Manual de Formacion Ayuda Dependencia
Manual de Formacion Ayuda Dependencia
Manual de Formacion Ayuda Dependencia
formación
La atención y el cuidado de las personas
en situación de dependencia
Manual de
formación
La atención y el cuidado de las personas
en situación de dependencia
Manual de
formación
La atención y el cuidado de las personas
en situación de dependencia
Edita
Gobierno de Aragón.
Departamento de Servicios Sociales y Familia
Dirección General de Atención a la Dependencia
ISBN
978-84-8380-234-2
Depósito Legal
Z-2.867-2010
Coautoras
Erika Fuertes1
María Mateo1
Yolanda Lanza1
Coordinación y revisión
Mª Mercedes Martínez Rovira2
Colaboradores
Sofía Conches1, Gema Cuello1, Nuria Muñoz1, Paz Mur1,
Begoña Moreno1
Imágenes
Fotógrafos: José Carlos Ruiz, Carlos Navarro,
Elisa Cuartelles
Modelos: Manuel López, Toñi Pons, Manuel Tosaus,
Julia Rodríguez, José María Rubio
Agradecimientos
Departamento de formación de Fundación Rey Ardid
Departamento de innovación y proyectos de Fundación
Rey Ardid
Centro de Día Residencia Romareda-Rey Ardid
Residencia de Mayores de Delicias-Rey Ardid
Centro de Rehabilitación y apoyo Psicosocial del
Actur- Rey Ardid
Fotografía
Elipsis Producciones
Diseño y maqueta
Virtual&Civán, s.l.u.
www.virtualcivan.es
Impresión
Tipolínea. Zaragoza
1
Fundación Rey Ardid.
2
Dirección General de Atención a la Dependencia.
Presentación
Desde la puesta en marcha de la Ley de Promoción de la Autonomía
Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, su
desarrollo se ha configurado como un objetivo prioritario para el Gobier-
no de Aragón. Para el Departamento de Servicios Sociales y Familia,
ha sido un reto su implementación y desarrollo y podemos decir que
estamos consolidando el Sistema Aragonés de Atención a la Depen-
dencia. Este esfuerzo es lo que merece una norma que nació como la
mayor medida en materia de política social en las últimas décadas ya
que reconoce un nuevo derecho de los ciudadanos y da respuesta a
las necesidades de las personas en situación de dependencia.
Nuestra tarea, sin embargo, va más allá de garantizar las prestaciones
y servicios que establece el Sistema de Atención a la Dependencia.
La calidad de los servicios y de la atención a las personas también es
un objetivo que cumplimos de forma paralela a la atención. Por eso,
para garantizar esa calidad, es necesario que las personas que lleven
a cabo los cuidados de las mismas tengan conocimientos y habilidades
que permitan prestarles una atención integral y con la mejor calidad
posible.
En este “Manual de formación. La atención y el cuidado de las perso-
nas en situación de dependencia”, todos los profesionales encontrarán
enseñanzas prácticas que trasladar a las personas que prestan o van a
prestar cuidados a otras que se encuentran en situación de dependen-
cia. Además les servirá de guía para ofrecer información de recursos
sociales, y les facilitará los métodos que giran en torno de la necesidad
de cuidados para el cuidador.
Considero que este manual facilitará y agilizará el trabajo de los forma-
dores de cuidadores, y complementará los conocimientos que necesi-
tan para su quehacer diario. Es un paso más para que las personas en
situación de dependencia mejoren su calidad de vida.
5
Cuando cuidamos a personas en situación de dependencia, lo primero
que tenemos que tener en cuenta es que estamos estableciendo una
relación con otra persona. El respeto a la persona y a su dignidad es
irrenunciable en la tarea de cuidar.
La ética del cuidado se fundamenta en la relación con el otro y en las
emociones. No es lo mismo cuidar de una manera a hacerlo de otra.
Un cuidado de calidad implica:
– Cuidar respetando su autonomía.
– Contar con ellos, respetar sus decisiones y su intimidad.
– Mejorar la comunicación con ellos y tener un trato humano.
En las situaciones de dependencia es cuando más claramente se
entrelazan los problemas médicos con los sociales, económicos, fami-
liares o afectivos.
Por eso:
– Porque la persona es un todo físico, psíquico, social y espiritual, el
cuidado ha de ser integral y abarcar todos estos aspectos.
– El cuidado debe de ser dinámico y adaptarse a las circunstancias
particulares de cada persona en cada momento.
– El cuidado ha de ser continuo en el tiempo.
– El cuidador principal debe apoyarse en otras personas y recursos
sanitarios y sociales. Ha de tener siempre “detrás” un equipo y ha de
seguir las indicaciones para el cuidado de estos profesionales.
Cuidamos para mejorar o mantener la autonomía, para conseguir la
mejor calidad de vida posible para esa persona. Debemos plantearnos
el cuidado como una herramienta de rehabilitación. La regla de oro es
solo hacer por ellos aquello que ellos no puedan hacer por sí mismos;
a veces necesitarán solo que les animemos a hacerlo, otras veces que
les mostremos primero cómo se hace y por último, en algunos casos
lo tendremos que hacer por ellos. Ese es el orden.
La atención a las personas en situación de dependencia se desarrolla
en lo cotidiano. Muchas veces no se precisan grandes medios técni-
cos y, pequeñas modificaciones en el hogar hacen que sea más fácil
la vida para el cuidador y el cuidado. En ese sentido tendremos que
facilitar en las casas el espacio para moverse, la iluminación y la acce-
sibilidad en general. En cada caso las necesidades serán unas pero,
con frecuencia mejorar la seguridad en el baño o retirar muebles de
los pasillos mejora la vida de todos, incluidos los no dependientes. Otra
particularidad de la atención en el domicilio es la posible sensación
de aislamiento e indefensión que pueda tener el cuidador. El cuidador
principal necesita apoyos, para el mismo y para la tarea que realiza. El
cuidador no debe temer buscar ayuda, preguntar, llamar por teléfono...
La tarea de cuidar no debe de estar circunscrita a la familia, encerrada
en la casa. Es una cuestión social.
Yolanda Lanza
Médico Geriatra
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La capacidad de cuidar de otros seres humanos es una conducta tan
cotidiana como aprender a vestirse o a caminar. De algún modo todos
somos cuidadores y personas a las que cuidar. En el transcurso de
nuestras vidas inevitablemente ejercemos ambos roles. Sin embargo,
aprender a ser cuidador no surge de forma automática y en ocasiones
no resulta nada sencillo.
Cuidar a una persona en situación de dependencia no siempre es fácil
y en numerosas ocasiones supone una notable fuente de estrés. El
desempeño del rol de cuidador está asociado a importantes niveles de
sobrecarga emocional y física, así como a numerosos costes persona-
les afectando a su trabajo, vida familiar, pareja, ocio y tiempo libre…en
definitiva, a su vida en general.
El objetivo de este Manual no es otro que ayudarles en su difícil labor
de cuidadores. En concreto, ayudarles a sentirse mejor, poner a su
disposición una serie de estrategias, manteniendo hábitos saludables,
aprendiendo a reconocer sus sentimientos, evitando la soledad y el
aislamiento, que le van a permitir estar menos triste, sentirse menos
agobiado, disfrutar un poco más en el día a día.
Erika Fuertes
Psicóloga
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Introducción
Este material pretende servir de apoyo a los formadores de cuidadores
de personas en situación de dependencia.
Para que sea útil trataremos de responder a varias preguntas. ¿Qué sig-
nifica estar en situación de dependencia? ¿De quién hablamos cuando
nos referimos a “los cuidadores de personas en situación de dependen-
cia”? ¿En qué consiste cuidar? ¿Cómo se puede cuidar mejor?
Puede decirse que una persona está en situación de dependencia
cuando presenta una pérdida más o menos importante de su auto-
nomía funcional y necesita de la ayuda de otras personas para poder
desenvolverse en su vida diaria. Normalmente, las causas de la depen-
dencia de una persona son múltiples y varían bastante de unas per-
sonas a otras. Estas causas pueden deberse tanto a factores físicos
como psicológicos, sociales o del ambiente.
En la mayoría de las familias es una única persona la que asume la
responsabilidad de los cuidados. La mayor parte son mujeres: madres,
esposas, hijas y nueras.
Cuidar implica muchas y variadas actividades de prestación de ayuda.
Aunque las áreas en las que se prestan cuidados y las tareas que se
desarrollan dependen de cada situación particular, muchas de estas
tareas son comunes a la mayoría de las situaciones de cuidado. Cuidar
puede ser una de las experiencias más conmovedoras y satisfactorias.
Puede sacar a la luz cualidades, aptitudes o talentos que de otra forma
hubieran pasado desapercibidas. También puede ser una de las expe-
riencias más solitarias e ingratas. En muchos casos, el cuidado es, al
mismo tiempo, solitario, ingrato, conmovedor y satisfactorio. Lo que es
seguro es que es una de las experiencias más dignas y merecedoras
de reconocimiento por parte de la sociedad.
Desde este reconocimiento y respeto al cuidador y a sus formado-
res es desde donde se sitúa este manual. Además, el cuidado, tanto
en el entorno domiciliario como en el profesional, debe ser excelente:
respetando la dignidad de la persona en situación de dependencia y
fomentando su autonomía.
Para intentar dar respuesta a estas cuestiones, el Manual se introduce
con un caso/testimonio de un cuidador. Continúa con las cuestiones
que determinan la situación de dependencia (Mi familiar necesita ayu-
da porque...), las tareas del cuidado (Mi familiar necesita ayuda para...)
y el cuidado del cuidador (Yo como cuidador necesito...).
9
Índice
1 Un día como cuidador.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
11
3.5 Medicación.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
3.5.1 Normas generales.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
3.5.2 Administración de fármacos.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
3.5.3 La oxigenoterapia.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
Glosario.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279
Bibliografía.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285
Webgrafía.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
Filmografía.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
12
1 Un día como cuidador
Hola, soy Clara tengo 58 años y cuido de mi madre que padece
Alzheimer. Al principio tardamos en darnos cuenta, acababa de morir
mi padre y pensamos que los olvidos, despertarse de madrugada, des-
orientarse en su propia casa, podían ser producto del proceso de duelo
que estaba viviendo ante la pérdida de su marido. Pero poco a poco
vimos que estas conductas se producían cada vez más a menudo y
sin motivo aparente. Así que decidimos consultar a un especialista, ya
que la situación era desconcertante para toda la familia. A los meses
nos comunicaron el diagnóstico, “su madre padece la enfermedad de
Alzheimer”. Ante estas palabras, surgieron dentro de mí sentimientos y
emociones contradictorias: por un lado alivio por saber lo que realmen-
te le ocurría a mi madre, rabia e impotencia, culpabilidad por no darme
cuenta antes, un sentimiento de responsabilidad y deber,…
Con calma y paciencia la convencimos de que tenía que venir a vivir
con nosotros, todo eran cambios para ella y para nosotros. Tuvo que
dejar su casa, su pueblo, sus amistades, sus tiendas, SU VIDA. Mi
marido, mis hijas y yo tuvimos que aprender a vivir con la enfermedad.
Eso fue lo más difícil de entender, que esas cosas eran producto de
una enfermedad y que teníamos que ir adaptando nuestra vida a ella.
Que el Alzheimer mandaba en nuestras vidas, sobre todo en la mía,
que tenía que sumar esa carga a las propias de mi trabajo y de mi
casa.
Todas las mañanas me levanto con dolor de cabeza, duermo con el
aparato que me dejó mi hija, pegado a la oreja, para oír si la abuela
se levanta, si tiene tos o si me llama por la noche sin motivo aparente.
Bueno a mi no me llama, llama a su madre. Pero aún así, intento poner
mi mejor sonrisa y pensar que quizá hoy será un día diferente a los
demás.
Ahora yo soy las manos, los pies y los ojos de mi madre. Me levanto
pensando en ella: tengo que prepararle el desayuno, tengo que lavarla
y cambiarle el pañal, tengo que levantarla y llevarla al sillón del salón
para que no esté sola. Mientras estoy con ella no pasa nada, pero el
otro día buscaba las llaves de casa para dar un paseo juntas y no las
encontré. ¿Has visto las llaves de casa? ¿Sabes dónde pueden estar?,
pregunté a mi madre y me contestó que no. No insistí más de la cuenta,
ya que por suerte cuento con varios juegos de llaves. Unos días más
tarde, sentada en el sofá, aparté uno de los cojines y allí estaban las
llaves de casa con unas cuantas cosas más desaparecidas en algún
momento.
Así transcurren mis días, ayudando a mi madre en prácticamente todas
las actividades que realiza, intentado encontrar cosas desaparecidas,
controlando los ataques de ira y agresividad que sufre en ocasiones,
intentando gestionar el tiempo para llegar a todo, prestar atención a
mis hijas y mi marido y a todo esto añadir que intento continuar con MI
PROPIA VIDA.
Síntomas cognitivos
+
Síntomas psicológicos y
conductuales
Deterioro funcional
Causas de demencia
– Degeneración del sistema nervioso: Enfermedad de Alzheimer,
Demencia frontotemporal, Demencia de cuerpos de Lewy.
– Problemas vasculares que afectan al sistema nervioso: ACVA,
demencia multinfarto, etc.
– Demencias secundarias a muchas causas: traumatismos, infeccio-
nes, tumores, tóxicos, etc.
Manifestaciones clínicas
1. Alteración de las funciones superiores:
a. Memoria: se afecta primero la memoria a corto plazo. Al principio
siguen recordando cosas del pasado aunque no recuerden lo que
han comido. Con el tiempo se va afectando toda la memoria.
b. Orientación espacial y temporal: confunden lugares y fechas.
c. Atención: se distraen con mucha facilidad.
d. Lenguaje: dificultad para expresarse o comprender el lenguaje,
tanto el verbal como el escrito.
Conductas problema
Todas las denominadas conductas problema deberían ser considera-
das, en primer lugar, como intentos de comunicación, relacionados con
una necesidad. Es preciso tratar de entender el mensaje y así compro-
meterse con la necesidad que no está siendo cubierta.
Vinculación
Inclusión
Confort
Amor
Ocupación
Identidad
Consecuencias
Se trata de un problema que puede tener consecuencias:
– Tanto para la salud (infección urinaria, inmovilidad, úlceras cutáneas,
etc.).
– Como para la realización de las actividades cotidianas (por el miedo
a una pérdida de orina en lugares inapropiados).
– Para la economía familiar (pañales, institucionalización).
– Y, en definitiva, para la autonomía, la calidad de vida y el bienestar
emocional (incluso de las personas que les rodean).
Causas
– Dificultades en el ambiente; mala iluminación, baño alejado, poco
accesible.
– Enfermedades o problemas que dificultan la movilidad.
– Deterioro de las funciones mentales/cognitivas.
– Enfermedades ginecológicas, urológicas o neurológicas.
– Alteraciones psicológicas.
Tipos de incontinencia
Incontinencia urinaria transitoria
Se produce por una causa y en un momento determinado y desapare-
ce cuando se trata la causa.
Incontinencia de esfuerzo
– Las pérdidas de orina se producen en situaciones en las que aumen-
ta súbitamente la presión intraabdominal como, por ejemplo, al toser,
subir escaleras, levantar objetos pesados, levantarse, etc. sin haber
sensación previa de ganas de orinar.
– Frecuente en mujeres y en hombres tras cirugía de próstata.
– Aparece por el día y disminuye o desaparece por la noche.
Incontinencia de urgencia
– La pérdida de orina aparece después de que la persona experimenta
un súbito deseo de orinar (urgencia miccional) y le resulta imposible
llegar a tiempo al aseo.
– Tanto por el día como por la noche.
– Las pérdidas suelen ser importantes.
– No hay pérdidas con el esfuerzo.
Factores de riesgo
– La edad avanzada.
– El deterioro de la función mental.
– La falta de movilidad.
– La dieta pobre en líquidos y fibra.
– La hospitalización.
– La existencia de varias enfermedades en la misma persona.
– La administración de distintos fármacos a la misma persona.
– El hábito de no hacer caso cuando se siente la necesidad.
Complicaciones
Fecaloma: Impactación rectal.
Clínica: Estreñimiento persistente. Diarrea periódica. Obstrucción
intestinal aguda e incontinencia urinaria. Estado confusional agudo.
Diagnóstico: tacto rectal.
Tratamiento: desimpactación manual más enemas.
Otras complicaciones
Megacolon idiopático, incontinencia fecal, fisura anal, hernias, prolapso
de la mucosa anal, etc.
Tratamiento
Higiénico-dietético (efectivo hasta en un 60% de los casos)
– Aumentar la ingesta de fibra: Es conveniente realizar dos colacio-
nes a base de alimentos ricos en fibra. La introducción debe ser
progresiva, debe de ir acompañada de un aumento en la ingesta de
líquidos para evitar la dureza de las heces y por tanto la posibilidad
de impactación fecal.
