Semana 8 - Instalaciones Electricas

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PROTECCIÓN DE LAS INSTALACIONES DE BAJA TENSIÓN.

1. La distribución en B.T y protección de personas. Diseño y construcción


de instalaciones selectivas en defectos indirectos.
2. Protección de las instalaciones de baja tensión contra sobrecargas y
cortocircuitos. Selectividad de las protecciones de sobreintensidad.
3. Solicitaciones térmicas y dinámicas en una instalación eléctrica en
cortocircuito.
4. Protección contra sobretensiones en instalaciones eléctricas de baja
tensión.

1. LA DISTRIBUCIÓN EN B.T Y PROTECCIÓN DE PERSONAS. DISEÑO Y


CONSTRUCCIÓN DE INSTALACIONES SELECTIVAS EN DEFECTOS
INDIRECTOS.

Los elementos de protección para personas van alojados en los Cuadros de


Distribución o Cuadros de mando y Protección.

CONTACTOS INDIRECTOS

La fuente de alimentación (cuadro de mando y protección) se conecta a tierra,


así como el correspondiente transformador de distribución. Una de las razones
es de seguridad.

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Un contacto indirecto es la unión entre un conductor activo y una persona a
través de un elemento metálico que se encuentre accidentalmente en tensión
(por ejemplo la carcasa de un receptor: máquina, electrodomésticos, etc.)
Éste puede producirse si, por accidente, el aislamiento de uno de los conductores
que alimentan al receptor se deteriora y el conductor desnudo se pone en
contacto con la carcasa.

Como puede comprobarse circulará cierto valor de intensidad (denominada


intensidad de defecto) a través del cuerpo de la persona que hace contacto,
puesto que está sometida a la tensión del generador. La tierra actúa como
“conductor de retorno” para esa intensidad de defecto. Si no existiera la conexión
a tierra del generador no podría circular esa intensidad, puesto que el conductor
de retorno estará abierto.

Para seleccionar las medidas de protección contra contactos indirectos debe


tenerse en cuenta, entre otros actores, los siguientes:

• La naturaleza de los locales o emplazamientos.


• Las masas existentes (carcasas metálicas) y los elementos conductores.
• La extensión e importancia de la instalación.
• Los criterios para conocer en qué condiciones debe utilizarse alguna de las
medidas de protección de las indicadas al comienzo del capítulo, aparecen en la
instrucción MIEBT 021 del R.E.B.T.

La definición de “suelo conductor”, se encuentra en la instrucción MIE BT 001


del R.E.B.T.

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PROTECCIÓN DE LA CLASE A: SUPRIMEN EL RIESGO

Se utilizan para evitar que se produzcan contactos indirectos. Las acciones que
pueden llevarse a cabo para ello se regulan en la instrucción MIE BT 021 y son:

1. Separación de circuitos.
2. Empleo de pequeñas tensiones de seguridad.
3. Separación entre las partes activas y las masas accesibles por medio
de aislamientos de protección.
4. Inaccesibilidad simultánea de los elementos conductores y masas.
5. Recubrimiento de masas con aislamiento de protección.
6. Conexiones equipotenciales.

SEPARACIÓN GALVÁNICA DE CIRCUITOS

Si se evita que el generador esté en contacto con la tierra (conexión a tierra), en


caso de contacto indirecto no circulará intensidad por la persona, al no existir
conductor de retorno.

Para ello, el circuito de trabajo (circuito bajo protección) no se alimenta


directamente de la red, sino a través de un transformador de relación 1:1
denominado transformador de aislamiento.

De este modo si hay una avería en el receptor el operador no podrá recibir


ninguna descarga, ya que no está sometido a tensión alguna.

Pero estos transformadores de aislamiento y los dispositivos análogos deben


estar cuidadosamente construidos, porque si hay una avería en el circuito
secundario del transformador y uno de los polos (conductor activo o conductor
neutro) se pone en contacto con “tierra”, existirá tensión entre “tierra” y el otro
polo. De este modo, si la carcasa del receptor está en contacto con un conductor
existe la posibilidad de que circule una corriente a través del cuerpo del operario.

PEQUEÑAS TENSIONES DE SEGURIDAD.

Al producirse una derivación a masa (contacto de un conductor con la carcasa


metálica) en un receptor, una persona puede verse sometida a una tensión igual
a la de alimentación, lo cual puede suponer que circule por su cuerpo una
intensidad de defecto proporcional a dicha tensión.
Para evitar que se produzcan lesiones graves pueden emplearse tensiones
reducidas en los circuitos a los que tienen acceso las personas.
Estas tensiones tendrán los valores siguientes:

24 V (valor eficaz) Para locales húmedos o mojados.


50 V( valor eficaz) Si se trata de locales secos.
En la instrucción MIE BT 027 se indicará qué se consideran locales húmedos y
mojados.

