Tarea 9, Historia de La Fil I-2021

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

Tarea 9

Historia de la filosofía Med


Sexto Empírico. Contra los dogmáticos.
Nombre: Cristian Alberto Zanguña Castro
Cod:202012667

1) Breve biografía de Sexto Empírico

Sobre la vida de Sexto Empírico no sabemos prácticamente nada, salvo que fue
griego sino de nación, si de formación, y que profeso la medicina, como se deduce
por sus diversas menciones en sus propias obras, probablemente perteneció a la
escuela empírica de medicina, como lo fueron otros seguidores del pirronismo.
Existen distintas hipótesis sobre su origen que pudo ser Apolonia de Cirene o Libia
y su lugar de trabajo Atenas, Alejandría o roma.
Tampoco hay un acuerdo en las fechas en las que se sitúa su labor como escritor,
algunos estudiosos lo sitúan en las primeras décadas del siglo II, aunque la mayoría,
en cambio, lo adscriben a la segunda mitad de ese mismo siglo y otros por su parte
lo elevan a las primeras décadas o incluso a mediados del III.
Hemos de reconocer que lo único de lo que podemos tener seguridad es que pudo
haber vivido en algún momento entre los primeros años del siglo II y la primera
parte del siglo III.
Sexto Empírico (ca. 160 d.C – ca. 210 d.C) Filósofo y médico griego, uno de los
representantes más importantes del escepticismo pirroniano, sus escritos ha sido la
fuente para el estudio del pensamiento antiguo y de la corriente filosófica que
defendió. Sexto fue conocido como Empírico, nombre que recibió debido a sus
prácticas médicas y las ideas que promovía, las cuales estuvieron influenciadas por
el pensamiento de Pirrón y Enesidemo, esto se ve reflejados en sus escritos
Argumentaciones pirrónicas (o «Esbozos pirronicos») y Adversus mathematicos
(contra los profesores), obra conservada y estudiada por las siguientes generaciones.
Sobre la vida del filósofo se conocen pocos detalles, por lo que se llegó a pensar que
este no existió, sin embargo, al ser mencionado en la obra de Diógenes Laercio, su
existencia fue confirmada aun sin muchos datos sobre este.
Se situó su nacimiento cerca de la segunda mitad del siglo II d. C, aunque no se
sabe con exactitud el lugar donde nació; por sus escritos es probable que viviera en
Atenas, Alejandría y Roma, lugares donde se formó como médico y filósofo.
Durante su formación abrazó los preceptos del escepticismo (skeptikoi), corriente
filosófica basada en la negación de cualquier certeza, para el escéptico no existen
las verdades absolutas, motivo por el cual estos se oponían a las ideas de los
dogmáticos. El escéptico siempre está investigando y dudando del conocimiento, se
abstiene de cualquier presunción de verdad o conocimiento absoluto,
normalmente pone en duda sus conocimientos, manteniéndose en epojé, dejando
todos sus juicios e ideas en un estado de suspensión, el cual no le permite negar o
afirmar cualquier idea, ya que de esta manera pueden conocer la realidad sin ideas
preconcebidas. Como seguidor de la corriente su pensamiento estuvo influenciado
por la obra Pirrón y Enesidemo, filósofos escépticos de los cuales se conocen sus
ideas gracias a la obra de Sexto Empírico.
De la obra del filósofo y médico se conservan los escritos Argumentaciones
pirrónicas, también conocidas como Esbozos pirrónicos y Adversus mathematicos o
contra los profesores, textos en los que resumen las bases de la corriente filosófica y
los argumentos con los cuales esta refutaba la idea del conocimiento absoluto y
demostrable defendida por los filósofos dogmáticos, demostraba la imposibilidad de
cualquier certeza científica, ética, teológica o de alguna índole. Sexto Empírico
aconsejaba evitar toda certeza, presunción de verdad o decisión, de manera que se
lograra mantener cierto balance espiritual, una de las finalidades de la filosofía. En
sus escritos planteaba que como guía para la vida el sentido común
Asimismo recomendaba orientarse por las necesidades, costumbres, leyes,
inclinaciones y tradiciones naturales
Su obra es fundamental para entender el pensamiento antiguo y el escepticismo,
dado que poco se conoce sobre esta, además de su negación a la certeza y la epojé;
de sus escritos se conservan solo los libros antes mencionados, aunque en estos
referenció a otros estudios como Memorias escépticas o Tratados escépticos y
Memorias médicas o Tratados médicos.

2) ¿Qué características podrían tener los dioses?

