Malvado Alpha

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Sinopsis

¿Cómo convences a alguien que piensa que ellos no


valen nada, que vale la pena todo? El truco es amarte
a ti mismo primero.

Terriblemente inseguro Anthony Reed cree que es


indeseable, por lo que cuando el hombre más caliente
en la escuela intenta ligar con él, se imagina que
debe ser una broma. ¿Cómo podría alguien querer a
un tipo con los grandes ojos marrones de Bambi y el
cuerpo de Rambo?

Decidido a mostrar a Anthony lo caliente que es,


Kevin Henderson va detrás del dulce gigante con todo
lo que tiene, y sus ventajas son considerables. Pero
cuando las cosas se ponen demasiado intensas y las
inseguridades propias de Kevin son expuestas, Kevin
se da cuenta de que tienen más en común que una
simple necesidad de sexo excéntrico.

Derribar los muros que han construido


cuidadosamente para mantener sus corazones a
salvo les atrae más profundamente que un vínculo
indestructible. Pero ¿serán capaces de dejar ir el
pasado y unirse a sus hermanos en el Campo de los
Dioses, o se refugiarán en la seguridad solitaria?
Capítulo 1
2
Anthony Reed casi salvó el segundo partido fuera de casa
de la temporada. Casi. Lo que descubrió en el autobús era
la esperanza de que quizás esta vez conectaría con uno de
sus compañeros de equipo. Todos los demás parecían estar
conectando. Tipos a su izquierda y a su derecha estaban
encontrando no sólo un jodido compañero, sino al parecer,
un alma gemela.

—Entonces, ¿qué diablos me pasa a mí?

Comprobándose a sí mismo en el espejo de cuerpo entero


que colgaba en la parte posterior del pasillo superior de la
entrada del dormitorio, Anthony decidió que no era
horrible. Como linebacker, estaba construido grande y
ancho, pero no tan excesivamente. Sí, era musculoso, pero
no era un bicho raro ni nada. No tenía venas gruesas
sobresaliendo, no a menos que flexionara realmente fuerte,
y no caminaba por ahí haciendo eso. Tampoco era un
gilipollas que flexionaba sus bíceps ofreciendo a la gente
boletos para una demostración de tiro, por lo que
claramente no era su cuerpo o su personalidad lo que le
detenía.

¿Tal vez su sentido de la moda?

Anthony se dio a sí mismo otra mirada de arriba a abajo.

Su ropa era bastante básica. Nada demasiado llamativo y


nada demasiado barato. Más o menos llevaba a mitad las
camisetas de viaje y los pantalones vaqueros. Su única
gran indulgencia era el caro calzado deportivo, pero
simplemente es que no podía encontrar zapatos baratos de
su número 50. Y entonces Anthony consideró que su pelo
castaño corto a lo militar y sus ojos marrones-plomizos
dominaban la cabeza cuadrada.
3
—Sí, ahí está el problema. Me veo como un jodido soplón.
O un aspirante a policía. —Anthony trató de enredar su
pelo, pero los mechones eran demasiado cortos para hacer
mucho más que estar de punta. La única forma de cambiar
su mirada era conseguir lentes de contacto, pero la idea de
meter algo en el ojo a diario le dio escalofríos. Tal vez
pudiera ponerse gafas—. Ay, mierda. Yo nunca voy a ganar
ningún premio por mi aspecto.

Anthony se dio cuenta de que tenía una cabeza como un


tarro, grande, de conmovedores ojos marrones de Bambi, y
el cuerpo de Rambo. No era una combinación atractiva.
Nada que pudiera hacer en los próximos cinco minutos iba
a cambiar eso. Anthony agarró su mochila llena con la
equipación, su grueso abrigo de invierno, y los tiró ambos
por encima del hombro. Pisoteó su camino escaleras abajo,
luego a través del patio donde el autobús del equipo estaba
calentando.

Había el habitual caos cuando todos los hombres


descendían del autobús en masa. Abucheos y saludos
vulgares eran la norma para este grupo, pero Anthony no
se molestó en unirse. No se sentía como una parte de los
Grizzlies ya más. No es que el mal humor fuera a ayudar al
asunto, pero en este momento, quería estar a solas con sus
pensamientos. Al final de este viaje, Anthony iba a
averiguar qué estaba haciendo mal. Y luego, finalmente
conseguiría algo de acción. El Señor sabía que si no había
nada pronto, terminaría casado con su mano izquierda.
Quizás ese era el problema. ¿No se suponía que los zurdos
eran malvados o algo así?

—¿Este asiento está ocupado?

Anthony miró y frunció el ceño. ¿Qué demonios estaba 4


haciendo Kevin Henderson queriendo sentarse a su lado?
Debe ser una broma. Todo el mundo sabía que Kevin y
Tyler eran pareja.

—Hey, no hay daño no hay falta. —Kevin lanzó a Anthony


un gesto decepcionado.

—No, espera, está libre. —Anthony empujó para hacer


espacio a Kevin. Tal vez si se lo pidiera amablemente,
Kevin le daría el 4111 porque él no parecía estar atrayendo
a nadie. Aunque, para ser justos, eso podría no ser el área
de experiencia de Kevin. El rubio que estaba como un tren,
probablemente tenía que ahuyentar a los miembros de
ambos sexos con una estaca. Mierda. Kevin era tan
refinado que probablemente tenía que contratar a
guardaespaldas para que protegieran sus considerables
ventajas.

—Hey, gracias. —Kevin empujó su mochila debajo del


asiento, luego dejó caer su gran cuerpo al lado de Anthony.
Maldita sea, pero cuando aterrizó, Kevin hizo temblar al
autobús. ¡No me hables de sacudir el mundo de alguien!
Como guardia de defensa, Kevin era un chico grande.
Probablemente se quedaba en casi 1,98 m. y superaba los
113 kg. Todo huesos y músculos. Por una vez, Anthony no
se sentía enorme. Con 2 m. y 136 kg. no era frecuente que
Anthony no tuviera ganas de gruñir. —Grrrr. —
Francamente, la única vez que se sentía normal era cuando

1 Se refiere al teléfono de información para ligar con alguien.


tenía alrededor a sus compañeros de equipo. Y entonces
sólo se sentía de un tamaño normal.

No había mucho espacio libre en el asiento, con sus dos


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enormes cuerpos, pero a Anthony no le importaba. Kevin se
sentía realmente muy bien aplastado en su costado.
Además olía fantástico.

Kevin Henderson había ganado la lotería del macho


delicioso. Cuerpo increíble, rubio de ojos azules, mirada de
ídolo adolescente, y olía como si acabara de salir de un
anuncio de colonia. Por otra parte, con su franqueza grado
A, no era una imitación. Si cualquier hombre en el planeta
tenía todo el paquete, Kevin Henderson era ese hombre. Y
Anthony estaba sentado a su lado. Y maldita sea todo el
infierno si no se sentía totalmente indigno. Tal vez ese era
su problema. ¿Quién diablos quería conectar con alguien
con sus problemas de autoestima?

—Hey, chicos, tenemos un pequeño problema.

El eco de las palabras con sus pensamientos hizo girar la


cabeza de Anthony hacia la parte trasera del autobús.

Danny Jones, el director del equipamiento, golpeó las


manos y dijo: —¿chicos? Hey, escuchad. El sistema de
calefacción es un poco flojo, pero no tengáis miedo, que he
traído mantas. —Danny empezó a pasarlas alrededor, pero
se hizo evidente que no eran suficientes para que cada
chico tuviera una.

—Nosotros podemos compartir —ofreció Kevin y Danny le


arrojó una manta—. ¿De acuerdo? —preguntó Kevin,
mirando a Anthony con su grandes ojitos.

—Sí, claro. —Francamente, a Anthony no le importaba.


Sentarse debajo de una manta con Kevin parecía mucho
más divertido que estar sentado solo. Además, si Anthony
se enfriaba, tenía su grueso abrigo de invierno. O tal vez él
y Kevin podía arreglarse. Sí, claro, y tal vez al llegar a Lone 6
Pine iban a patinaje artístico en lugar de a lanzar el viejo
cuero de piel de cerdo.

Sobre sus rodillas, Kevin mullía un forro polar negro y


verde, los colores del equipo, y luego colocó los brazos
debajo de la manta.

—Esto no será tan malo. —Kevin le dedicó una sonrisa que


prácticamente tenía el poder de derretir su ropa interior. Sí,
Kevin era así de jodidamente caliente. Si no hubiera salido
a la luz que era gay en el último viaje en autobús del
partido como visitante, junto con casi todos los otros chicos
de primera opción, Anthony nunca hubiera creído que lo
fuera. Kevin sólo le parecía que era el chico que toda madre
quería con el que volviera su hija a casa. Infierno, la
mayoría de las madres querrían llevarlo a casa para sí
mismas.

Anthony habría sonreído de nuevo, pero hasta ahora el


único poder que su sonrisa parecía tener, era la capacidad
de hacer que los chicos corrieran en otra dirección. —No es
tanto una sonrisa como que parece que quieras comerlos —
había dicho el entrenador cuando Anthony sonreía durante
los ejercicios de entrenamiento—. Haz eso más en el campo
y sin duda desestabilizarás la competición.

Anthony no había sido halagado por la evaluación del


entrenador Miller. Se encontró con que sonreía cada vez
menos.

Desplomándose, Kevin descansó las rodillas en el respaldo


del asiento frente a ellos, y Anthony siguió su ejemplo. Con
sus rodillas más altas que sus caderas, hicieron una mini
tienda con sus piernas.
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Una vez que el autobús se puso en marcha, los chicos se
establecieron, a continuación, Anthony sintió una mano
buscando a tientas en la parte delantera de sus pantalones
vaqueros. Dado que sus dos manos sostenían un dispositivo
de juego, la mano que manoseaba sus pantalones tenía que
ser la de Kevin.

—Maldita sea, tío, ¿por qué no usaste chándal?

Cuando Anthony miró casualmente, se dio cuenta de que


Kevin estaba sentado de tal manera que nadie podía decir
lo que estaba haciendo, incluso si estaban mirando derecho
a él.

—Yo no lo... yo no lo hago. —Anthony calló de una puta vez


y se sentó, mientras Kevin consiguió desabrochar el botón
de la cintura, luego deslizó la cremallera hacia abajo, sus
dedos rozando la longitud de su polla.

—¿Calzoncillos? —preguntó Kevin.

—Sí.

—¿De qué color?

Mierda. Por su vida, Anthony no podía recordar.

—¿No sabes? Eso está bien. —Kevin se reía—. Voy a


averiguarlo más tarde cuando te los desgarre.

Anthony casi se corrió. La imagen de macho delicioso de


Kevin rasgando su ropa interior iba a quedarse en su
cabeza en sus diez imágenes para masturbarse. Oh, Dios, y
si gruñía mientras rasgaba la tela en dos...

—Tienes la polla más grande que he visto.

Anthony miró hacia abajo, pero la manta cubría su regazo. 8

—En el vestuario, Tony. La he mirado un montón en el


vestuario. —Kevin frunció el ceño—. Me enfermé y cansé de
esperar a que te des cuenta.

—¿Y es por eso que estás haciendo esto?

—Sí. —Kevin dejó a un lado las solapas de los pantalones


vaqueros de Anthony y luego avanzó hasta los calzoncillos.
Al tirar de la ancha banda elástica sobre la cabeza de la
polla de Anthony, el tejido se rompió un poco, golpeando la
parte inferior de la cabeza de su polla.

Anthony apretó los ojos y los dientes.

—Joder, Tony, lo siento...

—No, está bien. Me... —me gusta. Pero Anthony no tenía


las agallas para admitir la verdad. Si Kevin pensó que era
una especie de psicópata, esto iba a terminar antes de que
incluso nunca se iniciara.

—¿Te gustó eso?

Antes de que Anthony pudiera negar la acusación, Kevin


golpeó su polla de nuevo. Esta vez, el elástico aterrizó en
donde su cabeza y su eje se unían. El dolor se tradujo en
placer. Las caderas de Anthony se movían
involuntariamente, y lanzó un gemido lastimero.

—Te gusta rudo. —El tono de Kevin era monótono y


extrañamente placentero.

Mierda. Anthony trató de pensar en algo que decir, alguna


forma de detener el choque inevitable y el horror
derramándose por el rostro de Kevin. La primera y única
vez que Anthony había llegado tan lejos con otro hombre,
le había pedido que golpeara la cabeza de su polla. La 9
reacción del otro chico había sido de la misma forma. —
Bruto, ¿qué eres, una especie de monstruo? —El idiota
actuó como Anthony había pedido poniendo sus bolas en
llamas. Todo lo que Anthony había querido que hiciera, era
golpear su polla y sus bolas un poco antes de que le
chupara. Pero el imbécil había hecho la gran cosa con ello,
y el encuentro había terminado.

Kevin frotó el lugar que acababa de ser golpeado. —¿Eso


dolió?

—Un poco.

Kevin levantó y golpeó la banda elástica contra su cabeza


de nuevo.

—Ah, joder. —Anthony trató de mantener su juego


constante, pero era una batalla perdida—. No lo hagas.
Alguien va a escucharte golpear el elástico de mi ropa
interior.

—No, no lo harán. —Kevin mantuvo su mirada al frente.


Esta vez alzó la ropa interior de Anthony hasta que lo tenía
cerca de cuatro pulgadas por encima de su polla y luego
¡golpe!

El dolor y el placer se emborronaron en su cuerpo y en su


mente. Incapaz de mantener los ojos abiertos, Anthony
abandonó su mecanismo de juego y se desplomó en su
asiento, metiendo las manos bajo la manta como si fuera a
dormir.
—Bueno, Tony. Eso es perfecto. Dime si esto es demasiado.

En lugar de estar horrorizado por lo que Anthony quería,


Kevin parecía querer dar tanto dolor como Anthony quería
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recibirlo. ¿Había por fin encontrado a alguien que entendía?
Y era Kevin Henderson pan-blanco2 o Kevin Henderson
alimentado de maíz3. ¿Cuáles eran las probabilidades?
Había una especie de hermosa simetría en la idea de ellos
juntos. Kevin era rojo, blanco y azul, pastel de manzana de
América y así era Anthony. En la escuela secundaria, todos
pensaban que era un soplón. No ayudaba que su familia se
trasladara todo el tiempo con la carrera de su padre en el
ejército. Todo el mundo también asumía que iría al ejército
o sería policía. Anthony sin duda lo parecía. Podía incluso
actuar así, pero lo que Anthony realmente quería era
vestirse de cuero y con cadenas de cromo. Quería que su
amante le golpeara, en especial en su polla y sus bolas, y
luego quería que su amante le atara sobre lo que estuviera
más cerca y le follara hasta que gritara.

La idea de Kevin Henderson haciendo eso para él, era más


de lo que podía tomar. Olvidando dónde estaba, Anthony se
permitió dejar escapar un largo gruñido de su pecho.

Kevin pellizcó la punta de su pene.

—Oh, Tony, eres un hallazgo maravilloso. —Kevin parecía


realmente encantado—. Pero simplemente debes mostrar
un mayor control. Si quieres que continúe provocando tu
polla, tienes que sentarte tranquilamente en tu asiento
como un buen chico.

Anthony miró hacia adelante.

2 Se refiere a blando, soso y convencional.

3 Se refiere a robusto, fuerte y saludable.


—Deja el juego y échate hacia atrás como si fueras a
dormir.

Haciendo lo mejor, Anthony pasó el abrigo de sus rodillas a


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su cuello. Ahora, Kevin podía mover la manta de los
Grizzlies y nadie podía ver.

—Buen chico.

Anthony se estremeció.

—Retuerce tus pezones, uno después del otro.

Siguiendo las instrucciones, Anthony retorció el derecho y


luego el pezón izquierdo. Kevin sabía que había seguido las
instrucciones, porque su polla se contrajo en ambas
ocasiones.

—Hay una línea directa desde tus pezones a tu polla. Es


bueno saberlo.

Tan pronto como Anthony se relajó, Kevin le golpeó con su


ropa interior elástica de nuevo. El placer y el dolor
aumentaba con cada golpe. Anthony tenía miedo de llegar
al clímax si Kevin seguía ese camino.

—¿Has tenido a alguien a cargo de ti? —preguntó Kevin.

—No.

—¿Eres virgen?

Anthony tragó duro.

—Contéstame con sinceridad, o todo se detendrá. —Kevin


sonaba muy en serio.

—Sí.
—¿Eres virgen completamente?

Muy bajo y tranquilamente, casi en un susurro, Anthony


dijo: —Sí.
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—¿Boca, polla, culo... todo sin tocar?

—Sí.

Anthony no pudo describir la mirada que se apoderó de la


cara de Kevin. Parecía completamente encantado de que
Anthony estuviera básicamente intacto. Tal vez Kevin tenía
un fetiche con lo virgen. Un latazo. Sólo sería una vez para
satisfacer esa necesidad suya. Sin embargo, no era como si
Anthony fuera a decir que no. Tener a Kevin de todas las
personas como su primero era el más importante punto de
su vida.

—¿Has besado a alguien? —preguntó Kevin.

—Una vez. Él tocó mi polla, pero no por mucho tiempo.

—A causa de que le dijiste que te hiciera daño —adivinó


Kevin.

—Sí.

—Voy a hacerte daño, Tony. —Por primera vez desde que


comenzó a tocar clandestinamente, Kevin volvió la cabeza
mirando directamente a los ojos de Anthony—. Voy a
hacerte un daño muy bueno.

La sonrisa de Kevin rezumaba amenaza pura y la promesa


del sexo más duro que Anthony hubiera soñado recibir
alguna vez. Un escalofrío de miedo anticipado rodaba a
través de su cuerpo. Kevin le sostenía la mirada, cuando le
soltó el elástico, muy por debajo, justo en la base de su
polla. El golpe lo sacudió hasta el borde de su saco y todo
el camino hasta la punta de su polla. Anthony sostuvo la
mirada de Kevin por la pura fuerza de voluntad.

—¿Sabes lo que significa SSC?


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—Seguro, sensato y consensuado. —Respondió Anthony
rápidamente, mientras el rostro serio de Kevin exigía.

—Buen chico. —Kevin giró la cabeza hasta que se ilusionó—


. ¿Entiendes la luz roja, amarilla y verde?

—Verde significa seguir. Amarillo significa reducir la


velocidad. Rojo significa parar.

—Eres perfecto. —Kevin ligeramente masajeó el eje de


Anthony mientras hablaban—. ¿Alguna vez has jugado el
papel de... por supuesto que no. Pero ¿estás familiarizado
con el concepto?

—Sí, estoy...

—Simplemente responde sí o no. —El tono de Kevin era


muy formal, como si lo estuviera entrevistando para un
puesto. ¿Pero de qué? ¿Su jodido juguete?

—Sí, estoy familiarizado con el concepto de interpretar un


papel.

Kevin sonrió. —Detecto una nota de sarcasmo en tu voz.


