SUICIDIO2

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INSTITUTO

UNIVERSITARIO
PAULO FREIRE

SUICIDIO
DOCENTE: LIC. ALTAGRACIA GÁMEZ

MATERIA: SOCIOLOGÍA CRIMINAL

ESTUDIANTE: GUSTAVO ADOLFO CALDERON BAENA

ÍNDICE
INTRODUCCION………………………………………………………………pag. 3

OBJETIVOS…………………………………………………………………….pag. 4

1
HIPÓTESIS……………………………………………………………………..pag. 4

MARCO TEÓRICO…………………………………………………………….pag. 5

CONCEPTOS…………………………………………………………………..pag. 5

TIPOS DE SUICIDIO…………………………………………………………..pag. 6

CAUSAS………………………………………………………………………...pag. 7

FASES…………………………………………………………………………..pag. 12

PREVENCION………………………………………………………………….pag. 13

MÉTODO………………………………………………………………………..pag. 15

CONCLUSIÓN………………………………………………………………….pag. 17

INTRODUCCIÓN
El siguiente trabajo tiene como objetivo comprender el comportamiento y ¿Qué
lleva a una persona a acabar con su vida?, ¿qué factores pueden estar
operando en una decisión tan extrema?

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Este proyecto es una investigación social sobre los motivos que pueden estar
en el origen de los suicidios, se asume también por el conjunto social la
existencia de este problema pero se desconoce los motivos por los cuales una
persona llega a quitarse la vida.
El proyecto está integrado por diversos apartados como los objetivos e
hipótesis, el marco teórico, tipos de suicidio, sus causas y su prevención.

OBJETIVOS

Para guiar la búsqueda, mantener la coherencia y el orden de este proyecto de


investigación se establecen dos objetivos básicos:

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1. Conocer los motivos que pueden estar en el origen de los suicidios.

2. Saber cómo prevenir los mismos.

HIPÓTESIS

Por otro lado, en cuanto a las hipótesis, se establecen las siguientes:

1. Las personas que tienen muchos factores de riesgo y pocos factores


protectores tienen más probabilidades de suicidarse.

2. Las personas con habilidades intrapersonales tienen menos probabilidades


de cometer el acto suicida.

3. Las personas que sufren exclusión social, marginación y además carecen de


redes de apoyo tienen más probabilidades de cometer el acto suicida.

4. Las personas con más posibilidades de suicidarse son aquellas que además
de tener problemas de salud mental, consumen estupefacientes de manera
habitual.

5. Las personas que no saben gestionar bien sus emociones pueden tener
tendencias suicidas.

6. En la mayoría de casos en los que se plantea el suicidio existe una pérdida


del sentido vital.

MARCO TEÓRICO

Para comenzar con la explicación o fundamentación de esta investigación se


hace necesaria la definición del concepto de “suicidio”, que según la OMS
(2014) “es comprendido como una trastorno mental multidimensional, resultado

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de una interacción compleja de diversos factores; biológicos, genéticos,
psicológicos, sociológicos y ambientales”.

Las enfermedades mentales, principalmente la depresión y los trastornos por


consumo de alcohol, el abuso de sustancias, la violencia, las sensaciones de
pérdida y diversos entornos culturales y sociales constituyen importantes
factores de riesgo de suicidio.

CONCEPTOS

Spiller (2005, p. 20) considera el suicidio como “el acto consumado, intencional
de finalizar con la propia vida. Incluye todas las muertes que son resultado
directo o indirecto de comportamientos ejecutados por la propia víctima, quien
es consciente de la meta que desea lograr."

Por otro lado, tenemos un concepto más actualizado, según el Instituto


Nacional de Psiquiatría que lo define como el acto de matarse de forma
voluntaria en el que intervienen tanto los pensamientos suicidas como los
intentos o el acto suicida en sí.

Nizama (2011, p .5) lo concibe como el acto autoinfligido para causarse la


muerte en forma voluntaria, deliberada, en el que intervienen sucesivamente
tres etapas, llamadas en conjunto proceso suicida: el deseo suicida, la idea
suicida y el acto suicida en sí. Por otro lado, se entiende como “conducta
suicida” a toda acción mediante la cual el individuo se causa una lesión,
independiente de la letalidad, del método empleado y del conocimiento real de
su intención, se produzca o no la muerte del individuo.

