Tesis Maria Victoria Soriano
Tesis Maria Victoria Soriano
Tesis Maria Victoria Soriano
2017
EL TEXTO DRAMÁTICO-LÍRICO Y SU
REPRESENTACIÓN: APORTACIONES
ESCÉNICAS A LA ÓPERA DURANTE LOS
SIGLOS XX Y XXI.
DIRECTORA:
DRA. DÑA. MARÍA DEL PILAR ESPÍN TEMPLADO
2
A la Dra. Dña. María del Pilar Espín Templado porque alimentó mi
plena ilusión de dedicarme a la investigación operística desde unas gafas científicas que
pueden analizar el punto de vista dramático. El riesgo, la oportunidad, la pasión y el rigor
me los ha enseñado con su ejemplo y su implicación en esta labor.
3
INDICE
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………11
1. EL TEXTO DRAMÁTICO Y LA MÚSICA………………………………….16
1.1. Historia de una polémica: Literatura versus música………………… 16
1.2. El compositor en los siglos XX y XXI…………………………………. 23
1.2.1 La forma de composición operística durante el siglo XX…………… 23
1.2.2 La forma de composición operística durante el siglo XXI…………....27
1.2.3 Relación de los estrenos más destacados en el siglo XXI
de óperas compuestas desde mediados del siglo XX
y estrenadas en la primera década del siglo XXI. ……………………35
1.3. El libretista en los siglos XX y XXI………………………………………… 46
1.3.1. Libretista frente a autor dramático……………………………………… 50
1.4. El director de escena en los siglos XX y XXI……………………........... 56
1.4.1. El origen del director escénico en la ópera………………….............. 56
1.4.2. El escenógrafo y el director de escena. Relaciones………………… 56
1.4.3. Hacia un nuevo concepto de la dirección escénica
en los siglos XX y XXI…………………………………………………...............58
4
2. Personajes………………………………………………..............75
2.1. Protagonista – Antagonista……………………………….......75
2.2. Conflictos y triángulos amorosos: Intermediarios………………......78
3. Espacio y tiempo………………………………………………………....83
II. Pragmática y Semántica…………………………………………….......85
1. En la época del estreno…………………………………………............86
2. Don Juan en la actualidad: En los siglos XX y XXI……………….......90
C. Análisis semiótico de Il dissoluto punito,
ossia il Don Giovanni. Lorenzo Da Ponte…………………………......94
I. Sintaxis…………………………………………………………………… 94
1. Acción, personajes, espacio y tiempo………………………………….94
2. Acotaciones y apartes…………………………………………………....97
II. Pragmática y Semántica………………………………………………...107
1. En la época del estreno…………………………………………………107
5
2.2. Fausto de Gounod……………………………………………………….185
2.2.1. Los textos: de la obra dramático-literaria
al libreto operístico………………………………………………………….. 185
2.2.1.1. Obras dramáticas fuentes de la ópera…………………….. 185
A. El mito literario de Fausto desde el siglo XVI…………………….185
B. Análisis semiótico de Fausto de Goethe……………………....187
I. Sintaxis…………………………………………………………………187
1. Acción. Argumento. Secuencias……………………………………187
2. Personajes…………………………………………………………….189
2.1. Protagonista, antagonista, intermediarios……………………….189
3. Espacio y tiempo……………………………………………………..190
II. Pragmática y Semántica……………………………………………..201
1. En la época de estreno de Goethe………………………………….201
2. Fausto en la actualidad: En los siglos XX y XXI…………………..204
C. Análisis semiótico de Faust, Jules Barbier y Michel Carré…211
I. Sintaxis………………………………………………………………….211
1. Acción, personajes, espacio y tiempo………………………………211
2. Acotaciones y apartes………………………………………………...215
6
2.2.3. Recapitulaciones y consideraciones……………………………….320
A. Sobre el texto de Fausto de Goethe y
Fausto de Jules Barbier y Michel Carré……………………………....320
B. Sobre las puestas en escena de
las versiones escogidas de Fausto…………………………………....328
7
1. Acción, personajes, espacio y tiempo……………………………... 407
2. Acotaciones y apartes…………………………………………......... 412
II. Pragmática y Semántica………………………………………….... 422
1. En la época de estreno……………………………………………….422
B.4. Análisis semiótico de El Ocaso de los dioses……………....424
I. Sintaxis………………………………………………………………….424
1. Acción, personajes, espacio y tiempo……………………………....424
2. Acotaciones y apartes……………………………………………….. 429
II. Pragmática y Semántica……………………………………………..441
1. En la época de estreno……………………………………………….441
8
3. EL PÚBLICO Y LA CRÍTICA……………………………………………...534
3.1. Críticas sobre los estrenos en España de las óperas analizas………534
3.1.1. Teatro Real en Madrid……………………………………….... 534
3.1.1.1. Don Giovanni…………………………………………..534
3.1.1.2. Fausto…………………………………………………..540
3.1.1.3. El Anillo del Nibelungo………………………………..541
3.1.2. Teatro Liceo en Barcelona……………………………………………..548
3.1.2.1. Don Giovanni…………………………………………..548
3.1.2.2. El Anillo del Nibelungo………………………………..551
4. SÍNTESIS Y CONCLUSIONES…………………………………………...645
4.1. Las teorías de la semiótica teatral aplicadas a
las óperas estudiadas…………………………………………………………..645
4.2. El fenómeno de transposición…………………………………………....659
4.3. La importancia del público y de la crítica para
analizar el progreso operístico de los siglos XX y XXI……………………...661
4.4. Conclusiones sobre la evolución escénica de
tres óperas durante los siglos XX y XXI:
Innovación y transgresión……………………………………………………...666
9
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INTRODUCCIÓN
1Una semiótica del género dramático puede partir del esquema general propuesto por Charles
Morris de los tres niveles expuestos.
11
musical puede asumir el papel de libretista y director de escena de sus propias
composiciones o si debemos destacar a compositores musicales que son
reconocidos dramaturgos al mismo tiempo. Justificar estas premisas nos serviría
para llegar a la afirmación de que puede existir una mayor coordinación escénica
en las puestas en escena de óperas como consecuencia de la fusión de los
elementos principales del estudio comparativo mencionado en una sola figura
capaz de componer una partitura, escribir un texto dramático original y de llevar
el mando de la dirección escénica.
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la música ha de estar siempre presente en las intenciones de este trabajo,
porque ambas deben ir de la mano por mera necesidad. Un resultado adecuado
en la obra teatral del género lírico se consigue cuando la literatura y la música
se compenetran para crear dos textos que se representan: la partitura y el texto
dramático. Como consecuencia de ello, el estudio evolutivo de la fuente literaria
hasta llegar a su conversión en la obra dramático-lírica es prioritario porque
influirá en puestas en escena actuales, anteriores y futuras.
De la misma manera que un texto dramático admite varias lecturas por ser
literario, la puesta en escena también puede interpretarse y leerse de diversos
modos por ser un texto artístico. Así, el texto espectacular y el texto literario están
en el texto escrito y en el texto representado.
14
ciudades y sirve de contraste con la anterior. Mozart sólo cumple con su labor
como compositor musical y se sirve de Da Ponte para la elaboración de un libreto
adecuado a su versión operística de Don Juan. Lo mismo ocurre con Gounod
que crea una música y deja en manos de los libretistas Jules Barbier y Michel
Carré un Fausto basado en el mito de Goethe. En último lugar, el paso definitivo
lo da Wagner. En El Anillo del Nibelungo ratificaremos que un compositor
musical, libretista, dramaturgo y director de escena supo cómo quería que se
sucedieran las puestas en escena de sus obras originales.
15
1. EL TEXTO DRAMÁTICO Y LA MÚSICA.
En ese mismo tiempo del siglo XVIII, Francia vio estallar la querelle des
bouffons, que enfrentaba a los defensores de la ópera cómica italiana con los
defensores del modelo operístico francés. El fruto de esta disputa se concretó en
la exigencia de una reforma que, anticipada por compositores italianos como
Tommaso Traetta, fue resuelta por Gluck, quien en realidad realizó un injerto de
la opera seria italiana sobre la tragédie lyrique francesa.
16
musical, una encabezada por Gluck y otra, de signo opuesto, por Mozart. Para
entendernos, Gluck partió del modelo de la opera seria, considerado más signo
e intelectualmente válido, poblado de reyes, héroes, dioses y semidioses, con
objetivos éticos y pedagógicos. Mozart, en cambio, puso de manifiesto una
sensibilidad más moderna: partió de la más realista opera buffa, cuyos maestros
nacieron en Nápoles, que reproducía la vida cotidiana, con personajes corrientes
que intentaban divertir y conmover. En la opera buffa se hablaba una lengua
coloquial, se reproducían amores, alegrías y tristezas con los que el público
podía identificarse, desdeñando pasiones trágicas o heroicas, grandes ideales y
conflictos sobrenaturales gratos a la opera seria2.
2Esta misma renovación se dio en el teatro musical español respecto a la zarzuela de héroes y
dioses a la protagonizada por personajes del pueblo en Ramón de la Cruz.
17
castigado”, Da Ponte pensaba en el gran éxito que pocos meses atrás había
obtenido en Venecia y en otras ciudades italianas la ópera Il convitato di pietra
de Gazzaniga que, sobre libreto de Bertati, trataba el mismo tema. Da Ponte,
presionado por el ritmo de trabajo, manipuló sin escrúpulos el libreto existente,
añadió nuevos episodios y modificó la poética para hacerla más moderna y
discursiva.
18
Por fin se estrenó Don Giovanni el 29 de octubre de 1787, obteniendo un
gran éxito a pesar de que la preparación no estaba del todo afinada, e incluso la
obertura, compuesta la noche anterior al estreno, no había sido siquiera
ensayada: los ensayos habían absorbido tanto a Mozart hasta el punto de que
sólo le quedaban las horas de la noche para componer. El tres de noviembre, en
las páginas del diario “Oberpostzeitung” de Praga, apareció la recensión del
espectáculo:
¿Qué dice emperador? La ópera es divina; es quizá más bella que Fígaro, pero
no es un manjar para los dientes de mis vieneses. Expliqué el caso a Mozart,
quien respondió sin turbarse: “Dales tiempos para masticarlo”. No se engañó,
seguí sus consejos e hice que la ópera se repitiese a menudo; a cada
representación los aplausos crecían, y poco a poco también los señores
vieneses de tosca dentadura supieron degustarlo con todo su sabor.
Durante el siglo XIX, la Revolución inauguró una nueva línea de óperas
propagandísticas con las que pretendía implantar su propia mitología,
escenificando aquellos acontecimientos recientes que se consideraban dignos
de entrar en los anales históricos de la nación (Parker, 2004: 125) Como era de
imaginar, la gran ópera estaba completamente dominada por el dinero; al fin y al
cabo, era un monopolio estatal. Es innegable que la mayoría de los espectadores
pertenecían a una clase socialmente privilegiada, cuando no a la aristocracia.
19
En la evolución de la ópera novecentista, el nombre de Charles Gounod
está asociado con la extremada brillantez de determinadas arias y coros, aunque
no se le aprecia tanto por su sistema de disposición de los vocablos, muy
controvertido en su época. Gounod y sus sucesores prefirieron sacar partido de
la libertad inherente a la poesía francesa, en la que, a menudo, su “ritmo hablado”
sobrepasa el ritmo prosódico. El compositor habló en diversas ocasiones de esta
“expresión de la verdad”, a la que se oponía la “exactitud del lenguaje”, y formuló
un nuevo principio, según el cual las melodías fluían de un modo impredecible
con la lectura poética, a la vez que conservaban la norma de la longitud regular
de la frase musical.
20
eligió el tema ni la fuente original de su obra, sino que esa labor fue exclusiva de
Da Ponte e incluso recibió -como hemos sabido- la negativa de Mozart, puesto
que no quería esbozar un mito como el de Don Juan.
A juzgar por el manuscrito original del libreto de Faust, tal y como fue
sometido a la censura el 17 de noviembre de 1858, más desarrollado que el que
conocemos, los ensayos tuvieron que ir acompañados de modificaciones y sobre
todo de cortes que no se produjeron sin la tristeza evidente de Gounod. El libreto
de Barbier y Carré posee calidad en muchos aspectos, a diferencia del
precipitado texto dramático lírico que elaboró Da Ponte para su Don Juan. Se
tiene que tener en cuenta que la traducción de Faust por Nerval solamente
incluía la primera parte y algunos fragmentos de la segunda de la obra de Goethe
y suponía ser la versión más divulgada y extendida. Si comparamos el texto de
Barbier y Carré con otros libretistas de la época, encontramos una estructura
dramática coherente y un romanticismo moderado. La censura no encontró en el
libreto más que cuatro frases que tacharon de “irreverentes”, pero los autores
habían contado con su derecho de inspección con el objetivo de adelantarse a
consecuencias nefastas.
21
Desde su juventud, Wagner fue siempre un poeta dramático y persiguió
un único fin toda su vida.3 El punto de partida para este compositor fue el drama
y nunca quiso buscar otra cosa que no fuese el drama. Algunos biógrafos
decidieron exponer la serie de circunstancias que lo llevaron a convertirse en
director de orquesta y compositor de óperas, sin embargo, es frecuente encontrar
malentendidos en la época de su vida comprendida entre el año 1834 y 1849. Lo
evidente es que Wagner vivió setenta años y fue músico de profesión solamente
quince. Por este motivo, Chamberlain huye de clasificaciones o encasillamientos
y se atreve a delimitar la frontera entre el término drama y ópera.
3Así nos lo muestra H.S. Chamberlain en su obra El drama wagneriano en diferentes capítulos
que explicarán toda la trayectoria del compositor alemán. Se centra en las teorías del drama
wagneriano, como un factor incuestionable para comprender el cambio significativo que se
produjo en la ópera. La lucha entre la preponderancia de la literatura y la música no halla una
discusión en Wagner. Muy al contrario, el compositor se autodefinió como poeta dramático
dejando muy presente qué priorizaba y qué rasgos característicos había que cuidar en una ópera:
en la representación debe encajar perfectamente una música adecuada a ella. El drama es el
diamante que la música ha de pulir.
22
toda esta cuestión consistía en ligar de la mejor manera posible las notas
musicales con las palabras de una obra literaria existente, mientras que para
Wagner la concepción poética es una e inseparable de la musical; puesto que la
música y las palabras surgen de la misma fuente en todos los casos.
23
el de Bayreuth con la soprano dramática en Isolda, Brunilda y Kundry. Salomé y
Elektra están basadas en obras literarias conocidas de Oscar Wilde y Hugo von
Hofmannsthal, por lo que se mantiene la opción de crear nuevas composiciones
basadas en fuentes dramáticas clásicas.
4 Se explican argumentos de óperas y estructuras de las mismas de forma muy detallada, pero
como nuestro planteamiento es introductorio y consiste en hacer un repaso del panorama
operístico del siglo XX, no se estima una extensión generosa en la exposición escrita de la
historia de la ópera del siglo XX. Preferimos centrar la atención en las ideas que luego servirán
para centrar y justificar el siglo XXI en la ópera. El siglo XX sufre un cambio incuestionable de
estilo artístico para este género de teatro lírico y supone ser el antecedente de una
transformación mayor que se empieza a suscitarse durante los primeros años del siglo actual.
Aun así, merece una mención el contagio wagneriano de estos compositores y la obsesión por
24
A partir de 1945, la operística resurgió con fuerza en los primeros años de la
posguerra. En ese mismo año de 1945, Inglaterra asistió al estreno de Peter
Grimes de Benjamin Britten, que sería considerada como un referente histórico
para los compositores posteriores. Britten tuvo la oportunidad de estrenar otras
nueve óperas antes de 1960, no siendo un caso aislado porque le siguieron más
compositores en esta nueva hazaña de estructurar una partitura y un texto
dramático en un idioma como el inglés: Walton, Bliss…
buscar nuevas formas de composiciones desde el punto de vista musical y dramático, llámese
Claude Debussy o Alban Berg.
25
Poco después, se continuaron componiendo obras que no se vieron afectadas
por la importancia de lo absurdo, los excesos del comportamiento vocal en los
solistas, las influencias de las vanguardias, del cine mudo y de los diálogos entre
personajes estrafalarios, alocados e imprevisibles. Un hecho que resulta lógico
dado que es toda una convención artística, pero ligada a tantos sistemas de
signos artísticos que llega a ser plena. A pesar de todo, el mundo de la ópera
seguía siendo artificial y extraño, por su exagerada parodia dramática y musical.
El final del siglo XX, antes de los años ochenta, nos había dejado una
situación de innovación importante, pero había deteriorado el género sin acritud.
Las temporadas de los grandes teatros llenaban sus carteleras con las óperas
desde el siglo XVIII hasta el siglo XIX, si acaso se atrevían a poner en escena
algunas óperas muy meritorias de Britten, Debussy, Berg o Stravinksi. Lo clásico
siempre vuelve, lo clásico es la referencia exquisita que provocaría el reclamo
de un público que se estaba adaptando a nuevas creaciones operísticas, aunque
se inclinase más por asistir a un teatro si iba a ver una ópera de Verdi, de Mozart,
de Puccini o de Wagner.
El siglo XXI está siendo muy prolífico desde el punto de vista operístico. Tres
nuevos teatros líricos abrieron sus puertas en el año 2006 en Canadá (Toronto),
España (Valencia) y Estados Unidos (Miami). A este hecho hay que sumar que
una nueva generación de público, curiosa y de mentalidad abierta -como explica
Lourdes Morgades (2006)- se acerca cada día más a los coliseos y el número de
estrenos por óperas crece a gran velocidad.
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Fernando Herrero cree (2006) que la forma de composición operística sigue
una orientación diferente a la que inauguró el siglo XX con composiciones de
Britten, Janacek, Poulenc o Korngold, porque las óperas estrenadas de Henze,
Eotvos, Adams, Previn, De Pablo, Sahariao y tantos otros no asumen del todo
este tiempo nuestro y sus características específicas. El crítico deja una ventana
abierta de ilusión, reflexionando sobre la probabilidad de que óperas que sigan
la estela de Wozzeck, Guerra y Paz, Lady Macbeth de Msen o Lulú sean capaces
de representar el tiempo que nos toca vivir, pues hasta ahora, salvo contadas
excepciones, confirma que siguen esperando.
En palabras de Álvaro Guibert (2002): “Nadie sabe cómo será la música del
siglo XX, pero parece claro que no será como la del XX”. En el trabajo de los
compositores se percibe hace tiempo la preferencia por una música que se
pueda entender y que haga disfrutar sin necesidad de superar obstáculos
difíciles de audición. Aunque se empeñen en preponderar la estética dramática
y plástica, la música española puede verse bien situada porque contamos con
una generación de jóvenes compositores dotados de talento, muy preparados
técnicamente.
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Continúa Guibert presentando los nombres de estos nuevos compositores
que debemos valorar en el nuevo siglo:
Gian Carlo Menotti afirmaba que la música era toda su vida en una
entrevista del año 2006, cuando cumplía 95 años de edad. La música es una
especie de desesperación cotidiana porque siempre creía que podía hacer mejor
algo que ya había concluido, como si hubiese traicionado a su arte, debido a que
la música es una amante muy celosa (Soda, 2006: 28-29). El compositor debe
entregarse a la música por completo y Menotti cree que él no lo ha hecho así en
su carrera profesional. A su edad ejerce de crítico para sí mismo y valora
negativamente el estreno en Turín de su ópera El Cónsul. A pesar de ello, su
música ha vuelto a ponerse de moda en la primera década del siglo XXI y se
29
sintió sorprendido. Lo importante de la música es que sea viva y su revolución
musical ha sido significativa porque ha dado relevancia igualitaria al texto y al
personaje. En sus puestas en escena siempre ha pretendido que se entiendan
todas las palabras y se oyese el texto.
30
ha querido realzar este personaje mediante el piano, en planos y figuras sonoras
muy diferenciadas. Martirio evoluciona cuando Adela le cuenta su relación con
Pepe. A medida que va averiguando más sobre esa relación secreta, más
desagradable empieza a ser su entorno. Los espectadores deben esperar a verla
evolucionar para sorprenderse con ella, sin embargo, este hecho no ocurre con
las demás hermanas, ni siquiera con Adela que siempre resulta provocadora.
Reimann opina que la ópera tiene una conexión más viva en los tiempos que
corren que en décadas pasadas. Sus óperas no están destinadas a un público
que solamente piensa en presentarse en sociedad y en divertirse.
Muy pocos compositores gozan de tanto prestigio como Hans Werner Henze
(Soda, 2000: 42-43). En 2008, este compositor alemán, afincado en Italia,
estrena su primera ópera Boulevard Solitude en España, basada en en la trama
de Manon Lescaut. En una entrevista, el compositor reconocía que en
determinadas ocasiones había compuesto con prisas y se siente entusiasmado
con la reacción del público porque en los últimos veinte años ha sido
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recompensado con el respeto artístico que merece. Hans Werner Henze creía
que Bertolt Brecht era un icono dramatúrgico porque podía tratar los aspectos
más duros o agresivos y dotarlos de encanto y que, a partir de la lectura de sus
obras llega a conclusiones tan importantes como que el arte dramático puede
conmover, despetar pasiones y difundir ideas políticas. Él no puede compararse
con un dramaturgo porque su destino está en la escritura de notas -como dice-
y no de palabras, aunque ambos textos poseen una capacidad dramática muy
importante que ha de verse reflejada en un escenario.
Josep Soler estrenó a principios de siglo una ópera como El jardín de las
delicias. En la producción operística de Soler se alcanza un total de trece títulos
y solamente dos de ellos estrenados. Para El jardín de las delicias, ha elegido
un poema de Jacint Verdaguer, pensando en la ambigüedad que supone la
lectura de sus poemas y las alternativas de interpretación que ofrece en escena.
La ópera posee un acto único y está escrita para tres solistas (sorpano lírica,
tenor y barítono), coro, orquesta y ballet. El compositor justifica, según Gratacós
(2001: 30), el empleo del acto único diciendo que así aporta una mayor fuerza
dramática sin interrupciones en los descansos.
Para concluir este repaso por la figura del compositor de los siglos XX y XXI,
hemos de nombrar a la figura de Tan Dun por su impacto mediático tras el
estreno de El primer emperador, recordando también que recibió un Óscar por
la banda sonora de la película Tigre y dragón. Quizás el éxito de sus obras viene
34
por el equilibrio que consigue entre tradición y modernidad, apuntalado por una
técnica refinada que suele provocar una reacción favorable por parte del público
contemporáneo. Un grupo de compositores chinos se abrieron hueco en
occidente para conseguir un lugar destacado en el mundo operístico, porque su
música solamente se vinculaba a la tradición china. De todos ellos, Tan Dun fue
el que obtuvo mayor éxito profesional y llegó a mimetizarse con compositores
europeos y americanos del nuevo siglo (Iberni, 2006: 34-35). Condujo la
dirección musical del esperado estreno de El primer emperador y tomó como
principal intérprete a Plácido Domingo. Y, precisamente, la ópera argumenta el
modo en que un emperador quiere abandonar la música antigua, ajena a su
sensibilidad, para hallar un símbolo sonoro de su poder que, a su vez, represente
el alma del pueblo chino. Tan Dun cree que Richard Wagner y Giacomo Puccini
fueron compositores que a muchos directores cinematográficos les hubiera
gustado rodar sus óperas, porque son obras vanguardistas en muchos aspectos
y han sido músicos pioneros en el descubrimiento del ritmo visual y de la música
que verdaderamente se necesita.
35
Estreno: Ópera Estatal de Berlín, 18 de abril.
L’ amour de loin (5 actos).
Compositora: Kaija Saariaho (Finlandia, 1952).
Estreno: Salzburgo, 15 de agosto.
In The Penal Colony (1 acto).
Compositor: Philip Glass (EEUU, 1937).
Estreno: A Contemporary Theatre de Seattle, 17 de
septiembre.
Dead Man Walking (2 actos).
Compositor: Jake Heggie (EEUU, 1961).
Estreno: Teatro de ópera War Memorial de San Francisco,
7 de octubre.
El Niño [Ópera-Oratorio] (2 secciones).
Compositor: John Addams (EEUU, 1947).
Estreno: Théâtre du Châtelet de París, 15 de diciembre.
Año 2001 La señorita Cristina (3 actos y 10 escenas).
Compositor: Luis de Pablo (España, 1930).
Estreno: Teatro Real de Madrid, 10 de febrero.
Serafina y Arcángela (ópera cómica de cámara en 2 actos
y 2 escenas).
Compositor: Enrique González-Medina (México)
Estreno: Teatro State Playhouse de Cal State en Los
Ángeles-California, 7 de julio.
Szenenaus dem Leben der Heiligen Johanna (3 actos).
Compositor: Walter Braunfels (Alemania, 1882-1954).
Estreno: Estocolmo, 31 de agosto.
Año 2002 Tea: A Mirror of Soul (3 actos).
Compositor: Tan Dun (China, 1957).
Estreno: Sala Suntori en Tokio, 22 de octubre)
Año 2003 Merlín (3 actos).
Compositor: Isaac Albéniz (España, 1860-1909).
Estreno: Teatro Real de Madrid, 23 de mayo.
Ainadamar (1 acto y 3 “imágenes”).
36
Compositor: Osvaldo Golijov (Argentina, 1960).
Estreno: Festival de Tanglewood-Santa Fe Opera, 10 de
agosto.
Año 2004 La tempestad (3 actos).
Compositor: Thomas Adés (Reino Unido, 1971).
Estreno: Royal Opera House de Londres, 10 de febrero.
Shadowtime (7 escenas).
Compositor: Brian Ferneyhough (Reino Unido, 1943).
Estreno: Prinzregententheater de Munich, 23 de mayo.
Sonata de primavera (2 actos, 15 escenas y 13 escenas).
Compositor: Jorge Fontenla (Argentina, 1950).
Estreno: Teatro Argentino, 26 de octubre.
A Wedding (2 actos).
Compositor: William Bolcom (EEUU, 1938).
Estreno: Ópera Lírica de Chicago, 11 de diciembre.
37
Compositor: Kaija Saariaho (Finlandia, 1952).
Estreno: Ópera de la Bastilla de París, 3 de abril.
Dulcinea (ópera para niños).
Compositor: Mauricio Sotelo (España, 1961).
Estreno: Teatro Real de Madrid, 18 de mayo.
Da gelo a gelo (100 escenas).
Compositor: Salvatore Sciarrino (Italia, 1947).
Estreno: Schlosstheater, Alemania, 21 de mayo.
Calígula (4 actos)
Compositor: Detlev Glanert (Alemania, 1960)
Estreno: Ópera de Francfort, 7 de octubre.
Das Gehege (monólogo para soprano)
Compositor: Wolfgang Rihm (Alemania, 1952)
Estreno: Ópera Estatal de Baviera, 27 de octubre
A Flowering Tree (2 actos).
Compositor: John Adams (EEUU, 1947).
Estreno: Museumsquartier de Viena, 14 de noviembre.
Into the Little Hill (ópera de cámara en dos partes).
Compositor: George Benjamin (Reino Unido, 1960).
Estreno: Ópera de la Bastilla de París, 22 de noviembre.
The First Emperor (2 actos).
Compositor: Tan Dun (China, 1957).
Estreno: Lincoln Center de Nueva York, 21 de diciembre.
Año 2007 The Adventures of Pinocchio (2 actos).
Compositor: Jonathan Dove (Reino Unido, 1969).
Estreno: Grand Theatre de Leeds, 21 de diciembre.
Alicia en el país de las maravillas (8 escenas).
Compositora: Unsuk Chin (Corea del Sur, 1961).
Estreno: Ópera Estatal de Baviera (Munich), 30 de junio.
Anna Karerina (2 actos).
Compositor: David Carlson (EEUU, 1952).
Estreno: Centro de Artes Escénicas de Adrienne Arsht de
Miami, 2 de mayo.
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Cyranno (3 actos).
Compositor: David DiChiera (EEUU, 1935).
Estreno: Michigan Opera Theatre de Detroit, 13 de octubre.
Le dernier jour d’ un condamné (2 actos).
Compositor: David Alagna (Francia, 1957).
Estreno: Teatro de los Campos Elíseos de París, 8 de julio.
Elmer Gantry (2 actos).
Compositor: Robert Aldridge (EEUU, 1954).
Estreno: Ópera de Nashville, 6 de noviembre.
Teneke (3 actos).
Compositor: Fabio Vacchi (Italia, 1949).
Estreno: Teatro alla Scala de Milán, 22 de septiembre.
Transit of Venus (3 actos).
Compositor: Víctor Davies (Canadá, 1939).
Estreno: Ópera de Manitoba, 24 de noviembre.
El viaje a Simorgh (2 actos).
Compositor: José María Sánchez-Verdú (España, 1968).
Estreno: Teatro Real de Madrid, 4 de mayo.
Wakonda’s Dream (2 actos)
Compositor: Anthony Davis (EEUU, 1951).
Estreno: Teatro Orpheum de Omaha, 7 de marzo.
39
Estreno: Teatro de la Ópera War Memorial de San
Francisco, 13 de septiembre.
Welcome to the voice (1 acto).
Compositor: Steve Nieve (Inglaterra, 1958).
Estreno: Théâtre du Châtelet de París, 20 de noviembre.
Año 2009 Faust-Bal (1 acto y dos partes).
Compositor: Leonardo Balada (España, 1933).
Estreno: Teatro Real de Madrid, 13 de febrero.
Brief Encounter “Breve encuentro” (2 actos).
Compositor: André Previn (Alemania, 1929).
Estreno: Wortham Theater Center de Houston, 1 de mayo.
El juego de los insectos (2 actos).
Compositor: Federico Ibarra (México, 1946).
Estreno: Palacio de Bellas Artes Ciudad de México, 7 de
julio.
Kepler
Compositor: Philip Glass (EEUU, 1937).
Estreno: Landestheatre de Linz, 20 de septiembre.
Swanhunter (ópera de cámara).
Compositor: Jonathan Dove (Inglaterra, 1959).
Estreno: Gran Teatro de Leeds, 13 de noviembre.
Año 2010 La página en blanco (1 prólogo y 2 actos).
Compositora: Pilar Jurado (España, 1968).
Estreno: Teatro Real de Madrid, 11 de febrero.
Émilie (9 escenas).
Compositora: Kaija Saariaho (Finlandia, 1952).
Estreno: Ópera de Lyon, 1 de marzo.
Bliss (3 actos).
Compositor: Brett Dean (Australia, 1961).
Estreno: Teatro de la Ópera de Sidney, 12 de marzo.
Moby-Dick (2 actos).
Compositor: Jake Heggie (EEUU, 1961).
Estreno: Ópera de Dallas, 30 de abril.
40
Il Postino (3 actos).
Compositor: Daniel Catán (México, 1949).
Estreno: Dorothy Chandler Pavilion, 23 de septiembre.
Año 2011 Anna Nicole (2 actos y 16 escenas).
Compositor: Mark-Anthony Turnage (Inglaterra, 1960).
Estreno: Royal Opera House Covent Garden, 17 de febrero.
Risorgimento! (1 acto).
Compositor: Lorenzo Ferrero (Italia, 1951).
Estreno: Teatro Comunale de Módena, 26 de marzo.
Akhmatova
Compositor: Bruno Matovani (Francia, 1974).
Estreno: Ópera de la Bastilla de París, 28 de marzo.
Año 2012 Life is a Dream (3 actos).
Compositor: Jonathan Dove (Inglaterra, 1959).
Estreno: Argyle Works de Birmingham, 21 de marzo.
Poppea e Nerone (1 prólogo y 3 actos).
Compositor: Philippe Boesmans (Bélgica, 1936).
Estreno: Teatro Real de Madrid, 12 junio.
Written on Skin (2 actos y 8 escenas).
Compositor: George Benjamin (Reino Unido, 1960).
Estreno: Festival de Aix-en-Provence, julio.
La emperatriz de la mentira (1 acto).
Compositor: Dmitri Dudin (Rusia, 1965).
Estreno: Centro Cultural Tijuana, 21 de septiembre.
41
Procedencia de los nuevos compositores de estas óperas del siglo XXI.
AMÉRICA
EUROPA
ASIA
42
OCEANÍA
Ahora, el panorama operístico es muy distinto porque, entre los años 30 y los
años 70 del siglo XX, nacen compositores que verán estrenadas sus óperas en
el siglo XXI. De todos ellos, hemos cotejado que es sobresaliente el papel de los
nuevos compositores americanos e ingleses, aunque no hay que dejar atrás la
incursión de China, Finlandia, países hispanoamericanos o Australia. Algunos de
ellos han conseguido estrenar varias óperas en este tiempo y la mayoría de los
libretistas basan su texto en una fuente literaria original o en la biografía de
personajes históricos. Obras de autores como Shakespeare, Valle-Inclán,
Calderón de la Barca, Tolstoi, Cervantes, Kafka, Albert Camus o Juan Goytisolo
se utilizan como referencia para crear nuevas óperas; por otra parte, toman
personajes como Lorca y Margarita Xirgu, Santa Juana, la emperatriz Carlota de
México o la poeta rusa Anna Ajmátora y cuentan parte de sus vidas. También
encontramos libretos originales de obras concebidas y compuestas como
creaciones originales, tal es el caso de La página en blanco de Pilar Jurado o
Tea: A Mirror of Soul de Tan Dun. Junto a la finlandesa Kaija Saariaho y la
coreana Unsuk Chin, son tres las mujeres que marcan un hito en el mundo de la
ópera, porque hasta ahora el papel femenino de la composición se encontraba a
la sombra e inexistente para el público desde el siglo XVIII.
43
Un aspecto que no se ha perdido, al igual que basar las obras en fuentes
literarias de autores europeos determinantes y reconocidos mundialmente, es
rescatar la Antigüedad Clásica para sacar el argumento de sus composiciones.5
5Hemos de recordar uno de los Proyectos de Investigación de la UNED que se erigió en el 2011
denominado “El Mundo Clásico en la Ópera” cuyo investigador principal es el Dr. José María
Lucas de Dios.
44
Hemos escogido las muestras de composiciones operísticas que creemos
que son más emblemáticas y han cosechado una mayor cantidad de críticas o
afluencia de público en teatros importantes del mundo. Sin embargo, la
producción y la creación de óperas originales del siglo XXI es de más de un
centenar por temporada, estrenándose desde Tejas hasta Tokio. Cada vez abren
sus puertas un mayor número de teatros, por poner un ejemplo en 2006 se
inauguraron teatros en Canadá (Toronto), España (Valencia) y Estados Unidos
(Miami). A esto se suman nuevas generaciones de público que se acercan con
curiosidad y con más frecuencia a los coliseos. Ven óperas nuevas en todos los
formatos, grandes producciones, de cámara o de bolsillo, y de estilos musicales
diversos en una época que goza de absoluta libertad estética.6 Con el objetivo
de orientar y ordenar adecuadamente este estudio, nos hemos circunscrito
exclusivamente a estrenos destacados en carteleras y estudiados en críticas
extraídas de revistas especializadas de ópera.7
Nos hallamos ante una verdadera ópera para el siglo XXI. ¿Qué quiere decir
eso? Que su texto es polivalente, que la línea de canto es un dúctil arioso que
arranca de las fuentes de Alban Berg para incorporar elementos expresivos más
actuales, que la orquesta tiene un papel primordial y que el lenguaje es de una
modernidad ecléctica que busca sobre todo la eficacia. El trabajo de Benjamin es de
primera categoría y llega sin obstáculos al oyente. La voz canta y la orquesta está
magníficamente tratada, con refinamiento y adecuadas sonoridades, sirve no sólo
para efectos dramáticos sino narrativos porque definitivamente es quien de verdad
cuenta la historia.
6
Estas reflexiones son muy positivas, siempre que no se malogren y se respete el lugar que
ocupa la ópera sin recibir redefiniciones que la consigan desvirtuar por un afán desmedido de
transgredir o innovar a cualquier precio.
7 El compendio de revistas recopiladas para esta investigación desde el inicio del siglo XXI es:
Ópera Actual, Scherzo, Codalario, ensayos de la Fundación Juan March, dossiers cedidos por el
Teatro Real, Teatro Liceo de Barcelona y el Teatro de la Maestranza de Sevilla, crónicas
aparecidas en periódicos de tirada nacional e internacional tras los estrenos de las óperas, entre
otros.
45
Otras formas de cubrir gastos y atraer al espectador se han puesto de
manifiesto desde finales del siglo XX. Los costes son un factor determinante en
la decisión de estrenar y se impone encontrar socios para coproducir, lo cual
permite que la obra gire. Contar con una potente tradición musical y el hábito de
estrenar nuevas creaciones, como es el caso de Alemania, facilita gastos.
Factores que ayudan enormemente son, por ejemplo, que el compositor tenga
prestigio internacional o que el equipo técnico cuente con una estrella mediática,
ya sea entre los cantantes o en la dirección escénica. Prueba de ello es el caso
de The first emperor, la ópera del compositor chino Tan Dun (que recibió el Óscar
a la banda sonora de la película Tigre y dragón), que estrenó el 21 de diciembre
en el Metropolitan Opera House de Nueva York y contó con un director de escena
de lujo como el cineasta chino Zhang Yimou y un tenor de excepción como
Plácido Domingo. El coste de la producción supuso dos millones de dólares, es
decir, una verdadera fortuna que no es comparable a lo sucedido en el resto de
los teatros de ópera (Morgades, 2006)
46
Este fragmento pertenece a las Memorias de Lorenzo Da Ponte, libretista
de Mozart. En él observamos cómo, además de encargarse del texto de Don
Giovanni basado en la obra de Molière, Da Ponte hace la labor de todo un
director de escena antes de las representaciones operísticas.
como las comedias o tragedias de Corneille, Molière o Racine. Vid. E. Gros: Philippe Quinault.
Sa vie et son oeuvres, Paris, Honoré Champion et Aix-en-Provence, Éd. du Feu, 1926, p. 647.
10 Orphée et Euridice, Iphigénie en Aulide, Alceste, Armide, Iphigénie en Tauride y Écho et
Narcisse.
47
de Alceste, donde afirma la necesidad de someter la música a la poesía, con lo
que vuelve a dar la importancia mayor al libreto:
11 Alceste de Gluck cuenta con dos versiones: la primera fue compuesta en italiano para Viena
en 1767 y la segunda es una adaptación francesa de 1776 en la que los actos II y III poseen
modificaciones profundas. La pleitesía hacia el público en París resulta incongruente con lo
expresado en el prefacio de la versión vienesa, puesto que la intención de Gluck era que la
música a la poesía para aumentar su expresión y reforzar las situaciones dramáticas. La famosa
reforma consistió en que los teatros europeos abandonasen el domino de la ópera seria
capitaneada por Metastasio desde principios de siglo, cuyo principal objetivo era representar el
dilema entre el amor y el deber a través de experiencias nobiliarias de parejas de enamorados
que expresan sus emociones en arias que se van transformando en función de la acción
dramática narrada en el recitativo. En esta ópera seria, el público se quedaba con la impresión
de cómo el compositor expresaba las pasiones de los personajes gracias a la música. Este
modelo sobrevivió más de un siglo, incluso décadas después de la reforma gluckiana, por lo que
demuestra su valor como espectáculo, a pesar de que se centrase en el perfil del cantante y en
convencionalismos. Es posible que la aportación más destacada de Gluck sea la contención
vocal, cosa que no impide que escriba algunas de las melodías más apasionantes de su
producción. Gluck reduce el contraste entre aria y recitativo porque prima en el aria el canto
silábico, y en la versión francesa desaparece el recitativo secco, fomentando que exista una
sensación de no separación evidente entre ambas secciones. A ello le sumamos que le da un
papel central al coro como coprotagonista de la ópera, motivado por el modelo clásico griego.
Otras reformas que realizó fueron la inclusión de pantomimas y ballets para acentuar el
dramatismo y la concesión de un rol expresivo para la orquesta, cuyo cometido es el de anticipar
y crearle afectos al espectador a lo largo de la representación.
48
que son perfectamente audibles pero que constituyen un pequeño porcentaje de
la totalidad del texto dramático-lírico.
Las óperas de Wagner, de mediados del siglo XIX, dieron una solución al
problema de la audición nítida del texto y, entre otros muchos motivos, el
compositor y dramaturgo hace que cobre un valor máximo el texto en la ópera,
consiguiendo anular la antigua teoría de la “ópera de números”. Según Jefferson,
los casos menos felices se han dado cuando compositor y libretista quieren, cada
uno por su lado, prevalecer sobre el otro e impedir una generosidad cuyo
resultado es el “join affair” deseado (Jefferson, 1976:9)
49
libreto constituye el punto de partida de esta obra que podemos considerar como
arte global, tal y como Wagner calificaba a la ópera en el siglo XIX.
Las nuevas puestas en escena que se funden con el texto a la vez que
con la música han ayudado a destacar la importancia del libreto (Malkani, 2007:
8). Por lo tanto, el libreto de ópera es un texto teatral con determinadas
características, que se rige por ciertas reglas ajenas al texto teatral hablado. En
nuestro trabajo hemos decidido analizar cada texto dramático-lírico o libreto
como si de un texto teatral se tratase para llegar a conclusiones que mostramos
después de llevar a cabo esta labor. Por otra parte, pensamos que es
fundamental este análisis porque nos conduce a comprobar características
comunes que van a tener todos estos textos y a saber si los libretos se respetan
cuando se orienta la puesta en escena de cualquier ópera en los siglos XX y XXI.
50
Éste y otros motivos, que estudiaremos, son los que crean una polémica en torno
al director escénico desde finales del siglo XX.
51
recaía en el syndic chargé de la régie du thèâtre o funcionario responsable del
control teatral. El director de control (el señor director), que destacaba entre
todos los funcionarios, tenía evidentes rasgos comunes con el antiguo corago
florentino. En cambio, los que poseían este cargo en la época de Rameau solían
desempeñarlo con un enfoque no intervencionista, por lo que cada experto
trabajaba sin limitaciones, cada uno centrado en su especialidad, porque el
objetivo era que se acabase creando un espectáculo excelente dirigido por
profesionales.
Los decorados que tuvieron una mayor influencia en la ópera pública, tal y
como se estableció en Venecia a mediados del siglo XVII, podrían haber sido los
que diseñó Giacomo Torelli en el Teatro Novissimo, a principios de la década de
1640. Solamente se presentaron seis espectáculos venecianos antes de que
partiese a París, pero la audacia de sus decorados dejó una huella imborrable,
así como su intervención tecnológica para ahorrar trabajo que consistía en un
cabrestante instalado debajo del escenario y que sustituía un decorado de
módulos en perspectiva con telón de fondo por otro muchísimo más ligero, rápido
y fácil de mover porque requería la intervención de un menor número de
personas.
Todo esto provocó que cada vez fuese más tentadora la idea de conferir una
pequeña caracterización teatral a las arias, sobre todo cuando la ópera de estilo
veneciano de finales del siglo XVII se serenó bajo la influencia neoclásica
francesa y experimentó una transición hacia la ópera dramática ochocentista,
con su alternancia medianamente regular entre el recitativo secco (la trama
avanzada) y el aria (el tiempo quedaba en suspenso). Las arias solían ser muy
elaboradas para no dejarse marchitar el sentido dramático y para que no
preponderasen exclusivamente los aspectos puramente virtuosos mezclados
con cierto narcisismo cantado.
Quizás no todos conocen que el mayor éxito cosechado por Charles Dickens
(Savage, 1998, 350- 362) fue como escritor de ópera. En París, Dickens
estableció contacto con el arte de la escenografía en sus cuatro dimensiones
principales: el persuasivo montaje de nuevas óperas, como Faust; el reestreno
de otras más antiguas como Orfeo; la contribución al poder y la plausibilidad
operística por medio de movimientos, gestos y la caracterización general de
actores-cantantes como la admiradísima Pauline Viardot; y la contribución, de
una u otra forma, al impacto y la atmósfera de los especialistas que no están en
el escenario, en este caso el personal de iluminación, que probablemente aplicó
nuevas técnicas de luz focal y lámparas de arco eléctrico, que en la década de
1860 empezaron a sustituir a la iluminación teatral estándar de gas.
Afortunadamente, Dickens quedó impresionado y encantado con todo esto,
Gluck y Gounod habían recibido un servicio de cinco estrellas.
En los ensayos de la ópera, nunca revelará sus intenciones a los actores…Si los
miembros del reparto le preguntan por qué lado deberían hacer sus entradas y sus salidas,
o en qué dirección deberían hacer un gesto determinado y cómo deberían vestir, les dejará
entrar, salir, gesticular y vestirse como mejor les parezca…
53
El moderno diseñador o pintor de escenarios tiene que evitar la menor
familiaridad con la perspectiva, arquitectura, decoración o iluminación. Por este
motivo, debe contemplarlo como si todos los elementos arquitectónicos se
hubiesen diseñado desde cuatro o seis puntos de vista distintos al mismo tiempo,
y el horizonte estuviese en un nivel diferente desde cada uno de ellos… Los
vestíbulos, las prisiones, las pequeñas habitaciones, etc., no deben tener puertas
ni ventanas; a fin de cuentas, los intérpretes subirán al escenario directamente
desde los camerinos… Cuando cada cual haya memorizado extremadamente
bien su papel, ya no es necesario encender las luces… La iluminación del centro
del escenario no tiene demasiada importancia; hay que prestar mucha más
atención a la de los laterales y el fondo.
Por lo que respecta a los actores-cantantes, deben tener plena libertad para
hacer todo lo que se les antoje, incluyendo al protagonista masculino.
54
coordinador que observa lo individual en relación con el efecto global y une los detalles
en una armoniosa entidad.
55
colaborar mejor con los pintores de decorados y supervisar los ensayos de
lectura del libreto. Del mismo modo, corregía la tendencia de los actores-
cantantes a crearse una angustia fomentada por su preocupación sobre el cómo
ejecutar antes de comprender el qué ejecutar. Este hecho le llevaba a realizar
los ensayos en el escenario, para prestar una especial atención a la perfecta
sincronización de la acción escénica y el acompañamiento orquestal.
56
Con la intención de llevarlo a nuestro terreno operístico, nos atrevemos a
exponer un caso que pudiera servir para ilustrar dicha afirmación acertada.
Podríamos nombrar cualquier ópera, por ejemplo, Fidelio de Beethoven o
Carmen de Bizet, aunque creemos que deberíamos hacer alusión a una de las
óperas escogidas para ser analizadas en este trabajo. Vamos a trasladar los tres
factores a la ópera de Fausto de Gounod. En la actualidad, supongamos que
sometemos a dos personas a leer y a ver la obra. Estas dos personas pertenecen
a situaciones sociales distintas, porque uno es un chico universitario y el otro es
un señor de más de setenta años. Además, su pensamiento político y su forma
de concebir la educación es distinta. ¿Qué pasaría por sus mentes como
individuos, cada uno con su sensibilidad propia y su capacidad para sentir la
expresividad de esta ópera? ¿Entenderían igual que Fausto hace un pacto con
el diablo para volver a ser joven por amor a una mujer? ¿Comprenderían de la
misma manera que Margarita lucha, peca y se arrepiente ante Dios? ¿Cómo
enfocarían el papel del mismísimo demonio? ¿Sus expresiones y sus elementos
diferenciadores significantes tendrían que ver con la admisión semejante de un
ejército glorioso en la escena segunda del acto segundo?
57
el enfoque actual del director de escena acerca de un texto dramático. Nosotros
podemos responder con este trabajo que la diversidad de enfoques, focos,
puntos de vista, creatividad y versatilidad expuesta en cada versión representada
de la misma ópera escogida es tan rica que nos corrobora que, a partir de
mediados del siglo XX y ya en el siglo XXI, el teatro dramático-lírico confía en
directores de escena y escenógrafos que puedan salir del tradicionalismo clásico
sin romperlo o sin adulterarlo.12
12A pesar de ello, hay de todo en las puestas en escena de óperas actuales y las direcciones
escénicas, a veces, transgreden hasta el punto de no respetar partes argumentales.
58
y venidas del desarrollo de la acción, aunque no siempre. Quizá se explique en
cierto modo por qué en diferentes periodos históricos, hayan sido los
representantes de diferentes profesiones escénicas -empresarios de compañías
en Roma, actores divos en el siglo XIX, autores en el siglo XVIII y XIX, etc.-
quienes se erigieron en los emblemas creativos del teatro. En la Italia del
Renacimiento y el Barroco, por ejemplo, el escenógrafo fue el artífice reconocible
del hecho escénico y sus escenografías se convirtieron en atractivo elocuente
para los espectadores. En cambio, el hecho de que la puesta en escena tuviera
un carácter repetitivo le restó obviamente dimensión creativa.
59
Nos gustaría resaltar algunos factores y características que Juan Antonio
Hormigón enumera sobre la labor realizada por los directores de escena en el
teatro contemporáneo.
A pesar de todo lo que acabamos de expresar, hay que ser precisos y tener
muy presente que las condiciones en nuestro país no fueron las mismas que en
el resto de Europa o América. La figura del director de escena español
contemporáneo tardó mucho en aparecer como creador de una estética. Desde
finales del siglo XIX comenzaron a darse múltiples intentos de renovación en
todos los terrenos escénicos (Rubio Jiménez, 1998)
60
tanto, cultivó su personalidad, erigiéndose poco a poco en protagonista del hecho
escénico, llegándose incluso a sacralizar (Oliva y Torres Monreal, 2005: 221).
En el capítulo titulado “El arte del ruido” (Brook, 1987: 283-284), piensa que
la ópera nació hace cinco mil años cuando el hombre salía de las cavernas
haciendo ruido. De esos ruidos llegarían después Verdi, Puccini, Wagner. Puede
resultar un disparate si luego no se matiza semejante atrevimiento del célebre
director. Pues bien, prosigue diciendo que había un ruido para el amor, otro para
el temor, para la felicidad o para el odio. Así empezó todo, porque la expresión
humana natural se convirtió en canto. Posteriormente a eso, la codificación hizo
que acabase siendo un arte.
Opinaba Brook que el mayor desafío durante el siglo XX era reemplazar tanto
en la mente de los artistas como en la de los espectadores la idea de que la
ópera es artificial por la idea de que la ópera es natural. Y no le parece imposible
lograrlo. A día de hoy, en pleno siglo XXI, podemos decir que la evolución de la
ópera en este sentido es cada vez más notoria y el reflejo está en las apuestas
por una escena adaptada a vestuarios, luces o ambientes del presente. Las
palabras de Brook nos ayudarán para comprobar este razonamiento gracias a la
61
comparación de óperas que mostraremos después de estas notas introductorias,
entre las que se incluye una versión de Don Giovanni dirigida por él.
13El director escénico propone preguntas interesantes, pues las respuestas formarían parte de
esta tesis doctoral.
62
turbación de Hans Sachs en su monólogo del “Wahn” puesto en escena ante una
gran fotografía de Núremberg bombardeada y en ruinas, mientras que en los dos
primeros actos Núremberg bombardeada se simbolizaba por un bello grabado
antiguo. Aquel detalle escénico le aportó más sobre la obra de Richard Wagner
que las pequeñas casitas de cartón piedra tal y como los tradicionalistas se
imaginaban a Núremberg en el siglo XVI.
63
Strehler piensa que sigue existiendo una lucha invisible entre sonido y acción.
El planteamiento de tratar de elegir entre letra y música a la hora de poner en
escena una ópera le parece una cuestión inservible. No hay una lucha entre la
palabra y el texto, ni hay que tratar de diferenciarlos. Muchas veces, en Verdi,
ese gran músico y hombre de teatro, el problema se resuelve de otro modo. La
unidad no se hace sobre la palabra-música, sino sobre la “situación-música”.
Verdi, más que de la palabra-diálogo, la del personaje, escribe “la música de la
situación”. Por eso Verdi es tan difícil de montar. Aparece enseguida en estos
problemas de interpretación el problema del “canto y del “cantante”. Es decir, en
ello hay algunas exigencias objetivas: respiración, posiciones del cuerpo y de la
boca del cantante, contracción o no de ciertos músculos, y luego otros elementos
no objetivos a los que Strehler llama vicios o malas costumbres como el énfasis
gestual, el espíritu primitivo, la incapacidad o la imposibilidad de encarnar un
personaje. El director de orquesta debería tener, pero no siempre la tiene, una
visión musical clara de la ópera, a la que va estrechamente ligada la visión crítica
del texto dramático. El problema, en lugar de reducirse, se amplifica con la
presencia del director de escena. Cuanta más calidad tiene un director de
escena, tanto más tiende a ahondarse el foso entre ellos. Pero lo que entonces
haría falta es un punto de vista unitario, una interpretación nacida de una
inspiración común. 14
La ópera necesita más que nunca un punto de encuentro unitario, tal vez aún
más que el teatro. Y esta unión tan sólo puede realizarse a través del director de
orquesta. Pero el director de orquesta ha renunciado a su responsabilidad
escénica, si es que alguna vez la ha tenido. Ya no sabe casi nada en materia de
teatro. Como, por lo demás, el director de escena no tiene ni idea de música.
Son dos mundos que ya no coinciden en el tiempo, ni siquiera físicamente. Se
reúnen cuando todo está casi acabado. ¿Y si no están de acuerdo? Hay aquí un
error básico. En la máquina contemporánea que arrastra a música y teatro, es
imposible una colaboración perdurable, apacible, profunda entre el director de
escena y el director de orquesta. Lo que falta es un punto de partida común.
También es necesario no perder de vista otro aspecto de la cuestión. La ópera
14 Nos vemos en la obligación de decir que nuestra postura se encuentra bastante acorde con
estas ideas de Strehler y opinamos que debería existir cierta concordancia para acabar creando
la armonía que todo arte precisa.
64
del siglo XIX tenía su espacio particular, sus convenciones. Por ejemplo, había
decorados pintados y bastidores en los laterales: el coro podía ocultarse en ellos
y no tenía más que dar dos pasos para hacer irrupción en escena. Si se cambia
la estructura del escenario, siempre se encuentra uno delante de este problema
de lógica teatral.
Manuel Lagos realizó una crónica del Curso de Especialización, “La puesta
en escena de ópera”, (Lagos, 1994: 29-35) que podría servir también
perfectamente de base para esbozar este análisis de las comparaciones
operísticas que pretendemos. Asegura que en la evolución del género tanto a la
palabra como a la música y al canto, se le fueron añadiendo todas las
manifestaciones pertinentes al mundo de la escena; pero además otras muchas
65
que la ópera admitía para su mayor gloria. Rara es la manifestación artística que
no ha hecho su incursión en el mundo de la ópera, aunque apunta que esto no
produce un extraño apelotonamiento. Muy al contrario, cierta precariedad ha
llevado a través de su existencia a sujetar el género con puntales diversos para
que no se desmoronara; y, por separado, cada uno de sus elementos
constitutivos son débiles y no demasiado brillantes. Tanto la lectura de la mayoría
de los libretos, como el escuchar la partitura de una ópera sin interpretación
vocal, como el dar oídos a agudos, fiatos y florituras en una vocalización no
producen más que tremendos dolores de cabeza.
66
decir, la forma del sentimiento. Forma que la música llena de un cierto contenido,
dando tensión al sentimiento e intensificándolo. Las relaciones entre la música y
la palabra sufren oscilaciones y cambios numerosos. Cada época, cada
compositor, acentúan según el momento una de las partes del drama musical.
El teatro musical no es una invención del grupo de eruditos y artistas florentinos
conocidos en la historia del teatro lírico bajo el nombre de Camerata di Bardi. El
arte no conoce inventores, sino solamente continuadores.
67
buen actor al mismo tiempo. Por ello, Giancarlo del Monaco quería que sus
alumnos conociesen las dificultades de la escena y que se convirtiesen en
personajes creíbles, moviéndose con soltura y con un conocimiento completo del
texto y de sus consecuencias (Gaviña, 2005: 32-33).
En el año 2001, Emilio Sagi sostenía que el Teatro Real debía ser una
referencia y, como director artístico, quería potenciar la línea dramatúrgica del
teatro, con una filosofía que lo llevase a ser un centro o foco cultural europeo. La
función de Sagi se quiso basar en la contratación de jóvenes profesionales de la
lírica con el fin de convertir el Real en un lugar de formación de primer nivel. El
planteamiento para ganar más público y no perder el que mantiene el teatro, el
director ve la necesidad de sorprender y dar siempre lo que menos se espera.
Cuando se da calidad al público siempre responde, aunque también aparezca la
polémica en determinadas versiones. Aquí podemos cotejar opiniones
contradictorias entre unos directores con una línea mayoritariamente productora
69
como Sagi, y otros que defienden la calidad del género y su integridad por
encima del aspecto económico como los anteriores (Gaviña, 2001: 37).
71
2. ANÁLISIS SEMIÓTICO DE LAS OBRAS ESCOGIDAS Y DE SUS PUESTAS
EN ESCENA: DON GIOVANNI DE MOZART-DA PONTE, FAUSTO DE
GOUNOD-BARBIER Y CARRÉ, EL ANILLO DEL NIBELUNGO DE WAGNER.
72
En este drama, como ocurrirá en el análisis que haremos de la obra de
Molière, todo está medido y calculado. Estamos de acuerdo con las conclusiones
de Florit Durán cuando analiza que Tirso se sirve sabiamente de una serie de
recursos (el contraste, la ironía, las premoniciones, las correspondencias, las
simetrías, la imaginería, el lenguaje poético) a la hora de elaborar su pieza. El
dramaturgo quiso elaborar una tragicomedia de admirable rigor dramático y
escénico. El protagonista abominable repitió varias veces aquella sentencia:
“Que no hay plazo que no llegue/ni deuda que no se pague”, que avisaba al lector
y al espectador de que su final estaba pensado desde el principio. Es como si
Tirso de Molina creara lo que se convertiría en un mito con la intención de
plasmar una moraleja.
73
La imaginación, tan romántica, de Molière en Don Giovanni – una representación muy
realista de un número elevado de situaciones interesantes –, desde el asesinato del
padre de doña Ana hasta la invitación hecha a la estatua y la respuesta terrible de ésta.
Todo ello encaja maravillosamente dentro del alma de Mozart.
Stendhal
I. SINTAXIS.
Aun así, el modelo clásico define la estructura dramática como una serie
de sucesos relacionados con arreglo a la lógica y a una necesidad determinada
(trama), que unos seres (personajes) viven en un lugar (espacio teatral), y un
tiempo (con urgencia dramática), que va a dar un sentido específico a todos los
diversos elementos que intervienen en ella. Por ello, Alonso de Santos (2008)
se centra primero en la trama y después da cabida a los demás elementos.
74
padre le habían vaticinado. El conflicto se suscita en la escena tercera de
máxima expectación y anagnórisis. El diálogo entre Elvira, don Juan y las pocas
intervenciones del criado del señor nos muestra a una amada que pide
explicaciones a quien le abandonó. Un momento de evasivas entre amo y criado
acaba con la confesión del galán, diciendo que carece del don del disimulo y no
puede amar más a Elvira. Siente mucho que haya tenido que dejar sus votos de
clausura por él, pero no tiene intenciones de seguir a su lado. La dama se da
cuenta de que acaba de conocer a don Juan tras estas palabras y cree que el
cielo, aunque él no tenga fe, lo castigará.
2. Personajes.
75
Sganarelle intenta por todos los medios hacerle ver a Guzmán cómo es la figura
de su señor.
SGANARELLE
Sea lo que sea, no puedo negar mi corazón a todo lo que veo digno
de ser amado; y en cuanto me lo pide un lindo rostro, diez mil que
tuviera, todos se los daría.
Pero cuando ha sido nuestra una vez, ya no hay nada que decir;
todo lo hermoso de la pasión ha terminado y nos adormecemos en
la tranquilidad de ese amor hasta que una nueva beldad viene a
76
despertar nuestros deseos presentando a nuestro corazón los
atractivos encantos de nueva conquista.
Así pues, en primer lugar, vemos que ha sido calificado por su fiel servidor
y luego él mismo ha desvelado todo su carácter y su personalidad. Con estas
declaraciones deja ver su modo de actuación y la justificación de sus actos, por
lo que el público se tendrá que adaptar a este rufián desde la segunda escena,
al poco tiempo del comienzo de la obra. Nada nos debe extrañar de él; llámese
conquistador, burlador o el mayor perturbado amoroso de la historia.
77
En cambio, Pierrot, el Pobre y los hermanos de Elvira son buenos
hombres que poseen buenos sentimientos hacia sus semejantes. Y todos ellos,
dan una lección moral al protagonista como lo hace desde el principio nuestro
antagonista Sganarelle.
1) Don Juan
Los conflictos entre los personajes con don Juan se suman. Las cuatro
escenas del acto primero se duplican en el acto segundo que posee ocho
escenas. En un campo a las orillas del mar, comienza in media res el intercambio
de pareceres entre dos campesinos que narran los sucesos ocurridos a los
personajes principales. Charlotte y Pierrot son pareja sentimental; ella le pide
78
explicaciones de cómo salvaron del agua a don Juan y su criado. Pierrot narra el
suceso con detalles en un largo parlamento cargado de comicidad y utilizando
un lenguaje coloquial, menos cuidado para dejar ver la diferenciación de clases
sociales en el drama.
Algo muy acertado en esta obra de Molière es que Pierrot nos describe a
la perfección cual es el vestuario llevado por don Juan. Así, aunque haya sido
casual y obligado por los acontecimientos del desastre de la barca, las ideas de
vestuario y puesta en escena del protagonista son claras gracias a esta
intervención del campesino, que le hace ver a su querida compañera las
diferencias tan abismales que hay entre ellos y el mundo de los señores.
Nuevamente, otros personajes describen la fisonomía y las actitudes del
protagonista.
2) Charlotte
CHARLOTTE
79
Y como era de esperar para el espectador o el lector, en la escena
siguiente se sucede el enfrentamiento dual entre don Juan y Pierrot. Las
abundantes acotaciones son claves para descifrar los movimientos en escena
de ambos personajes. Bofetones, empujones e incluso la comicidad está servida
en este momento de la obra en que un señor combate contra un campesino
mientras la dama, a su vez campesina, le dice a su prometido que se alegre por
ella porque será señora para poder llevarle más comida a casa. Como siempre,
Sganarelle termina de intermediario entre ambos y se lleva la peor parte: el
bofetón del campesino que logró esquivar don Juan.
3) Don Juan
Charlotte Mathurine
80
Sganarelle se disfrace de él mismo para despistar a los que amenazan; otro de
los recursos muy empleado en la dramaturgia. La fidelidad amo-criado es notoria,
pero es igualmente cierto que está cansado de servir a un ser tan cruel y que
siempre le mete en tantos conflictos. Por supuesto, como es propio de un drama
así, la máxima expectación se hace presente al final del acto y da comienzo el
tercero.
DON CARLOS
¡Qué cruel es mi sino! ¿Por qué tendré que deberos la vida, y que don Juan sea
uno de vuestros amigos?
81
don Juan le salvó la vida y, a pesar de que tenga que honrar a su hermana, se
merece la tregua de un día.
La última escena del acto tercero implica comicidad, pero ante todo
pasamos de conflictos internos, de relación o de situación -como explica en su
manual Alonso de Santos- a un conflicto sobrenatural. En el análisis de Fausto
se percibirá que esta distinción que hace el dramaturgo y crítico literario es
igualmente posible. La cobardía característica del criado y la repetitiva actitud
burlesca por parte de Don Juan les lleva ante el sepulcro y la estatua del
Comendador, al que nuestro protagonista había dado muerte.
SGANARELLE
A fe, señor, que está muy bien hecha. Parece que esté vivo y que se disponga a
hablar. Lanza unas miradas sobre nosotros que me darían miedo si estuviese
solo. Creo que no se alegra mucho de vernos.
SGANARELLE
Faltan dos figuras de una gran valía en Don Juan: el padre y la estatua
del Comendador. Junto con Elvira, los tres son capaces de aplicar el final
simplemente pronunciando las palabras adecuadas. Don Juan no cambia, no
quiere ser otra persona mejor.
DON LUIS
(…) ¿Con qué ojos creéis en vuestra opinión que puedo ver ese montón de actos
indignos, cuyo horrible aspecto es imposible disimular al mundo, esa serie
82
ininterrumpida de malas acciones que nos obligan continuamente a poner a
prueba la bondad del soberano, y que han agotado ante él los méritos de mis
servicios y la influencia de mis amigos?
El padre termina esta sexta escena del cuarto acto de la misma manera
que Elvira, desea que la ira del Cielo le llegue y lave la vergüenza de haberle
dado el ser. Coincidencias que no son fortuitas, puesto que, en la escena novena
del mismo acto, Elvira reaparece para volver a decirle lo mismo que en el primer
acto, aunque con otros matices algo distintos. El cenit no puede romperse hasta
que ella abandona las tablas, implorándole que intente salvarse una vez que
abandone su actitud y esos pensamientos impuros que le darán la futura muerte.
En la primera escena del acto quinto don Juan pretende cambiar de táctica
utilizando la hipocresía y la prueba con su padre. El pobre hombre cree que su
adulador hijo va a ser un buen caballero a partir de entonces, lleno de virtudes y
abandonaría la desfachatez anterior. Las siguientes escenas nos hacen ver
cómo el amo le cuenta al criado que nada en él va a cambiar: “la hipocresía es
un vicio que está de moda, y todos los vicios, a la moda pasan por virtudes.” El
mismo mal arte que emplea con don Carlos hasta que las astucias y mentiras de
este burlador tenían que estallar por algún lado. Será en las escenas cuarta,
quinta y sexta que finalizan el acto quinto y la obra. La causa es la aparición
evidente del espectro, la estatua del Comendador, que hace justicia divina con
el protagonista. Su muerte se escenifica con una acotación que dice así: “El
trueno retumba entre grandes relámpagos sobre don Juan; se abre la tierra y le
traga, saliendo grandes llamaradas por el sitio por donde ha caído”.
3. Espacio y tiempo.
83
▪ Acto IV en la casa de don Juan.
84
quieren ocultar de la trama (comienzo de la escena I del acto
II). Del mismo modo, en el enredo entre Charlotte, don Juan y
Mathurine, la última entra en escena sin que viviera
acontecimientos anteriores con don Juan y parece conocida por
todos (escena V, acto II).
85
¿Cómo afrontaría este hecho un espectador cualquiera de Don Juan de Moliére?
Pues si trasladamos el proceso de comunicación al teatro diríamos:
86
compañía había altos y bajos empleados. Los altos empleados eran el tesorero,
el secretario y el inspector, los cuales gozaban de una total confianza del resto
de actores. Sus empleos no estaban remunerados. El orador era otro de estos
altos empleados, se encargaba de publicitar la representación del día siguiente.
Los empleados menores eran el portero, el guardia, el escenógrafo y el
apuntador y sus trabajos sí estaban remunerados.
En aquella época los teatros eran similares a los actuales. Las partes
laterales mostraban varias filas de palcos, cuyo lujo disminuía a medida que se
elevaban. Se colocaban asientos a ambos lados del escenario que eran muy
bien pagados por los nobles, cuya intención no era otra sino la de lucirse. A
veces había tanta gente sobre el escenario que los actores no podían moverse.
Molière tuvo la audacia de mofarse de ellos frente a frente imitándolos.
87
La idea consiste en la búsqueda sistemática del placer y a la mujer como objeto
de esa búsqueda.
El Don Juan de Moliere tiene algo más, es ateo, un diletante que juega
con los demás y consigo mismo. Ejerce la seducción de un animal de presa.
Todo lo que dice y hace es una negación fundamental, aunque aspira a descubrir
en su interior una parcela de realidad, una razón de ser. Es el concepto de
pecado lo que confiere al donjuanismo su diabólico atractivo. Solo ambiciona al
placer inmediato. Imaginemos a un ser maravillosamente dotado, que no sabe
cómo emplear sus dones extraordinarios, ése es el Don Juan de Moliere
88
que el propio Moliere es un Tartufo redomado y un verdadero hipócrita…Que no
corregía a los hombres divirtiéndolos, el de Moliere es causar su perdición
haciéndolos reír. Una farsa verdaderamente diabólica. Se puede decir que la
impiedad y el libertinaje se presentan en todo momento en la imaginación: una
religiosa depravada, cuya prostitución se hace pública, un libertino que seduce
a todas las muchachas, un hijo que se burla de su padre, un Molière que es peor
que todo eso, que confunde la virtud con el vicio, que cree y no cree, que es
hombre y demonio al mismo tiempo: un diablo encarnado.
89
2. Don Juan en la actualidad: En los siglos XX y XXI.
90
Homar y una escenografía y vestuario de Jean Pierre Vergier, basada en
trasladar al mito del galán a nuestro presente como un chico de anuncio bien
parecido con gafas oscuras y aires chulescos. Una versión de Joven Escena
dirigida por Juan Pastor Millet en 1994 llevaba a las tablas el contraste entre lo
antiguo y lo nuevo según explicaba su director escénico en la crítica periodística
recogida. Decía:
16Texto extraído de una crítica teatral aparecida en el periódico ABC el viernes 11 de marzo de
1994, página 95.
91
Vamos a mostrar la relación de estrenos en nuestro país de la obra de Molière:
92
Intérpretes: Marina Gatell, María Ángeles Largo, Bruno Oro, Xavi Ricart, Óscar
Molina y Quimet Pla. Estreno el 25 de febrero en Versus Teatre de Barcelona.
2004. Producción: Companyia Teatre Micalet. Traducción y versión de Enric
Benavent. Dirección y coreografía: Konrad Zschiedrich. Vestuario: Enric
García. Iluminación: Salva Donat. Intérpretes: Pilar Almeriz, Enric Benavent,
Josep Manel Casany, Juli Cantó, Carme Juan, Juan Lloret, Iolanda Muñoz,
Pep Ricart y Paco Vila. Estreno el 30 de abril en el Teatre Micalet de Valencia.
2009. Producción: Compañía Nebel. Dramaturgia y dirección escénica: Eva
García. Escenografía: Damián López Gonçalves, Intérpretes: Ángeles Morte,
Cristina García, Emilio Poveda, Jordi Gómez, José Lloriz y Nadia García.
Estreno el 25 de junio enn el Teatro Círculo de Valencia.
2012. Producción: Compagnie Aigle de Sable. Dirección escénica: Milena
Vlach. Vestuario: Nathalie Palma. Iluminación: Anne Terrasse. Intérpretes:
Alexandre Palma Salas, Pierre Serra, Milena Vlach, Paolo Crocco, Etienne
Guérin, Smaël Benabdelhoueb y Audrey Saad. Estreno el 29 de julio en el
Corral de Comedias de Almagro dentro de la programación del Festival
Internacional de Teatro Clásico.
2014. Producción: Amanide Teatre. Dirección escénica: Núria García.
Intérpretes: Rafaela Pérez, Antonia Saladié, Carmen L. García, Nati Ojeda,
Toni Merchán y Juani Fuentes.
93
C. Análisis semiótico del libreto Il dissoluto punito, ossia il Don Giovanni.
Lorenzo Da Ponte.
I. SINTAXIS.
1. Acción, personajes, espacio y tiempo.
Don Giovanni
Masetto Zerlina
94
En cambio, resulta fascinante que se nos aproxime el lugar de España en
que se sitúan los hechos y cuánto tiempo duran: “La acción se desarrolla en
diferentes lugares de Sevilla a lo largo de veinticuatro horas, a mediados del siglo
XVII”
El libreto tiene una estructura formal de división en dos actos con cinco
cuadros cada uno, muy diferente a Molière que había modelado su obra en cinco
actos y diversidad en el número de escenas por acto. En el caso de Da Ponte, el
número de cambios de escena también es poco equilibrado: el primer acto
consta de veintidós escenas y el segundo tiene quince escenas. Hay cuadros,
como el segundo del acto I, que está formado por doce escenas y otros cuadros,
como el tercero y el cuarto del acto II, que posee una sola escena. Es cierto que
depende de la sucesión y suma de hechos en la trama en aquellos cuadros con
muchas escenas, y de la tensión dramática cuando hay pocas escenas.
95
Si nos detenemos en el argumento de la obra de Da Ponte podríamos
organizarlo de la siguiente manera:
ACTO I ACTO II
96
2. Acotaciones y apartes.
Algo que merece la pena resaltar al analizar el libreto Don Giovanni (Il
dissoluto punito, ossia Il Don Giovanni), es el número de acotaciones y apartes
que contiene la obra. Pensada para ser representada en todo momento,
comparte el mismo diseño que le diera el escritor francés del que se sirvió para
elaborar su trazado de Don Juan. Incluso resulta sorprendente que coincidan en
la manera en que se tiene que abrir la tierra y prevalecer el fuego para tragarse
al vengado burlador.
Acto I
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✓ Entra en el cenador. [Refiriéndose a Masetto] (escena XVI, cuadro
III)
✓ Sala en casa de Don Giovanni, iluminada y dispuesta para un gran
baile. (escena XXI, cuadro IV)
Acto II
Acto I
98
✓ Don Giovanni y Leporello, luego Donna Elvira, con ropa de viaje.
(escena IV, cuadro I)
✓ Leporello: Saca una lista del bolsillo. (escena V, cuadro II)
✓ Zerlina, Masetto y coro de aldeanos de ambos sexos, que cantan,
tocan instrumentos y bailan (escena VII, cuadro II)
✓ Don Giovanni solo; después Don Ottavio y Donna Anna, vestida
de luto (escena XI, cuadro II)
✓ Donna Elvira, Don Ottavio y Donna Anna, con máscara; luego
Leporello y Don Giovanni asomados a la ventana. (escena XX,
cuadro III)
✓ Don Giovanni, Leporello, Zerlina, Masetto, aldeanos, aldeanas,
criados con refrescos (…) (escena XXI, cuadro IV)
✓ Masetto tira abajo la puerta. (escena XXII, cuadro V)
✓ Don Giovanni: Sale empuñando la espada llevando del brazo a
Leporello, al tiempo que finge no poder desenvainar para herirle.
(escena XXII, cuadro V)
✓ Con una pistola en la mano. [Refiriéndose a Don Ottavio] (escena
XXII, cuadro V)
✓ Donna Anna, donna Elvira y don Ottavio: se quitan las máscaras.
(escena XXII, cuadro V)
Acto II
99
✓ Masetto armado de mosquete y pistola, aldeanos y los anteriores.
(Escena IV, Cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Masetto] A los aldeanos, armados de armas de
fuego y estacas (escena IV, cuadro I)
✓ Masetto; después Zerlina con una luz (escena VI, cuadro II)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Riendo. Entra saltando una tapia.
Mira el reloj (escena XI, cuadro III)
✓ [Refiriéndose a Leporello] En voz alta, a la estatua. (escena XI,
cuadro III)
✓ Se sientan a la mesa. Los músicos empiezan a tocar; Don Giovanni
come. Los músicos interpretan ahora un fragmento de “Fra I due
litiganti il terzo gode” de Giuseppe Sarti. (escena XIII, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Cambia el plato a Don Giovanni, y
aprovecha para comer a escondidas. (escena XIII, cuadro V)
✓ Los músicos tocan un fragmento de “La nozze di Figaro” de Mozart
(escena XIII, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Asoma la cabeza por debajo de la mesa.
(escena XV, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a El Comendador] Desaparece; sale fuego por todas
partes; la tierra se abre. (escena XV, cuadro V)
✓ [Refiriéndose al Coro] De debajo de la tierra, con voces roncas.
(escena XV, cuadro V)
✓ El fuego crece: Don Giovanni se hunde en el abismo. (escena XV,
cuadro V)
Acto I
100
✓ [Refiriéndose a Donna Anna] Desesperada. (escena III, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Al pasar junto a Zerlina la toma por
el talle. (escena VIII, cuadro II)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni y Zerlina] Se encaminan abrazados
hacia la quinta. (escena IX, cuadro II)
✓ [Refiriéndose a Donna Elvira] Sale, llevándose a Zerlina. (escena
X, cuadro II)
✓ [Refiriéndose a Don Ottavio] Angustiado (escena XIII, cuadro II)
✓ Zerlina, Don Giovanni, y Masetto escondido en el cenador. (escena
XIX, cuadro III)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] La sujeta [a Zerlina] (escena XIX,
cuadro III)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Abre el cenador y sorprende a
Masetto. (escena XIX, cuadro III)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Algo confuso. (escena XIX, cuadro
III)
✓ [Refiriéndose a Masetto] Irónico (escena XIX, cuadro III)
✓ Don Ottavio baila el minueto con Donna Anna. (escena XXII,
cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Comienza a bailar una
contradanza con Zerlina. (escena XXII, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Atrae a Zerlina por la fuerza.
(escena XXII, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Masetto] Intenta soltarse de Leporello. (escena
XXII, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Sale corriendo. (escena XXII, cuadro V)
✓ Los músicos se marchan. (escena XXII, cuadro V)
Acto II
101
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Con cólera. (escena I, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Leporello] En voz baja. (escena II, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] En voz baja también. Se oculta
detrás de Leporello y habla en voz alta a Donna Elvira. (escena II,
cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Con énfasis, llorando casi.
(escena II, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Leporello] En voz baja, a Don Giovanni. (escena II,
cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Donna Elvira] Se aparta de la ventana. (escena II,
cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Muy alegre. (escena II, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Se aparta de allí. (escena II, cuadro
I)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Imitando a partir de ahora la voz de
Don Giovanni. (escena III, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Finge estar matando a alguien.
