El Principio de La Consolidación Liberal

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EL PRINCIPIO DE LA

CONSOLIDACIÓN
LIBERAL
1- El debate del articulo 3 en el Constituyente de 1857
2- Los intentos por establecer un Sistema Educativo Nacional, las leyes
de instrucción pública de 1861 y 1865
3- La introducción del Positivismo en México
4- Liberalismo y positivismo en la educación; la ley de Instrucción
Pública del 2 de diciembre de 1867

ALUMNA: BRIANDA GISELLE GUTIÉRREZ CASTANERIZ GRUPO:202


PROFESOR: ORLANDO SOTO JAIMES
EL DEBATE DEL ARTICULO 3 EN EL CONSTITUYENTE DE 1857
La reforma de Gómez Farías fue muy pronto reducida, mediante las armas, con el
triunfo del Plan de Cuernavaca. Sirvió de antecedente a las reformas educativas que
Juárez llevó a cabo en 1861 y 1867, y significó un antecedente claro de la posición
liberal durante el Constituyente de 1856–1857.
Para 1857, el control educativo por parte de la Iglesia sufre un terrible revés, dada
cuenta que se inició en nuestro país la vigencia del principio de la libertad de cultos.
En las leyes de instrucción pública reglamentarias del artículo 3o. constitucional de
1857, tanto juaristas como las del imperio, se percibe una nueva disputa, entre
liberales y ahora contra positivistas, el motivo, la laicidad de la educación.
Para los liberales clásicos la educación no admitía limitaciones, partían de la premisa
que un padre tiene derecho de educar a sus hijos tal y como se lo dictare su
conciencia, incluyendo en estos aspectos la educación religiosa.
Para los positivistas, tres principios regían sus concepciones, la ley de los tres estados,
la pirámide de la ciencia y de la religión de la humanidad; 4 por el primero y el tercero,
se excluía a la educación religiosa de cualquiera de las partes del sistema educativo
básico, pues se consideraba a los niños demasiado susceptibles e influenciables por
tales doctrinas.
La confrontación de las concepciones liberales clásicas y positivistas durante la
segunda mitad del siglo XIX, que se inclinaron paulatinamente por los segundos, tal
como se hace manifiesto en los trabajos del Congreso higiénico-pedagógico en 1882, y
en los dos congresos nacionales de Instrucción Pública de 1890 y 1891.
En las leyes reglamentarias del artículo 3o. de la Constitución de 1857 elaboradas
durante el porfirismo, se percibe claramente el triunfo de las tesis positivistas sobre las
liberales, en los niveles educativos básicos y en las escuelas normales.
LOS INTENTOS POR ESTABLECER UN SISTEMA EDUCATIVO NACIONAL, LAS LEYES
DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA DE 1861 Y 1865
Primeros intentos para la organización del sistema educativo nacional EDUCACION
EN MEXICO (SIGLO XIX)
A principios del siglo XIX, las ideas de la Ilustración, que tomaban en cuenta muchas de
las premisas educativas de Rousseau influyeron en la forma de conceptuar la
educación en México. Los criollos liberales que luchaban contra el absolutismo español
y los insurgentes mexicanos coincidían en la necesidad de formar un sistema educativo
que tuviera un carácter menos religioso y que fuera más incluyente. Las leyes liberales
de 1883, van a sentar las bases de tal educación: libre, secular y de competencia del
Estado.
El primer Ministerio que se encargó de la educación pública fue la Secretaría de Estado
y del Despacho de Relaciones Exteriores e Interiores - 1821-1836 -; le siguió el
Ministerio del Interior. En 1841 que se creó el Ministerio de Instrucción Pública e
Industria. En 1842, ante la falta de consenso, el Estado encargó a la Compañía
Lancasteriana, el manejo de la Dirección de Instrucción Pública. Los liberales
proponían la libertad de enseñanza con el objetivo de acabar con el monopolio
eclesiástico sobre la educación. El esquema liberal fue el que triunfó y sentó las bases
de un nuevo sistema educativo en manos del Estado.
El segundo Imperio 1864 -1867, crea sus propias instituciones, la educación estuvo
entonces atendida por el Ministerio de Instrucción Pública y Cultos.
De esta manera, al triunfo definitivo del proyecto liberal en 1867 el gobierno de Benito
Juárez promulgó la Ley Orgánica de Instrucción Pública. La ley sólo regía al Distrito
Federal y a los territorios federales, pero ejerció influencia sobre las leyes estatales.
Durante el porfiriato, Joaquín Baranda, Ministro de Justicia e Instrucción, convocó a
dos congresos en los que se reunieron pedagogos, maestros, intelectuales y
autoridades. Los resultados de estos congresos contribuyeron a definir un proyecto
gubernamental de educación pública, que se consolidó con la promulgación de la Ley
de Instrucción Obligatoria de 1888.
Las leyes de instrucción pública de 1861
En 1861, Juárez decreta la Ley de Instrucción Pública, que reformaba la educación de
niveles elemental, secundario y medio superior, dejando la instrucción primaria bajo la
inspección del gobierno federal, promoviendo la creación de escuelas para niños de
ambos sexos y refrendando el compromiso del estado por ofrecer una educación laica