Durkheim (1960, p. 5) lo definió como “Todo caso de muerte que resulta


directa o indirectamente de un acto positivo o negativo realizado por la
víctima y que, según ella sabía, debía producir este resultado”. Hizo una
distinción entre varios tipos de suicidio.

TIPOS DE SUICIDIOS

1. Suicidio altruista: Este tipo de suicidio sucede por una excesiva


"integración" del sujeto con la sociedad a la que pertenece, a tal punto
que la personalidad individual no cuenta. El individuo se somete con

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abnegación a las leyes y costumbres de su sociedad, de tal modo que
se suicida porque piensa que ese acto es un deber. Este tipo de
suicidios, se da según el autor, cuando la importancia del “yo” es muy
baja. Es la versión opuesta al suicidio egoísta y existen 3 tipos:

 Suicidio Altruista obligatorio: El que está condicionado por la


sociedad, una sociedad que exige el suicidio. Por ejemplo, en
sociedades asiáticas (normalmente relacionado con temas sobre
el honor); o antiguamente, cuando en los pueblos celtas, y
parece que también recientemente en nuestro entorno, los
ancianos se quitaban la vida para no representar una carga para
la sociedad en la que vivían. En este tipo de casos, la sociedad
podría, en ocasiones, despreciar a la persona, si no lleva a cabo
el suicidio.
 Suicidio Altruista facultativo: La situación sería parecida a la
anterior, con la diferencia de que la sociedad no demanda el
suicidio del individuo. Por ejemplo, una viuda que se quita la vida,
pero no por problemas psicológicos, sino porque siente que ya ha
cumplido con su cometido en la vida.
 Suicidio Altruista agudo: Cuando la persona se quita la vida
por placer. Es común que se dé este caso en relación con temas
religiosos. Por ejemplo, alguien que se suicida para alcanzar una
supuesta gloria divina.

2. Suicidio egoísta: Aquel que es ‘proporcional al grado de integración de


los grupos de los que el individuo es parte’. La intensidad de los vínculos
religiosos, familiares y políticos frena la tendencia a la autodestrucción
suicida de quienes puedan sentirse tentados por ella. En definitiva, la
integración actúa como freno a las fuerzas sociales suicidogenas.
En resumen, el suicidio egoísta es aquel cometido por quienes no
están integrados o lo están de manera muy reducida. Se da cuando el
sujeto está poco integrado en la sociedad. Por ejemplo, el alumno que
va a una escuela y dispara indiscriminadamente arrebatándoles la vida a
otros, para después, quitarse la vida generándose un suicidio egoísta
por falta de integración.

3. El suicidio anómico: Es aquel en el que influyen tanto las crisis


económicas como las crisis de la viudez o de vinculación.

CAUSAS

El suicidio, como ya sabemos, es un problema social actual. A pesar de ser


“tabú” hay que destacar que es la segunda causa principal de defunción en el

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grupo etario de 15 a 29 años, siendo la primera causa de muerte las
enfermedades cardiovasculares.

Para profundizar y explicar las causas de las personas que se suicidan cada
año me basaré en diversas investigaciones o teorías separándolas en tres tipos
o tres factores de riesgo asociados a diversas causas como son:

1. Factores asociados al sujeto; Dentro de estos factores nos encontramos a


su vez con los factores biológicos, psicológicos y genéticos.

2. Factores asociados a la familia

3. Factores sociales

Además tales factores de riesgo podemos encasillarlos a su vez en tres tipos o


modelos de suicidio; subjetivo, objetivo o mixto.

El suicidio de origen subjetivo es aquel que se plantea ante una evaluación


negativa de la realidad por parte del sujeto, muchas veces motivado por
evaluaciones negativas a partir de diversos trastornos mentales, como la
depresión o el consumo abusivo de drogas, sin que existan claramente razones
para ello.

