Clase Sobre Polarización II

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MÓDULO II

LA POLARIZACIÓN EN EL CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO ACTUAL 1

I.- INTRODUCCIÓN
Tal y como se expresó en la fundamentación teórica del Programa, la polarización
no ha surgido en Venezuela en forma repentina sino que es consecuencia de la
combinación de un conjunto de condiciones. En tal sentido, hemos venido
utilizando una perspectiva histórica que permita identificar y analizar un conjunto
de hechos, períodos, acontecimientos, procesos y circunstancias que
caracterizaron y caracterizan nuestro pasado y nuestro presente desde el punto de
vista social y político. Para ello hemos incluido, del mismo modo en que se hizo en
el Módulo I, una serie de acontecimientos que los hemos considerado como hitos
históricos que pueden ser fácilmente vinculados con las condiciones de la
polarización que intentamos destacar y analizar.

En ese sentido, aclaramos que no se trata de exponer un acucioso trabajo


historiográfico sino de exponer estos hitos con el objetivo de promover el análisis
crítico a partir de ellos. La selección de cada uno de estos hitos, períodos o
acontecimientos, así como su respectiva interpretación ha sido producto de
análisis y consultas previas que nos permitieron decidirnos a incluirlos con la
certeza que cumplirán con el objetivo propuesto. Sin embargo, esto no significa
que durante la implementación del Programa, no puedan ser objeto de nuevas o
complementarias interpretaciones ni que tampoco puedan incorporarse nuevos
criterios.

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Elaborado por: Profesor Fernando Giuliani. Psicólogo social, profesor UCV e investigador.

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II.- EL CONTEXTO POLÍTICO EN 1998
Tal como se desprende del Módulo I, el sistema político cimentado en el “bi-
partidismo” que había servido de base política al modelo de la democracia
venezolana, había perdido legitimidad al finalizar la década de los noventa. Junto
con la pérdida de confianza y credibilidad en los partidos políticos, también habían
perdido legitimidad sus dirigentes, así como otros actores que habían estado en
primera línea durante muchos años, como por ejemplo el liderazgo empresarial
representado por Fedecámaras y el liderazgo sindical representado especialmente
por la Confederación de Trabajadores de Venezuela.

Estos actores fueron quienes protagonizaron y tomaron parte de muchos acuerdos


y decisiones que se tomaron en el plano político y económico de casi todo el
período democrático venezolano. Sin embargo, la crisis progresiva en que entró
Venezuela debido a sus problemas económicos y financieros debidos
especialmente a su dependencia de la renta petrolera, aunado a graves problemas
de corrupción y de políticas que nunca resolvieron los problemas de fondo,
terminaron por agotar este modelo y desacreditar a toda una dirigencia que
parecía haber perdido su capacidad para liderar al país y ofrecer propuestas que
fueran aceptadas por la población.

Era este un contexto donde, por un lado, se agudizaron los viejos problemas de la
sociedad venezolana, tales como la pobreza y la exclusión, así como el
estancamiento económico. Pero, además, es bueno recordar que durante muchos
años, los partidos políticos habían ido ocupando de manera progresiva y constante
todos los espacios de la participación política y social, impidiendo así que otras
formas y otros liderazgos emergieran con nuevas propuestas.

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Esto indicaba, claramente, que no solamente se habían deslegitimado los actores
y sus propuestas sino que, además, se había agotado un modo de hacer política.
En efecto, la sociedad civil venezolana durante la década de los 80 y
especialmente los 90, fue generando diferentes movimientos y propuestas para
abordar asuntos públicos relacionados con la vivienda, la salud, los derechos
humanos, el ambiente, la cultura, la educación, entre tantos otros. Todo ello
mostraba un panorama muy rico y diverso que se expresaba, fundamentalmente,
en los barrios urbanos cuyos habitantes fueron construyendo una extraordinaria y
rica experiencia organizativa para afrontar y solucionar los problemas que los
aquejaban (salud, vivienda, educación, ambiente, cultura, etc.) dado que el Estado
se había literalmente “desentendido” de ellos. Este proceso organizativo permitió
que buena parte del liderazgo de los barrios, madurara su visión acerca de los
problemas y tomara una mayor conciencia acerca de las necesidades de sus
comunidades, lo cual les permitió entonces construir propuestas muy bien
estructuradas y con un alto nivel de impacto.

