Neonatologia
Neonatologia
Neonatologia
A
FACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS
PRESENTADO POR:
DANIELA DÍAZ HERRERA
TUTOR:
MARCO LEAL GARCÍA
MEDICINA VETERINARIA
BOGOTÁ D.C JUNIO 16 DEL AÑO 2020
ÍNDICE DE CONTENIDO
Introducción…………………………………………………………………….. 3
1. Reconocimiento de los recién nacidos más débiles de la camada……………… 5
1.1 Sistema de puntuación APGAR………………………………………... 5
1.2 Reflejos de viabilidad neonatal………………………………………… 7
1.3 Importancia del peso en el neonato canino…………………………...... 8
2. Alteraciones clínicas relacionadas con la inmadurez fisiológica
y física del neonato…………………………………………………………….. 9
3. Principales síndromes y patologías causantes del desvanecimiento
neonatal………………………………………………………………………… 12
3.1 Anoxia e hipoxia……………………………………………………….. 12
3.2 Síndrome de leche tóxica………………………………………………. 14
3.3 Septicemia neonatal……………………………………………………. 14
3.4 Enfermedad hemorrágica del neonato …….………………………….... 15
4. Conclusiones.………………………………………………………………….... 16
5. Referencias.................................................................................................................... 17
ÍNDICE DE TABLAS
1. Tabla N° 1
Sistema APGAR modificado………………………………………………… pág. 5
2. Tabla N° 2
Reflejos de viabilidad neonatal……………………………………………….. pág. 7
INTRODUCCIÓN
En medicina veterinaria un canino recién nacido se considera un neonato hasta las dos
primeras semanas de edad y el periodo perinatal comprende las primeras 24 horas de vida
(Ogbu et al., 2016), ciertamente resulta un desafío para el médico veterinario abordar estos
pequeños pacientes en donde la toma de decisiones de manera rápida y acertada puede ser la
diferencia entre la vida y la muerte, por esta razón es fundamental el reconocimiento de los
recién nacidos que necesitan asistencia médica (Wilson y Memon, 2011).
Actualmente se define la viabilidad neonatal como el potencial del neonato para sobrevivir
fuera del útero después del nacimiento (Veronesi, 2016), el sistema APGAR es un método
sencillo que puede ser usado para la evaluación rutinaria del neonato y es una herramienta
efectiva para identificar a los recién nacidos más débiles (Groppetti et al., 2010), junto con
este examen debe ser indispensable la evaluación de los reflejos neonatales y el control diario
de peso corporal debido a que son asociados significativamente con la mortalidad en esta
etapa de vida (Tesi et al., 2020).
Además de esto, es necesario recordar que el recién nacido es caracterizado por su inmadurez
fisiológica, inmunológica y física, y que conocer estas diferencias pueden ayudar a facilitar
la adaptación del recién nacido al nuevo entorno y a manejar exitosamente urgencias
neonatales (Angulo, 2011).
Un ejemplo de esto es un proceso bradicárdico que en contraste con los caninos adultos en
un neonato no está mediado por el nervio vago (Laurenço y Machado, 2013), sus principales
causas son la hipotermia e hipoxia en un intento por reducir la demanda metabólica (Wilson
y Memon, 2011), y que para su resolución solo hace falta controlar la temperatura o la
administración correcta de oxígeno, estas maniobras resolverán a menudo los problemas
circulatorios, evento que no sucedería de igual manera en un animal adulto donde muchas
veces se requiere ayuda farmacológica (Cavanagh, 2017).
Así como este proceso fisiológico, se desarrollan más puntos críticos del neonato como lo
son inmadurez renal y hepática, termorregulación, equilibrio hidroelectrolítico, entre otros;
los cuales son las principales causas de mortalidad descritas en neonatología canina, debido
a que son estas características las que generan la descompensación de un neonato de manera
mucho más rápida llevándolo a la muerte en cuestión de horas (Xaver y Bezerra, 2010).
3
2013), y que en el caso de los neonatos caninos es un gran indicador de estrés fetal y neonatal
producido al momento de nacer (Castagnetti et al., 2017), en donde niveles excesivos se
relacionan con el uso de vías de oxigenación secundarias, lo que proporciona una predicción
de mortalidad neonatal dentro de las 48h posteriores al nacimiento (Groppetti et al., 2010).