Hay que destacar en todo este proceso, la relevancia de las diferencias


individuales entre sujetos, ya que cada cual consta de su propia personalidad,
de sus propios sentimientos, pensamientos, emociones, y que no a todos nos
afectan por igual las mismas realidades.

En cuanto al suicidio de origen objetivo es aquel que se origina, por ejemplo,


por el conjunto de diversas situaciones ciertas y observables como la muerte o
suicidio de un hijo o allegado, o una enfermedad grave, que puede unirse a
otros factores como una depresión o trastorno mental, familias
desestructuradas, maltrato, etc. La persona se siente desbordada, no logra
soportar ni aceptar lo ocurrido, está sometido a muchos factores de riesgo, no
sabe gestionar tales emociones y la única salida que encuentra es suicidarse.

Y el suicidio de origen mixto es una mezcla de los anteriores, tanto por


motivos subjetivos como objetivos.

No todos aquellos que conciben el acto suicida lo consiguen, muchos otros solo
se quedan simplemente en intentos o pensamientos.

La resiliencia hace referencia a la capacidad de los individuos o sistemas de


afrontar con éxito las situaciones estresantes y salir fortalecidos. Por lo que no
todos aquellos que presentan situaciones estresantes, depresiones,
drogadicción o cualquiera que fuere el motivo del posible suicidio, lo conciben

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ni consiguen llegar al acto suicida en sí. Para ello contamos con una serie de
factores protectores relacionados con la prevención de la conducta suicida que
se explicarán posteriormente en el apartado de “prevención”

En cuanto a los factores asociados al sujeto suicidogénicos cabe destacar a


su vez los factores psicológicos del individuo, los factores biológicos y los
genéticos. Refiriéndome a los factores psicológicos, el “International Journal
of Psychological Research” (2008) se basa en el análisis psicológico y
psicoanalítico de los individuos para explicar las causas del suicidio.

Bedout (2008. p. 53-63) señala como causas del problema algunos rasgos de
personalidad predominantes en los suicidas como la agresividad, la irritabilidad,
la baja tolerancia a la frustración, aislamiento social, falta de habilidades,
desesperanza e impotencia, un concepto pobre de sí mismos y escasa
capacidad para resolver problemas, resentimiento y necesidad control externo.
También las experiencias pueden ser vistas como catastróficas y
desencadenar el proceso suicida, especialmente cuando existe dependencia
de alcohol y de otras drogas, antecedentes de abusos físicos o sexuales en la
infancia, el aislamiento social, enfermedades dolorosas o discapacitantes y,
particularmente los trastornos, como la depresión y la esquizofrenia. Por otro
lado, plantea una estrecha relación entre los trastornos afectivos y la
propensión a causarse daño a sí mismo deliberadamente con el objetivo de
encontrar algún alivio al aniquilarse o escapar. Otra entidad que con frecuencia
se asocia al suicidio es el trastorno bipolar o la esquizofrenia.

Raison (2012) habla desde su propia experiencia como experto en salud


mental. Según este autor, las personas que realizan intentos de suicidios
puede ser por todo tipo de razones y que son “un grito” para pedir ayuda o una
manera de castigar a las personas con las que están molestas o una forma en
la que buscan controlar una situación. A su juicio, la gente sólo se quita la vida
por tres razones; porque se enfrentan a una condición incurable que solo les
augura un corto futuro lleno de dolor, otras que se encuentran en un episodio
psicótico y creen que deben morir por alguna razón que no tiene sentido para
nadie más y otras que están perdiendo la batalla contra una depresión severa.

Pérez Barrero (1997) considera, sin embargo, que casi la totalidad de las
personas que se suicidan son portadores de una enfermedad mental
diagnosticable. En los adolescentes este postulado también se cumple, al
menos en una serie de casos, y se considera que la mayoría de los que se
suicidan pudieron haber padecido algunas de las siguientes enfermedades:
depresión, trastornos de ansiedad, abuso de alcohol, abuso de drogas,
trastornos incipientes de la personalidad, trastorno esquizofrénico, trastornos
en la alimentación como la anorexia o la bulimia.

