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Mar Cuauhtémoc

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Biogra fías para


niñas y niños
Cu a u h t é moc

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m pa y R ut h

SECRETARÍA DE CULTURA

Alejandra Frausto Guerrero


Secretaria de Cultura

INSTITUTO NACIONAL DE ESTUDIOS HISTÓRICOS


DE LAS REVOLUCIONES DE MÉXICO

Felipe Arturo Ávila Espinosa


Director General

MÉXICO 2021
Biogr afías para
niñas y niños

Desde donde se paran las águilas


desde donde se yerguen los tigres
el sol es invocado,
orgullosa de sí misma se levanta
la ciudad de México Tenochtitlán...

Ediciones impresas:
Primera edición, inehrm, 1986

S
Segunda edición, inehrm, 1992

Ediciones en formato electrónico:


Primera edición, inehrm, 2021 e cree que Cuauhtémoc nació en el año 8
D. R. © María A. Pérez Campa y Ruth Solís Vicarte, textos
D. R. © María Figueroa, ilustraciones de interiores.
Técpatl (cuchillo de pedernal, 1496). Su
D. R. © Rodrigo Oscar Rivera Meneses, ilustración de portada.
padre fue el emperador Ahuízotl, el cual se dis-
D. R. © Instituto Nacional de Estudios Históricos
de las Revoluciones de México (inehrm), tinguió por haber sido uno de los mejores gober-
Francisco I. Madero núm. 1, Colonia San Ángel, C. P. 01000,
Alcaldía Álvaro Obregón, Ciudad de México. nantes de la gran Tenochtitlán. Su madre era la
www.inehrm.gob.mx
princesa tlatelolca Tiyacapantzin.
Las características gráficas y tipográficas de esta edición son propiedad del
Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, órgano
De acuerdo a la costumbre azteca, al nacimiento
desconcentrado de la Secretaría de Cultura.
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de del nuevo príncipe, la partera cortó el cordón umbi-
esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el
tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por lical que lo unía a su madre y después lo enterró en
escrito del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.

ISBN: 978-607-549-234-6
el campo de batalla para reafirmar la condición de
HECHO EN MÉXICO. futuro guerrero del recién nacido. Mientras hacía
• 7 •
8 • Cu au h t é m o c M ar í a A . P é r ez Cam pa y R u t h So l í s V i c ar t e • 9

esto, pronunciaba las palabras rituales de bienveni-


da al niño, quien iba a tener la obligación de “dar de
beber al sol la sangre de los enemigos y a la tierra
sus cuerpos”, pues los aztecas creían que habían sido
elegidos por su dios Huitzilopochtli para alimentar al
sol, y de esta forma asegurar la existencia del mun-
do. Después la partera lavó al niño para purificarlo
mientras hacía ofrendas a la diosa del agua.
La noticia del nacimiento fue un gran aconteci-
miento y se comunicó por todo el imperio. Veloces
mensajeros informaron de lo sucedido hasta en las
provincias más remotas.
Mientras empezaban a llegar los señores a feli-
citar al emperador, se llamó al gran adivino, el to-
nalpouhqui, quien consultando el libro sagrado, el
tonalamatli, fijó la fecha del ritual acostumbrado
y pronosticó las cualidades del pequeño príncipe.
El día señalado, antes de la salida del sol, se reunió
en el gran patio del palacio toda la nobleza azteca y
en el adoratorio central fueron colocados un escudo,
un arco y cuatro flechas en miniatura; Cuauhtémoc,
cuyo nombre significa águila-sol que desciende, fue
presentado a los dioses.
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acueducto que traería el agua de los manantiales


E l C a l m é ca c
de Coyoacán, se reventó y, al intentar escapar de
El pequeño príncipe fue educado con esmero, a la inundación, se golpeó la cabeza y murió.
pesar de que su padre falleció cuando él sólo tenía Poco después, Cuauhtémoc y sus 20 hermanos,
seis años. hijos de diferentes princesas, asisten a la gran ce-
Desde que cumplió tres años hasta los quince, remonia de entronización de su primo Moctezuma
Cuauhtémoc fue instruido en los principios de obe- Xocoyotzin II, el día 9 Venado del año 10 Conejo
diencia, religiosidad y sobriedad que se enseñaba a (14 de abril de 1502).
todos los jóvenes mexicas. Su educación prosigue; a los 15 años entra a es-
De su padre se decía que era tan amigo de ha- tudiar al calmécac, especie de monasterio donde
cer el bien que cuando llegaban los enormes tribu- los sacerdotes educaban a los hijos de los digna-
tos que recibía de los pueblos conquistados, eran tarios para que ocuparan, llegado el momento, los
convocados todos los necesitados y los guerreros puestos más altos de la organización civil y religio-
más distinguidos de su reino. A los primeros les sa azteca.
obsequiaba grandes cantidades de ropa y comida y Los años de educación en el calmécac formaron
a los segundos les regalaba el oro, las joyas y todos al futuro monarca; si bien sólo uno de los hijos de
los objetos preciosos. los emperadores aztecas llegaba a reinar, la edu-
Realizó también grandes conquistas y obras cación era muy esmerada para ellos, porque todos
como por ejemplo la conclusión del Templo Mayor ocuparían importantes cargos.
de Tenochtitlán, en cuya inauguración se dice que En el calmécac no se conocía el descanso; los
se sacrificaron 80 000 cautivos. jóvenes eran levantados de noche para ir a ofrecer
Una de estas grandes obras fue la que costó la copal y su propia sangre a los dioses en adorato-
vida al rey Ahuízotl: al terminar de construirse el rios solitarios en las montañas, o a bañarse en las
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heladas aguas del estanque sagrado; ayunaban con


mucha frecuencia y los castigos abundaban, todo
ello para endurecer y templar el carácter de los fu-
turos guerreros y sacerdotes, los cuales debían ad-
quirir un completo dominio de sí mismos.
En el calmécac también se aprendía astrono-
mía, astrología y se debía conocer toda la religión
náhuatl, sus innumerables dioses y fiestas, los dos
complicados calendarios y los movimientos de los
astros, así como su influencia en los acontecimien- ciendo varias reverencias sin poder jamás darle la
tos humanos. espalda ni verle de frente.
De ahí salió el joven príncipe para incorporarse Moctezuma dejó de dirigir personalmente las
a las guerras y a la vida del palacio de Moctezuma. guerras, como lo habían hecho todos los anterio-
res señores, y se dedicó a la vida palaciega y a sus
El gobierno de M o ct e zu ma X o c oyo t z i n deberes religiosos. Pero un imperio tan grande no
podía permanecer en paz, y menos con la forma
Grandes fueron los cambios que ordenó Moctezu- tan despótica con que era gobernado.
ma en la forma de gobernar el imperio. Hasta an- Las rebeliones sucedían cada vez con más fre-
tes de ser elegido, Moctezuma había sido humilde, cuencia y las guerras floridas, que se hacían para
religioso y valiente, pero cuando subió al trono se capturar prisioneros y sacrificarlos en las ceremo-
rodeó de un ceremonial muy complicado; sólo lo nias, permitían a la nobleza mexica y al pueblo
podían ver unos cuantos, obligados a entrar ante en general preservar sus cualidades guerreras. Es
su presencia vestidos pobremente y descalzos, ha- seguro que Cuauhtémoc haya participado en mu-
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chas de estas guerras floridas, hasta alcanzar fi- Sabemos que Cuauhtémoc se casó y fue padre
nalmente el grado de tlacatecuhtli, o sea, jefe su- de una niña pero desconocemos cuándo fue la
premo de los ejércitos aztecas, y pudo ser señor de boda; aunque seguramente sucedió entre 1516 y
Tlatelolco. la llegada de los españoles en 1519. A sus veinte
En esta época Cuauhtémoc asistió a la boda años, Cuauhtémoc ya se veía como lo describe el
de su media hermana con Moctezuma y también cronista español Bernal Díaz del Castillo:
combatió al lado de su medio hermano Atlixca-
tzin, que era tlacatéccatl, o sea, comandante mili- Era de muy gentil disposición, así de cuerpo como de
facciones, la cara algo larga, alegre, y los ojos parecían
tar azteca.
que cuando miraban era más con serenidad que risue-
Hacia 1516 Cuauhtémoc cumplió veinte años
ños, y su color tiraba algo más blanco que el color de los
y, de acuerdo a la costumbre azteca, tuvo ya edad
indios morenos.
para casarse. El matrimonio permitía que el joven
dejara de vivir en el calmécac o en el telpochcalli,
que era la escuela para la gente común. F u n es t o s p r es a g i o s
pa r a e l I m p e r i o a z t ec a

Pero los tiempos iban a cambiar; las señales se


habían presentado a los aztecas desde años antes.
Cuando Cuauhtémoc tenía más o menos trece
años, en el cielo de Tenochtitlán se vio un cometa
tan brillante que la noche pareció día. Moctezu-
ma, que era muy supersticioso, mandó llamar a
Nezahualpilli, rey de Texcoco, para que opinara
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sobre esta señal. Su pronóstico dejó a Moctezuma


Los es pa ñ o l es l l e g a n
muy preocupado, pues le predijo que vendrían ca-
a la s c os ta s d e v e r a cr u z
lamidades tales que destruirían reinos enteros.
Con el tiempo, los presagios se presentaron
Así llegamos al año de 1518, fecha en que los co-
uno tras otro: el templo de la diosa Toci se incen-
bradores de impuestos de Moctezuma en Veracruz
dió por un descuido de los sacerdotes y, al consul-
entraron en contacto con la segunda expedición
tar Moctezuma a los astrólogos y magos, le pro-
de Juan de Grijalva; le informaron a Moctezuma
nosticaron nuevas desgracias, lo cual enfureció al
que habían visto a los dioses en medio del mar, y le
monarca y los mandó matar. Después, en un día
llevaron unas cuentas de vidrio que los españoles
sin viento, las aguas de la gran laguna que rodea-
les habían cambiado por mantas.
ban la ciudad parecieron hervir; enormes olas se
El emperador, asustado, ordenó que no se dijera
estrellaban contra las casas. Otro mal augurio fue
nada a nadie y las cuentas de vidrio fueron guar-
la captura de una extraña ave por unos cazado-
dadas celosamente. Pero las profecías y los temo-
res. La llevaron ante Moctezuma; era del tamaño
res de Moctezuma se iban a cumplir fatalmente: el
de una garza o de un águila y tenía un espejo en
10 de febrero de 1519 salía de Cuba la expedición
la cabeza, en el que se veían las estrellas, aunque
al mando de Hernán Cortés, compuesta por once
fuera de día. Moctezuma alcanzó a ver además un
barcos, 508 hombres y casi 100 marinos, además
ejército de criaturas que parecían mitad hombre y
de 16 caballos.
mitad venado.
En sus primeros contactos con tierras mexicas,
Ante todos estos terribles presagios, Moctezu-
Cortés consiguió dos personas que serían funda-
ma se volvió introvertido y se dedicó a ayunar y a
mentales para la conquista de México: a un espa-
hacer penitencia; una actitud contraria al tipo de
ñol capturado por los mayas, llamado Gerónimo
vida que había llevado hasta entonces.
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Cortés hablaba en
español con Aguilar,
éste traducía al maya
a la Malinche, quien
hablaba también
náhuatl. Así Cortés
resolvió un problema
muy importante: comu-
nicarse con los aztecas.
Por otra parte, doña
Marina fue una consejera de gran valor para cap-
tar la mentalidad y las costumbres locales.
Cortés hizo aparatosas demostraciones de su
poderío ante los asombrados nativos, quienes
desconocían las armas de fuego y los caballos;
desde las batallas iniciales les mostró el poder de
sus armas; de todo esto fue informado Moctezu-
ma, quien al recordar una profecía que anunciaba
de Aguilar, quien había naufragado ocho años an- el “regreso por el oriente del dios Quetzalcóatl”,
tes cerca de la península de Yucatán, y a una joven pensó que Cortés era el dios que volvía a recupe-
que le fue regalada por los jefes de Tabasco a la que rar su trono.
Cortés llamó doña Marina, quien será conocida en
nuestra historia como la Malinche.
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C o r t é s r e p r ese n t a
a Quet zalcóatl

La primera reacción oficial de Moctezuma


fue enviar a cinco de sus nobles con rega-
los para Cortés, algunos de los cuales eran
tres lujosísimos trajes como los que usaban
para vestir a los dioses Tláloc, Tezcatlipoca
y Quetzalcóatl durante sus fiestas, pues por
lo visto, Moctezuma o no estaba seguro de
cuál era el dios que regresaba, o pensó que
venían los tres más importantes. Cuando
los mensajeros se entrevistaron con Cor-
tés en un sitio llamado Xicalango, al sur de
Veracruz, subieron a su nave y, tras reve-
renciarlo, lo vistieron como al dios Quet-
zalcóatl, con una máscara y penacho de
turquesas, un pesado collar de oro y joyas,
un hermoso manto con cascabeles de oro y
sandalias de oro y piedras preciosas. Final-
mente, le dieron un escudo adornado con
perlas, piedras finas, oro y plumas.
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Ataviado de esa manera, Cortés ordenó dispa-


Hacia la c o n q u i s ta
rar los cañones. Ante tal ensordecedor y descono-
de un gran imperio
cido ruido, los embajadores cayeron al suelo como
muertos por la impresión; los españoles los reani-
En Tenochtitlan, los consejeros de Moctezuma y
maron con vino. Así fue el primer encuentro de
él mismo dudaban en cuanto a la conducta a se-
los dos imperios.
guir, pero lo que sí tenían claro era que debían
Moctezuma, al escuchar el relato de estos no-
mantener a los extraños lejos de Tenochtitlán;
bles, cayó en una profunda tristeza y envió nuevos
con este objeto les envió muchos mensajeros y
embajadores con más regalos; el emperador quería
más regalos, que sólo tuvieron un efecto contra-
saber si los recién llegados eran dioses o no y la
rio al buscado.
razón por la que venían a estas tierras, pero todo
Los primeros adversarios serios que tuvo Cortés
fue en vano; sus espléndidos regalos lo único que
fueron los tlaxcaltecas, los cuales habían sostenido
lograban era despertar la codicia de los españoles.
con éxito su independencia frente los aztecas; sin
Mientras tanto, Cortés había descubierto que
embargo, fueron vencidos por los españoles e in-
muchos de los súbditos del imperio azteca se en-
corporados como aliados. Esta victoria contra uno
contraban a disgusto con su situación, por lo que
de los más formidables enemigos tradicionales de
explotó esta inconformidad y continuó internán-
los aztecas, dio mucho qué pensar a Moctezuma y
dose en el país, en la búsqueda de más informa-
a sus jefes. Las opiniones estaban divididas entre
ción y aliados. Tras cinco meses de estancia en la
hacerles la guerra, de la que era partidario, en pri-
zona de la costa, Cortés avanzó hacia el interior
mer lugar, Cuitláhuac, hermano de Moctezuma,
con el firme propósito de llegar a Tenochtitlán y
apoyado por Cuauhtémoc y, por otra parte, los que
apresar a Moctezuma, según relató a Carlos V en
abogaban por dejarlos entrar en la ciudad, aunque
su carta del 10 de julio.
24 • Cu au h t é m o c

pensaban así porque les parecía más fácil matarlos


dentro de Tenochtitlán.
Cortés prosiguió su camino y, a su paso por
Cholula, realizó una gran matanza en el patio
principal del templo con el pretexto de impedir
una emboscada.

A la v i s ta d e la g r a n T e n o ch t i t l á n

Después de burlar varias triquiñuelas de Moctezu-


ma, destinadas o impedir el camino de Cortés, éste
llegó al paso entre los volcanes lztaccíhuatl y Po-
pocatépetl, que hoy se conoce precisamente como
Paso de Cortés. Desde ahí contempló el inmenso
valle de México, con sus ríos, bosques, lagos y los
poblados en sus riberas; pero sobre todo admiró la
espléndida metrópoli que parecía emerger del cen- xico, nos quedamos admirados, y decíamos que parecía
tro del lago. El conquistador Bernal Díaz del Cas- a las cosas de encantamiento que cuenta en el libro de
tillo describe así lo que vieron ese histórico día: Amadís, por las grandes torres y cues1 y edificios que
tenían dentro en el agua, y todos de calicanto, y aun
Y desde que vimos tantas ciudades y villas pobladas en algunos de nuestros soldados decían que si aquello que
el agua, y en tierra firme otras grandes poblaciones, y veían se era entre sueños...
aquella calzada tan derecha y por nivel como iba a Mé-
1
Templo o lugar sagrado.
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Era el día 10 Quecholi del año l Caña; para los es- apresar a Cortés por desobediencia. Moctezuma
pañoles el 23 de noviembre de 1519. Moctezuma se lo informó a Cortés, quien salió a enfrentarse
salió a recibirlos acompañado por los señores de a Narváez, dejando a 80 hombres en Tenochtitlan
Tacuba, de Texcoco y el gobernador de Tlatelol- bajo el mando de Pedro de Alvarado.
co; iba sobre unas riquísimas andas, bajo un dosel Alvarado, supuestamente por el temor de un
todo bordado de piedras preciosas y perlas y ador- levantamiento, realizó una matanza de muchos
nos de oro, plata y plumas finas; toda su comitiva nobles mexicas que celebraban una fiesta en el
lucía sus mejores ropajes. El oro, las plumas y las Templo Mayor. Al conocerse la noticia, los aztecas
piedras preciosas brillaban a su alrededor. rodearon y atacaron el palacio de Axayácatl.
En un discurso, Moctezuma les devolvía su Cortés, quien regresaba vencedor, se enteró de
trono a los españoles porque aún los creía dioses; los hechos y penetró en la ciudad donde los com-
fueron conducidos a los edificios que habían sido bates se prolongaron varios días; al ver el peligro
el palacio de Axayácatl, donde dispararon dos ca- en que estaban las tropas españolas y ante la es-
ñonazos que llenaron de espanto a los indígenas. casez de comida, Cortés hizo que su prisionero
Con este acto iniciaron su vida en la ciudad. Moctezuma hablara al pueblo desde la azotea del
Durante los meses siguientes, recorrieron Te- palacio, para apaciguarlo. Pero los ánimos esta-
nochtitlán e iniciaron el reconocimiento del reino, ban muy exaltados y empezaron a llover flechas
enviando varias expediciones; para mayor seguri- y piedras; Moctezuma recibió tres pedradas, una
dad, capturaron a Moctezuma y lo llevaron o vivir de ellas en la cabeza, muriendo a los pocos días.
con ellos, en calidad de huésped obligado. Según dijeron después los españoles, Moctezuma
Al estar en cautiverio, Moctezuma recibió la murió por las heridas que le hizo su propia gente;
noticia de la llegada de Pánfilo de Narváez, capi- pero según testimonios de los aztecas, fue asesina-
tán español enviado por el gobernador de Cuba a do por los españoles.
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D es i g n a n n u evo g o b e r n a n t e C u a u ht é moc sube al trono

Los aztecas eligieron como nuevo emperador a Fue hasta el mes de Izcalli del siguiente año, 3
Cuitláhuac, señor de lztapalapa y hermano de Casa (febrero de 1521), cuando subió al trono el
Moctezuma, quien empezó su gobierno el 16 de joven Cuauhtémoc. Entre sus primeras acciones
septiembre de 1520. Una de sus primeras accio- estuvo el mandar ejecutar a seis hijos de Mocte-
nes fue encabezar a los aztecas en la denominada zuma porque formaban parte del grupo de nobles
batalla de la Noche Triste, ocurrida cuando los es- que quería someterse a los españoles.
pañoles trataron de escapar de Tenochtitlán, lle- Sus problemas más inmediatos eran recons-
vándose el tesoro que habían reunido. truir la ciudad y cuidar de la recuperación de sus
Después de dar un gran rodeo, Cortés fue a súbditos tras la terrible epidemia pero, sobre todo,
refugiarse a Tlaxcala. En Tenochtitlán, el triunfo ordenó preparar la defensa de la ciudad. Mientras
obtenido se vio opacado por una epidemia tanto, Cortés reorganizaba su ejército y conseguía
de viruela negra, enfer- nuevos aliados entre los señoríos que veían en
medad portada por los unirse a los españoles la oportunidad para librarse
españoles y que causó del dominio azteca.
gran mortandad entre
los aztecas. Una de Comienza el sitio a T e n o ch t i t l á n
las víctimas fue el
mismo Cuitláhuac, Cortés preparó con gran cuidado el ataque a la ciu-
quien falleció el 3 de dad; mandó construir bergantines para navegar por
diciembre de 1520. el lago y capturar uno por uno los poblados de la
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orilla, para evitar que apoyaran a los azte-


cas. El día 28 de abril de 1521, dos meses
después de subir al trono, Cuauhtémoc tuvo
noticia de que Cortés había llegado a Texco-
co para dirigir el ataque a la ciudad al frente
de 86 jinetes, 119 mosqueteros y ballesteros,
700 soldados de espada y 15 cañones. En los
10 días siguientes, llegaron a ayudar a Cor-
tés más de 75 000 guerreros de Tlaxcala,
Cholula, Huexotzingo y Chalco.
Cortés dividió su ejército en tres partes
iguales. La primera, comandada por Pedro
de Alvarado, atacaría por el lado de Tacuba;
la segunda, dirigida por Cristóbal de Olid,
desde Coyoacán, y la tercera, al mando de
Gonzalo de Sandoval, combatiría desde Ix-
tapalapa; además, colocó, casi 300 españo-
les en los bergantines para atacar también
por agua.
Al inicio del sitio, los españoles ganaban
poco o poco los puentes durante el día; pero
los guerreros de Cuauhtémoc los recupera-
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ban por la noche. Paro evitarlo, los españoles em- Cortés decidió usar una nueva estrategia, acon-
pezaron a dejar centinelas en los puentes por la sejada por Ixtlixóchitl, señor de Texcoco: derrotar
noche. Así, combatiendo encarnizadamente, Cor- a los aztecas por hambre. Mientras se proseguía
tés consiguió llegar hasta la ciudad. con la demolición de la ciudad, los bergantines se
Cuauhtémoc por su parte cambió de estrategia; dedicaron a interceptar las canoas que llevaban
los aztecas dejaban entrar a los españoles hasta las comida a Tenochtitlán. Con una gran parte de la
calles de la ciudad, y luego los atacaban desde las ciudad capturada y destruida, y padeciendo ham-
azoteas; Cortés decidió, ante este peligro, que con- bre y enfermedades, Cortés ofreció hacer la paz a
forme se tomara la ciudad, fueran derrumbadas Cuauhtémoc.
las casas, iniciándose así la destrucción total de la Cuauhtémoc convocó al Consejo de señores y
gran Tenochtitlán. les invitó a aceptar la propuesta de los españoles
En una de estas acciones, Cortés dirigió un para evitar así la destrucción total de la ciudad y la
asalto, consiguiendo llegar hasta la plaza del muerte de todos sus habitantes; pero los sacerdotes
Templo Mayor; pero los aztecas los atacaron por la se negaron a rendirse y Cuauhtémoc aceptó seguir
retaguardia desde canoas y desde las calzadas la defensa de Tenochtitlan.
laterales. Cortés y sus hombres escaparon de mi-
lagro, aunque los aztecas lograron capturar a 53 Los a z t ec a s u s a n s u ú lt i m a a r m a
soldados españoles vivos.
Esa noche, desde sus campamentos los españoles Con la armadura sagrada, la del tecolote con plu-
vieron los fuegos con los que celebraban y oyeron mas de quetzal, con la insignia de la serpiente de
los cantos de guerra y victoria aztecas; y también fuego, se viste a un gran guerrero, al que Cuauhté-
vieron sacrificar en lo alto del Templo Mayor a sus moc le ordena:
compañeros.
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Esta insignia es la propia del gran capitán, que fue mi


padre Ahuízotl, llévela éste, póngaselo y con ella mue-
ra. Que con ella espante, que con ella aniquile a nues-
tros enemigos.

El guerrero, armado como un dios, sale a combatir


y los indígenas aliados de los españoles, con sólo
mirar el famoso traje, corren espantados, pero no
así los españoles. Los aztecas son derrotados de
nuevo.
A finales de julio, tres meses después de inicia-
do el ataque a la ciudad, los aztecas habían queda-
do atrapados en una pequeña área de Tlatelolco, en
donde Alvarado había llegado ya hasta el mercado.
La situación era desesperada; los aztecas morían
de hambre y ya no tenían fuerzas para pelear. El
penúltimo día del asedio de la ciudad, Cortés es-
cribió al emperador Carlos V:

de esta manera que por estar así cercados no tenían


paso por dónde andar, sino por encima de los muertos
y por las azoteas que les quedaban; ni tenían ni halla-
ban flechas ni varas, ni piedras que ofendernos; y era
tanta la mortandad que se hizo por mar y tierra, que
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aquel día se mataron y prendieron más de cuarenta mil


ánimas; y era tanta la gritería y llanto de los niños y
Prisión y mu e rt e d e C u a u ht é moc
mujeres, que no había persona a quien no quebrase el
corazón. Los siguientes días los españoles se dedicaron a es-
campar las ruinas y a buscar oro; pero como no les
Cortés tomó el control total de la ciudad el 13 de pareció suficiente, el tesorero español ordenó que
agosto de 1521. Cuauhtémoc trató de huir con su se diera tormento a Cuauhtémoc que estaba pri-
gente en canoas, pero fue capturado inmediata- sionero en Coyoacán. Los españoles pusieron acei-
mente. te hirviendo en los pies y manos de Cuauhtémoc y
Cuando Cuauhtémoc fue conducido ante Cor- en los del señor de Tacuba, el cual empezó a que-
tés, le dijo: jarse del tormento, pidiendo al emperador azteca
que confesara; Cuauhtémoc le respondió:
Señor Malinche, ya he hecho lo que estoy obligado a
hacer en defensa de mi ciudad y de los vasallos, y no
¿Estoy yo a ca s o e n a l g ú n
puedo más, y pues vengo por fuerza y preso ante tu
ba ñ o o d e l e it e ?
persona y poder; toma ese puñal que tienes al cinto y
mátame luego con él.
Más de dos años estuvo preso Cuauhtémoc y en
Era el día 1 Serpiente del año 3 Casa. Cuauhté- 1524 fue llevado por el conquistador a una expe-
moc desde una torre muy alta ordenó la rendición dición a Las Hibueras (Honduras), por temor a que
total. Los guerreros que quedaban, 60 000 de los si lo dejaba pudiera organizar una rebelión.
300 000 que había al empezar la guerra, dejaron El 26 de febrero de 1525, cuando estaban en un
sus armas. lugar de Tabasco llamado Huey Mallan, Cotzote-
mexi, un tlatelolca que iba en la expedición, acusó
38 • Cu au h t é m o c

a Cuauhtémoc, a Tetlepanquétzal —señor de Ta-


cuba— y a Tlacotzin —jefe consejero azteca—, de
tramar una sublevación contra Cortés.
Cortés los juzgó culpables y después de bauti-
zar a Cuauhtémoc con el nombre de don Fernando
y a Tetlepanquétzal con el de don Pedro, los man-
dó ahorcar en una gran ceiba, el árbol sagrado de
los mayas.
Así terminó la vida del último de los empera-
dores aztecas. Los mexicanos honramos las haza-
ñas de este héroe al erigir un monumento con la
siguiente inscripción: “A la memoria de Cuauhté-
moc y de los guerreros que combatieron heroica-
mente en defensa de su patria…”.


Cuauhtémoc
M a r í a A. P é r e z C a mpa y R u t h S o l í s V i c a r t e

fue editado por el


Instituto Nacional de Estudios Históricos
de las Revoluciones de México
Se terminó en la Ciudad de México en junio de 2021,
durante la pandemia covid-19, en cuarentena..

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