Antecedentes Historicos de La Enfermeria 2

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ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA ENFERMERIA

ORIGEN DE LAS PRACTICAS DE CUIDADOS; SU INFLUENCIA EN LA


PRÁCTICA DE LA ENFERMERIA.
Las primeras relaciones que han mantenido el hombre y el dolor. Las primeras
defensas que el hombre ha desarrollado contra las fuerzas que lo acosan, no son
fáciles de delimitar. También hay que buscar su rastro en el propio presente.
Puesto que a pesar de sus esfuerzos por olvidar, a pesar de su deseo de devorar
su pasado para negarlo, A pesar de tantos siglos de actividad científica, nuestras
sociedades jamás han podido eliminar del comportamiento humano lo que
milenios de práctica y de experiencia han enseñado a sociedades sin escritura.
Desde el comienzo de la vida, los cuidados existen ya que es necesario
“ocuparse” de la vida para que esta pueda persistir. Los hombres, como todos los
seres vivos, han tenido siempre necesidad de cuidados, por que cuidar es un acto
de vida que tiene por objetivo, en primer lugar y por encima de todo, permitir que
la vida continúe y se desarrolle y, de ese modo, luchar contra la muerte del
individuo, la muerte del grupo, la muerte de la especie.
La historia de los cuidados se perfila alrededor de dos grandes ejes que originan
dos orientaciones:

 ASEGURAR LA CONTINUIDAD DE LA VIDA:


Esta necesidad de asegurar cada día el mantenimiento de estas funciones vitales
da lugar a un conjunto de actividades indispensables de las que se hacen cargo
hombres y mujeres que según los recursos locales se esfuerzan por tenerlas. Más
concretamente, las tareas se organizan alrededor de una serie de necesidades
fundamentales: sustentarse, protegerse de la intemperie, defender el territorio y
salvaguardar los recursos.
Cuidar y vigilar representa un conjunto de actos de vida que tienen por finalidad y
por función mantener la vida de los seres vivos para permitirles reproducirse y
perpetuar la vida del grupo. Esto será y seguirá siendo el fundamento de los
cuidados

 ENFRENTARSE A LA MUERTE:
Esta orientación nace y se apoya en las constataciones que se hacen a partir de
los hombres y mujeres han descubierto del universo físico en que viven, así y al
mismo tiempo descubrir todo lo desconocido de este universo que es prodigioso y
amenazante a la vez, que da miedo.
A medida que los grupos ratificaron sus practicas de cuidados habituales
consistentes en cosas permitidas y prohibidas, las erigieron en ritos y encargaron
primero al chaman, y luego al sacerdote la carga de garantizar estos ritos. Como
guardián de las tradiciones y de todo lo que lo contribuye a mantener la vida, el
sacerdote es, al mismo tiempo, el encargado de hacer de mediador entre las
fuerzas benéficas y maléficas, es decir esta designado para interpretar y decidir lo
que es bueno y lo que es malo. 1

LOS ORIGENES DE LOS CUIDADOS DE ENFERMERÌA.


1.- CONCEPTO DE AYUDA EN LAS SOCIEDADES PRIMITIVAS
La idea de aplicar un punto de vista histórico a los orígenes de la actividad de
cuidar supone, a nuestro juicio, la necesaria elaboración de lo que podríamos
denominar un esquema de secuencias, que hunde sus raíces en un pasado
anterior al documento escrito, y cuya existencia puede demostrarse analizando las
relaciones del hombre con el medio, para intentar cubrir sus necesidades básicas
y perpetuar la especie.
Comenzamos, a la sombra de las glaciaciones, refiriéndonos a dos grandes ramas
de pueblos cazadores y pueblos labradores, división que, hasta cierto punto, se
corresponde con la de los tipos de civilización del Paleolítico, y Neolítico.
Los hombres del periodo Paleolítico, esencialmente cazadores, que habitan al aire
libre, o en cuevas después de conseguir el dominio del fuego, configuraran una
organización social, unas ideas mágico-religiosas unas practicas alimentarias y de
conservación de la especie, distinta a la de los hombres de los Neolíticos, que
conocen la agricultura, la cerámica y viven sedentariamente, en un lugar fijo. Esta
revolución Neolítica, caracterizada por el paso de la economía depredadora a la
productora, nos describe el contexto prehistórico en que se inscriben las
coordenadas que figuran el origen de las prácticas de lo cuidados, o de la
actividad de cuidar.
Los etnólogos coinciden en presentar al hombre primitivo como aquel cuya vida no
esta totalmente individualizada. El concepto de ayuda, bajo el que se configuran
las practicas de cuidados, esta inmerso, en un principio dentro de la consideración
de grupo, ya que hombre primitivo se cree incapaz de subsistir disociado del
mismo.
El origen de las prácticas de los cuidados debemos, pues, buscarlo en las
actividades de alimentación y de conservación del grupo.
En este sentido, debemos señalar que las diferencias y peculiaridades biológicas,
determinaran la participación y el reparto de las actividades en el seno de las
comunidades prehistóricas; esto nos indica que la actividad de cuidar estará
ligada, en un principio, a las peculiaridades biológicas femeninas relacionadas con
la fecundidad, que se Irán perfilando paulatinamente, hasta concretarse en tareas
asignadas por la comunidad. Así pues, las principales responsabilidades
femeninas serán:
1
COLLIERE, Marie Francoise. Promover la vida. P 5-9
 El mantenimiento del fuego y sus secretos.
 El cuidado de las gestantes, de los partos y de la prole.
 La recolección de vegetales.

Así, podemos afirmar que a la mujer-madre le corresponde, por imperativos


biológicos que la sitúan más cerca de los secretos de la naturaleza, el papel de
cuidadora intuitiva, a través de recetas misteriosas repetidas en el más estricto
secreto para el hombre y que proporcionaron a las primeras cuidadoras un bagaje
de conocimientos sobre esta actividad.
El origen de la práctica cuidadora debemos situarlo en la observación directa de
los animales, ya que estos realizan ciertas acciones significativas para su
bienestar, como lamerse las heridas o ingerir hojas con efectos eméticos y
purgantes. 2
Las enfermeras y enfermeros de hoy están obligados a demostrar que los
cuidados de enfermería son la expresión y el cumplimiento de un servicio
indispensable en determinadas circunstancias de la vida, servicios que no esta
cubierto por otros grupos profesionales. El campo de competencia de los cuidados
de enfermería se ha dejado desbordar, invadir, y mas tarde absorber por el campo
de la práctica medica.
Florence Nightingale demostró, que distribuir medicamentos y curar heridas no
basta para asegurar la supervivencia de los enfermos, sino que hay que poner en
marcha todo aquello que mueve su energía, su potencial de vida. Ninguna mujer
es por si misma una buena enfermera, escribe.
La acción de la enfermera se centra por una parte en todo aquello que mejora las
condiciones que favorece el desarrollo de la salud para prevenir y limitar la
enfermedad y por otra, en todo aquello que revitaliza al ser humano cuando esta
enfermo.
CUIDAR NO ES TRATAR
No es posible, diferenciar el campo de competencias de la enfermería sin aclarar
la diferencia que existe entre cuidar y tratar, y sin darse cuenta de que tratar la
enfermedad no podrá jamás suplir a toda esta movilización de las capacidades de
vida que representan cuidado.
FUNDAMENTOS DE LAS COMPETENCIAS DE LA ENFERMERIA
El campo de competencias de la enfermería se basa fundamentalmente en los
cuidados para el mantenimiento de la vida basados en todo aquello que le permite
una persona seguir viviendo; la salud representa el conjunto de posibilidades que
la vida continúe, se desarrolle, la salud es el conjunto de fuerzas vivas físicas,
afectivas, psíquicas, sociales, que se pueden movilizarse para afrontar,
2
HERNANDEZ Conesa, Juana. Historia de la enfermería: un análisis histórico de los cuidados de enfermería. P
53-61
compensar la enfermedad, dejarla atrás o hacerle frente. La enfermedad se
apodera de todo aquello que se abandona ala enfermedad.
Las competencias de la enfermería están situadas en el punto de unión de todo lo
que moviliza las capacidades de vida en relación con las incidencias de la
enfermedad. La competencia de la enfermería se basa en diferenciar todo aquello
que parece indispensable para mantener y movilizar la ida de alguien, buscando
que medio serán los más adecuados para conseguirlo. 3

IDENTIFICACION DE LA PRÁCTICA DE LOS CUIDADOS EN LA MUJER


CONSAGRADA

 CONDENA DE LOS CULTOS PAGANOS


Todos los cuidados realizados por mujeres en torno al cuerpo y a la alimentación
no pueden separarse por si mismo de un conjunto de símbolos y practicas de
rituales basados en los ritos impuestos por los ciclos naturales que dan lugar en la
aparición de los cultos, las ceremonias y las fiestas y garantizan los vínculos entre
el hombre y el universo.
El cuidado instaurado alrededor de la fecundidad que trata de perpetuar la
fertilidad, alrededor de seres humanos y de las fuentes de comida , contribuyen a
hacer aparecer a la mujer como un vehiculo de creencias y ritos paganos.

 LA MUJER CONDENADA
Las numerosas crisis y desordenes socioeconómicos que marcaron durante cerca
de cuatro siglos el desmoronamiento del imperio grecorromano, y la casi diaria
espera por parte de los cristianos del regreso de cristo y de la llegada del reino de
dios, alentaron esta concentración desarrollada mas tarde por los padres de la
iglesia. El elemento fundamental y predominante de su actitud se traduce en el
desprecio por todo lo carnal, pero el desprecio de la carne implica el desprecio de
la sexualidad y en una sociedad patriarcal estructurada por los hombres, la mujer
es el símbolo y el asiento de la sexualidad así exaltando la virginidad y la castidad
condenan a la mujer, símbolo de impureza y fornicación hasta ser pecado por si
misma, al ser la encarnación misma de Satán.
De esta forma poco a poco desde el siglo V al XIII y bajo la influencia de una
iglesia impregnada por la doctrina agustiniana comienza a afirmarse y mas tarde a
asentarse una nueva concepción de los cuidados, que deniega la interrelación
cuerpo’ espíritu. 4
CORRIENTE VINCULADA A LA TECNICA Y CENTRADA EN LA ENFERMEDAD

3
COLLIERE, Marie Francoise. Promover la vida. P 285-294

4
COLLIERE, Marie Francoise. Promover la vida. P 33-49
Esta concepción y esta idea de la enfermedad influyen en las formas de organizar
el trabajo. El hospital, en un principio centro de hospedaje y acogida de los pobres,
los desfavorecidos, las personas sin hogar se convertirán en un centro de la
investigación de la enfermedad y sus terapias, y más tarde de investigación
fundamental y aplicada. Debido al hiperdesarrollo de tecnologías punteras que
contribuyen una investigación orgánica que tiene cada vez mas empuje estamos
asistiendo a una aplicación de las especialidades que tiene con frecuencia el
efecto de fisuras cada vez mas el cuerpo que vive mas la enfermedad, de dividir
las tareas: por eso las relaciones humanas son cada vez mas impersonales,
lejanas ,sombrías y divididas, y todo esto a pesar del deseo implícito de los
cuidadores de tener en cuenta todo aquello que es importante para el enfermo.

EFECTOS DE LA CORRIENTE TECNICA CENTRADA EN LA ENFERMEDAD


SOBRE LA PRACTICA DE ENFERMERIA
La razón de ser el enfermo, pero en calidad de portador de la enfermedad. El
objeto del trabajo de la enfermería es la enfermedad.
La enfermedad es fundamentalmente lo que se tiene en cuenta como base del
trabajo. Durante la primera mitad del siglo XX, siendo todavía tributaria de los
valores morales y religiosos heredados del pasado, la enfermería poco a poco, se
van distanciando haciéndose mas medica, valorando la técnica sin por ello
dominar, ni siquiera acceder a las marchas que originan la multiplicación de las
tecnologías medicas.

NATURALEZA DEL TRABAJO Y CARACTERISTICAS DEL ASERVICIO QUE SE


OFRECE
La enfermedad es la que dirige la actividad de la enfermera y la ha sentido a las
tareas que hay que realizar. La elección y la planificación de estas tareas esta
determinada por el tipo de enfermedad, exige saber utilizar los instrumentos que
sirve para realizar las exploraciones para el diagnostico medico los enfermos son
conocidos por loa categoría de su enfermedad el tipo de enfermedades es la que
confiere al enfermo su estatus y su rol. Las tareas designadas de las enfermeras
tienen un tiempo mañana tarde y noche.
LOS CONCIMIENTOS EMPLEADOS EN EL SRVICIO QUE SE PFRECE
Son transmitidos por la enseñanza de la medicina, que queda así como fuente
para explicar el proceso salud enfermedad. Los conocimientos centrados en la
enfermedad constituyen las bases de las culturas generales de las enfermeras. Lo
teórico centrada en la enfermedad se completa con la práctica centrada en las
técnicas.

 TECNOLOGIAS
Los instrumentos del oficio de enfermería serán instrumentos prestados por la
medicina. A medida que se desarrolla las especialidades, la enfermera va
conociendo los diferentes instrumentos de exploración y de tratamiento por
aparatos. Los cuidados técnicos aplicados por las enfermeras serán los que
después aumenten la ambigüedad del aspecto específico de los cuidados de
enfermería.

 INVESTIGACION
La influencia de la corriente basada de la enfermedad y originada por la técnica no
puede dar lugar a investigaciones y cuidados de enfermería. Los criterios
proporcionan una base de evaluación que ya no recaen en enfermera, juzgada
como buena o como mala, sin en el objeto mismo de su trabajo, los cuidaos
mismos que proporcionan. 5

IDENTIFICACION DE LOS CUIDADOS EN LA (MUJER) ENFERMERA AUXILIAR


DEL MEDICO.
“Al escribir estas líneas en La Bruja en 1862, Michelet traza sin saberlo las grandes líneas de
la imagen de la (mujer) enfermera a finales del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX, la
del hada buena siempre presente entre los que sufren llevándoles inagotablemente apoyo y
consuelo. <<La carrera de la enfermera (…) que ha nacido a partir de los instintos y de las leyes
que rigen la condición humana, aparece como el eterno tramite que escolta nuestro destino y
sus fatalidades desde el principio de los siglos. Frente al hombre herido por esta o aquella
batalla de la vida, ella mantiene gestos donde se mezclan y se encuentran el sentido
maternal, la caridad y el amor >>. Este hada, <<de rostro iluminado y de grandes ojos azules
(…) adornada con cabellos dorados que asoman por el gorro mas bonito que se pueda
imaginar>>, llevara a cabo una vuelta a las ciencias bien hecha, en efecto, pero por una
puertecilla entreabierta justo lo suficiente como para que acceda al inicio de una medina
<<científica>> para poder servir al medico, ser su auxiliar. <<Los médicos no pueden
prescindir de las enfermeras (…) no es menos cierto que una parte de los cuidados a los
enfermos ha dependido siempre de un auxiliar indispensable para el medico; este auxiliar debe
tener un corazón de mujer”.

DE LAS (MUJERES) CONSAGRADAS A LAS (MUJERES) ENFERMERAS


AUXILIAR DEL MEDICO.
Con la desacralización progresiva del poder político que dio lugar a la
separación de la Iglesia y el Estado, ocurrida en un principio en Inglaterra,
posteriormente en los países anglosajones y por fin en Francia, vemos
aparecer el personaje de la enfermera tal y como se forjo desde finales del
siglo XIX hasta estos últimos años imprimiendo su imagen a la aplicación de
cuidados.
La enfermera se inscribe en el orden social tomando el revelo y continuando
lo que las religiosas al servicio de los pobres, de los enfermos y de los

5
COLLIERE, Marie Francoise. Promover la vida. P. 111-123
desamparados atendían. Basa toda su practica profesional en los valores
morales y religiosos de la (mujer) consagrada. Hasta la llegada de Florencia
Nightingale no se le reconoce el dominio de conocimiento que le pertenece.
Tiene vocación de servir, pero este servicio que hasta este momento estaba a
disposición de los pobres y de los enfermos, cambiara progresivamente de
orientación con el desarrollo de la medicina.
Los descubrimientos realizados a finales del siglo XIX en el campo de la
física y la química, permiten aplicar a la medicina las consecuencias de estos
conocimientos y poner a punto tecnologías cada vez mas complejas para
diagnosticar y posteriormente para tratar las enfermedades. La concepción de
los cuidados se modifica totalmente. Los cuidados, centrados en el enfermo y
su entorno, van a tener en cuenta la enfermedad. El cuerpo de las actividades
medicas se amplia y utiliza técnicas cada vez mas elaboradas hasta el punto
de que el medico necesita delegar poco a poco las tareas rutinarias que
tenían costumbre de realizar (toma de temperatura, examen de orina), así
como los cuidados médicos mas habituales (cataplasma, sinapismos, lavativas,
etc.). Así llega a asegurarse la ayuda de un personal, que se llamara mas tarde
<<paramédicos>>, para prepararle el material que necesita, efectuar los
tratamientos curativos mas corrientes que prescribe pero de los que no se
encarga.
<<Las enfermeras son una verdadera bendición para estos doctores solicitados
por todas partes; tienen a su disposición una mano de obra medica que no se
interesa ni por la practica en si misma ni por las ideas de la medicina, y que
parece no tener en la vida mas que una única vocación, la de servir>>.
He aquí, por otra parte, la confirmación de un medico, mostrando en I’Infirmiere
Francaise lo que se espera de la <<función de la enfermera>>;
<<El acto medico exige cada vez mas colaboración. El medico necesita se
ayudado en todas partes, en la ciudad, en el campo en el hospital, en el
dispensario y en la familia del enfermo. Aquí, se deben buscar los signos
precoces de la enfermedad y allá, beber en la fuente de las informaciones
sobre las condiciones de existencia del individuo, aquí aplicar o vigilar un
tratamiento y allá consolar, animar, en una palabra preparar, ayudar y
perseguir la acción medica y moral del medico. Por otro lado, nadie esta mejor
adaptado que la enfermera para desarrollarlo. Exige mucha delicadeza>>
Puede parecer sorprenderte comprobar que <<el papel de la enfermera>> este
tan determinado, sea tan parecido a si mismo de un lugar a otro, cuando se
consideran la diversidad de condiciones sociales de las mujeres enfermeras
<<cuidadoras de enfermos, congregantes, aficionadas, mercenarias,
profesionales>>, su nivel de instrucción, las formas y lugares de ejercicio, en el
hospital o junto a las familias la diferencia entre Paris y una provincia. De hecho,
a partir de la creación en Paris por el doctor Bourneville de la Primera Escuela
de Enfermeras en el hospital de la Salpetriere, los primeros cursos de formación
para enfermeras o curadoras de enfermos fueron iniciados por personas que
representaban grupos tan diferentes como los del doctor Duchaussoy creando
en 1879 la Escuela Profesional de Asistencia a los enfermos de la calle Amyot
en 1900, y la Casa-Escuela de Enfermas Privadas creada en 1904 por la
señorita Chaptal; en provincias, la Escuela libre y gratuita de Enfermeras
fundada en 1890 por Anna Hamilton, y la Escuela profesional de enfermeras de
enfermeras del hospicio de la Cridad de Lyon en 1899
De la misma manera nos podemos dar cuenta de que, cualesquiera que
hayan sido las razones que han presidido la necesidad de formación
profesional de las mujeres que deseaban aplicar cuidados, estas de ninguna
forma han hecho variar el arquetipo de la enfermeria desde los años 1950-
1960- Bien sea <<el personal de servicio>> analfabeto de los hospitales de Paris,
el llamado a sustituir sobre el terreno y sin preparación a las religiosas
después de las leyes anticongregacionistas, o el deseo de las mujeres de
condición modesta de tener otras salidas profesionales distintas de la de
institutriz, o la necesidad de las mujeres de clase elevada de sentirse útiles, la
enfermeria se ha elaborado poco a poco desde fines de siglo pasado, haciendo
referencia a un modelo doble; el modelo antiguo nacido directamente de la mujer
consagrada.
<<La enfermera Francesa religiosa o laica, los dolores se calman, las lágrimas se
secan por donde pasa. Su velo blanco, como las alas de los ángeles o azul
como el azul del cielo lleva en sus pliegues la esperanza y la bondad. ¡Qué
santa, qué admirable misión de caridad o de solidaridad humana (…)
acometen estas nobles mujeres que no quieren mas amor que el de los
desgraciados, en quienes unos creen ver la imagen de Cristo redentor y los
otros encuentran la satisfacción de su necesidad de tender la mono para
caminar juntos…>>.
Un nuevo modelo comienza a apuntar simultáneamente, el del auxiliar del
medico, primero preparando el material necesario para su actividad, después
procurando bajo su responsabilidad los cuidados prescritos y delegados por él;
y, por tanto, accedió poco a poco a fragmentos de conocimientos médicos que
éste dispensa para realizar estas tareas.
Así, la enfermeria se constituye a partir de esas dos fuentes que actuarán
constantemente interaccionando recíprocamente; se podría incluso hablar de
una doble filiación: la filiación conventual y la filiación médica.

