria latínoamericana. La
relación con esta teoría nos permitió comprender los problemas comunitarios en el plano de la
totalidad económica, social, política en la cual se producen, superando la tendencia psicologista a
hacer del sujeto el universo de estudio, descontextualizándolo. Fue una lectura crítica que ha
permitido ir a las fuentes de ciertas ideas, tales como la relación amo-esclavo, animada por el
deseo de comprender las relaciones de exclusión, de sumisión, de opresión y de obediencia, pero
también de resistencia.
· No había en esa época (años setenta), teorías psicológicas o psicosociales que satisficiesen
los requerimientos que planteaba la naciente disciplina de la psicología social comunitaria.
Este enfoque ha dominado la escena psicosocial comunitaria en los Estados Unidos, a partir de
fines de los setenta, durante toda la década de 1980, y aún subsiste en construcción activa. En él
se ubican los florecientes desarrollos iniciados por autores tales como Newbrough, Rappaport,
Kelly, Sarason, entre otros.
1) En los años setenta, Newbrough y sus colaboradores comenzaron a generar una
concepción de la psicología comunitaria que denominaron psicología ecológica
transaccional, la cual parte de la idea de que se debe reajustar el ámbito social antes de
intentar "curar" a los individuos que presentan desajustes en la comunidad.
Aquí se refleja la concepción lewiniana de que la personalidad es función del espacio vital y se
debe actuar sobre el medio ambiente para lograr así transformaciones en los individuos y a la vez
generar relaciones de equilibrio entre unos y otro.
3) Por otra parte, Dohrenwend usa la noción de tensión social para crear un modelo conceptual
según el cual la psicología comunitaria debe plantearse como tarea disminuir la tasa de
psicopatología en la comunidad, reduciendo las condiciones que producen tensión en
el ambiente o en los individuos.
-Esta corriente se caracteriza por señalar e incluir la diversidad cultural; propugnar la sustitución
del modelo médico de tratamiento de los problemas sociales por modelos psicosociales
comunitarios; unir la teoría y la praxis; considerar a los psicólogos comunitarios como agentes de
cambio social comprometidos con ese cambio; creer necesario el establecimiento de una relación
igualitaria, dialógica y de enriquecimiento psicológico con las personas de las comunidades;
considerar a esas personas como seres históricos, activos y creadores; y fomentar su desarrollo y
fortalecimiento así como su conciencia.
Una teorización temprana en América latina: la psicología para el desarrollo
Entonces, para lograr la transformación, este autor planteaba la necesidad de actuar en el nivel de
los factores estructurales y de la alienación conjuntamente, modificando así la práctica usual de
los programas de desarrollo, los cuales tradicionalmente suelen atacar sólo los aspectos
estructurales, olvidando el factor alienación, de nivel psicosocial, mucho más difícil de manejar
pero con efectos directos sobre la conducta de las personas. Una psicología comunitaria con
tal orientación debería concentrar sus esfuerzos en lograr ese cambio en el foco de
control, lo que acarrearía cambios conductuales y actitudinales, a la vez que
transformaría los factores estructurales.
Las dos primeras suponen formas de hacer y de
comprender la praxis. Esto significa que no son teorías sino posiciones paradigmáticas que
influyen sobre las teorías y las aplicaciones concretas.
La tercera presenta una forma de hacer psicología comunitaria con una perspectiva proveniente
de la teoría sistémica.
Por eso, se considera que la liberación, en la psicología comunitaria, se inicia "en ese acto
de reconocimiento de la libertad del otro, que deja de ser un sujeto 'sujetado'
para ocupar un sitio de igualdad, como actor social fundamental, propietario de
habilidades y conocimientos específicos, de una índole diferente".
2) El enfoque crítico
La corriente crítica se viene haciendo sentir en el campo de la psicología desde fines de los años
sesenta, manifestándose a través de las diversas áreas de la psicología y de muchas de sus
teorías principales.
En efecto, si bien desde sus inicios la psicología social comunitaria asumió el carácter activo y
constructor de lo social de las personas, al mismo tiempo generó una perspectiva crítica y
dialógica para la reflexión Esta combinación llevó a la psicología comunitaria a
centrarse, no sólo en el aspecto constructor de la acción, sino también en su aspecto
deconstructor, en cuanto exige un análisis de causas y de consecuencias, de sentidos,
contrasentidos y resentidos, de direcciones y oposiciones.
La realidad existe porque la construimos socialmente cada día. Por eso podemos y
debemos intervenir en ella. Los modos de aprehenderla, conocerla, interpretarla, describirla,
explicarla, son un producto social, mediado por actos y por símbolos. Y por cuanto esas
construcciones varían según los grupos y las sociedades, a través del espacio y del
tiempo, es imprescindible incorporar las reflexiones hechas tanto desde el campo de la ciencia
como desde el sentido común y del saber construido por quienes viven en determinadas
circunstancias, objeto de estudio y crítica para unos, de molestia, satisfacción o rechazo y también
crítica, para otros.
3) La tendencia sistémica
Esta tendencia parte de la concepción de que las sociedades constituyen sistemas abiertos en
constante transformación por lo tanto, la labor de la psicología comunitaria
será generar fuentes que faciliten armoniosamente esas transformaciones en beneficio
de los diferentes niveles societales, yendo de lo microsocial a lo macrosocial, pasando por lo
mesosocial.
Fuks señala que este enfoque parte de la idea de comunicación como un sistema, lo cual
permite profundizar en la complejidad de las comunidades y de la psicoterapia, ya que se
pueden emplear perspectivas transdisciplinarias y a la vez coordinar acciones, cogniciones y
emociones al examinar las similitudes y diferencias de las personas de esas comunidades.