Finalmente, una vez abordado teóricamente la correcta evaluación del neonato y puntos
críticos en su inmadurez física y fisiológica se recopila información solo sobre patologías
implicadas en el desvanecimiento neonatal además de terapéuticas más actualizadas que
permitan la supervivencia del paciente en periodos críticos.
4
1. RECONOCIMIENTO DE LOS NEONATOS MÁS DÉBILES DE LA
CAMADA
Virginia Apgar, pediatra y anestesista fue quien desarrollo este sistema de puntuación en el
año 1952, y desde entonces ha sido usado con éxito en medicina humana como examen
rutinario en los recién nacidos, logrando contrarrestar de manera relevante la tasa de
mortalidad infantil. Eventualmente en el 2009 Veronesi y sus coautores lograron adaptar
satisfactoriamente el test para su uso en medicina veterinaria (Tabla 1), modificando solo
algunos de los criterios de acuerdo con la fisiología neonatal canina (Arús et al., 2013).
Veronesi, M.C. et al. An Apgar scoring system for routine assessment of newborn puppy viability and
short – term survival prognosis. Theriogenology, 2009; 72: 401 – 407.
5
El test debe ser realizado a los cinco minutos posteriores al nacimiento, tiempo determinado
en donde el neonato ya ha superado el estrés natural del nacimiento, y se repite minutos más
tarde en aquellos neonatos con puntuaciones bajas, se considera pertinente realizar la
evaluacion de todos los neonatos sesenta minutos postnacimiento (Batista et al., 2014).
Veronesi relaciona la claridad de la vocalización del neonato con la frecuencia respiratoria,
evaluando así el esfuerzo respiratorio. Años posteriores algunos autores deciden evaluar estas
vocalizaciones de manera individual (Batista et al., 2014; Groppetti et al., 2010), sin
embargo, estos estudios revelan que la evaluación por separado de la vocalización con la
frecuencia respiratoria no influye en los resultados más acertados de pronóstico de vida a
corto plazo, por el contrario reafirman la efectividad del Apgar modificado de Veronesi.
6
1.2 REFLEJOS DE VIABILIDAD NEONATAL
El periodo de lactancia es de vital importancia para el fortalecimiento de los cachorros y más
aún en el recién nacido, por lo tanto evaluar y clasificar la capacidad de los neonatos para
amamantarse es muy importante para garantizar la correcta ingesta del calostro que le
proporcionarán los anticuerpos maternos y posteriormente la ingesta adecuada de leche
materna que les permitirá un desarrollo físico y nutricional (Ramírez et al., 2018).
Por este motivo, actualmente los reflejos neonatales (Tabla 2) deben ser parte esencial del
examen general, puesto que su ausencia indica que el neonato no será capaz de alimentarse
por sí solo y muy seguramente entrará en una etapa crítica de desvanecimiento, aumentando
la posibilidad de muerte (Mila et al., 2015).
Los siguientes reflejos garantizan la lactancia materna, por lo tanto, son indispensables para
la supervivencia del recién nacido; inicialmente el reflejo de succión se evalúa colocando los
labios en contacto con un objeto que pueda recordar el pezón, desaparece a los 21 días de
edad. El reflejo de enraizamiento le permite al recién nacido localizar las glándulas mamarias
para alimentarse, el neonato empuja con su hocico cuando es estimulado por contacto
alrededor de este, suele desaparecer a los 15 días de edad con la apertura de los ojos, y por
último, el reflejo de corrección en donde el cachorro recupera con rapidez su posición si se
lo pone de espaldas sobre una toalla (Gardilin et al., 2015; Nobre et al., 2020).
Tabla 2
Reflejos de viabilidad neonatal
Gardilin, F. et al. Topics in the Routine Assessment of Newborn Puppy Viability. Topics in
Companion Animal Medicine, 2015; 30 ; 16 – 21
7
Inicialmente una puntuación baja es observada en situaciones de hipoxia fetal (Nobre et al.,
2020); si el cachorro no mejora su puntaje después de brindar una correcta ventilación u
oxigenación es necesario para el médico veterinario garantizar el consumo de leche durante
aproximadamente 15 días en donde la apertura de los ojos ayudará al neonato a orientarse
mejor (Angulo, 2011).
