Accion de Amparo Zambo
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• FUNDAMENTOS DE HECHOS:
Revisando todos los actuados de la carpeta fiscal: 2006064502-2018-
355-0,me percato que la mama de la agraviada presento su denuncia el
17 de enero del 2018 con el cual porque, todavia el mesde marzo se
empieza segun el PRINCIPIO DE IMPUTACION NECESARIA U OBJETIVA
, el ministerio publico recaba dicha declaracion,todavia luego de haber
realizado su denuncia el mes de enero porque esperar un mes para
empezar a realizar los actos de investigacion se presume que existio una
DUDA RAZONABLE , y lo dice este estracto : Para la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, la duda razonable puede presentarse al menos en
dos situaciones relacionadas con las pruebas de descargo, porque dan
lugar a la existencia de una incertidumbre racional sobre la verdad de la
hipótesis de la acusación:
1) Cuando las pruebas confirman la hipótesis de la defensa, de tal manera
que ellas acreditan una hipótesis totalmente o parcialmente incompatible
con la hipótesis de la acusación;
2) Cuando a través de las pruebas; se cuestiona la credibilidad de las
pruebas de cargo que sustentan la hipótesis de la acusación;
3) Cuando la hipótesis de la acusación no se encuentre suficientemente
confirmada; o,
DERECHO A LA DEFENSA:
Constitución Política del Perú, Art. 139° inciso 14. Artículo 139º Son principios y
derechos de la función jurisdiccional: 14. El principio de no ser privado del
derecho de defensa en ningún estado del proceso. Toda persona será informada
inmediatamente y por escrito de la causa o las razones de su detención. Tiene
derecho a comunicarse personalmente con un defensor de su elección y a ser
asesorada por éste desde que es citada o detenida por cualquier autoridad.
Este derecho se extiende, como bien señala el código, a todo estado y grado del
procedimiento, incluso la investigación Fiscal y diligencias preliminares. Por ello
la constitución en su artículo 139ª inciso 14 “establece que son principios y
derechos de la función jurisdiccional que toda persona debe ser informada,
inmediatamente y por escrito, de las razones o causas de su detención, la cual
no solo puede ser efectuada por el juez penal sino también la policía.
Obviamente que la defensa se actuara en la forma y oportunidad que prescribe
la ley, en concordancia con la Constitución, los tratados internacionales de
derechos humanos y la jurisprudencia vinculante.
El derecho de defensa es un derecho que da vida a las demás garantías del
proceso penal, ya que gracias al ejerció oportuno de este se puede hacer
efectivo el derecho al juez legal, la independencia judicial, la licitud de la prueba
etc. Es decir, sin este derecho, los otros derechos o garantías serian pura
quimera.
Por otro lado, el derecho de defensa se le considera una garantía de todo
proceso penal, pues un proceso llevado sin la garantía de defensa, es una
parodia de proceso mas no un verdadero proceso, por tanto, toda la sanción que
se emitan violan el debido proceso.
Entendemos como el derecho de defensa que es una garantía constitucional que
busca resguardar la posibilidad que tiene el ciudadano de realizar aquellas
actividades procesales que le permitan sostener una postura procesal
determinada; ya sea extraproceso y/o intraproceso.
Así, podemos afirmar que un proceso no puede considerarse como respetuoso
de la persona si no se le permite la posibilidad de presentar sus argumentos,
estrategia y elementos de respaldo jurídico necesarios.
Así la defensa también es un derecho-regla de la tutela procesal efectiva, al
operar como factor de legitimidad de la acusación y de la sanción penal.
Se aprecia así que esta materialmente dirigido a garantizar la posibilidad de
ambas partes procesales de alegar y probar cuanto consideren preciso para la
defensa de sus intereses y derechos, en posición de igualdad recíproca, ello
implica el derecho a ser informado de la imputación para poder ejercer la
defensa más adecuada a los intereses del imputado, por lo que esa información
que debe ser puesta en conocimiento es aquella referida fundamentalmente al
objeto del proceso, el cual no se identifica con la calificación jurídica, sino con el
hecho individualizado con contenido penal.