Esto supone una visión amplia, holista, que comprende que la comunidad esta compuesta
de redes sociales, que el conocimiento es relativo y que es necesario crear marcos de
significado para los discursos que se producen en ella, como parte del procese de
transacción social
Esta perspectiva está presente en algunos centros de investigación reconocidos tanto en los
Estados Unidos como en América latina. Un aspecto interesante de esta corriente es que, a fin de
atender los problemas presentes en los ambientes comunitarios para resolverlos, el contacto
mantenido con la fuerte corriente ecológico cultural, así como el carácter crítico que sus
propulsores han mantenido, determinaron una definición específica en función de las condiciones
en que se producen los fenómenos comunitarios.
Esto significa que se considera que "lo que puede ocurrir depende de la estructura física del
entorno, y que lo que ocurrirá depende de las relaciones entre conducta y entorno, en el
contexto actual".
El énfasis de esta corriente coloca el foco de la praxis comunitaria sobre conductas específicas de
las personas en las comunidades con las cuales se trabaja, usando sistemas confiables de
medición y prefiriendo diseños experimentales (pero sin limitarse a ellos), cuyas evaluaciones
mejoren la práctica al producir resultados aplicables y replicables.
El modelo iterativo-reflexivo-generativo
Este modelo parte de una práctica en la cual se comparan reiteradamente los desarrollos y las
experiencias provenientes de otros ámbitos, con las diferencias producidas en los distintos
contextos locales.
Las ideas fundamentales que sustentan esta posición son las siguientes:
1) La consideración del peso que tienen las perspectivas mundiales dominantes sobre el
desarrollo de la subdisciplina y cómo ellas pueden restringir la capacidad de ver las grandes
fuerzas que operan en cada contexto. Esto significa que se reconoce esa influencia de la corriente
principal, pero se señala el peligro que representa en el sentido de opacar la visión de lo que
sucede en el ámbito concreto en el cual se trabaja.
2) La necesidad de reconsiderar el rol profesional de los psicólogos comunitarios en función del
contexto en que trabajan, incorporando la incertidumbre, la ambigüedad y la inestabilidad en su
labor, así como tomando en cuenta las relaciones de poder que pueden darse entre ellos y las
personas de las comunidades. Esa revisión del trabajo psicológico comunitario supone incluir la
acción de los psicólogos comunitarios como mediadores activos entre las comunidades y los
programas y desarrollos de instituciones gubernamentales y no gubernamentales.
3) La reflexión: este aspecto permite entender que el conocimiento va más allá de los
fundamentos de una disciplina científica. El conocimiento de la comunidad debe unirse al
conocimiento propio de la disciplina. Hay una experticia, pero no proviene de un solo lado, sino
del saber de la gente y del de los psicólogos. Esto se asemeja a lo que en América latina se ha
planteado al señalar que los psicólogos no actúan en el carácter de expertos, en el sentido de
presentarse y ser vistos como portadores del único conocimiento válido.
4) Unión de reflexión y acción para la producción de teoría. Lo conceptual da una base a la
reflexión en lo concerniente a lo sustantivo y, a su vez, lo sustantivo se refleja en el dominio
conceptual,
5) La importancia de lo obvio. Esto significa que es necesario no sólo percibir lo obvio sino
tomarlo en cuenta seriamente a fin de poder reconocer las tendencias en desarrollo o en recesión
para planificar la acción.
- En relación con esto se presenta otro aspecto que ha sido central en la psicología comunitaria
desarrollada en América latina y que se puede ver en el paradigma que la fundamenta: aquello
que se sabe y se asume sin discusión debe ser objeto de reflexión y análisis. Este aspecto coincide
con lo que en nuestro continente hemos llamado naturalización y que se suma al saber popular y
al saber científico.
6) Reapreciación del contexto al evaluar lo que proviene de fuera en el ámbito específico en el
cual se lo aplica, elaborando así una epistemología idiosincrásica y también un pluralismo
metodológico que permite una mejor adecuación al complejo dominio sobre el cual se trabaja. El
contextualismo permite ajustarse a la dinámica de los lugares en los cuales se trabaja, a la vez
que da una visión de la experiencia humana y del mundo.
ANTECEDENTES
En las décadas de los cincuenta y sesenta, en el seno de las Ciencias Sociales hubo una serie de
movimientos que proponían transformaciones en las formas de hacer ciencia que hasta ese
momento se estaban realizando a partir de estas críticas, se comenzó a hablar de la “crisis
de las ciencias sociales”, en lo relativo a sus supuestos epistemológicos, metodológicos,
sociopolíticos y ontológicos, que dieron pie a la proliferación de nuevos paradigmas o escuelas de
pensamiento.
· El desarrollo en los campos como el interaccionismo simbólico, la etnometodología, el
construccionismo social, la psicología de la liberación, la salud mental comunitaria, las
metodologías participativas, etc., sirvieron como ejes sobre los cuales la psicología comunitaria
sentaría sus bases.
· Fue no sólo la crisis de la psicología social como disciplina la que dio paso a un enfoque
más crítico, sino también, los movimientos religiosos, científicos y políticos que, especialmente
en Latinoamérica, proponían un saber hacer, desde el compromiso de estos campos con las
realidades de opresión y desigualdad que vivían estos países.
Sánchez: afirma que a partir de esas fechas se perfilan dos vertientes históricas y conceptuales
del movimiento de acción comunitaria
2) La que se origina en los países de América Latina, relacionada con las cs sociales
en general, y con la psicología social en particular.
EE.UU: la historia de la psicología comunitaria surgida en EE.UU, guarda estrecha relación con la
salud comunitaria. El nacimiento oficial de la psicología comunitaria data del año 1965, cuando se
utilizó por primera vez el adjetivo “comunitaria” para la psicología.
- Su creación como disciplina se da entre una serie de críticas que se hicieron a los modelos
de salud mental comunitaria existentes, para proponer un concepto integral de salud, una
atención centrada en la intervención y no en el diagnóstico, una preocupación por el cambio
social, el uso de la investigación y la incorporación de la noción de activismo social como formas
de intervención.