En medicina humana la ausencia de succión y de enraizamiento se relaciona con inmadurez
del lactante, así como con la falta de habilidad para coordinar la respiración con la succión y
la deglución; se contempla que son comportamientos reflejos que pueden modificarse y aun
intensificarse con las referencias aprendidas (Aguilar et al., 2018); por este motivo, realizan
maniobras de rehabilitación, las cuales pueden ser una alternativa en neonatología canina
para evitar la colocación de sondas.
8
Los pesos de los neonatos deben ser registrados una o dos veces al día, preferiblemente a la
misma hora, con el fin de detectar de inmediato cualquier señal de advertencia que pueda
indicar enfermedad; durante las primeras 24 horas post nacimiento pueden llegar a perder
casi hasta un 10 % de su peso, debido a la evaporación de su agua corporal, está perdida debe
ser recuperada en las siguientes 48 horas de vida y deberán empezar a ganar peso de manera
constante de ahí en adelante (Wilson y Memon, 2011).
Los neonatos aumentan una media del 5-10% de su peso a diario lo que refiere de 2-3 g por
kg de peso adulto, en esta etapa los cachorros nunca deberán perder peso y no deben dejar de
crecer por más de un día, y entre los 10 y 14 días debe pesar el doble del peso con el que
nació, si esto no sucede puede orientarnos hacia la existencia de una patología (Mugnier et
al., 2019; Arús, 2013).
.
Los cachorros recién nacidos dependen principalmente de los cuidados de su madre para
sobrevivir las primeras semanas, son particularmente vulnerables debido a características
fisiológicas que los anteponen a riesgos que los cachorros de más edad no enfrentan, es por
esto que se debe entender los cambios fisiológicos durante esta fase, para facilitar la
adaptación del recién nacido al nuevo entorno (Laredo, 2009).
Para iniciar, es importante tener en cuenta que los cachorros son extremadamente
susceptibles de padecer hipoglucemia, debido a que poseen una alta tasa metabólica, existe
glucosuria de manera normal las primeras semanas y presentan inmadurez hepática, la cual
no solo los limita al momento de metabolizar los medicamentos, sino que también representa
limitadas reservas de glucógeno hepático y ante un estado de hipoglicemia una
gluconeogénesis insuficiente (Grundy, 2016; Münnich y Küchenmeister, 2014).
Generalmente pasadas doce horas del nacimiento el recién nacido depende de la ingesta
nutricional para mantener valores normales en sangre, ya que la mayoría del glucógeno
hepático se ha sometido a glucogenólisis, estas reservas pueden ser bajas al nacer debido a la
desnutrición intrauterina asociada con gestación múltiple excesiva o con la desnutrición
materna, lo que termina resultando en un rápido agotamiento de la reserva hepática de
glucógeno y desarrollo de hipoglucemia para el segundo día (Ogbu et al., 2016; Laurenço y
Machado, 2013).
De acuerdo con lo anterior es fundamental monitorear la alimentación de los cachorros en la
primera noche; además, evaluar la concentración de glucosa en el primer día de vida se asocia
9
significativamente con el riesgo de mortalidad, 92 mg/dl es un resultado óptimo, por lo cual
la obtención de valores por debajo de este podrían suponer que conllevan al agotamiento
rápido de la reserva hepática como lo es mencionado anteriormente (Mila et al., 2017).
La vía de administración del aporte calórico dependerá del estado del paciente y del grado de
hipoglucemia. Si es necesario la administración de sustitutos de leche materna, hay que tener
en cuenta que la capacidad estomacal de un neonato es de aproximadamente 50 ml/kg,
evitando usar la capacitad total del estómago para prevenir una neumonía por aspiración
(Wilson y Memon, 2011). La mucosa oral también puede reabsorber la solución de glucosa
fácilmente y algunas gotas aplicadas a las encías aumentarán la concentración de glucosa en
suero (Münnich y Küchenmeister, 2014).