Tendré que castigarte.

Anthony no dijo nada.

—Bueno. Te llamaré Niño.

Anthony asintió. Él era más grande que Kevin, pero le


gustaba la idea de que el hombre más pequeño se hiciera
cargo, no es que Kevin fuera mucho más pequeño. Y
cualquiera que fuera el papel que estuviera interpretando
era casi como si se tratara de otro tiempo, tal vez algo
medieval o tal vez algo de principios de siglo en Londres.
Infierno, Anthony no lo sabía, y realmente no le importaba.
Kevin podía llamarle cualquier cosa que quisiera. 14

—Y como soy un marqués en este escenario, te diriges a mí


como tu señor.

Anthony asintió, pero no entendía del todo.

—No, espera. Tú me dirás: —sí, mi amo y señor. ¡Oh sí!,


me gusta eso mucho.

Ahora lo consiguió. —Sí, mi amo y señor.

—Encantador, mi niño. Eso es simplemente encantador. —


Kevin pellizcó un vello púbico entre sus dedos índice y
pulgar y luego procedió a tirar.

Placer y dolor irradiaban desde el tirón a la piel,


deslizándose hacia abajo alrededor de su saco, luego a la
derecha hasta el pliegue entre sus mejillas.

—Esta noche te quedarás en mi habitación conmigo.

Anthony pensó que el entrenador ya tenía las habitaciones


asignadas, pero no dijo nada.

—Sé lo que estás pensando, pero ya ves, después que el


ruido interfiriera con mi sueño la última vez, le dije al
entrenador que me iba a conseguir mi propia habitación. —
Kevin soltó el vello púbico, y Anthony suspiró—. Le dije al
entrenador que era yo el que roncaba y el que desperté a
los otros chicos. Me dijo que si puedo pagarla, puedo tener
mi propia habitación. Estoy bastante seguro de que puedo
conseguir que entres allí.
Anthony asintió.

—¿Qué fue eso? —Kevin se volvió y le evaluó con esos ojos


malvados suyos.
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—Sí, mi amo y señor.

—Muy, muy bien. —Kevin frotó su puño a lo largo del eje


de Anthony hasta que estuvo listo para volar, y luego se
detuvo—. Toma una larga y profunda respiración mi niño.

Anthony lo hizo y su aliento vaciló, mostrando su nivel de


angustia. A menudo había retrasado su satisfacción para
hacer su orgasmo más poderoso, pero tener a Kevin para
hacerlo era enloquecedor.

—¿Cuánto tiempo dura el viaje a Lone Pine? —preguntó


Kevin.

—Cuatro horas más o menos.

—Ah, pobre de ti. Cuatro horas de tormento y entonces,


bueno, una hora más o menos mientras conseguimos
nuestras habitaciones, y luego algo de comer. —Kevin giró
la cabeza y miró directamente a los ojos de Anthony—. No
vas a llegar al clímax durante al menos cinco o seis horas.

Anthony cerró los ojos lentamente. Respiró hondo,


calmado. Justo cuando pensaba que podía sobrevivir, Kevin
ahuecó sus bolas y luego, con fuerza metió su dedo medio
abajo entre las piernas de Anthony. Lento pero seguro,
Kevin frotaba el punto dulce entre el culo y las pelotas,
mientras que mantenía al mismo tiempo una corriente de
sucia conversación.

—¿Cuánto tiempo más, mi niño?

La mirada de Anthony se lanzó al enorme reloj digital en la


parte delantera del autobús. —Treinta minutos y
trescientos treinta por recorrer.

Cuando Kevin procedió a mantenerlo tambaleando en el


16
borde de la liberación, Anthony volvió a pensar en su
preocupación de que nunca conectaría. Por último él la
tenía, y con el hombre más caliente en el equipo, pero iba a
pagar caro por el privilegio. Una lenta sonrisa se extendió
en el rostro de Anthony. Este tormento era exactamente
por lo que siempre había anhelado.
Capítulo 2 17

La muñeca de Kevin estaba dolorida, pero no estaba por


desistir en su tortura erótica del absolutamente delicioso
Anthony Reed. ¿Quién iba a saber que el gran hombre era
en realidad totalmente tímido? Todos en el equipo de fútbol
habían asumido que Anthony era un engreído o serio, pero
Kevin había sentido algo más en el enorme y consistente
linebacker. Kevin sospechaba que algo se escondía debajo
de la superficie del cariz serio de Anthony.

Y Kevin estaba en lo cierto.

Tan arrogante como parecía, a Kevin le encantaba tener


razón. Leer a la gente era parte de su negocio. Y pensar
que casi había dejado que Anthony pasara delante de él.
Casi.

No había mucho más para Anthony de lo que podría ser


percibido desde su exterior. Saber que tenía ligeras
tendencias masoquistas era prácticamente un sueño hecho
realidad. Kevin no se llamaba a sí mismo un sádico en toda
regla, pero le encantaba tener el control. Por otra parte,
Kevin disfrutaba enormemente el acto de atormentar a una
persona sensualmente. La entrega del dolor leve tampoco
le molestaba.

Anthony era perfecto para sus ansias.

Cada vez que Anthony se acercaba al clímax, se sonrojaba.


Con pelo corto estilo militar, verle subirle el color desde el
cuello hasta los pómulos era excepcionalmente fácil, por no
hablar de visualmente excitante. Con su cuerpo
desplomado en el asiento, y Anthony sentado lo más cerca
de la ventana, ni siquiera los hombres a través del pasillo
podían ver las facciones atormentadas de Anthony. La 18
demostración de placer negado una y otra vez era única
para que Kevin lo presenciara y disfrutara.

En su tortura erótica, Anthony Reed era sublimemente


hermoso. No había un alma que estuviera alguna vez más
cercana a intrigar todos los sentidos de Kevin, no de la
forma que lo hacía Anthony. Llamarle “mi niño”, llamarle
“Tony”, con Anthony dirigiéndose a él como “mi amo y
señor”... Kevin hacía todo esto en un intento patético por
distanciarse a pesar de que sabía que estaba perdido antes
de que comenzara.

Algo más allá de lo algo normal, incluso algo oculto, llevó a


Kevin hacia Anthony. Oh, Kevin podría decir que era el
sexo, que era sólo una manera de responder a sus
necesidades mutuas, pero eso sería otra mentira. Y Kevin
estaba harto de las mentiras. La honestidad era algo tan
raro en la vida de Kevin que se olvidó que la emoción llegó
cuando dijo la verdad. Solía ser que él disfrutaba mentir, o
al menos alejarse con una mentira, pero ahora, después de
tantos años, Kevin encontró que sólo la verdad y nada más
que la verdad era emocionalmente satisfactoria.

De lo que Anthony no parecía darse cuenta, como la


mayoría de los sumisos no lo hacían, era que durante todo
el tiempo en que demoraba la liberación de Anthony,
retrasaba la suya. La promesa de Kevin para mantener a
Tony atormentado durante seis horas volvió a perseguirlo,
porque tocar su prodigiosa polla mantenía a Kevin en un
estado de alta lujuria negada, también. Y sólo iba a
empeorar antes de mejorar.

—¿Tus bolas empiezan a doler, mi niño?

—Sí. 19

Kevin metió la mano más abajo y acunó su saco. Apretado


y atormentado, Kevin detectó un alivio de su dolor cuando
sostuvo los gemelos montículos de calor en la palma de su
mano. El alivio acompañó el rostro de Anthony y un suspiro
bajo, lento, salió de sus labios. Ah, pero Anthony tenía los
labios hermosos. Kevin le permitió este breve respiro.
Sobre todo para poder ver sus rasgos oscurecidos con la
angustia cuando empezó de nuevo. Pero por ahora, lo
mimaría. De un virgen y sumiso, la primera vez en esta
situación, Anthony lo estaba manejando excepcionalmente
bien. Tan bien, de hecho, que fue como si hubiera nacido
para ser castigado.

Manteniendo la mirada en el rostro de Anthony, Kevin pasó


el dedo medio hacia abajo hasta que golpeó el dulce punto
entre las bolas de Anthony y el culo. Frotando ligeramente,
Kevin vio cómo los labios de Anthony se estremecían, sus
ojos se cerraban apretados, y bajó la cabeza.

—Eres tan hermoso en tu tormento, mi niño. Simplemente


impresionante.

—Por favor.

—Sabes que sólo empeorarás las cosas para ti mismo


cuando me ruegues por la liberación.

Anthony asintió y dejó de hablar.

La agonía volvió su rostro oscuro y luego abrió los ojos y


miró por encima. Grandes, bellos, ojos marrones
completamente hambrientos evaluaban a Kevin. Nunca
había visto ojos tan desesperadamente necesitados como
los de su elegido.
20
Elegido.

La palabra detuvo en seco a Kevin. Volviendo su atención a


la parte delantera del autobús, se aseguró de que nadie los
estuviera observando, y no lo estaban. Sus compañeros de
equipo tenían sus propios asuntos que atender. Kevin
sonrió. Él y Anthony no eran los únicos dos en conectar en
este viaje en autobús. Pero su sonrisa se desvaneció y
frunció el ceño cuando se dio cuenta de que lo que había
pensado que sería diversión y juegos se había convertido
de repente en algo bastante serio.

Elegido.

¿Por qué diablos pensaría esa palabra en asociación con


Anthony Reed? Sí, Kevin había tenido sus ojos puestos en
él durante un tiempo, pero era sólo a causa de su dulce
rostro y prodigiosa polla. Francamente, el hombre tenía las
más grandes bolas que había visto, tanto en sentido literal
como figurado. Ver su saco balancearse a medida que se
movía desnudo a través de los vestuarios, ajeno al hecho
de que muchos ojos le seguían, era un espectáculo para
ponerse rígida la polla. Por otra parte, nadie combinaba con
Anthony en el campo de juego por la física pura. Anthony
arrojaba y conducía a los bloqueadores con tanta eficiencia
que era como si estuviera cubierto de aceite. Una vez que
ponía su mirada en el placaje contra el corredor, el hombre
caía al suelo. Cada. Única. Vez. Era poesía en movimiento.
Para un hombre tan grande, Anthony se movía con la
eficiencia rápida de un hombre de la mitad de su tamaño.
Era extraño y un poco intimidante.

Eso es lo que había atraído primero su atención a Anthony,


esa presencia intimidante de la suya, porque, francamente,
21
nadie había intimidado alguna vez a Kevin. Teniendo en
cuenta lo que hacía para costearse la universidad,
realmente no era de extrañar. Así que, ¿qué hacía a
Anthony distinto? Eso había sido su objetivo este fin de
semana. Para captar la atención de Anthony, involucrarle
sexualmente, y esperando deshacerse de todo lo que era
esta curiosa fascinación.

Una cosa que Kevin sabía a ciencia cierta, de hecho lo único


que sabía con certeza, es que nadie iba a querer estar con
él. No a largo plazo. No cuando se enterasen de por qué
siempre tenía grandes cantidades de dinero. Antes de que
Anthony pudiera descubrir la verdad, Kevin se habría ido de
su vida. Rápido, furioso y fugaz. Esas eran las palabras del
código de su vida sexual. Kevin nunca permanecía mucho
tiempo. Eso era por qué la idea de que Anthony pudiera ser
elegido parecía francamente extraño.

Esta vez Kevin permitió a Anthony un breve respiro de


tiempo suficiente para que su polla volviera a un estado de
flacidez. Incluso con la mano ahuecada ligeramente
alrededor de sus testículos y su dedo presionando, pero sin
moverse, Anthony se dio tiempo para obtener un estado
trémulo de relajación antes de que Kevin comenzara de
nuevo.

A partir de su tormento, suavizando su dedo sobre el punto


dulce, sentía literalmente las bolas de Anthony contraerse y
su polla levantarse.

—Que maravilloso instrumento es la polla de un hombre,


para pasar de lo pequeño y suave a enorme y duro en
meros momentos con simples movimientos. Es la razón por
la que es absolutamente fascinante.
22
La frustración de Anthony se mostró cuando hizo un mohín
con sus encantadores labios cuando el rubor carmesí
levantó su rostro de nuevo. Kevin había perdido la cuenta
de cuántas veces había hecho esto para el hombre, pero
esta sería la última por un tiempo. Por lo menos hasta
después de que hubieran comido y se hubieran instalado en
su habitación. Una vez allí le daría a Anthony la liberación
que se había ganado.

—Te lo prometo, mi niño, voy a hacer que todo esto valga


la pena.

—¿Lo juras?

Kevin encontró un solitario vello púbico y tiró de él lo


suficiente para hacer que todo el cuerpo de Anthony se
pusiera tenso. —¿Te atreves a cuestionarme?

—¡No!

Varias cabezas se volvieron en su dirección. Kevin esperó


hasta que miraron hacia otro lado y luego pellizcó la carne
tierna en la base de la polla de Anthony.

—Pagarás por eso. —Kevin era un maestro severo, y


Anthony tenía que aprender a seguir su ejemplo.

—Lo siento.

—No quiero excusas. Quiero obediencia. ¿Entiendes la


diferencia?

—Sí, mi amo y señor.


Aplacado en parte por su muestra de sumisión, Kevin liberó
su apoyo en Anthony. Cuando Kevin apartó la mano,
Anthony gimió ligeramente. ¿Fue el temor de que Kevin le
abandonaría por completo? 23

—Desliza tu mano en la mía.

Anthony hizo lo indicado. Dominando sus movimientos,


Kevin deslizó la mano izquierda de Anthony sobre la carne
ahora totalmente atormentada en sus propios vaqueros.

—¿Sientes eso?

—Sí.

—¿Crees que no he sufrido junto contigo?

—Yo... yo soy... ¿qué te gustaría que hiciera?

Una encima de la otra, las manos unidas sobre su polla


cubierta con los vaqueros. Kevin tomó nota con satisfacción
de que el rubor de color carmesí subiera hasta los oídos de
Anthony. ¡Qué deliciosamente dulce! Kevin no tenía ni
siquiera que tocarlo directamente para excitarle.

—Me gustaría tener tu boca virginal alrededor de mi polla.

Un temblor corrió por el cuerpo de Anthony, sacudiendo su


mano encima de la polla de Kevin.

—Pero simplemente hay demasiada gente a nuestro


alrededor. Y es demasiado brillante para una mamada
clandestina. —Kevin casi le tomó los encantadores labios de
todos modos. No era como si este grupo desembocara en
violencia. Ellos vigilarían. Al igual que ellos lo hicieron
cuando Derek y Brandon habían jugado al chicken gay4
entre sí. Como un exhibicionista, a Kevin no le importaría

4 Es la versión gay del juego de a ver quién es el más valiente.


montar un espectáculo para sus compañeros de los
Grizzlies, pero no estaba seguro de que Anthony estuviera
preparado para ese tipo de atención. Pobre niño. No era
justo someter a un inocente a una exhibición pública que 24
más adelante lamentaría. Al menos, Kevin era un maestro
sabio y benévolo, aunque no siempre se presentaba como
tal. Jugar el papel de un hijo de puta malvado en realidad
no lo convertía en uno.

—Yo podría poner mi cabeza bajo la manta —ofreció


Anthony.

Kevin lo consideró. —Quieres chuparme la polla, ¿no?

—Sí.

—Mírame.

Anthony le dio una mirada de reojo.

—Mírame directamente.

Anthony volvió lentamente la cabeza y se enfrentó a él,


pero mantuvo la cabeza baja así que sus grandes ojos
marrones estaban buscando a pesar del hecho de que
Anthony era más alto. Cuando el impacto de la mirada de
Anthony realmente golpeó a Kevin, sintió un
estremecimiento correr de la parte superior de la cabeza
hasta la punta de los dedos del pie. En los ojos de
terciopelo marrón de Anthony, Kevin vio un orgullo
vulnerable, una lágrima rodada de indefensión, y muy
profunda por debajo, Kevin vio una afinidad con su alma
dañada. Kevin trató de mirar hacia otro lado, para quitarse
de encima la conexión, pero no pudo.

Anthony era su opuesto en todos los sentidos.


Ellos no tenían casi nada en común.

Pero Anthony también era su elegido.

Su único. 25

El único.

Y tan pronto como Kevin aceptara esa verdad, más fácil


sería. Lanzando todos los juegos, la simulación, los papeles
que le habían distanciado siempre, Kevin se inclinó y besó a
Anthony.
Capítulo 3 26

Anthony estaba cayendo.

Sólo un chico le había besado, y no era nada como esto.


Tener a Kevin besándole en medio de un autobús lleno de
compañeros de equipo sin que pareciera que se preocupaba
por que pudieran estar viendo, o lo que pudieran estar
pensando, envió los sentidos de Anthony a dispararse.
Justo cuando se acercaba a la cima de la más placentera
extensión de sensaciones que jamás había conocido, es
cuando empezó a caer.

En el amor.

Anthony se retiró de Kevin y bajó la cabeza, aterrorizado


por lo que acababa de suceder. Había querido conectar,
pasar un buen rato, y, posiblemente, un poco de sexo duro,
sexo pervertido, pero en cambio estaba viajando su camino
a un emocional campo minado. Anthony siempre había oído
que eran las mujeres las que confundían el sexo con amor,
no los hombres. Peor aún, ni siquiera podía usar eso como
defensa, cuando no habían participado realmente en las
relaciones sexuales en absoluto. A lo sumo, todo lo que
habían hecho era toquetearse más de lo normal.

Y un alucinante, completamente sorprendente beso.

Como un severo Dom, Kevin era perfecto. Tenía una


manera de hablar que parecía transportar a Anthony de
vuelta a otra época de chalecos y fustas, amos y criados.
Pero todo eso era un juego. Nada de esto se suponía que
fuera tomado en serio. Sin preguntar, Anthony sabía que
esto era simplemente un juego. Para recordarse a sí mismo
que sólo Kevin estaba jugando con él, Anthony
deliberadamente imaginó a Kevin como su verdadero 27
novio... Tyler Morgan. Imaginar sus rubias cabezas juntas,
sus formas perfectas retorciéndose uno contra el otro, le
recordó a Anthony dónde estaba exactamente. Anthony fue
dejado de lado. En el mejor de los casos, Anthony era el
escaparate y Kevin, el sorprendente y ágil Kevin, estaba
simplemente algo más allá de la copa que Anthony nunca
se podría permitir el lujo.

—¿No disfrutas besando?

Anthony no pudo encontrarse con la mirada de Kevin, pero


casi lo sintió evaluándole. Esos ojos azul intenso suyos le
probaron su debilidad. Si Anthony no tenía cuidado, Kevin
podría saber exactamente cómo se sentía, y luego todo
esto se habría acabado. La única manera de mantener esta
situación intrigante era enterrar sus sentimientos tan
profundamente que nadie, ni él mismo siquiera, pudiera
nunca exponerlos a la luz.

—No me gusta besar, pero lo haré si eso es lo que quieres.


