Rotura Uterina.: María Alba Rodríguez Gómez Verónica García Romero Marta Delgado Márquez
Rotura Uterina.: María Alba Rodríguez Gómez Verónica García Romero Marta Delgado Márquez
Rotura Uterina.: María Alba Rodríguez Gómez Verónica García Romero Marta Delgado Márquez
RESUMEN.
INTRODUCCIÓN
La rotura uterina completa es la complicación obstétrica más grave ya que presenta una alta
morbimortalidad tanto para la madre como para el feto, de ahí la importancia de ser capaz de
realizar un diagnóstico y tratamiento precoz. A pesar de que en los países menos desarrollados
sigue siendo una de las causas más frecuentes de mortalidad materna sólo superada por las
hemorragias del cuarto período, en los países más avanzados raramente ello implica una muerte
materna, esto se debe a la correcta realización del control de la gestación, así como del aumento
de los recursos asistenciales1.
OBJETIVO.
El objetivo de este trabajo es revisar la evidencia científica a cerca de la rotura uterina, para
actuar de la manera más correcta si se presenta la situación.
METODOLOGÍA.
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Pubmed, Embase, Cinahl, Cochrane Plus, CUIDEN y la Biblioteca Virtual del Servicio Extremeño
de Salud. Tomando como referencia artículos de alta evidencia científica y tomando como
criterios de exclusión aquellos artículos de baja evidencia, según la guía NICE.
RESULTADOS.
a. Según su profundidad: Puede ser una rotura uterina completa (existe una
disrupción de todas las capas, incluyendo la serosa, por lo que se comunica
directamente con la cavidad abdominal), presenta una importante morbimortalidad
materno-fetal. Rotura uterina incompleta o dehiscencia, aquí la serosa permanece
intacta, en muchas ocasiones no presenta clínica y sus complicaciones son mucho más
leves. Por otro lado, hay autores que utilizan el término rotura cuando no existe cicatriz
previa y dehiscencia cuan sí la hay.
b. Según el mecanismo de producción estaríamos hablando de espontáneas (por
debilidad miometrial como en cicatrices anteriores), Activas cuando son provocadas por
una hiperdinamia o Pasivas si son debidas a traumatismos.
c. Se pueden producir durante el embarazo a causa de algún traumatismo, de una
placenta pércreta, enfermedad trofoblástica gestacional, o lo más frecuente es que se
origine durante el parto.
d. Según la dirección que adquiera la rotura puede ser longitudinal, oblicua,
transversa, mixta o una rotura estrellada.
e. Según la extensión y localización puede ser: Rotura vaginal, Cervicales
supravaginales, Cervicosegmentarias, Segmentarias (es la zona más frecuente ya que es
la zona más débil del útero y también la más fina, por eso, también, suele ser la zona de
elección para realizar la incisión durante una cesárea), Segmentocorporales, Corporales,
Cervicosegmentocorporales, o Laterales.
Son muchas las causas que pueden desencadenar una rotura uterina3:
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La rotura de un útero intacto es muy rara, su incidencia está entre 1/5700 y 1/20.000
embarazos4. La mayoría se producen en úteros que presentan una cicatriz previa.
Es posible predecir la posibilidad de rotura mediante ecografía. En ella se mide el grosor del
segmento inferior, no hay un valor exacto que sea suficiente para predecir anteparto la
posibilidad de rotura uterina. Con los estudios de imágenes podríamos ver la disrupción del
miometrio, si existe líquido libre, hematomas, anhidramnios o partes fetales fuera del útero. Si
es necesario se puede recurrir a un RMN o, incluso, a TC. También es muy importante rellenar
correctamente el partograma para indicar si es preciso la no progresión.
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Anomalías en la frecuencia cardiaca: Lo más frecuente es una bradicardia grave que
puede estar precedida de desaceleraciones tardías. Muerte fetal.
Hemorragia intraabdominal que conlleva el deterioro hemodinámico de la madre.
Alteraciones en la dinámica uterina: el cuadro más característico es una fase de
hiperdinamia seguida de un patrón en “escalera” que consiste en una disminución
progresiva de la intensidad de las contracciones.
Sangrado vaginal que puede variar de moderado a leve o incluso no existir
dependiendo de tipo de rotura. Es típico el incremento del sangrado al mover la
presentación mediante el tacto vaginal.
Dolor abdominal repentino o empeoramiento del mismo, este síntoma puede estar
enmascarado por la anestesia.
Distensión y abombamiento del segmento uterina inferior, doloroso a la palpación
y que persiste incluso cuando el útero está relajado.
El cuadro clínico es especialmente llamativo cuando se trata de una rotura sin cicatriz
previa, pero cabe destacar que puede pasar desapercibido cuando es una ruptura de la cicatriz
de la cesárea anterior o dehiscencia.
CLÍNICA CLÁSICA
Pérdida de bienestar fetal
Hemorragia vaginal
Deterioro hemodinámico de la madre
Pérdida del plano del feto
Dolor generalizado abdominal agudo
Cese de contracciones
Palpación de partes fetales
Hay roturas que se pueden manifestar durante el postparto con taquicardia materna,
deterioro del estado general de la madre y hemorragia vaginal que no cede con el uso de
uterotónicos, incluso puede darse hematuria. La rotura en el posparto puede estar relacionada
con un parto instrumental, alumbramiento manual, etc.