(escena III, cuadro I)
✓ Donna Elvira escapa con Leporello. (escena III, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Canta, acompañándose de una
mandolina. (escena III, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Llama. (escena IV, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Masetto] En voz alta. A sus amigos. En voz más
alta. (escena IV, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] En voz alta. Intenta imitar la voz
de Leporello. (escena IV, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Masetto] Encolerizado. (escena IV, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Señala hacia la derecha. Señala
hacia la izquierda. (escena IV, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Se asegura de que los aldeanos se
han alejado. (escena V, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Masetto] Da el mosquete y la pistola a Don
Giovanni. (escena V, cuadro I)
102
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Golpea a Masetto con el lomo de
la espada. (escena V, cuadro I)
✓ Masetto cae al suelo, Don Giovanni sale. (escena V, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Zerlina] Lleva la mano de Masetto hasta su
corazón. (escena VI, cuadro I)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Fingiendo la voz de su amo. (escena VII,
cuadro II)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Para sí, y alejándose a tientas. (escena
VII, cuadro II)
✓ [Refiriéndose a Donna Elvira] Sin ser vista. (escena VII, cuadro II)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Desde la puerta, sin ser visto. (escena
VII, cuadro II)
✓ Leporello, al salir, se tropieza con Masetto y Zerlina. (escena VII,
cuadro II)
✓ Leporello esconde el rostro. (escena VII, cuadro II)
✓ Cuando Don Ottavio se dispone a matarlo, Leporello se descubre
y cae de rodillas. (escena VII, cuadro II)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Casi llorando. (escena VII, cuadro II)
✓ [Refiriéndose a Zerlina] A Leporello, furiosa. (escena VIII, cuadro
II)
✓ [Refiriéndose a Leporello] A Zerlina. Señala a Donna Elvira. A Don
Ottavio, confundido. Señala la puerta tras la que se había
escondido por error. Se acerca poco a poco a la puerta. Luego
huye. (escena VIII, cuadro II)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Riendo, entra saltando la tapia.
Mira un reloj. (escena XI, cuadro III)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Riéndose a carcajadas. (escena XI,
cuadro III)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Muy asustado. (escena XI, cuadro III)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Empuña la espada. (escena XI,
cuadro III)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Temblando. (escena XI, cuadro III)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Con indiferencia y desprecio.
(escena XI, cuadro III)
103
✓ [Refiriéndose a Leporello] Lee. (escena XI, cuadro III)
✓ La estatua asiente con la cabeza. (escena XI, cuadro III)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Imita el gesto de la estatua. (escena XI,
cuadro III)
✓ Se sientan a la mesa. (escena XIII, cuadro V)
✓ Los músicos comienzan a tocar; Don Giovanni come. (escena XIII,
cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Aludiendo a un fragmento de la ópera
“Una cosa rara” de Vicente Martín y Soler. (escena XIII, cuadro V)
✓ Los músicos interpretan ahora un fragmento de “Fra i due litiganti il
terzo gode” de Giuseppe Sarti. (escena XIII, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Cambia el plato a Don Giovanni, y
aprovecha para comer a escondidas. (escena XIII, cuadro V)
✓ Los músicos tocan un fragmento de “Le nozze di Figaro” de Mozart.
(escena XIII, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Con la boca llena. (escena XIII, cuadro
V)
✓ [Refiriréndose a Don Giovanni] Al verle comer. (escena XIII, cuadro
V)
✓ [Refiriéndose a Donna Elvira] Entra desesperada. (escena XIV,
cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Donna Elvira] Se pone de rodillas. (escena XIV,
cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Se pone también de rodillas, para
burlarse de ella. (escena XIV, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Poniéndose en pie, y haciendo que
Donna Elvira haga lo propio. (escena XIV, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Con ternura afectada. (escena XIV,
cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Donna Elvira] Vuelve a entrar y huye por la parte
opuesta; los músicos escapan. (escena XIV, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Entra aterrorizado y cierra la puerta.
(escena XIV, cuadro V)
✓ Se oye llamar a la puerta. (escena XIV, cuadro V)
104
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Coge una luz y va a abrir la puerta.
(escena XIV, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Se esconde debajo de la mesa.
(escena XIV, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Asoma la cabeza por debajo de la mesa.
(escena XV, cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Leporello] Desde lejos, temblando. (escena XV,
cuadro V)
✓ [Refiriéndose a Don Giovanni] Le tiende la mano. [a El
Comendador]. Dando un grito. Trata en vano de desasirse
(escena XV, cuadro V)
✓ Desaparece; sale fuego por todas partes: la tierra se abre.
(escena XV, cuadro V)
✓ El fuego crece; Don Giovanni se hunde en el abismo. (escena XV,
cuadro V)
Refiriéndose a Donna Anna y anticipa a los espectadores con este aparte lo que
será su destino final que supo ver desde el principio.
105
Haciendo alusión a su amo y, del mismo modo, nos hace partícipe al público de
una anticipación de sucesos.
Ante la presencia de Donna Anna, Donna Elvira y Don Ottavio hay que disimular
y el fanfarrón burlador mantiene el tipo delante de tanto enredo que ha aparecido
de repente.
106
Las máscaras saben que van a descubrirnos la gran anagnórisis de la obra. Don
Giovanni no puede seguir en esa actitud de cortejo con Zerlina y los tres
ocultados sospechan que alguna vez conseguirán la venganza, gracias a una
torpeza cometida por el protagonista y su criado.
17 El pianista Miguel Zanetti escribe un artículo titulado “Las diferentes versiones de Don
Giovanni” y es de donde sacamos la información pertinente al respecto. Este artículo aparece en
los libretos editados por la Fundación de Teatro Lírico del Teatro Real de Madrid.
107
Mozart, compuso el Recitativo y Aria “In quali eccesi, o numi…Mi tradi, quell alma
ingrata”. La famosa diva quedó satisfecha por las grandes dificultades que tenía
dicha aria. Francesco Morella encontró dificultades en la interpretación de las
difíciles coloraturas de Don Ottavio de “Il mio tesoro”, por lo que Mozart decidió
componerle el aria “Dalla sua pace”, mucho más asequible según sus medios
vocales, y la estructuró en el primer acto en vez de en el segundo como se
hallaba anteriormente. En Viena ocurrió lo mismo que en Praga, pues los dos
roles de El Comendador y Masetto han de ser representados por un solo
cantante.
108
2.1.2. La representación: diversas puestas en escena de la ópera Il
dissoluto punito, ossia il Don Giovanni.
C.5. 2002: Puesta en escena del Teatro Festival d`Aix –en- Provence
109
El director de escena es bastante fiel a la lectura de la obra de Da Ponte y
podemos comprobarlo en determinados elementos escénicos que expone el
libreto y deberían aparecer durante la representación. Tal es el caso de:
110
13. Las escenas finales también son fieles al libreto: predominio de la luz y el
color blanco que contrastará con la escena de la muerte. Los músicos,
que deben estar presentes según el texto, tocan desde arriba observando
el hambre de Leporello y la comida del galán (escena XIII, cuadro V, acto
II).
14. A Don Giovanni se lo traga la tierra después de una serie de efectos de
luces rojas simulando el fuego, el matiz demoniaco y la intensidad
dramática del momento (escena XV, cuadro V, acto II)
Esta versión de 1954 respeta la moda de finales del siglo XVII y principios
del siglo XVIII. Los personajes cambian de vestimenta dos y tres veces cada uno,
con respeto al texto dramático. Telas de terciopelo, raso, encajes y bordados.
Casacas, chalecos, pantalones bombachos, vestidos con chorreras y acabados
dorados. Mantillas, velos, peinetas, flores, sombreros con plumas, capas, joyas,
botas de cuero y zapatos con hebilla o guantes blancos.
111
Sobre el mobiliario se debe destacar que va a sufrir pocos cambios
durante toda la representación. Encontramos la fachada de dos edificios
majestuosos y una pequeña plazuela. Bastas columnas, escalinatas y bancos de
piedra, enredaderas, grandes puertas de madera y hierro, así como balcones
coloridos. Nada nos puede hacer pensar en Sevilla o en lugares de esta ciudad
que sean identificables en escena.
Después, aunque se celebre una boda y sean otros personajes los que
inauguren esa escena VII del cuadro II, no se producen considerables y
destacables modificaciones del decorado. En la escena XX del cuadro III, y por
buscar otro ejemplo sobresaliente, presenciamos una abundancia de figurantes
campesinos, aldeanos y sirvientes que están en la casa de Don Giovanni
dispuesta para un gran baile, según versa el libreto. Seguimos ratificando que
las fachadas de los edificios y la plazuela son el lugar escénico sin grandes
transformaciones escenográficas.
112
Un punto de luz blanca e intensa está dirigida a la estatua para crear un
ambiente tétrico. Cuando El Comendador le pide la mano y él accede a dársela,
comienza a sentir su muerte sin poderse soltar de la estatua. A continuación, la
escena se ambienta como si fuese el infierno: luces rojas, efectos de fuego y
humos, sombras que no paran de moverse y figurantes como ánimas que se
llevan a un galán hundido en la miseria. No vemos cómo se abre la tierra y se lo
traga, aunque es una manera de interpretar el final muy adecuado y sin salirse
del libreto (escena XV, cuadro V).
La última escena cambia la luz, y los que han vengado a Don Giovanni
aparecen junto con Leporello. Un criado que acaba reconociendo sus errores
como lacayo de un ser despreciable que ha tenido su merecido. Poco a poco, se
llena la escena de sirvientes con velas y los personajes se van espaciando para
que cada uno sea identificable con su historia particular ante el público.
113
rodillas avanzando unos pasos sin dejar de comportarse con rigidez. El ejercicio
de mímica, que realiza el intérprete, consideramos que es uno de los rasgos que
podrían hacer notoria esta versión de mediados del siglo XX, porque es un
recurso que tiene que ver más con el lenguaje no verbal que con los elementos
escénicos tecnológicamente avanzados que se potenciarían en nuestro siglo.
114
detrás de las escalinatas de la fachada. En el centro, grandes tiestos ostentosos
con plantas frondosas y algunos campesinos mirando cómo Zerlina y Masetto
arreglan sus desavenencias. El único elemento decorativo es el carro rústico que
había paseado a los recién casados.
115
una casa (escena XIII, cuadro V, acto II). La estatua blanca de mármol hace acto
de presencia, después de un efecto de truenos, rodeada de un gran mural
ilustrado con los planetas del universo y el azul intenso de un cielo que espera
hacer justicia con el protagonista. Situado en un artefacto que ha modelado el
cuerpo entero, para ser una réplica de la estatua que se encontraba en el
cementerio, el propio intérprete se introduce en ese artefacto y vemos cómo el
gesto de su rostro es estático y serio (escena XV, cuadro V, acto II).
El vestuario de esta versión es clásico. Camisas con chorrera, chalecos,
zapatos con hebillas, casacas, pantalones bombachos, sombreros con plumaje,
camafeos, guantes para dar distinción social, encajes, botas altas de cuero,
peinados y pelucas con coleta y lazada para ellos y rizos bien recogidos para
ellas. El toque goyesco, que poseen los personajes en la boda de Zerlina y
Masetto, nos hace contextualizar la obra en nuestro país y en el siglo XVIII. El
protagonista también lleva el pelo recogido con una redecilla siguiendo el mismo
estilo.
El uso del brillo, gracias a las lentejuelas u otros materiales que ayuden a
conseguir ese destello luminoso, provoca que no se pierda la atención a
determinados momentos: las tres máscaras, los sirvientes en el baile, el mandil
de Zerlina o el pelo recogido del burlador.
116
Leporello. Y Don Giovanni lucirá una vestimenta de color rojo en la escena XIII
del cuadro V, antes de morir y ante la cena con el padre de Donna Anna. El
blanco de sus ropas en el baile y el rojo durante la cena con El Comendador son
dos colores muy significativos. Por un lado, el blanco es distinción, elegancia y
símbolo de la pureza. Todo lo que el protagonista intenta aparentar a través de
mentiras y no lo logra. Por otro lado, el color rojo es la tentación, la pasión, el
amor-odio y la lujuria que acabarán con él pocos instantes después, puesto que
el padre de Donna Anna cumple con su promesa y acude a la cita.
1) Leporello no entran portando una luz, pero sí poseen capas el amo y el criado
que forma parte del sentido de encubrimiento que pretende esta ópera (escena
I, cuadro I, acto I).
2) Don Giovanni sí se cubre el rostro con su capa tal y como expresa la segunda
acotación del texto dramático lírico.
4) Espadas para el duelo hasta que el padre de Donna Anna cae muerto, sin
verse en escena violencia ni rastro de sangre (escena I, cuadro I, acto I).
117
7) La boda de Zerlina y Masetto tiene aires goyescos y es el momento en que la
obra deja ver su localización: España. No vemos a una novia vestida de blanco
con velo. Comprobamos que, por su condición de campesina, viste un traje en
tonos negros y blancos como el resto de los invitados. Largos pendientes,
redecillas con perlas, castañuelas y mandil u hombreras muy bordados.
8) Luto de Donna Anna con traje oscuro y velo negro que descubre ante Don
Giovanni en el momento que debe hablar con él (escena XI, cuadro II, acto I)
9) Las tres máscaras van tapadas sin dar lugar a la distinción entre ambas, el
espectador lo puede saber únicamente por sus voces. Idéntico vestuario oscuro
(negro para Donna Anna, verde muy oscuro para Donna Elvira y azul muy oscuro
para Don Ottavio), capas y antifaces que les hace ir a la moda veneciana, propia
de los bailes de máscaras en carnaval (escena XX, cuadro III, acto I).
10) Zerlina lleva el sorbete de chocolate que Leporello y Don Giovanni han
aclamado durante sus intervenciones. Una didascalia que todavía ayuda más a
entender el perfeccionismo con el que se ha querido llevar a escena esta versión
(escena XXI, cuadro IV, acto I).
11) La pistola de Don Ottavio con la que amenaza a Don Giovanni en el baile
(escena XXI, cuadro V, acto I)
12) La pequeña mandolina, decorada con cintas de colores como lo hacen los
tunos españoles, que toca Don Giovanni para cantar su canzonetta (escena III,
cuadro I, acto II).
13) Las armas de los aldeanos y campesinos de la escena IV del cuadro I (acto
II). Utensilios de labranza, mosquete y pistola.
14) Don Giovanni pega a Masetto con las armas, como versa en la acotación de
la escena V del cuadro I (acto II).
15) Zerlina lleva una luz para curar a su esposo, también exigido en el texto de
Da Ponte (escena VI, cuadro I, acto II).
16) Leporello lee la inscripción del pie de la estatua que pide una venganza justa
para el que le dio muerte: Dell’ empio chi mi trasse al passo estremo…” (escena
XI, cuadro III, acto II)
118
17) El cuadro IV del acto II comienza en la estancia sombría de la casa de Donna
Anna, aprovechando la fachada que siempre ha servido de soporte de casi todo
el peso escenográfico. Luz muy oscura y muy pocos elementos decorativos: un
candelabro con una vela encendida y unas flores blancas en el suelo (escena
XII, cuadro IV, acto II).
18) La mano de Don Giovanni queda atrapada entre las manos de la estatua.
Efectos de humo y el universo cada vez de un color más rosado, hacen
desaparecer a ambos. No se abre la tierra y se traga al protagonista, quizás
porque en 1987 era suficiente esta escenificación para que el espectador viese
una muerte sobrenatural (escena XV, cuadro V, acto II).
2) Pequeña carroza humilde muy adornada con flores en la que aparecen los
novios después de casarse (escena VII, cuadro II, acto I).
3) El uso de una litera para llevar a Donna Anna y don Ottavio en la escena XI
del cuadro II, del acto I.
119
No existe una dedicación muy cuidada de los efectos luminosos. Por el
respeto a lo clásico, la escena se limita a seguir momentos de la noche con
oscuridad y puntos de luz con soportes de candelabros, además de una luz de
día constante para iluminar todo el escenario en el acto I. Apenas cambia ni trata
de focalizar de forma distinta en función del dramatismo, no se tiene en cuenta
situaciones de expectación dramática.
120
C.3. 1990: Teatro Alla Scala de Milán.
1. Balconada por la que trata de saltar Don Giovanni, con tal de no ser visto
por los sirvientes de Donna Anna. (escena I, cuadro I, acto I)
2. Duelo con espadas tradicionales sin un atisbo de violencia escénica. El
padre de Donna Anna cae lentamente al suelo ante la mirada del amo y
del criado.
3. Antorchas de los sirvientes que iluminan el misterioso asesinato.
Posteriormente, cuatro criados iluminan la escena un poco más con
candelabros.
4. Lista de amantes: Leporello saca de sus vaporosas telas un libro y juega
con él, explicándole que es el testimonio de las andanzas de su señor, es
decir, un catálogo de sus innumerables conquistas amorosas. Cómico en
potencia, el criado gira el libro y lo abre. Lo vuelve a cerrar y hace que las
largas cintas de colores que posee entretengan la vista de la dama. Llega
un momento en que incluso Leporello sitúa las cintas sobre el cuello de
121
Donna Elvira. Ella se muestra muy rígida y él sigue sumando las mujeres
como números (cuadro II, acto I).
5. Donna Anna aparece vestida de luto y contrasta con el velo de novia de
Zerlina tirado en el suelo tras el enfado con Masetto (cuadro III, acto I).
6. Tres máscaras se van acercando, desde el fondo, vestidas
completamente de negro y con tres sombreros que les cubre también su
cabellera. El telón cae y el negro predomina sobre todo lo demás. Con un
candelabro, Leporello le advierte a su señor de la presencia de estas
máscaras elegantes que tienen ante sus ojos y la intención de Don
Giovanni es invitarlas al baile (cuadro IV, acto I).
7. Don Giovanni da a su criado cuatro doblones para enterrar el hacha de
guerra y que no vuelvan a discutir (cuadro I, acto II).
8. Leporello va desvistiéndose para disfrazar a su amo de sirviente en plena
escena y delante de un público seguramente alucinado por su nueva
hazaña amorosa. Don Giovanni manipula a su leal criado como si fuese
una marioneta y dirige su comportamiento. Posteriormente, Don Giovanni
sigue haciéndose pasar por Leporello ante el temor de que Masetto quiera
ajustar cuentas con él (cuadro I, acto II).
9. Masetto hace alarde de las armas que porta para aniquilar a Don Giovanni
y éste acaba propinándole unas buenas bofetadas para dejarlo en el
suelo.
10. Mausoleo central que pertenece a El Comendador y estatua ecuestre
iluminada con baja intensidad con el propósito de querer conseguir el
efecto de la luz de la luna (cuadro III, acto II).
11. Sirvientes bien organizados están disponiéndolo todo para la gran cena.
Algunos llevan bandejas con un derroche de comidas, otros portan
candelabros encendidos por todo el espacio. El caballero se sienta solo,
mientras el mantel arrastra mucho y cubre de blanco el suelo. Leporello
se tapa con una bandeja de plata para criticar con envidia la cena de su
señor. Muchos racimos de uvas a la derecha de la mesa y una preciosa
jarra plateada de vino a la izquierda (cuadro V, acto II).
12. Ha llegado a cenar con Don Giovanni aquella estatua que se manifiesta
con un gran trueno que oscurece todo el escenario y deja simplemente al
descubierto a Don Giovanni. Un grito del burlador y vemos la mano alzada
122
muy tensa cuando acepta la propuesta de banquete con el padre fallecido
de Donna Anna. Unos humos hacen desvanecer a Don Giovanni y la
tumba se lo ha llevado al ritmo del coro infernal: la muerte ha dado justicia
al pérfido protagonista
En ningún momento podemos afirmar que estamos ante algún detalle que
nos induzca a pensar que es Sevilla o algún rincón de la ciudad andaluza como
pretendían Da Ponte y Mozart.
125
Cabe resaltar cuando el protagonista da la espalda al público e intenta
reconocer a las tres máscaras que bailan un minuet lentamente en el cuadro V
del acto I. Este hecho provoca que pensemos en la naturalidad de la
interpretación del actor principal, pues su cometido es saber quiénes son esas
personas tapadas y que ocultan un misterio. No le importa tanto dar la espalda,
porque Don Giovanni es un fanfarrón ineducado que no entiende las faltas de
respeto.
127
protagonista y deja de ser una estatua. Su comportamiento es
prácticamente inmóvil, alumbrado por una luz azulada que acrecienta el
carácter siniestro del momento.
13. Siguen la acotación de final del cuadro V del acto II con exactitud: la mesa
del banquete arde y las llamas se llevan los malos espíritus del
protagonista. El fuego se va apagando en la última escena que cierra la
obra, al tiempo que las víctimas de Don Giovanni son escasamente
iluminados con luces amarillentas, acorde con esas brasas.
1. Telón bajado para la escena del salto del balcón y encubrimiento de Don
Giovanni ante Donna Anna con su gabardina. Posteriormente, le tapa a la
dama los ojos y forcejea con ella para tratar de conquistarla. Todo este
hecho se sucede sin detalles escenográficos.
2. Mochila de cuero y gorro de lana de Leporello al iniciarse la
representación.
3. Duelo entre el padre de Donna Anna y Don Giovanni ante el telón bajado.
4. El Comendador tira del telón oscuro cuando cae muerto lentamente y la
escena prosigue con el vacío escenográfico.
5. Sirvientes con capuchas y capas de noche que se llevan el cuerpo del
padre envuelto en el telón negro.
6. El cuchillo que arrebata Donna Anna del crimen le sirve para amenazar
con su suicidio ante la desesperación y el dolor.
7. Ropas ensangrentadas de El Comendador que un criado da a su hija y no
se separará de ellas hasta cumplir con su venganza.
8. Maletín rígido de cuero que lleva Leporello en la escena IV del cuadro II.
9. El director escénico ha decidido no interpretar el recitativo de Donna Elvira
sobre su corazón engañado de la escena VI del cuadro II y pasar a la boda
de los campesinos.
10. Botella de vino que tiene Masetto agarrada en la mesa después de
haberse casado los enamorados. La fruta que coge la novia cuando
irrumpe en escena el galán.
11. Un mantel blanco de la mesa, que hay que doblar, une a Zerlina y Don
Giovanni después del enfado de Masetto. La novia recupera su ramo,
128
coge el mantel y termina desabrochando los botones de la camisa del
noble desvergonzado. (escena IX, cuadro II)
12. El cuchillo con el que se mató a El Comendador es mostrado por Don
Ottavio en su recitativo de la escena XIV del cuadro II.
13. Copas de vino que sujetan todos los personajes, excepto Zerlina y
Masetto, para brindar por la libertad al final del primer acto.
14. El libreto expresa que Don Giovanni sale empuñando la espada y llevando
del brazo a Leporello, al tiempo que finge no poder desenvainarla para
herirle. Pues bien, no vemos ninguna espada y se ha preferido optar por
una pistola que amedrante al criado (escena XXI, cuadro V, acto I)
15. Zerlina tira un vaso de agua a Don Giovanni al final del acto I y huye ante
el descubrimiento de las identidades de aquellas máscaras.
16. En vez de monedas, como exige el texto dramático de Da Ponte, Don
Giovanni tira al suelo unos billetes para su criado Leporello (escena I,
cuadro I, acto II).
17. Don Giovanni y Leporello sacan un espejo de mano en la escena II del
cuadro I durante el acto II, cuando temen que Donna Elvira los reconozca.
18. Un músico ataviado con ropajes dieciochescos toca la mandolina en la
canzonetta de Don Giovanni, y no es él el que toca el instrumento. Una
mujer muy hermosa se quita el camisón y se desnuda en la ventana donde
estaba Donna Elvira. Un precioso desnudo de una dama que tira un
pañuelo con peso para dejarle al galán con la miel en los labios, al tiempo
que la ventana va desapareciendo (escena III, cuadro I, acto II).
19. Rifles de Zerlina y Masetto que apuntan a Leporello, junto con la pistola
de Don Ottavio. Una soga sirve para atarlo, después de desvelar su
identidad (escena VII, cuadro II, acto II).
20. Una réplica de la estatua moderna esculpida como un tótem monolítico en
pequeño tamaño es colocada por el burlador enfrente de su plato mientras
cena. Se burla de ella porque le da de comer como si pudiese, le limpia
las manchas de comida, le da vino a esta piedra que tanto significaría para
su hija y los demás vengadores que aparecerán en escena con
posterioridad, la agita… (cuadro V, acto II).
21. En la escena última, Leporello reparte un librito rojo a cada personaje y
todos se sientan a leerlo. ¿Es la historia de un don Juan? ¿Leen el destino
129
de quien obra mal? En la estructura de fondo volvemos a ver al
protagonista que continúa con sus conquistas, besando y tocando a una
dama vestida de rojo. Tiran los libros rojos hacia atrás con desprecio y
Leporello avisa de que su antiguo señor sigue igual. Hace un gesto con la
mano de desgana y el telón cierra las escenas amorosas sin escrúpulos.
El resto de los personajes dan la espalda para ver qué hace Don Giovanni
ante una proyección que acaba con la representación (se representa un
coche blanco aparcado en un descampado que deja ver unas vistas llenas
de luces de una ciudad. No adivinamos si es Sevilla, pero reconocemos
que es una gran estrategia para conquistar a una muchacha).
130
un escenario giratorio que muestra un paso más allá desde el punto de vista
semiótico.
131
pequeña situada al lado de la mesa, podemos darnos cuenta de que lo que se
pinta y lo que se esculpe es El Comendador.
Vestuario: Los personajes visten trajes adecuados a la época de finales del siglo
XVII y principios del siglo XVIII, a caballo entre el barroco y el neoclasicismo, con
toques de evolución e innovación en sus telas y complementos. Gabardinas de
cuero que cubren sus vestimentas y dan un aire un poco más actualizado a las
pelucas, peinados y coletas de entonces. No hay capas, aunque sí sombrero de
ala ancha para el protagonista y una casaca de cuero para el criado. El vestido
de novia de Zerlina consigue perfilar algunos matices de su personalidad: un
ramo de amapolas y margaritas silvestres como mujer del campo que es y el velo
largo de encaje sujeto con una corona rústica de flores. Las amapolas son unas
flores inestables que duran poco tiempo en las manos del que las sujete, porque
sus pétalos son débiles y se desvanecen en el aire. Zerlina se muestra en
escena como esas flores silvestres y, ante tanta duda, muestra poco poder de
decisión, siendo infiel a su recién estrenado esposo. Masetto combina el blanco
con el negro para ser un novio que ha avanzado y al que todavía se le ve de una
clase inferior a la nobleza que le rodea.
132
pequeña de Donna Anna (cuadro IV, acto II) y la mesa del banquete final (cuadro
V, acto II). Predomina la noche, el oscurantismo y lo lúgubre durante toda la
representación.
Por último, recalcamos las expresiones de miedo con los ojos muy
abiertos, las manos en la boca y la inquietud de los movimientos de Leporello al
verse obligado a hacer la proposición de la invitación a cenar a la estatua (escena
XI, cuadro III, acto II).
133
C.5. 2002: Puesta en escena del Teatro Festival d`Aix –en- Provence
En el último cuadro del primer acto, la escena del baile se sitúa en ese
rectángulo de color naranja. Varios cojines amarillos se han aportado a lo que se
supone que es un salón de baile del palacio de Don Giovanni. ¿Vemos un
palacio? ¿Un salón? No. Es el mismo espacio escénico una y otra vez con
algunos pequeños matices distintos. El lujo no se intuye, así como tampoco se
puede hacer uno a la idea de que ese mismo espacio desempeña todos los
papeles contextuales de la obra.
134
Comienza el acto II y no se escenifica una calle cercana al balcón de
Donna Elvira. Ahora la innovación está en que los cuadrados móviles, que
servían de puerta en el acto I, se encuentran en el centro para partir en dos el
escenario.
135
la función de otro con mucho poder y significado social, político y
educacional. No hay espadas; no hay pistolas; no hay casas lujosas.
6. Como en otras versiones, la estatua del Comendador es el propio
personaje sin moverse y situado detrás de uno de los bancos en vertical.
El conflicto sobrenatural existe, pero no como un castigo que nos
conduzca directamente a un miedo de venganza superior y paranormal.
136
con sus objetivos y permanecen en la escena, menos Leporello que se
marcha con la intención de encontrar algún día a un señor mejor al que
servir. Detrás de estos personajes, se pasea Don Giovanni que observa
los daños que él mismo ha causado.
137
que se funden en caricias y abrazos cuando Don Giovanni ha convencido a
Zerlina para convertirla en toda una dama si está a su lado.
138
personajes. Del mismo modo, toda la zona posee paredes empapeladas en
colores marrones y dibujos más claros, así como una gran lámpara en el centro
para dar la sensación de unidad en un cuadro escénico lleno de habitaciones.
139
10. El cuadro IV del acto I no comienza en casa de Don Giovanni preparada
para un gran baile. Seguimos viendo la misma escenografía, sin ningún
tipo de cambio de mobiliario, trajes o personajes. Todo permanece
exactamente igual que en los tres cuadros anteriores.
11. En cambio, sí vemos cómo se sirven un refrigerio en el cuadro IV del acto
I y aparecen músicos (un cuarteto de cuerda) que se sitúan detrás de las
habitaciones de Zerlina y Masetto, Don Ottavio, El Comendador y Donna
Elvira.
12. No hay bailes entre Zerlina y Don Giovanni cuando están en su casa ante
el resto de los invitados, sino una apasionada escena entre besos y
posturas. Hasta que, tras ser forzada por el rufián galán, Zerlina pide
auxilio con el traje de novia manchado de sangre.
13. Sí encontramos la pistola de Don Ottavio al final del acto I que exige el
libreto, apuntando al asesino que con el mayor descaro se descubre el
pecho en actitud chulesca. Nadie se quita una máscara en el momento
que lo precisa Da Ponte, un hecho que debemos tener muy presente de
esta versión. La pistola pasa de mano en mano con la intención de
vengarse del burlador, pero es Don Ottavio quien aprieta el gatillo y
consigue herir al protagonista.
14. El acto II no se ubica en una calle ante una hostería, sino en el mismo
espacio que el acto anterior y bajo la misma situación: Don Giovanni ha
sido disparado por Don Ottavio y se levanta con ligereza cuando la luz
comienza a iluminar a los personajes.
15. Sí encontramos a un Don Giovanni tocando la canzonetta acompañado
por una mandolina y todos escuchan con atención desde sus
habitaciones.
140
2. Cámara de vídeo de Leporello con la que graba las conquistas de su amo,
pudiendo ver una prueba de ello en el cuadro II del acto I en el encuentro
entre Don Giovanni y Donna Elvira.
3. Elvira le enseña a Don Giovanni una alianza; un detalle escénico que da
fe del paso del tiempo.
4. El cinturón de Masetto sirve para que conozcamos el arrepentimiento de
Zerlina en el cuadro III del acto I. Ella trata de desnudarse para que su
marido la castigue por sus malos actos, pero él vuelve a ponérselo en su
sitio.
5. El armario del cuarto de los campesinos como escondite, en vez de utilizar
el cenador como dice el libreto. Don Giovanni solamente abre la puerta
del armario para descubrir que el campesino está escondido dentro.
6. Nuevos músicos que al compás de “¡Viva la libertad!” se van colocando
junto a los músicos en el cuadro IV del acto I. Vestidos igual que Zerlina,
Donna Anna, Don Ottavio y Masetto y poco iluminados en esa parte
superior de la escena.
7. Leporello mira asombrado a su amo, con la boca abierta, mientras lee un
periódico italiano del siglo XX.
8. Don Giovanni golpea a Masetto con la mandolina intensamente en una de
las camas vacías, y no lo hace con el lomo de la espada, aunque
enseguida intenta recuperarse al ver a Zerlina coqueteando desde su
cama para que le perdone.
9. El rosario que saca Donna Elvira en su recitativo de la escena X del
cuadro II y la inseparable almohada. Se arrodilla ante el cuerpo del padre
de Donna Anna y relata cuál fue su desgracia con el galán.
141
El único cambio de vestuario en el transcurso del acto II es el de Leporello, al
intercambiar la identidad con Don Giovanni. Lo vemos quedarse en camisa
blanca, en mallas claras y escoger un sombrero con plumaje. Saca un traje del
siglo XVII de una funda de guardarropa actual; un traje abullonado que podría
servirle a un trovador para engañar a la dama Donna Elvira. La actitud es
bufonesca, cómica y caricaturesca cuando se encamina hacia su cama y se
coloca detrás de ella hasta que se mete dentro de su cama.
142
C.7. 2011: Puesta en escena de Teatro Alla Scala de Milán.
Una vez recogido el telón del suelo por figurantes vestidos de negro,
Leporello se sitúa en escena ante una estructura metálica o panel movible de
grandes dimensiones donde se proyectan imágenes. Vuelve a girar la
plataforma cuando tienen que dar entrada al protagonista. El decorado, en este
caso, es la proyección del telón rojo del teatro y una cama de matrimonio en la
que el galán está metido con Donna Anna. De la misma plataforma donde todo
se proyecta y da pie a que no existan muchos elementos decorativos, entra por
una puerta El Comendador y ve a su hija en la cama con el burlador.
143
montón de sillas de madera se van colocando en la escena con un pasillo en
medio. En la escena XI del cuadro II, en la que quedan solos Zerlina y Masetto,
se comprueba que la lista de amantes sirve de decorado proyectado, al mismo
tiempo que el galán intenta aprovecharse de la campesina. La lista de amantes
del panel es el decorado de fondo para esa cantidad de sillas que han servido
de asiento a tantos testigos de la boda.
144
ella como muestra del engaño, desde su punto de vista de espectador y con
ganas de burlarse de los que han sido protagonistas de ese momento.
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En el gran baile de final del acto I, todos los presentes llevan antifaces y
trajes en color rojo y negro, acorde con el protagonista y las tres máscaras, las
luces de escena y los telones que ambientan el lugar. De repente, todos
comienzan a quitarse los trajes en color rojo para descubrir sus identidades y
don Giovanni se fuma un cigarro, con la tranquilidad de un espectador, delante
de todos ellos. Ahora el predominio del blanco y el negro se hace presente para
acorralar las intenciones del galán, que es el único que persigue ese color rojo
inalterable de la pasión, la furia y las malas artes amatorias que lleva. Escapan
amo y criado por un palco del teatro. Tenemos que subrayar la intención de hacer
partícipe a todo el espacio teatral de sus tretas, por ello se mueven por el patio
de butacas, los palcos y ocupan más el espacio que si se ciñen a la limitación
del cuadro escénico del escenario que vemos en la mayoría de las
representaciones. En definitiva, se apuesta por hacer una representación que
esboce la idea de teatro dentro del teatro.
Don Giovanni empieza el acto II con el mismo vestuario rojo del baile del
que salió huyendo y su criado Leporello sigue con camiseta negra y pantalones
de faena en tonos oscuros.
Los elementos que tienen que aparecer en escena según el libreto serían:
146
5. Riguroso luto de Donna Anna, pues aparece en escena con gafas de sol
y está la luz cayendo al situarse la escena casi de noche (escena XI,
cuadro II). Las mismas sillas de la boda de los campesinos con el telón
proyectado de nuevo sirven de decorado.
6. Las tres máscaras pasean desde las butacas del público y dan la espalda
a los espectadores cuando son llamados por el amo y el criado que salen
por una puerta del telón proyectado. Vestidos de color rojo y un antifaz,
como va engalanado Don Giovanni y como aquellos trajes que entrega a
los campesinos con anterioridad. Don Giovanni los observa desde el
escenario con la misma intensidad de color rojo en sus ropas que le vimos
previamente (escena XX, cuadro III, acto I).
7. Las monedas que da amo a criado en el cuadro I del acto II.
8. El intercambio de roles a partir de un cambio en su vestimenta: Leporello
con el traje rojo de su amo y Don Giovanni con la chaqueta negra, la
camiseta y los pantalones del mismo color que pertenecían a su criado. A
continuación, escuchamos la canzonetta cantada por el galán con un
fondo negro y un músico tocando la mandolina. De ese fondo negro hace
su aparición una mujer uniformada, como una camarera de hogares de
mediados de siglo XX, y besa en los labios a Don Giovanni (escena III,
cuadro I, acto II).
9. Masetto y los aldeanos van armados con pistolas y mosquetes (escena
IV, cuadro I, acto II)
10. Don Giovanni golpea a Masetto, pero con la escopeta que porta y no con
el lomo de la espada (escena V, cuadro I, acto II).
11. Zerlina no lleva una luz como expone el libreto cuando se dispone a curar
a Masetto. Predomina la ausencia de escenografía, el oscurantismo y una
simple luz blanca que enfoca lo importante que se desarrolla en la
representación. (escena V, cuadro I, acto II)
12. El cuadro II del acto II no sabemos si se sitúa en casa de Donna Anna
como figura en el texto dramático de Da Ponte, porque volvemos a ver
que el telón sube y, tras desaparecer la escena de Zerlina y Masetto
mimándose, un escenario teatral es la decoración que se considera
pertinente. Don Giovanni y la camarera siguen siendo espectadores de
esta representación, que ahora continúa con Don Ottavio y Donna Anna
147
de luto y llenos de pena. Don Giovanni será testigo y el mejor espectador
del descubrimiento de la verdad: la identidad de Leporello. De hecho,
aplaude al final de la escena.
148
11. La camarera del servicio de Donna Elvira se sienta junto a Don Giovanni
en las dos sillas colocadas enfrente del escenario y el galán hace que
vuelva a subir el telón y así admiren la escena IV del cuadro I del acto II.
Don Giovanni sube con el antifaz puesto al escenario, ante la amenaza
de Masetto armado. El abuso del antifaz es adecuado para hacer más
creíble el intercambio de identidades entre amo y criado.
12. Después de agredir a Masetto, Don Giovanni se vuelve a sentar para
observar desde la silla de al lado de la camarera cómo Zerlina cura y mima
a su esposo (escena V, cuadro I, acto II).
13. En el aria de “Il mio tesoro intanto”, Don Ottavio saca una espada como
amenaza, mientras que Zerlina y Masetto lo observan tomando una copa
de vino (Escena IX, cuadro II, acto II)
149
antifaz. A continuación, el burlador se arrastra por el suelo con tal de poseer a
Zerlina delante de Masetto. La campesina se levanta tapándose con la rebeca y
el galán le muestra vestidos de gala en tonos rojos para ambos (escena XVIII,
cuadro III, acto I).
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innovaciones y significaciones que se han querido resaltar para captar la tensión
dramática y situar al espectador actual en otro siglo.
El cuadro IV, durante la escena XXI, sirve para decorar con acierto la casa
de Don Giovanni. Un aparador de madera con vajilla de porcelana fina a la
derecha y a la izquierda, grandes candelabros dorados de pie, cortinas de
terciopelo rojas donde estaba el enrejado y una chimenea decorada. Músicos de
la época entran con sus atriles de madera para tocar al ritmo de la libertad. El
151
baile continúa con máscaras venecianas entre las que se encuentran Donna
Elvira, Don Ottavio y Donna Anna. Unos bailes que los aristócratas italianos
solían organizar en sus palacios a los que asistían cientos de personas. A falta
de un disfraz extravagante se llevaba el dominó, un vestido talar con capucha
que cumplía la función de ocultar la identidad. Los bailes empezaban a estar
animados a medianoche y se prolongaban hasta la salida del sol. Las salas
estaban profusamente iluminadas y era emblemático el “baile de la Ópera” que
se celebraba en el teatro y cuya sala habilitada contaba con decenas de
lámparas, además de candelas y farolillos en los bastidores y pasillos. A menor
escala, es lo que ha querido reflejar el director teatral en este momento escénico.
El cuadro V del acto II sirve para ver más elementos decorativos en esa
fachada: la mesa lujosa de la cena de Don Giovanni. Está sentado sobre aquel
sillón dorado de grandes dimensiones que apareció en la escena anterior en la
estancia sombría de casa de Donna Anna. Detrás del protagonista localizamos
un tapiz lleno de bellas mujeres del siglo XVII muy femeninas, decentes y
recatadas. Una orquesta con músicos de la época se coloca en el lado izquierdo
del escenario, y varios sirvientes vigilan la cena de su señor cada uno en un
tramo de escalera.
El cuadro IV del acto I comienza con una luz amarillenta para festejar,
como dice el libreto, el gran baile de la casa del galán.
En último lugar, la escena XIII del cuadro V, que casi finaliza la obra, se
llena de luz porque es un motivo festivo de banquete, a pesar de que
desemboque en la muerte del protagonista. Al terminar la escena XIV del cuadro
V, la luz desaparece y quedan prácticamente a oscuras el amo, el criado y Donna
Elvira hasta que desaparece después de un grito. La escena XV del mismo
cuadro cambia por completo porque es la muerte del pérfido galán con efectos
de humo y luces rojas. En la última escena se va pasando de muy poca luz a
iluminar por completo el espacio escénico como al inicio de la representación.
Se colocan todos los personajes alineados, excepto Don Giovanni. Leporello
153
llora la muerte de su amo amargamente, agarrado a su libro de amantes. Un libro
que deja en el centro de la escena, sobre la conmemoración del día del estreno
en Praga.
Los elementos escénicos que tienen que aparecer según el libreto y respeta esta
versión son:
154
expresividad y trajes en tonos amarillos, naranjas, verdes, rojos y azules
combinados con sombreros y pañuelos para la cabeza (escena VII,
cuadro II).
8) Luto de Donna Anna, aunque no le sigue su prometido en el negro
impecable. Un velo tapa el rostro de la dama, sin dejar que nos demos
cuenta de su dolor hasta que lo aparta hacia atrás (escena IX, cuadro II).
9) Zerlina y Masetto no se sitúan en un jardín con dos puertas cerradas en
el cuadro III del primer acto, pues el decorado apenas sufre
transformaciones. Un ir y venir de sirvientes detrás y delante de ellos, al
tiempo que Zerlina coquetea con su reciente esposo. Finalmente, se
besan apasionadamente en las escaleras de la fachada del edificio
principal.
10) Las tres máscaras de la escena XX del cuadro III siguen el mismo patrón
que aquella versión de 1954, aunque con distinto color. En tonos oscuros,
generosas telas para capas y trajes cubren toda la fisonomía de los tres
personajes. Un antifaz idéntico cubre sus ojos y solamente podremos
llegar a una precisa identificación de quién es quién por sus cabellos y sus
voces. El estilo veneciano en este momento es evidente, las
connotaciones del carnaval y de la mentira que conlleva el juego de las
identidades provoca que descubran sus rostros y se sitúen en el espacio
en forma de triángulo (las dos mujeres en la parte de abajo y Don Ottavio
subido a tres escalones en la parte de arriba).
11) No nos damos cuenta de si estamos en una calle, ante una hostería al
inicio del acto II, a pesar de que se mantiene esa mesa de madera y sillas
con la vajilla de barro para los figurantes y el protagonista. Comprobamos
la misma fachada con escalinatas con esa nueva luz que se torna azulada.
12) Un saco con monedas para Leporello de parte de su amo (escena I,
cuadro I del acto II).
13) Donna Elvira no sale de una ventana, sino del arco y baja la misma
escalinata que dio comienzo al acto I (escena II, cuadro I, acto II)
14) Canzonetta que Don Giovanni canta acompañándose de la mandolina. No
se sirve de otro músico para tocarla, pues el propio Carlos Álvarez la
interpreta con un antiguo instrumento popular y apoyado en el baúl de
equipaje que llevaba Leporello (escena III, cuadro I, acto II).
155
15) Masetto busca a nuestro protagonista armado con la pistola y el
mosquete, junto al resto de los aldeanos que portan guadañas y armas
adecuadas a su condición social, así como las antorchas con fuego que
exige el libreto (escena IV, cuadro I, acto II).
16) En una acotación de texto dramático lírico se expresa que Zerlina debe
llevar la mano de Masetto a su corazón y así lo hace en escena (escena
VI, cuadro I, acto II).
17) El cuadro II no se inicia en un zaguán oscuro de casa de Donna Anna,
puesto que permanecemos en la misma fachada con la luz azulada
permanente desde el principio del nuevo acto.
18) No hay un cementerio y continúa la misma escenografía en el cuadro III
del acto II. Dos estatuas ecuestres engalanan la escalinata a izquierda y
derecha, así como las enormes esculturas de dos ángeles custodiando y
velando por lo que sucederá (escena XI, cuadro III, acto II).
19) La estatua de El Comendador se coloca en el centro de la escena, arriba
de la escalinata, cuando va a visitar al galán. Hemos visto otras versiones
que emplean el mismo personaje que haga de estatua, sirviéndose de la
expresividad y la corporalidad necesaria como requisito indispensable en
esta situación escénica. En un principio, aquí se utiliza un muñeco
articulado o un artefacto capaz de mover la cabeza para asustar al criado
cuando en el libreto se puede leer que la estatua asiente y, por lo tanto,
se traslada de la misma manera a la representación (escena XI, cuadro
III, acto II). Posteriormente, en la escena XV del cuadro V se utiliza el
mismo recurso escénico que en las versiones mencionadas. El propio
personaje, ataviado con un vestuario que le haga parecer una estatua de
piedra, se mantiene hierático y rotundo.
20) Leporello lee una inscripción del pie de la estatua, como versa en el texto
de Da Ponte. Para dar veracidad a su lectura, vemos que esta sentencia
está tallada a ojos del público: “Del impío que me dio muerte aguardo aquí
la venganza…” (escena XI, cuadro III, acto II)
21) En la escena XV del cuadro V Don Giovanni tiende la mano a la estatua y
da un gran grito, muy gráficamente tal y como figura en el texto dramático
lírico.
156
22) Se abre literalmente la lápida donde versaba la venganza leída por
Leporello y las ánimas se llevan al asesino protagonista.
Los elementos escénicos originales que aporta esta versión son relativamente
pocos:
157
estética barroca de una estatua plagada de espacios labrados alrededor
de su cuerpo y las grietas propias del paso del tiempo.
- El color blanco que utiliza Don Giovanni en la escena XVIII del acto I
cuando invita todos los presentes a beber, bailar y comer, ya sean
aldeanos, criados o nobles. El contraste con el color negro de la escena
XIII del acto II cuando invita a cenar a la estatua y la muerte se acerca.
- El rojo del traje de Donna Elvira y la mantilla negra. Es del único personaje
del que sabemos su procedencia española, por lo que se ha querido ser
fiel a lo expuesto en el texto del libreto. El color verde de las primeras
escenas en que aparece Don Ottavio, una esperanza soñada que al final
lleva a que su destino tenga buen fin.
- El colorido y la policromía de la boda de los campesinos. Todos los
invitados dan a la escena mucha vistosidad, llenos de alegría por el
acontecimiento. Distinguimos a la novia únicamente por el detalle del velo
discreto que sujeta con algunas flores de tela. Su vestido de novia está
diseñado a todo color, como el del resto de las invitadas.
- El efecto de la luz azulada, que muchas veces convierte la escena y ayuda
a la expectación del espectador, provoca que no distingamos las
vestimentas de las tres máscaras oscuras. Será en el gran baile cuando
veamos que la capa de Donna Elvira realmente es de color rojo. Un efecto
de luces del que se apoya el vestuario para seguir con la máxima de los
ocultamientos.
158
a través de movimientos muy amplios y lentos de la capa para ocultarse lo
posible. Mayor comicidad tiene el instante en que Donna Elvira se acerca y
Leporello imita la voz de su amo, sin querer revelar su identidad, con todo tipo
de muecas y movimientos para apartarse un poco de la dama (escena III, cuadro
I, acto II).
En la escena VI del cuadro I (acto II), Zerlina mima a su esposo porque éste
se sirve de la exageración con tal de que la mujer se apiade de él y le cure las
heridas que Don Giovanni le haya podido hacer.
Da Ponte opta por una estructura teatral de este modo para su libreto:
Cuadro II: Escenas IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV.
159
ACTO II. Cuadro I: Escenas I, II, III, IV, V, VI.
En Don Juan o el festín de piedra, Elvira está casada con Don Juan y ha sido
abandonada por éste, siendo sus hermanos los vengadores que buscan al
fanfarrón galán. En cambio, tiene similitudes en Il Disoluto punito, ossia il Don
Giovanni en la forma de actuar de Donna Anna, prometida de Don Ottavio, pues
espera que el burlador se lleve su castigo por matar a su padre después de que
intentase aprovecharse de ella en una noche oscura. Elvira no estaba prometida
con otro y son sus hermanos los que se vengan en la obra de Molière, pero, en
el libreto, Donna Anna se desconsuela en brazos de su prometido hasta que
reacciona para vengar la deshonra apoyada por varios personajes que tienen el
mismo fin. Elvira es el desencadenante en Don Juan y Donna Anna lo es en Don
Giovanni. Vulnerables ante los hechos sucedidos, son mujeres que resurgen
hasta el punto de querer participar en la venganza merecida de un ser
despreciable.
160
de Don Giovanni comparten el afán de deshonra y la desazón amorosa. En el
libreto de Da Ponte la venganza viene propiciada por una red de desventuras
amorosas del galán y se acentúa el papel de tres mujeres: Donna Anna, Elvira,
Zerlina. En la obra dramática de Molière tienen mayor peso también tres
mujeres, aun habiendo insinuaciones de más pretendientes: Elvira, Charlotte y
Mathurine.
Idénticos son los personajes principales: Don Juan - Don Giovanni y sus
respectivos criados Sganarelle-Leporello. Los parecidos son muy razonables
entre Charlotte y Zerlina: dos campesinas que se dejan llevar por la pasión y no
soportan la resistencia a las artes amatorias de alguien que les promete algo
mejor que lo que tenían. La gran diferencia entre el libreto y la obra dramática
que sirve de fuente de inspiración es la figura del padre de don Juan en Molière.
Don Luis es el personaje sabio, tutor o viejo que trata de sacar a su hijo de la
maldad, la hipocresía y de una vida de sinvergüenza. La estatua de El
Comendador se emplea del mismo modo y es quien da justicia, aunque sea la
justicia moral y divina la que actúe en consecuencia para que el público y cada
uno de los espectadores tomen conciencia de lo que supone una mala vida.
162
¿Es determinante que la lista de amantes aparezca para abrirle los ojos a
Donna Elvira? Parece ser que sí, aunque en formatos distintos. En las ocho
representaciones se presenta esa famosa lista de mujeres como una agenda
desplegable (1954), un libro antiguo encuadernado en tela o en cuero (1987,
1990, 2001 y 2015), un catálogo con una serie de hojas unidas que también se
despliegan (2002), una nueva agenda a la que se suman carretes de vídeo
(2008) o un panel sobre el que se proyectan cuentas aritméticas (2011). El salto
al mundo audiovisual es muy acertado para comprobar las artes amatorias del
galán y hacer ver al público, como testigo directo, que los tiempos han cambiado
en este nuevo siglo. Otro de los factores que llama la atención es el luto que
debe llevar Donna Anna tras el asesinato de su padre. La ropa de color negro de
una mujer desolada y triste no aparece en algunas de las representaciones que
hemos elegido del siglo XXI, sin embargo, la dama viste un traje oscuro y sigue
lo expuesto por Da Ponte en las versiones del siglo XX y en la de 2015. Los
espectadores actuales habrán vivido situaciones en las que se va a un funeral y
los familiares no llevan luto. Los tiempos han cambiado con respecto a las óperas
ambientadas a finales del siglo XVII y en el siglo de las luces.
163
de interpretación dramática. A ello hay que añadir que la versión de 2008 está
ubicada en ocho dormitorios como único espacio en que se desarrollan los
hechos. Desde el inicio de esta representación se está incumpliendo lo
establecido en el libreto, aunque sabemos -según lo analizado en unas páginas
atrás- que la versión de Peter Brook de 2002 hace exactamente lo mismo.
Las puestas en escena del siglo XXI establecen una prioridad: romper con
lo clásico y tradicional del mito de don Juan en el escenario. En 2002 se hace a
partir de un rectángulo anaranjado con poco mobiliario, un minimalismo propio
del nuevo siglo. En 2008 se parte de varios cuartos personalizados, según el
perfil de los que intervienen en la escena y no está permitido cambiar de lugar.
En 2011, el decorado que protagoniza toda la representación es una sucesión
de paneles con un telón proyectado y todo el espacio teatral se emplea como
excusa para desempeñar la acción: amo y criado salen de los palcos, del patio
de butacas y la estatua del padre de Donna Anna se coloca en el palco real.
Además, Don Giovanni juega a ser espectador en algunas ocasiones durante el
transcurso de la ópera, por ejemplo, cuando Leporello ha de ser él para librarse
del resto de los personajes y urdir tretas de amor. En realidad, son dos actores
que cumplen un papel a diario y hacen teatro dentro de un teatro. De ahí, la
intención de esta versión de 2011: utiliza como escenografía principal elementos
de un teatro; el protagonista se comporta, en ocasiones, como espectador; y
hacen uso de todo el espacio teatral para crear una empatía mayor con el
público.
164
Trascendente supone ser la figura de El Comendador, rasgo que
podemos asimilar porque todas las versiones innovan en este hecho y en este
personaje. En 1954 muere en el duelo el padre de Donna Anna y un cementerio,
cercano al espectador, acoge su estatua. Dicha estatua es el propio actor, que
realiza un esfuerzo interpretativo y asume el papel paranormal ante el galán.
Idéntica, aunque nos encontremos en un espacio escénico distinto, es la versión
del 2002. El director escénico Peter Brook ha subrayado la importancia de la
expresión corporal de los intérpretes y da significados con una paleta de colores
a lo que tenemos que ir asumiendo como público. El Comendador se mantiene
hierático, casi inexpresivo cuando Don Giovanni lo reta. En la versión de 2008,
el padre asesinado está presente durante toda la sucesión de tramas y enredos.
No desaparece en la representación, como ocurre con el resto de los personajes.
Dormidos o no, están presentes. El padre de Donna Anna se encuentra tumbado
en una cama central y se mueve con los ojos cerrados cuando algún personaje
lo manipula o se acerca a él. En el instante en que tiene que dar venganza a las
atrocidades cometidas por el protagonista no es capaz, y su rostro -de pie sobre
la cama- se muestra desalentado y frustrado. En esta versión de 2008 Don
Giovanni no muere tras darle la mano al padre de Donna Anna, ni siquiera siente
dolor ante la sentencia de muerte. En la versión de 2001 con Jüger Flimm como
director escénico y en la de 2011 con Robert Carsen, también han decidido que
el espíritu del galán siga latiendo, aunque no sabemos si el público pensará que
está vivo. Lo que encontramos en la escena final es a un burlador de mujeres
que continúa tratando de engañar a unas y a otras o que fuma muy desafiante
mientras el resto de personajes desaparece.
Peter Brook, en 2002, crea lápidas con bancos rojizos y en el año 2008
se ha decidido idear el ambiente fantasmagórico del cementerio en la propia
habitación de este señor fallecido, que resucita para darle su merecido al
protagonista. En la versión de 2011 la situación de la muerte es mucho más
siniestra, puesto que El Comendador sale del ataúd rodeado de humos y efectos
de luces, siendo este ataúd el único decorado que se muestra en escena.
Debemos señalar que, a pesar de las diferencias entre las versiones clásicas y
las contemporáneas, casi todas las que hemos elegido se inclinan porque el
165
asesinado comendador sea la estatua del cementerio e interprete a una estatua
con la dificultad que conlleva.
Los colores que, a veces, visten los personajes, los acercan en unas
versiones y los alejan en otras. No hablamos de tendencias ni de siglos,
solamente de gama de color. Don Giovanni se engalana con un traje blanco en
las versiones de 1987, 2002 y 2015. El tratamiento es idéntico en la puesta en
escena de 1987 y la del 2015, debido a que el pérfido caballero lo elige con
motivo del gran baile. En 2002, continuamente, alterna un vestuario blanco con
uno negro. La pureza no es una seña de identidad de nuestro galán, al revés.
Quiere ir de blanco para provocar a los presentes en el baile con su galantería y
su curioso saber estar. En escenas relacionadas con la muerte, Don Giovanni
opta por el negro. En la versión 2011, se ha querido que el color rojo acompañe
a los personajes en gran parte de la puesta en escena. Es el color del amor y del
odio, de la pasión y de la lujuria, del poder y también podría connotar la muerte.
166
europea. Torrente Ballester decía que Don Juan ha nacido con el destino de ser
constantemente pensado, imaginado, recreado, sin que en esos sucesivos
pensamientos, imaginaciones y recreaciones se repitan más que unos datos
fundamentales que sirven comúnmente para su reconocimiento (Yamaguchi,
2015: 237-250).
Versión de 1954. Respeto a los siglos XVII y XVIII. Fachada de dos edificios
majestuosos y una pequeña plazuela. Vastas columnas, escalinatas y bancos
de piedra, enredaderas y coloridos balcones o grandes puertas. El decorado
sufre pocos cambios durante toda la representación. No podemos saber si
estamos Sevilla porque no hay ningún elemento escénico que lo indique.
Versión de 1987. Respeto a los siglos XVII y XVIII. Fachada neoclásica en
mármol oscuro. Dos columnas enormes, dos escalinatas a izquierda y derecha
con puertas por las que salen los personajes en función de lo que exija el
argumento. Se modifica el decorado en cada cuadro escénico, siguiendo el
libreto. Se utilizan murales para decorar la escena, como las afueras de una
ciudad o el universo y lo sobrenatural en las escenas finales. No podemos
saber si estamos Sevilla porque no hay ningún elemento escénico que lo
indique.
Versión de 1990. Respeto a los siglos XVII y XVIII. El decorado sufre pocos
cambios durante toda la representación. El mobiliario, a excepción de los
momentos de telón bajado, mantiene la línea clásica de la puesta en escena y
sigue minuciosamente las directrices del libretista, con respeto a su texto. No
podemos saber si estamos en Sevilla porque no hay ningún elemento escénico
que lo indique.
Versión de 2001. Localizamos recursos escénicos del siglo XX y algunos
elementos decorativos de los siglos XVII y XVIII. Escenario giratorio a partir
de la escena IV del cuadro II del primer acto. Vuelve a girar esta plataforma
semicircular en la boda de los campesinos. Proyección en una pantalla de
decorados para el fondo de la escena (láminas o lienzos pintados de grandes
167
proporciones). No podemos saber si estamos en Sevilla porque no hay ningún
elemento escénico que lo indique.
Versión de 2002. Comprobamos recursos escénicos del siglo XX. En
plena obertura vemos un rectángulo anaranjado donde va situándose el
mobiliario moderno y colorido: primero aparecen dos bancos rojizos colocados
delante. Después, dos cuadrados detrás en los mismos tonos. Tres armatostes
decorativos en azul, verde y rojo sin aparente funcionalidad. Y como muestra
final un cuadrado baja hasta situarse en el centro con dos bases de madera y
cuerdas de izquierda a derecha (sustituye a la balconada de casa de Donna
Anna). Es un espacio escénico sin más, no hay que buscarle propiedad ni el
sentido de si es la casa de uno u otro personaje. Está basado en la simplicidad
de cuatro bancos y dos cuadrados que se retiran como puertas. El cementerio
son los bancos rojos puestos en vertical como si fueran lápidas. Cojines
amarillos sirven para adecentar la boda de Zerlina y Masetto y también la cena
final de Don Giovanni. No podemos saber si estamos en Sevilla porque no hay
ningún elemento escénico que lo indique.
Versión de 2008. Analizamos recursos escénicos del siglo XX. El decorado
está basado en ocho dormitorios ubicados en un espacio amplio con una gran
lámpara en medio que los unifica. Cada habitación está ambientada según la
personalidad de cada personaje. Durante la representación no se produce
ningún cambio de decorado y todo se sitúa en esos dormitorios. No podemos
saber si estamos en Sevilla porque no hay ningún elemento escénico que lo
indique.
Versión de 2011. Analizamos recursos escénicos del siglo XX. Una vez
recogido el telón del suelo por figurantes, Leporello se sitúa ante estructuras
metálicas de grandes dimensiones donde se proyectan las imágenes. El
decorado en este caso es la proyección de telones de teatro rojos en esos
paneles, jugando a hacer teatro dentro del teatro. Además, se hace uso de
todo el espacio teatral (palcos, patio de butacas, platea…) Intercambio de
papeles: los personajes son actores y espectadores. Mobiliario actual (vestidor
del protagonista, sillas sencillas para la boda). No podemos saber si estamos
en Sevilla porque no hay ningún elemento escénico que lo indique.
168
Versión de 2015. Vuelta al respeto clásico con una ambientación que
refleja los siglos XVII y XVIII. Fachada a caballo entre los estilos barroco y
neoclásico, con un arco central enrejado y grandes escalinatas flanqueadas
por toscas columnas con estatuas de mármol. Los detalles de decorado se
acentúan en instantes determinados, la cena o el baile, haciendo uso de
mobiliario acorde con el final del siglo XVII y dependiendo del sentido nobiliario
que se le quiere dar. Grandes sillones, mesas labradas y doradas, tiendas
ambulantes de calle de la época…De todas formas, el decorado sufre pocos
cambios durante toda la representación y no se cambia de espacio según se
va sucediendo la trama: no distinguimos la casa de Donna Anna de la de Don
Giovanni o el jardín, por ejemplo. Estamos en Sevilla, puesto que se proyecta
una imagen de la ciudad custodiada por su Giralda.
169
Evolución de los cuadros escénicos en las distintas versiones analizadas:
170
Figura 3. Teatro Alla Scala de Milán.1990. Director teatral: Giorgio Strehler.
171
Figura 5. Openhaus de Zürich. 2001. Director teatral: Jürgen Flimm.
172
vez a un teatro a ver Don Giovanni no entendería su contextualización ni partes
de la temática.
Figura 7. Netherlandse Ópera de Amsterdam. 2008. Directores teatrales: Jossi Wieler y Sergio
Morabito.
Figura 8. Teatro Alla Scala de Milán. 2011. Director teatral: Robert Carsen.
173
- Vestuario en Don Giovanni
174
Interpretaciones del vestuario en las distintas versiones analizadas de Don
Giovanni:
175
Figura 3. Teatro Alla Scala de Milán.1990. Director teatral: Giorgio Strehler.
176
Figura 5. Festival d’ Aix-en- Provence. 2002. Director teatral: Peter Brook.
177
Figura 9. Teatro Alla Scala de Milán. 2011. Director teatral: Robert Carsen.
178
- Iluminación en Don Giovanni
179
Versión de 2011: Luces del siglo XX, acompañadas de continuas
proyecciones en pantallas que necesitan distintas intensidades en la
iluminación escénica.
Versión de 2015: Intenta ambientar los siglos XVII y XVIII (faroles,
candelabros, candiles). Iluminación tenue para los grandes edificios barrocos
y el respeto a los momentos de la noche. Los cambios de luces que se
producen tienen que ver con lo expuesto en el texto dramático lírico y según el
dramatismo que la representación requiera. Uso insistente de luces azules
para los momentos de tensión dramática, como único recurso evidente del
siglo XX.
180
Luto de Donna Anna: Sí. Hace su entrada con un vestido y un velo negro que
perdurará hasta que finalice la obra.
Tres máscaras: Sí. Antifaces sencillos que cubren parte del rostro y trajes que
tapan su fisonomía.
Estatua de El Comendador: Primero es una estatua en la escena del
cementerio. Después, en el cuadro V, es el propio intérprete metido en el
interior de un artefacto idéntico a la estatua que estaba en el cementerio. De
él solamente vemos su cabeza y mantiene una actitud seria y prácticamente
inmóvil para que no se note la diferencia con respecto al cuerpo esculpido en
el que se ha introducido.
Muerte del protagonista: Don Giovanni muere después de darle la mano a la
estatua del padre de Donna Anna. Un efecto de humo y el mural cósmico han
favorecido su desaparición. No se lo traga la tierra ni se perciben llamas.
Duelo: Sí. Ropas ensangrentadas del asesinado que conserva la hija durante
la trama.
Lista de amantes: un libro cerrado con una cinta. Mientras Leporello le explica
a Donna Elvira, el amo se pasea con muchachas detrás de ellos.
181
Boda de Zerlina y Masetto: el vestido de la campesina consigue perfilar
rasgos de su personalidad (ramo silvestre y velo largo de encaje sujeto con
una corona de flores)
Luto de Donna Anna: Sí, también Don Ottavio viste de negro.
Tres máscaras: capas negras y antifaces negros que dificultan la
identificación de cada personaje.
Estatua de El Comendador: monolito de piedra esculpida en grandes
dimensiones y también hace de estatua el propio intérprete.
Muerte del protagonista: La mesa del banquete arde y las llamas se llevan
los malos espíritus del protagonista. En la última escena, mientras los demás
personajes se ven vengados y Leporello arrepentido, Don Giovanni aparece
subido a un mirador desde el que continúa con sus amores desafortunados.
Nada en él cambia, según se ha querido mostrar al espectador con esta
innovación final y que no se encuentra expresada en una acotación del texto.
Duelo: Sí, pero con unos palos de madera de varios colores. Sin atisbo de
violencia ni sangre.
Lista de amantes: Catálogo de hojas plegadas.
Boda de Zerlina y Masetto: Zerlina y Masetto no tienen aspecto de
campesinos.
Luto de Donna Anna: No existe luto de la dama.
Tres máscaras: Solamente antifaces y su vestimenta de las escenas
anteriores que hace muy fácil su identificación por parte del público
Estatua de El Comendador: El propio intérprete.
Muerte del protagonista: Estrechar la mano para cerrar el trato es el motivo
que provoca también la muerte de Don Giovanni. Sube por unos palos con una
luz casi apagada, reflejando su rostro de pánico. Cae de uno de los palos y un
grito sella su final. Una vez muerto, camina detrás de los personajes en la
escena final para ver los daños que él mismo ha causado.
182
Puesta en escena de 2008
183
Puesta en escena de 2011
Duelo: Sí. Espadas tradicionales. Sangre que emana del cuerpo fallecido.
Lista de amantes: panel en el que se proyectan cuentas.
Boda de Zerlina y Masetto: Vestido de novia en blanco roto muy actual. El
novio va con un traje de chaqueta de raso en los mismos tonos que la novia.
Luto de Donna Anna: Sí, hasta con gafas de sol que disimulen su desolación.
Tres máscaras: vestidos de color rojo y con un antifaz, tal y como va
engalanado el protagonista.
Estatua de El Comendador: El propio intérprete.
Muerte del protagonista: El Comendador y Don Giovanni sacan de nuevo las
espadas y, esta vez, es vencido el burlador por el padre de Donna Anna.
Ensangrentada su camisa, ve la manera en que un foso se abre y se lo lleva
entre los humos, los efectos de luces azuladas y los gritos de ultratumba. En
la escena final, Don Giovanni se pasea detrás de los personajes, vestido de
esmoquin y fumándose un cigarro. No se arrepiente de sus malos actos y es
un personaje que siempre vivirá en nuestra cultura. Por eso, el director de
escena decide que todos los personajes vayan desapareciendo entre el foso y
grandes cantidades de humo. El único que no se va, hasta que apura la colilla
y se baja el telón, es nuestro protagonista.
184
2.2. Fausto de Gounod.
185
del XIX: el romántico “Sturm und Drang”, que les proporciona unas asombrosas
dimensiones estéticas, y el ideal racionalista derivado del “Aufklärung”, que
persigue la verdad (científica) como luz y respuesta que debe alumbrar la
naturaleza de todo ser. No es extraño por tanto que como hilo conductor que
aglutine los anhelos de Fausto aparezca la figura de Mefistófeles –
personificación de Satanás-, materializándose así la fascinación que el
protagonista va a tener por lo diabólico, como medio para conseguir la integridad
y la plena coherencia de su existencia.
186
probablemente mucho más culto que el de finales del siglo XX y que pretendía
desarrollar las implicaciones de un tema dramático. En mano de excelentes
compositores, la música dio cuerpo a una nueva galería de personajes que no
eran ni triviales ni solemnes, y a los que se responsabilizó del crecimiento
emocional. Gounod, y sobre todo Faust, jugaron un papel esencial en la
modernización de la operística francesa.
I. SINTAXIS.
1. Acción. Argumento. Secuencias.
187
última escena del drama en la cárcel y, enloquecida después de matar a su hijo
y ver a Fausto que quiere salvarla, acaba muriendo por esperar el tiempo que no
tiene.
Por otra parte, Alonso de Santos (1999) señala una tipología de conflicto en
escena.
Fausto tiene un conflicto interno, puesto que trata de suicidarse con veneno
y no acepta su vejez hasta que aparece Mefistófeles ofreciéndole su ayuda. Se
enamora de Margarita y quiere entregarse a ella, pero necesita en cualquier
momento el apoyo y consejo del demonio, una vez que le devuelve la juventud
entre brebajes y conjuros.
188
Lo que tampoco se puede obviar es que existe un conflicto de situación,
ligado a los dos anteriores: la juventud que quiere conseguir Fausto a toda costa.
2. Personajes
2.1. Protagonista, antagonista, intermediarios.
189
Otro de los aspectos que Alonso de Santos ve determinante en la relación de
protagonista y antagonista es la urgencia: Fausto se impacienta y precipita los
hechos, mientras el demonio lo calma. Recuérdese el momento en que Fausto
quiere ofrecer regalos y ver con inminencia a su amada. El demonio le marca los
pasos que debería ir dando y se deja llevar por sus estrategias (otro elemento
determinante): con aquellos cofres de joyas escondidos en el armario y la treta
de darle la noticia de la muerte y las infidelidades del marido a Marta para
provocar encuentros de los enamorados. Fausto deja embarazada a Margarita;
hecho determinante para que encarcelen a la dama y acabe con su vida.
Urgencias por acelerar la acción que dieron más pábulo al conflicto dramático.
La estrategia más importante de la obra es la vuelta a la juventud de Fausto
después de beber el brebaje que la bruja le preparó a las órdenes del diablo. A
partir de entonces, se desarrolla el resto de la trama y la toma de decisiones o la
superposición de más estrategias entre protagonista y antagonista que, a su vez,
proporcionará incertidumbre en el lector o espectador. En el caso de Fausto,
Goethe ha sabido crear expectación al final de cada encuentro importante entre
los personajes principales y a causa, igualmente, del dinamismo que existe en
las dos partes del drama por los continuos cambios de lugar.
3. Espacio y tiempo.
190
personal: se apoyó en todos los estudios posibles y no tiene apenas dinero, por
lo que se ha dedicado a la magia. Se siente encerrado en una cárcel de libros,
con grandes preguntas sin respuesta. Ante su desesperación, hojea
malhumorado el libro para ver el signo del Espíritu de la Tierra. De repente, se
enciende una llama rojiza y aparece el Espíritu en la llama.
Entra en su cuarto de estudio con este perro, que se tumba tras la estufa y
deja que Fausto abra el Nuevo Testamento para perderse aún más. De repente,
el perro se hincha y eleva en forma de espíritu. El patetismo llega al culmen,
cuando los conjuros y magias no surten efecto y Mefistófeles aparece rodeado
de niebla detrás de la estufa, vestido de estudiante vagabundo. El doctor
191
pregunta por la identidad del demonio camuflado de estudiante y éste contesta
con subterfugios: “soy parte de esa parte que fue todo/al principio, una parte de
la sombra/que a la luz diera luz (…)” El diablo reconocido pide permiso para
marcharse y Fausto quiere que se quede junto a él. Espíritus invocan la claridad
y Mefistófeles hace que Fausto se duerma y lleva a cabo el hechizo. Confuso, el
doctor no sabe si la verdad es la del demonio y el perro o si ha soñado todo lo
que vio tan real.
192
en su mente y los transporta a un lugar apacible. Diablo y doctor se marchan, y
los bebedores vuelven a su realidad del engaño (cierta comicidad)
193
la antorcha. A Fausto le estalla la cabeza y, al llevarse a la boca la pócima de la
juventud, sale una llama leve.
Paseo por la calle de Fausto con Mefistófeles: Vuelve a dar un giro la escena
y nos sitúa en un paseo en que Fausto se muestra pensativo. Mefistófeles entra
contrariado, pues las joyas de la niña se las ha llevado el cura y a la madre de la
muchacha le ha entrado miedo. Establece una crítica hacia la Iglesia y sus
privilegios. Le sigue contando que Margarita está intranquila, sin saber qué hacer
ni decir por motivo de las joyas.
194
por su corazón, mientras ella no entiende para qué quiere saberlo. Antes de irse,
a Marta le gustaría tener otro testimonio de la noticia que le ha dado y, como
buen demonio, le traerá un testigo fiel de los hechos si va acompañada de
Margarita.
Una calle donde Fausto debate sobre las estrategias del diablo.
Jardín para el encuentro entre los enamorados: Ella le cuenta que en la casa
pequeña donde viven no tienen criada y debe guisar, coser o barrer. Su padre
había dejado un buen capital, pero su hermano está en la guerra y su otra
hermana murió, después de criarla porque su madre vivía el duelo por la muerte
de su marido. Después de una larga conversación paralela de Mefistófeles y
Marta, la enamorada arranca una margarita y acaba obteniendo el sí quiero. Él
le estrecha las manos y Marta avisa de que deben marcharse.
195
enamorada está dispuesta a dejar de corresponder su amor si no es cristiano.
Le propone descansar junto a ella: un frasco con unas gotas que duerman a su
madre.
Junto a la fuente, Lisa y Margarita van con los cántaros. Charlan sobre
Bárbara, a la cual su amor la ha abandonado después de mucha ternura y
atenciones. Camino de casa sola, nuestra protagonista reflexiona sobre cómo
criticaba antes los comportamientos que giraban en torno al amor y ahora ve que
ella está igualmente en pecado.
196
luchara igual al siglo XV. Finalmente, Valentín se encomienda a Dios y muere
considerándose buen soldado.
La pareja llega, gracias a la capa del diablo, al lugar donde las brujas se
comportan de forma soez y descarada. Tumulto: coro de voces, otro semicoro
de brujos hechos personajes que intervienen en escena. La sensación de caos
la logra Goethe, cuando Mefistófeles asegura que hay muchas voces, silbidos,
empujones, hedor y que el doctor continúe agarrado a él porque es demasiada
locura. Se divierten bailando, pero Fausto deja ir a una bella mujer puesto que
se le aparece la imagen fantasmal de su amada Margarita.
197
¡Y qué extraño que aquel hermoso cuello
198
intuitivamente. Nuestra escena, si el Estado se decidiera, podría reanimar esa
tradición ilustre. El dramaturgo que provocó una revolución teatral, poco
aceptada por sus contemporáneos, escribió aquel primer esperpento, Luces de
bohemia, que coincide con nuestro Fausto: se abre con la invitación al suicidio y
se cierra con la muerte. Otra coincidencia, que ahora nos atañe, es la relacionada
con el espacio. Si tenemos en cuenta sus palabras, Valle vuelca en Luces de
bohemia su teoría que he expresado con anterioridad, y en este drama de 15
escenas el protagonista va haciendo un recorrido por multitud de espacios
distintos. Estos “escenarios”, en Fausto y en Luces de bohemia, favorecen la
aparición de nuevos personajes y fomentan la tensión dramática.
199
TIEMPO DRAMÁTICO
Alusiones explícitas:
1. “De noche” en la estancia gótica abovedada.
2. “Al atardecer” en el cuarto bien arreglado de Margarita.
3. “La noche cae” y el soldado Valentín avanza por la calle.
4. “La noche de Walpurgis en las montañas del Harz”.
5. “Día nublado” en el campo.
Entre una alusión y otra los personajes viven distintas historias, se va sucediendo
la trama principal y pisan bastantes espacios. ¿Cuántos días pasan desde que
Fausto trata de quitarse la vida en su habitación hasta que Margarita muere,
después de estar en la cárcel? El lector o el espectador no logra saberlo, pero sí
se enfrenta a la preponderancia de la noche y de lo lúgubre que acentúan el
Romanticismo y dejan ver otras características de este momento literario como son:
el patetismo, la soledad, la idea de suicidio, el patriotismo, el inconformismo…
200
II. PRAGMÁTICA y SEMÁNTICA
201
DIRECTOR. Semejante reproche no me hiere:
Es una idea excelente editar una obra dramática como Fausto con un preludio
que ayude al lector a entender la actitud del dramaturgo, así como la del actor y
la del director de escena. Este diálogo es una muestra de la importancia que
tenía la representación y la afluencia de público en los teatros europeos. Por ello,
he escogido las palabras más interesantes del director de escena y he
considerado importante el contraste de opiniones con un actor y un dramaturgo.
El bufón, o actor, sigue esa línea del entretenimiento que poco tiene que ver con
la erudición textual que quiere el poeta dramaturgo. Objetivos distintos que
incidirán en factores como la puesta en escena y el poder de convocatoria.
Termina el Director apostando porque no haya escasez en usar maquinaria,
luces y bambalinas para que el espectador se sorprenda. Así concebía Goethe
la escena, como versan las palabras de este director de escena que discute y
defiende sus ideas dramáticas.
202
movimiento. Esta evolución se hace patente en las tres partes de la obra de
Goethe que Brecht denomina “Complejo-Faust”.
203
“elevados” sufrirían un proceso de monumentalización, ‘la dialéctica de la clase
burguesa que se siente joven se da como humor.’
Las estrategias que el gran dramaturgo propone para abordar el texto clásico
son justamente aquellas tan cercanas a su teoría teatral: el trabajo sobre los
elementos “marginales” de la obra, el fragmento, el humor, el grotesco, la mezcla
temporal (elementos medievales y modernos) que caracteriza el ambiente del
Fausto, la mezcla genérica (tragedia y comedia), la visión crítica de la
intelectualidad cercana al cinismo del protagonista. Todo aquello, en fin, que
permita un “distanciamiento” con respecto al gran héroe nacional alemán, todo
lo que permita destruir a Fausto como prototipo para convertirlo en proceso. Esta
visión nos sirve para encajar un sentido actual del mito y el personaje. Del mismo
modo, es una forma de trasladar y renovar siempre este mito, esta obra
dramática y, por consiguiente, este personaje.
18
Información extraída del Centro de Documentación Teatral, según los estrenos recopilados y
archivados en su página web.
204
Lluis Blat, Javier Planchuelo, Viviana López, Amelia Ochandiano, Antonia
Rodrigo, Maite Picot, José Núñez, Lola Tisner y Rosa García. Estreno el 10 de
enero en la Sala Olimpia de Madrid.