Peña y Gómez (2009, p. 55-74) evaluaron a pacientes (20 mujeres y 4


hombres) los cuales habían presentado intentos de suicidio. Se demostró en

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este estudio la presencia de factores psicológicos como la desesperanza, los
bajos niveles de autoeficacia y rasgos de personalidad en los intentos de
suicidio como el descontento, sumisión, discrepancia, indecisión, preservación,
individualidad, introversión, intuición e innovación. En segundo lugar, en cuanto
al factor genético, científicos de la Universidad de EE.UU. Johns Hopkins han
identificado una pequeña región en el cromosoma 2, que está asociada con un
mayor riesgo de intento de suicidio, según un estudio de la revista Molecular,
Psychiatry Esta pequeña región contiene cuatro genes, incluyendo el gen
ACP1, que los investigadores encontraron en niveles superiores a los normales
en el cerebro de personas que habían intentado suicidarse. Otro estudio
desarrollado, ahora en nuestro país, por científicos de la Universidad Miguel
Hernández de Elche y del Instituto de Medicina Legal de Alicante han
identificado varios genes relacionados con la conducta suicida. Dichos genes
presentaban alteraciones en ciertos marcadores en casi el 100% de 70
personas que se habían suicidado, y que no tomaban fármacos que pudieran
alterar dichos marcadores.

Tovilla Zarate y Genis Mendoza (2012) realizaron un estudio donde se


demuestra que los factores asociados a la familia, Caballero (2013) destaca
como causa principal de suicidio los problemas familiares donde el maltrato
físico de los padres tiene una especial importancia, debido a una cultura
machista donde los hombres no expresan sus sentimientos y dicha represión
se manifiesta en violencia hacia uno mismo y hacia los demás. Además añade
el factor emocional como una segunda causa de esta problemática. Le da
importancia también al maltrato psicológico en el colegio donde destaca el
bullying comenta que actualmente los hogares se han convertido solo en
casas, donde no se conversa ni se comparte con la familia, por lo que se hace
más difícil la identificación de situaciones de riesgo, como la depresión, el
estrés, o el maltrato psicológico.

Herrera y Avilés (2000) también estudiaron los factores familiares de riesgo en


el intento suicida. Realizaron una entrevista dirigida a veintitrés personas para
identificar la presencia de factores de riesgo del medio familiar así como su
funcionamiento y las crisis que más se presentaban en la convivencia. Como
resultado obtuvieron que el funcionamiento familiar sí es un factor de riesgo
importante ya que los pacientes que realizaron intentos suicidas tenían núcleos
familiares regulares y malos, en los que la presencia de crisis familiares no
eran transitorias y además las relaciones entre ellos estaban dañadas.

Nizama (2011) el suicidio y el intento suicida constituyen eventos vitales que


repercuten en el sistema familiar y su funcionamiento, por lo cual son
considerados como una crisis familiar por desorganización. No obstante, el
hecho de que este evento se considere una crisis por su carácter estresor, no
implica que se deje de considerar a la familia, su funcionamiento y la presencia
de otras crisis, como un factor de riesgo para el intento suicida. Este enfoque

