Casos de Seminario
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HUMANIDADES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
PRUEBA ENICOM – 10
LOGRO: ………………..
APELLIDOS Y NOMBRES : ………………………..……………………………………………………..….
TELÉFONOS: ……….……………….
INSTRUCCIONES:
Estimado estudiante:
Es muy importante que lea atentamente cada una de las preguntas antes de responder y si
tuviera alguna inquietud que aclarar, por favor comuníquelo inmediatamente al evaluador.
LA CAPACIDAD A EVALUAR:
1. Propone un plan de intervención en un caso psicológico
2. Elabora el informe científico de una investigación
3. Elabora la propuesta de un programa de prevención y promoción de salud mental
Los resultados de esta evaluación nos permitirán mejorar nuestros procesos educativos, por
lo cual esperamos su mejor esfuerzo en resolver esta prueba.
¡EXITOS EN SU EVALUACIÓN!!
PUEDE COMENZAR
LEA CON ATENCIÓN EL CASO QUE SE EXPONE A CONTINUACIÓN, LUEGO RESPONDA A LO SOLICITADO:
Diana es una mujer de 32 años atendida en una Comunidad Terapéutica, después de realizar un
intento de suicidio.
Vive aislada en una enorme casa de las afueras de la ciudad, con sus padres de vacaciones,
deprimida y desesperadamente sola, se preparó ella misma una bebida de diazepam y whisky, se lo
bebió y a continuación llamó al psiquiatra. Carmen ha sido una niña tratable, con un mediocre
rendimiento escolar hasta los 12 años. En ese momento, su carácter, hasta entonces alegre y jovial,
cambió de forma drástica: se volvió hosca y rebelde, oscilando rápidamente de una euforia
desmedida a crisis de llanto y depresión. Se unió a un grupo de jóvenes “marchosos” y empezó a
mostrar actitudes promiscuas, abuso de marihuana y de alucinógenos, y huyó de casa a la edad de
15 años con un joven de 17. Tras haber burlado a la policía que la buscaba, regresó a casa 2 meses
después. Retomó la escuela, pero un año después dejó los estudios. Sus relaciones con los
hombres eran tormentosas, llenas de pasión, de una ansiedad insoportable y con frecuentes
discusiones violentas. Buscaba siempre nuevas sensaciones, solía emborracharse, bailaba a sus
anchas por las mesas de las discotecas, acababa con hombres extraños y practicaba sexo con ellos
en sus coches. Si rechazaba sus peticiones sexuales a veces era abandonada en medio de la calle.
Durante su tratamiento se quejaba de que su familia debería de hacerle más caso y pretendía una
constante atención por parte de aquella. Durante el tratamiento ambulatorio interrumpía varias
veces el tratamiento. Durante el tratamiento presentaba numerosos síntomas: bebía con
frecuencia, tenía miedo a desplazarse sola, incluso a la consulta del terapeuta, tenía ideación
suicida y ánimo depresivo, realizaba atracones, tenía ataques de ira extremo rompiendo objetos en
casa. En varias ocasiones se había hecho daño a sí misma cortándose las venas, por lo que tuvo que
ser ingresada; incluso había amenazado al terapeuta con que si no la atendía de inmediato volvería
a hacerlo. No tenía claro que deseaba hacer con su vida, ni que trabajo realizar. Había tenido
ocupaciones de solo unos meses; y solo deseaba dar con un hombre “romántico”. Nunca había
tenido amigas y su única relación afectiva era su perro. A menudo se sentía intensamente aburrida.