2012 Tema 3 Básico de Fotografía La Exposicion I

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 9

TEMA 3. LA EXPOSICIÓN I: VELOCIDAD, DIAFRAGMA, SENSIBILIDAD.

LA EXPOSICIÓN.

Ya hemos estado viendo la importancia de conocer la luz, y como aprender a estudiarla y manejarla
a nuestro favor, independientemente de la cámara que usemos.
Ahora vamos a por el siguiente paso: entender cómo esa luz entra en nuestra cámara. Y eso es
precisamente la exposición:

La cantidad de luz que entra en nuestra cámara e incide sobre el sensor.

En las cámaras completamente automáticas, la cámara decide los parámetros. Una réflex, bridge o
sin espejo en automático, también. Esto lo hacen a través de un fotómetro (o exposímetro -forma
mas correcta de llamarlo-), un aparato que mide la luz, y con ello decide la exposición. Pero con estas
últimas podemos controlar los parámetros nosotros para que la exposición sea totalmente cosa
nuestra.

También existen una serie de modos “creativos” en algunas cámaras (paisaje, retrato, nocturno,
deporte…) y al seleccionarlos, le indicamos a la cámara que parámetros debe priorizar. No es
necesario conocerlos usando estos modos, pero si los conocemos, entenderemos un poco mejor que
está haciendo nuestra cámara. Y también qué es lo que hace cuando dispara en automático. Aunque
tengamos una cámara en la que no podemos modificar los parámetros, conocerlos nos ayuda a saber
qué está haciendo nuestra cámara, y por tanto mejorar nuestras fotos al entender la relación entre la
luz y la exposición.

La correcta exposición de una fotografía es el primer paso para lograr una buena foto, al margen
de la composición, o de qué estemos retratando. Del mismo modo, una foto mal expuesta, es el error
que tratar de evitar en primer lugar. Luego ya pensaremos otras cuestiones, como planos, motivos,
etc. Esta es la parte que os comentaba de tener clara la técnica para poder olvidarla: si tenemos claro
como manejar la exposición, programar los parámetros nos saldrá automático y podremos centrarnos
en cuestiones mas artísticas y personales.

Pero siempre sin agobiarse: esto llega poco a poco y con mucha práctica, y en cualquier caso todos
los fotógrafos seguimos cometiendo errores de exposición.

Como decíamos, el primer paso: la luz. Cuando una foto está bien expuesta, se dice simplemente eso:
exposición correcta. Si ha entrado poca luz, la fotografía está subexpuesta, y si ha entrado mucha,
sobreexpuesta.

1
Es decir:

- Subexposición: hay una falta considerable de luz frente a la escena original. Para entendernos, la
foto está oscura.

- Exposición correcta: ha entrado la cantidad de luz apropiada para representar lo que queremos
fotografiar.

- Sobreexposición: ha entrado mucha luz, y ese exceso hace que la fotografía esté demasiado clara.

Subexposición Exp. Correcta Sobreexposición

Bueno, hemos estado hablando continuamente de los parámetros que controlan la exposición. Ya
vamos a decir cuales son: la apertura del diafragma, la velocidad de obturación y la sensibilidad ISO.

Se les conoce como el triángulo de la exposición:

- La apertura del diafragma es lo que regula la cantidad de luz que va a entrar. Mayor apertura, mas
luz.

- Velocidad de obturación (o tiempo de exposición): marca el tiempo que esa luz que está entrando
va a incidir sobre el sensor. A mayor tiempo abierto el obturador (velocidad menor), mayor tiempo
de exposición, y mas luz incide.

- Sensibilidad ISO: se refiere directamente al sensor, a lo “receptivo” que esté ante la luz que incide
sobre él. Mayor sensibilidad hará que a igual cantidad de luz que entra, el sensor se excitará más,
y por ello la fotografía tendrá mayor exposición.

2
Triángulo de la Exposición

Vamos a ir viendo cada uno de estos factores por separado. Pero siempre teniendo presente como
están completamente relacionados los tres, y siempre vamos a estar “jugando” con ellos.

La apertura del diafragma.


Además de en la exposición, la apertura del diafragma influye también en la profundidad de campo,
concepto que veremos en otro tema mas adelante en breve.

