Trabajo Practico El Matadero

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Resumen de El Facundo de Sarmiento

(capitulo por capitulo)

Ana_lp

1 jul. 2009
1068
Resumen de Facundo de Sarmiento
Capítulo por capítulo. Muy completo.

Hola! Este es mi primer post. Me puse a pensar qué podía aportar y se me ocurrió esto.
Hice un resumen muy bueno del Facundo de D. F. Sarmiento.
Es un resumen detallado, al que no le falta nada. Es de nivel universitario. Claro que
también sirve para el secundario (diez asegurado, jeje).
Los capítulos que generalmente dan para leer en el colegio son: Introducción, Capítulos
I, II, III. De ahí salta a la Segunda parte Capiítulo I o 5 en la numeración de corrido
(infancia de Quiroga) y IX o 13 (Barranca Yaco). Son seis en total, los marqué con letra
más grande en el resumen para que se noten.
Si les sirve, por favor denme algo de puntos que por ahora tengo 0. Piensen en el trabajo

Facundo es un libro escrito en 1845 por el político y educador argentino Domingo


Faustino Sarmiento, durante su segundo exilio en Chile.

Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas por Domingo


Faustino Sarmiento.

Introducción:
En el epígrafe a la Introducción, Sarmiento le pide al historiador que intervenga sobre la
realidad, que no sea impasible. La objetividad no existe, todos estamos atravesados por
una serie de cuestiones y hay que tomar partido. La historia debe adoptar una forma
retórica y cargarse de significación, de implicaciones ideológicas.
Hace una invocación a los muertos, para que revelen secretos a los vivos. Tanto el acto
de invocación como el vocabulario empleado remiten a la lírica (Homero-Virgilio).
Hace uso de los recursos de la lírica poética.
Luego, acude a las leyendas y tradiciones populares. Muestra un doble juego en el
enfrentamiento Rosas-FQ, sistema-instinto.
Argentina: noble pueblo que esconde una vida secreta; de organización política
enigmática; convulsiones internas y lides sangrientas, devastaciones, combates. La
resolución del enigma irá de la mano de la inteligencia y la toma de conciencia cívica e
histórica de los ciudadanos, no de la mano de la violencia, de la “espada”. Centro en el
que remolinean elementos muy contrarios, centro que atrae la atención y el interés de
naciones europeas (en relación con ellas). República en una obstinada lucha de
elementos contrarios, invencibles, que se chocan, que la despedaza. Lucha ingenua
debida a la influencia de las ideas opuestas que han trastornado el mundo político: la
civilización europea y la barbarie indígena, los últimos progresos del espíritu humano y
los rudimentos de la vida salvaje, las ciudades pulposas y los bosques sombríos. Todo
esto observado en los fenómenos sociales. Es la fisonomía de la naturaleza
grandiosamente salvaje la que prevalece en la inmensa extensión de la República.
Facundo: figura que no ha muerto. Vivo en tradiciones populares, en la política y
revoluciones argentinas. Muerte trágica. Instinto, iniciación, tendencia. De naturaleza
campestre, colonial, bárbara. Provinciano, audaz. Expresión fiel de la manera de ser de
un pueblo, caudillo que encabeza un gran movimiento social, espejo en el que se
reflejan las creencias, necesidades, preocupaciones y hábitos de una nación en una
época dada de su historia. Es la figura más Americana que la revolución representa, su
figura hizo de la guerra local una guerra nacional. Muere asesinado por una bala oficial,
envuelto en una calumnia.
Rosas: heredero de Facundo (por las características que se le traspasarán), molde más
acabado y perfecto. Sistema, efecto, fin. Arte, política regular. Hijo de la culta Buenos
Aires, sin serlo él Se presenta al mundo como hombre-genio capaz de dominar los
acontecimientos, los hombres y las cosas. Falso, corazón helado, espíritu calculador,
hace el mal sin pasión, organiza lentamente el despotismo con toda la inteligencia de un
Maquiavelo. Tirano sin rival hoy sobre la tierra. “Grande” para gloria y vergüenza de su
patria. Monstruo que propone el enigma de la organización política de la República. Es
la Esfinge Argentina, cobarde y sanguinario. Rencor contra el elemento extranjero.
Carácter fríamente feroz, voluntad incontrastable, originalidad salvaje. Contra las
relaciones de la República y los países europeos (de ahí que se lo considere
‘nacionalista’). Inmoral.
Temas tocados: retraso español respecto de los demás países europeos y la marcada
influencia sobre Argentina. // Paraguay y el jesuitismo (preguntar, p.10) // Cómo han
pintado la figura de Bolívar. // La prensa como arma de lucha contra el régimen y como
el arma clave que lo derrocará, por ser difusora de ideas // La necesidad de luchar desde
la inteligencia, resolver enigmas, no usar la fuerza. // La importancia de la lucha y la
perseverancia: no resignarse ni por temor ni por determinismo // El determinismo
geográfico y el determinismo de lo visto según la procedencia de quien lo mire, de la
visión (Bolívar con frac en vez de con poncho, por los europeos) // Rosas y Facundo
como encarnaciones del modo de ser de un pueblo, figuras en las que se condensan las
características de la República, llegan todas a su máxima expresión en estas
personalidades // Sarmiento nos dice que la historia a narrar procede del conocimiento
de los hechos históricos, narrados al autor o vivenciados por él; con esto le confiere
legitimidad y carácter de verdad a lo que va a contar. // Recursos estilísticos que marcan
anticipos en lo que se va a narrar (Muerte de FQ, causas, modos; derrocamiento de
Rosas) // La inmigración como algo positivo para el país: lo iluminará.

