La Noción y Vivencia Del Derecho en Tiempos Prefilosóficos
La Noción y Vivencia Del Derecho en Tiempos Prefilosóficos
La Noción y Vivencia Del Derecho en Tiempos Prefilosóficos
notas):
El pensamiento sobre la ciencia del derecho llega a nosotros desde tiempos pretéritos, aún
antes de la época clásica griega y romana del derecho, del llamado iusnaturalismo en la
escuela clásica. Si bien el origen del derecho se puede ubicar desde los orígenes de la
humanidad, es con la civilización griega, al menos es con los griegos que conseguimos los
Egipto, China, Sumeria, el Imperio Persa, y en la India. Pero estas no son de nuestro
interés aquí.
En occidente comienza con el poeta Homero (más o menos del s. VIII-VII a.C.), en sus
poemas (La Ilíada, La Odisea, Himnos Homéricos), la reflexión del derecho en la figura de la
diosa Temis (Θέμις = Themis). Hay que decir, que los griegos tenían un particular modo de
ver y explicarse el mundo, de racionalizar los fenómenos naturales y humanos que les
rodeaban, la mitología. La diosa Temis forma parte de esa variada y rica mitología, o forma
mitología Temis es la diosa de la Justicia Natural. Se cree que es de las más antiguas
deidades por ser hija de Gaia (la Tierra) y Urano (el Cielo) y perteneciente a la primera
naturaleza”, que es una ley que sobre pasa a las leyes humanas o impuestas por el hombre,
conocemos por ser la diosa del “buen consejo”, la que convoca a la “asamblea a los
dioses”, representa un orden natural de las cosas, el orden divino, las leyes y las
costumbres emanadas de los dioses. Es por excelencia la consejera jurídica del padre de los
dioses, Zeus. Los dictámenes que Zeus emanaba a los reyes, ya sea en sueños ya sea por
medio de algún otro dios como Hermes, reciben el calificativo de θέμιστες (thémistes). En
esta concepción antigua del derecho, lo que es por derecho es θέμις ἐστίν (es ley natural o
sociedad netamente guerrera, e impelía a los hombres a ejercer y dar el derecho de asilo, y
por supuesto a honrar a los muertos según sus costumbres. De igual manera, debe decirse
que tales actitudes constituyeron en su momento una costumbre, como la de dar asilo al
extranjero, y por provenir de Temis era algo propio, intrínseco y natural para el hombre, lo
que diríamos hoy en día que es una cuestión y actitud connatural del ser humano y se
diría que hace que nazca en el hombre el ser y actuar de tal modo.
legislar y ordenar directamente sobre los asuntos humanos (cosa esta muy afín con la
concepción cristiana del libre albedrio que dios dio al hombre), a pesar de que a Zeus
victima de la antropomorfización de los dioses por parte de los griegos quizás, pudiendo o
no elegir intervenir él en estos asuntos; aunque, por otra parte, lo que Zeus da u ordena,
por su palabra divina, viene a ser ley o resulta en ley sobre todo en el orden divino de los
dioses, y esto es la misma Temis, ley natural y divina. Zeus es justo, de carácter justo, por
el consejo de Temis.
En la cosmovisión homérica, aun Zeus y todos los demás dioses estaban atados por las
leyes naturales, por las Moiras o Parcas, quienes eran las hijas de Temis y Zeus, y quienes
tenían en sus manos los destinos de todos los hombres y los dioses. Es decir que estas
Moiras eran una ley divina natural regidora en el universo y aun más por encima de
cualquier otra divinidad. En todo caso Zeus convenía y conocía de lo correcto y lo que era
derecho por medio de la diosa que le aconsejaba, Temis, y estaba obligado en su proceder
y actuar por sus hijas las Moiras, pues ellas designan lo bueno y lo malo y la parte de vida
Como mínimo en este primer aporte del pensamiento prefilosófico, tenemos el elemento
ordenador, es decir, la noción de un orden por el cual se rigen las cosas, que si bien no es
“impositivo”, si viene a formar parte de la naturaleza humana, y en él ya se halla
intrínseca la antinomia del hombre frente al caos y la anarquía (anomía), pues todo orden
es también jerárquico y busca dar sentido y armonía lógica, dar cierto equilibrio también.
