Apuntes-Recoleccion LA CARTA A FILADELFIA

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 18

LA CARTA A FILADELFIA

Apocalipsis 3:7-13

-Escribe al ángel de la Iglesia de Filadelfia.


Estas cosas te las dice el Que es santo, el Que es verdadero, el Que tiene la llave de David, el Que
abre de manera que nadie puede cerrar, y cierra de manera que nadie puede abrir.
Yo conozco tus obras. Fíjate: Yo te presento una puerta que permanece abierta y que nadie puede
cerrar; porque tienes un poco de fuerza, y porque has guardado Mi Palabra, y no has negado Mi
Nombre. Fíjate: Yo te entregaré a los que pertenecen a la sinagoga de Satanás, que se tienen por
judíos sin serlo, sino que mienten. Fíjate: Yo los haré venir a arrodillarse a tus pies, para que se
enteren de que Yo te he amado.
Como tú has guardado mi mandamiento de mantenerte firme, Yo también te mantendré a salvo
en la hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo habitado para poner a prueba a
todos los que moran en la tierra. Yo vengo pronto. Retén lo que tienes, para que nadie te prive de
tu corona.
Al que obtenga la victoria Yo le haré un pilar en el templo de Mi Dios para que ya nunca tenga que
salir, - y escribiré sobre él el Nombre de Mi Dios y el nombre de la ciudad de Mi Dios, de la nueva
Jerusalén que desciende del Cielo de Mi Dios, y Mi Nombre nuevo.
El que tenga oídos, que preste atención a lo que el Espíritu está diciendo a las Iglesias.

FILADELFIA
LA CIUDAD DE LA ALABANZA
Apocalipsis 3:7-13

Filadelfia era la más joven de las siete ciudades. La habían fundado unos colonizadores de
Pérgamo en el reinado de Atalo II, que reinó en Pérgamo de 159 a 138 a.C. Filádelfos quiere decir
en griego el que ama a su hermano. Tal era el amor que Atálo le tenía a su hermano Eumenes que
se llamó Filadelfo, y de él tomó su nombre la ciudad.
Fue fundada con un propósito especial. Estaba situada en la confluencia de las fronteras de Misia,
Lidia y Frigia. Pero no fue para ser una ciudad guarnición para lo que fue fundada, porque no había
muchos peligros en la zona, sino con la intención deliberada de que fuera misionera de la cultura y
lengua griega hacia Lidia y Frigia; y tan bien cumplió su misión que hacia el año 19 d.C. los lidios ya
habían olvidado su propio lenguaje y les faltaba poco para ser griegos. Ramsay dice que Filadelfia
era «el centro de difusión de la lengua y de las letras griegas en una tierra pacífica y por medios
pacíficos.» Eso es lo que el Cristo Resucitado quiere decir cuando habla de la puerta abierta que
les presenta a los cristianos filadelfos.
Tres siglos antes se le había dado a Filadelfia una puerta abierta para que extendiera las ideas
griegas en las tierras de más allá, y ahora se le presentaba otra oportunidad misionera todavía más
gloriosa: la de llevar el Mensaje del amor de Jesucristo a los que no lo conocían.
Filadelfia tenía una característica que ha dejado su impronta en la carta. Estaba al borde de una
gran llanura que se llamaba la Katakekaumené, que quiere decir la Tierra Quemada. La
Katakekaumené era una gran llanura volcánica en la que quedaban las señales de la lava y de las
cenizas de los volcanes ya extintos. Tal tierra era fértil; y Filadelfia era el centro de una gran área
vitícola y de producción de vinos. Pero tal situación tenía sus peligros, que también habían dejado
sus señales en Filadelfia más profundamente que en ninguna otra ciudad. El año 17 d.C. se produjo
un gran terremoto que destruyó Sardes y otras diez ciudades. En Filadelfia se siguieron
produciendo temblores de tierra durante otros muchos años; Estrabón la describe como cuna
ciudad propensa a los terremotos.»
Sucede a menudo que cuando se produce un gran terremoto la gente lo asume con coraje y
dominio propio, pero el que se sucedan temblores de tierra menores causa un verdadero pánico.
Eso era lo que sucedía en Filadelfia. Estrabón describe la escena. Los temblores se habían
convertido en un suceso cotidiano. Aparecían grietas amenazadoras en las paredes de las casas.
Un día aparecía en ruinas una parte de la ciudad, y otro otra. La mayor parte de la población vivía
fuera de la ciudad, en chalés, y tenía miedo de ir al centro por si se le caía encima una pared. Se
tenía por locos a los que seguían viviendo en la ciudad; se pasaban la vida apuntalando los
edificios que bradizos, y huyendo de cuando en cuando a los espacios abiertos para ponerse a
salvo. Estos día terribles no se olvidaban nunca en Filadelfia, y sus habitantes siempre estaban
esperando inconscientemente los terribles temblores del suelo, dispuestos a salir corriendo para
salvar la vida. Los vecinos de Filadelfia sabían muy bien que su seguridad dependía de la promesa
de que «ya no tendrían que salir más.»
Pero aún hay más reflejos de la historia de Filadelfia en esta carta. Cuando el gran terremoto la
devastó, Tiberio fue tan generoso con Filadelfia como lo había sido con Sardes. En agradecimiento
cambió su nombre por el de Neocesarea -la nueva ciudad del César. En tiempos de Vespasiano
Filadelfia mostró su agradecimiento otra vez cambiándose de nombre por el de Flavia, porque el
patronímico del emperador era Flavio. Es verdad que ninguno de estos nuevos nombres duró gran
cosa, y se le restauró el de «Filadelfia». Pero los de Filadelfia sabían muy bien lo que era recibir «
un nombre nuevo.»
De todas las ciudades, Filadelfia es la que recibe más alabanzas, lo cual es señal de que se las
merecía.
En días posteriores llegó a ser una ciudad muy importante. Cuando los turcos y el mahometismo
inundaron Asia Menor y todas las demás ciudades habían caído, Filadelfia se mantuvo en pie.
Durante siglos fue la única ciudad cristiana libre en medio de una tierra no cristiana. Fue el último
baluarte del cristianismo asiático. No cayó hasta mediado el siglo XIV; y hasta este día hay un
obispo y un millar de cristianos en ella. Con la excepción de Esmirna, las otras iglesias están en
ruinas; pero Filadelfia sigue enarbolando la bandera de la fe cristiana.

FILADELFIA
TÍTULOS Y DERECHOS
Apocalipsis 3:7-13 (continuación)
En la introducción de esta carta el Cristo Resucitado Se identifica con tres títulos, cada uno de los
cuales implica un tremendo derecho.
(i) Es el Que es santo. Santo es una descripción de Dios mismo. < Santo, Santo, Santo es el Señor
de los Ejércitos,» era el himno de los serafines que oyó Isaías (Isaías 6:3). «¿A qué, pues, Me haréis
semejante o Me compararéis?, dice el Santo» (Isaías 40:25). «Yo soy el Señor, vuestro Santo, el
Creador de Israel, vuestro Rey» (Isaías 43:15). En todo el Antiguo Testamento, Dios es el Santo; y
aquí se Le da ese título al Cristo Resucitado. Debemos recordar que santo (háguios) quiere decir
diferente, separado. Dios es santo porque es diferente de los hombres; tiene esa cualidad de ser
que Le pertenece exclusivamente a Él. Decir que Jesucristo es santo es decir que Él participa del
ser de Dios.
(ii) Es el Que es verdadero. En griego hay dos palabras que se traducen por verdadero: aléthés, en
el sentido en que una afirmación verdadera es diferente de una afirmación falsa; y aléthinós, que
quiere decir real en contraposición a lo que es irreal.
Es la segunda de estas dos palabras la que se usa aquí.
En Jesús se encuentra la realidad. Cuando nos encontramos cara a cara con Él, no nos
encontramos ante un bosquejo confuso de la verdad, sino. con la verdad misma.
(iii) Es el Que tiene la llave de David, el Que abre de manera que nadie puede cerrar, y cierra de
manera que nadie puede abrir. Notemos en primer lugar que la llave es el símbolo de la autoridad.
Aquí tenemos la descripción de Jesucristo como el Que tiene la autoridad definitiva que nadie
puede poner en duda.
Tras esto se encuentra una historia del Antiguo Testamento. Ezequías tenía un mayordomo fiel
que se llamaba Eliaquim, que estaba a cargo de toda su casa, y que era el único que podía dar
acceso a la presencia del rey. Isaías oyó decir a Dios acerca de este mayordomo fiel: < Y pondré la
llave de la casa de David sobre su hombro: él abrirá y nadie cerrará, cerrará y nadie abrirá»
(Isaías 22:22). Esto era lo que Juan tenía en mente. Jesús es el único que tiene autoridad para
admitir a la nueva Jerusalén, la nueva Ciudad de David. Como dice el Te Deum: «Tú abriste el
Reino del Cielo a todos los creyentes.» Él es el único camino nuevo y vivo a la presencia de Dios.

FILADELFIA,
LA PUERTA ABIERTA
Apocalipsis 3:7-13 (continuación)

En los versículos 8 y 9 hay un problema de puntuación. En los manuscritos griegos más antiguos no
había ninguna puntuación.
El problema consiste en que las palabras «porque tienes un poco de fuerza, y porque has
guardado Mi Palabra, y no has negado Mi Nombre,» van igualmente bien con lo que las precede o
con lo que las sigue. Pueden expresar, o la razón por la que los cristianos de Filadelfia tienen una
puerta abierta, o la razón por la que se les entregarán los que pertenecen a la sinagoga de
Satanás. Las tomamos con lo que las precede.
. Es la gran promesa del Cristo Resucitado que Él ha puesto delante de los cristianos de Filadelfia
una puerta abierta que nadie
puede cerrar. ¿Qué significa aquí eso de una puerta abierta?