Primera Parte

Capítulo I:
Aspecto físico de la República Argentina, y
caracteres, hábitos e ideas que engendra.
El mal que aqueja a la República Argentina es su extensión: el desierto inmenso la
rodea por todas partes. Al Sur y al norte la acechan los salvajes –los indios-, preparados
para atacar en cualquier momento. Esta inseguridad de la vida imprime en el carácter
argentino cierta resignación estoica para la muerte violenta, explicando la indiferencia
con que se da y se recibe la muerte.
La parte habitada del país puede dividirse en tres fisonomías: el espeso bosque (al
norte), la selva y la pampa. La pampa es la imagen del mar en la tierra, que aguarda que
se la mande a producir.
Existen en la república numerosos ríos navegables, pero el hijo de los españoles detesta
la navegación. Así, el regalo más grande para un pueblo es un elemento muerto,
inexplotado. El único río fecundo es el de la Plata.
Buenos Aires está llamada a ser un día la ciudad más gigantesca de las Américas. Ella
sola está en contacto con Europa y explota las ventajas del comercio extranjero. Esta
posición monopolizadora de Buenos aires hace que aunque Rosas hubiese querido en
verdad seguir el federalismo, le hubiese sido imposible, y habría terminado teniendo el
sistema que hoy sostiene: el unitario. (“Nosotros, empero, queríamos la unidad en la
civilización y en la libertad, y se nos ha dado la unidad en la barbarie y en la
esclavitud”). Mientras Norteamérica está llamada a ser una federación por su ancha
exposición al Atlántico, la República Argentina está llamada a ser unitaria.
La ciudad es el centro de la civilización argentina española, europea, pero el desierto la
cerca. El hombre de ciudad vive la vida civilizada. En la ciudad están las leyes, las
ideas, el progreso, la educación, el gobierno regular. El campo y la ciudad representan
dos sociedades distintas, dos pueblos extraños el uno del otro. El hombre de la campaña
detesta al de la ciudad y odia al hombre culto.
Argentina comparte varios rasgos con las llanuras asiáticas del Tigris y el Éufrates, y la
vida de sus hombres son a menudo similares (árabes y gauchos).
El campo:
En la campaña argentina predomina la fuerza brutal, la autoridad sin límites y sin
responsabilidades del que manda. Esto se ve en las ejecuciones del capataz, que no
admiten reclamo considerándose legítima la autoridad que ha asesinado.
El pueblo del campo se compone de dos razas: españoles e indígenas, (excepto en
Buenos Aires, la raza negra, inclinada hacia la civilización y dotada de talento, está
extinta). Estas razas se caracterizan por su amor a la ociosidad e incapacidad industrial.
Las razas americanas –los indios- se muestran incapaces para el trabajo duro, y la raza
española muestra la misma tendencia.
En la campaña la sociedad desaparece completamente; queda sólo la familia feudal,
aislada. Así, toda forma de gobierno se hace imposible, no existen municipalidad,
alcance judicial ni ejecución de la violencia estatal monopolizada. La población está
desparramada. No hay res pública. La civilización es del todo irrealizable y la barbarie
es normal. El progreso está sofocado, porque no puede haber progreso sin la posesión
permanente del suelo, sin la ciudad que es la que desenvuelve la capacidad industrial del
hombre y le permite extender sus adquisiciones.
En el campo, la religión está desvirtuada. Ocurre con la religión lo que con el idioma
español, está corrompida. Se trata de una religión natural. Los gauchos son españoles
sólo por el idioma y las confusas nociones religiosas que poseen.
Las ocupaciones domésticas, las industrias caseras, las ejerce la mujer, sobre ella pesa
casi todo el trabajo.
Educación del hombre de campo: los niños ejercitan sus fuerzas y se adiestran por
placer en el manejo del lazo y las boleadoras y son jinetes. Con la pubertad y la
adolescencia vienen la completa independencia y la desocupación. Desde la infancia
están habituados a matar reses, lo que los familiariza con el derramamiento de sangre.
El caballo es parte integrante del argentino de los campos.
De esta manera, los niños van, paulatinamente, adquiriendo las características de sus
mayores: el hábito de triunfar en las resistencias, de desafiar y vencer a la naturaleza.
Esto promueve el sentimiento de importancia individual y de superioridad en el hombre
de campo.
Todos los argentinos tienen conciencia de su valer como nación, tienen cierta vanidad.
En conclusión, la vida del campo ha desenvuelto en el gaucho las facultades físicas, sin
estimular el intelecto. Su carácter moral se apoya en el hábito de triunfar ante los
obstáculos y la naturaleza. Es fuerte, altivo, enérgico, no tiene ninguna instrucción. Es
feliz en su pobreza, porque es lo único que conoce. El gaucho no trabaja, el alimento y
el vestido lo encuentra preparado en su casa, lo uno y lo otro se lo proporcionan sus
ganados.

Capítulo II:
Originalidad y caracteres argentinos. El rastreador. El baquiano. El
gaucho malo. El cantor.

La vida pastoril tiene, también, su costado poético. Por ejemplo, Echeverría en la


inmensidad, en el salvaje, en la naturaleza solemne halló las inspiraciones para parte de
sus obras, que fueron luego, acogidas con aprobación en Europa.
El pueblo argentino es poeta y músico por naturaleza. En su medio están la tormenta, la
muerte omnipresente, la pampa infinita. El gaucho tiene, en este sentido, su poesía
popular, candorosa y desaliñada. Anécdota: cuando Echeverría residió en la campaña
los gauchos lo rodeaban con respeto. A pesar de que era para ellos un “cajetilla”, lo
respetaban porque era poeta.
El pueblo campesino tiene sus cantares propios, entre ellos: el triste (en el Norte) y la
vidalita (se cantan los asuntos del día y canciones guerreras). La guitarra es el
instrumento por excelencia.

Especialidades notables de la campaña:


El rastreador: sabe seguir las huellas de los animales y de los hombres. Es un personaje
grave, la conciencia del saber que posee –una ciencia casera y popular- le da cierta
dignidad reservada y misteriosa. Puede, según se cuenta, seguir huellas producidas hace
mucho tiempo.
El baquiano: conoce palmo a palmo miles de leguas cuadradas de llanuras, bosques y
montañas. Se orienta basándose en los signos de la naturaleza. Es un topógrafo. El mapa
que los generales llevan; la suerte del ejército depende de él. Anuncia también la
proximidad del enemigo. Conoce las distancias y los accidentes geográficos más
pequeños. Dicen que el general Rosas reconoce por el gusto del pasto cada estancia del
sur de Buenos Aires.
El gaucho malo: es un outlaw, un misántropo. La justicia lo persigue; en los
asentamientos su nombre es pronunciado con respeto. Vive en el campo, aislado de la
sociedad; se alimenta de lo que caza. Es un hombre divorciado de la sociedad, proscrito
por las leyes, un salvaje de color blanco. Los poetas de los alrededores cantan a sus
hazañas. Sin embargo, el gaucho malo no es un bandido, ni un criminal. Su profesión,
su ciencia es robar caballos. Tiene cierto honor, y crédito, su palabra.
El cantor: es el mismo bardo, trovador, de la Edad Media. Se mueve entre las luchas de
las ciudades y el feudalismo de los campos. El cantor anda de pago en pago, cantando a
los héroes de la pampa fugitivos de la justicia, mientras mezcla el relato de sus propias
hazañas (a menudo él también es perseguido por la ley). Su poesía es monótona,
irregular, más narrativa que sentimental y está llena de imágenes de la vida campestre.
El cantor hace el mismo trabajo de crónica, costumbres, historia, biografía que el bardo
de la Edad Media.
En la República Argentina se ven al mismo tiempo dos civilizaciones distintas en un
mismo suelo, sin conciencia la una de la otra: una naciente que imita los esfuerzos
ingenuos y populares de la Edad Media; y la otra que intenta realizar los últimos
resultados de la civilización europea. En Argentina, el siglo XII y el XIX viven juntos:
el primero en las campañas, el segundo en las ciudades.

Conclusión: leyendo este libro el lector se encontrará con los caracteres tipificados más
arriba, y verá el reflejo de la situación del país en la campaña, sus costumbres y su
organización. El gaucho malo: Facundo. El cantor: La Madrid. El baquiano: Artigas.
Capataz de carretas: “el Boyero” (guerrero al servicio de los caudillos).

