Rosalinda Powell Fox

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DIALOGOS

Rosalinda Powell Fox,


¿espía, amante, aventurera aristocrática?
Con una vida llena de misterios, esta británica cambió,
según muchos, el curso de la Segunda Guerra mundial.
Domingo del Pino

l presente ya no es lo que era; el futuro tampoco es un militar. A partir de 1950 –según lo describe Rosalin-

E lo que será. Nuestro pasado y todo lo que hacemos


o somos es sistemáticamente digitalizado e inclui-
do en bancos de datos sin alma, propiedad de empresas
da Fox– era ya un “hombre roto y enfermo”.
En este presente feliz, alfanumérico, democrático y uni-
versalista podemos preguntarnos qué sentido o utilidad
privadas que lo venden e intercambian como cosa propia tienen los espías de carne y hueso o en qué puede consis-
cuando le ven algún valor. Nuestra existencia no es un se- tir espiar. Los nostálgicos dirán, parafraseando a Jorge Man-
creto para nadie, excepto para nosotros mismos. Un gran rique, que cualquier tiempo pasado fue mejor; los evolu-
hermano orwelliano sin estados de ánimo, que puede to- cionistas, que vivimos en el mejor de los mundos. En
mar la apariencia corporal de un inspector de Hacienda, cualquier caso, felices los tiempos en que espías y espia-
de un banquero, o de cualquier vendedor telefónico, dis- dos tenían como escenario de combate restaurantes, sa-
pone ya de muchos más datos sobre nuestra vida de los lones alfombrados y lechos de sábanas de satén y balda-
que nosotros mismos somos capaces de recordar. quines. En tiempos de cambio, todos compartían la
Tenemos la ¿suerte? de vivir en plena era digital y la Red emoción, la atracción irresistible de vivir la vida como si
nos ha recogido en ella para bien y para mal. El destino, cada momento, cada palabra pudiera ser la última.
la “moira” tan importante de la tragedia griega, es ahora Una cierta tradición machista ha dado lugar a que el es-
alfanumérico, convertible a bytes, kilobytes que miden la pionaje sea percibido como algo de hombres y como una
importancia de cada individuo. Se trata de una impor- actividad relacionada con la guerra y los militares. La lite-
tancia que siempre será relativa porque depende del azar. ratura y el cine han popularizado a algunas mujeres, des-
El futuro es lo que la Red recoge y esa cosecha deja fuera de Cleopatra a Mata-Hari. La última conocida, Alina de Ro-
a grandes personajes, pueblos y naciones, que no salgan manones, autora de La espía de las botas rojas, como todas,
en las páginas de los periódicos o en las reseñas de libros. se cuida de incluirse ella misma en un Gotha en el que ni
Rosalinda Powell Fox es un caso típico de esas injusti- están todas las que son ni son todas las que están. Pero
cias alfanuméricas. Cuando quise saber de ella recurrí a la ¿qué fue la británica Rosalinda Fox espía, amante, o quizá
Red y sólo encontré una mención, la del libro de memo- la última aventurera romántica como aquéllas que desde
rias que escribió muy avanzada ya su vida. The Grass and finales del siglo XVIII y XIX recorrieron el mundo? Rosa-
the Asphalt vio la luz gracias a la generosidad de un grupo linda Fox ¿de quién está más cerca, de Mata-Hari o de la
de amigos de Sotogrande (Cádiz). Rosalinda Fox murió en condesa de Gasparin? ¿De Vera Chalbur o de lady Monta-
diciembre de 2004, a los 96 años de edad, en aquel Gua- gu? ¿De Caridad del Río, para quien la razón ideológica im-
darranque gaditano donde pasó media existencia, desde pregna todos sus actos y pasiones, o de las dos mujeres del
un asfalto español que mira a la hierba vecina de Marrue- relato de Los Baibares y los doce capitanes de policía, de las
cos. Sobrevivió a todos aquellos que desde la pubertad le Mil y Una Noches? Fuese lo que fuese, Rosalinda Fox en su
auguraban corta vida y le prescribían un reposo impres- libro niega, página tras página, haber sido espía, aunque
cindible porque había contraído en la India del imperio, se adivina entre líneas una especie de secreto placer en su-
British of course, una tuberculosis bovina incurable de las gerir que ha sido lo que dice que no fue.
que, salvo contadas excepciones, llevan a la tumba.
Su vida, como todas las interesantes, suscitó pasio- Una vida llena de misterios y emociones
nes y odios, elogios y vituperios. Los dos más recurren-
tes fueron ser espía británica y amante de Juan Luis Beig- ero qué fue? Rosalinda Powell Fox nació a princi-
beder quien, en el tiempo que la conoció, fue agregado
militar en Berlín en 1936, alto comisario en Marruecos
desde ese año, ministro de Asuntos Exteriores en 1939
P pios del siglo XX en una familia inglesa acomo-
dada de las muchas que vivían en la India en la
época del imperio. La desposaron cuando tenía 16 años
y desde 1940, general sin funciones, el peor estado de con un comerciante rico que vivía en Calcuta. Cuando