Evémero, apodado el Ateo, afirma: «Cuando la vida de los hombres era


desordenada, quienes aventajaban a los demás en fuerza e inteligencia hasta el
punto de que todos vivían bajo sus órdenes, buscando obtener mayor admiración y
veneración, se inventaron para sí mismos una suerte de poder superior y divino, y de
ahí que la mayoría los considerara dioses».
Ceos afirma: «Sol y luna, ríos y fuentes y en general todas las cosas que son útiles
para nuestra vida, los antiguos las consideraron dioses a causa de la utilidad que de
ellas se deriva, como hicieron los egipcios con el Nilo»; y dice que por eso el pan se
consideró Deméter, y el vino Dioniso, y el agua Poséidon, y el fuego Hefesto, y así
con cada cosa que nos es de provecho. Y Demócrito afirma que algunas
«imágenes» se acercan a los hombres, y que algunas de ellas son benéficas y otras
perjudiciales (de ahí que rogara encontrarse con imágenes propicias), que son
extraordinariamente grandes y difíciles de destruir, aunque no indestructibles, y que
anuncian a los hombres el futuro, pues se dejan ver y emiten voces.
Tal era la opinión de Aristóteles; pero hay otros que aseguran que el intelecto, con
la agudeza y agilidad que lo caracteriza, al escrutar su propia naturaleza llegó
también a reflexionar sobre el universo y concibió un poder excepcionalmente
inteligente y análogo a sí mismo, aunque de naturaleza divina.
Así también los primeros que alzaron la vista al cielo y contemplaron el sol
recorriendo su trayectoria, de oriente a occidente, y las ordenadas evoluciones de los
astros, buscaban al artífice de este bellísimo ordenamiento, conjeturando que no
ocurría espontáneamente, sino por obra de una naturaleza superior e incorruptible,
28 la cual era, precisamente, dios
Si tomamos como base la naturaleza que nos rodea para dar forma a los dioses
podemos descubrir imágenes descomunales y con formas humanas y así en virtud
de las representaciones oníricas el hombre dota a los dioses de un tamaño casi
humano, con una esencia dichosa e incorruptible que además despliega un
grandísimo poder en el mundo.
Por otro lado por inferencia de los hombres podemos tener la idea de dioses eternos,
incorruptibles y perfectos en su felicidad pues concebimos primero a un hombre
feliz, dichoso y colmado de bienes, intensificando luego estas características,
llegamos a concebir a dios como quien alcanzaba todo esto en un grado sumo o
superior.
Del mismo modo que con la edad aumentándola hasta el infinito y uniendo el
presente pasado y futuro, lograron la idea de la eternidad del dios.

3) ¿Argumentos en contra de la existencia de los dioses?

Afirmando que Zeus es padre de dioses y de hombre con la excepción de sí mismo


(Pues está claro que el no podría ser su propio padre), así también, cuando decimos
que no existe ninguna demostración, lo decimos con la excepción del argumento
que prueba que no existe demostración, pues solo este es una demostración aunque
se revoque a si mismo, pues existen muchas cosas que hacen lo mismo como el
fuego que tras consumir la leña, se destruye también a sí mismo.
Aun así, si existe la divinidad, es en todo caso un ser vivo. Y si es un ser vivo, sin
duda es en extremo virtuoso y dichosa (pues la dicha no puede subsistir sin la
virtud) Y si es en extremo virtuoso, posee todas las virtudes. Pero no posee todas las
virtudes, a menos que posea también continencia y fortaleza. Y no posee estas
virtudes, a menos que para el dios haya ciertas cosas de las que le sea difícil
abstenerse o que le sean difíciles de soportar. Continencia, en efecto, es «una
invencible disposición anímica a no transgredir las reglas de la recta razón», o bien
«una virtud que nos pone por encima de las cosas de las que parece difícil
abstenerse»128: por ejemplo, se dice que es continente no quien se abstiene de una
vieja moribunda, sino quien, pudiendo gozar de una Lais o de una Frine o de alguna
otra mujer similar, sin embargo, se abstiene. Fortaleza, por su parte, es «conocí-
miento de las cosas soportables e insoportables», o bien «una virtud que nos pone
por encima de las cosas que parecen difíciles de soportar»: muestra fortaleza, por
ejemplo, quien aguanta con fuerza cortes y quemaduras, y no quien se pone a beber
vino con miel. Por consiguiente, habrá ciertas cosas difícilmente soportables para el
dios y de las que le es difícil abstenerse. Porque si no las hay, tampoco poseerá estas
virtudes, o sea la continencia y la fortaleza. Y si no posee estas virtudes, puesto que
entre virtud y vicio no hay ningún estado intermedio, tendrá los vicios opuestos a
estas virtudes, como son la molicie y la incontinencia: en efecto, igual que quien no
tiene salud tiene una enfermedad, así quien no tiene continencia y fortaleza se ve
inmerso en los vicios opuestos, lo cual es absurdo afirmarlo en el caso de un dios.