Y si esto ocurría en los barrios, también algo similar ocurría en el contexto de la


clase media, donde muchos profesionales se agrupaban y trabajaban en función
de diversidad de temas y promovían alternativas para reformar o crear leyes,
impulsaban programas en derechos humanos, entre otras iniciativas.

Se fue construyendo de esta manera, una suerte de “agenda alternativa” para el


país que no tenía una estructura orgánica pero se hacía visible a través de
encuentros, documentos, declaraciones y en organizaciones concretas. Todo ello
ocurría en una constante tensión con los partidos políticos, los cuales intentaban
permanentemente cooptar esta participación y, aunque en algunos casos lo
lograron, por lo general se encontraron con el rechazo hacia lo “partidista” y fueron
así quedando relegados de este nuevo escenario que se estaba construyendo.
Este rechazo hacia los partidos se fue mezclando de manera errónea, con un
profundo desencanto hacia lo político y así, aunque la sociedad mostraba una

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participación importante en los asuntos públicos, esta era atomizada y significada
como acciones muy puntuales referidas a temas concretos.

La candidatura de Hugo Chávez


La figura del Comandante Hugo Chávez Frías se hizo pública, como es por todos
conocido, el 4 de febrero de 1992 cuando protagonizó un fallido golpe de Estado
contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. Desde ese momento y aunque
el golpe fracasó, Chávez tuvo un alto impacto en la opinión pública al punto que,
aunque su iniciativa golpista no tuvo eco en la población, si lo tuvo su presencia y
su actitud frente a su derrota militar, la cual aceptó asumiendo su responsabilidad
frente al país. Cabe agregar también que, desde ese mismo momento y aunque
de manera incipiente, se generó en torno suyo una división bastante clara entre
quienes lo percibieron en forma positiva y quienes, por el contrario lo percibieron
de manera marcadamente negativa.

Ahora bien, luego de este acontecimiento, Chávez pasó dos años encarcelado
hasta que finalmente salió en libertad en 1994 luego de un sobreseimiento
otorgado por el presidente Rafael Caldera. En forma casi inmediata, comenzó una
sostenida actividad política que lo llevó a recorrer el país y a estar en contacto
permanente con la gente que, en forma cada vez más marcada, le mostraba
simpatía y apoyo.

El caso es que durante esos años, Chávez fue logrando una cierta visibilidad
pública, mientras que el sistema político venezolano y toda su dirigencia seguía
sin reaccionar frente a la nueva realidad y a las demandas de la población. De
este modo se llega a los preámbulos de 1998, tiempos en los cuales reinaba cierta
incertidumbre en cuanto a las opciones políticas de cara a las elecciones
presidenciales que se avecinaban. Las candidaturas más novedosas eran las de
Irene Sáez, alcaldesa de Chacao y Henrique Salas Romer, gobernador de
Carabobo, ambos pertenecientes a agrupaciones y partidos no tradicionales. Para

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ese momento, Chávez aún mantenía su postura abstencionista y no asomaba la
posibilidad de participar en las elecciones.

