FORT2 Fuerte Ciudadela
FORT2 Fuerte Ciudadela
FORT2 Fuerte Ciudadela
(Continuación).
Construcción.
Se puede decir, sin temor a equivocarse, que el Fuerte Ciudadela inició su construcción a
fines de noviembre de 1879, para defender a Arica de un ataque terrestre.
Dos de los oficiales peruanos del arma de artillería, que formaron la primera comisión encargada del
diseño y construcción del Fuerte Ciudadela, en la ciudad-puerto de Arica en 1879. A la izquierda, el
Coronel (con el rango de Sargento Mayor en la imagen) don Miguel Arnaldo Panizo Abásolo
(Fotografía Gentileza del Sr. Juan Carlos Flores Granda, coloreada por el Sr. Claudio Fernández
Cerda, bajo indicaciones de este autor, c. 1870). A la derecha, el Sargento Mayor (con el grado de
Coronel en la imagen) don Pedro Miguel José Domingo de Ugarteche y Gutiérrez de Cossio (Fotografía
Archivo del Autor, c. 1884).
Vargas nos da los primeros indicios de la construcción de este fuerte en el cerro Chuño
(escrito el 13 de junio de 1880 en Arica, por J. Pérez); dice el aludido: “Una comisión
compuesta del Coronel [Miguel Arnaldo} Panizo [Abásolo], cuyos esfuerzos habían sido
notables, del ingeniero indicado [Felipe Teobaldo Eléspuru Laso de la Vega] y del
[Sargento] Mayor [Pedro Miguel José Domingo de] Ugarteche [y Gutiérrez de Cossio], [se
reunieron] para llevar a cabo la defensa de la población por su retaguardia.
La comisión acordó: 1° construir dos baterías sucesivas en las lomas que siguen a Cerro
Gordo, por el este (…) Se escogió para la primera el cerro de Chuño, que domina la
población, el norte y gran parte del este de la pampa (…) en cada una de ellas se habían
de colocar tres cañones, estableciendo su recinto con sacos de arena.
Por último, la línea flanqueada obedecería a un trazo geométrico, sui géneris y a un perfil
conocido ofensivo-defensivo”.
Con la llegada del Ingeniero Elmore a Arica, tras la pérdida del Departamento de Tarapacá,
el 18 de diciembre de 1879, se le indica agregarse a la comisión antedicha. Tras elaborar un
informe al respecto de las defensas peruanas de la ciudad y presentarlo a su jefatura, indica
entre otras cosas: “Construir las baterías del este, haciéndolas reducto también, [y]
defender cada uno de esos reductos con campos atrincherados y foseados, defender ambos
flancos con obras cerradas e infranqueables, impidiendo el acceso a cualesquiera
eminencia que las domine por medio de minas”. Se hacía presente en el memorándum: “La
inconveniente situación de las nuevas baterías del este, debiendo pasar la primera
[conocido como Fuerte Ciudadela] a cerro Colorado en vez del Chuño (…) De ese escrito
sólo se obtuvo por ventaja el cambio de la batería de Chuño a cerro Colorado”.
Al respecto, Molinare nos indica que: “Dominando el valle de Azapa y muy especialmente,
como quien dice, la puerta de entrada de ese valle; y en un cerrito, montículo o mogote
colocado en la falda de la montaña, que tiene por su parte nororiente un bajo que se
prolonga unos 600 metros hacia el este, en que se levanta otra prominencia o lomada, se
edificó el Fuerte Ciudadela (…) Los fuertes del Este y Ciudadela, de norte a sur,
distancian entre sí unos 400 a 450 metros1; eran cuadrados, y como se ha dicho, con
buenas murallas formadas por sacos o bolsas de arena (…) Así pues, las baterías
quedaron en pampa (una guerrilla cualquiera podía apagar sus fuegos); los flancos
quedaron descubiertos; las eminencias sin minas y la pampa sólo interrumpida por un
macizo de tierra que a pié o a caballo se podía flanquear”.
Tras la partida del Ejército Aliado y Estado Mayor General, el 3 de abril de 1880,
Bolognesi sólo quedó con la asignación de dos divisiones en la plaza de Arica.