Capítulo III:
Asociación. La pulpería.
Aquí Sarmiento retoma el capítulo I y agrega lo siguiente:
En el campo hay necesidad de crear una sociedad ficticia para remediar la normal
desasociación.
En la pulpería se dan y reciben las noticias, allí concurren los parroquianos de los
alrededores; se arman carreras de caballos; está el cantor. Se encuentran el juego y el
licor. Allí se fraterniza.
Esta asociación accidental de todos los días, al repetirse, formaría una sociedad, una
asamblea sin objeto público, sin interés social, sonde empiezan a echarse las raíces de
las reputaciones.
El gaucho estima por sobre todo las fuerzas físicas, la destreza del manejo del caballo, y
el valor. Se dedica, por ejemplo, a los juegos de equitación.
El gaucho anda armado del cuchillo, herencia de los españoles. Éste es un instrumento
que le sirve para todas las ocupaciones; no puede vivir sin él. Juega a las puñaladas,
desenvaina el cuchillo y marca a su contrincante, lo hiere en la cara, sin matarlo. La riña
se traba por reputación. No tiene intención, en principio, de matar. Matar es una
“desgracia”. Juan Manuel Rosas había hecho de su residencia una especie de asilo para
los homicidas (Paternalismo político).
En esta sociedad, entonces, la cultura del espíritu es imposible, no exista bien público.
El gaucho se convierte en malhechor o en caudillo, según el rumbo que las cosas tomen.
Autoridades de la campaña: Para reprimir a los desalmados se necesitan jueces más
desalmados aún. Estas autoridades (recordar a los capataces) forman ideas en el pueblo
sobre el poder de la autoridad, que más tarde acarrea sus efectos. El juez se hace
obedecer por su reputación de audacia temible, su justificación es “así lo mando yo”. El
comandante de campaña tiene más poder que el juez y sus características son, aun, más
terribles. Para gobernar se hace uso de los hombres que más temor inspiran, y esta es la
manera de proceder de los gobiernos débiles. Cuando rosas se apodero de la ciudad,
exterminó a todos los comandantes que lo habían ayudado a ascender, a fin de que no le
disputaran el lugar de poder que empezaba a ocupar.
Estos pormenores dados hasta aquí acerca de la vida en los campos argentinos, con su
orden, su sistema de asociación característico, tienen el fin de explicar los fenómenos
sociales argentinos y la revolución que estalló en 1810.

Los capítulos anteriores son los que suelen tomar en el secundario. A esos hay
que agregarles: a) el capítulo I de la Segunda parte (o capítulo 5) sobre la
infancia de Quiroga y b) el IX o 13 (Barranca Yaco). Vean más abajo.

Capítulo IV:
Revolución de 1810.

En todas las naciones de América el carácter, objeto y fin de las revoluciones por la
independencia fueron los mismos, y nacieron del mismo seno: el movimiento de las
ideas europeas.
Antes de la revolución, en nuestro territorio, había libros, ideas, leyes, educación, había
una base de organización; atrasada, feudal, monárquica, sí, pero existía. En la campaña
pastoral, la libertad, la responsabilidad del poder, las evoluciones que implicaba el
movimiento revolucionario eran ajenas a su forma de vivir. La revolución era útil al
campo, en tanto implicaba un nuevo centro de reunión, mayor. Así, las campañas
pastoras se adhirieron a la agitación e impulso revolucionario.
Cuando un pueblo entra en revolución, dos intereses opuestos luchan en principio:
conservadores y revolucionarios, es decir, realistas y patriotas. Cuando un partido
vence, éste se subdivide en revolucionarios moderados y exaltados. Entonces, el partido
vencido se reorganiza y triunfa mediante la subdivisión de sus rivales. Cuando en una
revolución, una de las fuerzas aliadas con la causa revolucionaria, se desprende
inmediatamente, formando una tercera entidad, indiferente a unos y a otros; esta fuerza
que se separa es heterogénea. Así fue el movimiento encabezado por Artigas.
La fuerza que sostenía a Artigas en Entre Ríos es la que sostiene a los caudillos actuales
en sus provincias y la que mantenía a Facundo en los Llanos. El individualismo
constituye su esencia, el caballo su arma y la pampa su teatro.
La montonera aparece con Artigas, y tiene su paralelo con las hordas africanas; presenta
un carácter de ferocidad brutal y un espíritu terrorista. Esto es lo que Rosas ha
convertido en un sistema de legislación aplicado a una sociedad culta. Rosas no ha
inventado nada; su talento consiste en plagiar a sus antecesores y hacer de los instintos
brutales de las masas ignorantes, un sistema meditado y coordinado fríamente. El
ejecutar con el cuchillo es un instinto carnicero que Rosas aprovecha para dar a la
muerte formas gauchas, y para cambiar las formas legales de las sociedades cultas por
otras, que él llama americanas.
La montonera es un género singular de guerra, que tiene su antecedente en los pueblos
asiáticos, y sólo puede explicarse en nuestro territorio examinando la organización de la
sociedad de donde procede. Artigas era un baquiano, un caudillo de masas a caballo,
enemigo de la sociedad civil y la ciudad, que continúa reproduciéndose en la figura de
los caudillos argentinos.
La guerra de la revolución argentina ha sido doble:
1º: guerra de las ciudades, iniciada en la cultura europea, contra los españoles, a fin de
dar mayor ensanche a esa cultura (patriotas independentistas influenciados por las ideas
europeas versus realistas españoles).
2º: guerra de los caudillos contra las ciudades, a fin de librarse de la sujeción civil y
luchar contra la civilización. (La guerra de los salvajes de la campaña encabezados por
los caudillos y encarnados en Rosas versus la cultura europea existente en las ciudades)
En primer lugar, las ciudades triunfan contra los españoles (contra la monarquía), pero
en segundo lugar, la campaña vence a las ciudades. He aquí explicado el enigma de la
revolución argentina.
Con el triunfo de estos caudillos de la campaña, toda forma civil desapareció por
completo en el campo y va rumbo a desaparecer en las ciudades. “… se forma al fin el
gobierno central, unitario, despótico del estanciero don Juan Manuel de Rosas, que
clava en la culta Buenos Aires el cuchillo del gaucho y destruye la obra de siglos, la
civilización, las leyes y la libertad”. (Fragmento del final del capítulo III que ilustra esta
idea).
Sin embargo, Buenos Aires es tan poderosa en elementos de civilización europea que
terminará por educar a Rosas, y contener sus instintos sanguinarios y bárbaros. De
hecho, algunas de sus salvajes características ya se han ido moderando con el correr del
tiempo.
Cuatro son las ciudades que ya han sido aniquiladas por los dominios de los caudillos y
Rosas: Santa fe, Santiago del Estero, San Luis y La Rioja. Todas ellas contaban en 1810
con una gran prosperidad económica, intelectual y cultural. Produjeron hombres
eminentes, las luces estaban difundidas. Sin embargo, el proceso de barbarización ha
actuado en ellas para llevarlas a la ruina religiosa, educativa, intelectual, económica y
cultural. Sarmiento comprueba este hecho a través de una “entrevista” que sostiene con
un canónigo de La Rioja. San Juan (la provincia de Sarmiento) se encuentra rumbo a la
destrucción: el nivel educativo allí es paupérrimo, oponiéndose al alto nivel de que
gozaba antes de este proceso.
Conclusión: la ignorancia y la pobreza esperan que las ciudades del interior den la
última boqueada para devorar su presa, para hacerlas campo, estancia. Buenos Aires
puede salvarse porque la civilización europea es tan fuerte allí que las brutalidades del
gobierno no pueden contra ella. “¿Por qué combatimos? Combatimos por volver a las
ciudades su vida propia”.

Segunda parte.