– Alimentos ricos en fibra son: salvado de trigo, pan integral, legum-
bres, patatas, zanahorias, frutas y verduras. Las verduras y hortalizas
mejor crudas, bien troceadas o al dente. Frutas frescas sin pelar,
papilla, compota, macedonia. Evitar zumos como sustitutitos.
Tratamiento conductual
– Procurar que las personas acudan al servicio a la misma hora (mejor
después del desayuno).
– Facilitar el acceso al baño y que las condiciones del mismo sean
apropiadas para la persona.
– Acudir con prontitud a la llamada de ayuda para ir al servicio.
Laxantes
Siempre deben de ser indicados por el médico:
– Los más fisiológicos son los que aumentan el volumen de las
heces.
– Enemas dos veces por semana previenen la impactación fecal.
Consecuencias
Repercusiones físicas
– Lesiones en la piel, aumenta el riesgo de úlceras por presión.
– Aumenta el riesgo de infección urinaria.
– Aumenta el riesgo de inmovilidad.
– Aumenta el riesgo de caídas.
– Aumenta el riesgo de malnutrición y de ingesta restringida de líquidos.
Repercusiones psíquicas
– Alteración de la autoestima.
– Vergüenza.
– Aislamiento.
– Alteración de la imagen corporal, etc.
Repercusiones sociales
– Produce importantes gastos.
– Representa una importante carga familiar que muchas veces desem-
boca en el ingreso en residencia.
Causas
– Impactación fecal-fecaloma.
– Enfermedades neurológicas (demencias, accidentes cerebro-vascu-
lares,...).
– Alteraciones locales en el intestino.
– Circunstancias que hacen al individuo tener diarrea y/o reprimir el
deseo defecatorio (inaccesibilidad, ausencia de cuidados, depresión,
protesta social).
Los alimentos
Son sustancias naturales o transformadas, que al ingerirlas aportan al
organismo materias asimilables con una función nutritiva. Esta función
consiste en mantener los fenómenos que ocurren en le organismo y la
reparación de las pérdidas que constantemente se producen en él.
Los alimentos pueden clasificarse atendiendo a su función:
– Energética: que al quemarse en los tejidos liberan la energía para
mantener el funcionamiento de los procesos vitales. Esta función la
realizan los glúcidos y los lípidos.
– Plástica o reparadora: para el crecimiento y desarrollo de los teji-
dos. Esta función la realizan las proteínas.
– Reguladora: organizando y facilitando los procesos metabólicos en
el organismo. Esta función la realizan los minerales, vitaminas y el
agua.
Los nutrientes
Son las sustancias contenidas en los alimentos y asimilables por el
organismo humano:
– Hidratos de carbono: energéticos y estructurales.
– Lípidos: energéticos y estructurales.
– Proteínas: estructurales.
– Vitaminas y minerales: reguladoras.
– Agua: el componente más importante del cuerpo humano, formando
el 65% del organismo. La cantidad diaria en la ingesta, debe ser de
1,5-2 litros/día. Es componente esencial de la sangre, regulador de
la temperatura corporal y forma parte de la orina, eliminando las
sustancias de desecho.
La dietética
Es la ciencia que propone formas de alimentación equilibrada, variada,
y suficiente, que permiten cubrir los requerimientos nutricionales.
Consecuencias de la malnutrición
– Pérdida de peso.
– Edemas (hinchazón), aumento del hígado, diarrea.
– Bajan las defensas, aumentan las infecciones.
– Pérdida de músculo y de fuerza muscular (caídas, neumonías...).
– Debilidad, depresión y pérdida de apetito.
– Mayor riesgo de intoxicación por fármacos.
– Síntomas por pérdida de nutrientes esenciales.
Intervención nutricional
Siempre bajo indicación médica.
1. Vía oral
Alimentación básica adaptada
Consiste en la modificación de los alimentos naturales para adaptarlos
a las necesidades de la persona:
– Cambios en la consistencia:
• Dietas blandas cuando existe alteración en la masticación. Alimen-
tos que no necesitan masticarse, libres de espinas y huesos (torti-
llas, pasta, arroz, pasteles de carne…
• Dietas trituradas. Deben de ser homogéneas (añadir copos de puré
de patata, papillas de cereales...).
Suplementos orales
Son preparados farmacéuticos que se añaden a la dieta habitual.
Pueden ser semisólidos o líquidos y se administran 30 minutos antes
de las comidas para que no quiten el hambre.
2. Nutrición enteral
Alimentación a través de una sonda
– Al estómago (nasogástrica, gastrostomía).
– Al yeyuno (nasoyeyunal, yeyunostomía).
Los preparados se prescriben por el especialista. Se usa a largo plazo
en tumores y enfermedades neurológicas de larga evolución (ictus,
etc.) y a corto plazo cuando existe desnutrición por una causa rever-
sible.
Complicaciones
– Mecánicas:
• Neumonitis por aspiración.
• Erosiones en la nariz, estoma, esófago y estómago.
• Extracción de la sonda.
• Obstrucción de la sonda.
• Perforación digestiva.
– Infecciosas:
• Contaminación bacteriana de la alimentación que produce dia-
rrea.
• Neumonía por aspiración.
– Gastrointestinales:
• Diarrea.
• Estreñimiento.
• Vómitos y distensión gástrica.
– Metabólicas.
– Psicológicas (menores en el caso de gastrostomía).
– Orales: exige una limpieza cuidadosa de boca y labios.
3. Alimentación parenteral
Es la administración de nutrientes por vía intravenosa. Es de uso hos-
pitalario.
Requisitos de la dieta
1. Siempre la dieta y su administración (oral, por sonda, etc.) debe de
estar indicada y supervisada por el médico.
2. Si existen dificultades para tragar, se modificará la consistencia de
sólidos y/o líquidos haciendo uso de espesantes.
3. Si no llegamos a aportar los nutrientes necesarios es útil utilizar
purés y papillas enriquecidos. Si aún así come poco se debe plan-
tear el uso de suplementos nutricionales o vitamínicos.
4. Los alimentos deben estar siempre a una temperatura adecuada.
Estadio inicial
– No se observa desnutrición en esta fase.
– Existe autonomía para la alimentación pero la pérdida de memoria
produce descuidos, olvidos de la comida y de los horarios, repetición
de alimentos en una misma toma, etc.
– Por falta de atención pueden no completarse las tomas de alimentos.
Estadio grave
– Existe una dependencia absoluta del cuidador para la alimentación.
– Aparecen trastornos graves de la deglución, presentándose disfa-
gia tanto para sólidos como a líquidos y riesgo de aspiración de
alimentos, lo que provoca una actitud negativa de la persona hacia
la comida.
– El aparato digestivo puede tener sus funciones enlentecidas.
– Anorexia senil o indiferencia total ante los alimentos.
– Dificultad de evacuación intestinal por estreñimiento o fecalomas.
Decúbito lateral
Oreja
GRADO II
Aparecen pequeñas erosiones y en ocasiones vesículas o ampollas.
Afecta a la epidermis y la dermis superficial (primera y segunda capa
de la piel).
GRADO III
Ya hay pérdida de tejido. Afecta también a la dermis profunda y la hipo-
dermis (segunda y tercera capa de la piel). La úlcera tiene los bordes
bien definidos y hay abundante exudado.
Aparece tejido necrótico y se forma una costra de color negro muy
adherida. Cuando se elimina deja al descubierto tejidos más profun-
dos. Es fácil que se infecte. Puede aparecer mal olor.
4. Cuidado de la cama
– Evitar que las sábanas tengan arrugas y restos de comida.
– Evitar que la ropa de cama que cubre a la persona esté muy esti-
rada, ya que flexiona los dedos y puede producir úlceras.
– No utilizar colchones de muelles o lana.
Causas
– Dolor y enfermedades osteoarticular (artritis, artrosis, etc.).
– Problemas en los pies.
– Accidentes cerebrovasculares (trombosis, hemorragias cerebrales,
etc.).
– Debilidad generalizada.
– Alteraciones mentales (estados confusionales, depresión).
– Defectos visuales y auditivos.
– Inestabilidad y miedo a las caídas.
– Incontinencia.
– Como efecto de algunos fármacos, por indicación médica excesiva u
hospitalización (el reposo absoluto solo es estrictamente necesario
en muy pocas situaciones).
Consecuencias
Sobre el estado general y mental
1. Pérdida de proteínas por la atrofia muscular: contribuye a la debili-
dad y favorece el encamamiento.
2. Pérdida del tono muscular y la coordinación: inestabilidad y des-
equilibrio al estar de pie y al andar.
3. Alteraciones psicológicas: trastornos del comportamiento, depre-
sión y ansiedad, alteración de la convivencia, confusión.
4. Limitaciones sensoriales y del contacto afectivo.
5. Dependencia.
6. Insomnio.
7. Aumento del deterioro cognitivo.
8. Disminución de la motivación.
9. Institucionalización.
10. Deshidratación e hipotermia.
Sobre la piel
1. Úlceras por decúbito (maceraciones, enrojecimiento, atrofias…).
Consecuencias
1. Sin consecuencias.
2. Consecuencias graves: mortalidad.
A veces la muerte sobreviene como consecuencia de una caída
interpretada como banal, a medio plazo (golpes en la cabeza).
Son factores que aumentan la mortalidad por caída:
– La edad avanzada.
– La permanencia en el suelo durante un tiempo.
– El ser mujer.
– Tener varias enfermedades.
– Tomar distintos tipos de fármacos.
3. Otras consecuencias:
– Fracturas; se observa que con la edad aumenta la incidencia de
fractura de cadera.
– Heridas, contusiones.
4. Síndrome postcaída.
Permanecer en el suelo
Cuando una persona permanece caída, durante un periodo de tiempo
prolongado, sin poder levantarse, recibir atención médica ni valerse
por sí misma, las consecuencias de la caída se magnifican y pueden
conducir a la muerte.
Síndrome postcaída
Se trata de una de las más importantes consecuencias de las caídas.
Se puede producir incluso con caídas leves.
Se manifiesta por la pérdida de autonomía y la aparición de miedo
importante a caer de nuevo, con rechazo a salir y temor a exponerse
a ciertos riesgos.
Síndrome poscaída
– No se mueve.
– No se vale por sí mismo.
– No confía en sí mismo.
Causas
– El hecho de que el individuo no haya podido levantarse solo.
– Permanecer más de una hora en el suelo.
– Haber tenido más de 3 caídas en el último año.
Consecuencias
– Dolor.
– Nuevas caídas.
– Marcha inestable.
Demencia
Las personas con demencia presentan menos trastornos en la conti-
nuidad del sueño que los depresivos. El porcentaje de ensoñación está
disminuido pero es normal su distribución a lo largo de la noche.
Tipos
Diabetes tipo I
Falta insulina por destrucción de las células del páncreas que la pro-
ducen, por lo que esta está disminuida.
Diabetes tipo II
En ella es importante el componente genético. El páncreas produce
insulina, pero esta no puede actuar por un exceso de grasa y resisten-
cia a la acción de la insulina. Su incidencia aumenta con la edad.
Clínica
– Aumento de la glucosa en sangre (hiperglucemia).
– Aumento de la glucosa en orina (glucosuria).
– Poliuria (aumento de la micciones, van mucho al baño).
– Polidipsia (aumento de la necesidad de beber).
– Polifagia (aumenta la necesidad de comer).
– A veces los síntomas no se aprecian y la enfermedad se detecta en
un análisis de sangre o cuando aparecen complicaciones.
Complicaciones
A largo plazo
– Lesiones en los vasos grandes: Arterioesclerosis por más frecuente
HTA, aumento de grasas en sangre (hiperlipemias), aumento de la
viscosidad de la sangre.
– Lesiones en los pequeños vasos:
1. Retinopatía (de la retina en el ojo, conduce a la ceguera).
2. Nefropatía (del riñón, puede provocar insuficiencia real).
3. Neuropatía (de los nervios, disminuye la sensibilidad al dolor).
– Otras.
1. Cataratas.
2. Pie diabético. (Aumento de las infecciones, riesgo de amputación).
Complicaciones agudas
1. Hipoglucemia
Es un descenso brusco de la glucosa en la sangre por debajo de 50mg/dl.
Es la complicación más frecuente.
Se puede producir por: aumento de ejercicio físico sobreesfuerzo,
sobredosis de insulina, ingesta insuficiente, diarreas o vómitos...
Aparecen mareos, y sudoración.
Cualquier signo neurológico puede ser su consecuencia.
Administrar azúcar.
2. Coma diabético
Son dos complicaciones, la cetoacidosis diabética y el coma hiperos-
molar no cetósico.
Se producen por un aumento de la glucosa en sangre mayor de 250
mg/dl. Provoca pérdida de agua en orina y deshidratación severa, alte-
raciones hidroelectrolíticas, choque hipovolémico, insuficiencia renal
aguda provocando el fallo de otros órganos poniendo en peligro la vida
de la persona.
La cetoacidosis evoluciona más rápido, se suele dar más en diabetes
tipo 1 y presenta acidosis metabólica.
Los factores que lo desencadenan son: errores o ausencia de trata-
miento, infecciones sobreañadidas, cambios en la alimentación o en
la actividad física, cirugía, traumatismos... El coma hiperosmolar evo-
luciona más lento, se da más en diabetes tipo 2, en mayores y no
presenta cetosis.
P.A.S P.A.D.
Óptimo < 120 < 80
Normal < 130 < 85
Límite superior 130-139 85-90 (normal alta)
HIPERTENSIÓN
HTA I 140-159 90-99
HTA II 160-179 100-109
HTA III > = 180 > = 110
HTA sistólica aislada > 140 con diastólica < 90
Tratamiento
Tratamiento no farmacológico
Medidas dietéticas:
– Evitar el sobrepeso.
– Reducir el consumo de grasas de origen animal a favor de las de
origen vegetal.
– Disminuir la ingesta de sal (sin ensañamiento). Suplementos de pota-
sio y de calcio. Moderar el consumo de alcohol.
Actividad física: no está comprobada su relación con la T.A., pero sí los
enormes beneficios para la vida. El paseo diario y el ejercicio modera-
do pueden practicarse por la mayoría de las personas.
Control de la ansiedad con psicoterapia y técnicas de relajación.
Otros nombres
– Ictus.
– Embolia cerebral.
– Trombosis cerebral.
– Apoplejía.
– Hemorragia cerebral.
El Accidente Cerebro Vascular (ACV) o Ictus es una enfermedad
vascular que afecta a las arterias del cerebro o que llegan al cerebro.
Se produce cuando se interrumpe repentinamente el suministro de
sangre a una parte del cerebro o cuando se rompe un vaso sanguíneo
en el cerebro. Las células cerebrales, cuando dejan de recibir oxígeno
o nutrientes de la sangre (isquemia) mueren. Esta isquemia conduce
finalmente al infarto, a la muerte de las células cerebrales, que son
sustituidas por una cavidad llena de fluido. No todas las células mue-
ren inmediatamente, sino que hay una parte que están en “riesgo de
morir”, y con el tratamiento adecuado pueden salvarse. La evolución
dependerá de la intensidad y localización de la isquemia y de la capa-
cidad del cerebro para recuperarse.
Causas
1. Isquémicos (por falta de sangre)
Se produce una obstrucción del paso de sangre al cerebro. En la mayor
parte de los casos la obstrucción está producida por la presencia de
placas de ateroma, lo que llamamos arteriosclerosis. En otros casos
se debe a la llegada de un trombo desde otras zonas del organismo,
generalmente desde el corazón (embolia).
En la arteriosclerosis las arterias se vuelven rígidas, en un proceso
progresivo que consiste en la acumulación de colesterol, calcio y otras
grasas en la pared de las arterias. En ciertas zonas de las arterias
el estrechamiento puntual es más intenso, llegando a tapar casi por
completo el paso de sangre al cerebro.
Si en la zona obstruida por placas de ateroma se pegan acúmulos de
plaquetas, se llegan a formar coágulos (trombos), lo que llamamos
trombosis cerebral.
Estos trombos se pueden soltar (embolia), y por su tamaño llegan
a arterias más pequeñas por las que no pueden pasar, las taponan
totalmente y producen lo que se llama la isquemia aguda (embolia
cerebral). Estas embolias también pueden haber migrado desde el
corazón en diferentes situaciones (la más frecuente por una arritmia;
la fibrilación auricular).
2. Hemorrágicos
Lo que se produce es la rotura de una arteria cerebral (por aneurismas
o por hipertensión arterial). La hemorragia intracerebral que se pro-
duce no puede liberarse al exterior ya que el cerebro está encerrado
en el hueso del cráneo. Por ello la sangre presiona lo más blando, el
cerebro, produciendo la falta de oxigenación de la zona y las lesiones
subsecuentes de los tejidos (isquemia cerebral).
La causa más frecuente de rotura de una arteria cerebral es la presen-
cia de un aneurisma. Un aneurisma es una dilatación permanente de
una arteria causada por la debilidad de su pared.