Domingo del Pino es periodista, consejero editorial de AFKAR/IDEAS.

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dos años después nació su hijo Johnny, contrajo una tu- de en la vecina Tetuán; en Tetuán donde se trasladó mien-
berculosis bovina incurable por la que los médicos sólo tras Beigbeder fue alto comisario; en Madrid en 1939 jun-
le auguraban una rápida muerte. Su marido, demasiado to a un Beigbeder como ministro de Asuntos Exteriores;
absorto en sus negocios para ocuparse de ella, prefirió y en 1950 en Guadarranque, de nuevo con Beigbeder,
enviarla a Inglaterra primero y a Suiza después con una cuando ya el curso de la historia les dejó a ambos a un la-
generosa pensión mensual de 30 libras, una pequeña do. Para entonces Rosalinda tenía 42 años y en realidad
fortuna en su tiempo. El resto de la vida de Rosalinda es había llenado su vida de suficientes emociones.
una lucha constante contra los pronósticos, sobre los ¿Cuáles son esas emociones? Las que su corazón le dic-
que triunfó muriendo a los 96 años, y después de haber ta seguir. Escribe Rosalinda que “no me agradaba que los
enterrado a todos sus seres queridos. nacionales considerasen a Inglaterra una potencia ene-
A principios de los años cin- miga para España” y se propu-
cuenta, Juan Luis Beigbeder, un so convencer a Beigbeder de in-
hombre “roto y enfermo”, se- clinarse por Inglaterra y a
gún ella misma lo describe, le Inglaterra de hacerlo por Espa-
pidió que comprara una casa ña. ¿Demasiado para una mu-
en algún lugar de la costa sur jer sola? En cualquier caso pa-
española desde donde se pu- rece haber tenido cierto éxito:
diera ver Marruecos. Rosalinda “Yo preferiría que nos apoyase
se decidió por Guadarranque, Gran Bretaña en vez de Alema-
un pueblo andaluz de la bahía nia” le confesó Beigbeder, “pe-
de Algeciras cuya playa sólo te- ro la decisión es británica y no
nía como telón de fondo el pe- mía”. Para influir en la decisión
ñón de Gibraltar, una satisfac- de su país Rosalinda visita en
ción para la propia Rosalinda, Tánger a sus amigos, el coronel
y detrás la costa norte marro- Hal Durand y Mary Beynon,
quí, un último placer para Beig- ambos colegas del secretario de
beder. Último y breve porque Estado para Asuntos Exterio-
falleció a las pocas semanas de res, lord Halifax. Durand y Bey-
haberse instalado allí. non viajaron a Londres como
Los pocos que han escrito “facilitadores”. La misión tuvo
sobre la vida de Rosalinda afir- resultados positivos, puesto
man que hasta ese proyecto, que siendo ya Beigbeder mi-
convertir a Guadarranque en nistro de Asuntos Exteriores, In-
un apacible lugar de retiro pa- glaterra decidió nombrar como
ra sus amigos y compatriotas, embajador en Madrid a sir Sa-
fue un fracaso. Su existencia, muel Hoare para mejorar la fal-
sin embargo, sugiere todo lo ta de comunicación del ante-
contrario. Haber llegado a los rior embajador británico con el
96 años padeciendo una tu- Portada del libro The Grass and the Asphalt de Rosa- ministro español.
berculosis bovina terminal es linda Powell Fox. Antes, en 1939, Rosalinda
toda una proeza; que Winston se enteró –porque Beigbeder
Churchill dijera, según re- se traía los documentos de la
cuerda la señora Fox, que “la guerra hubiera seguido un Alta Comisaría a casa para trabajar y compartía sus in-
curso diferente de no ser por Rosalinda Fox” supone una quietudes con ella– de que los franceses concentraban
existencia llena de recodos misteriosos. tropas en las fronteras del protectorado español con la
Para juzgar sólo tenemos el libro de la propia Rosalin- intención de ocuparlo si España entraba en guerra del
da, que tuvo el curioso don de los grandes personajes de lado de Alemania. Entonces decidió averiguarlo por sí
la historia de encontrarse siempre en el lugar apropiado, misma y en su pequeño Austin 7 se lanzó a las carrete-
en el momento adecuado: en Cascais (Portugal) cuando ras marroquíes y a las fronteras. Fue detenida por los
un exiliado español de categoría, el general Sanjurjo, pre- franceses pero los encantos de mujer pudieron más que
paraba la insurrección contra la república y se disponía el deseo del general francés al mando de fusilarla por es-
a presidir el gobierno que de ella resultase; en el hotel pía. De regreso a Tetuán confirmó a Beigbeder la veraci-
Adler de Berlín, en los prolegómenos del nazismo, don- dad de la inteligencia recibida y el alto comisario, en con-
de ve de nuevo a Sanjurjo y conoció a un joven y culto secuencia, decidió armar a las poblaciones fronterizas.
agregado militar español llamado Juan Luis Beigbeder; Aquel gesto hubiera podido precipitar las hostilidades
en Tánger, al coincidir con el nombramiento de Beigbe- con Francia, pero Rosalinda logró que el agregado militar
der como alto comisario de España en Marruecos con se- británico en Gibraltar mediara con los franceses, a partir