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nos conduce a valorar adecuadamente la importancia del funcionamiento
familiar saludable en cada uno de sus miembros. En ese sentido es importante
destacar que la disfunción familiar es un factor de riesgo relevante. Diversos
estudios demuestran que en la mayoría de los núcleos familiares de los
pacientes que realizaron intento suicida, se evidenció la presencia de crisis
familiares, con predominio de las crisis por desorganización y desmoralización,
además de un marcado deterioro de las relaciones familiares. En cuanto a los
factores sociales, trasladándonos a finales del siglo XIX fue Durkheim el
primero en otorgarle al suicidio una estricta causa social, porque según él, las
sociedades albergan diversos síntomas patológicos que contribuyen a la
decisión de una persona de terminar con su vida. Una frase extraída del texto
de Emile Durkheim decía; “Un ser vivo no puede ser feliz y hasta no puede
vivir más que si sus necesidades están suficientemente en relación con
sus medios. De otro modo, si exigen más de lo que se les puede
conceder, estarán contrariadas sin cesar y no podrán funcionar sin
dolor.” Lo que explica un poco que el ser humano es inconformista por
naturaleza y siempre está en una constante sensación de frustración y
disconformidad, por lo tanto, solo los que saben gestionar bien dichas
emociones negativas podrán seguir viviendo y disfrutando del resto del tiempo.
El tipo de suicidio que interesa particularmente a Durkheim es el suicidio
anómico por la influencia que tienen tanto las crisis económicas como las crisis
de la viudez sobre la tendencia al suicidio. Es el más característico de la
sociedad moderna. Este suicidio es el que se refleja en la correlación entre la
frecuencia de los suicidios y las fases del ciclo económico. Durkheim creó esta
clasificación del suicidio en concreto, después de observar que en sociedades
donde la tasa de divorcios es alta, la tasa de suicidios era mayor. También
observó estas variaciones en sociedades que padecían crisis políticas y
desordenes sociales. Por ejemplo, para no irnos muy lejos, todas las personas
que se han visto afectadas tras la reforma laboral, muchos de los que se
quedaron sin trabajo y con cargas familiares sufrieron los embargos de sus
propiedades y expuestos a una mayor vulnerabilidad al suicidio.
Aparentemente, las estadísticas nos revelan una tendencia al aumento de los
suicidios en los períodos de crisis económica. En cambio, hallamos otro
fenómeno curioso: una tendencia a la disminución de la frecuencia de los
suicidios en los períodos de grandes acontecimientos políticos. Así, durante los
años de guerra, disminuye el número de suicidios. Por otro lado, Durkheim
procura demostrar que los tipos sociales que ha elaborado corresponden
aproximadamente a tipos psicológicos: El suicidio egoísta se manifestará por
un estado de apatía y de ausencia de apego a la vida. El suicidio altruista por la
energía y la pasión. Y el suicidio anómico se caracterizará por un estado de
irritación y de disgusto, irritación vinculada con las múltiples ocasiones de
decepción que la existencia moderna ofrece. Es por tanto que las causas
reales del suicidio según Durkheim son fuerzas sociales que varían según las
sociedades, los grupos y las religiones: “Las causas emanan del grupo y no

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de los individuos por separado.” Durkheim no solo investiga los suicidios a
nivel social sino que también analiza si los factores ajenos a la sociedad
pueden afectar al porcentaje de suicidios como pueden ser la raza, la herencia
y la imitación. Haciendo referencia a investigaciones ya más actuales.

Pérez Barrero (1997) identifica dos tipos de problemas sociales para explicar
las causas del suicidio. Por un lado, los problemas socioeconómicos, donde
una escasa educación y el desempleo son factores de riesgo para el suicida ya
que limitan la participación social activa del adolescente, impiden la satisfacción
de las necesidades y coartan la libertad. Y por otro lado, los factores asociados
a la cultura adquieren una importancia en la conducta suicida entre las minorías
étnicas, quienes se ven sometidos a un proceso cultural por pérdida de
identidad y sus costumbres y también se hace patente entre los inmigrantes.
Oberg (1998) fue el primero en utilizar el término “shock cultural” para
referirse al proceso de adaptación del inmigrante, el cual se caracteriza por:
esfuerzos para adaptarse a la nueva cultura, sentimientos de pérdida y pena,
sentimientos de rechazo, confusión en el rol, expectativas, valores e identidad y
sentimiento de no ser capaz de adaptarse a la nueva cultura.

Herrera (1999) realizó un análisis de los principales factores de riesgo sociales