- Se trata de un esfuerzo por elaborar una psicología social que junte el rigor científico
con el compromiso social y que replantee críticamente los conocimientos a la luz de los
problemas propios de los pueblos centroamericanos en las décadas de finales del siglo XX.
EUROPA: desde una perspectiva psiquiátrica buscaron rediseñar las prácticas tradicionales de
salud mental, apostando por relacionar los servicios de psiquiatría con los sectores geográficos de
los que formaban parte; apuesta que relacionó los padecimientos individualizados de los
“pacientes”, con las condiciones sociales, ambientales y políticas en las que estaban insertos.
En este sentido, la psicología comunitaria, en su proceso de nacimiento y
consolidación, puede ser vista como el cuestionamiento de las formas tradicionales en
el campo de las ciencias sociales, la psicología social y la salud mental.
Dado que la propia psicología comunitaria no tenía, en sus inicios, desarrollos teóricos sólidos,
muchos de los conceptos y metodologías que se han utilizado son “prestados” de otras ciencias
sociales. Se han utilizado muchas de las herramientas de la psicología social para dotar de sentido
a las prácticas de interpretación de los procesos comunitarios a impulsar la acción social y
comunitaria.
PSICOLOGÍA: puede ser definida como la ciencia o disciplina que se ocupa de los procesos que
tienen que ver particularmente con el individuo y su psique.
PSICOLOGÍA SOCIAL: sería la disciplina que ayuda a relacionar los fenómenos sociales y culturales
con los aspectos más psicológicos o subjetivos de la acción humana.
- Esta última se puede definir como la materia que estudia cómo los procesos psicológicos y
las acciones, relaciones, interacciones, etc. de nuestra vida cotidiana se tienen que concebir y
analizar dentro de los marcos sociales y culturales en los que se dan.
- Disciplina comunitaria: se propone llevar a cabo procesos de acción social que no pierdan
de vista la íntima relación entre lo social y lo psíquico.
Una de las principales teorías de la psicología social, que ha contribuido a los planteamientos de la
psicología comunitaria es la del interaccionismo simbólico (aportes de Mead y Lewin); se
señalaran tres nociones básicas que ayudaron a propiciar el diálogo entre los aspectos psíquicos y
los aspectos más relacionales de la vida social, llevadas al campo de la psicología comunitaria.
1) En primer lugar, destaca la importancia de los significados que las personas atribuyen
a los objetos y a las distintas situaciones que les rodean esta noción niega la premisa de
que los seres humanos se relacionan con un mundo “objetivo”; postula más bien que entablan
relación con el medio en el que viven a partir de distintas interpretaciones que son fruto de las
interacciones que mantienen con el mismo
- Es fundamental conocer cuál es la interpretación subjetiva que una persona hace de una
situación si queremos entender su conducta en esa situación.
2) El segundo aspecto es el énfasis puesto sobre los procesos de interacción social como
campos de intercambio, en donde emergen los significados que las personas otorgan a
la realidad social. Es en la interacción con los otros donde se forjan las diferentes formas de
interpretar la realidad.
Este autor hace tres fuertes críticas o reproches a la psicología social dominante:
1) Una crítica social sobre la irrelevancia de sus postulados para el análisis de distintas realidades
y su elevado nivel de abstracción epistemológico y metodológico.
2) Una crítica a su postura universalista que ignora la dimensión histórica y parcial de las
distintas realidades, mientras intenta presentar lo local como generalizable y con “validez
externa”.
3) Una crítica moral dirigida hacia el espejismo de la neutralidad científica, situación que
depuraba a la psicología social de su carácter ético, moral y político.
- Estos autores establecen que el entendimiento sobre la realidad variará según el momento
histórico y el lugar, y dependerá de los intercambios sociales que se lleven a cabo para
construirla, entenderla y transformarla (carácter histórico de los conocimientos y naturaleza
transformable de la realidad social a través de la reflexión y la acción).
Psicología comunitaria: subdisciplina que se encargaría de hacer una práctica aplicada al ámbito
de la comunidad y de reflexionar y crear propuestas teóricas acerca de esa práctica.
Quintal de Freiras sistematiza algunas de las relaciones posibles entre psicología y comunidad:
Montero: en la psicología comunitaria, los profesionales son catalizadores sociales que trabajan
con las personas de la comunidad hacia la transformación social. Partiendo de la disciplina desde
la cual nos aproximamos a la acción comunitaria (psicología social), nos acercaremos más a esta
acepción de la psicología comunitaria, enfocada principalmente en torno a la psicología
comunitaria de la transformación social (cambio social como opción política).
· La psicología comunitaria parte de la premisa de que las personas con las que se trabaja
deben estar presentes activamente en todo el proceso de la intervención, e incluso, que las
decisiones sobre las cuáles acciones tomar en conjunto para la solución de determinadas
problemáticas deben ser mayoritariamente tomadas por esas personas.
1) La participación de las personas afectadas en la solución de problemas que les aquejan. Esta
participación se da durante la mayor parte del proceso de intervención y es de especial relevancia
en la toma de decisiones acerca de las acciones que se van a emprender y los problemas que se
van a atacar.
4) Los cambios en las situaciones de vida de las personas “intervenidas” se basan en procesos
de reflexión y análisis sobre las desigualdades presentes en la sociedad. Se utilizan conceptos
como desnaturalización, problematización, concienciación y desideologización para describir el
proceso que siguen estas personas al reflexionar sobre las estructuras de opresión en el seno de
lo social.
