La Operación Historiográfica
La Operación Historiográfica
La Operación Historiográfica
La Operación Historiográfica.
En este sentido, De CERTEAU alude al “despertar epistemológico” el cual viene del aporte
de autores como: Moscovici, Foucault, Veyne, etc. Siendo Francia el lugar donde se
manifiesta. Es así como señala que sólo se puede recibir la teoría que trae consigo una
práctica, en el espacio de una sociedad, y por otra, organiza los procedimientos propios de
una disciplina. Entonces considerar a la historia como una operación, sería limitar su
comprensión, como la relación entre un lugar (un reclutamiento, un medio, un oficio, etc.),
varios procedimientos de análisis (una disciplina) y la construcción de un texto (una
literatura).
De esta forma la historia forma parte de la realidad de la que trata, la cual puede ser
captada como actividad humana, como practica. Es por esto que el autor propone, probar
que la operación historiográfica se refiere a la combinación de un lugar social de prácticas
científicas y de una escritura, el análisis de las condiciones previas, de las cuales el discurso
nos habla, nos permite precisar las leyes que organizan el espacio producido como un texto.
Es así como la escritura histórica se construye en función de una institución cuya
organización obedece a reglas propias que exigen ser examinadas en sí mismas. Toda
investigación historiográfica está relacionada con un lugar de producción socioeconómico,
político y cultural.
Lo no dicho.
El autor Raymond Aron, hace su aporte en este sentido, enseñando a toda una
generación el arte de señalar las “decisiones filosóficas” en función de las cuales
reorganizan los cortes de un material, los códigos con los que se descifra y el modo como
se ordena la exposición, Esta crítica marcaba una etapa en donde primaban las
investigaciones positivistas francesas y donde el escepticismo alemán, se refería las
tipologías.
La relatividad histórica compone un cuadro donde sobre el fondo de una totalidad
histórica se destaca una multiplicidad de filosofías individuales..
2. Por otra parte establecía un coto reservado tanto al reinado de las ideas como al de
los intelectuales, La relatividad no actuaba dentro de este campo cerrado.
En la actualidad, los trabajos aún muestran influencia de las técnicas de R. Aron.
La institución Histórica.
La relación d un sujeto individual con su objeto, es la institución del saber. La cual
marca el origen de las ciencias modernas. El nacimiento de las disciplinas está siempre
ligado a la creación de grupos. La relación entre una institución y la definición de un saber,
insinúa lo que se ha llamado, la despolitización de los sabios, es decir, la fundación de
cuerpos ej.: Ingenieros, intelectuales, pensionados, etc. En el momento en que las
universidades se estancan al volverse intransigentes.
Las instituciones políticas, eruditas y eclesiásticas, se especializan recíprocamente. Se
trata de un sitio particular en una nueva distribución del espacio social, se construye un
lugar científico, la ruptura que hace posible la unidad social destinada a convertirse en
ciencia indica una nueva clasificación global.
Dicha ruptura señala en su aspecto externo, un lugar que se enlaza con otras en un
nuevo conjunto, y en su aspecto interno el establecimiento de un saber que no puede
separarse de una institución social.
Dicho modelo se replica bajo la forma de subgrupos o escuelas. La institución social queda
como la condición de un lenguaje científico. Desde el s. XVIII hasta Annales de 1947, cada
disciplina conserva la ambivalencia de ser la ley de un grupo y la ley de una investigación
científica. Un mismo movimiento organiza a la sociedad y a las ideas que circulan en ella.
El discurso científico que no habla de su relación con el cuerpo social no puede dar origen a
una práctica, deja de ser científico, lo cual es importante para el historiador, ya que en esta
relación con el cuerpo social se encuentra el objetivo de la historia.
En la generalidad un texto histórico, enuncia una operación que se sitúa dentro de un
conjunto de práctica, siendo lo esencial en una investigación científica. Un estudio
particular será definido por la relación que mantenga con otros contemporáneos, con
un estado de la cuestión, con las problemáticas explotadas por el grupo y los puntos
estratégicos que se van formando junto con los avances y las desviaciones referentes a una
investigación en curso. Cada resultado individual se inscribe en un conjunto cuyos
elementos dependen unos de otros y cuya combinación forma la historia en un momento
dado.
Entonces el autor alude a que la obra de valor, es aquella que se sitúa en un conjunto
operativo, lo que constituye un progreso en la condición de objetos y métodos históricos,
que puede promover nuevas investigaciones lo que resulta ser: un producto de un lugar.
La producción histórica, se encuentra dividida entre la obra literaria del que
tiene autoridad y el esoterismo científico del que hace investigaciones.