 FILIACIÓN CONVENTUAL
Ser enfermera es se <<servidora de un ideal>>, es pues ante todo servir, como
evidencia el profesor Calmette en el prólogo de I´Infirmiere Francaise. <<La
enfermera ante todo debe aprender a servir, a no caminar jamás delante del
medico sino a seguirle>>.

 SERVIR
Servir es la base de la enfermería. Servir a los enfermos, objeto de la finalidad
de los cuidados, y por consideración hacia ellos, servir a los médicos, servir a
la institución de cuidados y a sus representantes.
Servir a los enfermos es lo que da sentido a la práctica de enfermería y lo que
la orienta, es lo que guiará su actitud:
<<La actitud y la forma de ser de la enfermera frente a los enfermos es un
conjunto de cualidades manifestadas exteriormente, pero que provienen de la
educación de los sentimientos y de una vida interior profunda.
La enfermera no puede ser una persona cualquiera: es la que ayuda a la
curación y cuya aparición ya debe se un sosiego.
Para tener una actitud naturalmente buena y reconfortable, no falsamente
piadosa o afectada, hay que estar convencida de:
1. Que una sala de hospital es el santuario de sufrimientos;
2. Que el enfermo está en su casa y la enfermera en la suya gracias a él;
3. Que se ha venido para servir;
4. Que el enfermo no es un caso interesante de tal o cual enfermedad,
sino un ser humano que sufre y espera mucho de aquellos que le
cuidad>>.

La literatura de enfermería aparecida hasta la Segunda Guerra Mundial ( I


´Infirmiere Francaise, Pages Documentaires, manuales de cuidados…) abunda
en ejemplos que prueban la preocupación constante de servir al enfermo: <<
enana misma unión con el enfermo, único objeto de nuestra vida, de nuestra
existencia, bien se tratara de la directora o bien de la simple enfermera del día
o de noche, todas estábamos animadas por en solo motivo: el bien del
enfermo>>
Velar por el bien del enfermo, confortarle y consolarle es la finalidad, la
intención, pero el médico es el gran poseedor del contenido “profesional” de la
aplicación de cuidados; además, servir al enfermo conlleva a servir al medico. La
enfermera debe sobre todo, conocer al enfermo, su medio, cuidar su mal, prevenir
su extensión. Por el conocimiento apropiado del ser que sufre y de la enfermedad
en si misma, ella debe constituir el instrumento perfecto que tiene como función
principal ser llevado por la mano del medico. Es este quien debe hacer el uso
debido de este dócil instrumento. Por otra parte, esto permite evitar cualquier
conflicto: “y así no se puede producir conflictos que no debe existir jamás: el arte
de la enfermera no es sino ejecutar lo que decide la ciencia del medico”. Como
veremos los médicos podrán decir fácilmente “lo que esperan de las enfermeras”.
Pero servir a los enfermos implica igualmente servir a la institución cuidadora y a
sus representantes administrativos. “la vigilancia esta encargada de un servicio
que debe dirigir siguiendo la autoridad que le ha sido conferida”, “es vuestro deber
mantener las directrices que os han sido impuestas por aquellos que tienen
autoridad sobre vosotras: debéis ser una representación leal de esta autoridad”,
jamás discutir las directrices de la administración hospitalaria.
El servir reviste a la enfermera de una verdadera misión que le ha sido confiada,
misión que no exige solamente la conciencia de un deber por cumplir, sino el don
de toda ella para asegurar el éxito de esta gran causa. El cumplimiento de esta
misión exige la renuncia y el olvido de si misma, para dedicarse a aquellos a los
que cuida, para consolar su desamparo, nada vale si para serviles no se olvida de
si misma. Por otra parte, el uniforme aparece como el signo simbólico de esta
renuncia: el día que os ponéis el uniforme estáis revestidas de un carácter
sagrado, igual que cuando las mujeres consagradas tomaban el hábito.
Como Anne-Martín-Fugier constata respecto alas sirvientes de la época, esta
función casi sagrada requiere todo su tiempo, toda su energía, todo su corazón y
su cuerpo. Esto es lo que exigen los cuidados en enfermeria: ser enfermera
cuidadora, ser la que alivia con sus propias fuerzas el sufrimiento de los otros, que
se marca una meta hacia las que tienden todas sus facultades. Tener la alegría de
poder dar en cada instante y en las más pequeñas posibilidades un poco de si
misma, de su propia vida, de poder darse directamente inclinándose hacia
aquellos que la necesitan. Ser enfermera cuidadora y no ser nunca nada mas que
eso, cuidar, aliviar y no querer mas que servir hasta ser egoísta, no por miedo a l a
responsabilidad, ya que no hay otra mas grande que la de tener la vida de los
demás entre las manos sino que el deseo de darse y de vencer el dolor, esta es
“la misión de la enfermera” que puede llegar hasta inmolarse al deber.
Al igual que las prácticas de las mujeres consagradas, la orientación y la legimidad
de esta misión están polarizadas sobre los seres enfermos y necesitados: <<todas
las misiones a las que puede ser llamada una enfermera tienen su grandeza y
su belleza, ya que todas están basadas en un mismo ideal: aliviar el
sufrimiento ya sea físico o moral>>. El sufrimiento solicita cuidados, es su
canal. Cuidar no consiste en evitar el sufrimiento, sino en estudiarlo, en ser
su cabecera como demuestran numerosos escritos profesionales sobre este
tema, siendo el más conocido el de Ala cabecera del sufrimiento, de la
reverenda madre Catalina de Jesús, que sirvió de Biblia de la enfermería
desde 1036 hasta después de los años sesenta. Constituye una de las más
fundamentales referencias de las prácticas curativas para formar la conducta de
la enfermera. Fuera del conocimiento de la técnica y de la patología, que exigen
conocimientos médicos, todo el contenido de la práctica curativa está
depositado aquí. Es el contenido de una guía de comportamiento que intenta
prescribir unas actitudes que son algo más que el soporte de los cuidados, son
la esencia misma.
Realizar una misión tan exigente necesita una vocación. <<Nuestra profesión
tiene el carácter de ser una vocación (…) La vocación de enfermera es una
llamada que resuena en nosotras secretamente, es una llamada espontánea
que surge del ser íntimo, que se conmueve en contacto con el sufrimiento, es
un impulso irresistible de todo el ser hacia aquellos que necesitan ser
aliviados, amparados, confortados, y consolados. Obedecer a esta atracción
significa declararse sacerdote a todos los efectos>>.
Es absolutamente necesario asegurarse de que las neófitas (a veces se puede
leer incluso << aspirantes>> o <<postulantes>>) tengan vocación para que
puedan <<entrar>> en una escuela de enfermeras; esto es válido tanto para
las enfermeras hospitalarias como para las enfermeras visitadoras, como
recordaba todavía en 1938 la Directora del Servicio de Protección de la Infancia
de Gironda. << No insistiremos en la vertiente moral, no hay nada nuevo: hace
falta que tenga vocación, es decir que la directora de la escuela que la tome a
su cargo descubra en ella las cualidades de corazón, de conciencia y de
devoción que han sido siempre propias de la enfermera>>. Esta larga llamada
a la vocación puede explicarse, sin duda, ene. Contexto económico y social del
medio hospitalario o de los medios de vida desfavorables de las familias
visitadas por las enfermeras visitadoras, pero también contribuye a favorecer
esta llamada el estimulo de tomar bajo su cargo la miseria del mundo.
Esta llamada a la vocación para garantizar el ejercicio de la enfermería tendrá
como efecto a largo plazo, si o la obligación, sí al menos la recomendación del
celibato; el matrimonio, la maternidad y la vida de familia son incompatibles con
las exigencias de una entrega constante, y también con toda una concepción de
los cuidados del cuerpo heredada de las (mujeres) consagradas.
Servir constituye, pues, el vector ideológico de la enfermería. Servir no aparece
tampoco como un servicio ofrecido, como si fuera la prestación dada por un
oficio, pudiendo estar determinada y ofrecida, sino como una manera de ser
basada en un conjunto de cualidades que hay que tener o esforzarse en
adquirir. Ya sea por el enfermo, el médico, la institución de cuidados, el servicio
se basa en unas cualidades que aunque aparentemente son sólo femeninas,
se despliegan de hecho sobre toda una gama, reagrupando lo que se debe
esperar del hombre, de la mujer e incluso del niño. Sin poder realizar aquí un
análisis exhaustivo de los numerosos textos que invocan incansablemente
estas cualidades habitualmente reconocidas a los hombres. Para tener
autoridad, y hacer reinar el orden en las salas o el orden social, la enfermera
<<debe tener un alma de jefe y poseer ese don indefinible que es la autoridad, a
fin de tener poco a poco influencias sobre los enfermos>>. Para poder mantener
el esfuerzo sostenido y permanente que se le exige, hace falta desarrollar sin
cesar energía, voluntad, dominio de sí misma, deseo de vencer; <<querría
fijar en vuestro espíritu y en vuestro corazón, además de esta necesidad de
vencer, de vencerse (…), el trabajo que como forma continua del esfuerzo
constituye una educación excelente de la voluntad>>. En cuanto a las
cualidades femeninas, son recordadas sin cesar, desde la actitud para los
trabajos domésticos y el conocimiento del funcionamiento de un hogar ( que
sólo excepcionalmente tendrá la enfermera): <<todo lo que pueda saber una
mujer sobre lo que sirve en la vida de un hogar será precioso en la vida de la
enfermera>>. Ella debe poseer el conjunto de la panoplia de las cualidades del
corazón y del espíritu que deben tener <<unas mujeres abiertas a las
necesidades de sus semejantes y por tanto eminentemente caritativas. Así
parece que una buena enfermera debe tener un sentido de la observación muy
desarrollado, agudeza psicológica, tacto, educación, un trato agradable, etc. Le
exigiremos un corazón sensible, y (…) sólido, dulzura y entereza, ponderación
sin lentitud. Debe tener iniciativa (…) siendo disciplina, su abnegación casi
ilimitada debe permanecer razonable, etc. >>. Pero todas estas cualidades no
podrían prescindir de las cualidades del niño que se asocian a todas las otras,
como lo recuerda el doctor Sebileau, cirujano del hospital de Paris: << Me
parece que los enfermos son como niños grandes y es necesario que haya a
su alrededor disciplina y gravedad (cualidades del padre), dulzura y debilidad
(cualidades de la madre), alegría y puerilidad (cualidades del niño). Creedme,
es necesario que una enfermera sea firme, resuelta, decidida, como un
capitán; que sea buena, tierna, paciente, previsora, como un padre de familia;
alegre, risueña, cariñosa y exuberantemente como un niño –ya que los niños
sólo quieren jugar con otros niños>>
Para permitir la adquisición y el mantenimiento de estas cualidades, es
indispensable asegurar <<la formación de las conciencias>> por <<una moral
especial>> como le gusta precisar a la señorita Chantal, o al menos colocando
<<cada instante bajo los ojos de las alumnas el cuadro de las cualidades
morales que esperan encontrar en una enfermera. Existe un tipo ideal propuesto
constantemente a las alumnas y ofrecido a su buena voluntad como la meta de
los esfuerzos comunes>>. Además de la directora a la que por derecho le
corresponde la enseñanza de la moral que la mayoría de las veces está
revestida de una forma doctrinal, << las monitoras tampoco formarán aquí de
primera mano el alma de la joven que aspira a ser enfermera, guiar su
corazón tan deseoso de darse, enriquecer su inteligencia conocimientos claros
y seguros, formar su conciencia profunda, hacer sus manos hábiles,
expertas>>. Los médicos completarán también esta enseñanza.
De esta manera, la moral, objeto de numerosos compendios y tratados, propone
todas las líneas de conducta para responder a las necesidades humana,
mientras que la técnica contribuirá a formar un principio de contenido
<<profesional>>.
FILIACIÓN MÉDICA
<<Cuidar a un enfermo es, literalmente, esforzarse en prestar correctamente los
cuidados prescritos por los médicos>>. El médico es el que determina y ordena
la actividad de la enfermera. << La enfermera es la más modesta colaboradora,
pero puede ser la más apreciada por los médicos, cirujanos y los tocólogos de
los hospitales. Es como la línea de unión entre los enfermos a cuya cabecera
vive constantemente y los jefes de servicio que no pasan ni pueden pasar más
que algunos instantes al día>>. <<Las enfermeras son un efecto una verdadera
bendición para estos doctores que están solicitados por todas partes>>, como
afirman Bárbara Ehrenreich y Deirdre English, más aún cuando están
formadas para servir, sin interesarse ni tener idea de los cuidados en sí mismo.
Los médicos son los que darán el contenido profesional a la aplicación de
cuidados enseñando a las enfermeras <<todo lo que esperan de ella>>. Desde
el comienzo de la formación, Anna Hamilton afirma que <<la enseñanza está
confiada exclusivamente a unos hombres, principalmente a unos doctores en
medicina que hacen los cursos teóricos (…) Los médicos de los hospitales
califican el curso práctico. El principal especto, que afecta al enfermo, y no al
jefe, está omitido completamente en esta enseñanza y en este curso>>. La
enseñanza confiada a los médicos estará establecida por ellos. Ellos son los
que saben los que son necesarios para que <<la enfermera continúe su
labor>>. A este respecto, <<debe recibir una triple instrucción: es necesario que
se inicie en las grandes nociones elementales de anatomía, de medicina y de
cirugía. Es necesario que se impregne de conocimientos técnicos consumados,
es necesario por último, que su corazón se forme hacia el amor del enfermo y
que su conciencia se eleve poco a poco a la altura del deber médico>>. Esta
enseñanza permitirá que se opere progresivamente una transmisión de
poderes a la enfermera de los cuidados aplicados hasta este momento por el
médico. En 1929, el doctor Jules Renault tiene en cuenta todo aquello que
puede ser confiado a la enfermera. <<Hoy día, la enfermera sabe, como sus
antepasados, cambiar, limpiar, mimar a un enfermo, pero a todo el mundo le
parece inverosímil el no confiarle con toda tranquilidad la anotación de los pulsos
y de la temperatura, la investigación de la albúmina, la colocación de ventosas,
poner convenientemente las inyecciones subcutáneas tónicas o calmantes, de
cambiar con rigurosa asepsia los apósitos más delicados, de realizar
asépticamente el sondaje vesical, y en cuanto a los niños la antisepsia delicada
de la nariz, de la garganta, de los ojos, los fomentos del pecho, etc.>> Desde
1929 se enseña antes a las enfermeras a tomar muestras de sangre y a poner
inyecciones intravenosas que hacer un análisis de orina.
Formada de esta manera, la enfermera desarrolla una práctica de cuidados
totalmente tributaria de la práctica médica, facilitando considerablemente el
ejercicio de ésta.<< Es conocido que una buena enfermera debe ser para el
médico de ésta. <<Es conocido que una buena enfermera debe ser para el
médico un agente de información y un agente de ejecución, tanto en el
domicilio del enfermo como en el hospital, Agente de información, observando
lo mejor posible y señalando al médico los acontecimientos susceptibles de
ser comunicados sobre la naturaleza y la evolución de la enfermedad; agente
de ejecución, vigilando que las prescripciones terapéuticas sean puntualmente
aplicadas. Ejerciendo esta doble función, facilita el diagnóstico o el pronóstico,
y sobre todo participa en el cumplimiento correcto del tratamiento>>. El
cumplimiento exige <<tener conciencia>>, es decir, a menudo no tener ningún
juicio, ningún discernimiento, ningún espíritu crítico: <<es cumplir las órdenes
dadas por el médico sin realizar ninguna modificación, admitiendo que el
enfermo las desea y que están justificadas, no aceptéis cambiar lo que sea
sin consultarlo o vuestros jefes>>
Sin embargo, reparto del saber médico con la (mujer)- enfermera auxiliar del
médico puede convertirse en una amenaza para los médicos por lo que es
indispensable recordar los límites precios de su competencia; como ya lo
hacía el doctor Sebileau dirigiéndose a las alumnas de enfermería de la
Asistencia Pública de París: <<No aspiréis a sustituir a vuestros futuros jefes
junto a sus enfermos; pero pensad que es necesario que conozcáis lo que
podemos llamar los “grandes elementos” de la profesión médica>>, como no
deja de recordar el profesor Léon Bernard y otros tras él: <<Señoras, se os ha
dado una instrucción, unas nociones técnicas indispensables; evitad tener un
excesivo orgullo. Seguid siendo mujeres y enfermeras; pensad que no hay
tareas viles, y que al contrario, de su simple aceptación obtendréis todo el
prestigio que necesitáis. Respetad al médico, aunque penséis que no se lo
merece. El médico siempre debe ser considerado por la enfermera como su
jefe>>.
Esta doble dependencia de la enfermería , a la vez heredada del modelo
religioso y sometida al modelo médico, marcará profundamente en Francia la
forma de identificar esta práctica que permanecerá durante cerca de un siglo –
desde finales del siglo pasado hasta los años 60-70 de nuestra época –
confusa y equívoca, como ya lo constataba la señora Krebs-Japy en 1923: <<El
carácter de esta profesión nos parece, por una parte, cuando se trata del
enfermo, que está en relación con atributos humildes de sirvientes, mientras que
por otra, a la enfermera se le reconoce ser una colaboradora inteligente y
valiosa del médico>>. Responder a esta doble exigencia trae consigo, por una
parte, desarrollar un contenido profesional de carácter técnico, sacado de las
fuentes del saber médico, y por otra sacar fuerzas de la satisfacción de cumplir
una misión: <<Instruirse en materia profesional, aprovechar toda ocasión de
adquirir conocimientos nuevos, de estar al corriente de los progresos científicos,
de ser capaz de responder a las exigencias de la técnica moderna cada vez
más minuciosa bajo la dirección médica.
<<Hay que perfeccionarse en valores morales, puesto que la ciencia por sí
sola jamás ha formado un alma. No se puede dudar de que la misión de la
enfermera es tanto de orden moral como técnico. Para vivir día a día enfrente
del sufrimiento humano, es necesario tener una fuerza interior que mana desde
el alma>>
De hecho, la prestación ofrecida no está indicada de ninguna manera. Todo
va a fraguar la personalidad de la enfermera para que por su mediación ella
sepa aliar la destreza con una técnica cada vez más centrada en la
enfermedad, asumiendo constantemente lo que dicta su vocación: servir a los
enfermos. A ella le toca saber interpretar este papel de hada de los tiempos
modernos, anunciando por Michelet: saber armonizar la resolución de los
problemas humanos sin tener más recurso que la moral profesional, y servirse
de la técnica médica dentro de los límites de las prescripciones que se les
hacen
VALOR SOCIAL DE LA ENFERMERIA
Intentar discernir el valor social de la enfermería, que nace de la doble filiación
conventual y médica, no es cosa fácil. Cuanto más factible es separar las
características predominantes, tanto más complejo es intentar aclarar en qué
forma han actuado, teniendo en cuenta a la vez las orientaciones y
tendencias que despuntaron en la profesión y la red de influencia de los valores
demográficos, sociales, económicos y políticos que entraron simultáneamente
en interacción.
La pertenencia a un doble modelo, el heredado de la (mujer) consagrada y el
nacido de la medicina moderna se hará notar de forma diferente a medida que
la enfermería se abre a dos campos de ejercicio diferentes que hubieran
podido ser complementarios: el ejercicio en el medio hospitalario de las
enfermeras hospitalarias y el ejercicio fuera del hospital de las enfermeras
visitadoras.
Al examinar estas dos formas de ejercicio en el hospital y fuera del hospital,
se advierte que al principio del movimiento de profesionalización empezado por
la formación (finales del siglo pasado, principios del siglo XX: en la Belle
Epoque ), los dos estuvieron fuertemente marcados por el modelo nacido de
la (mujer) consagrada y por las repercusiones progresivas de los
descubrimientos aplicados a la medicina. Sin embargo, la influencia del modo
de vida conventual más predominante en el hospital lleva a la enfermera
mucho más a servir al médico, mientras que fuera el hospital tiene una
función más a servir al médico, mientras que fuera del hospital tiene una
función más diferenciada basada en un descubrimiento del medio económico y
social: se convierte en la asistente, no en la auxiliar del médico. La forma en
que estos modelos de referencia influirán en la práctica de la enfermería en
sus dos formas de ejercicio profesional, modificará todo el proceso de
profesionalización, reconocido oficialmente a partir de 1922, que después se
bifucará en direcciones diferentes a partir de 1938.