Inmediatamente se abocó a terminar las precarias defensas de la ciudad. Con la asistencia
de Juan Guillermo Moore Ruiz y Teodoro Elmore Fernández de Córdova, se aunó a
1
Esta cifra obviamente está equivocada por Molinare, ya que el mismo indica como distancia entre ambos
cerros, donde se encuentra el Fuerte Ciudadela y el Fuerte Este, en 600 metros. El autor revisó esta medida en
el programa de Google Earth y efectivamente, la separación entre ambos cerros es de 660 metros (Nota del
Autor).
terminar las defensas del llamado “flanco derecho” peruano; entre ellos el Fuerte Ciudadela
en el cerro Chuño.
Dos de los colaboradores directos del Coronel del arma de artillería don Francisco Bolognesi
Cervantes, jefe de la plaza de Arica en 1880, que formaron la segunda comisión encargada de mejorar
y terminar el Fuerte Ciudadela. A la izquierda, el Capitán de Navío don Juan Guillermo Moore Ruiz
(Fotografía Estudio José María Bravo, La Serena, Chile, c. 1870. Archivo del Autor). A la derecha, el
Ingeniero don Teodoro Elmore Fernández de Córdova de civil (Fotografía Archivo del Autor, c. 1884).
Molinare aclara que: “Todos los fuertes, trincheras y reductos tenían su santabárbara
repleta de municiones de cañón y rifle, en prodigiosa abundancia. Esta fue la labor de la
comisión de fortificaciones primera, la de Panizo, Castillo y Eléspuru; trabajos que más
tarde completó el Coronel Bolognesi, ayudado por todos los jefes de su Estado Mayor y
especialmente por el Capitán Moore, de la Independencia, y por los señores Espinosa,
Inclán, Latorre, Alfonso Ugarte, Sáenz Peña, Zavala, etc.; y por el Ingeniero don Teodoro
Elmore, profesional serio y estudioso (…) Elmore, apoyado por Bolognesi y sus
compañeros, cambió, digamos así, el aspecto de las fortificaciones ariqueñas; bajo su
inteligente dirección el campo de tiro de los fuertes (…) los de Ciudadela (…) se hizo
circular (…) Elmore minó todas las fortificaciones”, entre ellas el Fuerte Ciudadela. “En
todos los fuertes flotaban libres al viento, magníficas banderas peruanas”.
Mirador Portalón
Parapeto sur
Parapeto norte
Foso oriente
Foso norte
Esquema de construcción del Fuerte Ciudadela sobre el cerro Chuño, en la ciudad de Arica, 1879-1880.
Se identifican los principales sectores de que estaba constituido, según las reglas de la ingeniería militar
de la época para reductos de defensa estática y los recursos disponibles peruanos (Ilustración del Autor,
2019).
Desde su base aquellos muros han sido construidos con sacos de arena, pero aquel trabajo
ha sido ejecutado a conciencia, las húmedas camanchacas ariqueñas han solidificado bien
esas defensas, que cuentan más de un año.
La murada del oriente es ancha, tanto cuanto es necesario para soportar los tres
poderosos cañones que lo defienden (…) En el centro y bajo tierra, perfectamente
construida, está la santabárbara; repleta de pólvora, dinamita, munición gruesa de
artillería y de fusil; cerca de cada una de las piezas, listas siempre y convenientemente
arregladas, en orden perfecto que el Coronel don Justo Arias y Aragüez vigilaba
estrictamente, se ve toda la munición que necesitan los cañones y la tropa.
Y para terminar la defensa, las casamatas estaban preparadas con mecha de tiempo e hilos
eléctricos con baterías adentro y fuera de aquel bien fortificado recinto.
Los muros se levantaban sobre el nivel de la montaña más o menos 6 metros; sobre la
plataforma del oriente y un tanto al sur, flameaba en alto y poderoso mástil, una grande y
magnífica bandera peruana”.
Esquema de lo que pudo ser la santabárbara del Fuerte Ciudadela, excavada en la roca misma del
cerro Chuño. El bosquejo muestra la asistencia de un pañolero, bajo la mirada de un centinela en la
puerta, la entrega de los saquetes de pólvora previamente preparados; un oficial de artillería observa la
efectividad de los disparos de la batería en los días previos al asalto al fuerte (Ilustración del Autor,
2019).
El autor, inspeccionando el cerro Chuño en terreno, determinó que la figura geométrica que
mejor se aplica a la forma del Fuerte Ciudadela, correspondería a un trapecio, más que a un
rectángulo. Esto se explica por las mediciones siguientes en el programa Google Earth; la
cara norte del fuerte debió medir aproximadamente unos 160 m, la cara sur unos 145 m, la
cara oriente unos 55 m y la cara poniente unos 25 m. Como se ve, el lado oriente es mucho
más ancho que el poniente (verificado en terreno), asimismo, los lados norte y sur no son
paralelos, sino convergentes hacia el poniente.