Clínica
Los síntomas aparecen de forma repentina y se dan varios síntomas
al mismo tiempo. Los síntomas más característicos son:
– Entumecimiento o debilidad repentina, sobre todo de una parte del
cuerpo.
– Confusión repentina o problemas con el habla y la comprensión.
– Problemas repentinos con la vista en uno o en ambos ojos.
– Problemas repentinos para andar, mareos o pérdida de equilibrio o
coordinación.
– Dolores de cabeza repentino, severo, sin causa conocida.
Incapacidades resultantes
Algunas de las incapacidades que pueden resultar de un accidente
cerebrovascular son:
Parálisis
Es muy frecuente que se produzca parálisis en un lado del cuerpo, lla-
mada hemiplejía. También se puede producir debilidad de un lado del
cuerpo (hemiparesia). La parálisis o debilidad puede afectar solo a la
cara, una extremidad o puede afectar a todo un lado del cuerpo.
Déficit cognitivo
Se pueden sufrir problemas de conciencia, atención, juicio y memoria.
Puede producirse pérdida de conciencia de un lado del cuerpo o de un
lado del campo visual, sin que se sea consciente de esa pérdida.
Déficit emocional
Pueden aparecer problemas para controlar sus emociones o expresar
emociones inapropiadas en determinadas situaciones. Un problema
muy frecuente es la depresión, que puede dificultar la recuperación y
la rehabilitación.
Dolor
Se puede dar un tipo de dolor llamado central, debido al daño de un
área del cerebro llamada tálamo. Es una mezcla de sensaciones, como
calor y frío, hormigueo, falta de sensibilidad, punzadas agudas y dolor
intenso.
Tratamiento
Fase inicial o aguda
– Debe acudirse lo antes posible a un hospital, ya que el ahorro de
tiempo en comenzar el tratamiento mejora el pronóstico. Para evaluar
la situación y comenzar el tratamiento contacte rápidamente con su
teléfono de Emergencias (112, 061).
– Control de la vía aérea, oxigenación y tensión arterial, para asegurar
una óptima oxigenación y perfusión de las células cerebrales.
– Medicamentos que impidan la agregación plaquetaria.
– Si el problema es un embolismo a distancia (desde el corazón), se
puede precisar de una anticoagulación permanente.
Fase de seguimiento
– En los cuadros de isquemia cerebral por arteriosclerosis de la arteria
carotídea se realizan distintas técnicas quirúrgicas.
– Medicamentos antiagregantes o anticoagulantes como los mencio-
nados en la fase aguda. Se están investigando nuevos antitrombóti-
cos que además de su acción antiagregante tienen efectos anticoa-
gulantes y fibrinolíticos.
– Rehabilitación de las funciones afectadas, tanto motoras como de
otro orden.
– Control de hipertensión arterial, hipercolesterolemia, tabaquismo,
diabetes, obesidad, etc.
En las hemiplejías
Problemas especiales
1. El cuerpo aparece dividido en dos mitades independientes. Efectos
psicológicos, la persona mira al lado contrario y rechaza el brazo y
la pierna impedidos.
2. El tono postural es distinto.
– Al principio flacidez, parece demasiado débil. Duración variable.
Afecta más al brazo que a la pierna y durante más tiempo.
– Después espasticidad, demasiado rígido para moverse. La espas-
ticidad aumenta si hace algún ejercicio, si se excita, desea comu-
nicarse y no puede, tiene miedo. Si la espasticidad es importante
puede provocar contracturas.
3. La persona no sabe moverse. Debe aprender a girarse en la cama,
sentarse, permanecer de pie o caminar. Está confundido, no conoce
su lado afecto ni cómo usarlo. Tiene poco equilibrio y teme caerse.
4. Temor a las caídas (es como la suma de los tres anteriores).
Causas
Se desconoce, existen factores ambientales y familiares aún desco-
nocidos.
Síntomas
Los síntomas varían porque la localización y magnitud de cada ata-
que puede ser diferente. Los episodios pueden durar días, semanas
o meses y se alternan con períodos de reducción o ausencia de los
síntomas (remisiones).
La fiebre, los baños calientes, la exposición al sol y el estrés pueden
desencadenar o empeorar los ataques.
Es común que la enfermedad reaparezca (recaída). Sin embargo, pue-
de continuar empeorando sin períodos de remisión.
Debido a que los nervios en cualquier parte del cerebro o la médula
espinal pueden resultar dañados, las personas con esclerosis múltiple
pueden tener síntomas en muchas partes del cuerpo.
Síntomas musculares
– Pérdida del equilibrio.
– Espasmos musculares.
– Entumecimiento o sensación anormal en cualquier parte del cuerpo.
– Problemas para mover brazos o piernas, para caminar.
– Problemas de coordinación.
– Temblor y debilidad en brazos o piernas.
Síntomas oculares
– Molestias en los ojos, visión doble.
– Movimientos oculares rápidos incontrolables.
– Pérdida de visión (normalmente se afecta un ojo cada vez).
Diagnóstico
Los síntomas de la esclerosis múltiple son similares a los de otros
muchos trastornos. El diagnóstico se hace descartando otras patolo-
gías. Un indicio para el diagnóstico es la afectación neurológica de dos
partes diferentes del cuerpo en dos momentos distintos.
Exploraciones que ayudan al diagnóstico:
– Examen neurológico.
– Examen ocular.
– Punción lumbar.
– Resonancia magnética del cerebro y la columna…
Pronostico
El pronóstico es variable.
Tienen mejor pronóstico:
– Las mujeres.
– Las personas jóvenes al inicio de la enfermedad.
– Las personas que no tienen ataques frecuentes.
– Las personas en las que la enfermedad es más limitada.
El grado de discapacidad e incomodidad depende de:
– La frecuencia de los episodios.
– La severidad de los episodios.
– La parte afectada.
La mayoría de las personas vuelven a su vida normal tras el episodio.
Lentamente hay una disminución de la funcionalidad entre los ataques.
Con el tiempo las personas necesitan una silla de ruedas para des-
plazarse.
La calidad de vida y la posibilidad de permanecer en su propia casa
depende mucho de la calidad y cantidad de los sistemas de apoyo de
la persona.
Otras terapias
– Fisioterapia.
– Logopedia.
– Terapia ocupacional.
– Grupos de apoyo.
Productos de apoyo
Con frecuencia se precisan cambios y adaptaciones en el hogar para
garantizar la seguridad y facilitar los desplazamientos.
Algunos productos:
– Sillas de ruedas.
– Asideros en las paredes.
– Asiento para baño o ducha.
– Andadores.
– Muñequeras lastradas para disminuir el temblor y mejorar la coordi-
nación.
Productos de apoyo.
Clínica
Normalmente a partir de los 50 años.
Empieza por una pérdida de fuerza muscular y de coordinación que
va empeorando.
Dificultades para desplazarse, bajar y subir escaleras.
Se suelen afectar los músculos de la respiración y de la deglución
No se afectan los sentidos ni la capacidad de razonamiento, ni la fun-
ción intestinal o vesical.
– Dificultad para deglutir.
• Náuseas.
• Atragantamiento.
– Dificultad para respirar.
– Calambres musculares.
– Caída de la cabeza (debilidad de la musculatura del cuello).
– Debilidad muscular progresiva en el brazo o la mano.
– Parálisis.
– Alteraciones del lenguaje (discurso lento o anormal, ronquera...).
Diagnóstico
Examen neurológico
– Marcha torpe y rígida.
– Alteraciones de los reflejos.
– Dificultad para contener el llanto o la risa.
– Debilidad, espasmos.
– Examen de la deglución.
Exámenes de sangre
Electromiografía
Punción lumbar
Tratamiento
Tratamiento farmacológico para el control de los síntomas (espasticidad).
Pronóstico
Pérdida progresiva de la capacidad para desenvolverse y cuidar de sí
mismo.
Complicaciones:
– Úlceras de decúbito.
– Pérdida de peso.
– Neumonía.
– Insuficiencia pulmonar.
– Inhalación de alimentos o bebidas.
Grupos de apoyo
Causas
De momento se desconoce el origen de la enfermedad, exceptuando
en los casos inducidos por traumatismos, drogodependencias y medi-
camentos, y algunas formas hereditarias en ciertos grupos familiares.
Existen teorías que intentan explicar el deterioro neurológico que pro-
duce esta patología, Se cree que algunos pesticidas y toxinas, junto
a cierta predisposición genética, podrían ser los desencadenantes de
la enfermedad.
También se estudia la posibilidad de que el origen se encuentre en los
radicales libres, moléculas que desencadenan un proceso de oxida-
ción que daña los tejidos y las neuronas.
El genético es otro de los factores barajados como causantes de esta
patología. Existen algunas formas de Parkinson hereditarias en algu-
nos grupos de familias, por lo que la investigación genética puede ayu-
dar a comprender el desarrollo y funcionamiento de la enfermedad.
Lentitud de movimientos
Se refiere a la lentitud para iniciar y realizar los movimientos. Los que
se ven más afectados son los que exigen movimientos secuenciales
(ejemplo: abrocharse una camisa) o repetitivos (ejemplo: lavarse los
dientes). Se ven más afectadas las actividades automáticas que las
actividades aprendidas, de manera que pueden tener problemas para
comenzar a andar (actividad automática), mientras que pueden bailar
perfectamente (actividad aprendida).
Trastornos posturales
Pueden ser iniciales, aunque lo habitual es que aparezcan en las fases
avanzadas del proceso.
La postura habitual de la persona afectada tiende a la flexión del tron-
co, de la cabeza y de las cuatro extremidades. La marcha también se
altera, con tendencia a la propulsión y a los pasos cortos.
En periodos avanzados de la enfermedad, pueden aparecer bloqueos
de la marcha con pasos pequeños sin apenas desplazamientos y con
gran inestabilidad para girar. Estos bloqueos de la marcha pueden dar
lugar fácilmente a caídas.
Los trastornos posturales y de la marcha aumentan en los lugares
estrechos (pasillos, umbrales de las puertas) y mejoran en los amplios
y poco concurridos.
Estos síntomas no siempre se presentan juntos, pero puede darse
cualquier combinación de éstos.
Alteraciones de la deglución
Las alteraciones de la movilidad del esófago provocan que tengan
dificultades para tragar alimentos, especialmente líquidos. No tragan
periódicamente y aparece el babeo.
Fatiga
El cansancio excesivo, incluso con actividades físicas ligeras, es un
síntoma muy común, de forma que necesitan frecuentes periodos de
descanso. Con el paso del tiempo, la persona afectada tiende a evitar
ciertas tareas, por lo que puede pasar gran parte del día sin hacer
nada.
Diagnóstico
El Parkinson es difícil de diagnosticar en sus etapas iniciales, ya que se
confunde con los síntomas propios de otras patologías. El diagnóstico
es fundamentalmente clínico y se efectúa a partir de los síntomas, ya
que no existe ningún marcador químico. Para confirmar el diagnóstico
se realiza una tomografía axial computerizada (TAC), que detecta las
lesiones cerebrales en el mesencéfalo. Asimismo, son habituales los
exámenes de los reflejos. Sin embargo, el mejor medio para detectar
esta patología es la observación, ejercida tanto por el médico como por
los familiares, ya que el contacto permanente les permite confirmar la
continuidad o progresión de los síntomas y los posibles cambios tanto
físicos como emocionales. En la enfermedad de Parkinson es esencial
el diagnóstico precoz, ya que cada tipo de parkinsonismo tiene un
tratamiento diferente.
Tratamiento
Esta es una patología crónica que, de momento, no tiene curación.
El objetivo del tratamiento es reducir la velocidad de progresión de la
enfermedad, controlar los síntomas y los efectos secundarios deriva-
dos de los fármacos que se usan para combatirla.
La dopamina no puede administrarse directamente ya que no puede
pasar la barrera entre la sangre y el cerebro. Por este motivo se han
desarrollado una serie de fármacos que favorecen la producción de
esta sustancia o retrasan su deterioro y que se administran en función
de la gravedad de los síntomas. Así, en las primeras etapas, cuando
los síntomas son leves, se utilizan los fármacos menos potentes, como
los anticolinérgicos; mientras que para los casos severos y avanzados
se utiliza la levodopa, el fármaco más potente hasta el momento para
el tratamiento de esta enfermedad.
Existe tratamiento quirúrgico que pretende actuar sobre la parte daña-
da del cerebro. Solo está indicado en un 5 por ciento de los casos. Los
criterios de inclusión para intervención quirúrgica contemplan incapa-
cidad funcional muy grave, ausencia de demencia, edad inferior a 70
años y diagnóstico confirmado.
Rehabilitación física
Uno de los aspectos más importantes del tratamiento de la enferme-
dad de Parkinson consiste en el mantenimiento del tono muscular y de
las funciones motoras, por lo que es esencial la actividad física diaria.
También hay ejercicios determinados que pueden ayudar a mantener
la movilidad de los miembros y fortalecer los músculos que general-
mente se ven más afectados.
Para el cuello
– Sentado en una silla y con la espalda recta, mover la cabeza hacia
delante hasta tocar el pecho y hacia atrás.
– Girar la cabeza hacia la derecha y la izquierda.
Prevención de caídas
La falta de control muscular, de equilibrio y el deterioro de la marcha
que afecta a estas personas pueden favorecer las caídas y la rotura de
huesos. Para evitar accidentes es conviene eliminar todos los objetos
con los que pueda tropezar la persona afectada, incluyendo alfombras
que forman arrugas o escalones que comunican habitaciones. También
es aconsejable instalar asideros en las paredes cercanas a los pomos
de las puertas. Esto ofrece seguridad permitiendo que la persona se
agarre al asidero de la pared mientras abre la puerta.
La ropa
Los botones son un gran obstáculo a la hora de vestirse por lo que es
recomendable cambiarlos por cremalleras. Para evitar los problemas
que presentan los cordones de los zapatos, se puede utilizar calzado
con gomas elásticas que se sujetan bien al pie y son fáciles de sacar.
En el baño
Se pueden instalar asientos
elevados por ejemplo frente al
lavabo, así como asideros en
las paredes. También es reco-
mendable usar productos de
apoyo que elevan la altura de
la taza del váter de manera que
el usuario pueda sentarse y
mantener el equilibrio sin tener
que hacer grandes esfuerzos
musculares. Otros productos de
apoyo son: sillas giratorias para
bañera, sillas de ducha con altu-
ra regulable, etc.
Causas
Las lesiones más frecuentes se producen cuando una zona de la
columna vertebral o del cuello se dobla o se comprime; por ejemplo,
como consecuencia de:
– Lesiones durante el parto, que suelen afectar a la columna vertebral
en la zona del cuello.
– Caídas.
– Accidentes de tráfico (cuando la persona va como pasajero en un
automóvil o en caso de atropello de un peatón).
– Lesiones deportivas.
– Accidentes de natación.
Las heridas penetrantes que atraviesan la médula espinal, como por
ejemplo los disparos o puñaladas, también pueden causar daños.
Clínica
Los síntomas varían en función de la severidad y la localización de
la lesión. Al principio, la persona puede sufrir un shock medular, que
produce pérdida de la sensibilidad, el movimiento de los músculos y
los reflejos por debajo del nivel de la lesión. El shock medular general-
mente dura entre varias horas y varias semanas. Cuando disminuye
el período de shock aparecen otros síntomas, que dependen de la
localización de la lesión.
Las lesiones de la médula espinal se clasifican en función del tipo de
pérdida de funciones motoras y sensoriales del paciente.
Cuando se produce una lesión completa se afecta del todo la movili-
dad. Según el nivel de la lesión la afectación será distinta:
– Tetraplejia: ausencia de movimiento y de sensibilidad en las cuatro
extremidades (los brazos y las piernas).
– Paraplejia: supone la pérdida de movilidad y sensibilidad de cintura
para abajo (piernas derecha e izquierda).
– Triplejia: supone la ausencia de movimiento y de sensibilidad en un
brazo y ambas piernas y generalmente se produce como resultado
de una sección incompleta de la médula.
Bronquitis crónica
Presenta un curso variable y progresivo con tendencia a la invalidez.
Por las crecientes dificultades respiratorias la persona cada vez ve más
limitada su autonomía. Evoluciona por ondas de más agudización y
menos con periodos sin síntomas muy cortos y escasos.
El principal causante es el tabaco.
La clínica se caracteriza por tos y expectoración matutina, disnea pro-
gresiva (dificultad para respirar), cianosis (color azulado) y aspecto
abotagado. Es frecuente presentar infecciones respiratorias. Evolucio-
na hacia insuficiencia cardiaca derecha.
Enfisema
Su causa principal también es el tabaco.
La clínica es de aparición tardía. El síntoma principal es la disnea de
esfuerzo (dificultad respiratoria), no obstante se suele asociar con fre-
cuencia con bronquitis crónica.
Asma
Los factores precipitantes son: infecciones víricas o bacterianas,
estrés, exposición al frío, tabaco, reflujo gastroesofágico, antinflama-
torios.