(i) Puede que sea la puerta de la oportunidad misionera. Escribiéndoles a los corintios acerca del
trabajo que tenía por
delante, Pablo les dice: < Porque se me ha abierto una puerta grande para una obra eficaz» (1
Corintios 16:9). Cuando llegó a
Tróade, el Señor le abrió una puerta (2 Corintios 2:12). Les pide a los colosenses que oren para que
se le abra una puerta para la
Palabra (Colosenses 4:3). Cuando volvió a Antioquía de su primer viaje misionepro contó cómo
Dios les había abierta la puerta
de la fe a los gentiles (Hechos 14:27).
El sentido es especialmente apropiado para Filadelfia. Ya hemos visto que era una ciudad
fronteriza, situada en la confluencia
de Lidia, Misia y Frigia, y había sido fundada para que fuera misionera de la lengua y cultura griega
hacia los pueblos
bárbaros de más allá. Estaba en la carretera del correo imperial, que salía de la costa en Tróade,
llegaba a Filadelfia vía
Pérgamo, Tiatira y Sardes, y se unía con la gran carretera que iba hacia Frigia. Los ejércitos del
césar iban por esa carretera; las
caravanas comerciales también; y ahora se les abría a los misioneros cristianos.
Dos cosas surgen de aquí. (a) Hay una puerta de oportunidad misionera delante de cualquier
cristiano sin necesidad de ir a
ultramar a buscarla. En el hogar, en el círculo en que nos movemos, en la parroquia en que
residimos, hay almas que ganar para
Cristo. El usar la puerta de la oportunidad es al mismo tiempo nuestro privilegio y nuestra
responsabilidad. (b) En el camino de
Cristo la recompensa de un trabajo bien hecho es más trabajo para hacer. Filadelfia había dado
pruebas de su fidelidad a Cristo,
y su recompensa fue más oportunidades para demostrarla.
(ii) Se ha sugerido que la puerta que se le abría a Filadelfia no era otra que Jesucristo mismo. «Yo
soy la puerta,» dijo Jesús
(Juan 10: 7, 9).
(iii) Se ha sugerido que la puerta es la de la comunidad mesiánica. Con Jesucristo se inauguró el
nuevo Reino de David; y,
exactamente como en el antiguo reino Eliaquim tenía las llaves para admitir a la presencia del rey,
así Jesús es la puerta de
acceso al Reino de Dios.
(iv) Aparte de todas estas cosas, para cualquier persona la puerta de la oración siempre está
abierta. Esa es una puerta que
nadie nos puede cerrar, y que Jesús abrió cuando nos aseguró que el amor de nuestro Padre Dios
siempre nos espera.
FILADELFIA,
I1EREDEROS DE LA PROMESA
Apocalipsis 3:7-13 (continuación)
En el versículo 9 la promesa del Cristo Resucitado es que algún día los judíos que calumnian a los
cristianos se arrodillarán a
sus pies. Este es un eco de la esperanza de los judíos que se expresa con frecuencia en el Antiguo
Testamento.
Esperaban que en la nueva era todas las naciones ofrecerían un homenaje humilde a los judíos.
Esta promesa aparece una y
otra vez en Isaías. « Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las plantas de
tus pies se encorvarán»
(Isaías 60:14). «Las labores de Egipto, las mercancías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada
estatura, se pasarán a ti y
serán tuyos, irán en pos de ti, pasarán encadenados, y te harán reverencias» (Isaías 45:14). «Reyes
serán tus ayos, y sus reinas,
tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra se postrarán ante ti y lamerán el polvo de tus pies»
(Isaías 49:23). Zacarías tiene una
visión del día en que todos los hombres de todas las naciones y lenguas se dirigirán a Jerusalén, « y
se agarrarán al manto de un
judío, y le dirán: "Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros"» (Zacarías
8:22s).
Los cristianos creían que la nación judía había perdido su lugar en el plan de Dios, y que su
posición había pasado a la
Iglesia. Un judío, en el sentido de Dios de ese término, no era el que pretendiera ser descendiente
directo de Abraham, sino el
que, de cualquier nación que fuera, había hecho la misma decisión de fe que hizo Abraham
(Romanos 9:6-9). La Iglesia era el
Israel de Dios (Gálatas 6:16). Era por tanto cierto que todas las promesas que se le habían hecho a
Israel las había heredado la
Iglesia. Era a ella a la que se humillarían algún día todos los hombres en señal de sumisión. Esta
promesa es el reverso de todo
lo que los judíos habían esperado, que era que las naciones se arrodillarían ante ellos; pero el día
había de venir cuando ellos,
entre todas las naciones, se arrodillarían ante Cristo.
Eso era lo que la iglesia filadelfia habría de ver, al menos en sus principios, si sus miembros eran
fieles. Hasta ese momento
lo habían sido. En una frase: «Has guardado Mi Palabra, y no has negado Mi Nombre,» ambos
verbos están en el aoristo, que
describe una acción determinada en el pasado; lo que implica que había habido un tiempo de
prueba del que la iglesia filadelfia
había salido realmente victoriosa. Puede que tuvieran sólo un poco de fuerza; sus recursos puede
que fueran reducidos; pero, si
son fieles, verán el albor del triunfo de Cristo.
Aunque pocos, pequeños y débiles seáis, sed fuertes en la fuerza de vuestro Capitán, lanzaos a la
conquista de las
regiones todas: ¡todas Suyas serán!
Lo que tiene que mantener fiel a un cristiano es la visión de un mundo para Cristo, porque tal
gloriosa perspectiva depende
de la fidelidad del cristiano individual.
FILADELFIA,
LOS QUE GUARDAN SON GUARDADOS
Apocalipsis 3:7-13 (continuación)
La promesa del Cristo Resucitado es que todos los que guardan serán guardados. < Tú has
guardado Mis mandamientos
-dice-, y por tanto Yo te guardaré.» Esto nos recuerda un dicho español que suele enunciarse así:
«Dice Dios: "Guárdate, y te
guardaré."» No sabemos dónde ni cuándo dijo Dios eso; pero está de acuerdo con Su Palabra. La
lealtad tiene una recompensa
segura. En el versículo 10, en griego, la frase Mi mandamiento de resistir es sumamente
comprimida. Literalmente se traduciría
la palabra de Mi resistencia (Cp. R-V: la palabra de mi paciencia). El sentido real es que la promesa
es para los que han
practicado la misma clase de resistencia que desplegó Jesús en Su vida terrenal.
Cuando somos llamados a desplegar resistencia, la resistencia de Jesucristo nos suple de tres
cosas. Primera, nos provee un
ejemplo. Segunda, nos aporta una inspiración. Debemos caminar mirándole a Él, Que por el gozo
que Le fue propuesto soportó
la Cruz despreciando la vergüenza (Hebreos 12:1 s). Tercera, la resistencia de Jesucristo es la
garantía de Su simpatía hacia
nosotros cuando se nos llama a resistir. «Porque, por cuanto Él mismo padeció el ser tentado,
puede siempre socorrer a los que
son tentados» (Hebreos 2:18).
En el versículo 10 nos encontramos de nuevo con creencias típicamente judías. Como ya hemos
visto a menudo, los judíos
dividían el tiempo en dos edades: la presente, que es totalmente mala, y la por venir, que es
totalmente buena, entre las cuales
hay un tiempo de destrucción cuando caiga el juicio sobre el mundo. A ese tiempo se refiere aquí
Juan. Hasta cuando el tiempo
llegue a su fin, y el mundo, tal como lo conocemos, deje de existir, el que sea fiel a Cristo estará a
salvo bajo Su protección.
FILADELFIA,
PROMESA Y ADVERTENCIA
Apocalipsis 3:7-13 (continuación)
En el versículo 11 se combinan la advertencia y la promesa. El Cristo Resucitado les dice que está
para venir pronto. Se ha
dicho que en el Nuevo Testamento la Segunda Venida de Cristo se presenta con dos propósitos.
(i) Como una advertencia para los descuidados. Jesús mismo habla del siervo malvado, que se
aprovechó de la ausencia de
su amo para comportarse malvadamente, y cuyo amo volvió repentinamente sometiéndole a
juicio (Mateo 24:48-51). Pablo
advierte a los tesalonicenses del terrible castigo que les espera a los desobedientes e incrédulos
cuando Jesucristo sea revelado
desde el Cielo y obtenga una victoria rápida y definitiva sobre Sus enemigos (2 Tesalonicenses
1:79). Pedro advierte a los suyos
que tendrán que dar cuenta de sus acciones al Que viene a juzgar a los vivos y a los muertos (1
Pedro 4:5).
(ii) Se utiliza como un consuelo para los oprimidos. Santiago exhorta a la resistencia paciente a sus
fieles porque la Venida
del Señor se aproxima (Santiago 5:8); pronto llegará el final de sus angustias. El autor de Hebreos
exhorta a la paciencia,
porque muy pronto vendrá el Que ha de venir (Hebreos 10:37).
En el Nuevo Testamento se usaba la idea de la Segunda Venida como una advertencia a los
descuidados y como un consuelo
para los oprimidos. Es absolutamente cierto que, literalmente, Jesucristo no volvió cuando Le
esperaban aquellos a los que se
les advirtió y exhortó; pero nadie sabe cuándo la eternidad invadirá el tiempo y Dios le llamará a
levantarse e ir; y que se debe
advertir a los descuidados para que estén preparados para salir al encuentro de su Dios, y animar a
los oprimidos con la
perspectiva de la gloria que está por venir al alma fiel.
Hay aquí otra advertencia. El Cristo Resucitado manda a los filadelfios que retengan lo que tienen,
para que nadie les prive
de su corona (versículo 11). No se trata de que nadie les robe la corona que les pertenece, sino de
que Dios se la retire y se la dé
a algún otro porque no sean dignos de llevarla. Trench hace una lista de personas de la Biblia que
tuvieron que cederle su lugar
a otros porque habían dado muestras de que no eran aptos para ocuparlo. Esaú perdió su posición
ante Jacob (Génesis 25:34;
27:36); Rubén, inestable como el agua, ante Judá (Génesis 49:4,8); Saúl, ante David (1 Samuel
16:1,13); Sebna, ante Eliaquim
(Isaías 22:15-25); Joab y Abiatar perdieron sus puestos ante Benaía y Sadoc (1 Reyes 2:25,35);
Judas, ante Matías (Hechos
1:25s); y los judíos perdieron su posición ante los cristianos gentiles (Romanos 11:11).