Una situación social cambia el modo de trabajo y el tipo de discurso. Desde el acopio
de los documentos hasta la redacción del libro, la práctica histórica depende siempre de la
estructura de la sociedad. Los estudios sobre temas más amplios, deben ser referidos a
la unidad social de la que dependen, donde no se trata de una localidad si no de la
inteligencia académica, después universitaria que se distingue de la pequeña historia. En
este sentido, Lucien Febvre, señala que no hay concepciones mejores o más objetivas, si no
situaciones diferentes. Un cambio de la sociedad permite al historiador tomar otras
distancias en relación con lo que se convierte globalmente en pasado. El discurso se torna
neutro, defiende lugares en vez de ser el enunciado de causas. El discurso ya no puede
hablar de lo que está determinado, tiene que respetar muchas posiciones y solicita muchas
influencias. En este caso, lo no dicho es lo confesado de textos convertidos en pretextos. La
exteriorización de lo que se hace en relación a lo que se dice y el desvanecimiento
progresivo de un lugar donde la fuerza se apoyaba sobre un lenguaje.
La historia funciona con lo que se le permite a unos y se les prohíbe a otros, la
combinación del permiso con la prohibición es el punto ciego de la investigación histórica y
la razón por la cual no es compatible con cualquier cosa por eso sobre esta combinación
debe actuar el trabajo destinado a modificarlo.
La historia queda configurada en todas sus partes por el sistema con que se elabora,
está determinado por el hecho de una fabricación localizada en algún punto de dicho
sistema, por lo tanto, tener en cuanta el lugar donde se produce permite al saber
historiográfico un conocimiento más acabado de su objeto de estudio. El enlace de la
historia con un lugar es la condición de posibilidad de un análisis de la sociedad.
Una práctica
Hacer historia es una práctica, la organización de la historia se refiere a un lugar y a un
tiempo, esto se debe a sus técnicas de producción; cada sociedad piensa históricamente con
los instrumentos que le son propios, donde el autor señala que la palabra instrumento es
equívoca, dado que nos e trata sólo de medios, ya que la historia está mediatizada por la
técnica. Lo cual, relativiza la importancia que le dio en el s. XIX y en la actualidad en el
caso de la Historia Social. Sobre esta frontera cambiante entre lo dado y lo creado y
finalmente entre la naturaleza y la cultura se desarrolla la investigación. Con el aporte y las
modificaciones han manifestado las diferentes ciencias, el orden social se inscribe como un
orden natural y no como algo opuesto a él; es por ello que el autor encuentra relaciones con
los que puede modificar a la historia que ha tenido como objeto central a la sociedad y sus
relaciones, es decir a la Historia Social, oscilando entre las mentalidades y lo económico.
Pero estos campos abiertos a la historia no pude ser solamente objetos nuevos presentados a
una institución que no cambia, la misma historia entra en esta relación del discurso con las
técnicas que la producen, por tanto, es necesario considerar como trata a los elementos
naturales para convertirlos en ambiente cultural, y cómo conduce hasta la simbolización
literaria a las transformaciones que efectúan en la relación de una sociedad con su
naturaleza, es así como el historiador no encuentra la dicotomía que opone lo social a
lo natural, si no una conexión a la socialización de la naturaleza y una naturalización de las
relaciones sociales.
La articulación naturaleza-cultura
El historiador trabaja sobre un material (fuentes) para transformarlo en historia. Una
obra histórica participa del movimiento por el cual una sociedad modifica u relación con la
naturaleza, convirtiendo lo natural en utilitario o estético o haciendo pasar una institución
social de una condición a otra.
El historiador puede convertir en cultura los elementos que extrae de campos naturales,
desde su documentación hasta su libro, él realiza un desplazamiento de la articulación
naturaleza-cultura. Es decir, logra la metamorfosis del ambiente a través de una serie de
transformaciones que desplazan las fronteras de la topografía interna de la cultura, civiliza
la naturaleza y la cambia. Pero la historia muestra problemas de tipo teórico desde el
examen de su aparato crítico y sus procedimientos técnicos.
El establecimiento de las fuentes (valiéndose de los recursos informáticos) trae consigo
una repartición nueva de las relaciones razón/real o cultura/naturaleza sino es el principio
de una redistribución epistemológica de los momentos de la investigación científica.
Otra institución está sustituyendo actualmente a este sitio central. Por tanto es necesario
considerar la institución técnica que organiza el lugar donde circulará en lo sucesivo la
investigación científica, antes de analizar más de cerca las trayectorias operacionales que la
historia traza en este nuevo espacio.