—Era una mentira total. Besar a Kevin había sido como
besar el lado oscuro de la luna, todo desconocido y
misterioso. Pero lo que no podía admitir era lo vulnerable
que se había sentido cuando sus labios se habían tocado.
En esa fracción de segundo de contacto, Anthony juró que
haría cualquier cosa por Kevin. Tan loco como pensaba que
parecía, Anthony daría su vida por Kevin. Ni siquiera
tendría que pensarlo dos veces. Y eso era nada menos que
la locura absoluta. Un beso, un solo beso demasiado breve,
y ¿tendría que morir por el hombre? Sólo un loco caía tan
rápidamente en un enredo emocional.

—No voy a obligarte a hacer algo que no quieras hacer. Es


por eso que hablamos de luz verde, amarilla y roja.
28
Anthony asintió. —Creo que me olvidé.

Kevin parecía estar a punto de decir algo más, pero cambió


de opinión. —Arréglalo tú mismo. Estamos casi en el motel.

Anthony se levantó la ropa interior y los pantalones lo más


discretamente que pudo. Se sorprendió al encontrar que su
polla todavía seguía dura como una roca. Sus bolas latían,
y la longitud de su pene se sentía casi en carne viva con la
necesidad. Todo lo que podía pensar era en saber si Kevin
cumpliría su palabra y le liberaría una vez que estuvieran
solos en la habitación del motel.

Levantando la mirada, Anthony miró a su alrededor a sus


compañeros de equipo, pero nadie le prestaba demasiada
atención. Si alguien vio a Kevin darle un beso, o bien no le
importaba, o tal vez la visión fue tan impactante que no
creían lo que veían. O pensaron que el pobre Kevin había
perdido una apuesta. El corazón de Anthony se hundió.
Quizás esto es, lo que todo esto era. Kevin había jugado y
perdido y conectar con Anthony era su castigo. Era lo único
que parecía tener algún sentido. Lo más probable era que
una vez que todo se redujera a lo esencial y básico de las
asignaciones de habitaciones, Kevin iba a rescatar su
promesa y le iba a decir a quien quiera que fuese que le
incitara a esto que le había masturbado en el autobús. No
era como si el chico fuera a venir a ver la ropa interior de
Anthony.

Cuando se detuvieron, Kevin dejó ir a la mayoría de los


otros en primer lugar, lo que obligó a Anthony a
permanecer en su asiento. Ni siquiera miró a sus
compañeros de equipo. ¿Qué pasaba si todos sabían acerca
de la apuesta que Kevin había perdido? Anthony temía
mirar a sus ojos y ver la simpatía por Kevin allí. 29

Una vez que la mayoría de los chicos habían salido, Kevin


se levantó, recuperó su mochila de debajo del asiento, y
entonces agarró a Anthony, también. Dando un paso atrás
en el pasillo, Kevin levantó la mano, permitiendo a Anthony
ir delante de él.

Cuando Anthony se puso de pie, sus rodillas protestaron y


su dura polla cambió. Agitando sus piernas, recuperó algo
la circulación y reorganizó su paquete, pero nada menos
que un clímax épico iba a aliviar la palpitante sensación.

Cuando dio un paso adelante, sintió la mano de Kevin en la


parte trasera de sus pantalones. Kevin metió los dedos a
través de una de las trabillas. Era un gesto decididamente
posesivo que en un primer momento complació a Anthony,
pero luego esa sensación se desvaneció cuando se dio
cuenta de que Kevin había esperado hasta que ninguno de
los otros chicos pudiera ver.

—Vamos a poner las cosas en mi habitación, y luego vamos


a conseguir algo de comer.

Anthony asintió. Por lo general, siempre estaba


hambriento, pero ahora sentía su estómago retorcido en
nudos. La incómoda sensación sólo aumentó cuando Kevin
dejó caer su control sobre él. Por todo lo que Anthony podía
ver, Kevin hizo lo mismo cuando se unieron a los otros
chicos para esperar por las asignaciones de sus
habitaciones.

Una vez que Kevin tenía la llave, dirigió una sonrisa


maliciosa a Anthony y luego se dirigió hacia la habitación
número doce. Estaba en la planta baja, justo al lado de la
piscina cubierta. Con un empuje y un movimiento de su
muñeca, Kevin tenía la puerta abierta. 30

—Después de ti.

Anthony entró. No estaba seguro de lo que se suponía que


tenía que hacer, así que se trasladó al centro de la
habitación y se quedó muy quieto con la cabeza gacha. Oyó
cerrarse la puerta con un clic cuando Kevin cerró con llave
detrás de él. Anthony tragó saliva. Entonces oyó el chirrido
suave de la cama cuando Kevin lanzó su equipo en la parte
superior del colchón. Fue entonces cuando Anthony se dio
cuenta que había sólo una cama. Era una cama de gran
tamaño, pero aún así, la zona parecía ridículamente
pequeña para dos hombres enormes.

—¿No sospechará el entrenador?

—¿De qué? —preguntó Kevin.

—De que haya sólo hay una cama.

—¿Quieres decir que nada de sexo mientras que estemos


de gira por norma? —se rió Kevin—. Esa norma no duró
quince minutos. Y ya que estoy pagando por la habitación,
no es asunto de su preocupación lo que hago en mi cama.
—Kevin llevó su boca contra la oreja derecha de Anthony y
le susurró: —o con quién lo hago.

O con quién lo hago. La frase resonó en la mente de


Anthony. ¿Qué iba exactamente a hacer con él Kevin? Se
sentía atrapado y aterrorizado. Pero luego se dio cuenta
que podía hacer que todo se detuviera. Todo lo que tenía
que hacer era decir luz roja. Obligado como estaba por su
acuerdo, Kevin tendría que parar todo. Todo habría
terminado.

Anthony abrió la boca. Estaba en la punta de la lengua,


31
pero las palabras colgaban allí, sin decirlas. Todo se
detendría. Y Anthony no estaba preparado para esa
resolución. Tan loco como parecía, incluso si todo esto era
a instancias de alguna apuesta o reto, Anthony quería
terminar lo que había empezado. Desesperadamente,
Anthony quería que Kevin le deshiciera de su odiada
virginidad. Si el precio de perder su cereza era sufrir los
dolores del amor no correspondido, pues que así fuera.
Anthony había vivido con algo peor. Sin duda, podría vivir
con el conocimiento de que Kevin nunca sería suyo. No
durante todo el tiempo. Sin embargo, Kevin podría ser suyo
durante esta noche.

—Estás temblando. —Kevin vino a su alrededor y se paró


frente a Anthony. Arrastró su mano desde la cintura de sus
pantalones vaqueros hasta que le ahuecó la barbilla—.
¿Tienes miedo?

—Un poco. —Anthony no vio ninguna razón para mentir


acerca de eso.

—Puedes detener esto en cualquier momento.

—Lo sé.

—Mírame, Anthony.

Fue la primera vez que Kevin había utilizado su nombre


completo, y la cabeza de Anthony no lo dejó escapar. —Me
gusta cuando me llamas Tony.

Una extraña mirada cruzó el rostro de Kevin, pero fue tan


fugaz que era como la sombra de un pájaro de alto vuelo
que pasó rápidamente por su rostro.

—Tony, entonces.

—Y mi niño. 32

Kevin sonrió. —¿Te gusta el nombre que te di yo mismo?

—Mi amo y señor. —Anthony se estremeció cuando habló,


porque ahora la mano de Kevin se arrastraba hacia abajo—.
Me encanta... estoy encantado de llamarte con ese título.

—Bueno. Muy, muy bueno. —La mano de Kevin ahuecó su


bulto, y Anthony vaciló sobre sus pies—. Baja tus
pantalones, Anthony.

—¿Qué? —Anthony miró alrededor de la habitación como si


Kevin estuviera sólo burlándose de él para el disfrute de los
demás—. ¿Pensé que ibamos a comer?

—Y vamos a ir. Pero tengo una pequeña sorpresa para ti


primero.

¿Liberación? se preguntaba Anthony, pero dudaba de que


fuera lo que viniera. No, Kevin disfrutaba manteniéndolo
atormentado. Recordándose a sí mismo que podía parar
esto en cualquier momento, Anthony bajó sus pantalones y
calzoncillos.

—Blancos. Qué apropiado.

Llevó un momento a Anthony recordar el tema sobre el


color de su ropa interior.

—De rodillas y boca abajo sobre la cama.

Anthony siguió las indicaciones. No podía ver, pero oyó a


Kevin abrir la cremallera de una bolsa de lona y buscar algo
en el interior. Tarareando mientras examinaba todo lo que
había allí, la melodía de Kevin se volvió en una sonrisa
cuando encontró lo que estaba buscando.

—Abre las piernas un poco, mi niño.


33
Era difícil hacerlo con los pantalones abajo alrededor de sus
muslos, por lo que Anthony los empujó hasta los tobillos.
De esta manera, pudo extender sus rodillas.

—Encantador. —Kevin se arrodilló detrás de él.

Sin aliento, Anthony esperó.

—Voy a insertar un pequeño tapón anal en tu tierno culo,


Tony.

Anthony había visto tales productos en Internet. Tan


curioso como había sido, nunca había tomado el paso de
pedir uno. Pero siempre había querido probar. Sabiendo
ahora lo que Kevin quería hacer, levantó su culo e inclinó
sus caderas hacia atrás.

—Eres un niño muy bueno. —Kevin jugueteó detrás de él y


luego el primer roce de la fría goma contra su grieta le hizo
apretarse—. Ah, relájate mi mascota. Te lo prometo, esto
no te hará daño. Es muy pequeño y muy resbaladizo.
Cuando estés listo, vamos a pasar a los otros... artículos.
Pero para esta noche, te lo acomodaremos con cuidado.

Poco a poco, Kevin insertó el dispositivo. Anthony trató de


mantener su respiración constante, pero no pudo. Dios, se
sentía bien. Tan increíblemente bueno que Anthony quería
comenzar a mecer sus caderas para sentir el tapón
deslizarse dentro y fuera.

—Puedo sentir lo que te gustaría hacer, pero esto está


hecho para entrar y quedarse. No se mueven dentro y
fuera. ¿Sientes cómo la cabeza es muy grande en
comparación con la base? Esto ayudará a mantenerse
dentro mientras comemos.
34
—¿Voy a salir con esto dentro de mí? —Anthony casi dijo
automáticamente luz roja.

—Te prometo que no se saldrá. Este tipo de tapones está


diseñado para ser usado durante todo el día.

—¿Durante todo el día?

Kevin se reía. —No temas, mi niño. Yo no voy a hacer que


lo lleves mañana durante el juego. Es sólo por esta noche
para recordarte a quién perteneces, mientras estamos
fuera.

Como si Anthony pudiera olvidar.

—En este punto. Ahora, la base es lo suficientemente


amplia que no se deslizará dentro de ti, pero también lo
suficientemente delgada que no se notará. Ponte de pie y
sube tus pantalones.

Anthony lo hizo. Cada movimiento que hacía causaba que


el tapón cambiara en su interior. Parecía seguro, pero
también estimulaba todos los nervios en su culo. Oh, Dios.
Su erección regresó con vigor cuando el tapón le hizo sentir
una curiosa plenitud.

—Ah, eres tan encantador en tu tormento. —Kevin se


inclinó en él como si fuera a darle un beso, pero se detuvo
en el último momento. Manteniendo sus labios casi
burlonamente cerca, le susurró: —mientras llevas eso,
quiero que pienses en mí, sacándote eso fuera y
reemplazando el diminuto juguete con mi polla. —Kevin
tomó la mano de Anthony y la puso sobre su polla—.
¿Sientes lo grande que soy?

—Sí. —Anthony se apretó en el juguete y fue


recompensado con una oleada de placer. Kevin era
35
fácilmente cuatro o cinco veces el tamaño del juguete.

Por otra parte, Kevin era carne real que estaría caliente, y
se movería. Bueno, señor. Si no podía manejar un beso,
¿cómo diablos iba a manejar eso?

—Esto te preparará para mí. Es decir, ¿si me quieres dentro


de ti?

Anthony se quedó allí de pie, con la mano en la polla de


Kevin, el maravilloso juguete llenando su culo y la boca
hermosa de Kevin en un aliento lejos de la suya. Se sintió
de nuevo en una encrucijada. Parecía que Kevin estaba a
propósito dejándole todo el tiempo del mundo para que
cambiara de opinión. ¿Era la bondad parte de Kevin? ¿O es
que Kevin quería que Anthony no cumpliera con el tentativo
acuerdo que habían encontrado?
Capítulo 4 36

Kevin quería besar con tanta necesidad a Anthony que se


sacudió con la necesidad de negar. Pero no se atrevió a
cerrar la distancia entre ellos. Anthony dijo que no le
gustaba besar, lo que probablemente era buena cosa
considerando que Kevin había casi perdido la cabeza
cuando había besado a Anthony en el autobús.

Nunca, ni una sola vez Kevin había besado a uno de sus


sumisos. La necesidad nunca le había poseído. Sin
embargo, con Anthony, todas las apuestas estaban
echadas. Esta no era una sesión normal, porque aquí sus
emociones estaban más plenamente comprometidas. Por lo
general, Kevin se sentía separado de sí mismo cuando
trabajaba. En ese momento él era sólo el áspero Dom que
se preocupaba por su sumiso, pero carecía de cualquier
vínculo emocional. Tal vez esa era la diferencia allí. Esto,
con Anthony, no era trabajo. Nadie lo estaba mirando.
Nadie le pagaba. Todo lo que hacía Kevin, lo hacía porque
quería. Pero una cosa que se negó a hacer fue empujar a
Anthony a un lugar que no fuera cómodo para él.

Esperando a que Anthony respondiera a la pregunta de si


quería que la polla de Kevin reemplazara al tapón en su
interior parecía el más largo retraso que jamás había
sufrido, cuando en realidad se trataba de sólo unos
segundos antes de que Anthony bajara la cabeza, pero
levantó los ojos, grandes y marrones, y dijo: —te quiero
dentro de mí.
El puro placer surgió a través del cuerpo de Kevin. Único y
poderoso, la sensación le bañó. —¿Estás listo para ir a
comer?
37
—¿Tengo que llamarte por tu título, mientras estamos
fuera?

—No, por supuesto que no. —Kevin se disculpó para lavarse


las manos. Cuando volvió, dijo: —no quiero que esos tipos
sepan lo que tú y yo estamos haciendo.

Una decepción curiosa brilló en los ojos de Anthony, como


si estuviera herido de que Kevin quisiera mantener su
relación en secreto. No era que él estuviera avergonzado de
lo que estaban haciendo, sólo que no creía que sus
compañeros de equipo, tan cerca como podrían estar,
necesitaran conocer todos los detalles.

—¿Quieres que ellos lo sepan? —comenzó Kevin.

—¡No! —al igual que en el autobús, Anthony dejó escapar


su respuesta, entonces apretó los ojos y la boca cerrada.

—Está bien, Tony. De verdad. Eres nuevo en esto.

La cabeza de Anthony llegó más alto cuando sus ojos se


abrieron. —Tú no eres nuevo en esto.

No era una pregunta, en realidad, pero Kevin se rió y negó


con la cabeza. —Vamos, vámonos. —Cubrió su aprensión
con facilidad, casi sin esfuerzo, ya que esta no era la
primera vez que se sintió avergonzado de lo que hacía. Si
Anthony se enterase, este interesante interludio estaría
terminado mucho antes de que se iniciara.

Metidos en sus abrigos, se conectaron con un grupo de


otros chicos que renunciaron a la cena habitual y fueron a
la pizzería que estaba abajo a una media milla en la calle
principal. Hubo las bromas de costumbre, mientras
caminaban, y algunos forcejeos, pero en general todos los
chicos se comportaron bien. Ellos representaban a su 38
escuela, y la mayoría ya estaban con una beca, por lo que
querían ser prudentes.

El lugar de la pizza era cálido y lleno del aroma de las


carnes añejas, quesos pegajosos, y pan inflado. Se
apoderaron de la enorme cabina de la esquina y se
establecieron alrededor de la mesa en forma de herradura.
Aquellos que estaban en edad tenían unas cuantas
cervezas, lo cual iba técnicamente contra las reglas del
entrenador, pero nadie se emborrachó, no con un gran
partido que se venía por la mañana.

Kevin siempre se abstuvo del alcohol mientras estaba


jugando al amo y sirviente, sólo para asegurarse de que
estaba con la mente en un estado sobrio, al igual que
Anthony. Después Kevin le dio una mirada penetrante y
deslumbrante, de todos modos. Anthony puso su jarra de
cerveza abajo y no la recogió de nuevo. La gente hacía
cosas bajo su influencia que no podrían hacer estando
sobrios, motivo por el que el alcohol y las drogas estaban
expresamente prohibidas en la mazmorra de Kevin.
Técnicamente no estaban dentro de las paredes, pero las
normas todavía se aplicaban. Y Anthony, bendito fuera,
pareció comprender. Él ni siquiera le miró mal cuando Kevin
rechazó la idea de una bebida.

Mientras estaban sentados uno frente al otro, Kevin se


encontró observando a Anthony, pero no sin pasión. Ver a
los demás era un hábito común suyo, y por lo general Kevin
lo hacía sin un compromiso emocional. Pero no con
Anthony. Esa conexión se negaba a morir. Así que, en lugar
de luchar contra lo que parecía inevitable, Kevin permitió
que los sentimientos le poseyeran.
39
Anthony no hablaba mucho, pero lo que decía era casi
increíblemente profundo. No era tímido tanto como más
bien un pensador profundo. Y justo después de que él
hablara bajó la cabeza y miró hacia otro lado. Le llevó
mucho tiempo a Kevin darse cuenta de que Anthony
esperaba que los que le rodeaban se burlaran de lo que
había dicho o se rieran de él. Fue un descubrimiento casi
trágico. ¿Quién le había inculcado tal falta de confianza en
un hombre tan inteligente e ingenioso?

Cuando sus ojos se encontraron, Anthony bajó la mirada,


pero una tos señalada atrajo su atención de nuevo.
Grandes, tristes y terriblemente hermosos ojos marrones
casi sacaron a Kevin el alma de su cuerpo. La conexión que
sentía con Anthony era tan fuerte que prácticamente
vibraba.

Pronunciando la palabra -terminado- Anthony le consiguió


una rápida inclinación de cabeza. Anthony no había comido
mucho, y eso le preocupaba a Kevin. Normalmente,
Anthony comía como un caballo. Kevin se levantó, lanzó un
billete de veinte sobre la mesa, luego se fue con Anthony a
su lado.