De este modo comporta una garantía objetiva y subjetiva, que en sentido amplio
comprende el derecho a un juicio público, en igualdad de armas, tal como lo
establece el artículo 8°, inciso 2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Derecho de Defensa procesal), al derecho a las pruebas y a la no
incriminación.
Así mismo, el artículo 11° de la Declaración Universal de Derechos Humanos
asegura al ciudadano todas las garantías necesarias para su defensa; en similar
sentido se expresa el artículo 14°, inc.3, acápite d del pacto Internacional de
Derechos Civiles y
Políticos.
En nuestro ordenamiento constitucional se encuentra previsto en el Art. 139°,
inciso 14, cuando se menciona que son principios y derechos de la función
jurisdiccional:
“El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del
proceso. Toda persona será informada inmediatamente y por escrito de la causa
o las razones de su detención. Tiene derecho a comunicarse personalmente con
su defensor de su elección y a ser asesorado por este desde que es citado o
detenida por cualquier autoridad”.
La Declaración Universal de Derechos Humanos expresa, junto al derecho a la
presunción de inocencia, el derecho de toda persona acusada de delito a un
juicio público en el que le hayan asegurado todas las garantías necesarias para
su defensa. En el Convenio de Roma se establece mediante un texto más
concreto el derecho a defenderse así mismo o a ser asistido por un defensor de
su elección y, si no tiene medios para remunerar a un defensor, podrá ser
asistido gratuitamente por un abogado de oficio. Cuando los intereses de la
justicia así lo exijan. En términos semejantes se reitera este derecho en el Pacto
de Nueva York y en el Pacto de San José de Costa Rica, resaltándose la
comunicación libre y privada con el defensor y la irrenunciabilidad del derecho a
ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado.
En la legislación peruana recoge esta máxima cuando se establece como
garantía de la Administración de Justicia, el no ser privado del derecho de
defensa en cualquier estado del proceso. Correspondiendo al Estado proveer la
defensa gratuita a las personas de escasos recursos (art. 233 inc. 9 Constitución
de 1979) o cuando se prescribe el derecho del imputado a comunicarse y a ser
asesorado por un defensor de su elección desde que es citado o detenido por la
autoridad (art.2º inc. 20) Constitución 1979). La Constitución de 1993 reitera lo
expresado (art.139 inciso 14). Pero reafirma el derecho de toda persona a “no
ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso”. Estas
normas se reproducen y especifican en el Código de Procedimientos Penales de
1940, referido al Ministerio de Defensa regulado en los artículos 67 a 71,
modificado parcialmente por la Ley Nº 24388, en cuanto a la intervención de la
defensa en las diferentes etapas del procedimiento penal.
El Código Procesal Penal reconoce expresamente el derecho a la defensa como
uno de sus principios fundamentales en el artículo IX del Título Preliminar “toda
persona tiene derecho inviolable e irrestricto a que se le informe de sus
derechos, a que se le comunique de inmediato y detalladamente la imputación
formulada en su contra, y a ser asistida por un abogado defensor de su elección
o, en su caso, por un Abogado de oficio, desde que es citada o detenido por la
autoridad.” El proceso penal garantiza el ejercicio de los derechos que
corresponden a la persona agraviada por el delito.
Los Pactos internacionales también regulan la defensa oficial, como el “derecho
irrenunciable” del imputado a ser asistido gratuitamente por un defensor
proporcionado por el Estado, cuando no designare defensor.
Según el Art. IX del Título Preliminar del código procesal penal, el derecho de
defensa implica los siguientes derechos para la persona involucrada en un
delito:
A que se le informe de sus derechos.
Por tanto, se tiene que, al detenido, al imputado, al investigado o acusado se le
debe de informar de los derechos que le asisten como tal. Siendo así, el código
señala que toda persona tiene derecho inviolable e irrestricto a que se le informe
de sus derechos.
A que se le comunique la imputación en su contra.
El detenido, investigado y acusado tiene derecho a que las autoridades
competentes les comuniquen la imputación que recae en su contra. El Art. 71.2
del nuevo código prescribe que “Los jueces, los fiscales o la policía nacional
deben hacer saber al imputado de manera inmediata y comprensible, que tiene
derecho a conocer los cargos formulados en su contra y, en caso de detención,
a que se le exprese la causa o motivo de dicha medida, entregándole la orden
de detención girada en su contra, cuando corresponda.