6) El saber profesional y académico está puesto al servicio de los grupos más desfavorecidos de
la sociedad y hacia la transformación social. Se transforma la relación sujeto-objeto típica del
conocimiento científico, para asumir una postura no neutral a favor de la transformación social,
donde las relaciones se den entre sujetos.
o Por una parte, la acción comunitaria se compone de reflexiones y acciones : la relación entre la
reflexión y la acción es que, la reflexión conjunta sobre cuáles son los problemas y necesidades
que existen para los miembros de la comunidad y las maneras en las que éstos pueden ser
transformados, y que dichas acciones dan elementos para la evaluación (reflexión) de las
situaciones vividas, sus causas y las consecuencias que se han logrado con dichas acciones. Las
perspectivas participativas plantean la inseparabilidad de los procesos de reflexión y de acción,
una praxis transformadora.
o Esta acción se realiza a partir de un grupo comunitario: generalmente no se moviliza toda una
comunidad para realizar la acción comunitaria. Más bien, lo más frecuente es que las acciones
sean promovidas por un grupo de personas que comparten relaciones e intereses organizándose y
desarrollando la acción dentro de la comunidad.
o El grupo comunitario no debe ser visto como un grupo cerrado que una vez conformado no se
transforma durante toda la acción comunitaria; sino que se construye y reconstruye
contantemente a través de las entradas y salidas de diferentes personas y de los diversos
procesos de definición de objetivos que se puedan dar a lo largo del trabajo.
Por otro lado, la acción comunitaria puede ser motivada, o no serlo, por parte de
profesionales de la intervención social. La relación de los profesionales con los miembros de
la comunidad, no debe darse para dirigir la acción de esos grupos, en el sentido de definir desde
afuera cuáles son los problemas más relevantes de la comunidad y las maneras de afrontarlos
desde la psicología comunitaria, se establece que dicha relación debe ser de “catálisis
social”, lo que implica que el papel de la persona profesional es el de apoyar al grupo comunitario
en su actividad. La relación de los profesionales y las personas de la comunidad debe ser
horizontal y de mutuo enriquecimiento.
Finalmente, la acción comunitaria se da en el ámbito de la vida cotidiana de las personas
y sus diferentes ambientes físicos e intersubjetivos y en el seno de los marcos de significados que
se construyen en estos contextos.
- Poe otra parte, la entrega sistemática del conocimiento popular, se refiere al proceso por el
cual las personas de la comunidad se desprenden de su conocimiento para compartirlo con los
profesionales en el seno del grupo de trabajo.
Goncalves: se refiere a la simetría de los dos conocimientos que se ponen en juego en la práctica
comunitaria, y concluye que de la unión de estos conocimientos surge un nuevo producto que es
el conocimiento del que dispone el grupo de trabajo en intervenciones concretas para la reflexión
y acción.
Psicología comunitaria: en tanto no existe una separación tajante entre teoría y práctica, sino más
bien un intento por fusionar ambas prácticas, tampoco podemos delimitar claramente una
separación entre sus presupuestos teóricos y metodológicos. Ésta es una característica que es
vista como una fortaleza para la práctica o praxis de la psicología comunitaria. La psico
comunitaria asume que siempre que se investiga se está realizando una acción, y que ambos
procesos son inseparables.
- Lo que se pretende es que a partir del diálogo productivo entre personas que intervienen,
personas de las comunidades y demás colectivos involucrados, se puedan lograr reflexiones y
producir un tipo de conocimiento que cuestione las relaciones sociales de dominación en las que
están insertas esas personas.
- Las metodologías participativas suponen también una ruptura con el modelo tradicional
profesional y científico, donde un saber “profesional” se impone a las personas que son
intervenidas o “beneficiarias” de esas acciones, a través de relaciones de saber-poder (Foucault).
Se mencionaran dos movimientos que han nutrido las metodologías que actualmente se utilizan
en la psicología comunitaria: la investigación acción participativa y la educación popular.
Objetivo común: crear procesos sociales de transformación, a partir de metodologías que hagan
hincapié en la participación de las personas en la toma de decisiones sobre los problemas que
deben ser atacados, las maneras en las que deben ser abordados y la evaluación de los resultados
de las acciones del proceso. Ambas corrientes metodológicas permiten conocer transformando.
- Se trata de hacer evidentes las ideologías y las prácticas de opresión para poder
transformar estas realidades de manera conjunta, de forma dialógica.
Existen algunas etapas o fases generales en los procesos de acción o intervención comunitaria:
1) La primera fase consiste en el contacto con las personas y el medio con los que se va a
trabajar.
2) Elaboración del programa o proyecto: una estrategia de investigación acción participativa que
permita responder a las preguntas ¿qué queremos hacer? ¿cómo lo queremos hacer? ¿Qué
cambios deseamos realizar? Es necesario definir los propósitos de la acción, considerar los
recursos con los que se cuenta, organizar la acción y saber a quién va dirigida, quiénes serán los
destinatarios de ésta.
5) Autogestión: se caracteriza por la separación del agente externo del proceso comunitario. El
objetivo principal es que este proceso continúe de manera autónoma a partir de los grupos que se
hayan conformado, sin la necesaria participación de agentes externos a la comunidad.
PRÓLOGO
PICHÓN: su vocación por las Ciencias del Hombre surge de la tentativa de resolver la oscuridad
del conflicto entre dos culturas a raíz de la emigración de sus padres desde Ginebra hasta el
Chaco, fue desde los 4 años testigo y protagonista de la inserción de un grupo minoritario
europeo en un estilo de vida primitivo. Se dio así en el la incorporación, no del todo discriminada,
de dos modelos culturales casi opuestos. Su interés por la observación de la realidad fue
inicialmente de características pre científicas, más exactamente, míticas y mágicas, adquiriendo
una metodología científica a través de la tarea psiquiátrica.
- Ubicado en un contexto en el que las relaciones causales eran encubiertas por la idea de la
arbitrariedad del destino, su vocación analítica surge como necesidad de esclarecimiento de los
misterios familiares y de indagación de los motivos que regían la conducta de los grupos
inmediato y mediato.