La calle principal estaba ahora casi desierta. Sólo los chicos


de Twin Pines parecían estar fuera de casa en la pequeña
ciudad de Lone Pine esta noche. Para un viernes por la
noche, había un poco de tristeza. O tal vez los habitantes
de la ciudad tenían otras actividades para llenar sus
noches. Ellos sabían que los hombres de Twin Pines College
estaban aquí, y tal vez evitaron el centro de la ciudad para
evitar causar ningún problema. La solitaria noche animaba
a Kevin a extender la mano y estrechar la mano de
Anthony.
40
La mano de Anthony estaba fría, pero pronto se calentó
porque la de Kevin estaba caliente. Infierno, su cuerpo
completo se sentía en llamas. La anticipación causó una
ligera sensación que hizo a sus pasos casi prácticamente
rebotar en la estropeada, acera de cemento. Cuando miró
por encima, los ojos de Anthony estaban muy abiertos, casi
aturdidos.

—¿Nadie jamás te sostuvo la mano?

—No. —Anthony miró sus manos unidas—. ¿Por qué tú?

Sorprendido por la pregunta, Kevin espetó: —porque


quiero.

Caminaron media manzana en silencio. El aire en Lone Pine


no era tan dulcemente perfumado como en Twin Pines,
pero todavía era fresco y limpio, y tenía esa nota aguda y
fría que le recordaba todo lo que era el duro invierno que
venía.

—¿No quieres ir de la mano?

—Lo hago. —Anthony dudó y miró alrededor—. Pero


tampoco quiero entrar en una pelea.

—¿Conmigo?

—No, con alguien que tal vez no le guste ver a dos


hombres tomados de la mano.

Kevin se acercó y sus manos unidas se perdieron entre las


gruesas capas de sus abrigos abiertos—. Bueno. Ahora
nadie puede ver.

Anthony se soltó y se movió a unos centímetros de


distancia.
41
—¿Qué diablos te pasa?

—¿Por qué esto, por qué ahora, por qué yo?

Y entonces todo le golpeó a Kevin en una gran y horrible


ola. A través de los ojos de un hombre inseguro, todo lo
que había hecho podría ser visto bajo una terrible luz.
Sentado a su lado en el autobús y ocultando su actividad
bajo una manta. Insertando un muy pequeño y muy
secreto juguete. Sentado frente a él en la pizzería y no a su
lado. Sosteniendo su mano, pero sólo cuando nadie podía
ver. Casi todo lo que Kevin había hecho indicó que quería
una relación secreta con Anthony. Todo ello podía
retorcerse alrededor de la mente de Anthony para
confirmar su evaluación de que nunca nadie realmente
quería estar con él.

—Te besé justo frente al público en el autobús. Tú eras el


único que se retiró.

Un ceño fruncido unió las cejas de Anthony.

Moviéndose hacia los lados, Kevin tomó la mano de


Anthony. Estaba esperando que la alejara, pero no lo hizo.
Caminaron otra media manzana en silencio.

—Te elegí porque me siento atraído por ti. No puedo


explicarlo, nada más que eso. Tú me interesas. Creo que
eres lindo y divertido, e inteligente. Cuando me enteré de
que eres un sumiso en el armario que disfruta de un
pequeño juego de dolor, estuve a punto de correrme en mis
vaqueros.

Anthony se echó a reír y entonces se puso serio. —Pero...

—¿Qué? 42

—Tú y Tyler.

—Oh, hombre, otra vez esto, no. —Kevin suspiró largo y


tendido. Él se preparó para dar el mismo discurso que
había dado un centenar de veces antes—. Tyler es mi
amigo. Más o menos mi mejor amigo. Pero no es mi novio.
No estamos juntos de esa manera.

—Oh.

—Sí, oh.

—Lo siento.

Kevin negó con la cabeza. —No, yo lo siento. No me refiero


a cabrearme todo contigo por algo que han hecho otras
personas. —Apretó la mano de Anthony—. Dime algo.

—Si puedo.

—¿Quién diablos puso la idea en tu cabeza de que no vales


nada? —cuando Anthony trató de alejar su mano, Kevin se
mantuvo firme—. De ninguna manera. Tú y yo vamos a
discutir esto.

—¿Por qué?

—Porque algo profundo como ésto podría estallar en la cara


mientras estamos jugando a amo y sirviente.

La comprensión cruzó el expresivo rostro de Anthony. —Mi


papá.

—¿Por qué eso no me sorprende? —Kevin acercó un poco


más a Anthony para que sus caras casi se tocaran—. ¿Te
golpeó?

—No. Él simplemente tenía que ser siempre mejor que yo.


43
Al igual que, una vez, estábamos en la tienda de
comestibles, y esta mujer me estaba mirando. Más
adelante mencioné a otra persona que parecía que me
quería ligar, y mi jodido padre se rió de mí. Dijo que ella no
me miraba a mí, que estaba mirándole a él. Todo era
siempre en torno a él.

—Suena como un príncipe real.

—No importa lo que yo hiciera, no era lo suficientemente


bueno. Al igual que en las calificaciones. Como todas las
veces, y se limitaba a decir que es lo que él esperaba de
mí, ¿por qué deberíamos celebrar eso?

Kevin negó con la cabeza.

—Y el deporte. Joder. No importa lo bueno que fuera, no


importa cómo... —Anthony se cortó—. No importa ahora.
Está muerto. Cáncer. Y apostaría a que a él sólo le
encantaba ser el centro de atención. Ni siquiera quería que
volviera a casa porque eso sería desviar la atención sobre
él.

Kevin casi ofreció el pésame común, pero se detuvo en el


último segundo. No lo sentía. El papá de Anthony sonaba
como un idiota narcisista total.

—No quiero pensar más en él.

—Bueno. Entonces no lo haremos. Pero no dejes que tenga


ya más espacio en tu cabeza. Y créeme, yo sé que es más
fácil decirlo que hacerlo. —Kevin tenía sus propios
problemas con sus padres.

—Sí. —Anthony apretó la mano de Kevin, y ese gesto lo


decía todo.
44
—¿Quieres parar todo esto?

—¿Quieres decir que por arte de magia podrías hacer que el


tapón en el culo desapareciera?

Kevin se rió. —Me olvidé de eso.

—No, no quiero parar esto. Me gusta jugar al amo y el


sirviente contigo. Me gusta estar contigo. Y haré lo posible
por no dejar que mis inseguridades se interpongan en el
camino.

—Bien. —Era un momento perfecto para que Kevin le dijese


a Anthony acerca de cómo se ganaba la vida, pero él no se
atrevía a confesar eso. Todavía no—. ¿Cómo se siente ese
tapón, mi niño?

—Alucinantemente bueno, mi amo y señor. —Anthony


sonrió—. Cada paso estremece un poco, me recuerda que
está ahí, recordándome lo que está por venir.

—¿De verdad odias besar?

—No. Yo tenía miedo. Besarte fue... intenso.

—Sentí lo mismo.

El resto de la caminata de regreso a la habitación fue


silenciosa, pero más rápida, casi como si los dos no
pudieran esperar a estar solos. Kevin sabía que era lo que
estaba sintiendo, y su instinto le decía que Anthony se
sentía de esa manera, también. Una vez dentro, se
quitaron sus zapatos, arrojaron sus abrigos, y luego se
quedaron mirándose el uno al otro.

Sabiendo que era decisión de él comenzar con esta


aventura, Kevin consideró a Anthony durante un buen rato.
45
El cambio que por lo general se apoderaba de él, el temblor
extraño de tomar el control, sucedía como siempre, pero
había una capa más profunda de intensidad en este
momento. Antes, tales encuentros eran siempre por el
dinero y la necesidad. Este, con Anthony, era sólo por la
necesidad. Y tenía poco que ver con aliviar sus deseos
sexuales. Esto, con Anthony, era más acerca de aliviar los
anhelos de su corazón.

—Desnúdate para mí.

Dado que Anthony no llevaba mucho, no pasó mucho


tiempo para que estuviera desnudo. Y claramente nunca se
había desnudado bajo la atenta mirada de alguien, porque
no tenía pretensiones de hacerlo lentamente, o
sugerentemente. Anthony simplemente se desvistió. Y fue
más caliente que cualquier espectáculo que Kevin hubiera
visto nunca.

—Yo te digo que la ropa interior blanca es tan conveniente.

Anthony se ruborizó.

—Pero no va a ser después de esta noche.

Su poderoso cuerpo era aún más intrigante de lo que Kevin


recordaba de los vestuarios. Tal vez porque esta vez no
había nada que le impidiera mirar o tocar. Semidura, la
polla de Anthony se escoraba a la izquierda y era una
sombra deliciosa de rosa.

—No sólo tu cara se ruboriza cuando estás excitado, sino tu


polla también lo hace.

Anthony asintió, y el rojo carmesí alcanzó sus mejillas y su


polla en una hermosa ola simultánea.
46
—De rodillas.

Con la gracia del atleta que era, Anthony se dejó caer de


rodillas y miró arriba a Kevin.

—Mi dulce niño con los ojos hambrientos, hambrientos. —


Kevin se inclinó y le besó siempre tan suavemente en su
boca que hacía pucheros—. Yo sé exactamente de lo que
estás tan hambriento. —De pie, Kevin miraba desde la boca
de Anthony a la bragueta de sus vaqueros. —¿No quieres
chupar la polla de tu amo y señor?

—Sí. —La mano de Anthony temblaba al llegar arriba.

—En el momento que haya terminado contigo, no habrá


una sola parte de tu virginidad que quede.

El alivio y el deseo se mezclaron en la mirada de Anthony.

—Pero no te reclamaré esta noche.

La decepción oscureció las facciones de Anthony.

—Quiero que tengas hambre para el juego de mañana.


Quiero que te irrites, enojes y te prepares a destruirlos.

La preocupación levantó los párpados de Anthony cuando


bajó la cremallera de Kevin.

—Oh, Tony, cómo han crecido tus ojos hambrientos.

Anthony continuó trabajando su camino en los pantalones


de Kevin, pero su aprensión se hizo cada vez más evidente.

—Crees que voy a tomar tu placer para mí, pero te dejaré


insatisfecho, ¿no?

47
Capítulo 5
48
Eso era exactamente lo que Anthony pensaba. No es que
discutiera con su amo y señor, pero la idea de liberar a
Kevin, mientras que sus bolas latían toda la noche no era
atractiva en lo más mínimo. En este momento, el tapón en
el culo se sumaba a la tortura erótica haciendo que su
cuerpo se volviera demasiado sensible. Incluso el tejido de
la alfombra nudosa cavando en sus rodillas abría mayores
niveles de excitación.

—¿Seré absolutamente cruel? —consideró Kevin—. Podría


tenerte a mi servicio con tu oh tan perfecta boca, pero
luego hacerte dormir sin liberación.

Kevin se inclinó hacia atrás, ayudando a Anthony a bajar


sus pantalones y ropa interior. Una vez que lo hizo, la polla
de Kevin se extendió libre. Oh, Dios. Su polla era perfecta.
Anthony no se había atrevido a mirarlo en el vestuario, por
lo que esta era la primera vez que había visto su polla.
Larga, gruesa, y anidada en un mechón de seda, cabello
rubio oscuro. Era la polla más sabrosa que Anthony había
visto nunca. Su boca se le hacía agua al pensar en
probarla.

—Ah, mira tus ojos llenos de hambre ahora. —Kevin dejó


deslizar los pantalones y la ropa interior hasta los tobillos
luego los echó a un lado. Se acercó así que Anthony
estuviera mirando directamente a su polla—. Ahora tienes
los ojos de un huérfano hambriento. Es evidente que te
encanta la idea de chupar mi polla, pero temes la idea de
tratar de dormir con tus bolas palpitando.
Anthony estaba a punto de las lágrimas al pensar en la
idea. Había sufrido a través de un viaje en autobús de
cuatro horas, otra hora más en la pizzería, y luego el
camino de vuelta con el tapón burlándose de él. Estaba tan 49
preparado que le sorprendió que no volara su carga,
cuando regresó a su habitación. Después de todo eso,
Anthony pensó que una vez que estuvieran solos, Kevin lo
liberaría.

—Por otro lado.

La esperanza llenó el cuerpo desesperado de Anthony.

—Mantenerte excitado no te daría la mejor noche de sueño.


—Kevin hizo una profunda respiración mientras lo
consideraba—. Si te permito el clímax ahora, imagino que
dormirías como un bebé.

Anthony se quedó tan quieto que contuvo el aliento.

—¿Te gustaría eso, mi niño?

—Sí, mi amo y señor. Yo haría cualquier cosa.

—Ah, tú estás siempre dispuesto gratuitamente. Como un


niño ansioso. Muéstrame lo que puedes hacer con tu boca.
Chupa mi dedo y muéstrame. —Kevin extendió su dedo a
pesar de que su polla estaba allí. Anthony provocó con la
lengua alrededor de la punta mientras miraba directamente
a los ojos de Kevin.

—Eso es. Quiero que ruegues silenciosamente por mi polla


con los ojos y la boca hambrientos.

Anthony dio al dedo la mamada del siglo. Incluso simulaba


ruidos de ahogarse desde que había leído que a los
hombres les gustaba eso. Francamente, no lo sabía. Nunca
había chupado una polla o la había succionado, por lo que
estaba improvisando todo. Anthony decidió que estaba
haciendo un buen trabajo cuando la polla de Kevin se crispó
y pre-semen perló en la punta. 50

—Tienes mucho talento con tu boca virgen. —Kevin retiró el


dedo y trazó la punta húmeda sobre los labios de Anthony.
—Si eres un muy buen niño, chupa mi polla hasta que esté
seca, y limpia hasta la última gota, por qué entonces, yo
podría... —Kevin hizo una pausa dramática, con el dedo
perfectamente situado en el centro de los labios fruncidos
de Anthony—, podría darte la liberación.

A Anthony no se le había hecho una pregunta, por lo que


no podía responder, pero en sus ojos suplicó por la
posibilidad de poder. Tomaría la posibilidad de poder más
que la respuesta definitiva de un no. Incluso si Kevin se
burlaba de él durante otra hora, podría que estuviera
mucho más cerca del sí que del no de lo que podría estar
jamás. En este momento, Anthony juró que haría cualquier
cosa para estar más cerca del sí.

—¿Quieres hacer eso para mí, mi niño?

—Sí, mi amo y señor, yo quiero hacer eso para ti.

—¿Qué, exactamente, quieres hacer para mí? Debes ser


muy claro cuando estás haciendo promesas. Yo me
mantendré fiel a tu palabra.

—Quiero chuparte la polla hasta que se seque, mi amo y


señor. Quiero limpiarte hasta la última gota.

—¿Quieres que viole esa dulce, virgen boca tuya?

—Sí.
Kevin entreabrió los labios de Anthony con su dedo y luego
lentamente bajó su polla hasta que la punta era un soplo
desnudo en su boca. Tanto como Anthony quería cerrar la
distancia, no lo hizo. Kevin estaba a cargo. Si quería 51
arrastrar esto durante una hora, Anthony tenía que dejarle,
incluso si la demora, probablemente lo volviera loco.

Lentamente, Kevin bajó la polla a los labios de Anthony que


esperaban, entonces colocó la polla en el caliente hueco de
su boca. Una explosión de dulzura sorprendió a Anthony.

—Pensabas que sabría salado.

Incapaz de asentir, Anthony parpadeó.

—El líquido pre-seminal es dulce. —La sonrisa de Kevin se


volvió positivamente magistral—. Pero lo salado vendrá.

Anthony no pudo evitarlo. Esbozó una sonrisa en el juego


de palabras de Kevin, que apretó los labios sobre su eje.

—Oh, eres dulce, mi niño. Con tanto encanto, con esa


sonrisa a pesar del bocado de la polla de tu señor y
maestro. —Kevin se movió gradualmente más cerca, lo que
facilitó más de su longitud dentro—. Otra pieza de tu
virginidad reclamada.

Alivio y placer causaron que Anthony se ruborizara con


locura. Había esperado tanto tiempo este momento, y
encontró que Kevin realmente valía la pena la larga y
solitaria vigilia.

—Ahora, mi niño. Harás con mi polla exactamente lo que le


hiciste a mi dedo.

La determinación de complacer a su amo era todo lo que


Anthony sabía. Quería saborear la dicha salada de la
liberación de Kevin. Quería oírle pronunciar sonidos
involuntarios de placer. Anthony quería complacerle tan
completamente que nunca volviera su mirada sobre otro.
De esta manera, Anthony juró que reclamaría a Kevin. A 52
pesar de que estaba sobre sus rodillas, su posición
terriblemente sumisa, dominaría a Kevin durante el tiempo
que tenía su hermosa polla en su boca.

Con hambre, Anthony abrió los labios y la lengua sobre la


cabeza de la polla de Kevin, lanzando su mirada para
calibrar la reacción de Kevin. Durante mucho tiempo,
mientras Kevin lo vio trabajar con desprendimiento casi
clínico, excepto cuando Anthony alzó la mano y llevó sus
dedos sobre su saco, los párpados de Kevin bajaron, y un
feliz gemido escapó de sus labios abiertos.

Deslizando más de su longitud en la boca, Anthony al


mismo tiempo volvió a llevar su dedo medio detrás de las
apretadas pelotas de Kevin para frotar su punto dulce.

—Yo debería haber sabido.

Las cejas de Anthony se levantaron haciendo la pregunta.

—Que eras lo suficientemente inteligente, no sólo para


observar lo que te hice, sino para aplicar esos mismos
trucos sobre mí.

Suavizando su dedo alrededor de ese lugar causó que Kevin


abriera sus piernas y estabilizara su posición.

—Mantén la cabeza inmóvil por un momento.

Cuando Anthony hizo lo indicado, Kevin sacudió sus


caderas, deslizando su polla dentro y fuera de la dispuesta
boca de Anthony.
—Babeando por toda mi polla mientras yo jodo tu inocente
cara. Tú, mi niño, fuiste hecho para mí.

No había descripción en la emoción que corría a través del


53
cuerpo de Anthony. Estaba hecho para Kevin, y viceversa.

—Quiero que sacudas tus caderas al ritmo de la mías.

Cuando Anthony lo hizo, el tapón se sacudió lentamente en


su culo, incrementando su placer tres veces.

—Presiona tu dedo con mayor firmeza, ¡ah, ahí, justo así!


—Kevin empujó sus caderas, y Anthony siguió su ejemplo.
En lugar de tratar de insertar su longitud completa en la
boca de Anthony, Kevin sólo jodía las primeras tres
pulgadas dentro y fuera. Casi como si ¡oh, Dios! Anthony
comprendió rápidamente lo que estaba haciendo.

—Sí, mi brillante y hermoso niño. Le voy a dar a tu boca la


misma cantidad que hay disponible para tu delicioso culo.

El tapón en el interior era aproximadamente de la misma


longitud. Por el momento sus movimientos con los de
Kevin, era como si Kevin follara su boca y el culo al mismo
tiempo.

—Cierra los ojos, mi niño. No pienses, no veas, quiero que


sientas.