Aquí hay una tragedia. A veces sucede que se le da a alguien una tarea a realizar que él emprende
con la mayor esperanza;
pero se empieza a ver que es demasiado pequeño ante la tarea y se le descalifica, dándosele esta a
otro. Eso también sucede con
la obra del Señor. Dios tiene una tarea para cada persona; pero si esta resulta incapaz de realizarla,
se le dará a otra.
Es benditamente cierto que uno se puede redimir hasta de un fracaso -pero sólo si se rinde
incondicionalmente a la gracia de
Jesucristo.
FILADELFIA,
MUCHAS PROMESAS
Apocalipsis 3:7-13 (conclusión)
En el versículo 12 encontramos las promesas del Cristo Resucitado a los que Le son fieles. Son
muchas, y la mayor parte de
ellas resultarían perfectamente claras y reales para los creyentes de Filadelfia.
(i) El cristiano fiel será un pilar en el Templo de Dios. Un pilar de la Iglesia es un soporte grande y
honorable. Se nos dice
que Pedro, Santiago y Juan eran los pilares de la Iglesia original de Jerusalén (Gálatas 2:9).
Abraham decían los rabinos judíos
que era el pilar del mundo.
(ii) El cristiano fiel no tendrá que salir más. Esto puede que tenga dos sentidos.
(a) Puede que sea una promesa de seguridad. Ya hemos visto que Filadelfia vivió durante años
aterrada ante la perspectiva
de terremotos recurrentes, y que cuando llegaban esos momentos sus ciudadanos salían huyendo
a espacios abiertos para salvar
la vida, y volvían aquejados de inseguridad cuando los terremotos pasaban. Se vivía en una
atmósfera de inseguridad. Se da la
promesa al fiel cristiano de una estabilidad serena en la paz que Jesucristo provee.
(b) Algunos investigadores creen que lo que se promete aquí es la firmeza de un carácter moral. En
esta vida, hasta los
mejores entre nosotros somos malos a veces; pero el que es fiel a Jesucristo llegará un tiempo en
que sea como un pilar puesto
en el Templo de Dios y la bondad será la atmósfera constante de su vida. Si este es el sentido, esta
frase describe la vida de
bondad inalterable que se vive cuando, después de las batallas de la tierra, alcanzamos la
presencia de Dios.
(iii) El Cristo Resucitado escribirá en el cristiano fiel el nombre de Su Dios. Aquí puede haber tres
referencias.
(a) En las ciudades de Asia Menor, y en Filadelfia, cuando moría un sacerdote después de una larga
vida de fidelidad, se le
honraba erigiendo un nuevo pilar en el templo en que hubiera servido e inscribiendo su nombre y
el de su padre en él. Así es
que esto podría referirse al honor permanente que confiere Cristo a Sus fieles servidores.
(b) También es posible que haga referencia a la costumbre de marcar con hierro candente a los
esclavos con las iniciales de
su amo para mostrar a quién pertenecían. De la misma manera Dios pondrá Su marca en Sus fieles
servidores. Cualquiera que
sea la figura aquí, el sentido es que los fieles llevarán la señal inconfundible de pertenecer a Dios.
(c) Es posible que esto se refiera al Antiguo Testamento. Cuando Dios le dijo a Moisés la bendición
que Aarón y los
sacerdotes habían de pronunciar sobre el pueblo le dijo: «Y pondrán Mi Nombre sobre los hijos de
Israel» (Números 6:2226,
R-V hasta 1960). Es otra vez la misma idea; es como si la señal de pertenecer a Dios estuviera
sobre Israel de tal manera que
todos los hombres pudieran saber que era Su pueblo.
(iv) El nombre de la Nueva Jerusalén se escribiría sobre el fiel cristiano. Eso corresponde a la
ciudadanía del fiel cristiano en
la ciudad de Dios. Según Ezequiel, el nombre de la ciudad re-creada de Dios había de ser El Señor
está allí (Ezequiel 48:35).
Los fieles serán ciudadanos de la ciudad en la que habita la presencia de Dios.
(v) Cristo escribirá en Su fiel servidor Su propio nombre nuevo. Los habitantes de Filadelfia
conocían eso de cambiar de
nombre adquiriendo uno nuevo. Cuando el año 17 d.C. un terrible terremoto devastó su ciudad, y
el emperador Tiberio fue
generoso con ellos eximiéndolos de los impuestos y contribuyendo generosamente a la
reconstrucción, en agradecimiento ellos
adoptaron el nombre de Neocaesarea, la Nueva Ciudad del César; y más tarde, cuando Vespasiano
los trató con benevolencia,
cambiaron de nuevo su nombre por el de Flavia, que era el de la familia de Vespasiano. Jesucristo
marcará a Sus fieles
servidores con Su nombre nuevo; acerca de cuál sería ese nombre no tenemos por qué especular,
porque nadie lo sabe
(Apocalipsis 19:12); pero en el tiempo por venir, cuando Cristo haya conquistado todo el Universo,
Sus fieles servidores llevarán
la señal que muestre que Le pertenecen a Él, y participarán de Su victoria.

f. Cristo habla a la congregación de Filadelfia:


Una iglesia débil pero fiel (3:7-13)
"Escribe al ángel de la iglesia de Filadelfia:
Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David,
el que abre y nadie puede cerrar, el que cierra y nadie puede abrir:
"Conozco tus obras. Mira que delante de ti he dejado abierta una
puerta que nadie puede cerrar. Ya sé que tus fuerzas son pocas,
pero has obedecido mi palabra y no has renegado de mi nombre.
'14 Paul Tournier lia tratado este tema brillantemente, en especial en sus libros Culpa y gracia y Los
fuertes y los débiles.
EL HIJO DE HOMBRE MANDA MENSAJES A LAS IGLESIAS ( 2 : 1 - 3 : 2 2 ) 1 3 7
9Voy a hacer que los de la sinagoga de Satanás, que dicen ser
judíos pero que en realidad mienten, vayan y se postren a tus pies,
y reconozcan que yo te he amado. I0Ya que has guardado mi
mandato de ser constante, yo por mi parte te guardaré de la hora
de tentación, que vendrá sobre el mundo entero para poner a
prueba a los que viven en la tierra.
"Vengo pronto. Atérrate a lo que tienes, para que nadie te
quite la corona. I2A1 que salga vencedor lo haré columna del
templo de mi Dios, y ya no saldrá jamás de allí. Sobre él grabaré
el nombre cíe mi Dios y el nombre de la nueva Jerusalén, ciudad
de mi Dios, la que baja del cielo de parte de mi Dios; y también
grabaré sobre él mi nombre nuevo. I 5E1 que tenga oídos, que oiga
lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Filadelfia ("ciudad de amor fraterno") era la ciudad de menor población e
importancia de las siete localidades de Asia Menor. Era también la más joven,
ya que colonizadores de Pérgamo la habían fundado en el siglo 2 a.C. y llevaba
su nombre por causa de Atalo II Filadelfus de Pérgamo (159-138 aC)." 5 Fue
fundada no tanto por su ubicación estratégica comercial o militar sino para que
ejerciera una "misión" específica como ciudad: ser el punto de avanzada para
la cultura helenística en su penetración hacia el interior de la provincia (Lidia,
Misia y Frigia). Por eso se la llamaba "la puerta al oriente" (Morris 1977:89;
Mounce 1977:115) y "guardián de la puerta" (Stott 1952:105). En ese aspecto
podría compararse con La Habana colonial,, bautizada como "llave y puerto de
embocamiento" y "llave del Viejo Mundo para el Nuevo Mundo".1"'
Filadelfia había sufrido mucho por causa de los terremotos. Estrabón la
caracterizó como "una ciudad llena de terremotos". 117 Después de la catástrofe
de 17 d.C., el emperador Tiberio ayudó generosamente a reconstruir la ciudad.
Por agradecimiento cambiaron el nombre de su ciudad a "Neocesarea"
("Ciudad Nueva de César") y después "Flavia", en honor de la familia de
Vespasiano. Pero Estrabón relata que las "réplicas" del terremoto siguieron por
años y la mayoría de la población se trasladó a vivir en cabanas improvisadas
fuera de la ciudad. Temían andar por las calles, por el peligro de que les cayera
manipostería de las casas destruidas. Los que quedaban dentro de la ciudad
pasaban mucho tiempo reforzando paredes y reparando los constantes daños.
Fueron considerados locos por seguir habitando la ciudad (Barclay
1975:148s.).
115 Atalo era llamado filadelfos por su cariño y lealtad hacia su hermano Eumenes. Por eso algunas
monedas de Filadelfia mostraban a los dos hermanos juntos.
116 El escudo de la ciudad de La Habana representa tres castillos de plata y una llave de oro.
117 Estrabón, Geografía 12.579; 13.628; cf. Plinio, HistNat 2.86.200; Tácito, Ánn 2.47 (citados en
Mounce 1977:115a; Caird 1966:51).
135 APOCALIPSIS
A esta congregación Cristo se presenta como "el Santo", "el Verdadero" y
"el que tiene la llave de David" (3:7). Este es el único pasaje en el Apocalipsis
donde Cristo se describe como "el Santo" (ho hagios); en el resto del libro es
un título propio de Dios mismo (4:8; 6:10; cf. Is 40:25; 65:16; Hab 3:3)."8
Pero en los Evangelios se usa también para aludir a Jesús (Mr 1:24; Le 1:35;
4:34; Jn 6:69 gr; Hch 3:14), señalando su separación total para Dios en
obediencia mesiánica.