- Los misterios no esclarecidos en el plano de lo inmediato (lo que Freud llama "la novela
familiar"), y la explicación mágica de las relaciones entre el hombre y la naturaleza determinaron
en el la curiosidad, punto de partida de su vocación por las Ciencias del Hombre.
- La observación, dentro del material aportado por los pacientes, de dos categorías de
fenómenos netamente diferenciables para el operador: lo que se manifiesta explícitamente y
lo que subyace como elemento latente, permitió incorporar en forma definitiva al esquema
de referencia la problemática de una nueva psicología que desde un primer momento
tendería hacia el pensamiento psicoanalítico.
- El contacto con los pacientes, el intento de establecer con ellos un vínculo terapéutico
confirmó lo que de alguna manera había intuido: que tras toda conducta "desviada" subyace
una situación de conflicto, siendo la enfermedad la expresión de un fallido intento de
adaptación al medio. En síntesis, que la enfermedad era un proceso comprensible.
o En este escenario interior se intenta reconstruir la realidad exterior, pero los objetos y
los vínculos aparecen con modalidades diferentes por el fantaseado pasaje desde el "afuera" hacia
el ámbito intrasubjetivo, el "adentro".
o Es un proceso comparable al de la representación teatral, en el que cada actor recrea, con una
modalidad particular, la obra y el personaje.
Epistemología convergente: según esta, las ciencias del hombre conciernen a un objeto único: "el
hombre en situación" susceptible de un abordaje pluridimensional. Se trata de una interciencia,
con una metodología interdisciplinaria, la que funcionando como unidad operacional permite un
enriquecimiento de la comprensión del objeto de conocimiento y una mutua realimentación de las
técnicas de aproximación al mismo.
¿POR QUÉ FREUD ES EL PUNTO DE PARTIDA DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL POSTULADA
POR PICHÓN? Porque para Pichón, la formulación de Freud implicaba romper con el
pensamiento psicoanalítico ortodoxo, al que adhirió durante los primeros años cuya ruptura
significó un verdadero obstáculo epistemológico, una crisis profunda, cuya superación le llevó
muchos años
¿Por qué para Pichón la psicología es en sentido estricto social y no en sentido amplio
como plantea Freud?
· En la vida anímica individual, aparece integrado siempre, efectivamente, 'el otro' como
modelo, objeto, auxiliar o adversario y de este modo la psicología individual es al mismo tiempo y
desde el principio psicología social, en un sentido amplio, pero plenamente justificado.
¿Qué tipo de relaciones considera Freud como fenómenos sociales y cuáles son
fenómenos narcisisticos?
· Se refiere luego Freud a las relaciones del individuo con sus padres, con sus hermanos, con
la persona objeto de amor y con su médico, relaciones éstas que han sido sometidas a la
investigación psicoanalítica y que pueden ser consideradas como fenómenos sociales: estos
fenómenos entrarían en oposición con aquellos denominados narcisísticos.
Podríamos objetar aquí que tal oposición no existe por cuanto todo narcisismo es secundario, en
la medida en que en el vínculo interno, que puede tener una apariencia narcisística, el objeto ha
sido previamente introyectado. Es decir, que al darse una estructura vincular, "el otro", el objeto,
está siempre presente a través de dicho vínculo, aunque sea escamoteado bajo la apariencia de
un narcisismo secundario.
Se trata de relaciones sociales externas que han sido internalizadas, relaciones que denominamos
vínculos internos, y que reproducen en el ámbito del yo relaciones grupales o ecológicas.
Estas estructuras vinculares que incluyen al sujeto, el objeto y sus mutuas interrelaciones, se
configuran sobre la base de experiencias precocísimas;
Freud insiste en la necesidad de una diferenciación de los grupos, pero afirma que de
todas maneras las interrelaciones entre individuos siguen existiendo, y que no es
necesario apelar para su comprensión a la existencia "de un instinto social primario e
irreductible pudiendo los comienzos de su formación ser hallados en círculos más
limitados, por ejemplo, en la familia".
FREUD: el yo entra, a partir de este momento, en la relación de objeto con el ideal del yo por él
desarrollado, y que, probablemente, todos los efectos recíprocos desarrollados entre el objeto y el
yo total, se reproducen ahora dentro del yo.
Ana Quiroga esbozará en este texto algunas hipótesis acerca de la vinculación entre relaciones
sociales, procesos de crisis y subjetividad: estas hipótesis se articulan en el eje de la salud mental
y el aprendizaje, y han sido elaboradas a partir de una práctica en Psicología Social, desarrollada
en distintos contextos de la tarea.
Crisis estructural: 1989 esa intensificación de la crisis se manifestó como una situación de
emergencia en lo económico, lo social, lo político, lo ético, lo cultural. Impactó en las diversas
dimensiones de la vida social, instalando rasgos de anomia, y en consecuencia, de una
desestructuración de las instituciones.
Para Pichon-Riviere, la Psicología Social no designa sólo un área de procesos y fenómenos, sino
que implica una concepción de sujeto como ser complejo y sostiene la esencia social del
psiquismo, en tanto entiende que entre el orden social e histórico y la subjetividad, existe una
relación dialéctica y fundante.
· En tanto ser de necesidades, es por ello sujeto de la praxis, del conocimiento. Hace a su
esencia ser el productor de su vida material, lo que lo define como sujeto de la historia, creador
de orden social y del universo simbólico que es su escenario.
Será entonces objeto de indagación, el destino que las necesidades de los sujetos tienen en esas
instancias, hasta qué punto ellas son reconocidas o desconocidas, valorizadas o descalificadas.
· Sin embargo, la actual crisis económica, social y política nos enfrenta con distintas
contradicciones: quiebra la cotidianidad y simultáneamente le da forma, instalándose en ella y
otorgándole una nueva calidad a nuestra experiencia.