Sin embargo, llegado el momento, Chávez se convierte en candidato presidencial


y de allí en adelante, nada detuvo su ascenso constante en las preferencias de
voto de la población, la cual en efecto terminó por elegirlo presidente de
Venezuela en diciembre de 1998. Fue una campaña novedosa para Venezuela ya
que los partidos tradicionales, tal como se avizoraba, habían pasado a un segundo
plano y eran otros los candidatos con posibilidades. Y, adicionalmente, fue
también una campaña que mostró ya los primeros indicios claros de polarización
en torno a la figura del candidato Chávez lo cual se tradujo en la forma en que los
actores partidistas actuaron a medida que se iba acercando el momento de las
elecciones y muchas fuerzas se movieron o bien a favor de Chávez o bien en
contra de él. Finalmente, la elección se decidió entre Salas Romer y Hugo Chávez.
Cabe agregar que en esta campaña, el discurso “encendido” de Chávez y sus
propuestas así como sus permanentes denuncias y claras acusaciones directas a
los partidos políticos tradicionales y otros actores políticos, también generaron
rápidamente, aceptación de unos y rechazo de otros.

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III.- EL PERÍODO BOLIVARIANO
Bajo este apartado incluiremos todo el período que se inició con el triunfo de Hugo
Chávez en 1999 y que llega hasta nuestros días. Aún cuando a lo largo de estos
15 años se han sucedido 3 gobiernos chavistas, tomaremos este lapso de tiempo
como un solo período e incluiremos en él los acontecimientos y características que
resultan, en nuestro juicio, más relevantes para analizar el fenómeno de la
polarización.

Es este un período donde Hugo Chávez gobernó hasta el año 2012, fecha en la
cual ganó las elecciones para un tercer período de gobierno que no pudo asumir
dado que falleció en marzo del 2013. En abril del 2013 se realizaron nuevas
elecciones presidenciales y resultó ganador, por un estrecho margen, el actual
presidente Nicolás Maduro, dándole así continuidad al período bolivariano.

Sería imposible y fuera de nuestro alcance describir detalladamente lo que ha sido


este tiempo político y social en Venezuela. Estamos conscientes que cualquier
intento por describir este período quedará siempre corto y podrá ser incluso
acusado de acentuar en algunas cosas y omitir otras. Corremos ese riesgo pero
invitamos al lector a que más bien, utilice este material como una guía básica que
debe ser necesariamente completada con el análisis de cada quien. Con ese
espíritu, expondremos entonces de manera general algunas de sus características
predominantes de manera que nos sirva como “telón de fondo” para ubicar los
temas que incluiremos más adelante.

Durante todos estos años, las políticas de gobierno se ocuparon de infinidad de


áreas para lo cual fueron creando un marco legislativo que abarca prácticamente
todas las esferas de la vida nacional: educación, salud, petróleo, vivienda,
ambiente, cultura, transporte, deportes, fuerzas armadas, agricultura, política
exterior, entre tantas otras. Junto con este marco legislativo, el gobierno desarrolló

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un intenso y permanente discurso político que también abarcó todos los espacios
de la sociedad y el cual mantuvo, desde el inicio mismo, un estilo fuerte y
confrontador que, aunque proponía el debate también incluía la descalificación.

A medida que pasó el tiempo lo que había nacido de forma incipiente a partir de la
figura de Chávez que capitalizó un profundo descontento que estaba instalado en
la sociedad venezolana, se fue convirtiendo en un movimiento mucho más
organizado hasta llegar hoy a materializarse en el Partido Socialista Unido de
Venezuela y el Gran Polo Patriótico, conformado por un conjunto de movimientos
sociales que apoyan al proceso bolivariano.

La oposición, por su parte, se fue conformando en torno a figuras que


representaban una alternativa electoral frente a Chávez, para lo cual se organizó
primero en la Coordinadora Democrática y hoy en la Mesa de la Unidad
Democrática, ambas organizaciones integradas por partidos y agrupaciones de
variado color político cuyo elemento común es, precisamente, su oposición al
gobierno chavista. El estilo y el discurso político de la oposición se han
caracterizado por mantener una cierta ambivalencia entre el debate y la
descalificación.