FORMA DE VALORACIÓN SOCIAL DE LA ENFERMERA INFLUIDA POR EL


MODELO RELIGIOSO

 La enfermera como punto de referencia del valor que se atribuye a los


cuidados.
El valor social de a enfermería, es decir, la evaluación de la naturaleza de los
cuidados proporcionados al enfermo, de su calidad en relación con su
justificación, nos son objeto de ninguna estimación por su práctica en si (salvo
en el aspecto de las técnicas médicas y de las técnicas de actitud), sino que
se aprecia por la persona que cumple esta tarea. La enfermera sirve de punto
de referencia de los cuidados que proporciona respecto a las cualidades
morales y religiosas que demuestra. El acto de enfermería obedece a valores
sociales determinados por una ideología oblativa, donde la enfermera sigue
haciendo abstracción de lo que es, decidiendo –después del médico- lo que
será bueno o malo para el enfermo. Debe borrarse completamente para cuidar,
ser neutra, no existir: <<ya no tiene derechos, sólo tiene deberes>>, como
declarar a discreción todos los libros y tratados de moral profesional. Las
enfermeras se encuentran por tanto reducidas a un papel cuidador que les da
forma y las modela. << Su persona está borrada de la realidad>>, como
demuestra el lenguaje a cualquier práctica que no sea de orden técnico que
se traduce siempre por << la enfermera debe>>. Las mujeres que ejercen
como enfermeras se reducen a un tipo, podríamos incluso decir que a un
prototipo: << LA ENFERMERA>>, en el que se tienen que hundir y paralizar
mujeres auténticas, mujeres vivas e individuales.

 Del valor inestimable al valor nulo


El peso de esta ideología hará muy difícil la estimación y el reconocimiento
social de la enfermería, que oscilará constantemente entre un valor sobreestimado
y una devaluación. Al no tener más precio más precio que la vida que hay
que consagrarles, los cuidados son de un valor inestimable, pero por otra
parte este valor sólo cumple se deber. Así pues, habrá una oscilación
permanente entre el valor inefable de una profesión que no quiere y no puede
ser confundida a ningún precio con un oficio: <<nuestra profesión supera el
oficio>>, y la imposibilidad de reconocer lo que justamente da valor a un oficio
al poder identificar la naturaleza del servicio que da y lo que requiere obligado
por el tiempo, la pesadez y la marcha del trabajo.
La continuidad en el cumplimiento de esta función está asegurada por la
movilización constante de motivaciones que halagan particularmente el carácter
femenino de este ejercicio profesional: <<Vuestra profesión es la vocación
femenina más bonita que hay en el mundo>>, y hace brillar las nuevas
posibilidades de porvenir que se ofrecen a este eterno femenino:
<<Que magnificas perspectivas se abren ante vosotras, señoritas, y qué razón
habéis tenido al elegir esta profesión, una de las más bonitas para la mujer,
una de las más formadoras, una de las más realizadoras. Ante las exigencias
sociales actuales, no tenemos derecho de derrochar vuestras fuerzas. Todavía
hoy hay demasiadas vidas inútiles, demasiadas vidas egoístas, demasiadas
vedas echadas a perder. La vuestra se alzará frente a ellas como un ejemplo
moralizador. (Reaparece aquí el carácter misionero).
<<A su inutilidad vosotras opondréis vuestra infatigable actividad y los
numerosos servicios que ofrezcáis.
<<A su egoísmo, vosotras opondréis vuestra abnegación, vuestra generosidad,
que os hace olvidaros de vosotras mismas para ocuparos sólo de los demás. A
su despreciable futilidad, vosotras opondréis la dignidad de vuestra vida, la
docilidad de vuestra conducta, la estima que recaerá en vosotras. Si lleváis a
cabo este ideal, e sólo vosotras podéis hacerlo, no sólo seréis enfermeras
modelo, sino también mujeres de élite>>.
Esta forma de exhortación se apoya constantemente en contraste para medir la
distancia existente entre la grandeza y la nobleza de la misión, su carácter
caritativo exigente, y el cumplimiento de tareas humildes que exige sumisión,
abnegación, y olvido de si, u oponiendo la magnanimidad de algún ideal con la
banalidad de cualquier otra forma de vida.
De hecho, hay una oscilación permanente entre la sobrestimación del valor que se
le reconoce a la enfermeria, que se confunde con la enfermera en si misma, y la
minimización de lo que hace, y por tanto de lo que es. Esto se traduce
constantemente en doble mensaje que la enfermera debe aprender o separar para
permanecer en su papel: Estad instruidas, pero solo sobre tal o cual conocimiento;
sed imaginativas, pero solo en esta o aquella circunstancia; procurad
desenvolveros por vuestros medios, pero solo para encontrar vuestra alma; ser
aptas para tomar responsabilidades, pero solo para atender lo que otros os han
ordenado, ya que sois la prolongación de su acción, bien sea medica o de la
institución sanadora- la definición de la función, conforme al modelo-tipo de la
buena enfermera siempre esta ahí para indicar y garantizar los limites que no se
deben traspasar en el comportamiento, la conducta o las actitudes.
Esta forma de estimación social de la enfermeria tiene implicaciones sociales tanto
respecto al grupo profesional como a los que utilizan los cuidados.

 Consecuencias para el grupo profesional


Esta forma de estimación ha influido y sigue influyendo todavía en la forma de
contratación profesional que se basa en las motivaciones nobles, respecto a las
ideologías predominantes trasmitidas por todo el pasado profesional.
Del mismo modo, es esta forma de estimación la que ha servido durante mucho
tiempo para evaluar a las alumnas-enfermeras para apreciar si iban por el buen
camino, y eliminar a las que no lo hacían. La alumna enfermera, y después la
enfermera, debía y con frecuencia debe todavía responder a un conjunto de
cualidades morales determinadas, de las que se han podido contar hasta 327.
Tras la aparición del movimiento de profesionalización, estas cualidades han sido
temas de artículos, de tratados de moral profesional, han servido de bases dentro
de las escuelas y a las reglas profesionales-inspiradas muy directamente en las
reglas conventuales. Es posible encontrar esta corriente de influencia a través de
numerosos textos profesionales, que persisten durante mucho tiempo- junto con
los textos sobre técnicas curativas- y a cuyo alrededor se elaboran las
publicaciones de enfermeria, que esperan ser sustituidas por textos de patología
(la mayoría de las veces escritos por médicos), que traen consigo un párrafo:
función de la enfermera, donde encontramos la función moral y la función técnica.
Estos valores morales y religiosos heredados de la mujer consagrada, son
también los que durante tanto tiempo han hecho sospechosos a todos los
conocimientos indispensables para cuidar, es decir, a todo el abanico de
conocimientos que pueden permitir comprender los comportamientos humanos,
los fenómenos psicosociales, los hábitos de vida, los diversos miedos y
condiciones de la vida, para captar mejor lo que genera salud enfermedad. Solo
pueden entrar en las escuelas los conocimientos aportados por médicos, y lo
hacen para ayudar a las enfermeras en su tarea. Estos conocimientos serán de
hecho la única fuente de explicación posible del proceso salud-enfermedad. En
cuanto al conocimiento del cuerpo, se aprende por la representación anatómica
del esqueleto y la patología, el cuerpo sexuado esta como borrado: cuerpo al que
se le niega el cuidado excepto como cuerpo enfermo, cuerpo del que reniega la
enfermera que cuida excepto como fuerza trabajadora y compasiva.
La formación y el ejercicio de las enfermeras hospitalarias seguirán estando
durante mucho tiempo profundamente marcados por esta influencia dado el
encierro de la practica profesional en un medio aislado de todo tipo de redes de
influencia socioeconómica, no es que estas redes no actúen a nivel institucional,
sino que la consideración de estos factores no forma parte de las circunstancias
del trabajo del personal cuidador.
La formación y el ejercicio profesional de las enfermeras visitadoras y más tarde
de las asistentes sociales, darán muestra de la progresiva liberación de estos
valores debido a la necesidad de acceder a diferentes fuentes de conocimiento y a
la obligación de estar en contacto con diversos modos de vida. Sin embargo, son
estos los valores que han marcado enormemente las orientaciones predominantes
de la acción sanitaria y social, tal y como se pueden analizar hoy día.

 Consecuencias para los enfermos, las enfermas cuidadas


Al ser tratados con frecuencia como niños, como seres no responsables, los
enfermos conocen la repercusión de esta forma de estimación social, en el sentido
de que siguen siendo a la vez objeto de amor, teniendo que compensar todas las
renuncias de aquellas que siguen dando su vida para que aquellas que siguen
dando su vida para que aquellos se curen (enfermeras hospitalarias), o para aliviar
su miseria moral, social y económica (enfermeras visitadoras); y, al mismo tiempo,
son, en consecuencia, muy dependientes, están muy pocos motivados para
hacerse cargo de si mismos.
Tienen que prestarse a todas las suertes, bien de hiperproteccion, o bien de
desamparo y abandono; así, el entendimiento de los cuidados que se prodigan
esta regulado por actitudes oblativas, no por la base de una evaluación del grado
de dependencia funcional y afectiva de los enfermeros que piden una
compensación determinada.
Del mismo modo, el hecho de estar impregnados en valores morales, llevara con
frecuencia al profesional de enfermeria y también a los asistentes sociales a hacer
la distinción entre “el buen o el mal enfermo”, “la buena o mala familia”, según el
enfermo este dispuesto a hacer y dedicado a lo que le diga la enfermera, según se
muestre respetuoso con los valores morales y religiosos y se someta a lo bueno o
malo que se haya pensado respecto a él.
Como se ha visto, la moral obliga a la enfermera a seguir la obra de las mujeres
consagradas dedicándose a los mas enfermos, a los mas necesitados, “la
enfermera perfecta jamás habrá hecho lo suficiente por el ser enfermo”. Esta
constante preocupación de aliviar el sufrimiento, no intentar evitarlo atacando a las
causas sociales y económicas, seguirá prestando servicios hospitalarios y
servicios sociales, servicios de beneficencia y de asistencia, esperando que el
hipertecnicismo cambie la imagen que marca los primeros, y que las corrientes
políticas pongan en duda a los segundos. Esta fijación por el sufrimiento ayuda a
no valorar nada más que los cuidados curativos y a no interesarse más que
por el tratamiento de la enfermedad que produce el sufrimiento. Al permitir la
expresión del ser y parecer, valorando la imagen del cuerpo y el desarrollo de
la persona, los cuidados no llegan a encontrar su sitio en esta concepción, ni a
demostrar su razón de ser. Todo esto retrasará otro tanto la creación de
servicios de cuidados a domicilio polivalentes dirigidos a todas las categorías
sociales teniendo en cuenta sus ingresos como ocurre en los países nórdicos.
Estos mismos valores morales y religiosos han contribuido a forjar una imagen
social de la enfermera junto al público, basada en la abnegación y la
disponibilidad transmitida por una literatura que remite a la profesión al modelo
que ha difundido. <<El papel maternal, la vocación y cualidades que se
requieren tienen mucha importancia>>. Con el desarrollo de la seguridad social
las esperas tácitas de abnegación y la posibilidad transmitida por una literatura
que remite a la profesión al modelo que ha difundido. <<El papel maternal, la
vocación y las cualidades que se requieren tienen mucha importancia>>. Con el
desarrollo de la seguridad social las espera tácitas de abnegación y de
disponibilidad que tenían los enfermos y las familias se irán convirtiendo
progresivamente en exigencias, en derechos sin que por ello haya un estudio
de las compensaciones necesarias, y aún menos de los límites de una función
social tal, tanto para las cuidadoras como para los cuidados.
Como se puede comprobar, estamos ante todo un sistema de
condicionamientos en cascada que no puede ser modificado más que por
cambios de actitud de los que cuidan y de los que son cuidados, unidos a una
compresión de la naturaleza de los fenómenos que se presentan. Al analizar el
hecho social de la enfermería, podemos ver que esta forma de estimar la
práctica profesional ligada a valores morales y religiosos, ha influido en un
principio, tanto en la actividad de las enfermeras hospitalarias como en la de
las enfermeras visitadoras. Los textos dan fe de ello. Sin embargo, la
evolución de estas dos formas de ejercicio, su bifurcación y después su
separación, van a hacer que eta influencia repercuta de forma diferente.
Al mostrar cómo los valores y religiosos heredados del pasado han influido en
la forma de entender la enfermería, no se trata de ninguna manera de negar
la necesidad de un cuestionamiento ético de la práctica profesional, sino de
mostrar que este cuestionamiento está centrado mucho más y casi
exclusivamente en lo que la enfermera es, más que en lo que hace, en el
alcance social del acto que ella realiza al cuidar, siguiendo esta o aquella
orientación y de esta o aquella forma. Preguntarse por el alcance social de la
función que realiza exige por añadidura otras formas de cuestionamiento
distintas de las transmitidas por ideologías de cualquier naturaleza. Esto exige,
entre otras cosas, poder referir su forma de estimación a un gran campo de
conocimientos diferentes, como los que salen del crisol de la vida en sus
múltiples manifestaciones. Es aceptar que sus conocimientos puedan entrar
en colisión con los valores morales tradicionales obligándoles a volverse a
preguntar por su propia existencia, con respecto a la de los demás, por lo que
se dice que quieren hacer, según se quiera hacer <<para ellos>> o <<con
ellos>>.

