Plagas Que Matan El Matrimonio

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PLAGAS QUE MATAN EL MATRIMONIO

Introducción.

Mirando las flores del jardín de mi casa que no florecían y comenzaron a morir, aunque
todos los días por la mañana me esforzaba en regarlas. Cierto día un jardinero con
muchos años de convivir entre jardines me dijo el motivo por el cual las flores de mi
jardín se estaban muriendo y no florecían no era por falta de agua, si no la existencia de
plagas que son el peligro para todo mi jardín. Tome en cuenta su observación y
experiencia a taque las plagas y para mi asombro una semana después, mi jardín
empezó a florecer de una manera muy hermosa.

Podemos decir que cada matrimonio es un jardín con flores perennes, pero debido a la
presencia de diversas plagas que lo atacan, muchas veces parece que está a punto de
morir. Titulo mi reflexión “¿Qué plagas matan mi matrimonio? Comparto esta reflexión
que será de mucha bendición no solo para los esposos, sino aun para todos aquellos que
en día lo serán.

Reflexionaremos de dos plagas, el individualismo y el orgullo.

El Individualismo

Hablar de la palabra “individualismo es: “Tendencia a pensar y obrar con


independencia de los demás”. En palabras sencillas podemos decir que un esposo-a con
una actitud individualista es aquel: que dice: Lo mío es mío, lo tuyo es tuyo; mi casa, mi
carro, mi dinero. Escuchaba a una pareja de esposos discutir y en lo acalorado del
altercado, la mujer le dijo a su esposo: ¡Te vas de la casa! a lo cual el marido respondió:
¡Si, me voy, Pero me llevo todo porque yo lo compré! En seguida la mujer gritó
frenéticamente: ¡Llévate todo si te da la gana, pero al perro me lo dejas porque fue un
regalo de mi madre! ¿Qué vemos en esta discusión? Un pensamiento individualista
donde cada uno dice “LO MIO ES MIO, LO TUYO ES TUYO”.

HOMBRE INDIVIDUALISTA

El hombre individualista no se preocupa por las necesidades de su esposa ni de sus


hijos, sino sólo por las suyas (él se viste, pero no le importa su familia; él come, pero no
le interesa si su familia lo hizo) Un gran error que comete, es creer que por ser él quien
gana y lleva el dinero a casa, puede hacer lo que le dé la gana, y su esposa no tiene
derecho a opinar, mucho menos a reclamarle. El hombre con este pensamiento también
cree que su esposa no es dueña de nada de lo que hay en casa y no tiene voz ni voto en
el hogar.

MUJER INDIVIDUALISTA

Pero una actitud individualista no es exclusiva de varones, También les corresponde a


las mujeres, especialmente a aquellas que son independientes económicamente o que
tienen un mejor sueldo que el de su esposo. Existen muchas mujeres que humillan y
desprecian a sus esposos porque no dependen económicamente de él.

Recuerdo que siendo un niño uno de mis amiguitos atravesó un momento muy difícil,
ya que su mamá les abandonó a él, a sus hermanos y a su esposo por irse con otro
hombre. Aun esto es una actitud individualista donde a la mujer no le importa el daño
que se le puede hacer a la familia con tal de ella estar bien.

La biblia al respecto del individualismo en el matrimonio dice:

Genesis 2:24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su


mujer, y serán una sola carne.

La expresión “Una sola carne” es exactamente lo opuesto al individualismo. Da la ida


de algo que está pegado, soldado, unido de tal manera que no se puede separar. De allí
que la palabra “Divorcio” significa “amputar”. Cuando un hombre y una mujer se unen
en matrimonio pasan a ser UNA SOLA PERONA, no solo íntima o sexualmente, sino
en todos los aspectos de la relación. En el matrimonio las matemáticas no es 1+1=2;
sino 1×1=1 UNA SOLA CARNE.

¿Cómo saber si estoy teniendo una actitud individualista?

Hagámonos la siguiente pregunta:

 ¿Me estoy preocupando por las necesidades emocionales, materiales y


espirituales de mi esposo/a?
 ¿Me estoy preocupando por las necesidades emocionales, materiales y
espirituales de mis hijos?
 ¿Pienso en las necesidades de mi familia antes de pensar en las mías?
 ¿La opinión de ellos es importante para mí en cuanto a la toma de decisiones?

Si su respuesta a estas preguntas es “NO” entonces, usted tiene una actitud


individualista dentro de su matrimonio.

El peligro de tener una actitud individualista dentro del matrimonio.