Ahora bien, ¿de qué crisis de trata?: ¿crisis de qué o de quién? ¿crisis de las relaciones sociales,
crisis de las organizaciones, crisis del sujeto? ¿las crisis en las relaciones sociales implican
necesariamente
crisis de los sujetos? ¿en qué aspectos afectan a los sujetos las crisis sociales? ¿cuál es la función
de vínculos, grupos, organizaciones en las crisis sociales?¿cuál es la relación entre subjetividad y
crisis, entre crisis y salud mental?
Ese discurso que significa unívocamente a la crisis como destrucción y la despoja de sus
potenciales aspectos de crecimiento y creatividad, se funda en una postura metafísica que niega
el carácter omnipresente del movimiento, y en lo ideológico se funda en el temor y la intolerancia
a los procesos de cambio y las contradicciones que lo engendran y manifiestan.
Por su condición de sujeto de las necesidades y de la práctica, por las modalidades de su relación
con el mundo, por su temporalidad, el hombre es un ser a cuya esencia hace el movimiento.
Como sujeto histórico es sujeto de las crisis y sus elaboraciones.
El psiquismo humano se configura como movimiento de desestructuración y estructuración, de
quiebra y resolución.
Este movimiento permanente, este inacabamiento que hace a la subjetividad y le da vida, remite
contradictoriamente a la necesidad de una estructura relativamente estable que opere como
sostén y referente.
El vínculo y el grupo cumplen, en relación al sujeto, una función esencial de sostén o función
yoica, condición de emergencia y desarrollo del psiquismo humano.
- Esto hace de la continencia y el sostén social, institucional, grupal y vincular una necesidad
omnipresente.
nos compromete como sujetos de un sistema, pero a la vez nos trasciende. Consiste en la
agudización de las contradicciones inherentes a este sistema, en una tensión máxima entre los
polos de esas contradicciones.
- Esa tensión, al intensificarse, produce una eclosión, un estado de conflicto que tiene diversas
manifestaciones, ya que las crisis sociales nunca son unidimensionales, sino que emergen de una
multiplicidad de contradicciones.
Las crisis tienen un aspecto develador, en que rasgos ocultos de la vida social se hacen
manifiestos. En tanto ruptura y tránsito, en las crisis ya no hay apoyatura ni en lo previo ni en lo
nuevo, lo que genera la posibilidad de un impacto crítico en la subjetividad. La
multidimensionalidad de la crisis social se expresa por un deterioro acelerado de las instituciones
de ese sistema.
¿QUÉ IMPLICA ESTO PARA EL SUJETO QUE SOSTIENE Y ES SOSTENIDO EN ESAS RELACIONES
· Lo que llamamos cotidianidad implica una secuencia de los hechos de nuestra experiencia,
la que tiene un ritmo relativamente estable.
Registrar una situación como crisis implica una inestructuración del campo del conocimiento, por
la movilización o ausencia de referentes. Las crisis implican quiebra o debilitamiento delos
sistemas de significación. La inestructuración que emerge nos habla de la articulación profunda
entre aprendizaje y crisis.
- Esto se da tanto porque aprender significa poner en crisis lo previamente estructurado como
visión del mundo para lograr una nueva estructuración, como porque las crisis se enfrentan y
resuelven a través de procesos de aprendizaje que modifican al sujeto y sus modalidades de
interpretar y operar sobre la realidad, haciéndolo crecer como sujeto del hacer y el conocimiento.
Pero no es éste el único camino: está presente para el sujeto de las crisis, la posibilidad de una
disociación operativa que le permita no ser invadido por las ansiedades, conservando su
capacidad de discriminación y análisis.
Cuando se habla de disociación operativa y otras modalidades de posicionamiento ante las crisis,
se quiere señalar que hay otras formas de ordenar la visión del mundo, que permiten la
alternancia de la disociación y la integración, el descenso de las ansiedades, pudiéndose albergar
el conflicto, y crecer el aprendizaje.
Los vínculos, los grupos, las instituciones y los procesos identificatorios que los sustentan, están
particularmente comprometidos en el proceso de crisis surge así una demanda al otro, al
grupo o la institución, que tiene características fusionales, homogeneizantes, en las que pareciera
no haber lugar para la singularidad de los sujetos, quizá porque la fragilización subjetiva lleva a
vivenciar como amenazantes la diversidad, la diferencia, y como antagónica toda contradicción.
En las crisis hay tensión, decisión y desenlace: este último no está desligado de un
posicionamiento de los sujetos ante el movimiento y complejidad de las crisis. ¿Desde dónde
tomar posición? Desde la historia personal y social. La historicidad del sujeto dice de su unidad de
ser, de su continuidad y permanencia relativa, en lo absoluto del movimiento y la transformación.
IDENTIDAD: es el instrumento de comprensión de las crisis, el soporte interno del sujeto y de las
organizaciones. Desde su identidad, el sujeto se sitúa en el presente y anticipa un futuro,
sostenido y sosteniendo un proyecto que da sentido a su vida personal y a su ser social.
Como consecuencia del orden social en tumultuoso cambio, fue necesario repensar esa particular
forma de relación sujeto-mundo a la que llamamos salud mental, concepción indisolublemente
ligada a la concepción de sujeto.
La reflexión acerca de las concepciones de salud mental y su rol en la vida social, puede operar
como hilo conductor para penetrar en ese campo al que hemos caracterizado como complejo y
difuso, y del que podemos afirmar también que es equívoco y confuso, en tanto escenario de
controversias teóricas e ideológicas, y fuertemente impactado por los procesos de crisis y
transformación de la vida social y su incidencia en la subjetividad.
- Estamos ante hechos que nos muestran la emergencia de nuevas formas de vinculación,
nuevas modalidades de significarse a sí mismo y al otro, y también nuevas patologías.