Aunque resulta imposible evaluar aquí lo que ha sido la gestión del gobierno
durante todos estos años, podemos decir que en términos generales, el país
enfrenta hoy problemas serios en materia económica ya que se sigue
dependiendo del petróleo y no se ha controlado la inflación al tiempo que también
tenemos un grave problema en materia de inseguridad y violencia. El problema de
la corrupción no se ha logrado resolver y, lamentablemente, continúa hoy siendo
un verdadero flagelo que parece estar instalado en casi todos los sectores de la
sociedad. Al mismo tiempo, se han reducido los índices de pobreza y se ha
visibilizado y atendido en materia de salud, alimentación, educación y vivienda a
amplios sectores de la población que habían sido históricamente excluidos.

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Podemos agregar también que los gobiernos de Chávez estuvieron caracterizados
por un estilo personalista muy marcado, donde su figura fue el centro de casi toda
la actividad política. Chávez fue un líder que causó un innegable impacto en la
población, generando una adhesión realmente extraordinaria en las mayorías
populares y, al mismo tiempo y con parecida intensidad, un rechazo profundo en
quienes lo adversaron, ubicados de manera predominante en los sectores medios
y altos de la población. Desde el punto de vista electoral, el país luce hoy dividido
en dos mitades claramente diferenciadas: un polo chavista y un polo opositor,
aunque existe también un importante sector que no se identifica ni toma partido
por ninguno de estas dos opciones.

El clima político reinante hoy en el país es sumamente complejo ya que, en efecto,


la polarización ha ido creciendo en forma permanente y constante y los problemas
y los conflictos se han ido agravando de forma tal que, aunque se requiere de un
amplio diálogo entre todas y todos los venezolanos, las condiciones para ello no
parecen ser las mejores. La responsabilidades y las causas de esta situación,
podrán ser atribuidas a unos o a otros, según desde el polo desde el cual se
ubique cada quien. Pero lo cierto del caso es que necesitamos analizar,
comprender y disponernos a dialogar, lo cual es lo que justamente pretendemos
con este Programa.

Veamos ahora algunos de los hitos y acontecimientos que caracterizaron este


período. Tal como hemos venido repitiendo, no los describiremos en detalle sino
que los plantearemos a los efectos que se analicen y discutan como pistas clave
para entender la forma en que se fueron generando condiciones para la
polarización.

El proceso constituyente de 1999


La propuesta fundamental del candidato Chávez, fue la realización de un proceso
constituyente que redactara una nueva Constitución, a lo cual llamó el mismo día

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en que se juramentó como presidente electo de Venezuela. Ese llamando marcó,
desde el inicio, aceptación y rechazo simultáneo lo cual ya se venía expresando
desde la propia campaña electoral. De esta forma, quienes apoyaban a Chávez,
apoyaron también el llamado a la constituyente y quienes lo adversaron, se
opusieron a él.

Al cabo de este proceso constituyente se aprobó la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela, la cual trajo una gran cantidad de novedades en
relación con la Constitución de 1961, las cuales para muchos fueron positivas y
para otros representaron lo contrario.

Pero adicionalmente este proceso constituyente también sirvió, a su vez, de


catalizador a un proceso de politización que venía ya insinuándose desde la
campaña de 1998. En efecto, fueron tiempos donde la discusión y el debate
político inundó literalmente todos los sectores de la sociedad y casi de pronto en
todas partes se discutía sobre temas políticos, lo cual era sin duda una novedad
para una sociedad que venía del desencanto y de una profunda apatía en relación
con todo lo que tuviera que ver con la política.

Y esa fuerza, que de algún modo “resucitó” el interés por lo político, se encontró
con los grandes conflictos y también con los viejos y nuevos actores agrupados
en torno a dos polos: la nueva propuesta y la que se oponía a ella. Se comienza
así a hacer evidente que, como efectivamente ocurrió, hubo actores y propuestas
que perdieron vigencia al tiempo que se hacía urgente contar con nuevos criterios
y nuevas claves para interpretar la nueva realidad y, muy especialmente, para
elaborar propuestas a tono con los nuevos tiempos. Esta nueva dinámica produjo
la desaparición de no pocos actores políticos y sociales y la emergencia de otros y
también, tributó en buena parte a la polarización ya que prevaleció una lógica que
acompañó y acompaña hasta hoy este período: “a favor o en contra”, sin
posibilidad de matices.