en adolescentes los cuales pueden ser motivo de suicidio. Señala cinco
elementos sociales que influyen en este hecho: 1. Inadecuado ambiente
familiar. Cuando la familia es disfuncional, no cumple sus funciones básicas y
no quedan claros las reglas y roles familiares se dificulta el libre y sano
desarrollo de la personalidad del adolescente. Es necesario que exista un
soporte familiar abierto, capaz de asimilar los cambios requeridos para la
individualización del adolescente. 2. Pertenencia a grupos antisociales. Este
factor tiene como causa fundamental la satisfacción de la necesidad de
autoafirmación y la necesidad del seguimiento del código grupal. Por lo general
cuando los adolescentes no encuentran una vía adecuada de autoafirmación
tratan de buscarla en este tipo de grupo donde fácilmente la encuentran, con el
reconocimiento grupal ante la imitación de sus patrones inadecuados. 3. La
promiscuidad. Es un factor de riesgo social que no sólo puede ser motivo de
embarazos precoces y enfermedades de transmisión sexual, sino que también
propicia una autovaloración y autoestima negativas que puede deformar la
personalidad del adolescente. 4. Abandono escolar y laboral. Este hecho
provoca que el adolescente se halle desvinculado de la sociedad, y no
encuentre la posibilidad de una autoafirmación positiva, al disminuir las
posibilidades de comprobar sus destrezas para enfrentar los problemas y
asumir responsabilidades, lo cual resquebraja su autoestima, la confianza en sí
mismo y en sus posibilidades de desarrollo social. 5. Bajo nivel escolar, cultural
y económico. Estos son elementos considerados como protectores del
desarrollo y la salud y el hecho de presentar un déficit en ellos le impide al
adolescente un enfrentamiento adecuado a las situaciones de conflicto. Para

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concluir y hablando de manera general podemos decir que la sociedad, el
sistema de salud, los servicios sociales y la familia deben propiciar el desarrollo
de factores protectores que apoyen el logro de una adecuada autoestima, que
les brinden posibilidades de enfrentar problemas con responsabilidad; además
de oportunidades de autoafirmación positiva, y que proporcione espacios
sociales adecuados para lograr un soporte familiar abierto y brindar la
oportunidad de superación educacional y cultural que le faciliten la solución a
los problemas. La ausencia de vías para la solución puede llevar al adolescente
a alcanzar altos niveles de desesperación y sentimientos de impotencia y por
tanto a la autodestrucción y al suicidio.

FASES

Presentados diversos datos estadísticos actuales sobre el suicidio y


analizadas las causas o los motivos según varios autores, es necesario saber
también cuáles son las fases que preceden al acontecimiento para que
posteriormente entendamos las soluciones o tratamientos que se proponen en
esta investigación. Al igual que todo acto tiene un curso que va de principio a
fin, el suicidio no iba a ser menos. Se diferencian en él cuatro fases previas y
una quinta refiriéndose al acto en sí.

1. La ideación suicida: Es el más importante indicador de suicidio pues se


refiere a la existencia misma de la idea. Manifestación consciente sobre
pensar o desear morir que puede ser o no manifestada.
2. La amenaza suicida: presencia de manifestaciones o exclamaciones
acerca del deseo de morir.
3. Plan suicida: estructuración de el cómo, cuándo y dónde sin pasar al
acto con el propósito más o menos consciente de obtener beneficio,
como protesta, venganza u oposición, imaginando o esperando provocar
una respuesta en los demás.
4. Acto liberado de morir: manifestación de la conducta voluntaria de
quitarse la vida, ésta es de modo consciente y la persona sabe de los
resultados que se obtendrán.
5. Suicidio consumado: acto de autodestrucción en donde el individuo
termina con su vida.

Aláez (2013) identifica una fase más que la anterior:

1. Fase ideativa. La persona recibe el impacto emocional negativo que


la lleva a pensar en el suicidio. No descarta el hecho ni la posibilidad
de su comisión.

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2. Fase deliberativa. El sujeto sigue recibiendo estimulación negativa.
No busca ayuda o si la busca no se le ofrece de modo efectivo.
Puede ocurrir que la persona tampoco ofrezca los datos suficientes
para poder ser ayudada por miedo o vergüenza. El caso es que
comienza a tomar el suicidio como su última posibilidad.
3. Fase decisiva. Por fin el individuo decide llevar a cabo el hecho y se
tranquiliza. Tras haber luchado contra sí mismo ya se ve inducido a
poner en práctica el suicidio y a llevarlo a cabo, le guste o no. Aquí
aún se puede frenar a la persona y prestarle ayuda. La persona
siempre va dando muestras de que no desea hacerlo y, en
ocasiones, lo anuncia.
4. Fase dilatoria: el sujeto tiene la esperanza de que ocurra algo que
pueda disuadirle de cometer el hecho pero no suele ocurrir nada.
Entonces va alargando el plazo de la comisión.
5. Fase operativa: el individuo va preparando su muerte y dejando
arreglados todos los asuntos para cuando no se encuentre en este
mundo. En esta fase los parientes piensan que ocurre algo extraño
pero no sospechan el qué.
6. Fase ejecutiva: el sujeto lleva a cabo su idea.