El diafragma es un dispositivo que forma parte del objetivo. Para visualizar lo que es y como se
mueve, es muy útil imaginar que es como un iris de un ojo humano: el iris abre y cierra la pupila para
regular la cantidad de luz que entra a nuestro ojo. De hecho, se dice que el diafragma es el iris del
objetivo.
Tiene unas palas que se abren y se cierran para regular el tamaño del orificio central, y con ello pasará
mayor o menor cantidad de luz. Cuanto mas abierto, mas luz pasa al sensor, y cuanto mas cerrado,
menos luz dejamos pasar.

3
La apertura se mide en números f. Una nomenclatura que habréis visto en los objetivos y de la que
los fotógrafos hablan sin parar. Cada uno de estos números es un paso (o stop). Cuando queremos
que entre mas o menos luz en nuestra cámara, se dice subir o bajar un paso de diafragma.

La lista de los pasos completos mas habitual del diafragma es ésta:

f/2 – f/2.8 – f/4 – f/5.6 – f/8 – f/11 – f/16 – f/22. (Algunos objetivos pueden llegar desde f/1.4 a f/32).

Cuanto mayor es el número f, menos luz está entrando. Del mismo modo, cuanto menor es el número
f, más luz entrará en nuestra cámara. Con esta imagen lo veréis claro:

La primera cuestión que surge es por qué si el diafragma está mas abierto, el número f es mas bajo,
lo que se puede prestar a equívoco y crear un poco de confusión. Para entender un poco esto,
pensemos que los números son una fracción. Es decir, un f/2 es 1/2, y un f/16 es 1/16. Así, ya vemos
que 1/2 es un número mucho mayor que 1/16.
En cualquier caso, enseguida nos acostumbraremos, y sabremos que una apertura de diafragma grande
es f/2 o f/4, y que una apertura de diafragma pequeña es f/11 o f/16.

De un paso a otro dejamos pasar exactamente el doble (o la mitad) de luz que en el anterior.
Decimos que abrimos o cerramos un paso. Es decir, con un f/5.6, si cerramos un paso a f/4, estará
entrando la mitad de luz.
Podemos encontrar números f intermedios entre estos, pues algunas cámaras permiten poner medios
o tercios de los pasos habituales:

f/2,8 – f/3,2 – f/3,5 – f/4 – f/4,5 – f/5,0 – f/5,6 – f/6,3 – f/7,1 – f/8 – f/9,0 – f/10 – f/11 – f/13 – f/14 –
f/16 – f/18 – f/20 – f/22

Se puede activar o desactivar en el menú, pues algunos fotógrafos prefieren trabajar con los pasos
completos.

4
La velocidad de obturación o tiempo de exposición.
Al igual que ocurre con el diafragma, que no solo influye en la exposición sino también en la
profundidad de campo, la velocidad de obturación va a dejar pasar mas o menos luz y eso va a influir
además de en la exposición, en la congelación del movimiento.

El obturador es un dispositivo que se encuentra en nuestra cámara justo delante del sensor. Es como
una cortinilla que se levanta y se cierra a una velocidad concreta. Al levantarse, deja que entre la luz
para incidir en el sensor.

Por tanto, la velocidad de obturación es el tiempo que va a estar levantada la cortinilla, y por tanto
pasando la luz al sensor. Realmente son dos cortinillas que hacen un barrido, pero en principio no
necesitamos entrar en cuestiones tan técnicas, aunque lo comentamos para que lo conozcáis, y por si
mas adelante profundizamos en esta cuestión. Es por eso por lo que las cámaras tienen una “velocidad
de sincronización del flash”, para ajustarse perfectamente con la cortinilla, que suele ser de 1/125 o
1/250.

Esto sería un obturador mecánico. Ahora también existen obturadores electrónicos que lo que
hacen es apagar y encender el sensor. Su principal ventaja es el silencio. El ruido que todos
relacionamos con hacer una foto, el famoso “ti-chick”, es el obturador levantándose (junto con el
espejo). En el electrónico, este ruido se elimina.

La velocidad de obturación también es llamada tiempo de exposición. Está claro, es el tiempo que el
sensor está expuesto, al estar abierto el obturador.