Capítulo I (o Capítulo 5 numerando de corrido)


Infancia y juventud de Juan Facundo Quiroga.
El capítulo se inicia con esta anécdota:
Entre las ciudades de San Luis y San Juan existe un desierto llamado “travesía”.
Facundo, forzado en San Luis a escapar de la justicia por asuntos de cuchillo, se vio en
la necesidad de atravesarlo, solo. En ese momento, un tigre cebado (antropófago)
andaba merodeando por la travesía. Mientras la atravesaba, Facundo escuchó el rugido
del tigre. Se trepó, entonces, a un pequeño algarrobo. El tigre rastreó al gaucho hasta allí
y comenzó a intentar cazarlo. Se quedó durante dos horas con la vista fija en su presa,
con los ojos enrojecidos por la sed de sangre. El gaucho lo miraba tambaleándose desde
la copa, fascinado por la mirada del animal. Sus amigos, rastreándolo sin esperanzas
consiguieron llegar a tiempo y apresaron al tigre, al que luego le dio muerte Facundo.
“Entonces supe lo que era tener miedo”decía Facundo sobre esta anécdota.
A él lo llamaron “El Tigre de los Llanos”. La Frenología ha demostrado la relación que
existe entre la fisonomía de los hombres y algunos animales a quienes se asemejan en
carácter.
Descripción de Facundo: Era de estatura baja y fornido. De espalda ancha y cuello
corto. Su cabeza estaba bien formada, cubierta de un pelo espesísimo, negro y
ensortijado. Su cara estaba hundida en un bosque de pelo, tenía una barba crespa y
negra que subía hasta los pómulos bastante pronunciados para descubrir una voluntad
firme y tenaz.
Sus ojos causaban terror; eran negros, llenos de fuego y estaban sombreados por
pobladas cejas. Facundo no miraba nunca de frente tenía la cabeza siempre inclinada y
miraba por entre las cejas, con el fin de hacerse temible. Su tez era pálida, morena.
La estructura de su cabeza revelaba, bajo esta cubierta selvática, la organización de los
hombres nacidos para mandar. Sin embargo, como había nacido en una sociedad
determinada estos caracteres hubieron de manifestarse de forma sanguinaria, terrible y
malvada.

Facundo era hijo de un sanjuanino de condición humilde, pero que había logrado algo
de dinero con el pastoreo. Fue a la escuela donde aprendió a leer y a escribir. En la
escuela era altivo, huraño y solitario, sólo se mezclaba con sus compañeros para
encabezar actos de rebelión y para golpearlos.
En las fábulas de la niñez se encuentra el germen de los rasgos característicos del
personaje histórico. La memoria de los pueblos está llena de anécdotas sobre Quiroga.
-Le dio una bofetada a su maestro porque éste lo golpeó con una vara, y corrió a
esconderse en una viña en donde estuvo tres días. Este será el caudillo que desafíe más
tarde a toda la sociedad.
-En la pubertad asesina a su primera víctima: Jorge Peña. La primera gota del torrente
de sangre que marcó su paso.
- Trabajaba de peón en Mendoza para una mujer. Ejercía influencia sobre los otros
peones e intercedía por ellos frente a la patrona. Por ello los peones lo llamaban “El
Padre” (Paternalismo político). Al fin de un año pidió su sueldo –sesenta pesos-,
inmediatamente fue a una pulpería y los jugó todos a una carta, los perdió. Al salir de
allí, un juez le pidió su libreta de conchavo y lo dejó tendido de una puñalada . Pasó la
vida adulta oculto, perseguido, jugando, trabajando como peón y distribuyendo
puñaladas.
-Viaja a Buenos Aires y en 1810 se enrola como recluta en las milicias de Ocampo.
Luego en el regimiento de granaderos a caballo. Sin embargo, la vida militar implicaba
disciplina, orden, y él se sentía llamado a mandar, rebelde, quería crearse solo a
despecho de la sociedad civilizada, una carrera asociando el valor y el crimen, el
gobierno y la desorganización. Deserta y vuelve a las provincias, en el camino da
muerte a una partida.
- Facundo vuelve a la casa paterna. Como su padre no quiere prestarle dinero, le prende
fuego al techo. El padre denuncia este acto y él le da una bofetada. Sin embargo, un año
después hacen las paces.
-Resuelve enrolarse en la montonera de Ramírez, vástago de Artigas.
-El gobernador de San Luis lo hace prender y lo manda a la cárcel. Allí, estaban los
prisioneros españoles que habían sido derrotados en Chile. Estos se sublevan y abren las
puertas a los presos comunes para que los ayuden en la fuga. Facundo escapa de allí
asesinando a muchos hombres con un macho de grillos. Él dice haber matado a catorce
personas.
-Tiempo después, Facundo logra sofocar el alzamiento y se reconcilia con la sociedad.
Facundo es el hombre de la naturaleza que no ha aprendido a contener sus pasiones, es
el carácter del género humano en las campañas pastoras de la Argentina. Facundo es la
barbarie primitiva. En sus actos se muestra el hombre bestia, actúa para producir el
terror en su entorno. Ganó el prestigio entre la gente vulgar a costa de suplir patriotismo
y abnegación con terror, valiéndose de su sagacidad y de la credulidad del vulgo.
Algunos consideraban, incluso, que tenía poderes sobrenaturales. Lo que tenía era cierta
superioridad y conocimiento de la naturaleza humana, y se valía de esos medios.
Los hombres cercanos a Facundo comentaban que tenía mucha aversión a los hombres
decentes, que quería aterrar más que infundir miedo solamente, que hacía entender a los
hombres de confianza que era adivino, que trataba a los hombres con quienes tenía
relación como esclavos, que jamás se había confesado, rezado ni oído misa.

Capítulo II.
La Rioja. El comandante de campaña.