FORMA DE VALORACION SOCIAL DE LA ENFERMERÍA INFLUIDAD POR LA


COOPERACIÓN MÉDICA

 Devaluación de la enfermería, plusvalía del médico


La práctica de cuidados de la ( mujer) enfermera-auxiliar del médico va a
conocer alternativamente una devaluación u una valoración y una valoración, y
una aquí, habrá una oscilación entre dos polos. De hecho, al no tener la
enfermeria un contenido profesional propio, y sin otra forma de valoración
oscila que la del deber cumplido, un conjunto de actividades humildes y ocultas
que reclaman todos los cuidados para el cuerpo enfermero: ocuparse de
haberle comer, del aseo, la eliminación, la ropa, mientras que le médico pasa,
decide, controla y ordena. Para las enfermeras es <<lo limpio, lo confesable, la
representación>>. Gracias al trabajo de la enfermería y por esta trabajo, el
médico puede <<curara>> a los enfermos, no sólo cuidando de que se sigan
sus prescripciones y de que se efectúe una vigilancia del tratamiento, sino
simplemente porque el trabajo de enfermería garantiza una respuesta cotidiana
a las necesidades vitales de los enfermos –alimentarse, lavarse, vestirse,
levantarse - y esto sin hacer por ello reconocer el carácter fundamental de estos
cuidados, ni su absoluta necesidad.
Por tanto, como todos estos cuidados no aportan ningún crédito social a la
enfermería, si bien son tenidos en cuenta por los médicos, pero al mismo
tiempo son considerados como tareas de bajo nivel que necesitan poca
capacidad, estos mismos cuidados contribuyen directamente a la valoración
del estatus médico. Los médicos no dejarán de felicitarse de <<la buena
conciencia>> de sus enfermeras, de <<su habilidad>> y, cómo no, de su
abnegación; esto da nivel al servicio médico.
Del mismo modo, los médicos no durarán en confiar pesadas
responsabilidades a un personal preocupado por cumplir de la mejor forma
posible lo que les ordena: <<la enfermera hospitalaria es ka que asume toda la
responsabilidad de conversar tantas vidas, de intentar tantas curaciones>>.
Aunque estas responsabilidades pueden ser halagadoras para la enfermera, la
mayoría de las veces el médico les saca partido, ignorando casi siempre las
precarias condiciones en las que se mueven las enfermeras para afrontarlas.
De hecho, la enfermería da una plusvalía a la práctica médica, es su soporte,
le proporciona una forma de legitimación al confortar la necesidad de recurrir a
la ayuda.
Estas ayudas contribuyen a proporcionar un esplendor social a los médicos,
grandes sacerdotes de la ciencia, y a participar en todo un ritual de honor y de
diferencia. <<El médico jefe tiene derecho a una particular cortesía. Es
vuestro superior, tenéis que tenerlo en consideración, tratarlo como tal, ser las
primeras en saludarlo por la mañana. Si estáis sentadas y él pasa junto a
vosotras, debéis levantaros, etc. >>

 Valoración del estatus de la auxiliar por el reto de la técnica-


Sin embargo, debido a esta cooperación, a esta dependencia de la práctica
médica, la enfermería tomará una forma de valoración social distinta de la que
depende de los valores morales. Centrada en los cuidados a los enfermos, la
enfermería se constituyó en Francia desde principios del siglo XX, dependiendo
de la prescripción médica, primero prescripción terapéutica, después
prescripción al servicio de la investigación y del diagnóstico médico.
Al deber <<prolongar la acción del médico>> y cuidar llegando a <<dedicarse a
dar correctamente los cuidados prescritos por el médico>>, las (mujeres)
enfermeras –auxiliares del médico, tendrán que acceder al dominio del
conocimiento, lo que desde las prácticas de las (mujeres) consagradas no se
consideraba deseable ni necesario, al dominio del saber que es signo de la
gracia de Dios. Este conocimiento sale de la fuente del maestro, de la fuente
maestro, de la fuente médica. El doble incentivo de este conocimiento y el
deseo de acercarse a la valorada imagen del médico es lo que moverá a las
enfermeras a adquirir una formación y lo que sustituirá progresivamente las
motivaciones oblativas por motivaciones de desarrollo de las capacidades
técnicas, dando así un poco de resplandor a la apagada imagen de la
enfermera.
Por la cooperación médica, la (mujer) enfermera, que por otra parte no tiene el
recurso de ningún otro contenido profesional, de ningún otro conocimiento,
intentará se estimada, juzgada y apreciada de él. Este acceso a fragmentos del
conocimiento médico, cosa que ansía, y separarse de su propio medio social
participando en los ritos iniciáticos de la institución cuidadora, estando cerca
de los grandes sacerdotes, maestros de ceremonias de estos ritos.
Así, por curioso que pueda parecer a primera vista, la colaboración médica
realza la imagen de la (mujer) enfermera, y al mismo tiempo la hace más
vulnerable, ya que ella no encuentra su valor en una función propia. La (mujer)
enfermera-auxiliar del médico, sumisa y dócil hacia los que sirve, al mismo
tiempo que los venera con admiración y envidia, agranda su imagen
incurriendo en el riesgo de no desarrollar ningún juicio, ninguna curiosidad de
espíritu, ninguna pregunta distinta de lo que sirve para la aplicación y la
vigilancia de los tratamientos indicados; cosa que por otra parte se había
desaconsejado o rechazado debido a la influencia de los valores morales.
Al no tener más alternativa que el discurso moralizador, poco a poco las
enfermeras encontrarán en los tecnicismos una compensación a la servidumbre
del cuidado a los enfermos. Harán de este tecnicismo el objetivo prioritario de
su formación, contribuyendo así a hacer de ellas buenas o incluso excelentes
ejecutoras de los médicos que tienen una identidad médica por poderes,
convirtiéndose después en la primera y más importante de las <<profesiones
paramédicas>>.
Tras la separación de las enfermeras visitadoras que en 1938 se unieron son
las asistencias sociales, las enfermeras hospitalarias ven confirmar todavía más
su función de auxiliares de los médicos. La ruptura entre el ejercicio profesional
en el hospital y fuera de él, entre el <<sanitario>> y <<el social>>, contribuyó a
empobrecer considerablemente la enfermera en el hospital, desposeída de todo
el contenido social de los cuidados, viéndose sustituida por eso por la asistencia
social hospitalaria. Más que nunca, la enfermería tendrá por objeto el
tratamiento de la enfermedad considerada aisladamente. En consecuencia, la
búsqueda de un desarrollo profesional de orientó hacia el hipertecnicismo. En
efecto, la valoración de las técnicas de investigación y de curación de la
enfermedad desarrollaron en el hospital servicios que requerían una gran
competencia técnica. Esta búsqueda de competencia técnica satisface a la
vez el deseo de valoración profesional y el deseo de valoración de la mujer
entre las enfermeras. Al no haber desarrollado una competencia propia que
pudiera probar la aportación científica de la profesión a los enfermos y a sus
familias, no más que en el terreno de la prevención, y con la aparición de
movimientos femeninos que intentaban valorar la situación de la mujer en la
sociedad, las enfermeras intentaron asentar su notoriedad adquiriendo un
saber cada vez más elaborado en el terreno de la técnica puntera. El efecto
de esto fue una devaluación de los servicios de cuidados a domicilio, los
servicios de Protección Maternal e Infantil, y de Sanidad Escolar.

VALOR ECONOMICO DE LA ENFERMERIA RELACIONADA CON LA DOBLE


FILIACION CONVENTUAL Y MÉDICA

La enfermería sigue vinculada a la concepción del servicio a los pobres y a los


socorridos, bien sea en el hospital o en los medios más pobres y a los
socorridos, bien sea en el hospital o en los medios más desfavorecidos.
Además, el reconocimiento del valor económico de los cuidados de la
enfermera mantiene la mayoría de las veces su carácter gratuito, siendo así
prácticamente hasta la Segunda Guerra Mundial.
Durante años, esta práctica escapó a toda legislación laboral, ya que no se
consideraba en si misma como un trabajo en el sentido en que se define en
esta legislación. Durante más de medio siglo, la enfermería permaneció al
margen de las leyes de la protección del trabajo de la mujer (1892), del trabajo
nocturno, del contrato laboral y del salario (1899), del descanso semanal (1906),
de la duración del trabajo (1919, 1936), de las vacaciones pagadas (1936).
Incluso a finales del siglo XX, el ejercicio profesional sigue estando separado
de las legislaciones más antiguas, como la protección del trabajo de la mujer y
el trabajo nocturno. Sin hablar de la falta de conciencia de las enfermeras de su
inserción en el mundo del trabajo debido a los ideales traídos de los valores
morales y religiosos, y también del modo de formación inspirado en un pasado
conventual, formación que mantenía a las alumnas-enfermeras fuera de vida
cívica y social, manteniéndolas apartadas, separadas de otros grupos sociales,
y de otros tipos de actividades.
Todo esto explica por qué, prácticamente hasta la Segunda Guerra Mundial, la
enfermera recibía una remuneración en especias a cambio de su trabajo:
comida, vestido (uniforme de servicio, uniforme de calle), generalmente teniendo
posibilidades de lavado, manteniendo y vivienda. Durante mucho tiempo, las
enfermeras hospitalarias fueron alojadas bajo los techos del hospital, o en
habitaciones en funciones situadas a veces en los servicios. Salvo
excepciones, sólo alrededor de los años cincuenta se empezaron a construir
hogares d enfermeras, alguno de los cuales será en principio gratuito a
cambio de obligaciones, de servicios de guardia o de noche.
El coste económico de la enfermería empezará a estimarse en valor monetario
por dos aspectos:
-El ejercicio liberal de la práctica profesional.
- El principio de los cuidados, con las cargas sociales correspondientes.
El ejercicio liberal de la práctica profesional
Como se ha mencionado anteriormente, no hay organizaciones de cuidados a
domicilio como las que existían en Inglaterra o en los países nórdicos, aparte
de lo cuidados de los enfermos de familias pobres, que seguían dando las
hermanas gratuitamente al tener implantado su dispensario –escuela en los
barrios populares de las ciudades o en el campo. Por el contrario, existen
<<grandes en ville>> que, a título personal, ofrecen a las familias la posibilidad
de ocuparse de su enfermo por horas o por días. Una nota de I´Infirmiere
Francaise de 1934 da una idea de su tarifa en la región parisina.
Desgraciadamente, la base de cálculo de estas tasas fijadas por horas y no
por actos, proporcionarles a los ingresos de las familias, no se han mantenido
para pagar los cuidados a domicilio. Para explicarlo se pueden invocar
diversas razones: la imposibilidad de determinar la naturaleza de los cuidados
que hay que proporcionar y de justificar su necesidad, la independencia de que
se hubiera beneficiado la enfermería frente a la prescripción médica, pudiendo
también evitar que aparezca una enfermedad. Esto es difícil de conciliar dentro
de un sistema de salud centrado en la enfermedad. También se puede recordar
que al ofrecer estos cuidados a título personal, no haya ninguna forma de
asociación para estudiar las modalidades de un consenso y defender cualquier
finalidad.
Los cuidados proporcionados por las enfermeras empezarán a tener precio al
hacerse más médicos y al dividirse en tareas. Las enfermeras fijaron al hacerse
más médicos y al dividirse en tareas. Las enfermeras fijaron un precio
indicativo para estos actos de cuidar que se inspiraban en la práctica liberal de
la medicina y dependían de la prescripción médica. Todo ello sin admitir un
tiempo remunerado, comparable a una consulta médica donde existe la
posibilidad de reconocer y valorar financieramente un tiempo por la escucha, el
diagnóstico, la prescripción, el consejo y la reflexión necesaria para toda
práctica curativa.
Hay que señalar que el valor indicativo de las tareas de cuidar empezó a
establecer a partir de la generalización de los instrumentos médicos para
dispensar actos de cuidar bajo prescripción médica (instrumentos y aparatos
tratamientos: jeringas, material de curas …). Así, poco a poco, se fue elaborando
una nomenclatura <<de actos médicos que pueden ser ejercidos por un
auxiliar médico cualificado>> como confirma jurídicamente el decreto del 31 de
diciembre de 1947.
El cuidado se identifica aquí con el acto tarea sin estimar el valor económico
del tiempo real que requiere ni la forma de determinar este tiempo. La tarea
de cuidar se desconecta de cualquier consideración del contexto en que se
inserta, puesto que no se le reconoce ningún tiempo para escuchar, ningún
tiempo para entender la naturaleza de los problemas de la persona enferma o
disminuida física y de sus allegados, ningún tiempo para los consejos y las
explicaciones, dando lugar a un ajuste monetario, como en el caso de una
consulta o una visita médica.
Todo lo que se hace alrededor del acto de cuidar, y que le da sentido, <<cae
por su propio peso>>, denota una conciencia profesional, un sacrificio, no
una necesidad absoluta de un tiempo de conversación y reflexión,
comprometiendo tanto al que es cuidado como al cuidador a estudiar como
resolver o solucionar los problemas dela vida cotidiana, que vienen a
perturbarla con la enfermedad o los defectos físicos. O bien, como ocurre con
frecuencia por las razones anteriormente citadas, la prestación se limita al acto
de cuidar, lo que no representa de ninguna manera una práctica profesional.
Además, el acto de cuidar permanece ligado a la prescripción médica para
conseguir su abono por parte de los organismos habilitados, sean de la
naturaleza que sean, como la necesidad de cuidados de higiene o acciones
para la prevención y la educación sanitaria.
Aún actualmente, el kilometraje recorrido en el transporte siguiendo el único
modo de reconocer económicamente a la enfermería a domicilio, de la que, en
los Centros de Salud, todavía tienen que deducirse las exoneraciones.
Estamos ante el reconocimiento de un <<acto médico>> cumplido por mandato,
por delegación, sin tener un contenido definido de enfermería, reconocido y
valorado económicamente como tal. De hecho, esta situación debe atribuirse a
la falta de desarrollo de un contenido profesional de la enfermería debido a los
numerosos factores nombrados anteriormente que han actuado sobre esta
profesión.

 Los salarios de las enfermeras


Esta cuestión preocupó en primer lugar a las enfermeras visitadoras que,
como se puede ver en I´Infirmiere Francaise, se inquietaron por los bajos
sueldos que recibían, defendiendo la necesidad de unas condiciones de vida
favorables para ejercer una práctica profesional de calidad.
<<Este hecho indispensable consiste en permitir a la enfermera vivir en una
vivienda sana, agradable, que ofrezca sin fatigas suplementarias, la posibilidad
de realizar su higiene corporal, de alimentarse de tal forma que las fuerzas
físicas, que se ponen a prueba sin cesar, no declinen, vestirse sin verse
obligada a realizar largas tareas de costura tras una jornada llena de fatigas
corporales y morales, poder dedicar un tiempo regular a los deportes, garantizar
el reposo necesario y concederse algunas distracciones sanas y artísticas para
la higiene intelectual y moral del individuo –sin olvidarse de prever la
enfermedad y la vejez. La realización completa de este programa es
imposible, cuando los sueldos de la enfermera son de un millón de pesetas; no
estando mucho más desahogada cuando ascienden a 1.200.000 pesetas sin
ninguna remuneración en especias (vivienda, calefacción, alumbrado)>>.
Las enfermeras hospitalarias <<beneficiarias>> de remuneraciones en
especias reaccionarán mucho más tarde. Las primeras preocupaciones
financieras aparecerán para estas últimas, con el deseo de crear una pensión
de jubilación y con el inicio de las cotizaciones a las cajas de pensiones.
Con las leyes reguladoras de la hospitalización pública y especialmente con la
ley del 8 de abril de 1946, que obligaba a los hospitales a contratar personal
diplomado de Estado, se reconocieron oficialmente las normas de los salarios,
establecidas después para el personal de enfermería. Está entonces
remunerado en función de un número de horas de trabajo semanal (con
frecuencia sobrepasadas sin indemnización por las horas suplementarias), 48
horas a partir de 1953, después 45 y 40 horas a partir de 1968. Asimismo
tienen derecho a vacaciones pagadas.
Las normas de la hospitalización pública sirvieron de referencia de base al
convenio colectivo de la hospitalización privada firmada el 30 de noviembre de
1951.
En cuanto a los servicios del sector extrahospitalario, tenían reglas muy
variables, ya que todavía estaba en servicio el P.M.I. y el servicio escolar de
remuneración en las vacaciones; sin hablar de las dificultades de la
titularización, de las obligaciones contractuales, ni de las inexistencia del
reconocimiento de índices salariales idénticos a los del sector de hospitalización
pública para el sector público de las colectividades locales. Además, había una
penalización para el ejercicio de la enfermería en estos sectores ya que los
índices salariales, cuando se establecen como para el servicio de higiene
escolar, son legalmente inferiores a aquellos del sector hospitalario.
En cuanto al ejercicio profesional como servicios de empresa, no se conoce
ninguna base salarial legal para el personal de enfermería que ejerce en este
campo. La determinación de esta base está dejada a la libre elección del
empresario, así como el reconocimiento del estatuto de la categoría socio-
profesional donde se encuadran: supervisores, miembros del personal, una
menos que existan convenios colectivos, pero incluso en este caso el personal
de enfermería está asimilado a una categoría social diferente.
El coste de la mas salarial del personal de enfermería en un sector
determinado puede permitir un cálculo global del coste de este personal en
términos de <<mano de obra>> de <<fuerza de trabajo>>, pero por ello no hay
una estimación del coste de su función, del coste del valor económico de la
prestación que ofrece este personal. En el hospital, sólo está determinado el
coste de los aparatos, el coste de los medicamentos y del material que sirve
para los cuidados terapéuticos, mientras que las enfermeras, por otra parte,
no tienen ninguna idea y no se sienten de ningún modo relacionadas con la
gestión de un servicio de cuidados, como es el caso de los cuidados a
domicilio.
Hasta nuestros días a menos que se vean obligadas por razones personales;
enfermeras liberales, o de supervivencia del servicio; enfermeras de Centros de
Salud las enfermeras no hacen ningún cálculo financiero del coste de un
servicio y no sienten que cobran de él. Las razones van más allá incluso de
causas como el trabajo profesional no identificado, la formación, la
impregnación en los valores morales, el desconocimiento de la legislación del
trabajo, adquieren unas raíces muy profundas en el hecho de que el trabajo de
la mujer jamás ha estado valorado en términos de valor económico; alimentar,
criar, educar a los niños tiene quizás un valor social reconocido pero ninguna
estimación económica. Todo el trabajo de prevención, de educación sanitaria,
de cuidados para el mantenimiento de la vida que se asemeja al trabajo
milenario de la mujer, no ha encontrado todavía su forma de valoración
económica y su necesidad no ha sido justificada por la enfermería. 6