Para estados más graves se reporta eficaz el uso de una solución de dextrosa al 50% diluida
1: 3 en agua estéril para obtener una solución de dextrosa al 12,5%, se puede administrar 1 a
3 ml de esta solución por vía intravenosa o intraósea, reevaluando los valores de la glucosa
posteriormente (Lee y Cohn, 2017). Cabe mencionar que cualquier solución indiferentemente
de la vía de administración debe ser previamente llevada a una temperatura de 35 °C para
evitar enfriamiento en el neonato (Münnich y Küchenmeister, 2014).
Otro factor crítico para la supervivencia neonatal es la deshidratación; uno de los puntos a
evaluar en el sistema APGAR es el aspecto de las mucosas, en donde se clasifican según su
color, pero es importante también apreciar la humedad de estas para identificar si el neonato
presenta deshidratación, unas mucosas secas junto con anuria representan una deshidratación
aproximada del 10 %, no se recomienda la turgencia cutánea para su evaluación a causa del
mayor contenido de agua y a la menor cantidad de contenido graso en la piel (Arús et al.,
2013).
Claramente los neonatos son más propensos a deshidratarse rápidamente debido a tres
factores, primero, su piel es mucho más permeable y tienen un mayor compartimiento de
agua extracelular, el 82 % del peso corporal del neonato es agua y ante una humedad
ambiental baja (<35%) se evapora rápidamente, segundo, dependen exclusivamente de la
leche materna para este aporte hídroelectrolitico, y tercero la función y morfología renal son
inmaduras (Indebro et al., 2007).
En el riñón neonatal la nefrogénesis es completa hasta la tercera semana de edad (Vanucchi
y Azevedo 2017). Debido a que la resistencia periférica en el neonato es más baja que en el
adulto y la presión arterial es mantenida solo por la frecuencia cardiaca alta, el flujo
sanguíneo renal es bajo, disminuyendo la tasa de filtración glomerular, además, la inmadurez
de los túbulos proximales conlleva a menor reabsorción de aminoácidos, fosfatos y glucosa
junto con incapacidad para concentrar orina (Grundy, 2006) esto se resume básicamente en
una eliminación lenta de líquidos, aumento en la perdida de solutos, e incapacidad para
conservar líquidos; es muy importante también tener en cuenta estas características para
evitar una sobrehidratación iatrogénica (Indebro et al., 2007).
10
Los pacientes neonatales con deshidratación severa corren el riesgo de llegar rápidamente a
un shock hipovolémico, el cual es producido a medida que el líquido se extrae del espacio
intravascular hacia los tejidos intersticiales e intracelulares, esto sucede rápidamente debido
a sus mayores necesidades de agua corporal (Lee y Cohn, 2017).
Los requisitos de mantenimiento de fluidos para cachorros neonatales son de
aproximadamente 8 a 12 ml/100 g, algunas referencias sugieren hasta 20ml/100 g (Vanucchi
y Azevedo, 2017) aunque manejar como mantenimiento una tasa tan alta en neonatos ya
estables sin perdidas de líquido podría ser muy agresivo, por seguridad se debe manejar una
fluidoterapia por metas y reevaluar el estado de deshidratación después de cada bolo
(Laurenço y Machado, 2013).
Solo la vía intravenosa y la vía intraósea son aceptadas para corregir de manera eficaz la
deshidratación en momentos de urgencia. En cuanto al cristaloide adecuado a manejar aún
está en discusión, algunos reportan que el uso de lactato puede ser perjudicial debido la baja
capacidad del neonato para metabolizarlo, mientras que otros autores aseguran que a
diferencia de los adultos en el neonato se ha demostrado que el lactato es usado como fuente
de energía por el cerebro, por ende la solución de Ringer lactato es preferida (Lee y Cohn,
2017).
Finalmente, otro factor de riesgo ligado a la fisiología neonatal es el calor; el recién nacido
presenta una poiquilotermia parcial y su temperatura corporal está directamente relacionada
con la temperatura del medio ambiente, debido a que aún no cuentan con el control
hipotalámico necesario, como consecuencia hay ausencia de respuestas fisiológicas que
permiten el control de la temperatura, como lo son el reflejo de temblor y vasoconstricción
periférica que están ausentes hasta el sexto u octavo día de vida (Somoza y Cusatti, 2019).