PICHON-RIVIERE: “la elaboración de un criterio de salud mental es, a nuestro juicio, el punto de
partida posible y necesario para analizar y evaluar, tanto las estructuras asistenciales y las
SALUD MENTAL: conjunto de procesos, relación del sujeto consigo mismo y con el mundo; un
mundo que se da a su experiencia como mundo social, a la vez material y simbólico.
En ese universo de significaciones, en ese mundo de instituciones que hacen al orden social,
emergen las concepciones de salud mental, pero a la vez inciden en él y contribuyen a
configurarlo.
· Este criterio define lo “sano” y lo “enfermo”, es una presencia que puede ser explícita o
implícita, pero que alcanza siempre una enorme vigencia normativa.
La ideología hoy dominante, visión del mundo sustentada en las necesidades de un sector
minoritario y hegemónico incurre en esa distorsión a través de mecanismos como: la
universalización de lo particular, lo que no permite el análisis de la relación entre lo general y lo
particular conduciendo a falsas generalizaciones.
La relación ideología y conocimiento, debe ser analizada teniendo en cuenta tres factores:
1) La concepción del mundo, del hombre y la historia.
2) Una base social objetiva, intereses que esa concepción expresa.
La concepción hegemónica, por su parte, cumple una función esencial de instrumento de control
social o “domesticación subjetiva”, que plantea una ADAPTACIÓN PASIVA, un cumplimiento
con
los requisitos de convivencia que no implica transformación del sujeto ni resolución de conflictos,
sino un “aplacamiento” que expresa su relación empobrecida consigo mismo y con el mundo.
Pichon-Riviere:
o Se sitúa en polémica con el simple adaptacionismo, relación acrítica con el mundo, aceptación
acrítica de normas, valores, hábitos, etc.
o Con el término adaptación a la realidad, el autor reafirma algo fundacional de sus desarrollos
en psiquiatría y psicología social, puesto que está en el orden de la concepción del mundo, del
sujeto y del conocimiento: Pichon-Riviere elabora un pensamiento al que denomina Psicología
Social, cuando descubre la eficacia de las “relaciones reales”, del mundo objetivo, en la
subjetividad.
o Ese mundo objetivo existe con independencia del sujeto, que no es su constructor, sino su
potencial conocedor y transformador.
Plantea entonces, por un lado dos elementos teóricos que están íntimamente ligados entre sí:
CONCEPCIÓN DEL HOMBRE // CRITERIO DE SALUD.
Dice que a partir de la práctica y desde ese “lugar teórico” se da de hecho la enunciación de leyes
que darían cuenta de los procesos del sector de lo real a conocer y transformar. ¿Desde donde
interroga un investigador? La práctica, los hechos mismos. La pregunta por las condiciones de
producción de los procesos psíquicos no es especulativa ni tiene como punto de partida la teoría.
Surge de la práctica. Es la práctica la que interroga a los hechos y en el procesamiento de la
práctica emerge la teoría como respuesta abarcativa y sistemática, que intenta dar cuenta de los
fenómenos en la complejidad de sus relaciones y determinaciones.
El investigador, en tanto ser social, se sitúa en su práctica desde el interior de un sistema social
de representaciones que tiene sus condiciones de producción en el complejo de relaciones sociales
que constituyen el contexto de su tarea. Quien investiga en el campo de los procesos psíquicos
indaga sus leyes a partir de su práctica concreta, pero se sitúa en ella y la interpreta desde su
concepción de los órdenes natural, social e histórico que convergen en el hombre. Esta
concepción opera como óptica, como perspectiva de abordaje y comprensión. Se manifiesta como
concepción del sujeto. EMERGE COMO HIPÓTESIS ACERCA DE QUÉ DETERMINA, EN ÚLTIMA
INSTANCIA, LA EXISTENCIA Y LA FORMA DE LOS PROCESOS INVESTIGADOS.
Sostener una determinación social de la práctica desde los sistemas de representación vigentes en
una sociedad no significa negar la dialéctica del conocer.
(dialéctica definida como Conjunto de razonamientos y argumentaciones de un discurso o una
discusión y modo de ordenarlos.
comienza planteando un interjuego constituido por una concepción del sujeto como social e
históricamente determinado, y un contexto. Este interjuego tiene como fundamento una
contradicción inherente al sujeto, contradicción entre necesidad y satisfacción. Es la
necesidad la que promueve la relación activa con el mundo externo, con el otro, en la búsqueda
de la fuente de gratificación.
Porque los procesos anteriormente mencionados sólo pueden cumplirse en relaciones necesarias
con otros hombres.
En el seno de estas relaciones emerge el psiquismo como interiorización de las mismas, como
instancia y como función representacional que dará luego lugar al surgimiento del pensamiento, el
lenguaje y las distintas formas de simbolización.
¿QUÉ ES EL ECRO?
En este texto, el ECRO es definido como un sistema de conceptos, que hace referencia a un sector
de lo real e instrumenta, en tanto da cuenta de sus leyes internas, para operar sobre el.
En síntesis, es desde la concepción de la naturaleza humana, social e históricamente determinada,
desde el hombre entendido en cada aquí y ahora como el punto de llegada de un proceso
histórico, síntesis o centro de anudamiento de una compleja red de relaciones sociales y a partir
de una práctica clínica que remite a una dialéctica entre mundo interno y mundo externo, entre el
sujeto y su contexto vincular.
a. NECESIDAD Y SATISFACCIÓN
¿QUE VALOR TIENE PARA PICHÓN LA EXPERIENCIA CON EL OTRO? RELACIONE CON
SU ABORDAJE DE GRUPO FAMILIAR.