6
COLLIERE, Marie Francoise. Promover la vida. P 59-87
LA CONCEPCION NIGHTINGALE
“El progreso humano no es una creación continua. De vez en cuando, cobra
aliento gracias al impulso de algunos grandes espíritus. Pero para que se escuche
y comprenda su mensaje es necesario que haya llegado su tiempo”.
1. CONTEXTO SOCIOCULTURAL EN EL QUE SE DESARROLLA LA OBRA
DE F. NIGHTINGALE
La Concepción Nightingale se desarrolla con el inicio de la idea de progreso de
los pensadores victorianos.
Los descubrimientos y los inventos más importantes (...) no surgieron (...) por
generación espontánea de un espíritu fáustico: fueron semillas que el viento nos
trajo procedentes de otras culturas
La primera fase de la Revolución Industrial se había caracterizado por la
expansión de las industrias textiles y de bienes de equipo que contribuyeron,
notablemente , a ampliar la variedad de elementos que asegurarían la comodidad
domestica , así como la creación de servicios fuera del hogar: agua, alcantarillado
y suministro de gas y de alumbrado De igual modo, es evidente que la dieta de
todas las clases sociales mejoro entre 1800 y 1900, aunque, según la encuesta de
Le Play, la diferencia estribada solo en el consumo de carne y de grasa animal.3
El progreso social y económico del siglo XIX habría sido inconcebible sin una
revolución en los medios de trasporte. El ferrocarril, a partir de 1840 empezó a
competir con las diligencias a las que, al cabo de poco tiempo termino por sustituir.
El nuevo sistema de transporte no solo distribuía alimentos, combustibles y otros
bienes de consumo, sino que también transportaba el correo y la prensa. De
hecho, esta nueva velocidad e intensidad en las comunicaciones fue no de los
factores que más contribuyo a la desaparición de los localismos de todo tipo. La
velocidad de circulación de las noticias favoreció, sin duda, el descenso de las
altas tasas de analfabetismo, aunque la mayor parte de la población no pudo
permitirse el lujo de saber leer y escribir hasta finales de siglo.
No menos importante para la aplicación del horizonte mental fue el desarrollo de
los medios de transporte dedicados a la actividad turística, así como el
reconocimiento del periodo vacacional que consiguen los trabajadores agrupados
al sindicato. El primer aspecto afecto a las clases sociales más acomodadas,
mientras que el segundo junto a un incremento del índice salarial obrero de un 1
por 100 sobre el coste real de la vida, contribuyo notablemente al bienestar y salud
general de la amplia clase obrera.
La concentración de la población obrera alrededor de las fábricas y de las
ciudades fue la consecuencia más visible de la industrialización. La obra de
Nightingale recoge algunas medidas con las que paliar los posibles estragos que,
sobre la salud, podría producir este caos urbanístico.
Hay cinco puntos esenciales para asegurar la salubridad en las viviendas:
1.- aire puro
2.- agua pura
3.- desagües eficaces
4.- limpieza
5.- luz

El aumento demográfico fue una consecuencia de la mejora en las condiciones


materiales de vida, pero los hábitos higiénicos, individuales y colectivos, seguirán
siendo débiles en general y constituyeron uno de los retos del siglo en pro de la
salud. La tuberculosis era la enfermedad privilegiada, la que mejor reflejaba la
mentalidad de la época, expresando el contenido del término fiebre romántica.
La aparición, en 1859, de la obra maestra de Darwin, del origen de las especies
por vía de selección natural, presento a la tuberculosis como un gran factor de
selección, que aniquilaba a los menos resistentes y salvaba a los más vigorosos.
En 1882, Robert Koch descubrió mediante el microscopio, el bacilo
acidorresistente que lleva su nombre, confirmando los trabajos de sus precursores
franceses: el agente de la tuberculosis se destruía con un calor de 100 grados, por
lo que confirmaba científicamente el papel mitológico del sol como gran
purificador.
Como consecuencia de la cruzada antituberculosa comenzó la lucha antialcohólica
ya que se observo que la muerte por la tuberculosis era superior en las regiones
con índices elevados de consumo de alcohol y la geografía de la tuberculosis
coincidía con la del alcoholismo crónico. Sin embargo, nada cambio, pues la
situación se agravo con las campañas coloniales. De este modo y de acuerdo con
las ideas del momento, en los primeros programas de instrucción en cuidados de
Enfermería así como en la concepción Nightingale primaron los conceptos de
prevención de la enfermedad y fomento de la salud, frente a la concepción de la
enfermera dedicada a los cuidados curativos.
La Enfermería se había basado en una idea de arte y no de ciencia, pero la
impotencia de los cuidados llevo a Florence Nightingale a rechazar las
orientaciones que, durante siglos, habían paralizado a la disciplina y a
desear y propugnar su integración en un sistema interdependiente, que les
permitiese elaborar, en el futuro y dentro de los limites de la ciencia, una
síntesis doctrinal. No obstante, la técnica será la que dotara a la Enfermería
del espíritu de la filosofía Nightingale, que la hará ser dependiente, durante
más de un siglo, de la enfermedad y de la medicina.
La Enfermería, en ese momento histórico, bebió proveerse de un método de
análisis y de un trabajo riguroso que la acercaran a las demás disciplinas tal
y como, en esencia, propugnaban la obra y los escritos de Florence
Nightingale. Este retraso ha traído como consecuencia que, a veces, la
Enfermería científica. La obra de Claude Bernard es importante para
comprender el contexto donde se desarrolla la Concepción Nightingale ya
que, además de fisiólogo, fue también un guía del pensamiento
contemporáneo:

 “Lo que interesa al sabio, no es hacer descubrimientos, es encontrar la ley


de los fenómenos.”

La regresión progresiva de la morbidez y de la mortalidad provocada por las


enfermedades epidémicas e infecciosas llevo consigo un aumento de la
longevidad. Este progreso se debió principalmente a las nuevas condiciones de
higiene incorporadas, también, al contenido de los cuidados de Enfermería tal y
como expone F. Nightingale en su obra:

 “La verdadera Enfermería ignora la infección si no es para prevenirla.”


De los constructos psicológicos tradicionales que, en el siglo XIX se intentaron
cuantificar, Nightingale introdujo, como elemento de los cuidados, aspectos que
hoy denominaríamos psicosociales, de los cuales nos atreveríamos a decir, que,
en este sentido no aparecen en ningún tratado de la época.

 “Pienso que es un error muy frecuente, entre la gente sana, pensar que un
poquito mas de autocontrol, el enfermo puede, si quiere, disminuir los
pensamientos dolorosos que agravan su enfermedad.”
En este momento, las enfermeras seguían temiendo el hospital público, pues lo
consideraban la antecámara de la muerte. No obstante de 1848 a 1900 los
hospitales se modernizaron y se beneficiaron de la revolución pasteuriana.
Florence Nightingale, en sus escritos se pronuncio sobre la situación de los
hospitales y realizo observaciones sobre las modificaciones necesarias, de
acuerdo a los conocimientos del momento.
El arte de curar vio consagrado su prestigio. El arte de cuidar quedo relegado,
durante mas de un siglo, a tareas derivadas de los avances de la medicina y su
técnica.
Claude Bernard escribió:

 “la idea es el grano, el método es el terreno”

La idea nos la lego Florence Nightingale; ahora hemos de delimitar el terreno


donde desarrollar el método para encontrar las leyes de los fenómenos que
constituyen los Cuidados de Enfermería.
2.- LOS PRIMEROS CENTROS DE INSTRUCCIÓN DE CUIDADOS DE
ENFERMERIA

Las diaconisas de Kaiserrswerth surgieron por iniciativa de Teodor Fliedner, al


observar las actividades de las diaconisas menonitas de Holanda y el movimiento
de reforma en las prisiones de Inglaterra, llevado a cabo por Elisabeth Fry. Desde
1826 Teodor Fliedner y su esposa, Frederika Munster, organizaron una sociedad
de enfermeras visitadoras. El curso duraba tres años y sus objetivos se centraban,
básicamente en el adiestramiento de las estudiantes.
Así, el instituto de Diaconisas de Kaiserrswerth creado en 1836, fue uno de los
factores más importantes en la regeneración de la Enfermería. El reconocimiento
de la necesidad de los servicios de la mujer hizo posible la concreción de este
movimiento. El matrimonio Fliedner centro su atención en el cuidado de los
enfermos, por lo que abrió un pequeño hospital con una escuela de formación
para las diaconisas. Fue sin lugar a dudas, una replica del mundo protestante al
sistema monástico católico, pues sus tareas se desarrollaban en los domicilios,
hospitales y misiones especiales. El atuendo que debían llevar evoca la imagen de
las enfermeras actuales: bata de algodón azul, delantal y cofia.
El desarrollo del instituto fue rápido y para 1840 el trabajo en el hospital de
Kaiserrsweth había crecido de tal forma que se tuvieron que adquirir otras dos
casas anexas; en 1842 la capacidad total ya superaba las doscientas camas, e
incluso tuvo que reconstruirse el propio instituto que ahora resultaba demasiado
pequeño para albergar a todas las diaconisas.
El programa de Enfermería en Kaiserrswerth incluía:

 Preparación en Enfermería Hospitalaria, que duraba tres años, incluía una


rotación por los distintos servicios con los que contaba el hospital: salas de
hombres, mujeres, niños, convalecientes y de enfermedades infecciosas.
 Formación en Enfermería domiciliaria.
 Aprendizaje teórico-practico del cuidado de los enfermos.
 Adquisición de conocimientos farmacéuticos.
 Preparación en ética y doctrina religiosa.

Era un programa dependiente del medico donde las enfermeras debían cumplir las
ordenes de este, por considerarse como único responsable del resultado final.

 “La combinación de una forma semi militar de disciplina profesional,


proporciono el modelo para las primeras escuelas norteamericanas.”
Este instituto influyo, indirectamente en personas como Florence Nightingale y en
países de Europa y Latinoamérica, pudiendo afirmarse que este modelo aun
subyace en los programas de formación actuales, donde la dependencia medico-
técnica, unida a una disciplina y autoridad militar con connotaciones religiosas,
constituyen los elementos claves de una representación esteriotipada de la
enfermera de este siglo. Este hecho se refuerza por la gran influencia del mundo
cinematográfico, que en ocasiones se mofa de esta imagen, incluyendo ciertos
aspectos frívolos que contrastan con las ideas apriorísticas del espectador.
Entre los servicios prestados por el instituto Kaiserrswerth se incluían:

 La enfermería
 La ayuda a los pobres
 El cuidado a los niños
 El auxilio a las mujeres presas
 La enseñanza

Es aquí donde sin duda, cristalizo la contribución social del trabajo femenino que
mas tarde se consolidara con los movimientos en Pro del sufragio universal y de la
igualdad, procurando la inclusión de la mujer en actividades reservadas al ámbito
masculino. Todo este proceso culmino con la dotación del carácter profesional a
ciertas actividades, consideradas femeninas y que aparecían bajo formas de
servicio altruistas.
La influencia del instituto se extendió por todo el mundo. Pittsburg, Pennsylvania,
Jerusalén, Esmirna, Constantinopla, Beirut y Alejandría son las ciudades donde se
establecieron las bases de una nueva era en los cuidados de enfermería y que
más tarde se consolidarían gracias a la labor de Florence Nightingale.
3.- LA ENFERMERIA DE ORENTACION NIGHTINGALE
Pero si usted no puede conseguir el habito de la observación de una forma u otra,
es mejor que deje de ser enfermera, porque no esta usted llamada a ello, pese a
lo amable que usted sea y lo ansiosa que puede estar por conseguirlo.
El objetivo de la escuela Nightingale que inició su actividad el 24 de junio de 1840,
era preparar enfermeras de hospital, enfermeras visitadoras y enfermeras
capacitadas para preparar a otras; bajo este programa subyacía la conciencia de
clase británica que diferenciaba a las aprendizas de enfermería y a las damas
enfermeras. De esta escuela surgieron líderes de la enfermería que como
graduadas, fueron enviadas a países extranjeros, disminuyendo la degradación
que en épocas anteriores, había sufrido la enfermería en los países protestantes.
Esta escuela en la que se cursaban tres años de formación sirvió de modelo para
otras y el libro notas sobre enfermería de Florence Nightingale sirvió como libro
de texto. Así en 1861, Guillermo Ratbone fundó bajo la dirección de F. Nightingale,
una escuela de enfermeras visitadoras en Liverpool. Así mismo, Dunant, fundador
de la cruz roja, dijo haberse inspirado para su obra en los trabajos de Nightingale
en Crimea. En 1852 publico el famoso recuerdo de Solferino que contenía la
idea embrionaria para el nacimiento de la cruz roja y donde se valoraba a la
enfermera como figura importante en los cuidados a prestar a los enfermos.
De igual modo, gobernadores y dirigentes de distintos países, ocupados en
reformar los servicios públicos de salud mediante el apoyo estatal al auxilio social,
consultaron su obra a fin de iniciar o reformar sus trabajos. Sus informes sirvieron
para modificar la organización de los hospitales y las condiciones de vida de los
soldados. En 1864, doce gobiernos firmaron lo que hoy se conoce como la
convención de Ginebra, que contenía los principios para el trato y protección de
los heridos de guerra. Todos los gobiernos acordaron respetar a las enfermeras de
la cruz roja como no combatientes. En 1882, los Estados Unidos la refrendaron
gracias a los esfuerzos de Clara Barton.

En el voluntariado, Dorothea Lynde Dix realizo un esfuerzo organizativo y


humanitario, en base a la experiencia adquirida durante la guerra de secesión
americana, en el campo de la salud mental. Hombres y mujeres destacaron como
lideres y tuvieron una gran influencia en la enfermería de su tiempo. Así Walt
Whitman, la madre Bickerdyke y Louisa May Alcott dejaron constancia, en sus
escritos del trabajo realizado por las enfermeras y enfermeros voluntarios.
Hemos de anotar que las mujeres que participaron como enfermeras voluntarias
en la guerra de secesión provenían de familias acomodadas y tenían una sólida
formación, lo que hizo posible la posterior organización de los estudios de
Enfermería en Estados Unidos de forma programada y sistemática recogiendo así
la concepción Nightingale. A esto debemos añadir la labor desempeñada por las
mujeres de la Confederación y las actividades de las Ordenes Religiosas. Entre
las mujeres de color destaca Harriet Tubman que fue llamada la moisés de su
pueblo.
La obra impresa de Florence Nightingale esta compuesta por un total de 147
textos que tratan de enfermería, hospitales, sanidad, salud, administración y otros
temas, como Estadística, filosofía, emigración, protección de razas aborígenes,
hambre, castigo, disciplina, situación en la india, economía y sufragio femenino.
Su libro notas sobre enfermería, publicado en Inglaterra por el editor Harrison,
esta considerado por su biógrafo Sir Edward Cook, como:

 “El mejor conocido y en algunos aspectos el mejor de sus libros.”


Publicado en el año 1859, su lectura, a pesar de los 150 años transcurridos, se
considera necesaria para comprender la visión humana y profesional de las mas
importante figura de la historia de la Enfermería, a la que se puede atribuir el
inicio de la profesionalización de los cuidados, así como muchos de los
conceptos que acerca del cuidar, se desarrollaron posteriormente. Escribió
también notas sobre las cuestiones relativas a la salud. Eficacia y
administración hospitalaria del ejército británico, donde todas sus
argumentaciones aparecen justificadas mediante graficas que muestran los
estudios estadísticos hechos a partir de sus observaciones a favor de la mejora de
los cuidados en los hospitales militares. Ejerció una influencia similar en la
administración británica sanitaria de la India, con sus escritos ¿vida o muerte en la
India? Y notas sobre los hospitales, con el que hizo posible que la reforma
hospitalaria incluyera los hospitales civiles. Asimismo, elaboro una nomenclatura
estándar para las enfermedades y diseño un formato estadístico del hospital
modelo, que fue aprobado por el congreso internacional de estadística de Londres
de 1860.
Su método de trabajo consistía en una incansable lectura y recogida de
datos, observando, probando y analizando todo aquello que tuviera relación
con la Enfermería, ya fueran noticias procedentes de su país o de otros
lugares.

La concepción Nightingale supone la consideración de la Enfermería como una


opción profesional, con un contenido específico por investigar, tal como lo describe
en su obra cumbre donde dice:

 “Yo creo, por el contrario, que los verdaderos elementos de la Enfermería


son casi desconocidos.”
Aglutino el contenido de los cuidados de Enfermería derivado de las órdenes
religiosas del voluntariado y de las incipientes escuelas de adiestramiento e
incorporo connotaciones militares y religiosas.
LA CONCEPCION NIGHTINGALE (SIGLOXIX)

 Orientación centrada en el enfermo y no en la enfermedad


 Orientación pseudo militar, laica, profesional y religiosa
 Orientación centrada en la observación de los hechos de cuidados y
planificación de los mismos
 Orientación centrada en una formación especifica y preparación sistemática
para ejercer la Enfermería, así como en la investigación de los elementos y
naturaleza de los cuidados de Enfermería
 Orientación centrada en la idea de que las enfermeras formen a otras
enfermeras
 Orientación centrada en la participación de la enfermera en la
administración de las instituciones de salud.
 Orientación hospitalaria y extrahospitalaria de los cuidados de Enfermería
 Orientación remunerada de los cuidados de Enfermería como servicio
profesional.7

CORRIENTE DE REVALORIZACIÓN DE LA RELACIÓN CUIDADOR-PERSONA


CUIDADA.
7
HERNANDEZ Conesa, Juana. Historia de la enfermería: un análisis histórico de los cuidados de enfermería. P
121-140.
Mientras que los descubrimientos de las ciencias exactas dan lugar a una
corriente técnica que se propone investigar y curar la enfermedad con métodos
racionales y rigurosos, las ciencias humanas se abren un laborioso y difícil camino
explorando por los oscuros dominios de la personalidad., del conciente y del
subconsciente.
Poco a poco a partir de los conocimientos y de los métodos aportados por el
psicoanálisis y la psicología, se elabora un enfoque terapéutico de los problemas
humanos, entre ellos los problemas sanitarios.

Tras fortalecer las bases de su desarrollo de la práctica privada, distintas


corrientes terapéuticas surgidas del psicoanálisis y la psicología se introducen
sigilosamente en los medios carcelarios y en las instituciones psiquiatritas. El
enfoque persigue un doble sentido: conocer mejor a la persona cuidada, volverla a
conocer en lo que representa, y no considerarla más que un objeto incondicional
de cuidados, sino como un sujeto y también tener una acción terapéutica.
En Francia la corriente de revalorización de la relación cuidador-persona cuidada
entra con retrazo en las instituciones sanitarias. Al hacerlo, estará considerada
durante mucho tiempo como marginal y sin crédito. Su entrada se hará por dos
vías: la del medio psiquiátrico y la del servicio social que desde los años de 1955-
1958, comienza a esbozarse en el case-work, estudio del caso individual.
Sin embargo, todo esto no afecta apenas a la práctica de enfermería, aunque se
introduzca una sensibilización a la dinámica de grupos en el programa de la
escuela de cuadros de la Cruz Roja Francesa desde los años1958-1960. Las
enfermeras, aunque insatisfechas por el dominio de una técnica creciente, se
quedan desprovistas ante las demandas de los enfermos que sólo competen al
dominio de la técnica.
La hermética división entre el medio psiquiátrico y el medio del hospital general
hace inaccesible para las enfermeras de este sector la información sobre las
terapias de grupo, y no entra en las escuelas de base, excepto algunas escuelas
mixtas de enfermeras que, dando un rodeo por la formación social, oyen hablar de
case-work.
Habrá de esperar asta los años1967-1968 para la corriente de revalorización de la
relación cuidador-persona cuidada empiece abrirse paso dentro del medio de la
enfermería francesa no psiquiatrita. Será introducido por medio del planteamiento
sobre las necesidades del enfermo, ya que nadie le puede bastar con la
tecnología. Desde 1962-1963, los principios fundamentales de los cuidados de
enfermería, publicados en ingles por el consejo nacional de enfermeras, comienza
a introducirte en una o dos escuelas aisladas gracias a una serie de enfermeras
con conocimientos sobre la evolución de las orientaciones profesionales en el
extranjero. Pero la publicación del quinto informe de la Organización mundial de la
Salud sobre los cuidados de enfermería es la que servirá realmente de motor a un
nuevo planteamiento de los cuidados de enfermería en diversos países.
Esta corriente de la revalorización de la relación cuidador persona cuidada se
empieza a desarrollar en la escuela internacional de enseñanza de enfermería
superior, y se concreta hacia los años 1969-1970.
CORRIENTE CENTRADA EN EL DESARROLLO DE LA SALUD

La aparición de esta corriente se dio en Francia, y es difícil de comprender por la


variedad de concepciones y creencias de que se nutre, y porque mueve a
pequeños grupos de una gran diversidad, numéricamente todavía poco
respectivos, pero socialmente muy comprometidos debido al deseo de volver a
situar el proceso salud-enfermedad dentro del conjunto de sus dimensiones
sociales, económicas y políticas.
Esta corriente, de manifestación tardía en Francia, tiene diversas fuentes y adopta
diferentes vías de las que, entra las más significativas:
-La aportación de los trabajos realizados en el campo de la biología y de la
fisiología
-La necesidad de responder, de forma diferente, a las necesidades sanitarias, tal
y como se observa en primer lugar en los países en vías de desarrollo, y más
tarde en la sociedad occidental.
- El nacimiento de nuevos movimientos sociales que dan lugar a un
replanteamiento del trabajo social y de la acción y social.
Aportaciones de los trabajos realizados en Biología y en Filosofía.