"El Verdadero" (ho aléthinos) podría entenderse adjunto al primer título
(Cristo es el verdadero Santo); puede señalar la realidad que ha venido en
Cristo, en contraste con las "sombras" del período premesiánico (cf. Jn 1:9;
6:32; 15:1);"9 y puede señalar la total integridad de su persona.120 Hoy lo
llamaríamos "el Auténtico", en quien no hay nada de engaño ni falsedad. En
3:14 y 19:11, este apelativo se une a "fiel" para señalar que Cristo es
totalmente confiable para cumplir sus promesas. El es "el Amén, el testigo fiel
y veraz" (3:14).
En tercer lugar, Cristo es "el que tiene la llave de David, el que abre y nadie
puede cerrar, el que cierra y nadie puede abrir" (3:7; cf. 1:18).121 El sentido de
la frase entera está determinada por la alusión a Isaías 22:22 (cf. 2 R 18:18).
En ese oráculo Dios destituye al infiel mayordomo Sebna (Is 22:I5-I9)122 y
entrega la "llave de la casa de David" a Eliaquín. En esa época el puesto de
amo de llaves era el más poderoso después del rey. La llave simbolizaba sus
plenos poderes sobre todos los asuntos del reino, con derecho de conceder o
negar acceso al rey. Así como Eliaquim ejercía poderes omnímodos en el
gobierno del rey Ezequías, Cristo tiene poder incondicional e irresistible de
abrir y cerrar las puertas de la Nueva Jerusalén (3:12) y del Reino de la vida
(cf. 1:18).123
Nuevamente el diagnóstico del divino radiólogo es profundamente
paradójico, y debe haber producido una explosión de sorpresa tanto a la iglesia
118 Schillebeeckx (1982:432s.) afirma que en el judaismo el Mesías nunca se llama "el Santo", título
reservado exclusivamente para Dios (Is 40:25; Job 6; 10; Hab 3:3; ver Is 1:14; 6:3; 41:14; / En 1.3;
14.1). Bartina (1967:661) afirma que en el judaismo este título equivale a "Yahvé". Según Is 60:14,
la Jerusalén escatológica se llamará "Ciudad de Yahvé, Sión del Santo de Israel" (cf. ¡Ap 3:9!).
Probablemente el adjetivo "verdadero" contradiga a los judíos que tildaban a Jesús de falso
Mesías. Juan contrataca afirmando que Cristo es veraz y ellos son falaces.
120 Barclay (1975:151). Ladd (1978:53s.) señala que el sentido griego de aléthinos suele ser
"realidad", pero la connotación hebrea subraya la idea de "fidelidad" de Dios (Sal 31:5; 146:6; Ex
34:6; Is 65:16).
121 Las llaves de la época eran grandes piezas de madera que se metían dentro de la puerta para
levantar otra hoja que traía adentro. Ver dibujo en Ford (1975:240 Fig.20).
122 Sebna aprovechó su poder para intereses egoístas y se hizo construir un lujoso sepulcro, del que
queda parte de un dintel con inscripción. Su figura podría subyacer a las denuncias que hace Jesús
contra los líderes judíos de su tiempo.
123 Algunos ven en la frase un contraste con la excomunión que cerraba las puertas de la sinagoga
a los judíos que se convertían al evangelio (Mounce, Morris, Farrer).
EL HIJO DE HOMBRE MANDA MENSAJES A LAS IGLESIAS ( 2 : 1 - 3 : 2 2 ) 1 3 9
de Filadelfia (gratamente halagada por los elogios del Señor) como también a
las demás iglesias (confundidas por el alto concepto de una congregación a la
que ellas seguramente despreciaban como débil y de poca importancia). Pero
los cristianos de Filadelfia, con poca fuerza y bajo muy malas relaciones con
el gobierno y la sinagoga, supieron ser fieles sin claudicar. Ese es el "toque de
prueba" que el Señor de la Iglesia aplica en las siete cartas y esa fidelidad es
también lo que él busca en nosotros hoy. Cristo no nos llama, en primer
término, a ser poderosos ni "exitosos", sino a ser fieles (cf. Is 6:8-10).
El versículo 8 presenta un complejo problema gramatical y lógico, pues
después de la usual fórmula "conozco tus obras", el Señor procede a hablar de
otro tema y les dice que ellos tienen una puerta abierta por delante. Por eso
algunos eliminan la frase "conozco tus obras" como una interpolación que
interrumpe la relación lógica entre la llave en 3:7 y la puerta en 3:8. Otros
ponen la segunda frase de 3:8 (desde "mira" hasta "puede cerrar") entre
paréntesis como un tema intercalado entre la frase inicial y su aclaración
después del paréntesis: "Conozco tus obras ... Ya sé que tus fuerzas son pocas,
pero has obedecido mi palabra".
En unas cartas tan cuidadosamente estructuradas como éstas, con toda la
armonía simétrica de un diamante perfecto, es poco probable que 3:8b sea un
paréntesis discontinuo y errático. Su variación de la estructura típica debe
responder a razones muy importantes. Además el "he aquí" (RVR) que inicia
la promesa de la puerta abierta está en paralelo directo con la misma frase en
3:9, dentro de la simetría de todo el pasaje. El primero de los tres "He aquí"
(RVR) difícilmente puede ser parentético.
La aparente irregularidad sintáctica* del pasaje fue redactada adrede y
conlleva gran significado teológico. En cuanto a la débil pero fiel congregación
de Filadelfia la primera cosa que conoce el Señor de ella es que, a pesar de
todas las apariencias, ¡viene cargada de promesa y futuro! El Señor sabe mirar
no sólo lo que somos sino lo que por su gracia podemos llegar a ser. Pero eso
depende de que seamos fieles ahora, por difíciles que sean las circunstancias
del momento.124 De esa manera, antes que cualquier otra consideración, la carta
convierte el último atributo del Señor (3:7c) en la primera promesa que
precisamente define la realidad de los fieles (3:8b). Antes de ver lo que son,
Cristo señala lo que serán y lo que harán.
La promesa de una puerta abierta corresponde hermosamente con la historia
de Filadelfia como "guardián de las puertas" hacia el este y con el perfil de
124 La ausencia de hoti antes de 3:8b y su presencia después (3:8d) no nos parecen razón de rechazar
esta interpretación. Al contrario, quizá la fuerza emotiva de tan grande esperanza produjo una
especie de perturbación sintáctica. Gramaticalmente es una interrupción, como los frecuentes
anacolutos* en Pablo, pero teológicamente es todo lo contrario de un paréntesis o una interpolación.
El efecto de la anomalía gramatical es adelantar la promesa al primer lugar y suprimir totalmente
la amonestación que aparece en otras cartas.
137 APOCALIPSIS
Jesucristo en 3:7. Este hecho y la promesa de la final sujeción de parte de los
judíos (3:9) sugieren que se refiere a una puerta de oportunidad misionera.125
Algunos ven en esta frase un contraste con la "puerta cerrada" de la sinagoga
de Filadelfia, que evidentemente había expulsado a los cristianos. Sin duda los
enemigos judíos negaban enérgicamente que Jesucristo fuera el verdadero
Mesías (cf. 3:7) y que la comunidad cristiana fuera pueblo de Dios, heredero
de las antiguas promesas (cf. 3:12). Así un segundo sentido de las llaves y la
puerta abierta se refiere a la franca entrada al Reino de Dios y la Nueva
Jerusalén. Nadie podrá nunca arrebatarles su derecho de entrada al Reino
mesiánico ni tampoco cerrarles las puertas de misión que el mismo Cristo les
había abierto. En efecto, serán invencibles en el poder del Cordero Vencedor
(cf. 5:5-6), a cuyo nombre han sido fieles.
Todo esto no se basa en ninguna cualidad inherente de Filadelfia. Por el
contrario, ésta es la única iglesia de la que se señala (¡sin el menor tono de
crítica!) que "tus fuerzas son pocas" (3:8). El sustantivo dunamis es el mismo
que aparece en las promesas del Espíritu (Le 24:49; Hch 1:8) y que muchas
veces se traduce como "milagros" (Mt 7:22; Hch 2:22). De esa dunamis había
poco en Filadelfia.126 La traducción española opaca el nexo léxical* entre el
verbo dunatai en 3:8c (el "no poder cerrar" de los enemigos de Cristo) y el
sustantivo dunamis en 3:8d (el "poco poder" de los creyentes filadelfianos).
Pero en unión con Cristo, a quien son incondicionalmente fieles, sus "pocas
fuerzas" se revisten del invencible "todo poder" de Cristo.
Creemos que por eso Cristo antepuso la promesa de la "puerta abierta" a la
mención de sus "pocas fuerzas". Gramatical y lógicamente parecía que estaba
"poniendo la carreta delante de los bueyes". Pero las "pocas fuerzas" de ellos,
que otros podrían despreciar o hasta criticar, debía verse a la luz del "todo
poder" del Resucitado127. Es la misma secuencia teológica del anhelo de Pablo:
"a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifiesta en su
resurrección, y participar en sus sufrimientos" (Fil 3:10). Es la convicción tan
evangélica como paradójica de que "cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2
Co 12:10; cf. 1 Co l:25-29).128
125 Cf 1 Co 16:9; 2 Co 2:12; Col 4:3; Hch 14:27; Is 45:1. Ladd, Caird, García Cordero y Barclay
defienden el sentido misionero de la frase; otros autores (Beasley Murray, Mounce) limitan el
sentido a la entrada al Reino escatológico*.
126 La frase puede traducirse también "tú tienes un poco de poder". De hecho, tener "poco poder"
es siempre tener algo de poder que Dios puede usar. Algunos autores relacionan el adjetivo también
con características de la misma ciudad: poca población, muchos terremotos, nada de fortificaciones,
humilde condición de los cristianos, etc. Para Aune (1997:229) significa que los cristianos tenían
poca influencia en la ciudad.
127 Cf. 2:8 (la carta a Esmirna es un paralelo cercano a la de Filadelfia: Kiddle).
128 Yarbro Collins (1984:172) comenta esta "inversión de papeles": "Los que ahora son impotentes
y amenazados serán poderosos en el nuevo orden, mientras que los que ahora reinan serán
impotentes entonces".