De ser cierto que Némesis se presenta cuando el hombre no obedece la ley natural, tendría
venganza que más bien busca el equilibrio de las cosas, del actuar y de la fortuna humana.
Mientras que otro tanto lo constituye el sentido de vigilancia tácito y pasivo, que cobra
vida y actividad en los juicios y observaciones del Dios Zeus, y desde y por el actuar
humano.
expresión “la justicia es” (δίκη ἐστί), Homero da a conocer un sentido subjetivo de justicia
para una persona, pero aunque subjetivo recae en él el ser una justicia ya impuesta
absolutamente por las costumbres del hombre a través de la condición humana (Odisea,
canto XXIV, verso 255). Es decir, no está del todo apartada aun de las leyes naturales que
rigen al hombre, pues aquí Homero dice que luego de la comida ”es costumbre dormir y
descansar como es ley de los viejos”, y entendemos que lo hacían por convención de la
sociedad homérica de la Odisea, que muestra otros aspectos del hombre que no son solo los
del guerrero, son también los del pescador, el artesano, el campesino, el comerciante, el
pastor, etc., tanto por convención como por la evidente fragilidad y necesidad que se
En ese sentido sigue haciendo parte del estado natural de las cosas, aunque en su sentido
más sobresaliente díke es más una imposición del hombre. De esta manera, fue derivando
en el criterio y el reconocimiento subjetivo del que juzga, ya en un rey ya en un juez o ya
en el hombre común, de lo que es digno de derecho, digno de ser juzgado correcto. De ahí
que juzgar en griego antiguo se diga δικάξειν (dikázein), y que la institución que juzga, es
Trabajos y los Días sobre todo, cuestiones y aspectos referentes a las ideas de Temis y Dike.
Estos aspectos aun no constituyen por entero una concepción completa y acabada del
derecho y la justicia, como tampoco los encontramos de manera completa en Homero. Hay
solo nociones en estos poetas y en estos orígenes prefilosóficos que ayudaron a configurar
los inicios del derecho en la civilización griega, y quedan como una muestra de los avances
bueno y lo malo, y lo demás será una simple personificación o alegoría. Hesíodo muestra
conocimiento por ambas diosas, Temis y Dike, pero es esta última la que cobrará mayor
importancia. En la Teogonía, el más viejo de los dos poemas que abordamos, Dike aparece
junto a sus hermanas Eunomía (Ευνομία), “el buen orden”, y Eirene (Ειρένη), “la paz”,
hijas de Zeus y de Temis. No pasemos por alto que la Teogonía es el poema de los dioses y
del ordenamiento del cosmos (universo) de estos, donde desde los inicios asistimos al
imperio del caos originario en dicho cosmos, hasta hallar “la clave del orden de dicho
cosmos que radica en el triunfo del bien sobre el mal, de lo justo sobre lo injusto: Urano es
malvado y violento, por lo que encuentra su castigo a manos de Cronos. Este a su vez es
también cruel y tiránico y Zeus castigará su pecado. Zeus es todo orden y justicia, y en
Madrid 2000).