PREVENCIÓN

Uno de los objetivos principales de esta investigación es “cómo prevenir el


acto suicida”. El hecho de que los factores de riesgo no incidan en todas
las personas por igual, hace necesaria la presencia de los factores
protectores, los cuales pueden modular o prevenir el riesgo de la conducta
suicida. Entre ellos destaca la configuración de un sentido de la vida y de
propósitos elevados. Por tanto para la prevención del suicidio será
necesaria la potenciación de estos factores protectores, como, por ejemplo,

 Unas relaciones personales sólidas y estrategias de afrontamiento


positivas.

Hay que destacar que los factores protectores de la conducta suicida se


pueden clasificar en tres tipos de factores; los factores protectores
personales o asociados al sujeto, factores sociales/medioambientales y los
factores protectores asociados a la resiliencia. los factores protectores
según los tres modelos mencionados anteriormente son:

1. Factores personales o asociados al sujeto :

 Habilidad en la solución de problemas


 Tener confianza en uno mismo

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 Habilidad para las relaciones sociales
 Flexibilidad cognitiva
 Actitud y valores positivos
 Nivel educativo medio-alto
 Hábitos de vida saludables
 Locus de control interno
 Percepción de autoeficacia.

2. Factores sociales o medioambientales:

 Apoyo familiar y social (fuerza y calidad)


 Integración social
 Creencias y prácticas religiosas, espiritualidad y valores positivos.
 Recibir tratamiento integral y a largo plazo (pacientes con
trastornos mentales, enfermedad física o abuso de alcohol)
 Disponer de sistema de ayuda y recursos. (red de apoyo)

3. Factores protectores relacionados con la resiliencia:

 Capacidades y procesos cognitivos: El estilo atribucional podría tener


un papel central en la conducta suicida, de forma que si es positivo
podría moderar el riesgo de suicidio. La confianza en la capacidad de
solución de problemas también juega un papel importante.
 Creencias y actitudes: De todas las variables estudiadas, el alto nivel
de autonomía es la que cuenta con mayor evidencia y podría ejercer
una función preventiva. Otras variables que podrían estar implicadas
y moderar el riesgo de suicidio son el apoyo social percibido, el
apego y las creencias relacionadas con el suicidio. A pesar de que
fomentar la resiliencia es una de las bases de salud mental sobre
todo en la infancia y adolescencia y en los mayores la mayoría de
estudios se han centrado en los factores de riesgo como (depresión,
aislamiento social, trastornos mentales, etc)

Además como soluciones para prevenir el suicidio la OMS (2013) propone


tres tipos de estrategias:

1. La primera, la prevención “universal” diseñadas para llegar a toda


una población, pueden procurar aumentar el acceso a la atención de

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salud, promover la salud mental, reducir el consumo nocivo de
alcohol, limitar el acceso a los medios utilizables para suicidarse o
promover información responsable por parte de los medios de
difusión.
2. La segunda, son las estrategias de prevención “selectivas”
dirigidas a los grupos vulnerables, como los de quienes han padecido
traumas o abusos, los afectados por conflictos o desastres, a los
refugiados y migrantes y los familiares de suicidas.
3. La tercera, las estrategias de prevención “indicadas” dirigidas a
personas vulnerables específicas mediante el apoyo de la
comunidad, el seguimiento a quienes salen de los establecimientos
de salud, la capacitación del personal de salud y una mejor
identificación y manejo de los trastornos mentales y por uso de
sustancias.