EL HIJO DE HOMBRE MANDA MENSAJES A LAS IGLESIAS ( 2 : 1 - 3 : 2 2 ) 1 4 1
El tiempo aoristo* de los verbos "has obedecido" (etérésas) y "no has
renegado" (ouk érnéso) se refieren probablemente a algún momento específico
de prueba en que los cristianos de Filadelfia resistieron la tentación de
acomodarse al culto imperial (García Cordero, Ladd, Barclay). "Guardar" aquí
es el verbo que se usa normalmente para hablar del cumplimiento de los
mandamientos de Dios o de Cristo (térein 12:17; 14:12; Mt 28:20; Hch 15:5).
La congregación de Filadelfia era pequeña y débil, pero era una comunidad de
la Palabra, una comunidad que oía y obedecía. Porque habían guardado "mí
mandamiento de ser constante", serán guardados también por el Señor en la
hora de prueba que vendrá sobre el mundo entero (3:10).
Negativamente, la manera en que los fíladelfianos obedecían la Palabra era
no traicionar al Nombre de Cristo. Aunque Filadelfia no fue un centro de culto
al emperador hasta un siglo después, Tiberio erigió en ella un templo en honor
de su hijo adoptivo, Germánico. En Filadelfia querían muchísimo a Tiberio por
su abundante ayuda después del terremoto de 17 d.C., y es probable que las
autoridades romanas, azuzadas por los judíos, trataran de alguna manera de
presionar a los cristianos a reconocer a César como kurios (García Cordero).
Los cristianos de Filadelfia se negaron firmemente a traicionar de esa manera
el sagrado nombre de Jristos kurios. Y por haber sido fieles al Nombre, Cristo
promete otorgarles un glorioso y triple nombre (3:12).
El versículo 9 ofrece una segunda promesa a los creyentes de Filadelfia:
"Voy a hacer que los de la sinagoga de Satanás, que dicen ser judíos pero que
en realidad mienten, vayan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he
amado". En cuanto a los judíos, esta carta va más allá de la de Esmirna.12" La
base del argumento es la convicción neotestamentaria de que la Iglesia cristiana
es ahora el nuevo Israel (cf. Ro 9:6-9; Gá 3:7-9; 6:16). Los judíos que
vituperan a la Iglesia y delatan a los creyentes ante las autoridades romanas no
tienen derecho de llamarse judíos.130 Pero si la Iglesia es heredera de las
promesas dadas a Israel, entonces la promesa de que las naciones (ahora Israel
también) vendrán a postrarse ante el pueblo de Dios131 va a cumplirse
precisamente en la Iglesia. Así encontramos otro caso de la inversión total de
papeles: los judíos, que esperaban recibir la postración de los gentiles, tomarán
el papel de los gentiles para postrarse juntamente con ellos ante la Iglesia, a la
que habían calumniado y perseguido. Reconocerán al final que la comunidad
cristiana es el verdadero pueblo de Dios, a quien ha amado (cf. Is 43:4).
I2'; Sobreel problema del antisemitismo en relación con estos pasajes, ver Foulkes (1989:46-48).
R. H. Charles (1920/1985:88) señala que en el Apocalipsis el nombre "judío" es honroso, pero
los de la "sinagoga de Satanás" no tienen derecho a ostentarlo. En el Cuarto Evangelio el mismo
nombre es peyorativo, propio precisamente de los enemigos de Jesús.
131 Is 2:3; 45:14; 49:23; 60:14; Ez 37:28; 36:23; Zac 8:20-22; Ap 15:4; 21:24-26; 1QM 19.6. Se
puede comparar también la visión de José en que sus hermanos vendrían a postrarse ante él (Gn
37:7-10).
139 APOCALIPSIS
Algunos comentaristas han limitado esta profecía a una humillación de los
judíos y la correspondiente vindicación de los cristianos (Mounce) pero otros,
especialmente Caird, han sostenido convincentemente que la enseñanza aquí
incluye la salvación final de Israel (Ladd, Foulkes, García Cordero, Bartina).
Caird señala que tanto las profecías citadas por Juan (Is 49:6; 43:4) como
también el papel de las naciones en la Nueva Jerusalén (Ap 21:21-23) muestran
que Juan entendía esta promesa como una salvación final para los judíos (cf.
Ro 11:23-26). Ladd y otros sugieren que el relato de los dos testigos (11:3-13)
puede referirse también a la conversión de Israel. Salguero y Cerfaux-Cambier
ofrecen una tercera alternativa: el texto promete la conversión de algunos
judíos de Filadelfia en el futuro cercano.132
El versículo 10 da una tercera promesa a esta congregación: "Ya que has
guardado mi mandato de ser constante, yo por mi parte te guardaré de la hora
de tentación que vendrá sobre el mundo entero para poner a prueba a los que
viven en la tierra". Aquí el hilo semántico es el término "guardar": porque los
filadelfíanos han guardado (eterésas; cf. 1:3; Jn 17:6, 11, 12) la "consigna de
perseverancia" de Jesús (García Cordero), él los guardará (térésó) de la prueba
universal que está por venir (erjesthai). Pero también Cristo mismo viene
(erjomai) pronto, de modo que los de Filadelfia deben guardar (kratei, cf. 2:1)
lo que tienen, para que la victoria (corona) no se les escape de la mano. Deben
guardar su fidelidad hasta el fin, incluso hasta entregar su vida.
Nuevamente vemos que la congregación de Filadelfia era una comunidad
de la Palabra (3:8), pero no sólo para estudiarla y creerla sino sobre todo para
cumplirla (eterésas). Como discípulos que "siguen al Cordero por dondequiera
que va" (14:4), los filadelfíanos habían imitado fielmente la constancia y
tenacidad con que Cristo fue hasta la cruz (Heb 11:1; 2 Ts 3:5, hupomoné-, ver
Ap 1:9; Ignacio Rom 10.3). González Ruiz y otros perciben aquí un contraste
con la actitud colaboracionista de la sinagoga, que llegaba hasta delatar a los
cristianos. Los creyentes de Filadelfia han cumplido la "consigna de
resistencia" que Cristo les dejó en su enseñanza y su ejemplo (cf. García
Cordero, González Ruiz y Ford). En palabras de González Ruiz (1987:103),
Jesús exige "una actitud 'resistente' frente a las pretensiones de la autoridades
paganas...".
Como a la iglesia de Esmirna, al reconocerles a los filadelfíanos su
fidelidad, Cristo les anuncia mayores y peores pruebas. Los hostigamientos que
ellos sufren son apenas anticipos de una gran tribulación universal. Si esta
universal "hora de la prueba" (RVR) se refiere a la tribulación inmediatamente
anterior al retorno de Cristo, sería la única referencia a dicho evento en las siete
1,2 Estrictamente
esta promesa se limita a Filadelfia; nada indica que fuera universal. Además, la
descripción (postrarse ante unos cristianos) no cuadraría muy bien para expresar la salvación de
ellos. Aune (1977:238), siguiendo a Lohmeyer, lo entiende como la exaltación escatológica del
pueblo de Dios.
EL HIJO DE HOMBRE MANDA MENSAJES A LAS IGLESIAS ( 2 : 1 - 3 : 2 2 ) 1 4 3
cartas.133 Otros aplican la frase a la persecución universal de los cristianos por
el Imperio Romano que duró hasta la conversión de Constantino. Así lo
entienden García Cordero, Kiddle y Hough. Es poco probable que Juan hubiese
hecho una distinción estricta entre las persecuciones inminentes y los "ayes"
finales de la historia (cf. 1 Jn 2:18); Juan mira las tribulaciones actuales de
Filadelfia contra el trasfondo de la gran tribulación que marcará el final de la
historia humana.
Pero a la inquebrantablemente fiel congregación de Filadelfia, y por ende
a toda congregación fiel, el Señor les promete que así como ellas han guardado
la palabra de perseverancia tenaz en las pruebas que ya les ha tocado soportar,
también en la gran prueba universal que se avecina él mismo se encargará de
guardarlos de los juicios divinos. Esta protección parece relacionarse con la
que se describe después como el sellado de los fieles (7:3-8), la medición del
santuario (11:1 s.) y la acción de Dios de esconder a la mujer ante las
acechanzas del dragón (12:6, 14). Ladd, Beasley Murray y otros distinguen dos
aspectos de la tribulación escatológica*: las embestidas de la bestia contra los
seguidores del Cordero (12:13-17; etc.) y la ira de Dios y del Cordero (6:16-
17; ver también 11:18; 14:10; 16:19; 19:15). Aunque los fieles serán
obviamente el objeto específico de la furia de la bestia, se los exceptuará de los
juicios divinos que se dirigirán más bien contra los infieles (7:3-13- 9-4- 14-9-
11; 16:2).
Muchos dispensacionalistas encuentran en la frase "te guardaré de la hora
de la prueba" (RVR) una referencia al mismo "rapto" que menciona Pablo (1
Ts 4:17; ver también 4:1) (Ryrie 1968:29; Ironside 1919:72; Newell
1941:70ss.). Sin embargo, como es obvio .del paralelo con la frase anterior de
"guardar mi palabra" el sentido del verbo tereó es incompatible con la idea de
"sacar, arrebatar".13'1 Tampoco la preposición ek implica la idea de arrebatar.
En el resto del Nuevo Testamento la frase "guardar de" (térein ek) aparece sólo
en Juan 17, con un significado muy paralelo al de Apocalipsis 3:10: los
discípulos han guardado la palabra (17:5) y Cristo los ha guardado a ellos
(17:12). Por eso pide al Padre que los guarde en su nombre (17:11) y no los
saque del mundo (ares ek ton kosmou) sino que los guarde del mal (17:15,
téréses ek toíipon&rou). El sentido de la frase y de ambos pasajes es entonces
exactamente lo contrario de una separación física del sitio de la prueba (Aune
1997:239; Metzger 1993:42). Significa más bien protección de la fuerza
Ladd, Bartula, Salguero, Barclay y todos los dispensacionalistas lo interpretan en ese sentido
escatológico. Cf. Dicl 16.4s. Aune (1997:239s.) lo entiende como "todas las tribulaciones cristianas
que anteceden el retomo de Cristo" (240), pero insiste en que la promesa se aplica sólo a la iglesia
de Filadelfia. J
114 Entre los sentidos de téreó suelen aparecer: obedecer, observar, custodiar, vigilar, retener,
proteger, pero nunca sacar, arrebatar.