Desde 1950, los trabajos de Hans Selye muestran el carácter poco diferenciado de
algunos estados de malestar como la fatiga. Su análisis permite dilucidar de los
fenómenos de estrés vital.
Sus observaciones sobre hechos biológicos obligan fundamentalmente a volver a
poner en duda en concepto estático de salud y de enfermedad: las definiciones
habituales de salud. Son por tanto incompletas puesto que consideran el problema
desde el punto de vista egocéntrico y estático. Sus definiciones sólo están
formuladas en términos que conciernen a la persona como individuo, mientras que
también deberían considerar a la colectividad. Demuestra la necesidad de volver a
pensar en el proceso salud-enfermedad como un fenómeno dinámico de la lucha y
de adaptación continuo; ahora bien esta definiciones consideran la salud como un
estado, mientras que lo que es mas importante es la adaptabilidad dinámica a los
factores del entorno que afectan al comportamiento y bienestar, en caso del
hombre, la adaptación incluye sus proyectos del futuro, al tiempo que sus sueños
y sus temores.
NECESIDAD DE RESPONDER DE FORMA DIFERENTE A LAS NECESIDADES
SANITARIAS
Desde 1973, la OMS, se preocupa por estos hechos, se inspira en las
orientaciones sanitarias desarrolladas en China y en Cuba, recomendado el
desarrollo de los cuidados de primera necesidad llamados más tarde cuidados de
atención primaria, es decir, de primera necesidad.
Como estos cuidados solicitan la participación de la población tienen por objeto
hacerla activa y hacer que le afecte el desarrollo de la sanidad, también se dirigen
al conjunto de la comunidad.

RAZÓN DE SER DE LA PRÁCTICA DE ENFERMERÍA


Es ofrecer los cuidados esenciales, universalmente accesible a todos los
individuos y a todas las familias de la comunidad por medios aceptables, con su
plena participación y a un coste asequible para la comunidad y el país.
Los cuidados de enfermería que participan en la atención primaria tienen como
vocación dominar los principales problemas de salud en la comunidad, y revisten
diversas formas: acciones de promoción, de prevención y de readaptación.
Los cuidados de enfermería necesitan distinguir las necesidades de salud
conociendo a las personas y su medio de vida, haciendo de nexo entre la
manifestación de la necesidad y del problema de salud y las condiciones de vida
como la vivienda, el trabajo y el transporte.8
LAS COORDENADAS CIENTIFICAS DE LA ENFERMERIA.
Cuanto mayor es el bagaje conceptual de una profesión más capacidad tiene para
desarrollar su práctica y renovar su cuerpo de conocimientos, ensayar procesos
innovadores que optimicen su actuación profesional.
LAS COORDENADAS CIENTIFICAS:

 El objeto de la enfermería es el ser humano en el contexto conformado por


los cuidados tanto en la enfermedad como en la salud y el fomento de la
misma.
Es inapropiado hablar de enfermería como un todo unitario, si no que seria
igualmente incorrecto ocuparse de los problemas de salud como si solo existiera
una opción saludable para toda la humanidad
EL OBJETO ANTROPOLOGICO EN ENFERMERIA:
La enfermería comparte con las ciencias sociales su objeto antropológico de
estudio: el ser humano, subsanar el déficit cualquiera que sea la necesidad no
cubierta, supone su objetivo.

8
COLLIERE, Marie Francoise. Promover la vida. P 151-171
Una teoría de la enfermería debe dedicarse, fundamentalmente, a orientar al
individuo, la familia, o la comunidad en el camino de la satisfacción de
necesidades.
Entendemos por necesidad el conjunto de (factores, situaciones) indispensables
para que la vida psíquica y física puedan alcanzar y preservar un umbral de
anatomía lo mas cercano a la independencia absoluta.
SALUD: Estado de completo bienestar físico, mental y social y no meramente la
ausencia de enfermedad es un derecho humano fundamental y el logro del nivel
mas alto posible de salud es una meta social de máxima importancia a nivel
mundial.
ENFERMERIA:
Enfermeria es una profesión autónoma orientada hacia la salud. Su objetivo es el
cuidado integral de la persona, familia y comunidad ayudando a promover,
mantener y restablecer la salud, aliviando el sufrimiento y preparando para una
muerte serena cuando la vida no puede ser prolongada con dignidad. 9

EVOLUCIÓN DE LA ENFERMERÍA EN MÉXICO.

A partir de la información de los escasos estudios históricos disponibles de la


Enfermería en México, se intenta reconstruir, aunque sea a grandes rasgos, la
evolución que esta carrera y profesión ha tenido en el país desde la Revolución.
En todas las sociedades la mujer ha estado estrechamente ligada a la atención de
la salud, principalmente por sus funciones de madre. Este ha sido el caso en
México, inclusive desde los tiempos prehispánicos.
Para los propósitos de este estudio, sin embargo, se inicia la descripción Histórica
de la Enfermería en 1920, dado que es a partir de la Revolución cuando empieza
a configurarse el México contemporáneo.
Desde el primer acercamiento al estudio de la Enfermería en México, se observan
tres desarrollos claramente diferenciados al interior de su práctica: el de la partera,
el de la enfermera sanitaria y el de la enfermera hospitalaria.

 LA PARTERA:
En términos generales, en el periodo de 1920 a 1960 se observa un proceso de
relegación creciente de la partera profesional que habrá de llevar después
prácticamente a su extinción.

9
SILES Gonzalez, Jose. Historia de la enfermería. P 36-331
En los años que le siguen a la Revolución se construyen varias maternidades en
las que la partera profesional mantiene su sitio, aunque sus funciones son
normadas y restringidas por los médicos directores.
En 1929 se abre la maternidad de Las Lomas, por iniciativa de la señora Portes
Gil; que preside el patronato de Protección a la Infancia.
El desarrollo del IMSS y del ISSSTE; tuvieron el efecto de desplazar a la partera
profesional de su ejercicio liberal.
Pese a esta perdida de prestigio, en los años cuarenta y cincuenta, todavía la
mayor parte de los partos en los hospitales eran atendidos por parteras,
generalmente profesionales. Empero la política oficial de salud y el gremio médico
empezaron a restringir el ámbito de trabajo de la partera profesional y a relegarla
de su status profesional.
En 1960 el doctor Fragoso, al ser nombrado director de la Maternidad Maximiliano
Ávila Camacho, prohíbe que los partos sean atendidos por parteras. El IMSS, fue
el primero que suprimió a la partera de sus tabuladores en los primeros años de la
década de los setenta
Sobresale en este periodo el esfuerzo hecho, a iniciativa de la esposa del
presidente Echeverría, por ofrecer a las parteras empíricas, mayor capacitación.
En 1976, se promulgó el Reglamento de Parteros Empíricos Especializados,
reconociendo que era conveniente “promover la capacitación de estos parteros
empíricos y convertirlos en auxiliares para la salud y la obstetricia, así como para
autorizarlos para el ejercicio de sus actividades.
Aunque la carrera de Enfermería empieza a organizarse formalmente en 1902, se
sabe que en la escuela de Medicina estaba ya funcionando desde 1867, una
capacitación para parteras.

 LA ENFERMERA SANITARIA:
Una segunda vertiente del desarrollo de la práctica de la Enfermería en México es
la de la enfermera en salud pública o sanitaria.
La obra que realizó el grupo de enfermeras sanitarias en muchos lugares del
territorio nacional a partir de la revolución es una de las páginas más importantes
de la historia de la salud en México.
La Enfermería sanitaria se inició en 1921, tardíamente respecto a la hospitalaria, y
por supuesto respecto al oficio de la partera.
Consta también que desde 1921, se creó un cuerpo de enfermeras sanitarias para
tratar los casos de oftalmia purulenta.
En las brigadas sanitarias móviles iniciadas en 1926 participaban siempre una o
dos enfermeras Cuya función principal era la vacunación antivariolosa. El número
de estas brigadas se elevó en pocos años de 10 a 40.
Paralelamente se 1929 se organizó el servicio de Higiene Infantil y se consideró
indispensable que en él participara la enfermera.
En 1934 se inició la campaña permanente contra la tuberculosis, en la que las
enfermeras realizaron funciones de visitadoras para cubrir aspectos tanto sociales
como técnicos.
En 1936 la importancia de los servicios de salud pública hizo necesaria le creación
de una Oficina de Enfermería Sanitaria dentro del departamento de salubridad, la
cual estaba dirigida por las propias enfermeras. La oficina de Enfermería Sanitaria
se suprimió en 1943, al crearse la Secretaría de Salubridad y Asistencia.
Asimismo se organizaron los primeros cursos de Enfermería sanitaria para
enfermeras tituladas, quienes posteriormente se hicieron cargo de la preparación
de otras personas en el interior de la república.

 LA ENFERMERA HOSPITALARIA:
Aunque desde principios del siglo se había organizado la formación de la
enfermera hospitalaria, todavía en los años que siguieron a la revolución la
práctica de Enfermería en los hospitales adolecía de grandes deficiencias.
En el año 1954 se marca una nueva etapa en el desarrollo de la enfermería, tanto
hospitalaria como sanitaria.
El estado apoyó a la consolidación de la Enfermería en este periodo. En 1954 se
creó la dirección de Enfermería y Trabajo social en la SSA, lo cual es un hecho
indicativo de la importancia y organización que este gremio había alcanzado.
La formación tanto de la partera como de la enfermera sanitaria se ha apoyado en
los estudios de Enfermería Hospitalaria, los cuales han constituido el eje central de
la preparación de todas las enfermeras del país.
La carrera de enfermería hospitalaria surge por la necesidad de preparar personal
que pueda hacerse cargo de los servicios del hospital.
La carrera de enfermería habría de pasar por diversos estudios en su
organización. En 1935 se estableció como requisito de ingreso la secundaria,
dando como resultado que finalmente en el año de 1948 se separara la carrera de
la escuela de enfermería quedando con el nombre de Escuela Nacional de
Enfermería y Obstetricia.10

CONCEPCIONES DE NIGHTINGALE A PARSE

Según sus bases filosóficas y científicas, podemos agrupar las concepciones de la


disciplina enfermera en seis escuelas, a saber: escuelas de las necesidades, de la
MARTINEZ Benítez, María Matilde, et. Al. Sociología de una Profesión: El caso de Enfermería. P
10

77-115
interacción, de los efectos deseados y de la promoción de la salud, todas
orientados a la persona, y las escuelas del ser humano unitario y del caring
caracterizadas por una apertura hacia el mundo.
Nightingale fue la primera en presentar una concepción de la disciplina enfermera
que ha guiado la practica, la formación y la gestión de los cuidados enfermeros
durante varias generaciones. Esta autora declaro que <<la medicina y la cirugía no
hacer otra cosa que quitar los obstáculos; ni la una ni la otra curar; solo la
naturaleza puede curar. (…). Lo que la nursing hace (…) es colocar al paciente en
las mejores condiciones para que la naturaleza actué sobre el>> (traducción libre,
Pág. 133). Hubo de esperar hasta principios de los años 50 para que otras
enfermeras teorizadoras propusiesen las concepciones de la disciplina
enfermera.11

ESCUELA DE LAS NECESIDADES


Los modelos de la escuela de las necesidades han intentado responder a la
pregunta: << ¿Qué hacen las enfermeras?>> (Meleis, 1991). Según estos
modelos, el cuidado esta centrado en la independencia de la persona en la
satisfacción de sus necesidades fundamentales (Henderson, 1964) o en su
capacidad de levar a cabo sus autocuidados (Orem, 1991). La enfermera
reemplaza a la persona que, durante un tiempo, no puede realizar por si misma
ciertas actividades relacionadas con su salud y ayuda a la persona a recuperar lo
antes posible su independencia en la satisfacción de sus necesidades en la
realización de sus autocuidados.
La persona es percibida con necesidades jerárquicas, sean las necesidades
fisiológicas y de seguridad, sean las necesidades más complejas, tales como la de
partencia y las necesidades de amor y de autoestima. Cuando las necesidades de
base están satisfechas, surgen otras, de nivel mas elevado.
Por el hecho de reservar un lugar importante a la enfermedad y a los problemas
de salud, las concepciones de la escuela de las necesidades han marcado el
origen de un centro de interés especifico de la disciplina enfermera o una
orientación hacia la persona.
Las principales teorizadoras de esta escuela son Virginia Henderson, Dorothea
Orem y Faye Abdellah. A modo de ejemplo, describimos dos modelos
conceptuales: el modelo de la independencia en la satisfacción de las necesidades
fundamentales de Virginia Henderson y el modelo del autocuidado de Dorotea
Orem.

11
KEROUAC, Suzanne. El Pensamiento Enfermero. P 25-26
 Independencia en la satisfacción de las necesidades fundamentales, según
Virginia Henderson.
Según la concepción de Henderson, los cuidados enfermeros consisten en la
ayuda proporcionada a las personas enfermas o sanas en la ejecución de las
actividades relacionadas con la satisfacción de sus necesidades fundamentales.
Estas personas podrían llevar a cabo estas actividades sin ayuda si tuviesen la
fuerza, la voluntad y los conocimientos necesarios (Henderson y Nite, 1978). El
objetivo de la profesión enfermera es, pues, conservar y restablecer la
independencia< del cliente de manera que pueda satisfacer por si mismo sus
necesidades fundamentales (Adam, 1991; Henderson, 1964).
Si la función específica de la enfermera consiste en suplir, en la persona, lo que le
falta para ser completa, entera o independiente (Adam, 1991; Henderson, 1964),
los modos de intervención de que dispone la enfermera son los siguientes:
reemplazar, completar, sustituir, añadir, reforzar y aumentar la fuerza, la voluntad
o el conocimiento de la persona. Cuando la persona no puede satisfacer sola una
necesidad, la enfermera dirige su atención a la zona de dependencia o a la fuente
de dificultad tratando de suplirla y ayudarle a mantener su integridad (Adam,
1991). El juicio clínico de la enfermera la lleva a reconocer las necesidades
satisfechas y las fuentes de dificultad relacionadas (Fulton, 1987). Las
consecuencias esperadas son, a corto plazo, la satisfacción de las necesidades
del cliente; a medio a largo plazo, recobrar la independencia en la satisfacción de
sus necesidades o, en ciertas situaciones, una muerte tranquila (Adam, 1991).
Henderson postula que la persona es un todo complejo presentando catorce
necesidades fundamentales; cada necesidad tiene dimensiones de orden
biofisiológico y psicosociocultural. Según Henderson, una necesidad es un
requisito más que una carencia. Las necesidades comunes a toda persona,
enferma o sana, son: respirar normalmente, beber y comer adecuadamente,
eliminar, moverse y mantener una postura adecuada, dormir y descansar, vestirse
y desvestirse, mantener una temperatura corporal normal, estar limpio y aseado,
evitar los peligros del entorno, comunicarse con otras personas, practicar su
religión y actuar según sus creencias, ocuparse de manera que se sienta útil,
participar en actividades recreativas, aprender, descubrir y satisfacer su curiosidad
(Henderson, 1966).
Henderson no ha presentado una definición formal de la salud y el entorno. Sin
embargo, podemos deducir de sus escritos que la salud es la capacidad que
posee una persona de satisfacer de manera independiente sus catorce
necesidades fundamentales. Es la satisfacción de las necesidades fundamentales
en toda su complejidad la que mantiene la integridad de la persona. Igualmente
podemos deducir que el entorno, según Henderson, es la naturaleza o el medio
que actúa de manera <<positiva>> o <<negativa>> sobre la persona (Punk y
Quillin, 1989). Con esta óptica, la enfermera se esfuerza en crear un entorno
favorable a la salud.
 Autocuidado, según Dorothea Orem
Según Orem (1991), el autocuidado es una acción adquirida, es decir, que es
aprendida por una persona en su contexto sociocultural. La persona inicia un
acción de manera voluntaria, deliberadamente, con el objetivote mantener su vida,
su salud y su bienestar o el de las personas bajo su responsabilidad. Esta acción
emana de una exigencia, ya sea sentida por la persona, u observada por otra,
siendo necesario su compromiso. La aptitud de la persona para comprometerse en
el autocuidado depende de sus capacidades activas, su edad, su etapa de
desarrollo, su estado de salud, su experiencia, sus recursos intelectuales, sus
intereses y sus motivaciones. La imposibilidad de ejercer los autocuidados esta
unida a la incapacidad de decidir, emprender o efectuar una acción personal. En
consecuencia, la incapacidad de la persona para satisfacer su necesidad de
autocuidado puede engendrar un estado de dependencia social (Orem, 1991).
Según Orem (1991), los cuidados enfermeros representan un servicio
especializado que se distingue de los otros servicios de salud ofrecidos porque
esta centrado sobre las personas que tienen incapacidad para ejercer el
autocuidado. Los cuidados enfermeros tienen por objeto ayudar a la persona a
superar sus limitaciones en el ejercicio del autocuidado. Además, la enfermera
completa los déficit del autocuidado causado por la diferencia existente entre las
exigencias de autocuidado y las actividades realizadas por la persona.
El rol de la enfermera consiste entonces en ayudar a la persona a adoptar una
actitud responsable frente a sus autocuidados, utilizando cinco modos de
asistencia: actuar, guiar, apoyar, procurar un entorno que favorezca el desarrollo
de la persona y enseñar. Para esto, la enfermera escoge un sistema de
intervención totalmente compensatoria, parcialmente compensatoria o de
asistencia-enseñanza según la capacidad y la voluntad de la persona (Orem,
1991).
Siempre según Orem (1991), la persona es un todo integral que funciona
biológicamente, simbólicamente y socialmente. Es una unidad que posee las
capacidades, las actitudes y el poder de comprometerse y de llevar a cabo
autocuidados que son de tres tipos: los autocuidados universales, los
autocuidados asociados a procesos de crecimiento y de desarrollo humano y los
autocuidados unidos a las desviaciones de la salud (Orem, 1991).Referente a la
salud, esta se define como un estado de integridad de los componentes del
sistema biológico y de los modos de funcionamiento biológico, simbólico y social
del ser humano. Finalmente el entorno representa el conjunto de los factores
externos que influyen sobre la decisión de la persona de emprender los
autocuidados o sobre su capacidad de ejercerlos. Es también una parte integrante
de la persona (Orem, 1991).12