Era desmesuradamente inventivo y sorprendente por


completo con qué intensidad las sensaciones llegaban a
cruzar su visión a Anthony de una vez. En su mente se
imaginaba a dos Kevins encontrando su placer con él. Entre
los dos hombres perfectos, Anthony se convertía en el
centro de su placer. Su deseo de satisfacerles era casi
abrumador.
—Eso es tan maravillosamente perfecto, tan
maravillosamente sublime, ah, Anthony, no me puedo
contener.
54
Kevin había tenido un desliz y lo llamó por su nombre. La
alegría de ese error causó que Anthony chupara un poco
más duro, y presionara con el dedo un poco más firme, y
sacudiera sus caderas un poco más rápido. Las bolas de
Kevin apretaron contra sus dedos. Con un grito gutural,
Kevin llegó a su clímax.

Salado y poderoso, todo el placer de Kevin chorreó en la


boca hambrienta de Anthony. El sabor era
indescriptiblemente bueno. Chupando su eyaculación,
Anthony abrió los ojos y vio cómo el largo placer negado
retorció las facciones de Kevin con una satisfacción tan
profunda que casi rayaba en el dolor. Un gruñido se levantó
de su pecho y vibró suavemente tirando de los labios de
Anthony. Finalmente, después del orgasmo más largo que
Anthony había visto nunca, Kevin dejó de sacudirse y
cuidadosamente sacó su polla ablandada de la boca de
Anthony.

Tropezando de nuevo, Kevin se desplomó en la cama.

Orgulloso de lo que le había hecho, Anthony se humedeció


los labios y sonrió. Su polla estaba tan dura que la piel
estiraba incómodamente tensa, y sus bolas se sentían como
si alguien estuviera apretándolas. Tanto como quería dejar
caer la mano y calmar su tormento, no lo hizo porque
esperaba atender el placer de su amo. El hecho de que
Kevin hubiera perdido el control sobre su juego, le estaba
diciendo lo lejos que Anthony lo había empujado. Y por
mucho que Anthony quería alejarse de los límites de sus
funciones, sabía por el momento, que necesitaba
mantenerse fiel. Así que, Anthony se volvió a acomodar
sobre sus talones y esperó.

Después de mucho tiempo de ver el pecho de Kevin


55
levantarse y caerse mientras su ablandada polla de vez en
cuando temblaba, Anthony supo sin lugar a dudas que
había superado las expectativas de Kevin. La necesidad de
soplar sus uñas y sacarlas brillo contra su pecho era casi
abrumadora. Pero Anthony se quedó donde estaba. El único
movimiento que hizo fue muy sutil, y ese fue apretar y
soltar sus nalgas, las cuales hacían trabajar el juguete
dentro de él y mantenían su polla con la dureza de una
roca. Había estado duro durante tanto tiempo, que ahora la
sensación del dolor se volvió en una de placer, y estaba
seguro era parte de la lección de Kevin.

—Para un principiante, eres poco menos que increíble.

En el momento en que Kevin miró hacia arriba, Anthony


había bajado la cara de modo que cuando se encontró con
la mirada de Kevin sus ojos marrones eran tan grandes y
tristes como podían serlo.

—Oh, Dios. —Los ojos azules de Kevin se lanzaron a la


dolorosa polla de Anthony—. Yo... estás... maldita sea. Ven
aquí.

Levantándose, Anthony se balanceaba cuando la sangre se


le subió hasta la polla y los pies en lugar de a su cerebro.
Parpadeando de nuevo con el mareo, se trasladó hacia el
borde de la cama. Pensaba seguro que Kevin se apiadaría
de él y quizás envolvería sus labios alrededor de su polla.
Pero no. Kevin le dio esa sonrisa malvada que le dijo que el
tormento de Anthony no había terminado. No Todavía.

—Sí, ya sé, acabas de perfeccionar esa mirada de chico de


ojos tristes, pero soy bastante inmune en este punto, dado
que ya he llegado al clímax.

Decepcionado, Anthony se preguntaba qué diablos Kevin le


56
haría a continuación.

—Aquí. —Kevin le entregó una botella de lubricante y


después la colocó en la cama—. Tú vas a sacudir esa
enorme polla tuya, mientras yo veo.

—¡Pero he hecho eso miles de veces!

—¿Estás discutiendo con tu amo y señor? —se levantó una


ceja alta en el rostro de Kevin.

Anthony estaba muy tentado de mandar a la mierda esto,


dejar la botella a un lado, y entonces... ¿qué? ¿Saltar sobre
Kevin y obligarle a chupar su atormentada polla? Tan
estimulante como la idea era, Anthony sabía que no sería
capaz de seguir con eso hasta el final. Sabiendo que algún
día su turno para la recompensa vendría, Anthony subió los
párpados y vertió una pequeña cantidad en su puño.

Mientras se acariciaba su eje, se dio cuenta de que si se


hubiera masturbado alrededor de mil veces, nunca lo había
hecho con audiencia. La mirada de Kevin se comía todos
sus movimientos. Por otra parte, el juguete dentro
parpadeaba cuando apretaba los músculos. La necesidad de
ir tan rápido como pudiera, fue reemplazada por querer dar
un buen espectáculo a Kevin. Complacerlo era de suma
importancia en la mente de Anthony.

—Eso es hermoso, mi niño. —Kevin colocó una almohada


detrás de su cabeza—. Movimientos lentos. No hay prisa.

Anthony trató de controlarse a sí mismo, pero no pudo


detener un gruñido que cruzaba su cara.

—Recuerda eso que te dije que podría permitirte la


liberación. Puedo cambiar de opinión en cualquier
57
momento.

Recordó el poder que de buena gana había entregado a


Kevin, Anthony cayó el resplandor de su mirada y siguió
con sus golpes lentos y fáciles.

—Dime cómo se siente.

—Se siente tan bien.

—Ahora, mantén el puño quieto y sacude tus caderas.

Siguiendo las órdenes permitió que el juguete en el culo de


Anthony se retorciera en el interior, elevando su tormento
erótico.

—Espera.

La mirada de Anthony saltó a la cara de Kevin.

Kevin se levantó y extendió la mano, ahuecando el saco de


Anthony. —Tengo que tirar de las bolas hacia abajo, mi
niño. Están simplemente demasiado altas y demasiado
apretadas. No quiero que estallen demasiado rápido.

Después de contener un grito ahogado, Anthony continuó


jodiendo con el puño. Cada vez que se acercaba a la
liberación, Kevin le retrasaba de nuevo. Cuando el dolor
había sido de alguna manera placentero, ahora era real
agonía.

Con lágrimas de frustración borrando su visión, Anthony


rogaba. —Por favor. Por favor, déjame correrme. No puedo
más.
Capítulo 6 58

Una punzada de culpa se tragó la calma que había animado


el cuerpo de Kevin. Repleto y relajado, se dio cuenta de
que había empujado a Anthony más y más duro que a
cualquier sumiso con experiencia que hubiera tenido alguna
vez cuando el pobre no tenía ninguna experiencia.

—Ven aquí y acuéstate. —Kevin se movió a un lado en la


cama, bajando las mantas para que Anthony pudiera
tumbarse en su espalda. Una vez que estuvo acomodado,
Kevin se puso a horcajadas sobre sus caderas, embadurnó
sus manos, y procedió a acariciar la pobre atormentada
polla de Anthony.

Con su último aliento resoplando como el sonido de un tren


de carga esforzándose cuesta arriba, Anthony jadeó y todo
su cuerpo se tensó.

—Sí. Oh, sí. Gracias, mi amo y señor.

Kevin redobló sus esfuerzos para darle la liberación, pero


no importa lo que hiciera, no era capaz de empujar a
Anthony sobre el borde. Pánico genuino inundó su sangre
de adrenalina. ¿Le había llevado demasiado lejos para darle
un orgasmo? Kevin nunca había oído hablar de tal cosa,
pero nunca había oído hablar tampoco de cualquier persona
atormentando a un virgen durante seis horas.

Kevin respiró profundamente y luego miró a su mochila.


Había juguetes ahí dentro que enviarían a Anthony al
esplendor orgásmico. Si alguna vez Kevin necesitó ayuda,
la necesitaba ahora. Tan pronto como pudo, se bajó de
Anthony y separó sus piernas.
59
—¿Qué estás...? ¡Oh Dios! —Anthony levantó y mantuvo
sus piernas abiertas para que Kevin pudiera quitar el tapón.
Una vez que lo había hecho y lo dejó a un lado sobre una
toalla de mano, Kevin se armó de una figura en forma de C,
un masajeador manos-libres de próstata. Después de
embadurnarlo, lo introdujo en el interior del tembloroso
culo de Anthony. Una vez que lo acomodó, apretó el botón
y llenó el tierno culo de Anthony con suaves vibraciones
mientras seguía acariciando su polla con las dos manos.

—Oh, sí, yo... yo estoy...

Lo que Anthony iba a decir fue cortado cuando sufrió el


orgasmo más intenso que Kevin había presenciado jamás.
Todo el cuerpo de Anthony se ruborizó, con un sonrojo por
todo el cuerpo. Chorro tras chorro de leche explotó desde la
punta de su polla, salpicando sobre su pecho musculoso.
Todo su cuerpo levantó con fuerza su liberación, casi como
si estuviera siendo electrocutado.

Durante todo este tiempo Anthony pronunció ininteligibles


gruñidos de satisfacción, como los que Kevin nunca había
oído hablar. Fue épico, y sexy, y causó que su polla
completamente drenada subiera a media asta. Cuando el
orgasmo prolongado llegó a su fin, Kevin apagó y retiró
suavemente el juguete. Los ojos de Anthony rodaron, y se
estremeció en respuesta al bajar las piernas.

Finalmente, todo acabó.

El rojo drenó su carne, dejando vulnerable y pálida la piel.


Su polla completamente atormentada y liberada se redujo,
y los hermosos ojos marrones de Anthony se cerraron,
posando sus largas pestañas sobre sus mejillas.

Kevin se fue al cuarto de baño, mojó un trapo, luego volvió


60
y limpió la crema dispersa por el pecho de Anthony. El
sentimiento de culpa que lo consumía antes sólo se
atrincheró. El poderoso linebacker ahora estaba tan débil
como un gatito. Anthony no dio ninguna pelea cuando
Kevin lo lavó.

Todo lo que Kevin podía pensar era que había herido a su


gentil gigante con su cruel juego. Kevin había querido
empujarle, para ver qué lejos y durante cuánto tiempo se
podía ir. Si Anthony estaba en problemas, Kevin pensó que
Anthony diría luz roja para detenerlo. Pero como novato,
Anthony no sabía sus propios límites. Kevin debería haber
prestado más atención. Él mismo se reprendió por hacer
este encuentro para sí mismo y sus necesidades en lugar
de las de Anthony. Todo lo relacionado con este viaje
debería haberse centrado en torno a Anthony, pero como
de costumbre, lo había hecho todo para sí mismo.

Anthony ni siquiera se movió cuando Kevin lo limpió a


fondo y luego se levantó y arropó las mantas a su
alrededor. Durante mucho tiempo después, Kevin se sentó
junto a él, viendo su pecho subir y bajar. Dios, pero era
realmente hermoso. ¿Cómo podía ser Anthony tan
inconsciente de lo impresionante que era en realidad? Su
pelo corto estilo militar daba a las facciones duras de su
rostro una tierna vulnerabilidad. A pesar de su cuerpo lleno
de músculos, era juvenil en su confianza, como un niño en
sus necesidades. Y Kevin se había aprovechado de él.

—Gracias.
Sorprendido, Kevin puso su mano sobre el pecho de
Anthony. —No me des las gracias por...

—Nunca me he sentido tan completamente agotado, así


61
que estoy completamente satisfecho, en mi vida. —Anthony
abrió los ojos y le miró—. Métete en la cama, Kevin.
Tenemos un partido mañana. ¿Recuerdas?

—Correcto. —Kevin apagó las luces y se unió a él en la


enorme cama que se hizo pequeña por sus dos enormes
cuerpos.

Después de mucho tiempo, cuando Kevin pensó que


Anthony se había vuelto a dormir, se dio cuenta de que
Anthony estaba ampliamente despierto y mirando hacia el
techo. Contra las cortinas cerradas, la piscina al lado de su
habitación proyectaba vacilantes ondas de luz.

—¿Por qué no me jodiste? —la voz de Anthony era muy


tranquila en la oscuridad.

—Por mucho que me encantaría hacer eso, Anthony,


tenemos que dormir. Tenemos el partido de mañana. —
Sintiéndose avergonzado de lo que había hecho, Kevin
cubrió su pesar de forma excelente y sabia—. Entonces yo
tengo todo el autobús de camino a casa para provocarte.
Luego, cuando volvamos ya será tarde, y tendrás que venir
a casa conmigo.

Kevin no pudo ir más lejos que eso antes de que Anthony


se diera la vuelta y le besara en silencio. Tirando hacia
atrás, miró a Kevin a los ojos. —Júralo. Júrame que esto no
es una broma, que simplemente no estás engañándome.

Nivelando su mirada, Kevin levantó las manos, la palma


hacia arriba y hacia fuera. —Te lo juro, Anthony, esto no es
una broma. Quiero estar contigo. Incluso si no quieres
jugar más así, todavía quiero estar contigo.

De la mirada que cruzó por el rostro de Anthony, estaba


62
claro que quería exigir más garantías, pero ¿qué otra cosa
podría tener que hacer Kevin? ¿Juramento de sangre como
si fueran chicos? Francamente, si lo quería, lo haría. Kevin
no sabía cómo superar el profundo complejo de inferioridad
de Anthony, pero estaba obligado y decidido a encontrar
una manera.

—¿Por qué es tan difícil para ti creer que yo sinceramente


quiera estar contigo?

La respuesta cayó de los hermosos labios de Anthony de


forma automática. —Porque nadie lo ha querido.

El corazón de Kevin se rompió. —Yo lo hago. —Él se inclinó


y le besó tan suavemente como pudo—. Quiero estar
contigo. Quiero. —Y Kevin se cortó porque no sabía cómo
decirle a Anthony que lo que comenzó como un anhelo de
conectar y divertirse, se había transformado en algo tan
profundo que la intensidad era casi aterradora. —Quiero
estar contigo.

—¿Con cuántos hombres has estado?

—¿Podemos por favor tener esta discusión por la mañana?


—Kevin alivió a Anthony sobre su espalda y miró el reloj en
la mesilla de noche—. Ahora son las once, y tenemos que
estar en el campo temprano para prepararnos.

—Correcto.

—Te lo juro, te diré todo, pero tenemos que dormir. ¿De


acuerdo?
—De acuerdo.

—Mírame. —Kevin se inclinó sobre el rostro de Anthony—.


Dime que estás bien.
63
—Realmente estoy bien. —Anthony ahuecó su mejilla y
luego le dio un beso.

Esa energía que Kevin sintió en el autobús, volvió a


serpentear alrededor de su cuerpo y tirar de él hacia algo
tan familiar y tan extraño. Se retiró y dio un reacio suspiro.

—Vete a dormir, Kevin. Hablaremos por la mañana. —


Anthony se apagó en unos instantes.

Kevin se acurrucó contra él, encantado de la sensación de


su solidez, su calor, pero el sueño tardó mucho tiempo en
llegar, a causa de todos los secretos entre ellos. Secretos
que estaban del lado de Kevin, no del de Anthony.

Kevin despertó antes del amanecer. Se deslizó de la cama,


se vistió y salió de la habitación sin despertar a Anthony.
No le llevó mucho tiempo reunir sus provisiones y volver.
Cuando lo hizo, encontró a Anthony poniéndose los
zapatos, las lágrimas rodaban por sus mejillas.

—¿Qué estás haciendo? —Kevin tiró la llave de la habitación


en la mesa junto a la puerta.

—Abandonando. —Anthony ató sus zapatos y se quedó de


pie.

Kevin cerró con llave la puerta. —¿Por qué?

—¡Fuera de mi camino!

—No.

—Ya he terminado de jugar este jodido juego contigo,


Kevin. Échame una buena mirada. Yo soy más grande que
tú. Si no sales de mi camino en este momento, voy a
cogerte y lanzarte fuera de mi camino.
64
Kevin se dio cuenta de que Anthony podía considerarle
como una toalla usada. —Te he traído el desayuno. —
Levantó los cuadrados de espuma de poliestireno que
fueron apilados cuidadosamente en la bolsa de plástico
enganchada por su dedo—. Quería darte una sorpresa.

Anthony sacudió la cabeza y miró fijamente a las bolsas. —


Yo pensé...

—No traté de escabullirme.

Con un gran suspiro, Anthony se dejó caer en la cama. —


Dios, soy un asno.

—No, estás herido. —Kevin se acomodó junto a él.

—Y tú eres qué, ¿el flautista de Hamelín de los chicos gay


con problemas con sus padres?

—¡Qué más quisiera! —sonrió Kevin—. Piensa en el dinero


que podría hacer.

Después de limpiarse la cara, Anthony se echó a reír. —


Joder. Realmente pensé que habías despertado a mi lado,
me di cuenta de lo que habías hecho, y me eché para atrás.

Fue entonces cuando Kevin se dio cuenta de cuán profunda


era la inseguridad de Anthony. —Me desperté esta mañana,
te eché una mirada, y me sentí muy mal por cómo te traté.

Los ojos de Anthony se ampliaron.

—Conseguí el desayuno para pedir disculpas.

—¿Cómo me trataste?. —La frente de Anthony se arrugó—.


Me diste algo que nadie más me ha dado.

—Te obligué a chuparme la polla y luego te hice


masturbarte para mi placer después de negarte tu
65
liberación durante más de seis horas.

—No. —Anthony sacudió la cabeza—. Así no es como yo lo


veo.

—¿Es por eso que puedes cambiar las cosas a tu alrededor


para hacerte indigno tan fácilmente, pero no puedes hacer
lo mismo para mí?

Claramente sorprendido por la idea, Anthony se sentó en la


cama reflexionando durante largo tiempo.

—Por alguna razón es fácil para ti pensar que no te quiero,


pero imposible para ti creer que yo haría cualquier cosa
para hacerte feliz. —Tan pronto como las palabras salieron
de su boca, Kevin se dio cuenta de qué verdad eran. Quería
que Anthony se diera cuenta de que era
extraordinariamente deseable—. Tú eres digno de mí. No
voy a debatir nada más hasta que aceptes eso.

Bajar directo a ese lugar en el interior de su corazón, Kevin


sabía que era el problema. Anthony honestamente, no creía
que nadie lo quisiera. Lo que Anthony le había dicho la
noche anterior sobre su padre, sólo había arañado la
superficie de lo que el idiota narcisista había hecho a su
propio hijo. Si Kevin no hacía nada más en su vida, iba a
convencer a Anthony de que merecía respeto. Merecía ser
apreciado. Se merecía ser amado.

Whoa.

La cabeza de Kevin giraba.