Aparte de esto, si existe alguna divinidad, o es finita o es infinita. Infinita no podrá


ser, puesto que entonces sería inmóvil e inanimada. En efecto, si lo infinito se
mueve, pasa de un lugar a otro; pero al pasar de un lugar a otro, está en un lugar, y
al estar en un lugar, es finito. Luego si existe algo infinito, es algo inmóvil; y si es
que se mueve, entonces no es infinito. Y de igual modo es inanimado: porque si se
mantiene cohesionado por un alma, sin duda se mantiene cohesionado con un
movimiento del centro a los extremos y de los extremos al centro. Pero en algo
infinito no hay centro ni extremo; de manera que lo infinito tampoco es animado. Y
por eso, si la divinidad es infinita, entonces ni se mueve ni tiene alma. Pero la
divinidad se mueve, y se la considera dotada de animación; luego la divinidad no es
infinita. Y desde luego tampoco es finita. En efecto, puesto que lo finito es una parte
de lo infinito, y el todo es superior a la parte, es evidente que lo infinito será
superior a la divinidad y dominará la naturaleza divina. Pero es absurdo decir que
algo es superior a un dios y que domina la naturaleza del dios; por tanto, la
divinidad tampoco será finita. Aun así, si no es ni infinita ni finita, y aparte de estas
posibilidades no es posible concebir una tercera, entonces la divinidad no será nada.
Además, si la divinidad es algo, o es corpórea o es incorpórea; pero ni es
incorpórea, puesto que lo incorpóreo es inanimado, insensible e incapaz de
actividad alguna, ni es corpórea, puesto que todo cuerpo está sujeto al cambio y a la
corrupción, mientras que la divinidad es incorruptible; por tanto, la divinidad no
existe
Y si ve, ve tanto cosas blancas como cosas negras. Pero, puesto que lo blanco es lo
que posibilita que el rayo visual aprecie matices, y el negro lo que posibilita que el
rayo visual confunda matices, entonces el dios aprecia matices con su rayo visual y
también los confunde. Y si es susceptible de apreciación y de confusión, también
será susceptible de corrupción. Por tanto, si existe la divinidad, es corruptible. Pero
ciertamente no es corruptible; luego no existe. Además, la sensación es una cierta
alteración, pues es imposible que lo que percibe algo mediante la sensación no se
vea alterado y se mantenga en el estado en que se encontraba antes de la percepción.
Por consiguiente, si el dios tiene sensibilidad, también se ve alterado; y si se ve
alterado, es susceptible de alteración y de cambio; y al ser susceptible de cambio,
sin duda será también susceptible de cambiar a peor. Y si esto es así, también es
corruptible. Pero es ciertamente absurdo decir que el dios es corruptible; luego
también es absurdo defender su existencia.
Algunos afirman que los primeros líderes que reflexionaron sobre lo útil para la
vida, siendo personas de gran intelecto, inventaron la ficción acerca de los dioses
para mejorar la vida salvaje y desordenada que antes se llevaba, por tanto,
establecieron las leyes primero y luego a los dioses como supervisores de todas las
acciones humanas para que ni siquiera a escondidas el hombre se atreviera a obrar
mal.
Cuanto mayores sean las facultades sensibles del hombre, tanto más será este
superior a dios, cuando lo oportuno es como decía Carneades, que en este último se
verifique junto a los cinco sentidos presentes un número mayor de sentidos que le
permita percibir un número mayor de cosas.
Por tanto podemos afirmar que el dios posee un sentido del gusto, y que por medio
de este percibe sabores. Pero si los percibe por medio del gusto, entonces
experimenta la sensación de lo dulce y lo amargo, y al hacer esto le agradaran unas
cosas y desagradaran otras, y si le desagrada alguna será susceptible de sentir
molestia y cambiar a peor, por lo tanto, será corruptible, de manera que, si existe el
dios, será corruptible. Luego no existen los dioses.
Por otra parte si no hay duda que no sea evidente para un dios, sino que él, por
naturaleza, es capaz de aprehender por sí mismo todas las cosas, entonces no posee
un arte, sino que al igual que la rana y del delfín, que son por naturaleza capaces de
nadar, no diríamos que poseen un arte natatoria, del mismo modo tampoco del dios,
que aprehende por naturaleza todas las cosas, diríamos que posee un arte, pero si no
existe un arte en lo que respecta al dios, tampoco existirá una arte de vida que le
pertenezca y tampoco existirá la virtud. Y un dios que no posea virtud es un dios
inexistente.

Y si acaso el dios no posee sensatez tampoco tendrá templanza, pues la templanza


es un estado que se preserva mediante elecciones y rechazos, basado en las
decisiones con sensatez, y si no hay nada que excite los apetitos del dios, ni nada
que atraiga al dios, como podríamos decir que este tiene templanza. Y si se le
retiran estas virtudes, se le retiraran la justicia y también todas las demás. Pero un
dios que no posea ninguna virtud como dijimos antes será inexistente.