MÉTODO
En esta investigación se cuenta con la colaboración de la Asociación
DSAS, “Després del Suïcidi” la cual se constituye en 2012, en
Barcelona, con el fin de generar un espacio para el acompañamiento
y el soporte en el duelo de los supervivientes a la muerte por suicidio.
También nace con la esperanza de contribuir a un cambio en la
forma de hablar del suicidio y de sus terribles consecuencias.

A través de ellos, se entra en contacto con Sara Bote, psicóloga,


superviviente y colaboradora directa de la asociación DSAS. Además
es promotora de la apertura reciente en Canarias de la Asociación
“Volver a Vivir”, cuyo objetivo es el de ayudar a los supervivientes
que lo necesitan, trabajar la prevención desde el ámbito escolar,
conseguir la sensibilización y concienciación de la población sobre el
mismo y romper con la estigmatización del acto suicida.

Como técnica empleada en este proyecto de investigación se


diseñan tres entrevistas semiestructuradas cualitativas; una para los
familiares de aquellos allegados que decidieron poner un final a sus
vidas, otra para aquellos que han intentado reiteradamente cometer
el acto suicida y otra para los profesionales del tema. Al ser un tema
bastante delicado y con tantas aristas, se busca su orientación y se
realiza un video con cada uno de los testimonios que ampliará la
información de cada entrevista y ayudara a los sujetos a expresar
sus emociones para así profundizar y conocer realmente tanto los
factores de riesgo como los factores protectores, aquellos en lo que
debemos profundizar y trabajar para conseguir mejorar la calidad de
vida de las personas que no encuentran un sentido vital.

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Los participantes en este reportaje son Kenan Navarro, Don Emilio,
Conchi y Sara Bote. Algunos han tenido intentos de suicidio, son
supervivientes y profesionales del tema.

En cuanto al procedimiento de este proyecto de investigación, en un


primer momento se comenzó con una revisión teórica de autores que
han trabajado la problemática del suicidio. Más adelante para
profundizar más y cotejar la información recabada se diseñan las tres
entrevistas y se conciertan las citas con los participantes.

Se consigue la grabación de un reportaje con los testimonios de los


mismos y luego se prosigue al registro, análisis y discusión sobre los
resultados obtenidos.

La finalidad de esto es conocer realmente cuál es el origen del


motivo del acto suicida y si las hipótesis de ésta investigación se
confirman o se desmienten. Para ello se irá contrastando, a través de
los testimonios, la información recogida de forma que se pueda
observar si hay coherencia entre la teoría y la realidad.

CONCLUSIÓN

Como conclusión propia en esta investigación, el suicidio es un problema


complejo y muy personal e individual. Desde mi punto de vista, no hay un
motivo exacto por el cual las personas se suicidan.

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Cada persona tiene su personalidad, sus valores, sus pensamientos y
emociones y es importante destacar la educación que recibimos desde que
nacemos en nuestra unidad familiar. A cada persona, cada situación le afecta
de diferente manera. No a todos les impacta por el igual una situación
estresora, o el consumo habitual de estupefacientes.

No todos los que tienen una depresión profunda tienen ideas o planes de
suicidio, ni todos los que tienen un ambiente familiar desestructurado, ni los
que no saben cómo gestionar sus emociones pierden el sentido vital. Bien es
cierto, como se ha expuesto, que todos estos son factores de riesgo, pero no
tienen por qué afectar a todos por igual. Todo depende de la perspectiva que
tengamos de ver las cosas y la actitud ante los problemas.

Creo que es importante destacar que comunicar los problemas personales es


el único método más efectivo que hay para la prevención del acto suicida. Ya
que quien comunica, está buscando ayuda y el mero hecho de expresarse,
desahogarse y pedir ayuda tiene un efecto positivo y quiere decir que
comienzas a ser consciente de que tienes un problema del cual quieres huir. A
veces, son nuestros propios pensamientos en silencio los que acaban con
nosotros mismos y quizás, muchas de las veces, por pensamientos equívocos
o distorsionados.

La conciencia y la prevención de ésta problemática social es el único método


para que el suicidio deje de ser un tema estigmatizado por la sociedad y se
hable con normalidad.

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