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SEPARACIÓN ENTRE PARTES ACTIVAS Y MASAS

Consiste en evitar que pueda producirse un contacto indirecto impidiendo que un


conductor pueda hacer contacto con una carcasa metálica (masa). Esto puede
conseguirse separando masas y conductores, o bien interponiendo entre ambos
obstáculos aislantes.
Para que los receptores estén convenientemente aislados se consideran las
siguientes clases de aislamiento (MIE BT 031 apdo. 1.2), en función de la forma
en que se impide el contacto con partes metálicas o conductores activos. Es
válido para receptores cuya tensión de alimentación no sea superior a 440 V y
su intensidad nominal no exceda de 63 A.

- CLASE 0 : No pueden unirse las partes metálicas accesibles a un conductor de


protección (llamado conductor de puesta a tierra). El aislamiento en sí se hace
con el pavimento. Deben utilizarse, por lo tanto, en locales secos y con
pavimentos no conductores.

- CLASE 0I: Llevan bornes para la puesta a tierra de sus partes metálicas
accesibles. Tienen un conductor flexible para alimentación conectado
permanentemente , pero que no incluye el conductor de protección.

- CLASE I: Igual que el anterior, pero cuando se alimenten con conductor


flexible, éste incluye el conductor de protección.

-CLASE II: No necesitan ninguna conexión a tierra pues el aislamiento que


presentan es doble o reforzado. Pueden utilizarse en cualquier local. Existen
varios tipos:
- CLASE II-A (clase II con aislamiento envolvente): tienen una envoltura
duradera prácticamente continua de material aislante que incluye todas
las partes metálicas excepto pequeñas piezas como placas de
características, tornillos o remaches que estén separadas de las partes
activas por un aislamiento equivalente, al menos, al reforzarlo.
- CLASE II-B: (Clase II con envolvente metálica): tienen una envolvente
metálica prácticamente continua y aislada totalmente de las partes activas
por un doble aislamiento excepto en aquellas parte en que se emplee un
aislamiento reforzado, por no ser realizable el doble aislamiento.
- CLASE II-C: Aparatos que combinan los tipos A y B anteriores. Llevan
junto a las indicaciones de sus características el siguiente distintivo:

-CLASE III: Son los previstos para ser alimentados por tensión inferior a 50 V.
Pueden utilizarse en cualquier local, pero son las máquinas- herramienta las que
principalmente se emplean alimentadas a estas tensiones en sitios muy
conductores tales como depósitos metálicos, calderas o similares.

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Se considera que las partes activas de una instalación con canalizaciones
interiores de longitudes menores de 100 m. Presentan un aislamiento correcto
cuando la resistencia de aislamiento es mayor de 1.000 veces la tensión de
funcionamiento, con un mínimo de 250.000W.

Si una persona hace contacto directo simultáneamente con un conductor activo


y una carcasa metálica que esté puesta a tierra, estará en una situación similar
a la de contacto indirecto. Se verá sometido a la tensión de alimentación.
Para evitar esto, debe asegurarse que estén convenientemente aislados entre sí
las masas y los conductores activos.

RECUBRIMIENTO DE MASAS

Básicamente consiste en impedir que una persona haga contacto con una
carcasa metálica recubriéndola con un aislamiento de protección.
Hay que tener presente que las pinturas, barnices, lacas y productos similares
no pueden usarse para construir este aislamiento, a no ser que las normas UNE
que se refieren a estos productos lo señalen específicamente.

CONEXIONES EQUIPOTENCIALES

Se trata de unir entre sí todas las masas metálicas y conectar éstas a su vez, a
los elementos conductores accesibles simultáneamente. Al estar unidas, no
pueden aparecer tensiones peligrosas entre ambas partes.

INSTALACIONES DE PUESTA A TIERRA

Una instalación de puesta a tierra es la unión metálica directa (sin fusibles ni otros
dispositivos de corte o protección) de sección suficiente, entre las masas
(carcasas conductoras) de los receptores y en contacto con el suelo a través de
un electrodo o grupo de electrodos enterrados en el mismo. Su Descripción y
características se desarrollan en temas posteriores.