La clínica es episódica. Los síntomas más frecuentes son tos, disnea
paroxistica (dificultad respiratoria, ahogo..) y respiración entrecortada.
Tratamiento
Actuar sobre la propia enfermedad, modificar los factores de cronifica-
ción o precipitantes y tratar las enfermedades asociadas.
Medidas generales
– Abandono del tabaco.
– Mantener una buena ventilación, temperatura uniforme y humedad
adecuada en el domicilio de la persona.
– Prevención y tratamiento precoz de infecciones respiratorias. Vacu-
nación antigripal, etc.
– Medidas de reentrenamiento de la respiración...
Tratamiento farmacológico
El indicado por el médico.
Muchos de los fármacos se administrarán mediante inhaladores, nebu-
lizaciones, cámaras de separación. Todos estos dispositivos, si se usan
en el domicilio requieren de un mínimo entrenamiento.
Oxigenoterapia: bajo prescripción y supervisión médica se puede
requerir oxigeno en el domicilio. Existen distintos dispositivos.
Tratamiento rehabilitador
– Fisioterapia.
– Reeducación respiratoria.
– Entrenamiento de los músculos respiratorios.
– Entrenamiento de los músculos periféricos.
– Terapia ocupacional.
– Educación sanitaria.
Sistema músculo-esquelético
El sistema músculo esquelético está formado por la unión de los hue-
sos, articulaciones y músculos. Constituye el elemento de sostén, pro-
tección y movimiento del ser humano.
Los huesos:
• Forman junto con los cartílagos, el armazón rígido que da forma y
sostiene al cuerpo.
• Protegen los órganos internos; cerebro, pulmones, corazón, etc.
• Ayudan a la formación de células sanguíneas (en su interior o
médula).
Cuidados en la osteoporosis
1. Dieta: asegurarse la ingesta necesaria de calcio (leche y deriva-
dos).
2. Ejercicio físico: “los huesos si no se usan, se pierden”.
3. Estilo de vida:
a. Abandonar hábitos no saludables (tabaco, alcohol...).
b. Mantener unas actitudes posturales correctas (sentado, acostado,
al levantar pesos...).
Artrosis
– Enfermedad degenerativa articular.
– Degeneración del cartílago con alteración por desgaste del hueso
que está debajo.
– Cursa con dolor, rigidez articular, hinchazón y sensibilidad a la pre-
sión. El movimiento está limitado por el dolor.
Adaptador universal
Cómodo sujetador que fácilmente se adapta a diversas formas y tama-
ños. Provee seguridad de agarre. Es ideal para personas con limitacio-
nes en las manos o debilidad al sujetar. Este utensilio puede sujetar
cosas como utensilios para comer, plumas, pinceles, cepillos, peines,
maquinillas de afeitar…
Abrebotes
Abrebotes de forma cónica (para facilitar la presa palmar) con el inte-
rior acanalado para adaptarse a tapas de distintos diámetros.
Trastornos psicóticos
Se consideran trastornos psicóticos todos los trastornos mentales en
los que la pérdida de contacto con la realidad es muy llamativa (no se
distingue entre la realidad y la fantasía).
Las psicosis cursan con mucha frecuencia con delirios (pensamientos
ilógicos, extravagantes y sin base real y no se pueden rebatir mediante
argumentación lógica) y con alucinaciones (percepciones sin estímulo
real como voces, visiones, etc.) Las alucinaciones y delirios pueden
verse en cuadros de depresión psicótica, o manía delirante en el tras-
Esquizofrenia
La esquizofrenia es una enfermedad del sistema nervioso central que
suele comenzar entre los 20 y los 30 años de edad. Su causa no se
conoce de manera completa pero se sabe de la importancia de fac-
tores concretos genéticos y otros que afectan al desarrollo del tejido
nervioso. El curso crónico y deteriorante de esta enfermedad afecta
seriamente el curso vital de la persona desde su juventud y frustra las
expectativas fundamentales del ser humano que la padece.
Los síntomas de la esquizofrenia se clasifican en positivos y negativos.
Se denominan síntomas positivos a las alteraciones psicopatológicas
que no existían antes de la enfermedad (básicamente las alucinacio-
nes y delirios).
– Las alucinaciones de los pacientes esquizofrénicos son principal-
mente auditivas (voces que comentan los actos del individuo, o que
le recriminan u ordenan hacer cosas). Las alucinaciones visuales, y
más todavía, las olfativas o las gustativas son raras en la esquizofre-
nia (estas alucinaciones son más frecuentes en psicosis asociadas
a enfermedades neurológicas como tumores cerebrales, etc.).
– Los delirios más frecuentes en la esquizofrenia son los de persecu-
ción y perjuicio (se sienten perseguidos por extraterrestres, la mafia,
conspiraciones mundiales, etc.., o bien cree que todo el mundo está
en contra de él), pero los hay también con otros contenidos (místico-
religioso, genealógico, etc.).
Se denominan síntomas negativos a ciertas secuelas de la enferme-
dad: pérdida de habilidades sociales, falta de interés, incapacidad para
experimentar placer, incapacidad para expresar emociones, pensamien-
to y lenguaje empobrecidos. Los síntomas negativos suelen ser los que
más deterioran a la persona y los más difíciles de tratar, la investigación
de nuevos fármacos para la esquizofrenia tiene como objetivo principal
el alivio de estos síntomas negativos que son un reto para el que no hay
una solución farmacológica suficientemente satisfactoria.
En la esquizofrenia también puede haber síntomas motores como la
catatonia que puede cursar con síntomas muy diversos como la agita-
ción psicomotriz, negativismo (hacer lo contrario de lo que se le pide),
oposicionismo (opone resistencia al movimiento pasivo) y posturas no
habituales.
Se describen varias formas de esquizofrenia:
– Esquizofrenia paranoide: suele aparecer con más síntomas positivos
que negativos, suele responder mejor al tratamiento farmacológico
que otras y deteriorar menos a los pacientes.
– Esquizofrenia hebefrénica: suele aparecer con menos síntomas posi-
tivos y más negativos y responder peor al tratamiento farmacológico.
Trastorno bipolar
El trastorno bipolar, conocido antiguamente como psicosis manía-
co-depresiva, es un trastorno del estado del ánimo que cuenta con
períodos de depresión repetitivos (fases depresivas) que se alternan
con temporadas de gran euforia (fases maníacas). Se postula que su
causa reside en un desequilibrio electroquímico en los neurotransmi-
sores. El afectado oscila entre la alegría y la tristeza, de una manera
mucho más marcada que las personas que no padecen esta patolo-
Causas
El trastorno bipolar afecta por igual a hombres y mujeres, y general-
mente aparece entre los 15 y 25 años. La causa exacta se desconoce,
pero se presenta con mayor frecuencia en parientes de personas que
padecen dicho trastorno.
El trastorno bipolar resulta de alteraciones en las áreas del cerebro que
regulan el estado de ánimo.
Hay dos tipos principales de trastorno bipolar. Las personas con el
trastorno bipolar I han tenido al menos un episodio completo de manía
con períodos de depresión grave. En el pasado, el trastorno bipolar I
se denominaba depresión maníaca.
Las personas con trastorno bipolar II rara vez experimentan un episo-
dio maníaco completo y en su lugar presentan períodos de hipomanía
(niveles elevados de energía e impulsividad que no son tan extremos
como los síntomas de la manía). Dichos períodos hipomaníacos alter-
nan con episodios de depresión grave.
Clínica
La fase maníaca tiene una duración indeterminada y puede abarcar
los siguientes síntomas:
– Agitación o irritación.
– Elevación del estado de ánimo:
• Hiperactividad.
• Incremento de la energía.
• Falta de autocontrol.
• Pensamientos apresurados.
– Autoestima elevada (delirios de grandeza, creencias falsas en habi-
lidades especiales).
– Poca necesidad de sueño.
– Compromiso exagerado en las actividades.
– Control deficiente del temperamento.
– Comportamientos imprudentes:
• Incurrir en excesos de comida, bebida o consumo de drogas.
• Deterioro de la capacidad de discernimiento.
• Promiscuidad sexual.
• Hacer gastos exagerados.
– Tendencia a distraerse fácilmente.
La fase depresiva de ambos tipos de trastorno bipolar involucra sínto-
mas muy graves de depresión grave como:
Trastornos de la personalidad
Los trastornos de la personalidad son problemas que el sujeto posee
arraigados en su carácter y que, por tanto, empieza a manifestar con cla-
ridad en su juventud o principio de la adultez. No obstante, muchas veces
existen antecedentes de dichos problemas o “rasgos disfuncionales”.
Los rasgos disfuncionales son aspectos del comportamiento, de la per-
cepción de los demás, del manejo ante la vida o de la autoestima (es
decir, de los grandes ámbitos en los que nos desenvolvemos todos
con nuestro carácter) que provocan sufrimiento en uno mismo y/o en
los otros.
Según los aspectos que estén generando sufrimiento se podrá hablar
de un trastorno de la personalidad o de otro, sabiendo que lo más
normal es una mezcla entre diferentes tipos. Pero, más allá de las
diferentes clases, lo que importa es esa idea de estabilidad en la per-
sona, de que distintas “maneras de ser” muy arraigadas pueden ser
problemáticas para el individuo o su entorno.
Clasificación
Los trastornos de la personalidad están estructurados en tres grupos:
– Grupo A: comprende aquellas personas que suelen se consideradas
como extrañas o excéntricas e incluye los trastornos de la personali-
dad paranoide, esquizoide y esquizotípico. Estas personas son muy
aisladas, desconfiadas, con dificultad para procesar la realidad que
les rodea y no pueden diferenciar la información que proviene del
exterior con la generada por ellos.
• Trastorno paranoide: desconfianza excesiva o injustificada, suspi-
cacia, hipersensibilidad y restricción afectiva.
• Trastorno esquizoide: dificultad para establecer relaciones sociales,
ausencia de sentimientos cálidos y tiernos indeferencia a la apro-
bación o crítica.
Causas perinatales
Son aquellas que aparecen en el mismo momento de nacer. Hay varias
como en el caso anterior y alguno de estos ejemplos pueden ser la
falta de oxígeno prolongada o la obstrucción de las vías respiratorias,
daños en el cerebro en el momento del parto (daño con el fórceps, por
ejemplo), la prematuridad del bebé, etc.
Causas postnatales
Son aquellas que aparecen una vez que el bebé ya ha nacido. Estás
pueden ser de índole diferente, como por ejemplo, que el niño se con-
tagie de enfermedades como la meningitis, que sufra alguna hemorra-
gia cerebral, trombos, etc. Para evitar este tipo de enfermedades se
recomienda extremar los cuidados higiénicos y ambientales durante el
embarazo, el parto y durante las primeras etapas evolutivas del niño.
De ahí que la higiene adquiera un plano muy importante dentro de los
cuidados del bebé.
Manifestaciones clínicas
Los niños que tienen parálisis cerebral no pueden controlar algunos o
todos sus movimientos.
Unos pueden estar muy afectados en todo su cuerpo, otros pueden
tener dificultades para hablar, caminar o para usar sus manos. Otros
serán incapaces de sentarse sin apoyo, necesitarán ayuda para la
mayoría de las tareas diarias.
Un niño afectado puede tener uno o varios de los siguientes síntomas,
ligera o más gravemente:
– Movimientos lentos, torpes o vacilantes.
– Rigidez.
– Debilidad.
– Espasmos musculares.
– Flojedad.
– Movimientos involuntarios.
El inicio de un movimiento a menudo desemboca en otro movimiento
involuntario, por lo que algunos niños desarrollan patrones de movi-
miento (formas de moverse) diferentes a los que pueden producir otras
alteraciones.
Es difícil pronosticar como afectará la parálisis cerebral al niño que la
padece. La parálisis cerebral no es progresiva, lo que significa que no
se agravará cuando el niño sea más mayor, pero algunos problemas se
pueden hacer más evidentes.
Espina bífida
La espina bífida, es un trastorno en el cual existe un desarrollo anormal
de los huesos de la columna, de la médula espinal, del tejido nervio-
so circundante y del saco con líquido que rodea a la médula espinal.
Este trastorno neurológico puede provocar que una parte de la médula
espinal y de las estructuras circundantes se desarrollen por fuera y
no por dentro del canal medular. Dicha anomalía puede producirse en
cualquier parte de la columna vertebral.
Manifestaciones clínicas
A continuación se enumeran los síntomas más frecuentes de la espina
bífida. Sin embargo, cada bebé puede experimentarlos de una forma
diferente. Los síntomas pueden incluir:
– Aspecto anormal de la espalda del bebé, que puede variar desde
una zona pequeña cubierta de vello, un hoyuelo o una marca de
nacimiento.
– Problemas intestinales y vesicales (por ejemplo, estreñimiento, incon-
tinencia).
– Pérdida de la sensibilidad por debajo de la zona de la lesión, en
especial en los bebés que nacen con meningocele o mielomeningo-
cele.
– Incapacidad para mover la parte inferior de las piernas (parálisis).
– Dificultades para la resistencia física y el ejercicio.
– A veces, dolor, úlceras de decúbito.
El bebé también puede presentar otros problemas relacionados con la
espina bífida, entre los que se incluyen:
– Hidrocefalia (aumento del líquido y de la presión en la cabeza; se
presenta en alrededor de un 80 a un 90 por ciento de los casos).
– Problemas cardíacos.
– Problemas (óseos) ortopédicos.
– Nivel de inteligencia inferior a lo normal.
Los síntomas de la espina bífida pueden parecerse a los de otros tras-
tornos o problemas médicos. Siempre consulte al médico de su bebé
para obtener un diagnóstico.
Manifestaciones clínicas
Los síntomas aparecen antes de los 6 años de edad y pueden apare-
cer en la infancia temprana.
– Hay debilidad muscular progresiva de las piernas y la pelvis.
– Se asocia con una pérdida de la masa muscular.
– La debilidad muscular también se presenta en los brazos, cuello y
otras áreas, pero no tan severamente ni tan temprano como en la
mitad inferior del cuerpo.
– También se presentan contracturas musculares en las piernas y los
talones, produciendo incapacidad para utilizar los músculos debido
al acortamiento de las fibras musculares y a la fibrosis del tejido
conectivo.
A medida que se debilitan los músculos aumentan de tamaño, pero el
tejido muscular es débil. En el 90 por ciento de los niños con este tras-
torno es frecuente un aumento de tamaño y una debilidad del músculo
cardíaco, que causa problemas de la frecuencia cardiaca.
Hacia la edad de 10 años, se pueden requerir aparatos ortopédicos
para caminar y a la edad de 12 años la mayoría de los pacientes están
confinados a una silla de ruedas. Los huesos se desarrollan anormal-
mente, produciendo deformidades esqueléticas de la columna y otras
áreas.
Los niños tienen una marcha vacilante, con caídas frecuentes y gran
dificultad para ponerse de pie y subir escaleras. Al llegar a la edad
escolar, el niño posiblemente camine sobre los dedos o la punta del
pie, presentando una marcha un tanto rodante. Su marcha es insegura
y se contonea y puede caerse con facilidad. Para tratar de mantener su
equilibrio, saca su barriga y empuja los hombros hacia atrás. Asimis-
mo, tiene dificultad para levantar los brazos.
Al tener contracturas en los músculos de los brazos y las piernas alre-
dedor de las articulaciones, los codos y las rodillas no pueden exten-
derse totalmente. Por último se produce escoliosis (curvatura anormal
de la columna vertebral) y existe propensión a padecer enfermedades
pulmonares.
Al llegar a la adolescencia, el daño que produce al corazón y los mús-
culos involucrados en el funcionamiento de los pulmones puede ame-
nazar la vida. Es recomendable un seguimiento por parte del especia-
lista.
Pueden debilitarse el diafragma y otros músculos que son necesarios
para hacer funcionar a los pulmones, haciendo que éstos sean menos
efectivos para llevar el aire hacia ellos y para sacarlo. Los datos que
pueden indicar una mala función respiratoria son dolores de cabeza,
embotamiento mental, dificultad para concentrarse o mantenerse des-
pierto, así como pesadillas.
Autismo
El autismo es un trastorno del desarrollo en el que se producen alte-
raciones de diferente gravedad en áreas como el lenguaje y la comu-
nicación, en el campo de la convivencia social y en la capacidad de
imaginación. Suele iniciarse en los niños menores de tres años.
Manifestaciones clínicas
Es una enfermedad en la que se dan un conjunto de trastornos en el
que coexisten tres grupos de manifestaciones:
– Alteración en las relaciones sociales.
– Trastorno de la comunicación, tanto en la comprensión como la capa-
cidad de expresión.
– Falta de flexibilidad mental, que da lugar a un espectro restringido
de conductas y una imitación en las actividades que requieren cierto
grado de imaginación.
A nivel intelectual, el grado de afectación varía enormemente: la capa-
cidad intelectual del niño autista puede ser normal e incluso alta pero
la dirección que sigue no necesariamente sigue el curso del resto de
los niños.