205
Díaz Díez, y Sebastián Lopera Infante. Estreno el 7 en la Sala Galán de
Santiago Conpostela, dentro del Festival Internacional de Teatro Universitario.
206
han atrevido y entre esa minoría de osados se han atrevido la prestigiosa
Kammer spiele de Múnich. La versión libre era la única opción posible y esperada
si viene de la mano de la compañía de La Fura dels Baus.
20 Artículo “Fausto de Goethe en el XXIV Madrid en Danza” [En línea] Disponible en:
http://www.europapress.es/cultura/noticia-fausto-goethe-xxiv-madrid-danza-
20090416162138.html
207
permanencia en la obra de Goethe y ha querido evitar la situación tétrica de la
historia, potenciando la luminosidad y la esperanza que implica este mito clásico
del romanticismo alemán.
La escenorafía de Sven Jonke, muy acorde con el siglo XXI que nos
acontece, se basa en la coreografía de tres “paredes” móviles que forman una
poderosa diagonal arquitectónica que atraviesa el escenario y se introduce en la
zona del público. La estructura de las paredes, que cubre 200 metros cuadrados
208
de escenario, está hecha de contrachapado de madera y alcanza los nueve
metros y medio en su parte más alta. Habrá dos grandes muros que tienen la
posibilidad de girar alrededor de unos ejes fijos. Se proyectarán imágenes
lanzadas desde tres proyectores y empleando varios ángulos, con tal de formar
las composiciones alucinatorias del doctor. Además de ello, emplean una docena
de sillas viejas de aspecto industrial en color azul y blanco, tubos de neón,
bombillas colgadas y algunos espejos pequeños.
21Dejamos la referencia de dicha representación y de su ficha técnica desde la web del Centro
Dramático Nacional http://cdn.mcu.es/espectaculo/fausto/
209
El autor empleó tres grandes figuras para desarrollar su pensamiento. En
Margarita personificó la virtud, la inocenca, la debilidad sujeta a la tentación y
rehabilitada por la gracia divina. El Fausto representó al hombre, es decir, a todos los
hombres; a la ciencia que se rebela contra sí mismo, a la pasión nunca satisfecha, a la
duda, la degradación y el excepticismo. En Mefistófeles pintó el genio del mal, la voz
secreta que murmura una blasfemia al oído de toda virtud, al poder misterioso que
representa a los ojos de la honestidad las formas de una Venus que oprime el corazón
cuando late después de una acción generosa; al espíritu maligno que en lo profundo de
la oración inspira un pensamiento lúbrico y sonríe horriblemente ante una mirada
elevada al cielo.
El cuarto acto es más humano que el tercero, y es natural, después que Margarita
ha pasado de ángel a mujer, que en el corazón del doctor ha sustituido a la pasión del
hastío y el remodrdimiento (…). La ópera concluye con un terceto original y brillante (…)
210
Ha reaparecido la célebre “diva”, que ha sido el encanto de nuestro público desde
hace cinco años, madame Lagrange, la más popular de las cantantes que han pisado
las tablas del Teatro Real, la naturaleza privilegiada que domina toda concepción del
genio musical e interpreta todos los caracteres que ha creado el arte dramático (…). En
la noche de su salida estuvo inimitable, y sorprendió a los que creían que había perdido
sus facultades (…).
I. SINTAXIS.
211
Valentín (hermano y soldado)
Marta (vecina)
212
meses, semanas o días desde que Fausto consiguió su objetivo de convertirse
en un joven gracias al diablo.
213
ACTO I: Transformación de Fausto. Vuelve su juventud y deja esa vejez
intolerable gracias a un pacto con Mefistófeles. Simbiosis del doctor con el
diablo. Amor de Fausto por Margarita.
ACTO II: Aires de fiesta por la próxima partida de los soldados a la guerra.
Valentín teme dejar a su hermana Margarita sola. Siebel declara su amor por
Margarita.
ACTO III: Enredos y amores: ramo de Siebel y joyas de Fausto. Engaño del
diablo a Marta para distraerla.
1. Margarita 2. Margarita
214
3. Margarita
Fausto Mefistófeles
2. Acotaciones y apartes.
215
y un sillón. En el segundo acto, deberíamos ver una taberna con un dibujo sobre
Baco, una pequeña medalla, un taburete, un tonel y vino brotando del mismo,
espadas, una pila con fuego, el círculo que traza Mefistófeles y una cruz. En el
acto tercero habría que contar con un muro y un pabellón a ambos lados del
escenario, un ramo de flores, una arboleda, un cofre, una silla, joyas y una
ventana. En el acto cuarto sería fundamental que los espectadores localizasen
la casa de Margarita, una guitarra, la medalla entregada a Valentín y espadas.
En el último acto, situaremos un aquelarre entre demonios y brujas, una montaña
que se abre y da lugar a un resplandeciente palacio de oro, una mesa
lujosamente servida rodeada de cortesanas y reinas de la Antigüedad, una copa,
la visión de Margarita que aparece y desaparece y la espada para Fausto.
¡Aquí estoy!
un verdadero aristócrata!
216
Y para finalizar, tuvimos en cuenta las acotaciones referidas a la
psicología y la actitud de los personajes en escena.
Acto I
Acto II
- Una de las puertas de la ciudad. A la izquierda, una taberna con un
dibujo alusivo al dios Baco. Estudiantes, burgueses y soldados
alegremente (escena I).
Acto III
- Al fondo, un muro con una pequeña puerta. A la derecha, un pabellón
(escena I).
Acto IV
- A la izquierda, la casa de Margarita (escena III)
Acto V
- Es la noche de Walpurgis. En la oscuridad, los demonios y las brujas
celebran un aquelarre (escena I).
217
- La montaña se abre y deja ver un amplio palacio resplandeciente de
oro, en medio del cual hay una mesa ricamente servida y rodeada de
reinas y de cortesanas de la Antigüedad (escena I).
- Una luz azulada invade el teatro. Aparece la visión de Margarita en su
celda (escena I).
Acto I
Acto II
218
- [Valentín a Siebel] Estrechándole la mano (escena II, acto II).
- [Refiriéndose a Wagner] Subiéndose a un taburete (escena II, acto II).
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Apareciendo súbitamente (escena III, acto
II).
- [Refiriéndose a Wagner] Bajando del taburete (escena III, acto II).
- [Refiriéndose a Wagner] Tendiendo un vaso a Mefistófeles (escena III,
acto II).
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Cogiendo la mano de Wagner y
examinándola (escena III, acto II).
- Wagner retira su mano con enfado (escena III, acto II).
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Cogiéndole la mano (escena III, acto II).
- [Refiriéndose a Siebel] Retirando la mano con viveza (Escena III, acto II)
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Tomando el vaso de las manos de Wagner
(Escena III, acto II).
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Tirando el contenido del vaso (Escena III,
acto II).
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Golpeando en el tonel adornado con el
mismo baco de la puerta de la taberna (Escena III, acto II).
- El vino brota del tonel. Dirigiéndose a los estudiantes (escena III, acto
II)
- [Refiriéndose a Valentín] Arrancándole el vaso de las manos (escena II,
acto II)
- El vino se prende en la pila dispuesta bajo el tonel. Valentín y Wagner
sacan las espadas (escena III, acto II).
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Traza un círculo a su alrededor con la
espada. Valentín se adelanta para atacarle. Su espada se rompe
(escena III, acto II)
- [Refiriéndose a Valentín] Tomando su espada por la hoja y presentando
la cruz a Mefistófeles (escena III, acto II)
- Mefistófeles retrocede ante la cruz. La escena va quedando vacía (escena
III, acto II).
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Envainando la espada (Escena IV, acto II)
- Los estudiantes y las muchachas, del brazo, invaden la escena, junto con
los violinistas y los burgueses (Escena V, acto II)
219
- [Refiriéndose a Mefistófeles] A Fausto (Escena V, acto II)
- [Refiriéndose a Siebel] Regresando (escena V, acto II)
- [Refiriéndose a algunas muchachas] Acercándose a Siebel (Escena V,
acto II).
- Aparece Margarita (Escena V, acto II)
- [Refiriéndose a Siebel] Acercándose a Margarita (Escena V, acto II)
- [Refiriéndose a Fausto] Abordando a Margarita (escena V, acto II)
- [Refiriéndose a Margarita] Pasa delante de Fausto y se aleja (escena V,
acto II).
- [Refiriéndose a Fausto] Siguiéndola con los ojos (escena V, acto II).
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Riendo (escena V, acto II)
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Se aleja con Fausto por la misma dirección
que Margarita (escena V, acto II).
Acto III
- [Refiriéndose a Siebel] Corta una flor (escena I, acto III).
- [Refiriéndose a Siebel] Moja los dedos en una pila de agua bendita
colgada de la pared (escena I, acto III)
- [Refiriéndose a Siebel] Corta dos o tres flores (escena I, acto III)
- [Refiriéndose a Siebel] Mirando su ramo (escena I, acto III)
- Fausto y Mefistófeles entran con cautela (escena II, acto III)
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Se esconde con Fausto en la arboleda,
mientras que Siebel regresa con un ramo en la mano (escena II, acto III)
- Siebel ata el ramo a la puerta del pabellón y sale (escena II, acto III).
- Mefistófeles vuelve a aparecer, con un cofre bajo el brazo (escena V, acto
III).
- Colocando el joyero en el umbral del pabellón (escena V, acto III).
- Arrastra a Fausto y desaparece con él en el jardín. Entra Margarita
(escena V, acto III).
- [Refiriéndose a Margarita] Interrumpiéndose/ Volviendo a su canción: 2
veces repetidas ambas acotaciones (escena VI, acto III)
- [refiriéndose a Margarita] Repara en el ramo. Repara en el cofre. Abre el
cofre.
220
- [Refiriéndose a Margarita] Coloca el cofre abierto sobre una silla, y se
arrodilla para ponerse las joyas. Se pone los pendientes, se levanta y se
mira en el espejo (escena VI, acto III)
- [Refiriéndose a Marta] Entrando por el fondo (escena VII, acto III).
- Mefistófeles y Fausto entran en escena (escena VIII, acto III).
- Empieza a anochecer (escena VIII, acto III)
- [Refiriéndose a Margarita] Se va apresuradamente (escena VIII, acto III).
- [Refiriéndose a Fausto] Persiguiéndola (escena VIII, acto III).
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Se esconde detrás de un árbol (escena VIII,
acto III).
- [Refiriéndose a Marta] Se aleja (escena VIII, acto III).
- [Refiriéndose a Fausto] Entre bastidores (escena VIII, acto III).
- [Refiriéndose a Marta] Entre bastidores (escena VIII, acto III).
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Desaparece mientras que Fausto y Margarita
regresan (escena VIII, acto III).
- [Refiriéndose a Fausto] Reteniéndola (a Margarita) (escena VIII, acto III).
- [Refiriéndose a Margarita] Corta una margarita. Deshojando la margarita.
Suplicante. Se escapa. Se detiene en el umbral y envía un beso a Fausto.
Entra en el pabellón (escena VIII, acto III).
- Margarita aparece en la ventana (escena VIII, acto III)
- [Refiriéndose a Fausto] Lanzándose hacia la ventana y tomando la mano
de Margarita (escena VIII, acto III).
Acto IV
- [Refiriéndose a Margarita] Sola (Escena I, acto IV).
- Siebel entra suavemente (escena I, acto IV)
- [refiriéndose a Margarita] Tomando la mano de Siebel (escena I, acto IV).
- [Refiriéndose a Margarita] Arrodillándose (escena II, acto IV)
- Margarita lanza un grito y cae al suelo desvanecida (escena II, acto IV).
- [Refiriéndose a Valentín] Viendo a Siebel. Lo abraza (escena III, acto IV).
- [refiriéndose a Siebel] Enérgicamente (escena IV, acto IV).
- [Refiriéndose a Valentín] Dirigiéndose hacia la casa (escena IV, acto IV).
- [Refiriéndose a Siebel] Deteniéndolo (escena IV, acto IV).
- [Refiriéndose a Valentín] Liberándose. Entra en casa (escena IV, acto IV).
221
- [refiriéndose a Siebel] Se aleja: Mefistófeles y Fausto entran en escena:
Mefistófeles lleva una guitarra (escena IV, acto IV).
- Fausto se dirige hacia la casa de Margarita y se detiene (escena V, acto
IV).
- Valentín sale de casa (escena VI, acto IV).
- [Refiriéndose a Valentín] Desenvaina y rompe la guitarra de Mefistófeles
con la espada (escena VI, acto IV).
- Fausto saca su espada (escena VI, acto IV).
- [Refiriéndose a Valentín] Sacando de su pecho la medalla que le ha dado
Margarita (Escena VI, acto IV)
- [Refiriéndose a Valentín] Lanza la medalla lejos de sí (escena VI, acto IV).
- [Refiriéndose a Fausto y Valentín] Se baten. En el cuarto ataque,
Mefistófeles aparta la espada de Valentín. Y Fausto confunde el golpe y
lo alcanza. Valentín cae (escena VI, acto IV)
- [refiriéndose a Mefistófeles] Arrastra a Fausto. Llegan Marta y burgueses
portando antorchas (escena VI, acto IV).
- [refiriéndose a Margarita] Apareciendo al fondo (escena VII, acto IV).
- [Refiriéndose a Valentín] Muere (escena VII, acto IV).
Acto V
- Aparecen Fausto y Mefistófeles (escena I, acto V).
- [Refiriéndose a Fausto] Quiere huir (escena I, acto V)
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Reteniéndolo (escena I, acto V)
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Ofreciendo una copa a Fausto (escena I,
acto V)
- Fausto ve a Margarita y lanza su copa lejos de sí; en el acto, palacio y
cortesanas desaparecen y Mefistófeles y él se vuelven a encontrar en el
valle del Brocken (escena I, acto V).
- La visión desaparece (escena I, acto V).
- [Refiriéndose a Fausto] Arrastra a Mefistófeles y se abre paso, espada en
mano, entre la muchedumbre de los demonios y de los monstruos
infernales que intentan retenerlo (escena I, acto V).
- Margarita está dormida. Mefistófeles entra con Fausto (escena II, acto V).
- [Refiriéndose a Margarita] Despertándose (Escena II, acto V)
222
- [Refiriéndose a Fausto] La quiere arrastrar hacia él. Ella se libera
suavemente de sus brazos (escena II, acto V).
- Mefistófeles vuelve a aparecer (escena II, acto V).
- [Refiriéndose a Mefistófeles] Intenta llevarse a Fausto (escena II, acto V)
- [refiriéndose a Margarita] Se derrumba sin vida (escena II, acto V).
MARGARITA: A mi pesar,
Y como el público o los lectores del libreto han de encontrar el contraste entre
unos personajes y otros, ahora vamos a exponer lo que en la misma escena
dicen después en sus apartes el diablo y la vecina:
223
hiela mi valor!
Reparto:
224
rodea. La puesta en escena se fracciona, porque el director ha querido limitar el
espacio escénico a un cuadrado que ofrezca la misma sensación de encierro,
pesar y agobio que tendrá el protagonista. En medio, hay una mesa sin más
mobiliario (escena I, acto I)
El acto IV posee el mismo cuadro escénico que el acto segundo, pero con
ciertas modificaciones. El lugar abovedado con grandes ventanales ya no es un
sitio de regocijo y fiesta, es decir, no abundan colores ni luces. El oscurantismo
prevalece en estos momentos, algunas sillas apiladas, ciertos figurantes
225
barriendo y la imagen de un Cristo crucificado inmenso en el centro; en vez de
la noria sin descanso en sus movimientos giratorios. Es la ambientación que
precisa la iglesia del acto IV. Por ello, una mujer avanza tapada con un velo,
mirando al suelo hasta que se postra ante el señor. Esa mujer es Margarita que
necesita arrodillarse para implorar perdón, al tiempo que el diablo quiere que
acudan los espíritus malignos sin rezos ni súplicas. Estas ánimas se sitúan
sentadas en las sillas de espaldas al escenario y miran hacia atrás con descaro.
226
adecuado a la época del Romanticismo. El mismísimo demonio ha bajado con
agilidad estas escaleras para preguntarle si le teme. Fausto lo niega, pero duda
de su poder. La curiosidad de que ambos personajes vayan vestidos iguales
implica toda una lección escénica. Los dos van a ser uno: el doctor se
encomienda al diablo y será manejado a su antojo por él durante los cinco actos.
La transformación de Fausto es una metamorfosis que le convertirá a imagen y
semejanza de Mefistófeles.
227
cruz para protegerse del infierno, según expresa el hermano de Margarita. De
espaldas al público, el demonio atiende a semejante acto de cobardía y retirada
–dando pasos hacia atrás– hasta desaparecer del resto de los personajes
(escena III, acto II).
La segunda aparición de Margarita nada tiene que ver con esa imagen del
acto primero. Quizá porque precisamente es una elucubración o ilusión de lo que
es esta mujer que tiene prendado al doctor. Ahora, Margarita viste un vestido en
tonos ocres y canotier adornado con flores, tapando sus manos con la delicadeza
de unos guantes blancos. Parece que el director escénico quiere ambientar la
fiesta del acto segundo como si se adelantara a la segunda mitad del siglo XIX,
al estilo del impresionismo francés. Deja el Romanticismo a un lado, para
mostrarle al espectador lo que será la otra mitad del siglo, acorde con la situación
festiva que viven los personajes. No hay oscurantismo, ni patetismo, ni telas que
dan palidez al rostro. Llegamos a esa apreciación por el vestuario femenino,
impropio del Romanticismo alemán de la primera mitad del s. XIX y por las
actitudes de unos personajes que otorgan plasticidad o pinceladas de luz y color
(escena V, acto II).
En el acto III el vestuario sigue siendo el mismo que en el acto II. Fausto
se queda solo declarando su amor profundo por Margarita. Sube la escalera
pausadamente donde Siebel ha dejado las flores para la amada. Desde allí, en
la misma fachada de la casa y entre luces tenues, el doctor sigue lleno de amor.
Se van; y Margarita aparece vestida en tonos ocres con mandil para recoger
algunas sábanas tendidas. Va arrugando con delicadeza una de ellas, al tiempo
228
que se pregunta quién es ese gran señor que conoció. Agarrada a un mástil del
tendedero y con una sábana en la mano, la dama destaca los buenos modales
del misterioso señor. Las primeras sábanas son del mismo color que el vestido
de Margarita, semejantes a la flor que le da su nombre. Va de un extremo a otro
del escenario, bien sujeta a la sábana, repitiendo su expectación e ilusión por
volver a ver al doctor.
229
El diablo va bajando peldaños de la escalera: el cuadro que vemos es de una
mezcla de colores que contrasta con el gris de esos trajes iguales que
caracterizan desde el inicio a la simbiosis entre el diablo y el doctor.
En la escena I del cuadro IV, cotejamos que pasea una misma mujer
encorvada, que había sido una visión del doctor con anterioridad y en esta
ocasión es real: Margarita lleva una camisa de fuerzas, el pelo cortado y
desciende al foso con la mirada perdida. Desde arriba, Fausto y Mefistófeles
bajan las escaleras y se la encuentran con la cabeza apoyada en el suelo. Dos
personajes iguales, cada vez más mimetizados, y su paralelismo se deja muy
presente en el escenario. Cuando desaparece el diablo, el doctor se aproxima al
cuerpo de Margarita espantado, dando pasos de desesperación hacia su muerte.
En este foso se siente la tortura de un trágico final.
4. No aparece una copa para brindar por su juventud (escena II, acto I).
230
6. En cambio, existe un respeto por la acotación del segundo acto en la escena
V: los estudiantes y las muchachas entran cogidos del brazo y seguidos por
algunos músicos. Hay que insistir en un vestuario muy colorido para ellas, donde
las chorreras, los lazos, los guantes blancos, el corsé y los recogidos con rizos
con algún aderezo dibujan un panorama puramente clásico de la ópera.
8. La escena I del acto III se omite y no se presenta a Siebel cogiendo flores que
se marchitan ni mojándose los dedos en una pila de agua bendita que hay
adosada al muro. El acto III comienza a partir de la escena II, cuando Siebel deja
el ramillete de flores sobre la escalera de Margarita.
10. Margarita no se sienta en una rueca a hilar al tiempo que canta una vieja
leyenda: la Canción del Rey de Thule. Lo hace entre las sábanas y los cordeles
(escena VI, acto III). Pero sí se mira al espejo del propio joyero cuando se prueba
las joyas. Por el contrario, no se quita las joyas, según expresa el libreto, antes
de la llegada de Mefistófeles y lo hace delante de Fausto posteriormente.
231
de la flor para darse cuenta de que él la ama, cosa que corrobora entre sus
brazos. Un beso sella su eterno amor en una noche de cielo radiante. Antes de
despedirse en la escalera, Fausto abraza su inocencia y obedece aquella
petición de verse al día siguiente. La dama se mete en casa, pero el diablo le
aconseja al doctor que sea cauto y confíe, sin dudas en su seducción. Margarita
abre el balcón, se siente feliz. El protagonista y el antagonista observan desde
abajo la bella estampa de una joven enamorada. Un grito final de Fausto hace
entrar al doctor por el balcón. Mefistófeles contempla la silueta de los dos, sin
dejar de quitar la sábana del cordel.
11. Fausto no se arrodilla ante Margarita en la escena X del acto III, tal y como
se lee en el libreto.
12. En la escena XI del acto III la dama coge una margarita y la deshoja. A
continuación, arranca bastantes pétalos de las flores y los tira al aire con regocijo,
respetando la acotación del texto dramático-lírico.
13. Margarita abre la ventana en la escena XII del acto III, al tiempo que
Mefistófeles y Fausto discuten y el doctor va apresuradamente a abrazarla en la
escena XIII del acto III.
15. Enloquece; lanza un grito se desmaya y todo el grupo va a ver qué le pasa.
A continuación, el coro y el diablo dan pasos hacia atrás en silencio, mientras
contemplan el cuerpo tirado de Margarita (escena II, cuadro II, acto IV).
232
17. Margarita es una aparición, según la acotación final del cuadro II del acto V:
vestida de novia con velo y un niño entre sus brazos se pasea con lentitud.
2. Plataforma giratoria de metal que tiene un uso lúdico para los soldados y
lugareños (escena I, acto II).
4. La puesta en escena del acto III está basada en un pabellón y dos fachadas a
ambos lados del escenario. El director escénico ha optado por poner cordeles de
ropa tendida y dan un juego escénico a falta de arbustos para esconderse.
Margarita recuerda a su hermano, que pronto verá si Dios quiere, y se da cuenta
del ramo de flores de Siebel. Al subir otro escalón se asombra ante el cofre. Se
sienta en la escalera y exclama por las joyas. Sus ojos no han visto jamás
riquezas semejantes. Apoya el cofre en la silla situada al otro lado y se va
colocando las piedras preciosas. Cercana a las sábanas se cunea en el cordel y
da vueltas porque se siente feliz, como si fuera la hija de un rey. Marta se asusta
al verla enjoyada mirándose a un pequeño espejo. Las sábanas tendidas y los
cordeles han ayudado a que la dama pueda expresarse en solitario.
5. Mefistófeles no ríe al finalizar el acto III, sino que se digna a quitar las sábanas
del primer cordel mirando el abrazo de los dos enamorados.
7. Mefistófeles no lleva una guitarra en la escena III del cuadro III en el acto IV
como se indica en la primera acotación, por lo tanto, Valentín no la rompe cuando
desenvaina su espada.
233
8. La mano de Valentín no se entumece antes de que Fausto le hiera, sino que
siguen otra dinámica parecida. Tal es la sincronización entre diablo y doctor que
dan pasos para acercarse al soldado y, cuando Mefistófeles levanta una mano,
el doctor provoca que el soldado caiga herido (escena IV, cuadro III, acto IV).
9. Margarita se abre paso con Siebel para ver el estado de Valentín antes de su
muerte, sin embargo, antes había sido visto y tratado por Marta (escena V,
cuadro III, acto IV).
En la escena II del acto I, el diablo le ofrece todo lo que quiera: oro, amor,
poder. El doctor quiere juventud, abrazado a él. Está dispuesto a darle la
234
eternidad a cambio de su alma. Las luces se vuelven cada vez más tenues, y
aparece la imaginada Margarita detrás de la escalera. Fausto se sienta en la silla
y el diablo se coloca tras él, con la imagen de una bella mujer en silencio detrás
de Mefistófeles. Tres planos visuales: primero Fausto, en medio el diablo y al
final Margarita. Esta colocación otorga cierta simbología, favoreciendo al
espectador la comprensión del final de este drama lírico, pues el diablo estará
en medio de cualquier situación que viva Fausto, y Margarita siempre estará
limitada por sus acciones hasta que muere.
La iluminación del acto II y del acto III es constante y tenue, tanto para
ilustrar la alegría de la llegada de los soldados como para la escena amorosa
entre sábanas colgadas. La noria giratoria llena de luces atrae al espectador y
acentúa el aire festivo del momento. Por otra parte, en el acto III se refleja la
nocturnidad del momento con una luz baja y débil, a pesar de que algunas
sábanas tendidas reciben luz con la intención de hacer protagonista a ese blanco
puro e inocente. Cualidades que tiene la dama hasta que se vea inmersa en una
espiral de males que la perturben.
La Noche de Walpurgis del quinto acto recibe la luz más intensa debajo
de la plataforma, pero el resto de la escena queda oscurecida, como
recordaremos que ocurría en el primer acto cuando Fausto estaba encerrado en
su estudio. Se trata de una técnica de iluminación para centrar la atención y el
protagonismo en el foco dramático; aspecto principal que debe considerar el
espectador (escena I, cuadro I, acto V).
De repente, una luz ilumina a una mujer encorvada que pasea vestida de
novia con un niño en brazos. Lentamente, descubrimos que es Margarita. Fausto
la ha imaginado así, es la ilusión del protagonista que comparte con nosotros.
Todas las brujas y cortesanas quedan sentadas en la escalera hasta que baja el
235
telón dando lugar a una expectación máxima (final de la escena I, cuadro II, acto
V).
236
que se saquen lágrimas en ese momento de celebración. Así, se provoca una
situación de contraste de emociones en la misma escena.
Observamos un vals por parejas, para que el final del acto sea con la
multitud sobre el escenario y más ramilletes de globos blancos volando. El baile
termina y todos los presentes se mantienen en el centro hasta que el telón cae
(escena V, acto II).
Durante el acto III, los personajes que se sitúan en escena dan pasos
lentos de un lado para otro entre sábanas. Destacaríamos el dramatismo de los
dos enamorados que necesitan abrazarse y tratarse con delicadeza: sus manos,
sus rostros y sus cuerpos se funden de amor, demostrándolo al público.
237
C.2. 1980: Puesta en escena de la ópera de Chicago.
Reparto:
En el acto II, observamos un mural que nos muestra las afueras de una
ciudad sin otros elementos escénicos que aludan al mobiliario. Los figurantes,
los coros y los personajes van inundando un escenario que posee una pendiente
o cuesta para la perspectiva del espectador.
238
lleva a la dama, así como a las veces que la dama deshoja los pétalos de la flor
por su incertidumbre. Prosigue el dominio del oscurantismo escénico en este
caso, no apreciamos la fachada de la casa de Margarita, solamente muchas
flores colocadas que pudieran escenificar su jardín.
Durante el acto II, esas ganas de festejar llenan la escena con trajes de
color. Wagner aparece con grandes plumas en el sombrero y su vestimenta es
aterciopelada y de un intenso tono rojo. El grupo de muchachas van igualmente
ataviadas del blanco puro e inmaculado. No existe ningún elemento del vestuario
que no induzca a atribuir su contextualización en la primera mitad del siglo XIX.
En este acto II, Mefistófeles no cambia su vestuario con respecto al primero; lo
239
mismo ocurre en el acto III con Siebel, Margarita, el diablo y el doctor y no
modifican nada de su vestimenta.
En la escena I del cuadro II en el acto IV, Margarita viste con un velo negro
respetuoso dentro de la iglesia y sus ropajes son oscuros igualmente. Todos los
personajes principales continúan con el mismo vestuario en el acto IV. Es digno
de mención el contraste de color cuando el diablo provoca que el doctor hiera al
soldado y éste ve a su hermana. El soldado y la dama llevan ropajes negros y el
resto que le rodea se muestra diferente: las damas de blanco de acto anterior y
el enamorado Siebel van en tonos claros, haciéndole un semicírculo.
240
soldados, muchachas, mendigos y los papeles principales. No paran de
saludarse y tratar de expresar que la alegría y el regocijo con aires de fiesta es
el indicado en estos momentos de la representación. Cada grupo respeta su
turno y se establece un dialogo constante entre unos y otros. Realizan
inclinaciones del cuerpo, la cadera principalmente, y ponen caras desafiantes
para defender sus ganas de vino, mujeres y hombres guapos que triunfan.
La escena IV del acto III, en ese canto solitario al amor de Fausto hacia
su amada Margarita, expresa sus sentimientos con delicadeza y mira hacia arriba
como si la bendición del cielo fuera a concederle su llegada. Alfredo Kraus
recorre el escenario, no queda fijado e inmóvil en un punto en esta escena que
nos deja, finalmente, extasiados cuando ensalza la hermosura de su amada y
lleva sus manos al pecho.
241
desvestirse. Solamente asistimos a su transformación, al final de la escena II del
acto I, con un rápido cambio de una imagen a otra.
3. La cadena dorada, que debe portar Valentín en la escena II del acto II, la
vemos muy presente pero colgada de su cuello y siendo de un tamaño
desproporcionado.
4. Las copas para brindar con vino, ya que se aprecia la necesidad de las mismas
en la didascalia del acto II y la escena II, cuando Wagner quiere alentar a los
amigos a esos aires de fiesta sin parar.
6. El vino no brota a raudales del tonel, según una acotación de la misma escena
III del acto II. Y sí vemos el modo en que todos desafían con sus espadas al
diablo, de la misma forma que se describe en otra acotación para conocer el
proceder de los personajes.
10. Siebel se acerca a humedecerse las manos en una pila de agua bendita,
situada en el mismo centro del escenario, al inicio del acto III, y así queda
expuesto por los libretistas en el texto.
242
11. El joyero lo trae el demonio para que Margarita se ponga las joyas de la
tentación y se enamore del doctor (escena V, acto III). Un joyero de terciopelo
rojo y acabados dorados, de tamaño mediano y conveniente para la época que
se quiere ambientar.
12. Margarita no se sienta ante su rueca en la escena VI del acto III al cantar la
Canción del Rey de Thule. Descansa recitándola en el suelo, rodeada de sus
flores y de su soledad inquietante.
14. Marta se desvanece como exponen los libretistas y se cae al suelo (escena
VIII, acto III).
15. Margarita deshoja la flor que lleva su nombre y comprueba que Fausto la
ama (escena XI, acto III).
16. Los soldados sí van a volver de la guerra situándose en una calle con el
mural de la ciudad de fondo. El mismo cuadro escénico del acto II, con ciertas
modificaciones y sirve para ambientar la calle (escena I, cuadro III, acto IV).
17. La escena II del cuadro III en el acto IV entre Siebel y Valentín, cuando el
primero intenta retener al hermano de Margarita suele ser eludida en la mayoría
de las versiones analizadas y no respetada con tal de aligerar la trama. En este
caso, se lleva a cabo y se sigue el libreto, sin dejar atrás ninguna intervención.
19. El soldado aprieta la medalla que lleva colgada en el cuello y la arroja al suelo
(escena IV, cuadro III, acto IV)
21. Valentín maldice recostado a su hermana y cree que tendrá una pronta
muerte. Ella llora en el suelo alejada del sodado. La interpretación en este caso
de Valentín llama poderosamente la atención: sus ojos están desencajados, se
243
queja de dolor, se esfuerza por cantar pausado y con fuerzas en aquellos
momentos en que el texto lo requiere (escena V, cuadro III, acto IV).
1. Muy solitario en escena, el doctor trata de quitarse la vida sin la presencia del
coro de muchachas o de labradores. Se escuchan esas voces corales, aunque
no aparecen figurantes que le ayuden a reflexionar (escena I, acto I).
4. La dama no deja el joyero sobre una silla, tal y como aparece en la acotación
del texto dramático lírico, pero sí se mira al espejo con las joyas puestas (escena
VI, acto III).
244
cuando el doctor se deja convencer por el diablo, sino que va paseando muy
despacio detrás de ellos. Para finalizar, los enamorados no se funden en un
abrazo y se dan un profundo beso ante la posterior risa ruidosa de Mefistófeles
(escena XIII, acto III).
9. Los coros religiosos los escucha la mujer desesperada sin su presencia física,
solamente está ella en escena con el diablo (escena I, cuadro II, acto IV).
11. Varios hombres encapuchados de negro y con faroles se llevan el cuerpo del
soldado (escena V, cuadro III, acto IV).
12. Esta versión omite el cuadro I y II del acto V: Noche de Walpurgis y el Valle
del Brocken y pasa a los hechos que ocurren en el cuadro III en una prisión.
245
C.3. 1985: Puesta en escena de la Ópera de Viena
Reparto:
3. El pergamino es sacado del maletín por el demonio, para que el doctor firme
su sentencia (escena II, acto I).
246
concebir), la mano que se dirige a la cabeza y la suelta simulando tener un velo
o larga melena y las manos unidas en rezo para santiguarse. Su postura es
rígida; una actitud robótica que nos hace referencias al amor, al compromiso y a
Dios (escena II, acto I).
6. Valentín baja unas escaleras de la fachada con la medalla en sus manos, ante
las esculturas de Baco y Cristo crucificado (escena II, acto II).
7. Mefistófeles prueba el vino y lo tira por considerarlo malo, como tiene que
hacerlo según el libreto en la escena III del acto II.
8. El diablo llega con el joyero en la mano durante la escena V del acto III y
huyen.
10. La dama se quita las joyas y las guarda en el joyero, como tenía que ser
según el texto (escena VIII, acto III).
11. Ella deshoja la flor roja que el doctor le ofrece para comprobar si le quiere
(escena XI, acto III)
12. La dama abre su ventana y comprueba que Fausto le ama, sin parar de
repetirlo (escena XII y XIII del acto IIII).
13. Mefistófeles ríe fuertemente y con sarcasmo, al mismo tiempo que un cuerpo
de baile, tapados con telas negras y guantes blancos, inundan la escena para
rodear a los enamorados abrazados en el suelo. La imagen de un esqueleto con
cuernos, del mismo tamaño que aquel rostro de mujer, se proyecta sobre el cielo
como anticipo de lo que sucederá finalmente en la obra (escena XIII, acto III).
14. El diablo se ríe con ahínco en la escena III del cuadro III en el acto IV, como
está exigido en su conversación después de cantar la historia de Catherine.
247
15. Valentín aprieta con la mano la medalla de su hermana (escena IV, cuadro
III, acto IV).
16. El diablo paraliza la mano del soldado para que el doctor pueda darle un
toque de muerte (escena IV, cuadro III, acto IV).
248
labradores cantándole a la alegría hasta que baja con pasión y sin dejar la copa
asida en su pecho (escena I, acto I).
6. Wagner le da un vaso a Valentín y Siebel coge otro para beber, después del
instante en que el soldado recuerda a su hermana y siente pesar por dejarla de
nuevo (escena II, acto II).
7. ¿Por qué, mientras Valentín hace peticiones al Señor delante del crucifijo y la
imagen de Cristo, unas monjas visten a Margarita de monja y antes le cortan dos
mechones de pelo? La manera en que Dios puede protegerla es dándole a la
mujer una vida religiosa, cargada de bondad y oración (escena II, acto II). El
obispo la casa con Dios y le impone las manos en su cabeza para que la locura
no se apiade de ella y Margarita repite los mismos gestos que en el acto I, cuando
Fausto se transforma.
8. El inmenso becerro de oro hace girar sus ojos como una máquina tragaperras
del siglo XX. Es el único guiño a la actualidad que vemos en la representación
hasta ahora. Una tentación de dinero, de poder y de la suerte. El diablo supone
la misma tentación y, por eso, provoca que el becerro y el destino inunden de
monedas de oro a la sociedad presente en la escena (escena III, acto II).
249
de Cristo que es el mejor vino que se puede beber (escena III, acto I). Por ello,
el vino brota a raudales, aunque no de un tonel, sino de la figura del Señor.
10. Valentín y los demás, en la última acotación de la escena III del acto II,
apuntan y amenazan al demonio con sus espadas y algunos crucifijos. Siebel
deja el suyo sobre la espalda de Mefistófeles y, con mucha ironía, el demonio
coge ese crucifico, quitándole el envoltorio para comerse el chocolate que
contiene. Al chocolate lo llamamos tentación, un pecado dulce. El demonio
puede con el destino, se lo come. Vence a Dios y supera las creencias humanas
de esta manera en escena. Un giro dramático por parte del director teatral que
no aporta un disloque argumental porque ayuda a darle mayor identidad propia,
creatividad y pasión escenificada a la puesta en escena.
11. Mefistófeles paraliza a Siebel, que se mantiene como una estatua, arrojando
confeti plateado como si fuese polvo mágico en el momento en que pretende
acercarse a Margarita (escena V, acto II).
12. Valentín vuelve a arrodillarse ante Cristo mientras los demás bailan con el
objetivo de divertirse antes de la partida de los soldados. Finalmente, todos
forman filas y parten con su cañón y estandartes ante la despedida de los
ciudadanos (escena V, acto II).
13. El diablo empieza el acto III depositando su gorro en la cara de una imagen
de Cristo crucificado como si se tratase de un perchero. Siempre desafiante y
provocador ante Dios (escena I, acto III).
15. La escena IV del acto III, seduce al espectador con algo distinto: es la imagen
enorme del rostro de una mujer, reflejado en el cielo ennegrecido de la noche y
dibujado en blancos, negros y sombreados. Una joven bailarina baila debajo de
ese rostro que ocupa todo el cielo y gran parte de la escena, entre la fachada y
la imagen de Cristo.
250
16. Una niña lee un libro sentada en una ventana ante la presencia de Margarita
y va a saludarla. Le da una cesta y se marcha. Una mujer más mayor sale de la
casa y se muestra alegre con las frutas que tenía aquella cesta y cierra la puerta
de esa casa. Por último, sale de nuevo la misma niña acompañada de un crío
que besa a Margarita y llevan un banco al centro de la escena, le dan el libro y
ella les canta la Canción del Rey de Thule ante la atenta mirada de los dos. Es
como si les contase a los niños una leyenda cantada, que deciden ponerse a
bailar y vuelven a escucharla de nuevo cuando continúa y al final aplauden su
intervención. Sale la señora de casa y pide que se despidan de Margarita,
recogen el banco y la dejan sola (escena VI, acto III).
17. Del joyero sale una bailarina, una musa virtuosa que le da a Margarita un
espejo dorado. La siguiente bailarina, igual ataviada y de aspecto perfectamente
cuidado para atraer, le ofrece un crucifijo. Margarita, vestida aún de monja, sujeta
este crucifijo más grande con la cadena más pequeña de su hermano. También
le ofrecen unos pendientes, que con los hábitos no se puede poner, un brazalete
y una corona dorada. Se los coloca, muy orgullosa, mientras se mira al espejo
(escena VI, acto III). Podemos interpretarlo de la siguiente manera: el diablo, a
veces, se transforma en una peligrosa mujer tentadora. En este caso, es un
cuerpo de baile que se multiplica en doce mujeres que intentan pervertir a la
dulce monja Margarita, encomendada a Dios, con tal de que abandone sus votos
y se rinda ante el doctor. El motivo de ponerse una corona es extraído del propio
texto, una didascalia evidente cuando la dama expresa muy eufórica: “¡Es la hija
de un rey, a la que se saluda al pasar!”
18. Marta sale de la misma casa en la que se inició la escena con los niños y la
cesta de frutas. Recibe la noticia falsa de la muerte de su marido que le da el
demonio y éste le quita el impacto dándole aire con el ramo de flores rojas de
Siebel (escena VII, acto III).
19. El doctor le ofrece una sola flor roja a su amada en la escena XI del acto III,
al mismo tiempo que contempla su belleza.
251
21. El cuadro I del acto IV no se sitúa en la habitación de Margarita y ella no
trabaja con la rueca. En esta versión, la dama sale de la casa que vimos en el
acto anterior con un niño muy arropado en sus brazos. Un grupo de monjas pasa
detrás de ella con la simbología que eso supone: una pecadora que está llena
de bondad y se arrepiente de su abandono. Le da el bebé a una mujer que sale
de la casa y coge una cesta para introducir palos, situada al lado del Cristo
crucificado. El frío se hace presente porque nieva y ella se lleva las manos al
pecho, agarrándose la bufanda que la protege.
25. Mefistófeles no lleva una guitarra para cantar la historia de Catherine durante
la escena III, cuadro III en el acto IV.
27. Antes de terminar el acto, Marta le devuelve el niño y ella lo abraza con dolor
y temor (escena V, cuadro III, acto IV).
252
contrario de lo que realmente es? Quizás todo este asunto sea parte del
enloquecimiento de la dama y la manera de hacerla sentir culpable en un tribunal,
donde las monjas señalan su asesinato. Pertenecería a su locura transitoria por
haber matado a su hijo y por sentirse abandonada por el doctor. Incluso ve como
Siebel jura ante la Biblia que ella es la causante de todos los males (escena I,
cuadro II, acto IV).
30. El mismo Fausto se aparece ante Margarita con el niño (un muñeco) antes
de que ella lance un grito desolador. Marta se lleva al niño fallecido y ella se
santigua (escena I, cuadro II, acto IV).
253
33. La dama se dirige hacia la guillotina y las luces rojas inundan la escena que
culmina con la bajada de la cuchilla de acero. Hasta que fuese abolida en el siglo
XX, era común que la guillotina estuviera subida en un cadalso y pintada de rojo
y aquí se respeta el detallismo para trasladarnos a un siglo ya pasado gracias a
este instrumento.
34. Una vez que baja la cuchilla de la guillotina, Fausto se despierta envejecido
en su sillón con el mismo batín rojo. Se dirige hacia el ataúd y tira de la sábana
que lo cubre. Un señor se levanta del ataúd y lo señala con el dedo. Los humos
envuelven la desdicha del doctor abrazado al diablo y cae el telón (escena II,
cuadro IV, acto V).
254
El acto III parece respetar el jardín de Margarita. Un gran árbol a la
izquierda y arbustos de fondo ayudan a darle verdor al edificio. Cercano al árbol
vemos una imagen de un pequeño Cristo crucificado. La primera acotación exige
un muro con una pequeña puerta y un pabellón cuya ventana se orienta hacia el
público. Dicho muro no lo encontramos en escena, pero sí la ventana y la
arboleda.
Por orta parte, el acto V nos lleva a una prisión con una reja central y la
guillotina enfocada en luz verde al fondo.
255
Al comienzo del acto IV, Margarita viste de negro y se tapa la cabeza con
un fular de lana muy largo por el frío que hace y para ocultarse por vergüenza.
256
corro y aquellas de cubrir los ojos con un pañuelo, hasta que un soldado se
agarra a las rodillas de Cristo en vez de encontrar a alguno de sus amigos o de
las muchachas. Sin embargo, el equívoco no rinde sus ganas de continuar con
el juego.
257
C.4. 1995: Puesta en escena de la Ópera de Ginebra
Reparto:
Ante una iglesia con poca luz y llena de feligreses, Fausto se da la vuelta
para comenzar a contarnos su pena en el primer acto. La misma iglesia sirve
para ambientar el acto segundo. Una taberna en medio de una iglesia que incluye
una reja con un banco donde el diablo se sitúa más elevado.
No hay un respeto a un jardín en el acto III, pues las muchas flores blancas
que ve Siebel están dentro de un santuario enrejado en el centro de la escena y
dedicado a la Virgen. Además, hay un confesionario en el lado izquierdo y en el
lado derecho vemos grandes ventanales eclesiásticos, unas columnas de
mármol, una pila de agua bendita y velas de peticiones encendidas.
258
La Noche de Walpurgis en aquellas Montañas Harz se elude en esta
versión. Se escenifican la misma iglesia, y no una prisión, que mantenemos
desde el primer acto. Una plataforma hace subir un órgano hacia la parte superior
bajo los efectos de humo. El espacio está vacío, con una pila de agua bendita.
Después, en la escena II del cuadro IV del acto V, volvemos a aquel santuario
de la Virgen donde se juraron amor los amantes. Sin embargo, ya no hay ni una
sola flor y tampoco está la talla sagrada porque es la propia Margarita la que
sube a los cielos pareciendo una santa. Este santuario se rompe por la mitad y
los espectadores nos remitimos al lugar del acto I: la iglesia llena de sillas con
una multitud de feligreses. Una ópera circular que empieza de forma similar a su
fin, puesto que Fausto vuelve a su vejez y Mefistófeles sigue manipulando y
tentando a la humanidad.
El acto II se llena de vestuario del siglo XIX: mujeres con vestidos negros
u oscuros y sombreros con gran lazada, soldados con uniformes de infantería
con galones decimonónicos y señores estudiantes con un aspecto menos
pudiente.
259
Mefistófeles en uno de los confesionarios y se va quitando el hábito de monja o
se suelta el pelo para atraer su atención. El demonio sigue en el confesionario a
oscuras y trata de evitar a Marta.
En el inicio del acto IV, la dama se cubre con una capa con capucha
oscura debido a la vergüenza que tiene por los hechos ocurridos. Debajo luce el
mismo vestido en tonos crudos. El vestuario no cambia en el acto IV y el acto V
en ningún personaje, salvo que Margarita se pone un velo antes de morir y se le
da un aspecto virginal y puro.
La luz del acto III llena el lugar sagrado y no hay distinciones entre un tipo
de focalización u otra. No varía la luz absolutamente nada en todo el acto, a
excepción de la escena X cuando Mefistófeles inaugura los amores entre los
amantes. Luces azuladas e intensidad en las velas de peticiones para decorar
en enrejado y darle mayor visibilidad.
La iglesia casi vacía del acto IV mantiene una luz azulada con las sombras
de las columnas y el respeto a la proyección de la luz de los ventanales. La
imagen de la escena es oscura, tanto como los hechos que se sucederán. Esa
oscuridad se mantiene en el acto IV y el acto V, hasta que ocurren los hechos
finales y la iglesia se ilumina, primero con velas y después con irradiaciones de
luz a través de ventanales y una luz amarillenta natural que ambienta el día. La
luz se hace presente cuando el alma de Margarita ha recibido el perdón de Dios
y sube a los cielos, es decir, cuando los feligreses cantan a Cristo resucitado.
260
En esta versión sorprende la actitud de tantos figurantes que permanecen
en la iglesia quietos y obedeciendo al rezo, el recogimiento y la quietud. La
actitud del viejo Fausto es previsible: medio agachado, con dificultad para andar
y temblón. Por otra parte, el diablo es soberbio en sus gestos de manos y
demuestra confianza en sí mismo, altanería y autoridad con distintos
movimientos: las manos que se lleva al chaleco, sus pasos con la cabeza bien
alta, la manera en que descubre a Margarita y le quita la capa negra. En último
lugar, Margarita solamente camina desde el altar y recorre la nave central hasta
que tuerce hacia la derecha para marcharse (acto I).
261
2. Es la primera versión que no muestra un pergamino que sirva para hacer el
trato, con un apretón de manos será suficiente (escena II, acto I).
5. Siebel se humedece los dedos en agua bendita y coge flores para formar un
ramillete. De nuevo, vuelve con un ramillete más grandioso y lo coloca en el
santuario (escena I, acto III)
8. Margarita deshoja la flor y comprueba el amor de Fausto (escena XI, acto III).
9. El demonio ríe con fuerza, pero a la vez deshoja varias margaritas al ver que
ha logrado que los amantes se deseen y se quieran (escena XIII, acto III).
11. Subido a los ataúdes, Mefistófeles canta la historia de Catherine con un gorro
militar y ríe irónicamente como expresa el libreto (escena III, cuadro III, acto IV).
262
13. Fausto desenvaina la espada después de que Valentín tire la medalla de su
hermana (escena IV, cuadro III, acto IV).
14. Al soldado se le queda la mano entumecida por la fuerza del diablo y Fausto
hiere al hermano de su amada (escena IV, cuadro III, acto IV).
1. No hay libros ni pergaminos encima de una mesa del estudio del doctor. Nos
situamos en una iglesia cristiana donde todos dan la espalda al público porque
rezan mirando al retablo y el sagrario (escena I, acto I).
6. De la pila bautismal sale humo. Mefistófeles sujeta la copa anterior que Fausto
había dejado allí y se la facilita para que beba. No será veneno, sino que lo
transformará en un joven apuesto que conquiste a su amada (escena II, acto I).
263
8. La kermesse es la misma iglesia con una reja o banco en el que se sube
Mefistófeles cuando los feligreses se dan la vuelta al terminar el acto I y
descubrimos que son los soldados, estudiantes y muchachas que participarán
en este siguiente acto bebiendo y divirtiéndose (escena I, acto II).
9. Todos los que antes permanecían sentados sin hacer ruido, son los que arman
jaleo en un lugar sagrado y acaban quitándole ese valor porque se llevan hasta
la última silla, además de dejar a oscuras el sitio antes de la entrada del soldado
que pide por su hermana.
12. El demonio no golpea el tonel en el que figura Baco, nada de eso existe en
esta puesta en escena. Simplemente, coge un frasco y lo vierte en una copa que
llena en su plenitud de vino. El vino no brota a raudales del tonel ni de ningún
lugar (escena III, acto II).
14. Mefistófeles, con su mano, abre la puerta del santuario para que acceda el
doctor para encomendar su amor a Margarita delante de la Virgen en la escena
IV del acto III.
264
15. Margarita deja un ramo de flores a la Virgen y se agacha para cantarnos la
reveladora Canción del Rey de Thule al mismo tiempo que va introduciendo
flores blancas en dos jarrones con mucha delicadeza.
16. La dama no abre su ventana, sino que se sitúa entre dos velas y detrás la
custodia la imagen de la Virgen. Al espectador le da la impresión de que se trata
de una aparición, que culmina en el momento en que el doctor sube a besarla y
quedan recostados en ese santuario (escena XIII, acto III).
17. Comienza el acto IV y la dama no hila, sino que lleva en sus brazos a un
muñeco arropado que hace las veces de bebé. El motivo es porque en esta
versión se acortan los cuadros y las escenas del acto IV. Directamente se sitúa
en la iglesia que es lugar adecuado para el segundo cuadro; hecho que no nos
sorprende porque lo cierto es que, hasta ahora, la ópera está ubicada en
ambientes religiosos. Lo que debemos subrayar es que se omiten la escena III
del cuadro I o la intervención de Marta con Siebel y la escena I y única del cuadro
II entre Mefistófeles y Margarita. En el acto IV se da la exclusividad a la
conversación entre el muchacho Siebel y la abandonada dama (escenas I y II
del cuadro I, acto IV). Le enseña el bebé a Siebel cuando trata de consolarla y
le pregunta si sigue amando al doctor ante su abandono (escena II, acto IV).
265
23. Entre la multitud presente, algunos cogen al recién fallecido y lo depositan
en el mismo ataúd del que salió Mefistófeles (escena V, cuadro III, acto IV).
26. Tampoco es muy lógico que una mujer que ha pecado tanto y que ha
enloquecido, se coloque en el lugar en donde estaba la imagen de la Virgen y se
cubra la cabeza con un velo como si fuese una piadosa, pura y divina. Pero sí le
hallamos el sentido cuando le escuchamos cantar que quiere entregarse a Dios
si le otorga su perdón (escena II, cuadro IV, acto V).
28. No son los muros de la prisión los que se abren. Se rompe el santuario por
la mitad y eleva la imagen de Margarita como la de aquella virgen inmaculada
hasta su desaparición del escenario. El alma de Margarita sube a los cielos,
como expresa el texto, pero de nuevo volvemos a ver el mismo cuadro que al
inicio de la representación: feligreses en las sillas de la iglesia que son los coros
de mujeres santas, los coros de discípulos y el coro general que aclaman a Cristo
resucitado (escena II, cuadro IV, acto V).
266
C.5. 2004: Puesta en escena de Royal Opera House-Covent Garden
Reparto:
El acto segundo se inicia con la apertura de ese telón rojo que decoraba
el primer acto. Por lo tanto, ahora la trama se centra desde el fondo del escenario.
Una sábana escrita haciendo apología de la guerra se coloca sobre el palco y
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podemos darnos cuenta de que en este caso se respeta más la acotación del
inicio de la escena I. Podría tratarse de una de las puertas de la ciudad, con una
taberna concurrida y un Cristo crucificado en medio de una pequeña plazoleta.
Banderines del imperio francés, puesto que llevan su escudo pertinente, y alguna
bandera más grande en balcones. Por consiguiente, el espacio de esta ópera se
traslada a la Francia de Gounod y no es la Alemania de Goethe. Las ventanas
están reforzadas con balcones de madera y varias casas blancas que dan una
perspectiva de profundidad al escenario. No vemos el cielo, solamente los
edificios que puntualizaremos y que, debido a su aspecto, parece que
pertenecen a las afueras de la ciudad.
El cuadro III del acto IV sigue simulando aquella calle y respeta el libreto
en parte, puesto que la situación del asesinato del soldado de sucede en la calle
según el texto. Es esa misma calle con fachadas y unas escaleras para dar
profundidad a la escena, el órgano a la derecha y el palco que veíamos en los
actos anteriores.
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sube los brazos y un mural baja en colores apagados y muy florido, además
descenderá algún arbusto de escaso peso. Distintas brujas, reinas o cortesanas
y mujeres fatales multiculturales se mantienen hieráticas. El demonio se quita su
capa, nos seduce con su traje de mujer de lentejuelas y el complemento de una
corona brillante como otra aristócrata más. Una reja baja para dividir el escenario
y simular la prisión final del acto V. El único elemento escénico, además de esa
reja enorme con una puerta, es el órgano. El bebé permanece delante y en el
centro.
El acto II nos confirma que debemos situar la escena en pleno siglo XIX,
durante un romanticismo que ensalza y reivindica las libertades. Los trajes de las
muchachas holgados con corsé y sombreros llamativos, así como los soldados
con uniformes acorde a su tiempo de lucha. Valentín sale de un arco de una de
las casas con un abrigo azul marino largo en el mismo tono que su uniforme, con
la espada a la cintura y sin galones o gorro. En este acto, el diablo modifica su
ropa: una capa con múltiples bordados en plata y oro, la casaca en rojo con
bordados y el pantalón del mismo tono. Sin un sombrero y con el pelo suelto
rizado, teniendo en cuenta la posesión de su bastón de mando como único
detalle que permanece con respecto al acto anterior. Si el diablo se viste
diferente, también hace lo mismo el doctor: unos pantalones bombachos, la
casaca en terciopelo y un motivo decorativo a modo de cuernos demoníacos en
la cabeza; todo en colores oscuros. A ello sumamos un tridente. Es la primera
versión analizada que le da al doctor un aire así, pues otras veces se ha podido
elegir el mimetismo entre ambos y vestirlos igual tras la transformación, pero
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nunca se había elegido caracterizarlo como un demonio en su aparición. Aunque,
tarda muy poco en quitarse esos cuernos y cambiarlos por un sombrero.
Margarita tiene el pelo corto tras la reja y viste un vestido blanco con
cuerpo y una falda que resultan poco recatados. Fausto sigue con aquella capa
y de etiqueta, aunque se despoja de ciertas ropas que le abrigan y se queda en
camisa algo desabrochada. De la misma forma, el vestido de Margarita le deja
insinuar su pecho. El siglo XX puede estar presente al final de esta ópera por su
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vestuario, aunque casi toda la escena está orientada para plasmar un siglo XIX
francés.
En acto II opta por una luz blanca más generalizada e intensa, que aquel
oscurantismo que inundaba el primero. Cuando realmente vivimos un momento
de luminotecnia diferente es en la escena V del acto II, debido al arco con el
letrero del cabaret. Este cartel anunciador del local llega a un punto en que se
enciende y se apaga al término de la representación, para atraer más la atención
del público. Existen focalizaciones proyectadas hacia los bailarines, aunque el
resto de la escena permanece casi a oscuras.
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Tenemos la intención de hacer notar el esfuerzo que hace el actor
principal, Roberto Alagna, por parecer un Fausto muy envejecido. Mueve la
cabeza como si le temblase el cuerpo, le cuesta andar y se sirve del bastón
dejando caer su cuerpo prácticamente y se muestra cansado. En el momento en
que se produce su cambio juvenil, el doctor realiza hasta una voltereta y su
energía, entusiasmo e ilusión es palpable en escena.
Siebel comienza el acto III cojeando y cogiendo las pocas margaritas que
se encuentras en los escalones donde se sitúa para descansar. Su dificultad
para andar la mantendrá durante toda la obra.
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Tremenda interpretación del hermano de Margarita antes de morir: escupe
sangre y se retuerce de dolor por su inminente muerte, a la vez que rechaza
cualquier gesto de cariño de su hermana. Una reacción dramática que no
esperabámos y que nos hace dar un toque innovador a la trama es que
Margarita, antes de que baje el telón, ríe a carcajadas como una loca. Su
hermano ha muerto y ella pasa del dolor a la risa, puesto que está poseía por el
mismísimo demonio (escena V, cuadro III, acto IV).
273
delante de la mujer. La pareja del doctor y del diablo que se coloca a ambos
lados de la dama. Cuando Mefistófeles le dice que es condenada o juzgada, ella
se toca el vientre. La reja desaparece y ella mira hacia una luz muy estridente e
intensa que emana del órgano. El maligno desciende detrás por un foso y Fausto
está con las alas paseándose cercano al órgano. De nuevo, vemos al doctor
envejecido, cercano a ese baúl abierto y unas gafas oscuras. Llora y se
compadece por un cuerpo inerte de Margarita que se encuentra cercano a él.
5. El demonio toma la mano de Wagner para leer sus líneas y hace lo mismo con
la de Siebel (escena III, acto II).
7. Los humos salen detrás del Cristo crucificado y Valentín cruza las espadas
porque hay una cruz que nos protege del infierno, según expresa (escena III,
acto II). Se llevan al Cristo todos los coros que formaban parte del inicio del acto
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II. Sin esperarlo, Fausto se tira del palco hacia las tablas y cambia a un vestuario
con tintes demoníacos.
10. La dama se coloca los pendientes y se mira en la tapa del joyero porque
posee un espejo. Posteriormente, hace lo mismo con el resto de las joyas y
siente el gusto de verse como una damisela feliz (escena VI, acto III).
11. Margarita abre su ventana al final de la escena XII y durante la escena XIII
del acto III.
12. La dama lanza un grito y cae desmayada al final del cuadro II en el acto IV.
De otro modo, los elementos originales que aporta esta versión son:
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4. En la intervención del coro de muchachas, al fondo de la escena, una niña da
vueltas, muy alegre, sujetando una flor y oliéndola. En el momento en que cantan
los labradores, un joven se acerca a la muchacha para abrazarla y bailar con ella
hasta que acaban besándose para desaparecer (escena I, acto I). Lo podríamos
interpretar como una alucinación del doctor ante su obsesión por ser joven y vivir
los placeres de una edad jovial, enérgica e inigualable.
5. Satán aparece entre humos rojizos del foso, elevado por una plataforma
(escena II, acto I).
6. El diablo coloca la copa con la que Fausto quería quitarse la vida en el palco
y abre el baúl para mostrarle dinero o el poder con una corona dorada. Vuelve a
cerrarlo cuando lo que le pide es la juventud (escena II, acto I).
7. Además del pergamino, el demonio lleva una pequeña espada con la que
amenaza y provoca, apuntando al telón, la aparición de Margarita que se refresca
las manos, la cara y los brazos con delicadeza (escena II, acto I). Fausto deja de
atender al pergamino y se queda encandilado mirando a su diosa particular.
10. Mefistófeles interrumpe a Wagner para mostrarle el poder del becerro de oro,
aunque no hay elementos decorativos que hagan referencia a él. Reparte dinero
entre todos los que le rodean, sean soldados, muchachas o aldeanos. Bailan al
ritmo de Satán que dirige el baile (escena III, acto II).
276
12. No vemos un jardín de Margarita, sino una casa con un arco, escaleras que
dan sentido de profundidad, la pila de agua bendita y las luces encendidas de
dos ventanales y una farola en medio de las escaleras (escena I, acto III).
13. Marta entra en escena, después de salir del interior de la casa que está más
cerca de las tablas. Entre humos, lleva una cacerola y se sorprende de las joyas
que lleva puestas la dama. Muerde una joya por si son falsas y le sirve una copa
al demonio cuando se quedan solos. Ambos beben y la mujer se desata en artes
amatorias con el diablo: el público deberá imaginar lo que pasa en el interior de
la casa, porque Marta cierra la puerta y evita que se vea algo tras la ventana. De
nuevo, salen ante los enamorados y el diablo viste uniforme de soldado,
pagándole a Marta por los servicios prestados y ofende a la vecina de la dama
(escena VII, acto III).
16. Una serie de feligreses lee y canta como coro de religiosos pasando por
detrás de la escultura (escena I, cuadro II, acto IV).
17. El que toca el órgano es Fausto, muy inspirado, al final del cuadro II en el
acto IV y después de que la dama lance el grito y se desmaye.
18. El demonio no aparece con una guitarra para cantar la vida de Catherine, en
cambio, es fiel al libreto en reproducir su risa desproporcionada (escena III,
cuadro II, acto IV).
19. Mefistófeles coge directamente la mano del soldado para que el doctor le dé
muerte, y no se la paraliza por arte de un poder maligno (escena IV, cuadro III,
acto IV).
20. Margarita no se arranca la cadena de oro que pende de su cuello al ver morir
a su hermano y ser repudiada por él mismo. Se abraza a él y la rechaza sin
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piedad mientras la sangre brota por su boca y su pecho (escena V, cuadro III,
acto IV).
Reparto:
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para una fachada decimonónica con varios arcos. Incluso él se sienta encima del
libro para pronunciar su desazón.
279
colores. Los soldados uniformados no progresan hacia un siglo XXI o finales del
siglo XX para empatizar con la actualidad, y los estudiantes tienen un aspecto
anclado en siglos pasados (sombrero con pluma, casaca en tonos verdosos o
marrones, tirantes, pantalones anchos y subidos, medias o calcetines altos…).
Valentín es el único soldado que lleva galones dorados. Mefistófeles permanece
con su frac adornado y sin capa. Margarita, en la escena V del acto II, lleva un
traje bordado de volantes con un abrigo en color grisáceo y un sombrero
colocado como un tocado a un lado de su cabello recogido.
El acto V nos representa una Noche de Walpurgis entre reos que llevan
harapos grises y rapadas sus cabezas. Posteriomente, la pareja del doctor y del
diablo permanecen con el mismo vestuario que en los actos anteriores. Aunque
somos partícipes de la aparición de aquellas diosas, cortesanas y mujeres de la
280
Antigüedad con pocas ropas, semidesnudas y largos cabellos que se sitúan
cercanas al trono de Mefistófeles. Por todo el suelo, también vemos mujeres
vestidas como brujas del XIX e intentan llamar la atención del doctor y hacen
brebajes en calderos.
Margarita es una de esas mujeres con la cabeza rapada y vestida con una
tela gris en el cuadro IV de la prisión.
La luz azulada vuelve a enfocar parte del edificio durante el acto III y los
personajes son iluminados con perfecta luz de primer plano irradiada sobre las
tablas. Al contrario, es lo que sucede en el comienzo del acto IV, pues se quiere
dar un incentivo de imagen tétrica y apenas existe la visibilidad que no sea la
dirigida al personaje. Esa luz azulada persiste en la escena I del cuadro II en la
iglesia, pues Mefistófeles recibe una proyección de la luz clara y amarillenta, con
respecto al órgano con tubos azulados y arcos azulados que tiñen el escenario.
Las estatuas colocadas mucho más arriba de ese órgano, igualmente reciben luz
blanca para que puedan diferenciarse del órgano. La situación de la dama en la
parte de abajo no se ilumina diferente, puesto que todo el suelo recibe una luz
blanquecina y débil, a la que se suman humos que emanan del órgano y de los
arcos. Esas luces azules tornan a ser fucsia y, por último, rojas. Los
acontecimientos así lo piden: es la llamada del infierno para la culpable de un
281
asesinato. Las luces azules regresan en pocos instantes, después de que
desaparezca el humo y la mujer lance un grito desgarrador.
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La manera de dramatizar de Fausto en su escena IV del acto II es
llevándose las manos al pecho, abriendo sus brazos al horizonte y tumbándose
en el banco cuando termina con una gran sonrisa de enamorado. El público no
puede hacer otra cosa que ovacionar la intervención por su coloratura y
perfección interpretativa tanto musical como teatral.
Los elementos que tienen que aparecer en escena según el libreto son:
3. Aires de taberna se respetan en la ambientación del acto II, debido a las cubas
repartidas en las tablas (escena I, acto II).
4. Valentín lleva la cadena dorada en sus manos (escena II, acto II).
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6. Mefistófeles deja un joyero metalizado al lado de las flores de Siebel (escena
V, acto III).
7. La dama se prueba los pendientes del joyero y se mira al espejo (escena VI,
acto III).
8. El diablo ríe a carcajadas cuando ve que los dos amantes se besan con pasión
en la parte de arriba, junto al órgano (escena XIII, acto III).
12. Esta versión incluye el cuadro I del acto IV de la habitación de Margarita sin
la rueca que expone el libreto y a pesar de que tengamos la misma fachada
desde que se inició la representación.
12. Margarita rompe a llorar con la mano sobre su rostro como se dice en el texto
dramático-lírico al final de la escena I del cuadro I en el acto IV.
13. Ella lanza un grito, se desmaya al final del cuadro II del acto IV, pero otras
personas vestidas de negro están estratégicamente colocadas en la misma
posición que la mujer y vestidos de negro (casi inertes).
15. Valentín coge la medalla de su hermana y la tira al suelo para luchar con
Fausto (escena IV, cuadro III, acto IV).
284
1. El doctor se queda adormecido encima de un libro de mayor tamaño que él y
sube a él con la intención desesperada de beberse algo que le quite la vida
(escena I, acto I).
6. En vez de brotar vino del tonel, el demonio provoca un fuego que emane de
él. Es una forma diferente de comprobar que se inflama, como se precisa en el
libreto (escena III, acto II).
7. La cruz que les protege del infierno es muy valiosa, así se la muestra Valentín
cuando desafía al diablo y éste se esconde detrás del tonel con miedo y sin
querer mirarla en ningún momento. Se aparta corriendo y llega Fausto en la
escena IV del acto II. Mefistófeles se abanica junto al doctor transformado.
8. Margarita no entra en la escena VI del acto III hilando y utilizando una rueca.
Modifica su vestuario, siendo la única que lo hace, y lleva un traje de noche en
tonos blancos. Se apoya sonriendo a los arcos de la fachada, como una
enamorada que no puede negarlo, antes de entonar la Canción del Rey Thule.
Lo hace arrodillada sin tener alguna presencia de figurantes para contársela, la
historia de la canción nos la transmite únicamente a nosotros: el público.
285
9. Marta se sienta en el banco y coge el joyero, se mira en el espejo y coquetea
igual que su señora, antes de recibir la noticia sobre su marido de manos del
demonio (escena VIII, acto III).
11. Fausto le quita la bata de noche a Margarita para besarla y tocarla con
delicadeza al final del acto III. La prenda blanca se queda colgando de la
balaustrada, al tiempo que el demonio los mira recostado en el banco situado
abajo (escena XIII, acto III).
12. Contamos con la escena de diálogo muy breve entre Siebel y Margarita en
su supuesta habitación, que ya dijimos que no hallamos. Aunque se acorta la
representación y se suprime la escena II en la que debería aparecer Marta y se
acelera para que veamos a la dama arrepentida de sus acciones en la iglesia
durante el cuadro II del acto IV.
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diferencia de otras versiones analizadas, el soldado se levanta y se muestra
enérgico tras ser herido. Margarita ríe como una loca, tras comprobar que su
hermano ha muerto y deambula entre el resto de los soldados hasta que corre.
Cuatro soldados ponen una bandera para tapar el cuerpo del hermano y el acto
llega a su fin (escena V, cuadro III, acto IV).
16. Los demonios y las brujas que deberían celebrar el aquelarre son figurantes
calvos y con harapos que dan vueltas sobre un círculo por todo el espacio
escénico. Fausto para a uno de ellos por si lo reconoce. ¿Son prisioneros y está
buscando a Margarita? Podría interpretarse así, puesto que los demonios y las
brujas que tendrían que aparecer habrán cometido malos hechos y no suelen
estar caracterizados en leyendas, historias u otras obras como individuos
cargados de virtudes y bondad (escena I, cuadro I, acto V).
17. Por otra parte, el demonio se encuentra detrás del director de orquesta
cuando le dice a Fausto que prometió acompañarle en silencio. Un contrasentido
propio del maligno y que juega un poco con la ironía escénica y nos muestra que
es importante cualquier espacio escénico y la capacidad de movimiento. Del
mismo modo, el doctor se acerca al lugar donde se ubica el diablo delante de la
orquesta cuando le asegura que es su imperio y levantando una mano muestra
la esperada Noche de Walpurgis (escena I, cuadro I, acto V).
18. Ese punto de luz tenue que se iluminaba es el trono flamante de Mefistófeles,
que ahora se rodea de mujeres semidesnudas cercanas a su trono. Sentadas en
el suelo encontramos a muchas mujeres que trabajan brebajes de los que sale
humo y se ofrecen con sus manos al doctor. Él bebe de una copa que le ofrece
el maligno y se deja llevar por la lujuria de esas diosas de largas melenas y
cortesanas de la antigüedad. La deducción que mantenemos es que no se
representa siguiendo la acotación inicial de las montañas que se abren, pero sí
se llena la escena de mujeres tentadoras y un trono que domina en inframundo
(cuadro II, acto V).
19. Quizás el elemento más original que aporta la versión sea un ataúd de bebé
con dos lirios al lado de su cruz al iniciarse el cuadro II de la prisión y la condena
de la dama. Y de la Noche de Walpurgis del cuadro I y II se pasa al cuadro IV,
es decir, deciden suprimir el cuadro II ambientado en el Valle del Brocken.
287
20. Margarita se encuentra atada de manos a una soga en el mismo trono del
demonio al que le han dado la vuelta. Un aprovechamiento de elementos
escénicos muy acertado porque así analizamos el cambio que produce en el
espectador. Ahora es un muro lleno de hierros punzantes y, a pocos metros de
ello, vemos el ataúd del niño al que la dama no es capaz de llegar (escena I,
cuadro IV, acto V).
21. El diablo aparece desde una esquina del órgano, en la parte de arriba, al ver
a la condenada abrazada y baja. El rojo del traje de etiqueta del maligno
contrasta con la clara luz que ilumina a la dama entre las cuerdas (escena II,
cuadro III, acto IV).
22. A golpe de abanico, todos los cortesanos salen a ver el destino final de la
joven al tiempo que Fausto sale corriendo. El órgano está iluminado de un blanco
puro e inmaculado. La dama trata de escalar por el muro de su condena.
Mefistófeles está arriba observando a un doctor envejecido de nuevo. Margarita
mira al cielo y la multitud, que la estaba observando, le muestra sus lirios blancos
alzándolos. Así acaba la ópera del Teatro de la Orange en esta primera década
del siglo XXI.
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C.7. 2011: Puesta en escena de Ópera Nacional de París-La Bastilla
Reparto:
289
delante de las estanterías con tantos libros, logramos localizar una columna con
la imagen de la cruz.
290
como fular. En la transformación del doctor, aparece con una camiseta dorada
ajustada y un pantalón negro con fajín. La camiseta la rompe y deja su pecho al
desnudo para sacar la chaqueta de su propio frac aterciopelado. Los figurantes
van con batas blancas convencionales de cualquier empleo de laboratorio,
medicina o farmacia de los siglos XX y XXI. El detalle del vestuario del acto
primero que llama la atención es que esos estudiantes con batas llevan debajo
el uniforme de soldados.
Durante el segundo acto, también vemos una mezcla de trajes entre los
siglos XIX y XX. Las muchachas van con vestidos largos y guantes largos en
rojo; concebimos el siglo XX bajo ese aspecto. En cambio, los soldados llevan
uniformes del siglo XIX. Valentín es uno de los soldados que viste con uniforme
en tonos crudos y lleva una placa con su nombre para la fácil identificación.
Fausto y Mefistófeles llevan el mismo atuendo que en acto I, solamente que
Fausto incluye una camisa blanca para su frac de terciopelo y bordados en verde.
Margarita hace su entrada en el acto II durante la escena V y, por fin, se ha
quitado los hábitos de monja: luce un vestido azul cobalto con cinturón negro
ancho, una trenza a un lado, zapatos negros de tacón, medias negras y un gorro
blanco de jovenzuela decimonónica.
291
Durante el acto IV presenciamos un cambio importante de vestuario de
Mefistófeles, al igual que en el acto V. En el primero lo vemos con hábitos de
obispo que sentencia la locura de Margarita y en el siguiente acto se viste de rojo
para acompañar a Fausto en la lujuria, la avaricia, la codicia y el resto de pecados
humanos que se pueden enumerar en una noche de brujas, de cortesanas y de
diosas de la Antigüedad caracterizadas con grandes coronas doradas y lujosas
joyas, además de trajes de gala. Los que se sitúan detrás de los protagonistas
siguen envueltos en sábanas teñidas de sangre como prueba de un delito. Cada
una lleva en sus brazos un peluche de animal que les representa y lo acaricia.
Distintas culturas, distintas tradiciones y, en cambio, las mismas tentaciones en
las que uno puede caer (cuadro I, acto V). Fausto no cambia su vestuario ni
tampoco su amada. En la última escena de la ópera, Mefistófeles aparece
alertado con un frac de cuero negro y, de nuevo, su pañuelo rojo con el chaleco
blanco, pajarita blanca y camisa blanca. Fausto continúa del mismo modo y
Margarita con una camisa de fuerzas que se ha quitado, con la ayuda del doctor
para quedarse en un camisón blanco de este siglo o de finales del anterior.
292
estanterías; el resto de los elementos escénicos quedan a oscuras y se perciben
exclusivamente sus formas.
La iluminación del acto IV empieza con una luz intensa blanca y varía en
el cuadro que está ambientado en la iglesia con luces azules y un foco dorado
sobre el crucifijo. En el acto V la luz roja se hace protagonista en la Noche de
Walpurgis y va cambiando a la ambientación luminosa blanca y tenue. El final de
Fausto de Gounod vuelve a la luz blanca y azul para tratar la tragedia.
293
comprueba que no hay nada en su interior para depositarla en la papelera que
observamos debajo.
Los elementos que tienen que aparecer en escena según el libreto son:
294
3. Marta se desvanece y cae rota de dolor ante la noticia sobre la muerte de su
marido (escena VII, acto III).
4. El diablo ríe ruidosamente al final del acto III, como tiene que ser según se
describe en el libreto.
3. Fausto discute con dos figurantes con bata blanca mientras analizan la
fisonomía del cuerpo humano de un modelo anatómico situado detrás de la mesa
(escena I, acto I). La figura dorada, de gran tamaño, de un rinoceronte decora el
cuarto de estudio: podría tratarse de un tótem porque en África es un animal
considerado mágico y además contiene un reloj en el lomo. ¿El reloj mágico que
no deja pasar el tiempo? Lo analizamos así, tratando de buscar significados
aparentes y lógicos para una puesta en escena del siglo XXI, cargada de indicios
simbólicos o referencias a diferentes culturas.
295
enloquecer hasta tal punto de querer vencer a la natura. Quiere invertir el ciclo
de la vida, imposible hasta la fecha, para enamorar a una joven de belleza fatal
como aquella Gorgona llamada Medusa.
6. Estos dos figurantes, que están con batas blancas y estudian la anatomía del
cuerpo, querrán darnos a entender que son alumnos del doctor y sacan recortes
de revista del siglo XX con mujeres desnudas hasta que Fausto les llama la
atención. Aunque, antes de marcharse, se quitan sus batas y vemos su uniforme
de soldados para unirse al frente del acto II (escena I, acto I).
9. Al tiempo que cantan las muchachas, varios soldados con batas hablan entre
ellos y el protagonista les pide que le dejen solo. Inmediatamente después, saca
la copa de una caja dorada sobre la que ha vertido el contenido de la cabeza de
Medusa, pero le vuelven a interrumpir unas muchachas vestidas con trajes
románticos de una clase social con menos posibilidades económicas. De
repente, dos soldados con las batas blancas llevan una urna con elementos
296
dorados en su interior como si hiciesen procesión con ella elevando un palio
(escena I, acto I).
10. Fausto arroja libros con mucho enfado ante el grito “¡Bendito sea Dios!”. Por
mucho que estudie, no es capaz de salir de esa desesperación sin solución: no
puede recibir la eterna juventud.
13. En vez de salir Margarita con su rueca al fondo de la escena, aparece una
imagen de hombre metido en el interior de la esfera de cristal y el diablo, además,
señala otra escultura blanca y pura iluminada con muchísima intensidad. Este
hombre sale de la esfera, de ese universo cerrado, con un aspecto jovial y
risueño. En realidad, estamos presenciando la transformación de Fausto en un
joven apuesto y el abandono de aquel viejo desesperado (escena II, acto I). El
doctor acaba la escena con una copa llena que se rocía por el torso desnudo,
tras romper su camiseta dorada, y deja que el demonio le ayude a ponerse su
chaqueta de frac en terciopelo que estaba colgada detrás de la mesa.
Finalmente, vuelve a bajar el telón de malla ennegrecido ante un Mefistófeles
que se coloca en el centro del espacio escénico con los brazos abiertos, viendo
como también se va modificando la biblioteca del estudio de Fausto. Paredes
que se abren, que suponen técnicas teatrales de un avanzado siglo XX y se
percibe la presencia del inicio del siglo XXI.