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2. PROTECCIÓN DE LAS INSTALACIONES DE BAJA TENSIÓN CONTRA
SOBRECARGAS Y CORTOCIRCUITOS. SELECTIVIDAD DE LAS
PROTECCIONES DE SOBREINTENSIDAD.

Estos dispositivos van alojados en LOS CUADROS DE DISTRIBUCIÓN o


cuadros de Mando y Protección. Las protecciones para circuitos basan su
funcionamiento en interrumpir la alimentación cuando se detecte una intensidad
superior a ala que debería circular durante el funcionamiento normal de los
receptores.

Esta sobreintensidad puede estar causada por:

• SOBRECARGAS: ocurren si el receptor, durante su funcionamiento, consume


una potencia superior a la nominal.

• CORTOCIRCUITOS: se dan cuando dos conductores que se encuentran a


distinto potencial se ponen en contacto directamente o a través de un elemento
metálico con baja impedancia.

Las sobreintensidades debidas a sobrecargas son generalmente, mucho


menores que las que se dan en un cortocircuito.
MAGNETOTÉRMICOS

A estos dispositivos también se les denominan interruptores automáticos o bien


PIAs (pequeños interruptores automáticos), cuando se usan en instalaciones
domésticas.

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Protegen a los circuitos (conductores y receptores) porque interrumpen
automáticamente la alimentación si detectan una sobreintensidad. Según la
causa que provoque esta sobreintensidad, la interrupción del circuito se
producirá de manera diferente:

• SOBRECARGAS: interrumpirán el circuito, por efecto TÉRMICO. Su


funcionamiento depende además, de la duración de la sobrecarga.

• CORTOCIRCUITOS: abrirán el circuito por efecto ELECTROMAGNÉTICO.


Su funcionamiento no depende del tiempo.

Apertura (disparo) por efecto TÉRMICO

La intensidad circula a través de un bimetal y de una bobina, conectados en


serie.
El bimetal es el elemento encargado de provocar la apertura automática del
circuito en caso de que circule una corriente relativamente elevada, provocada
generalmente por sobrecargas (exceso en la demanda de intensidad, respecto a
los valores nominales de funcionamiento de los receptores). Este elemento está
formado por dos metales de distinto coeficiente de dilatación unidos entre sí. El
calentamiento que provoca el paso de la sobreintensidad producirá distintas
dilataciones en las láminas, doblándose el bimetal que accionará el resorte de
apertura.

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Apertura (disparo) por efecto ELECTROMAGNÉTICO

Aunque durante el funcionamiento normal existirá un campo magnético en la


bobina, cuando la corriente sea suficientemente alta (como la que se produce en
un cortocircuito), creará en su núcleo un campo magnético mayor que será capaz
de mover el resorte de apertura, produciéndose así la interrupción del circuito.
Si se produjese un cortocircuito, la intensidad que circularía sería excesivamente

alta y podría dañar en un instante parte de la instalación. De hecho, este efecto


suele ser causa común de incendios en las instalaciones eléctricas. Para
prevenirlo, la interrupción del circuito debe ser inmediata y por eso no serviría el
bimetal, dado que éste tiene una respuesta lenta.
Como se puede comprobar, el tiempo de apertura del circuito es un factor muy
importante para ambos tipos de defectos (sobrecargas y cortocircuitos).

Criterios de elección del MAGNETOTÉRMICO

Para elegir un magnetotérmico hay que analizar tres características básicas:

1) CURVA DE FUNCIONAMIENTO.
2) CALIBRE.
3) PODER DE CORTE

Curva de funcionamiento

Representa el tiempo de desconexión del interruptor, en función de la intensidad


detectada. En el eje de abcisas se indican los valores relativos a la intensidad
nominal del magnetotérmico (I/IN), en lugar de los valores absolutos
de intensidad. Se distinguen tres zonas de funcionamiento:

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• Zona A: Disparo TÉRMICO, por sobrecarga.
• Zona B: disparo ELECTROMAGNÉTICO, por cortocircuitos.
• Zona C: Transición entre ambas zonas.