La Rioja es una ciudad solitaria, sin arrabales y marchita. Los Llanos son un área
montañosa, quebrada, un oasis de vegetación pastosa. El aspecto de la provincia es
desolado, el clima abrasador, la tierra seca. La Rioja puede compararse a Palestina en su
geografía y en el aspecto patriarcal del campesinado. Por ejemplo: el peón debe proteger
la vida de su patrón. Los campesinos viven primitivamente, conservando su pureza
bárbara y hostil a las ciudades.
Como en la Edad Media, en la ciudad de La Rioja existe la lucha de dos familias
poderosas, señoriales: los Ocampo y los Dávila.
Después del suceso de San Luis, Facundo prestigiado y recomendado por el gobierno se
presenta en los Llanos. Los Ocampo, que estaban en el gobierno, le otorgan el título de
comandante de campaña y de sargento mayor de las milicias. Facundo, que representa el
elemento pastoril, bárbaro, la tercera entidad encabezada por Artigas, se presenta en La
Rioja, llamado por uno de los partidos de la ciudad. Quiroga será el caballo de Troya
dentro de la ciudad.
Mientras es comandante de campaña en Los Llanos, una sublevación en San Juan, hace
que las provincias del Norte se preocupen por sofocarla. Facundo participa de esto y
desoyendo las órdenes precisas que tenía, cae sobre el foco subversivo y los vence. De
esta manera, Quiroga muestra que no espera órdenes de nadie y anuncia su decisión de
tirar abajo el gobierno.
Quiroga toma La Rioja, derrocando la ciudad. La deja a cargo de Dávila. Sin embargo,
éste intenta conjurarse contra él y apresarlo. Facundo derrota la tentativa y asesina a
Araya, el capitán que debía apresarlo.
El gobierno, entonces, lo intima por el asesinato de Araya. Quiroga decide encender la
guerra civil entre la ciudad y los Llanos, entre él y el gobierno. Manda un grupo a la
Junta de Representantes para cumplir con su cometido: declarar depuesto a Dávila.
Las otras provincias deciden intervenir para impedir el enfrentamiento entre el gobierno
y Facundo. Corvalán (el ordenanza de Rosas, que figura en Amalia) es el mediador.
Habla primero con Facundo, quien dice aceptar la paz. Luego con Dávila quien
abandona las armas. En ese momento, Quiroga ataca derrotando fácilmente al gobierno.
Antes de darle muerte a Dávila, éste le abre una herida, que Facundo, como buen
gaucho, siempre ocultará.
Después de la derrota y asesinato de Dávila, Facundo manda el pésame a la viuda y
rinde homenaje al muerto, mostrando algo de nobleza.
Como Quiroga jamás se ha encargado del gobierno organizado, nombra como
gobernador a un español vulgar. De esta forma, Facundo se apodera de su país, las
tradiciones de gobierno desaparecen, las formas se degradan, puesto que el desahogo, la
desocupación y la incuria son los bienes supremos del gaucho.
Enriquecimiento de Quiroga: La mitad del ganado de la provincia le pertenecía. Su
negocio era abastecer de carne el mercado, de forma monopólica, ya que nadie se
atrevía a competir con él.
En un negocio con mercaderes extranjeros, Facundo se presenta en la casa de un
magnate de Buenos Aires con media de seda, calzón de jergón y un poncho de tela ruin.
Quería humillar a los hombres cultos y mostrar su desprecio por los hombres
extranjeros. Ninguno se atrevió a reírse en esta oportunidad.
La pasión de Facundo por el juego abrazó su vida pública. Se aprovechaba de su poder
y temeridad para sacar provecho. Jugaba con fondos ilimitados.
Esta destrucción del orden civil que Facundo logró en La Rioja trajo como consecuencia
la emigración de la población hacia San Juan, los Llanos se encuentran ahora desiertos.

Capítulo III:
Sociabilidad. Córdoba. Buenos Aires (1825).

Facundo posee La Rioja como dueño absoluto. Como no hay letras, no hay opiniones, y
como no hay opiniones, La Rioja es una máquina de guerra.
Estado de las ciudades más importantes del país:
Córdoba: es una de las ciudades más bonitas del continente. Hasta 1829 el espíritu de
Córdoba es monacal y eclesiástico. Si bien la vieja universidad cordobesa tiene un alto
nivel, está casi exclusivamente circunscripta a la teología. El espíritu de córdoba era por
este entonces el de la Edad Media. Córdoba ha sido el asilo de los españoles, por tanto
las ideas revolucionarias de 1810 encontraban escaso asidero en esta provincia. en fin,
es una ciudad española por educación literaria y religiosa, estacionaria y hostil a las
innovaciones.
Buenos Aires: esta ciudad se cree una continuación de Europa, de su espíritu y
tendencias. Buenos aires es una ciudad entera de revolucionarios. En apenas diez años
se efectúa aquí la desespañolización y la europificación. Buenos Aires es todo novedad,
todo revolución y movimiento. Rivadavia, instalado en el gobierno, se trae consigo la
Europa. De esta manera la influencia europea sobre Buenos Aires motoriza el progreso
y edifica las instituciones más importantes del Estado.
Rivadavia nunca derramó sangre, ni destruyó la propiedad. Rosas, en cambio, es un
carnicero y ha consumido el tesoro nacional para sostener la guerra que él mismo ha
encendido. A Rivadavia le queda la gloria de haber representado la civilización europea.
Rosas y Rivadavia son los dos extremos de la República Argentina, que se liga a los
salvajes por la pampa y a la Europa por el Río de la Plata.
Córdoba y Buenos Aires son las dos fases prominentes de los partidos que dividían a
todas las ciudades. Representan dos partidos: conservador y progresista. Mientras
Córdoba se alimenta de España, Buenos Aires lo hace de las ideas más progresistas de
Europa (Rousseau, Montesquieu). Estos partidos concluyeron por llamarse federales y
unitarios. Pero la república Argentina está geográficamente constituida de tal manera,
que ha de ser unitaria siempre, aunque el rótulo de la botella diga lo contrario. El partido
Federal de las ciudades era un eslabón que se ligaba al partido bárbaro de las campañas.
Aquella fuerza bárbara estaba diseminada por toda la República, dividida en provincias.
Se necesitaba una mano poderosa para fundirla y presentarla como un todo único.
Quiroga fue quien prestó la mano.
Características del unitario: el unitario tipo rinde culto a la constitución y a las garantías
individuales. Su religión es el provenir de la República. Se desprende de una generación
razonadora, deductiva, emprendedora. Tiene modales finos, ademanes cultos; viste a la
europea.

Capítulo IV.
Ensayos. Acciones del Tala y del Rincón.

En 1825, el gobierno de Buenos Aires invitó a las provincias a reunirse en un congreso


para dar forma a un gobierno general. Facundo recibió esta invitación con entusiasmo
(algo positivo en Facundo).
El primer ensayo de facundo fuera de los términos de la provincia es la acción del Tala.
En ella, sus hordas se baten con el ejército del general La Madrid. La Madrid era un
hombre de valentía fabulosa, muchas historias sobre su enorme coraje lo rodeaban. Era
una suerte de poeta y arengaba a sus tropas con canciones guerreras. Es el cantor de la
primera parte (cap. II). La Madrid, ansioso por preparar las tropas para la guerra contra
el Brasil derroca a las autoridades tucumanas. Facundo decide invadir Tucumán por
orden del gobierno de Buenos Aires. El gaucho malo sale triunfador del combate y
enarbola en el Tala una bandera: un paño negro con una calavera y huesos cruzados,
símbolo de este espíritu de fuerza pastora, árabe, tártara, que va a destruir las ciudades y
su progreso. La bandera tiene el color rojo, colorado; al igual que lo tendrá la divisa
federal rosista. El color colorado en la bandera se opone al de Argentina y también al
del progreso. El colorado es propio de las banderas de los países salvajes: asiáticos,
africanos; es el color de los caciques, de los dictadores, del absolutismo, del verdugo, de
Artigas. Esto se ve a lo largo de la historia en numerosos casos. Se trata de un color
proscrito por las sociedades cristianas y cultas, cuyas banderas gritan justicia y paz,
mientras que la roja grita violencia, sangre y barbarie. Es importante analizar este punto
porque toda civilización se expresa en trajes, y cada traje indica un sistema de ideas
entero.
La divisa roja de Rosas aparece en 1820 por orden del tirano, y desde ese entonces, a
quien no lleve la cinta colorada se lo reprime, sin importar si es un hombre eminente,
una muchacha o el hijo de una familia rica. Así se impone el terror, merced a la
imposibilidad de diferenciarse entre sí y del gobierno. Este temor con que los gobiernos
bárbaros nos controlan tiene su raíz en que nuestra sangre es herencia de españoles, y
ellos han sufrido durante siglos el poder de la Inquisición.
Ya vencido La Madrid, Facundo se opone al gobierno de Rivadavia. Facundo no era
federal, era el comandante de campaña, el gaucho malo enemigo de la justicia civil, del
orden, del hombre decente, del sabio, del frac, de la ciudad. Su misión es destruir todo
esto, y esa es la razón por la que se opone al gobierno de Rivadavia.
Este gobierno propone la libertad de cultos para atraer inmigración europea y mano de
obra. Entonces, en Córdoba se levanta una inquisición. Facundo, por su parte,
aprovecha la circunstancia y enarbola la bandera: ¡religión o muerte! Con esto gana
cierto apoyo en el interior. Recuerde el lector que Facundo decía ano creer en nada y
que nunca había ido a misa. Además, Facundo será extremadamente violento y
humillante con los sacerdotes que no le son adictos.
El Congreso, finalmente, elabora una Constitución pero es rechazada por todos los
pueblos en que los caudillos tienen influencia.