En el caso del detenido el Art. 139 Inc.15) de la constitución prescribe que toda
persona debe ser informada, inmediatamente y por escrito, de las razones o
causas de su detención. La causa de la detención debe consistir en una
comunicación clara, precisa y oportuna.
A ser asistido por abogado defensor.
El imputado tiene derecho a ser asistido por un abogado defensor de su elección
o, en su caso, por un abogado de oficio, Desde que es citado o detenido por la
autoridad. Ello no quiere decir que el imputado siempre va a ser asistido por un
abogado, sino solo cuando los altos fines de la justicia lo requieran o cuando el
propio imputado lo solicite y la ley se lo permita.
El derecho a ser asistido por un abogado defensor implica que este debe actuar
en los hechos que se imputan y en sus consecuencias jurídicas. Su participación
tiende a que su defendido sea investigado y juzgado con las garantías de un
debido proceso y que en la tramitación de este se expidan las
resoluciones judiciales pertinentes. El abogado defensor no solo ayuda con sus
conocimientos jurídicos especializados en la resolución del conflicto sino que
también representa al imputado a lo largo de todo el proceso, salvo en el caso
que la ley procesal demanda la participación directa del imputado.
A tener un tiempo razonable para la defensa.
El imputado durante la investigación y el juicio debe contar con el tiempo
necesario o razonable para contar su defensa, el tiempo razonable dependerá
de la gravedad del delito, las dificultades para obtener evidencias a favor de la
defensa, en número de personas acusadas en el mismo proceso y la novedad u
originalidad de los problemas jurídicos que se requiere examinar, etc.
A ejercer su autodefensa.
La autodefensa “es la que se realiza mediante manifestaciones que el imputado
puede hacer en el proceso, declarando cuantas veces sea necesario (tanto en la
instrucción como en el juicio) siempre que sus declaraciones sean pertinentes “.
Por nuestra parte consideramos que la autodefensa conocida también como
defensa material o intervención directa del imputado está encaminada a que
este haga valer por si mismo los derechos que le reconocen los tratados
internacionales, la constitución y las leyes, desde la investigación preliminar es
el único hasta la culminación del proceso. Ya sea solicitando su libertad, la
absolución o pena mínima, en caso de condena.
A intervenir en la Actividad Probatoria.
El imputado tiene la facultad para intervenir, en plena igualdad, en la actividad
probatoria; y, en las condiciones previstas por la Ley, a utilizar los medios de
prueba pertinentes. La intervención del imputado la puede realizar
personalmente o a través de su abogado defensor. Si la realiza personalmente
puede solicitar la admisión de pruebas. Frente a esto, el Juez decidirá su
admisión mediante auto especialmente motivado, y solo podrá limitar los medios
de prueba cuando resulten manifiestamente sobreabundantes o de imposible
consecución (art. 155.2 CPP). Si la realiza a través de su abogado defensor, el
código garantiza a este una serie de derechos para intervenir en la actividad
probatoria, especialmente: recurrir a la asistencia reservada de un experto en
ciencia, técnica o arte durante el desarrollo de una diligencia, siempre que sus
conocimientos sean requeridos para mejor defender y a aportar los medios de
investigación y de prueba que estimen pertinentes (art. 84. Incs. 3 y 5).
EL DERECHO A LA NO INCRIMINACIÓN:
Cuando a una persona se le imputa un delito, este está en el derecho de
defenderse, y, por lo tanto, también está facultado para introducir, a través de su
declaración, la información que más le convenga, ya sea declarando la verdad,
ocultando información, guardando silencio, negándose a declarar o simplemente
faltando a la verdad, es decir, el imputado o acusado es el único que tiene
facultad de decidir sobre su declaración.
Adoptando esta postura, se puede llegar a la conclusión que el investigado o
procesado no está obligado a auto inculparse o a declararse contra sí mismo.
El derecho a la no incriminación no solo rige para el imputado o acusado sino
también para el testigo. El testigo al momento de prestar su declaración no está
obligado a declarar sobre un hecho que lo involucra en un ilícito penal; por tanto,
este supuesto constituye un límite del testigo de decir la verdad en un proceso
penal.
