Evitacion de Los Peligros Derivados de Los Solventes

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 2

EVITACION DE LOS PELIGROS DERIVADOS DE LOS SOLVENTES

UN DISOLVENTE es un líquido que disuelve otra sustancia. Los disolventes se utilizan en la industria como
adelgazadores y disolventes de grasa y suciedad. En el hogar, los disolventes se utilizan para remover
manchas, adelgazar pinturas, y como agentes de limpieza.
Hay dos clases básicas de disolventes:
Disolventes acuosos. Estos disolventes contienen agua. Las soluciones de ácidos, álcalis y detergentes son
disolventes acuosos.
Disolventes orgánicos. Estos disolventes contienen siempre carbón. Algunos de estos disolventes orgánicos
son: la acetona, el tricloroetileno, la gasolina y el tolueno. Los disolventes orgánicos generalmente se evaporan
con facilidad; y cuanto más caliente se encuentre un disolvente con más rapidez se evaporará y más vapor
producirá. Algunos disolventes orgánicos son también acuosos.
Los disolventes pueden ser muy peligrosos en algunas circunstancias, pero es difícil hacer afirmaciones
generales acerca del efecto de un disolvente en un individuo en particular. El problema no es el efecto de por sí,
es la dificultad para determinar qué efectos son perjudiciales y que nivel de concentración puede producir
efectos perjudiciales. Hay cientos de disolventes diferentes: y el nivel de concentración, la duración de la
exposición, los efectos combinados con otros disolventes y la edad, y salud de la persona expuesta, es también
de enorme consideración.
Los disolventes generalmente entran en el cuerpo por la inhalación o el contacto con la piel.
Un disolvente inhalado es absorbido rápidamente por la corriente sanguínea y se esparce a través del cuerpo.
Cualquier disolvente puede producir mareos, pérdida de la conciencia y dolores de cabeza si se inhala
suficiente vapor. También pueden deteriorarse el juicio y la coordinación debido a que se afecta el sistema
central nervioso.
La inhalación aguda de un disolvente puede irritar la nariz, la garganta, los ojos y los pulmones. La inhalación
crónica de ciertos disolventes puede dañar los pulmones, el hígado, la sangre, los riñones e incluso el sistema
digestivo. Cada disolvente puede atacar diferentes partes del cuerpo. Existen evidencias de que la exposición
crónica a algunos disolventes puede producir cáncer.
Muchos disolventes tienen un olor que actúa como una medida de precaución, pero un disolvente con un olor
irritante no es necesariamente más tóxico que uno con un olor suave. Siempre es necesario saber los efectos
tóxicos posibles de cualquier disolvente cuando se lo utiliza y las señales de aviso de esos efectos, como olor e
irritación. Siempre es necesario leer las etiquetas o rótulos en los recipientes que contienen disolventes y
observar los avisos antes de utilizarlos.
Los disolventes pueden irritar la superficie de la piel o pueden ser absorbidos a través de la misma. Los aceites
naturales de la piel ofrecen poca protección a los disolventes debido a que la función de estos es precisamente
disolver las grasas y los aceites.
El contacto con disolventes puede producir una inflamación de la piel llamada dermatitis. La dermatitis puede
aparecer rápidamente después de un contacto o mucho tiempo después de haber ocurrido este. Algunos casos
de dermatitis no aparecen hasta que una persona ha estado constantemente expuesta al disolvente durante
varios años.
La dermatitis puede ser dolorosa e incómoda: pero las rajaduras de la piel que acompañan a la dermatitis
pueden permitir que entren bacterias y virus en el cuerpo y resulten en una infección bacterial seria.
Algunos disolventes son también irritantes de la piel y pueden destruir el tejido de ésta. El fenol es un ejemplo
de disolvente irritante de la piel. Otros disolventes son sensitizadores y producen reacciones alérgicas después
de un uso continuado.
Algunos disolventes se absorben a través de la piel. Después de la absorción entran en la corriente sanguínea y
afectan al cuerpo en igual forma que la afectarían al ser inhalados.
Los disolventes clorinados no son generalmente inflamables, pero sus vapores son tóxicos y si se los recalienta
se aumenta mucho su toxicidad.
Los disolventes no clorinados son con frecuencia inflamables. Si alguno de ustedes trabaja con estos
disolventes debe estar muy consciente de los peligros de incendio. Una exposición excesiva a algunos
disolventes no clorinados puede dañar el hígado y los riñones.
En resumen, es importante disminuir lo más posible la exposición a los disolventes. Esto se puede lograr de
muchas formas, como llevando los guantes de protección adecuados, utilizando cremas de protección,
asegurándose que los equipos de ventilación funcionan correctamente y llevando la protección personal
respiratoria cuando sea necesaria.
Si toman ustedes las precauciones necesarias podrán trabajar con cualquier clase de disolvente sin temor a que
les vaya a producir un peligro para su salud.

También podría gustarte