Para un magnetotérmico con unas características dadas, la zona de disparo


térmico es siempre igual. Sin embargo, los límites de disparo por efecto
electromagnético pueden ser distintos y esto da lugar a que existan distintos tipos
de curvas. Las curvas más usuales y sus aplicaciones son:

• TIPO A: Protección de líneas que alimentan a semiconductores (no


contemplada aún en la norma). Im entre 2 y 3 veces el valor del calibre (In).
• TIPO B (antes L): Protección de receptores sin sobrecargas importantes en el
funcionamiento. Protección de líneas de gran longitud, generadores y personas.
El valor de Im está entre 3 y 5 veces el In (UNE-EN-60898).
• TIPO C (antes U-UNE 20.347): protección de líneas en instalaciones
domésticas donde existan distintos tipos de receptores, incluso iluminación. Una
vez en servicio, soportan puntas de corriente de cierta consideración. La
intensidad de disparo magnético (Im) es entre 5 y 10 In (UNE-EN-60898).
• TIPO D: Receptores con fuertes puntas de arranque como los motores,
transformadores, etc. Im entre 10 y 14 In (UNE-EN-60898).
• TIPO G: Uso general. Cuando las sobrecargas son mínimas, desconectan más
rápido que los anteriores. Im entre 5 y 8 In (UNE-20.347).
• TIPO H: Uso general. Cuando las sobrecargas son excesivas, desconectan
más rápido que los anteriores.
• TIPO K: Protección de receptores como en la curva D, pero detectan
sobrecargas por efecto térmico menores. Protección de semiconductores entre
10 y 14 In (EN-60947.2).
• TIPO S: Im en 15 veces In (CEI 947).
• TIPO Z: Protección de circuitos electrónicos. Im entre 2,4 y 3,6 In (UNE-EN-
60947.2).
• TIPO ICP-M: Protección de instalaciones como interruptor de control de
potencia (ICP) o uso general, como la curva C (UNE-20317). Im entre 5 y 8 In.

La elección del tipo de curva más apropiado se hará en función de las


características de los receptores o de la línea que se pretende proteger.

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Calibre

El calibre de un magnetotérmico es la intensidad nominal (I N), a partir de la cual


se interrumpirá el circuito.
Una vez que el magnetotérmico detecta una intensidad superior al calibre, la
interrupción puede ser por efecto térmico o electromagnético dependiendo del
tipo de curva y del valor de la intensidad que atraviesa el interruptor.
En la elección del calibre se tendrá en cuenta lo siguiente:

• El calibre del magnetotérmico debe ser menor o igual que la máxima intensidad
admisible por el conductor instalado ( que puede determinarse en el R.E.B.T.)
con objeto de que al superarse esa intensidad, se interrumpa el circuito en un
tiempo tal que no se dañe el conductor. Además, el calibre se escogerá de un
valor superior a la corriente de empleo, que es la corriente que se consume en
el circuito a proteger durante su funcionamiento normal, para que no s interrumpa
el circuito durante dicho funcionamiento. En resumen, debe cumplirse la
siguiente condición:

I B  IN  IZ

• IB Corriente de empleo del circuito.


• IN Intensidad nominal del interruptor (CALIBRE).
• IZ Intensidad admisible (intensidad máxima que soporta el cable, según
norma).

Poder de corte

Es la máxima intensidad que es capaz de interrumpir el magnetotérmico.


Evidentemente, ese valor está referido a la actuación por efecto
electromagnético, puesto que en un cortocircuito se darán los máximos valores
de intensidad posibles. Según la norma UNE-EN-60898, su valor debe
expresarse en amperios (A), dentro de un rectángulo. Para la elección del poder
de corte (Pdc), deben considerarse dos casos:

• Si el transformador de distribución no está en el mismo edificio o muy próximo


a la instalación, no es necesario hacer el cálculo del poser de corte. El calibre
escogido determina un PdC adecuado en la mayoría de los casos.
• Si el transformador de distribución está en el mismo edificio o suficientemente
próximo. Sí se calcula. Debe ser mayor o igual que la intensidad de cortocircuito
(Icc). Este valor corresponde con el de la intensidad que existiría en el punto del
circuito donde se instala el interruptor, si ahí se produjese el cortocircuito. Esta
intensidad de cortocircuito (Icc) se puede obtener mediante tablas, en las que
intervienen los siguientes datos:

- STRAFO: Potencia aparente nominal (VA) del transformador de distribución.


- V: Tensión nominal de la salida del transformador.
- Ucc: Tensión de cortocircuito del transformador.
- ZL: Impedancia de la línea de alimentación, hasta el punto de cálculo.

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COORDINACIÓN (APLICABLE TAMBIÉN AL RESTO DE PROTECCIONES)

Una vez determinadas las características de los magnetotérmicos que


protegerán a los circuitos de la instalación, tendrá que comprobarse que hay una
adecuada coordinación entre dichas protecciones. El objetivo de contemplar
varios circuitos en el diseño de una instalación es el poder interrumpir la
alimentación, cuando se produzca un fallo en un receptor o conjunto de
receptores, sin que se interrumpa la alimentación del resto de los receptores de
la instalación. Para ello deben existir los dos tipos de coordinaciones, que son:
selectividad y filiación (ésta última, también llamada protección “Back-Up” o
efecto cascada).