14. En la escena I del acto II, se suben a los bancos blancos a desfilar una serie
de modelos en bañador contemporáneo con bandas en las que puede leerse el
motivo por el que son galardonadas: Miss Bellas Letras, Miss Ciencias, Miss
Medicina, Miss Economía… Es una crítica a la sociedad actual basada en que el
valor de la mujer no está en su fisonomía para defender un país, un pueblo o un
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estado. El valor está en su intelecto y sabiduría, así como en su inmersión en el
mundo laboral cada vez más emergente y equiparable al del hombre. ¿Supone
una amenaza y una tentación demoníaca? Cuando Fausto ha de coronar a una
de ellas elige a la mujer de las bellas letras, quizá se dejó llevar por el apreciado
instinto que define esta obra. Gounod ha creado una ópera y los libretistas su
texto sobre la base de una obra dramática cumbre de la literatura europea y
universal, por ello el director de escena lo expresa de este modo eligiendo a la
señorita que representa esas bellas letras de Goethe. Un artefacto de esqueleto
de grandes proporciones se sitúa en el centro del escenario y bajan las cintas de
colores, más largas y más vistosas. El esqueleto posee solamente el cráneo
adornado, el tórax y parte de los huesos de los brazos en cruz, como Cristo.
Fausto la persigue con tal de embaucarla, se le ve una actitud más socarrona y
desafiante que en versiones anteriores.
16. Valentín no lleva una medalla en la mano al inicio de la escena II del acto II,
sino una jarra y está apoyado en los bancos con el resto de los soldados.
17. El doctor aplaude al soldado cuando termina su intervención (escena II, acto
II).
18. Mefistófeles interrumpe a Wagner, pero estaba con capa de estudiante para
inmiscuirse en la trama que estaban tratando. Al instante, se despoja de la capa
y el birrete para comenzar a caer billetes del cielo y darse la vuelta a un trono
donde está sentado un figurante que simula ser un becerro de oro. El becerro no
para de tirar billetes y un foco ilumina su máscara dorada, al tiempo que todos
buscan dinero por el suelo. Hay que añadir que se incluyen en la llegada del
diablo una serie de monigotes que parecen tradiciones de distintas culturas.
298
oro y sujeta un dispensador con una lata, parecida a las de gasolina, con el fin
de llenarla. Comienza a beber con descaro (escena III, acto II).
20. Todo se retira; el becerro de oro y los simbolismos del diablo. Los soldados
y los estudiantes se reúnen en el lado derecho del escenario, en medio queda
Mefistófeles, y el doctor expectante a la izquierda. Valentín le amenaza y deja
clavada su espada en el banco, sin embargo, el diablo la recoge con facilidad y
chulería.
21. La escena V del acto II es singular: el baile de los estudiantes con las
muchachas es un curioso concurso con número a la espalda. Todas ellas visten
los mismos trajes rojos con guantes largos a juego y comprobamos la alternancia
de soldados que bailan para demostrar sus dotes. El que los dirige desde arriba
es Mefistófeles, satán. De nuevo, vuelven los monigotes a bailar entre los
participantes.
23. El enorme esqueleto gira y hace girar a las cintas de colores, mientras las
parejas de baile terminan el acto. Mefistófeles se sitúa en el centro y hace las
veces de director de orquesta emocionado (escena V, acto II).
24. Siebel tiene un folio en formato A3 para expresar su pasión por Margarita
(escena I, acto III). Un sacerdote y varios monaguillos han bajado por las
escaleras de caracol y han bendecido una mesa con la estatua de Perseo, un
esqueleto detrás y la biblia. Después, van hacia los muebles tapados con
sábanas blancas y descubren la pizarra con el mensaje: “Rien!”.
25. Siebel deja dos ramos sobre la almohada y el papel que sujetaba lo deposita
en el pie de la cama ante la presencia de Mefistófeles y Fausto (escena II, acto
III).
26. Fausto arroja las flores de su opuesto al suelo y se apoya al borde de la cama
para la famosa escena IV del acto III. Ha dejado su chaqueta de frac sobre la
cama y lo vemos esplendoroso con un chaleco blanco y camisa en el mismo tono
299
de corte actual. Destapa la semiesfera llena de vegetación, llena de vida y
pronuncia: “Ô Nature, c’ est là que tu la fis si belle!”. Un violinista sale a escena
vestido de forma idéntica al protagonista y se coloca detrás de él tocando con
una máscara cadavérica o esquelética. La muerte de alguien se aproxima; ve la
muerte al girarse que se acerca como una dulce melodía.
27. Un cambio escénico notable es la escena VI del acto III, cuando Margarita
debería situarse sola para encontrar las joyas y el ramo. En cambio, se ha optado
porque salgan varias figurantes que lavan la ropa sucia con jabón junto a ella.
Se ha tratado al personaje como si perteneciese a un nivel social más humilde.
Este momento nos hace recordar la obra dramática de Goethe porque Margarita
lava con Lisa y se cuentan cuitas amorosas.
28. La dama desprecia las flores de Siebel, gesto que en otras versiones no
sucede. El diablo ayuda a Margarita a ponerse las joyas y parece como si no
notase su presencia. Embelesada por la riqueza, ella nos lo muestra con sus
reacciones. El demonio le toca los pechos y el cuerpo para que note el placer del
lujo, después la ayuda a ponerse una bata idéntica a su camisón en blanco y
negro (escena VI, acto III).
300
Darwin en 1872 22. Estamos ante un árbol de saberes que conecta el mundo con
el inframundo, un árbol cósmico que genera la energía necesaria para entender
la vida natural.
31. El acto IV da su comienzo con unas lavanderas que limpian lo sucio y lo que
está manchado de sangre; una de ellas lo muestra al público en el momento en
que se dispone a quitar el delito. Es una anticipación de sucesos, quizás para
hacernos a la idea de que algunos personajes de la representación van a morir.
Margarita no hila en una rueca, sino que está agotada de dolor. Se apoya en el
cabecero de la cama, una cama con un árbol de la vida inerte, muerto y marchito.
En resumen, no nos ubicamos en la habitación de la dama en el cuadro I y
seguimos en el mismo lugar blanquecino lleno de libros y de gran altura.
32. Margarita se siente avergonzada por los hechos sucedidos y coge varias
veces el paño manchado de sangre. Se dirige al joyero y de él obtiene cenizas,
polvo. A continuación, saca a su hijo de un cochecito del siglo XX y lo abraza con
ternura (escena I, cuadro I, acto IV).
22Darwin, Charles, The Origin of Species, Penguin: U.K., 1872, pág. 104. "As buds give rise by
growth to fresh buds, and these, if vigorous, branch out and overtop on all sides many a feebler
branch, so by generation I believe it has been with the great Tree of Life, which fills with its dead
and broken branches the crust of the earth, and covers the surface with its ever-branching and
beautiful ramifications."
301
35. Margarita vuelve a entrar en escena con aquel traje azul cobalto y el niño en
brazos. Valentín presencia el encuentro entre todos (escena IV, cuadro III, acto
IV).
36. Resulta curiosa la manera de luchar: el soldado no posee arma y simula que
la tiene. Fausto le deja intentar agredirle, sabiendo que no tiene posibilidad de
hacerle daño y, finalmente, se dirige al diablo para que sea su orden la que le
lleve a tocar de muerte al hermano de su amada Margarita. Y todo en presencia
de la dama con el niño en brazos hasta que la multitud llega (escenas IV y V,
cuadro III, acto IV).
37. Valentín se incorpora tras ser herido de muerte con la intención de recriminar
a su hermana, delante de todos, que está maldita y que morirá. Lo suben varios
soldados a hombros y lo llevan muerto haciéndole un homenaje (escena V,
cuadro III, acto IV).
38. Después de representar los hechos del cuadro I y del cuadro III, el director
escénico ha decidido volver al cuadro II en la iglesia con el arrepentimiento de
Margarita. Un cambio de escenas que ya hemos visto usual en otras versiones
analizadas. Primero se lleva a las tablas la muerte del hermano y después se
opta por el arrepentimiento de la dama, su locura de manos del diablo.
39. Margarita sigue con el niño en brazos (escena I, cuadro II, acto IV). El
demonio va con hábitos de obispo tras la reja de la iglesia, donde Margarita no
entra por ser pecadora. El resto de feligreses da la espalda al público y reza ante
el crucifijo, a excepción de Mefistófeles que se coloca delante del enrejado con
el fin de volver loca a Margarita.
40. Se abren las puertas enrejadas y el sacerdote dirige el coro de religiosos que
rezan la plegaria y Mefistófeles, un imponente obispo, se acerca a ella. La mujer
se rinde ante semejante figura ofreciéndole a su propio hijo. Le agarra con fuerza
su rostro y la dama lanza un grito, aunque no se desvanece (escena I, cuadro II,
acto IV).
302
42. Una cabra maligna, signo diabólico, sale del ataúd en el que la mujer ha
asesinado a su hijo, mientras las cortesanas y brujas la observan con malos ojos
(cuadro I, acto V).
43. Cubren a Margarita con varias sábanas al mismo tiempo que el crucifijo baja
por un sistema de poleas y se transforma en un pasillo sobre el que se colocan
el doctor y el diablo. Los humos suben del foso cuando Mefistófeles levanta las
manos con orden y disposición. Las mujeres y los hombres lucen sus cuerpos y
se tapan con sábanas blancas manchadas de sangre. Del foso se eleva una
plataforma con las diosas de la Antigüedad, sentadas a una mesa y dispuestas
a disfrutar de los placeres (cuadro I, acto V).
44. Fausto besa a una cortesana con una copa de vino y Mefistófeles parte un
pan detrás de ellos. La simbología religiosa cristiana y la ironía implícita no deja
de estar presente. El vino y el pan no son el cuerpo de Jesucristo; el pecado es
el que domina la purificación del alma (cuadro II, acto V).
45. Esta plataforma o cruz invertida no deja ver a Cristo, se ilumina de forma muy
estridente y sirve para que presenciemos que el doctor, tumbado, se ha dejado
llevar por los placeres de estas mujeres.
47. Margarita está con una camisa de fuerzas, con el pelo corto y cadenas
gruesas porque es el cuadro IV del acto V en la prisión. Se ha prescindido del
cuadro anterior basado en el Valle del Brocken, como en otras versiones, para
acortar los acontecimientos y centrarse en lo que contiene una mayor tensión
dramática.
303
cuello cuelga una cruz dorada y se mira las manos completamente enloquecida
cuando le recuerda el jardín perfumado de rosas (escena I, cuadro IV, acto V).
49. El giro escénico al que asistimos en esta versión es alarmante y para tenerlo
en cuenta, pues aparece un verdugo con capucha negra, después de que la
mujer vaya voluntariamente a que la ajusticien. El verdugo levanta la cabeza
cortada de Margarita (muñeco reproducido) y se quita la capucha para crear una
mayor expectación al público. El verdugo es el hermano de la dama, Valentín ha
conseguido lo que le vaticinó: una muerte apropiada por sus pecados. Por lo
tanto, este final no es acorde con las acotaciones que versan en el texto
dramático-lírico. Le da la cabeza a Siebel y, a los pies de Valentín está un Fausto
abatido. Meten la cabeza de Margarita en aquella urna con una corona dorada y
el coro de discípulos giran para ir desapareciendo de la escena. Los últimos que
se van caminando muy lento son Fausto y Mefistófeles.
304
Antes de abrir el telón nos muestran la imagen enorme proyectada de Fausto
envejecido, con mirada triste y preocupante. Inmediatamente, encontramos en
escena un cuarto amplio y lúgubre ambientado con mobiliario actual tapado con
sábanas. Al fondo, observamos un telón que enseña un edificio en ruinas y a la
derecha notamos una escalera metálica.
De repente, se abre un muro de pared al fondo y nos deja ver distintos tramos
de escalera con el cielo nuboso proyectado. Bajan más científicos: un coro de
hombres que trabajan sin parar de analizar máquinas estableciendo cierto orden
coreográfico. Otras dos escaleras metalizadas de caracol se descubren a ambos
lados del escenario; servirán para las continuas subidas y bajadas de personajes
y se cuida la interpretación que ayuda a entender el motivo por el que los
poderosos estarán arriba en determinadas ocasiones para ejercer su poder de
mando (escena I, acto I).
305
el protagonismo de la escalera. Es importante pararse a reflexionar sobre el uso
constante de este elemento escénico. La escalera puede verse desde el punto
de vista positivo con su ascenso y desde el punto de vista negativo con el
descenso. Por el contrario, siempre se ha dicho que subir cuesta más que bajar.
El camino de ascenso y gratitudes en la vida es más costoso que los inevitables
momentos de caída. La puesta en escena de esta versión de Fausto insiste
mucho en unas escaleras que juegan con la psicología y la moralidad del
espectador y de los personajes. Del mismo modo, su uso es conveniente como
plataforma para hacer partícipe de los sucesos a la pareja principal: Fausto y
Mefistófeles. Consideramos que el valor escenográfico que tiene la escalera
como recurso en esta obra es grandioso y ya vimos su empleo de forma
parecida, no igual ni con tanto peso de importancia, en la versión anterior
analizada.
306
Mefistófeles entra en escena con un traje blanco y un abrigo del mismo tono.
Esta vestimenta, sumada al sombrero y al bastón, con un adorno que parece el
universo controlado por su mano, le otorga un aspecto de vividor charlatán. Abre
los brazos en señal de “aquí está el más importante”: “Me voici” Se quita el
sombrero, le cuenta a Fausto que ese estado suyo de rodillas y con poca fuerza
debe cambiar (escena II, acto I).
El acto III nos muestra a Siebel con el mismo atuendo del acto II, en cambio
no es así con la vestimenta del diablo y del doctor. Siguen apostando por su
sincronía y se engalanan esta vez con un frac clásico en negro y chaleco gris.
Seguimos con la distinción de la flor y las pajaritas que difieren: Fausto con una
flor blanca o pura y Mefistófeles con una flor roja apasionada o ensangrentada
de ira.
307
diablo sigan con este traje, Margarita sufre el cambio propio que requiere la obra
tras su privación de la libertad. La proyección ya nos la muestra con el pelo corto
y así aparece delante de la misma. Un vestido azul camisero moderno con botas
bajas en negro la hacen prisionera de sus pecados hasta que, con la misma
indumentaria, sube por la escalera para salvar su alma en los cielos (escena II,
cuadro IV, acto V).
Uno de los rasgos más destacables de esta versión del siglo XXI es la
iluminación. En primer lugar, las proyecciones de Fausto y posteriormente las de
Margarita conllevan que la escena se muestre oscura hasta el coro de
muchachas, donde las luces son blancas y proyectadas sobre estas mujeres
científicas y la nueva aparición de Margarita como una ingeniera trabajando para
una máquina, en vez de hilar sobre una rueca. Cambio de siglo y cambio de
oficio: la modernización de la mujer está muy presente en esta ópera, aunque en
la mayoría se evita reflejar a la mujer cosiendo como podemos comprobar al leer
el resto de los análisis de las versiones escogidas.
Las luces azules predominan cuando el doctor maldice los placeres de los
hombres y, posteriormente, más oscura la escena, aparece el diablo vestido
íntegramente de blanco por una puerta con fondo verde. Es un factor del
vestuario que provoca un contraste con la luminosidad ejercida, puesto que es
de noche y estamos en un gran laboratorio químico y nuclear en el que poco se
ilumina, solamente las mesas y las escaleras de acceso (escena II, acto I).
308
misma que los de la parte de arriba. En cambio, a los que se sitúan más hacia el
fondo del escenario se les da una luz más débil (escena V, acto II).
309
Wagner se divierte con todos gracias a los juegos, la cerveza y las apuestas.
Del fondo, se hace paso un soldado monigote y gigante articulado por alguien
desde su interior. Imita la manera de desfilar y saludar de su gremio mientras
todos lo admiran. Se disponen a quitar el mobiliario e ir dispersándose (escena
I, acto II).
Así, un ballet de danza moderna recrea las palabras del diablo: espasmos,
movimientos bruscos y saltos sin un control. Bailan rodeando su figura y
consiguen darnos un cuadro escénico precioso que el público aplaude. En este
caso, no se cree necesaria la presencia de riquezas ni de becerros de oro para
representar esta escena, basta con el poder de mando que ejerce el diablo con
su bastón con el que domina los movimientos de los demás. Por ello, el puño de
dicho bastón es un mundo esférico lleno de órbitas que él maneja: Satán siempre
dirige el baile en Fausto de Gounod (escena III, acto II).
Destacamos la forma en que Fausto se toca los labios, tras besar a Margarita
y la pasión que deposita agarrando los pétalos de rosa después de recogerlos
(escena XI, acto III).
310
Sus movimientos son propios de una persona que pasa por un estado de crisis
aguda. Abraza un pequeño body, no deja de ser una ropa de bebé de un siglo
XX avanzado (escena I, cuadro I, acto IV).
311
7. Margarita reconoce el ramo de Siebel, por el contrario, se queda más
sorprendida al ver la caja en el otro banco. Los pendientes que hay en el interior
le asustan, y luego se los pone mirándose en un espejo. Alarde de coqueteo
extremo mientras le canta a su reflejo embellecido (escena VI, acto III).
Los elementos originales que aporta esta versión son los siguientes:
1. La imagen proyectada de Fausto en blanco y negro con su conversión de joven
a viejo es el inicio de esta versión antes de abrirse el telón.
2. Fausto camina hacia delante muy lentamente y envejecido, mientras
figurantes con harapos en colores oscuros caminan para cruzar la escena de
izquierda a derecha. Se da la vuelta y ve proyectada la imagen de Margarita,
joven y apuesta, en blanco y negro (escena I, acto I).
3. De espaldas al público, siguiendo la teoría dramática de Antonin Artaud,
Fausto admira la imagen de la que luego sabremos que es Margarita y hace
gestos de lamento hasta que desaparece. Se sienta en la única silla sin una
sábana que la cubra, se quita el sombrero dejando ver las canas y lo coloca
312
debajo de la mesa. Notamos que se ha querido potenciar la capacidad dramática
del tenor o incidir en su estado deprimente que apenas resiste. La interpretación
es soberbia, pues en todo momento deja intrigado al espectador y le ayuda a
meterse en la trama.
4. El doctor deambula por un lugar tapado con telas y bebe agua de una fuente
con dificultad, limpiándose con un pañuelo. Descubre una de las sábanas y,
encima de una mesa, hay un proyecto o plano de varias páginas sobre las que
pronuncia: “Rien”. No es un libro de consulta como en otras versiones, es una
serie de planos científicos. Bebe de un frasco hasta que encuentra una llave
(escena I, acto I).
5. Margarita deposita una rosa roja en una de las máquinas delante de ella
misma, que destaca mucho entre la oscuridad del laboratorio, y es un símbolo
del cristianismo y un síntoma de sus múltiples referencias florales en su
interpretación (escena I, acto I).
313
9. Al predecir el negro futuro de Wagner y de Siebel con la lectura de sus manos,
se abre paso hasta un dispensador moderno de agua que encontramos en
cualquier centro público actual. Agita su bastón para convertir el agua en vino,
como hiciera Jesucristo. Contraposición y crítica de actitudes por parte de quien
conduce la composición adecuada de la escena. La misma cara de asombro de
los figurantes tenemos nosotros al ver la cantidad de giros escénicos que aportan
solidez y originalidad a una trama sencilla: un doctor que no consigue, a través
de sus estudios de medicina, la juventud ni la eternidad y a él acude el diablo
que se ofrece a cambio de su alma. La juventud le dará el amor que espera de
su enamorada y, debido a la perversidad del demonio, el final no podrá dejar de
ser trágico (escena III, acto II).
11. El doctor y el diablo bajan para presenciar el pequeño baile que algunos han
mostrado entre el corro de sillas formado. Vuelven a subir y bajar, observando
como Siebel aprende a bailar con el grupo. Mesfitófeles manipula a Siebel con
su bastón y lo quita de la presencia de Margarita (escena V, acto II).
12. El diablo no deja de elevar su bastón y girarlo para que prosiga el baile
(escena V, acto II).
13. Margarita y Fausto se abrazan al final del acto II y ella sale corriendo.
314
la técnica del diseño del escenario y en la cualidad mimética de la misma, sino
como un aumento de la agenda modernista de simultaneidad y acción múltiple
en diferentes marcos espacio-temporales. El tiempo dramático es siempre ahora,
incluso cuando invoque algunos sucesos del pasado o anticipe acontecimientos
del futuro. Con la utilización de proyecciones, el personaje adquiere un doble que
es representado, en este caso de la versión de Fausto, por él mismo. Una tímida
sonrisa, captada por una cámara contemporánea, da a la señorita un aspecto
jovial sobre un fondo oscuro. Esta imagen se va girando y difuminando, a la vez
que los párpados van cayendo. Sube el telón oscuro; Margarita cose una tela
metalizada y no se escenifica un jardín (escena I, acto III).
16. Desde arriba, le miran fijamente el diablo y el joven Fausto. Se coloca el collar
de perlas y una pulsera de brillantes que le hacen enloquecer de presuntuosidad.
El culmen lo otorga la reluciente corona que, muy despacio, va engalanando su
largo pelo rubio. Una princesa que está encantada de verse así, hasta que entra
su criada alucinada con tanto lujo. Marta se prueba las relucientes joyas también,
al tiempo que se pasea la pareja de etiqueta. Toques de comicidad entre
Mefistófeles y esta mujer cuando le va comunicando las graves noticias sobre su
marido que se parecen a nuestra versión anterior escogida. Margarita se hace la
remolona ante Fausto, que, para colmo, le da a su enamorada las flores de
Siebel (escenas VI y VII del acto III)
315
no perdura, no se para y este día se irá como otro cualquiera (escena XI, acto
III).
18. Mefistófeles baja y ella tira una rosa roja que Fausto atrapa. Cuando se
abrazan arriba de forma extralimitada y exagerada enfocados por una luz intensa
blanca, el demonio ríe mientras las luces del teatro se tiñen de verde. Un
figurante zancudo es la personificación de la muerte y hace finalizar el acto III
ante Mefistófeles. El director escénico ha introducido un recurso parateatral para
dotar de mayor dramatismo al final de acto. El zancudo encarna la muerte
intocable y elevada de la que nadie puede escapar. Se convierte en una
anagnórisis para los espectadores que ya vaticinan la tragedia que le espera a
la obra (escena XIII, acto III).
19. Margarita, embarazada, teje una tela en tonos plateados en el mismo lugar
escénico de toda la representación. No se ambienta su habitación, sino el
laboratorio en el que han decidido alterar constantemente con poco mobiliario de
un acto a otro. El coro se sitúa entre los ventanales: se ven las figuras oscuras
como si de sombras chinas se tratase. Desesperada, la joven se toca el vientre,
demostrando una gran capacidad dramática. Ha cambiado su vestuario y está
ataviada de una rebeca de punto y una falda holgada que deje descansar a su
futuro hijo (escena I, acto IV).
20. Esta representación elude la escena II, la escena III del cuadro I y el cuadro
II íntegro, para pasar a los hechos ocurridos en la llegada de los soldados de la
guerra durante el cuadro III. Da comienzo un despliegue de mobiliario y
316
personajes que adecentan el lugar. Dos mesas, una puerta de entrada abierta y
en medio encontramos el dispensador de agua actual. Siebel abraza a Valentín,
rodeados de la tropa de soldados que salieron del frente. Todo es observado por
el diablo desde la explotada escalera. Las mujeres van reconociendo a sus
soldados recién llegados.
317
sentado sin dejar que su semblante se vea, pues le tapa el sombrero y la mirada
dirigida al suelo.
25. La escena cambia a ser blanca y negra. Se proyecta a una mujer con el pelo
corto, la misma que se sitúa debajo de esa imagen tan grande y seria: la dama
318
se muestra con un vestido sobrio y más adecuado a nuestro tiempo. No es la
camisa de fuerzas de otras versiones ni un atuendo carcelario descarado.
Descubrimos una mayor delicadeza en la innovación escénica que comparte la
intensidad del dramatismo tratado de forma diferente (escena I, cuadro IV, acto
IV).
26. Se saca un pañuelo del pecho con descaro y lo mece. Pétalos rojos caen
proyectados detrás de ella. El segundo indicio viene dado de la mano de un
elemento imprescindible: el enrejado cuadrado y dos oficiales que acompañan a
la dama en su nuevo hogar del que no debe salir. Se trata de un cuadrilátero de
barrotes sin techar, que bien recuerda a una enorme jaula. ¿Fausto querrá
abrirla? Sí, abre su celda y ha percibido la locura indomable que interpreta de
forma soberbia. A ellos, se une el diablo como testigo del trágico final y es quien
desde su bastón de mando facilita, gracias a un golpe mágico de autoridad, la
llave para abrir la celda de la amada del doctor. En otras versiones, se la desata
de un lugar o se la saca por una puerta, en este caso es una llave el elemento
que sirve para que Fausto intente despertar a la mujer y trate de salvarla sin
suerte (escena I, cuadro IV, acto V).
28. ¿Recordamos el mobiliario del acto I? Pues, otra vez, lo tenemos ante
nuestros ojos. Un flash back o la consideración de valorar la obra como un círculo
cerrado. La vuelta al principio y a Fausto envejecido, porque la eterna juventud
jamás puede volverse a tener. Nunca se vence a Cronos; el hombre tiene su
destino y cada hora cuenta sin poderlo evitar. Por tanto, Fausto no ha conseguido
nada con su pacto diabólico y muere después de beberse el engaño de
Mefistófeles (escena II, cuadro IV, acto V).
319
2.2.3. Recapitulaciones y consideraciones.
Acto III: Escenas I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X,
320
Las diferencias son notorias entre un tipo de organización estructural y
otro. La principal causa es porque Faust de Goethe es una obra dramática
romántica dividida en dos partes. En cambio, la ópera Faust es una obra
estructurada en cinco actos que se vale exclusivamente de la primera parte de
Faust de Goethe para desarrollar su trama argumental, como expresamos con
anterioridad. Además, la ópera es un género dramático-lírico y ha necesitado un
mayor número de acontecimientos en el nudo para que culmine en el desenlace
trágico, ya que su cometido es respetar la duración de una partitura musical que
ha de compactar con un texto coherente desde el punto de vista escénico.
321
DIFERENCIAS:
322
7. Sabemos el nombre de pila de desgracia de la pérdida de su
Fausto gracias a que Margarita lo hermana pequeña.
pronuncia en el jardín cuando le pide
6. La Canción de Catherine que canta
promesa de amor: el doctor se llama
Mefistófeles con una guitarra: una
Enrique.
dama que rechaza el beso de un
8. El personaje de Lisa: reveladora galán y prefiere un anillo en su dedo.
mujer que lava junto a Margarita y le
7. La Noche de Walpurgis está
cuenta la historia de Bárbara. Los
protagonizada por reinas, cortesanas
hechos que Lisa cuenta son
de la Antigüedad, brujas y la pareja
semejantes a los que le ocurrirán a
del doctor y del diablo.
Margarita.
8. En la prisión, Fausto le cuenta al
9. Variedad de personajes en la
diablo que Margarita ha matado a su
Noche de Walpurgis: General,
hijo, antes de que ella se despierte
Ministro, Arribista, Bruja-
enloquecida.
Revendedora, La Bella, La Vieja,
Proctofantasmista, Servibilis,
Empresario, Heraldo, Puck, Oberón,
Ariel, Titania, Ortodoxo,Aartista
Nórdico, Purista, Matrona, Bruja
Joven, Xenias, Hennings, Musageta,
Ci-Devant genio de la época, Viajero
Curioso, Grulla, Hijo del Mundo,
Bailarín, Maestro de Baile, Vilonista,
Dogmático, Idealista, Realista,
SuperNaturalista, Escéptico, Los
Hábiles, Los Inhábiles, Estrella
Errante, Los Macizos, Veleta…
323
SIMILITUDES:
4. Los coros de la catedral hacen sentir muy culpable a Margarita de sus actos
y se siente arrepentida ante Dios.
324
Hablemos de la organización del lugar, ya que supone ser la columna
vertebral que sustenta el drama de Goethe. Sinteticemos los lugares citados en
la obra dramática del romanticismo alemán de este modo:
Estancia
gótica con
altas bóvedas Puerta de la
Cárcel
ciudad
Cuarto de
Campo estudio de
Fausto
Montañas Bodega de
del Harz Auerbach
Cocina de la
Catedral
bruja
Calle (paseo
Torreón de
de
las murallas
enamorados)
Cuarto
Jardín pequeño de
Margarita
Casa de la
Una calle
vecina
325
Gabinete
de Fausto
Prisión (Acto I)
La
(Cuadro Kermesse
IV, acto V) (Acto II)
Habitación
Montañas de
Harz Margarita
(cuadro I,
(cuadro I,
acto V) acto IV)
La calle
Iglesia
(cuadro
(Cuadro II,
III, acto
acto IV)
IV)
Los lugares en los que las dos obras coinciden son los que se consideran
imprescindibles para entender la trama: el estudio o gabinete de Fausto, la
Bodega de Auerbach o la Kermesse, el cuarto de Margarita, la catedral o la
iglesia, las Montañas del Harz y la cárcel. Por ello, la ópera disminuye el número
de lugares según los acontecimientos que suceden y elige los espacios de la
obra dramática alemana que le sirven de fuente de inspiración. La fusión se
concebiría de tal manera que identifiquemos un lugar con algunos
acontecimientos, sin olvidar que, precisamente, Goethe no había ideado su obra
en actos y que su base estructural reside en los cambios del espacio.
326
Cuarto de • Vejez y desesperación del
doctor Fausto.
Fausto o
• Pacto con Mefistófeles y
Gabinete de transformación.
Fausto.
• Encuentro de los
enamorados: Fausto y
Margarita.
Jardín • Deshojar la flor y confirmación
del amor.
• Margarita ha pecado y se
avergüenza: ha matado a su
Catedral o iglesia propio hijo.
• Enloquecimiento de Margarita.
Prisión o • La dama encomienda su alma a Dios
cárcel y muere.
327
incluyen esos sucesos en sus puestas en escena. Pasemos a la puesta en
común de las versiones analizada de Fausto de Gounod para darnos cuenta de
que estamos en lo cierto cuando remitimos a ciertas referencias sobre el texto
de Goethe y su representación que no aparecen en el libreto de Barbier y Carré.
FAUSTO
¡Oh tortura!
¡Margarita! ¡Margarita!
328
MARGARITA
He matado a mi madre,
he ahogado a mi niño.
FAUSTO
329
1. Margarita es de quien se enamoran dos hombres.
4. Margarita es quien sucumbe a los encantos del diablo y a las artes amatorias
de un Fausto vencido por vender su alma. Como consecuencia de ello, Margarita
es quien tiene el bebé y decide matarlo.
6. Margarita enloquece.
Otro aspecto de suma importancia viene de la mano del detalle por parte del
vestuario: el mimetismo entre Fausto y Mefistófeles tras la transformación del
primero se ve reflejado en su idéntica vestimenta en las versiones de 1975 y
2012. En 1995, 2004, 2008 y 2011 utilizan la formalidad de ir vestidos de etiqueta
en determinados momentos cumbres de la representación. Y ya que aludimos al
vestuario, hay dos facetas de la indumentaria en las óperas analizadas que
queremos hacer notoria: Mefistófeles viste como un obispo en las versiones de
1995 y 2011; Margarita lleva hábito de monja durante gran parte de la puesta en
escena de 1985 y 2011, en la ópera de 1995 ve le da el hábito de monja a Marta.
El motivo que señalamos sobre estas decisiones escénicas sería principalmente
la crítica recurrente en la ópera a la religión cristiana y el ensalzamiento del poder
del diablo como ente dominante, superior a Cristo crucificado que muchas veces
se aporta como elemento imprescindible en las versiones. Por otra parte, los
hábitos religiosos en las damas suponen un significado distinto que el que se le
puede dar a que los vista Mefistófeles. El caso del diablo es una provocación a
la propia religión y un ritual de burla, con la intención, por parte del director
escénico de la ópera que decida este hecho, de hacernos ver que el demonio
330
acaba ganando la batalla y el mal prevalece sobre el bien en esta tragedia. Un
discípulo cristiano no debe sostener los valores del demonio, por ello, el diablo
emplea la técnica teatral del disfraz para engañar a todos los presentes y crear
un choque de emociones en los espectadores. Si Satán provoca durante toda la
obra, el director escénico ha querido provocar con sus puestas en escena para
esta representación. El uso del hábito en Marta y Margarita se debe a su
inocencia adulterada, manipulada y perdida. Valentín desea que su hermana
esté protegida y le reza a un crucifijo, toca una medalla sagrada y lucha por su
patria y por Dios. Evidentemente, su hermana podría ser cuidada por monjas en
una abadía y darle estudios religiosos en la ausencia del soldado, y de ahí el
hábito sin dejar atrás el razonamiento de la provocación o la crítica religiosa
inmersa. Marta es una vecina de Margarita; la versión en la que hace su aparición
con hábito de monja es en aquella que se localiza en una iglesia, santuario o
lugar religioso en su totalidad. Si Margarita sube a los cielos como una Virgen,
salvada de sus pecados, Marta puede enfrentarse a las mentiras y a las
tentaciones del demonio en un confesionario y con aspecto recatado y monjil.
331
Otras innovaciones de referencia en estas versiones escogidas interfieren en
los cambios de mobiliario para la disposición y el diseño del cuarto de Fausto y
la inclusión o no de la Noche de Walpurgis. Creemos que la Noche de Walpurgis
debería representarse porque es un cuadro importante y que define bien cómo
es el maligno y cuáles son sus intenciones extremas. De la misma manera, nos
sirve para explicar la relación de lo sobrenatural en la obra y la estrecha unión
entre el diablo y el doctor como un pacto infranqueable. Algunas obras deciden
suprimirla por la extensión de la obra o por acortar acontecimientos de la trama.
La opinión más favorable es considerarla y respetarla, pues hace aún más
posible la imbricación entre Goethe, los libretistas y Gounod. Vamos a
corroborarlo en las tablas que hemos organizado a continuación.
En otro orden que cosas y guardando relación con ello, hemos dicho que en
la puesta en escena de Fausto es habitual que acortemos o eludamos algunas
escenas para ahondar en la profundidad dramática y en la trascendencia
argumental de cuadros que son muy dependientes para la estructura lógica y el
desarrollo de la representación. Por este motivo, el cuadro I y las escenas I, II y
III del acto IV a veces no se representan; estamos hablando de la situación en la
habitación de Margarita y de las escenas siguientes entre Siebel y la dama, así
como la brevísima escena III en la que intervienen Marta y Siebel. Quizá no sean
tan determinantes como la Noche de Walpurgis y supongan un corte menos
notorio para que se note en la puesta en escena por parte del espectador de
nuestro siglo.
Versión de 1975. Reflejo del siglo XIX con cierta fidelidad. De un estudio
minúsculo del acto I pasamos a la amplitud de la puesta en escena del acto II:
el interior de un edificio acristalado de dos plantas con escalera de acceso. El
centro de la escena lo ocupa una gran noria iluminada que no deja de girar, al
igual que una plataforma metalizada de recreo que sirve de distracción y
deleite para soldados y muchachos. El tercer acto nos muestra la fachada de
varios edificios con ropa tendida en varios cordeles. El acto IV posee el mismo
cuadro escénico que el acto II, aunque con modificaciones debido a que nos
encontramos en un lugar de recogimiento y no festivo. Sillas apiladas, imagen
332
de Cristo crucificado en el centro en vez de la noria y oscurantismo. El acto V
recrea La Noche de Walpurgis gracias a una plataforma de cristal que baja y
encierra a las brujas, cortesanas y los protagonistas. Al final del acto V, en el
cuadro III se produce un cambio de mobiliario porque lo requiere el texto y los
acontecimientos. Innovan desde el punto de vista escénico porque no
ambientan una prisión convencional, sino un foso sobre el que se sitúa
Margarita dando pasos lentos con una camisa de fuerzas porque conoce su
final. No asciende, sino que desciende ante la atenta mirada del doctor y sus
ruegos.
Versión de 1980. Reflejo del siglo XIX con cierta fidelidad. Innovación
escénica nada más comenzar la obra porque vemos un acantilado en el acto I
y es donde se desarrollan los hechos, en vez de emplear un cuarto de estudio
del doctor. El resto de la representación sigue prácticamenye las directrices
del libreto y con los recursos escénicos propios del siglo XX y carente de
avances tecnológicos. El segundo acto se ciñe a un mural que muestra las
afueras de una ciudad sin más elementos de decorado y el tercer acto es el
mismo escenario, un poco en pendiente, lleno de flores sin apenas mobiliario.
El cuarto acto se inicia en una iglesia con un rosetón, cuya vidriera circular
ilumina el ambiente oscuro y lo único que se aporta es una tosca columna. El
último acto se limita a la prisión escenificada con grandes paredes de piedra y
una luz central que proviene del techo. El vano que hará ascender a la dama
a los cielos.
Versión de 1985. Reflejo del siglo XIX con cierta fidelidad. El acto I fija su
atención en un despacho muy amplio, con una mesa larga y una silla antigua
de respaldo muy alto. Estanterías con vasijas y un esqueleto del cuerpo
humano apoyado en unos arcos. Escaleras que comunican dos alturas y
grandes ventanales entre columnas que nos dejan ver la luna o las nubes
proyectadas, así como la silueta de edificios en la noche. El acto II se sitúa en
el cuadro escénico ante fachadas, en una de las puertas de la ciudad. A la
izquierda un Cristo crucificado de las mismas grandes proporciones que el dios
Baco, y un artefacto dorado es llevado al medio para venerarlo: el becerro de
oro. El acto III parece respetar el jardín de Margarita (árboles, arbustos y otro
333
pequeño Cristo crucificado. El acto IV comienza en el mismo lugar ambientado
en el tercer acto, sin embargo, cae la nieve y los árboles están deshojados. Al
fondo se ve una iglesia; iglesia que será el lugar del final del acto IV: espacio
gótico con un vano central que se convierte en un tribunal de justicia con
mesas largas dispuestas en ambos lados del escenario y una guillotina que
nos traslada a ese siglo XIX y principios del siglo XX. El acto V nos remite a la
prisión con una reja central y esa guillotina con una luz verde y posteriormente
roja, cuando ya se ejecuta el fin de la pecadora Margarita.
Versión de 1995. Reflejo del siglo XIX y connotaciones del siglo XX. Toda
la representación tiene lugar en una iglesia y en un santuario: en lugares
sagrados como crítica a la tentación humana y las malas artes del demonio.
Los recursos que nos hacen pensar en un progreso escenográfico del siglo XX
son principalmente los efectos de luz y la ruptura del santuario para que
Margarita ascienda y consiga su salvación.
Versión de 2004. Reflejo del siglo XIX y connotaciones del siglo XX. La
escenografía del acto I es un espacio ideado para mantener elementos a
izquierda y derecha del escenario. Dejando un espacio libre en el centro. A la
derecha hay un órgano con escaleras de acceso a él y varias sillas orientadas
hacia el órgano. A la izquierda el palco del teatro empleado como un elemento
más de decorado, un baúl en el suelo y un espejo de cuerpo entero. El acto II
se inicia con la apertura de un telón rojo que decoraba el fondo del acto I: una
sábana escrita hace apología de la guerra y se coloca sobre el palco. Una de
las puertas de la ciudad con fachadas con una taberna y un Cristo crucificado
en medio de una plazoleta. Banderines franceses que nos llevan a discernir el
lugar donde ha de situarse la obra. Existe un cambio escénico en la escena V
del acto II: un cabaret francés del infierno con un arco repleto de bombillas y
letreros. El mismo lugar del principio del acto II sirve para que acontezcan los
sucesos acaecidos en el tercer acto, sin jardín de Margarita: fachadas y
callejuelas con escaleras iluminadas de forma tenue con el cometido de
ambientar la noche. El acto IV comienza en la iglesia, siendo una zona oscura
con velas en el suelo y un altar con el mismo órgano. El cuadro II del acto IV
da pie a un cambio escénico para respetar la calle donde se produce el
334
asesinato de Valentín. El acto V representa la Noche de Walpurgis con una
escena vacía de elementos: el baúl y el órgano. El diablo sube los brazos y
aparece un mural en tonos apagados y florido con algún arbusto de cartón
piedra o materiales en plástico. La prisión del final del acto V consiste en una
enorme reja y el órgano.
Versión de 2008. Reflejo del siglo XIX y connotaciones del siglo XX. El
acto I se inaugura con un gran libro abierto que imita a un códice del medievo
y se encuentra colocado delante sobre las tablas del escenario. Detrás de este
enorme libro hay un órgano inmenso que sirve de decoración y de uso, junto
a una fachada decimonónica con varios arcos. El acto II posee el mismo
cuadro, a excepción de unos toneles que sustituyen al gran libro para decorar
la taberna. En el resto de la representación y sucesión de actos no vemos que
haya cambios sustanciales y se opta por la apuesta de la fachada
decimonónica y el inmenso órgano. Los recrusos del siglo XX están presentes
en la ocupación espacial por parte de los personajes y en la luminotecnia.
335
Versión de 2012. Reflejo del siglo XX y vestigios del siglo XXI.
Proyecciones de los protagonistas y de fondos para inciar y continuar la
representación, como recurso escénico imprescindible. Salto al siglo actual
porque la base de la escenografía de esta versión de Fausto es un laboratorio
científico y nuclear. A partir de él se suceden todos los hechos de los cinco
actos, con diferentes innovaciones y cambios escénicos modernos y vivaces.
Uso de escaleras de acceso para la salvación de Margarita, la vigilancia del
doctor y del diablo de lo que ocurre en escena y como foco de acción de alguna
escena amorosa.
336
Evolución de los cuadros escénicos en las distintas versiones analizadas.
Figura 1. Fausto, 1975. Thèâtre National de l´Opèra de París. Director teatral: Jorge Lavelli.
Figura 2. Fausto, 1980. Teatro de la Ópera de Chicago. Directora teatral: Brigitte Thom.
337
Figura 3. Fausto 1985. Teatro de la Ópera de Viena. Director teatral: Carl Toms.
Figura 4. Fausto, 1995. Teatro de la Ópera de Ginebra. Director teatral: Robert Carsen.
338
Versiones de óperas estrenadas en el siglo XXI: 2004, 2008, 2011, 2012.
Figura 5. Fausto, 2004. Opera House-Covent Garden. Director teatral: Peter Katona.
339
Figura 7. Fausto, 2011. Ópera Nacional de París-La Bastilla. Director teatral: Jean-Louis
Martinoty.
Figura 8. Fausto, 2012. Metropolitan Opera de Nueva York. Director teatral: Des Mc
Anuff.
340
- Vestuario en Fausto
Versión de 1995. Reflejo de los siglos XIX y XX. El doctor está envejecido
con ropas negras hasta el suelo y el pelo con barba canosa. Después de su
transformación, ambos personajes fundamentales como el doctor y el diablo
vestirán traje de etiqueta. El acto II se llena de vestuario del siglo XIX: mujeres
341
con vestidos negros u oscuros y sombreros con lazadas, soldados de uniforme
con galones de infantería decimonónica… Margarita llevará un traje en tonos
crudos y la que realmente nos asombra es la puesta en escena de Marta: con
hábito de monja, un gran crucifijo colgado y una Biblia en la mano. En el acto
IV se introduce la capucha para la mujer que ha de tapar sus vergüenzas y sus
malos hechos. El vestuario no cambia durante el quinto acto, a excepción de
la dama que se pone un velo en su ascensión para otorgarlo un aire
inmaculado antes de morir.
Versión de 2004. Respeto al siglo XIX. Fausto se abriga con un batín rojo y
debajo lleva un traje marrón que luce tras su transformación. El pelo canoso,
unas gafas redondas y oscuras y el bastón son indicios de su vejez. Esta
versión es de las pocas que no opta por presentar al demonio vestido de
etiqueta: una capa larga y ropas anchas en tonos marrones y verdosos, así
como un sombrero con pluma, el pelo largo, negro y rizado, y la perilla. La
vestimenta del acto II nos confirma que nos debemos situar en el siglo XIX,
durante el romanticismo que ensalza y reivindica las libertades: corsé y
sombreros llamativos, uniformes acordes con su tiempo de lucha. La
introducción de trajes cabareteros tiene su origen en la segunda mitad del siglo
XIX, por lo que también podría ser un rasgo a tener en cuenta para ubicar la
cronología de la indumentaria de los personajes.
342
representación. Después de su transformación, Fausto joven se romperá una
camiseta dorada y ajustada a su cuerpo y vestirá también de etiqueta en lo
sucesivo con uso de terciopelo. Margarita, Marta, los soldados, las muchachas
y los demás personajes añaden vestimenta de finales del siglo XIX y de los
inicios del siglo XX. El predominio es un vestuario de todo el siglo XX. Hemos
de destacar el cambio de vestuario que sufre Margarita, de ser una dama
delicada en tonos crudos pasa a una camisa de fuerzas que la perturba hasta
que fallece. Del mismo modo, subrayamos el mismo hecho que ocurrió en la
versión de 1985: Mefistófeles viste como un obispo cuando sentencia a
Margarita.
343
Interpretaciones del vestuario en las distintas versiones analizadas:
Figura 1. 1975. Thèâtre National de l´Opèra de París. Director teatral: Jorge Lavelli.
344
Figura 3. 1985. Teatro de la Ópera de Viena. Director teatral: Carl Toms.
345
Figura 5. 2004. Opera House-Covent Garden. Director teatral: Peter Katona.
346
Figura 7. 2011. Ópera Nacional de París-La Bastilla. Director teatral: Jean-Louis
Martinoty.
Figura 8. 2012. Metropolitan Opera de Nueva York. Director teatral: Des Mc Anuff.
347
- Iluminación en Fausto
348
Versión de 2004. Cuidados escénicos en torno a la luz. Luces del cabaret, uso
de puntos de luz de faroles para decorar la calle y la luz eléctrica durante la
noche tras las ventanas para hacer más real el decorado. En las escenas de
los enamorados comprobamos el protagonismo de una luz azul, que atiende
al dramatismo y el intimismo. Contraste con respecto a los actos siguientes, el
acto IV y el acto V, donde la escena oscura es primordial para sacar fuera el
pecado de Margarita: la iglesia y la posterior prisión no invitan a iluminar en
exceso los acontecimientos o a los personajes. Existe una diferencia notoria
con respeto a versiones de finales del XX, aunque hemos de decir que la
versión de 1985 destaca por su minucioso estudio de la luz.
Versión de 2011. Se percibe que el siglo XXI está presente de principio a fin
en la puesta en escena de esta versión. Estanterías iluminadas por detrás con
luz de ambiente blanca que haga resaltar cada libro, efectos alusivos al
amanecer con recursos que difieren de versiones anteriores y dan naturalidad
a la escena. Continuamos con el empleo de la luz azul en la expectación y
tensión dramática. Cambios de color motivados por la simbología, por ejemplo,
las luces verdes cuando sale del foso la cama con el árbol de la vida o el foco
dorado sobre el crucifijo.
Versión de 2012. Se percibe que el siglo XXI está presente de principio a fin
en la puesta en escena de esta versión. Las proyecciones de los rostros de los
protagonistas implican que la luz se mantenga oscura para visualizar mejor y
crear el mismo espacio que un cine. Alternancia de colores según el significado
349
de la luz: coincide con otras versiones en aportar un tono azulado ante el
dramatismo y la tensión y dar claridad en momentos festivos o sin carga
emocional de los personajes principales. Recordemos que esta ópera se
representa en un laboratorio nuclear y que, debido al avance de la ciencia,
existe el uso de la luz como instrumento espectacular y sorprendente: los rayos
láser, las proyecciones de fondo con movimiento de nubes o grandes flores
rojas, el humo que deja notar un progreso mayor que el de finales del XX.
Prisión: Nos muestran a la mujer con el pelo corto y una camisa de fuerzas.
350
Puesta en escena de 1980
Prisión: Se escenifica con grandes paredes de piedra y una luz central que
proviene de un vano del techo.
351
ventanas. Unas escaleras comunican dos alturas del cuarto del doctor. Su
transformación se produce gracias a que el diablo extiende su capa negra y lo
tapa ante el público.
352
Noche de Walpurgis: No se representa.
353
quita su capa y viste traje de mujer con corona reluciente, siendo una
aristócrata más.
354
Muerte y salvación del alma de Margarita: A golpe de abanico del diablo,
Fausto sale corriendo y los demás cortesanos salen a ver el destino de la
dama: ella trata de escalar el muro de la condena mientras suena el órgano
iluminado de un blanco puro e inmaculado. Después, desde arriba,
Mefistófeles observa de nuevo a un Fausto envejecido. Margarita mira al cielo
y la multitud alza lirios blancos para su salvación.
355
cadenas gruesas, hasta que Fausto la desata y se queda en un camisón
insinuante de satén actual.
356
sin techar, como si fuese una enorme jaula. Gracias a un golpe mágico del
bastón del diablo, se abre la puerta de la prisión y Fausto la abraza, tratando
de convencer a su amada.
Muerte y salvación del alma de Margarita: Una vez que desaparece dicho
enrejado, vuelve la escalera como elemento escénico indispensable: Margarita
sube al cielo por su propio pie, por las escaleras de la salvación cristiana
situada al fondo del escenario. El lugar donde todo se había proyectado.
357
2.3. Richard Wagner: dramaturgo, compositor, libretista y director
de escena.
Richard Wagner vivió setenta años y dedicó solamente quince a la
composición musical, precisamente después de pasar por una crisis existencial
de juventud y percatarse de su conversión hacia un hombre plenamente
reflexivo. En cambio, esta etapa breve de su vida musical le sirvió para que le
adjudicasen el título de músico y compositor de óperas. Chamberlain (2015: 22-
24) se plantea una serie de preguntas interesantes para responderlas en nuestro
trabajo: ¿No podremos librarnos nunca de la ridícula manía de querer clasificarlo
todo? ¿Por qué no escoger una fórmula que esté por lo menos en armonía con
el aspecto más general de una profesión? ¿Por qué no se tiene en cuenta el
hecho capital de que, en toda la segunda mitad de la vida de Wagner, y a pesar
de las privaciones del destierro, no quiso escribir una ópera? ¿Y qué ocurrió más
tarde, cuando llegaron tiempos mejores y pudo finalmente poner en escena sus
grandes obras, cuidando cada detalle y, por el contrario, no se hizo cargo de la
dirección de orquesta?
358
menos al modo más próximo a su concepción. Continúa diciendo que Bayreuth
crea una inteligencia nueva entre Wagner y el público, y sus representaciones,
espaciadas y solemnes, como deben serlo todas las manifestaciones de un
orden superior, ejercen un interés particular, independientemente de los posibles
errores de ejecución.
Hay autores que ven un paralelismo entre Giuseppe Verdi y Richard Wagner
en el transcurso de la evolución del género operístico, sin embargo, las
similitudes, que las fundamentan en el afán de ambos compositores por la
invención de un nuevo drama que coordine la música y el drama, se distancian
en un sentido muy notorio: Wagner escribe sus libretos inspirado por la mitología
germánica y Verdi encomienda la elaboración de los libretos orientados a partir
de la literatura modélica -siente devoción por los dramas de Shakespeare- y la
historia.23 De acuerdo con Ignacio García (2013: 28), las últimas creaciones
wagnerianas fueron las que ayudaron a erigir el templo dramático del compositor,
sin olvidar el apoyo de Luis II de Baviera al respecto. Innovó en la ubicación del
foso de orquesta bajo el escenario, con la intención de dar al público una
sensación acústica más envolvente, sin olvidar, al mismo tiempo, la
compensación entre las voces y el mayor número de integrantes en su orquesta.
Igualmente innovó de nuevo en otro aspecto determinante en los siglos
posteriores; Wagner fue el primer compositor operístico que hizo uso de la
iluminación y el primero en apagar la sala. Estas necesidades las incorporó como
consecuencia de su implicación en los ensayos tanto musicales como teatrales
y la puesta en escena acabó teniendo su ansiada naturaleza integral tan peleada
en sus ensayos, que analizaremos en los siguientes epígrafes.
23 GARCÍA, Ignacio: “Verdi y Wagner, dos vidas paralelas para una misma revolución”, en
monográfico de la Revista de la Asociación de directores de escena de España dedicado a Verdi
y Wagner, Madrid: ADE Teatro, 2013, pp. 10-38. Sugiere una continua comparación entre ambos
compositores, aunque perciba diferencias evidentes entre ellos. Su artículo nos conduce a
corroborar la preocupación existente por localizar el origen del cambio dramático en la ópera.
Verdi fue uno de los más influyentes compositores italianos del s. XIX y consiguió prestar sus
esfuerzos con tal de ofrecernos avances importantes en la puesta en escena, aunque equipararlo
a Wagner consideramos que podría equivocarnos en varios conceptos claves: el equilibrio entre
la música, el drama, el público, la composición y la elaboración del texto dramático-lírico. Todos
estos conceptos son una adición muy coordinada que nos facilita esa obra de arte total que sólo
el dramaturgo alemán supo dejarnos.
359
su actitud colosal en la duración de sus dramas líricos -un argumento
inconsistente- o para encumbrarlo como el único que supo realizar óperas sobre
un todo artístico ordenado -aunque no se dejase de atender a los compositores
anteriores, coetáneos y posteriores que aportan nociones teóricas e históricas a
este género y hacen conmover al público actual-. Las temporadas de hoy no
siguen mezclando el bel canto con los dramas wagnerianos, las óperas del s. XX
de Britten y las representaciones de compositores actuales. De este modo, la
temporada 2016-2017 del Teatro Real de Madrid es buen ejemplo de lo que
acabamos de describir y, posteriormente, lo comprobaremos en un apartado de
esta investigación que lleva a cabo una organización de datos que atañen al
público y a la demanda escénica y musical.
360
consideran que la coherencia no era la principal virtud de Richard Wagner
(Gavilán, 2013: 21).
24WAGNER, Richard: Opera y drama, Madrid: Akal, 2013, pp. 5-18. Información escogida del
prólogo de este ensayo elaborado por Miguel Ángel González Barrio. La traducción del texto
corresponde a Ángel Fernando Mayo Antoñanzas y se considera excelente por tratarse de un
texto complicado, siendo única en castellano. Entre otros motivos porque su traductor es el mayor
erudito wagneriano que ha dado el mundo hispánico. Fue publicada en 1997 por la Asociación
Sevillana de Amigos de la ópera y el Centro de las Artes Escénicas, dependiente de la Junta de
Andalucía.
361
Llegados a este punto, cabe afirmar que Wagner tuvo una imperturbable
imaginación poética donde el pensamiento y la palabra se funden con la música,
para ello ha de elaborar a lo largo de su vida extensas meditaciones que son los
ensayos y las cartas en donde refleja sus ideas acertadas acerca de la evolución
histórica de la ópera y los cambios que ha de ofrecer en un futuro por ser un
drama hecho con palabras y sonidos armoniosos.
En 1848 quiso dar una definición teórica clara exponiendo que la música
expresa únicamente emociones y sentimientos, el lenguaje hablado ha quedado
reducido a la representación del entendimiento sin ofrecerle un espacio al
sentimiento. Pero el lenguaje musical no sabría conseguir por sí mismo la causa
precisa de la emoción y del sentimiento porque la potencia expresiva del lenguaje
musical requiere de una facultad que solamente puede darle el lenguaje hablado
y es la exacta significación a través de un sentimiento particular y personal. A
pesar de ello, la alianza de la música y de la poesía daría buen resultado si el
lenguaje musical toma como punto de unión el lenguaje hablado y el arte musical
considere a la palabra como un arte análogo como él (Wagner, 1879: 150).
362
El arte es la actividad más elevada del hombre, del hombre dueño de todos sus
sentidos y en armonía consigo mismo y con la naturaleza, del hombre capaz de
sacar del mundo de los sentidos la mayor alegría, así como el instrumento del
arte, pues sólo del mundo de los sentidos puede nacer la voluntad de crear las
obras de arte. (Wagner, 2013: 30).
Tras estas palabras venía su crítica añadida hacia el cristianismo, puesto
que pensaba que coartaba las libertades de expresión y no ayudaba a que la
belleza de la creación sea admirada por los cinco sentidos. Según Wagner, la
inspiración en el mundo cristiano era opaca porque no dejaba que los sentidos
emergiesen y se desarrollasen sin ataduras en el individuo.
363
se veía su participación como un honor en un acto de cultura y belleza. En
contraposición a este hecho, el hombre proletario moderno no llega a la
obtención de tanta dote y se han de intentar combinar varias artes para conseguir
esa obra de arte total, sin caer en pagos y contratos como única muestra de
interés. De este modo, Wagner establece una diferenciación entre el artista y el
artesano, pues el artista disfruta con el proceso de la creación, la modelación y
la definición de una obra y el artesano tiene como finalidad la utilidad y el
beneficio de dicha obra de arte. Los griegos no serían artesanos, porque el
tiempo que ahora ocupa toda nuestra vida pública y privada no les parecía
merecedora de la atención permanente. El arte sigue siendo lo que es, aunque
no hay conciencia pública de lo bello, sino que existe una conciencia de cada
individuo y no se trabaja pensando en un bien común para la historia ni para la
sociedad.
Así es, precisamente el teatro debería ser la primera institución en ser liberada,
porque el teatro es la institución artística más completa e influyente, y mientras
el hombre no esté en condiciones de ejercer libremente la actividad más noble,
la artística, no podrá esperar ser libre e independiente en ámbitos menos
elevados (Wagner, 2013: 59).
En último lugar, se dirige a los lectores de Arte y revolución para que se
unan con el propósito de crear la obra de arte basada en la libertad, sin
especulación industrial. La obra de arte que siembra frutos es una utopía difícil
364
de convertirse en un hecho realizable a pesar de sus esfuerzos. Hoy en día,
hemos superado la primera década del siglo XXI y no se ha logrado desvincular
a las grandes potencias económicas del arreglo de teatros, de la elección de
carteleras y que su único fin sea darle al público el arte global o la belleza por la
belleza. Estamos sujetos a un capitalismo que no nos permite establecer una
separación radical como la que Wagner quería. Sin embargo, sufrimos las
consecuencias de sus avisos en este primer tratado: la innovación escénica, la
apuesta por una cartelera o la elección de una compañía a veces depende de la
moda, del dinero y del poder. E inevitablemente, con sus aciertos y sus errores,
Wagner ha sabido adelantarse a lo que sucede en nuestro tiempo y ha sido
capaz de detectar el problema principal que afecta a la ópera como
Gesamtkunstwerk u obra de arte total. La capacidad dramática ha cambiado y
se atiende a la representación como un conjunto de factores que tienen que estar
en armonía, sin pensar más en la música y el drama sin ligazón real. Este hecho
es gracias a dramaturgos como Wagner, que supo reaccionar porque no quiso
reparar una Antigua Grecia ni copiar manifestaciones artísticas existentes.
Wagner tuvo la pretensión de que la sociedad se desarrollase humana, hermosa
y noble al amparo de revoluciones sociales que se fundamentasen en un punto
de vista artístico. Por ello, las representaciones teatrales deberían pensar en la
colectividad y en el goce del individuo.
365
Wagner titula la primera parte de Ópera y drama como “La ópera y la
esencia de la música”, para hacer una evaluación de la historia de la ópera desde
el s. XVIII y destacar una conclusión. La ópera, hasta la fecha, ha sido un error
histórico que solo lleva a la destrucción porque “un medio de la expresión (la
música) se ha convertido en el fin, y el fin de la expresión (el drama) se ha
convertido en el medio”. Estas palabras podrían encabezar cualquier trabajo
sobre Wagner puesto que son la base de este ensayo principal en su totalidad.
366
solitario y se debía a la música que le encargaba Da Ponte para sus textos, al
que Wagner (2013: 83) califica con negatividad:
Y así, precisamente el más absoluto de todos los músicos, Mozart, hubiera sido
aquel que nos habría resuelto hace ya tiempo el problema de la ópera, esto es,
el que habría ayudado justamente el poeta al que él hubiera podido
sencillamente ayudar como músico. Pero el poeta no vino a su encuentro: sólo
un aburrido pedante o un frívolo y despabilado hacedor de textos operísticos le
presentaron sus arias, duetos y conjuntos para que los compusiera, y él les puso
música, según el calor que podían despertar en su ánimo, de modo que
recibieron siempre la expresión más conveniente a lo que podían suscitar de
acuerdo con su contenido.
Así Mozart había evidenciado tan sólo la inagotable facultad de la música para
responder con increíble plenitud a toda exigencia del poeta a su capacidad de
expresión (…).
El siguiente en este repaso histórico para ver los factores que han
perjudicado a la evolución de la ópera es Rossini. Wagner (2013: 87) escribe que
fijaba su atención en la ópera francesa seria o la llamada ópera dramática, en la
ópera italiana autóctona y en la ópera de los herederos de Mozart y todo le
parecía mortificado sin su concepto de “melodía”, una melodía a secas que tenía
que ser por fuerza del gusto de los que podían permitirse escucharle:
Cuando afirmaba que le sería fácil hacer olvidar las óperas de sus más grandes
predecesores, incluso Don Juan de Mozart, y en verdad sencillamente porque
compondría el mismo asunto a su manera, en esto no se expresaba en modo
alguno una arrogancia, sino el seguro instinto de lo que el público pedía
realmente a la ópera. De hecho, nuestros idólatras de la música habrían tenido
que contemplar la aparición de un Don Juan rossiniano sólo como una afrenta
total a ellos (…) Pues ésta es la auténtica salida que Rossini dio a la cuestión de
la ópera: recurrió por entero al público, hizo de este público, con sus deseos e
inclinación, el verdadero autor de la ópera”.
En consecuencia, según Wagner, la historia de la ópera desde Rossini no
es en el fondo otra cosa que la historia de la “melodía de ópera” y había distraído
al compositor en la búsqueda del contenido dramático del aria y del intento de
darle un significado dramático. También un músico alemán fue atraído por la
transformación de la melodía. Wagner expone cómo la nueva melodía de Karl
Maria von Weber provocó que el pretexto del drama hallase su realización por
medio de esta melodía. Opina Wagner que si Weber, tras buscar la melodía
perfecta, retornó al pueblo y encontró en el factor popular la cualidad de la pasión
ingenua sin restricciones, se debería informar a los compositores de ópera para
que atendiesen a esta premisa. Muy al contrario, Weber estaba inspirado por la
pura melodía tomada del espíritu popular, pero no alcanzó los logros de
367
Meyerbeer, su discípulo judío. El secreto de la música operística de Meyerbeer
estaba en un nombre: el efecto. Su música produce la sensación irremediable y
placentera, un efecto sin causa. Aunque este aspecto efectual se consigue, a los
ojos de Wagner, gracias a la música más exterior o a esa capacidad de expresión
que la ópera ha buscado desde siempre con el objetivo de hacerse más
independiente. Wagner no se propuso hacer una crítica de las óperas de
Meyerbeer, porque su pretensión era mostrar solamente la esencia de la ópera
actual y los problemas que se deben solventar tras este repaso histórico.
Aria Melodía
368
actividad de los autores mencionados arriba. Beethoven fue su fuente de
inspiración y uno de sus motivos para regenerar la ópera.
369
Entre otros esfuerzos de modernización, el artista alemán apostaba por
escribir dramas literarios destinados para la lectura muda o se dedicó a realizar
la configuración del drama, tomando como base la unidad aristotélica. Wagner
cita la obra por extenso de dos dramaturgos modernos: Goethe y Schiller. El
primer dramaturgo, referenciado y estudiado en esta investigación, eligió para
sus dramas temas novelescos que atañen a la burguesía con la limitación
evidente de representar una acción limitada privada de plena libertad o de
interiorización independiente, aunque era muy afable y atractiva para el público.
Wagner hace un repaso por las mitologías y pone ejemplos como los
casos de Edipo, Sigfrido y la simbología de la muerte cristiana para que los
lectores, de su tiempo presente y nosotros en la actualidad, podamos dilucidar
370
que seguimos ahondando en ese pensamiento común del pueblo sobre aquellos
fenómenos que ocurren y a los que tratamos de darle una explicación que
nuestros sentidos sean capaces de descubrir. Piensa que el arte, según su
significado, no es más que la satisfacción del deseo de reconocerse a sí mismo
en la representación de un objeto admirado o amado, de reencontrarse con
fenómenos del mundo exterior dirigidos por ese mundo de la representación.
Por este y otros motivos, solamente el drama como obra de arte más
perfecta puede expresar la concepción del hombre experimentado, en el que
predomina y se pondera el sentimiento para llegar al entendimiento.
De ahí que una acción pueda ser explicada en el drama sólo si está
plenamente ante el sentimiento y la tarea del poeta dramático no es, en
consecuencia, inventar acciones, sino hacer comprensible una acción por
la necesidad del sentimiento (…). Por consiguiente, el poeta ha de poner
su atención en la elección de la acción, que él tiene que elegir de manera
que, tanto según su carácter como por su extensión, le permita justificar
enteramente por el sentimiento; pues esta justificación descansa
exclusivamente el logro de su propósito (Wagner, 2013:171-172).
Los autores citados por el interés que suscitan para Wagner en este
repaso histórico o casuístico del teatro son:
Drama griego
Shakespeare
Goethe/Schiller
371
La última parte de ese ensayo lleva por título “La poesía y la música en el
drama del porvenir”, porque este drama del futuro es una síntesis de la poesía y
de la música.
Lo que ocurrió significó mucho más que una simple sincronía entre la
melodía y el verso, pues, al subordinarse la primera al segundo, aconteció que
se representase la mentira y la fealdad con mayor expresividad sin que se
entendiese el contenido en determinadas situaciones, además de privarse de
una canalización de la belleza sensible a la que debía aspirarse según expresa
de forma reiterada.
372
- Ni el coro ni los personajes se deben emplear como cuerpo sonoro
musical para hacer perceptibles las condiciones sonoras de la melodía.
- La orquesta es el pensamiento realizado de la armonía en su más alta y
viva movilidad.
- Ha de regularse el timbre en esa orquesta musical.
- La orquesta tiene que hacer primero apreciable el sonido y después la
melodía, así como la ejecución del cantante debe estar condicionada por
la armonía.
- La voz humana se mezclaba con el acompañamiento orquestal, pero
provocó una desproporción entre ambas formas artísticas.
- La orquesta posee una aplastante capacidad lingüística y determinadas
creacciones artísticas nos lo han evidenciado: las sinfonías de Beethoven.
- Tiene que corregirse el gesto del cuerpo en la expresividad de la ejecución
orquestal. De este modo, se logrará la acertada expresión de sentimientos
que Wagner (2013: 230) siempre busca, puesto que el “gesto y melodía
de orquesta forman un todo inteligible en sí, como lo es por sí la melodía
sonora verbal”.
373
situación a otra desde el siglo XVIII hasta hoy. Nos estamos refiriendo a cómo la
toma de testigos se invierte entre lo que Wagner denomina poeta y músico:
A partir de este ejemplo, podremos ver congruente que Wagner (2013: 250)
expusiese, para culminar Ópera y drama, que el poeta y el músico son
imaginables como dos personas, aunque si reconocemos estas dos artes en un
mismo ser, llegaremos a percibir la razón por la cual hoy algunos compositores
musicales son también dramaturgos o libretistas en la ópera: sólo el individuo
aislado puede acoger en sí el espíritu de la comunidad y cultivarlo y desarrollarlo
según sus fuerzas.
374
escena, en sus composiciones musicales y, sobre todo, en la elaboración de una
ópera. La ópera no deja de ser un compendio cultural en el que fluyen con orden
casi todas las manifestaciones artísticas. Por ello, una obra de arte total empezó
a defenderse a partir del siglo XIX, gracias a un controvertido autor dramático y
músico como lo fue Richard Wagner.
375
Además de este cantar del medievo, el dramaturgo se apoyó en fuentes
escandinavas y, en especial, en la “Poética Edda” (Vieja), la Völsunga Saga y la
“Prosa Edda” (Nueva), de Snorri Sturluson, compiladas probablemente en
Islandia en la primera mitad del siglo XIII. También debemos anotar Thidreks
Saga af Bern, que es una obra narrativa escrita en prosa en Escandinavia entre
1260 y 1270.
• Los dioses Wotan, Donner, Froh y Loge. Las diosas Fricka, Freia y Erda.
376
• Los nibelungos Alberich y Mime.
• Los gigantes Fasolt y Fafner.
• Las hijas del Rin o las ondinas Woglinde, Wellgunde y Flosshilde.
377
agua a la cima de la tierra, para adentrarnos en las intrigas que plantean los
dioses. Wotan es reprendido por su esposa Fricka a causa de que ha dejado que
Freia, hermana de Fricka, haya sido ofrecida como recaudo a los gigantes que
han ayudado a construir el castillo de los dioses. El conflicto y el enredo se
originan por esta causa sumada a que, en la escena anterior, el oro ha sido
robado por el nibelungo Alberich. Así, mientras Freia pide auxilio a los demás
dioses para que la rescaten, el matrimonio divino tiene un enfrentamiento verbal
por la tensión dramática que se suscita. Los gigantes Fasolt y Fafner están
obstinados en exigir su único salario que es la diosa Freia: “la custodia de
Freia/nos sirve de poco, / pero importa mucho/ arrancársela a los dioses.” Quien
podía resolver este asunto era Loge, que aparece ante la espera de Wotan y su
esposa. Este dios calma a Donner, que quiere emplear su martillo contra los
gigantes, y los impulsos de Froh por proteger a Freia. Nada debería ser
equiparable a la delicia de una mujer para darle fuerza a un hombre. Loge se
replantea qué ha podido pasar para que, tras su indagación, Alberich haya
renunciado al amor verdadero y haya robado el oro que custodiaban las ondinas
del Rin, aclarando que el oro servirá para elaborar el anillo que posee el poder
supremo que no tiene ningún castillo ni fortaleza por mucho que Wotan se
empeñe en ello. Loge le sugiere a Wotan que haga exactamente lo mismo que
hizo el nibelungo, por lo tanto, no debe dudar en el robo de lo que anteriormente
ha sido robado y luego devolverlo a las hijas del Rin. Los gigantes, al escuchar
esta conversación, le piden a Wotan el oro a cambio de Freia:
FAFNER:
¡Lleváosla
lejos de aquí!
Volveremos;
Pero, sí volvemos,
378
FASOLT:
La última escena del prólogo de El oro del Rin nos vuelve a ubicar en una
zona abierta de la alta montaña, donde los dioses portan a Alberich maniatado.
El nibelungo da sus tesoros a los dioses y queda liberado. Wotan se llena de
379
poder al sentir la posesión del anillo y del yelmo, aunque poco tiempo perdura el
poder porque los gigantes vuelven exigiendo el mismo tesoro que Alberich ha
dado a los dioses a cambio de la liberación definitiva de Freia. Quien convence
a Wotan para deshacerse de su apreciado anillo es Erda, y ella nos anticipa cuál
es la importancia del anillo y del futuro con él:
ERDA
cómo será,
Un día oscuro
Freia Freia
380
Fricka
Wotan Loge
Los tres triángulos que suscitan conflictos y enredos se erigen por causas
familiares en el primer caso, de ambición y poder en el segundo caso y por hacer
justicia divina y el afán de ambición, igualmente, en el tercer caso.
381
dioses Wotan y Loge, pues el primero acaba siendo engañado por los segundos
tras conocer qué ofrecía el yelmo mágico y cómo se comportaba el rey de los
nibelungos con sus sirvientes gracias al testimonio de Mime. Insistimos en la idea
de que no solamente es el amor el que ayuda a elaborar triángulos actanciales
y hemos de valorar que los enredos que complican la trama sean de otra índole
más allá de los temas amorosos.
Alberich
Wotan/Loge Mime
Freia
Fafner Fasolt
382
Escena cuarta: Zona abierta en la alta montaña.
Los tres lugares donde nos sitúan a los dioses, a los nibelungos, hijas del
Rin y gigantes son adecuados a la lógica que debe corresponderle. A las hijas
de Rin las coloca en un ambiente de agua y placer en la escena primera; a los
dioses en lo alto de la montaña donde Wotan está erigiendo su castillo poderoso
y sagrado en la segunda escena; a los nibelungos en el inframundo de la caverna
subterránea en la escena tercera y a los gigantes usurpando lo alto de la
montaña donde el Walhalla será el hábitat de los dioses con poder en la escena
cuarta.
2. Acotaciones y apartes.
383
2.1. Los espacios.
- En el fondo del Rin (escena I)
- Verdeante amanecer, más claro hacia arriba, más oscuro hacia abajo.
La altura está cubierta de ondas que fluyen constantemente de derecha
a izquierda. Hacia el fondo la corriente se diluye en una húmeda niebla
cada vez más tenue, que se extiende sobre el piso en penumbra, de
manera que el espacio parece estar, desde el suelo hasta la altura del
hombre, totalmente libre de agua, la cual se desliza sobre el fondo
nocturno como masas de nubes. Por todas partes se elevan agudos
peñascos que limitan el escenario; el piso forma un tortuoso y agrietado
laberinto, de manera que en ninguna parte aparece firme y despejado, y
en todas direcciones permite adivinar, en las más densas tinieblas,
gargantas y pasos más hondos. Describiendo círculos alrededor de un
peñasco que, en el centro del escenario, se eleva con su fino pico hasta
la región por donde fluye la más densa y creciente corriente de agua, nada
con graciosos movimientos una de las hijas del Rin. Constante ondular
de las aguas (preludio y escena I)
- A través de la corriente penetra un resplandor cada vez más luminoso, y
una mágica luz dorada brilla a través de las aguas (preludio y escena I).
- Collado en lo alto de una montaña (escena II)
- El día rompiente ilumina con creciente claridad una fortaleza coronada
de centelleantes almenas, que se yergue en el foro sobre una cumbre
rocosa. Entre ésta y el proscenio se adivina un profundo valle por el que
corre el Rin. Wotan y Fricka, durmiendo. La fortaleza se ha hecho
totalmente visible. Fricka despierta: sus ojos se posan en la fortaleza
(escena II)
- El vapor sulfuroso se oscurece hasta trocarse en un negro nubarrón,
que se mueve de abajo arriba, y después se transforma en una sólida y
tenebrosa sima rocosa, que también se mueve siempre hacia arriba, de
manera que parece como si la escena se hundiera cada vez más
profundamente en la tierra. Por distintos lados titilea a los lejos un
resplandor rojoscuro: se hace perceptible por todas partes un estrépito
creciente, como de herreros. Se pierde el golpear de los yunques. Se hace
384
reconocible una inmensa gruta subterránea que parece desembocar por
todas partes en angostos pasadizos (escena II)
- Nibelheim (escena III)
- Collado en las cumbres montañosas (escena IV)
- Entre la niebla cada más dispersada aparecen Donner, Froh y Fricka que
se apresuran a llegar al proscenio. El proscenio se ha vuelto a aclarar
completamente; gracias a la luz el aspecto de los dioses recupera el
primitivo frescor: sin embargo, sobre el foro flota todavía el celaje de
niebla, de manera que la lejana fortaleza permanece invisible. Entran
Fasolt y Fafner, llevando a Freia entre ellos (escena IV).
385
Alberich ha aparecido por una de las oscuras grietas y ha trepado
penosamente a una roca. Allí se detiene, todavía envuelto en tinieblas,
y sigue el juego de las hijas del Rin con creciente placer (preludio y escena
I)
- Las muchachas interrumpen el juego al oír la voz de Alberich (preludio
y escena I)
- Se sumergen más hondo y reconocen al nibelungo. Las otras dos la
siguen y todas se reúnen rápidamente alrededor del peñasco central.
(preludio y escena I)
- [Woglinde] Desciende hasta la punta del peñasco, a cuya base ha llegado
Alberich (preludio y escena I)
- Alberich trepa con agilidad de duende hacia la punta del peñasco,
pero deteniéndose repetidas veces (preludio y escena I)
- [Alberich] Intenta abrazarla. Rascándose la cabeza. Se dispone a trepar
en su busca (preludio y escena I)
- [Wellgunde] Ha descendido hasta una roca más honda en el otro lateral
(preludio y escena I)
- [Alberich] Mientras corre a trepar en dirección a Wellgunde (preludio y
escena I)
- [Alberich] Increpando a Woglinde lleno de ira (preludio y escena I)
- [Woglinde y Wellgunde] Han bajado cerca nadando, y ahora ríen.
- [Alberich] Estremeciéndose asustado (preludio y escena I)
- [Flosshilde] Nada hacia arriba rápidamente con sus hermanas (preludio y
escena I)
- Nadan por separado de aquí para allá, ahora más abajo, luego más arriba,
provocando a Alberich para que intente darles caza (preludio y escena
I)
- [Alberich] Emprende una persecución haciendo un esfuerzo desesperado:
con terrible agilidad trepa de peñasco en peñasco, salta del uno al otro,
trata de alcanzar primero a ésta, después a aquélla de las muchachas,
que siempre le esquivan con alegres gritos. Tropieza, rueda hasta el
fondo y vuelve a trepar veloz, para reemprender la caza. Las ondinas
descienden un poco, y casi las alcanza; pero vuelve a tropezar, y otra vez
repite el intento… Alberich se detiene por fin sin aliento, echando
386
espumarajos de rabia, y levanta el puño extendido hacia las muchachas.