sin intervenciones religiosas.
Con esta Ley trató de rescatarse la educación para el Estado. Se reconoce por primera
vez la obligación del gobierno federal de participar en la educación primaria en ámbito
nacional y parecía estar presente en la política revolucionaria sobre la materia;
además trataba de beneficiarse a las localidades a las que no habían llegado todavía
servicios educacionales, se habla de que los locales para el estudio y cátedras serían
cómodos y sanos; y se señalaba que: las escuelas harían algún aumento en su
presupuesto para dar de comer en refectorio a algunos externos pobres. Se exigía,
dentro de la instrucción primaria, la lectura de nuestra Constitución; cuyo
conocimiento parecía ser punto de partida de la nueva patria que así comenzaba a
surgir. Mas el sistema educacional que prescribía esta ley no pudo ponerse en marcha
a partir de la fecha de expedición de ella; el peligro frente a la invasión, primero; la
amenazante presencia en nuestro territorio de las tres potencias extranjeras, después,
y la intervención y el imperio, por último, detuvieron su aplicación, y no sería hasta el
triunfo definitivo de la República, seis años después, cuando se reiniciaría la
restauración educativa.
Las leyes de instrucción pública de 1865
Maximiliano las perfila en una carta de junio de 1865 a Manuel Silíceo, ministro de
Instrucción Pública y Cultos. Al manifestar la urgencia de organizar la instrucción
pública, le externa que la elemental debía ser gratuita y accesible para todos, también
que fuera la filosofía la materia principal de la educación. En decreto de julio de ese
año publicado en Diario del Imperio reitera que la educación primaria sería obligatoria
y la encarga a las autoridades políticas de los partidos; ordena a los padres que
manden a sus hijos de entre 5 y 15 años a la escuela, los preceptores de las cabeceras
del distrito debían que unificar el método de enseñanza. Exhorta a las juntas locales y
alcaldes a que visiten las escuelas para que vigilen los adelantos de los alumnos y
trato.
Su objetivo era formar individuos instruidos capaces de desempeñar debidamente las
diferentes funciones civiles y militares del imperio. El tiempo para los alumnos que no
iban al servicio del Ejército era de cuatro años y no podrían permanecer más de seis.
El programa de estudios que sugiere es nutrido, pues contiene lecciones de literatura
castellana y francesa, historia y geografía universal, historia natural fisiológica,
matemáticas y geometría, álgebra, dibujo lineal, topografía y cosmografía, mecánica,
física y química, administración y legislación sobre los trabajos públicos, agricultura y
silvicultura, levantamiento de edificios y fábricas, así como sobre proyectos de
fortificación y sobre minas. Los destinados al servicio público completaban sus
estudios con un curso de Economía Pública. La Ley de Instrucción Pública —expedida
el 27 de diciembre de 1865— es en la que encontramos las ideas y metodología de
Maximiliano sobre la enseñanza propuesta para el imperio. Consta de cinco títulos,
veinte capítulos y 172 artículos.
LA INTRODUCCIÓN DEL POSITIVISMO EN MÉXICO
La educación positivista en México comenzó a tener resultados visibles a finales de
1870 en el periódico La Libertad, en el que varios editorialistas eran discípulos de
Barreda. Un tema constante en los artículos escritos ahí era hablar de un nuevo grupo
político que se caracterizaba por un lema de Orden y Progreso, que fueron una
adaptación de los principios fundamentales del positivismo: Amor, Orden y Progreso.
Así, en los fundamentos e ideas de este nuevo grupo conservador-liberal se encuentra
la búsqueda del orden y la libertad mediante métodos conservadores. Y para poder
llegar a la libertad que buscaban, sería necesario el establecimiento del orden.
El plan de este nuevo grupo político consistía en una reforma educativa positivista de
educar y crear un concepto de libertad en la mente del mexicano, y con base en eso
comenzar un camino que llevaría a la nación al progreso, según sus aspiraciones. Pero
para este camino, les era fundamental tener un orden político y social que favoreciera
a la burguesía y a la ejecución de sus medidas.
LIBERALISMO Y POSITIVISMO EN LA EDUCACIÓN; LA LEY DE INSTRUCCIÓN
PÚBLICA DEL 2 DE DICIEMBRE DE 1867
Liberalismo y positivismo en la educación
La formación de la ideología positivista
Para materializar la estabilidad política se llegó a la conclusión de que las leyes y las
medidas políticas no eran suficientes para que la sociedad se sometiera al poder del
Estado. Se determinó que la educación transmitiría en la población la unidad nacional,
haría del liberalismo la ideología oficial y moldearía los rasgos distintivos del mexicano
liberal. El positivismo lograría que sin coerción perceptible se sumara a los individuos al
proyecto político, económico y social de la élite política liberal.
El positivismo que se desarrolla en México es una corriente de pensamiento fundada por
Augusto Comte. Comte resumía este postulado como una herramienta que evitaría la