El tratado histórico se desarrolla dentro de la relación entre los polos extremos de toda
la operación, por una parte la construcción de modelos, por otra la asignación de una
significabilidad de los resultados obtenidos al finalizar las combinaciones informáticas.
Consiste en volver significativas las diferencias proporcionadas, por las unidades formales
previamente construidas. La interpretación antigua se convierte en función del material
producido por la constitución sobre las desviaciones que han resultado en los modelos.
Entonces lo importante no está en la combinación de series obtenidas gracias a un
aislamiento previo de rasgos significativos de acuerdo a modelos preconcebidos si no por
una parte en la relación entre dichos modelos y los límites que trae consigo su empleo
sistemático y por otra parte en la capacidad de transformar dichos límites en problemas que
puedan tratarse técnicamente. Dichos aspectos están coordenados entre si, ya que si la
diferencia se manifiesta gracias a la extensión de los modelos constituidos, se vuelve
significativa por la relación que mantiene con ellas debido a una desviación la cual nos
permite volver sobre los modelos para corregirlos. Se podría decir que la formalización de
la investigación tiene precisamente como objetivo la producción de errores que pueden
utilizarse científicamente. Este modo de proceder es inverso a los procesos de la historia
que se practicaban en el pasado, donde se partía de huellas en número limitado y se trataba
de borrar toda diversidad y de unificarlos en una comprensión coherente. Donde dicho
valor depende de la cantidad de información acumulada. En este sentido, se presentaban
serios inconvenientes con l base documental sobre todo con los aportes de nuevos
investigaciones lo que producía proyectos de investigación interminables, en la actualidad
esta situación se invirtió entonces del desarrollo cuantitativo según establece un modelo se
pasa a cambios incesantes de modelos. Por lo tanto el estudio se establece en la actualidad,
desde el comienzo sobre unidades que el mismo estudio define, en la medida en que es
capaz de fijarse a priori objetos, niveles y taxonomías de análisis. Por lo tanto el autor
agrega, que si tomamos un vocabulario antiguo que ya no corresponde a la nueva
trayectoria, se podría decir que la investigación ya no parte de rarezas (restos del pasado9,
si no que parte d una formalización (un sistema presente) para dar lugar a restos, indicios de
límites a un pasado que es el producto de un trabajo. En la historiografía contemporánea, se
observa que es historiador ya no es capaz de construir un imperio, es decir, no pretende
alcanzar a la historia global, sólo se limita a circular alrededor de racionalizaciones
adquiridas. Trabaja en los márgenes, el historiador avanza hacia las fronteras de las grandes
regiones explotadas, hace una desviación hacia la brujería, la locura, las fiestas, la literatura
popular, el mundo del campesino. Es así como Fernand Braudel, mostraba como los
estudios sobre las áreas culturales, tienen la ventaja de situarse en lugares de tránsito, donde
pueden observarse los fenómenos de frontera de préstamo o de rechazo.
En el ’69, el interés científico de estos trabajos consiste en la relación que mantienen
con totalidades impuestas o supuestos (una coherencia en el espacio, una permanencia con
el tiempo), y los correctivos que se pueden aportar. La investigación utiliza objetos que
tienen la forma de su práctica, ellos le proporcionan el medio de hacer resaltar las
diferencias relativas a las continuidades o a las unidades de donde parte el análisis.
La historia no ocupa más como en el s. XIX el lugar central organizado por una
epistemología que al perder la realidad como sustancia ontológica trata de encontrar como
fuerza histórica y de permanecer oculta en el interior del cuerpo social. La historia ya no
conserva la función totalizadora que consistía en sustituir a la filosofía en el oficio de
indicar el sentido de las cosas, es decir interviene en el modo de realizar una
experimentación crítica de los modelos sociológicos, económicos, psicológicos o culturales.
La historia se convierte en un lugar de control donde se ejercita una función de
falsificación, dando cuenta de los límites de significabilidad relativos a modelos que son
ensayados por la historia en campos ajenos a los de su propia elaboración. Este
funcionamiento puede señalarse, en 2 momentos:
En el primer caso hace referencia a la organización interna de los procesos históricos y en
el segundo a su articulación en campos científicos diferentes.
Crítica e Historia
La crónica o la erudición la cual suma particularidades, ignora la ley que lo organiza.
La particularidad tiene como razón de sus competencias el actuar en el fondo de una
formalización explícita, como función el interlocutor un interrogante, como significación,
el remitirnos a actos, a personas y a todo lo que queda fuera del saber como del disenso.
La operación histórica consiste, el dividir el dato según una ley presente que se distingue de
su otro pasado, en tomar una distancia respecto a una situación adquirida y en señalar con
un discurso el cambio efectivo que ha permitido este distanciamiento, el mismo crea un
doble efecto. Por una parte historiza lo actual, es decir, obliga a explicitar la relación de la
razón con un lugar propio por oposición a un pasado, se convierte en presente. Por otra
parte, la figura del pasado conserva su valor primitivo de representar lo que hace falta. Así
la historia es ambivalente, el lugar que labra en el pasado es al mismo tiempo una manera
de abrir el paso a un porvenir. En sus formas extremas ello llega a ser en el primer caso
legendario o polémico, en el segundo reaccionario o revolucionario.
Una escritura
La escritura historiográfica permanece controlada por las prácticas de dónde resulta en
sí misma, una práctica social que fija a su lector un lugar bien determinado al redistribuir el
espacio de las referencias simbólicas imponiendo así una lección, es didáctica y magistral.
Pero al mismo tiempo funciona como imagen invertida, crea relatos del pasado en el
presente.
Al separarse del trabajo cotidiano el discurso se sitúa fuera de la experiencia, se disocia
del tiempo que pasa, proporciona modelos del tiempo pasado. Sólo una distorsión permite
la introducción de la experiencia en otra práctica social, pero simbólica que sustituye el
trabajo de una investigación por la autoridad de un saber.
La censura cualitativa entre una y otra se manifiesta por el hecho de que la escritura
desnaturaliza e invierte el tiempo de la práctica. El cero del tiempo enlaza la una con la otra
es el umbral que conduce a la fabricación del objeto a la construcción del signo.
Construcción desdoblada
Entre los problemas que se plantean en el relato discursivo algunos de ellos refieren a l
construcción de la historiografía. Estas dependen de la temporalización que proporcionan
un cuadro al permitir que se mantengan juntas las contradicciones sin tener que resolverlas.
Este propósito globalizante se encuentra a lo largo de toda la obra. Literariamente produce
textos que tienen la doble característica de combinar una semantización con una selección y
de ordenar una inteligibilidad junto con una normatividad.
Teniendo en cuenta una tipología general del discurso, una primera aproximación se
refiere al modo según el cual se organizan en cada discurso, la relación entre su contenido y
su expansión. En la narración, una y otra nos remite a un orden de sucesión, el tiempo
referencia (es decir, una serie A, B, C, de momentos) puede ser en la exposición, objeto de
divisiones y de inversiones capaces de producir efectos de sentido. En el discurso lógico el
contenido por el estudio de verdad que se puede asignar a los enunciados, implica entre
ellos relaciones silogísticas que determinan el modo de la exposición
(inducción/deducción). El discurso histórico, en si mismo pretende, dar un contenido
verdadero pero la forma de narración. (ver cuadro de la pág. 109).
El discurso mixto va a construirse según dos movimientos contrarios, una narración
hace pasar su contenido a su expansión, de modelos acrónicos a una cronologización de una
doctrina a una manifestación de tipo narrativo, por el contrario una semantización del
material hace pasar de los elementos primitivos a un encadenamiento de los enunciados y a
la constitución de secuencias históricas programadas. La metáfora está presente, traslada la
causalidad hacia la susecividad hace actuar a las relaciones de coexistencia.
La verificabilidad de los enunciados se sustituye por su verosimilitud. Es por esto que
se plantea como historiográfico el discurso que comprende, es decir, el que se organiza
como texto foliado en el cual una parte se apoya en la otra, las citas acompañan a este
argumento, por las referencias, por las notas, etc. El discurso se establece como un saber
del otro, se construye de acuerdo a una problemática de proceso, sobre un lenguaje
referencial que actúa como realidad.
En tanto la estratificación del discurso no tiene forma de diálogo lo mismo combina el
singular del saber que cita, con el plural de los documentos citados. Lo cual demuestra
como condición el límite de unicidad de una recomposición textual, el lenguaje citado es
referencial, por su fragmentación remite a un lugar de autoridad, de este modo produce
confiabilidad al saber. Dicha estructura también implica, un funcionamiento particular
epistemológico y literario, de los textos estratificados.
El nombre propio toma el valor de cita, mientras la novela, debe llenar de predicados a
los nombres propios, la historiografía trabaja sobre un lenguaje referencial.
La estructura interna del discurso produce un tipo de lector, al organizar el espacio
textual, dicha estructura establece un contrato y organiza así el espacio social. Desde este
punto de vista es eficaz, por lo tanto, en la historiografía crear un discurso eficaz no es otra
cosa que el significado de la palabra como acto de autoridad.
El texto plantea, el cumplimiento del sentido y su condición los une y los nivela en la
expansión del discurso, por esto es global.
FIIINNNNNN.