La velocidad de obturación se mide en fracciones de segundo. Normalmente el tiempo en el que


estamos capturando una foto es muy corto, por debajo de un segundo, y hablar en fracciones es muy
cómodo. Se establece de nuevo, al igual que con el diafragma, una relación de 1 a 2. Es decir, cada
cambio de velocidad es la mitad o el doble del valor anterior. Si empezamos desde 1 segundo, y
vamos fraccionando desde ahí, sería:

1 – ½ – ¼ – ⅛ – 1/15 – 1/30 – 1/60 – 1/125 – 1/250 – 1/500 – 1/1000 – 1/2000 – etc.

5
Si tenemos poca luz, poniendo una velocidad de exposición mas lenta, conseguiremos que entre mas
luz y la foto no esté subexpuesta. Y lo contrario, poniendo una velocidad mas alta, conseguiremos
que no se sobreexponga. Estaremos siempre jugando con los otros dos parámetros del triángulo
de la exposición. Por ejemplo: si ponemos una velocidad alta, entra menos luz, como hemos visto.
Para que no se subexponga, tendremos que abrir mas el diafragma. Ya empezamos a ver como se
relacionan los parámetros del triángulo de la exposición.

Como hemos comentado, el tiempo de exposición no va a influir solamente en la exposición, sino


también en el concepto de congelación del movimiento.

Como regla general, podemos establecer que velocidades lentas son las que están por debajo de 1/60,
y velocidades rápidas las que están por encima.

Con una velocidad de obturación lenta (exposición larga) los objetos empiezan a aparecer movidos.
Incluso la propia fotografía puede salir movida por el movimiento que provocamos al pulsar el
obturador (que se llama trepidación). De ahí la importancia de trabajar con un trípode para
velocidades lentas (a partir de 1/60 se dice que es imposible hacer que la foto no trepide a pulso).
Estas velocidades son las que vamos a usar para fotografía nocturna, astrofotografía, lightpainting o
efectos creativos de movimiento con la luz de día.

Con una velocidad de obturación rápida (exposición corta) conseguiremos imágenes estáticas, que
congelen el movimiento. Se usa sobre todo en fotografía de deportes.

6
La sensibilidad ISO.
Es un concepto heredado de la fotografía analógica, cuando lo que hacía que se fijara la imagen eran
los haluros de plata. Son cristales que impregnan el negativo o el papel, y su tamaño es lo que marca
la sensibilidad a la luz. Para entendernos, podemos decir que equivalen a los píxeles del sensor de la
cámara digital. El funcionamiento no es igual, evidentemente no tiene mucho que ver, pero se
conservó el concepto de sensibilidad ISO. En la analógica la sensibilidad dependía de la película que
usáramos. En digital se regula en la cámara.

En la mayoría de las cámaras, la ISO mínima que nos permite es 100 (hay algunas que nos permiten
hasta 25). Los valores van aumentando en la siguiente proporción:

100 – 200 – 400 – 1600 – 3200 – 6400 – 12800 – etc.

Aunque al igual que sucede con la apertura del diafragma, las cámaras digitales nos permiten pasos
intermedios entre esos valores.
Conforme aumentamos el ISO, aumenta la exposición de nuestra cámara. Cuando subimos un paso
de ISO, es como si le entrara el doble de luz a la cámara.

Al aumentar la sensibilidad ISO con haluros de plata, aumentaba el grano. Ahora, aumenta el ruido.
¿Que significa esto?
Como hemos visto, la velocidad de obturación y el diafragma dejan pasar naturalmente mas o menos
luz al sensor, mientras que la ISO lo que hace es amplificar digitalmente la señal. Así ganamos
mas luz, pero a costa de perder calidad en la imagen, pues conforme aumentamos la sensibilidad
vamos a tener mas ruido en la imagen.

El ruido.

Os explico un poco qué es el ruido:

El sensor es un chip formado por una malla de celdas fotosensibles. Cada una de esas celdas genera
una corriente eléctrica en presencia de la luz, que será convertida en datos numéricos con una
información, que genera el píxel. Sumando todos los píxeles y su información tenemos nuestra
fotografía.
Las celdas generan mas corriente eléctrica que la que se activa con la luz de forma no controlada (la
temperatura influye mucho, cuanto mas caliente esté nuestra cámara mas corriente eléctrica se
generará incluso sin luz). Esa corriente eléctrica también está generando datos, que son al azar,
aleatorios y sin contenido. Esos datos son el ruido.
Como hemos visto, al subir la ISO no es que convirtamos el chip en mas sensible, es que se amplifica
la señal que estos reciben, a posteriori. Al amplificarla, se está amplificando también buena parte de
esos datos aleatorios y sin contenido y, por tanto, estamos aumentando el ruido.

