Proceso de Alfabetización 1

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ESPACIO CURRICULAR: ALFABETIZACIÓN INICIAL

AÑO: 2021

TEMA: EL PROCESO DE ALFABETIZACIÓN INICIAL

ACTIVIDADES:

* Realiza la lectura de la teoría propuesta y desarrolla los siguientes aspectos.

a) El proceso de alfabetización inicial: adquisición del sistema de escritura.

La enseñanza de la lectura y la escritura es uno de los mandatos principales de los sistemas


educativos. Docentes, escuelas y familias sabemos que aprender a leer y escribir es un logro
importante para la vida, y que además estos aprendizajes inciden en la trayectoria escolar futura
de las y los estudiantes. Con distintos puntos de partida, distintos ritmos y distintos desarrollos,
todos tenemos el derecho y la posibilidad de aprender a leer y a escribir. La escuela puede y debe
aportar a la inclusión, a la igualdad y a la calidad desde su función específica, es decir, desde el
interior mismo de la enseñanza. En trabajo conjunto con los equipos directivos, la Supervisión
ocupa un lugar relevante como impulsora, veedora y garante del proyecto alfabetizador como un
eje central de la propuesta pedagógica de la escuela.

Los sistemas de escritura se desarrollaron para transmitir mensajes a través de patrones


ópticos que representan lenguaje, el cuál, está formado por segmentos (fonos, fonemas, sílabas,
morfemas, palabras, frases, oraciones), y las ortografías representan uno o varios de estos
segmentos.

La escritura alfabética, representa la estructura fonológica de las palabras, es decir, las grafías
representan fonemas. El conocimiento del nombre de las letras le proporciona los fundamentos
para adquirir el sistema alfabético. Al aprender los nombres, los niños deben discriminar y
recordar las formas de las letras, además, el nombre los ayuda a adjudicar sonidos a las letras.
El dominio de las correspondencias letra-sonido (grafema-fonema) es esencial en el proceso de
alfabetización. El atender explícitamente a los sonidos del lenguaje se denomina conciencia
fonológica.

Cuando el niño copia, intenta escribir o ve palabras, presta atención a las letras individuales,
porque debe escribirlas una por una, esto permite el descubrimiento de numerosas
correspondencias letra-sonido.

La orientación izquierda-derecha y arriba-abajo, la separación entre palabras, los signos de


puntuación, son otras de las convenciones que los niños tienen que aprender; para ello, es
necesaria la indicación y explicación del adulto alfabetizado. La escritura a la vista de los niños es
una situación perfecta para comentar con ellos, los aspectos notacionales y gráficos.

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b) Holly Scarborough: el proceso de alfabetización adaptado "tejido” de la alfabetización a
partir de múltiples “hilos”, representar gráficamente y explicar.

La apropiación de la cultura escrita supone, expresado de modo resumido, el aprendizaje de un


conjunto complejo de saberes. Por un lado, los procesos y conocimientos de Nivel Superior
relativos al desarrollo discursivo: la formación de lectores y escritores (lo que requiere de
conocimientos, habilidades y estrategias de lectura y escritura de textos). Por otro, las habilidades
y conocimientos de Nivel Inferior: la comprensión y conocimiento del sistema alfabético de
escritura y el desarrollo de habilidades de lectura y escritura de palabras. Estos últimos se
automatizan: son los permiten la autonomía en la lectura y escritura convencional y fluida. Para
representar la clasificación anterior y para ayudar comprender los distintos conocimientos
involucrados en la alfabetización inicial, la investigadora Holly Scarborough (2002) esquematizó de
este modo el “tejido” de la alfabetización a partir de múltiples “hilos”.

Para que el proceso de alfabetización se desarrolle adecuadamente, todos estos saberes se


deben desarrollarse de modo conectado y deben “crecer juntas”, por lo tanto enseñarse de modo
simultáneo. Es decir, la discusión acerca de si se debe comenzar el proceso de alfabetización a
partir de las letras o de los textos carece de sentido (Diuk, 2010). Si no se trabaja con todos estos
niveles al mismo tiempo, el proceso no se desarrollará equilibradamente. Claro está, el carácter de
“continuo de desarrollo” hace que las etapas no sean claramente delimitables. Pero aunque los
niños adquieran todos estos conocimientos en forma simultánea, es posible y necesario conocer la

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especificidad de cada uno, de modo tal de generar una propuesta pedagógica que atienda a todos
los aspectos del proceso de alfabetización.

c) La adquisición del sistema de escritura (los dos pilares del aprendizaje del sistema), explicar y
ejemplificar.