Aún más si existe la divinidad o posee virtud o no la posee. Y si no la posee,


entonces la divinidad es vil y desdichada lo cual es absurdo. En cambio, si la posee,
habrá algo superior al dios, pues al igual que la virtud del caballo es superior al
propio caballo, y la virtud del hombre es superior al que la posee, de la misma
forma la virtud del dios será superior al propio dios.
Y Si es superior a él, este se hallara en un estado imperfecto y defectuoso, y no
habiendo un estado intermedio entre los opuestos y como vemos el dios no se halla
en ninguno de estos podremos afirmar que no existe dios.

Si llegara a existir tendría una voz es decir posee órganos fonadores como son
pulmones, tráquea, lengua y boca. Pero esto es absurdo y además si usa la voz
entonces hablara , pero porque utilizaría más la lengua griega que la de los bárbaros,
o porque elegiría usar solo una o no todas, esto no sería entonces posible a no ser
que existieran ciertos intérpretes, pero sabiendo que no es así podemos decir que la
divinidad no utiliza voz alguna y que en consecuencia es inexistente.

Si existe la divinidad será corpórea o incorpórea. Y si es corpórea, o bien es un


compuesto de elementos simples, o bien es un cuerpo simple y elemental. Y si es un
compuesto, entonces es corruptible pues todo lo constituido por una reunión de
ciertas cosas necesariamente se disolverá y corromperá.
En cambio, si es un cuerpo simple como fuego, aire o tierra es inanimado e
irracional, lo cual es absurdo. Por consiguiente, si el dios no es un compuesto ni un
cuerpo simple y al margen de las alternativas no existe otra podemos decir que el
dios no es nada.

Citamos entonces que: Si Zeus es un Dios, también Poseidón que es su hermano


resultara ser un Dios, y si Poseidón es un Dios, también el Aqueloo será un Dios y
si lo es Aqueloo también lo será el Nilo; y si lo es el Nilo también cualquier río; y si
lo es cualquier río también los arroyos serán dioses, pero sabemos que esto no son
dioses por lo tanto tampoco Zeus lo es.

Pues como el agente no puede producir nada sin el llamado paciente, así tampoco el
llamado paciente puede ser afectado sin la presencia de aquel. De este modo se
deduce que la capacidad de producir el efecto se encuentra en el agente no más que
en el paciente. Por poner un ejemplo, que aclarará lo que decimos: si el fuego es
causa de combustión, o es capaz de producir combustión de manera independiente y
sirviéndose únicamente de su propia potencialidad, o bien necesita para ello la
colaboración de la materia combustible. Y si produce la combustión de manera
independiente y bastándole su propia naturaleza, entonces, al mantenerse siempre en
posesión (de sí mismo y) de su propia naturaleza, tendría que quemar
continuamente. Pero no siempre quema, sino que quema unas cosas y otras no las
quema: luego no quema de manera independiente y sirviéndose únicamente de su
propia naturaleza. Y si lo hace al añadírsele la idoneidad de la leña que se quema,
¿basándonos en qué vamos a decir que la causa de la combustión es el fuego y no la
idoneidad de la leña? Porque de la misma forma que, si no hay fuego, no hay
combustión, así también, si falta la idoneidad de la leña, no hay combustión. Y de
este modo, si el fuego es causa por el hecho de que cuando está presente se da el
efecto y cuando está ausente no se da, también la idoneidad será causa por ambas
razones. Por lo tanto, igual que en el caso de la sílaba di, que está compuesta por
las letras d e cae en el absurdo quien dice que la causa de la realización de esta
sílaba es la letra d, y no la letra i, así, si sustituimos la sílaba por la acción de
quemar y las letras por el fuego y la leña, cae en un absurdo mayor quien dice que la
causa de la combustión es el fuego y no la leña. Pues la combustión no se produce
sin el fuego, pero tampoco sin la leña, al igual que la sílaba di no se realiza tampoco
sin las letras d e i. De ahí que, una vez más, si la causa no es capaz de producir algo
ni de manera independiente ni con el añadido de la idoneidad del paciente, entonces
la causa no es capaz de producir nada.
En resumen los argumentos existentes que niegan la existencia de los dioses son:

a Concebir la divinidad como ser vivo implica sujetarla a la sensación, el cambio y


la corrupción lo que resulta incompatible con la noción de dios

b Aporías de aplicar a la divinidad los conceptos de finito / infinito y corpóreo /


incorpóreo

c Aporías de aplicar a la divinidad el concepto de virtud

d Aporía de concebir a la divinidad como poseedora de la facultad de hablar

e De nuevo la aporía de lo corpóreo / incorpóreo

f Silogismo progresivo de Carneades y Clitomaco

También podría gustarte