7
Por esto, siempre es recomendable dejar la ISO mas baja que nos sea posible, y modificar solo la
velocidad y diafragma. Pero esto no siempre es una opción, pues hay ocasiones en las que hay mucha
oscuridad, y si no aumentamos la ISO no expondremos bien. Podemos pensar, que merece la pena
subexponer una fotografía antes que incrementar la ISO y generar ruido. Pero no es así, porque una
fotografía mal expuesta siempre tiene una calidad inferior a una fotografía bien expuesta. Nuestra
toma tiene que estar lo mejor posible siempre. Tratar de corregir una fotografía mal expuesta con
programas de edición fotográfica (Photoshop, Lightroom u otros) siempre genera más ruido que si la
hubiéramos expuesto correctamente. Habréis oído probablemente la frase “pero eso luego lo arreglas
con Photoshop” o “el Photoshop lo arregla todo”. Pues no. Como ya os dije, esto no es así. No hay
programa que convierta en buena una fotografía mal expuesta. La toma tiene que ser correcta, para
luego ya sí poder “jugar” con ella en la edición. Y los filtros que “arreglan” el ruido distan mucho de
ofrecer buenos resultados (son filtros que desenfocan, por tanto, perdemos definición, y se notan
mucho).

Entonces, subir la ISO no es malo ni nos debe dar miedo. Simplemente hay que conocerla, controlarla,
y saber hasta dónde puede llegar nuestra cámara.
Cada cámara tiene un tratamiento del ruido diferente. Es por ello por lo que debemos probar y conocer
hasta donde llega nuestra cámara con un ruido aceptable. El ruido es un factor con el que vamos a
tener que estar lidiando siempre. No existe cámara que no tenga ruido. Puede ser pequeño y fino de
tal forma que sea imperceptible al tamaño al que vemos la fotografía. Pero no significa que no está
ahí. Cuando ampliemos la foto, aparecerá. Sobre todo en las zonas mas oscuras de la foto. Si bien
esto es algo que tratan de mejorar y desarrollar continuamente los fabricantes de cámaras.
Sencillamente, es algo inherente al sensor, como hemos explicado.

Escucharéis que hay ISOs de las que no se debe pasar, aunque la cámara nos de la posibilidad: 1600
o 3200 son el “límite” establecido por muchos fotógrafos. Pero como os digo, dependerá de vuestra
cámara, y probando y jugando con ella, sabréis hasta donde llegar. Ya sabéis: no hay nada esculpido
en piedra.

En el próximo tema vamos a ver:

- Veremos qué es el exposímetro o fotómetro.


- Hablaremos de la profundidad de campo. Si bien es un concepto mas relacionado con la
composición que con la exposición, lo vemos aquí por su estrecha relación con la apertura del
diafragma.
- Explicaremos el modo B.
- Hablaremos de la Ley de Reciprocidad, fundamental para entender la relación entre los
parámetros del triángulo de la exposición.

8
Ejercicios Tema 3:

Os propongo un ejercicio que nos ayudará a empezar a controlar manualmente los parámetros de la
exposición de nuestra cámara.

Coged un grifo de vuestra casa, y haced que salga un chorrito pequeño. Fotografiadlo cambiando la
velocidad de exposición, llegando desde tratar de congelar la imagen hasta que se produzca un
mínimo efecto seda. Si no tenéis trípode, tratad de apoyar la cámara en algo estable, o tened en cuenta
que cuando bajéis de 1/60 aparecerá trepidación.

Empezad por una velocidad de 1/1000, e id cerrando paso a paso, hasta llegar a 1/30. Elegid una
apertura de diafragma que dejaréis fija. Solo quiero que modifiquéis la velocidad, y subáis y bajéis la
ISO para compensar la exposición.

De esta forma, además de observar cómo el cambio en la velocidad de obturación hace que el aspecto
de nuestro chorrito de agua sea distinto, podremos ver como va aumentando la ISO al tener que subirla
mucho cuando ponemos una velocidad muy rápida.

Intentad que el encuadre sea siempre el mismo o lo más parecido posible.

Aquí tenéis un ejemplo de este ejercicio, para que quede clara la idea y el efecto a conseguir:

También podría gustarte