La relación social
Lo más característico de la enfermedad es la falta de reciprocidad en
la relación social, El autista generalmente observa el mundo físico con
una intensidad no habitual. La realidad que percibe puede ser placen-
tera o infeliz, pero no pude compartir las sensaciones que percibe con
sus semejantes. Suelen evitar el movimiento anticipado de los brazos
que suelen hacer los niños cuando van a cogerles. Evitan caricias y el
contacto corporal, aunque puede que lo busquen y deseen.
Ya desde la guardería se suelen evadir de la interacción social que
establecen los niños entre sí, no comparten los intereses de la mayoría
y sus acciones no parecen tener un objetivo o este objetivo cambia
constantemente.
Lenguaje
El retraso en el lenguaje es el motivo más frecuente de consulta médi-
ca: si a los dos años no ha iniciado el lenguaje es necesario valorar su
conducta social. En muchas ocasiones sustituyen el lenguaje por una
jerga elaborada que puede parecer una imitación del lenguaje de los
adultos pero que está desprovista de cualquier contenido semántico.
Patrones de conducta
La conducta del autista puede tener un carácter obsesivo por mostrar
un interés excesivo por determinados objetos o actividades. El autista
puede mostrar una auténtica fijación por un objeto por su color, olor,
textura, movimiento y lo considera como algo que le pertenece, por lo
que sentirá gran frustración si no lo consigue.
En otras ocasiones sucede que no acepta un cambio de rutina, se
siente seguro cuando existe un orden donde los sucesos son predeci-
bles y lo inesperado resulta amenazante. Esta obsesión por el orden
puede conducir a conductas ritualistas y repetitivas.
Síndrome de Asperger
Se considera un trastorno dentro del autismo; se les denomina en
muchas ocasiones Autistas de Alto Rendimiento. Su capacidad inte-
lectual es normal y el lenguaje normalmente no se ve alterado. Suelen
fijar su atención hacia un tema concreto, de manera obsesiva, por lo
que no es extraño que aprendan a leer por sí solos a una edad muy
precoz, si ese es el área de su atención.
Se encuentra afectado, de manera variable, tres aspectos del desa-
rrollo:
– Conexiones y habilidades sociales.
– Utilización del lenguaje con fines comunicativos.
– Comportamiento con rasgos repetitivos y una limitada gama de inte-
reses.
Manifestaciones clínicas
Cada niño es diferente, pero las características que se dan con mayor
frecuencia son:
Síndrome de Down
Es una de las causas genéticas más comunes de retraso mental. Es un
trastorno cromosómico que incluye una combinación de defectos con-
génitos, entre ellos, cierto grado de discapacidad intelectual, facciones
características y, con frecuencia, defectos cardíacos y otros problemas
de salud. La gravedad de estos problemas varía enormemente entre
las distintas personas afectadas.
Manifestaciones clínicas
Los recién nacidos con esta alteración son generalmente bebés muy
tranquilos, rara vez lloran, llaman la atención cierta laxitud muscular y
es frecuente que presenten un exceso de piel alrededor del cuello.
Al crecer empieza a presentar determinadas características:
– Cráneo más pequeño de lo normal (microcefalia).
– El puente nasal es plano por ausencia de los huesos propios de la
nariz.
– Los ojos tienen una inclinación característica, en algunos casos
estrabismo.
– La lengua es algo más grande de lo habitual.
– Problemas bucales por tener un maxilar disminuido de tamaño.
– Piel seca.
Retardo intelectual
El retardo intelectual es muy variable y dependerá en muy buena parte
del modo en el que el niño se desarrolle, de su entorno familiar y de
la educación que reciba. Cuanto más amor y atención se les dedique,
tanto más brillantes serán los resultados que alcanzarán.
Síndrome de Rett
Se trata de un trastorno neurológico, en el que el desarrollo temprano
es normal, pero entre los 7 meses y los dos años hay una pérdida
parcial o completa de capacidades manuales adquiridas y del habla,
retraso en el crecimiento de la cabeza y un retraso mental.
Manifestaciones clínicas
– Periodo prenatal y perinatal normal; desarrollo psicomotor normal
hasta los 6-18 meses.
– Regresión de las habilidades adquiridas: pierden la jerga, el balbu-
ceo, los monosílabos, no llega a desarrollar lenguaje oral y desapa-
rece la comunicación y el contacto social.
– Aparecen estereotipias manuales en forma de lavado de manos.
– Pérdida completa de la facultad de realizar movimientos coordinados
para un fin determinado.
– Falta o irregularidad de la coordinación, especialmente de los movi-
mientos musculares.
– Retraso mental grave.
Discapacidad auditiva
Es un déficit total o parcial en la percepción auditiva, que afecta fun-
damentalmente a la comunicación. Dependiendo del momento en el
cual se produzca la discapacidad, y en función de la adecuación del
proceso educativo y/o rehabilitador, se encontrarán personas que rea-
licen lectura labiofacial y que se comuniquen oralmente u otras que se
comuniquen a través del lenguaje de signos.
Manifestaciones clínicas
Es muy importante realizar las exploraciones completas para la detec-
ción temprana de un problema de audición. El desarrollo motor tem-
prano, las primeras adquisiciones psicosociales e incluso el lenguaje
expresivo hasta los 8 meses pueden ser normales en niños hipoacúsi-
cos, por lo que es muy difícil la valoración.
Podemos observar las siguientes pautas:
– De 0 a 3 meses:
• Ante un sonido no hay respuesta refleja del tipo parpadeo, desper-
tar, etc.
• Emite sonidos monocordes.
– De 3 a 6 meses:
• Se mantiene indiferente a los ruidos familiares.
• No se orienta hacia la voz de sus padres.
• No responde con emisiones a la voz humana.
• No emite sonidos para llamar la atención.
– De 6 a 9 meses:
• No emite sílabas.
• No se orienta a sonidos familiares.
– De 9 a 12 meses:
• No reconoce cuando le nombran a sus padres.
• No entiende una negación.
Deficiencia visual
La deficiencia visual conlleva desde una ausencia total de visión hasta
alteraciones que si bien no son totales suponen una dificultad para
ciertas actividades.
La persona invidente o con algún tipo de discapacidad visual, queda
privada de experiencias que otra persona adquiere desde el momento
de su nacimiento.
Esta restricción al medio le hace compensar su déficit con el aporte de
los demás sistemas sensoriales.
Dificultades en el aprendizaje
La deficiencia visual tiene un efecto mínimo en el desarrollo de la inte-
ligencia, hay mayor dificultad y el rendimiento es más bajo debido a la
utilidad que se da a la vista en el aprendizaje. El rendimiento académi-
co al principio es más bajo.
La dificultad más importante en el aprendizaje está en la imitación y
la falta de motivación que posee al no tener curiosidad por lo que le
rodea. Esto también influye en el desarrollo cognitivo. La interacción
con el medio la realizaremos a través del oído y el tacto. Acercaremos
los objetos al niño y el niño a los objetos. Para que observe las carac-
terísticas de los objetos le podemos ayudar mediante la palabra.
Las imágenes que se hace de si mismo y de su entorno son seme-
jantes a la de los videntes. El concepto de permanencia del objeto
es muy diferente en los invidentes, como no ve los objetos no tienen
permanencia a no ser que los oiga.
El lenguaje no presenta unas diferencias significativas, una caracterís-
tica es la ausencia de gestos, casos de verbalismos, problemas en la
asociación entre significante y significado, trastornos en la articulación.
3.2 La eliminación
3.3 La alimentación
3.4 La movilidad
3.5 Medicación
1. Aseo en bañera
Persona con cierto grado de autonomía
– Es muy importante recordarle que no debe cerrar la puerta con
pestillo.
– La ayudaremos a preparar, sobre una silla junto a la bañera, lo que
va a necesitar.
– La temperatura del cuarto de baño oscilará entre 20 y 24o C.
– Colocaremos una goma en la bañera para evitar que resbale y una
esterilla fuera para que apoye los pies.
– El agua de la bañera estará a unos 38-40o C, según el gusto personal.
– Nunca la dejaremos sola en el domicilio mientras se está bañando,
conviene acercarse de vez en cuando. Si es necesario la ayudare-
mos a salir de la bañera, a secarse y a vestirse.
– Deberá retirarse la ropa sucia y dejar el baño en orden.
2. Aseo en ducha
La ducha es más estimulante que el baño. El agua fría aplicada duran-
te un corto espacio de tiempo produce palidez de la piel a causa de la
vasoconstricción, cuando dejamos de aplicar agua fría, aparece vaso-
dilatación y enrojecimiento de la piel, produce una sensación agrada-
ble y estimulante.
El agua caliente produce vasodilatación y provoca transpiración, lim-
piándose los conductos y glándulas sudoríparas.
3. Aseo en cama
Se realiza cuando la persona no puede desplazarse y no existen los
medios técnicos capaces de suplir esta imposibilidad.
El primer paso será preparar el material, el habitual para el aseo;
jarras y palanganas con agua bastante caliente (40-42o C) porque se
irá enfriando y hule o toallas grandes para proteger la cama. Lo dejare-
mos todo cerca de la cama y nos aseguraremos de que la temperatura
ambiente es la adecuada y no hay corrientes de aire.
Una vez preparado:
– Explicamos a la persona lo que vamos a hacer, tratando de buscar
su colaboración y sobre todo evitando provocar un estado de agi-
tación.
– Nos lavaremos las manos.
Aseo genital
La zona genital es muy propensa a la proliferación de bacterias por lo
que es necesario realizar su aseo una vez al día como mínimo. Para
ello colocaremos la cuña, si la persona puede hacerlo le pediremos
que nos ayude flexionando las rodillas y levantando la pelvis. Si no
puede ayudarnos, la colocaremos de lado y se la pondremos nosotros.
Echaremos agua templada con una jarra desde el pubis hacia el ano
y enjabonaremos.
Cuidados especiales:
– En la mujer se insistirá en los labios mayores y menores y en el ano.
Lavar siempre de delante hacia atrás.
– En el hombre insistir en los pliegues inguinales, escroto, y retraer el
prepucio para limpiar el glande, terminar con el ano.
La higiene de la boca
En la boca se depositan restos alimenticios que fermentan y favorecen
el desarrollo de gérmenes que causan: gingivitis, estomatitis y caries.
Por esto es imprescindible el lavado como mínimo dos veces al día, a
ser posible después de cada comida.
Persona autónoma
Si la persona tiene un buen grado de autonomía le proporcionaremos
el material necesario. Es importante respetar sus hábitos, pero si son
insuficientes le enseñaremos las pautas a seguir. Si lleva dentadura
postiza recordarle que tiene que cepillarla y enjuagarla. El cepillo debe
ser de cerdas blandas y pequeño.
Sí está inconsciente
Colocaremos la cabeza de lado, con una gasa haremos una torunda
que mojaremos con el antiséptico sobre una batea. Limpiar toda la
boca repitiendo varias veces el proceso. Al terminar secarle los labios
y aplicar vaselina para hidratarlos y evitar grietas.
Sí está consciente
– Cepillaremos los dientes desde las encías hasta la corona. Limpiando
la cara externa, interna, superior e inferior. Aclarar la boca con agua y
después hacer un enjuague con antiséptico bucal.
– Si lleva dentadura postiza se retirará con una gasa, depositándola en
una batea para cepillarla y aclararla. Debe ponerse todas las maña-
nas, llevar a lo largo del día y quitarse por la noche.
Vestirse
Para la parte superior a veces se requiere de ayudas(una varilla con
un ojal) para introducir el brazo o la mano o para alcanzar la ropa por
limitación del movimiento del hombro, cadera o rodilla.
Vestir los miembros inferiores es un problema particular, a las perso-
nas que no pueden alcanzar los pies o bien no se les permite flexionar
la cadera se les recomienda un calzador adaptado o una adaptación
para calcetines o medias.
Se sugiere que zapatos, prótesis, y pantalones deben colocarse antes
de ponerse de pie o trasladarse a la silla de ruedas.
La ropa: características
La ropa debe adaptarse a las necesidades y preferencias de la perso-
na que las utiliza, pero además debe cumplir una serie de recomen-
daciones.
– Debe ser simple, con el mínimo de cierres, con amplias aberturas.
– Debe ser holgada. Vigilaremos que la ropa no tenga puntos de pre-
sión que dificulten la circulación.
– No debe apretar el talle, el pecho ni el cuello para permitir una buena
respiración.
– Debe estar siempre limpia para favorecer el bienestar y la autoestima
de la persona.
– Debe ser de tejidos cómodos, agradables y de fácil lavado.
– Se recomienda el uso de velcro y argollas en los cierres. Los cordo-
nes elásticos y broches delanteros facilitan el vestido.
– Se aconsejan los zapatos sin cordones y el uso de corbata con
elástico.
La persona ciega no tiene dificultades con el aspecto físico del ves-
tuario. Los únicos problemas que surgen son relativos a la apariencia
y vestimenta apropiada. Para resolverlos necesitará un sistema táctil
(nudos en la parte interior de la prenda) que le ayude a combinar las
prendas y coordinar los colores de la ropa.
El calzado: características
El calzado debe reunir cualidades que aseguren el equilibrio de la
persona cuando está parada y en movimiento. Siempre es de uso indi-
vidual y no debe aprovecharse el de otras personas.
El material debe ser flexible y preferentemente impermeable al agua.
El zapato debe adaptarse lo máximo posible a la figura del pie, evitan-
do las formas puntiagudas que pueden deformarlo.
Los tacones serán bajos y anchos. La suela flexible, antideslizante y
suficientemente gruesa para que no se noten las irregularidades del
suelo. La pala o parte superior del zapato debe ser ancha y alta, per-
mitiendo la movilidad de los dedos. El contrafuerte debe ser rígido para
evitar que el pie se salga al andar.
Rasuradora o afeitadora
Se pueden usar eléctricas o manuales: como siempre será el profesio-
nal el que indique el producto más adecuado según las capacidades
de la persona.
Si está muy afectada la prensión manual pero se conserva la destreza
y coordinación se pueden usar:
– Engrosadores: Engrosador de utensilios, de plástico de forma trian-
gular para utensilios no cilíndricos. El diámetro interior va de 3,1 a 9,5
mm. Tubo de goma para engrosar mangos; hay distintas longitudes
(se pueden cortar).
– Adaptadores de agarre: cinta que se fija a la mano mediante velcro
con una ranura donde se introduce el utensilio. Es lavable. Se puede
usar para todo tipo de utensilios (útiles de aseo, cubiertos, etc.).
Pinzas depiladoras
– De tijeras para personas con disminución de fuerza. También sirve en
amputaciones de pulgar, donde la tijera puede usarse con otros dos
dedos, permitiendo extraer los vellos.
– Con mango engrosado. Para cuando no se puede hacer la prensión
fina, por ejemplo en artritis.
Cepillo de pelo
– Con mango largo ergonómico y curvado que facilita el peinado sos-
teniéndolo cerca del cuerpo.
– Con mango corto, engrosado, según la movilidad de brazos y hombro
de la persona.
Limas de uñas
– Con mango grueso acanalado cuando no se puede hacer prensión
o hay disminución de fuerza.
– Con ventosas para que quede sujeta a una superficie lisa.
Cortauñas
– Cortauñas sobre base ovalada provista de ventosas para poder suje-
tarlo a cualquier superficie lisa. Este cortauñas de acero inoxidable
está sobredimensionado y es ideal para quien no puede utilizar los
más pequeños. Para cortar basta con apretar la palanca, muy gran-
de. Sirve para personas con disminución de fuerza, amputados, AR,
etc.
– Cortauñas sobre ventosas y con lima.
Espejos
– Espejo cuadrado reclinable: sujeto a la pared y con inclinación gra-
duable. Útil para personas que van en silla de ruedas y en los casos
en los que existen problemas de equilibrio o dificultades para man-
tenerse de pie frente al espejo. También en aquellos casos en los
que la persona no puede permanecer de pie como EPOC o fatiga
crónica.
Aplicación de desodorante
– Si existe una restricción de la movilidad en hombro (fracturas,
quemaduras, hombro doloroso), es recomendable aplicar desodo-
rante en crema en una toalla húmeda frotando suavemente con el
brazo sano en la axila afectada.
– Si no se puede usar ninguna mano (amputación de ambos brazos),
se puede pegar un mango largo de plástico al desodorante en roll-on.
Este alargador puede adherirse a alguna superficie como una mesa
en el baño.
Dispensador de jabón
El jabón se obtiene presionando con la palma de la mano, el codo…
Además el dispensador se puede fijar a la superficie del lavamanos lo
que da mayor estabilidad.
Conclusiones
Mantener la autonomía en las tareas de aseo y arreglo personal es
importante porque:
– Una presentación personal adecuada tiene un gran valor de acepta-
ción y reconocimiento social.
– La autonomía en estas actividades dignifica ya que estas son tareas
que se relacionan con la intimidad de la persona.