Permanece así mudo de rabia, mirando hacia arriba, y en esta posición
seguirá, fascinado de repente por el acontecer escénico. A través de la
corriente, viniendo de arriba abajo, se ha abierto paso una claridad cada
vez más intensa, que poco a poco enciende en un punto alto del peñasco
central un deslumbrador fulgor de oro; una mágica luz áurea rompe desde
aquí a través de las aguas (preludio y escena I)
- Las muchachas nadan dando vueltas alrededor de la roca con un gozo
cada vez más travieso. Toda la corriente brilla con áureo fulgor (preludio
y escena I)
- [Alberich] Cuyos ojos, fascinados por el resplandor, está clavados en el
oro (preludio y escena I)
- [Alberich] Salta salvajemente hacia el peñasco central y trepa con
espantosa celeridad hacia su partida. Las muchachas se separan
chillando y nadan en distintas direcciones (preludio y escena I)
- [Alberich] Arranca el oro al peñasco con espantosa violencia y corre
veloz con él al fondo, donde desaparece enseguida. Densa noche se
extiende de improviso por todas partes. Las muchachas se sumergen
rápidamente en persecución del ladrón (preludio y escena I)
- La corriente desciende con ellas hacia el fondo. Viniendo de lo más hondo
del abismo, se oye la sarcástica risa de Alberich. Los peñascos se
desvanecen entre densas tinieblas; todo el escenario está invadido de
arriba abajo por negras olas, que durante algún tiempo parecen
descender cada vez más. Poco a poco las ondas se han transformado
en una nubosidad que, a medida que aumenta la iluminación
crepuscular, se clarea en fina niebla. Cuando la niebla, formando
graciosas nubecillas, se pierde completamente por lo alto, se hace visible
a la luz del amanecer un collado en las cumbres montañosas. Wotan y a
su lado Fricka, ambos durmiendo, yacen en un lateral sobre el florido
suelo (preludio y escena I)
- Wotan despierta y se incorpora un poco; su mirada es atraída
inmediatamente por la visión de la fortaleza (escena II)
- [Fricka] Mirando con agustiada expectación hacia la escena (escena II)
- [Freia] Entra como en veloz huida (escena II)
387
- Entran Fasolt y Fafner, ambos con figura de gigantes, armados con
fuertes estacas (escena II)
- [Fasolt] Señalando hacia la fortaleza. Profundamente aturdido, se queda
sin habla unos instantes (escena II)
- Fafner y Fasolt se acercan a Freia. Froh y Donner entran
apresuradamente (escena II)
- [Donner] Situándose delante de los gigantes. Blande el martillo (escena
II)
- [Wotan] Extendiendo su lanza entre los contendientes (escena II)
- [Loge] Ha ascendido hasta el foro, viniendo del valle (escena II)
- Donner se va hacia Loge (escena II)
- [Wotan] Interponiéndose. Se vuelve rápido y apremiante a Loge (escena
II)
- Todos escuchan con sorpresa y dispar perplejidad. Sentimientos
entremezclados. Intensa agitación de todos (escena II)
- Wotan permanece mudo en lucha consigo mismo; los restantes dioses le
miran con silenciosa expectación. Mientras tanto, Fafner consulta con
Fasolt (escena II)
- Los gestos de Fasolt revelan que se siente persuadido contra su voluntad.
Fafner avanza de nuevo con Fasolt hacia Wotan (escena II)
- Fasolt agarra de improviso a Freia y la lleva hacia el lateral con la ayuda
de Fafner (escena II)
- Freia es llevada fuera por los gigantes, que escapan rápidamente (escena
II)
- Una niebla amarillenta llena con creciente densidad el escenario;
envueltos en ella, los dioses adquieren un aspecto cada vez más pálido y
avejentado. Todos están mirando, asustados y expectantes, a Wotan, que
clava pensativamente la vista en el suelo (escena II)
- [Loge] Se adelanta y desaparece por una sima lateral, de la que surge
inmediatamente un vapor azufroso (escena II)
- [Wotan] Desciende por la sima detrás de Loge. El vapor sulfuroso
proveniente de ella se extiende por todo el escenario y lo llena
rápidamente de espesos nubarrones. Fricka, Froh y Donner se tornan
invisibles (escena II).
388
- Viniendo de una galería lateral, Alberich trae agarrado por las orejas al
chillón Mime (escena II)
- [Alberich] Quiere agarrarle de nuevo por las orejas; del susto, Mime deja
caer un tejido de malla metálica convulsamente en las manos. Alberich
lo recoge ligero y lo examina detenidamente (escena III)
- La columna de niebla desaparece por el foro: se oye cada vez más lejos
la furiosa llegada de Alberich entre los enanos. Mime se retuerce de dolor,
tendido en el suelo. Wotan y Loge se dejan desde un pasadizo (escena
II)
- Alberich, que se ha quitado de la cabeza el Tarnhelm y lo ha colgado del
cinto, viene empujando delante de sí a golpes de látigo, desde los
pasadizos más profundos, un tropel de nibelungos: éstos están cargados
con joyas de oro y plata que, bajo el permanente apremio de Alberich,
amontonan en forma de tesoro (escena III, acto I)
- [Alberich] De repente descubre a Wotan y a Loge. Empuja a Mime a
latigazos al montón de nibelungos. Extrae de su dedo el anillo, lo besa
y lo tiende amenazante (escena III)
- Entre gritos y gemidos se dispersan los nibelungos -entre ellos Mime- y
se deslizan en todas las direcciones en las minas (escena III)
- [Alberich] Se pone el yelmo. Desaparece inmediatamente. En su lugar,
repta por el suelo una monstruosa y gigantesca serpiente, que se
endereza y alarga las abiertas fauces hacia Wotan y Loge (escena III)
- La serpiente desaparece; inmediatamente se hace visible en su lugar
Alberich de nuevo en su verdadera figura (escena III)
- [Alberich] Se pone el yelmo. Desaparece: los dioses descubren entre las
piedras un sapo que se arrastra hacia ellos (escena III)
- Wotan pone su pie encima del sapo: Loge lo agarra por la cabeza y
sostiene en la mano el Tarnhelm (escena III)
- Alberich ha vuelto a hacerse visible de repente en su verdadera
figura, como si se debatiera bajo el pie de Wotan. Loge le ata los pies y
las manos con una tira de papel (escena III)
- La vista está cubierta de pálida niebla como al final de la segunda escena.
Wotan y Loge aparecen por la sima, trayendo consigo a atado Alberich
(escena IV)
389
- [Alberich] Le indica, castañeando los dedos, la naturaleza del rescate
(escena IV)
- Loge le deshace los nudos de la mano derecha. Alberich roza el anillo
con los labios y murmura en secreto una orden (escena IV)
- Los nibelungos suben por la sima, cargados con las joyas del tesoro.
Durante lo siguiente, los nibelungos lo irán amontonando (escena IV)
- [Alberich] Besa su anillo y lo muestra imperiosamente. Como
alcanzados por un golpe, los nibelungos, asustados y temblorosos, se
empujan hacia la sima, por la que se deslizan abajo rápidamente (escena
IV)
- [Loge] Arrojando el Tarnhelm encima del tesoro (escena IV)
- [Wotan] Agarra a Alberich y le arranca del dedo el anillo con enorme
violencia (escena IV)
- [Alberich] Furioso. Desaparece rápidamente de la sima. Se aclara poco
a poco el denso vapor neblinoso del proscenio. Aumenta la claridad
(escena IV)
- [Fricka] Corre en dirección a su hermana (escena IV).
- Freia es colocada por los gigantes en el centro de la escena. Después,
clavan en el suelo sus estacas a ambos costados de Freia, de manera
que miden una altura y una anchura iguales a su figura (escena IV).
- [Fasolt] Se acerca y fisga a través del tesoro (escena IV)
- Fafner detiene aún al impaciente Fasolt; todos están confusos. Wotan se
vuelve, enojado, hacia el lateral. El escenario se ha oscurecido de nuevo.
De la sima lateral brota un resplandor azulado: en él se hace visible de
repente Erda, que surge de las profundidades sólo de la cabeza a la
cintura; su figura es noble, cercada de largos cabellos negros (escena IV).
- [Erda] Extendiendo la mano hacia Wotan, advirtiéndole (escena IV).
- Erda se hunde lentamente hasta el pecho mientras el resplandor azulado
empieza a oscurecerse. Desaparece del todo (escena IV).
- Wotan quiere entrar en la sima tras la desaparecida Erda, para detenerla;
Froh y Fricka se interponen, y lo retienen (escena IV).
- Todos miran expectantes a Wotan; éste, volviendo de su profundo
ensimismamiento, ase su lanza y la mueve como en señal de una valiente
decisión (escena IV).
390
- Arroja el anillo en medio del tesoro. Los gigantes sueltan a Freia:
ésta corre alegremente hacia los dioses, que la acarician largo rato uno
tras otro con gran alegría. Al mismo tiempo Fafner ha extendido un
enorme saco y se lanza sobre el tesoro, para meterlo en él (escena IV).
- [Fasolt] Se lanza sobre Fafner, que ha estado ensacando sin darse tregua.
Echa mano al anillo: los dos luchan (escena IV).
- Fasolt arrebata a Fafner el anillo (escena IV).
- [Fafner] Derriba por tierra a Fasolt de un golpe; después, arrebata
rápidamente el anillo al moribundo (escena IV).
- [Fafner] Mete el anillo en el saco y recoge pausadamente todo el tesoro.
Los dioses están espantados: solemne silencio (escena IV).
- Donner sube a un alto peñasco en la ladera del valle y gira allí su martillo
durante lo que sigue, la niebla va adensándose a su alrededor (escena
IV)
- Donner desaparece totalmente envuelto en una nube tormentosa
cada vez más negra. Se oye el pesado golpe del martillo de Donner contra
una peña. Un vívido relámpago atraviesa la nube; sigue un violento
trueno. Froh ha desaparecido también en la nubosidad (escena IV)
- De improviso se disipa la nube; Donner y Froh se hacen visible: con
cegador brillo, desde sus pies se tiende un arco iris que forma un puente
sobre el valle hasta la fortaleza, la cual reluce ahora iluminada por el sol
poniente. Durante el conjuro de la tormenta por Donner, Fafner ha
abandonado el escenario con el descomunal saco a las espaldas,
después de haber estado recogiendo todo el tesoro junto al cadáver de
su hermano (escena IV).
- Froh, que con la mano extendida va indicando al puente el camino
sobre el valle, a los dioses (escena IV).
- [Wotan] Toma a Fricka de la mano y avanza lentamente hacia el
puente; le siguen Froh, Freia y Donner (escena IV).
- [Loge] Permaneciendo en el proscenio y observando a los dioses. Se
dirige a cerrar el cortejo de los dioses con actitud indolente (escena IV).
- Mientras los dioses avanzan por el puente hacia la fortaleza, cae el telón
(escena IV)
391
II. Pragmática y Semántica.
1. En la época de estreno.
392
DESENLACE: Acto III con tres escenas.25
25Hemos de hacer una anotación con respecto al desenlace de las óperas de Wagner. No hay
un final aristotélico completamente cerrado en cada una de ella, debido a que es una tetralogía.
Una ópera conduce a la otra y ha de haber una hilazón argumental y la tensión dramática al final
de cada representación que quede reflejada en el texto dramático-lírico. Así, desde El Oro del
Rin hasta Sigfrido cotejaremos que hay finales abiertos en todas ellas.
393
SIEGLINDE
Si eres Siegmund
yo soy Sieglinde
¡con la espada
SIEGMUND
Novia y hermana
394
varias subtramas que alientan al conflicto inmediato por las relaciones
personales, familiares y ambiciosas que se van desarrollando.
El acto III comienza en una escena primera que nos deja ver la situación
extrema de Sieglinde, la joven ha de escapar al bosque y alejarse hacia el este
para no ser vengada por Wotan. Todas las valquirias aconsejan tanto a su
hermana Brunilda como a la joven que lleva en su seno al futuro héroe Sigfrido.
En la segunda escena las ocho valquirias intentan ocultar a Brunilda ante Wotan,
sin embargo, la valentía de la que fue la valquiria favorita de su padre la lleva a
situarse delante de él para oír su destierro y su maldición. “Te encerraré/ en un
sueño indefenso; /que tome a la doncella el hombre / que la encuentre en su
camino y la despierte.” Todas sus hermanas se sienten muy afligidas por esta
desgracia; se van a separar de Brunilda y la protagonisya de la maldición deja
de comportarse como una valquiria fuerte y poderosa.
WOTAN
rodeen la roca;
asusten al medroso;
de la roca de Brünnhilde!
396
determinante cuyo desenlace estará en la segunda jornada de El Anillo
del Nibelungo: Sigfrido.
Sieglinde Wotan
Brünnhilde Wotan
397
se ayuda de las didascalias para precisar algunos aspectos relacionados con el
espacio.
2.Acotaciones y apartes.
398
2.1. Los espacios.
399
- Brünnhilde desaparece entre los picos rocosos. Llega Fricka por el
desfiladero, en su carro tirado por carneros, al llegar a la altura se apea y
se dirige con precipitación al encuentro de Wotan (escena I, acto II).
- Brünnhilde se va precipitamente y desaparece en la caverna con su
corcel. Siegmund la sigue con la mirada, alegre y animado. Poco a poco
se va oscureciendo la escena y densas nubes de tempetad cubren las
rocas y el desfiladero del fondo (escena IV, acto II).
- Un relámpago ilumina un instante la cumbre, en la que se ven
peleando ambos rivales (escena V, acto II)
- En un nubarrón que pasa se ve a una valquiria a caballo. Cuelga de
su silla el cadáver de un guerrero. La nube con la Valquiria desaparece
detrás del pinar (escena I, acto III).
- [Sieglinde] Se va deprisa por la derecha. Las rocas están rodeadas de
negros nubarrones. Espantoso huracán sopla del fondo; un
resplandor como fuego ilumina el bosque de un lado (escena I, acto III).
- De la roca surgen llamas que se extienden y circundan el lugar
(escena III, acto III).
- Siegmund empuja la puerta del fondo y entra; se detiene luego sin soltar
aún el cerrojo y mira en torno cuyo; parece estar rendido de cansancio.
No viendo a nadie, cierra tras de sí la puerta y dirigiéndose al hogar, se
echa sobre una piel de oso (preludio)
- [Siegmund] Se tiende fatigado y casi sin sentido (escena I, acto I).
- [Sieglinde] Entra por la puerta interior, creyendo que ha vuelto su marido
y manifiesta su sorpresa al ver tendido a un extraño (escena I, acto I)
- Como Siegmund no se mueve, Sieglinde se adelanta para observarlo
mejor (escena I, acto I)
- [Sieglinde] Toma un cuerno, sale rápidamente y regresa con el recipiente
lleno, que ofrece a Siegmund (escena I, acto I)
400
- Siegmund bebe, devuelve el cuerno, agradeciendo con una inclinación de
cabeza el favor de Sieglinde. Luego fija su mirada con interés en ella
(escena I, acto I)
- [Sieglinde] Va hacia la despensa, llena un cuerno de hidromiel y lo
ofrece amistosa (escena I, acto I).
- Sieglinde bebe un sorbo y pasa el cuerno a Siegmund, quien lo apura
lentamente, mientras la contempla con creciente ardor, luego deja caer el
cuerno, mientras su rostro adquiere expresión de profunda emoción.
Suspira y bajando la mirada tristemente, dice con voz trémula (escena I,
acto I)
- Siegmund se detiene conmovido e interroga con la mirada a Sieglinde,
quien, avergonzada, baja los ojos. Largo silencioso. Siegmund vuelve al
hogar y se reclina al lado de él (escena I, acto I)
- [Siegmund] Observa a Sieglinde con interés y simpatía; ella levanta
gradualmente los ojos; sus miradas se encuentran, permaneciendo así
largo tiempo en silencio, expresando intensa sorpresa (escena I, acto I)
- De pronto Sieglinde cambia de actitud y escucha atenta a Hunding, que
después de haber dejado su caballo en la cuadra, se dirige resueltamente
hacia la puerta del fondo y la abre. Hunding penetra por ella, armado de
lanza y escudo, pero al ver a Sieglinde (escena II, acto I)
- [Hunding] Quítase las armas y se las entrega a Sieglinde (escena II, acto
I)
- Sieglinde cuelga las armas en el tronco del fresno, va en busca de algunos
manjares y bebidas, que retira de la despensa y coloca sobre la mesa.
Mientras realiza todo esto, sigue involuntariamente mirando a Siegmund
(escena II, acto I)
- [Hunding] Sentándose a la mesa y ofreciendo un sitio a Siegmund (escena
II, acto I)
- [Siegmund] Mirando a Sieglinde con ardor y tristeza. Se levanta
acercándose al fogón. Sieglinde baja la mirada, pálida y conmovida
(escena II, acto I)
- Sieglinde permanece inmóvil, luego se vuelve lentamente y con paso
vacilante se acerca a la despensa, allí se detiene pensativa, luego
decidida, toma de un armario algunas raíces que coloca en un vaso de
401
cuerno. Su mirada se posa largamente en Siegmund que la contempla,
mas al notar que Hunding la observa, se dirige en dirección de la
habitación interior. Sieglinde, ascendiendo por la escalera se detiene de
nuevo y contempla a Siegmund, que, reprimiendo su cólera, sólo a ella
mira; de pronto con expresivo gesto le señala al tronco del fresno.
Hunding, impaciente, le ordena salir con imperioso ademán. Después de
repetir la muda indicación, Sieglinde se va (escena II, acto I)
- [Hunding] Descolgando sus armas del fresno. Volviéndose hacia
Siegmund, en actitud de reto. Penetra con sus armas en la habitación
interior, cuya puerta cierra con cerrojo (escena II, acto I)
- Siegmund permanece solo. Es de noche; sólo alumbra el recinto el tenue
resplandor del fogón. Siegmund se tiende cerca de él, sumido en profunda
meditación (escena III, acto I)
- [Siegmund] Abrazándola con ardiente ímpetu (escena III, acto I).
- La gran puerta se ha abierto por completo. La plateada luz de la luna de
una hermosa y apacible noche primaveral, ilumina a la pareja, que se
contempla extasiada (escena III, acto I).
- [Siegmund] Con dulce impulso hace que Sieglinde tome asiento a su lado.
El fulgor de la luna resplandece cada vez más (escena III, acto I).
- [Sieglinde] Se abraza a su cuello y en amoroso éxtasis le contempla
(escena III, acto I).
- [Sieglinde] Después de apartarle los rizos que cubren su frente, le
contempla arrobada (escena III, acto I).
- [Siegmund] Se lanza hacia el fresno y se aferra la empuñadura de la
espada (escena III, acto I).
- Con fuerte impulso arranca la lámina del tronco y la agita triunfante,
mientras Sieglinde le contempla entusiasmada. La estrecha entre sus
brazos, incitándola a huir con él (escena III, acto I).
- Atrae a Sieglinde con ardor irresistible, mientras ella, dando un grito
se echa en sus brazos (escena III, acto I).
- Wotan, en traje guerrero, empuña su lanza, frente a él, Brünnhilde,
con sus atavíos de Valquiria (escena I, acto II).
402
- [Brünnhilde] Salta jubilosa de roca en roca hasta llegar a lo alto. Después
de detenerse en la cima del peñón, mira hacia el desfiladero del fondo y
dice a Wotan (escena I, acto II).
- Al acercarse a Wotan se detiene y toma una actitud digna y grave (escena
I, acto II)
- [Fricka] Indignada y fuera de sí (escena I, acto II).
- La actitud de Wotan desde este momento indica una inquietud
creciente, a la que sucede un profundo abatimiento (escena I, acto II).
- Wotan hace un gesto de profundo disgusto. Fricka, reparando en el efecto
que producen sus palabras, prosigue más dueña de sí misma (escena I,
acto II).
- Se percibe el grito de Brünnhilde desde la altura (escena I, acto II).
- Brünnhilde aparece a caballo en la cumbre de las rocas. Al reparar en
la presencia de Fricka se apea y esconde su corcel en una gruta (escena
I, acto II)
- [Wotan] Recostándose en una roca desanimado y contrariado (escena I,
acto II).
- Fricka va a salir por el desfiladero del fondo, encontrándose entonces con
Brünnhilde, ante la cual se detiene un instante (escena I, acto II).
- Brünnhilde con triste y angustiado semblante, se presenta a Wotan, que
ha tomado asiento en una roca y está abismado en profundas y sombrías
reflexiones (escena I, acto II).
- La actitud y los gestos de Wotan demuestran una emoción creciente, que
culmina en la manifestación de una inmensa desesperación (escena I,
acto II).
- [Brünnhilde] Se inclina, recoge las armas y se las vuelve a ceñir.
Después de meditar con tristeza suspira. Se aleja lentamente por el
desfiladero del fondo (escena I, acto II)
- Sieglinde vuelve a mirar a lo lejos con expresión de terror y extravío
(escena II, acto II).
- [Siegmund] Conduce a Sieglinde hacia una piedra en forma de lecho.
Sieglinde contempla absorta a Siegmund con creciente emoción y luego,
apasionada, se abraza a su cuello. Largo silencio (escena II, acto II).
403
- [Sieglinde] Irguiéndose de pronto, atisba asustada. Se echa en los brazos
de Siegmund sollozando. Dominada de nuevo por el terror. Cae
desvanecida en brazos de Siegmund (escena III, acto II).
- Siegmund se cerciora de que Sieglinde vive, escuchando su respiración
la deja entonces que vaya poco a poco resbalando de modo que queda
sentada y apoyando su cabeza en sus rodillas, en esta posición quedan
ambos hasta el final de la escena siguiente. Largo silencio. Siegmund se
inclina con tierna inquietud y besa prolongadamente a Sieglinde en la
frente (escena III, acto II)
- Brünnhilde con el corcel de la brida, sale de la caverna y avanza
lentamente. Se detiene y contempla un rato a Siegmund. Avanza de
nuevo con lentitud. Empuñando escudo y lanza con una mano, se
apoya con la otra en el cuello de su corcel; así permanece frente a
Siegmund, observándole silenciosa y pensativa (escena IV, acto II).
- La observa un rato fijamente, baja luego la cabeza, pensativo; pero luego
vuelve con resolución hacia ella (escena IV, acto II).
- Siegmund se inclina dulcemente y besa la frente de Sieglinde; luego
se dirige con tranquilidada a Brünnhilde (escena IV, acto II).
- [Siegmund] Empuñando la espada. Blandiéndola sobre Sieglinde (escena
IV, acto II).
- Se oyen a lo lejos sonidos de trompas (escena IV, acto II)
- Se perciben los toques de trompa (escena V, acto II).
- Toma la cabeza de Sieglinde entre las manos, la besa en la frente en
señal de despedida y al oír el cuerno de Hunding se levanta con
resolución, tendiendo con suavidad a Sieglinde sobre la roca (escena
V, acto II).
- [Voz de Hunding] Cuya voz se percibe detrás de la roca (escena V, acto
II).
- Se precipita a la cumbre de las rocas; pero la luz de los relámpagos la
deslumbra, haciéndola vacilar. Estos mismos relámpagos hacen ver a
Brünnhilde en el aire cubriendo con su escudo a Siegmund (escena V,
acto II).
404
- Al descargar Siegmund el golpe mortal es parado por la lanza de
Wotan, que sale entre las nubes en medio de un resplandor rojizo (escena
V, acto II).
- Al chocar el acero contra la lanza, se rompe. Brünnhilde retrocede.
Hunding hunde su espada en el pecho del indefenso. Sieglinde, dando un
grito, cae desfallecida. Al desaparecer el fulgor de los relámpagos la
escena queda a oscuras. Brünnhilde corre hacia Sieglinde, después de
recoger los trozos de la espada de Siegmund (escena V, acto II).
- Brünnhilde desaparece, llevando a Sieglinde. Se ve de nuevo a Hunding
que extrae su arma del pecho de Siegmund (escena V, acto II).
- Que ha contemplado breve rato con tristeza el cuerpo de Siegmund, a
Hunding (escena V, acto II).
- A su despreciativo ademán Hunding cae muerto (escena V, acto II).
- [Wotan] Enfureciéndose de pronto. Desaparece entre relámpagos y
truenos (escena V, acto II)
- Las valquirias Gerhilda, Ortlinda, Waltraute y Schwertleite están
armadas en la cima de la roca, acechando (escena I, acto III)
- Todas las valquirias vuelven al escenario, con ellas entra Brünnhilde
sostenida y acompañada por las demás (escena I, acto III).
- [Sieglinde] Que hasta entonces ha permanecido triste e impávida (escena
I, acto III).
- [Sieglinde] Se estremece y en su semblante brilla la alegría. Se
desencadena una tempestad. Arrodillada ante Brünnhilde (escena I, acto
III).
- [Las valquirias] Se suben a la roca y esconden detrás de ellas a
Brünnhilde (escena I, acto III).
- Wotan sale del pinar enfurecido y se para ante el grupo de valquirias que
ocultan a Brünnhilde (escena II, acto III).
- Brünnhilde se postra de rodillas a los pies de Wotan; las valquirias lanzan
un grito de horror (escena II, acto III)
- Wotan y Brünnhilde en la misma posición continúan silenciosos (escena
III, acto III).
- [Brünnhilde] Alzando lentamente la cabeza, busca la mirada de Wotan,
que da vuelta el rostro (escena III, acto III).
405
- [Wotan] Muy conmovido, mirando a Brünnhilde con ternura (escena III,
acto III).
- Brünnhilde se arroja contristada y agradecida en sus brazos (escena
III, acto III).
406
Wagner, aquellos que acudieron a Munich a ver sus óperas, se reunieron con él
para discutir de política y visitarlo. Entre esas tensas reuniones, un joven músico
muy entusiasta, Camille Saint-Saens, decidió ejecutar fragmentos de El Anillo
del Nibelungo junto a Wagner.
Sigfrido cuenta con un elenco de ocho personajes entre dioses como Erda
y Wotan (ahora en el papel de Viandante para no ser reconocido), nibelungos
como Alberich y Mime, el gigante Fafner, la valquiria Brünnilde y la voz del Pájaro
del bosque. Casi todos estos personajes se han situado en el prólogo y en la
primera jornada wagneriana, a excepción del Pájaro del bosque. Veamos qué
incidencia tiene el denominado héroe según los hechos que ocurren en la trama:
Los demás personajes, sin tener en cuenta la novedad del pájaro del bosque,
continúan una línea de unión con respecto a la primera jornada y al prólogo.
Como consecuencia de ello, la hilazón argumental es coherente. Vayamos al
análisis de la sucesión de acciones:
409
trino con una caña. Finalmente, mata a Fafner sin intimidarle su aspecto de
dragón con una boca infernal. Tras lamer la sangre del dragón que ha quedado
impregnada en su mano, la voz de un pájaro del bosque desvela la importancia
de los hechos que han ocurrido, diciéndole a Siegfried que ahora le pertenece el
tesoro de los nibelungos: un yelmo que le permitirá hacer cosas prodigiosas y el
Anillo que se esconde en la misma cueva del que ha dado muerte.
La escena III cierra un ciclo de forma tajante, pues, antes de que Mime
engañe a Siegfried con sus brebajes, el huérfano sin miedo mata a su cuidador
malvado. La mágica sangre del dragón que le ha dejado escuchar la voz del
pájaro le aconseja de nuevo una acción importante como es despertar a
Brünnhilde, porque duerme en una alta roca rodeada de fuego. Siegfried quiere
saltar este fuego para salvarla y que sea suya, solamente puede hacer esta
hazaña quien no conozca el miedo como él.
BRÜNNHILDE
la estrella de Siegfried;
herencia y propiedad,
uno y todo:
¡amor radiante,
muerte sonriente!
Acto II: Bosque profundo y cueva oscura para matar al dragón Fafner.
411
La Valquiria. Por ejemplo, Erda recapitula hechos cuando le cuenta a Wotan qué
ha ocurrido en el universo que pretende dominar o Mime le relata la historia de
su pasado a Siegfried para que conozca sus antecedentes. Volvemos a la
restropección recurrente y, del mismo modo, Wagner emplea la anticipación en
determinados momentos de la acción para empatizar con los lectores del texto y
con los espectadores de la representación. Por ejemplo, cuando este Viandante
le vaticina a Erda el inminente rescate de Brünnhilde y un posible
derrumbamiento de aquel Walhalla sagrado e infranqueable.
2.Acotaciones y apartes.
Un abundante empleo de acotaciones en la ópera nos deja ver la
importancia que Wagner le da a la puesta en escena. Su afán meticuloso y
perfeccionista se traduce, a partir del siglo XX, en una serie de limitaciones que
aparecen en este texto dramático-lírico y que deberían ser respetadas por los
nuevos directores de escena en sus producciones. En este sentido, existiría
libertad creativa y escénica, aunque siempre teniendo presente que todo estaba
sumamente medido en el libreto wagneriano. Recordemos que el propio
compositor y dramaturgo se encargaba de cuidar cada detalle de la
escenografía, por lo que en su época no suponía un problema el intercambio de
pareceres. Hoy, la cantidad de acotaciones wagnerianas recabadas atiende a
diversas interpretaciones, a determinadas omisiones e incluso, en pleno siglo
XXI, a transgresiones que modifican las pretensiones fijadas en el texto
dramático-lírico como cotejaremos en los análisis de las versiones representadas
que hemos escogimos de El Anillo del Nibelungo y en las críticas mundiales
recogidas en un epígrafe posterior.
412
Vamos a servirnos de aquellas orientaciones escénicas textuales más
trascedentes para el análisis de la obra:
413
- El Viandante se aproxima a la cueva y apoya la espalda en la roca misma,
con el rostro vuelto hacia la cueva (escena II, acto III).
- La nubosidad, cada vez más suave, se ha difuminado en un fino velo de
niebla de coloración rosácea y se disipa ahora de tal modo que el vapor
se pierde totalmente hacia lo alto, y finalmente deja ver solo el cielo diurno,
sereno y azul, mientras al borde de la altura rocosa ahora visible -como
en la misma escena del tercer acto de Die Walküre- queda adherido un
velo de niebla arrebolado, que al mismo tiempo recuerda el fuego mágico
que arde en el fondo. La disposición de la escena es exactamente la
misma que al final de Die Walküre: en el proscenio, bajo la amplia
enramada del abeto, yace Brünnhilde, profundamente dormida, con
reluciente armadura, el yelmo en la cabeza y el largo escudo cubriéndola
(escena III, acto III).
- Se levanta un viento tormentoso, aparece un claro resplandor; luego
desaparecen ambos rápidamente (escena I, acto II).
- Vuelve a oscurecer con rapidez (escena II, acto III).
414
- [Refiriéndose a Siegfried] se ríe estrepitosamente. Mime deja caer la
espada del susto y se refugia tras el hogar, Siegfried lo persigue por
todas partes con el oso (escena I, acto I).
- [Refiriéndose a Siegfried] le quita al oso la correa y le da con ella en el
lomo (escena I, acto I).
- [Refiriéndose a Siegfried] el oso corre al bosque. Mime sale de detrás del
hogar (escena I, acto I).
- [Refiriéndose a Mime] coge la espada para dársela a Siegfried (escena I,
acto I).
- [Refiriéndose a Mime] sostiene temerosamente la espada, que
Siegfried le arrebata con violencia (escena I, acto I).
- [Refiriéndose a Siegfried] probando la espada en la mano (escena I, acto
I).
- [Refiriéndose a Siegfried] la rompe contra el yunque, de forma que vuela
en pedazos. Mime se aparta asustado (escena I, acto I).
- Siegfried se deja caer furioso en un banco de piedra que hay a la derecha.
Mime lo ha estado evitando prudentemente (escena I, acto I).
- Siegfried se ha vuelto otra vez y mira tranquilamente a Mime a los ojos.
Mime encuentra a su mirada e intenta esquivarla con timidez (escena I,
acto I).
- [Refiriéndose a Mime] trata de aproximársele confidencialmente (escena
I, acto I).
- [Refiriéndose a Mime] retrocede y se sienta más lejos, frente a Siegfried
(escena I, acto I).
- [Refiriéndose a Siegfried] salta sobre Mime y lo agarra del cuello (escena
I, acto I).
- [Refiriéndose a Mime] tras pensarlo un poco, trae los dos trozos de una
espada rota (escena I, acto I).
- El Viandante (Wotan) entra, saliendo del bosque, por la abertura trasera
de la caverna. Lleva un largo manto azul oscuro y utiliza una lanza
como báculo. Se cubre con un grave sombrero de ala ancha, que le
cae sobre el ojo ausente (escena II, acto I).
- [Refirréndose a Mime] El Viandante llega a la altura misma de la fragua
(escena II, acto I)
415
- [Refiriéndose a Mime] que ha estado mirando al Viandante con la boca
abierta, se estremece (escena II, acto I)
- [Refiriéndose al Viandante] como involuntariamente, da con la lanza en
el suelo; se oye un trueno sordo, que asusta mucho a Mime (escena
II, acto I)
- [Refiriéndose a Mime] tira como loco por todas partes sus
herramientas y se entrega a la desesperación más absoluta.
- [Refiriéndose al Viandante] Se ha levantado del hogar tranquilamente.
- [Refiriéndose a Mime] Mira fijamente el bosque iluminado por el sol y
tiembla cada vez más violentamente. Se yergue con espanto. Se
esconde, gritando, detrás del ancho yunque (escena III, acto I).
- [Refiriéndose a Siegfried] Irrumpe a través de la maleza del bosque,
gritando cuando está todavía fuera de escena, y se puede seguir su
movimiento por el crujido de ramas rotas. Entra en la caverna y se detiene
con asombro (escena III, acto I).
- [Refiriéndose a Siegfried] Acercándose a zancadas al hogar. Se pone al
trabajo con ímpetu, utilizando desordenadamente las herramientas de
Mime. Le hace un gesto de burla. Ha amontonado una gran cantidad
de carbón en el hogar y aviva constantemente el fuego, mientras
sujeta los trozos de espada en la mordaza, limándolos para convertirlos
en limalla.
- Siegfried ha atizado el horno hasta el rojo blanco. Mientras Siegfried sigue
limando los trozos de espada con entusiasmo, Mime se sienta todavía
más apartado.
- [Refiriéndose a Mime] Se levanta con creciente intranquilidad y se mueve
de un lado a otro.
- [Refiriéndose a Siegfried] Mientras canta lo que sigue, aviva las brasas
con el fuelle. Vierte el contenido ardiente del crisol en un molde de barra
y lo sostiene en alto. Mete el molde en un cubo de agua; se produce vapor
y un fuerte silbido al enfriarse el metal. Mete el acero en las brasas del
hogar y acciona vigorosamente el fuelle.
- Mime se ha puesto en pie satisfecho; coge diferentes recipientes, saca
de ellos raíces y hierbas, las mete en un puchero y se dispone a
llevarlo al hogar. Siegfried observa sin dejar de trabajar a Mime, que, al
416
otro extremo del hogar, pone cuidadosamente el puchero sobre las
brasas.
- Durante lo que sigue, Siegfried saca el molde de las brasas, lo rompe y
pone el trozo de acero al rojo sobre el yunque. Blande el acero y lo mete
en el cubo de agua. Se ríe con fuerza al oír el silbido. Mientras Siegfried
fija la hoja de la espada forjada en el puño, Mime da vueltas por el
proscenio con la botella. Durante las últimas estrofas de la canción de
Mime, ha aplastado con sus últimos golpes los remaches del mango, y
empuña ahora la espada. Bladiendo la espada ante sí. Levanta la
espada. Golpea el yunque y lo parte de arriba abajo en dos pedazos,
que caen con estrépito. Mime que, en el colmo del embeleso, se había
subido a un taburete, se cae al suelo del susto. Siegfried, jubiloso, levanta
la espada en alto (escena III, acto I)
- [Refiriéndose a Alberich] Recostado a un lado en la pared rocosa,
meditando sombríamente (escena I, acto II).
- Entra el Viandante, saliendo del bosque, y se detiene ante Alberich
(escena I, acto II).
- [Refiriéndose a Alberich] Reconoce al Viandante; retrocede asustado,
pero enseguida estalla con la más furiosa rabia (escena I, acto II).
- [Refiriéndose a Viandante] Aproximándose tranquilo. Se vuelve hacia la
caverna. Se sitúa en la elevación que hay frente a la caverna y grita hacia
adentro (escena I, acto II).
- En las oscuras profundidades del foro se oye la voz de Fafner, a través
de un potente megáfono (escena I, acto II).
- [Refiriéndose a Alberich] Se ha puesto al lado del Viandante y grita hacia
la caverna (escena I, acto II).
- [Refiriéndose a Viandante] Se ríe con fuerza y se vuelve otra vez a
Alberich. Acercándose a él confidencialmente. Disponiéndose a partir.
Desaparece en el bosque (escena I, acto II).
- Al romper el día, aparecen Siegfried y Mime. Siegfried lleva la espada
colgada de un cinturón de tiras de cuero. Mime examina atentamente
el lugar; por último, investiga el foro, que, mientras el sol ilumina cada vez
más la elevación del centro del escenario, permanece en profunda
oscuridad; luego hace una señal a Siegfried (escena II, acto II).
417
- [Refiriéndose a Siegfried] Se estira a sus anchas bajo el tilo y mira cómo
se aleja Mime. Se sume en una meditación silenciosa. Se echa más atrás
y mira a través de la copa del árbol. Profundo silencio. Murmullos del
bosque. Suspira suavemente y se echa más hacia atrás. Largo silencio.
Crecientes murmullos del bosque. El canto de los pájaros capta por fin su
atención. Escucha con interés creciente a un pájaro posado en una rama
sobre él. Salta hacia el cercano manantial, corta con la espada una caña
y se hace con ella apresuradamente una flauta. Mientras tanto, vuelve a
escuchar. Sopla en la caña. Se interrumpe, vuelve a tallar y perfeccionar.
Sopla otra vez. Sacude la cabeza y vuelve a tallar. Se enfada, aprieta la
caña con la mano y vuelve a intentarlo. Desiste por completo, riéndose.
Vuelve a escuchar al pájaro y mira hacia él. Balancea la caña y la arroja
lejos. Coge la trompa de caza de plata y sopla en ella. Durante las notas,
largamente sostenidas, Siegfried mira expectante al pájaro. Alegremente
y cada vez más deprisa y atronadoramente. Algo se mueve al fondo:
Fafner, en figura de monstruoso dragón y reptilíneo dragón-
serpiente, se ha levantado de su cubil en la cueva; irrumpe a través de
la maleza y se arrastra desde las profundidades al lugar elevado, de forma
que ya ha llegado a él con la parte superior del cuerpo cuando emite un
sonoro bostezo.
- [Refiriéndose a Fafner] Se ha detenido en la altura al ver a Siegfried y
sigue allí. Abre las fauces y enseña los dientes. Lo amenaza con la
cola.
- [Refiriéndose a Siegfried] Saca la espada, salta hacia Fafner y espera
desafiante.
- Fafner sube más reptando y echa baba sobre Siegfried por los ollares.
Siegfried esquiva la saliva, se acerca más y se sitúa a su lado. Fafner trata
de alcanzarlo con la cola. Siegfried, que escapa por poco, da un salto para
apartarse y hiere al dragón en la cola. Fafner ruge, recoge violentamente
la cola y levanta el tronco, para arrojarse sobre Siegfried con todo el peso
de su cuerpo; al hacerlo descubre el pecho; Siegfried atisba rápidamente
el lugar del corazón y hunde allí su espada hasta la empuñadura. Fafner
se levanta más de dolor y cae sobre su herida, mientras Siegfried suelta
la espada y da un salto de costado (escena II, acto II).
418
- Fafner, al morir, ha rodado hacia un lado. Siegfried le saca la espada
del pecho; al hacerlo, se moja la mano de sangre: la retira con
vehemencia. Se lleva instintivamente los dedos a la boca para
chuparse la sangre. Mientras mira ante sí pensativo, los cantos de los
pájaros del bosque llaman su atención (escena II, acto II).
- [Refiriéndose a Voz del pájaro del bosque] desde las ramas del tilo, sobre
Sigfried (escena II, acto II).
- Entra Mime furtivamente, mirando temeroso a su alrededor, para
cerciorarse de la muerte de Fafner. Al mismo tiempo y por otro lado sale
Alberich de la quebrada; observa a Mime con atención. Cuando éste no
ve ya a Siegfried y se vuelve con cautela hacia la parte de atrás de la
caverna. Alberich se precipita hacia él y le corta el paso (escena III, acto
II).
- Siegfried, entretanto, ha salido lenta y pensativamente de la cueva, con el
yelmo mágico y el Anillo: contempla meditabundo su botín y, cerca del
árbol, se detiene de nuevo en la elevación del centro (escena III, acto II)
- [Refiriéndose a Siegfried] Se pone el yelmo en el cinturón y la sortija
en el dedo. Silencio. Crecientes murmullos del bosque. Siegfried,
involuntariamente, vuelve a prestar atención al pájaro, y lo escucha
conteniendo el aliento (escena III, acto II)
- [Refiriéndose a la Voz del pájaro] La expresión y el gesto de Siegfried
muestran que ha comprendido el sentido del canto del pájaro. Ve
cómo se acerca Mime y, sin moverse, apoyado en su espada, observando
y encerrado en sí mismo, permanece en su posición en la altura, hasta
que acaba la escena que sigue (escena III, acto II).
- [Refiriéndose a Mime] Se adelanta sigilosamente y observa desde el
proscenio a Siegfried. Se acerca más a Siegfried y lo saluda con gestos
zalameros (escena III, acto II).
- [Refiriéndose a Mime] Bromeando alegremente, como si le describiera el
agradable estado de la embriaguez que le dará el jugo. Con gesto de
travieso regocijo. Vuelve a soltar una visita… Vierte el jugo en la cuerna
y se la ofrece a Siegfried con gesto insistente (escena III, acto II).
- Siegfried blande la espada (escena III, acto II).
419
- [Refiriéndose a Siegfried] como en un arrebato de asco violento, da un
rápido tajo a Mime, que cae muerto al suelo (escena III, acto II).
- [Refiriéndose a Alberich] riendo burlonamente desde la quebrada (escena
III, acto II).
- [Refiriéndose a Siegfried] Mirando al que yace en el suelo, vuelve a
colgarse tranquilamente la espada. Levanta el cadáver de Mime, lo
lleva ante la entrada de la caverna y lo arroja dentro. Con gran
esfuerzo, hace rodar el cadáver del dragón hasta la entrada de la caverna,
de modo que la obstruye totalmente. Mira un momento hacia la cueva,
pensativo, y se vuelve luego lentamente, como cansado, hacia el foro. Es
mediodía. Se pasa la mano por la frente. Se tiende bajo el tilo y vuelve a
mirar las ramas. Con calor. Dolorosamente conmovido, mira otra vez
hacia las ramas. Levantándose con súbita vehemencia. Escucha.
Siegfried escucha otra vez. Ríe encantado (escena III, acto II).
- El pájaro levanta el vuelo, describe un círculo sobre Siegfried y vuela
titubeante delante de él (escena III, acto II).
- [Refiriéndose a Siegfried] Corre tras el pájaro, que se burla de él,
guiándolo en distintas direcciones, y lo sigue por fin, cuando, con giro
decidido, el pájaro vuela hacia el fondo (escena III, acto II).
- [Refiriéndose a Viandante] Avanza decidido hacia la boca de una cueva
de cripta, abierta en una roca del proscenio, en donde, apoyado en su
lanza, se aposta y grita hacia la entrada lo que sigue (escena I, acto III).
- [Refiriéndose a Erda] Se ha sumido en sus pensamientos y solo comienza
tras un largo silencio (escena I, acto III).
- Después de cerrar Erda los ojos y hundirse lentamente cada vez más,
desaparece por completo; también la caverna está ahora totalmente a
oscuras. El crepúsculo lunar ilumina el escenario; la tormenta ha cesado
(escena I, acto III).
- El Viandante se aproxima a la cueva y apoya la espalda en la roca misma,
con el rostro vuelto hacia la escena (escena II, acto III).
- [Refiriéndose a Siegfried] Se detiene y se vuelve. Se acerca más al
Viandante (escena II, acto III).
- [Refiriéndose a Viandante] Adelantando la lanza. Extiende la lanza
(escena II, acto III).
420
- [Refiriéndose a Siegfried] Tirando de la espada. De un solo golpe parte
la lanza del Viandante en dos; un relámpago asciende hacia las alturas
rocosas, en donde el resplandor hasta ahora apagado comienza a
flamear, con llamas cada vez más luminosas. Un fuerte trueno, que se
desvanece enseguida, acompaña el golpe. Los trozos de lanza ruedan
a los pies del Viandante, que los recoge con calma (escena II, acto III).
- [Refiriéndose a Viandante] Retrocediendo. Desaparece de pronto en una
oscuridad total (escena II, acto III).
- La creciente claridad de las encendidas nubes, que cada vez descienden
más, atrae la mirada de Siegfried. Siegfried se lleva el cuerno a los
labios y se precipita, haciendo sonar su llamada, en el ondulante
fuego, que, descendiendo de las alturas, se extiende ahora también al
proscenio. Siegfried, al que pronto se deja de ver, parece alejarse hacia
las alturas. Luego el fuego comienza a palidecer y se diluye poco a poco
en una nubosidad cada vez más tenue, como iluminada por la autora
(escena II, acto III)
- [Refiriéndose a Siegfried] Llega desde el exterior al borde rocoso de la
altura y muestra al principio solo el tronco del cuerpo: mira a su alrededor
largo rato, maravillado. Asciende a todo lo alto y, de pie en una piedra de
la ladera posterior, contempla con admiración la escena. Mira hacia los
abetos a un lado y se adelanta un poco. Acercándose despacio, se
detiene admirado al ver, todavía a cierta distancia, la figura de Brünnhilde.
Se acerca más. Levanta el escudo y distingue la figura de Brünnhilde,
mientras el rostro de ella, sin embargo, sigue en gran parte cubierto
por el yelmo. Le suelta cuidadosamente el yelmo y se lo quita a la
doncella durmiente, cuyo cabello rizado aparece. Siegfried se sobresalta.
Queda absorto en la contemplación. Se inclina profundamente sobre la
durmiente. Intenta soltar la coraza con la mayor precaución. Saca su
espada, corta con delicada precaución los anillos que ciñen la armadura
y, levanta luego coraza y guardabrazos, de forma que Brünnhilde queda
ante él con su vestimenta blanca y suave. Retrocede asustado. Siente
una gran congoja. Cae, como desmayado, sobre el pecho de Brünnhilde,
Largo silencio. Luego se yergue suspirando. Al acercarse de nuevo a la
durmiente, su contemplación lo encadena de nuevo con tiernos
421
sentimientos. Se inclina más profundamente. Se inclina, como
agonizante, sobre la durmiente y, con los ojos cerrados, posa sus
labios sobre la boca de ella. Brünnhilde abre los ojos. Siegfried se
yergue y queda de pie. Brünnhilde se incorpora lentamente. Con gesto
solemne de sus brazos alzados saluda su retorno a la tierra y el cielo.
Solemnemente emocionado por su mirada y su voz, está como
inmovilizado (escena III, acto III).
- [Refiriéndose a Brünnhilde] Se sienta muy derecha (escena III, acto III).
- [Refiriéndose a Siegfried] En el más alto arrobamiento (escena III, acto
III).
- [Refiriéndose a Brünnhilde] Con la mayor emoción. Los dos permanecen
llenos de radiante éxtasis, perdidos en su mutua contemplación (escena
III, acto III).
- [Refiriéndose a Siegfried] Muy excitado, sigue clavando en ella su mirada
anhelante (escena III, acto III).
- [Refiriéndose a Brünnhilde] Vuelve suavemente la cabeza hacia un lado y
dirige su mirada a los abetos (escena III, acto III).
- [Refiriéndose a Brünnhilde] Le señala con la mano las armas que ella
guardaba. Con creciente melancolía (escena III, acto III).
- [Refiriéndose a Siegfried] Fogoso. La abraza con vehemencia. Brünnhilde
se pone de pie, lo rechaza con la fuerza suprema del miedo y huye al otro
lado del escenario (escena III, acto III).
- [Refiriéndose a Brünnhilde] Suavemente emocionada. Un rostro revela
que ha aparecido en su ánimo una imagen agradable, desde la que vuelve
a dirigir la mirada a Siegfrried con ternura (escena III, acto III)
- [Refiriéndose a Siegfried] La abraza (escena III, acto III)
- Brünnhilde se precipita en brazos de Siegfried (escena III, acto III).
1. En la época de estreno.
Después de unas reuniones entre una serie de músicos en casa de
Wagner y de representar fragmento de El Anillo, Bayreuth se escogió como lugar
más adecuado para erigir un templo que propiciase la creación de festivales de
422
música y ópera que entretuviese y deleitase al público que quisiese asistir. La
construcción del teatro no fue una tarea fácil y, una vez más, Wagner contó con
el apoyo incondicional de Luis II de Baviera que salvó la idea de los festivales y
de la planificación de obras del teatro de Bayreuth. Adolphe Appia (2014: 207-
209) describe la idea de la construcción del Festspielhaus de Bayreuth para la
representación de El Anillo del Nibelungo. Desde el punto de vista técnico, la
exitencia de este escenario destinado a este drama no permite ninguna duda
sobre las intenciones representativas del maestro Wagner. Afirma Bernard Shaw
(2011: 145) que Wagner consintió que el diseño técnico de su Anillo estuviese
demasiado sujeto a lo pictórico, por lo que ahora no sería razonable pedirle a
Bayreuth que reniegue de la tradición wagneriana como sería inviable hacer la
misma petición al Théâtre Français con respecto a Molière.
423
B.4. Análisis semiótico de El Ocaso de los Dioses.
I. Sintaxis
1. Acción, personajes, espacio y tiempo.
La tercera jornada en un prólogo y tres actos de El Anillo del Nibelungo es
El ocaso de los dioses. Se estrenó en el Festspielhaus de Bayreuth el 17 de
agosto de 1876.
En cuanto a las Hijas del Rin, hemos de expresar que son los personajes
fundamentales para que El Anillo del Nibelungo tenga un sentido que roce la
perfección. La estructura circular, un trazado geométrico perfecto, se cierra por
causa de las intrépidas y juguetonas ondinas. Las que custodian el Rin, vuelven
424
a obtener el anillo al final de la obra. Su poder se hunde con ellas y el origen de
la codicia vuelve a ser vigilado por las tres, después de que hayan pasado tantos
acontecimientos entre una disparidad de personajes que resulta una paradoja
que el oro regrese al lugar en donde la alegría, la provocación y la trivialidad
reinaban sobre las aguas del Rin.
Siegfried Brünnhilde
El acto III vuelve con una primera escena donde las tres hijas del Rin
hablan con el héroe de los nibelungos. Las ondinas le piden el Anillo a Siegfried
y, cuando casi accede a darlo entre burlas y risas, dice Flosshilde: “Consérvalo,
héroe, y guárdalo bien… / hasta que adivines la desgracia…” Y continúan
Wellgunde y Woglinde: “que guardas en ese Anillo”. Y cuando la averigue, se
alegrará de que hayan querido librarlo de la maldición. Las tres hijas del Rin le
comunican su destino y será morir del mismo modo que el dragón que mató, por
eso la única solución es que les entregue el Anillo para que la corriente de las
427
aguas lo libren de la maldición tejida por las Nornas durante la noche. Siegfried
no deja el Anillo ni con la suma de advertencias de las tres bellezas que nadan
y le cantan. Las burlaría de no estar casado con Gutrune. Y efectivamente, lo
dicho por las ondinas se cumple porque Siegfried muere en la escena II cuando,
después de contar toda su historia a los presentes, es asesinado por la espalda
con la lanza de Hagen. Los cuervos han distraído sus atenciones, mientras
recordaba que entendía el canto de los pájaros y vuelve a recordar -tras beber
con hierbas que mezcló Hagen- el amor que sintío por Brünnhilde y cómo la salvó
del fuego. Gunther sigue al cadáver del héroe de los nibelungos cuando levantan
el cuerpo en la noche.
428
Acto III: un salvaje valle junto al Rin. Alturas montañosas para el cortejo fúnebre
de Siegfried y para la inmolación de Brünnhilde.
2.Acotaciones y apartes.
2.1. Los espacios.
Al iniciarse cada acto y cada escena, Wagner apunta qué elementos han
de aparecer en la representación. Es de tal exactitud descriptiva, que establece
vínculos y enlaces de una ópera a otra para que los lectores y el público sean
partícipes del concepto de tetralogía desde el inicio hasta el final. Por otra parte,
tal y como vamos a comprobar, las acotaciones expresan hechos fundamentales
que determinan el ritmo dramático. Las muertes de Gunther y Siegfried, la
reacción de Waltraute, cómo actúan Brünnhilde y Gutrune ante las traiciones y
las ofensas, son ejemplos que podemos subrayar como trascendentes en estas
acotaciones.
429
- La sala de los gibichungos a orillas del Rin. Está completamente
abierta hacia el foro; el propio foro ocupa un espacio ribereño despejado
hasta el río; alturas rocosas delimitan la orilla (escena I, acto I).
- Un tapiz que orlaba el proscenio hacia la sala se abate y oculta la escena
al espectador. Después de transformado el escenario durante un breve
interludio, el tapiz se levanta por completo (escena II, acto I).
- La altura rocosa (como en el Preludio) (escena III, acto I).
- El resplandor se acerca desde abajo. Lenguas de fuego cada vez más
ardientes lamen el borde la roca (escena III, acto I)
- Espacio Ribereño.Ante la sala de los gibichungos: a la derecha, la
entrada abierta de la sala: a la izquierda, la orilla del Rin: desde ella se
alza una altura rocosa. Partida por varios senderos de montaña, que
atraviesa el escenario, subiendo por la derecha hacia el foro. Allí se ve
una piedra de sacrificios consagrada a Fricka, a la que corresponde más
arriba otra mayor para Wotan, así como, a un lado, otra semejante para
Donner. Es de noche (preludio y escena I, acto I)
- Un salvaje valle, boscoso y rocoso, junto al Rin, que corre por el foro
al borde de una escarpada pendiente (preludio y escena I, acto III)
- Marcha fúnebre de Siegfried. La luna asoma entre las nubes,
iluminando cada vez más el cortejo fúnebre, que alcanza las alturas
montañosas. Entonces la niebla sube del Rin y va cubriendo
paulatinamente el escenario, en el que el cortejo fúnebre se ha vuelto ya
invisible, hasta el proscenio, de modo que, durante el interludio, éste
permanece totalmente oculto. Cuando la niebla se disipa, la sala de los
gibichungos, como en el acto primero, se va haciendo reconocible
(interludio, acto III)
430
centro, al fondo, sobre la peña situada al borde de la altura. Durante un
rato, reina el silencio sombrío (preludio, prólogo).
- [La primera Norna] Se levanta, se desciñe una cuerda de oro y ata uno de
los extremos a una rama del abeto (preludio, prólogo).
- [La segunda Norna] ata la cuerda a una peña que sobresale a la entrada
del recinto (preludio, prólogo).
- [La tercera Norna] Cogiendo la cuerda y arrojando el extremo hacia atrás
(preludio, prólogo).
- Asustadas, las tres Nornas se levantan y se reúnen en el centro del
escenario; cogen los trozos de la cuerda rota y se atan unas a otras
con ellos (preludio, prólogo).
- [Las tres Nornas] Desaparecen. Amanece. Crece la aurora; el resplandor
del fuego, al fondo, es cada vez más débil (preludio, prólogo).
- Entran Siegfried y Brünnhilde, procedentes del recinto rocoso.
Siegfried va completamente armado, Brünnhilde le lleva el corcel de
las riendas (interludio, prólogo).
- [Brünnhilde] Abraza a Siegfried (interludio, prólogo).
- [Siegfried] Se ha quitado el Anillo de Alberich y se lo tiende a
Brünnhilde.
- [Brünnhilde] Poniéndose el Anillo encantada (interludio, prólogo).
- Siegfried lleva rápidamente su corcel hacia la pendiente rocosa, y
Brünnhilde lo sigue. Siegfried ha desaparecido con su corcel hacia abajo,
tras el saliente de la roca, de forma que el espectador no lo ve ya:
Brünnhilde se queda de pronto en la pendiente, mirando a Siegfried en lo
hondo. Se oye el cuerno de Siegfried. Brünnhilde escucha. Se acerca más
a la pendiente y mira otra vez a Siegfried: le hace un gesto de arrobo. En
su sonrisa alegre se insinúa la visión del héroe que se aleja. Cae
rápidamente el telón. La orquesta recoge la melodía del cuerno y la
transforma en un vivo movimiento. Comienza enseguida el primer acto
(interludio, prólogo).
- Gunther y Gutrune están a un lado en un sitial, ante el cual hay una mesa
con bebidas: delante se sienta Hagen (escena I, acto I)
431
- [Gunther] Va de un lado a otro de la sala. Hagen, sin levantarse del
asiento, detiene a Gunher cuando vuelve a pasar cerca, con un gesto
misterioso (escena I, acto I).
- [Hagen] Inclinándose muy confidencialmente hacia Gutrune. Más
confidencialmente aún. Gunther se ha acercado otra vez a la mesa y,
apoyado en ella, escucha ahora atentamente (escena I, acto I).
- [Hagen] Llama hasta el río haciendo bocina con las manos (escena I, acto
I)
- Siegfried atraca su barca y, después de haberla sujetado Hagen a la orilla
con una cadena, salta con su corcel a la ribera (escena II, acto I).
- Gunther, en la orilla, se ha dirigido hacia Hagen. Gutrune contempla a
Siegfried admirada desde su sitial. Gunther se dispone a ofrecer una
bienvenida amistosa. Todos se contemplan en silencio unos a otros
(escena II, acto I).
- Hagen lleva al corcel afuera por la derecha. Mientras lo sigue con la
mirada pensativo, sale también Gutrune por la izquierda, a un signo de
Hagen, por una puerta que lleva a su aposento y sin que Siegfried lo note.
Gunther avanza con Siegfried, al que invita a hacerlo, hasta el centro de
la sala (escena II, acto I).
- [Siegfried] Volviéndose hacia Hagen. Señalando la malla de acero que le
cuelga del cinto (escena II, acto I).
- Hagen se ha dirigido a la puerta de Gutrune y la abre. Sale Gutrune
llevando una cuerna llena, y se acerca con ella a Siegfried (escena II,
acto I).
- [Siegfried] Se inclina amablemente y coge la cuerna; la sostiene ante sí
pensativo y dice en voz baja. Se lleva la cuerna a los labios y bebe un
largo trago. Devuelve la cuerna a Gutrune que, avergonzada y
confusa, baja los ojos (escena II, acto I).
- [Siegfried] Clava a ella la vista, con pasión rápidamente encendida.
Gutrune, ruborizándose, levanta los ojos hacia él. Con voz trémula. En
voz baja. Coge a Gutrune de la mano, con ímpetu apasionado (escena II,
acto I).
- Gutrune tropieza sin querer con la mirada de Hagen. Baja humildemente
la cabeza y, con gesto de sentirse indigna, vuelva a salir de la sala, con
432
paso vacilante. Siegfried, observado atentamente por Hagen y Gunther,
la sigue con la mirada como hechizado; luego, sin volverse, pregunta
(escena II, acto I).
- [Siegfried] Sale de su estado de ensoñación y se vuelve hacia Gunther
con alegría exagerada. Hagen lleva una cuerna de vino nuevo; se la
ofrece a Siegfried y Gunther, que se hacen un rasguño en el brazo con la
espada y lo sostiene un momento sobre la boca de la cuerna. Siegfried y
Gunther ponen dos dedos sobre la cuerna, que Hagen sigue sosteniendo
por el centro (escena II, acto I).
- [Gunther] Bebe y tiende la cuerna a Siegfried (escena II, acto I).
- [Siegfried] Bebe y tiende a Hagen la cuerna vacía. Hagen parte en dos
con su espada la cuerna. Siegfried y Gunther se dan la mano.
Siegfried mira a Hagen, que ha estado a sus espaldas durante la
ceremonia. Vuelve a colgarse el escudo. Se acerca a Gunther y le explica.
Se vuelve para irse y hace una seña a Gunther para que le siga. Se dirige
a la orilla para soltar la barca (escena II, acto I).
- [Gunther] Sigue a Siegfried hasta la orilla. Mientras Siegfried y Gunther,
después de haber dejado sus armas en la barca, izan la vela y se
disponen a partir. Hagen coge lanza y escudo. Gutrune aparece en la
puerta de su aposento, precisamente cuando Siegfried está empujando la
barca, que es arrastrada enseguida al centro de la corriente (escena II,
acto I).
- [Hagen] Mientras se sienta tranquilamente ante la sala, con escudo y
espada (escena II, acto I).
- [Gutrune] Vuelve a su aposento, con la espalda contra uno de los pilares
de la sala (escena II, acto I).
- Brünnhilde está sentada a la entrada del aposento de piedra,
contemplando en silenciosa meditación el Anillo de Siegfried; dominada
por recuerdos felices, lo cubre de besos. Se oye un trueno lejano, ella
levanta los ojos y escucha. Luego se ocupa otra del Anillo. Un relámpago
de fuego. Escucha de nuevo y otea la lejanía, desde donde se acerca al
borde de las rocas un oscuro nubarrón tormentoso (escena III, acto I).
- [Voz de Waltraute] Desde lejos (escena III, acto I).
433
- [Brünnhilde] Se levanta de su asiento. Llamando hacia fuera del
escenario. Corre hacia el abeto, en donde se oye un fuerte estruendo,
como un trueno. Luego vuelve, muy agitada, con Waltraute; continúa
alegremente excitada, sin darse cuenta del espanto de Waltraute (escena
III, acto I).
- [Brünnhilde] Con la mayor excitación. Abraza a Waltraute con impetuosas
demostraciones, que su hermana trata de rechazar con tímida
impaciencia (escena III, acto I).
- Brünnhilde se da cuenta ahora, con extrañeza, de la excitación de
Waltraute (escena III, acto I).
- [Waltraute] Sale afuera. Enseguida se alza un nubarrón tormentoso del
abeto (escena III, acto I).
- [Brünnhilde] Mientras sigue con la vista el nubarrón, claramente
iluminado, que pronto se pierde por completo en la lejanía. Ha caído la
tarde. Desde el fondo, el resplandor del fuego cada vez más ardientes
lamen el borde de la roca (escena III, acto I).
- Se oye desde abajo el sonido del cuerno de Siegfried. Brünnhilde escucha
y se pone en pie entusiasmada (escena III, acto I).
- [Brünnhilde] Corre con el mayor entusiasmo hasta el borde de la roca. Se
alzan grandes llamas: de una de ellas salta Siegfried a un peñasco
elevado, y entonces las llamas retroceden, resplandeciendo sólo abajo.
Siegfried, con el yelmo mágico en la cabeza, que le cubre la mitad de la
cara dejando libres sólo los ojos, aparece en figura de Gunther. Brünnhilde
retrocede con espanto. Huye hasta el proscenio y desde allí clava la
mirada en Siegfried, con silencioso asombro (escena III, acto I).
- [Siegfried] Quedándose en la roca del foro, contempla a Brünnhilde largo
rato, inmóvil y apoyado en su escudo; luego habla con voz cambiada, más
profunda (escena III, acto I).
- Ha caído la tarde. Desde el fondo, el resplandor del fuego se va haciendo
cada vez más luminoso. Brünnhilde contempla tranquila el paisaje
(escena III, acto I).
- Se oye, desde abajo, el sonido del cuerno de Siegfried. Brünnhilde
escucha y se pone en pie entusiasmada. Corre con el mayor entusiasmo
hasta el borde de la roca. Se alzan grandes llamas: de una de ellas salta
434
Siegfried a un peñasco elevado, y entonces las llamas retroceden,
resplandeciendo sólo abajo. Siegfried, con el yelmo mágico en la cabeza,
que le cubre la mitad de la cara dejando libres sólo los ojos, aparece en
figura de Gunther. Brünnhilde retrocede con espanto. Huye hasta el
proscenio y desde allí clava la mirada en Siegfried, con silencioso
asombro. Quedándose en la roca del foro, contempla a Brünnhilde largo
rato, inmóvil y apoyado en su escudo; luego habla con voz cambiada, más
profunda (escena III, acto I).
- [Siegfried] Baja de un salto del peñasco y se acerca (escena III, acto I)
- [Brünnhilde] Extendiendo amenazadora el dedo en que lleva el Anillo de
Siegfried (escena III, acto I)
- Se abalanza sobre ella; luchan. Brünnhilde se suelta, huye, se vuelve para
defenderse. Siegfried la agarra de nuevo. Ella escapa, él la alcanza. Los
dos forcejean. Él le agarra la mano y le quita el Anillo del dedo. Ella grita
con fuerza. Cuando, como rota, cae en brazos de él, su mirada roza
inconsciente los ojos de Siegfried (escena III, acto I).
- [Siegfried] Deja que ella, impotente, se deslice hacia el banco de piedra
que hay ante el aposento de la roca (escena III, acto I).
- [Brünnhilde] Mira impotente ante sí; con voz sorda (escena III, acto I)
- [Siegfried] Desenvaina la espada; con su voz natural. Sigue a Brünnhilde
(escena III, acto I)
- Hagen, con la lanza entre los brazos y el escudo al lado, está sentado
durmiendo, recostado en un pilar de la sala. La luna arroja de pronto una
luz deslumbrante sobre él y su entorno inmediato; se vislumbra a Alberich,
agachado ante Hagen y con los brazos en sus rodillas (preludio y escena
I, acto II)
- A partir de aquí, una sombra cada vez más oscura vuelve a ocultar a
Alberich. Al mismo tiempo empieza a amanecer (preludio y escena I, acto
II).
- Alberich ha desaparecido por completo. Hagen, que ha permanecido
siempre en la misma posición, mira ahora inmóvil y con los ojos fijos al
Rin, sobre el que se extiende el alba (preludio I y escena I, acto II).
- El Rin se colorea cada vez más por la encendida aurora. Hagen tiene un
estremecimiento. Aparece Siegfried de pronto, muy cerca de la orilla tras
435
un arbusto. Se presenta en su propia figura; sólo sigue llevando el
yelmo mágico en la cabeza: se lo quita ahora y, mientras avanza, se
lo cuelga del cinturón (escena II, acto II).
- [Hagen] Ha trepado a una roca en lo alto del foro; allí, vuelto hacia dentro,
apresta su cuerno de todo, disponiéndose a soplar (escena III, acto II).
- Hagen sigue en su elevado puesto. Sopla otra vez el cuerno. De las
distintas zonas del país responden los cuernos guerreros. Por diversos
caminos precipitadamente hombres armados, primero de uno en uno,
luego cada vez más juntos, que se van aglomerando en la ribera, delante
de la sala (escena III, acto II).
- [Hagen] Que ha permanecido serio, desciende y se sitúa entre los
hombres. Señala a los hombres el Rin; unos corren a la altura, otros se
sitúan en la orilla para ver a los que llegan (escena III, acto II).
- Algunos hombres saltan al río y llevan la barca a tierra. Todos se agolpan
cada vez más, en la orilla (escena III, acto II).
- Gunther sale con Brünnhilde de la barca; los hombres se alinean
respetuosamente para recibirlos. Durante lo que sigue, Gunther lleva a
Brünnhilde solemnemente de la mano (escena III, acto II).
- [Gunther] presentando a sus hombres a Brünnhilde, que le sigue pálida y
con la vista baja (escena III, acto II).
- Gunther conduce a Brünnhilde, que no levanta los ojos, a la sala, de la
que salen ahora Siegfried y Gutrune, acompañados por mujeres (escena
IV, acto II).
- Brünnhilde abre espantada los ojos y mira a Siegfried; su mirada,
estupefacta, se queda clavada en él (escena IV, acto II).
- [Brünnhilde] Casi sin poderse dominar. Con terrible violencia. Vacila
y parece apunto de caerse: Siegfried, que es quien está más cerca,
la sujeta. Débil en sus brazos, levanta los ojos hacia Siegfried (escena
IV, acto II).
- [Brünnhilde] Ve en el dedo de Siegfried el Anillo y se sobresalta con
terrible violencia (escena IV, acto II)
- [Brünnhilde] Trata de recuperarse, reprimiendo con esfuerzo su terrible
excitación. Señalando a Gunther (escena IV, acto II)
436
- Todos miran expectantes a Siegfried, que, contemplando el Anillo,
está sumido en lejanos pensamientos (escena IV, acto II).
- [Hagen] Interponiéndose entre ellos (escena IV, acro II)
- [Brünnhilde] gritando con el más terrible dolor (escena IV, acto II)
- Los hombres forman un círculo en torno a Siegfried y Hagen. Éste tiende
la lanza; Siegfried pone dos dedos de su mano derecha sobre la punta
(escena IV, acto II).
- [Brünnhilde] Entra furiosa en el círculo, aparta la mano de Siegfried de la
lanza y coge con la suya la punta (escena IV, acto II).
- [Siegfried] Se acerca más a Gunther. Se vuelve otra vez hacia los
hombres. Con desenvuelta energía, ciñe la cintura de Gutrune y se la lleva
a la sala. Los hombres y mujeres, arrastrados por su ejemplo, lo siguen.
El escenario ha quedado vacío, sólo con Brünnhilde, Gunther y Hagen.
Gunther, abochornado y de muy mal humor, se ha sentado en un lateral,
tapándose el rostro. Brünnhilde, de pie en el proscenio, sigue doliente con
la vista a Siegfried y Gutrune, y baja luego la cabeza (escena IV, acto II).
- [Gunther] Levantándose desesperado. Fuera de sí. Sobrecogido de horror
(escena V, acto II).
- Cuando Gunther y Brünnhilde se dirigen con vehemencia hacia la sala,
sale a su encuentro el cortejo nupcial. Muchachos y muchachas, agitando
varas floridas, van saltando alegremente. Los hombres llevan a
Siegfried sobre un escudo y a Gutrune en un sillón. En las alturas del
foro, siervos y criadas llevan por distintos senderos de montaña
utensilios y animales de sacrificio a las piedras sagradas,
adornándolas con flores. Siegfried y los hombres soplan en sus
cuernos la llamada nupcial. Las mujeres invitan a Brünnhilde a
situarse en cabeza, al lado de Gutrune. Brünnhilde quiere retroceder
con violencia, se interpone Hagen, empujándola hacia Gunther, que
vuelve a cogerle de la mano, tras lo cual deja que lo levanten del suelo
asimismo sobre un escudo. Mientras el cortejo, que apenas se ha
interrumpido, vuelve a ponerse en movimiento rápidamente hacia la
altura, cae el telón (escena V, acto II).
437
- Las tres Hijas del Rin, Woglinde, Wellgunde y Flosshilde, emergen de la
corriente y nadan en círculo, jugando al corro (preludio y escena I, acto
III)
- [Las tres Hijas del Rin] Dejando de nadar, perezosas. Vuelven a formar
corro. Cuerno lejano. Escuchan. Chapotean jubilosas (preludio y escena
I, acto III)
- Se oye el cuerno de Siegfried en la altura (preludio y escena I, acto III)
- Las tres se sumergen deprisa. Aparece Siegfried en la pendiente,
plenamente armada (preludio y escena I, acto III)
- [Siegfried] Bajando más por la pendiente. Llamando en voz alta. Se ha
quitado el Anillo del dedo y lo sostiene en alto (preludio y escena I, acto
III).
- Las tres Hijas del Rin emergen de nuevo. Se muestran serias y sonrientes
(preludio y escena I, acto III)
- [Siegfried] Coge del suelo un terrón de tierra, lo sostiene sobre su cabeza
y lo arroja hacia atrás al decir las últimas palabras (preludio y escena I,
acto III)
- Las Hijas del Rin han desaparecido por completo (preludio y escena I,
acto III)
- El sonido de los cuernos de caza llega desde lo alto (preludio y escena I,
acto III)
- Siegfried sale de su ensimismamiento soñador y responde con su cuerno
a las llamadas que se oyen (preludio y escena I, acto III)
- [Gunther] Mirando la cuerna pensativo y melancólico; con voz sorda
(escena II, acto III)
- [Siegfried] Vierte de la cuerna de Gunther a la suya, que se rebosa
(escena II, acto III)
- [Hagen] Hace llenar de nuevo una cuerna y vierte dentro el jugo de una
hierba. Tiende la cuerna a Siegfried (escena II, acto III)
- [Siegfried] Mira pensativo la cuerna y bebe luego despacio (escena II, acto
III)
- Gunther lo escucha con creciente asombro (escena II, acto III)
- Siegfried se pone en pie bruscamente y sigue con la vista los cuervos,
dando la espalda a Hagen (escena II, acto III)
438
- [Hagen] Clava su lanza en la espalda de Siegfried: Gunther le da un
golpe en el brazo, demasiado tarde. Siegfried levanta con ambas manos
su escudo para golpear con él a Hagen: las fuerzas lo abandonan y se le
cae el escudo hacia atrás; se desploma con estrépito sobre su propio
escudo (escena II, acto III)
- [Hagen] Se vuelve tranquilo hacia el lateral y se pierde por la altura, en
donde se le ve alejarse lentamente por el crepúsculo, que caía ya al
aparecer los cuervos. Gunther, transido de dolor, se agacha al lado de
Siegfried. Los hombres rodean compasivamente al moribundo (escena II,
acto III)
- [Siegfried] Cae hacia atrás y muere. Duelo inmóvil de los presentes.
Ha caído la noche. A un gesto mudo de Gunther, los hombres levantan el
cuerpo de Siegfried y, durante lo que sigue, se lo llevan lentamente por la
altura rocosa, en solemne cortejo. Gunther es el primero que sigue al
cadáver (escena II, acto III)
- [Gutrune] Escucha junto a la puerta de la derecha y llama en voz baja. Se
sobresalta y escucha algo lejano. Mira afuera angustiada. Va a volver a
su aposento: sin embargo, cuando oye la voz de Hagen, se detiene y,
paralizada por el miedo, se queda inmóvil unos instantes (escena III, acto
III)
- Hombres y mujeres, con luces y antorchas, acompañan el cortejo de los
que vuelven a casa, entre ellos Gunther (escena III, acto III)
- El cortejo llega al centro de la sala y los hombres dejan en ella el
cadáver sobre un estrado que levantan rápidamente (escena III, acto
III)
- Gutrune grita y se precipita sobre el cadáver. Conmoción y tristeza
generales. Volviendo en sí. Rechaza con violencia a Gunther (escena III,
acto III)
- [Hagen] Ataca a Gunther, que se defiende; luchan. Los hombres se
interponen. Gunther cae muerto por un golpe de Hagen (escena III,
acto III)
- [Gutrune] Se aparta ahora, llena de timidez, de Siegfried, y se inclina,
deshecha de dolor, sobre el cadáver de Gunther; permanece inmóvil
hasta el final. Hagen está de pie, apoyado desafiantemente en lanza y
439
escudo, y sumido en oscuros pensamientos, en el lateral opuesto (escena
III, acto III)
- [Brünnhilde] Sola en el centro; después de haber contemplado
largamente, primero con profunda conmoción y luego con melancolía casi
insuperable, el rostro de Siegfried, se vuelve ahora con solemne
exaltación a hombres y mujeres. A los hombres.
- Durante lo que sigue, los jóvenes levantan ante la sala, cerca de la orilla
del Rin, una enorme pira. Las mujeres la adornan con mantas sobre
las que extienden hierbas y flores (escena III, acto III)
- [Brünnhilde] Se sume de nuevo en la contemplación del rostro de Siegfried
muerto. Las facciones de Brünnhilde se van transfigurando cada vez más
dulcemente. Hace un gesto a los hombres para que lleven el cadáver de
Siegfried a la pira; al mismo tiempo, saca el Anillo del dedo de Siegfried
y lo contempla pensativa. Se ha puesto el Anillo y se vuelve hacia la
pira, en la que yace, extendido, el cadáver de Siegfried. Arrebata una
gran antorcha a un hombre, la agita y señala hacia el foro. Arroja la
antorcha al montón de leña, que se inflama enseguida. Dos cuervos han
volado de las rocas a la orilla y desaparecen hacia el foro. Brünnhilde
descubre a su corcel, que traen dos jóvenes. Sale a su encuentro, se hace
cargo de él y lo desembrida rápidamente; luego se inclina hacia el corcel
con cariño. Salta sobre el caballo y lo hace encabritarse. Salta con el
corcel a la ardiente pira (escena III, acto III)
- Inmediatamente las llamas se elevan crepitando, de forma que el
fuego llena todo el espacio que hay ante la sala y parece extenderse a
ésta. Los hombres y mujeres, espantados, se empujan hacia el proscenio.
Cuando todo el espacio escénico parece invadido por el fuego, se
extingue de pronto el resplandor, de forma que sólo queda una nube de
vapor que se desplaza hacia el foro y se extiende por el horizonte con una
oscura capa de nubes. Al mismo tiempo, el Rin ha crecido
enormemente, llegando con sus aguas al lugar de la hoguera. Las
tres hijas del Rin han venido nadando y aparecen ahora allí. Hagen, que
ha observado con angustia creciente la conducta de Brünnhilde desde lo
ocurrido con el Anillo, se espanta enormente al verlas. Arroja
440
apresuradamente lanza, escudo y yelmo, y se precipita como un loco
en la corriente (escena III, acto III)
- Woglinde y Wellgunde le enlazan el cuello con los brazos y, nadando
hacia atrás, lo arrastran a las profundidades. Flosshilde, nadando
delante de las otras hacia el foro, sostiene en alto jubiloso el Anillo
conquistado. A través de la capa de nubes que hay en el horizonte se
abre paso un resplandor rojizo de creciente claridad. Iluminadas por ella,
se ve a las tres Hijas del Rin en las aguas, más tranquilas, del río, que
poco a poco vuelve a su lecho, jugando alegres con el Anillo. Desde las
ruinas de la desplomada sala, los hombres y mujeres ve, con la mayor
emoción, el creciente resplandor del fuego en el cielo. Cuando éste
ilumina finalmente con la mayor claridad, se ve en él la sala del Walhalla,
en la que los dioses y los héroes, exactamente como describió
Waltraute en el primer acto, están sentados. De la sala de los dioses
parecen elevarse llamas luminosas. Cuando los dioses quedan
totalmente ocultos por ellas, cae el telón (escena III, acto III)
441
2.3.3. La representación: diversas puestas en escena de El Anillo del
Nibelungo.
442
fuese una cascada sobre la que Alberich pone sus manos cuando amenaza a
las tres hijas del Rin con quitarles el oro que custodian en las profundidades.
Alberich aparece desaliñado, sin ningún indicativo que nos den a entender
su baja estatura. Gabardina, entre verdosa y amarronada, amplia y hasta los
pies; pantalón bombacho en el mismo color, botas altas negras y camisa clara
desabrochada. No lleva peluca ni otros elementos de vestimenta que lo
caractericen.
443
escénicamente su visión parcial. Una camisa negra con chorrera y detalles
burdeos, chaleco ajustado al cuerpo y pantalones negros, por lo que nadie diría
que es el jefe de los dioses nórdicos. Wotan también deja que los demás dioses
le pongan una larguísima levita cargada de dorados y grandes puños. Donner y
Froh llevan estas largas levitas suntuosas de distintos tonos brillantes y con
encajes, terciopelos y chorreras.
Freia luce un vestido claro -de colores entre rosas y blancos- con un
atrevido escote y el pelo semirecogido. Fafner y Fasolt sí dejan constancia de
que son gigantes y ambos poseen largas ropas, así como una casaca con piel
sobre sus hombros que tapa casi toda la fisonomía. Las manos son enormes y
de material rígido. Sus cabezas están alargadas con moldes que favorezca su
extensión. El tamaño es el adecuado, porque los espectadores son capaces de
distinguirlos entre los demás. Ya dijimos que no se respetaba esta precisión
escénica con el enano en la primera escena porque mantiene la misma altura
que las ondinas, su altura natural como intérprete.
444
elemento de cartón-piedra para simularlo o de un telón, sino que han
aprovechado el factor del vestuario con el fin de lograrlo.
445
primera escena. Ellas se contonean para provocar y son lascivas, mueven
mucho los brazos y abren las piernas para enseñarle a Alberich sus poderes
embaucadores. Alberich va de un lado para otro de la parte más baja de la
escena, dejándose manipular por las hijas del Rin. Le pegan, lo tiran al suelo en
varias ocasiones y lo zarandean, mientras ríen al ver a un sumiso que se rinde a
los pies de todas ellas.
Los gigantes poseen toda la autoridad que Wotan no parece tener. Y Loge
es el papel que parece más inteligente y a la vez más cómico. Es muy ágil en
sus rápidos movimientos, a pesar de la joroba. Deja caer los brazos para
acentuar aún más su tara. Baila, ridiculiza a los presentes con sus muecas y se
vale de exagerados movimientos de piernas y brazos con la intención de que
todos puedan darse cuenta de que él conoce la verdad de lo que ocurre y es el
principio del fin. Wotan lo escucha con su lanza, mientras se arrastra desganado.
Los demás dioses están por el suelo con un gran disgusto: Freia es de los
gigantes y el oro del Rin no está en su lugar. Se agarran formando una cadena,
se tiran al suelo. El dios de los dioses se recupera y se yergue con decisión para
que Loge le acompañe en su periplo hacia el rescate de Freia. Loge desciende
por la misma plataforma mecánica en la que el fuego le hizo subir y entrar en
escena por primera vez.
447
transforma en un dragón monstruoso. Se vuelve a quitar el yelmo de la
cabeza y deja de ser dragón. Una plataforma lo baja entre humos:
desaparece el personaje y aparece un muñeco o marioneta de sapo. Es
un sapo que atrapan los dioses y consiguen vengarse del enano y
engañarlo con estas transformaciones (escena III)
- Lo maniatan y lo llevan hasta los dioses como muestra el texto del libreto
(escena IV).
- Alberich pide que lo desaten de una mano y Loge lo hace (escena IV)
- Los nibelungos suben por la sima vestidos de mineros con máscaras
protectoras y cascos, dejando el oro envuelto en el hogar de Wotan
(escena IV)
- Fricka corre hacia su hermana al verla con los gigantes (escena IV).
- Freia está en el foso rodeada del oro que trajo Alberich, colocada entre
los dos postes como quieren los gigantes (escena IV).
- Wotan está nervioso, confuso y enfadado porque no quiere dar el Anillo a
los gigantes, aunque el resto de los personajes traten de convencerlo
agarrándose a su lanza (escena IV).
- Wotan trata de evitar que Erda se vaya y se queda con la tela que cubría
su rostro (escena IV).
- Fafner mata a Fasolt entre golpes en el foso, cuando se disponía a
guardar todo el oro (escena IV).
- Donner saca el martillo, envuelve la escena en una nube tormentosa y se
dirige a un lateral para tirar de una cuerda que suba una tela que simule
la tormenta (escena IV).
- Wotan, grandioso, agarra su lanza y la levanta señalando el horizonte
para después avanzar con los demás dioses que se sujetan en cadena
nuevamente (escena IV).
Se escucha a las tres Hijas del Rin alabando el oro que han perdido,
mientras los dioses silencian y apenas se mueven (escena IV).
En cambio, los elementos originales que aporta esta versión operística serían:
449
- Donner no sube a un alto peñasco, sino a un mueble que está en las
dependencias de Wotan y el humo sale cuando Froh destapa un baúl
(escena IV).
- No hay un arco iris sobre un valle, pero encontramos cómo se disipa la
nubosidad de la tormenta creada por Donner y la luz cambia (escena IV).
- Todos se van con cierta pesadumbre siguiendo a Wotan, excepto Loge
que mira a Fasolt y tira del telón, iluminado por un foco de luz blanca muy
intenso (escena IV).
Las urnas se elevan cuando se han burlado suficiente del enano. Siguen
sumergiéndose en las alturas ante efectos de agua proyectados. Gotas de agua
en movimiento de color verdoso y de diferente tamaño acompañaban detrás a
450
las ondinas elevadas en sus urnas de agua. De repente, la imagen de la cara de
un bebé en el mismo color verdoso y amarillento completa la proyección, cuando
ellas le gritan al oro y sueltan algunas bolas de oro por el agua que les rodea a
cada una. Toda la escena culmina en un color amarillento tras soltar estas bolas
doradas. Del mismo color, sobre un fondo azul, se proyecta un anillo inmenso
que gira y al que se añaden otros anillos que se funden entre sí.
Alberich se enfurece de ver que está sirviendo de mofa para las hijas del
Rin, y la proyección amarilla de esa cara de recién nacido relucientemente
cambia a tener efectos de piedra. El enano deja soltar el agua de las urnas y va
cogiendo las cestas con las bolas de oro, situadas debajo de las urnas.
Unos figurantes salen y ponen unas redes en el suelo. Las ondinas salen
de las urnas sin agua como si se tratase de peces que no pueden estar vivos sin
el contacto del agua.
451
una especie de mochila o saco actual. Pintan sus rostros con blancos y líneas
que acentúen su carácter agresivo y travieso.
452
sobre la Tierra en una proyección. El vestuario negro de Erda nos indica que
vaticina un negro destino para los que se disputan este poder que ordenó labrar
el nibelungo Alberich. De nuevo, el color amarillo de un foco se dirige a la torre
humana de oro y Freia, con un vestuario similar en blanco y plata como dijimos,
contrasta con la imagen oscura de Erda sin dejar de sujetar la manzana en
ningún momento.
Cuando los dioses están decaídos, después de que Freia se fuese con los
gigantes, la proyección que ilumina en rojo el escenario equivale al oro que se
forja a través del fuego.
453
también son luces reflectantes que le dan notoriedad ante el enano y ante el rey
de los dioses.
Las ondinas dan volteretas en el agua, después de que las tres se hayan
reído del enano y, por ello, Alberich suelta el agua de las urnas y ellas se
desesperan tocando las paredes de su cubo para demostrar que están en
peligro.
454
al interpretar en esta situación atípica, puesto que es muy dificultosa esta
posición para un cantante y un actor, aunque esté poco tiempo así.
455
- Wotan le quita el Anillo al nibelungo con mucha violencia cuando lo ve
iluminado en la mano de Alberich (escena IV).
- Todos los dioses vuelven a esta escena de luces fluorescentes y en la
que Froh muestra su amor por Freia (escena IV)
- Freia corre a abrazar a su hermana y continúa con la manzana dorada en
la mano (escena IV).
- La medida del oro que tienen que entregar los dioses a los gigantes es la
altura de Freia y, para ello, sitúan a la diosa en el centro, rodeada de
nibelungos que realizan una torre humana desde el suelo (escena IV).
- Donner luce su martillo para alzarlo y que provoque la tormenta esperada
al final de la escena IV. Una espiral de color verdoso se proyecta detrás
de él. Da en el centro de la proyección y todo cae para desaparecer. Por
consiguiente, una tormenta demasiado irreal y fantástica (escena IV).
- Una red configura la imagen de una cabeza joven proyectada y es distinta
a la que llevamos percibiendo desde el comienzo de El Oro del Rin. Verde
sobre fondo azul, y Wotan, colocado en el centro con su lanza, está
cantándole al destino. La proyección se parte en dos ante la lanza del dios
y los figurantes, colgados en arneses por todo el fondo, decoran una
escena con predominio de la tonalidad azul. Delante, aparecen Fricka y
Wotan cogidos de la mano como escribe Wagner en su libreto (escena
IV).
Los elementos originales que aporta esta versión operística son una multitud y
muy variados. Situemos los más importantes:
456
- Las dos ondinas, que ya ha cortejado el nibelungo, se bañan juntas en la
misma urna, dejando vacía en la que Alberich se ha mojado (escena I).
- Ellas le escupen agua que tragan, mientras él se dirige a ver si la última
le hace caso. Las dificultades para llegar son evidentes, porque el enano
se mueve de rodillas, gateando hasta que se introduce dentro de la urna
de Flosshilde para conquistarla (escena I).
- Alberich toca las urnas cuando se han elevado con desesperación, porque
no puede acceder a las hijas del Rin que no dejan de nadar (escena I).
- No existe una fortaleza para la escena segunda, porque los protagonistas
están suspendidos en el espacio (escena II).
- Fricka le da una flecha del amor a su marido, pero no la acepta cuando le
habla de la dificultad por la que pasa Freia (escena II).
- Freia lleva en la mano una bola grande de color amarillo con forma de
manzana dorada (sus manzanas de la juventud), cuando aparece
corriendo para refugiarse al lado de su hermana y antes de que lleguen
los gigantes (escena II).
- Los gigantes se sitúan en el centro de la escena, siendo dos estructuras
robóticas en donde ellos cantan. No van armados con estacas (escena II).
- Donner y Froh se suspenden en el aire con las mismas plataformas que
el resto de los dioses, la única que se mantiene en el suelo es Freia con
la manzana (escena II).
- En cambio, Loge conduce un patín eléctrico grande de dos ruedas con
una luz roja intensa desde el que hace su entrada (escena II).
- Cuando Wotan le pregunta a Loge cómo forjar el anillo con el oro, la
proyección de la cara del bebé amarillo vuelve a aparecer detrás de los
personajes presentes (escena II).
- Wotan y el resto de los dioses se ponen una mascarilla de anestesia que
les hace dormir, mientras Loge no sabe qué les pasa y se acerca a
examinar uno a uno. Los dioses han bajado de las alturas y sus
plataformas están a ras del suelo ante la expectante mirada de Loge y las
reflexiones sobre la senectud del soberano dios Wotan (escena II).
- Una plataforma baja para que Wotan y Loge puedan elevarse a lo más
alto en busca de Freia. Los dos ven el universo proyectado detrás y es
457
como si volasen hacia la proximidad de Nibelheim, al final de la escena
segunda.
- De repente, la proyección cambia a una mina enorme, una forja actual
(escena III).
- Los nibelungos son figurantes que deambulan y se arrastran por el suelo,
siguiendo las órdenes de Wotan y su lanza. Estos nibelungos están
caracterizados con un traje enterizo ajustado que incluso cubre sus
rostros y todos en un mismo color: blanco y detalles en plata. No parecen
enanos, ni personas. Son iluminados en amarillo intenso detrás de los que
protagonizan la escena: Wotan, Loge y Alberich (escena IV)
- Wotan sí se pone el Anillo con un engarce en su dedo, aunque no lo
introduce de forma regular porque tiene el tamaño de una pulsera, sino
que mete su dedo en el engarce y deja que luzca todo el círculo iluminado
(escena IV).
- El rostro de bebé vuelve a estar presente cuando Wotan posee el Anillo y
Alberich le cuenta que el señor del Anillo irá muriendo lentamente con su
reino. La imagen del niño y la iluminación de los figurantes por el suelo,
que representan el oro, es cada vez de un verde y un amarillo más
estridente o fluorescente. Wotan no deja de mirar el Anillo iluminado hasta
que vuelven a colocarse en sus plataformas mecánicas (escena IV)
- Se sirven de los propios figurantes para establecer una torre humana con
la altura de Freia para conseguir la medida del tesoro. No existen postes
que midan la cantidad de oro (escena IV).
- Loge hace que le coloquen el yelmo a un figurante que ha colaborado en
la torre de oro que se rige por la medida de Freia (escena IV).
- Sobre la torre humana de oro se proyecta el planeta y se baja la
iluminación hasta que Erda hace su aparición (escena IV)
- Cuando liberan a Freia, los figurantes que interpretaban el oro van
rodando por el escenario para apartarse de los dos gigantes que han
entrado en escena (escena IV).
- Al darle Fafner un manotazo con la estructura metálica, Fasolt muere y
desciende su estructura. Además, el intérprete se recuesta sobre la
misma (escena IV)
- Los dioses no ríen ni cruzan un puente al finalizar la escena IV.
458
- Todos los figurantes se unen con sus manos y dejan de estar tumbados
para ponerse de pie. Forman una red humana adornada en los laterales
por colores llamativos, un posible arco iris mencionado en el texto, que
motive la partida de los dioses. Esa red humana se deshace poco a poco
y se vuelve a unir con todos los dioses dentro de ella (escena IV).
Acerca del mobiliario hay que apuntar que es bastante fiel al libreto,
porque en el primer acto se representa el interior de una casa decimonónica con
un fresno en el centro, dando lugar a una habitación espaciosa y rústica. Una
tempestad deja intranquila a Sieglinde, que mira hacia la puerta y corre cuando
ve entrar a alguien. Alrededor del fresno, los sirvientes de la casa de Hunding y
Sieglinde preparan una mesa para la cena. El mantel y el tablero de la cena,
cena que no han tomado, queda esparcido junto al fresno, tras un ataque de ira
ante la revelación de la identidad de Siegmund.
459
El siguiente acto debería presentar un decorado basado en rocas
abruptas en un desfiladero, una pendiente que se elevase hacia el fondo y un
enorme peñasco en forma de meseta. En cambio, vemos un salón con un espejo
de cuerpo entero en un lateral, una bola central que gira sobre una brújula
dibujada con baldosas en el suelo, una silla en el otro lateral y la puerta de
entrada completamente abierta.
Hay pocas distinciones que hacer que aludan a la poca luz en escena. Los
sirvientes de la casa utilizan velas para contextualizar la época del siglo XIX.
Colocan estas velas en la mesa. La luz de la luna también focaliza parte del
edificio en el momento en que Sieglinde y Siegmund van a proceder a declararse
su amor. Al comenzar el segundo acto, la luz es muy oscura y son escasamente
enfocados la valquiria y el dios Wotan, precisamente en el momento de
entregarse a la batalla y de armarse, cuando la hija valquiria sujeta la lanza de
su padre.
461
Fricka manipula a su esposo provocando que la abrace y note su desazón
al haber sido engañada por Wotan. Exagera su desesperación, abriendo
demasiado los ojos y colocando las manos tensas delante de su cintura y de su
pecho. Wotan no deja que Brünnhilde le quite la bata, pues su emoción va
creciendo ante la angustia que siente por los acontecimientos que acaecerán.
Wotan se siente culpable de ser infiel y de aceptar la decisión de dar muerte a
Siegmund. Se mira al espejo de pie y, a continuación, se sienta para mirarse muy
fijamente. Se quita el parche y llora delante de su reflejo. Por lo tanto, su
monólogo es delante del espejo, del reflejo de un dios que no encuentra
consuelo.
462
- Siegmund blande la espada delante del cuerpo de Sieglinde dormido
porque se siente desesperado por tener que cumplir con una acción
que no quiere hacer. Prefiere matar su cuerpo y el de Sieglinde antes
que partir al Walhalla con Wotan (acto II).
- El enamorado hijo salvaje de Wotan toma la cabeza de su hermana,
la besa en los labios con pasión y se levanta con resolución ante el
sonido del cuerno de Hunding (acto II).
- Sieglinde se agita al despertar, debido al miedo que tiene. No
asistimos a una exposición de truenos y relámpagos, solamente a
una niebla provocada por el humo (acto II).
- Un relámpago no ilumina ninguna torre, ni relámpagos que nos
hagan ver cómo la valquiria proteje a Siegmund cuando entra en
combate con Hunding (acto II).
- Al choque de la espada con la lanza de Wotan que llevaba
Brünnhilde, Notung se rompe. Hunding da muerte a Siegmund con
su espada y el jefe de los dioses ve a su hijo muerto con tristeza.
Hunding también cae muerto. Wotan enfurece porque Brünhhilde se
ha fugado con Sieglinde. El dios no para de buscar con su lanza y
apunta sin mesura al lugar oscuro. Se siente muy traicionado por la
valquiria y la cara del dios está desencajada (acto II).
- La tormenta ambienta la escena de las valquirias, pero ninguna hace
uso de caballos para su llegada (acto III).
- Grane, el caballo de Brünnhilde, debería haber aparecido en escena
porque es nombrado varias veces por las hermanas valquirias y es
un elemento escénico importante, porque sobre él está el cuerpo de
Sieglinde que las valquirias atisban desde lejos hasta que se
aproxima (acto III).
- Brünnhilde le entrega los trozos de Notung a Sieglinde para que los
guarde y su futuro hijo los herede (acto III).
- Todas las valquirias se unen en corro y esconden a Brünnhilde ante
un colérico padre (acto III)
- Brünnhilde sale de entre las valquirias y se dirige con humildad a
Wotan (acto III).
463
- El resto de las valquirias se abrazan a su padre cuando escuchan
que su hermana será desterrada. Se retiran lanzando gritos de dolor
sin escuchar el galopar de sus caballos (acto III).
- Brünnhilde se levanta un poco hasta quedar de rodillas después de
la marcha de las valquirias y ante la mirada de Wotan (acto III).
- Wotan no canaliza su enfado y sostiene el brazo de la valquiria con
fuerza. Su destino no puede elegirlo y ha de asumir lo que le espera
(acto III).
- Posteriormente, el dios se estremece ante Brünhhilde y le cuenta
cómo solamente el mayor héroe la rescatará de un fuego que rodee
la roca en la que yacerá dormida. Le abraza su cintura y se funde en
un eterno abrazo del que le cuesta salir. El personaje de Wotan
demuestra que hace su labor en contra de su voluntad y enviar a
Brünnhilde a esta roca le destroza el alma. De nuevo, padre e hija
se vuelven a abrazar en lo alto de la roca para despedirse (acto III).
- Wotan besa a su hija en los ojos y Brünnhilde duerme
profundamente. Es desplazada en brazos por el dios y la sitúa donde
ha de permanecer hasta que un héroe que no tema al miedo la
rescate. Le coloca su casco antes de marcharse (acto III)
- La lanza provoca el fuego cuando Wotan invoca la fuerza de Loge.
Una iluminación roja acompaña a los efectos de humo donde
Brünnhilde duerme (acto III)
464
- Siegmund no se acerca a un fogón cuando le desvela al matrimonio quién
es y el motivo por el que no se llama Friedmund o “mensajero de la paz”
(acto I).
- No hay fuego que se avive de los tizones encendidos cuando se ven por
la noche Sieglinde y Siegmund (acto I).
- Brünnhilde no cabalga en la cumbre de las rocas, porque ni hay rocas ni
hay caballo. Tampoco se esconde de la presencia de Fricka en una gruta
(acto II).
- Fricka extiende su mano delante de Brünnhilde para que Wotan selle el
pacto con ella: hay que acabar con el welsungo para honrar a la diosa tras
su infidelidad (acto II).
- Wotan no se recuesta en una roca, está sentado en una silla muy abatido
tras su juramento. (acto II).
- Wotan empuja a Brünnhilde para que reaccione y le sea fiel a sus
propósitos. Ella se sujeta a la lanza cuando Wotan se va, se coloca el
casco y la armadura del pecho y se siente temorosa porque el combate
será muy duro. Se va con la mirada perdida y sin levartar la vista apenas
del suelo (acto II).
- Siegmund no conduce a Sieglinde hacia una piedra en forma de lecho;
ella se tumba sobre el escenario. Su terror le lleva a reírse sin sentido
como si enloqueciese (acto II).
- Brünnhilde no entra en escena con el corcel sujeto por la brida, sino
andando despacio, desprovista de armadura y casco, con una tela blanca
doblada en su brazo (acto II).
- La valquiria le quita la manta al salvaje hijo de Wotan y le ayuda a
desvestirse el torso con la intención de asearlo con las telas blancas que
llevaba en su brazo. Le coloca la tela sobre el cuerpo de Siegmund y
ambos caminan despacio y ceremoniosos hacia el cuerpo dormido de
Sieglinde. En el instante de conocer la noticia sobre su destino, Siegmund
declina la idea de ir a Walhalla porque sin su amada hermana Sieglinde
no va a acudir. Se quita la tela, la arruga entre sus manos y la arroja al
suelo (acto II).
- No hay cambio de luces ni una tempestad al finalizar la escena IV del acto
II. La luz no varía prácticamente nada.
465
- Las valquirias intentan ayudarse para trasladar los cuerpos fallecidos que
hay esparcidos (acto III).
467
pies, que apenas se perciben porque las telas de distintas pieles cubren todas
sus piernas.
468
espectadores sabrán, gracias a esta recapitulación de hechos por parte del jefe
de los dioses, los motivos por los que Wotan se siente tan frustrado.
Fricka está indignada con Wotan por su pasado infiel y su mala gestión a
la hora de tomar decisiones y gesticula muchísimo con los brazos en la
plataforma hasta que baja al terminar y apoya sus manos en el suelo como señal
de estar derrotada en el acto II. Fricka desespera y se retuerce, apretando muy
fuerte sus puños para reprimir tanta repulsa hacia la situación de Wotan y de sus
hijos lobeznos ilegítimos que ahora se han fugado juntos por amor y le pide con
rabia a su marido que abandone al welsungo. Wotan está abatido, andando muy
despacio y mantiéndose largo tiempo con cierta quietud sobre su lanza, porque
tiene que aceptar la situación de abandonar a sus hijos por el deseo de su mujer.
Se agacha con la intención de desmoronarse en escena y su dolor es
manifestado al público porque no abandona la vista del suelo y de la lanza.
469
Los elementos escénicos que aparecen en esta representación y respetan el
libreto son:
470
- En vez de sentarse en una mesa de cena, Hunding ofrece sitio en el
suelo a Siegmund mientras parte con un enorme cuchillo una pieza de
carne (acto I).
- Cuando Sieglinde trae comida, se trata de un plato y un mortero
rústicos, al modo del paleozoico. Arroja algunas hojas o pétalos y
machaca, ante la atenta mirada de Hunding y Siegmund. Ofrece bebida
y se la lleva gateando a su marido (acto I).
- Una espada proyectada da vueltas delante del fresno proyectado en el
momento en que Siegmund alude a la espada de su padre (acto I).
- Se abre el fondo del escenario hacia dentro y la luna queda partida en
dos, así como el fresno queda también dividido a los ojos del espectador
(acto I).
- Cuando Sieglinde le comunica a Siegmund que una espada está
clavada por su padre en el fresno para que su hijo la extraiga si puede,
el salvaje hijo de Wotan se dirige a la proyección y saca la espada. Esta
proyección del fresno estaba repleta de las letras que componen el
nombre de “Siegmund” antes de asir la espada (acto I)
- Se besan apasionadamente cuando rescatan esta espada y se abren
las puertas del panel de proyección para que se vayan corriendo de la
escena los dos hermanos enamorados (acto I).
- No vemos que el padre y su hija valquiria se detengan en la cima de un
peñón (acto II).
- Brünnhilde no desaparece entre los picos rocosos, puesto que
solamente se percibe la proyección del espacio (acto II).
- Brünnhilde no aparece a caballo después de que el matrimonio de
Wotan y Fricka fijasen su trato (acto II)
- Cuando Wotan alude a que renuncia a su obra delante de Brünnhilde,
un planeta incandescente se proyecta detrás de él y es tapado por un
satélite para dar lugar a una tremenda tormenta (acto II)
- Wotan ordena a Brünnhilde que mate a Siegmund y le da la lanza de la
valquiria para que siga los pasos que su padre le dice. La imagen
incandescente vuelve para ilustrar un momento dramático tan difñicil
(acto II)
471
- Está nevando en la escena tercera del acto II, pues así es más extrema
la situación fugitiva de Siegmund y Sieglinde. La imagen del fresno es
pobre y sin ramas, como si se hubiese marchitado o estuviese cortado.
- El panel de proyección se abre y llega Brünnhilde con la nieve cayendo
y una estructura futurista sin su corcel. Lo único que respeta del libreto
es que empuña la lanza y observa muy pensativa. La única proyección
que ambienta el escenario es la nieve fina sobre los personajes y sobre
la estructura (acto II).
- Brúnnhilde sujeta un bote de pintura de témpera y le pinta a Siegmund
la frente de color azul, posteriomente las manos, las mejillas. Es la señal
de que es el elegido para seguir a la valquiria hasta el Walhalla.
- Siegmund coge la espada, Notung, para reafirmarse: no quiere ir a
Walhalla y Hunding no le parece un rival digno de él (acto II)
- La estructura que sirve de decorado en esta escena se aproxima a
Sieglinde antes de que se despierte. Una vez despierta, la estructura va
desmontándose y se erige en fragmentos colgantes sobre el escenario,
al tiempo que Hunding ha llegado para luchar contra Siegmund. El dios
Wotan y la valquiria han visto la muerte de Siegmund desde sus
plataformas. Brünnhilde pone encima el cuerpo de Sieglinde sobre su
plataforma y huyen. Wotan observa la estructura móvil de la que
cuelgan figurantes para que prosiga en movimiento y analiza a Hunding
hasta que muere de un grito que lanza Wotan (acto II).
- Lo cuerpos colgados de la estructura se mantienen inmóviles hasta que
la música deja de sonar y Wotan desaparece en su plataforma (acto II).
- Sieglinde es dirigida por la plataforma y no la despiertan en una cumbre
(acto III).
- Hay dos alturas para la escena de la cabalgata de las valquirias: cinco
plataformas elevadas y el resto de las guerreras en el suelo (acto III).
Sin una proyección que las acompañe durante la declaración de
Brünnhilde. Ella pide fidelidad a sus hermanas porque sabe que Wotan
la castigará por proteger a Sieglinde y al fruto del amor de los dos
hermanos salvajes.
- La tormenta proyectada se desata cuando esperan la llegada de Wotan
y un fuego rojo proyectado acompaña su entrada (acto III).
472
- Wotan y la valquiria se quedan a solas con la imagen del firmamento
como decorado y el paso de una estrella fugaz de forma muy lenta para
incidir en la poca suerte que le espera a Brünnhilde a partir de ahora
(acto III).
- Wotan coloca el escudo y la lanza de la valquiria sobre el cuerpo de
Brünhhilde, mientras duerme y antes de verse fuego en la plataforma
(acto III).
- Una vez que invoca a Loge, Wota sube en su plataforma y ve cómo los
figurantes van encendiendo y sujetando el fuego hasta crear un círculo.
La plasticidad de la imagen es enorme, porque Wotan está en el mismo
centro que su hija, pero elevado. A su vez, la forma de proceder con el
fuego, encendiéndose las antorchas lentamente hasta conformar un
círculo de fuego, se ve ayudado por la imagen proyectada de distintos
colores fuertes en cuatro paneles que ilustran la expectación fervorosa
del final de esta ópera inconclusa hasta que las proyecciones dejan de
verse y, sobre fondo negro, Brünnhilde sigue durmiendo en este círculo
de fuego humano (acto III).
473
El proscenio debería estar formado por una caverna con dos entradas
naturales al bosque, mientras Mime martillea en un gran yunque al ritmo de los
sonidos orquestales. El aspecto de la caverna y del bosque se mantienen,
aunque es un espacio muy amplio para considerarse tal y como Wagner quiso
expresar en su libreto. La fragua se consigue gracias a efectos de humo que
parece una fogata y una gran rueda se sitúa detrás para que pueda fundirse el
acero.
474
con unos guantes en el momento en que va a reparar la espada de su padre, así
como un mandil de cuero. Durante el acto II sigue con el mismo vestuario,
añadiendo un sombrero decimonónico y su lanza; ésta le sirve para sujetarse
mientras habla con el nibelungo Alberich.
Erda no está cubierta como con escarcha en la escena I del acto III, sino
de una tela clara que nos hace no apreciar su fisonomía. El Viandante continúa
con la misma vestimenta, pero sin el sombrero del acto II, aunque en la escena
II lo vuelve a llevar puesto en el momento en que conversa con Siegfried sobre
los acontecimientos sucedidos anteriormente: muerte del dragón, muerte de
Mime, la espada y la forja del anillo.
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acompaña en su ejecución dramárica, cuando se piensa qué hacer y decir se
manifiesta torpe y realiza gestos extraños con sus manos o se sienta en el
yunque con la mirada puesta atrás continuamente por si le atacan.
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- Mime coge algunos recipientes y en una olla grande remueve hiervas,
varios huevos y otros ingredientes con satisfacción. Amasa con un rodillo
las hierbas y Siegfried sigue avivando el fuego para rehacer la espada tal
y como su padre hubiese querido. Una gran rueda de metal gira detrás de
la fragua mientras ésta no cesa (escena III, acto I).
- Siegfried forja al compás de la música sobre el yunque con un martillo
(escena III, acto I).
- Alberich retrocede al reconocer a Viandante y saca su furia
posteriormente (escena I, acto II).
- Siegfried y Mime corren hacia delante cuando amanece en la escena II
del acto II y el héroe lleva la espada en la mano en vez de un cinturón de
tiras de cuero como expresa el libreto.
- Siegfried se tira al suelo para observar cómo se va Mime y cuenta que no
quiere volverlo a ver, porque no es su verdadero padre y ya conoce la
verdad de su historia (escena II, acto II).
- No hay un manantial cercano a Siegfried, pero sí atiende al pájaro que le
canta y trepa un árbol para coger la jaula (escena II, acto II).
- Siegfried toca una caña que pule con su espada y se sitúa delante del
pájaro para llamar su atención (escena II, acto II).
- El héroe coge la trompa de caza y sopla en ella de espaldas al público y
a la jaula (escena II, acto II).
- Sube un telón detrás de Siegfried y un artefacto de dragón negro se
mueve mientras Fafner amenaza a Siegfried. El artefacto tiene cuatro
ruedas de un carro y es manipulado por figurantes para que las patas se
muevan (escena II, acto II).
- Siegfried lucha con su espada para vencer al dragón y lo consigue tras
clavarle la espada en el pecho. El dragón desaparece y es Fafner con la
espada clavada el que aparece moribundo. Fafner se arrodilla para estar
a la altura del héroe y le cuenta que dio muerte a su hermano por la codicia
del oro. El gigante muere y Siegfried le quita la espada del pecho después
de propinarle una patada (escena II, acto II).
- Cuando Siegfried se lleva las manos a la boca para chuparse la sangre
de Fafner escucha el sonido de los pájaros y esa voz del pájaro del
bosque le inspira y lo deja extasiado (escena II, acto II).
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- Mime entra con sigilo y comprueba la muerte del gigante Fafner, cuando
es sorprendido por Alberich (escena III, acto II).
- El héroe sale con el yelmo en la cintura y el anillo puesto en su dedo.
Escucha de nuevo la voz del pájaro al tiempo que Mime lo observa y
disimula ante él (escena III, acto II).
- Mime le ofrece a Siegfried una bebida con hierbas después de mostrarse
muy zalamero con él, como escribe Wagner en las acotaciones de su
libreto (escena III, acto II).
- El héroe blande la espada y mata a Mime, al que arrastra hasta el fondo
del bosque y lo deja colgado de un árbol, justo delante del cuerpo sin vida
de Fafner (escena III, acto II).
- Siegfried intenta hacer rodar el cuerpo del gigante hacia la entrada de la
caverna (escena III, acto II).
- Wotan pone su mano sobre la frente de Erda y la vuelve a su estado
somnoliento del inicio de la escena, pues la diosa desaparece rodando sin
cubrirse en este caso por las telas (escena I, acto III).
- El Viandante observa el cielo porque el crepúsculo lunar ha inundado el
lugar escénico (escena I, acto III).
- Un incendio fluctuante se ve entre efectos de humo de color anaranjado
(escena II, acto III).
- Siegfried parte la lanza de Wotan en dos y toca el cuerno para adentrarse
en el fuego para rescatar a Brünnhilde. Solamente vemos lo que expone
en la acotación, es decir, al héroe entrando hacia el fuego y los humos.
Posteriormente, el espacio rocoso donde yacía la valquiria se despeja del
humo tan intenso y se deja ver a la dama para comenzar la última escena
del acto III (escena II, acto III).
- Siegfried corta los anillos que sujetaban a Brünnhilde a su armadura y le
quita la coraza y guardabrazos. Mira a la dama con gran excitación, que
tiene aquellos ropajes en tonos azules y grises, no blancos como escribe
Wagner (escena III, acto III).
- Siegfried besa dos veces a Brünhhilde en la boca y levanta su cuerpo para
volverla a besar una tercera. Con miedo. Llevánodse las manos a la boca
por el temor, se arrastra unos metros para observar qué sucede con la
hermosa mujer (escena III, acto III).
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- Brünnhilde despierta con angustia de su castigo divino, costándole abrir
los ojos. Se emociona al verse capaz de mirar a su alrededor y de ver la
luz del sol (escena III, acto III).
- Siegfried abraza a la valquiria por detrás, que se muestra reacia a rendirse
en sus brazos al principio (escena III, acto III).
- Brünhhilde se tapa los ojos, según versa en el libreto, cuando cree que su
vista se nubla y el miedo le sobrepasa tras haber sido castigada por Wotan
al largo sueño en el que ha estado inmersa (escena III, acto III).
- Siegfried se suelta de los brazos de su enamorada para hacer una pirueta
como señal de su alegría por el mutuo amor (escena III, acto III).
- Los dos enamorados se abrazan finalmente con efusividad hasta dejarse
caer en el suelo y se cierra el telón (escena III, acto III).
- De esta manera, los elementos originales que aporta esta versión
operística:
- En el acto I, el decorado cambia cuando Siegfried se va en la escena
primera muy enfadado porque Mime le ha ocultado su pasado. Al mismo
tiempo, aparece Wotan con su lanza y no deja de moverse el cuadro
escénico: muros, una fragua tapada por una lona…
- Wotan le pone la lanza en el cuello a Mime (acto I, escena II).
- La Fragua echa un humo de color anaranjado, similar al fuego y humo en
la parte de arriba que se corresponde con un conducto de la chimenea
(escena II, acto I).
- Siegfried no se abre paso entre la maleza del bosque cuando ve a Mime
desesperado después del encuentro con el Viandante (acto I, escena III).
- Siegfried le arrebata Notung de las manos a Mime y procede a rehacer la
espada en el pequeño foso y encima del yunque (escena III, acto I).
- Mime se sube a una escalera y se viste como si fuese un emperador con
algunos ropajes que ha encontrado en el foso de la caverna. Se corona
con una cacerola y observa cómo Siegfried parte el yunque con la nueva
Notung invencible (escena III, acto I).
- Alberich está deambulando por el bosque al final del acto II, cuando
Siegfried está cansado tras matar a Mime y el dragón o gigante (escena
III, acto II).
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- El héroe abre la jaula y arroja al pájaro en libertad mientras amanece y se
ve mayor luz escénica. Corre hacia el fondo y acaba el acto (escena III,
acto II).
- El Viandante pisa las telas de Erda con su lanza y descubre su rostro muy
envejecido y apesadumbrado. En esta versión emplean telas que han
ocultado a Erda durante toda la escena hasta que Wotan consigue hacerla
visible de esta manera y en el momento en que ella confiesa que prefiere
dormir para que el sueño le ayude o que la libere del conjuro. Erda se
atreve a coger la lanza de Wotan y se apoya con dolor a ella. Un dato
escénico que es original de la versión que ha realizado el director escénico
Chéreau (escena I, acto III).
- No levanta el escudo para verle la cara a la valquiria ni tampoco le suelta
el yelmo para ver su cabello rizado (escena III, acto III).
480
Siegmund. El decorado se fundamenta en la proyección de la fragua que vimos
en La valquiria. Cuando el nibelungo expresa su deseo de soldar los pedazos de
Notung, se proyecta una espada en un estridente color amarillo detrás del enano.
Una urna de agua está sobre la mesa y debajo de la mesa hay una pequeña
balda de estantería de hierro con botes y utensilios necesarios para la faena.
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Viandante, las proyecciones y la música sin percibir visualmente truenos ni
relámpagos. Desde abajo, se proyecta posteriormente y lentamente una
montaña rocosa inhabitada rodeada de agua que se enfoca también con sentido
de profundidad para dar perspectiva al plano. Se abren las pantallas del fondo
de proyeccón y aparece Erda sentada en su plataforma. La escena II del acto III
tiene un decorado gracias a muchos figurantes que llena la escena de varas que
sujetan y dan la impresión de querer ambientar un bosque o una arboleda, más
que una cueva como figura en el libreto. El Viandante se apoya y agarra dos de
las varas, mientras Siegfried le desvela que él mismo restauró la espada y la
enseña para corroborarlo. Toda la escena se apoya en una proyección en color
rojo sin más. Estos figurantes ocupan el espacio escénico de formas distintas,
yéndose a laterales y dándole movimiento a sus materiales que sostienen desde
la cintura, se dividen en dos grupos enfrentados y dan predominio a la quietud o
reanudan el movimiento con ejercicios de cadera y rodillas con coordinación.
482
El Viandante cambia su vestuario con respecto a los actos anteriores,
puesto que es un Wotan que se tapa con abrigo impermeable, de un material
parecido al plástico, con capucha gris y portando su lanza con decisión. Al
quitarse la capucha, comprobamos que lleva sobre la frente una cinta negra que
se adorna con materiales de metal.
Alberich lleva una estética parecida a Mime, con cables en sus hombros
y en su espalda, aunque el color predominante es el negro. El cuero, la tela negra
y algunos elementos decorativos en brazos y rodillas le dan al nibelungo un aire
fantástico muy peculiar.
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héroe siguiendo su ritmo. Por otra parte, en el inicio del acto II, ruedan por el
suelo una serie de figurantes que van acompañando a Alberich y al Viandante,
hasta que se establece el sistema de preguntas y respuestas, entre el rey de los
nibelungos y el jefe de los dioses, para recapitular los hechos acaecidos.
Una luz intensa y azul sirve de decoración para la escena III del acto III
determinante, en que el beso, del que no conoce el miedo, va a salvar del sueño
eterno a la valquiria. Del mismo modo, se ilumina el anillo colgado del cuello del
héroe protagonista.
484
- Siegfried se quema con la sangre del dragón, la chupa y escucha el
canto del pájaro, al tiempo que el pájaro vuela y canta colgado en el aire
(escena II, acto II)
- Siegfried sale de nuevo, no de una cueva, con el yelmo mágico en la
mano y se lo coloca en el cinturón y con el anillo encendido que se lo
ubica en el cuello como un colgante (escena III, acto II).
- Wotan, en el papel de Viandante, clava su lanza en el suelo del
escenario con ímpetu para apoyarse en ella (escena I, acto III)
- Siegfried rompe la lanza de Wotan de un solo golpe (escena II, acto III).
Al romperla, todos los figurantes se agachan y hacen movimientos con
sus varas para otorgar plasticidad simétrica a la escena, hasta que el
dios se marcha y ellos van tras él (escena II, acto III).
- Siegfried toca el cuerno de caza mientras que se proyectan imágenes
en movimiento de esas cumbres nevadas con luces verdes en vez de
blancas como ocurría con el Viandante (escena II, acto III).
- Se respeta el amanecer sobre las montañas, la aurora que se enfoca
en movimiento para que empiece la escena III donde ha de ubicarse.
Un fuego también se proyecta cuando se localiza el lugar del que, al
abrirse las pantallas de proyección, Brünnhilde está en esa plataforma
circular rodeada de antorchas sujetadas por figurantes (escena III, acto
III).
- Siegfried le quita a Brünnhilda el casco y el escudo que protegía su
sueño, después de palparlo. En el momento en que descubre el escudo,
las antorchas se apagan y los figurantes desaparecen del lugar (escena
III, acto III).
- El héroe besa a la valquiria, que responde lenta a los estímulos y
despierta de su sueño muy aturdida. Inmediatamente, al ver cómo se
despierta, Siegfried salta de la plataforma y se esconde y Brünnhilde
esboza una sonrisa al ver la luz, aunque sea muy azul e irreal. Dicha luz
torna a un color azul en las pantallas laterales y sigue azul al fondo. No
hay un sol natural, evidentemente, como exclama de emoción la
valquiria (escena III, acto III).
- Siegfried trata de abrazar a Brünnhilde con pasión y en el primer intento
se resiste (escena III, acto III).
485
- Los dos enamorados se acercan con pasos muy pausados y se besan
apasionadamente (escena III, acto III).
Los elementos originales que aporta esta versión operística pueden sintetizarse
así:
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- El fuego cada vez es mayor y Mime vierte líquidos en una olla, aunque
son líquidos y no hierbas que trata hasta crear un brebaje natural
(escena III, acto I).
- Los figurantes traen un ataúd pequeño y lo colocan sobre la esfera
ardiendo.
- Una máquina proyectada detrás se simultanea en imágenes con la
visión de una espada resplandeciente y con el fuego (escena III, acto I).
- Al abrir el ataúd, sacan un trozo de Notung con la finalidad de forjarlo.
Siegfried lo acerca al fuego y huele los mejunjes que elabora Mime
(escena III, acto I).
- Los figurantes que se colocan al fondo de la escena realizan el mismo
toque metálico que Siegfried sobre el yunque cuando pule Notung. De
repente un figurante se pone en el suelo a hacer bailes urbanos al ritmo
del metal (escena III, acto I).
- Siegfried es elevado en la misma plataforma en la que apareció y da un
golpe final con Notung sobre la mesa en la que ha sido restaurada, pero
no parte el yunque (escena III, acto I).
- No se levanta un viento tormentoso ante la partida del Viandante y
cuando se queda solo Alberich al finalizar la escena I del acto II.
- Siegfried no intenta subirse a un árbol cuando escucha al pájaro
cantando, sino que se alza sobre un módulo o plataforma de metal
sujetada por un figurante. El pájaro no es real como en la versión
anterior ni está en una jaula, pues es una figurante con alas articuladas
que vuela con un arnés (escena II, acto II).
- Fafner es un dragón en forma de estructura metalizada que no tiene
rostros. Son varios módulos de metal articulados por figurantes y que
se mueven como una serpiente o un dragón. Diferentes luces y focos
intermitentes irradian sobre esta nueva concepción de dragón. Siegfried
le clava la espada en un hueco que hay para ello en el tercer módulo de
metal. Una proyección de sangre a chorros y la luz roja nos conducen a
pensar en la muerte de semejante dragón. La plataforma del gigante
nos lo acerca con un aspecto distinto al Oro del Rin. Tres apéndices
negros le surgen de la cabeza, como si fuesen cuernos exagerados.
Viste completamente de negro, al modo que poseía anteriormente, y
487
tiene la cara pintada con simetrías negras en la frente y en la boca
(escena II, acto II). Fafner no tiene clavada la espada como en la versión
de Chéreau.
- La discusión entre los nibelungos, Alberich y Mime, es el mismo lugar
vanguardista teñido con una iluminación azul (escena III, acto II).
- Mime y Siegfried están sobre dos plataformas, como si fuesen árboles,
que son movidas por figurantes. El nibelungo se mantiene de pie y el
héroe está sentado sujetando con fuerza la espada. Les van dando
vueltas por el espacio escénico y no se cruzan. Las luces cambian: ellos
son enfocados en dos en un intenso amarillo y todo el escenario se
mantiene en un azul oscuro con proyecciones abstractas (escena III,
acto II).
- Siegfried mata a Mime y el anillo sigue iluminado en su pecho (escena
III, acto II).
- El héroe no hace rodar al dragón, sino a todos los figurantes que reptan
por el suelo mediante la amenaza continua de la espada (escena III,
acto II).
- El protagonista de esta opera se va corriendo cuando el pájaro le dice
que solamente despertará a Brünnhilde quien no conozca el miedo
(escena III, acto II).
- Erda parece que flota sobre el universo proyectado, la plataforma que
la mueve y la mantiene sentada no deja de elevarse cada vez más de
la altura del Viandante (escena I, acto III).
- Wotan no cierra los ojos de Erda como aparece en el libreto. La diosa
desaparece con su plataforma antes de que el dios le diga que continúe
con su sueño eterno (escena I, acto III).
- Siegfried toca la pantalla que proyecta el fuego en color azulado y deja
que se abran en su totalidad y observa con incertidumbre. La plataforma
de Brünnhilde gira y baja gracias al movimiento de los figurantes que la
manipulan (escena III, acto III).
- En el momento en el que Siegfried ayuda a Brünhhilde a salir de la
plataforma, la retiran los figurantes de la escena (escena III, acto III).
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- Brünnhilde no puede dirigir su mirada hacia los abetos porque no los
hay ni tampoco se percibe en escena a Grane, su caballo (escena III,
acto III).
- Proyecciones de tinta diluida en distintas formas afloran detrás de los
dos enamorados al finalizar el acto.
El mobiliario del primer acto vuelve a ser una sala de gran amplitud, similiar a los
dominios de Wotan en El Oro del Rin. Un decorado decimonónico y muy humano,
nada fantástico, es la decisión de Chéreu en este caso. Grandes columnas
negras, una silla blanca en medio y una balaustrada que ofrece una vista a un
río simulado con mural y cubriendo parte del escenario con un color semejante
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al plateado para dar la impresión de que puede ser el río, que, además, a lo lejos
deja ver un pequeño muelle.
El acto II sigue la línea tradicional del respeto al libreto, puesto que vemos
a Hagen sentado en la esquina de un muelle, con la lanza entre sus manos,
pudiendo comprobar que es un espacio ribereño. La sala de los gibichungos a la
que accede Alberich es la misma que dejamos en el acto I.
El mobiliario del acto III retrocede al principio de El Oro del Rin, a aquellos
pilares con una barandilla y escaleras donde nadaban las ondinas.
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Los elementos escénicos que aparecen y respetan el texto dramático-lírico son:
- La pirmera norna extiende una cuerda de oro que lleva al otro extremo
del escenario y luego la recoge para acercarse de nuevo a las demás.
Finalmente, deja una parte de la cuerda atada a la roca y no a un abeto
(preludio, acto I).
- En el centro han dejado una red de relaciones con las cuerdas que
sujetan entre todas las Nornas. Recogen todo y se marchan ante la
llegada del amanecer (preludio, acto I).
- Siegfried le lanza el anillo de Alberich a Brünnhilde y ella se lo coloca
en el dedo (interludio, acto I).
- Hagen se acerca confidencialmente a Gutrune y le acaricia la barbilla
cuando le recuerda la pócima que cambiará el destino de Siegfried y
Brünnhilde. Se gira para mirar el río ante el sonido del cuerno (escena
I, acto I)
- El héroe enseña a los gibichungos la malla de acero que colgaba de su
cintura y Gunther se la lleva a las manos para apreciar su valor. A los
pocos segundos, Hagen va a buscar a Gutrune para que le ofrezca la
bebida maldita a Siegfried (escena II, acto I).
- Hagen ha quedado sentado en la silla central completamenye inmóvil
para vigilar cuando llega el anillo que tiene puesto Brünnhilde (escena
II, acto I).
- Volvemos a la altura rocosa del inicio de la representación, a la cumbre
en donde mora Brünnhilde y espera el regreso de Siegfried (escena III,
acto I).
- Brünnhilde está sentada en la entrada del aposento tocándose el anillo
con un gesto melancólico (escena III, acto I).
- Waltraute rechaza el abrazo y las caricias de su hermana con insolencia
hasta que le explica a Brünnhilde qué es lo que ocurre en el Walhalla
(escena III, acto I).
- La valquiria Waltraute se arrodilla a los pies de Brünnhilde (escena III,
acto I).
- Una tormenta, acompañada de trueno se percibe al fondo en el
momento en que Waltraute abandona la escena (escena III, acto I).
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- El fuego se expande por los laterales de la montaña, quedando
Brünhhilde en el centro desprotegida (escena III, acto I).
- Siegfried llega con el yelmo mágico en la cabeza y vestido con el traje
de etiqueta de Gunther, después de que la valquiria diese un alarido de
terror ante las llamas que acaban apaciguándose (escena III, acto I).
- Siegfried fuerza a Brünnhilde con tal de agarrarla, pero ella consigue
soltarse inútilmente hasta que la domina y entra en el aposento (escena
III, acto I).
- Hagen permanece inmóvil hasta que Alberich se aleja lentamente de la
escena (escena I, acto II).
- Siegfried aparece cerca de la orilla y deposita entusiasmo cuando ve a
su nueva enamorada Gutrune. El yelmo se lo quita y lo coloca en su
cinturón (escena I, acto II).
- Los hombres ríen y se abrazan. Se colocan frente a Hagen, sacando a
relucir sus lanzas y sin dejar de expresar su alegría (escena III, acto II).
- Todos se dirigen a la orilla y orientan su vista al río porque llegan
Gunther y Brünnhilde.
- En la acotación que escribe Wagner, se dice que Brünnhilde es llevada
de la mano de Gunther y la valquiria va con la cabeza agachada, toda
su melena hacia delante. Ella está siendo manipulada por el gibichungo
y no nos deja ver su rostro, dejando caer su tronco y sus brazos (escena
IV, acto II).
- Brünnhilde ve estupefacta a Siegfried y lo observa con miedo, sin dejar
de fijar su mirada en él (escena IV, acto II).
- El héroe pone su mano sobre la lanza que sujeta Hagen. Brünnhilde
irrumpe y aparta la mano de Siegfried para coger con la suya la punta
de la lanza (escena IV, acto II).
- Siegfried se quita el anillo del dedo ante las sugerencias de las hijas de
Rin (preludio I, acto III).
- Siegfried responde a los gritos que se oyen de fondo con su cuerno.
(escena II, acto III).
- El héroe se tumba entre Hagen y Gunther pidiendo algo de beber.
Gunther está apesadumbrado.
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- Hagen agarra la lanza y la clava en la espalda de Siegrfried, que cae al
suelo después de un grito de dolor (escena II, acto III).
- El cortejo fúnebre de Siegfried son mujeres, pertenecientes a los años
20 y 30, vestidas discretamente en tonos oscuros y se acercan a él
lentamente. A continuación, son los hombres los que con rostros
apenados y dispuestos con trajes convencionales de principios del siglo
XX miran extasiados hacia al público (interludio, escena III, acto III).
- Gutrune tiene miedo de Brünnhilde y sigilosamente vigila por si se
despierta (escena III, acto III).
- Hagen entra a gritos en la sala con una antorcha y con su lanza. El
cortejo deja el cuerpo de Siegfried delante de Brünnhilde y Gutrune.
Ambas se desmayan con una simetría asombrosa, una en la parte de
arriba del muelle y la otra en la parte de abajo, luciendo sus vestidos de
un blanco inmaculado (escena III, acto III).
- Gunther cae muerto de un toque con la lanza de Hagen, no empleando
una espada como expone el libreto, y trata de agarrar el anillo de
Siegfried que intenta hacer fuerza y levantarse. Todos quedan perplejos
al comprobar la fuerza del anillo (escena III, acto III).
- Brünnhilde contempla el cadáver de su héroe y ordena a los hombres y
mujeres presentes el mayor fuego a orillas del Rin (escena III, acto III).
- Los hombres alzan a Siegfried muerto para llevárselo, tapado con la
sábana, y Brünnhilde sujeta el anillo, haciéndolo muy visible al público.
Se lo pone, se dirije corriendo a sujetar una antorcha. La arroja al fondo
de la escena y una imagen de fuego intenso e incesante puede verse
(escena III, acto III).
- Los hombres y las mujeres ven el creciente fuego con estupor, dándole
la espalda a los espectadores. Se dan la vuelta y cae el telón. No se
percibe la sala de los dioses quemándose según se escribe en el libreto
(escena III, acto III).
- Los elementos escénicos originales que aporta esta versión operística
son:
- Cuando se refiere al yelmo y al escudo, los vemos tirados por el suelo.
La valquiria lo coge y se lo lleva al pecho (interludio, acto I).
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- Brünnhilde sale con su radiante vestido blanco, cuando todavía está
amaneciendo. No hay corcel para la valquiria, sino que ella despierta al
héroe que está tumbado en la misma posición que ella cuando estuvo
sometida a la maldición de Wotan (interludio, acto I).
- Siegfried no se lleva el caballo de Brünnhilde porque no hay ningún
animal en escena, aunque se haga mención a él. El héroe coge su
escudo y su coraza para irse y abraza amorosamente a su enamorada
antes de su marcha (interludio, acto I).
- Siegfried no atraca su barca, sino que aparece andando con parsimonia
armado completamente (escena II, acto II)
- En vez de una cuerna, Siegfried bebe de una copa de plata y se cae
medio desvanecido hasta que clava su mirada en Gutrune (escena II,
acto I).
- Gutrune está abochornada por la imposición del brebaje y los halagos
del héroe que sabe que son ficticios y mira hacia el suelo mientras
Siegfried la abraza constantemente por detrás (escena II, acto I).
- No hay una barca ni se izan unas velas para partir juntos en busca de
la valquiria. Gunther y Siegfried han sellado un pacto como si fuesen
hermanos. La pócima ha hecho tal efecto en el héroe que ni se acuerda
de su amada Brünnhilde y ayudará a transformarse a Gunther para
conquistarla (escena II, acto I).
- Wagner hace una anotación mediante una acotación diciendo que un
tapiz cubre la escena actual para que pueda situarse el mobiliario de la
escena siguiente, pero en esta versión no se prosigue de este modo
(escena II, acto I).
- No hay un abeto al que se dirija corriendo Brünnhilde y del que sale
Waltraute espantada (escena III, acto II).
- Hagen no trepa a una roca, sino que en el muelle hace un llamamiento
a los hombres que van agrupándose en la fachada de los edificios y en
la orilla del río (escena III, acto II).
- Las hijas del Rin no nadan en círculo, porque salen de un foso y dan
vueltas por el escenario agarradas de la mano (preludio y escena I, acto
III).
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- Siegfried está en la barandilla de arriba y no en una pendiente. Ellas
siguen de la mano subiendo y bajando de las escaleras. El héroe las
observa (preludio I, acto III).
- Al mezclar las copas (cuernas) de Gunther y la suya, Siegfried vierte
todo el contenido en el suelo (escena II, acto III).
- No están todos los personajes tumbados excepto Siegfried como se
dice en el libreto. Y el héroe ve una jaula vacía (escena II, acto III).
- Bebe de la copa y se tira al suelo. Posteriormente, coge el pájaro muerto
del suelo y se mantiene pensativo un tiempo. Lo deposita en la jaula.
- No hay cuervos que se eleven de un arbusto (escena II, acto III).
- Antes de morir, Siegfried admira el vestido blanco de Brünnhilde que se
encuentra tirado en el suelo a su lado y se cubre con él hasta que cae
muerto (escena II, acto III).
- Brünnhilde no salta para montarse en Grane, sino que corre hacia el
fuego y se arroja a él (escena III, acto III).
- Las hijas del Rin salvan el anillo y se lo pasan de unas manos a otras
jugando con él en el fuego (escena III, acto III).
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No nos sitúan de nuevo en la roca de la valquiria para establecer la
estructura circular que induce a pensar que todo está relacionado en la obra de
arte total. Las tres Nornas están sujetas por arneses enormes y tapadas por telas
y solamente se perciben sus cabezas ocultas tras tres máscaras. Grandes sogas
sostienen con las manos y los brazos. La proyección que vemos es una serie de
cuerdas de las que emanan una multitud, como si fuesen raíces con sus
ramificaciones.
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cara con el símbolo del euro en la frente, como lo tenía Gunther en su chaqueta
y unas gafas con motura al aire. Los ocho paneles separados en dos alturas nos
dan imágenes de temas mecánicos y urbanos. La plataforma de Alberich echa
humo en la parte de abajo al mismo tiempo que se eleva, se mueve hacia los
lados y se va (escena I, acto II).
El único decorado que hay en la escena IV del acto II, además del
artefacto del barco y de las proyecciones, es la acumulación de botellas de
plástico con alambre que habían servido para ambientar las olas en el acto
anterior.
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recogido en un generoso moño y unas gafas de pasta rojas con largos
pendientes. Ataviada de chapas en su falda y sus mangas, Gutrune adquiere
aires futuristas orientales que son resaltables. Lleva su nombre debajo del pecho,
como una placa de un centro comercial, aunque algo más grande en su tamaño.
La chaqueta tiene por detrás, en la espada, un diamante de gran tamaño
dibujado.
La escena está oscura en el prólogo, porque las Nornas tejen los hilos al
anochecer. Diferentes proyecciones abstractas dan una mayor luminosidad a la
escena. Tras la marcha de Siegfried toda la escena queda a oscuras y lo único
que permanece iluminado es el anillo que mueve Brünnhilde.
En vez de beber una pócima que le anula sus recuerdos con Brünnhilde y
hace que se enamore de Gutrune, Siegfried se comporta como si estuviese
embriagado de verdad, sin dejar de beber incluso por la botella de champán en
la escena II del acto I. Los demás también hacen gestos de embriaguez, como
Hagen durmiéndose en la silla o Gutrune sujetándose la cabeza con cara de
estar cansada y con la mirada un poco perdida.
498
metálico y las botellas se mueven como olas al viento. Es Hagen el que
ayuda a amarrar el barco de Siegfried (escena II, acto I).
- Gutrune le ofrece beber a Siegfried en las copas de champán en vez de
en una cuerna (escena II, acto I).
- Siegfried bebe de la cuerna y casi se desvanece, pero al ver a Gutrune
se queda prendada de ella y la conduce a la mesa para tocar su cuerpo
(escena II, acto I).
- Waltraute se arroja a los pies de su hermana (escena III, acto I).
- Lenguas de fuego rodean a Brünnhilde, como se expone en el libreto.
Son antorchas con fuego real de figurantes que se han ubicado detrás
de su plataforma y sumado a una proyección de fuego en varias
pantallas (escena III, acto I).
- Siegfried aparece vestido y pintado a imagen y semejanza de Gunther,
con el yelmo puesto (escena III, acto I).
- Brünnhilde amenaza a Siegfried con el anillo en su dedo y éste se lo
quita tras forcejear con ella (escena III, acto I).
- Una orgía masiva en la plataforma, convertida en cama de Brünnhilde,
nos hace ver que los pecados tienen un precio en la vida: la lujuria, la
ambición y la codicia… La valquiria mira asustada lo que acontece en
su morada, una multitud de cuerpos tumbados semidesnudos que se
tocan sin una lógica. La luz roja intensa ilumina toda la escena y
Siegfried desenvaina Notung con la intención de que sea testigo de la
fidelidad que le debe a Gunther.Todos estos cuerpos semidesnudos
entierran a Brünnhilde y dejamos de verla, pues así acaba el acto ante
la atenta mirada del héroe transformado (escena III, acto I).
- Hagen apresta su cuerno, que no es de toro, y toca desde la parte de
arriba del escenario. El cuerno es de enorme dimensión y está dirigido
al patio de butacas (escena III, acto II).
- Los hombres ocupan todo el espacio escénico con trajes de chaqueta,
gafas y el brazalete rojo. Se percibe que son gibichungos como al que
obedecen. Todos llevan una porra, dando la impresión de que pudieran
ser fuerzas de seguridad (escena III, acto II).
499
- Siegfried pone las manos sobre la punta de la lanza de Hagen.
Brünnhilde aparta a Siegfried y pone sus manos sobre la misma punta
de la lanza que está asida por Hagen (escena IV, acto II).
- Siegfried responde a las llamadas de Hagen y los hombres con su
cuerno (escena II, acto III).
- Hagen ha clavado su lanza en el cuerpo de Siegfried y el héroe cae al
suelo con el anillo encendido. Una proyección de mancha de sangre se
extiende por las pantallas, previendo que el héroe se muere. No cesa la
nieve y el fondo del escenario se tiñe entero de rojo (escena II, acto III).
- El solemne cortejo sube las escaleras después de tapar el cuerpo de
Siegfried con una tela negra escrita y cae el telón (escena II, acto III).
- Gutrune se desmaya cuando comprueba que Siegfried ha muerto
(escena III, acto III).
- La valquiria quita el anillo del dedo de Siegfried y lo enseña al público,
muy pensativa y en estado de contemplación (escena III, acto III).
500
bosque y las montañas que la conduzcan a las orillas del Rin (interludio,
prólogo).
- Siegfried se sube a su plataforma, pero no a un corcel, y es elevado por
encima de la proyección del fuego y lo vuelven a bajar para despedirse
con un beso de Brünnhilde (interludio, prólogo).
- Gutrune y Hagen toman una copa de champán mientras Gunther les
cuenta que Siegfried mató al dragón con su espada victoriosa. Gutrune
le enciende un cigarro con mechero actual a Hagen (escena I, acto I).
- Varios figurantes asean a Siegfried detrás de un biombo con cepillos
que parecen de lavado de coches. Va dándole sus armas a Hagen y
Gunther: la espada y el yelmo mágico. Gutrune echa champán en la
urna y Sigfrido deja de ser el salvaje que era, aunque le devuelven sus
enseres de lucha. (escena II, acto I).
- Siegfried cambia completamente su vestimenta: un traje de chaqueta
de nuestro siglo, un peinado actual con el pelo hacia atrás, gafas de
pasta negras. Puede ser un recurso que obvie la magia del yelmo, y su
lavado y cambio de aspecto le haga parecerse más a Gunther. Siegfried
da la sensación de que es un gibichungo más, un hombre civilizado con
el mismo símbolo en su corbata que los que le rodean (escena II, acto
I).
- Las proyecciones son ondas de diversos colores que se funden y
mezclan formas (escena II, acto I).
- El pacto de casi hermanos entre Gunther y Siegfried no se hace con un
apretón de manos, sino con Notung haciendo un corte en la muñeca en
ambos personajes y una proyección blanca de la que caen gotas de
sangre secunda el gesto. La sangre también cae a la urna de agua que
agarra Hagen (escena II, acto i).
- Gunther y Siegfried se montan en el barco y se retira la escalera, ante
la atenta mirada de Hagen y Gutrune (escena II, acto I).
- Hagen se sienta en la silla inmóvil, el héroe y Gunther se alejan entre
movimientos de agua. La urna queda completamente teñida de rojo.
Una luz muy intensa blanca irradia sobre Hagen y sobre la urna con el
pacto de sangre. La proyección que le acompaña es una abstracción en
501
color verde y azul que podría ser el significado de las aguas del Rín
(escena II, acto I).
- Waltraute se presenta ante su hermana en su plataforma volador y con
el mismo vestuario que vimos en La valquiria. Iza su lanza y se sitúa
cerca de su hermana hasta que deja que Brünnhilde le quite el casco y
le despoja de la lanza. Una proyección del cielo estrellado y la luna le
acompañan. Waltraute lleva su nombre escrito en la espalda (escena
III, acto I).
- No vamos a ver tampoco a Grane ni a ningún corcel en escena.
- Se anticipan sucesos por causa de una proyección: la cara de una mujer
bajo el agua que coge el anillo y sonríe mientras nada. El anillo provoca
la ruina de los dioses, de los nibelungos, de los gibichungos, de las
valquirias y del héroe Siegfried. El anillo volverá al mismo lugar en que
estuvo al principio, a las hijas del Rin y con esta proyección se nos da a
entender que tal cosa sucederá (escena III, acto I).
- Ambas pelean porque Brünhhilde no quiere soltar el anillo ante la
sugerencia de su hermana, y expulsa con un poder sobrenatural a
Waltraute de la plataforma (escena III, acto I).
- En la escena II del acto II, Siegfried entra a oscuras con el anillo
iluminado y su espada metida en el traje de chaqueta. Gutrune, ante la
orden de Hagen para que salga, sale de la esfera para estar con su
amor Siegfried.
- Las proyecciones que dejan ver un urbanismo desde la escena I del
acto II continuan, pero mucho más claras en su luminosidad.
- Los nombres de cuatro dioses son proyectados en las pantallas de
arriba: Donner, Wotan Fricka y Froh.La iluminación es verde y azul para
establecer las separaciones entre pantalla y pantalla (escena III, acto
II).
- Varios figurantes están colgados inclinados y se dejan caer cuando los
hombres empiezan a reír. La sangre se proyecta por todo el fondo del
escenario, en las ocho pantallas con distinto fluir en su movimiento
(escena III, acto II).
502
- Detrás de todos los hombres, se erige en el aire la plataforma del barco
con Brünnhilde y Gunther. La sangre no cesa su movimiento escénico
en las pantallas de proyección (escena IV, acto II).
- Una imagen de boda gibichunga la tenemos presente: Gutrune está con
traje de novia y abraza a Siegfried. Encima de ellos está suspendido el
barco de Brünnhilde, con un rostro desalentador, y Gunther. Brünnhilde
también va de blanco con el mismo aspecto que la gibichunga, sin
abandonar su aspecto de valquiria con la coraza y la diadema de
guerrera (escena IV, acto II).
- Cuelgan boca abajo a Siegfried con el anillo en su mano y encima está
Brünnhilde en su barco nuevamente en el aire (escena IV, acto II).
- El barco se mueve intensamente, con las botellas en movimiento en el
fondo, cuando Brünnhilde pronuncia: ¡Engaño! (escena IV, acto II).
- Hagen ha cambiado su vestuario y, encima del traje de chaqueta, se ha
puesto un kimono o hábito oriental. Gunther también lleva un abrigo con
los símbolos capitalistas en las mangas (escena V, acto II).
- Se proyecta un punto de mira de arma dirigido a diferentes lugares del
escenario. Ese punto de mira dispara y mata a figurantes al fondo de la
escena cuando Brünnhilde asegura que Siegfried morirá (escena V,
acto II).
- Gunther le pone el velo a Brünnhilde y la escena se llena de bailes sin
sentido entre los figurantes. En la parte de arriba, los novios Gutrune y
Siegfried miran desde la escalera. El acto termina con una multitud de
personas en escena: hombres y mujeres que se preocupan de llenar el
espacio escénico, los personajes de esta historia en distintos niveles y
la iluminación dirgida a éstos últimos (escena V, acto II).
- Las tres Hijas del Rin vuelven a escena encerradas en sus urnas de
agua como en El Oro del Rin. Muchas burbujas de agua emanan detrás
de ellas en las proyecciones que ambientan el fondo del Rin. Esas varas
incesantes podría ser la flora que crece en el fondo de un río y que
puede enredarse en nuestros pies cuando nos adentramos en él. Ellas
vuelven a sumergirse, demostrando la habilidad de poder cantar con
pocos segundos de diferencia (escena I, acto III)
503
- Siegfried vuelve vestido como un salvaje ante las ondinas y las
contempla desde la barandilla, dándole la espalda en ocasiones al
público. Lanza besos y hace gestos de admiración hacia ellas. El héroe
lleva el anillo puesto en su dedo (escena I, acto III).
- Siegfried mira a través del anillo y lo golpea contra el suelo. Las ondinas
le están advirtiendo que por culpa del anillo su destino será fatal y algo
sucederá inmediatamente. Aquella imagen de El Oro del Rin de un bebé
en color amarillo muy estridente ha vuelto a proyectarse: es la imagen
de un Siegfried condicionado por la ambición y el engaño del poder del
oro. La tierra se proyecta girando detrás de las que nadan y se
mantienen autoritarias con el joven salvaje (escena I, acto III).
- No nadan en corro, cada una está en su urna. Van descendiendo al foso
despidiéndose alegremente del público y los portadores de varas
también. La proyección de la Tierra se diluye como agua (escena I, acto
III)
- De nuevo, cambio de vestuario de los gibichungos: unas túnicas amplias
a rayas anchas con capucha, que cubren todo su cuerpo y una máscara
de gas colgada del cuello. La túnica se decora con alguna simbología
de la muerte como la calavera (escena II, acto III).
- Se bebe el contenido que le ofrece Hagen. Comienza a nevar y se
proyecta la montaña rocosa nevada en movimiento detrás de los
personajes (escena II, acto III).
- El interludio con la marcha fúnebre de Siegfried se representa con un
recorrido por el patio de butacas elevando el cuerpo cubierto del héroe
y dejando ver su mano fuera con el anillo iluminado. Los figurantes
visten de negro y cubren sus facciones con pasamontañas (interludio,
acto III).
- Todo queda a oscuras en el patio de butacas y no se percibe ya a los
que hacen el recorrido; lo único que se ve en la ocuridad es el anillo
(interludio, acto III).
- Gutrune vuelve a salir de su esfera durante la noche (escena III, acto
III).
- El cortejo deja el cadáver en la misma mesa donde Gunther y Gutrune
mezclaban la pócima para engañar al héroe. Gutrune forcejea con
504
Gunther al ver el cuerpo de su enamorado. El héroe lleva puesto el anillo
con luces (escena III, acto III).
- Hagen saca una pistola actual y de un disparo mata a Gunther (escena
III, acto III).
- Brünnhilde no se dirige a la orilla del Rin ni los jóvenes levantan una
enorme pira (escena III, acto III).
- Entre una maraña de cuerdas proyectadas, los figurantes van dejando
cajas sobre la mesa donde yace Siegfried. Brünnhilde se pone el anillo
y recibe la antorcha de fuego. No es como versa en el libreto, sin
embargo, opta por respetar determinados conceptos importantes que
son ineludibles (escena III, acto III).
- De repente, deposita la antorcha en la mesa del héroe y la proyección
de fuego se generaliza en escena. Se sube a su plataforma para
elevarse ante tanto fuego. Alza el anillo para que esté presente, llama a
Grane que no aparece y la conducen hacia el fuego. Tira el anillo a las
tres Hijas del Rin que nadan a la altura del suelo en sus urnas. Una torre
humana, suspendida por arneses de seguirdad, decora el fondo del
escenario. Hagen busca el anillo dando la espalda al público mirando
las urnas y se tumba por la desesperación. Los figurantes se han
soltado sus manos y vuelan al ritmo de la música. Danza aérea entre
humos rojos y la escena teñida de rojo. Donner llega con su patin para
que el fuego no acabe nunca. Los figurantes quedan inmóviles en
posición tumbada para dar fe de que ha sido una hecatombre de fuego.
Las pantallas de fuego cierran la escena y a los personajes que estaban
interpretando su papel: las ondinas, Donner y la multitd de figurantes
que muere por la fuerza de un fuego imparable. El anillo ha vuelto al
lugar de inicio, al fondo del Rin con las hijas que lo custodian (escena
III, acto III).
505
2.3.4. Recapitulaciones y consideraciones.
A. Sobre el texto de El Anillo del Nibelungo de Wagner.
506
HÉROE: Siegfried (hijo salvaje de
Siegmund y Sieglinde)
LAS TRES NORNAS (predicen el
futuro, recuerdan el pasado y reflejan el
presente)
GIBICHUNGOS: Gunther, Gutrune y
Hagen (humanos)
WELSUNGOS:
Siegmund y
Sieglinde
(salvajes: hijos de
Wotan)
WOTAN LAS
VALQUIRIAS:
Brünnhilde y sus
siete hermanas
son hijas de
Wotan.
Todo el asunto dramático parte del jefe de los dioses; Wotan se arrepiente
de obrar inadecuadamente en determinadas ocasiones en su vida, y esa manera
de errar provoca una red de relaciones entre los personajes cuyo foco es él
mismo:
507
la tragedia desencadenada, tras sus muertes, es por culpa de las
decisiones de Wotan nuevamente. El dios debe honrar a su esposa
Fricka y demostrarle que no volverá a ser infiel. Así, asume la decisión
de que mueran Siegmund y Sieglinde y, a continuación, tiene que
soportar un nuevo episodio que le afecta gravemente: la desobediencia
de su hija valquiria. Ha sido difícil para el jefe de los dioses aceptar la
muerte de sus hijos salvajes, actuando en contra de su voluntad (La
Valquiria).
3. Se transforma en un Viandante para vigilar de cerca las hazañas de sus
hijos welsungos y la trayectoria del héroe Siegfried (La Valquiria).
4. Wotan no levanta cabeza cuando su valquiria favorita decide que va a
proteger al pequeño héroe Siegfried, fruto del amor de los hijos salvajes
de Wotan: Sieglinde y Siegmund Es un hecho que a Wotan le hubiera
gustado poder hacer por sí mismo, sin tener que implicar a la valquiria.
Pero se debe al honor de Fricka y el dios no cesa de castigarse con una
suma de tragedias producidas por la mala gestión de sus decisiones.
De este modo, Brünnhilde es desterrada por su padre, sin que Wotan
quiera tomar esta actitud, y dispuesta en una roca rodeada de fuego tras
someterla a un largo sueño del que no despertará hasta que un valiente
héroe la salve. Las relaciones en las óperas wagnerianas se extienden
y podemos deducir que Siegfried es el nieto de Wotan, el héroe del que
partió la trama con su muerte es repudiado con dificultad por el que ha
provocado todos los acontecimientos acaecidos. Siegfried pretende
perder el miedo para dominar el mundo; lo logra cuando restaura la
espada de su padre y consigue despertar a Brünnhilde, pero muere
como sus padres por culpa de los engaños de los hombres, de las artes
mágicas de los brebajes y por la codicia para conseguir el poder (La
Valquiria y Sigfrido).
5. Cuando Erda le cuenta a Wotan sus lamentos por la muerte de sus hijos
salvajes Siegmund y Sieglinde, el dios se ve derrotado por una suma de
situaciones personales que lo mantienen cabizbajo hasta que deja de
aparecer en la segunda jornada Sigfrido y ya no lo veremos en la última
jornada El Ocaso de los Dioses. Las advertencias de Erda sobre el anillo
y su predición de futuro inducen al jefe de los dioses a desaparecer
508
completamente derrotado. No son los episodios de infidelidad lo que le
ha hundido, realmente es su poca fuerza para imponer su voluntad ante
Fricka y el amor que le profesa a Erda (Sigfrido y El Ocaso de los
Dioses).
509
¡No hay nadie más desdichado que yo!
510
los actos que ha cometido por amor y por valentía. El tercer padre que los vigila
en el papel de Viandante para no ser descubierto es Wotan. La culpabilidad que
Wotan asume le hace viajar para estar cerca del joven Siegfried hasta que debe
abandonar la escena. En este sentido, Siegfried tiene que descubrir qué es el
miedo y consigue hacer dos cosas que pueden encumbrarlo: forjar de nuevo la
espada de su padre (Siegmund/Wotan) y rescatar a Brünnhilde. No son
suficientes decisiones valerosas ni sacrificadas como para exponer que Siegfried
es el único héroe o el personaje protagonista sobre el que gira la acción. Su
padre Siegmund demuestra más valor que su hijo y no ve el miedo cuando
decide entregarse a su hermana Sieglinde por amor verdadero, tampoco conoce
el miedo cuando tiene que presenciar cómo su padre urde su muerte y se
lamenta. Siegfried es un personaje consentido, malcriado -con cierta lógica- y
mal educado que actúa con soberbia y prepotencia en la mayoría de las acciones
en las que debe imponer su fuerza. Nunca deja atrás su mentalidad de niño y
joven superficial que se obnubila por una espada y vuelca todos sus esfuerzos
en ella sin atender a razones. Recordemos la escena de La Valquiria en que no
deja de martillear y aviva el fuego sin cesar. Siegmund sí es un personaje con
auténtica madera de héroe, bien construido y coherente, y tal vez por eso tanto
él como Sieglinde escenifiquen los roles que más gratos y admirables resultan
para el espectador atento a una obra de esta magnitud.
511
Siegfried. A su vez, la vida personal de Wagner ha de mencionarse, si
sostenemos esta idea, porque su único hijo varón, Siegfried, era bisexual en una
época, mitad del siglo XIX, en que no debería ser algo baladí y más aún para un
progenitor tan admirador y tan amante de las mujeres, pues poseía una enorme
inclinación y facilidad para enamorarse con rapidez.
si le quitara el arreo?
Nubes resplandecientes
ribetean de ondas
la imagen sonriente
El pecho se agita
512
(intenta soltar la coraza con la mayor precaución)
corta el hierro!
(Saca su espada, corta con delicada precaución los anillos que ciñen la
armadura y, levanta luego coraza y guardabrazos, de forma que Brünnhilde queda ante
él con su vestimenta blanca y suave. Retrocede asustado)
¡No es un hombre!
Un abrasador encanto
palpita en mi corazón;
un temor ardiente
513
Quizás hay personajes que desempeñan un mismo fin, tal es el caso de
Erda, las tres Nornas y las Hijas del Rin . Todas ellas advierten del peligroso
poder del Anillo y comparan el presente de los dioses con un futuro demoledor.
Si Alberich no se hubiese burlado del amor y de las ondinas o si Wotan se
hubiese dejado orientar más por Erda que por Fricka, los acontecimientos en la
tetralogía no hubiesen desembocado en una hecatombe de fuego arrasador. Las
tres Nornas, las Hijas del Rin y Erda son personajes que ayudan a los
espectadores a entender la trama porque analizan la cantidad de sucesos
anteriores, los actuales que tiene lugar en la representación y se atreven a
predecir un futuro que les acaba dando la razón.
NUDO: Sigfrido y hasta el final del segundo acto de El Ocaso de los dioses.
La Valquiria
514
Sigfrido
515
como símbolo del amor carnal (Siegfried), paternal (Wotan) y familiar (el resto de
valquirias) y como emblema para vencer cualquier miedo. Otro lugar que
repercute de forma inigualable en el drama es el fondo del Rin, puesto que de él
parte la acción y ahí regresa la causa de la acción. Para finalizar, debemos hacer
una mención especial al tratamiento del medio natural por parte de Wagner,
porque fija su atención al tratar escénicamente un bosque, las orillas y las
profundidades de un río, una caverna y una montaña rocosa. Las alturas
condicionan el poder, el poder del oro vinculado a la naturaleza.
Cuando hayan pasado cinco años y Suponiendo que la ópera sea teatro,
editados por Alba Editorial en junio de 2011, fueron escritos entre 1979-1980,
pensando que Chéreau cuenta los años por temporadas y no por años naturales.
Su contenido describía su escenificación en la tetralogía que hemos analizado
en esta tesis doctoral.
516
Me preguntaba qué solución adoptar para lograr que se cantara
interpretando, o se interpretara cantando, qué tipo de elocución adoptar; quería
opiniones sobre ese hablar ficticio, esa emotividad que quiebra el canto. En
resumen, buscaba cómo evitar lo que suelen hacer los cantantes [p.37]
El director de escena no acepta esta concepción de la ópera en la que la
dirección musical, la puesta en escena y la interpretación de los cantantes
discurren en paralelo, a veces llega a ser contradictoria, aunque no sea por error,
sino por la falta de interés y porque les domina la idea de que “cada uno ocupe
su lugar sin meterse en el de los demás”. Sin embargo, los lenguajes se
necesitan, convergen y quien dirige la escena termina dándose cuenta de que
teatro es toda obra escénica y actor todo intérprete sobre el escenario.
517
que ocurre con el texto dramático-lírico. Chéreau siempre asistía a los ensayos
de Boulez antes de estrenar esta tetralogía de los años 80 del siglo XX:
Siempre había algo que aprender de lo que Pierre les decía a los solistas,
de sus indicaciones musicales que se referían al texto, al “porqué” de las
situaciones o de las acciones” [p.125]
Su conexión fue notoria desde que el director de orquesta le propuso este
trabajo al director de escena y los resultados han dado unos frutos dignos de
estudio. La tetralogía de El Anillo del Nibelungo de Patrice Chéreau y de Pierre
Boulez puede compararse con la versión del año 2008 de La Fura dels Baus,
aunque existan enormes diferencias, porque nos facilita una semejanza
importante o la semejanza principal: la premisa de trabajar la teatralidad del actor
en la puesta en escena de la ópera tan defendida por el propio Wagner.
518
hacer más real el juego de las ondinas en unas urnas modernas, visibles para el
espectador.
519
- Mobiliario del Anillo del Nibelungo.
Figura 1. Fesfspielhaus Bayreuth. 1980. El Oro del Rin. Director teatral: Patrice Chéreau.
Figura 2. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. El oro del Rin. Director teatral: Carles Padrissa.
520
2. Collado en las cumbres montañosas: lugar de los dioses.
Figura 3. Fesfspielhaus Bayreuth. 1980. El Oro del Rin. Director teatral: Patrice Chéreau.
Figura 4. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. El oro del Rin. Director teatral: Carles Padrissa.
521
3. El fresno en La Valquiria.
Figura 6. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. La valquiria. Director teatral: Carles Padrissa.
522
4. La roca rodeada de fuego mágico.
Figura 8. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. La valquiria. Director teatral: Carles Padrissa.
523
5. La forja de Mime y Siegfried.
Figura 10. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. Sigfrido. Director teatral: Carles Padrissa.
524
6. El bosque profundo.
Figura 11. Festspielhaus Bayreuth. 1980. Sigfrido. Director teatral: Patrice Chéreau.
Figura 12. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. Sigfrido. Director teatral: Carles Padrissa.
525
7. El cuerno de Hagen.
Figura 13. Festspielhaus Bayreuth. 1980. El Ocaso de los Dioses. Director teatral: Patrice
Chéreau.
Figura 14. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. El Ocaso de los Dioses. Director teatral: Carles
Padrissa.
526
8. La tres Nornas y su ambientación.
Figura 15. Festspielhaus Bayreuth. 1980. El Ocaso de los Dioses. Director teatral: Patrice
Chéreau.
Figura 16. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. El ocaso de los dioses. Director teatral: Carles
Padrissa.
527
6. Interpretaciones del vestuario en el Anillo del Nibelungo.
1. El personaje de Freia.
Figura 1. Festspielhaus Bayreuth. 1980. El oro del Rin. Director teatral: Patrice Chéreau.
Figura 2. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. El oro del Rin. Director teatral: Carles Padrissa..
528
2. Siegmund y Sieglinde.
Figura 4. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. La valquiria. Director teatral: Carles Padrissa.
529
3. Siegfried toca su cuerno de caza.
Figura 6. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. Sigfrido. Director teatral: Carles Padrissa.
530
4. Brünnhilde, tras la boda de Gutrune y Siegfried, y antes de su
inmolación.
Figura 8. Palacio de las Artes Reina Sofía. 2008. Vestuario de El ocaso de los dioses.
531
- Elementos escénicos fundamentales en el Anillo del Nibelungo:
532
mezclado con hierbas, bajo la alguna hierba. La reacción de
supervisión de Gunther. Siegfried es como si estuviese
embriagado, no parece un efecto de
magia el amor que empieza a sentir
por Gutrune.
El cortejo fúnebre del héroe (El El cortejo fúnebre del héroe (El
Ocaso de los Dioses) Tapan al héroe Ocaso de los Dioses) Tapan al héroe
con la tela blanca, que le recordaba a con una tela escrita y lo levantan
Brünnhilde, y se lo llevan alzado determinados figurantes para
mientras observan muchos hombres y llevárselo con antorchas.
mujeres que están en la orilla del Rin.
La pira y la inmolación de La pira y la inmolación de
Brünnhilde (El Ocaso de los Dioses) Brünnhilde (El Ocaso de los Dioses)
La valquiria se acerca con la única La Valquiria va hacia el fondo donde
antorcha encendida del sepelio de su hay un fuego real provocado por los
amor a una pira real y la arroja. No figurantes que llevan grandes
prende fuego, pues Chéreau se sirve antorchas. No vemos que se arroje o
de efectos de humo rojo y de luces que se someta al castigo con
que den la sensación de quema. violencia. Simplemente, camina
Brünnhilde se tira a este fuego y despacio hacia el fuego real.
dejamos de verla.
533
3. EL PÚBLICO Y LA CRÍTICA.
3.1. Críticas sobre los estrenos en España de las óperas analizadas durante
el siglo XXI.
534
15/04/2013 Don Giovanni 12/13 D.Tcherniakov
18/04/2013 Don Giovanni 12/13 D.Tcherniakov
21/04/2013 Don Giovanni 12/13 D.Tcherniakov
24/04/2013 Don Giovanni 12/13 D.Tcherniakov
Podemos apreciar que el año 2000 contó con la presencia de esta ópera
durante cuatro días. Muy diferente es lo que ocurre en el año 2005, que la versión
de Don Giovanni estuvo doce días en la cartelera, y en el año 2013 permaneció
ocho días. Un dato a tener en cuenta, además de que los días de representación
aumentan a partir del 2005, es que tienen que pasar cinco años para verse de
nuevo la ópera y después de 2005 a 2013 transcurren ocho años para que el
público del Teatro Real pueda acudir a verla en otra versión. El último dato que
se descifra de esta tabla es que solamente un director escénico español ha
llevado la obra a las tablas. Es cierto que en otros teatros españoles se elige Don
Giovani entre sus propósitos artísticos, sin duda es muy poderosa la fuerza
española del mito y la teatralidad que Mozart y Da Ponte quisieron darle a la
ópera. Tres versiones del burlador en la primera década es un número adecuado,
siempre teniendo en cuenta que el siglo XXI comenzó con una cartelera en la
que Don Giovanni estaba entre las mejores opciones para los espectadores.
26La información sobre críticas, entrevistas y artículos relacionados con la ópera Don Giovanni
han sido cedida por el departamento de documentación del Teatro Real. La documentación
también ha sido recabada de todos los números de las revistas Ópera Actual y Scherzo
comprendidos entre el mes enero del año 2000 hasta el mes de diciembre del año 2015.
535
relaciones entre los personajes y antes se expone que le resulta exagerado que
el público abuchee el que se califica de “excelente” trabajo del director de
escena. Lo expuesto en este periódico es muy distinto de lo que analizamos en
otros. José Luis García del Busto vio un espectáculo operístico irregular en lo
musical y altamente discutible en lo escénico (García del Busto, 2000: 48-49)
Álvaro del Amo cree que ayuda poco el montaje de Langhoff a desentrañar la
trama lineal que oculta una complicadísima tela de araña, porque la base del
decorado es una calle o avenida en donde se producen los previsibles
desplazamientos de unos personajes presentados de un modo muy
convencional. No acudió nadie del montaje ante las protestas del público al final
de la representación. Se destaca la labor de la orquesta y del papel que fue
sobresaliente: René Pape como Leporello (Álamo, 2000: 68). Otras críticas
aluden a que no fueron bien ideados los personajes puesto que el protagonista
se diseñó como si fuese la escenificación demoníaca del Mal sin mucha
seducción y mucha más navaja (Vela del Campo, 2000: 50). Algunos apuntan
que la puesta en escena de Langhoff es muy teatral y que reúne en un solo
elemento sólido el ambiente catedralicio y el aire de camposanto. Ven la
dirección escénica de los actores espléndida y alcanzan el necesario aplomo
para llegar a la altura en la que se ha situado Pape en esta ópera (Guibert, 2000).
El crítico Fernando Herrero expresa que el montaje de Langhoff gustó poco en
su estreno y los comentarios en el Real no eran muy favorables, porque quizás
su mayor pecado fuera la indefinición, tanto en la intencionalidad como en la
plasmación de los signos escénicos. Aun así, la dirección de Barenboim se tacha
de “magnífica” con una orquesta reducida que sonó muy bien (Herrero, 2000:
66).
536
dirección escénica. El 30 de septiembre recibió abucheos incontenidos de un
público que no entendía el motivo que llevó a su director escénico a elegir la
época de la posguerra española para reflejar la vida de un libertino y burlador
barroco. La ópera dieciochesca, siempre difícil en su ejecución dramática, no
tenía buenas críticas de forma generalizada en periódicos y revistas
especializadas, con alguna salvedad que ensalza el trabajo escénico y el
desempeño interpretativo de los cantantes. Tal es así en la opinión que puede
leerse y dice: “Y es que Lluis Pasqual se ha dejado llevar por el ya veterano
pensamiento del oscurantismo, al que además dota de una movilidad escénica
entumecida pese al acierto en escenas como la del entierro del Comendador”
(González de la Fuente, 2005: 63).
¿Pero qué es lo que ocurre realmente en este Don Giovanni que también
tiene a los espectadores y críticos divididos en sus opiniones? La adscripción de
la ópera a una época ajena a su contexto no es fácil de mantener con
verosimilitud por muy de moda que se haya puesto desde los años noventa del
siglo XX. Y lo que le ocurre a esta vuelta al oscurantismo escénico de Frigerio
como escenógrafo es que se acompaña de una serie de ideas sorprendentes
que provocaron una serie de contrasentidos: un tiovivo con coches de choque
en un barrio marginado, el muro de un modesto edificio grisáceo e inexpresivo,
dos coches que son réplicas de un modelo de 1930 demasiado rimbombantes
para lo que quería dar a entender una escena tan oscura y poco desarrollada en
lo festivo y lujurioso, el uso del NO-DO, la opción de la apuesta por un
protagonista como si fuese un “señorito calavera”.
Por lo tanto, es lógico que todas las crónicas y críticas recojan algo similar
a este párrafo:
537
El público, que empezó mostrando su disconformidad tras el aria del catálogo,
aplaudió durante la representación a Bayo y a Moreno, para finalmente mostrar
una disconformidad que se impuso al sector favorable. Pocas bajadas de telón
frente a un rechazo resuelto en silbidos y pateos de los más hostiles, mientras el
patio de butacas huía en masa (Álamo, 2005: 9).
Algo que debemos añadir que tiene mucha importancia para comprobar
los avances y progresos de un nuevo siglo operístico es que esta ópera pudo
verse a través de la cadena de televisión 2 de TVE el 10 de octubre y podía ser
escuchado el 15 de octubre en Radio Clásica. Además, el día 7 del mismo mes,
una pantalla gigante se instaló en la Plaza de Oriente con tal de emitir un Don
Giovanni polémico para 1500 espectadores. Unas iniciativas de promoción
operística que perduran en el paso de la primera década a la segunda del siglo
XXI. Una línea de actuación acertada por parte de empresarios y promotores del
Teatro Real.27
El último Don Giovanni del presente siglo en el Teatro Real estuvo a cargo
del director musical Alejo Pérez y el director de escena Dmitri Tcherniakov
durante la temporada 2012/2013.
27Dejamos constancia del resto de la documentación consultada que ha servido para resumir el
panorama de Don Giovanni en el Tetaro Real durante la temporada del 2004/2005: ÁLAMO,
Carlos del, “Abucheos y aplausos para el Don Giovanni de Lluís Pasqual”, en Diari de Tarragona,
pág. 37, 02/10/2005; DENTICI, Nino, “Don Giovanni de barrio”, en El Correo, pág. 21,
02/01/2005.; SAN RIVIÉRE, Fernando, “Un polémico Don Giovanni eb el Real”, en La Razón,
pág. 41, 01/10/2005; VICENT, Aaron, “Mucho ruido y pocas nueces-gris Don Giovanni en el
Teatro Real”, en Mundoclásico.com, 10/10/2005; ALIER, Roger, “Discutido pero brillante”, en La
Vanguardia, pág. 57, 02/10/2005; ASENJO, Raúl, “Don Giovanni en el Real: ni tanto ni tan calvo”,
en DiarioDirecto, 17/10/2005; REVERTER, Arturo, “El Eros perdido”, en Canarias 7, pág. 5,
19/10/2005; MARINA, Cosme, “Don Giovanni, franquista”, en La nueva España, pág. 77,
24/10/2005; RUIZ SILVA, Carlos, “Don Juan según el No-Do”, en CD Compact, noviembre de
2005; FRAGA, Fernando, “Mozart en pleno franquismo”, en Scherzo, noviembre de 2005.
538
aislados. Don Giovanni obtiene un resultado claustrofóbico (Vela del Campo,
2013: 44), por situarse siempre la escena en la misma habitación de salón
comedor con aires de biblioteca. Don Giovanni no tiene sentido porque todos los
personajes son miembros de una disparatada familia (Don Giovanni es el marido
de Donna Elvira, Zerlina es hija de Donna Anna.) Apunta el crítico Alberto
González Lapuente (2013: 56) que el espectáculo exigía “una gran concetración
por parte del público”, por lo que mientras duró la función la hubo en forma de
silencio, de lenta digestión de una auténtica catástrofe para el escenario y el
foso. La controversia se explica, como dice Rubén Amón, porque Tcherniakov
se concede una lectura radical de la ópera y lo retrata en su decandencia, pues
hasta lo despoja de la libido, se muestra decrépito y carente de espada. Tampoco
el Comendador muere en el duelo porque se desnuca al caerse y el protagonista
sí fallece, aunque accidentalmente. Nada tiene que ver su pasado disoluto,
porque muere de un ataque al corazón siendo víctima de una sociedad histérica,
alcoholizada, caprichosa e hipócrita (Amón, 2013: 47). Otro de los aspectos
initeligibles es la ruptura temporal expuesta en el libreto original y sobre el que
ha de basarse la ópera para ser representada, Don Giovanni se prolonga en
sucesos que duran varias semanas y se reconstruye la ópera en capítulos con
subidas y bajadas ridículas de telón negro. El crítico Gonzalo Alonso se plantea
una multitud de preguntas sobre las causas irrazonables que han llevado a un
director escénico, muy abucheado al finalizar la obra, a continuar en Madrid con
esta coproducción de 2010 procedente de Aix-en-Provence (Alonso, 2013: 67).
Ainhoa Arteta fue la única que logró algunos “bravos” en su papel de Donna
Elvira (Huerta, 2013). En otros artículos se resalta lo mismo y se llega a concluir
que las recomendaciones hechas por Gerard Mortier al público no son oportunas
ante tal desastre operístico, además de que Mozart no habría disfrutado tampoco
con esta versión de su ópera (Hortal, 2013). Tcherniakov se inventa
prácticamente otra obra. Los personajes cantan una cosa y hacen otra
completamente diversa, rozando la ridiculez en escenas como la de la seducción
de la novia Zerlina (Reverter, 2013).
539
3.1.1.2. Fausto.
540
grandes cuadrados metálicos, cerrados con cicloramas traslúcidos, donde se
vive toda la trama. Un total de tres paneles traslúcidos sobre esta plataforma y
adornada según los elementos simbólicos que se aprecian en la trama, así como
el gran órgano de la escena de la iglesia (Canto, 2003: 63). Por lo tanto, la idea
escénica busca el efecto cargado de significados psicológicos y la Bacanal fue
una juerga un poco gamberra pero graciosa donde tenían cabida drags jugando
con la provocación y cañones con flores rojas para protestar por el “No a la
guerra” del momento. Hemos de destacar igualmente el trabajo de iluminación
de Jürgen Hoffmann que nos deja notar esa simbología a partir de un juego de
luces pertinente y elegante. Se califica como “magnífico” el final con una
Margarita que sale de la camisa de fuerzas que Fausto se acaba poniendo
porque el que está preso de nuevo por la vejez es él y lo que ha vivido es puro
espejismo (Reverter, 2003: 32).
28Véase también la crítica titulada “Aquiles no tiene talón” recogida en El Diario Vasco en la
página 84 el día 10/02/2003, así como la de Fernando Herrero que lleva por título “Brillantez
global”, aparecida el 15/02/2003 en El Norte de Castilla en la pág. 54.
541
07/06/2002 Das Rheingold 01/02 Willy Decker
11/06/2002 Das Rheingold 01/02 Willy Decker
13/06/2002 Das Rheingold 01/02 Willy Decker
15/06/2002 Das Rheingold 01/02 Willy Decker
542
oportuno, pero apunta que en este prólogo el director escénico se vale de
banalidades y dosis de humor ingeniosas, aunque sean atrevidas. La orquesta
de Madrid sonó bien y ajustada en manos de un director como Schneider que no
le aportó grandiosidades; sonó soso y anodino (Herrero, 2003: 27).
La Valquiria.
544
Sigfrido.
545
mejores localidades del Real salen corriendo en cuanto cae el telón y es lo
habitual. En esta ocasión, la huida alcanzó a más de la mitad del aforo y el resto
aplaudió visiblemente a los cantantes y siseó ligeramente al director de orquesta,
así como mostró su disgusto con el montaje escénico. Otros críticos han
expresado lo mismo en sus crónicas en los días posteriores al estreno de esta
coproducción29
Por el contrario, Tomás Marco cree que musicalmente la cosa está más
homogénea y de nivel más que digno. Peter Schneider conoce bien la música de
Wagner y es un director profesional, pero carece de pasión y posiblemente de
carisma. Marco (2003: 23) ve el trabajo de Decker conceptual y a ratos
interesante, aunque sus colaboraciones funcionan con intermitencia sin darle la
homogeneidad apreciada.
Puede ser que Decker haya podido defraudar a muchos con su propuesta
porque los símbolos y las ideas se subrayan de un modo un tanto ingenuo y fácil.
Arturo Reverter no ve mito ni ve agua, y alude a que se llega al extremo de que
la evocación de la naturaleza brilla por su ausencia y este factor es un tanto
peligroso. Tampoco se nos hace partícipe de un amor sensual en el dúo y no le
convence la idea ya expuesta del dragón como un títere (Reverter, 2004: 31). No
sabemos si este Anillo continuará con el apodo del “Anillo de Ikea”, por aquello
de ver un espacio reducido paradógico y un montón de sillas que entorpecen
para muchos el transcurso de la representación.
29AMO, Álvaro del, “Menos que un niño”, en El Mundo, pág. 51, 04/12/2003. Algo similar comenta
J.A. Vela del Campo en su artículo “Pasiones distantes” de El País en la página 46 del día
04/12/2003. Y también se recoge esta reacción del público en “Las aventuras de un mozalbete”
de Alberto González Lapuente para ABC en la página 62 del día 04/12/2003. O Cosme Marina
en “Ambicioso y mínimo Siegfried” en La Nueva España, pág. 50 y del día 10/12/2003.
546
05/03/2004 Götterdämmerung 03/04 Willy Decker
09/03/2004 Götterdämmerung 03/04 Willy Decker
12/03/2004 Götterdämmerung 03/04 Willy Decker
16/03/2004 Götterdämmerung 03/04 Willy Decker
547
arte viva y permanente actualidad (Haro, 2004), o es buen director de actores,
como apunta Tomás Marco (2004: 47).
Estos aspectos positivos conviven con otros que dejan una sensación de
pesadumbre al lector de críticas operísticas. Se dice que el Real purgará su doble
pecado durante años, puesto que no habrá forma de reponer el ciclo wagneriano
en unos años. Decker enfría sus ideas: si Sigfrido aparecía en la tercera jornada
con un gran osito de peluche en los brazos, en la cuarta se llega a parodiar al
personaje de Brunilda contando ovejas como si fuese una conocida actriz
española. Se sostiene que Wagner no creó el Anillo con fines humorísticos
(Alonso, 2004: 64).
548
19/06/2017 Don Giovanni 16/17 Kasper Holten y
Leo Castaldi
20/06/2017 Don Giovanni 16/17 Kasper Holten y
Leo Castaldi
21/06/2017 Don Giovanni 16/17 Kasper Holten y
Leo Castaldi
22/06/2017 Don Giovanni 16/17 Kasper Holten y
Leo Castaldi
26/06/2017 Don Giovanni 16/17 Kasper Holten y
Leo Castaldi
27/06/2017 Don Giovanni 16/17 Kasper Holten y
Leo Castaldi
28/06/2017 Don Giovanni 16/17 Kasper Holten y
Leo Castaldi
29/06/2017 Don Giovanni 16/17 Kasper Holten y
Leo Castaldi
30/06/2017 Don Giovanni 16/17 Kasper Holten y
Leo Castaldi
01/07/2017 Don Giovanni 16/17 Kasper Holten y
Leo Castaldi
02/07/2017 Don Giovanni 16/17 Kasper Holten y
Leo Castaldi
549
Nadie se cuestiona el esfuerzo dramático de los intérpretes, aunque parece más
una provocación del director de escena que cruza la línea de lo impermisible en
escena. El palacio de Don Juan se ha convertido en un bar de diseño en el que
un violento, enganchado a estupefacientes, causa la muerte de un capo mafioso
que será el Comendador. La hija, que se acaba de quedar huérfana de padre,
es una chica pija en busca de experiencias sexuales. Donna Elvira es una rapera
bulímica que se ha quedado prendada del chulo del barrio. Zerlina y Masetto
representan a una pareja de clase baja que plantea problemas de violencia de
género (Fancelli, 2002)
550
3.1.2.2. El Anillo del Nibelungo.
551
corta una rama y rompe el equilibro natural. Lo que consigue Wotan con este
acontecimiento es que se mantenga la imagen del árbol durante toda la obra
cada vez más desnudo e inerte.
El director artístico del Liceo, Joan Matabosch, aseguró que pese a las
dificultades económicas que atraviesa el Liceo, se completará la tetralogía
wagneriana en cuatro temporadas, como ocurre en otros teatros operísticos,
porque hacer todo el ciclo en una sola temporada es un gasto complicado de
asumir y es difícil desde el punto de vista económico.
Cuatro años viajaron Pons y Carsen para desarrollar este Anillo, volviendo
a representarla en Barcelona en la temporada 2015/2016. El minimalista montaje
de Carsen, de estética nazi, es coherente con el libreto. Esta vez el director de
orquesta fue aclamado unánimemente como uno de los puntales de esta ya
histórica función (López Rosell: 2016).
AÑO 2000
NACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Palma de Don Giovanni 5/II Teatro Principal
Mallorca
A Coruña Don Giovanni 17,19/VI Palacio de la
Ópera
Madrid Don Giovanni 20,22,24,27/VI Teatro Real
Santander Fausto / versión 5/VIII Palacio Festivales
concierto
Bilbao Die Walküre 21,24,27/X Palacio
Euskalduna
553
Málaga Don Giovanni 22/IX Teatro Cervantes
Oviedo Fausto 9/XII Teatro
Campoamor
INTERNACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Berlín Götterdämmerung 27/I Deutsche Oper
México Fausto 22/II Palacio de Bellas
Artes
San Diego Don Giovanni 1,4,7,9,12/IV San Diego Opera
Génova Fausto 11,14,16,20,23,26 Teatro Carlo
,28/V Felice
Ginebra Die Walküre 2,6,9,12,15,18,21/ Grand Théâtre
IV
Nueva York Das Rheingold 1/V Metropolitan
Opera
Nueva York Die Walküre 2/V Metropolitan
Opera
Nueva York Siegfried 4/V Metropolitan
Opera
Nueva York Götterdämmerung 6/V Metropolitan
Opera
Berlín Don Giovanni 3,10,18/III Deutsche Oper
Munich Fausto 2,8,11,14,17/III Bayerische
Staatsoper
Munich Don Giovanni 26,29/III – 2/IV Bayerische
Staatsoper
Nueva York Das Rheingold 22,25/III – 18/IV Metropolitan
Opera
Nueva York Die Walküre 28,29/III – 1,25/IV Metropolitan
Opera
San Diego Don Giovanni 1,4,7,8,12/IV San Diego Opera
Viena Das Rheingold 29/III Wiener
Staatsoper
Viena Die Walküre 2/IV Wiener
Staatsoper
Viena Siegfried 8/IV Wiener
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 16/IV Wiener
Staasoper
Berlín Don Giovanni 9,12/VI – Staatsoper Unter
8,11,13,15/VII den Linden
Berlín Fausto 14,17,27/V Deutsche Oper
Cagliari Don Giovanni 29,31/V – 1,2,4/VI Teatro Comunale
Bayreuth Das Rheingold 26/VII – 10,21/VIII Festspielhaus
Bayreuth Die Walküre 27/VII – 11,22/VIII Festspielhaus
Bayreuth Siegfried 29/VII – 13-24/VIII Festspielhaus
Bayreuth Götterdämmerung 31/VII – 15,26/VIII Festspielhaus
554
Berlín Don Giovanni 11,12/VII Deutsche Oper
Edimburgo Das Rheingold 21,23,26,28/VIII Edinburgh
Festival
Glyndebourne Don Giovanni 15,20,23,26,30/VII Glyndebourne
– Opera
4,9,15,18,20,23,2
5,27/VIII
Lyon Fausto 20,22,24,26,28,30 Opéra Nacional
/VI2,4/VII de Lyon
Salzburgo Don Giovanni 9,13,18,21,24/VIII Grosses
Festspielhau
San Francisco Don Giovanni 3,11,13,17,28/VI- War Memorial
1/VII Opera House
555
Año 2000
90 81
80
70
60
50
40
29
30
16 18
20
8 5 6
10 2 3
0
Götterdämme
Don Giovanni Fausto Die Walküre Das Rheingold Siegfried
rung
Nacional 8 2 3
Internacional 81 29 16 18 5 6
Nacional Internacional
AÑO 2001
NACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Santa Cruz de Siegfried 2/II Teatro Guimerá
Tenerife
A Coruña Die Walküre 13/IX (versión Palacio de la
concierto) Ópera
Bilbao Siegfried 20,21,23,26,29/X Palacio
Euskalduna
INTERNACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Dallas Siegfried 17/I Fair Park Music
Hall
Berlín Das Rheingold 17/II Staatsoper Unter
den Linden
Berlín Die Walküre 18/II Staatsoper Unter
den Linden
Berlín Siegfried 22/II Staatsoper Unter
den Linden
Berlín Götterdämmerung 25/II Staatsoper Unter
den Linden
Berlín Fausto 18,21,24/III Deutsche Oper
San Diego Fausto 25/II Civic Theatre
556
Catania Das Rheingold 5,7,9/I Teatro Máximo
Bellini
Estrasburgo Fausto (versión 26,28/I Palais de la
concierto) Musique-Congrés
París Don Giovanni 10,14,17,23,26,29 Opéra Nacional
,31/I – 2,5,7/II (Bastille)
Toulouse Das Rheingold 16,18,20,23,25/II Théâtre du
Capitole
Viena Das Rheingold 27/II
Zurich Don Giovanni 21/I – 8,14/II Opernhaus
Catania Die Walküre 13,16,18,20,22,25 Teatro Máximo
,27/III Bellini
Ginebra Siegfried 20,23,26,29/IV– Grand Théâtre
2,5,8/V
Munich Don Giovanni 22,27/IV Bayerische
Staatsoper
Tokyo Das Rheingold 30/III-1,3,4,6,8/IV New National
Theatre
Viena Das Rheingold 14/III Wiener
Staatsoper
Viena Die Walküre 18/III Wiener
Staatsoper
Viena Siegfried 25/III Wiener
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 1/IV Wiener
Staatsoper
París Fausto 11,14,17,19,22,25 Opéra Nacional
,28,31/V-4,6/VI (Bastille)
Turín Das Rheingold 17/V (versión Teatro Regio
concierto)
Viena Die Walküre 10,13/V Wiener
Staatsoper
Londres Don Giovanni 31/V English Nacional
Opera
Viena Don Giovanni 2,5,8/VI Wiener
Staatsoper
Berlín Das Rheingold 6/VI Deutsche Oper
Zurich Die Walküre 28/VI – 1/VII Opernhaus
Baden-Baden Die Walküre 6/VIII Festspielhaus
Bayreuth Das Rheingold 27/VII – 8,21/VII Festspielhaus
Bayreuth Die Walküre 28/VII – 9,22/VIII Festspielhaus
Bayreuth Siegfried 30/VII – 11,24/VIII Festspielhaus
Bayreuth Götterdämmerung 1,13,26/VIII Festspielhaus
Edimburgo Die Walküre 23,26,29/VIII – Edinburgh
1/IX Festival
Savonlinna Don Giovanni 30/VII – 1,3,5/VIII Castillo de
Olavinlinna
Berlín Don Giovanni 9,11,28/IX – Staatsoper Unter
5,14/X den Linden
557
Berlín Don Giovanni 18,21,24/X – 1/XI Deutsche Oper
Edimburgo Die Walküre 23,26,29/VIII – Edinburgh
1/IX Festival
Munich Don Giovanni 31/X – 3,7/XI Bayerische
Staatsoper
Zurich Das Rheingold 8/X Opernhaus
Viena Das Rheingold 19,23/IX Wiener
Staatsoper
Viena Die Walküre 31/X – 3/XI Wiener
Staatsoper
Berlín Don Giovanni 20,23/XI Deursche Oper
Munich Don Giovanni 3,7/XI Bayerische
Staatsoper
Munich Fausto 12,15,19,22,27/XII Bayerische
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 9/XII Wiener
Staatsoper
Zurich Siegfried 18,22,25,29/XI Opernhaus
2/XII
Stuttgart Der Ring des 24,26/XI-2,3/XII Oper Stuttgart
Nibelungen
Tokyo Don Giovanni 18/XI New Nacional
Theatre
Año 2001
45
40
40
35
30 27
25
25
21
20 18
15
10
6 6
5
1
0
Don Das Götterdäm Der Ring des
Siegfried Die Walküre Fausto
Giovanni Rheingold merung Nibelungen
Nacional 6 1
Internacional 18 27 40 21 25 6
Nacional Internacional
558
AÑO 2002
NACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Madrid Das Rheingold 28,30/V Teatro Real
1,4,7,11,13,15/VI
Bilbao Götterdämmerung 19,22,25,28/X Palacio
Euskalduna
Barcelona Don Giovanni 30/XI- Gran Teatre del
5,9,12,17,20,29/XII Liceu
Sevilla Die Walküre 9,12,15,18/XII Teatro de la
Maestranza
INTERNACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Costa Mesa Don Giovanni 22,24,25,26,27/I Opera Pacific
Dallas Götterdämmerung 10,13,16,19/I The Dallas Opera
Londres Don Giovanni 22,25,28,31/I – Royal Opera
2,5,18,20,23,28/II House
Massy Don Giovanni 1,3/II Opera de Massy
Munich Das Rheingold 24,28/II – 6/III Bayerische
Staatsoper
Amsterdam Don Giovanni 4,7,10,12,15,18,2 Muziektheater
1,24,27/IV
Berlín Das Rheingold 28/III - -15/IV Staatsoper Unter
den Linden
Berlín Die Walküre 29/III – 18/IV Staatsoper Unter
den Linden
Berlín Siegfried 31/III – 20/IV Staatsoper Unter
den Linden
Berlín Götterdämmerung 2,22/IV Staatsoper Unter
den Linden
Palermo Don Giovanni 13,14,16,17,19,20 Teatro Massimo
,21, 24,26/III
Ginebra Götterdämmerung 22,25,28,30/IV – Grand Théâtre
3,5,8/V
Munich Don Giovanni 18,22,25/IV Bayerische
Staatsoper
Quebec Don Giovanni 2,5,7,9/III Ópera de Quebec
Manaus Die Walküre 18/IV Teatro Amazonas
Tokyo Die Walküre 31/IV New Nacional
Opera
559
Viena Siegfried 14/IV Wiener
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 20/IV Wiener
Staatsoper
Berlín Don Giovanni 20,24/V Staatsoper Unter
den Linden
Ginebra Götterdämmerung 3,5,8/V Grand Théâtre
Glyndebourne Don Giovanni 18,22,25,30/V- Glyndebourne
6,9,15,19,24,30/VI Opera
Montpellier Don Giovanni 24,26,28,29,30,31 Opéra Comédie
/V-2/VI
Munich Die Walküre 30/VI- 4,7/VII Bayerische
Staatsoper
Catania Siegfried 5/VI Teatro Máximo
Bellini
Roma Don Giovanni 19,20,21,22,23,25 Teatro dell´Opera
,26,27/VI
Viena Die Walküre 9,12/V Wiener
Staatsoper
Viena Don Giovanni 26,28,30/VI Wiener
Staatsoper
Zurich Das Rheingold 24/V Opernhaus
Zurich Götterdämmerun 20,23,26,29/V Opernhaus
Colonia Don Giovanni 2/VII Ópera de Colonia
560
Chicago Die Walküre 6,16,19/XI Lyric Opera of
Chicago
Munich Don Giovanni 9,14/XI Bayerische
Staatsoper
Munich Siegfried 3,7,13,17/XI Bayerische
Staatsoper
Viena Das Rheingold 16/X Wiener
Staatsoper
Viena Die Walküre 20/X Wiener
Staatsoper
Viena Siegfried 27/X Wiener
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 1/XI Wiener
Staatsoper
Berlín Don Giovanni 24,27,29/XI-4/XII Staatsoper Unter
den Linden
Chicago Die Walküre 19,22,25,29/XI- Lyric Opera of
2,6/XII Chicago
Munich Siegfried 17/XI Bayerische
Staatsoper
Berlín Don Giovanni 4/XII Staatsoper Unter
den Linden
Nápoles Don Giovanni 12,15,17,19,21,27 Teatro di San
,29/XII Carlo
Nueva York Don Giovanni 27/XII Metropolitan
Opera
Palm Beach Don Giovanni 6/XII Kravitz Center
561
Año 2002
120 111
100
80
60
40
26
22
20 11
8 5 7
4 4 2
0
Götterdämmer Der Ring des
Das Rheingold Die Walküre Fausto Don Giovanni
ung Nibelungen
Nacional 8 4 4 7
Internacional 11 26 22 5 2 111
Nacional Internacional
AÑO 2003
NACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Barcelona Don Giovanni 3,10,15/I Gran Teatre
del Liceu
Madrid Fausto 7,8,9,11,12,13,14, Teatro Real
15,16,18/II
Las Palmas de Götterdämmerung 16/II Auditorio
Gran Canaria (versión concierto) Alfredo Kraus
Madrid Die Walküre 5,7,8,10,11,13,14, Teatro Real
17,20,23/III
Barcelona Das Rheingold 26/V Gran Teatre
1,7,10,12,13,15/VI del Liceu
Las Palmas de Fausto 17,19,21/VI Teatro Cuyás
Gran Canaria
Barcelona Das Rheingold 4/VII Gran Teatre
del Liceu
Barcelona Die Walküre 29/V- 17/VI- Gran Teatre
1,3,7/VII del Liceu
Sabadell Fausto 29,31/X – 2/XI Teatro
Municipal La
Farándula
Sevilla Fausto 20,22,24,26/X Teatro de la
Maestranza
562
Madrid Siegfried 2,5,8,11,14,17,20, Teatro Real
23/XII
INTERNACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Berlín Das Rheingold 10,20/I Deutsche Oper
Berlín Die Walküre 12,21/I Deutsche Oper
Berlín Siegfried 15,23/I Deutsche Oper
Berlín Götterdämmerung 18,26/I Deutsche Oper
Dallas Don Giovanni 21,23,26/II – 1/IIIThe Dallas
Opera
Munich Das Rheingold 4,6/II Bayerische
Staatsoper
Munich Götterdämmerung 28/II -5,9/III Bayerische
Staatsoper
Niza Die Walküre 25,28,30/I – 2/II Opera de Niza
Nueva York Don Giovanni 1,4,9,15,18,23,27, Metropolitan
31/I 4,8,11,15/II Opera
París Fausto 5,9,13,18,21,25,2 Opéra Nacional
7/II 2/III (Bastille
Roma Fausto 24,26,28,30/I Teatro
1,2,4,5/II dell´Opera
Viena Das Rheingold 1/II Wiener
Staatsoper
Viena Die Walküre 6/II Wiener
Staatsoper
Viena Siegfried 15/II Wiener
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 22/II Wiener
Staatsoper
Catania Götterdämmerung 29/III Teatro Máximo
Bellini
México Das Rheingold 20,23,25,27/III Palacio de
Bellas Artes
Munich Don Giovanni 2,8,13,22/III Bayerische
Staatsoper
Nueva York Fausto 3,7,13,18,21,25,2 Metropolitan
9/III Opera
París Fausto 2,6,8,12/III Opéra Nacional
(Bastille
Tokyo Siegfried 30/III New Nacional
Theatre
Washintong Don Giovanni 29,31/III Washintong
3,6,9,11/IV National Opera
Detroit Don Giovanni 26,27,30/IV - Michigan Opera
2,3,4/V Theatre
Lieja Das Rheingold 2,4,6,8,10/V Opéra Royal de
Wallonie
563
Viena Die Walküre 21,27/IV Wiener
Staatsoper
Manaus Siegfried 24/IV Teatro
Amazonas
Los Ángeles Don Giovanni 31/V Dorothy
4,8,11,14,17,20,2 Chandler
2/VI Pavilion
Munich Das Rheingold 3/V Bayerische
Staatsoper
Munich Die Walküre 7,11/V Bayerische
Staatsoper
Munich Siegfried 15,19/V Bayerische
Staatsoper
Munich Götterdämmerung 23,28/V Bayerische
Staatsoper
Turín Fausto 30,31/V Teatro Regio
Turín Fausto 3,4,5,7,8,10,12,13 Teatro Regio
,15/VI
Lieja Die Walküre 15,18,21,24,27/VI Opéra Royal de
Wallonie
París Don Giovanni 28/VI Opéra Nacional
1,3,6,10,12/VII (Bastille
Viena Don Giovanni 18,20,22,24,26/VI Wiener
Staatsoper
Bayreuth Das Rheingold 27/VII – 6,20/VIII Festspielhaus
Bayreuth Die Walküre 28/VII – 7,21/VIII Festspielhaus
Bayreuth Siegfried 30/VII – 9,23/VIII Festspielhaus
Bayreuth Götterdämmerung 1,11,17,25/VIIII Festspielhaus
Salzburgo Don Giovanni 14,16,18,21,23/VI Grosses
II Festspielhaus
Hamburgo Don Giovanni 12,14,18,23/X Hamburgische
Staatsoper
Glasgow Das Rheingold 30/X Theatre Royal
Glasgow Die Walküre 1/XI Theatre Royal
Londres Don Giovanni 12,15,18,23,26/IX Royal Opera
House
Londres Don Giovanni 1,4,8,11/X Royal Opera
House
Munich Don Giovanni 12,15,18,21/X Bayerische
Staatsoper
Viena Das Rheingold 16/IX Wiener
Staatsoper
Viena Die Walküre 21/IX Wiener
Staatsoper
Viena Siegfried 28/IX Wiener
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 5/X Wiener
Staatsoper
564
Chicago Fausto 15/XI Lyric Opera of
Chicago
Chicago Siegfried 5,9,14,18,21,24/X Lyric Opera of
I-3,6,/XII Chicago
Washintong Die Walküre 5,8,11,14/XI DAR
Constitution Hall
Berlín Don Giovanni 23,28/XI Komische Oper
Londres Götterdämmerung 25/XI English Nacional
Opera
Bruselas Don Giovanni 2,4,7,9,11,13,16,1 La Monnaie
8, 19
,20,21,23,26,27,2
8,30,31/XII
Año 2003
120
100
80
60
40
20
0
Götterdämme
Don Giovanni Fausto Das Rheingold Die Walküre Siegfried
rung
Nacional 3 16 8 15 8 1
Internacional 96 44 23 25 18 15
Nacional Internacional
565
AÑO 2004
NACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Barcelona Don Giovanni 12/II Teatro Victoria
Madrid Götterdämmerung 20,24,27/II Teatro Real
Madrid Götterdämmerung 2,5,9,12,16/III Teatro Real
Valencia Don Giovanni 22/IV Teatro Moma
Valencia Die Walküre 17/V Palau de la
(versión Música (Sala
concierto) Iturbi)
León Don Giovanni 22/VI Auditorio Ciudad
de León
Barcelona Siegfried 16/V-4/VI Gran Teatre del
Liceu
Barcelona Götterdämmerung 23,29/V - Gran Teatre del
6,12,14,16,22/VI Liceu
Barcelona Götterdämmerung 3,7/VII Gran Teatre del
Liceu
Sevilla Fausto 20,22,24,26/X Teatro de la
Maestranza
Maó Don Giovanni 6,8,10/XII Teatro Principal
INTERNACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Berlín Don Giovanni 9/I Komische Oper
Baden-Baden Der Ring des 22,23,25,27/I Festspielhaus
Nibelungen Baden-Baden
Copenhague Das Rheingold 2,5,7,10,12,14,20, Det Kongelige
22/I Teater
Hamburgo Don Giovanni 9,11,17,20/I Hamburgische
Staatsoper
Munich Das Rheingold 21,24/I Bayerische
Staatsoper
Munich Die Walküre 27,31/I Bayerische
Staatsoper
Munich Siegfried 3,7/II Bayerische
Staatsoper
Munich Götterdämmerung 11,15/II Bayerische
Staatsoper
Nueva York Don Giovanni 1,5,9,13,16,20,24, Metropolitan
27/III Opera
Saint-Étienne Don Giovanni 27,29/II – 2/III Grand Théâtre
Massenet
Viena Die Walküre 1,8/II Wiener
Staatsoper
566
Viena Don Giovanni 6,10,12/II Wiener
Staatsoper
Tokyo Götterdämmerung 29/III New Nacional
Theatre
México Die Walküre 11,14,16,18/III Palacio de Bellas
Artes
Nápoles Fausto 21,24,27,30/III Teatro di San
2/IV Carlo
Manaus Götterdämmerung 22/IV Teatro Amazonas
Nueva York Die Walküre 29/III-3,12,27/IV Metropolitan
Opera
Nueva York Die Walküre 4/V Metropolitan
Opera
Nueva York Die Walküre 22,26/IV – 3/V Metropolitan
Opera
Toronto Die Walküre 4,8,14,17.20,23/I Humminbird
V Centrre
Amsterdam Die Walküre 1,5,9,13,16.21/V De Nederlandse
Opera
Frankfurt Don Giovanni 25,30/IV – Oper Frankfurt
2,8,15/V
Nueva York Don Giovanni 15,19,21,24,28/IV Metropolitan
Opera
Nueva York Don Giovanni 1,7/V Metropolitan
Opera
Berlín Don Giovanni 29/V – Komische Oper
10,13,25/VI
Lieja Siegfried 14,18,22,26,30/V Opéra Royal de
Wallonie
Londres Fausto 11,13,15/VI Royal Opera
House
Londres Die Walküre 11/V London Coliseum
Saint-Étienne Fausto 11,13,15/VI Grand Théâtre
Massenet
Viena Siegfried 30/V Wiener
Staatsoper
Buenos Aires Das Rheingold 6,8,11,13/VII Teatro Colón
Cincinnati Don Giovanni 8,10,16/VII Music Hall
Londres Fausto 11,15,19,23,27/VI Royal Opera
House
Santa Fe Don Giovanni 3,7,10,16,23,29/V The Santa Fe
II Opera
Santa Fe Don Giovanni 2,9,14,17,21,27/V The Santa Fe
III Opera
Santiago de Fausto 17,18,19,21/VI Teatro Municipal
Chile
Baden-Baden Der Ring des 20,21,25/VIII Festspielhaus
Nibelungen Baden-Baden
Buenos Aires Das Rheingold 6,8,11,13,16/VII Teatro Colón
567
Londres Fausto 2/VII Royal Opera
House
Amsterdam Siegfried 4,7,10,14,18,22/I De Nederlandse
X Opera
Chicago Don Giovanni 18,22,26/IX Lyric Opera of
Chicago
Chicago Don Giovanni 1,4,7,9,12,15,19,2 Lyric Opera of
2/X Chicago
Chicago Das Rheingold 2,5,8,13,17,21,25/ Lyric Opera of
X Chicago
Lieja Götterdämmerung 24,28/IX-2,7,10/X Opéra Royal de
Wallonie
Londres Fausto 4,7,11,15,19,21,2 Royal Opera
5,28/X House
Nueva York Die Walküre 25,29/IX Metropolitan
Opera
Lieja Don Giovanni 5/IX Opéra Royal de
Wallonie
Glasgow Siegfried 5/XI Theatre Royal
Glasgow Götterdämmerung 8/XI Theatre Royal
Nueva York Die Walküre 2,5,9,12/X Metropolitan
Opera
Colonia Das Rheingold 24/X Ópera de Colonia
Colonia Die Walküre 26/X Ópera de Colonia
Viena Das Rheingold 24/X Wiener
Staatsoper
Viena Die Walküre 26/X Wiener
Staatsoper
Viena Siegfried 1/XI Wiener
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 6/XI Wiener
Staatsoper
Berlín Die Walküre 28/XI – 2,5,12/XII Staatsoper Unter
den Linden
Berlín Don Giovanni 7,14,22/XI Komische Oper
Chicago Das Rheingold 3,6/XI Lyric Opera of
Chicago
Copenhague Die Walküre 17,20,24,27/XI- Det Kongelige
3,6,10,22/XII Teater
Lieja Don Giovanni 5,6,7,9,10,11,12,1 Opéra Royal de
3,14/XI Wallonie
Berlín Don Giovanni 7,21/XII Komische Oper
Londres Das Rheingold 1/III-18,21/XII Royal Opera
House
Zurich Fausto 9,12,14,23/XII Operhaus
568
Año 2004
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Götterdämme Der Ring des
Don Giovanni Fausto Die Walküre Siegfried
rung Nibelungen
Nacional 6 4 1 2 15
Internacional 76 33 49 49 11 7
Nacional Internacional
AÑO 2005
NACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
A Coruña Don Giovanni 19,21/V Palacio de la
Ópera
Jerez de la Don Giovanni 27,29/V Teatro Villamarta
Frontera
Santander Das Rheingold 31/VII Palacio Festivales
Santander Die Walküre 1/VIII Palacio Festivales
Madrid Don Giovanni 30/IX,2,3,4,5,7,8, Teatro Real
1011,12,14,15/X
Bilbao Don Giovanni 19,22,25,28/XI Palacio
Euskalduna
Santander Don Giovanni 15,17/XII Palacio Festivales
Madrid Don Giovanni 1/XII Teatro Español
INTERNACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Londres Das Rheingold 4,7,10/I Royal Opera
House
Toronto Siegfried 11/II Four Seasons
Center
569
Berlín Das Rheingold 4/IV Deutsche Oper
Berlín Die Walküre 13/III Deutsche Oper
Berlín Siegfried 18/III Deutsche Oper
Berlín Götterdämmerung 20/III Deutsche Oper
Cagliari Don Giovanni 3,4,6,9/III Teatro Lirico
Chicago Götterdämmerung 19,26/III Lyric Opera of
Chicago
Londres Die Walküre 5,9,12,15,19,22,2 Royal Opera
8/III – 8/VII House
Londres Götterdämmerung 6/IV Royal Opera
House
Nápoles Die Walküre 24,26,30/III-3,6/IV
Nueva York Don Giovanni 28/III- Metropolitan
1,6,9,12,16/IV Opera
Sarasota Don Giovanni 4,10,12,16,19/III Sarasota Opera
House
Amsterdam Das Rheingold 28/IV- De Nederlandse
2,5,8,11,15,18/V Opera
Berlín Don Giovanni 23,27,29/IV- Staatsoper Unter
4,7,13/V den Linden
Munich Fausto 10,14,17/IV Bayerische
Staatsoper
Nueva York Die Walküre 19,23/IV Metropolitan
Opera
Nueva York Fausto 21,26,30/IV-7/V Metropolitan
Opera
Viena Das Rheingold 12/IV Wiener
Staatsoper
Viena Die Walküre 17/IV Wiener
Staatsoper
Viena Siegfried 24/IV Wiener
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 1/V Wiener
Staatsoper
Manaus Der Ring des 7,8,10,12/V Teatro Amazonas
Nibelungen
Copenhague Siegfried 7,9,12,14,22,24,2 Det Kongelige
7/V-2,5/VI Teater
Florencia Don Giovanni 8,11,14,17,20,22/ Ópera de
V Florencia
Frankfurt Fausto 5,7,13,15/V Oper Frankfurt
Marsella Don Giovanni 14,17,19,22,24/V Opéra de
Marseille
Nueva York Fausto 4,7,10,14,18,21/V Metropolitan
Opera
Trieste Fausto 14,15,17,18,20,21 Teatro Lirico
, 24/V Giuseppe Verdi
Buenos Aires Die Walküre 10,12,15,17,20/VI Teatro Colón
I
570
Seattle Der Ring des 15,16,18,20/VIII McCaw Hall
Nibelungen
Amsterdam Das Rheingold 19,28/IX-7/X Het
Muziektheater
Amsterdam Die Walküre 21,21/IX-9/X Het
Muziektheater
Amsterdam Siegfried 23/IX-1,11/X Het
Muziektheater
Amsterdam Götterdämmerung 26/IX-5,14/X Het
Muziektheater
Lieja Das Rheingold 17/IX-12/X Opéra Royal de
Wallonie
Lieja Die Walküre 24/IX-15/X Opéra Royal de
Wallonie
Lieja Siegfried 1,19/X Opéra Royal de
Wallonie
Lieja Götterdämmerung 8,22/X Opéra Royal de
Wallonie
Londres Siegfried 2,7,10,14,18,22/X Royal Opera
House
París Das Rheingold 25/X Téâtre du
Chatelet
París Die Walküre 27/X Téâtre du
Chatelet
Stuttgart Der Ring des 24,25/IX – 1,3/X Staatstheater
Nibelungen
Sydney Don Giovanni 3,6,17,19,22/IX Sydney Opera
House
Génova Don Giovanni 21,23,25,27/X Teatro Carlo
Felice
Roma Das Rheingold 10,18,20,21,22,23 Teatro Costanzi
,25/X
Génova Don Giovanni 3,13,18,22,26/XI Teatro Carlo
Felice
Niza Fausto 9,11,13,15/XII Ópera de Niza
571
Año 2005
60
50
40
30
20
10
0
Der Ring
Das Die Götterdäm Don
Fausto Siegfried des
Rheingold Walküre merung Giovanni
Nibelungen
Nacional 1 1 23
Internacional 25 28 30 24 10 8 49
Nacional Internacional
AÑO 2006
NACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Las Palmas de Don Giovanni (v. 15/II Auditorio
gran Canaria concierto) Alfredo Kraus
Valencia Fausto (versión 6/V Palau de la
concierto) Musica
San Lorenzo del Siegfried 19/VII Teatro-
Escorial Auditorio
Valladolid Don Giovanni 27/XI Teatro
Calderón
Valencia Don Giovanni 21/XI Palau de la
Música
Málaga Fausto 1/XII Teatro
Cervantes
INTERNACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Basilea Don Giovanni 23,26/II Theater Basel
Estrasburgo Don Giovanni 3,5,7,9,11,13/III Strasbourg
Opera House
572
Frankfurt Fausto 7,13,15,21/I Oper Frankfurt
Munich Don Giovanni 30/I-4/II Bayerische
Staatsoper
París Don Giovanni 27,30/I Opéra
Nacional
(Bastille)
París Don Giovanni 2,5,8,10,13,17,20, Palais Garnier
23,25/II
Parma Fausto 27,29,31/I-2,4/II Teatro Regio
Roma Don Giovanni 17,18,19,20,21,22 Teatro
/I dell´Opera
Venecia Die Walküre 25,28,31/I-2,5,7/II Gran Teatro La
Fenice
Viena Das Rheingold 7/I Wiener
Staatsoper
Viena Die Walküre 8/I Wiener
Staatsoper
Viena Siegfried 14/I Wiener
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 15/I Wiener
Staatsoper
Viena Don Giovanni 18,20,22/I Wiener
Staatsoper
Estocolmo Die Walküre 25/II Kungliga
Opera
Estrasburgo Don Giovanni 3/III Opéra
Nacional du
Rhin
Basilea Don Giovanni 3,18,21,23/III- Theater Basel
5,11/IV
Berlín Don Giovanni 12,15,18/III Staatsoper
Unter den
Linden
Munich Das Rheingold 1,4/III Bayerische
Staatsoper
Munich Die Walküre 7,10/III Bayerische
Staatsoper
Munich Siegfried 14,18/III Bayerische
Staatsoper
Munich Götterdämmerung 15/II-22,26/III Bayerische
Staatsoper
París Das Rheingold 30/III – 8/IV Théâtre du
Châtelet
París Die Walküre 1/10/IV Théâtre du
Châtelet
París Siegfried 5/II - 3,12/IV Théâtre du
Châtelet
París Götterdämmerung 6,15/IV Théâtre du
Châtelet
573
Washintong Das Rheingold 25,30/III- Kenndy Center
2,5,8,9,10,14/IV Opera House
Basilea Don Giovanni 5,11/IV-8,21/V Theater Basel
Berlín Don Giovanni 24,29/IV Komische
Oper
Cagliari Die Walküre 28,30/IV Teatro Lirico
Cagliari Die Walküre 2,4,6,8,10/V Teatro Lirico
Frankfurt Don Giovanni 2,6,12,22/IV Oper Frankfurt
Copenhague Die Walküre 7/IV Opera House
Roma Don Giovanni 13/V Sala Santa
Cecilia
Lieja Fausto 21,22,23,25,27,28 Théâtre Royal
, 29,30/IV
Londres Götterdämmerung 17,22,27,30/IV Royal Opera
House
Londres Götterdämmerung 3,6/V Royal Opera
House
Nápoles Don Giovanni 15,19,21,23,26/IV Teatro di San
Carlo
Regio Emilia Don Giovanni 23,28/IV Teatro
Municipale
Valli
Lisboa Das Rheingold 28,30/V Teatro
Nacional de
São Carlos
Zurich Don Giovanni 7,10,12,14,18/V Opernhaus
Aix-en- Das Rheingold 2,4,6,8/VII Théâtre de
Provence l´Archevêché
Burdeos Don Giovanni 25,27,30/VI- Grand Théâtre
2,4/VII
Dresde Das Rheingold 5/VI Semperoper
Dresde Die Walküre 11/VI Semperoper
Dresde Siegfried 17/VI Semperoper
Dresde Götterdämmerung 21/VI Semperoper
Lisboa Das Rheingold 1,3,4/VI Teatro
Nacional de
São Carlos
París Don Giovanni 15,17,19,21,23/VI Théâtre des
Camps-
Élysées
Zurich Don Giovanni 24,29/VI Operhaus
Baden-Baden Das Rheingold 13/VII Festspielhaus
Baden-Baden Die Walküre 14/VII Festspielhaus
Baden-Baden Siegfried 16/VII Festspielhaus
Baden-Baden Götterdämmerung 18/VII Festspielhaus
Bayreuth Das Rheingold 26/VII-11,22/VIII Festspielhaus
Bayreuth Die Walküre 27/VII-12,23/VIII Festspielhaus
Bayreuth Siegfried 29/V-14,25/VIII Festspielhaus
Bayreuth Götterdämmerung 31/VII-16,17/VIII Festspielhaus
574
Salzburgo Don Giovanni 11,15,18,20,24,27 Grosses
, 30/VIII Festspielhaus
Londres Fausto 15,18,22,25,27,29 Royal Opera
/IX House
Génova Don Giovanni 21,23,25,27/X- Teatro Carlo
3,13/XI Felice
Houston Don Giovanni 28,31/X- Wortham
3,5,9,11/XI Theatre Center
Jesi (Italia) Don Giovanni 7,9/X Teatro
Pergolesi
Baden-Baden Don Giovanni 8/X Festspielhaus
Toronto Der Ring des 26,27,29/IX-1/X Canadian
Nibelungen Opera
Milán Don Giovanni 10,16,17,19,21,28 Teatro alla
, 30/X Scala
Nueva York Fausto 3,6,12,16,19/X Metropolitan
Opera
Santiago de Don Giovanni 28,31/X-2/IX Teatro
Chile Municipal
Amsterdam Don Giovanni 18,22,26/XI- Het
2,11/XII Muziektheater
Catania Don Giovanni 7,9,11,12,14,16,1 Teatro Máximo
9,21,22/XI Bellini
Milán Don Giovanni 3,5,7,10,12/XI Teatro alla
Scala
Munich Das Rheingold 10/XI Bayerische
Staatsoper
Munich Die Walküre 12/XI Bayerische
Staatsoper
Munich Siegfried 15/XI Bayerische
Staatsoper
Munich Götterdämmerung 19/XI Staatsoper
Milwaukee Don Giovanni 19/XI Performing
Arts Center
575
Año 2006
140 127
120
100
80
60
40 28 28 26
19
20 12
3 1 1 0 4
0
Der Ring
Don Das Die Götterdäm
Fausto Siegfried des
Giovanni Rheingold Walküre merung
Nibelungen
Nacional 3 1 1 0
Internacional 127 28 12 28 26 19 4
Nacional Internacional
AÑO 2007
NACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Las Palmas de Das Rheingold 17/IV Teatro Pérez
Gran Canaria Galdós
Las Palmas de Die Walküre 18/IV Teatro Pérez
Gran Canaria Galdós
Las Palmas de Siegfried 20/IV Teatro Pérez
Gran Canaria Galdós
Las Palmas de Götterdämmerung 22/IV Teatro Pérez
Gran Canaria Galdós
Valencia Das Rheingold 28/IV-3,7,12/V Palau de les
Arts Reina Sofía
Valencia Die Walküre 30/IV-5,10,14/V Palau de les
Arts Reina Sofía
INTERNACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Copenhague Don Giovanni 27/I Operaen
Amberes Das Rheingold 9,20/II Vlaamse Oper
Berlín Das Rheingold 9,20/II Deutsche Oper
Berlín Die Walküre 10,21/II Deutsche Oper
Berlín Siegfried 16,23/II Deutsche Oper
Berlín Götterdämmerung 18,25/II Deutsche Oper
576
Estrasburgo Das Rheingold 14,18,24,27/II- Opera National
1/III du Rhin
Houston Fausto 20,23,26,28/I-3/II Wortham
Theatre Center
Lisboa Die Walküre 24,26,28/II- Teatro Nacional
3,5,8,10/III de São Carlos
París Don Giovanni 17,20,24,27,29,31 Opéra Nacional
/I-2,5,11,14,17/II (Bastille)
Viena Don Giovanni 21,24,27/I Wiener
Staatsoper
Toronto Fausto 24/II Four Seasons
Center
Amberes Don Giovanni 13,15/IV Vlaamse Opera
Marsella Die Walküre 23/V Ópera Municipal
Nueva York Fausto 12,17/III Metropolitan
Opera
Trieste Don Giovanni 31/III- Teatro Lirico
1,3,4,5,6,7/IV Giuseppe Verdi
Washintong Die Walküre 24,28/III-9/IV Kenndy Center
Opera House
Amberes Don Giovanni 13,15,17,19,21,24 Vlaamse Opera
26/IV
Washintong Die Walküre 1,5,9,14,17/IV Kenndy Center
Opera House
Zurich Fausto 25,28/IV- Operhaus
1,6,13,15/V
Florencia Das Rheingold 14,19,23,27/VI Ópera de
Florencia
Florencia Die Walküre 16,21,25,29/VI Ópera de
Florencia
Londres Don Giovanni 11,13,15,17,20,23 Royal Opera
, 26,30/VI House
Montreal Don Giovanni 19,21,26,28,31/V- Salle Wilfrid
2/VI Pelletier
Marsella Die Walküre 16,20,23,25/V Opéra Municipal
Venecia Siegfried 14,17,20,23,26/VI Gran Teatro La
Fenice
San Francisco Don Giovanni 2,5,10,13,16,22,2 War Memorial
8,30/VI Opera House
Berlín Don Giovanni 1,12/VI-2/VII Komische Oper
Aix-en- Die Walküre 29/VI-2,5,8/VII Grand Théâtre
Provence de Provence
Londres Don Giovanni 4,8/VII Royal Opera
House
Ravenna Die Walküre 13,14,15/VII Teatro Alighieri
Bayreuth Das Rheingold 27/VII-9,20/VIII Festspielhaus
Bayreuth Die Walküre 28/VII-5,10,21/VIII Festspielhaus
Bayreuth Siegfried 30/VII-12,13/VIII Festspielhaus
Bayreuth Götterdämmerung 1,14,25/VIII Festspielhaus
577
Montpellier Don Giovanni 20,27/VII Opéra-Comédie
Berlín Don Giovanni 26/IX-1,7,13/X Komische Oper
Londres Das Rheingold 2,17/X Royal Opera
House
Londres Die Walküre 4,19/X Royal Opera
House
Londres Siegfried 7,21/X Royal Opera
House
Londres Götterdämmerung 9,24/X Royal Opera
House
Lyon Siegfried 17/X Ópera Nacional
Gante Siegfried 4,7,10,13,15,18,2 Vlaamse Opera
3,25,28/XI-1/XII
Los Angeles Don Giovanni 24,27,30/XI Dorothy
Chandler
Pavilion
Toulouse Don Giovanni 9,11,13,16,18,20, Théâtre du
2325/XI Capitole
Washintong Don Giovanni 25/X- Kenndy Center
1,4,7,10,13,16/XI Opera House
Estocolmo Götterdämmerung 15/IX Kungliga
Operan
Berlín Don Giovanni 15,18,22,26,29,/X Staatsoper
II Unter den
Linden
Frankfurt Fausto 3,14,16,21,26,29/ Oper Frankfurt
XII
Los Angeles Don Giovanni 2,4,7,9,15/XII Dorothy
Chandler
Pavilion
Viena Die Walküre 2,6,9,13,16,20/XII Wiener
Staatsoper
578
AÑO 2007
90 83
80
70
60
50 45
40
30 22
18 18
20
8
10 5 5
1 1
0
Götterdämme
Das Rheingold Die Walküre Siegfried Fausto Don Giovanni
rung
Nacional 5 5 1 1
Internacional 18 45 22 8 18 83
Nacional Internacional
AÑO 2008
NACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Sevilla Don Giovanni 24,26,28,30/IV Teatro de la
Maestranza
Barcelona Die Walküre 28,31/V Gran Teatre del
(versión concierto) Liceu
Valencia Siegfried 10,14,17,22/VI Palau de les
Arts Reina Sofía
Gijón Don Giovanni 25,27/VII Teatro
Jovellanos
Sevilla Die Walküre 6/VIII Teatro de la
(versión concierto) Maestranza
A Coruña Die Walküre 25/X Palacio de la
(versión concierto) Ópera
INTERNACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Berlín Das Rheingold 5/I Deutsche Oper
Berlín Die Walküre 6/I Deutsche Oper
Berlín Siegfried 10/I Deutsche Oper
Berlín Götterdämmerung 12/I Deutsche Oper
Montecarlo Don Giovanni 22,24,26,29/II Salle Granier
579
Nueva York Die Walküre 7,14,28/I-2,6,9/II Metropolitan
Opera
Viena Don Giovanni 14,17,20,22/I Wiener Staatsope
Estocolmo Der Ring des 5,12,15/I-3/III Kungliga Operan
Nibelungen
Burdeos Fausto 16,17,18,20,21,23 Grand Théâtre
, 25,26,27,28/III
Hamburgo Das Rheingold 16,19,24,27/III- Hamburgische
2,9/IV Staatsoper
Hamburgo Don Giovanni 18,21,25,30/III Hamburgische
Staatsoper
Salzburgo Die Walküre 24/III Festspielhaus
Monpellier Don Giovanni 1,4,6/IV Opéra-Comédie
Berlín Don Giovanni 16,18,25,27,30/IV Staatsoper Unter
-11/V den Linden
Estrasburgo Die Walküre 18,21,27/IV-2,6/V Opera National
du Rhin
Viena Siegfried 27/IV- Wiener
1,4,8,11,14/V Staatsoper
Chicago Don Giovanni 3,6,9,11/V Civic Opera
House
Aix-en- Siegfried 28/VI-1,4,7/VII Grand Théâtre de
Provence Provence
Amberes Götterdämmerung 5,8,11,14,17,20/V Vlaamse Opera
I
San Francisco Das Rheingold 3,6,14,19,22,28/V War Memorial
I Opera House
Bayreuth Das Rheingold 28/VII-8,20/VIII Festspielhaus
Bayreuth Die Walküre 29/VII-9,21/VIII Festspielhau
Bayreuth Siegfried 31/VII-11,23/VIII Festspielhaus
Bayreuth Götterdämmerung 2,13,25/VIII Festspielhaus
Orange Fausto 2,5/VII Théàtre Antique
Salzburgo Don Giovanni 27,31/VII- Salzburger
3,8,11,16,19,25,2 Festspiele
9/VIII
Londres Don Giovanni 8,10,12,15,18,27, Royal Opera
30/IX-2,4/X House
Lucerna Don Giovanni 7,11,14,18/IX Festival de
Lucerna
Nueva York Don Giovanni 27/IX-1,4,10,14/X Metropolitan
Opera
Toronto Don Giovanni 8,11,15,31/X The Opera House
Zurich Das Rheingold 17,19,26/IX Opernhaus
Lisboa Siegfried 3,6,9,12,15,18/X Teatro Nacional
de São Carlos
Viena Fausto 11,14,17,20,23,26 Wiener
/X Staatsoper
Florencia Siegfried 20,23,25,29/XI Teatro Comunale
580
Hamburgo Die Walküre 2,9,12/XI Hamburgische
Staatsoper
Zurich Die Walküre 19,30/XI Opernhaus
Zurich Das Rheingold 20,26/XI Opernhaus
Nueva York Don Giovanni 1,5,9,13/XII Metropolitan
Opera
Viena Götterdämmerung 8,11,14,19,28/XII Wiener
Staatsoper
AÑO 2008
70
60
60
50
40
33
30
21 21
18
20 15
10 6 4 4 4
0
Don Das Götterdäm Der Ring des
Die Walküre Siegfried Fausto
Giovanni Rheingold merung Nibelungen
Nacional 6 4 4
Internacional 60 21 33 18 21 15 4
Nacional Internacional
AÑO 2009
NACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Valencia Fausto 2,5,8,11,14,17/II Palau de les Arts
Reina Sofía
Pamplona Fausto 20,22/III Auditorio Baluarte
Sabadell Don Giovanni 22,23,24,26/IV Teatro Municipal
La Farándula
Sant Cugat del Don Giovanni 8/V Teatro Auditori
Valles
Valencia Das Rheingold 15,22/VI Palau de les Arts
Reina Sofía
Valencia Die Walküre 16,24/VI Palau de les Arts
Reina Sofía
581
Valencia Siegfried 18,27/VI Palau de les Arts
Reina Sofía
Valencia Götterdämmerung 21,30/VI Palau de les Arts
Reina Sofía
Palma de Fausto 26,28/VI Teatro Principal
Mallorca
A Coruña Siegfried (versión 24/X Palacio de la
concierto) Ópera
Bilbao Fausto 14,17,20,23/XI Palacio
Euskalduna
Oviedo Don Giovanni 22,24,26,27,28/XI Teatro
Campoamor
Vigo Don Giovanni 7/XI Centro Cultural
Caixanova
Pontevedra Don Giovanni 8/XI Auditorio
Afundación
Irún Don Giovanni 4/IV Teatro Amaia
INTERNACIONAL
Lugar Ópera Fecha Teatro
Berlín Fausto 15,19,22,25,28/II Staatsoper Unter
den Linden
Estrasburgo Siegfried 30/I-2,7,10,13/II Opera National
du Rhin
Lisboa Fausto 8,10,12,14,16,18/I Teatro Nacional
de São Carlos
Los Angeles Das Rheingold 21,25/II- Dorothy Chandler
1,5,8,11,15/III Pavilion
Montpellier Fausto 1,3,6,8/III Opéra Beriloz-Le
Corum
Berlín Don Giovanni 15,20,26,31/III Staatsoper Unter
den Linden
Frankfurt Don Giovanni 7,12,19,25,29/III Oper Frankfurt
Hamburgo Das Rheingold 1,12,15/III Hamburgische
Staatsoper
Hamburgo Die Walküre 8,22/III-5/IV Hamburgische
Staatsoper
Nueva York Das Rheingold 28/III Metropolitan
Opera
Zurich Das Rheingold 20/III-1/IV Opernhaus
Zurich Die Walküre 20/III-2/IV Opernhaus
Zurich Siegfried 8,25/III-5/IV Opernhaus
Zurich Götterdämmerung 15,29/III-8/IV Opernhaus
Los Angeles Die Walküre 4,8,12,16,19,22,2 Dorothy Chandler
5/IV Pavilion
Florencia Götterdämmerung 6/V Teatro Comunale
Nueva York Das Rheingold 27/IV-4/V Metropolitan
Opera
582
Nueva York Die Walküre 11,28/IV-5/V Metropolitan
Opera
Nueva York Siegfried 18,30/IV-7/V Metropolitan
Opera
Nueva York Götterdämmerung 25/IV-2,9/V Metropolitan
Opera
Washintong Siegfried 2,5,9,14/V Kenndy Center
Opera House
Lisboa Don Giovanni 30/V- Teatro Nacional
1,3,5,7,9,12,14/VI de São Carlos
Viena Das Rheingold 2,5,16/V-6/VI Wiener
Staatsoper
Viena Die Walküre 6,17/V-7/VI Wiener
Staatsoper
Viena Siegfried 8,19/V-9/VI Wiener
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 10,21/V-11/VI Wiener
Staatsoper
Viena Don Giovanni 18,22,25/V Wiener
Staatsoper
Washintong Siegfried 2,5,9,14,17/V Kenndy Center
Opera House
Aix-en- Götterdämmerung 3,6,9,12/VII Grand Théâtre de
Provence Provence
Toulouse Fausto 19,21,23,26,28,30 Théâtre du
/VI Capitole
Venecia Götterdämmerung 25,28/VI-1,4,7/VII Gran Teatro La
Fenice
Viena Fausto 13,16,20,23/VI Wiener
Staatsoper
Zurich Das Rheingold 24/VI Opernhaus
Zurich Die Walküre 27/VI Opernhaus
Zurich Siegfried 1/VII Opernhaus
Zurich Götterdämmerung 5/VII Opernhaus
Bayreuth Das Rheingold 27/VII-7,20/VIII Festspielhaus
Bayreuth Die Walküre 28/VII-8,21/VIII Festspielhaus
Bayreuth Siegfried 30/VII-10,23/VIII Festspielhaus
Bayreuth Götterdämmerung 1,12,16,25/VIII Festspielhaus
Londres Das Rheingold 29/VII Royal Opera
House
Londres Die Walküre 30/VII Royal Opera
House
Londres Siegfried 31/VII Royal Opera
House
Londres Götterdämmerung 1/VIII Royal Opera
House
Macerata Don Giovanni 23,28,30/VII Teatro Lauro
Rossi
583
Santa Fe Don Giovanni 18,22,31/VII- The Santa Fe
8,13,21,24,29/VIII Opera
Seattle Der Ring des 25,26,28,30/VII McCaw Hall
Nibelungen
Chicago Fausto 5,8,11,14/X Civic Opera
House
Los Angeles Siegfried 26/IX-4,7,11,17/X Dorothy Chandler
Pavilion
Lyon Don Giovanni 10,12,14,16,18,21 Opéra National
, 23,25/X
Viena Fausto 5,7,10,13/IX Wiener
Staatsoper
Zurich Don Giovanni 5,9,13,16,18/IX Opernhaus
Chicago Fausto 5,8,11,14,17,20,2 Civic Opera
3,30/X-3,7/XI House
Hamburgo Siegfried 18,22/X- Hamburgische
1,5,8,15/XI Staatsoper
Lisboa Götterdämmerung 9,12,15,18,21,24, Teatro Nacional
27/X de São Carlos
Munich Don Giovanni 30/X – Nationaltheater
4,7,11,14,22/XI
Chicago Fausto 30/X-3,7/XI Civic Opera
House
Viena Das Rheingold 7,21/XI Wiener
Staatsoper
Viena Die Walküre 8,22/XI Wiener
Staatsoper
Viena Siegfried 11,25/XI Wiener
Staatsoper
Viena Götterdämmerung 14,28/XI Wiener
Staatsoper
Ginebra Don Giovanni 11,13,14,15,17,19 Grand Théâtre
, 20/XII
584
AÑO 2009
60 57
50 46
41
40
34
30 26 25
20
13 14
10
3 4
2 2 2
0
Don Das Götterdäm Der Ring des
Fausto Die Walküre Siegfried
Giovanni Rheingold merung Nibelungen
Nacional 13 14 2 2 3 2
Internacional 57 46 26 25 41 34 4
Nacional Internacional
585
respecto a seis años atrás cuando dramatizó el mismo papel en Oviedo. Muy
contraria es la opinión del papel de Mefistófeles de Greer Grimsley que “aporta
muy poco escénicamente” a través de gestos con poca credibilidad. Lo mismo
sucede con las previsiones negativas acerca de Margarita, Ana María González,
pues sobrecarga de cursilería innecesaria la inocencia de la joven. “Su actuación
fue recibida con una gran frialdad” (2000: 64). En último lugar, después de aludir
a la apuesta por la progresión en cantantes actuales, comenta la valía de la
dirección orquestal por parte de la maestra cubana Elena Herrera.
30Sobre las críticas del Teatro Real ya se expuso lo pertinente en el epígrafe 3.1. de esta
investigación.
586
careció de interés, así como el resto de papeles que no pudieron hacer sombra
a un Don Juan con necesario color oscuro en su voz y la evidente experiencia al
haber trabajado con los grandes directores. Acerca de la puesta en escena no
se puede exponer argumentos de ningún tipo, puesto que no había ninguna. E
incluso se han percibido desajustes notorios para el público entre la dirección
orquestal por parte de Alexandre Rahbari y la dirección escénica.
Teatro Campoamor
de Oviedo
FAUSTO
Palacio de Festivales de
Santander (versión concierto)
Palacio de la Ópera de A
Coruña
DON
GIOVANNI
Teatro Real de Madrid
Teatro Cervantes de
Málaga
587
y vocal, se destaca el papel de Brunilda interpretado por Nadine Secunde porque
“cantó con gran facilidad y perfecta emisión, logrando momentos relevantes
especialmente en el dúo con Wotan en el tercer acto” (2001: 49). Del mismo
modo, se subraya la coordinación musical de las walkyrias en sus complicadas
intervenciones y la sonoridad obtenida por la Orquesta de la Ópera de Szeged
de Hungría que hizo notar una perfecta armonía del conjunto desde el primer
instante con un exitoso director Wolf Dieter Hauschild.
Palacio
LA WALKYRIA Euskalduna de
Bilbao
AÑO 2001
Teatro Guimerá
de Santa Cruz
SIGFRIDO de Tenerife (en
versión
concierto)
588
de los protagonistas oscilaron entre la perfecta impostación y uniformidad de
registros, amplias, potentes y sonoras voces en función de las características de
sus personajes. Por el contrario, el vestuario se evalúa de forma negativa porque
no reflejaba en ningún caso la personalidad de los intérpretes. Además, debido
a un fallo técnico el público no se deleitó con la deseada presencia del dragón
que se esperaba.
El año 2002 vio representado El oro del Rin en el Teatro Real, un paso
para que la Tetralogía volviese al mismo templo dramático. También tuvimos la
puesta en escena controvertida de Calixto Bieito en el Gran Teatre del Liceu de
Barcelona.31
589
Palacio
SIGFRIDO Euskalduna de
Bilbao
Palacio
EL OCASO DE
Euskalduna de
LOS DIOSES
Bilbao
590
ejecución musical aceptable, pero no llegó a la enorme disposición instrumental
que requiere la partitura wagneriana, según expresa Justo Romero.