La rotura de útero es una situación emergente en la que hay que actuar de manera
inmediata. No se debe intentar el parto por vía vaginal. Cuando existe una sospecha de rotura,
en pacientes hemodinámicamente inestables deberían estabilizarse mediante fluidoterapia y,
posteriormente, finalizar el parto por cesárea. También administraremos antibióticos, siendo
mayor el riesgo de infección cuando se repara la lesión que cuando se practica una
histerectomía. Si coexiste la atonía de útero tras la reparación se pueden administrar
uterotónicos. La reparación suele primar en pacientes jóvenes con deseos gestacionales, aunque
a veces la gravedad y/o extensión de la lesión obligan a realizar una histerectomía.
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TRATAMIENTO
Laparotomía inmediata: reparación si es posible, sino histerectomía.
Revisión del resto de la cavidad, especialmente vejiga y parametrios.
Medidas de soporte: fluidoterapia, expansores, transfusión sanguínea.
Esterilización tubárica si no deseo genésico.
Profilaxis antibiótica
Cuidados de enfermería.
Para prevenir que ocurra la rotura uterina debemos de recomendar ciertas medidas que
disminuyan las posibilidades de sufrirla.
• Se recomienda que siga una dieta equilibrada y haga ejercicio de manera regular
para mantener un estado óptimo de salud y de normopeso, así evitar la obesidad
que se relaciona con mayor incidencia de rotura uterina.
• Debemos de hacer comprender a la persona la importancia que tiene respetar el
tiempo mínimo intergenésico, unos 18 meses, y explicarle las posibles
complicaciones que puede tener si esto no se cumple, sobre todo el gran aumento
del riesgo cuando este periodo es inferior a 6 meses. Tenemos que hacer especial
hincapié cuando presente una cesárea anterior.
• El riesgo en grandes multíparas también está aumentado por lo que debemos de
explicarle las posibles complicaciones que acarrearía un nuevo embarazo. De igual
manera ocurre con la edad materna avanzada por lo que recomendaremos actuar
con moderación.
Durante el embarazo:
Se debe evitar la versión cefálica externa si la señora presenta factores de riesgo para la
rotura uterina como pueden ser una cesárea anterior, intervenciones quirúrgicas que
hayan afectado a la integridad del miometrio como una miomectomía con entrada en
cavidad, situaciones de sobredistensión, etc. Antes de realizar esta técnica se debe de
hacer una valoración individualizada.
Durante el parto:
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Evitar la maniobra de Kristeller, aún más con factores de riesgo asociados.
En cesáreas anteriores es recomendable acortar los tiempos de inducción y las fases del
parto, evitar expulsivos prolongados, por lo que avisaremos al facultativo responsable
de manera más temprana si no desciende la presentación.
Debemos de extremar las precauciones ante cesáreas anteriores que estén asociadas a
otros factores como macrosomía o la necesidad de inducción.
Es muy importante conocer y estar atento a los síntomas premonitorios que nos pueden
avisar de una amenaza de rotura y nos permitan un diagnóstico precoz para actuar
inmediatamente. Estos signos y síntomas son una hiperdinamia, dolor suprapúbico, ansiedad
materna, distensión del segmento uterino inferior, se eleva el anillo de Bandl, alteración en la
frecuencia cardiaca y una posible hemorragia vaginal. Los signos de la rotura completa serán
más agudos y graves.
CONCLUSIONES.
La rápida actuación ante la aparición de signos y síntomas que nos hagan sospechar una
rotura uterina es de vital importancia ya que la morbilidad fetal presenta un aumento
exponencial cuando el tiempo que pasa entre la aparición de anomalías en la frecuencia cardiaca
fetal y la cesárea excede de 18 minutos9.
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vaginal birth after cesarean: new insights March 8-10, 2010. Obstet Gynecol 2010; 115:
1279-95.
6. Sociedad Española de Ginecología y Obstetreicia (SEGO). Protocolo Asistenciales
en Obstetricia. Rotura Uterina. 2013.
7. KoK N, Wiersma IC, Opmeer BC, De Graaf IM, Mol BM, Pajkrt E, et al.
Sonographic measurement of lower uterine segment thickness to predict uterine
ruptura during a trial of labor in women with previous Cesarean section: a metaanalysis.
Ultrasound Obstect Gynecol 2013; 2: 132-9.
8. Chibber R, El-Saleh E, Al Fadhli R, Al Jassar W, Al Harmi J. Uterine ruptura and
subsequent pregnancy outcome- how safe is it? A 25-year study. J Matern Fetal
Neonatal Med 2010; 23: 421-4.
9. Holmgren C, Scott JR, Porter TF, Esplin MS, Bardsley T. Uterine rupture with
attempted vaginal birth after cesarean celivery: decision-to-delivery time and neonatal
outcome. Obstet Gynecol 2012; 119: 725-31.