141 APOCALIPSIS
tentadora del mal, para poder seguir fiel al Señor hasta el fin y no perder su
corona.135
Cabe aquí una aclaración de la frase "los que viven en la tierra" (3:10).
Cada vez que aparece esta frase en el Apocalipsis se limita a los no cristianos,
a los que pertenecen al mundo pagano (6:10; 8:13; 11:10; 13:8, 12, 14; 17:2,
8). Algunos pasajes los distinguen explícitamente de los fieles (13:8; 17:8), o
excluye a los cristianos de plagas que vendrán sobre "los habitantes de la
tierra" (8:13; 9:4). Foulkes los llama "los terrícolas" (1989:48) e indica
acertadamente la afinidad con el concepto de "mundo" en el corpus juanino.
Por eso el término "mundanos" permite que el lector se dé cuenta siempre de
que en el Apocalipsis la frase no se refiere a toda la humanindad sino a los que
pertenecen a "este inundo" y no al Reino de Dios.136
Pero si la prueba viene, hay otra venida más importante: "Vengo pronto.
Afórrate a lo que tienes, para que nadie te quite la corona" (3:11). Hay
consenso general en que esta frase alude a la venida final de Jesús en poder y
gloria (cf. 2:25; así Ladd, García Cordero, Bartina, Mounce, Barclay), aunque
Caird la relaciona más bien con la persecución universal (3:10) bajo el Imperio
Romano, en la que Cristo vendrá a socorrer a su Iglesia para protegerla en
medio de esa prueba (1966:53s.). Como acabamos de ver bajo 3:10, es
probable que Juan no hiciera una separación tajante entre lo penúltimo y lo
escatológieo, ni entre las muchas "venidas" de Jesús (que eran "prontas", 2:5,
16; 3:3; cf. 3:20) a tratar con las iglesias que no se arrepintieran. El tiempo
presente del verbo acentúa muy dramáticamente la inminencia de la promesa.
Para los fieles la venida del Señor está siempre próxima.137
En vista de esa pronta venida del Señor, Cristo exhorta a la iglesia a seguir
aferrándose (kratei,imperativo presente) a la misma fidelidad radical por la que
él la elogia (cf. 2:25). No debe descansar sobre sus laureles ni tampoco tomar
la incondicional aprobación del Señor como garantía para una falsa seguridad
que le haría bajar la guardia ante la tentación de acomodarse (García Cordero).
Esta es la única exhortación que hace el Señor a la iglesia de Filadelfia. Por
nada deben aflojar su tenaz resistencia. Si siguen como hasta ahora, va a
tocarles una corona gloriosa (cf. 2:10), pero cualquier descuido futuro podría
privarlos de esa guirnalda de la victoria (1 Co 9:25; 2 Ti 4:8).138
135De modo similar, Ap 18:4 (Is 48:20) no significa salir físicamente de Babilonia sino dejar de
participar en su corrupción.
136 Ladd 1978:56s.; Foulkes 1989:48s.; Minear (1962:28); cf. Is 24:17; Os 4:1; J1 2:1; 1 En 37.5;
54.9.
137 Llama la atención que estos anuncios de la pronta venida aparecen sólo en las siete cartas y en
la conclusión del libro (22:6, 7, 10, 12, 20) y que en los caps. 2-3 suele indicar una condicional
"visita" del Señor relativamente próxima en la historia.
138 La guirnalda de triunfo deportivo asume especial significado porque Filadelfia era famosa por
sus juegos y festivales.
EL HIJO DE HOMBRE MANDA MENSAJES A LAS IGLESIAS ( 2 : 1 - 3 : 2 2 ) 1 4 5 1 7
El símbolo de la corona era muy importante también en el judaismo. En la
Septuaginta, en el pasaje aludido en 3:7 (Is 22:2ls.), el Señor manda dar a
Eliaquim la corona de David. Sobre la frente del sumo sacerdote se ponía una
corona que llevaba la inscripción de "Santo para Yahvé" (Ex 29:6; 39:30; Lv
8:9; cf. Ap 3:7). Según una tradición rabínica, cuando Israel aceptó el pacto
seiscientos mil ángeles se encargaron de coronar a cada israelita con dos
coronas, una al decir "lo haremos" y otra al decir "seremos obedientes". Pero
cuando Yahvé les mandó quitar sus atavíos (Ex 33:5-6), un millón doscientos
mil demonios los despojaron de esas coronas (Shabbath 88a). En los tiempos
mesiánicos, Dios coronará de nuevo a los fieles (Is 35:10) (Ford 1975:415;
Kiddle 1940:50).
Un nuevo indicio del aprecio especial de Cristo por la congregación de
Filadelfia (además de los altos elogios, las promesas intrahistóricas de 3:8-10,
y la ausencia total de censura contra ella) es la riqueza de las promesas
escatológicas* con que termina esta carta (3:12). Las siete cartas muestran un
impresionante desarrollo, un crescendo hacia su climax en la séptima y última.
Y como la más ejemplar de todas las congregaciones, la de Filadelfia recibe el
mayor número de promesas proféticas y la máxima riqueza.
El vencedor será "columna del templo de mi Dios" (3:12). Temáticamente,
esta primera promesa redondea el interés arquitectónico de toda la carta
(puerta, llave, templo, pilares) y responde nuevamente a la polémica de los
judíos (3:9). La figura de la columna se usaba para señalar importancia especial
(G1 2:9; 1 Clem 5:2)."" Aquí no significa que sostenga el edificio ni que tenga
mayor rango que otros elementos. En primer lugar, ante el desprecio de los
judíos el simbolismo garantiza a los vencedores un lugar dentro del "templo"
de la comunión de Dios y de Cristo. Les asegura no sólo su entrada al Reino
sino también un lugar seguro cerca de "mi Dios" (Sal 37:4). Jesús destaca la
intimidad de esta comunión al repetir cuatro veces en 3:12 la frase "mi Dios".
En Cristo, los fieles creyentes entrarán a participar en la misma unidad eterna
del Hijo con el Padre (Jn 17:21; Charles 1920:90s.). En segundo lugar, el
símbolo de la columna significa firmeza y estabilidad (1 Ti 3:15; Jer 1:18). Los
que han sido firmes en esta vida tendrán también su lugar firme en el Reino de
Dios.
La segunda promesa, "y ya no saldrá jamás de allí", presenta una metáfora
mixta, quizá con intención de énfasis: tan absurdo es imaginar que una columna
saldría del templo como pensar que algo podrá separarnos de la comunión con
Dios. La frase bien puede relacionarse con el perenne problema de los
terremotos en Filadelfia que, como hemos visto, obligó a la población a huir
de sus casas y vivir por años en techados rústicos. Pero en el templo del Señor,
1,5 Los rabinos tildaban a R. Johanan ben Sakkai de "la columna del lado derecho", 1 R 7:21 (Ber
28''). En un sentido parecido llamaban a Abraham "el pilar del mundo" (Exod rab 2 69a de 3:3;
Charles 1920:91).
143 APOCALIPSIS
los fieles serán columnas reforzadas a prueba de terremotos. Quizá sea más
decisiva para la comprensión la alusión a Isaías 22, introducido anteriormente
(3:7). Aunque Eliaquim fue puesto "como clavo en lugar firme", reemplazando
a Sebna como amo de llaves, después él mismo iba a caer por su mucho
nepotismo, y "el clavo hincado en lugar seguro" sería quitado (Is 22:25; cf.
56:3-5). Se tuvo que remover ese clavo, pero nunca sucederá lo mismo con las
futuras columnas del templo de nuestro Dios.
La tercera promesa a los vencedores es la inscripción de un triple nombre
sobre los fieles. En primer lugar, el nombre de Dios; en segundo, el nombre de
la nueva Jerusalén; y en tercero, el nuevo nombre de Jesús mismo.'*10 En
conjunto, los fieles pertenecerán plenamente a Dios y a Cristo, gozando
incondicional comunión para siempre y una ciudadanía irrevocable en el Reino
venidero.
Al vencedor Cristo le promete: "sobre él grabaré el nombre de mi Dios"
(3:12). Sobre la frente del sumo sacerdote se ponía una lámina de oro fino con
la inscripción "Santidad a Yahvé" (Ex 28:36). La bendición sacerdotal concluía
con el acto solemne de poner el nombre divino sobre el pueblo (Nm 6:22-27).
En el Apocalipsis, los que son sellados con el nombre del Cordero y de su
Padre (7:3-8; 14:1) le sirven día y noche como sacerdotes en su templo (22:3-
4; cf. 7:15). Según Baba Bathra 75b, "el justo en el tiempo venidero será
llamado por el nombre del Santo, bendito sea él; porque está dicho: "l odo
aquel que es llamado por mi Nombre, y quien he creado para mi gloria, lo he
formado, sí, yo lo he hecho'" (Ford 1975:415).
Esta promesa significa entonces que los vencedores pertenecerán
eternamente a Dios, estarán con toda seguridad en el Reino venidero (en
contraste con los reclamos de los judíos de la sinagoga), gozarán de la más
íntima comunión con el Señor y serán para siempre el pueblo sacerdotal de
Dios en su misma presencia (columnas en el templo).
