Unidad 3 Etica Cristiana
Unidad 3 Etica Cristiana
Unidad 3 Etica Cristiana
El ser humano es constitutivamente un sujeto ético; ello está exigido por sus propias
estructuras antropológicas. Por ser libre, el ser humano elabora un proyecto vital
que oriente y de sentido a su vida, y como ser racional debe justificar su conducta.
Pero, junto con su carácter libre, el ser humano tiene un carácter social. Junto con
justificar su conducta frente a su proyecto vital también debe hacerlo frente a los
demás. Con lo anterior podemos comprender que la ética es una ocupación
fundamental porque de ella pende la vida y la felicidad, la nuestra y la de los otros.
¿Qué es ética y que es moral? ¿Son lo mismo o hay que hacer distinciones entre
ellas? Hay mucha confusión acerca de esto. Tratemos de aclararlo. En el lenguaje
corriente e incluso culto, ética y moral son sinónimos. Así decimos: \” aquí hay un
problema ético\” o \” un problema moral\”. Con eso emitimos un juicio de valor sobre
alguna práctica personal o social, si buena, mala o dudosa. Pero profundizando la
cuestión, percibimos que ética y moral no son sinónimos. La ética es parte de la
filosofía. Considera concepciones de fondo, principios y valores que orientan a
personas y sociedades. Una persona es ética cuando se orienta por principios y
convicciones. Decimos entonces que tiene carácter y buena índole. La moral forma
¿Cuáles son la ética y la moral vigentes hoy? Las del capitalismo. Su ética dice:
bueno es lo que permite acumular más con menos inversión y en el menor tiempo
posible. Su moral concreta reza: emplear la menor cantidad de gente posible, pagar
menos salarios e impuestos y explotar mejor la naturaleza. Imaginemos cómo sería
una casa y una sociedad (ethos) que tuviesen tales costumbres (moral/ethos) y
produjesen caracteres (ethos/moral) igualmente conflictivos. ¿Sería todavía
humana y benéfica para la vida? Aquí está la razón de la grave crisis actual”.
El cristiano que vive de la fe, debe fundar su conducta moral sobre su fe. Y puesto
que el contenido de ésta, Jesucristo, el revelador del divino amor infinito, tomó la
figura del primer Adán y asumió tanto su falta como también las ansiedades, las
perplejidades y las decisiones de su existencia, el cristiano está seguro de
reencontrar en el segundo Adán al primer hombre con toda la problemática moral
que le es propia. Jesús mismo tuvo que escoger entre su Padre y su familia: «Hijo
mío, ¿por qué nos has hecho esto?» (Lc 2, 48). Así el cristiano determinará las
opciones profundas de su vida a partir del punto de vista de Cristo, o sea, de la fe.
Una ética que procede de la luz de la Revelación en su plenitud y que, a partir de
allí, remonta las etapas anteriores, no puede ser calificada propiamente como
Así es como ocurre con la conciencia holística –en la que se encuentra lo subjetivo,
lo objetivo, lo afectivo, lo emocional, la razón y la gracia, entre otras tantas
características–, al dejar abierta la participación para la formación moral de todos
los creyentes en Jesucristo. En cuanto a lo subjetivo y lo objetivo en el juicio de la
conciencia, podremos determinar que, desde lo subjetivo, cada persona intenta
elaborar un juicio correcto para tomar la decisión apropiada e iluminada por el
talante objetivo de dicha conciencia. Para el caso del creyente, su conciencia ha de
estar acorde con su ser autentico de cristiano y de persona humana, mostrado por
Jesucristo en los evangelios, guiado por el Espíritu en discernimiento, sobre la forma
de actuar que propicie el desarrollo de la persona.