Según el Código las manifestaciones del derecho a la no incriminación son:
Nadie puede ser obligado a declarar
La declaración de la persona sometida a una investigación o juzgamiento debe
ser de manera espontánea, es decir, libre de cualquier presión o coacción u otro
medio. La declaración prestada sin libertad del imputado o acusado no puede
ser valorad para tomar alguna decisión policial, fiscal o judicial.
Nadie puede ser inducido a declarar
Igualmente, está prohibido que los funcionarios o servidores públicos indiquen al
imputado o acusado la forma como debe declarar. Por tanto, es ilegal inducir al
procesado a declarar de tal o cual manera o que lo haga a cambio de algún
beneficio o promesa de beneficio. BINDER (1993, p. 180) añade que no se
puede emplear tampoco preguntas capciosas o sugestivas, ni amenazar al
imputado con lo que le podría suceder en el caso de que no confiese. Estos u
otros procedimientos similares resultan atentatorios contra la garantía de que
nadie puede ser obligado a declarar en su contra.
Nadie está obligado o inducido a reconocer su responsabilidad
Por otro lado, a nadie se debe coaccionar solapadamente a que reconozca su
responsabilidad penal por el delito que se le imputa.
La confesión de responsabilidad debe ser una declaración libre, espontanea,
veraz y coherente hecha ante Juez Penal competente y factible de ser
corroborada con otros medios de prueba, en donde se reconoce el grado de
participación que se ha tenido en la perpetración del delito o falta (autor,
cómplice o instigador).
Por otro lado, el código procesal no solo consagra el derecho del imputado o
acusado a no incriminarse, sino que también prevé el derecho de este a no
incriminar a su cónyuge, parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o
segundo de afinidad. La no incriminación de parientes cercanos tiene como
fundamento la no desintegración de la unidad familiar.
El código también consagra el derecho a la información y participación que
tienen los agraviados tanto en las diligencias preliminares, investigación y juicio.
Por información, los funcionarios o servidores públicos que dirigen cada una de
las etapas del proceso, Fiscal o Juez Penal, incluido la policía, tienen la
obligación de brindar todas las facilidades para que los agraviados o
perjudicados por el delito, directamente o a través de su abogado defensor,
tomen conocimiento de las diligencias actuados o que están por actuarse.
El código prescribe que el agraviado debe ser informado de los resultados de la
actuación en que haya intervenido, así como del resultado del procedimiento,
aun cuando no haya intervenido en el, siempre que lo solicite (art. 95.1); así
mismo, deberá ser informado sobre sus derechos cuando interponga la
denuncia, al declarar preventivamente o en su primera intervención en la causa.
Por otro lado, el código también obliga a las autoridades competentes a velar por
que las victimas reciban un trato digno y respetuoso y a que se proteja su
integridad física y psicológica, incluyendo la de su familia; y en los procesos por
delitos contra la libertad sexual se deberá preservar su identidad, bajo
responsabilidad de quien conduzca la investigación o el proceso.
NORMATIVIDAD APLICABLE:
En tal sentido, a mi demanda deberán aplicarse las siguientes disposiciones y
las que su despacho estime convenientes en salvaguarda de mis derechos
constitucionales, de conformidad con el artículo VIII del Título Preliminar del
Código Procesal Constitucional.
Procedencia
Los procesos constitucionales de habeas corpus, amparo y habeas data
proceden cuando se amenace o viole los derechos constitucionales por
acción u omisión de actos de cumplimiento obligatorio por parte de
cualquier autoridad funcional.
• Art. VI del Título Preliminar del citado Código, que establece que los
Jueces deben interpretar y aplicar las leyes o toda norma y reglamentos
según los preceptos y principios constitucionales, de conformidad con la
interpretación que resulté de las resoluciones emitidas por el Tribunal
Constitucional.
• MEDIOS DE PRUEBA:
Ofrezco como medios de prueba de la presente demanda los siguiente:
• La apelación a la sentencia
• Ruego que vuestra judicatura su SEÑORÍA solicite de oficio copias de
todo lo actuado al ministerio público y al juzgado para que su
representada RESUELVA y advocándome a su conocimiento.
• ANEXOS. -
Se adjunta al presente:
Parte de la carpeta fiscal la mayor parte.
Por tanto: