Historia de Jose
Historia de Jose
Historia de Jose
de María, quien era la madre de Jesús y, por tanto, padre putativo de Jesús. Tanto
su vida y sus ancestros familiares se describen en el Nuevo Testamento de la
Biblia.
Índice
1 José de Nazaret en el Nuevo Testamento
2 Significado del nombre, y oficio de José
3 José de Nazaret en la Patrística
4 José de Nazaret en los escritos apócrifos
5 San José en la Iglesia católica
5.1 José en la Sagrada Familia
6 Josefología
7 Iconografía
8 Véase también
9 Notas
10 Referencias
11 Bibliografía
12 Enlaces externos
José de Nazaret en el Nuevo Testamento
El Evangelio de Mateo 1:18-248 muestra parte del drama que vivió José de Nazaret al
saber que María estaba embarazada. Iba a repudiarla, en secreto porque era justo,
porque no quería que fuera apedreada según lo dispuesto en la Torá (Deuteronomio
22:20-219). La Escuela bíblica y arqueológica francesa de Jerusalén interpreta que
la justicia de José consistió en no querer encubrir con su nombre a un niño cuyo
padre ignoraba, pero también en que, convencido de la virtud de María, se negaba a
entregarla al riguroso procedimiento de la ley de Moisés.10 Según el Evangelio de
Mateo, el ángel del Señor le manifestó en sueños que ella concibió por obra del
Espíritu Santo y que su hijo «salvaría a su pueblo de sus pecados», por lo que José
aceptó a María (Mateo 1:20-2411).
Luego, antes que Herodes I el Grande ordenara matar a los niños menores de dos años
de Belén y de toda la comarca, José tomó al niño Jesús y a su madre y huyó a Egipto
(Mateo 2:13-1812). Al morir Herodes, José entró nuevamente con el niño y su madre
en tierra de Israel pero, al enterarse de que Arquelao, hijo de Herodes el Grande,
reinaba en Judea, tuvo miedo de ir allí y se retiró a la región de Galilea, a
Nazaret (Mateo 2:19-2313).Nota 1 Según el Evangelio de Lucas, Nazaret había sido el
lugar de residencia de María, ya desposada con José, cuando acaeció la Anunciación
(Lucas 1:26-3814).
San José carpintero, de Georges de La Tour. Óleo sobre lienzo pintado en la década
de 1640. Museo del Louvre, París.
José (o Joseph en su transcripción arcaica al español, usada hasta inicios del s.
XIX) es un nombre masculino de origen hebreo que deriva de yôsef (« )יוסףañada»,
del verbo lehosif (« )להוסיףañadir». La explicación del significado de este nombre
se encuentra en el libro del Génesis.
Entonces se acordó Dios de Raquel. Dios la oyó y abrió su seno, y ella concibió y
dio a luz a un hijo. Y dijo: «Ha quitado Dios mi afrenta.» y le llamó José, como
diciendo: «Añádame Yahvéh otro hijo.»
Génesis 30,22-24
.
El hecho de que José de Nazaret sea mencionado como padre putativo de Jesús,Nota 2
habría dado lugar en castellano al acrónimo Pepe, resultante del conjunto de ambas
iniciales.1516 Sin embargo otros piensan que se trata de una versión reducida de
Jusepe (antigua versión del nombre en español).17
El Evangelio de Mateo en griego señala que Jesús de Nazaret era «hijo del artesano»
(Mateo 13:55a) y el Evangelio de Marcos expresa que a Jesús mismo le hacían de ese
oficio: «¿No es éste el artesano?» (Marcos 6:3).
Lo que el Espíritu Santo ha obrado, lo ha obrado para los dos. Justo es el hombre,
justa es la mujer. El Espíritu Santo, apoyándose en la justicia de los dos, dio un
hijo a ambos.
San Agustín, Serm. 51, c. 20.
De acuerdo con Hegesipo, el hermano de José era Cleofás,24 padre de Simeón. El
obispo de Salamina, Epifanio agrega que José y Cleofás serían hermanos, hijos de
Jacob, apellidado Pantera.25
Epifanio escribió en su obra El Panarion (374-375 dC) que José fue padre de
Santiago y de sus tres hermanos (José, Simeón, Judá) y dos hermanas (una Salomé y
una María)26 o (una Salomé y una Ana)27 con Santiago siendo el hermano mayor.
Santiago y sus hermanos no eran hijos de María, sino hijos de José de un matrimonio
anterior. Después de la muerte de la primera esposa de José, muchos años después,
cuando tenía ochenta años, "tomó a María (madre de Jesús)". Según Epifanio, las
Escrituras los llaman "hermanos del Señor" para confundir a sus oponentes.2829
Estatua de San José por los hermanos Duthoit (siglo XIX). Capilla de San José
(1832), Catedral de Notre Dame de Amiens.
El protoevangelio de Santiago relata que José era viudo con hijos y que tiempo
después tomó a María como su esposa.30
Cuando (José) contaba con cuarenta años de edad desposó a una mujer llamada Melcha
o Escha para algunos, Salomé para otros, con quien convivió cuarenta y nueve años y
con quien tuvo seis vástagos, dos hijas y cuatro hijos, el menor de los cuales era
Santiago (el Menor, llamado “el hermano del Señor”). Un año después de la muerte de
su esposa, cuando los sacerdotes anunciaron por toda la Judea que ellos deseaban
encontrar en la tribu de Judá algún hombre respetable para desposar a María, de
entonces doce a catorce años de edad, José, quien ya tenía en dicho momento noventa
años, fue a Jerusalén entre los candidatos, un milagro manifestó la elección de
José realizada por Dios, y dos años después la Anunciación tuvo lugar. 32
Sin embargo, fue Teresa de Ávila quien dio a la devoción a San José el espaldarazo
definitivo en el siglo XVI. Esta mística española relata su experiencia personal
referida a José de Nazaret en el Libro de la Vida:
Y tomé por abogado y señor al glorioso san José, y encomendéme mucho a él. [...] No
me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa
que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este
bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de
alma; que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una
necesidad; a este glorioso santo tengo experiencia que socorre en todas, y que
quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra (que como
tenía nombre de padre siendo ayo, le podía mandar), así en el Cielo hace cuanto le
pide. [...] Paréceme, ha algunos años, que cada año en su día le pido una cosa y
siempre la veo cumplida. Si va algo torcida la petición, él la endereza para más
bien mío. [...] Sólo pido, por amor de Dios, que lo pruebe quien no me creyere, y
verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y
tenerle devoción. En especial personas de oración siempre le habían de ser
aficionadas, que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los Ángeles, en el
tiempo que tanto pasó con el Niño Jesús, que no den gracias a san José por lo bien
que les ayudó en ello. Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este
glorioso santo por maestro, y no errará en el camino.35