En Los Trabajos y los Días, Hesíodo hace de Zeus el protector de la justicia en la tierra y
Teogonía. Si bien en la cosmovisión de los dioses olímpicos Temis y Dike son simples
deidades menores, en Los Trabajos y Días nos queda claro que son “las eternas servidoras
de Zeus, defensoras de los hombres”. Los dioses son los que dan el bien según Hesíodo
(Teogonía vv. 47 y 111), mientras que en la Odisea de Homero los dioses son los causantes
de todos los males de los mortales (Odisea I). El caso es que son estas eternas servidoras las
encargadas de llevar la noción de derecho y justicia desde el Olimpo a la tierra,
difundiendo sus dones entre los hombres para que estos se protejan y se conserven; esta es
en específico la función de Dike, que como ya se vio, es una cuestión más propia del
hombre por su condición natural, y, agreguemos ahora, que dike se manifiesta por el lógos
A dike se le oponen Eris (¨Ερις), “la discordia”, Bía (Βία), “la fuerza”, y Hýbris (‘Υβρις), “la
desmesura y/o soberbia”. Estas son fuerzas que rompen y exceden el derecho y el
de esta manera, por medio de ellas, se puede decir que lo justo se transforma en injusto.
El tema central de Los Trabajos y los Días es la disputa de una herencia entre Hesíodo y su
hermano Perses. Pisa así Hesíodo sobre los terrenos de los asuntos humanos,
A los peces, fieras y aves voladoras, comerse los unos a los otros,
Les dio la justicia que es mucho mejor” (Hesd. Trabajos…, v 274 ss.).
Esta concepción de la ley viene mediada por la racionalidad, que es lo que nos diferencia
de los animales, pero que precisamente distingue también una noción de justicia en el
mundo animal, la justicia del más fuerte junto con el deseo de saciar los instintos y
necesidades animales. En suma, hay aquí un orden que se equilibra entre la racionalidad e
(ἀνομία= sin ley). Una muestra más de ello será la fabula del Halcón y el ruiseñor en los
Trabajos y Días, donde se impone la irracionalidad por medio de la Bía, siendo esta el
nómos.
Un nómos completamente diferente vale para los hombres, quienes están destinados a
vivir, según su naturaleza racional, en armonía con el orden jurídico; los hombres están
obligados a no hacer uso de la violencia (Hesd. Trabajos v. 274 ss.), a respetar los límites del
derecho (ibid. v. 217 ss.) y a llevar sus disputas ante los jueces, a oponerse a Bía, Hybris y
Eris, y Hesíodo habla también de la “buena Eris” en Los Trabajos y Días. Hesíodo aconseja a
Teogonía, no solamente hay jueces, también hay sobornos, pues “los hombres son
y los hombres pueden dictar sus fallos contrarios a la esencia de la diosa. Hesíodo conoce
Según lo expuesto, el orden que conviene a los hombres es un vivir en el derecho, pues
menoscabada, el orden corre el riesgo de caer en querellas y guerra civil, pero para
Hesíodo siempre sale adelante Dike sobre Bía, Eris y Hybris. He aquí la semilla de la
sancionadas por los dioses y por los hombres y por ello a veces tienen un sentido
retributivo y punitivo.
Dike. Para ellos vale la ley ética-jurídica de “estar obligado”, ley que debe ser
- Al ser del hombre corresponde una vida conforme a la ley de Dike. Cuando el
puede deducirse del mandato de una voluntad arbitraria, sino de aquellas normas
cuyo efecto han de contemplar el caso por resolver a la luz de Dike. La diosa tiene
revelarlo. De ahí que las sentencias que no traducen a Dike no sean auténticas
En síntesis, son las divinidades y la naturaleza, las que brindan el derecho al hombre, y es
génesis del derecho, en el mundo griego existía ya la noción de las leyes no escritas
este las acatará por obligación divina y natural o por costumbre y tradición; mientras que a
su vez el hombre interpretará el mundo y sus hechos para crear sus propias leyes, pero ya
ahora, por escrito (νόμος γράφοι) y será su responsabilidad darles sentido, seguirlas y
aplicarlas. Aunque esto último no se pondrá de relieve sino hasta la llegada de Sócrates,
siglos después.
Fuentes bibliográficas:
Verdross A., La filosofía del derecho del mundo occidental, México, 1983.