¿Era eso lo que le corroía por dentro en su corazón? Amaba
a Anthony. Oh. Dios. Así de simple y así de complicado. A
Kevin le encantaba la manera tímida que Anthony tenía. Le
encantaban sus bromas sutiles y la forma en que se 66
sometía a los demás. Le encantaba la forma en que su
cuerpo se sonrojaba e incluso la forma en que ponía las
necesidades de Kevin antes que las suyas. En ese
momento, Kevin se dio cuenta de que Anthony
probablemente también le quería, y simplemente no se dio
cuenta. Pero entonces, la oscuridad pasó por su alma.
Kevin temía que vería el brillante y hermoso amor dentro
de los ojos de Anthony morir cuando se enterara de la
verdad sobre él. Qué irónico. Kevin esperaba que Anthony
aceptara que lo quería tal como era, pero no había forma
en el infierno de que Anthony pudiera aceptar nunca a
Kevin por lo que era. Todo ello rodó a través de la mente
de Kevin en un instante.

Anthony miró hacia el suelo durante mucho tiempo, y


estaba claro que en su retorcida postura estaba tratando de
resistirse a creer lo que decía Kevin. Pero con el tiempo,
Anthony alzó sus grandes, bellos y por primera vez
confiados ojos marrones.

—Tú eres más que digno de mí, Anthony. Yo soy el que


no...

Anthony le interrumpió con un beso. Cuando sus labios se


tocaron, pasó de dulce, a apasionado, a nada menos que
hacer el amor con los labios. Como regla general, Kevin no
besaba a sus sumisos. Atenuaba esas líneas de poder y
emoción. Sin embargo, con Anthony, besar reforzó el poder
de la emoción. Cuando Anthony continuó para darle un
beso y bajarle a la cama, Kevin se sintió fortalecido por la
conexión. Esto era correcto. Esto era perfecto. Esto era
todo de lo que alguna vez había huido.

Anthony lo liberó para que pudiera subirle hasta la cama. —


67
¿Qué?

—¿Qué quieres decir con qué? —preguntó Kevin.

—Tú. Tu cara. Pareces sorprendido, supongo.

—Lo estoy.

—¿Por?

—Honestamente pensé que sabía todo lo que había que


saber sobre el sexo. —Kevin ahuecó la parte de atrás de la
cabeza de Anthony y lo atrajo hacia sí. Cuando sus labios
estaban a un suspiro de distancia, murmuró: —¿quién iba a
saber que le llevaría a un virgen mostrarme todo lo que
alguna vez pensé que era totalmente equivocado?

—¿Sí? —Anthony se echó a reír, claramente sin creer que


pudiera enseñar nada a Kevin.

—Sí —confirmó Kevin—. Me enseñaste que hay más fuerza


en la entrega que la que habrá alguna vez en la resistencia.
Capítulo 7 68

Anthony estaba confundido por la evaluación de Kevin. —


¿Cómo puede haber poder en la entrega? Teniendo en
cuenta que tenemos un partido en unas pocas horas, yo no
quiero darte la impresión de parecer estrambótico.

—La única idea que tengo es entregarme a ti. —Kevin


levantó sus manos sobre los hombros—. Ya he terminado
de resistir. Tómame. Reclámame. Soy tuyo.

Anthony le miró, la emoción de tener control sobre el


objeto de su afecto atemperado por la responsabilidad de
cuidar de él.

—¿Que harás alguna vez conmigo? —preguntó Kevin.

Amarte.

Anthony se retiró, desorientado. ¿Había hablado en voz


alta? Cuando volvió a mirar y encontró desconcierto en el
hermoso rostro de Kevin, se dio cuenta de que no lo había
hecho. —Voy a aceptar tu entrega. —Anthony capturó sus
labios, reclamándole con un beso del alma ardiente. Al no
haber sido receptor o haber dado muchos besos, Anthony
no tenía nada con qué comparar los besos de Kevin. El
poder, el calor, la forma en que su alma parecía deslizarse
de su cuerpo y girar alrededor del alma de Kevin era
extrañamente bella. Anthony no tenía idea de si este
sentimiento era normal.

—Me besas como si yo fuera tu mundo entero. —Los ojos


azules parpadearon distraídamente hacia él.

—Lo eres. —Anthony rodó hasta que presionó a Kevin en la


cama. Manteniéndole cautivo con el peso de su cuerpo,
69
Anthony exploraba cada parte de la boca de Kevin. No era
un beso tanto como un reclamo—. Eres mío.

Los ojos de Kevin se desviaron.

Y esta vez Anthony supo que había hablado en voz alta.


Antes de que pudiera balbucear una explicación, Kevin
sonrió y negó con la cabeza.

—No lo hagas. —Kevin tocó con el dedo los labios de


Anthony—. Como he dicho, hay más poder en la entrega de
lo que jamás habrá en la resistencia. —Kevin se inclinó y le
besó. —Soy tuyo.

Atraído por él, Anthony cerró su boca en la de Kevin como


si estuvieran ambos ahogándose y la única manera de
sobrevivir fuera compartir el aliento.

Por debajo del cuerpo de Anthony, Kevin se sintió más


pequeño, pero no menos fuerte. Cuando Anthony metió la
pierna entre las de Kevin, Kevin gruñó y levantó su muslo,
de modo que pudiera llegar con su erección contra la
cadera de Anthony. Balanceando, empujando, moliéndose,
trabajaron sus cuerpos juntos hasta que sus cuerpos
estuvieron ambos en un estado de extrema lujuria.

—Se supone que debíamos estar comiendo el desayuno y


estar listos para el partido. —Anthony trató de poner freno
a esto, lo que quiera que fuese, pero sabía antes de
empezar, que era una batalla perdida.

—Cede, Anthony. —Kevin metió la mano entre sus cuerpos


y bajó la cremallera de Anthony. Antes de que Anthony
pudiera detenerlo, agarró el lubricante y embadurnó la
polla de Anthony—. Entrégate a mí como yo me entrego a
ti.
70
Toda su vida Anthony había hecho exactamente lo que se
esperaba de él cuando se esperaba de él. Esta vez sabía
que lo que Kevin dijo era verdad. Ceder era poderoso. Así
que Anthony cedió.

Trabajaron sus poderosos cuerpos juntos y se las


arreglaron para conseguir bajarse y quitarse los pantalones
y dejarlos a un lado. Pronto siguieron su ropa interior y
camisas. Desnudos, se juntaron, el calor de su anhelo casi
abrasador. El duelo de lenguas se trasladó a un duelo de
pollas, mientras rodaban por toda la superficie de la cama.
No hubo necesidad de dominar en cualquiera de ellos, sólo
una expresión lúdica de la pasión.

Anthony finalmente sujetó a Kevin a la cama con sus


manos presionadas por encima de su cabeza. Cuando Kevin
le rodeó con sus piernas y lo atrajo hacia él, situando la
punta de su polla contra la dulce arruga de su culo,
Anthony retrocedió.

—Whoa, espera, esto es...

—Muy serio —dijo Kevin—. Lo sé. —Después de una


respiración profunda, agregó. —Sé que todo esto está
sucediendo muy rápido, pero te juro, que nunca he estado
con alguien sin usar un condón.

—¿Nunca? —algo secreto despertó dentro de Anthony.

—Nunca. —La intensa mirada de Kevin nunca vaciló.

Anthony le creyó. Y ese secreto bestial dentro le


entusiasmaba por saber que él sería el primero. El único.

—Quiero que hagas algo que nunca pensé que me gustaría


que alguien hiciera. —Kevin sostuvo su mirada cuando
71
claramente emplazó a todo su coraje.

En ese momento, Anthony se dio cuenta de que así como él


tenía sus dudas, también las tenía Kevin.

—Hazlo a pelo, Anthony. Quiero que me reclames de esa


manera. Necesito que me reclames de esa manera.

Anthony se levantó sobre el cuerpo en posición supina de


Kevin.

—Por favor, si no confías en mí o no quieres...

—¿Quieres? Algo dentro de mí gruñe ante la idea de


reclamarte de esa manera. Pero pensé que tú me harías
eso a mí.

—¿Sorprendido? —ofreció Kevin débilmente.

Contra su voluntad, Anthony se echó a reír. —Sí, estoy


sorprendido. Eso es decir poco.

—Como yo soy el compañero experimentado, tú,


naturalmente, asumiste que te penetraría en primer lugar,
pero necesito que hagas esto por mí. Para mí.

Anthony no sabía qué decir, qué hacer.

—Por favor. Necesito que confíes en mí, que creas en mí. —


La voz de Kevin se quebró—. Quiero que me reclames.

Hipnotizado por la completa vulnerabilidad de Kevin por


debajo de él, su entrega voluntaria a él, Anthony bajó su
cuerpo, facilitando su camino dentro del cuerpo de Kevin.
Ahora entendía por qué antes Kevin había lubricado su
polla. Con la mancha deslizante ya sobre él, allanó dentro
el calor acogedor del culo de Kevin.

—¡Ah, Dios! —Kevin apretó sus piernas alrededor de las


72
caderas de Anthony, tirando de él hacia abajo, forzándole a
entrar.

Todo lo que Anthony soñó sobre lo que se sentía al


penetrar a otro hombre no se acercaba a esto. Apretado,
caliente, entusiasmado... no había palabras para describir
adecuadamente la sensación. Que el hombre que tomó ese
aspecto de su virginidad de él era Kevin, el hombre que
había reclamado tan malvadamente su boca sólo ayer por
la noche, disparó una emoción a través de Anthony que
sacudió sus caderas.

—Sí, Anthony. Jódeme. —Kevin hundió sus talones en las


nalgas de Anthony—. Móntame duro, rápido y salvaje.

—No.

—¿No?

—Yo no voy a joderte. —Anthony se negó rotundamente.


Kevin no le había respondido acerca de con cuántos
hombres había estado, pero Anthony sabía sin preguntar,
que todos habían sido frenéticos acoplamientos. Hasta
ahora, todo lo que habían hecho había sido lento y fácil, y
emocional. Anthony no iba a renunciar a eso ahora. Podría
estar dañado por lo que su padre había hecho con él, pero
Kevin estaba tan dañado por lo que sus amantes le habían
hecho a él. —Yo te voy a amar, Kevin.

Los ojos de Kevin se ampliaron.

—Voy a mostrarte, sin palabras exactamente cuánto te


amo.

Y así lo hizo.

Lento y dulce, Anthony fusionó sus cuerpos. Reclamándole, 73


con los ojos bien abiertos, con todos sus sentidos
involucrados, hizo que todo lo demasiado fugaz dejara
huella sobre él. Las vistas, los sonidos, los olores, el tacto...
todo lo que quedó etiquetado en su carne, su corazón, su
alma.

Rodando, Anthony se encontró de espaldas, con Kevin


montándole por encima. Las manos en las caderas de
Kevin, Anthony ayudó a estabilizar la subida de Kevin y su
caída a lo largo de la longitud de su polla. Encima de él,
Kevin estaba orgulloso y bello en su necesidad, todas sus
preocupaciones abandonadas a medida que se movían
juntos.

Mientras miraba, Kevin deslizó su mano hacia abajo para


agarrar su propia polla. —Quiero correrme contigo.

—Sigue acariciándote así y te correrás encima de mí. —


Anthony aplastó la sonrisa de Kevin.

—Nunca he tenido sexo que fuera tan divertido.

—Me alegro de poder traer humor a la mesa. O a la cama,


por así decirlo.

—Y emoción. —Kevin se inclinó más y le robó un beso.

—Oh, espera, permanece así por un momento. —Anthony


ahuecó una gran mano en la cabeza de Kevin y otra en su
culo—. Dios, pero estás apretado a mi alrededor.

—No estoy apretado. Eres grande.


—¿Estoy haciéndote daño? —instantáneamente alerta,
Anthony trató de levantar a Kevin arriba y fuera.

—No, hey. —Kevin agarró las manos y las presionó en la


74
cama—. Eres perfecto. Y tu boca sabe tan dulce.

Mientras Kevin levantaba las manos, se presionaba a sí


mismo en las caderas de Anthony. En lugar de un golpe
desesperado, este fue lento y fácil, tan perfecto.

—Pero tú —dijo Anthony, queriendo llegar entre sus


cuerpos presionados y agarrar la polla de Kevin.

—Estoy frotándome contra tu vientre. Tu vientre


increíblemente musculoso. Y tu polla increíblemente grande
está acariciando mi feliz botón interno de la manera
correcta.

—¿Sí? —Anthony apretó sus abdominales, sacudió sus


caderas, y Kevin suspiró—. Libera mis manos.

—¿Por qué? —preguntó Kevin en broma.

—Quiero sostenerte.

Kevin soltó y se acomodó con mayor firmeza en la parte


superior de Anthony.

Envolviendo sus brazos alrededor de los hombros de Kevin,


Anthony se calmó mientras se besaban y presionaban hasta
que Anthony sintió la inevitable subida. Sus bolas estaban
altas en contra de la base de su pene.

—Estoy tan cerca. —Al igual que ayer por la noche,


Anthony sintió un anhelo por llegar al orgasmo, pero no
podía derribar ese límite. Fue la más curiosa sensación. Sus
huevos apretados casi insoportablemente y su polla se
volvió tan sensible que cada pequeño movimiento que hacía
Kevin, parecía tres veces más intenso.

—Aquí, mírame. —Kevin se inclinó y procedió a sacudir sus


caderas a la vez que los golpes que hacía con su puño
75
contra su polla.

—Ah, sí. —Anthony se apoderó de las caderas de Kevin,


ayudándole a deslizarse hacia atrás y adelante en lugar de
hacia arriba y abajo.

Cuanto más cerca estaba Kevin del clímax, más apretado


su culo sujetaba alrededor de la polla de Anthony. Viendo la
forma en que su puño se deslizaba a lo largo de su eje, y la
manera en que movía su mano sobre la punta de su polla,
empujó a Anthony sobre el borde.

—Ahí, ahora, ah, Kevin. —Anthony se levantó mientras


Kevin tiraba hacia abajo, empujándole alto encima de su
cuerpo, alterando la caricia que Kevin hizo a lo largo de su
polla.

La cabeza de Kevin se volvió atrás, con el puño apretado, y


se corrió.

Algo pasó en el momento del clímax mutuo, pero Anthony


no podía describir lo que ocurrió. Cuando se corrieron, era
como si compartieran el mismo cuerpo. Anthony sintió una
mano en su pene combinada con la sensación del culo de
Kevin alrededor de su polla. Cuando miró hacia arriba y
Kevin miró hacia abajo, sus ojos estaban muy abiertos,
sorprendidos, pero encantados. Cuando el intenso orgasmo
finalmente llegó a su fin, Kevin se desplomó sobre el pecho
de Anthony.

—Me siento mareado, y estoy acostado. —Kevin se levantó


sólo lo suficiente para poder mirar a los ojos de Anthony.
—Yo también. —Anthony retiró hacia atrás el pelo rubio de
la frente de Kevin, encantado por la manera en que ese
simple gesto provocó un debilitamiento de sus facciones—.
Tú eres igual que yo. 76

—¿Cómo es eso?

—Nunca nadie te ha mostrado qué deseable eres


realmente.

Cuando lo consideró, Kevin frunció el ceño, y luego levantó


las cejas. —Creo que tienes razón.

Cayeron para besarse el uno al otro hasta que un golpe en


la puerta les apartó.

—Mierda. —Kevin se despegó de Anthony—. Ya vamos.

Anthony rió.

—¿Qué? —susurró Kevin.

—Ya nos hemos venido.

—Chico gracioso.

—Hey, soy yo. Déjame entrar.

Frunciendo el ceño, Kevin fue a la puerta. —¿Dylan?

—Sí, abre la maldita puerta.

—Deja que entre —Anthony se encogió de hombros y se


envolvió en su toalla alrededor de sus caderas—. Dylan
suena preocupado.

Tan pronto como Kevin abrió la puerta, Dylan se abrió paso


dentro, golpeando y cerrando la puerta detrás de él.

—¿Qué coño te...


Dylan cortó a Kevin con un beso.

Anthony se quedó tan atónito, que simplemente se quedó


allí y miraba. ¿El homofóbico Dylan Peterson besando a
77
Kevin justo en frente de él? ¿Qué era esto, el día hacia
atrás? Antes de que pudiera averiguar qué hacer, Dylan
empujó a Kevin sobre la cama y saltó hacia Anthony.

Las grandes manos callosas de Dylan, ahuecaron el rostro


de Anthony, sujetándole quieto por un beso que robaba el
aliento y le derritió en la cama junto a Kevin. Yendo y
viniendo, Dylan se movía entre sus cuerpos, besando,
respirando, y luego sus manos estaban presionadas contra
su pecho. A través de la palma de Dylan, Anthony juró que
sentía el corazón de Kevin. Esa sensación de mareo que le
había golpeado después de su clímax delicioso simultáneo
regresó tres veces y lo dejó incapaz de moverse.

—Vosotros dos sois los más dulces hasta el momento. De


todos ellos, vosotros dos haréis lo mejor el uno para el
otro. Os curaréis mutuamente. —Dylan sonrió con orgullo
hacia ellos—. Y antes de que penséis incluso acerca de
derribarme y golpear mi culo, sugiero que preguntéis a
Danny Jones acerca de esto. —Después de ese discurso
extraño y críptico, Dylan se fue, cerrando la puerta detrás
de él con firmeza.

—¿Qué demonios? —preguntó Anthony.

—No lo sé —dijo Kevin.

—Oh, sí, me olvidé. —Dylan llamó a la puerta—. Tenéis


veinte minutos para llevar vuestros culos al autobús o
tendréis que correr para el partido.
Capítulo 8
78
Kevin nunca había visto a sus compañeros de equipo
empujar como lo hacían ese día en el campo de juego.
Jugadas, pases, y magníficos culos apretados en ajustados
pantalones subían y bajaban del campo como si fueran
todos engranajes de una máquina bien engrasada negra y
verde. Poesía en movimiento. Hombres de músculo y
dinámicos. No sólo ganaron, derrotaron a sus oponentes.
Un lugar en los play-off5 no era sólo una vaga esperanza en
este momento. Ahora era una clara posibilidad.

El entrenador Miller estaba en éxtasis. Tanto es así que una


sonrisa... bueno, una especie de mueca como una sonrisa
adornaba su áspera cara por probablemente primera vez en
muchos años.

En masa, los hombres de los Grizzlies de Twin Pines


cayeron sobre el vestuario, arrancándose la ropa y el
equipo para limpiar el sudor, la suciedad, y el polvo de tres
horas de juego.

Kevin se volvió de un lado a otro, su mirada observando


todos los cuerpos deslumbrantes a su alrededor, pero
estaba decidido a buscar al único que quería. El único que
importaba. Y ahí estaba él.