12
KEROUAC, Suzanne. El Pensamiento Enfermero. P 26-31
ESCUELA DE LA INTERACCIÓN
La escuela de la interacción apareció a finales de los años 50 y principios de los
60. Varios acontecimientos políticos y socioculturales, así como el resurgir
económico y cultural en América del Norte, han favorecido el desarrollo de esta
escuela. La teoría psicoanalista prevalece en esta época. Hay una creciente
demanda de atención a las necesidades de intimidad y a las relaciones humanas
(Meleis, 1991).
Las enfermeras teorizadoras que forman parte de esta escuela se inspiraron en
las teorías de la interacción, de la fenomenología y el existencialismo. Han
intentado responder a la pregunta: << ¿Cómo hacen las enfermeras lo que están
haciendo?>> (Meleis, 1991). Han centrado su interés sobre los procesos de
interacción entre la enfermera y la persona.
Según la escuela de la interacción, el cuidado es un proceso interactivo entre una
persona que tiene necesidad de ayuda y otra capaz de ofrecerle esta ayuda. Con
el fin de poder ayudar a una persona, la enfermera debe clarificar sus propios
valores, utilizar su propia persona de manera terapéutica y comprometerse en el
cuidado.
El cuidado es una acción humanitaria no mecánica. Las teorizadoras señalan que
la enfermera debe poseer conocimientos sistemáticos con el fin de evaluar las
necesidades de ayuda de la persona, formular un diagnostico de enfermería y
planificar una intervención. Estas teorizadoras dicen que debe mantenerse la
integridad de la persona, que la persona es capaz de reconocer sus necesidades y
que tiende hacia su actualización. La enfermedad es considerada como una
experiencia humana que puede permitir el crecimiento si la persona comprende su
significado. Estas enfermeras teorizadoras han introducido de nuevo la intuición y
la subjetividad de los cuidados enfermeros (Meleis, 1991).
Las teorizadoras de esta escuela son Hildegard Peplau, Josephine Paterson y
Loretta Zderad, Ida Orlando, Joyce Travelbee, Ernestine Wiedenbach e Imogene
King (Meleis, 1991). La descripción interpersonal de Peplau, pionera de esta
escuela, servirá para su comprensión.

 Proceso interpersonal, según Hildegard Peplau


Peplau describe los cuidados enfermeros como un proceso interpersonal
terapéutico. Se trata de una relación humana entre una persona enferma o una
persona que tiene necesidad de ayuda y una enfermera formada de forma
adecuada con el fin de reconocer sus necesidades de ayuda y de responderle a
estas. La intervención de la enfermera es terapéutica, y supone ayuda y
asistencia. La interacción se realiza entre dos personas que tienen un objetivo
común, lo que implica respeto, desarrollo y aprendizaje entre los dos participantes
en esta interacción. La utilización terapéutica de sus conocimientos y de si misma
llevan a la enfermera a practicar el arte enfermero que es un potencial de
desarrollo para los dos, es decir enfermera y paciente.
Cuatro fases secuenciales componen la relación interpersonal terapéutica: la
orientación, la identificación, la profundización y la resolución (Peplau, 1952;
1988). La fase de orientación sirve para clarificar la necesidad de ayuda, para
orientar hacia otros recursos necesarios y para utilizar de manera productiva la
energía acumulada a causa de la ansiedad. En la fase de identificación la persona
se sitúa en función de su necesidad de ayuda. La persona toma una posición de
interdependencia, de dependencia o independencia con respecto a la enfermera.
La enfermera asiste a la persona y comprende su situación presente teniendo en
cuenta su historia personal. La fase de profundización representa la etapa en la
persona aprovecha al máximo su relación con la enfermera utilizando los servicios
que le son ofrecidos para poder responder plenamente a sus necesidades. La
enfermera ayuda a la persona a extraer lo máximo de todos los caminos posibles;
es una persona-recurso, una consultora. La persona puede así progresar a la
etapa final, la fase de resolución que marca la satisfacción de antiguas
necesidades y el resurgir de necesidades nuevas para su desarrollo. El proceso
interpersonal entre la enfermera y la persona puede finalizar o empezar un nuevo
ciclo.
Peplau define la persona como un ser bio-psico-socio-espiritual que esta en
desarrollo constante. La persona tiene la capacidad de comprender su situación y
de transformar su ansiedad en energía positiva que le permitirá responder a sus
necesidades. Percibe la salud como la representación del movimiento continuo de
la personalidad y de otros procesos hu8manos en la dirección de una vida
personal y comunitaria, creativa, constructiva y productiva. La enfermedad es una
experiencia que puede permitir el desarrollo. Finalmente, Peplau (1952; 1988) no
ha definido claramente el entorno, pero sugiere a las enfermeras tener en cuenta
la cultura y las costumbres cuando la persona cambia de entorno, por ejemplo,
cuando una persona es hospitaliza.13

ESCUELA DE LOS EFECTOS DESEADOS


Según Meleis (1991), la escuela de los efectos deseables en la persona quiere
responder a la pregunta: << ¿Por qué las enfermeras hacen lo que ellas hacen?>>
Sin ignorar el <<qué>> y el <<cómo>>, este grupo de teorizadoras han intentado
conceptualizar los resultados o los efectos deseables de los cuidados enfermeros.
Consideran que el objetivo de los cuidados enfermeros consiste en restablecer un
equilibrio, una estabilidad, una homeostasis o en preservar la energía. Estas
teorizadoras se han inspirado en las teorías de adaptación y de desarrollo, así
como en al teoría general de los sistemas.
La escuela de los efectos deseables propone objetivos amplios y ambiciosos para
los cuidados enfermeros destinados a la persona que es vista como un sistema.
13
KEROUAC, Suzanne. El Pensamiento Enfermero. P 31-33
Las enfermeras teorizadoras de esta escuela son Dorothy Jonson, Lydia Hall,
Myra Levine, Callista Roy y Betty Neuman. Describiremos el modelo conceptual de
la adaptación de Roy (Roy y Andrews, 1991), uno de los más elaborados, con el
fin de ilustrar las concepciones que forman parte de esta escuela.

 Adaptación, según Callista Roy


Roy postula así que la persona es un ser biopsicosocial en interacción constante
con un entorno cambiante. La persona se adapta a los cambios del entorno o
responde a sus estímulos, sirviéndose de mecanismos de adaptación innatos o
adquiridos, los cuales son biológicos, psicológicos y sociales. La adaptación de la
persona depende de los estímulos a los cuales esta expuesta y de su nivel de
adaptación. Los estímulos del entorno son de tres ordenes: el estimulo focal o
aquel al que la persona hace frente inmediatamente; los estímulos contextuales o
todos los que están presentes en una situación, y los estímulos residuales o
aquellos que tienen un efecto indeterminado en la situación, por ejemplo las
creencias, actitudes, experiencias o los rasgos del carácter (Roy y Andrews,
1991). El nivel de adaptación es representado por una zona que tiene límites
superiores e inferiores que determinan el alcance de la estimulación por la cual la
persona responde positivamente.
Según Roy, el objetivo de los cuidados enfermeros es el de promover la
adaptación de la persona a cada uno de los cuatro modos de adaptación, ya sea
el modo fisiológico, el modo de <<autoimagen>>, el modo de <<función según los
roles>> y el modo de <<interdependencia>> con el fin de contribuir a la salud, a la
calidad de vida y a una muerte digna (Roy, 1986; Roy y Andrews, 1991). Para
esto, la enfermera evalúa los comportamientos de la persona, es decir, sus
respuestas de adaptación y a modificar las que son ineficaces manipulando los
estímulos focales y los estímulos contextuales. La enfermera modificara,
aumentara, disminuirá, retendrá o mantendrá los estímulos de manera que la
persona presente respuestas eficaces de adaptación en los cuatro modos (Roy,
1970; 1986; Roy y Andrews, 1991).
En este modelo conceptual, la persona es un sistema adaptativo que utiliza los
procesos internos con el fin de lograr sus objetivos individuales, es decir, la
supervivencia, el crecimiento, la reproducción y el desarrollo. Estos procesos
engloban dos categorías esenciales de mecanismo de adaptación; los
mecanismos reguladores y los mecanismos cognitivos. Los mecanismos
reguladores funcionan por mediación de procesos fisiológicos, químicos,
neurológicos y endocrinos que preparan al organismo a los cambios del entorno.
Los mecanismos cognitivos utilizan los procesos psicológicos y sociales,
permitiendo a la persona adaptarse emocionalmente y cognitivamente a los
cambios del entorno.
El termino <<adaptarse>> significa que la persona, en tanto que sistema, tiene la
capacidad de ajustarse eficazmente a los cambios del entorno, y a su vez, de
influenciar sobre este.
Según Roy, la salud es un estado y un proceso, permite a la persona se o llegar a
ser integro y unificado. El <<estado de salud>> es la adaptación según los cuatro
modos que refleja esta interacción y esta unidad. El <<proceso de salud>> es el
esfuerzo constante que hace el individuo por alcanzar su máximo potencial de
adaptación. El entorno, por su parte, es conceptualizado como un conjunto de
circunstancias, de situaciones y de influencias que pueden modificar o influenciar
la aparición de comportamientos específicos de las personas o grupos. El entorno
proporciona los estímulos o los datos de entrada en la persona como sistema
adaptativo. Estos datos son factores internos y externos que se distribuyen en tres
grupos de estímulos: focal, contextual y residual. 14

ESCUELA DE LA PROMOCIÓN DE LA SALUD


La escuela de la promoción de la salud responde de nuevo a la pregunta <<¿Qué
hacen las enfermeras?>>. A pesar de estar centrada sobre el <<qué>> de los
cuidados enfermeros, la promoción de comportamientos de salud, esta escuela se
interesa en como lograrlos y también por cual es su meta respondiendo
igualmente a la pregunta: << ¿A quién van dirigidos los cuidados enfermeros?>>.
Según la escuela de la promoción de la salud, el punto de mira de los cuidados se
amplia a la familia que aprende de sus propias experiencias de salud.
Una teorizadora canadiense ha elaborado para la disciplina enfermera un modelo
orientado hacia la promoción de la salud de la familia; se trata de Moyra Allen. Su
modelo, conocido con el nombre <<modelo de McGill>> es considerado ya como
modelo conceptual, ya como modelo de intervención. La filosofía de los cuidados
de salud primarios y la teoría del aprendizaje social de Bandura (1977) son las
fuentes explicitas subyacentes en esta concepción.

 Promoción de la salud en la familia, según Moyra Allen


Según Allen, el primer objetivo de los cuidados enfermeros es la promoción de la
salud, mediante el mantenimiento, el fomento y el desarrollo de la salud de la
familia y de sus miembros por la activación de sus procesos de aprendizaje. La
enfermera desempeña entonces un rol de agente facilitador, estimulador y
motivador para el aprendizaje, por ejemplo, de las habilidades que se han de
adquirir par a hacer frente a las situaciones. Las características de la relación
enfermera-familia son la negociación, colaboración y coordinación. En el enfoque
de la enfermera esta basado en la interacción entre los principales conceptos del
modelo, es decir, la familia, la salud, el aprendizaje y la colaboración. Estos
14
KEROUAC, Suzanne. El Pensamiento Enfermero. P 33-36
conceptos forman una estructura organizada para los cuidados aplicados a la
situación de salud que Allen denomina situation-responsive nursing (Kravitz Frey,
1989).
Según este modelo, la recogida de información es un proceso en el que el
<<cliente-familia>> y la enfermera colaboran. La atención se centra sobre el
problema definido como una situación de salud que cambia continuamente y que
esta en relación con otras situaciones vividas en la familia. La enfermera guía al
<<cliente-familia>> y le ayuda a recoger la información y distribuirla. Realizada
conjuntamente, la planificación de los cuidados refleja la utilización máxima del
potencial constituido por la fuerza, la motivación, las habilidades y los recursos de
cada uno para trabajar en la situación de salud. Un pacto entre la enfermera y el
<<cliente-familia>> precisa las etapas que se han de seguir y el rol de cada uno
según el ritmo de la familia, y una evaluación regular para todos los miembros
implicados indica las modificaciones que hay que realizar. Para que se produzca
un cambio, el <<cliente-familia>> debe ser un participante activo en estos
cuidados.
Según Allen, la persona es, pues, conceptualizada como la familia. Esta posee
una gran influencia sobre sus miembros e inversamente, cada miembro influye en
la familia. El individuo y la familia son sistemas abiertos en interacción constante el
uno con el otro, con el entorno y la comunidad. Así, los cambios en uno u otro
sistema ocasionan cambios en los otros sistemas y en sus interacciones. La
familia es activa, tiende a resolver sus problemas. Aprende sus propias
experiencias, lo que le permite cumplir los objetivos que se ha propuesto.
Salud es el componente central del modelo de Allen. No se sitúa en un continuum
salud-enfermedad, por lo tanto, no es ni un estado ni una finalidad. La salud y la
enfermedad son entidades distintas que coexisten. La salud óptima es la
presencia de muchos elementos de salud y la ausencia de enfermedad. La salud
es un proceso social que comprende los atributos interpersonales y los procesos
de aprendizaje, de los cuales proceden el doping y el desarrollo de la familia y de
sus miembros. Estos dos elementos dimanicos y cambiantes están
interrelacionados y evolucionan con el tiempo. El objetivo del doping es el dominio
o la resolución de los problemas más bien que una simple reducción de la tensión.
El desarrollo va dirigido hacia el logro de los objetivos de la persona o de la
familia, es decir, hacia su realización (Kravitz Frey, 1989). Estos procesos
permiten a la familia y al individuo conseguir un alto nivel de satisfacción en la
vida. La salud es también una manera de vivir y de desarrollarse.
Finalmente, el entorno es el contexto en el que la salud y los hábitos de salud se
aprenden. El aprendizaje de la persona se puede hacer en diferentes situaciones y
en diferentes medios como la casa, la escuela, el hospital y el lugar de trabajo. La
persona y el entorno están en interacción constante (Gottlieb y Rowat, 1987). 15

15
KEROUAC, Suzanne. El Pensamiento Enfermero. P 36-38
ESCUELA DEL SER HUMANO UNITARIO
La escuela del ser humano unitario se sitúa en el contexto de la orientación de
apertura hacia el mundo y del paradigma de la transformación. Las teorizadoras
de esta escuela intentan responder a la pregunta << ¿A quien van dirigidos los
cuidados enfermeros?>>.
Desde 1970, Martha Rogers presenta una concepción de la disciplina enfermera
que se desmarca de otras por su originalidad. De hecho, Rogers propone a las
enfermeras una visión de la persona y de los cuidados enfermeros que se procede
de trabajos filosóficos, de teorías de la física y de la teoría general de los sistemas
de von Bertalanffy (1968).
Es gracias a la escuela del ser humano unitario que el holismo ha conseguido todo
su significado.
Sin embargo, Rogers (1983) evita el concepto holismo a causa de la mala
utilización que muchos han hecho de el. Prefiere el concepto de persona unitaria e
invita a las enfermeras a desarrollar la ciencia del ser humano unitario. Otras
teorizadoras se han unido a esta escuela y han añadido fuentes filosóficas
extraídas del existencialismo y de la fenomenología. Se trata de Margarte
Newman y de Rosemarie Rizzo Parse.
Inspirada por la idea de Rogers, según la cual la salud y la enfermedad son
expresiones del proceso de la vida y no están ni opuestas ni divididas, Newman
(1986) propone una teoría de la salud que será la expansión de la conciencia. La
salud es la realización continua de uno mismo como ser humano unitario, y la
enfermedad esta integrada en la salud; forma parte del proceso de expansión de
la conciencia del cambio. Describimos los modelos conceptuales del ser humano
unitario de Rogers y del ser hacia su actualización de Parse con el fin de ilustrar
esta escuela de pensamiento.

 Ser humano unitario, según Martha Rogers


En sus primeros escritos, Rogers (1970; 1972) insiste sobre la especificidad de la
disciplina enfermera basada sobre una ciencia del ser humano unitario. La
disciplina enfermera es, a la vez una ciencia, un arte y una profesión que se
aprende. El objetivo perseguido por la enfermera es de promover la salud y el
bienestar de toda persona, sea cual sea su contexto. El arte enfermero es la
utilización creadora de la ciencia enfermera. Rogers sugiere que la enfermera se
mantenga al corriente de los conocimientos recientes de numerosos campos con
el fin innovar en el servicio que ofrece a la población (Rogers, 1990). Barrett
(1988) ha definido un proceso de ciudadanos enfermeros inspirada en el modelo
de Rogers. Se trata, para la persona y la enfermera, de:
1. reconocer las manifestaciones o patrones de la persona y que están unidos
a situaciones de la salud.
2. formular, si es necesario, estos patrones en un modelo deliberado, mutuo y
continuo con el fin de promover la armonía y el bienestar durante la vida.