Desde la óptica Pichoniana, si la experiencia con el otro alcanza tal valor de determinación de la
subjetividad, la focalización en el análisis de la dialéctica entre sujetos, de los procesos vinculares,
de la interacción, se constituye en el abordaje pertinente.
El estudio de estas mediaciones, escenarios de la experiencia del sujeto, echa luz sobre la
organización material de la experiencia y sus afectos en la constitución de lo subjetivo. Desde allí
que la psicología social se define como una crítica de la vida cotidiana.
Por esto, el hecho más esencial e inmediato -a la vez histórico y cotidiano- es que los
hombres producen y reproducen su vida en una doble relación: con la naturaleza y con
los otros hombres.
Las formas concretas que revisten la vida de los hombres están directamente relacionadas con las
modalidades en que la existencia material se produce y reproduce: el objeto, los medios y las
formas de producción, así como la inserción de los sujetos en ese proceso productivo, la
distribución de lo producido y la relación que guarda lo que se produce y su distribución con las
necesidades de los hombres que constituyen una organización social, determinan sus formas de
vida, su cotidianidad.
Desde la psicología social jerarquizamos la producción de la propia vida como hecho fundante en
tanto es condición de existencia, y desde allí fundante y condicionante a su vez de toda otra
experiencia.
- Son las experiencias concretas, la acción y la práctica las que determinan las
subjetividad y no viceversa: desde esta afirmación queda planteado el carácter social e
histórico de lo psíquico, dejando de lado la concepción de una naturaleza humana ahistórica y
presocial sostenida por la ideología dominante.
Es por eso que la psicología social se plantea el abordaje del sujeto en la interioridad
de sus vínculos, en el seno de las tramas de relación en las que sus necesidades
emergen, son decodificadas y significadas, cumpliendo su destino vincular y social de
gratificación o frustración.
¿cómo define su psicología social (en función al tipo de abordaje del sujeto)?
La psicología social que postulamos, en función de su abordaje del sujeto en sus condiciones
concretas de existencia, se define como crítica de la cotidianidad: su tarea implica un análisis
objetivo de las formas en que en cada formación social concreta, se organiza materialmente la
experiencia de los sujetos, determinándose así el interjuego fundante para la constitución de la
subjetividad entre necesidad y satisfacción vincular social de esa necesidad.
La crítica de la vida cotidiana consiste en el análisis del destino de las necesidades de los
hombres en una organización social determinada.
A cada época histórica y a cada organización social corresponde un tipo de vida cotidiana, ya que
en cada época histórica y en cada organización social se dan distintos tipos de relaciones con la
naturaleza y los otros hombres.
- Son hechos múltiples y heterogéneos, en los que toma cuerpo y se patentiza en forma
fragmentaria e inmediata la organización social de la relación entre necesidades y metas.
Vida cotidiana es la forma de desenvolvimiento que adquiere día tras día nuestra historia
individual: implica reiteración de acciones vitales, en una distribución diaria del tiempo. Por eso
sostenemos que cotidianidad es espacio, tiempo y ritmo. Se organiza alrededor de la
experiencia, de la acción, del aquí de mi cuerpo y del ahora de mi presente.
La vida cotidiana nos muestra un mundo subjetivo que yo experimento. Pero a la vez
ese mundo es intersubjetivo, social, compartido. Para cada uno de nosotros “mi
mundo” es un mundo que vivo con otros.
Los hechos y fenómenos que vivimos, en los que nos implicamos día a día, se nos presentan como
algo que no tiene sentido cuestionar o problematizar, que no requiere examen ni verificación, ya
que constituirían lo real por excelencia.
¿De dónde surge esta valoración de lo cotidiano como loa autoevidente e incuestionable? Dicha
interpretación tiene su origen y su fundamento en un sistema social de
representaciones o ideología que encubre lo cotidiano, lo distorsiona, en tanto lo
muestra como “la realidad”, la única forma de vida posible.
La ideología dominante mistifica lo cotidiano en tanto oculta, desde los intereses de los
sectores hegemónicos en la sociedad la esencia de la vida cotidiana, su carácter de
manifestación concreta de las relaciones sociales, de la organización social de las relaciones
entre necesidades de los hombres y metas disponibles, formas de acceso a la satisfacción.
Desde esa representación de la cotidianidad, nos movemos en ella con una familiaridad acrítica,
con una ilusión de conocimiento que sólo es desconocimiento. Desde la familiaridad acrítica,
desde el no interrogarse, la apariencia se identifica con lo real y lo esencial suele quedar oculto.
A partir del mito de “lo natural”, “lo eterno”, “la realidad por excelencia”, “lo que simplemente es”,
la realidad de lo cotidiano ha desaparecido de la representación. Por eso afirmamos que la
realidad social se muestra y se oculta a la vez en la vida cotidiana. Se muestra en los hechos y se
oculta en la representación social de los hechos. Nuestra vida cotidiana está recorrida y legitimada
por diversos mitos. Uno de ellos es el de una cotidianidad uniforma, homogénea.
- El mito oculta que en una organización social como la nuestra hay una gran heterogeneidad
de experiencias, de recursos, de condiciones de vida, de hábitat, en consecuencia una
heterogeneidad de cotidianidades.
Esta crítica, en tanto actitud científica, analítica, es lo opuesto a conciencia ingenua: una
consecuencia de la crítica es la desmitificación, la superación de ilusiones o ficciones en relación a
los hechos. La crítica es un interrogar a los fenómenos y las relaciones, e la búsqueda de sus
leyes internas, de su esencia. Ese interrogar introduce una distancia adecuada entre el hecho y el
sujeto, que se transforma así en sujeto cognoscente. Incluye la conciencia y la reflexión allí donde
había mecanismos de acción irreflexiva y representación acrítica.
2) En segundo término estableciendo una ruptura con la familiaridad acrítica, con el mito de lo
obvio y lo natural, con el sistema de representaciones que la muestra como lo real y autoevidente.