Pérez nos explica que: “El foso es sólo la posición de la artillería y (…) está excavado en
la roca viva (…) Tiene forma de arco (…) Tiene un largo aproximado de 32 m, con un
ancho promedio de 2,3 m y una profundidad media de 2,25 m”.
Coincidiendo con Pérez y según lo inspeccionado en terreno por este autor, la trinchera de
los cañones está excavada en la roca misma del cerro Chuño, con dinamita, barretas y
picotas. Aún se observan 4 posiciones de cañones con sus respectivas bases de hormigón y
una quinta posición como vivac de los artilleros, en el extremo norte de la trinchera.
40° NE
V
IV
III 60° NE
Santabárbara
90° E
II
I
120° SE
Disposición de la trinchera y orientación en abanico de los cañones de la batería del Fuerte Ciudadela
peruano, sobre el cerro Chuño, en la ciudad-puerto de Arica (Fotografía Satelital de Google Earth,
2019).
Levantamiento de la trinchera de la batería del Fuerte Ciudadela, según el estado en que se encuentra
hasta la actualidad. En el podemos observar la denominación de las diferentes posiciones de los
cañones, según el arquitecto Sr. Pérez E. (Esquema Archivo Gentileza Sr. Francisco Javier Pérez
Etchepare, publicado en el Anuario N°20 del año 2005 de la Academia de Historia Militar, Santiago,
Chile).
Según datos adquiridos con brújula, tomando el norte como 0° en el sistema sexagesimal
(360° un círculo completo), la primera posición tiene orientación 40° NE, la segunda 60°
NE, la tercera 90° E y la cuarta 120° SE.
Manteniendo la designación creada por Pérez en su artículo; entre la posición del cañón I y
la posición del cañón II, existe un depósito de granadas y tarros de metralla excavado en la
roca viva; asimismo, entre la posición del cañón III y IV, existe otro depósito de granadas y
tarros de metralla, también excavado en la roca. Ambos depósitos cumplían la función de
puntos de abastecimiento inmediato para los artilleros de los 3 cañones que poseía el Fuerte
Ciudadela.
Secciones aproximadas de las posiciones de los cañones de la batería del Fuerte Ciudadela, según el
arquitecto Sr. Pérez E. Podemos apreciar que las posiciones I-III tienen fundaciones para cañones; la
posición IV, aunque no aparece con fundación, este autor confirmó que si la tiene (Esquema Archivo
Gentileza Sr. Francisco Javier Pérez Etchepare, publicado en el Anuario N°20 del año 2005 de la
Academia de Historia Militar, Santiago, Chile).
Sección longitudinal aproximada e interpretación de la batería y trincheras del oriente del Fuerte
Ciudadela, según el arquitecto Sr. Pérez E. Además podemos apreciar las dimensiones de una de las
bases de hormigón para cureña de cañón (Esquema Archivo Gentileza Sr. Francisco Javier Pérez
Etchepare, publicado en el Anuario N°20 del año 2005 de la Academia de Historia Militar, Santiago,
Chile).
Entre la posición II y III, a espaldas de la trinchera de los cañones, aún existe un camino
excavado en la roca, de un ancho promedio de 1,20 m, para salir o entrar a la posición de la
batería. Este camino, en su diseño, consideró unir la santabárbara del fuerte con la batería
de cañones, de forma de poder abastecer rápidamente de saquetes de pólvora a la artillería;
por conclusión, la santabárbara quedaba a espaldas de esta batería, donde aún se aprecia
una depresión en el terreno, tapada a través de los años por la acción eólica y el hombre.
Erróneamente se ha pensado que la santabárbara estaba en la posición de la batería de
cañones, lo que para cualquier artillero sería un serio peligro para la seguridad del fuerte y
sus sirvientes.
Más atrás de la santabárbara, se ubicaba lo que denomino “el mirador”, por ser la parte más
alta del cerro Chuño y sobrepasar los parapetos del Fuerte Ciudadela, un lugar ideal para
mantener la vigilancia completa del entorno al fuerte, para cualquier oficial de guardia. En
esta posición se encontraba el mástil con la bandera del fuerte, destrozada por la explosión
de la santabárbara.