Cristo promete además que el vencedor será portador de "el nombre de la
nueva Jerusalén, ciudad de mi Dios, la que baja del cielo de parte de mi Dios"
(3:12).HI Llama mucho la atención la inserción de esta promesa en medio de
dos de los más elevados apelativos imaginables: el sagrado nombre del eterno
Dios y el nombre nuevo del Hijo. Para los hebreos el concepto de nombre (heb
SheM) tenía profundo significado: el nombre conllevaba el mismo ser del
nombrado. El Nuevo Testamento habla de "el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo" (Mt 28:20). En el Apocalipsis, el sello es el nombre del
Cordero y del Padre (14:1). Variar esa fórmula ya conocida para insertar el
140 Según Is 65:15, Dios dejará el nombre de los impíos por maldición pero dará "otro nombre" a
los fieles (cf. 56:5: 62:2). Todo indica que el nombre se grabará sobre la persona (14:1; 22:14) y no
sobre la columna. Especulaciones sobre columnas inscritas en la antigüedad, o sobre las estelas
"Jaquín" y "Boaz" en el templo de Salomón ( IR 7:21), no vienen al caso.
141 Sobre la frase "baja del cielo", ver 21:2, 10.
EL HIJO DE HOMBRE MANDA MENSAJES A LAS IGLESIAS ( 2 : 1 - 3 : 2 2 ) 147
nombre de la Nueva Jerusalén señala la profundísima importancia de la
comunidad de fe, tanto durante la historia como en el ésjaton* (Morris
1977:93). La promesa significa que el vencedor estará inscrito como ciudadano
pleno y permanente de la Ciudad de Dios, precisamente lo que los de la
"sinagoga de Satanás" pretendían negarles a los cristianos. No sólo tendrán su
nombre en el libro de registro de la ciudad, sino también llevarán el nombre de
ella sobre su frente.
La tradición rabínica hacía mucho hincapié en este acto de "nombramiento"
escatológico como parte de la esperanza judía. Según R.- Samuel ben Hahmani
(en nombre de R. Johanan c. 220), "tres fueron llamados por el nombre del
Santo, bendito sea él, y son los siguientes: el justo [Is 43:7], el Mesías [Jer
23:6] y Jerusalén [Ez 48:35]" (Ford 1975:415; StrB 3:795s.). Es impresionante
la correlación de este pasaje rabínico con la carta a Filadelfia: el nombre del
Santo (3:7), de los justos (vencedores), del Mesías y de la Nueva Jerusalén
(3:12). Otro pasaje parecido reza: "R Levi (c. 300) ha dicho: Seis cosas son las
que Dios renovará en el futuro, y éstas son: el cielo, la tierra, el corazón, el
espíritu, el nombre de! Mesías (Sal 72:17) y el nombre de Jerusalén (Is 62:2;
Ez 48:35)" (Pcsiq 148a; StrB 3:797).142
Finalmente, el tercer elemento del nombre prometido al vencedor es "mi
nombre nuevo". La posición final y la impresionante concisa brevedad de la
frase (en contraste con la larga y compleja frase sobre la nueva Jerusalén)
destaca su importancia culminante en esta promesa. El "nombre nuevo" podría
entenderse como el kurios (cf. Fil 2:9-11; Ap 19:11-16), pero la frase parece
ir más allá de eso para sugerir que habrá al final una revelación aún más grande
y gloriosa de Jesucristo que todavía no podríamos asimilar (Mounce)."" En el
día final, ese incomparable "nuevo nombre" estará escrito sobre los vencedores
como premio de su fidelidad.
Para los hebreos, como ya hemos dicho, el nombre marcaba el sentido más
profundo del ser que es nombrado, de modo que un cambio denominacional
señala aquí la nueva realidad en la que los vencedores participarán plenamente,
en la más íntima comunión imaginable con Dios y el Cordero. En su libro sobre
la escatología judía (1905), H. Gressmann observa astutamente que "así como
en el principio del presente mundo todas las cosas recibieron sus nombres
definitivos, así también serán nombradas de nuevo en el mundo futuro."
(Citado en R. H. Charles 1920:92). Debemos observar también a Jesús mismo,
142 Según R. Pinechas (c. 360) en nombre de R. Schemucl (c. 260). Abraham conoció el nuevo
nombre de Jerusalén, porque las Escrituras dicen: "En aquel tiempo llamarán a Jerusalén Trono de
Yavé1" (Jer 3:17); StrB 111:795.
141 Schillebeeckx (1982:444s.); Mounce (1977:121). Esta ¡dea aparece en Ascls 9.5 cuando habla
de "el Señor Cristo, quien en el mundo ha de llamarse Jesús, pero no puedes escuchar su nombre
hasta que hayas subido de este cuerpo". Anteriormente llama a Dios "Aquel que no es nombrado"
y habla de "su Escogido, cuyo nombre no es conocido, y ningún cielo puede aprender su nombre"
(8:7s.).
IFI'L APOCALIPSIS
como segundo Adán y como Señor y Creador, en unión con el Padre, quien
transformará el ser de todas las cosas renombrándolas.
"LO IMPLACABLE QUE DEBE SER LA VERDAD"
"El Verdadero": ¡qué título más desafiante y qué ejemplo para nosotros!
Cristo se llama "Fiel y Verdadero" (19:11); él pudo decir con toda propiedad:
"Yo soy la verdad" (Jn 14:6). Según Apocalipsis 3:14, su testimonio es fiel y
verdadero (cf. Jn 8:14); sus palabras son fieles y verdaderas (19:9; 21:5; 22:6);
sus juicios y sus caminos son justos y verdaderos (16:7; 19:2; cf. 15:3; Jn
8:16). " En su persona, en sus palabras y en su acción —en todo lo que él
es— no hay absolutamente nada falso (1 P 2:22). Por eso tampoco debe
haber engaño ni falsedad en nosotros (1 P 2:1; 3:10).
Dios ama "la verdad en lo íntimo" (Sal 51:6; cf. 26:2); el Señor busca y
exige integridad de corazón. Josué, en su discurso de despedida, exhortó al
pueblo: "entregúense al Señor y sírvanle fielmente" (Jos 24:14: BeTaMÍT
WeBeAMeT). A diferentes personajes del Antiguo Testamento se les reconoce
su integridad (Gn 20:6; Jue 9:16, 19; 1 R 9:4; Job 2:3,9; 27:5; 31:6). Un
requisito para ver a Dios es "ser una persona que tiene conducta intachable,
que practica la justicia y de corazón dice la verdad" (Sal 15:2).
Uno de los escritos espiritualmente más penetrantes de Soren Kierkegaard
se llama La pureza de corazón y data de 1846.145 En todo este libro el
profético danés nos expone y nos impone las exigencias radicales del
evangelio. Señala que lo contrario del "corazón puro" no es tanto un
"corazón impuro" sino "el corazón dividido", el dípsujos de Santiago 1:8 y
4:8. 1 La integridad, nos dice Kierkegaard, es pureza de corazón, y pureza
de corazón es "desear una sola cosa" con todo nuestro ser.
Kierkegaard analiza una serie de obstáculos a la pureza de corazón.
Impiden la integridad "la enfermedad 'recompensa'" (cap. 4) y "el desear el
bien por miedo del castigo" (cap. 5).147 Otro obstáculo es "el servicio
egocéntrico del Bien" (cap. 6: "desear que triunfe el Bien, pero que sea por
144 Esta veracidad del Hijo es paralela con la de Dios Padre, quien es verdad en su propio ser (Sal
31:5; Is 65:16), dice la verdad (Sal 41:6) y hace la verdad (Dn 4:37); cf. Ap 15:3; 16:7; 19:2. La
"verdad" que Dios es, implica más que sólo conocer la verdad o decirla; es existencial: significa ser
verdad. Dios es el único ser absoluta e infinitamente auténtico.
l-b La pureza del corazón es querer una sola cosa (1979).
Ruiz Bueno traduce: "los dobles de alma" (1 Clem 11.2) o "los vacilantes" (Herm, Vis 3.4.3;
4.2.6) en contraste con "los enteros en la fe" (Herm, Mand9.6). Herm, Maná 9.9 llama a la dipsujía
"hija del diablo".
147 Estos dos capítulos corresponden al conocido poema: "No me mueve mi Dios para quererte el
cielo que me tienes prometido [cap. 4], ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de
ofenderte [cap. 5J". Si nuestra motivación no es pura, no puede serlo nuestra conducta, ni seremos
nosotros mismos "puros de corazón".
EL HIJO DE HOMBRE MANDA MENSAJES A LAS IGLESIAS ( 2 : 1 - 3 : 2 2 ) 1 4 9
mí, que sea yo el instrumento"). Finalmente está "el compromiso hasta cierto
punto" (cap. 7). Pero, nos recuerda Kierkegaard, "la eternidad no está en
venta". El precio de la veracidad pura es el compromiso total e íntegro (cap.
8).
No cabe duda de que en nuestra época, a inicios del siglo 21, hay una
crisis de veracidad. A nivel político, los ciudadanos en general no esperan
que sus líderes nacionales digan la verdad. ¿Y qué de los medios de
comunicación? A cualquier individuo excéntrico que creyera todo lo que le
dicen los comerciales de televisión habría que mandarlo a examinar su
condición mental. Todos damos por sentado que los comerciales mienten,
que tal campeón deportivo ni usa la pasta dental que promociona, que el
super-estrella de la música popular no fuma ese cigarillo, ni toma esa
cerveza, y que le pagan fortunas por venderlos en la pantalla de las mentiras.
¿Y qué decir de las iglesias? A finales de la década del cincuenta, Hans
Küng publicó Sinceridad y veracidad: en torno al futuro de la iglesia (1959).
Este libro, que habla sobre la honestidad en la Iglesia, fue en sí mismo muy
honesto. Comienza preguntando hasta qué punto la Iglesia es "una zona de
verdad". Afirma que sólo si la Iglesia del futuro resuelve ser fiel al evangelio,
podrá ser a la vez "una zona de verdad" y "una zona de libertad".""
¿Y qué diríamos de las iglesias evangélicas de América del Norte, del
Centro y del Sur? ¿Podemos decir que son zona de verdad y libertad? Esa
pregunta nos llama a un examen de conciencia. Va más allá de los
escandalosos casos de tele- evangelistas fraudulentos; en cierta medida, ellos
son el síntoma de un problema más profundo y generalizado. Se ve por
ejemplo en el poco cuidado de muchos evangélicos en representar
honestamente el pensamiento de aquellos con quienes están en desacuerdo.