Este proceso, en el que la persona y la enfermera actúa juntas en consenso, es


simultaneo mas bien que la actualización de su potencial (Barrett, 1990). Utiliza las
modalidades de cuidados no invacivos.
Rogers (1970; 1983; 1990) reconoce primeramente a la persona como un ser
humano unitario, que es mas grande que la suma de sus partes y diferentes de
estas. En este sentido, la persona es un sistema abierto, un campo de energía que
no cesa de cambiar. De hecho, rogers no subraya las diferentes dimensiones
biológicas, psicológicas o sociales. Mas bien habla de la persona como un campo
irreducible de energía qué se caracteriza por patrones diferentes de los de las otra
persona.
Rogers 81983) define seguidamente la salud como un valor que varía según las
personas y las culturas. Este valor que es la salud es, pues, definido por las
personas o la sociedad y cambia de una persona a otra y de una sociedad a otra.
Según esta concepción, la salud hace referencia al bienestar, la autorrealizacion,
la actualización y la realización del potencial de las personas por una participación
conciente al cambio. La salud transciende la dimensión corporal y alcanza al ser
humano en su totalidad (Barrett, 1990; Phillips, 1990).
Finalmente, Rogers (1970; 1983; 1990), describe también al entorno como un
sistema abierto y un campo de energía en cambio continuo. Utiliza los principios
de la homeodinamica para describir la naturaleza y la dirección del cambio de la
persona y del entorno. Así, los campos de energía (persona y entorno) están en
interacción constante y en cambio simultaneo; es el principio de la integridad. Los
campos de energía están continuamente cambiado, de patrones de baja
frecuencia a los patrones de frecuencia mas elevadas; es el principio de la
resonancia. Los campos de energía tienden hacia una diversidad creciente y
expresa patrones probabilista y creativos es decir, imprevisibles y diversificados
con ritmo que no cesan de renovarse: es el principio de felicidad.

 El ser hacia su actualización, según Rosemaria Rizzo Parse.


Según Parse, la ciencia enfermera es una ciencia humana. Los cuidados
enfermeros están centrados en el ser humano –unidad viva- y en su participación
cualitativa a las experiencias de salud. Los objetivos de la práctica enfermera a
partir del modelo conceptual del ser hacia su actualización consisten en favorecer
la calidad de vida, tal como es percibida por la persona o la familia, y en preservar
su dignidad (Parse, 1987; 1989). La enfermera, en relación intersubjetiva con la
persona o la familia, suscita la participación de estas para describir una situación
vivida y comprender se significado. La enfermera tiene en cuenta los ritmos de la
persona y le ayuda a considerar las posibilidades, mas allá de su realidad
presente. A partir de las descripciones personales de la salud, los patrones se
explicitan. Representan los modos del ser hacia su actualización (Parse, 1990).
La persona es un humano o abierto que es más grande que la suma de sus partes
y diferente de estas, libre de escoger su significado en cada situación. Participa en
la creación de patrones de relación en un cambio mutuo y simultaneo con el
entorno (Parse, 1987). Se reconoce al ser humano por sus propios patrones.
Vive la experiencia de la vida como una experiencia multidimensional y simultanea
en todas las esferas del tiempo (Marriner-Tomey, 1989). El ser humano es
responsable de su manera de estar presente en el mundo, escogiendo los valores
que modelan sus actitudes y sus comportamientos.
Aunque distinto de la persona, Parse concibe al entorno de tal forma que el
entorno y la persona coparticipen en su creación intercambiando energía,
tendiendo hacia una mayor complejidad y diversidad, e influenciando, entre si, los
patrones rítmicos. El entorno y el ser humano son inseparables; de ahí la
expresión <<ser humano-entorno>>.
La salud es un proceso de actualización, que refleja las prioridades de valores
(Parse, 1987; 1990ª). La salud expresa una forma personal de vivir las
experiencias; no hay pues, nivel optimo de salud ni estado de bienestar
equivalente a la salud, ni de salud cuantificable o cualificable. Se trata más bien de
un proceso en movimiento que encarna las diferentes formas de ser de un
individuo. Cocreada en las interrelaciones entre el ser humano y el entorno y
vivida según el significado que el ser humano da a las situaciones, la salud es un
compromiso personal del ser humano en interacción y simultánea con el entorno
(Parse, 1990b).
La escuela del ser humano unitario considera un proceso de cambio continuo, en
el cual la persona y la enfermera son colaboradores, y es la persona misma quien
precisa la dirección de su cambio. La practica enfermera ya no es tributaria del
enfoque tradicional de resolución de problemas, sino que se orienta, mas bien,
hacia un proceso de actualización para los dos, enfermera-cliente. Este nuevo
enfoque presenta un cambio importante de valores y creencias para la enfermera
(Mitchell, 1990).16

ESCUELA DEL CARING


Durante los últimos quince o veinte años, el concepto de caring ha sido el centro
de varios escritos de la disciplina enfermera. Leininger (1981) ha mantenido este
concepto como la esencia de la disciplina. Benner y Wrubel (1989) sugieren que
una práctica enfermera basada sobre la prioridad del caring reemplaza aquella en
la que el enfoque comprende la promoción, la prevención y la restauración de la

16
KEROUAC, Suzanne. El Pensamiento Enfermero. P 38-42
salud. A su vez, Watson (1985) propone que las enfermeras crean un ideal del
caring que sea a la vez humanista y científico.
Según Benner y Wrubel (1989), el caring esta formado por el conjunto de las
acciones que permiten a la enfermera, por ejemplo, descubrir de manera sutil los
signos de mejora o de deterioro en la persona. Caring también significa facilitar y
ayudar, respetando los valores, las creencias, la forma de vida y la cultura de las
personas (Leininger, 1988ª; 1988b; Watson, 1988).
Las teorizadoras de la escuela del caring creen que las enfermeras pueden
mejorar la calidad de los cuidados a las personas si se abren a dimensiones tales
como la espiritualidad (Watson, 1985; 1988) y la cultura (Leininger, 1988b) y si
integran los conocimientos vinculados a estas dimensiones.
Esta escuela, que tiene por conceptos centrales el caring y la cultura, se sitúa
también en la orientación de la apertura hacia el mundo y el paradigma de la
transformación. Centrándose en el cuidado intenta responder de nuevo a la
pregunta: << ¿Cómo las enfermeras hacen lo que hacen?>>. Describiremos los
trabajos de dos teorizadoras con el fin de ilustrar esta escuela. Se trata de la teoría
del cuidado humano (human caring), de Jean Watson, y de la teoría de la
diversidad y de la universalidad del cuidado cultural, de Madeleine Leininger.

 Cuidado humano (human caring), según Jean Watson


Watson considera la disciplina enfermera como una ciencia humana y un arte. De
hecho, Watson (1985; 1988) postula que el amor incondicional y el cuidado son
esenciales para la supervivencia y el desarrollo de la humanidad. El cuidado y el
amor hacia uno mismo precede al amor y al cuidado hacia los demás. El aspecto
curativo de las actividades de la enfermera no es un fin en si mismo, pero forma
parte del cuidado. Según Watson (1988), la contribución de las enfermeras en los
cuidados de la salud estará delimitada por la capacidad de las enfermeras en
traducir su ideal de cuidado en práctica.
Según Watson (1988), los cuidados enfermeros consisten en un proceso
intersubjetivo de humano a humano que requiere un compromiso con el caring, en
cuanto a ideal moral, y sólidos conocimientos. El objetivo de los cuidados
enfermeros es el de ayudar a la persona a conseguir el mas alto nivel de armonía
entre su alma, su cuerpo y su espíritu. El cuidado empieza cuando la enfermera
entra en el campo fenoménico de otra persona y percibe y siente lo vivido por la
otra persona y responde a ello, de forma que le permita exteriorizar los
sentimientos o los pensamientos que el otro siempre a soñado con exteriorizar
(Watson, 1988). Esta experiencia facilita la armonía.
Siempre según Watson (1988), la persona es un <<ser-en-el-mundo>> que
percibe, que vive experiencias y que esta continuidad con el tiempo y el espacio,
las tres esferas del ser-en-el-mundo, el alma, el cuerpo y el espíritu, son
influenciados por un cambio en el autoconcepto (Boyd y Mast, 1989; Watson,
1988). La persona se esfuerza continuamente en actualizar y establecer una
armonía entre sus tres esferas. La totalidad de la experiencia de una persona
constituye un campo fenoménico único de realidad subjetiva.
La salud, por su parte, es la percepción, es la armonía del cuerpo, del alma, y del
espíritu. La salud esta asociada al grado de coherencia entre el yo percibido y el
yo vivido (Watson, 1988). La armonía <<cuerpo, alma y espíritu>> engendra un
autorespeto, autoconocimiento, autocuidado por el mundo físico o material y el
mundo espiritual. El entorno representa todas las fuerzas del universo, así como el
entorno inmediato de la persona (Watson, 1988).

 Cuidado transcultural, según Madeleine Leininger


Leininger (1988b) se ha inspirado en conocimientos de antropología y en ciencias
enfermeras y ha presentado el concepto <<cuidado>> (caring) como central y
esencial en su concepción de la disciplina enfermera. Sus numerosas
investigaciones a cerca de diversas culturas le han llevado a comprender el
cuidado como acciones de asistencia, de apoyo y de facilitación a la persona que
tiene necesidad de recuperar su salud o mejorar sus condiciones de vida.
Interesándose en lo que es universal y diverso en las culturas, ha reconocido
varios factores que influencian los sistemas de cuidados, la salud y el bienestar.
El cuidado profesional de la enfermera comporta, pues, modos de ayuda basados
en una ciencia y un arte humanista que se aprenden, respeta los sistemas de
cuidados tradicionales y no profesionales que sostienen la vida y la muerte. El
cuidado humano favorece el desarrollo y la supervivencia (Leininger, 1988b).

En la perspectiva de Leininger, los cuidados enfermeros comprenden


comportamientos, funciones y procesos de cuidados personalizados dirigidos
hacia la promoción y conservación de comportamientos de salud y de su
recuperación. La profesión enfermera es una profesión de cuidados
transculturales, centrados en un cuidado humano, respetuoso de los valores
culturales y del estilo de vida de las personas. Los cuidados enfermeros están
basados en los conocimientos transculturales aprendidos por la observación de la
estructura social, la visión del mundo, los valores, el idioma y los contextos del
entorno de diversos grupos culturales. Así, las enfermeras están de acuerdo con la
cultura y favorecen la conservación de la salud y su recuperación.
Según esta concepción, la persona es un ser que no puede ser separado de su
bagaje cultural. Sus expresiones y su estilo de vida reflejan los valores, las
creencias y las practicas de su cultura. Una persona tiene, de modo natural, la
tendencia a cuidar a los que le rodean. La persona representa a los individuos, las
familias y los grupos culturales (Leininger, 1988ª; 1988b).
La salud significa entonces mas que la ausencia de una enfermedad o un punto en
un continuum; se refiere a las creencias, los valores y las formas de actuar, que
son culturalmente conocidos y utilizados con el fin de prevenir y conservar el
bienestar de un individuo o de un grupo, y de ejecutar las actividades cotidianas.
La salud esta imbricada en la estructura social y, por consiguiente, varía de una
cultura a otra.
Igualmente, el entorno se relaciona con todos los aspectos contextuales en los
que la persona se encuentra. Estos son los aspectos físicos, ecológicos, sociales,
igual que la visión del mundo y todo factor que tenga una influencia sobre el estilo
de vida de la persona. El entorno es principalmente exterior a al persona, pero
ejerce un influencia en lo cotidiano y en la existencia de esta persona. El contexto,
es decir, todas las influencias estructurales y del entorno, proporciona un
significado a las experiencias de la vida de la persona. Por esto, un
comportamiento solo es significativo en la medida que se incluye en el entorno. 17

HACIA EL FUTURO
Los cambios ocurridos en los últimos decenios no llevan a entrever el futuro
reservado de los cuidados y a prepararnos. Una investigación doctoral, hecha
recientemente por una enfermera (Johnson, 1990), ha demostrado que un cambio
de paradigma se produce actualmente en los cuidados enfermeros, y que este
cambio es evidente a través de los escritos profesionales y científicos de las
enfermeras. Johnson (1990) sostiene que las enfermeras se orientan hacia un
paradigma holistico.
Según este paradigma, la autoconciencia, la necesidad de estar en contacto con
su propia energía y el cuidado guían la disciplina enfermera. La relación entre la
persona y la enfermera es reciproca, es decir, los dos actores se benefician de la
interacción y pueden crecer hacia una mayor autoconciencia. Esta relación
refuerza a la persona y a la enfermera, y el proceso de curación puede seguir su
curso. Las actividades de cuidados incluyen entonces el toque terapéutico y las
diferentes técnicas de control del estrés, tales como el uso de imágenes, la
visualización, la meditación, el yoga, la terapia musical, etc. Estas actividades se
añaden a las terapias tradicionales; no las reemplazan.
Además, la promoción de la salud, la educación y el counseling referentes a la
salud son actividades que guían el proceso de autocuración y de crecimiento de la
persona. La persona es considerada en su globalidad y la enfermera centra su
atención en la persona global en proceso de autocuración. 18

17
KEROUAC, Suzanne. El Pensamiento Enfermero. P 42-57

18
KEROUAC, Suzanne. El Pensamiento Enfermero. P 72-73
EL CUIDADO ENFERMERO ACTUAL.

Del mismo modo que ha evolucionado el concepto cuidado, también el ámbito de


la práctica profesional ha sufrido importantes cambios. La enfermería se ha ido
desarrollando como ciencia y como profesión a lo largo del tiempo y ha ido
modificando su modo de atender las necesidades de las personas y la aplicación
de los cuidados a medida que ha evolucionado la visión de los procesos salud-
enfermedad.

Por eso se define continuamente y se va adaptando a los cambios, se ha pasado,


como se apuntaba anteriormente, de la enfermería técnica e intuitiva a una
enfermería que está sustentada por un cuerpo de conocimientos propio y por un
rol enfermero que enfatiza las respuestas humanas.

La enfermería así entendida, como ciencia del arte de cuidar la salud y el


bienestar de las personas, gira alrededor de los cuidados basados en las
necesidades y respuestas humanas del individuo. El cuidado enfermero hace
referencia a la atención de cuidados profesionales para la recuperación y
mantenimiento de la salud, y procura el mayor grado de bienestar de las personas
en su entorno.

Desde esta perspectiva ninguna otra profesión actualmente oferta estos servicios,
lo que le ha llevado a convertirse en una profesión sólida, arraigada en la sociedad
y a ser una parte muy importante del sistema sanitario. Por lo tanto es indiscutible
que Enfermería es el colectivo más numeroso y su contribución asistencial es
fundamental dentro del sistema de salud.

Los elementos que han facilitado el cambio, son entre otros:

 La utilización de un modelo enfermero que conceptualiza a la persona y el


rol de la enfermería

 El empleo del proceso enfermero como método para prestar los cuidados
que obliga a fijar criterios de resultado.

 El utilizar sistemas estandarizados de lenguaje enfermero para la


información clínica referente a los cuidados

Aunque hace ya tiempo que en nuestro país se empezaron a oír los términos
"proceso de enfermería" y "modelos enfermeros", han sido muchas las dificultades
que se han encontrado y muchos los esfuerzos que se han tenido que realizar
para implementarlos, pero a pesar de las dificultades hay que tener claro que es
necesario seguir un marco conceptual que describa, explique, prediga y controle
los fenómenos que dan sentido a la profesión y un método para aplicar los
cuidados como es el Proceso de Enfermería, definido por Alfaro como "método
sistemático de brindar cuidados humanistas eficientes centrados en el logro de
resultados esperados", siendo una forma sistematizada de trabajar y su aplicación
ofrece importantes ventajas y define el campo del ejercicio profesional y contiene
las normas de calidad necesarias.

Esta sistemática de trabajo ha marcado pautas para la elaboración de los planes


de cuidados enfermeros, ya que orienta hacía los datos que se deben recoger,
cómo hay que compararlos para determinar su naturaleza, qué problemas o
situaciones se pueden diagnosticar, qué resultados se deben alcanzar, y cómo
hay que actuar para conseguirlos.

Partiendo de estas premisas, para delimitar el campo de actuación, definir qué es


lo que se ofrece como profesión y poder demostrar la aportación a la mejora de
salud de las personas, parece claro que es necesario disponer de un lenguaje
común y normalizar la práctica del cuidado.

Este hecho hace imprescindible unificar los criterios del enfoque profesional,
sistematizar la práctica y utilizar lenguajes estandarizados, elementos
fundamentales para el reconocimiento y desarrollo de nuestra profesión.

Por lo cual la enfermería actualmente ha comprendido tres áreas muy importantes:


la promoción de la salud y el bienestar, la prevención de la enfermedad, la
recuperación de la salud y el cuidado de los enfermos terminales.

 PROMOCION DE LA SALUD Y EL BIENESTAR.

El objetivo de los programas de prevención de la enfermedad es mantener una


salud optima mediante la prevención de la enfermedades mantener una salud
optima mediante la prevención de las enfermedades.

Las actividades de enfermería que previenen enfermedades incluyen


inmunizaciones, cuidados infantiles y prenatales, y la prevención de enfermedades
de transmisión sexual.

 RECUPERACION DE LA SALUD.

La recuperación de la salud se centra en el paciente enfermo y se extiende desde


la detección precoz de la enfermedad hasta la asistencia del paciente durante el
periodo de recuperación.

Entre las actividades de enfermería se incluyen las siguientes:

 Proporcionar cuidados directos a la persona enferma, tales como la


administración de medicamentos, baños, procedimientos y tratamientos
específicos.
 Realización de procedimientos diagnósticos y de valoración tales como,
medir la tensión arterial y realizar un examen de sangre oculta en heces.

 Consultar con otros profesionales sanitarios sobre los problemas del


paciente.

 Enseñar a los pacientes actividades de recuperación, como ejercicios que


aceleraran la recuperación después de un ictus.

 La rehabilitación de los pacientes hasta alcanzar su nivel funcional optimo


tras una enfermedad física o psíquica, lesiones o adicciones a sustancias
estupefacientes.

CUIDADOS DE LOS ENFERMOS TERMINALES.

Esta parte de la práctica de la enfermería implica el consuelo y el cuidado de


personas de todas las edades que se están muriendo. Incluye ayudar al paciente
a vivir lo mejor posible hasta su muerte, y prestar apoyo a quienes los cuidan para
enfrentarse a la muerte. Los enfermeros que desarrollan estas actividades
trabajan en hogares, hospitales y centros para enfermedades crónicas. Algunas
instituciones, denominadas centros de cuidados paliativos, están diseñadas
específicamente para este fin.

Ante esto se tiene contemplado que la actividad enfermera en un futuro se muy


diferente a la actual pues esta constantemente va a abarcando otros campos y por
ello de igual forma se tendrá que ir adaptando a las necesidades que existan.

Por ello la enfermería se encuentra ante un gran reto que recae en los futuros
profesionales de enfermería, el cual es recuperar las actividades que por ende le
corresponden para lograr un cuidado enfermero eficiente, ya que de esto
dependerá la participación activa de la enfermería en el campo de la salud. 19

19
KOSIER, Bárbara, et al, FUNDAMENTOS DE ENFERMERIA, conceptos procesos y practica, p
1-9.

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