Selectividad cronométrica: El interruptor que está aguas abajo, debe cortar el


circuito antes que lo haga el de aguas arriba, para una misma sobreintensidad,
tanto por efecto térmico como magnético.

• Selectividad amperimétrica: El interruptor que esté aguas abajo, debe cortar


el circuito por efecto magnético, antes que lo haga el superior

FILIACIÓN

La filiación afecta a la elección del poder de corte de los magnetotérmicos


pudiendo suponer un ahorro en la instalación.
Cuando exista un magnetotérmico aguas arriba (principal) que permite el corte
de toda la instalación, los interruptores instalados aguas abajo (secundarios)
pueden tener un poder de corte (Pdc) menor que el que le correspondería a cada
uno de ellos.
La condición exigible es que el interruptor principal tenga un PdC mayor o igual
que la intensidad de cortocircuito en el punto donde está instalado y esté
correctamente coordinado con los interruptores secundarios de forma que, en
caso de que en un cortocircuito se superase el poder de corte de un interruptor
secundario, el principal se abra. Las asociaciones de interruptores que permiten
hacer uso de la filiación deben darla los fabricantes, puesto que sólo puede
determinarse en laboratorio.

RELÉS TÉRMICOS

El relé térmico es un dispositivo que sirve para proteger a circuitos y receptores


interrumpiendo la alimentación sólo cuando se producen sobrecargas pequeñas
pero no prolongadas.

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Normalmente se usan para proteger a los motores contra esas sobrecargas, en
lugar de emplear magnetotérmicos para ello.
Cuando se opta por esta solución es necesario usar otro dispositivo adicional
que proteja contra cortocircuitos, porque los relés térmicos no lo hacen.
Cuando se emplean los relés electromagnéticos acompañando a los relés
térmicos, suele denominársele al conjunto “guardamotor” y hay fabricantes que
lo comercializan de este modo.
El funcionamiento es completamente análogo al de la parte de disparo térmico
de un interruptor magnetotérmico.
Están formados por bimetales. Alrededor de los mismos se arrolla un conductor
por el que circulará la intensidad del circuito. Éste se calentará por efecto joule,
pero cuando genere más calor del que es capaz de evacuarse por la carcasa se
dilatará el bimetal correspondiente doblándose y empujando el resorte de
apertura de los contactos.
Generalmente, los relés térmicos pueden ajustarse respecto al valor de
intensidad que provoca la interrupción del circuito. Dicho ajuste consiste en
regular la proximidad de los bimetales con el resorte de apertura.
La curva de funcionamiento de estos dispositivos, tiempo de disparo versus
intensidad, es del tipo I2t.
El rearme (cierre de los contactos después de una apertura) no puede hacerse
hasta que no haya sido evacuado el calor generado o hasta que se haya
refrigerado el bimetal y vuelva a su posición inicial.

En general, debe cumplirse que la curva de disparo del relé térmico esté por
debajo de la curva de calentamiento de la máquina a proteger.
Además de los relés térmicos del tipo mecánico como los descritos, existen relés
electrónicos para la protección térmica de motores que incluyen además,
protección contra asimetría, falta de fase, cambio en la secuencia de fase,
sobrecalentamiento interno del motor, sobretensiones y subtensiones.

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El funcionamiento del relé térmico ha de cumplir tres condiciones básicas:

• Debe interrumpir el circuito cuando se produzca una sobrecarga.


• Cuando circule la intensidad nominal, no debe interrumpirse el circuito.
• Deben soportar las sobreintensidades que se produzcan en un arranque
normal de un motor, sin que interrumpan el circuito.

La elección del relé térmico se hará según el valor del calibre, el cual cumplirá lo
siguiente:

• El calibre del relé térmico debe ser de un valor normalizado inmediatamente


superior al de la intensidad nominal de la máquina o circuito a proteger.
• También debe ser menor que la capacidad de carga del conductor (máxima
corriente admisible del conductor).

