Presentación: Gabriel (A) de Raúl Vallejo: La Doble y Única Mujer
Presentación: Gabriel (A) de Raúl Vallejo: La Doble y Única Mujer
Presentación: Gabriel (A) de Raúl Vallejo: La Doble y Única Mujer
Presentación
Gabriel(A) de Raúl Vallejo: la doble y única mujer
E
ste dossier recoge varias aproximaciones críticas a la novela Grabiel(a)
(2019) del escritor y ensayista ecuatoriano Raúl Vallejo (Manta, 1959),
que en 2018 mereciera el Premio Nacional de Novela Corta “Miguel Do-
noso Pareja” otorgado por la Feria Internacional del Libro de Guayaquil. Según
la valoración de los miembros del jurado, se le otorgó el mismo por “abordar la
otredad desde diversas perspectivas, por la construcción de personajes sólidos y
por narrar el tránsito de un personaje dispuesto a pasar por varios umbrales para
conquistar su propia identidad”.
En la obra narrativa de Raúl Vallejo,1 el tema de lo gay tiene un lugar des-
1 Nació en Manta, Ecuador, 28 de junio de 1959. Vivió en Guayaquil desde el año de edad. Realizó sus estudios
primarios y secundarios en el colegio salesiano Cristóbal Colón, de Guayaquil (1977). Se graduó de Profesor de
Segunda Enseñanza de Castellano y Literatura, y Licenciado en Letras, en la Universidad Católica de Santiago
de Guayaquil (1984). Cursó su Master of Arts en la University of Maryland, de College Park, con una beca
Fulbright-Laspau (1997). Obtuvo su Doctorado en Literatura e Historia, en la Universidad Pablo de Olavide,
de Sevilla, España (2014) con la tesis Héroes, amantes y cantautores de la patria. Románticos del siglo XIX en
nuestra América, que mereció Cum Laude. Integró el Consejo de Redacción de la revista Sicoseo (1976). De
1982 a 1985 estuvo en el taller literario que dirigió Miguel Donoso Pareja. Desde 1982 es parte de la Sección
Literatura de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleo del Guayas. El 30 de noviembre de 2011 se incorporó
como miembro correspondiente de la Academia Ecuatoriana de la Lengua. Ha publicado, entre otros, los li-
bros de cuentos: Cuento a cuento cuento (1976); Daguerrotipo (1978, Primer Premio de Relato “Pablo Palacio”,
1977); Máscaras para un concierto (1986); Solo de palabras (1988); Fiesta de solitarios (1992, Premio “70 Años
de Diario El Universo” y Premio Joaquín Gallegos Lara, al mejor libro del año); Huellas de amor eterno (2000,
Premio Nacional de Literatura “Aurelio Espinosa Pólit”); Pubis equinoccial (2013, Premio Joaquín Gallegos Lara,
al mejor libro del año). En novela ha publicado: Acoso textual (Premio Joaquín Gallegos Lara a la mejor novela
de 1999 y Premio Nacional del Libro en 2000); El alma en los labios (2003); Marilyn en el Caribe (2015, Premio
de Novela Corta “Pontificia Universidad Javeriana”, de Bogotá, Colombia, 2014); y El perpetuo exiliado (2016,
Premio Internacional de Novela “Héctor Rojas Herazo”, Sucre, Colombia, 2015) y Premio de Novela Real
Academia Española 2018); y Gabriel(a) (2019, Premio de Novela Corta “Miguel Donoso Pareja” 2018). Ha
publicado los poemarios: Cánticos para Oriana (2003); Crónica del mestizo, (2007, Primer Premio de la VI Bienal
de Poesía “Ciudad de Cuenca”); Missa solemnis (2008) y Mística del tabernario (2015, Premio Internacional de
Poesía “José Lezama Lima”, 2017, otorgado por la Casa de las Américas, de La Habana, Cuba). En 2001, su
cuento “El virus del Génesis” es escogido para el VI Concurso “Terminemos el cuento”, organizado por la Unión
Latina y la Embajada de España en Ecuador. En 2002, obtuvo el Premio Nacional de Periodismo “Símbolos
de libertad”, en la categoría opinión, por su editorial “El regreso del Padrino”. Con el cuento “Bajo el signo de
Isis”, ganó el Premio “Sexto Continente del Relato Erótico” (2010, Madrid, España); y con el conjunto “Poesía
urgente para un mundo sin poesía”, se hizo acreedor al Premio Internacional de Poesía “José María Valverde”
(Barcelona, España, 2013). En ensayo es autor de Emelec, cuando la luz es muerte (1988); Una utopía para el siglo