Con la cabeza baja y los ojos cerrados, Anthony dejó que el


agua caliente corriera por su cuello después de regar su
cuerpo. Una sonrisa repentina cruzó el rostro de Anthony.
Miró hacia arriba justo a los ojos de Kevin, como si hubiera
sabido lo que estaba observando. Con un movimiento de su

5 Los partidos que se juegan en los play offs son para ver quién pasa a las finales.
barbilla, Anthony lo llamó. Incapaz de resistirse, Kevin se
acercó a él, como un calcetín aferrado a una camiseta en la
secadora.
79
—Estuviste increíble. —Anthony dio un paso a un lado, por
lo que Kevin podría pasar bajo la ducha.

—Así estuviste tú. —Había un montón de grifos disponibles,


pero compartir era más importante que la velocidad.

De un lado a otro desconectaron bajo el agua, pero


mantuvieron sus manos para sí mismos. A sus compañeros
de equipo no les importaría, pero ambos sabían que pronto
perderían el control. Era inevitable que el contacto informal
les llevara por el camino de las caricias calientes y pesadas,
y el hambre.

El vientre de Anthony retumbó.

—Comida —dijeron al unísono. Su desayuno frío comido a


toda prisa en el autobús de camino al partido fue hace
horas.

Terminaron, se secaron, se vistieron y luego se apresuraron


hasta la tienda de los sandwiches. El día era frío, pero
soleado, así que agarraron una de las mesas en el exterior
y devoraron la comida. Kevin se sintió fascinado por todo lo
que Anthony hacía. Incluso la forma en que limpiaba las
migajas de sus labios era sexy.

—¿Qué? —preguntó Anthony, desenroscando la parte


superior de su segunda botella de bebida deportiva.

—Tú.

—¿Qué hay de mi?

—Todo. —Kevin recogió las envolturas de los cuatro


sandwiches que habían consumido y los arrojó a la
basura—. ¿Estás listo para regresar al autobús?

—Sí. —Anthony tiró su botella vacía en la papelera de


80
reciclaje—. Así que, ¿te vas a burlar de mí de camino a
casa?

Kevin pretendió considerar la idea. —Quizás sí, quizás no.

—Tú. —Anthony lo agarró y juguetonamente le revolvió el


pelo—. Oye, vamos a ver si podemos localizar a Danny y
saber qué coño estaba haciendo Dylan.

Danny estaba hundido de rodillas en los uniformes sucios.


Estaba separando el suave lavable del plástico de alta
gama. Cuando los vio acercarse, una gran sonrisa iluminó
su rostro.

—¡Dylan me lo dijo! —Danny alcanzó y tomó a cada uno de


ellos por el cuello, atrapándoles en un abrazo de tres vías—
. Ahora sois miembros oficiales de los Dioses del Campo.

Una gran cantidad de conocimiento surgió en la mente de


Kevin. Era como si él hubiera sabido toda esta información
desde el principio, pero se había olvidado de recordar. Al
igual que con un estante de libros, que pasaba por delante
tan a menudo que no podía registrar en su mente. Todas
las parejas en el grupo, su historial, sus historias,
explotaron totalmente formados en su memoria.
Asombrado por la afluencia repentina de información, tomó
la mano de Anthony, presionó su espalda contra una pared,
y juntos se desplomaron hasta que sus culos cayeron al
suelo.

—Whoa. —Anthony sacudió la cabeza.


—Sí. —Kevin apretó la mano de Anthony.

—Casi me siento como que voy a vomitar. —Anthony puso


su mano libre contra su vientre.
81
—No te atrevas. Acabo de gastar treinta pavos en comida—
. Y dado que iba a tener que dejar su trabajo, Kevin tendría
que empezar a apretarse el cinturón.

Danny se inclinó y les ofreció una mano. —Vivirás. Basta


con tomar un par de respiraciones profundas.

—Tú y Matthew, en la parte trasera del camión. —Kevin


envolvió un brazo alrededor de Anthony y juntos fueron
capaces de ponerse de pie—. Vosotros dos eráis ese oso
pardo rubio-marrón.

—Culpable de los cargos. —Danny sonrió cuando apartó su


pelo largo y castaño de sus ojos. Desde que había
conectado con Matthew Edwards, Danny había salido a lo
grande. Había dejado de esconderse detrás de su pelo y
paró de ahogarse en ropas de gran tamaño. Francamente,
Danny era un tío bueno real. No es que Kevin estuviera
interesado. Anthony era más que suficiente para mantener
sus dientes calientes satisfechos.

—Pero tú eres el líder —señaló Anthony.

—¿Y? —Danny lanzó otro montón de ropa en uno de los


grandes contenedores rodantes.

—¿Qué demonios estás haciendo limpiando después


nuestra porquería? —Kevin agarró un montón de toallas
sucias. Inseguro de qué hacer con ellas, sólo se aferró a la
pila blanca empapada de humedad hasta que Danny señaló
a otro contenedor rodante. Kevin las sacudió.
—Es mi trabajo limpiar. Soy el director de equipamiento. A
pesar de que no lo parece en este momento, soy, de
hecho, el gestor del equipo. —Danny continuó ordenando
sus uniformes, equipo, y las toallas en recipientes 82
separados—. ¿Por qué todos piensan que como el líder
debería sentarme y mandar a todos a mi alrededor? ¿No
debería un buen líder, un verdadero líder, ensuciarse las
manos?

—Bueno, no. —Anthony agarró un montón de ropa, pero


Danny le dijo que la volviera a poner en el suelo, lo que
hizo con renuencia.

—Dylan tenía razón. Vosotros dos sois dulces, pero


tampoco estáis ayudando. —Danny los ahuyentó con los
dedos—. Por ahora realmente sabéis todo lo que necesitáis
saber. Si no estáis seguros de algo, cualquier cosa, sólo
pensad en ello, y encontraréis que la información está allí
en vuestra memoria. Lo mejor que podemos entender es
que tenemos lo que se conoce como una conciencia
colectiva. En cuanto al porqué de todo esto, que nos está
pasando, realmente no lo sé. Pero espero que lo sepamos
pronto.

Sacudiendo la cabeza, Kevin tomó la mano de Anthony, y


salieron del vestuario por detrás.

—Almas hermanadas, osos cambia-formas, una mente


colectiva... realmente no sé por dónde empezar. —Anthony
se rascó la barbilla de una manera encantadoramente
aturdida.

—Nunca me han llamado dulce en mi vida. Esto ya van dos


veces en un día.

—Eres dulce. —Anthony le dio un manotazo juguetón en su


trasero—. Dulce, y apretado... ¡hey!

Kevin le cortó tirando de él a una sala de equipamiento


vacía. Una vez en la oscuridad con la puerta cerrada, Kevin
83
lo empujó contra la pared y procedió a besar su aliento.

—Wow. —Anthony envolvió sus brazos alrededor de Kevin y


llevó sus grandes manos contra las nalgas de Kevin—. ¿Por
qué fue eso?

—Yo no soy dulce. Soy tu cruel amo y señor, ¿recuerdas?

—Síp. Quiero decir, sí. —Anthony bajó la cabeza.

Todo lo que Kevin podía ver era la humedad de sus ojos


brillando en la sala en gran parte oscura. —Bueno, esto es
raro, pero creo que la vista de mi ojos es mejor.

—Mi sentido del olfato sin duda que lo es. —Anthony apretó
más fuerte a Kevin—. Te juro que puedo oler que estás
encendido.

—¿Estás seguro de que mi gran erección no es un objeto


insensible?

—¿Es eso lo que es? —Anthony frotó sus pollas juntas—.


Pensé que llevabas una pistola, sheriff.

—Realmente te gusta el juego de interpretar papeles, ¿no?

—Sí. Estoy pensando que en lugar de amo y sirviente


deberíamos intentar policía y criminal. —Anthony levantó
su boca al oído de Kevin y le susurró: —he sido un bandido
muy, muy malo.

—¿Es así? —llegando por detrás de él, Kevin agarró las


muñecas de Anthony y luego las levantó y se las clavó a la
pared—. Debo castigarte.
—Oh, sí, deberías hacerlo.

Kevin sintió a Anthony sonreír contra su mejilla. —¿Por qué,


nunca he oído hablar de un criminal tan feliz de ser
84
castigado? No te estás resistiendo en absoluto.

—¿Qué fue eso que dijiste antes? Ah, sí. Hay más poder en
la rendición que en la resistencia en cualquier momento.

En poco tiempo Kevin había bajado los pantalones de


Anthony y su culo delicioso se inclinó sobre lo que parecía
ser un escritorio. Incluso en la sala en su mayoría oscura,
su trasero brillaba blanco.

—Tienes un culo como una cebolla.

—¿Qué? —preguntó Anthony, volviendo la cabeza.

—Me dan ganas de llorar.

—¿Ves? Eres totalmente dulce. Danny te lo ha pegado.


Danny te lo ha...

Kevin cortó la cantarina voz de Anthony separando sus


mejillas y respirando en contra de su arruga temblorosa.

Anthony lanzó un largo y bajo gruñido de placer que tensó


la polla de Kevin.

—Agradable. —Kevin soltó y luego acarició con su dedo a lo


largo de la grieta entre los montículos de Anthony—. Abre y
extiende esas mejillas para mí, tú, peligroso fuera de la ley.

Anthony hizo lo indicado.

Kevin bajó la cara y procedió a pasar la lengua por el dulce


culo de Anthony hasta que se quejó. Levantándose, Kevin
puso su desnuda polla contra el culo virgen de Anthony,
amando la manera en que canturreaba su anhelo. Y luego
Kevin se detuvo. Tanto como quería reclamar a Anthony,
tanto como necesitaba reclamar a su pareja de la misma
manera que Anthony le había reclamado, no podía. No con
todas las mentiras entre ellos. Mentiras que eran 85
totalmente del lado de Kevin.

Anthony le había dicho todo, incluso lo más doloroso, cosas


vergonzosas. Anthony había compartido con la franqueza
de un niño. Era Kevin, el compañero experimentado, quien
no podía decir la verdad.

—No te burles de mí, Kevin. —Anthony miró hacia atrás


sobre su hombro, sus grandes ojos amplios y brillando en la
oscuridad—. Lléname. —Anthony se preparó contra el
escritorio. —Jódeme.

—No. —Kevin se retiró. Metiendo su polla en sus pantalones


vaqueros, dio un paso atrás.

—¿No? —Anthony sonaba preocupado, y Kevin sentía, olía,


y escuchaba su inseguridad con sus sentidos recién
intensificados—. Yo no estoy dispuesto a joderte más de lo
que tú estabas dispuestos a joderme. —Kevin palmeó el
culo pálido y bello de Anthony. —Vístete.

En silencio, Anthony hizo lo que se le indicó.

—¿Qué hice mal?

—Nada. —Kevin le dio un beso largo, suave y dulce—. No


quiero reclamarte aquí. —Contra sus labios, Kevin sintió la
sonrisa de Anthony.

—¿Quieres hacerlo a lo grande para mí?

—Sí. —Y Kevin se dio cuenta de lo que hizo. Anthony se


merecía algo especial para la reclamación de la última parte
de su virginidad—. No voy a joderte en un pequeño trastero
como a un puto.

—¿Un puto?
86
—Sabes lo que quiero decir. —Una vez que Anthony estaba
vestido, Kevin lo atrajo hacia sí—. ¿Estás bien?

—Si. —Anthony le dio un beso muy suave—. Creo que es


dulce que quieras esperar.

—Dulce. Nunca voy a lograr borrar eso.

—¿Por qué querrías?

—Honestamente no lo sé. Tal vez he pasado demasiado


tiempo tratando de cultivar mi imagen de duro.

—Sigues siendo duro. Duro y dulce.

—Suena como un caramelo horrible.

—No, para mí no es así.

Después de que se acomodaron, regresaron al autobús del


equipo y tomaron asiento en la parte de más atrás.
Arrojaron sus bolsos bajo el asiento y se instalaron con
Anthony en la ventana y Kevin en el pasillo.

Dado que la calefacción estaba siendo inconstante, Kevin


cubrió con una manta sus piernas. Anthony parecía esperar
a que Kevin hiciera algo, así que hizo la única cosa que
Anthony nunca vería venir. Kevin metió la mano bajo la
manta, tomó la mano de Anthony, y la sostuvo.

—Ah, ¿ves? dulce.

Kevin le dio un beso con la lengua de una manera muy


sugerente. —Dulce y duro.
—Es por eso que te amo.

Kevin sonrió. —Di eso otra vez.

—¿Qué? ¿Que te amo? 87

—Sí. Nunca he... nadie lo ha hecho alguna vez... es


agradable de escuchar.

Anthony apoyó la cabeza contra el hombro de Kevin. —Es


agradable sentirlo, también.

Todo el camino de vuelta se sostuvieron las manos y se


dieron besos ocasionales. Pero cuanto más cerca estaban
de Twin Pines, más aumentaba la ansiedad de Kevin. Una
vez que llegaron a su casa, tenía que contar todo a
Anthony. Estaban unidos y hermanados, un compromiso
eterno que Kevin estaba feliz de honrar. Sólo esperaba que
Anthony no sintiera que había sido estafado cuando Kevin
confesara quién y qué era en realidad.
Capítulo 9
88
—¿Vives aquí? —Anthony nunca había oído hablar de un
estudiante universitario que fuera dueño de su propia casa.
Sobre todo no en un palacio con un paisaje perfectamente
cuidado, iluminación brillante a lo largo de los pasillos, y
una entrada con suficiente espacio para una veintena de
coches.

—Sí. —Kevin se deslizó fuera del asiento del conductor de


su coche deportivo, esperó a que Anthony saliera y cerrara
la puerta, puso la alarma, y entonces se guardó las llaves
en el bolsillo.

—Estamos en medio de la nada. —La oscuridad envolvió la


casa como un amante—. La casa más cercana debe estar a
un kilómetro y medio de distancia.

—Cerca de eso, supongo. Quizás dos kilómetros. —Kevin se


dirigió a la puerta principal, que estaba tallada en madera y
con vidrieras. La puerta solo costaba más de lo que
Anthony había hecho probablemente en toda su vida.

—¿Algo va mal? —Anthony se dio cuenta que desde que


habían llegado al estacionamiento de la escuela y subido a
su coche, Kevin se mantenía en respuestas cortas, casi
secas—. ¿Te hice cabrear, o...?

—No, no. —Kevin se volvió y acercó a Anthony—. Estoy


nervioso.

—¿Tú? —Anthony no pudo evitar reírse—. Pensé que era el


virgen quien se suponía que estaba todo tembloroso.

—Es por eso que estoy... tengo que mostrarte algo, y


decirte algo, antes de seguir adelante.

Algo dentro de Anthony se sacudió. Fuera lo que fuese no


podía ser bueno, no por la forma en que Kevin estaba
89
actuando. Una vez que estuvieron dentro y Kevin desactivó
la alarma, la mandíbula de Anthony cayó sobre su cara. El
hall de entrada daba paso a una sala de estar hundida
decorada con muebles de alta gama de cromo y cuero. Era
elegante y sofisticado, y apenas una sombra oscura y cruel.
Anthony no podía poner el dedo en nada en particular, sólo
que había algo más despiadado relacionado con el diseño.
Se sentía nervioso, mientras que en el porche se había
sentido bien.

—¿Diseñaste esto?

—No. —Kevin colocó sus llaves en una pequeña mesa en el


vestíbulo—. Un amigo... bueno, un tipo de amigo y socio de
negocios hizo todo esto para mí.

¿Qué tipo de negocio quiere infundir miedo en alguien? se


preguntó Anthony, pero mantuvo su pregunta para sí
mismo. Todo lo que miraba, toda la decoración, le dio
escalofríos. Era casi como si hubiera dejado caer en una
casa de una de las novelas góticas de su madre que
siempre había estado leyendo. Nunca había leído una de
ellas, pero las tapas mostraban tipos de casas como esta.
Casi como si alguien hubiera actualizado el castillo gótico
clásico para el nuevo milenio.

La mayor parte de sus sentimientos incómodos se


desvanecieron cuando entró en la cocina. Aquí la casa era
acogedora. Armarios de roble, cálido marrón mármol para
encimeras. Todo estaba limpio, brillante y coloreado en
tonos tierra acogedores.
Del refrigerador incorporado, Kevin extrajo dos cervezas.
Normalmente Anthony no bebía mucho, mientras que la
temporada de fútbol estaba en marcha, pero en este
momento, necesitaba un poco de algo. Abrió la tapa y tomó 90
un sorbo.

—Supongo que te estás preguntando cómo puedo


permitirme todo esto.

—¿Tus padres están forrados? —Anthony pensó que un


buen porcentaje de chicos en el colegio tenían una familia
acomodada, ya que era un colegio privado.

—No, me pagan por ello.

—¿Has vendido un riñón? —pero incluso si Kevin hubiera


vendido la totalidad de sus órganos internos, eso aún no
justificaba esto.

—En cierto modo.

Anthony tomó otro largo trago de su cerveza mientras


trataba de averiguar si Kevin estaba siendo franco con él o
le estaba engañando.

—Me vendo.

—Hablas en serio. —Anthony puso su cerveza junto a la


encimera de Kevin.

—Desafortunadamente, lo hago. —Kevin tomó su mano y lo


condujo de nuevo a aquella fría sala. Cruzaron la alfombra
gris, y ahí en las sombras había una puerta. Una puerta
negra.

—Qué... acogedor.

Una vez que Kevin abrió la puerta, Anthony descubrió un


corto pasillo y luego escaleras que llevaban abajo. La sala
estaba pintada de negro, las luces mínimas. Si la sala de
estar le asustó, este lugar golpeó alrededor de mil millones
en la cuenta de lo espeluznante. 91

—Por favor, dime que te encanta Halloween tanto que


tienes una casa fantasma en tu hogar todo el tiempo.
Quiero decir, yo podría entender eso. Podría estar de
acuerdo con eso. —Anthony sabía que estaba balbuceando,
pero parecía que no podía valerse por sí mismo. Cuando
Kevin le apretó la mano y tiró de él un poco más cerca,
algo de su ansiedad disminuyó, pero no lo suficiente para
detener un temblor de bajo nivel.

Finalmente, llegaron a otra puerta negra. Pero ésta no


estaba pintada. Estaba cubierta de cuero negro y decorada
con tachuelas cromadas. En la parte superior había una
mirilla y el tirador estaba hecho de cromo grueso y pesado
con un panel de números justo encima.

—No es fácil para ti forzar la llave de la cerradura.

—No aquí, no. Es demasiado peligroso. —Kevin tecleó una


cadena de números y después abrió la puerta.

Una curiosa transformación sucedió dentro de Anthony


cuando consiguió un buen vistazo a la habitación. El temor
se desvaneció cuando la excitación tomó su lugar. —Es un
calabozo.

—Sí. —Kevin dejó ir la mano.

Anthony consideró el muro de los látigos. Alineados en una


fila estaban todos de diferentes tamaños, formas y tipos de
látigos, de cuero fino a grueso, desde un hilo a nueve. —Un
gato de nueve colas. —Llegó a él, pero se echó hacia atrás
en el último momento. Tocar era demasiado. La única
mano a la que pertenecía esto era a Kevin.