RELÉ ELECTROMAGNÉTICO DE PROTECCIÓN

Son dispositivos que sirven para proteger la instalación y los receptores cuando
se produce un cortocircuito.
Generalmente se colocan si se han empleado relés térmicos para proteger
motores con sobrecargas, puesto que en este caso no hay protección contra
cortocircuitos.
Funcionan sólo por efecto electromagnético. Para su elección hay que tener en
cuenta las dos características siguientes:

• Intensidad nominal del relé: debe ser igual o mayor que la intensidad nominal
del circuito que protege, para que no se deterioren sus propios contactos.
• Poder de corte: es la máxima intensidad para el cual es capaz de abrir sus
contactos, sin riesgo de defectos. Éste debe ser mayor que la intensidad de
cortocircuito prevista en el punto donde se instalaría el relé.
El cálculo de dicha intensidad se hace exactamente igual que el descrito para los
interruptores magnetotérmicos. El poder de corte podría ser menor, siempre que
exista una filiación adecuada con otros dispositivos de protección contra
cortocircuitos que estén situados aguas arriba en la i nstalación

FUSIBLES

Sirven para proteger la instalación y los receptores interrumpiendo la


alimentación cuando se produce un cortocircuito o una sobrecarga, según el tipo
de fusible.
Pueden usarse, por ejemplo para proteger contra cortocircuitos en el circuito de
alimentación de un motor o equipo de medida.
Están formados por un conductor diseñado y calculado para que cuando circule
por él una corriente de valor superior a la intensidad nominal del mismo calibre
(IN), se funda, interrumpiéndose el circuito.
El conductor está rodeado de arena de sílice o aire y recubierto por una cápsula
de cerámica, plástico o cristal. El sílice se emplea para que pueda extinguirse
rápidamente el arco eléctrico provocado por la interrupción del circuito. La
tensión de funcionamiento y el calibre determina su tamaño.

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Presentan el inconveniente de que para restablecer el funcionamiento del circuito
hay que reponerlos por otros nuevos.
El tiempo de fusión es una característica fundamental. Esto da lugar a los
distintos tipos de fusibles y curvas de funcionamiento de los mismos. La norma
UNE 21.013-11 contempla dos clases de fusibles para usos industriales, que son
los siguientes:

• Clase gI. Uso general: protegen circuitos contra todo tipo de sobrecargas,
incluyendo cortocircuitos.
• Clase aM. Acompañamiento de motores: especialmente concebidos para
arranque de motores ya que resisten las sobreintensidades que tienen lugar en
el arranque. Sólo sirven como protección contra cortocircuitos. La fusión de éstos
es más lenta que los del tipo gI, para pequeñas intensidades. Si se necesita una
protección contra sobrecargas, hay que colocar relés térmicos.

Existen otras clases de fusibles, que son:

• Clase gF. Fusión rápida: protección contra cortocircuitos.


• Clase gT. Fusión lenta: protección contra sobrecargas.
• Ultrarrápidos: para protección de semiconductores.

Generalmente, los fusibles de cartucho cilíndrico se emplean para pequeñas


intensidades (hasta unos 10 o 15 A), los de tipo DO y D para intensidades de
valores intermedios (desde unos 15 A hasta intensidades del orden de 80 A) y
los fusibles de cuchilla suelen fabricarse para intensidades muy elevadas (del
orden de los 150 A o más).
Para la elección del fusible, deben considerarse los datos siguientes:

• El calibre (intensidad nominal del fusible, IN ) debe ser igual (o mayor) que la
intensidad nominal de la máquina o circuito a proteger.
• Además debe ser menor que la capacidad de carga del conductor (máxima
corriente admisible por el conductor)
• El poder de corte del fusible debe ser lo más alto posible.
• El tiempo de fusión y el tipo de curva dependerá del tipo de receptor y de si
existe o no protección contra sobrecargas por medio de otro dispositivo.
• La selectividad entre dos fusibles se estima que puede conseguirse siempre
que la relación de calibres sea mayor o igual de 1,6.

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4. SISTEMAS GENERALES DE PROTECCIÓN EN BAJA TENSIÓN.
MECANISMOS DE PROTECCIÓN CONTRA SOBRETENSIÓN Y
SOBRECARGA.

4.1. INTERRUPTORES

Inicialmente definiremos un interruptor como un dispositivo mecánico de conexión y


desconexión eléctrica, capaz de establecer, soportar e interrumpir la corriente en las
condiciones normales de funcionamiento del circuito donde va asociado.

Para interrumpir la corriente en un receptor monofásico, es suficiente abrir éste en un


solo punto, por medio de un interruptor unipolar, pero procediendo así no lograremos
aislar el receptor de la línea, puesto que éste queda al potencial de la fase no cortada.