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de lo cual éstos retiraron la mayor parte de las fuerzas que modidad y el cambio favorable de la libra con las mo-
habían concentrado en las fronteras de la zona española, nedas locales. Cascais, Estoril, Tánger, Madrid, los gran-
y Beigbeder desarmó de nuevo a las poblaciones fronte- des hoteles de lujo, el Palace y el Ritz, un piso de 44 ha-
rizas. ¿A cambio de qué? El libro no lo dice pero sugiere bitaciones en Lisboa, otro igual de grande en Madrid.
que pudo haber sido la promesa, que Beigbeder enton- Cuando se instaló en Guadarranque toda la propiedad
ces podía hacer pero no cumplir, de que España no se alia- había sido puesta a su nombre y su viejo Austin 7 había
ría con el Eje. Curiosa promesa, si existió, pues en esos dejado paso a un Rolls-Royce.
mismos meses al representante alemán, barón de Lan- Su alma aristocrática, no obstante, no le permitió ver
genheim, el Jalifa le concedió, a instancias de Beigbeder, hechos que no hubieran escapado a ninguna auténtica es-
la Orden de la Mendubía por haber conseguido que Ale- pía. Rosalinda era consciente de la importancia de la his-
mania proporcionase los grandes junkers de transporte toria en la que participaba, pero no de la tragedia huma-
de tropas para trasladar al ejército de África a la Penínsu- na que ésta provocó en los dos lados. Luchó con todos sus
la, y que a finales de 1938 unidades de la flota alemana al encantos para que España no se aliara con Alemania, pe-
mando del almirante Roeder visitaran el puerto de Ceuta ro al igual que su contemporánea Isabelle de France, du-
y Beigbeder les agasajara en la Alta Comisaría. quesa de Guise, parecía simpatizar con un franquismo que
¿Beigbeder era aún proalemán? Pudiera ser. Rosalinda ella interiorizó como la necesidad de poner de rodillas al
escribe que “me tomé como tarea personal hacer que Juan comunismo en España para evitar ese “monopolio capi-
Luis viera el punto de vista de Inglaterra en la contienda”. talista estatal que se denomina a sí mismo socialismo”. Su
Como todos los ingleses, siempre que discutía con Beig- implicación no fue ideológica sino simplemente para que
beder terminaba pidiéndole que no olvidara que “Ingla- no se cumpliera el intercambio que Hitler ofrecía a Fran-
terra no ha perdido ni una sola guerra en miles de años”. co, Gibraltar, por el apoyo en la guerra.
Sin embargo, money is money incluso o sobre todo para Esta misma percepción era la de los gobiernos alia-
una nación que nunca perdió una guerra. Rosalinda, a pe- dos de la época y la razón última por la cual fracasaron
sar de sus esfuerzos, no logró que Inglaterra le prestara a incluso los intentos republicanos de sublevar a los ma-
España los cinco millones de libras que Beigbeder pre- rroquíes contra el ejército español de África, algo que
tendía para saldar su deuda con Italia y poder adoptar una de haberse producido hubiera podido cambiar el cur-
actitud neutral. so de la historia de España. La cuestión es ¿son los otros
Pero en Madrid el ministro de Asuntos Exteriores y sus los únicos responsables? ¿La república y el franquismo
aspiraciones neutralistas se quedaron solos. El gobierno, en su conjunto pueden seguir siendo tratados desde es-