Además, cuentan con una superficie corporal relativamente grande de piel no cornificada,
más la falta de grasa aislante lo cual promueve la pérdida rápida de calor por conducción,
convección, radiación, y evaporación (Xaver y Bezerra, 2010).
11
Ya que para el recién nacido es tan complicado mantener la temperatura adecuada, debe ser
una prioridad para el médico veterinario y un paso importante en la
atención primaria, dado que la frecuencia respiratoria disminuye progresivamente con el
descenso de la temperatura corporal, favoreciendo la hipoxia tisular y en consecuencia
acidosis metabólica compensatoria. Finalmente, la hipoxia miocárdica ocasiona bradicardia
resultando en colapso vascular que con frecuencia es la vía común final para la muerte en el
neonato (Vanucchi y Azevedo, 2017).
La frecuencia cardíaca a menudo se normaliza después de la reanimación respiratoria
(Wilson y Memon, 2011). Si la bradicardia persiste, están indicadas las compresiones
torácicas y la ventilación continua, en dado caso que las compresiones no logren una
frecuencia cardíaca y pulso adecuados, se debe administrar epinefrina (0,1 – 0.3 mg/kg);
debido a la inmadurez del nervio vago hasta las dos semanas de edad está contraindicado el
uso de atropina (Cavanagh, 2017).
La hipoglucemia, la deshidratación y la hipotermia son un ciclo potencialmente fatal que se
asocian al Síndrome del Cachorro Debilitado y dan lugar a una mala respuesta del neonato a
otras patologías asociadas como pueden ser, infecciones bacterianas, parasitosis o
infecciones víricas (Angulo, 2012).
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vitalidad de los cachorros en donde esta acción permite que la sangre residual de la placenta
fluya hacia el neonato (Nobre et al., 2020). La intensidad de la primera inspiración durante
el parto es de vital importancia como estímulo liberador del surfactante pulmonar que
impedirá la atelectasia, no todos los alvéolos se insuflan durante esta inspiración,
posteriormente con cada inhalación la sustancia tensioactiva se distribuye por toda la
superficie pulmonar, de acuerdo con esta relación entre más intensa sea la primera
inspiración, menor serán los alvéolos pulmonares que permanezcan colapsados o no
funcionales (Lee y Cohn, 2017), es por esto que toda acción que impida o restrinja la
inspiración como partos lentos y/o aspiración de líquidos fetales derivarán en posible hipoxia
o anoxia neonatal.
El neonato con esta patología presenta aumento de frecuencia respiratoria superando a 40rpm
y disminución de la frecuencia cardiaca a 80 – 100lpm, finalmente existe dificultad
respiratoria, apnea y cianosis (Dumon et al., 2019).
Con el fin de brindar tratamiento se debe realizar limpieza de las vías aéreas mediante un
succionador en la zona faríngea y laríngea, las estimulaciones táctiles y térmicas de las
regiones genitales o umbilicales inducen el reflejo respiratorio en los primeros tres días
después del nacimiento (Grundy, 2006; Laurenço y Machado, 2013). Otra manera para
estimular la respiración en un neonato con apnea es colocar una aguja de calibre 25 en el
punto de acupuntura Chung Renzhong o Jen en el filtrum nasal, una vez que la aguja hace
contacto con el hueso subyacente girarla en sentido horario (Cavanagh, 2017).
Al lograr que la inspiración retorne nuevamente se debe proporcionar oxigeno con mascara
en decúbito esternal, con una inclinación de la cabeza hacia abajo preferiblemente en una
incubadora para evitar la hipotermia (Cavanagh, 2017).
Antes de los 4 días de edad, la anoxia (10 min) acaba en una bradicardia profunda y una
marcada hipotensión (presión sistólica de 23mmHg), sorprendentemente no ocurre fallo
circulatorio a esas presiones sistólicas tan bajas y los neonatos pueden ser reanimados; en los
cachorros de hasta cuatro meses de edad, el hecho de que no se escuchen los latidos del
corazón no es sinónimo de muerte, sino de una disminución significativa de la presión arterial
(Grundy, 2006).