Para lograr aislar por completo un receptor o una instalación cualquiera, es necesario
abrir el circuito por tantos puntos como conexiones tenga con la línea que lo alimenta.
Así, pues, los interruptores unipolares solamente se utilizarán en pequeños receptores de
uso doméstico, debiendo utilizar en los demás casos interruptores con tantos polos como
conductores lo alimentan.

Las condiciones exigidas a un buen interruptor deberán ser inicialmente las siguientes:

1) Que las superficies de las piezas que realizan el contacto eléctrico,


sean suficientes para dejar paso a la intensidad nominal prevista en el
circuito donde ha de ser colocado, sin provocar excesivas elevaciones de
temperatura.

2) Que el arco de ruptura, que sin duda se formará cuando abramos el


circuito, se extinga lo más rápidamente posible, de manera que no forme
arco permanente, ya que de lo contrario se destruirían rápidamente los
contactos.

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La primera condición se logra dimensionando ampliamente la superficie de las piezas
que forman el contacto eléctrico, procurando que sea lo más perfecta posible y haciendo
que exista una cierta presión entre dichas piezas. Así, podremos decir que la intensidad
nominal que puede circular por los contactos de un interruptor, es directamente
proporcional a la superficie de los contactos y a la presión ejercida sobre ellos.

La rápida extinción del arco se logra con gran sencillez cuando la tensión e intensidad
nominal del interruptor son pequeñas. Por el contrario, en interruptores para elevadas
tensiones e intensidades, la dificultad en extinguir el arco crece enormemente según estas
dos variables.

Cuando un interruptor en servicio está cerrado, existe una cierta presión entre sus
contactos que hace que la superficie de contacto sea máxima y por tanto la corriente que
por el circula lo hará con una densidad de corriente mínima (mínima elevación de la
temperatura). En la maniobra de apertura, al iniciarse el despegue de los contactos, lo
primero que se obtiene es una disminución de presión con el consiguiente aumento de la
densidad de corriente. En el instante de la separación de los contactos, la finísima capa de
aire que los separa es atravesada por la corriente, provocando una rápida elevación de
temperatura que da lugar a un resplandor azulado extremadamente brillante de la chispa,
a la vez que se tiene un elevado campo eléctrico entre los contactos capaz de producir una
fuerte emisión de electrones en el contacto que hace el papel de cátodo.

Si la corriente que interrumpen los contactos es débil, la elevación de temperatura de


la chispa no alcanzará el valor suficiente como para provocar la fusión y volatilización
del metal de los contactos, pero a partir de cierto límite, la temperatura llegará a
sobrepasar el punto de fusión y volatilización del metal, haciendo que la chispa se torne
conductora y produzca el "arco", es decir, una llama de color netamente diferente del de
la chispa.

La diferencia entre la chispa y el arco depende, en consecuencia, de la mayor o menor


intensidad de la corriente en el momento en que los contactos se separan.

En la mayor parte de los interruptores, la velocidad de separación de los contactos la


dan muelles antagonistas capaces de imprimir a los contactos velocidades de separación
relativamente grandes, y por lo tanto, tiempos de corte pequeños, del orden de centésimas
de segundos.

Si en lugar de un único par de contactos, disponemos de dos pares de contactos en


serie, mecánicamente unidos, tal y como se muestra en la figura, conseguimos duplicar

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el arco, lo cual equivale a decir que la velocidad de corte se ha duplicado, o lo que es
igual, el tiempo y el trabajo de ruptura se han reducido a la mitad. Esta es la disposición
que adoptan la mayor parte de los interruptores denominados "contactores".

La separación necesaria para que los contactos puedan cortar el arco, depende del
medio donde éste se produce. El medio es generalmente el aire, sobre todo en
interruptores de baja tensión, pero encontraremos casos en los que el medio es el vacío,
aceite mineral, exafluoruro de azufre, etc.

Por otra parte, dada la gran facilidad de desplazamiento del arco eléctrico, en algunas
ocasiones veremos como ciertos interruptores disponen de dispositivos para alargar
artificialmente el arco, consiguiendo una longitud del arco mayor que la que
correspondería en condiciones normales. El soplado de aire a presión o magnético, son
los procedimientos más comúnmente utilizados.

4.2. CONTACTORES

Podemos definir un contactor como un aparato mecánico de conexión y desconexión


eléctrica, accionado por cualquier forma de energía, menos manual, capaz de establecer,
soportar e interrumpir corrientes en condiciones normales del circuito, incluso las de
sobrecarga.