Capítulo V.
Guerra social. La Tablada.

La presidencia cae. El jefe de la oposición en Buenos Aires es Dorrego, que además


mantiene amistad con las campañas del interior. Dorrego trata de atraerse a los unitarios
a quienes ha vencido. Intenta hacerse de algo de estabilidad para poder controlar la
situación. Sin embargo, tiempo después es muerto por Lavalle.
En el interior, el mapa se modifica. Paz toma Córdoba. Facundo se propone vencerlo en
lo que sería la batalla de la Tablada. Paz era un militar a la europea, un buen hombre, un
militar del progreso. Realmente, venerable. Uno de sus hombres era Navarro, hombre
pequeño, pero muy valiente y gran soldado. Su ejército, organizado como un reloj, se
batió con las hordas de Facundo. En este enfrentamiento gana Paz. El gobierno que
instala en Córdoba, entonces, pertenece a la ciudad, al orden civil, a la civilización.
Córdoba, con los unitarios a la cabeza, hace alianza con las provincias de del Este del
país. Las provincias occidentales, sin embargo, permanecen hostiles.

Capítulo VI.
Guerra social. Oncativo.

Mientras tanto, Quiroga continúa con las matanzas en su provincia. se impone el terror
sobre el ciudadano para que abandone su fortuna; sobre el gaucho para que pelee una
guerra por una causa que ya les ajena. El terror es el medio de gobierno. No obstante,
hay diferencias entre Rosas y Facundo: Rosas expide a la mazorca las órdenes a ejecutar
desde el fondo de su gabinete, tomando mate, para achacar finalmente las muertes al
entusiasmo federal del pueblo; Facundo ejecuta por sí mismo estos actos de violencia.
En 1830 sale con un nuevo ejército hacia Córdoba, reclutado en La Rioja, San Juan,
Mendoza y San Luis (las provincias sobre las que aún domina Facundo). Paz vuelve a
vencer.

Capítulo VII.
Guerra social. Chacón.

Facundo, derrotado, se encamina hacia Buenos a Aires. Ha visto que nada le queda por
hacer en el interior. Gracias a la victoria de Paz sobre Facundo en Oncativo, Córdoba,
Mendoza, San Juan, San Luis, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy quedaban
libres de la dominación de los caudillos. En Buenos Aires, ya dominaba Rosas, quien
con los gauchos que ha aglomerado junto a López vence a Lavalle.
En esta visita que hace Facundo en Buenos Aires (p.220) para presentarse ante el
gobierno de Rosas, Facundo desaparece en el torbellino de la gran ciudad; apenas se oye
hablar de él por su juego; su traje de gaucho llama la atención (el general Mansilla le
pregunta si se cree que está en las provincias). Lleva poncho y una larga barba (fruto de
la promesa que ha hecho de cortársela cuando limpie la macha de La Tablada).
El elemento pastoril en Buenos aires domina, tiene su alianza con el partido federal de
las ciudades. Se prepara una nueva expedición sobre Córdoba.
En esta expedición, que concluye con la batalla de Chacón, pierden Paz y ejército
cordobés, que estaban a punto de lanzarse sobre Buenos Aires.
Facundo, victorioso, toma Mendoza y manda fusilar a los prisioneros unitarios,
traicionando el convenio. Como consecuencia de esta victoria, Mendoza se barbariza y
decae cultural, educativa, social y económicamente.
La resistencia a rosas y su sistema es la defensa de la civilización. El mal que es preciso
remover es el que nace de un gobierno que tiembla ante la presencia de los hombres
pensadores e ilustrados, y que para subsistir necesita alejarlos o matarlos; nace de un
sistema reconcentrado en un solo hombre. Donde no hay libertad de obrar y de pensar,
el espíritu público se extingue
Facundo marcha a San Juan y al entrar a la ciudad custodiada por federales, los manda
encarcelare, ultrajando a sus propios partidarios. Facundo deja de fingirse federal, es el
elemento bárbaro que se presenta en toda su desnudez, y es preciso que todos lo sepan.
Diferencia entre rosas y Facundo: Facundo sólo es cruel cuando la sangre le ha venido a
la cabeza y a los ojos, es impulsivo y pasional; rosas no se enfurece nunca, calcula en la
quietud y en el recogimiento de su gabinete y desde allí salen las órdenes para sus
sicarios.
Capítulo VIII
Guerra social. Ciudadela.

En Tucumán, donde Facundo domina, reina la consternación y la emigración se produce


en masa.
Diferencia entre Rosas y Quiroga: Facundo era bárbaro, avaro y lúbrico, y se entregaba
a sus pasiones. Rosas no tiene más que una pasión o necesidad: la sangre humana y el
despotismo. Sabe usar las palabras y las formas para alcanzar sus deleznables fines.
En Mendoza, Tucumán, Salta y Jujuy quedaba debilitado un gran empuje industrial que
se había desarrollado hasta entonces y quedaba interrumpido por la invasión de
Quiroga. Desde 1825 hasta 1845 la barbarización de estas ciudades y sus campañas se
desarrollará rápidamente.
Rosas se oponía a la libre navegación de los ríos, contento con el puerto de buenos
Aires y la aduana no se cuidaba de desenvolver la civilización y la riqueza en las
distintas regiones del interior. Como el gaucho de la pampa que es mira el agua con
horror. Buenos Aires es ahora el lugar desde donde viene el movimiento barbarizador
impreso por el gaucho de la marca colorada. A esto queda reducido el servicio del
gobierno durante quince años, esta es la única medida de administración nacional, el
único punto de contacto entre amo y siervo: ¡marcar el ganado!

Capítulo IX (o capítulo 13 en la numeración de


corrido)
Barranca Yaco.
Quiroga vence en la batalla de Ciudadela, empujando fuera de la Argentina a los
unitarios. Con ellos el federalismo desaparece. Al mismo tiempo, Rosas ha vencido en
buenos Aires a Lavalle. Quiroga queda sin gobernar ninguna provincia, sin ejército en
armas. Sólo le queda un nombre temido en ocho provincias y armas enterradas en
bosques riojanos. La Rioja es el lugar central de su influencia.
Antes de asumir el gobierno de la provincia de buenos Aires Rosas exige ser investido
de facultades extraordinarias. Si bien se le ofreció resistencia, las obtuvo. Nadie podía
gobernar una provincia y una ciudad desestabilizada por manos misteriosas (rosistas).
Rosas justificó su requerimiento diciendo que para lograr el orden y el control él
necesitaba tener un chicote como el maestro de grado, para que los alumnos lo
respetaran.
Geografía política de la Argentina desde 1822:
Unidad bajo la influencia de Quiroga: Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San
Juan, San Luis, Mendoza. (Región andina).
Federación bajo el pacto de la Liga Litoral: López (tiene Entre Ríos, Santa Fe y
Córdoba); Ferré (Corrientes) y Rosas (Buenos Aires).
Por otro lado, quedaba Ibarra en Santiago del Estero bajo la federación feudal.

