Funciones Del Lenguaje Clase 1
Funciones Del Lenguaje Clase 1
Funciones Del Lenguaje Clase 1
Las teorías más conocidas sobre las funciones del lenguaje, es decir, los objetivos con
que se emplea dicha herramienta comunicativa, son dos: la del alemán Karl Bühler y,
quizás la más conocida y difundida, la de Roman Jackobson, desarrollada sin embargo a
partir de las teorías del primero.
De acuerdo con este lingüista ruso, existen seis ejes (o intenciones) comunicativos
intrínsecos al lenguaje, a saber:
1. Te quiero
2. ¡Felicitaciones!
3. No creo haber visto nunca una mujer tan hermosa.
4. ¡Qué alegría verte!
5. Muchas gracias por toda su ayuda.
6. ¡Bravo!
7. Qué hombre desagradable.
8. Hacía un frío insoportable que llegaba hasta los huesos y parecía aumentar con cada paso
que dábamos.
9. ¡Oh!
10. Estamos desesperados por encontrarlo.
11. Estoy enamorado desde el primer día.
12. Ya no sé qué hacer.
13. Es una idea horrible.
14. ¡Qué desgracia!
15. El calor es agobiante, no lo aguanto.
16. La belleza de sus playas me dejó sin aliento.
17. ¡Espero que todo esté bien!
18. ¡De ninguna manera!
19. Estamos muy tristes por su partida.
20. Es una terrible desgracia.
Función expresiva o emotiva
Un amigo triste nos dice que se siente “como la mierda”, y entendemos su estado
interior sin tomar literal la expresión.
Una expresión adolorida cuando nos caemos, cuyo único fin es transmitirle a los
demás que nos duele la caída.
Al despertar, un “¡Buenos días!” puede ser dicho con entonación alegre,
significando que nos parecen efectivamente buenos días. Dicho con una entonación
lúgubre, en cambio, se convierte en una ironía pues apunta a todo lo contrario.
“¡Dichosos los ojos!” podemos decirle a un amigo que hace mucho no veíamos,
para hacerle saber que estamos contentos de verlo.
“¿Por qué a mí?” le pregunta a la vida alguien que atraviesa un momento atroz, pero
no se trata de que realmente espere una respuesta: sólo quiere expresar su pesar por
lo que le ocurre.
1. Cierre la puerta.
2. ¿Quién de ustedes es Juan?
3. No fumar.
4. ¿Puede atenderme, por favor?
5. Lleve dos y pague uno.
6. Señor, por favor no deje su paraguas ahí.
7. Batir durante 5 minutos en velocidad máxima.
8. Trae la bandeja.
9. Ayuda a la señora, por favor.
10. No deje pasar esta oportunidad única.
11. Envíe su currículum indicando remuneración pretendida.
12. Salgan con cuidado.
13. Utilizar guantes descartables para aplicar la inyección.
14. ¡Rápido!
15. Niños, no hagan tanto ruido.
16. ¡Mira eso!
17. Pablo, ven enseguida.
18. ¿Podrías traerme taza de café?
19. Observe las imágenes y encuentre las cinco diferencias.
20. ¿Hay agua en esa jarra?
21. Mantenga alejado de los niños.
22. Utilizar el compartimento 1 para la lavandina.
23. Compre dos excelentes productos a un precio especial.
24. Apague la luz antes de salir.
25. No responda a esta dirección de correo electrónico.
26. Escuchemos antes de hablar.
27. Salgamos de una vez.
28. Respóndeme.
29. ¿Hay alguien aquí?
30. ¡Cuidado!
Ejemplos de función apelativa
1. ¡Buenas noches!
2. ¡Buen día!
3. Hola.
4. ¿Me escucha?
5. Adiós.
6. Hasta luego.
7. ¿Usted qué opina?
8. ¿Hola?
9. Disculpe un segundo.
10. Bien.
11. Continuaremos mañana.
12. ¿En qué quedamos?
13. Entendido.
14. Ajá.
15. Ahora puede responder.
16. Hablando del tema….
17. Como te venía diciendo…
18. Perdone, ya vuelvo.
19. ¡Oiga!
20. Lo escucho.
21. De acuerdo.
22. ¿Me copia?
Los trabalenguas: “erre con erre cigarro / erre con erre barril…”, cuya única función
discursiva es el puro gusto de decirlos, ya que suelen ser complicados de
pronunciar.
A menudo empleamos giros lexicalizados o provenientes de la copla popular para
expresar más con menos, ya que posee un significado en la lengua y la cultura:
“Quien se va de Sevilla, pierde su silla”. El significado referencial de la expresión
se ha perdido en el tiempo.
Cuando recitamos un verso ante una situación específica, sólo por el placer de
escuchar su belleza. Por ejemplo, ante el mar: “Necesito el mar porque me enseña: /
no sé si aprendo música o conciencia: / no sé si es ola sola o ser profundo / o sólo
ronca voz o deslumbrante / suposición de peces y navíos” (versos de Pablo Neruda).
Cuando usamos un tropo estilístico para dar un énfasis o potencia a lo que deseamos
expresar: “Contigo se me fue la primavera”.
Cuando escribimos o leemos una obra literaria (novela, cuento, obra teatral) de la
que no esperamos obtener sino el deleite de su hechura.