Le ha sucedido a usted que va con su familia de vacaciones a la playa, cuando llega


arma una carpa y allí se protege del sol junto con ellos. Pasado unos minutos usted
decide bañarse y camina hacia la playa en dirección a la carpa. Después de un tiempo
usted se percata que ya no está en dirección a la carpa donde se encuentra su familia,
sino que las olas del mar lo han alejado sin que usted se dé cuenta. ¡Este es el peligro de
una actitud individualista en el matrimonio! El individualismo es una actitud que poco a
poco nos aleja de los nuestros. El Señor Jesús dijo, aunque en otro contexto, pero muy
válido para esta ocasión “Una casa dividida entre sí no prosperará”. El individualismo
divide y destruye el hogar.
La esposa le dijo a su esposo: Amor, llevamos veinticinco años casados y nunca me has
comprado nada. A lo que el esposo respondió: No sabía que vendías cosas. Tal vez
parezca gracioso, pero es un caso muy común en los hogares. En el diario vivir se puede
escuchar de esposas contar con gran dolor en su alma que su esposo nunca se preocupa
por ella, que puede estar muriendo, pero ni siquiera en esos momentos hace algo por
ella.

La receta para este gran mal es sencilla: Pensar menos en mí, pensar más en ella;
Preocuparme menos por mí, preocuparme más por él. Cambie el pronombre personal
“YO” por “NOSOTROS”; y el pronombre posesivo “MÍO” (“mi casa”, “mi carro”, “mi
dinero”, “mi negocio”) Por “NUESTRO” (“nuestra casa”, “nuestro carro”, “nuestro
dinero”).

Recuerde querido esposo y esposa. El individualismo es una gran plaga que terminará
por aniquilar su matrimonio. Decídase a exterminarla en el poder de Dios y de su
Palabra.

El orgullo.

La segunda plaga es el orgullo. Para el orgullo el Señor Jesús dice:

Lucas 14:7 Observando cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió a los
convidados una parábola, diciéndoles. 8 Cuando fueres convidado por alguno a
bodas,  no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más distinguido que tú esté
convidado por él, 9 y viniendo el que te convidó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y
entonces comiences con vergüenza a ocupar el último lugar.10 Mas cuando fueres
convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te
diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan
contigo a la mesa.11 Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se
humilla, será enaltecido.

El consejo del Gran Maestro fue que no nos sentemos en los primeros asientos (lugar de
honor) porque puede venir otro más distinguido y luego pasaremos la vergüenza de que
nos pidan el asiento de honor.

Es precisamente esto la plaga de muchos matrimonios. El hombre y la mujer se están


peleando por sentarse en el puesto de honor y por demostrar quién es el mejor.

Como saber si soy esposo/a orgullosa.

Debemos respondernos a estas sencillas pregunta:

 ¿Cuándo me equivoco, lo reconozco?


 ¿Cuándo me equivoco soy yo quien pido perdón?

Si su respuesta es “NO” entonces usted es una persona que tiene que matar la plaga del
orgullo en su vida
 ¿Cuándo estoy enojado no le hablo a mi conyugue?
 ¿Cuándo hemos tenido una discusión me duermo sin reconciliarme?

Si su respuesta es “SI” usted es una persona que está luchando con el orgullo.

Jesús es nuestro gran ejemplo.

Sé que humillarnos y reconocer que estamos equivocados no es algo fácil, porque


nuestro viejo hombre hace gran gala de su orgullo y lo último que quiere hacer es
humillarse. En el ámbito espiritual, Satanás no quiere que nos humillemos porque él
quiere ver nuestro hogar fracasado. Pero es justo aquí donde debemos ver el gran
ejemplo de nuestro Señor Jesucristo quien siendo Dios se humilló hasta morir en una
cruz como un vil criminal, todo esto por amor a su esposa (a su iglesia). Conozco
esposos y esposas quienes por causa de su orgullo nunca han pedido perdón aun cuando
saben que están equivocados. Si este es su caso, Mire a la cruz y el gran ejemplo de
Cristo quien dijo “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”.

CONCLUSIÓN.

Querido esposo/a recuerde que de todas las empresas que usted pueda emprender en
esta vida, una de las más grandes es su matrimonio. Y si usted fracasa en ella, créame,
poco importa sus triunfos en los negocios de la vida. No permita que su matrimonio
muera, tome la decisión de matar cada una de las plagas que quieren aniquilar su hogar.
Pero recuerde, solo no podrá. Necesita del poder del Espíritu Santo en su vida y esto
solo lo podrá lograr cuando ha dejado que Cristo gobierne su vida. Bendiciones.

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