– Realizar de forma autónoma algunas actividades de cuidado perso-
nal incrementa la autoestima y mejora el estado de ánimo.
El uso de productos de apoyo favorece la independencia y preserva
la intimidad en la realización de estas tareas de cuidado y debe ser
promovido por todos los cuidadores, tanto profesionales como no pro-
fesionales.
Colocación de la cuña
Si la persona colabora el cuidador debe:
– Lavarse las manos y colocarse los guantes.
– Explicar lo que va a hacer y solicitar que la persona colabore todo lo
que pueda.
– Pedir al sujeto que, apoyando los talones en la cama, levante las
caderas; entonces, introducir la cuña con el mango hacia los pies.
Si la persona no colabora el cuidador debe:
– Girar al individuo hacia un lado y colocar la cuña sobre la cama a la
altura correcta y, a continuación, volverle para que quede sobre la
cuña.
– Una vez colocada la cuña tapar a la persona, dejar tiempo para rea-
lizar la evacuación. Al finalizar, limpiar, vestir y acomodar al sujeto.
Vaciar la cuña en el retrete y guardar la cuña tras su limpieza. Termi-
nar con el lavado de manos.
Colocación de la botella
El cuidador debe:
– Lavarse las manos y colocarse los guantes.
– Promover la autonomía. Si la persona puede colocarse la botella, el
cuidador se limitará a acercársela y a retirarla cuando haya termina-
do. Si la persona no puede el cuidador introduce el pene en el cuello
de la botella.
– Preservar la intimidad. Tapar a la persona con la sábana y dejarla
sola para que orine.
– Al finalizar ofrecer papel higiénico para que el sujeto se limpie o lim-
piarlo el propio cuidador.
Colectores peneanos
El colector peneano es una funda elástica que se desliza sobre el
pene. Su extremo distal presenta un orificio al que se le conecta una
bolsa de recogida de orina. Su extremo proximal queda fijado a la base
del pene mediante un mecanismo específico: normalmente una tira
circular o un apósito autoadhesivo. Actualmente también existen en el
mercado colectores peneanos autoadhesivos en toda su longitud, por
lo que no precisan fijación en la base del pene.
Los colectores peneanos están indicados cuando todavía se tiene
vaciamiento vesical completo y espontáneo. Su uso continuado puede
provocar lesiones en la piel de la base del pene, por eso son especial-
mente recomendables en periodos limitados de tiempo.
Cuidados posteriores
– Comprobar la integridad de la piel del pene a los 30 minutos de la
colocación del colector.
– Cambiar el colector y evaluar el estado del pene cada 24 horas.
Sondaje vesical
Consiste en la comunicación de la vejiga con el exterior a través de una
sonda para permitir la salida de orina. Siempre ha de ser indicado por
Bolsa de recogida
de orina.
Los enemas
La administración de enemas consiste en la introducción de una solu-
ción líquida a través del recto, siempre bajo prescripción médica, con
fines de limpieza, diagnóstico o tratamiento.
Tipos de enemas
– Enemas evacuadores o de limpieza: son los que se utilizan para
aliviar el estreñimiento. Se eliminan pasados unos minutos. Se
pueden preparar de forma casera (1.000 ml de agua templada y
5 ml de jabón neutro) o usar los enemas comerciales (compuestos
por soluciones que irritan la mucosa y aumentan el peristaltismo ori-
ginando una urgencia por defecar).
– Enemas de retención. Tras su administración deben retenerse en el
organismo al menos unos 30 minutos por contener en la solución
medicamentos, aceites de retención, etc.
Administración de un enema
Lo primero que se debe hacer es preparar todo el material para no tener
que dejar sola a la persona una vez comenzado el procedimiento:
– Guantes.
– Cuña.
– Entremetida.
– Gasas.
– Lubricante.
– Enema comercial o sistema irrigado y solución de limpieza (agua
jabonosa con un volumen total entre 500-1.500 ml).
Procedimiento:
– Explicar el proceso y pedir la colaboración de la persona, cuanto más
tranquila y relajada esté, más fácil será poner el enema. Propiciar un
ambiente relajado durante todo el proceso.
– Lavarse las manos y colocarse guantes.
Recomendaciones en la diarrea
Es importante reponer los líquidos para evitar la deshidratación. Con-
viene estimular a la persona para la ingesta oral de líquidos y sóli-
dos, dándole de comer pequeñas cantidades de alimentos blandos,
sin excesivas restricciones en la dieta. Preferiblemente arroz, patata,
zanahoria,... evitando los productos lácteos.
Vigilar la piel de la zona anal para prevenir la escoriación de la piel,
aplicando pomadas si fuera necesario.
La incontinencia fecal
Se produce una incontinencia fecal cuando hay emisión involuntaria de
heces sea cual sea su volumen.
Cuidados de la colostomía
La colostomía es un orificio en la pared del abdomen por donde se
recoge el contenido fecal a través de una bolsa. Se realiza cuando las
heces no pueden eliminarse a través del ano de manera normal como
consecuencia de enfermedades graves del colon o del recto. El estoma
comienza a funcionar aproximadamente desde las 48 horas siguientes
al acto quirúrgico. Primero, se evacuan gases y, luego, las heces van
siendo más sólidas a medida que se normaliza la dieta de la persona.
Leche: 200-250 ml
Leche y Yogur: 125 ml
derivados lácteos 2-3 raciones/día Queso: 30-40 g
Queso fresco: 60 g
Carnes: 100-150 g
Carnes y pescados 2-3 raciones/semana Pescado: 150 g
Huevos: uno
Pan: 40-60 g
Cereales, derivados Cereales: 30-40 g
6 raciones/día
y legumbres Pasta, arroz: 50-100 g
Legumbre: 50-100 g
Tipos de dietas
El estado de salud de toda persona depende, en gran medida, del
aporte de todos y cada uno de los nutrientes que el organismo necesita
para construir y reparar los tejidos y regular los procesos metabólicos.
Las necesidades nutricionales de cada individuo varían a lo largo de la
vida debido a cambios fisiológicos, psicosociales y patológicos y como
consecuencia, la alimentación también debe adaptarse de manera
individualizada.
Dieta normal: es la basal. Proporciona todos los componentes esen-
ciales de la nutrición. Es adecuada para personas que no tienen nece-
sidades especiales.
Dieta líquida: formada únicamente por líquidos, agua, infusiones, cal-
dos o zumos. Indicada temporalmente, hasta que se tolera otra más
consistente.
Dieta semiblanda: se compone de alimentos semisólidos y líquidos
(purés, sopas, yogures, papillas).
Dieta blanda: con alimentos fáciles de masticar y digerir sin contenido
fibroso (purés, tortillas, pescados).
Dieta ligera: es una dieta normal, evitando fritos, grasas, alimentos
flatulentos.
Dieta hipocalórica: es baja en calorías, con reducción de grasas y de
cantidad de alimento. Disminuye peso.
Dieta hipercalórica: trata de aumentar el aporte calórico. Está indica-
da en personas con peso insuficiente o desnutridos. Se aumentan los
hidratos de carbono y las grasas.
Dieta hipoproteica: disminuye las proteínas. Indicada en enfermeda-
des renales. Con reducción de carne, pescado y huevos.
Dieta hiperproteica: con aumento de la cantidad de proteínas. Se
utiliza en desnutrición, quemados, infecciones, etc.
Dieta hipoglucémica: con reducción de hidratos de carbono, funda-
mentalmente los simples. Está indicada en los diabéticos para dismi-
nuir los niveles de glucosa en sangre (azúcar).
Dieta hiposódica: con disminución total o parcial de la sal. Está indi-
cada en personas hipertensas, con insuficiencia renal, cardiaca.
Vías de alimentación
Oral
Es la alimentación por boca, independientemente de si la persona
necesita ayuda o no para realizar la actividad. Normalmente compren-
de el desayuno, comida, merienda y cena.
Enteral
Es la alimentación a través de una sonda conectada a alguna parte
del aparato digestivo. Las más usadas son la nasogástrica que va de
nariz a estómago y la sonda de gastrostomía que va directamente al
estómago.
Tiene la finalidad de nutrir adecuadamente a la persona hasta que
recupere la capacidad de alimentarse por vía oral.
Se utiliza en personas que no pueden alimentarse por boca o que no
pueden utilizar el esófago y estómago para su alimentación.
No puede usarse cuando hay vómitos, obstrucción intestinal, pancrea-
titis, etc.
El alimento se administra mediante jeringuilla (50 cm), o por goteo
continuo o intermitente, usando una bomba de infusión enteral.
Parenteral
Consiste en administrar nutrientes directamente a la sangre. Por vía
endovenosa.
Se usa en personas en las que no se puede utilizar el aparato digestivo
o cuando se necesita un apoyo nutricional, en personas desnutridas.
Solo se suele usar en los hospitales. Se necesita un control analítico
de la persona durante la administración.
Ayuda en la alimentación
Dar de comer
La mayoría de las personas eligen qué quieren comer, cuánto y cuán-
do lo comerán. Es difícil abandonar la independencia sobre estas cues-
tiones. También es difícil aceptar ayuda para comer o ser alimentado
por otra persona. El cuidador debe respetar la dignidad y los gustos de
la otra persona así como fomentar su autonomía.
Puntos claves
– Tratar la persona como lo que es, un ser adulto, ofreciéndole opcio-
nes para comer y teniendo en cuenta sus decisiones.
– No apurar el tiempo de la comida, debe ser una actividad agradable.
– El apetito, a menudo, mejora cuando el momento de la comida es
relajado y agradable. Siempre que sea posible el cuidador comerá
con la persona a la que cuida.
– No llamar la atención si derrama la comida o se niega a comer. Si se
niega a comer, averiguar la causa.
– Si se producen cambios repentinos en el comer o tragar del indivi-
duo, deben ser valorados por su médico.
Si es necesario ayudar
– Siempre estimular al máximo para que la persona haga todo lo que
pueda, no hacer por él lo que pueda hacer por sí mismo.
– Si tiene dificultades para usar el tenedor o la cuchara, ofrecer alimen-
tos que pueda mantener con la mano como pequeños bocadillos o
croquetas.
– Cuidar la postura de la persona al comer; sentada y con la cabeza
levemente inclinada hacia adelante. (Si la cabeza cae hacia atrás es
casi imposible tragar).
Causas
Suele estar provocada por enfermedades que causan un mal funcio-
namiento de la lengua o de los músculos de la garganta y el esófa-
go (accidente cerebrovascular, enfermedades neurológicas, tumores,
Alzheimer, Parkinson). En las personas mayores puede deberse tam-
bién a la ausencia de dientes, problemas con la dentadura postiza,
lesiones en la lengua o encías y falta de producción de saliva.
La disfagia puede ser peligrosa porque puede provocar problemas res-
piratorios y nutricionales. El personal sanitario elaborará un plan de
cuidados específico y adiestrará al cuidador para su colaboración y
para la administración de esos cuidados.
Plan de actuación
1. Modificar la consistencia de los alimentos y bebidas
Para superar los problemas para tragar y evitar que se produzcan aho-
gos e infecciones respiratorias lo más importante es administrar líqui-
dos espesados y sólidos triturados que facilitan la formación del bolo
alimenticio en la boca.
Medidas posturales
– Solo se debe comer cuando se está perfectamente despierto, nunca
si se está somnoliento.
– Siempre que sea posible, se debe comer sentado (postura recta a 90o,
flexión de cadera y rodillas, pies planos en el suelo o apoyados en un
soporte, hombros simétricos y el tronco y la cabeza sobre la línea media).
En algunos casos es necesario utilizar algún soporte como almohadas
para asegurar una buena disposición de la cabeza y el tronco.
– La persona debe comer frente al plato.
– El cuidador familiar debería sentarse enfrente y a la misma altura
o ligeramente por debajo de la altura de los ojos de la persona en
situación de dependencia.
– En el momento de tragar, especialmente si hay riesgo de atragan-
tamiento, se aconseja mantener la cabeza flexionada con la barbilla
hacia abajo.
– No se debe meter mas alimento en la boca si antes no ha tragado la
cucharada anterior.
– No hablar mientras se come. Al hablar se abren las vías respiratorias
y aumenta el riesgo de atragantamiento.
– Evitar acostarse inmediatamente después de las comidas.
4. Adecuar la nutrición
La dieta debe ser equilibrada, variada y de sabor agradable, no hay
que olvidar variar diariamente el triturado.
Referidas a la fórmula
– Almacenar los productos no utilizados en sitio seco y protegido de la
luz.
– Comprobar la fecha de caducidad.
– Anotar la fecha y hora de apertura del envase.
– Administrar la fórmula a temperatura ambiente.
Si está acostada
Piernas y brazos alineados a lo largo de su cuerpo. Además, el colchón
sobre el que se encuentre acostada debe ser firme para que el apoyo
sea uniforme y estable.
Si está de pie
– Separar ligeramente sus pies para así aumentar su base de susten-
tación y mejorar su propia estabilidad.
– Procurar que la cadera se mantenga siempre dentro del espacio deli-
mitado por el ancho de los pies.
– Pedir que contraiga los músculos abdominales y glúteos y mantener
la espalda recta, echando los hombros hacia atrás.
Si está sentada
El asiento debe permitir que mantenga la espalda recta y apoyada.
Las caderas, rodillas y tobillos de la persona formarán ángulos rectos
debiendo estar los pies siempre apoyados en el suelo. Si estos no
alcanzaran a llegar al suelo, se colocará un taburete debajo de los
mismos para evitar que queden colgando en el aire.
Si lo que se quiere es que se levante de la silla, pedirle que se incline
recto hacia delante de manera que su cabeza llegue al plano de las
rodillas, y a la orden de “tres” colabore en el impulso hacia delante y
arriba para ponerse de pie.
Procedimientos
Existen varios procedimientos:
– El cuidador se coloca a un lado de la persona en situación de depen-
dencia agarrando con la mano que tenga más alejada de la persona
la más cercana de esta. La otra mano del cuidador pasará por detrás
de la espalda de la persona para agarrar su hombro más alejado.
– Igual que la anterior, pero el brazo del cuidador más cercano a la
persona pasa, en vez de por detrás de la espalda, por delante del
abdomen con el fin de evitar que se caiga hacia delante.
– El cuidador se coloca enfrente de la persona poniendo sus ante-
brazos debajo de los de ella, quien, a su vez, agarra los brazos del
cuidador. A continuación, la persona en situación de dependencia
avanza y el cuidador va andando marcha atrás.
– El cuidador se coloca detrás con las manos debajo de las axilas
para agarrarlo. En este caso, ambos avanzan a la vez y en el mismo
sentido.
Aparatos de ayuda
Los aparatos de ayuda son una serie de elementos cuya función es
favorecer la movilidad del individuo. Algunos de estos dispositivos pue-
den usarse con un solo brazo, mientras que otros requieren de los dos
para su correcta utilización.
Estos aparatos son eficaces si se prescriben en el momento adecuado
y si la persona reúne unas condiciones físicas mínimas para su utiliza-
ción; de lo contrario, resultan inútiles por completo.
Bastones
Los bastones sirven para facilitar la deambulación, ya que mejoran
la estabilidad aumentando la base de apoyo y disminuyendo la carga
sobre las piernas.
Muletas
Tienen la misma función que los bastones y se usan cuando se nece-
sita mayor soporte y estabilidad.
– Si se usa una muleta, esta se utilizará del mismo modo que el bastón.
– Si se usan dos muletas, existen tres tipo se marcha, diferenciadas
entre sí según los puntos de apoyo:
• En cuatro puntos: se usa cuando la persona en situación de depen-
dencia tiene poca fuerza en las piernas y/o falta de estabilidad. La
secuencia a seguir será la siguiente: se adelanta una de las mule-
tas; luego, el pie opuesto; se adelanta la otra muleta; y, por último,
el otro pie.
Andadores
Están indicados no solo cuando el individuo presenta una gran ines-
tabilidad, bien sea por problemas musculares, de estabilidad o porque
tenga miedo a caerse, si no también en caso de que presente fatiga
para la deambulación (por EPOC por ejemplo), ya que el andador le
permitirá descargar el peso de su cuerpo. En este último caso si es
posible el andador será de aluminio, que es mucho más ligero que los
convencionales. La empuñadura debe estar a la altura de la cadera de
la persona o quizás un poco más alta, de manera que para deambu-
lar obligue a mantener la espalda recta y no encorvada y el codo en
flexión de 90o.
El andador aumenta la base de sustentación, aporta seguridad y esta-
bilidad y descarga el peso.
Sillas de ruedas
Cuando la dificultad para la deambulación es extrema o puntualmente
en distancias largas, la silla de ruedas puede representar un extra de
libertad para el individuo y para la familia.
Bastones
Muletas
Andadores
Con ruedas
incorporadas
Sin ruedas
Sillas de ruedas
Común
eléctricas
etc.
Medidas correctoras
Las almohadas se colocarán en los siguientes lugares:
– Debajo de la cabeza y hombros.
– Debajo de la curvatura lumbar.