—Puedes tocar lo que quieras. Todo está limpio.


92
Anthony respiró profundamente y olió a desinfectante y
cloro en el aire, pero por debajo estaba el sabor de la
sangre, lágrimas y sudor. Se estremeció.

Una de las paredes tenía una serie de cadenas y puños, lo


que permitía la fijación de todo, desde el cuello hasta los
tobillos. Un puño más pequeño le confundió hasta que
comprendió que podría encajar perfectamente en la base
de una polla. No su polla, ya que era demasiado grande,
pero la polla de un hombre. Había otros dispositivos que
Anthony ni siquiera podía imaginar un uso, pero todo le
intrigaba. Pinzas, grapas, y collares fueron colocados
precisamente a lo largo de una porción de la pared donde
también colgaba una colección de paletas.

—¿Así es como te vendes? —Anthony podría fácilmente


imaginar a Kevin vestido con un traje de cuero bastardo
atormentando endiabladamente—. ¿Quiénes son tus
clientes?

Kevin señaló a las esquinas de la habitación. —Sé que son


difíciles de ver, pero hay cámaras en todo este lugar. Tengo
muy pocos clientes a los que doy servicio directamente. La
mayoría del dinero viene de los demás que miran. —Más
que una mirada de orgullo, Kevin parecía mortificado—. La
mirilla de la puerta es para un cliente en particular.

Anthony se volvió, tratando de ocultar su erección. ¿Estaba


mal que estuviera tan excitado por algo de lo que su
amante claramente se arrepentía? —¿Sólo haces esto por
dinero?

—No. Alimento una necesidad que tengo. Pero se detiene


ahora. Te lo prometo.
93
Anthony giró y lo miró. —¿Por qué pararías?

Los ojos de Kevin se ensancharon. —Porque está mal.

—¿Quién lo dice? —Anthony creyó entender lo que estaba


pasando—. ¿Alguna vez hiciste esto con una pareja no
dispuesta?

—Por supuesto que no. Es seguro, sensato y consensuado.

—Entonces, ¿dónde está lo malo?

—Me he estado vendiendo.

—No, no es así. —Anthony se movió cerca y abrazó a


Kevin, quien se resistió al principio, luego se derritió contra
él—. Vendiste una imagen de ti mismo, supongo, pero no te
vendiste tú. Nadie te posee más que tú.

—Y tú.

Anthony sonrió. —Al igual que tú me perteneces.

—Yo soy la última persona que deberías querer que posea


una parte de ti.

—¿Por qué? ¿Porque tienes esta perversión? Encaja en la


mía muy bien. —Anthony se echó hacia atrás y se volvió en
torno a Kevin por lo que le estaba abrazando por la
espalda—. Me abstuve de tocar el látigo porque eso le
pertenece a tu mano, no a la mía. Los azotes, sin embargo,
pertenecen a mi piel.

—¿No estás enfadado?


—No. Como has dicho, eso llena una necesidad en ti.
Necesitas hacer esto, para expresar esta parte de ti. Al
igual que yo necesito el dolor. No es extraño, o repulsivo, o
cualquier otra de las cosas que he pensado. Es lo que te 94
gusta al igual que un poco de dolor es lo que me gusta a
mí. Cuando entré aquí, me puse duro tan rápido que fue
casi cómico.

Kevin arqueó su espalda, levantando sus nalgas contra la


erección de Anthony. —Dios, estás duro.

—Sí. —Anthony deslizó la mano por la parte delantera de


los pantalones de Kevin—. Y también lo estás tú.

—Sólo caminar por aquí me hace eso.

—¿Es por eso que no me dirás con cuántos hombres has


estado?

—Sí. Sobre todo porque no sé cuántos han visto los shows


en vivo.

—Eso no es a lo que me refería cuando hice esa


pregunta.—Anthony ahuecó la mano por la polla de Kevin—
. ¿Con cuántos hombres has tenido relaciones íntimas?
¿Cómo las tuviste conmigo?

—Nunca he tenido intimidad así con nadie excepto contigo.

—¿No jodes con tus, eh, compañeros de juego?

Kevin se rió. —Mis sumisos. Y no, no los penetro. No


personalmente, en cualquier caso. —Kevin asintió a un
estante bajo las paletas—. Hay todo tipo de juguetes para
ese propósito.

—Ah. Eso explica por qué tenías juguetes en tu bolso.


—Nunca he usado esos en nadie más que en ti. Quiero
decir, no quiero que pienses que...

—Relájate. Entiendo. —Anthony sabía que Kevin estaba


95
preocupado de que Anthony estuviera alarmado de que los
juguetes hubieran sido de los de alrededor, y de mala gana
tuvo que admitir que la idea le puso un poco aprensivo, no
importa cuán atentamente los hubiera limpiado. Saber que
eran nuevos fue un alivio.

—Yo quería algo especial para ti.

—¿Cómo siquiera sabías que estaría en eso?

—No lo sabía. Esperaba.

Anthony puso su boca contra la oreja de Kevin. —Llévame


arriba y luego reclámame.

Kevin estuvo inmóvil durante un buen rato, y luego se


desprendió del abrazo de Anthony. —¿Cómo puedo tomar
tan hermoso regalo de ti y hacerlo sucio? ¿No ves? Soy un
profanador. Soy asqueroso. Mira lo que he hecho. —Kevin
extendió sus brazos a su calabozo y a todas las cámaras—.
Me he vendido a mí mismo a cientos de hombres,
probablemente miles de personas en este punto. No
merezco reclamarte.

—No me importa nada de esto. —Anthony levantó sus


brazos, también—. Es posible que te hayas visto y los
hayas imaginado contigo, pero ninguno de ellos te ha
reclamado. Me diste ese honor a mi.

Kevin negó con la cabeza.

—Ahora lo entiendo.
—¿Qué? —Kevin cruzó los brazos sobre el pecho.

—Lo que Dylan dijo de nosotros sobre curarnos


mutuamente. Supe de inmediato que ya estabas curando
96
los daños que me causó mi padre narcisista, pero por mi
vida, yo no podía entender cómo iba a curarte a ti. —
Anthony dio un paso hacia Kevin y empujó los brazos a su
pecho—. Ahora lo sé.

Levantó una ceja. —¿Y cómo es eso?

—Tú hiciste todo esto por dinero, ¿verdad?

—¿Y? —Cuando Kevin trató de dar un paso atrás y cruzar


los brazos protectoramente, Anthony no se lo permitió.

—Llenaste esa necesidad que tienes de poder y autoridad.


El control te enciende. Y utilizaste eso para ganarte la vida
por ti mismo. No hay nada malo en ello. No hiciste nada a
esos hombres que no quisieran hacer. Voy a curar tu
vergüenza. —Otra clave derribada—. Y conmigo hiciste las
cosas de manera diferente.

Ahora ambas cejas se levantaron.

—Me preguntaba por qué querías jugar como si fuéramos


de otra época. Mi niño. Mi amo y señor. Querías separar lo
que estábamos haciendo de lo que haces aquí por dinero.
No juegas a eso aquí, ¿verdad?

—No. Aquí soy tan moderno y frío...

—Como los muebles de la sala de estar. —Anthony


chasqueó sus dedos—. Por eso me pareció que la habitación
era tan espeluznante. Eso no eras tú. Es una máscara. Una
fachada que montas para hacer esto.
—Deberías cambiar la especialidad a psicología.

—Naw. —Anthony acercó a Kevin—. Todo el dinero está en


el negocio. —Twin Pines estaba empezando a montar un
97
programa de MBA6, y la intención de Anthony era solicitar
para ello. —Lo que me recuerda, ¿cuál es tu especialidad?

—Ingeniería.

—¿En serio?

—Quiero construir un equipo de la mazmorra.

Anthony sonrió. —Ya sabes, yo podría ayudarte con la parte


comercial de eso.

—Tenía la esperanza de que querrías ayudarme a probar


mis inventos.

—Eso, también. —Anthony besó a Kevin y luego se dio


cuenta que estaba poco a poco respaldándole—. ¿A dónde
me llevas?

—Fuera de aquí.

—Pero yo quiero jugar con...

—No puedo. —Kevin iba extremadamente en serio—.


Tenemos que tener una línea clara. Esto es sólo para
clientes. Tú y yo podemos jugar, pero no aquí, con estas
cosas. No quiero que estas líneas sean confusas.

—Muy bien.

—¿Estás realmente de acuerdo conmigo en seguir haciendo


esto?

6 Masters of Business Association, es un programa para lograr empleo después de graduarse de la


universidad a través de la escuela de negocios.
—Realmente lo estoy. —Justo en el fondo, en ese lugar
dentro de su corazón, Anthony sabía que si alejaba esto de
Kevin, destruiría algo dentro de él. Algo que necesitaba
desesperadamente—. No quiero ver que lo haces, o 98
escuchar acerca de que lo estás haciendo, pero necesitas
esto. Me gusta un poco de dolor, pero no en todo su auge...
—Anthony miró a la fila de grapas y se estremeció. —Parte
de esto, infierno, la mayor parte de esto, está más allá de
lo que alguna vez voy a estar cómodo.

—Yo puedo cambiar.

—No se puede cambiar lo que está adentro. Y no tienes por


qué hacerlo. Creo que eso es parte de por qué estoy
contigo. Para hacer que estés bien con quién y con lo que
eres. —Anthony le dio un beso antes de que pudiera
discutir—. No hay nada malo en satisfacer esta necesidad.
Haces lo que te agrada, agrada a otros, y lo que haces
conmigo es distinto. ¿De acuerdo?

—Maldita sea, realmente tuvimos suerte. —Kevin empujó


hasta que hubo retirado a Anthony de la mazmorra.

—¿Cómo es eso?

—Eres hermoso. —Kevin le dio un beso—. Eres amable. —


Kevin le dio un beso otra vez. —Y eres jodidamente
inteligente.

—Todo eso y todavía virgen. —Anthony lanzó un largo y


dramático suspiro.

—No por mucho tiempo.


Capítulo 10 99

Kevin estaba temblando.

—Relájate. —Anthony de nuevo se acomodó con las manos


ahuecadas detrás de la cabeza.

—Estoy nervioso.

—Una vez más, se suponía que era lo mío, no lo tuyo. —


Anthony levantó la mirada de la lujosa cama, sus grandes
ojos marrones perfectamente complementados por tonos
de arena de la ropa de cama y la luz de las velas
parpadeantes. Sólo el salón de estar era frío. El resto de la
casa estaba lleno de colores cálidos y acogedores.

—Me tomo muy en serio tu iniciación.

—Puedo decirlo. —Anthony miró a todos los elementos de


la mesilla de noche—. Si no supiera mejor, juraría que ibas
a extirpar quirúrgicamente mi virginidad en lugar de
simplemente utilizar tu pene.

Kevin se reía. Tal vez se había pasado en poner todo lo que


pensó que podría querer a su alcance.

—Hay suficiente lubricante ahí para que el equipo de fútbol


entero tenga mi culo. —Anthony miró la puerta del armario
cerrada—. ¿Están todos ahí dentro?

—Nadie va a conseguir tu delicioso culo, sino yo. —Kevin se


quitó su bata—. Y si sigues haciendo chistes, voy a perder
esta fabulosa erección. —Anthony silbó bajo y largo. —Eso
es un infierno de erección.

—Todo lo mejor para atraer a tu cherrière.

—¿Mi qué? 100

—Tu cereza derrière o cherrière7.

Anthony rió fuerte y largamente.

—Sabía que te gustaría eso.

—Ah, Dios, pero te amo. —Anthony extendió sus brazos—.


Ven aquí.

Kevin se deslizó en la cama. Durante mucho tiempo, sólo


se quedó justo donde estaba, mirando a Anthony, amando
la confianza que brillaba en sus ojos.

—Realmente eres impresionante. —Kevin trazó la mano por


el enorme pecho de Anthony.

Anthony se sonrojó, pero no le hizo bajar la cabeza. Estaba


mejor aceptando elogios.

Kevin se inclinó y le besó, pensando que esta sería la


primera de muchas, muchas veces que estarían juntos.
Pero esta también sería especial porque era la primera vez
de Anthony.

—Me di cuenta de algo.

—¿Qué? —Anthony ahuecó la parte posterior de la cabeza,


abriendo los dedos a través de su pelo.

7 Literalmente debería ser cereza de atrás, en francés. Pero fresa en francés es fraise, por lo que
cherrière debe ser la forma de afrancesar la palabra inglesa de cherry, que es fresa, para hacer la
broma.
—Esta es mi primera vez, también.

Anthony frunció el ceño. —¿Lo es? Tal vez sea mejor que te
expliques.
101
—Mi primera vez con un virgen. Mi primera vez que lo hago
a pelo. —Kevin sonrió—. Mi primera vez con el hombre que
amo.

—Entre los dos hay un montón de primeras veces aquí.

—Sí. Es por eso que estoy nervioso. Quiero hacer esto bien.

—Ya está bien. —Anthony le sonrió—. Estoy aquí contigo.

Kevin besó a Anthony, encantado del sabor de su boca, la


sensación de sus dedos apretando en su pelo, el balanceo
sutil de sus caderas. Lentamente, pero seguro, Kevin se
subió encima de Anthony, encantado de la manera que su
gran cuerpo se sentía tan fuerte por debajo de él y la forma
en que suspiró con nostalgia cuando Kevin se deslizaba
entre sus piernas.

Kevin besó suavemente y mordió su camino por el cuerpo


de Anthony. Después de su larga y persistente ducha, había
cubierto su piel con una ligera loción de vainilla que sólo
mejoraba el sabor natural de su carne. Anthony era un
lienzo grande y sexy que Kevin dudaba que alguna vez se
cansara de explorar. Cada toque provocaba un gemido, un
gruñido, un suspiro, todo lo que era música para sus oídos.

Empujando sus piernas hacia arriba y atrás, Kevin se


acomodó y procedió a joder con la lengua el hermoso culo
de Anthony, hasta que estaba casi sollozando.

—¿Estás listo para mí?

—¡Dios, sí! Estoy loco por ti. —Anthony trató de levantarlo,


pero Kevin negó con la cabeza.

Kevin agarró un lubricante de la mesita de noche y


continuó con su tortura erótica pasando los dedos por
102
debajo, hasta que Anthony estaba saltando en la cama,
rogando por más.

—Sólo quiero asegurarme de que estés listo.

—¿Quieres que te ruegue? Lo haré. Juro que me pondré de


rodillas y...

Kevin se levantó por encima de él, poniendo su polla contra


su agujero completamente atormentado. —Sigue adelante.

—Rogaré, suplicaré, te ofreceré cualquier cosa.

—¿Cualquier cosa? —Kevin introdujo la punta de su polla


dentro, amando la manera en que los ojos de Anthony
rodaban hacia atrás y un grito de felicidad escapó de sus
labios.

—Cualquier cosa —confirmó Anthony.

—Múdate conmigo.

Los ojos de Anthony se ensancharon y una sonrisa siguió


poco después. —¿Estás seguro?

—No lo preguntaría si no lo estuviera. —Kevin se deslizó


otro poquito en el culo maravillosamente ajustado de
Anthony.

—No preguntaste tanto cuando me atormentaste con el


sexo.

—Es la manera en que se pide.

—Ah. Lo tendré en cuenta.


—Así que ¿eso es un sí?

—Si digo que no, ¿nunca vas a recorrer todo el camino


aquí?
103
—No lo sé. Responde y ya veremos.

—Sí. —Anthony se inclinó y lo besó—. Viviré contigo.

Kevin se quedó muy quieto. —Relájate, amor.

—Yo estoy... yo... ¡oh!

El cuerpo de Anthony lo llevó inexorablemente dentro hasta


que estuvo enterrado tan profundamente como pudo.

Presionaron sus frentes juntas y gruñieron.

—Sonamos como los osos. —Anthony envolvió sus piernas


alrededor de Kevin.

—Parece apropiado. —Kevin se levantó sobre los codos—.


Aguanta para mí. —Mientras observaba sus facciones,
Kevin empujaba dentro de Anthony. Estaba preocupado de
que le hiciera algún daño, pero desde esa sonrisa beatífica
en su rostro, Anthony estaba en el cielo.

—Se siente tan bien. —Anthony apretó su sujeción.

Más y más rápido se movían hasta ese momento de


inevitabilidad que le poseyó. No importa lo que hiciera,
Kevin no pudo evitar el orgasmo por más tiempo. Decidido
a llevar a Anthony con él, apretó sus vientres juntos,
atrapando la polla de Anthony y luego agarró su culo con
las dos manos.

—Aguanta.

Kevin resistió fuerte y rápido dentro de Anthony, encantado


de sus jadeos sobresaltados y sus alientos susurrados.

Con un suspiro sin aliento, Anthony se corrió, derramando


su semilla entre sus cuerpos, mientras que Kevin llenaba su
104
interior.

Colapsando en la parte superior de él, Kevin giró la cabeza


hasta que encontró la boca de Anthony. Procedió a besarle,
hasta que ambos pararon de moverse.

—Hablando de épica. —Anthony abrazó a Kevin con tanta


fuerza que chillaba.

—Y yo ni siquiera usé mis juguetes.

Juntos, miraron a la mesa.

—Sabes, tenemos toda la noche. —Sonrió Anthony.

—Y mañana es domingo.

—Oh, sí, por lo que tenemos alrededor de cuarenta y ocho


horas antes de que tengamos que estar en cualquier lugar.

—Sólo piensa en lo que puedo hacerte en ese tiempo.

Los ojos de Anthony rodaron hacia atrás de placer. —


Sabes, yo casi abandono ese juego.

—¿No estás contento ahora que no lo hiciste?

—Lo estoy. Ahora —Anthony alcanzó algo en la mesa y la


levantó—, ¿qué diablos es esto?

—Preferiría mostrártelo a decírtelo.

En el transcurso de los siguientes dos días, Kevin le mostró


todo lo que en esa mesa había. Y luego se le mostró otra
vez. Después de una ducha y una gran comida para llevar,
se dedicaron a juguetear con los pies por debajo de la mesa
del salón.

—Nunca hemos cambiado. —Kevin consideró la pila de


wantanes fritos8 y luego tomó tres.
105
—No, no lo hicimos. —Anthony inclinó la cabeza—. Por lo
que estoy percibiendo de los otros chicos, sólo cambian si
hay una necesidad imperiosa. No es que sea una cosa
divertida.

—Entonces esperemos que no tengamos necesidad de


cambiar. —Kevin levantó su cerveza y chocó la botella con
el vaso de agua de Anthony.

—Esperemos.

8 El wantán es una masa muy fina y rellena (generalmente de carne picada de cerdo) muy común en la
gastronomía de China. Es consumida cocida en sopas o frita. Se trata de un plato muy popular que en
cantonés significa: nubes rebosantes.
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Ian & Pervy

Paqui

Mila

Clau

Idhum
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Octubre 2013

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