Las críticas en este año 2003, las recabadas sobre Die Walküre y Faust
en el Teatro Real y en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, así como el Oro del
Rin de nuevo en el Gran Liceu, han sido expuestas en el epígrafe
correspondiente que hemos asignado para seguir un orden consecuente de la
situación operística española.
591
este caso hizo gala de ello: un cubículo con cuatro puertas para servir los muy
distintos ambientes previstos por los autores, un mínimo atrezzo con objetos que
aluden a que el texto queda a merced de la imaginación del espectador y una
básica o mínima acción escénica. La satisfacción del público estuvo reflejada por
la interpretación musical y vocal de los personajes, pues todos estuvieron
acertados, aunque habría que hacer matices entre ellos. A pesar de todo, Albert
Montserrat fue el triunfador con su papel de tenor protagonista.
EL ORO
Gran Teatre Liceu de Barcelona
DEL RIN
592
tiene el escenario. Propuso una escena prácticamente desnuda en la que se
prefería exponer lo más preciado: los cantantes. Por este motivo, el público se
olvidó de las estrecheces del recinto por la ejecución musical y el trabajo
dramático de los solistas.
593
pantalones para explicitar coitos ante los espectadores y alguna escena de orgía
en el momento escénico campestre. El vestuario de Ágatha Ruiz de la Prada no
añadió nada que mejorase la situación escénica (2005: 44).
594
Si eso no era lo suficiente transgresor, además destacó el montaje del Oro
del Rin por ideas como subir a las ninfas a unas torres movibles con escaleras y
el vestuario de los dioses que atendía a diversos deportes. Agustín Achúcarro
prosigue diciendo que de los papeles más importantes en la primera
representación debemos nombrar a los personajes de Alberich y de Fasolt,
interpretados por Thomas Gazheli y Xiaoliang Li. La puesta en escena y la
ejecución de La walkyria fue más complicada que El oro del Rin, con menos
lucidez por parte del elenco de personajes. En otro sentido, se pondera la
dedicación de José María García sobre el libreto completo de El anillo del
Nibelungo.
Palacio de la
ópera de A
Coruña
Teatro Villamarta
de Jerez de la
Frontera
DON GIOVANNI
Teatro Real de
Madrid
AÑO 2005
Teatro Español
de Madrid
DAS Palacio de
RHEINGOLD Y Festivales de
DIE WALKÜRE Santander
595
El 19 de noviembre, como adelanto año Mozart, el Palacio de Euskalduna
con la A.B.A.O. presentó un modélico montaje de la Staatsoper de Viena firmada
por Roberto de Simone, basada en cambios sucesivos de paneles sin
interrupción y eficaces efectos de luminotecnia para orientar al público en el
conflicto de amores y venganzas donjuanianas (2006: 48). Los papeles de amo
y criado, Don Giovanni y Leporello, fueron desempeñados con fortuna, pues
estaban dotados de voces amplias y de una adecuada presencia escénica. Las
impresiones generales sobre la interpretación musical y dramática condujeron a
la impresión de que los papeles principales corroboran una línea artística
ascendente.
596
algunos deslices de afinación, así como Carlo Scibelli fue un Fausto que no se
convirtió en la pareja ideal de una Margarita interpretada por Arteta.
Palacio
Euskalduna de
Bilbao.
Palacio de
DON GIOVANNI Festivales de
Santander.
Auditorio Alfredo
AÑO 2006 Kraus (versión
concierto).
Palau de la
FAUSTO Música de
Valencia.
El 2007 se plantea con más amplia diversidad con respecto al año anterior
y se ven representadas las tres óperas escogidas en nuestro país. El Teatro
Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria se introdujo en la andadura que
supone una programación con El anillo del Nibelungo. El crítico Agustín Arocha
(2007: 48-52) destaca la puesta en escena minimalista de Georg Tsypin, bajo la
dirección musical de Valery Gergiev, puesto que es pulcra y desprovista de
excesos que ayudó a compactar a la Orquesta del Mariinsky. Una escenografía
sustentada en lo pétreo y lo gris, aunque los efectos de luz fomentaron el
destacable vestuario de las divinidades. La interpretación musical y dramática
tuvo mayor importancia en los personajes de Fricka, Erda y Wotan, Svetlana
Volkova, Zlata Bulycheva y Alexei Tanovitski respectivamente.
597
Más Wagner tuvimos en el Palau de les Arts de Valencia el 28 y el 30 de
abril. El oro del Rin fue encomendado a la Fura dels Baus, firmada por Carles
Padrissa, y tuvo un resultado bastante fiel a la propuesta original, a pesar de que
se recurriese a la tecnología emergente que llamó la atención: uso de grúas para
portar a los dioses, gigantes y walkyrias y así los veíamos volar sobre el
escenario o que acabasen cantando sobre el foso de la orquesta. En el mismo
sentido, se hizo uso de proyecciones cinematográficas filmadas y extraídas de
Google Earth. En último lugar, era evidente que siendo la Fura tendríamos un
final plagado de espectacularidad con treinta contorsionistas que se unieron para
formar el Walhalla. El inconveniente que ve César Rus (2007: 40) es que, a
veces, los personajes se muestran más estáticos en función de cómo se
gestionen las enormes plataformas.
El Palau de les Arts de Valencia representó Sigfrido, pues debía ser así
para conseguir la puesta en escena de la Tetralogía wagneriana y de nuevo
estuvo a cargo de la Fura dels Baus y Carles Padrissa en la dirección escénica.
599
En este caso, el público quedó decepcionado con respecto al éxito que vivió el
año anterior con El oro del Rin y La walkyria. Como forma parte de nuestros
análisis, nos interesa ahondar en esas críticas recabadas por especialistas de la
talla del crítico César Rus (2008: 40).
600
De nuevo, el Teatro de la Maestranza de Sevilla ofreció La walkyria en
versión concierto bajo la dirección de Daniel Barenboim y la Orquesta West-
Eastern Divan, incitada por la presencia de Haydn porque formaba parte del
programa musical y no fue fácil la desconexión de esta primera parte con el
Wagner de la segunda. Angela Denoke fue una muy lírica, delicada y sensible
Sieglinde y Simon O´Neills brilló en momentos líricos y en momentos dramáticos,
afirma Andrés Moreno (2008: 51-52). En versión concierto de la misma ópera el
Palacio de la Ópera de A Coruña se apoyó en la dirección orquestal de Víctor
Pablo Pérez con una evolución progresiva a partir del segundo acto. Wotan no
fue el mismo que hiciera su papel en Valencia, encarnado por Juha Uusitalo, y
tampoco lo consiguió Jennifer Wilson como Brünnhilde (2008: 44).
Teatro de la Maestranza
de Sevilla
DON
Gran Teatre del Liceu de Barcelona.
GIOVANNI
Palacio de la Ópera de A
Coruña.
AÑO 2008
LA Teatro de la Maestranza de
WALKYRIA Sevilla.
Gran Teatre del Liceu de
Barcelona.
Palau de les Arts de
SIGFRIDO Valencia.
601
Gayarre de Amigos de la Ópera, se decidió por la representación de Fausto en
los días 20 y 22 de marzo, con un resultado globalmente positivo. La producción
procedía de la Ópera de Burdeos y no trajo ninguna aportación novedosa,
tampoco lo hizo la puesta en escena que solamente se puede calificar de
correcta, según Alberto Osácar (2009: 54-55).
602
porque la Fura lo caracterizó como una especie de barón Harkonnen sacado de
la película Dune y flotando en escena.
603
3.2.2.2. Crítica Internacional.
604
director de orquesta James Levine provocó momentos mágicos en la sonoridad
y el estilo.
En agosto, durante los días 10, 11, 13 y 15, Bayreuth se decepcionó con
la nueva y añeja producción de la Tetralogía. Las expectativas eran altas debido
a la intervención escénica de Jürgen Flimm y Erich Wonder, sin embargo, este
undécimo Anillo del Nibelungo se convirtió en uno de los más decepcionantes de
la moderna historia del festival alemán. De la misma forma, el director de
orquesta Giuseppe Sinopoli ha dejado un nivel bajo y no convenció a casi nadie
por su frialdad o su poca visión lírica de la colosal partitura (2000: 62).
Para finalizar la visión crítica del primer año del siglo XXI, debemos hacer
alusión al Don Giovanni del Metropolitan Opera House de Nueva York el 25 de
septiembre. James Levine volvió a conquistar al público gracias a una dirección
orquestal soberbia. Stephen Lawless efectuaba un debut como director escénico
con una buena reposición del montaje de Franco Zeffirelli con cambios de
vestuario, de entradas y salidas de personajes y un juego escénico más cuidado.
Sobre la interpretación musical y dramática, defendemos la ejecución de Bryn
Terfel y la exquisitez de Renée Fleming, aunque todos los papeles brillaron por
605
sus altas capacidades dramáticas y armoniosas según lo expresado por Sharon
Disador (2000: 71-72).
607
escénicas que el público no supo entender en ciertas ocasiones de la
representación, como por ejemplo una escena final en la que los dioses entran
en el Walhalla y se encuentran con invitados como Cleopatra, Jesucristo o Buda.
Opernhaus (Zurich)
EL ORO DEL
Deutsche Oper (Berlín)
RIN
National Theatre (Tokio)
Oper Stuttgart
EL ANILLO DEL
NIBELUNGO Festspielhaus (Bayreuth)
Don Giovanni inauguró el año 2002 con una producción que no tenía que
considerarse de mala calidad, sino frustrante por falta de lógica teatral (2002:
72). Donna Elvira puede buscar a Don Giovanni con un telescopio y es original,
pero falta argumento en este hecho por mucho que tengamos a una gran
intérprete detrás. El triunfo de la noche estuvo en manos del director de orquesta
Colin Davis. El 13 de marzo se estrenó la misma ópera en Palermo, donde
habían transcurrido treinta años sin representarse: un reparto italiano, la
dirección escénica confiada a un intelectual, una acertada dirección de orquesta
y el decorado dieciochesco que restó movimiento a la ópera (2002: 78)
610
vocal, el público no quedó impresionado con los papeles principales de las cuatro
óperas que conforman la Tetralogía, pero hacemos sobresaliente la voz de
Waltraud Meier por su abanico de matices en los papeles de Siglinda y Fricka.
Lo más discutible para la crítica fue la puesta en escena de Harry Kupfer, la
escenografía de Hans Schavernoch y el vestuario de Reinhard Heinrich. Han
estado trabajando en equipo desde 1988 y, en cambio, en esta producción no ha
existido la fuerza dramática de otras veces en sus propuestas. No era pertinente,
por poner un ejemplo, escenificar el asesinato de Sigfrido en El ocaso de los
dioses con un chorro de sangre que casi salpica a la primera fila de
espectadores. Al mismo tiempo, debemos señalar determinados logros
escénicos como un haz de láser con los que sumergía a los personajes y al
público en las aguas del Rin o los neones que subrayaban los estados
psicológicos de los personajes.
611
Ray Albert con voz tierna y muy dramática a la vez para dar rienda suelta a la
divinidad.
Don Giovanni llegó al Teatro dell’ Opera con tintes refinados y nada bufos
como siempre se espera de esta ópera, por lo que crearon un ambiente gélido.
El protagonista de la mano de Roberto Scandiuzzi se quedó en la superficie y no
caló de tal forma que don Juan fuese un mito con demasiada personalidad (2002:
73). El resto del elenco desempeñó un papel dramático y musical simplemente
adecuado sin significaciones que haya que anotar para la historia de las puestas
en escena del siglo XXI. Don Giovanni estuvo presente en la Ópera de la ciudad
de Colonia el 2 de julio. La visión moderna que ofrece David Alden hace girar
completamente el tradicionalismo mozartiano con planteamientos sexuales,
temas de drogadicción o violaciones. Leporello es un fotógrafo que archiva lo
que hace su amo y retrata hasta que Donna Elvira descubre hasta qué punto el
galán es un burlador de mujeres. Y era de esperar que las tres mujeres
principales de la trama sean sensuales, atractivas y dotadas de una grandiosa
feminidad. El resultado final de esta innovación excesiva y de la excelente
disposición musical y dramática de los intérpretes tuvo buenas palabras críticas
por parte de Eduardo Benarroch (2002: 64).
Los días 10, 12, 15 y 18 de enero del año 2003 el público de la Deutsche
Oper berlinesa recibió con mucha expectación la labor orquestal wagneriana de
Christian Thielemann, cuyo papel fue ejemplar por dejar fluir la música con rigor,
dejando actuar a su vez a las líneas más líricas. La escena de Götz Friedrich
continúa siendo actual, aunque posea una vigencia de dieciocho años de
representación. Aquel túnel del tiempo construido por Sykora posibilitó darle
613
nuevos aires al concepto temporal del teatro de Wagner y hoy impresiona con la
misma intensidad que en 1985 cuando se ideó. La intérprete de Brünnhilde,
Frances Ginzer, no pudo aguantar el peso de La walkyria y Sigfrido, por lo que
fue sustituida en El ocaso de los dioses por Luana DeVol con mejor suerte y
éxito. Robert Gambill, Stephane Friede y Matti Salimnen resultaron ser de una
calidad destacable e imprescindible para que El Anillo del Nibelungo se
mereciese un puesto importante en las representaciones de la década del siglo
XXI (2003: 61).
614
lectura precisa y experta. Del reparto destacó Jügger Linn como Alberich, aunque
el resto desempeñó su papel de forma certera (2003: 71).
Otro Fausto recibe una crítica desde el Teatro Regio de Turín, después
de que se representase el 3 de junio de 2003. El espectáculo procedía de Roma
y llevaba el sello de Hugo de Ana de nuevo y se le dotó de un Mefistófeles
615
transformado en Cristo Salvador y de otros recursos frecuentes en el director
escénico argentino. En el reparto sobresalió la actuación de Giuseppe Sabbatini
e interpretó un protagonista impecable en ambos puntos de vista (2003: 76).
616
Keller ha sido una revisión de lo que se llevó a cabo en 1996 con el escenógrafo
John Coklin y el desaparecido director escénico August Everding y consistió en
depositar una gran riqueza de imágenes proyectadas y ciertos cambios de
niveles útiles. Hemos de hablar de la sobresaliente ejecución musical y dramática
de tres personajes: Wotan (James Morris), Brünnhilde (Jane Eaglen) y Fricka
(Marjana Lipovsek).
617
Civic Opera House (Chicago)
LA WALKYRIA
Theatre Royal (Glasgow)
EL ANILLO DEL Deutsche Oper (Berlín)
NIBELUNGO Festspielhaus (Bayreuth)
Teatro San Carlo (Nápoles)
Metropolitan Opera House (Nueva York)
DON Kravitz Center (Palm Beach- Florida)
GIOVANNI Dorothy Chandler Pavillion (Los Ángeles)
Santiago de Chile, en su Teatro Municipal, optó por una de las óperas más
queridas del repertorio para el 21 de junio del 2004: Fausto. Pablo Núñez dirigió
una escena basada en aglomeraciones y pequeños e inexpresivos movimientos.
Las luces fueron adecuadas en sus múltiples cambios de escena, tantos como
619
exige el libreto. Los papeles principales de Fausto y Mefistófeles no les dieron la
gloria, pero puede subrayarse la ejecución de Armando Noguera como Valentín
(2004: 74-75).
Se dice que el Anillo de Colonia está firmado por dos hombres de teatro:
Jeffrey Tate y Robert Carsen. El público de Oper Köln participó de la versión de
El oro del Rin y de La walkyria en el mes de octubre, teniendo presente la
importancia que se le da al medio ambiente en una puesta en escena moderna
y coherente. Wotan es un pésimo generalísimo de Europa del Este y se narra
una lucha de clases que no es decimonónica, sino actual. Fuera del Walhalla
todo es revolución y mediocridad por sobrevivir, pero dentro del Walhalla todo es
lujo y suntuosidad. Las walkyrias son saqueadoras de cadáveres, dándole una
visión real, contemporánea y deprimente de la sociedad. En líneas generales,
las interpretaciones se valoran positivamente y gustaron al público, así como la
dirección de orquesta de Jeffrey Tate, por estar muy sincronizada y muy bien
trazada su actuación ante la dirección escénica (2004: 76).
620
El 5 de noviembre llegó a Lieja Don Giovanni con una cuarta reposición
revisada de la dirección escénica de Philippe Sireuil. El foco de atención se lo
llevó el protagonista interpretado por Ludovic Tézier, gracias a su capacidad
vocálica, la inteligencia, el estilo, la técnica y su dominio del idioma italiano (2004:
70).
Las dos últimas óperas que reciben una crítica son versiones de El ocaso
de los dioses en English National Opera (Barbican Hall) de Londres y en Teatro
Amazonas de Manaus (Brasil). Eduardo Benarroch cree que existe la virtud de
apostar por una escasa escenografía si los cantantes y actores hacen una labor
encomiable que atraiga al público. Esta situación se había producido en
Glasgow, Stuttgart y ahora en Londres. La dirección de orquesta de Paul Daniel
daba que hablar por explotar las posibilidades wagnerianas en metales, maderas
y voces. A fin de dar unidad a un ciclo, el director de escena británico Aidan Lang
mantuvo la simbología de las obras anteriores estrenadas en el Teatro
Amazonas con unas walkyrias caracterizadas como los cuentos de hadas y los
nibelungos como mineros. Para este Ocaso se introdujo el sentimentalismo de
621
un personaje infantil para dar esperanza con un futuro prometedor mientras
Wotan desaparecía en el fuego del Walhalla (2004: 73).
622
Phyllida Lloyd era imprescindible expresar que todo lo que viene de América es
pernicioso y amoral, por lo que se plantea la trama como un show televisivo en
donde las mujeres serán la única salvación y son las que aportan valentía para
resolver los problemas. En comparación a las óperas del Anillo que estábamos
viendo de Covent Garden, aquí encontramos una narración llena de lógica
moderna. Lo más exitoso fue la dirección orquestal de Paul Daniel igualmente
(2005: 73).
623
La walkyria tuvo lugar en el mes de julio en el Covent Garden de Londres (2005:
68).
624
El crítico Jaume Estapá expone la puesta en escena de Robert Wilson en
El oro del Rin y La walkyria del mes de octubre en Théâtre du Chatelet de París.
Se explica que el público vio cuatro efectos vagos y una fuerte tendencia al
minimalismo de tintes japonizantes, por lo que la lentitud de la trama se hizo
mayor porque ralentizaba las dramatizaciones y todas las posibilidades
interpretativas. Los interpretes dejaron mejor huella que esta dirección escénica,
porque tuvieron un Wotan majestuoso defendido por Jukka Rasilainen o Laurent
Alvaro con un Donner justo y magnífico (2005: 58).
El año 2005 finalizó con las críticas sobre las puestas en escena de El oro
del Rin en Teatro dell’ Opera en Roma y en The Royal Opera-Covent Garden de
Londres. El público de Roma vio una ópera wagneriana sustentada en el uso de
filmaciones con fines tanto descriptivos como simbólicos: un anillo llameante,
una lanza larguísima, luces azules ondulantes, una construcción altísima para el
Walhalla. Fue considerada una dirección escénica bastante elemental y en
algunos momentos ridícula, sin embargo, la dirección de orquesta de Will
Humburg y la interpretación de los personajes se valoró positivamente (2005: 71-
72). En Londres volvió la puesta en escena de Keith Warner que no aportaba
nada nuevo a aquellos diseños que hizo Wagner de sus propias obras. Antonio
Pappano triunfó en la dirección orquestal y Bryn Terfel volvió a deslumbrar con
un papel hecho a medida, un Wotan espléndido en su dramatismo, aunque en
los graves necesite reafirmarse (2005: 72).
625
The Royal Opera-Covent Garden (Londres)
EL ORO DEL
RIN Théâtre du Chatelet (París)
Teatro Dell Ópera (Roma)
Hummingbird Centre for the Perfoming Arts (Toronto)
SIGFRIDO
The Royal Opera-Covent Garden (Londres)
The Royal Opera-Covent Garden (Londres)
LA Teatro San Carlo (Nápoles)
WALKYRIA
The Royal Opera-Covent Garden (Londres)
626
presidente, Don Giovanni un ejecutivo y los campesinos se justifican como
equipo de limpieza. La crítica no defiende esta apuesta dramática porque da
muestra de la ignorancia acerca de la organización empresarial actual. Por ello,
el director de orquesta Sylvain Cambreling se mostró en desacuerdo y lanzó a la
orquesta por derroteros tremebundos (2006: 68).
627
Y también en febrero El ocaso de los dioses cerró el ciclo wagneriano
dirigido por Michael Levine con la rotunda aclamación y respeto del público.
Richard Bradshaw orientó una orquesta inspiradísima y logró una lectura precisa
y profunda que resaltaron los aspectos dramáticos de la obra, como se lee de la
crítica de Daniel Lara (2006: 71-72).
El año 2006 es un año de críticas sobre el mito de Don Juan. En este caso,
resumimos qué se considera digno de mención en las tres representaciones que
quedan por exponer. Comenzamos en el mes de mayo con la Sala Santa Cecilia
de Roma, donde la curiosidad se acentúa porque la dirección escénica les
correspondió a todos los intérpretes. Una escenografía sujeta a cuatro elementos
628
esenciales y el vestuario procedía del propio elenco que hizo una actuación muy
teatral (2006: 76). En junio, la ópera de Mozart se representó en el Théâtre du
Châtelet de París con la responsabilidad escénica de André Engel y los aplausos
del público al equipo técnico encargado de unos decorados que se veían
perjudicados por el reducido espacio teatral. Los más significativos de la noche
fueron Lorenzo Regazzo en el papel de Leporello, y Lucio Gallo que hizo de un
don Juan con aspecto y ademanes de chico chulo de barrio (2006: 72).
Concluimos diciendo que Don Giovanni estuvo en Festspielhaus Baden-Baden
en octubre con una representación de la ópera que tuvo diferentes aspectos que
se deben comentar. En primer lugar, el diseñador Christian Lacroix fue el
figurinista y no decepcionó a un público que presenció su moda extravagante y
vistosa. En segundo lugar, la dirección de escena de Vincent Boussard funcionó,
pero su escenografía fue muy sufrida, principalmente por la falta de relieve de
los papeles protagonistas. Un acierto que gustó al público fue la aparición de El
Comendador en el patio de butacas. La interpretación del elenco se valió de la
progresión evidente en el aspecto musical y teatral (2006: 58).
629
sucesivos, según opina el crítico Roger Alier (2006: 60-61). El Anillo del
Nibelungo que tuvo lugar en Toronto, a finales de septiembre y el primer día de
octubre, fue un estreno que inauguró la temporada de Four Seasons Center for
the Performing Arts, la nueva sede de la Canadian ópera. La batuta de Richard
Bradshaw se desenvolvió como pez en el agua, obteniendo una recepción muy
positiva del público. Distintos directores de escena para cada ópera: El oro del
Rin con Levine, La walkyria con Atom Egoyan, Sigfrido con François Girard y El
ocaso de los dioses se destinó a Tim Albery. El reparto total contó con estrellas
punteras del panorama operístico, aunque en algunos casos no se cumplió con
las expectativas pretendidas (2006: 56).
Fausto acaba con este panorama crítico del año 2006, gracias a que contó
con una reposición de la nueva producción de McVicar y mejorías en la
interpretación de la pareja del diablo y del doctor, así como del papel de
Margarita interpretados por Anastassov, Beczala y Gheorghiu respectivamente
(2006: 65). En el Metropolitan Opera House de Nueva York, Fausto evolucionó
en la seguridad con la intervención en la dirección de orquesta de Bertrand de
Billy y la producción de Andrei Sreban ha sido revisada por Steohen Pickover,
aunque sin poder evitar esos decorados pasteleros. Las voces fallaron y no
dieron una noche mágica a la ópera de Gounod (2006: 68).
630
Teatro Dell´Opera (Roma)
631
nunca fue un papel que le diera grandes éxitos como ocurría con las óperas
wagnerianas. Poco trascendente fue igualmente la dirección de orquesta de
Peter Schneider, aunque las cuerdas sonaran en exceso (2007: 82-83).
Febrero vivió la escena en Estrasburgo de El oro del Rin con una dirección
de McVicar quien había cosechado grandes éxitos en tierras alsacianas. En este
caso se aleja de aires modernos y respeta lo que Wagner concibió para esta
ópera y demostró que puede hacerse así con toques imaginativos gracias a
recursos elementales en el nuevo siglo como la iluminación. En el aspecto
musical, Günter Neuhold dirigió con ligereza y sin apabullar a los cantantes ni al
público, a pesar de que la Filarmónica de Estrasburgo no estuvo a la altura en
los viento-metal. Los intérpretes tuvieron una suerte variable porque se ven
soberbios los gigantes y un dios Wotan muy monótono (2007: 69-70).
632
adecuada la de Heinz Fricke y dio la posibilidad a que se escuchase un conjunto
de voces que Esperanza Berrocal tilda de “absolutamente extraordinario” (2007:
73).
633
El 2007 estuvo marcado por el número de críticas recabadas de Don
Giovanni. Place des Arts de Montreal acogió a un protagonista desenfreando e
insolente en el mes de junio. La puesta en escena de René Richard, opina Daniel
Lara, solamente aportó incoherencias e imprecisiones a la obra de Mozart (2007:
71-72). Del mismo modo, en junio, el Covent Garden de Londres vio una
representación donde los cantantes fueron los protagonistas: Ana María
Martínez cantó una Donna Elvira con perseverancia y aplomo, Michael Schade
destacó a un Don Ottavio muy señorial y Kyle Ketelsen supuso la adecuada
simbiosis entre el amo y el criado (2007: 70). El Kennedy Center de Wahsington
dejó entrever algunos desajustes orquestales de la mano de Plácido Domingo
como director de orquesta. Las voces, por el contrario, tuvieron alta calidad y
solvencia. El montaje aportó un sello tradicional y el vestuario se inspiró en la
época napoleónica, pero no resultó efectivo porque, además, no se hizo justicia
al libreto de Da Ponte (2007: 78).
634
personajes cantan su destino. Un final abierto que hemos visto en otras
versiones porque el mito nunca muere. La calidad musical del momento fue
discreta y hubo algunas dificultades vocálicas para los cantantes (2007: 74-75).
635
supo poner de relieve todos los matices de una partitura muy difícil en todos los
aspectos (2008: 66).
636
dos mundos distintos. Solamente la Siglinda de Eva-Maria Westbroek brilló con
aplaque vocal y densidad rítmica, opina Jordi Maddaleno (2008: 62-63). Lisboa
continúa con la proyección elegida por Graham Vick de la Tetralogía, siendo esta
vez el turno de Sigfrido en el mes de octubre. La gruta de Mime del primer acto
surge como una enorme jaula de pájaro, mientras que el bosque sagrado y la
caverna del dragón tienen aspecto de cloaca. Decenas de pájaros sobrevolaron
el escenario, hecho que perjudicó al protagonista, Stefan Vinke, que luego trató
de corregirse. Uno de los mejores intérpretes fue Mime de Colin Judson por sus
grandes dotes de actor y cantante y así lo ve Ántonio Esteireiro (2008: 60-61). El
6 de diciembre se acaban las representaciones wagnerianas con La walkyria en
Staatsoper de Viena sin demasiado éxito. La cabalgata de las walkyrias tuvo una
imagen infantil, sin embargo, se cantó con madurez y perfección (2008: 84).
Don Giovanni dejó huella en varias ciudades del mundo. En Palais Garnier
de Montecarlo el acierto de la escenografía de Grinda en un único espacio
escénico con una gran lámpara que acerca o aleja los decorados laterales se vio
perjudicado por la mediocre dirección musical de Patrick Davin, porque el público
pudo haberse sentido aburrido por la monotonía con que dirigió la ópera. El
reparto también dejó mucho que desear. Salzburgo no parece tener suerte con
el mito del burlador, pues el nuevo montaje de Claus Guth fue una ofensa porque
se desarrolló íntegramente en un bosque, aunque en el aspecto musical todo
funcionó. Pavol Breslik fue un Don Ottavio con un estilismo riguroso y Leporello
les dio su mejor actuación, siendo ágil y sonoro sin cese (2008: 79-80). En el
Convent Garden de Londres, Francesca Zambello volvió a cansar con su
feminismo mal enfocado y forzado, además la interpretación no fue uniforme por
637
parte de los cantantes y de los actores (2008: 68-69). El espectador del MET vio
Don Giovanni en el mes de octubre del 2008. Una elegante producción de
inmensas paredes corredizas con toques sevillanos y un ecléctico vestuario,
como se explica en la crítica, sirvieron para entusiasmar. En cambio, la dirección
de orquesta de Louis Langrée demostró descontrol mozartiano. Los cantantes y
actores de esta versión podrían calificarse de inestables, aunque dieron
aportaciones que fueron valoradas con positividad e interés (2008: 71). Vamos
culminando con las opciones presentadas de Don Giovanni en Toronto y en
Berlín a finales de año. El caso de Toronto conduce a la reflexión que siempre
hemos planteado desde el principio de esta investigación. ¿Cuál es el límite de
la innovación escénica en la ópera durante los siglos XX y XXI? Robien Guarino
se carga el argumento del libreto de Da Ponte y de las fuentes que sirvieron al
libretista para crear su texto dramático-lírico. Donna Anna es el personaje que
trata de someter sexualmente al protagonista, Don Ottavio es un idiota asexual
que muestra desinterés por su prometida y la muerte de Don Giovanni es debida
a una afección cardiaca. Pobreza creativa que se agravó con el
desacompasamiento de la orquesta a cargo de William Lacey. Una pena que los
intérpretes hiciesen lo imposible por gustar a un público desconcertado, que no
entendió cuál es la historia del burlador de Mozart (2008: 77-78). En Staatsoper
Unter den Linden de Berlín obtuvo abucheos y decepción del público. Barenboim
más que relajarse con su batuta, tuvo que organizar la representación poco
acertada ni adecuada desde el punto de vista dramático. René Pape estuvo
rodeado de motos Vespa o cuadros sobre canto e hizo una buena actuación
vocal, aunque transmitió cierto nerviosismo por el polémico estreno (2008: 68).
638
Staatsoper Unter den Linden (Berlín)
Staatsoper (Viena)
LA
WALKYRIA
Festspielhaus (Salzburgo)
Para darle fin a una década de críticas sobre las tres representaciones
operísticas escogidas, analizamos el panorama del año 2009. Lisboa atrajo a
Fausto en el mes de enero con un espectáculo dramático y musical digno de
recordar. Entre otros factores, la aparición de María Luisa de Freitas en el papel
de Marthe fue una hermosa sorpresa para cualquier espectador y la dirección de
orquesta inspiró y reforzó la brillantez del elenco, gracias a su director Enrico
Delamboye. En cuanto a la escenografía de una producción que provenía de
Frankfurt, se decantó por la actualidad alemana que costó que el público pudiese
llegar a determinados detalles (2009: 78). No hubo decepción en un Sigfrido de
esa Tetralogía que contaba con la dirección escénica de David Mcvicar. En el
mes de febrero, el plantel vocal fue honesto sin llegar a la excelencia de la puesta
en escena y la dirección de orquesta se calificó de objetiva y sin aspavientos
(2009: 76-77).
639
entonces la representación mejoró para ser aceptable en aplausos. Karsten
Wiegand diseño una disposición escénica que consistía en un andamio en tres
niveles con una orgía para el coro con muñecas hinchables y se pasa a una
cámara de tortura enfocada en paredes plateadas. La cuestión musical y vocal
tuvo mayor comprensión entre los espectadores, a pesar de que René Pape
obligó a alargar la trama porque sufrió una indisposición, según comenta en su
crítica Cocó Rodemann (2009: 73). En la Opéra Berlioz-Le Corum de Montpellier
no causó grandes sensaciones la presencia de Fausto en el mes de marzo
porque se hicieron transgresiones escénicas insignificantes y no hubo un
equilibro vocal y dramático entre los intérpretes (2009: 80-81). En el mes de junio
en Toulouse el director escénico Nicolas Joel se despidió de la dirección del
Capitole de la ciudad con la nueva producción de Fausto, consiguiendo un bello
montaje realista y simbólico a la vez, dice Diniz Sánchez. La interpretación del
elenco fue entregada a la causa y dominó el escenario de principio a fin con las
premisas que la ópera de Gounod requiere: dúo Fausto y Margarita sincronizado,
dúo de Fausto y el diablo coordinados desde cualquier punto de vista, Marta con
matices de comicidad, Siebel defendiendo su finura y delicadeza, Valentín
ahondando en su tragedia de forma soberbia (2009: 91). El reparto del Fausto
de Viena fue pertinente, a excepción del coreano que interpretó el papel del
demonio y la Marthe fue desempeñada por un papel muy joven que exige otros
registros vocales y dramáticos. La dirección de orquesta de Bertrand de Billy
dominó la obra y mantuvo la sintonía entre las tablas y el foso, como expone
Gerhard Ottinger en su crítica (2009: 78-79). Civic Opera House de Chicago fue
el último lugar escogido desde el punto de vista crítico para exponer las versiones
de Fausto que circulaban por el mundo. Por fin, la ópera de Gounod vivió una
gran noche con esta reposición gracias al derroche de talento creativo de su
director escénico Frank Corsaro y por la interpretación de algunos papeles, tales
como el trabajo sobresaliente de Ana María Martínez, puesto que demostró que
Margarita es apasionada, sensible y trágica. Una solvente Marta, un doctor
Fausto que fue una sorpresa por su calidad de barítono y Mefistófeles que sumó
a sus medios vocales toda una artillería de recursos dramáticos que favorecieron
su cercana posición con el público (2009: 74).
640
Agruparemos las versiones de Don Giovanni que fueron criticadas en este
último año de una década lírica. En el mes de mayo del 2009, Staatsoper de
Viena vivió la reposición del montaje de Roberto de Simone. René Pape trabajó
un Leporello que le otorgó grandes éxitos por su poderío vocal, aunque
dramáticamente no tuvo la comicidad que los vieneses esperaban ver. Todos los
cantantes y actores dieron un conjunto de conformidades escénicas y musicales
que al público tradicional acabó gustándoles (2009: 68). En el mes de marzo,
Don Giovanni fue dirigido por el jovencísimo Gustavo Dudamel en la Staatsoper
Unter den Linden de Berlín. No defraudó su transmisión musical ni su
organización orquestal, aunque no le benefició la apuesta escénica creada por
Peter Mussbach creada sobre un circo romano y su falta de coherencia. Los
cantantes cosecharon los aplausos del público y todo es como consecuencia del
protagonismo del director de orquesta (2009: 68-69). El primer día de junio, Don
Juan de Mozart y Da Ponte estuvo presente en Lisboa para darle un giro
escénico más innovador sin transgredir ni disgustar al patio de butacas. María
Emilia Correia enriqueció su contenido debido a los cambios de ritmo, pero los
cantantes hicieron una actuación irregular en su conjunto. Por poner dos
ejemplos, Donna Anna, la soprano portuguesa Carla Caramujo, mostró un nivel
extraordinario y Leporello, Kevin Short, no supo adaptarse a las exigencias de la
teatralidad que implica este personaje (2009: 59). Pier Luigi Pizzi puso en pie un
espectáculo muy teatral en el Teatro Lauro Rossi de Macerata, con detalles
fundamentados en el sexo por la obsesión que demuestra la propia obra en esos
aspectos que recaen sobre la figura de su protagonista, según escribe Mauro
Mariani. Unos intérpretes tuvieron un mayor acierto que otros aquella noche y
destacamos la labor vocal y dramática de Ildebrando D’ Arcangelo como Don
Giovanni y Andrea Concetti como un Leporello que parece ser algo más que un
criado de su amo; lo decimos por el detalle del beso en la boca cuando se
despiden antes de la muerte (2009: 63). En septiembre, Zurich recibió la
producción de Sven-Eric Bechtolf con la escenografía de Rolf Glittenberg del año
2006. Don Giovanni tuvo la misma fuerza, el mismo ingenio y la misma elegancia,
expresa el crítico Hans Uli Erlach. En cambio, la dirección de orquesta de
Theodor Guschlbauer se la apreció carente de inspiración, así como el elenco
protagonizado por un espectacular Carlos Álvarez como un don Juan que
mantuvo clara la idea escénica y musical en su cabeza (2009: 73). En octubre,
641
Opera National de Lyon sitúa Don Giovanni en una ciudad de Estados Unidos de
los años 30 de La Gran Depresión y carente de necesidades. Así, no extrañaba
que en la acción dramática se encontrase a un muerto en un umbral y así lo ve
Philippe Andriot en su crítica. La escenografía es calificada de innovadora y
grandiosa, sin embargo, no se opina lo mismo del aspecto musical porque se
encontró con dificultades orquestales y vocálicas (2009: 68).
Hemos dejado el repaso de los estrenos de Wagner del 2009 para el final
y así cerrar esta recopilación de críticas internacionales. El oro del Rin se
representó en marzo en Washington para consolidar el Anillo como proyecto que
funciona en América. Plácido Domingo y James Conlon están a cargo de esta
Tetralogía que concluiría en el verano del 2010. Al principio se barajó la
oportunidad de darle un sentido escénico como si fuese una superproducción de
George Lucas y después el pintor y director de escena Achim Freyer plasmó una
escena que tuviese grandes cabezas, máscaras y diablos de época indefinida.
Este hecho no entusiasmó a los espectadores, pero se suplió con la lectura
dirigida por la batuta de James Conlon. Del extenso elenco -dice Ramón
Jacques- subrayamos la labor teatral y vocal de Arnold Bezuyen desempeñando
un Loge sonoro y excelso (2009: 78-79). La walkyria representó en Los Ángeles
la segunda entrega del nuevo Anillo ideado por Achim Freyer. Plácido Domingo
dio vida a un Siegmund siempre impecable con él y Anja Kampe fue una
apasionada Sieglinde, vocalmente segura y sumisa a la rudeza de Hunding. Igual
de convincente se mantuvo la dirección de orquesta de James Conlon. Linda
Watson consiguió de nuevo ser una Brunilda creíble en cualquier faceta que
queramos exponer de ella y el resto de las walkyrias estaba compuesto por
destacables solistas que daban sonoridad plena a sus momentos de aparición
fundamentales de la trama operística (2009: 69). Sigfrido tuvo su espacio
escénico en Los Ángeles en el mes de octubre y, bajo la misma producción,
siguió la misma línea enérgica, sensible y de seguridad musical y dramática
(2009: 67-68).
642
aspectos que atañen a la crítica y la representación del Anillo del Nibelungo de
la Fura porque lo hemos analizado de forma pormenorizada con anterioridad.
Otro verano más, el público del festival de Bayreuth asistió al mismo Anillo de
Dorst en su dirección escénica y de Christian Thielemann en su imponente
dirección orquestal. Un fin del mundo ideal donde las carreteras cruzan
literalmente el reino de la madre naturaleza y las canteras se preparan para ser
dinamitadas (2009: 65-67). También en verano se presentó una producción de
la Tetralogía en el Mc Caw de Seattle. La dirección escénica de Wadsworth-
Lynch creó un panorama ecológico y de apología a la naturaleza. Quien domina
el ciclo es el dios Wotan con una poderosa interpretación de Greer Grimsley,
según aprecia en su crítica Janette Griffiths (2009: 71-72).
643
Teatro Comunale (Florencia)
Opera National du Rhin (Estrasburgo)
SIGFRIDO
Washington National Opera
Dorothy Chandler Pavilion (Los Ángeles)
Teatro Nacional de Sao Carlos (Lisboa)
Staatsoper Unter den Linden (Berlín)
Opéra Berlioz- Le Corum (Montpellier)
FAUSTO
Théâtre de Capitole (Toulouse)
Staatsoper (Viena)
Civic Opera House (Chicago)
EL ORO Dorothy Chandler Pavilion (Los Ángeles)
DEL RIN
AÑO 2009 Staatsoper Unter den Linden (Berlín)
Teatro Nacional Sao Carlos (Lisboa)
DON Staatsoper (Viena)
GIOVANNI Teatro Lauro Rossi (Macerata)
Opernhaus (Zurich)
Opera National (Lyon)
644
4.SÍNTESIS Y CONCLUSIONES.
Eugenio Coseriu (1980: 51) expresaba que “todo texto tiene un sentido” y
después se plantea dos preguntas imprescindibles: cómo se origina el sentido y
cómo se entiende. Si esta afirmación la aplicásemos a la representación teatral,
al texto teatral como cree Fischer-Lichte (1999: 515), llegaríamos a justificar por
qué hemos creído conveniente realizar este estudio de análisis pormenorizado
de textos dramático-líricos y de las puestas en escena de las óperas escogidas.
La ópera no posee un trabajo de análisis semiótico para buscar las causas de
sus diferentes fases evolutivas, pues los manuales del género se ciñen a darnos
datos históricos muy contrastados y eficaces, aunque insuficientes a la hora de
establecer criterios que pudieran explicar los factores que han provocado los
cambios escénicos y la progresión evidente en este texto dramático-lírico.
645
¿Cuáles son las causas de la transformación escénica en la ópera durante los
siglos XX y XXI? Para ello, iniciamos un repaso por las principales teorías
semióticas teatrales con el fin de contrastar sus características con la ópera
desde el siglo XVIII hasta la actualidad.
646
• Primer modo de comunicación teatral basado en la relación entre el
actor/actriz y el espectador:
647
tenerla en cuenta en el trazado de la progresión y evolución de la ópera durante
los siglos XX y XXI. Por este motivo, seguimos esbozando la teoría comunicativa
fundamentada en el emisor y el creador y los receptores y los destinatarios, tanto
individuales como colectivos.
648
14. La visión de conjunto y la visión individual de la escena: fijar la atención
en un elemento y sumar a esa atención la perspectiva general de la
puesta en escena. Nos conduce a notar un detallismo escénico e
igualmente a percibir la coordinación.
15. Un espectador recibe un acto de comunicación dramático para sí. Si hay
dos espectadores que se relacionen y acudan juntos a la representación
degenera en comparaciones, contrastes e intenciones comunicativas
diversas extraídas de la interpretación.
16. El concepto de público. Imaginemos cuántas impresiones podríamos
aunar de todos los espectadores que van un día a ver una
representación operística. Otro factor influyente es el grado de éxito que
posee la ópera antes de verla representada y cómo nos condiciona. Nos
planteamos qué se necesita para establecer una variable adecuada
acerca del grado de aceptación de todos los espectadores que ven una
ópera. De este modo, seguimos pensando que condiciona el reclamo
que pueda plantear la representación según el cartel de la compañía, al
igual que condiciona si el público está más cercano a los hechos que se
suceden o se diseña una escena que ayude a crear proximidad, empatía
y saber cultural ajeno a una desorientación.
649
La conclusión fundamental entre un personaje y otro es su cadena de
relaciones, que suponen ser pequeñas dosis de causas y consecuencias de sus
acciones con el propósito de resolver un conflicto. Esas relaciones entre
personajes seducen al espectador, dependiendo de cómo se efectúen en
escena. Hay veces que las críticas negativas a una representación operística
son implacables porque un personaje no ha sido interpretado por un actor como
se expresa en el libreto o porque el director escénico ha decidido darle otro
sentido al personaje. Es peligroso jugar con ciertas innovaciones escénicas
porque el espectador pudiera no estar preparado para ello o prefiere un respeto
a un compositor y un libretista de otros tiempos que decidieron crear una ópera
no para acabar siendo un cúmulo de desinformaciones entre el actor, el
personaje, el espectador y sus tipos. Se puede innovar con óperas desde el siglo
XVIII y somos partidarios de ello, siempre que exista un respeto al texto y no
desvirtúe la intencionalidad dramática.
650
Signos auditivos en la ópera. Signos visuales en la ópera.
Palabra: libreto. Mímica, gesto y movimiento:
innovaciones en la puesta en escena
desde mediados del siglo XIX.
Tono: otorgar dramatismo y Maquillaje, peinado, traje:
dependiente de la partitura a su vez. innovaciones en la puesta en escena
desde mediados del siglo XIX. Con
anterioridad, solamente se plasmaba
el contexto situacional del estreno de
la ópera acorde a su tiempo.
Música y sonido: partitura y libreto. Accesorios, decorado e iluminación:
innovaciones en la puesta en escena
desde mediados del siglo XIX. Desde
finales del siglo XX la luz ha sufrido un
avance tecnológico muy importante e
incide en las puestas en escena. Lo
mismo sucede cuando se quiere
amoldar la puesta en escena al
mundo actual y repercute en el
mobiliario.
651
Otra de las teorías de análisis semiótico aplicable a la ópera, y de la que nos
hemos valido en nuestro análisis, es la expuesta por Anne Ubersfeld alusiva a
los triángulos actanciales.
Bajo la misma reflexión que hacía Kowzan, Ubersfeld comenta que el teatro
se convierte en el arte de la paradoja puesto que es una producción literaria y
una representación concreta o flor de un día. Es el arte que deja un legado textual
y un arte hecho para una sola representación irrepetible. Al mismo tiempo, es un
arte que califica de “fascinante” por exigir una participación física y psíquica del
espectador. Este espectador nunca está solo, ya que su mirada abarca al
espectáculo y a los otros espectadores. Hemos analizado una serie de factores
que repercuten en la relación operística entre el espectador y el concepto global
de público cuando hemos comenzado a añadir teorías semióticas que queremos
aplicar a la investigación del género dramático-lírico. Anne Ubersfeld se
encuentra en la misma posición que los autores citados -Pavis y Kowzan- y
ahonda en las dificultades que tiene el teatro, la ópera en nuestra investigación,
debido a que la representación se extingue desde el momento en que se acaba,
no perdura en el tiempo y el público es dispar el mismo día que va al teatro y
también al día siguiente cuando se vuelva a representar tal ópera. Esta
representación puede parecer la misma porque la compañía no ha sufrido
modificaciones en su elenco, sin embargo, no se puede considerar la misma
porque estamos ante un día diferente con unos espectadores diferentes. La
función de la recepción por parte del público ratifica, como nosotros, que es
mucho más compleja porque el espectador selecciona las informaciones, las
escoge, las rechaza y empuja al comediante en una dirección determinada por
medio de signos débiles, pero claramente perceptibles por el emisor. Además,
Ubersfeld cree que no hay un espectador sino una multiplicidad de espectadores
que reaccionan unos sobre los otros. Por ello, en primer lugar, hemos de tener
presente que es el espectador, más que el director escénico, quien fabrica el
espectáculo y por ello, de acuerdo con Ubersfeld, hemos asumido la idea de que
es el espectador quien compone la totalidad de la representación en todos sus
ejes. El director escénico lo ha hecho previamente tras la lectura del libreto de la
ópera y da lugar a una única versión que será interpretada bajo el prisma de una
multitud de versiones por parte del público.
652
Como consecuencia, Ubersfeld nos obliga a distinguir con claridad entre lo
que debemos considerar texto y lo que es la representación, puesto que la autora
opina que, sin conocer esta distinción, es imposible analizar sus relaciones. De
este modo también advierte que no es posible examinar con los mismos
instrumentos los signos que provienen del texto y los signos no verbales de la
representación. En el estudio pormenorizado de Don Giovanni, Fausto y Anillo
del Nibelungo seguimos la línea trazada por Ubersfeld: por una parte, atendemos
al libreto y sus aspectos sintácticos, semánticos y pragmáticos y, por otra parte,
establecemos un análisis de la proxémica, la cinésica32 y los elementos teatrales
que atienden a la puesta en escena según Kowzan. El libreto va a repercutir en
la manera de representar la ópera; la evolución de la puesta en escena en la
ópera va a depender del libreto y de múltiples factores que han hecho progresar
la representación como hemos corroborado desde mediados del siglo XIX.
Para Ubersfeld existe un texto del autor que tiene abundantes lagunas y un
texto de la puesta en escena que se inserta en las lagunas que tiene el primero.
Ambos darían lugar a la representación 33:
texto de la
texto del
puesta en representación
autor
escena
Por ejemplo, ¿qué edad tiene Don Giovanni? ¿Qué oficio tiene Don Ottavio?
¿Se profundiza en los detalles sobre la boda de Zerlina y Masetto para que un
32
Cinésica. Der. del gr. κίνησις kínēsis 'movimiento'.
1. f. Psicol. Disciplina que estudia el significado expresivo de los gestos y de los
movimientos corporales que acompañan los actos lingüísticos.
33
María del Carmen Bobes Naves en Semiología de la Obra Dramática (1997, 93-94) expone lo
que De Marinis denomina Texto Dramático al texto escrito y llama Texto Espectacular a la
representación; define al texto espectacular como “un conjunto no ordenado, pero coherente y
completo de unidades textuales, de varias dimensiones, que remiten a códigos diversos,
heterogéneos entre sí y no todos específicos, a través de los cuales se realizan estrategias
comunicativas”, por lo que estamos ante un enfoque muy similar a lo defendido por Anne
Ubersfeld.
653
director escénico pueda ser fiel a lo expresado en el texto del autor y en el texto
de la puesta en escena? Estas imprecisiones en la ópera y en el teatro en general
han dado lugar a que la representación haya estado sujeta a una red de
interpretaciones, tantas interpretaciones como espectadores pueda haber o
directores de escena puedan orientar la suma de los dos tipos de textos. En la
ópera hay que partir de un doble texto de autor: el del compositor y el del
libretista. En el caso de Wagner coincidía en una misma persona la acción de
elaborar un texto dramático y un texto musical, algo que compositores
posteriores del siglo XXI han seguido llevando a cabo. Veamos cómo sería la
situación que plantea Ubersfeld si nos enfrentamos a una ópera:
Texto del
autor o
autores:
partitura +
libreto.
Representación:
podemos encontrar
diferentes versiones
de una ópera
influenciadas por la
suma de estos textos.
Texto de la puesta en (Respeto hacia lo
escena: interpretaciones tradicional y reflejo de
del director escénico a la actualidad).
partir de las acotaciones,
las didascalias y según
sus pretensiones en
función de la época en la
que se encuentre.
654
MODELO ACTANCIAL
• Sujeto-objeto
• Destinador-destinatario
• Ayudante-oponente
• La flecha del deseo
• Los triángulos actanciales.
La pareja básica sujeto y objeto nos infunde qué quieren conseguir los
personajes. El sujeto Fausto quiere la eterna juventud para enamorar a Margarita
(objeto). Don Giovanni es un sujeto que necesita burlarse de cuantos pasan por
su lado y el resto de los personajes que aparecen en escena quieren vengarse
de él (objeto). Alberich es el sujeto que quiere obtener el poder y Wotan es otro
sujeto que espera el mismo poder para erigir su Walhalla, en cambio, todos
aquellos que quieren quitarse ese objeto del poder, el Anillo, serían oponentes
en la tetralogía wagneriana. Wotan es oponente de Alberich, y viceversa. La
Hijas del Rin son oponentes de los dos anteriores, y también los son: Siegfried,
los gigantes, los gibichungos o el nibelungo Mime. La relación sujeto y oponente
en El Anillo del Nibelungo es muy extensa y muy rica para explicar la teoría
semiótica de Ubersfeld.
655
Mucho más compleja es la situación entre el destinador y el destinatario
porque no alude a personajes ni a situaciones, sino a motivaciones que
determinan la acción del sujeto. Así:
La flecha del deseo es un contenido que Ubersfeld diseña para explicar las
relaciones entre el sujeto y el objeto, provocadas por los distintos tipos de
triángulos actanciales. En los análisis de esta investigación sobre los libretos de
cada ópera se han estudiado con minuciosidad los triángulos y cuáles son sus
proyecciones evolutivas en la trama. Y las conclusiones a las que llegamos tras
aplicar estas teorías de análisis a las óperas que nos ocupan son:
656
2. Don Giovanni (sujeto)
Masetto (oponente)
Zerlina (objeto)
34 Elementos para una semiótica del texto artístico (Poesía, narrativa, teatro y cine) está
compuesto por un estudio preliminar y tres partes que estudian la semiótica literaria de la poética
por parte de Jenaro Talens, de la narrativa a cargo de José Romera Castillo y de la dramaturgia
de la mano de Antonio Tordera Saez. En último lugar, Vicente Hernández Esteve elabora una
teoría sobre el análisis fílmico.
657
porque cree que en teatro hay que plantearse quién es el emisor entre varias
posibilidades acertadas: el autor, el director, el escenógrafo, los actores, la
posible censura que hubo, el mundo empresarial del que depende la ópera que
se vaya a estrenar y prosiga en la cartelera. Todos los elementos que hemos
mencionado emiten un mensaje que repercute en la puesta en escena y todos
estos emisores son imprescindibles para que tenga lugar una puesta en escena.
658
analizar de manera somera en esta tesis doctoral, porque confiamos que la ópera
merece un estudio semiótico y semiológico actual para que sepamos qué
elementos son los que provocan sus cambios, sus innovaciones, sus
peculiaridades y sus efectos en el público.
659
El destinatario o los destinatarios de esta obra poseerán un conocimiento de la
tradición cultural y han de asociar mecanismos puestos en funcionamiento para
entender las relaciones que el autor hace entorno a su obra. Por ejemplo, dice
González Martínez (2006: 167) que Mozart tuvo que tener en cuenta al componer
Le nozze di Figaro la popularidad de la obra de Paisiello (Il barbiere di Siviglia),
especialmente al darle una caracterización al personaje principal con cierta
insolencia en el texto musical (partitura) y en el texto dramático (libreto). Después
de eso, Mozart tenía vía libre para enfocar su Fígaro como quisiese,
transformando o haciendo evolucionar lo que considerase oportuno al establecer
comparativas culturales o sirviéndose de otras fuentes musicales y literarias.
Cuando se parte de una obra literaria previa y se realiza sobre ella una
transposición que da como resultado una obra musical está claro que
intencionalmente se pretende decir “otra cosa”. Añadiríamos a esta premisa de
González Martínez (2006: 171), que creemos que cuando se añade música a un
texto literario se quiere decir algo más, no exclusivamente otra cosa. Algo que
Wagner defendió en sus ensayos, porque la música y el drama no deben estar
enfrentados; históricamente hemos visto que no ha tenido ningún sentido y que
desde el siglo XVII se han ido adoptando posturas que abogan por una relación
estrecha entre la música y la literatura. El drama necesita la música para querer
expresar más emociones, para fomentar aquello que los personajes no pueden
decir y su texto no lo contempla escrito. La música tiene que ser dramática en
este mismo sentido, por lo que la interpretación de la partitura se convierte en
una de las mayores preocupaciones en la ópera actual.
660
La transfusión de poesía en música se opera a varios niveles del lenguaje y de
la significación. La descripción, la expresión se ofrecen naturalmente en primer lugar al
espíritu (…). Suponiendo que se haya superado esta primera fase, se accede a la toma
de posesión de la música sobre el poema, en la forma general, en la sintaxis, en fin, en
el ritmo y la sonoridad de las palabras mismas. De la retórica a la morfología, la
progresión continua de esta toma de posesión asegura el tránsito sin fallas de un
lenguaje a otro. En resumen, se produce comunicación por intermedio de la estructura,
cualquiera sea el aspecto bajo el cual se quiera considerar a esta última: estético o
gramatical.
36
Si añadimos un ejemplo que esté relacionado con los análisis semióticos expuestos, el Teatro
Real nos facilitó un informe y la posterior propaganda sobre la decisión de hacer una proyección
en la plaza de Oriente ante el estreno de Don Giovanni en el año 2005.
La prensa digital recoge el momento del que hablamos, por ejemplo:
https://elpais.com/diario/2005/09/27/espectaculos/1127772004_850215.html.
Por otra parte, esta tendencia prosigue en el Teatro Real y en el Gran Teatro Liceo de
Barcelona, así como en el resto de teatros importantes de nuestro país. En varias plazas de
ciudades españolas, la ópera se proyecta en pantallas gigantes al mismo tiempo que está
siendo representada en el teatro y esta iniciativa ha cosechado grandes éxitos, convirtiéndose
en un reclamo cultural impactante en cuanto al número de personas que asisten a ver una
representación operística. Por ejemplo, debemos señalar la importancia y la repercusión de la
representación de Madama Butterfly en 2017 en los periódicos y en los informativos televisados
como: http://www.diariodesevilla.es/ocio/aleteo-Madama-Butterfly-arrasa-
Espana_0_1150985065.html
661
Constatamos, según la tabla estadística, qué ópera ha sido más
demandada en España, teniendo presente la elección de las óperas escogidas
para el estudio comparativo establecido, ha sido:
23
25 69
11%
12% 32%
35
16%
25 37
17%
12%
Don Giovanni Fausto El Oro del Rin La Valquiria Sigfrido El Ocaso de los Dioses
662
Puestas en escena: Internacional (2000-2009)
146
182 710
8%
10% 40%
239
13%
244
14% 272
15%
Don Giovanni Fausto El Oro del Rin La Valquiria Sigfrido El Ocaso de los Dioses
665
4.4. Conclusiones sobre la evolución escénica de tres óperas
durante los siglos XX y XXI: Innovación y transgresión.
La elección de estas tres óperas está motivada por el tratamiento de los
mitos literarios en ellas. Unos mitos que la mayor parte de la sociedad reconoce
y que han trascendido del mundo literario y musical a la vida cotidiana de
cualquier individuo. Nos gustaría firmar un pacto para ser eternamente jóvenes
como Fausto, seguimos cruzándonos con donjuanes por la calle y asistimos a
muchas noticias diarias que hacen referencia a la ambición del ser humano. La
elección induce a que el público que asista a un teatro a ver una ópera se sienta
identificado con aquello que se expone y que se representa. Es más complejo
en el caso de Wagner, sin embargo, era obligado presentar una ópera del
compositor alemán porque su máxima es cuidar el drama, crearlo con
minuciosidad y después elaborar una música que sirva para colmarla de
dramatismo en ambos textos: el texto musical y el texto dramático-lírico.
666
serían empleadas por quien elaboró este libreto con premura, y expuestas en las
recapitulaciones de esta investigación 37.
667
los temas tratados, en los personajes, en los espacios y en la sucesión de
acciones.
668
que se representan en escena: la lealtad, la justicia, la diferencia de
clases, el amor y la paciencia.
669
La manera en que Fausto vivió su proceso de creación como
manifestación operística fue al revés que lo relatado para Don Giovanni. Gounod
estaba enamorado del texto dramático de Goethe, desde que era muy joven, y
fue él quien encargó el texto dramático-lírico a los libretistas Barbier y Carré. La
primera parte de Faust de Goethe fue muy estudiada por los libretistas, cuidando
detalles descriptivos y añadiendo aspectos que lo hicieran diferir del drama
original.
670
2. Los personajes de Fausto y Mefistófeles, sujeto y oponente, siguen un
trazado muy parecido en las dos obras. Volvemos a la contraposición
sobre la realidad y la ilusión que estaba presente en Don Giovanni y
Don Juan o el festín de piedra, aunque se desarrollen motivos distintos.
La eterna juventud es la continua búsqueda de un doctor que
finalmente se deja embaucar por las promesas del diablo. Fausto
acaba siendo una marioneta y un sirviente de Mefistófeles. Los
sucesos ocurren porque Fausto ha firmado un pacto con el demonio y
las consecuencias de esos funestos sucesos las sufren los demás
personajes que se sitúan en las dos obras. Mefistófeles no cambia ni
modifica su grado de malignidad en ninguno de los dos textos, en
cambio, los demás personajes se ven sometidos a transformaciones y
evoluciones en sus caracteres y en sus modos de operar.
671
era crear una ópera basada en los acontecimientos que rodean a este
mito literario y consiguió que los libretistas dieran a su texto musical
una forma textual dramática muy cuidada.
672
1. El dramaturgo crea, a partir de la muerte de Sigfrido narrada en el
Cantar de los Nibelungos, cuatro obras dramáticas que deben tener
acciones que se superpongan y que faciliten la reacción causa y efecto
desde el prólogo hasta la última jornada.
673
tres representaciones porque son conexiones que favorecen la
complicación de las acciones: Wotan, Siegfried, Alberich o Brünnhilde.
674
Nibelungo para hacer un relato de la historia de la ópera desde una perspectiva
distinta. Nuestra investigación, desde este punto de vista, es pionera en el
establecimiento y estudio de la evolución histórica de un género literario-
dramático y lírico, como es la ópera, desde el estudio semiótico que atiende a la
totalidad de los signos lingüísticos y de la representación.
675
el valor del poder, el vestido de novia de Zerlina en Don Giovanni que
puede cambiar en función de la época en que esté ambientada y de la
moda que pudiera ser cercana al espectador si se contextualiza a finales
del siglo XX o en la primera década del siglo XXI. No se ha visto en las
versiones analizadas la posibilidad de que Zerlina no llevase un vestido
de novia.
676
Wieler y Sergio Morabito, optan por no cambiar los espacios escénicos y
desarrollar todo el argumento en ocho camas personalizadas según el
personaje que descansase en ella. Un espectador que vaya por primera
vez a ver este Don Giovanni no entenderá el sentido de la ópera ni
tampoco su argumento. Por este motivo, defendemos la innovación
operística pero no creemos que la transgresión sea el camino que deba
seguir la ópera en el siglo XXI. El objetivo es acercar cada vez más el
género a los espectadores y no es cerrar un círculo. La ópera debe
entenderse gracias a su texto literario y a su texto espectacular.
Los directores escénicos del siglo XXI deben adoptar medidas para paliar
los posibles problemas de transgresión que dificultan la creación de
nuevas óperas y la evolución de las existentes. Podemos encontrar una
pistola en una versión de El Anillo del Nibelungo o herramientas del
presente siglo que restauren la espada de Sigfrido, sin embargo, no es
conveniente alterar el argumento en las óperas de tal forma que se cambie
el texto literario que otros escribieron con anterioridad y que, como
consecuencia, se desvirtúe el texto espectacular. En definitiva, el
fenómeno de la transgresión implica que tengamos consecuencias muy
graves en la evolución del género operístico. Si un espectador novel
acude a ver esta versión de 2008 planteada de Don Giovanni,
posiblemente no entienda el argumento y salga con un concepto
equivocado del texto dramático-lírico.
677
proyectada en blanco y negro del doctor que relata la conversión de viejo
a joven.
10. Creemos que los nuevos compositores, así como los nuevos directores
de escena, toman como punto de partida a Wagner –sin desmerecer las
óperas verdianas- para dotar de mayor dramatismo al texto espectacular
y al texto literario. Las teorías wagnerianas han servido para revisar la
importancia que tiene el drama en la ópera y el lugar que ocupa. Wagner
678
fue un punto de inflexión fundamental para la regeneración de la ópera: el
drama y la música tienen que mantener un equilibrio artístico lejos de
disputas que desmerezcan a la bien llamada “obra de arte total”. La
coherencia de una puesta en escena en la ópera se conseguiría si, como
hemos precisado en el estudio comparativo, el dramatismo está presente
en la música, en la interpretación, en la puesta en escena y en el texto
dramático-lírico. Algunos nuevos compositores ejercen de directores
escénicos de sus propias representaciones, con mayor o menor éxito,
como Wagner lo hizo en su día, recordemos a Pilar Jurado en España o
las palabras de Lluís Pasqual (Alonso Rivas, 1985) cuando decía en una
entrevista en El País:
679
19. Comprobamos una orquestación cada vez más fuerte con la presencia,
a veces, de instrumentos electrónicos de la nueva era. Introducción de
ruidos de la vida cotidiana, vestimenta actual, efectos sonoros y de luces
que vienen del cine, la aparición de electrodomésticos, máquinas y la
familiarización con las artes circenses y nuevos estilos de danza.
20. Se tiende a elaborar textos dramáticos con partes textuales inconclusas.
21. Las óperas de los nuevos compositores y directores de escena se
inspiran en fuentes primarias literarias que se sitúan desde la
Antigüedad Clásica hasta el siglo XXI. Igualmente se sirven del cine y
de la introducción de instrumentos musicales que en siglos anteriores
eran inusuales. Resumamos una relación que sirva de prueba según lo
expuesto a lo largo de esta investigación:
• El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes
para El Quijote de Halffter.
• Divinas Palabras y el esperpento valleinclanesco para la ópera
homónima de García Abril.
• La casa de Bernarda Alba de García Lorca para la ópera Bernanda Alba
de Aribert Reimann.
• El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez para la
ópera Florencia en el Amazonas de Daniel Catán y Ardiente Paciencia de
Antonio Skármeta y la película Il Postino para la ópera Il Postino del mismo
Daniel Catán.
• La inspiración en Manon Lescaut para la primera ópera, Boulevard
Solitude, de Hans Werner Henze.
• El nacimiento de Jesucristo desde el punto de vista de los evangelistas
como fuente para crear El Niño de John Adams.
• Las virtudes del pájaro solitario de Juan Goytisolo para El viaje a Simorgh
de Sánchez-Verdú.
• El empleo de más de sesenta poemas para la trama que cuenta Da gelo
a gelo (2006) de Salvatore Sciarrino.
• Introducción de instrumentos poco habituales en la ópera y se les otorga
un papel esencial en la partitura dando lugar a mezclas tímbricas insólitas
en La señorita Cristina de Luis de Pablo.
680
22. Es evidente la influencia del género dramático musical de Broadway e
intentos por evitar una imbricación entre la ópera y el musical.
23. El compositor del siglo XXI tiene un denominador común y es, como
decíamos, el interés por la labor actoral. La obsesión por ser dramáticos
en el género lírico degenera a veces en que se hayan creado óperas
que exijan una tesitura imposible para el intérprete o posturas que
dificulten la adecuada respiración.
24. Al iniciarse el siglo XXI, los nuevos compositores se quejaban de la
actitud adoptada por los teatros españoles, pues no se estrenaban
óperas contemporáneas españolas o extranjeras y hemos constatado
que, después de pasar la primera década del nuevo siglo, todos los
años se han ido estrenando óperas de nuevos compositores en el
Teatro Real desde el año 2000. Esta queja fue protagonizada por García
Abril desde el estreno de Divinas Palabras. Así, la tendencia actual de
los teatros de nuestro país es que se estrenen nuevas obras de
compositores actuales y se rescaten obras inéditas de compositores de
los siglos XVIII y XIX. De hecho, el Teatro Real abre su temporada 2017-
2018 con óperas nunca vistas en el coliseo madrileño como Lucio Silla
de Wolfgang Amadeus Mozart y como Die Soldaten que es la única
ópera del compositor del siglo XX Bernd Alois Zimmerman, estrenada y
rechazada en Opernhaus Colonia en febrero de 1965 por resultar
inviable su puesta en escena, y ahora con dirección musical de Heras-
Casado y dirección escénica de Calixto Bieito.
25. Las tendencias de estrenar óperas de nuevos compositores y la de
buscar lo inédito siguen conviviendo con la tradición de reponer
producciones operísticas que alcanzaron éxito dentro y fuera de nuestro
país desde mediados del siglo XX. Las tres posturas son las que pueden
resumir el panorama del género dramático-lírico a nivel mundial,
siempre teniendo presente los dos fenómenos que conviven desde
finales del siglo XX en las puestas en escena de óperas: la innovación
y la transgresión. Nuestra postura queda lo suficientemente clara
cuando insistimos en que todo lo que no conduzcan a comprender el
conjunto de signos que forman parte del texto espectacular, del texto
literario y del texto musical debería evitarse para continuar con una
681
evolución enriquecedora del género. Estamos de acuerdo y apoyamos
el hecho de ver una televisión, una radio, una pistola, un ordenador o
un teléfono móvil en escena porque es innovar para acercar al presente
un argumento que pudiera ser del siglo XVIII. No nos parece acertado
ver cómo don Juan sigue vivo o cómo lo matan varias veces en escena
antes de recibir su venganza por justicia al final del acto II, porque es
transgresión que adultera el texto literario o libreto y el texto
espectacular o representación y, además, repercute en el texto musical.
Puede ser que el público llegue a la interpretación de que el mito nunca
muere, como quiso dar a entender el director escénico Mario Gas en
2014 en el Teatro de la Maestranza en Sevilla, sin embargo, la
sensación que queda es que no se respeta el texto escrito por Da Ponte
y se manipula la obra de arte total.
26. Es adecuado el empleo de elementos escénicos simbólicos que
pertenecen a los siglos XX y XXI por parte de compositores actuales
porque existe una contextualización coherente para sus creaciones.
Sánchez-Verdú puede llenarse de rasgos artísticos característicos del
siglo XXI porque su ópera es del presente siglo. En óperas de los siglos
XVIII y XIX pueden verse elementos escénicos innovadores que estén
relacionados con el siglo XXI, pero no se debe caer en el problema
vigente de la transgresión que dé lugar a óperas muy distantes a cómo
fueron concebidas. No tendría sentido que el Comendador siguiese vivo
en casa de Donna Anna durante toda la representación porque no se
urdiría la venganza principal por su muerte en Don Giovanni de Mozart;
tampoco sería muy conveniente que Margarita se enamorase de
Mefistófeles porque no existiría una transformación del doctor ni un
pacto con el diablo en Fausto de Gounod, ni tendría lógica que
Brünnhilde se convirtiese en nibelunga después de fugarse con Alberich
para siempre en El Anillo del Nibelungo de Wagner porque no se
percibiría el sacrificio de una heroína que muere convencida para salvar
el poder del anillo.
682
moderna que está obligada a compensar a un público que, a su vez, quiere
continuar asistiendo a un teatro con una cartelera donde haya versiones clásicas
innovadoras y versiones clásicas reticentes a introducir elementos escénicos del
nuevo siglo. El crítico debería situarse ante el hecho artístico sin prejuicios y
opinar según le inciten a hacerlo su cultura y sus conocimientos, prescindiendo
en todo caso de las preferencias personales, como expone Marcello Cervelló
(2006: 34). Conseguir el escándalo en la ópera del siglo XXI no es dotar a esta
obra de arte total de una mayor dote artística y hemos presentado suficientes
rasgos característicos y un repaso analítico o estudio comparativo que confirman
esta opinión. Las líneas abiertas de esta investigación son posibles y están
aseguradas desde el momento en que tengamos un nuevo estreno o queramos
continuar una labor comparativa de las puestas en escena de los siglos XX y XXI
desde el punto de vista semiótico.
683
5. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA Y CITADA.
1) FUENTES PRIMARIAS.
A) TEXTOS DRAMÁTICO-LITERARIOS.
1. DE MOLINA, Tirso, El burlador de Sevilla, Madrid, Cátedra, 2007.
2. GOETHE, Johann Wolfgang von, Fausto, Madrid, Cátedra, 2005.
3. MOLIÈRE, Don Juan o El festín de piedra, Madrid, Alianza Editorial, 2011.
B) LIBRETOS.
27. BARBIER, Jules y CARRÉ Michel (2003). Faust. Ópera en cinco actos.
Música de Charles Gounod, Teatro Real. Fundación del Teatro Lírico,
Madrid.
28. BARBIER, Jules y CARRÉ, Michel (2003). Faust. Ópera en cinco actos.
Música de Charles Gounod. Teatro de la Maestranza, Sevilla.
29. DA PONTE, Lorenzo (2000). Don Giovanni (Il dissoluto punito, ossia Il
Don Giovanni). Música de Wolfgang Amadeus Mozart, Teatro Real.
Fundación del Teatro Lírico, Madrid.
30. DA PONTE, Lorenzo (2005). Don Giovanni (Il dissoluto punito, ossia Il
Don Giovanni). Música de Wolfgang Amadeus Mozart, Teatro Real.
Fundación del Teatro Lírico, Madrid.
31. DA PONTE, Lorenzo (2014). Don Giovanni (Il dissoluto punito, ossia Il
Don Giovanni). Música de Wolfgang Amadeus Mozart, Teatro de la
Maestranza, Sevilla.
32. WAGNER, Richard (2002). Der Rheingold. Prólogo en cuatro escenas
del festival escénico Der Ring des Nibelungen. Música de Richard
Wagner, Teatro Real. Fundación del Teatro Lírico, Madrid.
33. WAGNER, Richard (2003). Siegfried. Segunda Jornada en tres actos
del festival escénico Der Ring des Nibelungen. Música de Richard
Wagner, Teatro Real. Fundación del Teatro Lírico, Madrid.
34. WAGNER, Richard (2003). Die Walküre. Primera jornada en tres actos
del festival escénico Der Ring des Nibelungen. Música de Richard
Wagner, Teatro Real. Fundación del Teatro Lírico, Madrid.
684
35. WAGNER, Richard (2004). Götterdämmerung. Tercera Jornada en tres
actos del festival escénico Der Ring des Nibelungen. Música de Richard
Wagner, Teatro Real. Fundación del Teatro Lírico, Madrid.
685
• Mozart, Wolfgang Amadeus, Don Giovanni (DVD)
Teatro Festival d´Aix -en- Provence
Director musical: Daniel Harding
Director teatral: Peter Brook
Coro y orquesta de Mahler Chamber Orchestra
Año 2002
• Mozart, Wolfgang Amadeus, Don Giovanni (DVD)
Teatro De Nationale Opera (Amsterdam)
Director musical: Ingo Metzmacher
Directores teatrales: Jossi Wieler y Sergio Morabito
Coro y orquesta de De Nationale Opera
Año 2008
• Mozart, Wolfgang Amadeus, Don Giovanni (DVD)
Teatro Alla Scala de Milán
Director musical: Daniel Barenboim
Director teatral: Robert Carsen
Coro y orquesta de Alla Scala de Milán
Año 2011
• Mozart, Wolfgang Amadeus, Don Giovanni (DVD)
Teatro Arena de Verona
Director musical: Stefano Montanari
Director teatral: Franco Zeffirelli
Coro y orquesta de la Arena de Verona
Año 2015
• Gounod, Charles, Fausto (DVD)
Teatro Nacional de la Ópera de París
Director musical: Charles Mackerras
Director teatral: Jorge Lavelli
Coro y orquesta del Teatro Nacional de la Ópera de París
Año 1975
686
• Gounod, Charles, Fausto (DVD)
Teatro Civic Opera House
Director musical: Georges Prêtre
Director teatral: Brigitte Thom
Coro y orquesta de Lyric Opera of Chicago
Año 1980
• Gounod, Charles, Fausto (DVD)
Teatro Ópera Estatal de Viena
Director musical: Erich Binder
Director teatral: Carl Toms
Coro y orquesta de Ópera Estatal de Viena
Año 1985
• Gounod, Charles, Fausto (DVD)
Teatro Grand Théâtre de Genève
Director musical: John Nelson
Director teatral: Robert Carsen
Coro y orquesta de Grand Théâtre de Genève
Año 1995
• Gounod, Charles, Fausto (DVD)
Teatro Royal Opera House-Covent Garden
Director musical: Antonio Pappano
Director teatral: Peter Katona
Coro y orquesta de Royal Opera House-Covent Garden
Año 2004
• Gounod, Charles, Fausto (DVD)
Teatro Romano de Orange
Director musical: Michael Plasson
Director teatral: Nicolas Joel
Coro y orquesta de la Filarmónica de Radio Francia.
Año 2008
687
• Gounod, Charles, Fausto (DVD)
Teatro Opéra National de Paris-La Bastilla
Director musical: Philippe Jordan
Director teatral: Jean-Louis Martinoty
Coro y orquesta de Opéra National de Paris
Año 2011
• Gounod, Charles, Fausto (DVD)
Teatro Metropolitan Opera House de Nueva York
Director musical: Yannick Nézet- Seguin
Director teatral: Des Mc Anuff
Coro y orquesta del Metropolitan Opera House de New York
Año 2012
• Wagner, Richard, Das Rheingold (DVD)
Teatro Ópera de Bayreuth, Bayreuth Festspielhaus
Director musical: Pierre Boulez
Director teatral: Patrice Chéreau
Coro y orquesta Bayreuth Festspielhaus.
Año 1980
• Wagner, Richard, Die Walküre (DVD)
Teatro Ópera de Bayreuth, Bayreuth Festspielhaus
Director musical: Pierre Boulez
Director teatral: Patrice Chéreau
Coro y orquesta Bayreuth Festspielhaus.
Año 1980
• Wagner, Richard, Siegfried (DVD)
Teatro Ópera de Bayreuth, Bayreuth Festspielhaus
Director musical: Pierre Boulez
Director teatral: Patrice Chéreau
Coro y orquesta Bayreuth Festspielhaus.
Año 1980
688
• Wagner, Richard, Götterdämmerung (DVD)
Teatro Ópera de Bayreuth, Bayreuth Festspielhaus
Director musical: Pierre Boulez
Director teatral: Patrice Chéreau
Coro y orquesta Bayreuth Festspielhaus.
Año 1980
• Wagner, Richard, Das Rheingold (DVD)
Teatro Palacio de las Artes Reina Sofía
Director musical: Zubin Mehta
Director teatral: Carlus Padrissa
Producción: La Fura dels Baus
Coro y orquesta de la Generalitat Valenciana
Año 2008.
• Wagner, Richard, Die Walküre (DVD)
Teatro Palacio de las Artes Reina Sofía
Director musical: Zubin Mehta
Director teatral: Carlus Padrissa
Producción: La Fura dels Baus
Coro y orquesta de la Generalitat Valenciana
Año 2008.
• Wagner, Richard, Siegfried (DVD)
Teatro Palacio de las Artes Reina Sofía
Director musical: Zubin Mehta
Director teatral: Carlus Padrissa
Producción: La Fura dels Baus
Coro y orquesta de la Generalitat Valenciana
Año 2008.
• Wagner, Richard, Götterdämmerung (DVD)
Teatro Palacio de las Artes Reina Sofía
Director musical: Zubin Mehta
689
Director teatral: Carlus Padrissa
Producción: La Fura dels Baus
Coro y orquesta de la Generalitat Valenciana
Año 2008.
2) FUENTES GENERALES.
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cine y ópera 1947-1987, Barcelona: Alba Editorial.
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española hasta la apertura del Teatro Real (1800-1850)”, en La ópera en
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