– Debajo del muslo para la flexión de las rodillas.
Medidas correctoras
Colocar almohadas en los siguientes lugares:
– Debajo de la cabeza.
– Debajo del brazo para que la mano no quede colgando.
– Detrás de la espalda par evitar un deslizamiento hacia atrás.
– Entre las piernas para evitar que se produzcan roces entre ambas.
Medidas correctoras
Los lugares donde se colocarán las almohadas son:
– Debajo de la cabeza.
Posición de Fowler
– Semisentado con rodillas ligeramente flexionadas.
– Respaldo de cama formando un ángulo de 45°.
Hiperflexión cervical
Dificultades respiratorias
Equino
Medidas correctoras
Colocar almohadas:
– Debajo de la cabeza.
– Debajo de las rodillas.
– Debajo de los brazos como puntos de apoyo.
De acostado a sentado
– En el caso de disponer de una cama articulada se levanta el cabe-
cero llevando así a la persona a la posición de semisentado. Así el
cuidador debe realizar menos esfuerzo. Si no, la maniobra comienza
en el siguiente punto.
De sentado a de pie
Desde sentado en la cama
– El cuidador se sitúa enfrente de la persona para proporcionarle segu-
ridad y protección, colocando uno de sus pies delante de cada uno
de los de la persona para que hagan de barrera en caso de que
pudiera resbalar.
– El cuidador lleva sus brazos a los omóplatos de la persona pasándo-
los por debajo de sus axilas.
– Una vez hecho esto, se procede a levantar a la persona tirando de
ella suavemente.
– Se pide a la persona que se agarre a los hombros del cuidador.
3.5.3 La oxigenoterapia
Recomendaciones
– Es importante que el cuidador conozca si la persona en situación de
dependencia presenta alergia a algún medicamento.
– Si se observa alguna reacción anormal o efecto secundario se comu-
nicará al médico.
– El cuidador debe saber: el nombre del medicamento, para qué sirve,
su forma de aplicación, la dosis y el número de tomas al día. También
la duración del tratamiento y si mientras dure se debe adoptar algún
tipo de precaución especial.
– Los medicamentos no deben almacenarse, se guardarán en su
envase, y con su prospecto en un lugar seguro. Algunos necesitan
conservarse en refrigerador; esta circunstancia viene indicada en el
envase.
– Se recomienda la elaboración de un esquema horario para facilitar la
toma cuando hay más de un fármaco.
– También son muy útiles los pastilleros diarios con compartimentos
aislados para las distintas tomas.
3.6.2 Prevención
3.6.3 Tratamiento
Cuidado de la piel
– Examinar el estado de la piel a diario, con especial vigilancia en las
localizaciones más frecuentes de UPP. Las úlceras también pue-
den ser provocadas por cualquier producto, material o instrumento
médico.
• Nariz: mascarilla o gafas de oxígeno.
• Alas de la nariz: sonda nasogástrica.
• Meato urinario y muslo uso prolongado de sonda vesical.
• Muñecas y tobillos: personas con sujeción mecánica.
• Mucosa gástrica: sonda gástrica.
• Férulas.
Consultar al médico y seguir sus instrucciones en el caso de que se
detecte alguna erosión o enrojecimiento.
– Mantener la piel en todo momento limpia y seca. Utilizar un jabón
neutro y secar meticulosamente sin fricción, poniendo especial cui-
dado en pliegues cutáneos.
– No rociar la piel con ningún tipo de alcohol.
– Aplicar crema hidratante procurando su absorción completa.
– Usar ropa interior de tejidos naturales.
– Los masajes activan la circulación. Se evitará masajear la zona de
piel sobre prominencias óseas.
– Se pueden usar apósitos para disminuir la presión en las zonas más
frágiles: codos, rodillas, talones, caderas...
Nutrición
– Asegurar una correcta hidratación del paciente.
– Proporcionar una dieta equilibrada según las necesidades del paciente.
La nutrición es un pilar muy importante en el abordaje integral de las
UPP, tanto en su fase preventiva como en la curativa.
Los requerimientos nutricionales de una persona con úlceras son
mayores que los de otra que no las presenta.
Su dieta, como mínimo, debe incluir:
– 30-35 kcal/kg peso de la persona/día.
– 1,25-1,5 g de proteínas/kg peso de la persona.
– Vitaminas A, B y C.
– Minerales: zinc, hierro, cobre.
– Aporte hídrico: 30 cc de agua/kg peso de la persona.
El aporte de proteínas que estas personas necesitan, se administrará
en forma de suplementos hiperproteicos si no es posible cubrirlo con
la dieta culinaria.
Recomendaciones generales
De forma global, es necesario tener en cuenta algunas recomenda-
ciones:
– Evitar estímulos de distracción. A todo el mundo le distraen los rui-
dos, las conversaciones de la gente, etc. En el caso de las personas
en situación de dependencia, sobre todo si tienen deterioro cogni-
tivo, los efectos de distracción de estos estímulos son todavía más
significativos. Si se eliminan elementos de distracción (por ejemplo,
una televisión encendida cuando se está intentando conversar con la
persona), la capacidad para atender de la persona con limitaciones
cognitivas o con limitaciones sensoriales (visuales o auditivas) puede
mejorar de manera significativa.
– Evitar lo desconocido. Resulta de utilidad evitar la presencia de estí-
mulos desconocidos o no habituales (por ejemplo: ruidos, la presencia
de varias personas desconocidas, etc.) no solo porque distraen a la per-
sona, sino porque pueden provocar en ella sentimientos de inquietud.
Normas generales
Para adaptar la vivienda a las personas en situación de dependencia,
es preciso tener en cuenta ciertas normas generales en cuanto a:
Instalación eléctrica
– Los cables no deben estar en lugares de paso.
– Asegurar los enchufes.
– Los interruptores deben ser abundantes y situados en lugares estra-
tégicos: al principio y al final de unas escaleras, en la cabecera de la
cama y al principio y al final de un pasillo.
– Son preferibles los interruptores conmutados, que permiten encen-
der y apagar las luces desde distintos lugares. Es conveniente que
fueran fosforescentes o con un testigo luminoso que permita locali-
zarlos en la oscuridad.
– Lo ideal es disponer de fuentes luminosas que se puedan orientar
para evitar los deslumbramientos y de intensidad regulable, con el fin
de adaptar la luminosidad a las necesidades de cada momento.
Los suelos
– Deben ser lisos, antideslizantes, sin elementos que sobresalgan.
– Procurar eliminar alfombras, o en caso de tenerlas, procurar que no
estén dobladas, que no se muevan fácilmente, etc.
– Si hay peldaños, estos deben estar señalizados y tener elementos
que ayuden a franquearlos.
Baño
– Los pavimentos plásticos antideslizantes son los más recomenda-
bles y resultan menos fríos y resbaladizos que las baldosas.
– Para no resbalar en la bañera o en la ducha, la colocación en ella de
alfombrillas antideslizantes es un requisito mínimo.
– Es más recomendable una ducha que una bañera.
– Utilizar barras asideras de un color que contraste con la superficie de
la pared. Estas barras se pueden instalar tanto en la ducha como en
el baño a la altura y distancia adecuada para su uso. Así se facilita
la tarea de sentarse y levantarse. Los asideros de plástico son pre-
feribles a los de acero inoxidable, resultan igual de firmes y menos
resbaladizos.
– En tiendas especializadas se pueden encontrar elementos que pue-
den facilitar el aseo: bancos o sillas de baños, alzadores de WC,
duchas de teléfono, etc.
– Un grifo termostático y preferiblemente de palanca, garantizará su
mejor manejo y que la temperatura del agua sea constante.
– No cerrar con pestillo la puerta del baño. Es preferible que las puer-
tas de los cuartos de baño abran hacia el exterior, para desmontarlas
desde fuera en caso necesario.
Dormitorio
– En la medida de lo posible, con el fin de poder moverse alrededor
de la cama, hay que evitar colocar uno de sus laterales junto a la
pared.
– No es aconsejable orientar la cama hacia la ventana, en particular
en el caso de las personas con problemas de visión, pues la luz de
la mañana puede deslumbrarlas.
– La cama no debe ser ni demasiado alta ni demasiado baja, para que
resulte más fácil acostarse y levantarse.
– Para adaptar la altura, se pueden cambiar las patas del somier o
utilizar calzas.
– El interruptor de la luz, teléfono o teleasistencia deben ser de fácil
acceso desde la cama. La lámpara de la mesita debe ser lo más
estable posible. Lo ideal sería sustituirla por un aplique en la pared.
– La alfombrilla de pie de cama ha de estar fijada al suelo con adhesivo
de doble cara, aunque lo más eficaz es suprimirla.
– Utilizar en personas con gran inmovilidad un colchón de aire. Su
utilización alivia la espalda u otras partes del cuerpo y evita que
se desarrollen dolores y las úlceras por decúbito (úlceras de la piel
que se producen al apoyar durante mucho tiempo una superficie del
cuerpo).
– En aquellos casos en los que la persona sufra una gran dependencia
y no pueda alternar periodos de permanencia en la cama con peque-
ños paseos o descansos en un sillón, la cama articulada permitirá
evitar la inmovilidad absoluta y facilitará el cambio de posiciones.
Cocina
– Es necesario realizar adaptaciones que permitan a la persona en
situación de dependencia seguir utilizando la cocina. El fregadero no
debe ser demasiado profundo, el grifo con palanca evita las torsiones
Teléfono
– Existen teléfonos adaptados para personas con deficiencias visua-
les (teclas con números grandes), y con deficiencias auditivas (con
capacidad de regulación del volumen).
– Utilizar las memorias con los números más frecuentes para no tener
que marcarlos en cada ocasión.
– La función de manos libres para hablar sin descolgar el teléfono tam-
bién es de gran utilidad.
– Si es posible, instalar varios teléfonos en la casa de tal forma que
sean fácilmente accesibles.
Medicación
– Señalar o destacar el nombre de la medicina.
– Controlar las fechas de caducidad.
– Apuntar cómo deben ser tomadas (dosis) y con qué periodicidad.
Existen pastilleros donde se pueden poner la medicación de todo
un día o de toda una semana, ordenados de lunes a domingo y en
tomas de desayuno, comida, merienda y cena.
Productos antidecúbito
Se refiere a todo el material que previene de la aparición de ulceras
por presión y a las prótesis y ortesis que favorecen posturas corporales
adecuadas.
– Colchones antiescaras.
– Cojines, almohadillas para aliviar la presión.
– Prótesis y ortesis para favorecer la bipedestación y la deambula-
ción.
– Bastones.
– Muletas.
– Trípodes.
– Para trasferencias: Tablas, trasfer-flexible, disco
giratorio.
– Otros apoyos para la elevación y el traslado
(grúas…).
– Sillas de ruedas (ruedas pequeñas, grandes, para
hemipléjicos, eléctricas…).
– Triciclos, bicicletas, ciclomotores.
– Sillas de niño con características especiales.
– Dormir lo suficiente
– Hacer ejercicio con regularidad
– Evitar el aislamiento
Cuidar de la propia
– Salir de casa
salud significa...
– Mantener aficiones e intereses
– Descansar
– Organizar el tiempo
Dormir lo suficiente
Dormir es una de las necesidades vitales. Sin un sueño reparador,
las personas pueden tener multitud de problemas: falta de atención,
propensión a los accidentes, irritabilidad, quedarse dormido en situa-
ciones peligrosas, etc.
La falta de sueño es un problema frecuente entre los cuidadores, por-
que muchas veces cuidar a un familiar significa atender también por
la noche.
Todo ello puede ocasionar un aumento de la tensión emocional y una
mayor fatiga del cuidador.
Existen distintas razones por las que los cuidadores pueden no dormir
lo suficiente. En cada caso, la sugerencia será diferente:
– El familiar necesita ser atendido por la noche:
• En el caso de que vivan otras personas en casa, se pueden hacer
turnos para aliviar el trabajo que supone esta atención continua.
• Contratar, si es posible, los servicios de profesionales durante algu-
nos días a la semana.
– El cuidador tiene demasiadas tareas que hacer durante el día y, por
ello, no dispone de tiempo para dormir lo suficiente:
• Planificar el tiempo, realizar solo aquello que es estrictamente
necesario, dedicando algunos momentos del día a descansar. Esto
permitirá que el cuidador se sienta mejor y, además, le ayudará a
rendir más.
Evitar el aislamiento
Muchos cuidadores, como consecuencia de un exceso de trabajo, se
distancian de sus amigos y familiares cuando la persona a la que cui-
dan requiere una dedicación intensa. Esto puede llevar a una situación
de aislamiento que aumenta en el cuidador la sensación de “sobre-
carga” y estrés y que le pueden ocasionar problemas físicos y psi-
cológicos. Para evitar que esto ocurra, una buena solución es que el
cuidador disponga de algún tiempo libre para hacer actividades que le
gustan, mantener alguna afición, estar con otras personas (relaciones
sociales), etc.
Si el cuidador tiene dificultades de tiempo y es necesario que otras perso-
nas le sustituyan durante algún tiempo en el cuidado de su familiar, pedir
ayuda puede dar muy buenos resultados. En cualquier caso, es impor-
tante mantener las amistades y dedicar un tiempo a estar con ellas.
Salir de casa
Dedicar algún tiempo a estar fuera de casa es también un hábito salu-
dable aconsejable para los cuidadores.
Descansar
Las personas que están cuidando a un familiar se ven sometidas a lo
largo del día a un esfuerzo continuo. Por ello, es importante que intro-
duzcan en su vida diaria momentos de descanso sin que sea necesa-
rio para ello salir de su casa o dejar solo a su familiar. Existen formas
sencillas de distraerse y “tomar un respiro” para relajarse. Por ejemplo,
respirar profundamente durante unos instantes, mirar durante un tiem-
po a lo lejos por la ventana, pensar durante unos momentos en algo
agradable, hacer una breve interrupción en el quehacer cotidiano para
descansar, darse una pequeña satisfacción como tomar un refresco,
etc. También puede ser muy útil practicar alguna técnica de relajación.
La relajación es un buen método para, dedicando una mínima cantidad
de tiempo al día, conseguir grandes beneficios físicos y psicológicos.
Organizar el tiempo
La falta de tiempo es una de las mayores preocupaciones de los cuida-
dores: tiempo para sus propias necesidades, para cuidar a su familiar,
para atender a otras personas de la familia, para sus responsabilida-
des laborales, para estar con amigos, etc. El tiempo siempre es limi-
tado y ejerce una gran presión sobre los cuidadores, que se sienten
en muchas ocasiones “superados” por múltiples obligaciones y tareas
Afrontar la tristeza
Si bien cierto grado de tristeza por la situación que se está viviendo
es inevitable, estos sentimientos no tienen por qué ser predominantes
en la vida de los cuidadores. Si la intensidad o la frecuencia del sen-
timiento de tristeza lo requieren se recomienda la intervención de un
profesional especializado en el tratamientos de trastornos del estado
de ánimo (depresión).
Superar la autocompasión
Este sentimiento consiste básicamente en sentir pena o lástima por
uno mismo.
La autocompasión es un sentimiento y, como tal, aparece en las perso-
nas sin que estas lo decidan. Sentir compasión de sí mismo se justifica
en los cuidadores de personas en situación de dependencia porque:
– Ellos no eligieron ni causaron la situación que les ha convertido en
cuidadores. Simplemente, ocurrió así.
– Sus vidas están al servicio de esa situación, al margen de la carga y
las limitaciones que esta pueda suponer para ellos.
Sin embargo, en algunos cuidadores este sentimiento aparece con
más frecuencia de lo que sería deseable. La carga de impotencia que
subyace bajo el exceso de autocompasión puede traer asociadas algu-
nas consecuencias negativas a la vida de los cuidadores, especial-
mente si la autocompasión les domina.
Tipos de conflicto
1. Conflictos “abiertos”: se produce una discusión o choque entre los
miembros de la familia al que sigue un periodo de distanciamiento.
2. Conflictos “encubiertos”: existen sentimientos negativos entre las
personas pero no hay confrontación y al acumularse sin ser expre-
sados, favorecen el resentimiento y el enfriamiento de la relación.
Un ejemplo de este tipo de conflictos es el malestar y resentimiento
albergados por el cuidador principal que sufre “en silencio” ante la
falta de implicación del resto de los familiares.
La falta de habilidades de auto-afirmación es una causa frecuente
de este tipo de conflictos.
Las diferencias de opinión o de intereses entre los familiares son inevi-
tables. Incluso hay ocasiones en que resulta muy difícil evitar el surgi-
miento de un choque o conflicto. Sin embargo, los cuidadores pueden
aprender habilidades que les permitan manejar de forma más produc-
tiva los conflictos familiares.
La escucha activa
No es lo mismo escuchar que oír, escuchar es un hecho voluntario que
implica entender, comprender y dar sentido a lo que se oye. Debemos
mejorar la habilidad de escuchar y así facilitar la comunicación con la
persona en situación de dependencia.