Las energías utilizadas para accionar un contactor pueden ser muy diversas: mecánicas,
magnéticas, neumáticas, fluídricas, etc.. Los contactores corrientemente utilizados en la
industria son accionados mediante la energía magnética proporcionada por una bobina, y
a ellos nos referimos seguidamente.

Un contactor accionado por energía magnética, consta de un núcleo magnético y de


una bobina capaz de ge nerar un campo magnético suficientemente grande como para
vencer la fuerza de los muelles antagonistas que mantienen separada del núcleo una pieza,
también magnética, solidaria al dispositivo encargado de accionar los contactos
eléctricos.

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Así pues, característica importante de un contactor será la tensión a aplicar a la bobina
de accionamiento, así como su intensidad ó potencia. Según sea el fabricante,
dispondremos de una extensa gama de tensiones de accionamiento, tanto en continua
como en alterna siendo las más comunmente utilizadas, 24, 48, 220, y 380. La intensidad
y potencia de la bobina, naturalmente dependen del tamaño del contador.

El tamaño de un contactor, depende de la intensidad que es capaz de establecer,


soportar e interrumpir, así como del número de contactos de que dispone (normalmente
cuatro). El tamaño del contactor también depende de la tensión máxima de trabajo que
puede soportar, pero esta suele ser de 660 V. para los contactores de normal utilización
en la industria.

Referente a la intensidad nominal de un contactor, sobre catálogo y según el fabricante,


podremos observar contactores dentro de una extensa gama, generalmente comprendida
entre 5 A y varios cientos de amperios. Esto equivale a decir que los contactores son
capaces de controlar potencias dentro de un amplio margen; así, por ejemplo, un contactor
para 25 A. conectado en una red bifásica de 380 V. es capaz de controlar receptores de
hasta 380 25=9.500 VA. y si es trifásica 3 220 25=16.454 VA. Naturalmente nos
referimos a receptores cuya carga sea puramente resistiva (cos 
= 1), ya que de lo contrario, las condiciones de trabajo de los contactos quedan
notablemente modificadas.

Cuando el fabricante establece la corriente característica de un contactor, lo hace para


cargas puramente óhmicas y con ella garantiza un determinado número de maniobras,
pero si el cos de la carga que se alimenta a través del contactor es menor que uno, el
contactor ve reducida su vida como consecuencia de los efectos destructivos del arco
eléctrico, que naturalmente aumentan a medida que disminuye el cos  .

Por lo general, los contactores que utilicemos referirán sus características a las
recomendaciones C. E. I (Comité Electrotécnico Internacional), que establecen los
siguientes tipos de cargas:

AC-1 Para cargas resistivas o débilmente inductivas cos  = 0,95.

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AC-2 Para cargar inductivas (cos  = 0.65) .Arranque e inversión de marcha de
motores de anillos rozantes.

AC-3 Para cargas fuertemente inductivas (cos  = 0.35 a 0.65). Arranque y


desconexión de motores de jaula.

AC-4 Para motores de jaula: Arranque, marcha a impulsos y frenado por inversión.

Prácticamente, la casi totalidad de las aplicaciones industriales, tales como máquinas-


herramientas, equipos para minas, trenes de laminación, puentes-grúas, etc, precisan de
la colaboración de gran número de motores para realizar una determinada operación,
siendo conveniente que puedan ser controlados por un único operador situado en un
"centro de control", desde donde sea posible observar y supervisar todas las partes de
la instalación. Esta clase de trabajo no se puede realizar con interruptores o cualquier
otro elemento de gobierno que precise de un mando manual directo, debido a que el
operador no tendría tiempo material de accionar los circuitos que correspondiesen de
acuerdo con las secuencias de trabajo. Estos y otros problemas similares pueden quedar
solventados con el uso de contactores montados según un circuito de marcha-paro que
denominaremos "función memoria" y que es base de los automatismos eléctricos.

La función memoria en su forma más simple la hemos representado como aplicación


al accionamiento de un motor trifásico. Este circuito consta de dos pulsadores, uno de
marcha (M) normalmente abierto y otro de paro (P) normalmente cerrado; asímismo,
dispone de un contactor con cuatro contactos normalmente abiertos, tres para el
accionamiento del motor y uno para el control de la función memoria. Al pulsar M, la
bobina del contactor se excita, el contactor cierra sus contactos y por tanto el contacto
R de retención de la función memoria retiene la alimentación aunque dejemos de pulsar
M (motor en marcha). Si por alguna circunstancia pulsamos P la alimentación de la
bobina del contactor queda cortada, el contacto de retención se abre quedando la
función memoria en situación de reposo (motor parado).

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