Paradójicamente, los mismos que afirman creer que la verdad es absoluta no
la respetan suficientemente como para no distorsionar, tergiversar y
caricaturizar el pensamiento ajeno. Debemos tomar más en serio el
mandamiento bíblico de no dar falso testimonio.
El gran cantautor cubano Silvio Rodríguez, en su canción "Playa Jirón",
nos llama a los cristianos a tomar más en serio lo que significa seguir al
"Verdadero":
148 Olro de varios libros alrededor del mismo tema fue Charles Davis, A Ouestion of Conscience,
(1967).
1 5 0 APOCALIPSIS
Compañeros de historia, tomando en cuenta lo implacable que debe ser la
verdad, quisiera preguntar, me urge tanto: ¿Hasta dónde debemos practicar
las verdades? ¡Hasta donde las sabemos!¡Que escriban pues su historia.. !149
LA IGLESIA: UNA COMUNIDAD
ALREDEDOR DE LA PALABRA
Llama la atención que sólo el mensaje a la iglesia de Filadelfia hace
mención de su relación con la Palabra. De otras congregaciones el Señor
menciona su ardua labor, su servicio, su recta doctrina, su paciencia. De
Filadelfia cita su fidelidad a la Palabra, y nada más: "has obedecido mi
palabra y no has renegado de mi nombre" (3:8).150
José María González Ruiz describe la fidelidad bíblica de Filadelfia en
términos que hacen pensar:
La c o m u n i d a d de Filadelfia es precisamente la que no merece reproches
del profeta, porque no ha c a m b i a d o la palabra de Dios en nombre de Cristo
por los "alimentos terrestres", que de todas partes le ofrecían. No ha
p r e t e n d i d o mixtificar la fe cristiana, mezclándola con otras doctrinas y
prácticas incompatibles con ella...
Una comunidad cristiana debe estar totalmente relajada para recibir la
p a l a b r a de Dios, sin prejuzgarla con ninguna clase de presupuestos
racionales o científicos. Un c r e y e n t e le firma un c h e q u e en blanco y ... no
le pone a Dios la condición de que la fe sea "reaccionaria" o
"revolucionaria". Después, c u a n d o la Palabra ha tomado posesión de ios
creyentes, se ve claramente que impulsa a una lucha liberadora: a la
b ú s q u e d a de una "ciudad nueva" y do un "nombre nuevo".1''1
Tanto el prólogo del Apocalipsis (1:3) como su epílogo (22:2, 18s.) se
refieren a la autoridad central de la Palabra (en este caso el mismo libro del
Apocalipsis) y la bendición de su lectura. Pero no basta sólo leerla,
aprenderla de memoria, interpretar sus predicciones, ni organizaría en una
teología sistemática. La bendición es mucho más que la superficial emoción
de leer un libro interesante o escuchar sermones agradables. Es más bien una
Texto levamente adaptado. Pueden citarse aquí también las palabras de la autora Willa Cathers:
"El crecimiento artístico es ... un proceso de retinar el sentido de veracidad. Los estúpidos creen que
es fácil ser honesto; los grandes artistas saben lo difícil que es" (citado en Christian Century 13 de
mayo de 1992, p. 519).
l3"La congregación de Tiatira tuvo pretendidos dones proféticos pero, por estar claramente
desconectados de enfoques bíblicos, caía en la falsa profecía. Los "dones carismáticos" sin la
Palabra tarde o temprano terminan promoviendo un espíritu falso, por más que apelen al "Espíritu",
131 González Ruiz, (1976A: 2137. Entendemos, por supuesto, que esa nueva creación será don de
gracia divina, pero nuestra fe nos llama a luchar desde ahora por la justicia de ese Reino venidero.
EL HIJO DE HOMBRE MANDA MENSAJES A LAS IGLESIAS ( 2 : 1 - 3 : 2 2 ) 151
vida entera juzgada y fortalecida por la Palabra (Heb 4:12s.), que la obedece
hasta las últimas consecuencias, incluso la muerte. La congregación de
Filadelfia es un ejemplo específico de la bendición prometida a los que
guardan {téreó 1:3; 3:8, 10) la Palabra.
La carta menciona una doble fidelidad de los filadelfianos: a la Palabra
y al Nombre (3:8). Es posible que "Palabra" aquí se refiera específicamente
al evangelio y deba ser entendida como sinónimo del otro término, "mi
Nombre". Hemos de leer la Palabra evangélica y cristocéntricamente. La
Palabra nos lleva a Cristo, y Cristo nos envía al mundo en servicio a su
Reino. Ahí tenemos que demostrar nuestra fidelidad a la Palabra y al Nombre
que es sobre todo nombre.
El recordado orador bíblico Cecilio Arrastía insistió en varias
publicaciones en que la congregación debe ser una "comunidad
hermenéutica". La iglesia de Filadelfia nos dio el ejemplo. En contraste con
la congregación de Tiatira, fue fiel en su interpretación bíblica (cf. Emaíís;
Hch 17:11), sin dejarse confundir por falsas profecías ni vientos de doctrina.
Y en su práctica llevó esa fidelidad hasta las últimas consecuencias.
¡Lo QUE Dios PUEDE HACER
CON UNA IGLESIA DE "POCO PODER"!
Los casos de Esmirna y Filadelfia revelan toda la paradoja de la gracia y
el poder de Dios. La iglesia que Cristo describe como "pobre" es de hecho
"rica" (2:9); pero a Laodicea, que parece ser muy rica, Cristo la declara pobre
y miserable (3:17). Y a Filadelfia, que el mismo Cristo reconoce que tiene
"poca dunami? (3:8), se le extiende la serie de promesas más impresionantes
y se le anuncia la victoria más contundente (3:9) de todas las cartas.1'2
Ninguna otra carta tiene promesas comparables a las que Cristo extiende a
la congregación de Filadelfia.
En contraste con su respuesta a Esmirna, Cristo no responde a Filadelfia
con algo como "tienes poco poder, pero mucho poder espiritual". El "poco
poder" no se califica ni se condiciona. Parece significar que esta
congregación no tenía gran influencia social en su comunidad, ni grandes
recursos económicos, ni miembros distinguidos para impresionar a la
sociedad. Seguramente poseía mucha fe y firmeza como para haber sido fiel
a la Palabra. Pero probablemente no era "fuerte" en clones espirituales o
l52Cuesta determinar si la promesa de la postración de los judíos debe entenderse como escatológica
o intrahistórica. El hecho de que se refiere explícitamente a la sinagoga de Filadelfia, y que aparece
mucho antes de la promesa escatológica dada a los vencedores (3:21) favorece la interpretación
histórica.
149 APOCALIPSIS
milagros, pues Cristo tampoco contrastó su debilidad humana con el poder
espiritual de esta asamblea. Simplemente tenía "poco poder", así como
suena.
Sin embargo, el énfasis del texto no cae sobre el poco poder de ellos sino
sobre su fidelidad y las grandes cosas que Cristo iba a hacer en ellos. Aquí
también la paradoja es dramática: los enemigos tenían mucho poder, pero
cuando Cristo abre, "no pueden (dunatai) cerrar" (3:7s.); los creyentes tienen
poco poder, pero en Cristo sí pueden, y nadie puede resistirse (3:9). Como
pasó también con Pablo, la debilidad de ellos se transformó en motivo de
gozo y su "poco poder" en el "mucho poder" de Dios (2 Co 12:1-10), para
que toda la gloria sea del Señor.
Nuestro mundo actual vive obsesionado por el poder: el poder nuclear,
la fuerza exagerada del último modelo de automóvil, hasta el poder ele bytes
del disco duro de la computadora, el poder físico del cuerpo musculoso, el
poder económico, el poder ideológico de los medios de comunicación, la
capacidad de los poderosos de lograr todo lo que quieren. Nuestro mundo
hoy no deja mucho lugar para el "poco poder". Y lamentablemente, desde
hace siglos, la Iglesia ha caído muchas veces en la misma trampa. Olvidando
que su Salvador se hizo siervo y se anonadó a sí mismo (Fil 2:6s.), a menudo
aspira a ser "iglesia gran señora" en vez de "iglesia sierva".
Podríamos parafrasear aquí un texto que Pablo cita también en I
Corintios 1:31: "No se gloríe la iglesia poderosa en su poder, ni la iglesia
grande en su grandeza, ni la iglesia rica en su riqueza, sino gloríese cada
iglesia en esto, de conocerme a mí y comprender que yo soy el Señor, que
en la tierra establezco el derecho y la justicia, porque en eso me complazco
... ¡Eso síes conocerme! (Jer 9:23s.; 22:16).
EL DIOS DE LAS PUERTAS ABIERTAS
Las circunstancias no parecían nada favorables para la iglesia de
Filadelfia. Es evidente a la luz del pasaje que la sinagoga local los atacaba
y calumniaba, como a los de Esmirna (cf. 2:9s.). Tenían que confrontar
también la fuerza hostil del Imperio Romano. Fuerzas idolátricas los
presionaban a renunciar al Nombre. Todo indicaría que estaban atrapados
en una clara situación de "puertas cerradas".
Pablo escribió desde Efeso: "Se me ha abierto puerta grande y eficaz, y
muchos son los adversarios" (1 Co 1 6:9 RVR). En 1895 Alberto J. Díaz, gran
pionero evangélico de Cuba, escribió un informe parecido a la Junta de
Misiones de la Iglesia Bautista: "Una gran persecución se ha levantado contra
EL HIJO DE HOMBRE MANDA MENSAJES A LAS IGLESIAS ( 2 : 1 - 3 : 2 2 )
153
la obra del Maestro en la Isla y, en consecuencia, los ministros y miembros
1 de las iglesias trabajan muy activamente".

¡Para nuestro Dios el "poco poder" y los "muchos adversarios" no son más
que puertas abiertas para manifestar su gloria!

También podría gustarte