Apunte07 03
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Familia
La presente ponencia ha sido elaborada con diferentes aportes,
entre los que se incluyen las experiencias de intervención acumuladas a lo
largo de la existencia del Equipo Técnico del Fuero de Familia. Hacemos esta
recuperación: Lics. en Trabajo Social: Carina Yadanza y Liliana Vázquez.
Temario
1. Nociones de familia. Lo estable los cambios y la complejidad.
2. Algunos principios generales, rectores para la intervención. Código Civil de la
Nación y Código de Procedimiento de Familia.
3. Competencia Material. Código de Procedimiento de la Provincia de Córdoba
4. Particularidades del Fuero de Familia. Especificidades de la Intervención
Social
5. Diagnóstico e Informe Socio Familiar. Aspectos Generales y Particulares
para su elaboración.
6. Técnicas de intervención. La observación. La entrevista domiciliaria. La
entrevista institucional. La articulación con otras disciplinas. La supervisión.
7. Desafíos y aspectos éticos de la intervención.
Aspectos particulares
Divorcio
Cuando se instrumenta la separación, los sentimientos en juego suelen
ser muy ambivalentes y están directamente relacionados con el duelo por el
proyecto de familia que ya no será; son intensos el dolor, la ira y la culpa.
Simultáneamente, los cónyuges comienzan a repartir su patrimonio junto con la
re estructuración de los vínculos relacionales con los hijos y con la familia
extensa, sobre involucrándose en muchas situaciones a familiares y
fundamentalmente a los hijos/as. En este contexto, suele dirimirse el plan de
parentalidad, con el cuidado personal de los hijos, los bienes patrimoniales, así
como alimentos.
El plan de parentalidad es un derecho correlativo ya que a la par del
derecho subjetivo de los padres, aparece el de los hijos/as de estar junto a sus
padres o mantener contacto, lo que constituye un deber para aquellos. Ante la
inexistencia de un plan de parentalidad, el juez fijará uno priorizando la
modalidad compartida indistinta. La regla es el cuidado personal compartido,
que puede ser régimen conjunto alternado (un tiempo con cada progenitor) o el
de régimen indistinto (principalmente con residencia en el domicilio de uno de
ellos). No obstante ambos progenitores son titulares activos de la
responsabilidad parental y realizan las labores según necesidades del grupo
familiar con independencia de donde resida principalmente el/la hijo/hija. La
excepción es el cuidado unilateral.
La responsabilidad parental y todos aquellos temas que involucren a
niños niñas y adolescentes se rigen por los siguientes principios: el interés
superior de ellos/as; la autonomía progresiva de los/las hijos/as conforme a
sus características psicofísicas, aptitudes y desarrollo (a mayor autonomía
disminuye la representación de los progenitores); derecho a ser oído y a que su
opinión sea tenida en cuenta según su edad y grado de madurez.
Es necesario, por último, realizar con ambos progenitores una tarea
socio educativa, para que comprendan que si bien se puede haber quebrado
irreversiblemente el afecto entre ellos, su relación como pareja parental debe
continuar a lo largo de la vida de sus hijos/as y a tal efecto deben realizar
esfuerzos para una buena comunicación. Observamos que cuando
comprenden que ambos serán responsables y deben compartir no solo
decisiones y responsabilidades, porque la ley se ha modificado y define esta
modalidad compartida, los conflictos por la disputa por sus hijos tiende a
disminuir.
Tutela
La tutela es la responsabilidad de cuidar la persona y administrar los
bienes de quienes no tienen capacidad para cuidarse a sí mismos ni tienen a
nadie que ejerza los cuidados personales. Se encuentran sujetos a Tutela,
entre otras personas, los niñas/os y adolescentes menores de edad cuyos
progenitores no pueden cuidar de ellos y/o de sus bienes, por diversas razones
(fallecimiento, enfermedad, etc). Se realiza una evaluación profesional según
las particularidades del caso si hay disputa entre varias familias. En este caso
la intervención profesional se orienta a establecer si los tutores están en
condiciones de cuidar del/los niños/as o adolescentes, o bien quienes pueden
hacerlo en caso de que sean más de uno los interesados o posibles.
Donde focalizamos la mirada: trayectoria familiar en relación a la pérdida
del familiar; características de la pérdida; modalidad, capacidad y recursos para
procesar la pérdida y acompañar al niño/a- adolescente; historia de la relación
del tutor con ellos; relaciones con otros familiares; acuerdo entre los familiares
y proceso de acuerdo familiar; opinión del que será tutelado; sostenimiento del
vínculo fraterno, posicionamiento respecto a los bienes que hubiere que
administrar, aspectos que favorecen u obstaculizan la asunción de la crianza
en el contexto de la intervención. Connotación familiar de la responsabilidad
parental del fallecido y del resto de los familiares del otro progenitor/a.
Facilitación o no del contacto con dicha familia. Referentes principales del niño.
Filiación
La filiación es el vínculo jurídico, entre los progenitores y sus hijos/as.
Puede tener lugar por naturaleza, por técnicas de reproducción asistida o por
adopción. La determinación de la filiación puede ser legal, voluntaria y judicial.
Es legal cuando la establece la ley. Es voluntaria cuando la determinación
proviene de la eficacia que se atribuye al reconocimiento del hijo. Es judicial la
determinación que resulta de la sentencia que declara la paternidad o la
maternidad no reconocida.
Sustracción y restitución internacional de menores de edad.
La sustracción de un niño/a adolescente menor de edad es considerado
un delito cuando no ha sido consensuado por los progenitores y uno de ellos
decide trasladarse de un país a otro llevándose ilegalmente al hijo/a de ambos.
Por ello la restitución internacional de las/los menores en cuestión es ineludible
y un compromiso de los estados partes de colaboración para ello. Solo es
posible no cumplimentarlo si se advierte, a través del diagnóstico profesional,
que existe riesgo para el niño/a o adolescente en cuestión.
Entrevista Institucional
La entrevista en sede institucional permite dar un encuadre de
privacidad, que permitirá a su vez que la persona pueda explayarse sin
mayores condicionamientos, en el marco del “secreto profesional”.
Una técnica interesante para trabajar en sede institucional es la “Historia de
vida”, resignificándola en la intervención profesional particular. Esta técnica, en
este ámbito particular, permite además resignificar la historia de pareja y de
familia, pudiendo advertir las significaciones de cada miembro de la misma.
Entrevista domiciliaria
En primer lugar esta es una técnica que es propia de los Trabajadores
Sociales y en muchos casos, podríamos decir también, que define nuestra
intervención profesional. Su importancia deviene en la gran cantidad de datos
que nos puede aportar a la hora de hacer un diagnóstico familiar.
Podemos ver que el domicilio, “la casa de una persona”, es algo más
que un espacio físico, que se constituye en un espacio social que es vivido y
habitado de diversas maneras. Este espacio tiene un significado, es un lugar en
el que se construyen vínculos de los más diversos, y en el que configuran las
prácticas que los sujetos desarrollan.
En este sentido, la fotografía no constituye una técnica profesional a fin
de acreditar las condiciones de vida y/o socio económicas de las partes que
intervienen en el proceso judicial. Es un elemento que no incorpora aspectos
analíticos, sino que solo brinda una imagen estática y parcial respecto de una
vivienda, careciendo de los datos objetivos y valoración profesional idónea de
la situación socio familiar y que de ninguna manera reemplaza o es más
enriquecederora que un informe social, que da cuenta de relaciones e
interrelaciones con la dinámica familiar, valores, ideosincracia, condiciones de
vida de los sujetos concretos.
Se puede hablar del espacio, desde la ubicación territorial, desde lo
constructivo, desde el equipamiento, desde las trayectorias y estrategias,
desde las dinámicas familiares que se generan en esos espacios, de los
discursos y representaciones que se desarrollan, entre otros.
Partimos desde el lugar de reconocer que la vivienda y sus redes, el
barrio mismo, se presentan como espacios de producción y reproducción y de
representaciones simbólicas de las familias y de “su ser y posibilidades de
estar en el mundo” y no meramente como espacios residenciales
La entrevista en domicilio nos puede aportar datos de análisis
significativos al momento de realizar un diagnóstico familiar, así el lugar en el
que se ubica la vivienda nos puede aportar elementos sobre cómo los sujetos
resuelven sus necesidades de sostenimiento cotidiano, de las vinculaciones
que establecen, de los recursos a los que tienen acceso o no. Hay autores,
(como por ejemplo Bourdieu 1992) que caracterizan a la vivienda como un
capital económico que a su vez posibilita u obstaculiza el acceso a otros tipos
de recursos, entre ellos los que están localizados en lugares accesibles o no
según el sitio que se ocupa en el territorio. Esto está en relación directa a los
servicios e instituciones, los negocios, etc. con los que se cuenta en el sector o
que están accesibles.
La localización muchas veces no constituye un dato menor, la
situación en los lugares periféricos o rurales, por ejemplo, indican las
posibilidades de sostener determinadas estrategias que, en algunos casos,
implicarían inclusive, la elección de trasladarse de un lugar a otro.
Esta limitación o imposibilidad de acceso tiene otro componente: la
dificultad o falta de acceso de las instituciones, profesionales, servicios, etc. al
lugar, es decir hay algunos lugares que se hacen inaccesibles para
profesionales o técnicos externos del lugar, incluso en ocasiones son lugares
en los que ni la policía tiene acceso.
El entorno familiar suele ser significativo. Uno de los aspectos
constructores de identidad es el espacio territorial, donde el ser se particulariza,
donde se estructuran las relaciones cara a cara de lo cotidiano. Esto construye
redes a veces basadas en lazos de amistad y otras en lazos familiares, y estas
redes pueden funcionar en dos direcciones, de manera protectora o como
recursos que sostienen formas violentas de relación. Pueden indicar también,
las formas de vivir la vecindad y lo que eso implica.
En general la vivienda se estructura en su diseño como para albergar
familias nucleares, de ello da cuenta la dimensión del terreno, la cantidad de
habitaciones, los servicios con los que cuenta, etc. Se han perdido en las
construcciones actuales el espacio común y colectivo, o los lugares de
construcción flexible que permitían en otros momentos, albergar familias
extensas, etc.
Cuando se está en el momento del ciclo de conformación o inicios del
momento de expansión de la constitución familiar, hay mayores posibilidades
de contar con el lugar físico de la familia de origen, pero cuando la familia se
hace más numerosa, el tener mayor cantidad de miembros hace poco viable la
convivencia en espacios que resultan escasos para la cantidad de personas
que la ocuparían.
Para la familia de origen suele ser complicado volver a incorporar a un
miembro que ya se había ido de la vivienda, muchas veces los espacios que se
dejan son redistribuidos y reasignados y volver a la situación anterior implica
procesar nuevamente cambios que no siempre pueden lograrse.
Otro punto importante suele estar referido a la propiedad de la vivienda
o el tipo de tenencia de la vivienda esto le imprime en los sujetos importantes
marcas en la forma en que los mismos se apropian del espacio. La propiedad
de la vivienda suele marcar posicionamientos de poder significativos dentro de
la unidad doméstica, ya que es un bien al que generalmente, se accede con
gran esfuerzo de la familia. En casos de división de bienes en un divorcio, un
eje que suele ser central está dado por el modo en que adquirió esa vivienda,
quien aporto más, entre otras variables.
Los cambios de vivienda pueden implicar mejoramiento de las
condiciones de vida de la familia, pero también empeoramientos en la posición,
por lo que es importante ver, frente al traslado de domicilio son los
posicionamientos y adaptación de sus miembros.
En ocasiones se vuelven significativos los modelos culturales de las
“comunidades de origen”, sobre todo cuando éstas proviene de otros países o
de lugares con importantes diferencias socio culturales, en tanto pueden
expresar formas particulares de configurar prácticas y modos de relación entre
los sujetos.
En términos generales la casa suele ser un indicador de situación
económica, pero a la vez nos indica también otros factores a tener en cuenta
al momento de realizar una valoración profesional si la vivienda tiene
características similares al resto de las viviendas de la zona o si por el contrario
se destaca de las mismas. En este sentido, nos permite identificar además, el
modo en que las familias se apropian del espacio, la vinculación con el entorno
o como se proyectan los sujetos en el lugar.
En otro nivel de análisis podemos evaluar condiciones habitacionales del
inmueble, modo de ocupación de los espacios, teniendo en cuenta por ejemplo,
la cantidad de personas que comparten una habitación, quien ocupa el cuarto
principal, la existencia de hacinamiento, disposición de equipamiento y
servicios con los que cuentan.
Asimismo se puede observar a veces, que en los procesos de
construcción hay diferencias entre uno y otro ambiente de la casa, lo cual
puede indicar cambios en las situaciones familiares que pueden ser de diverso
orden, crisis familiar, cambios en la estructura de ingresos, relevar el espacio
como una categoría analítica, nos permitiría en ocasiones conocer si se ha
logrado sostener o no, las inversiones en la vivienda o en el mobiliario,
procesos de empobrecimiento, aparición de conflictos, pérdidas de empleo,
declinación de proyectos familiares separaciones, muertes, entre otros.
De allí que podamos pensar que el buen estado de conservación de la
vivienda se referencia con aspectos de la misma que son cuidados y
dispuestos de modo tal que faciliten el desenvolvimiento de la vida cotidiana
familiar, tanto hacia adentro de la casa como hacia fuera.
Si bien la vivienda puede ser indicador de cuestiones económicas,
funcionales y hasta del modo en que se vinculan las personas, también
podemos decir que hay elementos dentro del equipamiento de la vivienda que
pueden ser indicativos del modo en que se estructuran cuestiones
afectivas, ideológicas, políticas o religiosas. La ambientación con fotos
familiares o de líderes políticos, las imágenes religiosas, entre otras, indican
lugares de centralidad en los modos de ser de cada familia a la vez que
expresan ideas políticas, ideológicas o religiosas.
Más allá de los aspectos físicos y constructivos que posee la vivienda,
es interesante ver el uso que hacen los miembros de la familia los lugares, así
podemos ver que lugares se destinan a la intimidad, si se hace uso del espacio
marital, los lugares destinados al juego de los niños, la instalación de un
comercio con la finalidad de resolver cuestiones económicas, si hay espacios
intercambiables, lugares que no son usados o que están más prolijos y
aseados que otros dentro de la misma casa, por mencionar solo algunos
aspectos.
Es decir que la entrevista domiciliaria junto a la observación y al análisis
de los datos que todo ello aporta nos brindan una gran cantidad de elementos a
la hora de elaborar un diagnóstico y su correspondiente informe.