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Los acontecimientos del 2002
Llegado el año del 2002, el clima político se había crispado y existía ya una
confrontación permanente entre el gobierno (teniendo siempre como figura central
al presidente Chávez) y la oposición la cual para aquel momento no estaba
realmente nucleada en forma organizada en torno a una estructura en particular.
Destacaban, sin embargo, algunas figuras de liderazgo tales como el presidente
de Fedecámaras, líderes sindicales y líderes de diversos partidos políticos.
También la oposición se hacía notar con presencia en la calle a través de marchas
y actos políticos. En medio de este panorama bastante complejo, los medios de
comunicación predominantes para la época, muy especialmente los canales de
televisión privados, comienzan a asumir una posición política marcadamente
opositora, convirtiéndose así en actores políticos dentro del nuevo contexto.

El golpe de Estado
El caso es que, en abril del 2002, se produce un golpe de estado que derroca al
presidente Chávez e instala un nuevo gobierno, el cual disolvió la Asamblea
Nacional y destituyó a los titulares de los Poderes Públicos. Todo ello se consumó
luego de varios acontecimientos convulsos y violentos que ocasionaron
numerosos muertos y heridos de un lado y del otro, en un clima sumamente
confuso y caótico. En este golpe participaron en forma activa los líderes
empresariales y sindicales que venían asumiendo buena parte del liderazgo
opositor y se le sumaron también sectores de las Fuerzas Armadas. Buena parte
del liderazgo político tradicional y otros actores de la sociedad civil, también les
brindaron apoyo a las nuevas autoridades que surgieron de ese golpe de Estado.

Frente a todo ello, buena parte de los sectores populares que apoyaban al
presidente Chávez se movilizaron para protestar y exigir su liberación, lo cual fue
también apoyado por otros sectores de las Fuerzas Armadas que permanecían
leales al presidente. Esto produjo, en efecto, la liberación del presidente Chávez y
la restitución del hilo constitucional. Luego de ello, se abrió un prolongado e

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intenso debate sobre lo ocurrido, lo cual también se acompañó de los
correspondientes juicios a varios de sus principales protagonistas. Además, se
conformaron mesas de diálogo entre el gobierno y la oposición, con el fin de lograr
un acercamiento y diluir el clima crispado y complejo que se había generado.

Si bien estos hechos (imposibles de narrar en estas breves líneas) ocurrieron en


unos pocos días, lo cierto es que fueron de tal intensidad y tal significación política
y social que marcaron la historia política que siguió después. Cada quien podrá
hacer su propia interpretación acerca este acontecimiento pero, de cara a lo que
aquí nos ocupa, seguramente todos coincidiremos en que fue uno de los hitos que
además de generar un saldo trágico en términos humanos, contribuyó en forma
muy marcada con la polarización de nuestra sociedad.

El paro petrolero
Las mesas de diálogo entre el gobierno y la oposición, continuaron su marcha
durante el resto del año aunque no obtuvieron el éxito esperado y de forma
progresiva se fueron estancando y perdiendo efectividad. El clima político continuó
con las mismas características que había venido mostrando hasta el momento y
llegado el mes de diciembre del 2002, comienza un paro dentro de la industria
petrolera que paraliza toda la actividad del sector y al cual de manera progresiva,
se fueron sumando también otros sectores del país. De esta forma se genera una
situación sumamente compleja ya que se generó de forma casi inmediata un
desabastecimiento generalizado de combustible y, progresivamente, de casi todo
lo demás. La situación se tornó ciertamente crítica hasta que, progresivamente, el
gobierno logró reactivar la industria petrolera y tomar el control de la situación, con
lo cual se volvió a la normalidad.