Interpretación en planta de la batería y trincheras del oriente del Fuerte Ciudadela, según el arquitecto
Sr. Pérez E.; con dos secciones de las trincheras (Esquema Archivo Gentileza Sr. Francisco Javier
Pérez Etchepare, publicado en el Anuario N°20 del año 2005 de la Academia de Historia Militar,
Santiago, Chile).
Deposito de
granadas y
II metralla
Vista de la trinchera de la batería del Fuerte Ciudadela, hacia el sur. Es apreciable la posición I y II
(Fotografía Archivo del Autor).
IV
III
Vista de la trinchera de la batería del Fuerte Ciudadela, hacia el norte. Es apreciable la posición III y
IV (Fotografía Archivo del Autor).
IV
III
Subida a la
santabárbara
Vista de la trinchera de la batería del Fuerte Ciudadela, hacia el norte. Es apreciable la posición III y
IV, además de la subida al polvorín (Fotografía Archivo del Autor, c. 2019).
Santabárbara
Santabárbara
Dos vistas de la santabárbara o polvorín del Fuerte Ciudadela, ya tapado por la acción eólica y el
hombre, a través de los años (Fotografía Archivo del Autor, arriba c. 1998, abajo c. 2019).
A continuación, existía la explanada propiamente tal del fuerte, donde la tropa y oficiales
de los batallones peruanos de guarnición hacían su vivac y mantenían la vigilancia
perimetral con centinelas destacados en sus bordes, oteando el horizonte las 24 horas.
En el lado poniente del fuerte, una rampa de tierra permitía entrar o salir de él, por un
portalón de madera con apertura hacia su costado sur, que conectaba con la rampa de
acceso al fuerte, atravesando el foso del lado norte.
5
4
3
1
Sector poniente del parapeto del Fuerte Ciudadela, con el posible portalón (1) de acceso al reducto (2),
a través de una plataforma (3) que lo conecta con la plazoleta interior nivelada (4); al fondo el mirador
(5) (Ilustración del Autor, 2019).
Los fosos ubicados en el lado norte y oriente del Fuerte Ciudadela, con el símil de los
esquemas de ingeniería militar utilizados en esos tiempos en las defensas de Miraflores
(“Las cuatro campañas de la Guerra del Pacífico” por Francisco A. Machuca, tomo IV),
debieron tener aproximadamente 2 m de profundidad y 4 m de ancho; todo realizado en dos
lados del contorno bajo del Fuerte Ciudadela, formando una L de aproximadamente 220 m.
Construcción del parapeto del lado sur del Fuerte Ciudadela, en el que podemos observar las diferentes
etapas de su ardua construcción, tales como: compactado del terraplén excavado en el cerro y la roca
(1), ensacado de la arena (2), colocación de sacos de arena (3), y relleno entre el parapeto y la ladera del
cerro (4) (Ilustración del Autor, 2019).
1
Construcción del foso del lado norte (1) del Fuerte Ciudadela. Esta faena requirió un gran esfuerzo
físico de la guarnición peruana, de varias semanas, para salvaguardar el reducto por el lado con vista a
la ciudad. Una banqueta de tierra (2) se dejó para el acceso al fuerte, que conectaba con el portalón ya
mostrado y bajo estrecha vigilancia de centinelas en la banqueta y parapetos superiores. El foso o
zanja, tenía aproximadamente una profundidad promedio de 2 m con un ancho superior de 4 m; para
estos fines se emplearon carretillas para el despeje de la tierra y rocas excavadas, que servirán para el
ensacado de los parapetos y el relleno de la plazoleta superior (Ilustración del Autor, 2019).
2
Construcción del foso del lado oriente (1) y del parapeto (2) del mismo lado del Fuerte Ciudadela. Al
igual que la anterior, esta faena requirió un gran esfuerzo físico de la guarnición peruana, de varias
semanas, para salvaguardar el reducto por el lado con vista al este. El foso o zanja, tenía
aproximadamente una profundidad promedio de 2 m con un ancho superior de 4 m; para estos fines se
emplearon carretillas para el despeje de la tierra y rocas excavadas, que servirán para el ensacado de
los parapetos y el relleno de la plazoleta inmediata (Ilustración del Autor, 2019).
Dos vistas de cómo estaba el foso del lado oriente, antes de los movimientos de tierra últimos
(Fotografías Archivo del Autor, c. 1998).
(Continuará).