XXI (1994); Crónica mestiza del nuevo Pachakutik (1996); Lecturas y escrituras: manías de solitarios (2010); Blo
tacado. Quizás sea uno de los pocos autores ecuatorianos que se ha concentrado de
manera sostenida en presentar una serie de exploraciones en torno a historias que
dan cuentan de lo que implica la condición del sujeto trans y gay. Historias, desde
lo que es una de sus primeras indagaciones con el cuento “Volverán las oscuras go-
londrinas”, presente en el libro Máscaras para un concierto (1986), pasando por los
cuentos que integran el volumen Fiesta de solitarios (1992), hasta legar a Huellas de
amor eterno (2000), en las que el ahondar en el mundo, las realidades, tensiones y si-
tuaciones límites que enfrentan estos personas (personas), siempre significó apostar
por una escritura en la que los lenguajes y demandas de esos cuerpos, en continuos
desafíos contra las diversas formas de violencia instaurados desde el poder visible
como del invisible, pusieron en evidencia aquellas tensiones de las que un referente
clave en la tradición, como en la misma escritura de Vallejo (el lojano Pablo Palacio),
supo exponer como parte de ese “bolo de lodo suburbano” que echó a rodar en 1927
con Un hombre muerto a puntapiés, sabiendo que quien le llegara a encontrar “carne
de su carne”, tendría que ser sometido a más de un interrogante, o a más de un exa-
men de sus prejuicios y concepciones en torno a las identidades sexuales.
Después de algunos años y de haber publicado varios otros títulos, Vallejo retorna
a estos territorios temáticos con las variantes que el tiempo y sus nuevos contextos de-
mandan. Esta vez se concentra en lo que es la vida, su mundo secreto y público de la
reveladora Gabriela; una periodista trans que está dispuesta a todo para tratar de lograr
que quienes hacen parte de una sociedad, que por lo general está constituida por aquellos
que desde el prejuicio o ciertas taras históricas y culturales, buscan mantener prácticas
y rituales en los que todo aquello que sea contrario a la norma o a su supuesta escala de
valores, debe ser atacado y condenado dentro de lo que son las políticas del odio. El exa-
men que Raúl Vallejo plantea en este texto intenso, da cuenta, a diferencia de lo que dice
la tradición respecto a estas historias, de una manera distinta de lo que es la búsqueda de
la dignidad, del reconocimiento en tanto persona de Gabriela una vez que se sabe presa
guerías (2017); Patriotas y amantes. Románticos del siglo XIX de nuestra América (2017). Como antólogo a publicado: Una
gota de inspiración, toneladas de transpiración (1990); Cuento ecuatoriano de finales del siglo XX (1999); Antología esencial
Ecuador siglo XX. El Ensayo (2004); Ecuador de feria (2011); Amor y desamor en la mitad del mundo (2013). Preparó para
la Biblioteca Ayacucho la edición crítica de Un hombre muerto a puntapiés y otros textos de Pablo Palacio (2005); la primera
edición crítica, publicada en España, de La victoria de Junín. Canto a Bolívar, de José Joaquín Olmedo (2012). Fue el
editor de una edición conmemorativa de la Carta de Jamaica, de Simón Bolívar, publicada en Colombia por el Parla-
mento Andino (2015). También es autor de un Manual de escritura académica (2003); y dirigió Kipus: revista andina de
letras (1993–2015). Fundó y dirige Pie de página. Revista literaria de creación y crítica (2018). Cuentos, poemas y artículos
suyos han aparecido en diversas antologías y revistas especializadas de país y del extranjero. Ha servido a su país como
ministro de Educación (1991 - 1992; 2005 - 2007; 2007 - 2010); embajador en Colombia (2011 - 2016) y ministro de
Cultura (2016 - 2017). Ha sido condecorado por el gobierno de Ecuador con la Orden Nacional al Mérito, en el grado
de Gran Cruz (2007), y por el gobierno de Colombia con la Orden de San Carlos, en el grado de Gran Cruz (2016); y
por el gobierno de Brasil con la Ordem de Rio Branco en el grado de Gran Cruz (2018).
