Cómo Escribir Una Obra de Teatro y No Morir en El Intento
Cómo Escribir Una Obra de Teatro y No Morir en El Intento
Cómo Escribir Una Obra de Teatro y No Morir en El Intento
Yndira Díaz
@yndiradiaz
[email protected]
DÍA 1
1.- La idea
Para tener una idea, una historia y personajes, lo primero que debemos hacer es
investigar. En esta fase de la escritura, lo más importante es hacer de la observación
un hábito. Hasta las cosas más sencillas pueden darnos material para escribir.
En este taller buscamos hacer de este encierro voluntario, algo fructífero que nos
permita avanzar y generar algo productivo para nuestras carreras y que al final de
este camino podamos tener material suficientemente creativo, como para llenar los
espacios con teatro de buena calidad. Esto va a estar determinado por el esfuerzo
y entusiasmo que le pongas al trabajo creador.
Así pues que la idea es armarte de valor y sacar en palabras escritas, todas tus
vivencias de estos días de cuarentena, eso sí haciéndolo interesante y que permita
que la gente que se exponga a la obra, sienta las emociones que desees transmitir.
Este primer paso ya está cubierto, Porque hemos convenido que sea una obra que
refleje lo que vivimos durante estos días de pandemia; ahora lo que necesitas es
ver cómo harás posible que lo cotidiano, pase a la vida teatral.
Para ello debes observar y recolectar. De qué se trata esto: Prepara un sistema de
recopilación de información, guarda y etiqueta toda información sobre la cuarentena
que sea importante para ti, puedes hacer un fichero o tener un cuaderno
especialmente para eso, lo importante es que guardes información relevante sobre
el tema. Además puedes pedirles a tus amigos y familiares que te cuenten
anécdotas de estos días. En este punto solo sabemos que deseamos plasmar en
nuestra obra lo que está pasando en estos días. Aún no sabemos de quién será el
punto de vista, qué deseamos obtener y quien nos lo impedirá, más adelante
abordaremos esos temas. Aquí solo debes despertar tu interés por el tema.
B.- Nutre la idea
Fantasea de manera libre con la información que has recopilado, dale la vuelta a
toda esa información y aunque te parezca raro, cuando te surja la inquietud por una
de las historias que encuentres, llévala hasta su mayor extremo. No digo que esa
sea la que trabajarás, pero el ejercicio es indagarla hasta sus últimas
consecuencias, para ver hasta dónde llega. Es posible que hasta lo más
insignificante pueda ser la puerta de entrada a tu obra.
Por ejemplo: la última rebanada de torta en la nevera. Que pasa en casa, durante
esta cuarentena si viven tres personas y solo queda una rebanada de torta Esto es
solo un ejemplo.
Lo importante es que hagas las más descabelladas asociaciones, para que luego
puedas descubrir, cuál es más apta para tu historia. También funciona hacer mapas
mentales con las distintas posibilidades que existan. Así podrás crear un árbol
donde tengas de forma visual todas las oportunidades que nos ofrece dicha idea y
cómo se relacionan entre sí.
Una vez que hemos desarrollado las posibilidades que nos genera una idea, tanto
en el ámbito informativo como en el creativo, tenemos que dejarla reposar.
Las ideas tienen que ser incubadas. Es el momento de hacer otras cosas:
relajarse, oír música, hacer tareas manuales, dormir… en fin, olvidarse de la idea
de forma consciente y dejarla madurar. Cuando nos ocupamos en otra cosa, el
inconsciente puede hacer que fluyan las respuestas.
3.- Qué es la premisa
En términos simples, la premisa es lo que el autor quiere decir con su obra, el tema
se debe verse reflejado en el conflicto de la historia, el autor define el punto de vista
que mostrará en su obra. No es lo mismo cómo se ve el conflicto, desde la óptica
de un niño, que desde la de un anciano o de una persona con alguna compulsión.
Una vez que el punto de vista está claro, se escribe el logline, que no es más que
tu historia contada en una sola frase, es un gancho emocional para estimular el
interés.
Ejemplo: ¿Qué pasaría si dos astronautas quedan flotando en medio del
espacio?