Cuidar el entorno
El espacio por el que se mueve la persona en situación de dependen-
cia puede facilitar la comunicación o por el contrario puede resultar un
impedimento.
Observando las situaciones en las que se produce comunicación y
prestando atención a la persona en situación de dependencia detecta-
remos aquellos obstáculos que dificultan el proceso de comunicación.
4.3.4 Deambulación
4.3.5 Agitación
Causas
Una persona en situación de dependencia puede tener conductas
agresivas:
– Cuando siente que se está invadiendo su espacio personal (por
ejemplo en el aseo).
– Cuando se siente incapaz o frustrada por no poder realizar las acti-
vidades más básicas (vestirse, comer, andar...).
– Como reacción ante una acción del cuidador (por ejemplo, el cuida-
dor sale un momento y la persona se siente abandonada).
– Como consecuencia de un estado de ánimo deprimido.
– Ante cambios en el entorno inmediato o en las rutinas.
– Como efecto secundario de alguna medicación.
– Como reacción a un estado de confusión.
– Ante sentimientos de soledad o por necesidad de atención.
– Ante determinados comportamientos de otras personas.
El cuidador no debe:
– Tomarse la agresividad como algo personal.
– Enfrentarse.
– Levantar la voz.
– Iniciar movimientos bruscos pues, pueden ser malinterpretados.
– Aumentar los sentimientos de amenaza o alarma. No acercarse a la
persona rápidamente ni por detrás.
– Tener pensamientos del tipo: “Esto solo me pasa a mí”, “Va a acabar
conmigo”,...
– Llamar a muchas personas ante estas situaciones.
– Usar restricciones físicas (cuando la persona está agresiva son fácil-
mente interpretadas a su vez como una agresión y generan mayor
agresividad).
Causas
Existen muchas razones por las que las personas en situación de
dependencia pueden sentirse tristes.
– Dificultades para mantener el contacto con amigos y conocidos.
– Dificultades para el autocuidado.
– Dificultades para moverse y realizar actividades fuera del domicilio.
– Disminución de su autoestima.
En muchas ocasiones las enfermedades que provocan dependencia
dificultan la realización de actividades placenteras. No realizar estas
actividades contribuye en gran medida al aislamiento, a la soledad y,
por tanto, al sentimiento de tristeza.
Manifestaciones
Cuando una persona está triste, se producen una serie de cambios en
su manera de ser “habitual” que han de ser tenidos en cuenta:
– Disfruta menos o deja de disfrutar con algunas actividades que antes
le gustaban (ver la televisión, comer ciertos platos, charlar sobre un
determinado tema, etc.).
– Se cansa más rápidamente de lo habitual.
– Tiene cambios de humor bruscos (ej.: se irrita con rapidez).
– Llora con más frecuencia y sin que haya un suceso claro que lo pro-
voque.
– Duerme peor (descansa mal, duerme mucho o poco).
– Se muestra nerviosa, preocupada o agitada.
– Se siente inútil, un estorbo, siente que nadie se preocupa por ella,
etc.
2. Permitir la deambulación:
– Mientras que no haya peligro para la persona, permitir que la per-
sona deambule.
– Si no es peligroso para nadie, no prestar atención a la deambula-
ción (no reforzar).
– Cuando la persona se encuentre haciendo otras actividades dis-
tintas a la deambulación, reconózcale y elogie su actitud (reforzar
otras conductas).
3. Facilitar la orientación:
– Tener las cosas ordenadas, en sitios habituales.
– Usar señales de orientación (carteles en el baño y en la habita-
ción, etc.).
– Mantener rutinas.
Manifestaciones
Una persona está agitada o se muestra inquieta si:
– Anda con pasos rápidos.
– Se frota las manos reiteradamente.
– Repite preguntas constantemente.
– Se balancea, rasca, araña, golpea...
– Juega con los tiradores de las puertas.
– Cambia los muebles de lugar.
– Intenta escapar de la casa.
– Hace ruidos sin finalidad aparente.
– Gime, se lamenta, solloza.
– Se comunica con gestos amenazantes (gritos, empujones…).
– Presenta resistencia al cuidado (por ejemplo al baño).
La compañía es fundamental
La atención, la escucha y el diálogo ayudan al control del dolor, de la
ansiedad y la depresión. La empatía, que consiste en ponerse en el
lugar del que sufre e identificarse con él, es la base de un buen cuidado
en esta situación cuando la persona tiene dificultades para hablar hay
que recurrir a una de las formas más básicas de comunicación: el con-
tacto físico. El tacto es uno de los primeros sentidos que se desarrolla
nada más nacer y uno de los últimos que se pierden. Sujetar su mano,
tocar su hombro, acariciar la cara, secarle la frente o colocarle bien en
la cama, calma el temor y la ansiedad y proporciona seguridad.
Cuidar al cuidador
Cuidar a un persona que va a morir es una actividad dura, estresante
y frustrante, tanto física como psicológicamente. Es importante que los
cuidadores reciban una formación básica de la tarea que desarrollarán.
El cuidador informal necesita, además de desarrollar una serie de valo-
res y habilidades, mucho apoyo para sobrellevar la carga emocional
que supone el cuidado de una persona en esta situación y no claudicar.
Estar en contacto desde el inicio del proceso con alguna de las asocia-
ciones de cuidados paliativos puede ser de gran ayuda.
1. Servicios:
– Prevención y promoción de la autonomía personal.
– Teleasistencia.
– Servicio de ayuda a domicilio.
– Centro de día y de noche.
– Atención residencial.
2. Prestación económica:
– Vinculada a un servicio.
– Para cuidadores en el entorno familiar.
– De asistencia personal.
Teleasistencia
Facilita la asistencia mediante el uso de tecnologías de comunicación,
permitiendo una respuesta inmediata ante situaciones de emergencia
o de inseguridad, soledad o aislamiento.
Direcciones Provinciales
Dirección Provincial del IASS de Zaragoza
Paseo Rosales, 28, duplicado - 50008 Zaragoza
Tel. 976 716 220 - Fax 976 716 221
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La Jacetania
Alto
Gállego Sobrarbe
La
Ribagorza
La Litera /
Tarazona y El Cinca La Llitera
Moncayo Los Medio
Campo Ribera Alta
Monegros
de Borja del Ebro D.C.
Zaragoza
Aranda Valdejalón Bajo Cinca /
Baix Cinca
Ribera Baja
Campo del Ebro
Comunidad de de Cariñena Campo
Calatayud de Belchite Bajo Aragón-Caspe /
Bajo Baix Aragó-Casp
Campo Martín
de Daroca
Andorra- Bajo
Sierra de Aragón Matarraña /
Cuencas Arcos Matarranya
Mineras
Jiloca
Maestrazgo
Comunidad
de Teruel
Sierra de
Albarracín
Gúdar-
Javalambre
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Aversiva: Causante de rechazo.
Azúcares simples: Sustancias que tienen un sabor dulce. Se llaman simples
aquellos formados por una sola unidad y son el azúcar de las frutas, la glucosa
y el azúcar de las plantas.
Benzodiazepinas: Medicamentos con efectos sedantes, relajantes, anticon-
vulsivos.
Bipedestación: Posición erguida.
Caloría: Unidad de energía empleada para medir el poder energético de los
alimentos.
Carotídea: Referente a la arteria carótida.
Catatonia: Síndrome esquizofrénico, con rigidez muscular y estupor mental,
algunas veces acompañado de una gran excitación.
Colesterol: Tipo de lípido o grasa cuyo exceso en sangre, puede producir
endurecimiento de las arterias.
Coma: Estado grave de pérdida de consciencia.
Congruencia: Conveniencia, coherencia, relación lógica.
Conversaciones abstractas: Conversaciones sin contenido, sin sentido.
Cronificación: Acción y efecto de alargarse en el tiempo un síntoma o una
enfermedad.
Cuadros de agitación: Estado de ansiedad, temor, con aumento de movi-
miento corporal desordenado.
Cuidados paliativos: Cuidados dedicados a pacientes con enfermedades
terminales.
Decúbito: Posición del cuerpo tumbado horizontalmente.
Decúbito lateral: Posición en la que el cuerpo está tumbado de lado. Decúbito
prono: posición en la que el cuerpo está tendido sobre el vientre y el pecho.
Decúbito prono: Posición en la que el cuerpo está tendido sobre la el vientre
y el pecho.
Decúbito supino: Posición en la que el cuerpo está tendido sobre la espalda.
Deglución: Acción de tragar los alimentos y, en general, hacer pasar de la
boca al estómago cualquier sustancia sólida o líquida.
Dependencia: Es el carácter permanente en que se encuentran las personas
que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o discapacidad, y liga-
das a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial,
precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para
realizar las actividades de la vida diaria.
Dermis superficial: Es la capa de la piel donde están los receptores del tacto
(frío, caliente, duro, blando...).
Deterioro cognitivo: Pérdida de memoria y otras funciones cerebrales supe-
riores con consecuencias en la vida diaria.
Diabetes: Enfermedad metabólica producida por deficiencias en la cantidad
o en la utilización de la insulina, lo que produce un exceso de glucosa en la
sangre.
Discapacidad: Es toda restricción o ausencia (debida a una deficiencia) de
la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se
considera normal para un ser humano.
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Grados de apoyo
Supervisión: Cuando la persona requiere únicamente que se le preparen
los elementos necesarios para la realización de la actividad, y/o se le hagan
indicaciones o estímulos para realizar la actividad correctamente; y/o estar
presente.
Apoyo físico parcial: La persona necesita de otra que colabore físicamente
con ella en la realización de la actividad.
Apoyo físico completo: Otra persona ha de sustituir a la que se encuentra
en situación de dependencia a la hora de realizar la tarea.
Grasas: Sustancias que tienen funciones estructurales y metabólicas, así
como aportar energía al organismo.
Hábito defecatorio: Veces al día que se eliminan heces fecales y su tipo
(diarrea, estreñimiento).
Hemiparesia: Se refiere a la debilidad motora de un brazo y una pierna del
mismo lado del cuerpo, incluyendo el rostro y la cabeza o no. En este tipo de
patología se recomienda integrar a la persona en la mejor manera posible a
sus AVD (actividades de la vida diaria); buscando la funcionalidad del miembro
afectado.
Hemiplejía: Es un trastorno en el que la mitad lateral del cuerpo está parali-
zada. La recuperación de la persona hemipléjica se basa en la rehabilitación,
y adaptaciones del entorno a las capacidades que el individuo presenta para
realizar las actividades de la vida diaria (AVD).
Hernia: Protrusión o salida de parte de un órgano, como el intestino, de la
estructura anatómica que normalmente la fija.
Hidratos de carbono: Sustancias que aportan el combustible para que el
cuerpo funcione, presentes en legumbres, harinas, pastas.
Hiperactividad: Conducta caracterizada por un exceso de actividad.
Hipercolesterolemia: Exceso de colesterol en la sangre.
Hiperproteíca: Dieta con gran cantidad de proteínas.
Hipodermis: Capa más profunda de la piel.
Hipotensión ortostática: Bajada importante de la tensión arterial que se pro-
duce cuando una persona cambia de posición (al levantarse de la cama o d de
una silla, al incorporarse). Sobretodo si el movimiento es brusco.
Hipotermia: Descenso de la temperatura del cuerpo por debajo de lo normal.
HTA: Hipertensión arterial.
Incontinencia fecal: Pérdida del control normal de los intestinos, lo que pro-
voca que las heces se salgan por el ano.
Ingesta: Conjunto de sustancias que se introducen por la boca, como comida,
bebida, medicación.
Institucionalización: Ingreso de una persona en una residencia.
Intrínsecos: Propios del organismo de cada persona.
Lípidos: Grasas.
Luxación: Es toda lesión cápsulo-ligamentosa en una articulación con pérdi-
da permanente del contacto entre los huesos que la forman.
Medicina preventiva: Especialidad médica encargada de la prevención de
las enfermedades.
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Prominencias óseas: Abultamiento de los huesos.
Promoción de la autonomía personal: Dotar a las personas en situación
de dependencia de recursos y “Servicios de Asistencia Personal” para que
puedan disfrutar de una vida normalizada y en igualdad de condiciones, ejer-
ciendo su derecho a la plena ciudadanía.
Propulsión: Acción y efecto de dar empuje hacia delante.
Proteínas: Son sustancias esenciales para la vida (crecimiento, formación de
jugos digestivos, defensa, catalizadores..).
Prótesis: Una extensión artificial que reemplaza o provee una parte del cuer-
po que falta por diversas razones.
Proximal: Se dice de la parte de un miembro o un órgano más próxima a la
línea media del organismo en cuestión.
Psicomotricidad: Integración de las funciones motrices (movimiento) y psí-
quicas.
Reflujo gastroesofágico: Consiste en el paso del líquido esofágico al estó-
mago.
Sedación: Acción y efecto apaciguar, calmar, sosegar.
Sedestación: Posición sentada.
Síndrome: Conjunto de síntomas y signos.
Síntomas negativos: Parecen reflejar una disminución o pérdida de las fun-
ciones normales.
Sintomático: Perteneciente o relativo al síntoma.
Sueño reparador: Sueño durante el cual el organismo se regenera y recupera
de la actividad realizada ese día y se carga de energía para el siguiente.
Tejido necrótico: Contiene células muertas consecuencia de la destrucción
de los tejidos.
Trastornos de personalidad por evitación: Se caracteriza por inhibición
social, sentimientos de inadecuación y miedo a las críticas, la desaprobación
o el rechazo.
Trastornos del estado de ánimo: Categoría dentro de los trastornos menta-
les que incluye todos los tipos de depresión y el trastorno bipolar.
Triglicéridos: Son el principal tipo de grasa presente en el organismo.
Úlceras tróficas: Úlcera debida a una nutrición imperfecta del tejido donde
se forma.
Vía aérea: Sistema de conducción del aparato respiratorio formado por nariz,
boca, faringe, laringe, bronquios y bronquiolos.
Vitaminas: Sustancias orgánicas que existen en los alimentos y que, en can-
tidades pequeñísimas, son imprescindibles para la vida.
Vitamina A: Ayuda a la formación y mantenimiento de los dientes, tejidos
blandos y óseos, de las membranas mucosas y de la piel.
Vitamina C: Nutriente esencial para el organismo, su deficiencia causa escor-
buto.
Vitaminas liposolubles: Vitaminas A, D, E y K.
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Manual de ayuda a domicilio. Isabel Trigueros y Jasone Mondragón. Siglo XXI
2008.
Manual de dietas simplificado. Iowa Dietetic Association. Ed Andrea K Maher.
RD LD 2008.
Manual de geriatría. Alberto Salgado y Francisco Guillén. Masson-Salvat
1994.
Manual de psicogeriatría clínica. Inmaculada de la Serna de Pedro. Masson
2000.
Perspectivas psicopedagógicas y rehabilitadoras. Verdugo, MA. (1995). Madrid.
Ed. Siglo XXI.
Recomendaciones nutricionales en diabetes. American Diabetes Associa-
tion.
Semiología de los trastornos motores deficitarios. Dr. Conrad Stephens K.
Sistema Aragonés de Atención a la Dependencia; Guía informativa. Gobierno
de Aragón. Departamento de Servicios Sociales y Familia. 2008.
Tabla de composición de alimentos. Ministerio de Sanidad y Consumo.
Técnicas en atención primaria. Carolina Botella Dorta 2009.
Tratado de geriatría para residentes. SEGG. 2007.
Filmografía
– La caja de Pandora (Alzheimer).
– León y olvido (Síndrome Down).
– ¿Y tú quién eres? (Alzheimer).
– Gaby, una historia verdadera (Parálisis cerebral).
– El octavo día (Discapacidad psíquica).
– Una mente maravillosa (Enfermedad mental).
– El hijo de la novia (Alzheimer).
– Iris (Alzheimer).
– Piedras (Parálisis cerebral).
– Las llaves de la casa (Discapacidad psíquica).
– Te acuerdas del amor (Alzheimer).
– El diario de Noah (Alzheimer).
– Sueño de una noche de invierno (Autismo).
– Yo soy Sam (Autismo).
– Hijos de un Dios menor (Discapacidad auditiva).
– El milagro de Anne Sullivan (Discapacidad auditiva).
– Lejos de ella (Alzheimer).
– Sacrificios del corazón (Alzheimer).
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Este material pretende servir de apoyo al
personal formador de cuidadores de perso-
nas en situación de dependencia, tratando
de proporcionar una visión que ayude a
comprender la situación de dependencia en
sí y a partir de ahí, ofrecer las pautas para
que el apoyo prestado sea el adecuado a la
fase de dependencia en que se encuentra
la persona receptora de cuidados. Esto in-
cidirá positivamente en la relación de cuida-
dos entre la persona cuidadora y la persona
en situación de dependencia.
El cuidado, tanto en el entorno domiciliario
como en el profesional, debe ser excelente:
respetando la dignidad de la persona en
situación de dependencia y fomentando su
autonomía.