La guerra que iban a hacerse las dos fracciones de la república, los dos caudillos que se
disputaban sordamente el mando iba a ser de emboscadas, de lazos y de traiciones. Un
combate mudo en el que se mediría la audacia de uno, y la astucia y trampa del otro.
Esta lucha entre Quiroga y Rosas abraza un período de cinco años aunque no sale a la
luz. Ambos se detestan porque cada uno de ellos siente que del resultado de este juego
terrible dependen su vida y su provenir.

Rosas organiza una expedición al Sur. Una vez finalizada, Facundo marcha a Buenos
Aires y entra en la ciudad sin anunciar su llegada. Esto es un poco una invasión sobre el
centro de poder de su rival, y otro poco, la atracción que el lujo y la civilización han
despertado en Quiroga. Facundo llega a la ciudad poco después de la caída de Balcarce.
La otra visita de Facundo a Buenos Aires: el poder educa. Facundo establecido en la
ciudad, se rodea de hombres notables. Habla con desprecio de Rosas. Se declara unitario
entre los unitarios y la palabra “constitución” no abandona sus labios. Justifica sus actos
de barbarie pasados por la necesidad que tenía de vencer, de sobrevivir. Su conducta es
mesurada, su aire noble. (Aunque no abandona el poncho ni la barba). Por otra parte,
refrena sus impulsos de pelearse a cuchillo, porque es conciente de que hay allí un poder
superior al suyo (no sólo el de su enemigo, sino también el de las instituciones) y que
pueden meterlo en la cárcel. Manda sus hijos a los mejores colegios, ellos visten frac y
levita. Incluso llega a declarar: “los únicos hombres honrados que tiene el país son
Rivadavia y Paz”.
Quiroga, pues, se presenta como una nueva tentativa de organizar la República. Sin
embargo, la falta de hábito de trabajo, la pereza del pastor, la costumbre de esperarlo
todo del terror, lo paralizan y lo entregan maniatado a su rival.

En 1835 surge un conflicto entre los gobiernos de las provincias del Norte que podía
hacer estallar la guerra. Rosas invita a Facundo para que influya y apague las chispas. El
18 de diciembre de 1835, facundo sale de Buenos Aires en misión de paz. Facundo
intuye que algo malo pasa. Ni bien sale de la ciudad y se interna en la campaña, la
galera empieza a tener problemas. Facundo azota al maestro de posta. La brutalidad y el
terror vuelven a aparecer desde que se halla en el campo. Avanza por la pampa y en
cada posta pregunta si un chasque ha pasado antes. Así se entera de que ese vehículo
está adelantado unas horas en relación con el suyo. Facundo apura la marcha. Se
encuentra asustado. Al llegar a córdoba, la gente le habla del peligro inminente que se
suspende sobre su cabeza. Todo Córdoba sabe los detalles del crimen que el gobierno
intenta. La muerte de Quiroga es el asunto de todas las conversaciones. Jamás se ha
premeditado un atentado con más descaro.
Quiroga llega, al fin, a destino y arregla las diferencias entre los gobernadores hostiles.
Se le ofrece una gran escolta para que lo acompañe de regreso y le recomiendan tomar
el camino de Cuyo. Quiroga rechaza esto, quiere desafiar a sus enemigos. Toma el
camino para volver a Córdoba. En el trayecto un niño detiene el chasque en el que van
Quiroga y su secretario, el doctor Ortiz. El niño les dice que en Barranca-Yaco está
apostado Santos Pérez con una partida. Las órdenes son que nadie escape. Facundo
tranquiliza al muchacho y a su secretario, y dice: “No ha nacido todavía el hombre que
ha de matar a Facundo Quiroga”, él piensa que con un grito suyo la partida se pondrá a
sus órdenes y desistirá del intento de asesinato. El orgullo y el terrorismo llevan a
Facundo a desafiar la muerte. Esa noche, mientras su secretario está desvelado por el
temor, Quiroga bebe chocolate y se duerme profundamente. Ortiz lo despierta y le pide
que no se haga matar inútilmente. Facundo lo tranquiliza una vez más.
Llega el día. Lo acompañan el postillón, el secretario, el niño, dos correos y el negro
que va a caballo. En Barranca-Yaco dos balas atraviesan la galera, Quiroga se asoma y
al preguntar “¿Qué significa esto?”, recibe como respuesta un balazo en el ojo que lo
mata. Santos Pérez asesina a todos ante el llanto asustado del niño. Cuando concluye,
pregunta por el infante. Un sargento le dice que es su sobrino. Santos Pérez mata al
sargento y degüella al niño. Esta muerte será la única que martirizará a santos Pérez
hasta que muera.
Descripción de Santos Pérez: es un gaucho malo de la campaña de Córdoba, un vicioso
y un asesino. Era alto, hermoso de cara, de color pálido y barba negra y rizada. Siempre
fue perseguido por al policía. Al final, lo cogieron en Córdoba por una venganza
femenil. El día que entró en Buenos Aires una enorme muchedumbre gritaba: ¡muera
Santos Pérez!. Al bajar del carro que lo conducía al patíbulo, él gritó: ¡Muera el tirano!
El gobierno de Buenos Aires (Rosas) dio un apartado solemne a los asesinos de Juan
Facundo Quiroga. Se expuso la galera ensangrentada y distribuyó el retrato de Quiroga.
Es necesario que la historia imparcial señale con su dedo al instigador de los asesinos.

Tercera parte
Capítulo I. Gobierno Unitario.

Facundo Quiroga constituye el núcleo de la guerra civil argentina. El asesinato de