Desde septiembre de 2017 es miembro de la Comisión Gestora de la Universidad de las Artes, en Guayaquil, y se desem-
peña como vicerrector de Investigación y Posgrado y director y docente de la Escuela de Literatura.
de un cuerpo (el de Gabriel) con el que tiene serios reparos y distanciamientos. Pues,
Gabriel es un cuerpo que más allá de la convencionalidad de la anatomía y psicología
masculina, y desde la noción del género, se asume como una mujer plena, capaz de mi-
rar, sentir, soñar, con la misma sensibilidad femenina de toda mujer.
Las lecturas críticas de Alicia Ortega Caicedo, Pedro Artieda Santacruz, Rossa-
na Nofal y Michael Handelsman, participan por deconstruir este texto de Vallejo
en el que los hallazgos son parte de las motivaciones y desafíos que para el autor
pudo significar el enfrentar, con las debidas licencias que la ficción otorga, ese otra
dimensión de la vida de una periodista transexual que enfrentando todas las formas
(las sutiles como las evidentes de la violencia del orden heteropatriarcal-capitalista),
busca instaurar otro tipo de prácticas y relaciones sociales (más las amatorias) entre
quienes, desde la noción de la “anormalidad” deben encarar los sabotajes y provoca-
ciones con los que ciertas “buenas conciencias” quieren preservar un régimen sexual
como político en el que el respecto (no la tolerancia, porque esta es parte del discur-
so del poder) se puedan instaurar formas de aceptación lo suficientemente humanas,
e incluso cristianas (tratándose de que somos parte de una cultura en la que, desde
el orden colonial, estas visiones religiosas tienen su peso) la exclusión y la condena
al otro, en tanto diferente, no implique un continuo asedio o el tener que exiliarlos
a los sótanos y clósets como encarnación de toda reprobación y anulación humana.
Gabriel(a), problematiza esto y otros temas relacionados a la condición de lo
trans, insertándose en una rica tradición literaria que en Ecuador y América Latina
tiene sus antecedentes, en lo relacionado con la narrativa sobre la homosexualidad,
en los cuentos de Pablo Palacio, Joaquín Gallegos Lara y Humberto Salvador (sobre
todo en la novela Camarada) en los las décadas del 20 y 30 de siglo pasado.2 Textos
a los que se suman Hombres sin mujer (1937), del cubano Carlos Montenegro; El
lugar sin límites (1966) de José Donoso; El beso de la mujer araña (1976), de Manuel
Puig, y Tengo miedo torero (2001), de Pedro Lemebel.
Gratitud y reconocimiento para los amigos y colegas, los críticos ecuatorianos,
Alicia Ortega Caicedo y Pedro Artieda; la académica y crítica argentina Rossana
Nofal, y el estudioso estadounidense, Michael Handelsman, gran conocedor y estu-
diosos de la literatura y la cultura ecuatoriana. Gracias también al poeta Iván Oñate,
director de Anales por haber aceptado esta propuesta de dossier que es un tributo a
esta novela y a su autor; novela de la que estas miradas y lecturas críticas son parte
de las que otros lectore/a/s en su momento propondrán.
2 Sobre esta temática, véase, Raúl Serrano Sánchez, Cuerpo adentro. Historias desde el clóset. Quito: Ministerio de Cultura y
Patrimonio, 2013.