rapiña de las revoluciones. Comte proponía la estructuración de una sociedad que
defendiera el “amor por principio, el orden por fundamento y el progreso como finalidad”.
En 1867, tras el triunfo de los liberales, Benito Juárez presenciaría en Guanajuato la
Oración Cívica de Gabino Barreda, quien aplicó la Ley de los Tres Estadios para analizar la
historia política mexicana. Tal fue el impacto de la Oración, que Juárez le solicitaría
estructurar un programa para reorganizar la educación en el país, y se integraría una
comisión con Pedro Contreras Elizalde que daría inicio a la educación positivista.
La institucionalización de la educación positivista
Durante los primeros años de la gestión juarista, los avances en materia educativa fueron
escasos. En los progresos relevantes destaca la expedición de El Manifiesto del Gobierno
Constitucional a la Nación, en 1859, que aumentó los establecimientos de enseñanza
primaria gratuita. La instrucción fue considerada como la base de la prosperidad del
pueblo que evitaría los abusos de poder, y el decreto estableció la libertad de enseñanza
para toda clase de estudios.
En 1861 se designa a Ignacio Ramírez como Secretario de Justicia e Instrucción Pública.
Durante la gestión de Ramírez se eliminaron las asignaturas religiosas y se reestructuró el
contenido desde la educación básica hasta la superior, para que se creara la conciencia
nacional en los estudiantes. Del pensamiento educativo de Ramírez se puede deducir que
la construcción de la nación mediante el sistema educativo tenía por objetivo generar
homogeneidad cultural, crear la conciencia nacional e integrar a hombres, mujeres e
indígenas al sistema educativo, puesto que con ello se podían solventar las causas que
originaban el atraso del país. Gabino Barreda se integra al gabinete presidencial en 1867.
La influencia de su pensamiento positivista derivaría en la promulgación de la Ley
Orgánica de Instrucción Pública, el 2 de diciembre de 1867, que estableció los contenidos
esenciales de la educación primaria, secundaria, preparatoria, escuelas normales, y la
apertura de escuelas de sordomudos, artes y oficios, entre otras. Esta legislación permitió
el desarrollo de otros reglamentos para modernizar, expandir y hacer plausible la
obligatoriedad y gratuidad de la educación, tal como la Ley Orgánica de la Instrucción
Pública en el Distrito Federal, publicada el 15 de mayo de 1869, que aumentó el número
de escuelas en el país, con su respectivo reglamento del 9 noviembre de 1869. Además del
Decreto de 14 enero de 1869, que reformó la Ley Orgánica de 1867 y refrendó la libertad
de enseñanza. Así, a partir de 1868, el liberalismo se nutrió de la corriente positivista, y su
principal medio de difusión sería la Escuela Nacional Preparatoria, fundada en 1867 y
ratificada mediante la promulgación de la ley reglamentaria del 24 de febrero de 1868.
La reestructuración de las asignaturas desde la educación primaria hasta la superior tuvo
por objetivo disminuir el poder ideológico y político del conservadurismo católico, puesto
que se pretendía educar con valores cívicos y políticos.
La ley de instrucción pública del 2 de diciembre de 1867
El 2 de diciembre de 1867 entró en vigor la Ley Orgánica de Instrucción Pública y se crea la
Escuela Nacional Preparatoria, cuyo lema es: “Amor, Orden y Progreso”.
El planteamiento sobre la Ley Orgánica de Instrucción Pública, fue durante el gobierno de
Benito Juárez (República Restaurada), el magisterio comenzó en el Distrito Federal y en los
Territorios Federales. Se determinaron actividades que eran relativas a la enseñanza, la
fundación de una Escuela Secundaria para el sexo femenino funcionando en 1869, se
estipuló la gratuidad de la enseñanza primaria para los pobres, su obligatoriedad y el
laicismo que se venía estableciendo desde las llamadas Leyes de Reforma. Los principios
del liberalismo pudieron ser incorporados en una política educativa, una teoría
pedagógica y un sistema de educación pública con perfiles bien definidos.
La Ley Orgánica de Instrucción Pública significó que el precepto constitucional sobre
libertad de enseñanza, adquiriera la instrucción un carácter de unidad, a las que se
agregaron los signos distintivos de gratuidad y obligatoriedad en la enseñanza.
Como primer director de la Escuela Nacional Preparatoria encontramos que fue Gabino
Barreda, llevó un plan de estudios con base a la filosofía positivista de Augusto Comte.
Debido a la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Instrucción Pública, en 1891 se expidió
en Durango la Ley Orgánica y Reglamentaria de Instrucción Pública en cuyo artículo 136 se
estipulaba que: Los alumnos que desearan obtener el “Titulo de Profesor (a) de
Instrucción Primaria cursarán la clase de Pedagogía y Métodos de Enseñanza”, al concluir
todos sus estudios o, al ser aprobados en el 4º año, “practicaran un año en alguna escuela
primaria cuando menos dos horas diarias.”

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