dice Rosalinda, era unánimemente proalemán y mien- ta perspectiva acrítica que 65 años después aún preva-
tras Beigbeder intentaba convencer al embajador Hoare lece en ambos bandos? ¿El fracaso de los intentos de su-
de que podía influir para que España fuera neutral, Ra- blevar a los marroquíes contra el ejército africano a su
món Serrano Súñer viajó el 15 de septiembre de 1939 a vez sublevado contra la república, es sólo imputable a
Alemania para participar en un cóctel que el mismísimo las ingenuidades de Carlos de Baraibar?
Hitler ofrecía a sus íntimos aliados para celebrar la vic- El libro de Rosalinda incluye indicios para un análisis
toria sobre Inglaterra. ¿Qué victoria? Para esas fechas, Ale- crítico: en plena guerra civil y cuando la armada de Fran-
mania aún no había atacado Inglaterra, así es que la in- co sólo disponía de dos barcos, Beigbeder le pidió y Fran-
formación sobre el viaje de Serrano Súñer y sus motivos co lo concedió sin vacilar, que prestara uno de ellos para
podía ser de vital importancia para Londres y Beigbeder trasladar a los peregrinos marroquíes a La Meca. “Era”, es-
se lo comunicó a sir Hoare. cribe Rosalinda, “como pedirle a Whitehall la mitad de la
Para entonces Rosalinda ya había pasado a encabe- Royal Navy en medio de una guerra”. “Juan Luis Beigbe-
zar una lista negra de la Gestapo en España y Beigbeder der”, señala en otro contexto, “tenía un respeto genuino
le aconsejó, preocupado por su vida, que regresara a Es- por las tradiciones y el modo de vida árabes, no califica-
toril. El 17 de octubre de 1940 Beigbeder fue destituido ba de feudales a sus instituciones como hacían otros con
como ministro de Asuntos Exteriores, sustituido por Se- desprecio en aras de un realismo socialista”.
rrano Súñer, cuñado de Franco, y confinado bajo arres- La lectura de los documentos relacionados con este in-
to domiciliario en Ronda (Málaga). De esa privación de tento de sublevar a Marruecos de los archivos de la Con-
libertad no saldrá hasta después de terminada la Segunda federación Nacional del Trabajo (CNT) de Amsterdam de-
Guerra mundial, cuando Franco le envía en misión es- muestra que al menos esta corriente política, tan capital
pecial para ayudar a restablecer los lazos con Estados en la historia de la II República española, albergaba hacia
Unidos, deteriorados durante la guerra. Su rehabilita- los marroquíes no sólo los prejuicios inscritos en el ima-
ción será breve y pronto caerá de nuevo en las redes de ginario colectivo español, como consecuencia de la des-
la historia acusado de complotar contra el propio Fran- cripción de siete siglos de la historia de España como una
co. Es la época en que Rosalinda Fox le verá de nuevo y cruzada religiosa contra el islam magrebí, sino todos aque-
dirá de él que es una “hombre roto y enfermo”. llos de ese comunismo, estilo soviético, que consideró des-
Su vida había transcurrido en el glamour de los acau- de el inicio a la religión como el opio de los pueblos. Pero
dalados retirados británicos que buscaban el sol, la co- esto es otra historia que alguien debería reconstruir. n

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