Posteriormente, se inició un despido masivo dentro de la industria petrolera el cual


abarcó principalmente a los cuadros gerenciales y llegó también a muchos otros
cuadros que habían participado en el paro así como en muchas acciones que

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ocasionaron importantes daños en equipos e instalaciones. Posiblemente, este
complejo proceso dio también lugar para decisiones injustas que tuvo serias
repercusiones para muchas personas y familias.

Cabe también agregar que, para esa misma época, sucedió en la plaza Altamira
un lamentable y trágico hecho donde perdieron la vida varias personas y otras
resultaron heridas. Para ese momento, la plaza en cuestión había sido tomada por
sectores de la oposición que se mantenían allí como una forma de mostrar
resistencia política al gobierno de Chávez. Este confuso hecho, no hizo sino
agravar aún más el clima político del momento.

Al igual que en el caso anterior, volvemos a reiterar que es absolutamente


imposible describir detalladamente en este material el alcance y la complejidad de
lo que ocurrió en diciembre del 2002. Pero, de acuerdo con nuestros objetivos, lo
que nos importa es poner el tema sobre la mesa con el fin que cada quien lo
analice desde su propia perspectiva y, aunque tengamos nuevamente diferencias
en cuanto a nuestras interpretaciones, podamos identificar como este
acontecimiento también contribuyó a radicalizar aún más la polarización.

El referéndum del 2004


Asumiendo la figura constitucional del referéndum, la oposición obtuvo las firmas
necesarias para convocarlo y así proponer la revocación del mandato presidencial
de Chávez en el 2004. Dentro de un clima altamente polarizado, ambos bandos
acudieron a las urnas, unos bajo el lema del “referéndum revocatorio” y los otros
bajo el lema del “referéndum ratificatorio”. Resultó ganadora la opción del “NO”, la
cual correspondía a los seguidores del gobierno por lo cual el presidente resultó,
en efecto, ratificado en su mandato con un 60 % de los votos.

Todo el proceso de recolección de firmas previo a la convocatoria del referéndum


había estado marcado por una alta polarización, la cual obviamente también

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marcó toda la campaña. Fue este un evento claramente polarizante desde el
mismo momento que, la elección en sí misma, implicaba solamente dos opciones
opuestas y obviamente excluyentes. El clima político se complicó más aún
cuando, luego de los resultados, la oposición no los reconoció y acusó al gobierno
de fraude.

Nuevamente, volvemos a plantear los mismos criterios de análisis. Más allá de las
interpretaciones y posiciones que podamos tener en relación con este
acontecimiento, lo cierto del caso es que marcó un hito importante en cuanto al
proceso de polarización política.

La propuesta del socialismo


Para el año 2006 el presidente Chávez se postula nuevamente para repetir un
nuevo mandato presidencial a partir del 2007. Dentro de sus propuestas, resaltará
la de construir en Venezuela lo que él denominó el “Socialismo del Siglo XXI”. Si
bien no se discutió con la profundidad adecuada y necesaria el alcance de esta
propuesta, lo cierto es que fue, nuevamente, rechazada por la oposición y
aceptada por el chavismo.

El clima político para ese momento seguía siendo crispado y aunque la


polarización se había mantenido, parecía mostrar un cierto nivel de estabilización.
El caso es que la propuesta del socialismo vino también acompañada dentro del
dilema “socialismo-capitalismo”, lo cual introdujo un nuevo elemento de polémica y
discusión a lo largo de toda la campaña.

El presidente Chávez resultó nuevamente electo y a partir de ese momento, el


discurso revolucionario, socialista y anti-imperialista comenzó a permear todos los
espacios de forma sistemática hasta pasar a formar parte natural de nuestro
contexto social y político.

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Este evento, al igual que todos los anteriores, puede seguramente significar cosas
muy distintas para cada uno de nosotros nuestras propias preferencias políticas.
Pero no es ese análisis el que proponemos sino, más bien, analizarlo en cuanto a
su aporte para la polarización la cual, a partir de ese momento, escaló un nuevo
peldaño.

Los eventos electorales


Hemos reseñado hasta ahora algunos eventos electorales específicos, los cuales
muestran algunas características de especial interés para el tema que tratamos.
Ciertamente, puede resultar de mucha utilidad estudiar cada evento electoral en
particular y de forma detallada, ya que ellos muestran muchos elementos de
interés para comprender mejor el contexto político venezolano.

Sin embargo, esto escapa al alcance de este trabajo por lo que apenas hemos
mencionado algunos por las razones ya expuestas. No obstante, queremos ahora
referirnos a los eventos electorales en forma genérica con el fin de encontrar
claves para la comprensión de la polarización.

El caso es que desde la llegada de Chávez al poder en 1998 hasta la fecha de


hoy, se han realizado en Venezuela 19 eventos electorales, una cifra realmente
impresionante para los 15 años que abarca este período. Para muchos esto
representa una expresión de democracia, para otros, un instrumento de
manipulación y para otros seguramente representará una suerte de rutina
electoral. Pero lo que queremos destacar de todo esto es el estilo con el cual cada
uno de los actores políticos, participó en los mismos. Prácticamente todos ellos, de
un lado y del otro, plantearon siempre y en cada uno de estos eventos, una suerte
de jugada final donde cada quien se jugaba su futuro y donde se planteaba una
apuesta a “todo o nada”.

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Esto generó, en cada una de estas oportunidades, un clima de alta tensión y
profunda incertidumbre, la cual siempre también estuvo aderezada por discursos,
encuestas, opiniones, predicciones, interpretaciones de un lado y del otro que
seguramente saturaban el nivel deseable de reflexión y análisis por parte de la
población. Por ende, cada resultado de cada evento electoral, se traducía en una
victoria de un lado y una derrota del otro, acarreando los correspondientes
sentimientos y sensaciones a cada uno.

Más allá de los resultados concretos que tuvo cada evento electoral y más allá de
lo que cada quien interpretó en su momento a partir de su propia concepción
política, es evidente que el clima que se constituyó cada uno de estos eventos
electorales, también contribuyó en buena parte a la polarización.

El papel de los medios de comunicación


Tal como ya lo hemos planteado con anterioridad, los medios de comunicación
asumieron un rol altamente protagónico desde el punto de vista político. En
términos generales, podemos todos coincidir en que los principales canales de
televisión, radio y periódicos privados, fueron progresivamente tomando partido a
favor de la oposición y en contra del gobierno. Aunque algunos lo hicieron de
manera frontal y abierta y otros de manera un tanto más indirecta, lo cierto del
caso es que tuvieron y tienen un papel político fundamental.

Asimismo, el gobierno comenzó también a hacerse cargo y utilizar los medios de


comunicación oficiales como instrumento exclusivo de su propia gestión y sus
intereses políticos. Progresivamente, fue también creando y adquiriendo otros
medios y fue así ampliando la cantidad de medios que hoy están bajo su propio
control.

La discusión y el análisis de este tema es asunto complejo y requiere, además, un


conocimiento particular acerca de todo lo que implica la comunicación masiva.

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Aspectos tales como la objetividad, el equilibrio, la neutralidad, la libertad de
expresión, la veracidad, la responsabilidad, la ética y un sinfín de factores se
combinan y sintetizan en este fenómeno que es la comunicación. Pues todo eso y
más, ha estado y está bajo crítica y análisis de forma permanente y en ello entran
todos y cada uno de los medios de comunicación, de un lado y del otro.

Obviamente, no entraremos en tarea tan complicada y extensa, sino que más


bien, dejamos abierta la propuesta para analizar cómo han actuado los medios de
comunicación durante todo este tiempo y en qué medida han ayudado a elevar el
debate político o han contribuido también con la polarización.

La figura de Chávez
Tal como lo anticipáramos al comienzo de este Módulo, la figura de Chávez fue
polémica desde su primera aparición en público y continúa siéndolo aún hoy, a
casi dos años de su muerte. Amado y odiado, venerado y rechazado, un libertador
amante de su pueblo para unos, un dictador despótico para otros, un gran líder
para unos, un carismático manipulador para otros, un estudioso para unos, un
ignorante para otros. Podríamos seguir elaborando una interminable lista de
atribuciones positivas y negativas que recayeron simultáneamente sobre su figura
durante varias páginas y tal vez no agotaríamos el inventario.

Ciertamente, la figura de Hugo Chávez reunió un conjunto de rasgos personales


que se conjugaron con aspectos culturales e históricos y generaron un fenómeno
de un alto impacto social, cultural y político. No vamos, desde luego, a valorar aquí
ninguno de sus rasgos ni tampoco su obra política, lo cual obviamente es
necesario hacer en otro contexto y con otros objetivos. Lo que queremos destacar
es que no es posible analizar el período bolivariano ni los procesos de polarización
que se gestaron sin considerar la figura del Hugo Chávez ya que su peso fue
determinante en todo ello.

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En tal sentido, consideramos que este ejercicio de análisis que nos proponemos,
debe incorporar la figura de Chávez pero no solamente lo que representó en sí
misma, sino y sobre todo, lo que generó en unos y en otros, haciendo el esfuerzo
supremo de tratar de entender de manera muy especial, el significado que tuvo
para aquellos que piensan diferente a cada uno de nosotros. Así, para un chavista,
es relativamente fácil pensar lo que significó Chávez para él, pero no será tan fácil
pensar y entender por qué Chávez fue tan rechazado por los opositores. Del
mismo modo, será bastante fácil para una persona opositora, pensar lo que
significó Chávez para él; pero encontrará una gran dificultad cuando trate de
entender porqué fue tan amado por el chavismo. Claro está que la respuesta fácil
y rápida, será aquella que nos sugieran los prejuicios y los estereotipos pero de
esa forma no habremos avanzado un ápice en nuestro proceso de análisis y
reflexión. Por ello, este ejercicio implica un alto grado de sinceridad y requiere
también despojarnos, aunque sea momentáneamente, de nuestras propias
pasiones.

Unas palabras finales


Hemos tratado de exponer a lo largo de este Módulo, una serie de puntos y temas
que, en nuestra opinión, muestran momentos críticos que marcaron procesos
políticos y sociales de manera tal que incidieron en la forma como fue
evolucionando la historia de todo este período. Ya hemos dicho muchas veces y
volvemos a decirlo ahora, que de ningún modo esto es una síntesis rigurosa del
período político comprendido entre 1999 y nuestros días. Solo es un modesto
intento de hacer visibles estos temas para, a partir de ello, discutirlos, analizarlos y
reinterpretarlos a la luz de las concepciones de cada quien pero de forma tal que
nos permita identificar y comprender algunas de las condiciones que sustentaron y
sustentan aún hoy el clima de alta polarización que vivimos.

Al mismo tiempo, estamos conscientes que tampoco desde esta perspectiva


hemos pretendido agotar el tema, como si lo que generó condiciones de

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polarización fueron solamente estos acontecimientos y estos hitos que aquí hemos
expuesto. Ciertamente, hay más, mucho más en esta historia reciente nuestra que
no está en estas breves páginas pero que sucedió y tuvo seguramente su peso y
determinación.

Por todo ello, retomamos nuevamente los objetivos del Programa e invitamos al
lector a que ubique estos temas dentro de todos los contenidos del Programa y
que, mediante su participación activa y su análisis crítico, enriquezca estos
contenidos y contribuya así a comprender mejor la polarización y promover el
diálogo y la convivencia.

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