Facundo es, pues, un acto oficial, preparado con anticipación y llevado a cabo como una
medida de estado.
Quiroga muere el 18 de febrero de 1935, la noticia llega a BS AS el 24. en marzo ya
estaban echadas las bases del gobierno de Rosas. Sabemos que Rosas exige para
gobernar la provincia la suma del poder público. Esto significa: tradiciones, costumbres,
formas, garantías, leyes, cultos, ideas, conciencia, vida, haciendo, preocupaciones. Todo
eso es lo que pasa a las manos omnipotentes de Rosas.
Sarmiento admite que nunca hubo un gobierno más popular, más deseado, ni más
sostenido por la opinión como este.
Hay un momento fatal en la historia de todos los pueblos: cuando los partidos están
cansados de luchar y piden el reposo, aun a expensas de la libertad. Es el momento en
que se alzan los tiranos.
Rosas recibe el gobierno en abril. En esa ceremonia se presenta de casaca de general
desabotonada y chaleco amarillo. Se retira en un coche colorado. Rosas, que recibe el
Estado como una tabla rasa. Crea la Sociedad Popular. En una proclama afirma: “el que
no está conmigo es mi enemigo”. Finalmente, se desprende la Mazorca. La cinta
colorada, que todo argentino debe exhibir, es la materialización del terror. Realiza un
censo de opiniones para conocer quiénes simpatizan con la causa y quiénes se oponen.
El modo de ejecución del fusilamiento queda sustituido por el degüello. El cuchillo pasa
a ser el instrumento de justicia.
La práctica, administración y gobierno del país por parte de Rosas tienen su raíz en la
lógica de la estancia de ganados: la fiesta de parroquia es la hierra de ganado; la cinta
colorada, la marca de ganado; el degüello a cuchillo de opositores, el de las reses
carneadas; la prisión es la doma, junto con la mazorca. Es así como Rosas doma al
pueblo argentino. Además, su lógica de gobierno se desprende de la Inquisición.
Al asumir el gobierno, Rosas achaca la muerte de Facundo a los impíos unitarios y jura
castigarlos duramente. Sin embargo, Quiroga no es el único caudillo que muere. Con el
correr del tiempo irán muriendo cada uno de los caudillos que tienen influencia en el
interior y podrían representarle un desafío a su poder. Rosas se eleva por encima de los
gobiernos provinciales, los que deben dar cuenta de todas sus actividades. Suprime el
servicio de correos y sólo él puede mandar mensajes a las provincias. Crea un gran
ejército, el cual servía para mantener a la República bajo su control y obediencia. Rosas
se gana el apoyo de las poblaciones de raza negra, con quien se relaciona a través de su
hija Manuela. Estos funcionan como espías en las distintas familias.
Deroga todas las leyes existentes a partir de 1810. La suma del poder público se la hace
extensiva a toda la Argentina.
Rosas se encuentra con que necesita salir de los límites de su estado para ostentar
afuera, para exhibir a la luz la obra que ha hecho. Tiene una idea en mente: reconstruir
el antiguo Virreinato. Ejerce un bloqueo económico antieuropeo, especialmente contra
Francia. Se declara defensor de la independencia americana. De esta manera se
manifiesta el sentimiento llamado americanismo.

Capítulo II.
Presente y porvenir.

La población de BS AS durante la tiranía de Rosas se escapa y se reúne en Montevideo.


Esta oposición no se conforma sólo de unitarios, hay también federales, intelectuales, ex
rosistas y una nueva generación, fruto de la educación, que se cría viendo los primeros
signos de barbarie rosista (por ejemplo algunos intelectuales brillantes del Salón
Literario). A estos elementos hay que sumarle el elemento francés que se une contra el
tirano.
Rosas, en realidad, no gobierna, en el sentido oficial del la palabra. Se pasa meses
encerrado en su casa. Desde allí dirige la guerra y sobre todo el espionaje y la Mazorca.
Su administración se reduce casi a realizar todo lo que pueda perjudicar a sus enemigos.
Si bien Rosas se reivindica americanista, con su guerra ha terminado por exterminar a
los argentinos. Ahora los trabajadores son en su mayoría europeos pobres. La población
argentina desaparece y la extranjera ocupa su lugar en medio de los gritos de la
Mazorca.
El estanciero déspota ha logrado la fama mundial a la que aspiraba, pero en la miseria.
Todos los países civilizados, hoy, lo critican. De parte de toda la prensa internacional
recibe punzadas.
Todo lo expuesto hasta aquí acerca de la lucha actual en la República Argentina lo es
sólo de civilización y barbarie.
Sarmiento preanuncia la inminente caída de Rosas (se producirá ocho años después).
En fin, la idea de los unitarios está realizada, sólo está demás el tirano. El día en que un
buen gobierno se establezca hallará las resistencias locales vencidas, y todo dispuesto
para la unión.
Programa de gobierno que delinea Sarmiento (lo hace oponiendo lo que Rosas ha hecho
y lo que el nuevo gobierno hará):
Él no ha tomado medidas para favorecer el comercio interior y la industria naciente. El
nuevo gobierno se consagrará a reestablecer los correos y a asegurar los caminos.
El nuevo gobierno situará el ejército permanentemente al Sur y asegurará territorios
para que a través de asentar allí colonias, el día de mañana nazcan y se desarrollen
nuevas ciudades.
El nuevo gobierno promoverá la inmigración extranjera y la distribuirá en el territorio
argentino para explotar sus recursos.
El nuevo gobierno promoverá la navegación fluvial, de modo que las riquezas del
interior de nuestro continente sean explotadas.
El puerto será declarado propiedad nacional.
El nuevo gobierno organizará la educación pública. Además extenderá el beneficio de la
prensa por toda la república.
El nuevo gobierno se rodeará de los grandes hombres que posee la República.
El nuevo gobierno reestablecerá las formas representativas y asegurará la propiedad
privada.
El nuevo gobierno hará de la justicia el método para corregir los delitos públicos.
El nuevo gobierno incentivará los cultivos y actividades agropecuarias en cada región
conforme con las características de cada una de ellas.
El nuevo gobierno dará al culto, a la religión, la dignidad que le corresponde.
El nuevo gobierno respetará las opiniones diversas.
El nuevo gobierno será amigo de los poderes europeos y establecerá la tranquilidad en
el interior y en el exterior.
Dadas estas bases (fundadas en la seguridad de la vida y de la propiedad), la forma de
gobierno y la organización política del Estado la darán el tiempo, los acontecimientos,
las circunstancias. La constitución de la República se hará por sí sola, tan grande es su
necesidad.
Con este programa, Sarmiento no sólo propone un proyecto de país a contrapelo de la
administración rosista, sino que además intenta dar soluciones para las problemáticas
que según él posee nuestro país y son descriptas al comienzo del libro. Por otra parte, se
ve en su programa el intento de ganar la adhesión de distintos sectores a través de
proponer reivindicaciones que favorecen a dichos sectores (un ejemplo claro es el de la
religión). Además, es notoria la importancia que Sarmiento da al establecimiento y
desarrollo de las ciudades en todo su programa, como forma de alcanzar la civilización
No creo imposible que a la caída de Rosas suceda inmediatamente el orden. La
Argentina tiene tanta riqueza que explotar, tanta novedad con que atraer a los espíritus,
que a la caída de Rosas, al nuevo gobierno no le será difícil garantizar un orden con que
construir el porvenir. El elemento principal de orden y moralización con que contamos
es la inmigración europea (El modelo de prosperidad a corto plazo que Sarmiento utiliza
la mayor parte de las veces es el de EEUU, que en pocos años pasó de ser un territorio
de salvajes a un país próspero).
La lucha de las campañas contra las ciudades se ha acabado. El odio a Rosas ha reunido
a múltiples elementos. Sarmiento confía en el regreso del manco Paz, que parece
destinado desde lo alto a vengar la República, la humanidad y la justicia.

Apéndice.
En este apartado, Sarmiento transcribe tres proclamas de Facundo Quiroga para
documentar las ideas y opiniones que ha expuesto a lo largo de la obra. En ellas,
abundan la exageración y ostentación del propio valor. Se hace obvia la intención de
aterrar a quien la lea o la escuche. Se ve la incorrección del lenguaje y la incoherencia
de las ideas. Esto muestra un alma ruda, con ideas confusas y embrionarias. En fin, son
una prueba objetiva (en tanto son documentos) de la barbarie propia de este elemento
campesino, gaucho, representado por Facundo.

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