El uso de Doxapram como estimulante respiratorio tiene una utilidad incierta en medicina
veterinaria, pero se reportan dosis de 0.1 ml con una concentración de 20 mg/ml administrado
de manera intravenosa o de manera sublingual (Wilson y Memon, 2011).
Medir la concentración de lactato en sangre al nacer y eventualmente después de cuidados
críticos neonatales, podría proporcionar un parámetro válido para verificar la efectividad de
la terapia de reanimación, siendo un marcador útil de hipoperfusión e hipoxia tisular (Sharkey
y Wellman, 2013), en este caso un gran indicador de dificultad respiratoria fetal y neonatal
(Castagnetti et al., 2017), en donde niveles excesivos se relacionan con el uso de vías de
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oxigenación secundarias, ocasionando que los ácidos se acumulen y se genere una acidosis
metabólica (Groppetti et al., 2010).
El lactato sérico en perros adultos sanos es de 0.3 a 2.5 mmol / L, es importante mencionar
que los cachorros tienen concentraciones de lactato más altas pero disminuyen entre los 2 o
3 meses de edad arrojando resultados de perros adultos (Sharkey y Wellman, 2013). Goppetti
y sus coautores (2010) determinaron 5 mmol / L como la concentración de corte que permite
distinguir entre cachorros sanos y con hipoxia neonatal (Groppetti et al., 2010).
14
El neonato canino está particularmente expuesto a estas toxinas adquiridas en la leche
materna debido a que su pH gástrico es de 3 y aun no es lo suficientemente ácido para ejercer
acción protectora contra microorganismos exógenos y sus toxinas (Rodríguez y Alfaro,
2010), las cuales generan en el cachorro distención abdominal, diarrea y presencia de gases,
adicionalmente, el signo clínico característico es una variación en el color del ano donde se
torna de un tono violeta y edematoso. Además, se presenta hipotermia que conlleva a la
pérdida del reflejo de succión desencadenando el ciclo fatal del neonato mencionado
anteriormente (Angulo, 2011).
En estos casos, se recomienda manejo de fluidoterapia preferiblemente por vía intravenosa o
intraósea, tratando de evitar el manejo de la vía oral para reconstitución de líquidos. De ser
necesario complementar con terapia antimicrobiana manejada en septicemia neonatal (Arús
et al., 2013). Es importante realizar alimentación artificial hasta solucionar eficazmente la
infección en la madre con el fin de que el cachorro no pierda su desarrollo nutricional, En
casos extremos se desarrolla sepsis, debido a que los microorganismos presentes en la leche
materna provocan infecciones generalizadas graves (Dumon et al., 2019).
Es importante mencionar que es una patología con muy pocos reportes e investigaciones
científicas en neonatología canina, actualmente no se encuentra información profunda
relacionada con el tema.
15
4. CONCLUSIONES
El sistema APGAR es un método sencillo que puede ser usado para la evaluación
rutinaria del neonato y es una herramienta efectiva para identificar a los recién
nacidos más débiles, este es una herramienta fácil para evaluar la condición general
y sin esta primera inspección probablemente se pasarían por alto cachorros que a
simple vista se ven saludables pero que necesitan monitoreo y asistencia médica
veterinaria.
Los reflejos de viabilidad neonatal garantizan la lactancia materna, por lo tanto, son
indispensables para la supervivencia del recién nacido.
La hipoglucemia, la deshidratación y la hipotermia son un ciclo potencialmente fatal
que se asocian al Síndrome del Cachorro Debilitado y dan lugar a una mala respuesta
del neonato a otras patologías.
Los síntomas más representativos de que un neonato puede estar enfermo son el llanto
continuo por más de 20 minutos, ausencia del reflejo de succión, bradicardia,
disminución del peso corporal y la ausencia de tono muscular.
Los neonatos con estos síntomas son rechazados por la madre los cuales dependen de
sus cuidados para sobrevivir las primeras semanas, esto los conllevará a la muerte.
16
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