Sin lugar a dudas la inclusión de los niños en la cultura letrada implica el conocimiento por
parte de estos del sistema de escritura, del lenguaje escrito y de las prácticas culturales de lectura
y producción de textos escritos que la comunidad —social y escolar— disponga.

El lenguaje oral es un sistema de comunicación que se transmite culturalmente y se adquiere


de manera natural, mientras que la lectura y la escritura de las lenguas son habilidades cuyo
aprendizaje requiere de la enseñanza explícita. En la actualidad es conocida la relación existente
entre la lengua hablada y la lengua escrita, ya que ambas comparten un mismo sistema, de aquí la
importancia del desarrollo de la lengua oral como medio fundamental para el acceso al
aprendizaje de la lengua escrita. En sistemas alfabéticos como el español, en los que la escritura
representa la estructura fonológica del habla, el éxito en el aprendizaje lectoescritor implica que el
niño sea capaz de reconocer los componentes sonoros de su lengua. A lo largo de las últimas
décadas, muchos estudios han demostrado el papel crucial de las habilidades de conciencia
fonológica en la adquisición y en el desarrollo de la lectura y la escritura, así como en la
explicitación de sus dificultades.

La conciencia fonológica es la habilidad metalingüística que permite reflexionar sobre el


lenguaje oral y hace referencia a la habilidad para identificar, segmentar o combinar de modo
intencional, las unidades subléxicas de las palabras, es decir, las sílabas, las unidades intrasilábicas
y los fonemas.

Por ello queda claro que, uno de los grandes retos a los que se enfrenta el niño cuando se inicia
en el aprendizaje de la lengua escrita, es llegar a comprender la asociación que existe entre las
letras (grafemas) y los sonidos del habla (fonemas). Este logro requiere el desarrollo de
habilidades fonológicas puesto que son estas las que facilitan la reflexión y la capacidad de
manipular las subunidades de las palabras del lenguaje hablado: sílabas, unidades intrasilábicas y
fonemas. Son precisamente estas habilidades las que le permiten al niño comprender las
relaciones entre la lengua oral y la escrita.

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Cuando los niños pueden reconocer algunos sonidos de las palabras orales y conocen las letras
que los representan, comienzan a escribir palabras en forma fonológica. Esto es, en los inicios de
la escritura, los niños buscan representar la estructura de sonidos de las palabras, sin preocuparse
aún por la ortografía. Esta distinción entre fonología y ortografía es central para comprender las
primeras escrituras de los niños. Algunos ejemplos son muy evidentes: un niño que escribe baca
en lugar de vaca ha identificado adecuadamente los sonidos de la palabra oral, aunque todavía no
conoce la forma ortográficamente convencional. Otros ejemplos de primeras escrituras son más
“sorprendentes”. Cuando un niño escribe CIERO por QUIERO está mostrando que reconoció el
sonido /k/ y, al igual que cuando escribe CASA o COMIDA, lo representó con el grafema que él ha
asociado al sonido: /k/ - C. Investigaciones de los últimos años sugieren que inicialmente los niños
operan con un esquema de correspondencias simplificado en el que a cada fonema hacen
corresponder el grafema más frecuente, ignorando las alternativas posibles. Así, asocian /k/ con C
(desconociendo los grafemas K o QU), /s/ con S (sin atender a Z o C), el sonido /r/ siempre es
representado por una sola R y no por dos, etc. CIERO es entonces una escritura fonológicamente
aceptable, porque muestra que el niño ha identificado adecuadamente la estructura fonológica de
la palabra que quería escribir, aunque ortográficamente incorrecta. Pero es muy importante que,
en los primeros momentos del aprendizaje los maestros centren su atención en el desarrollo de un
buen análisis fonológico. El camino a la ortografía recién está comenzando.

De hecho, aunque un niño pueda escribir adecuadamente palabras como ropa, pileta o camisa,
el camino del análisis fonológico está lejos de haber concluido y es posible que aún omita letras en
palabras como costa o pobre. ¿Cuál es la diferencia entre las palabras presentadas? Las primeras
(ropa, pileta, camisa) son palabras relativamente cortas y con estructura silábica simple, es decir,
todas las sílabas están conformadas por un consonante y una vocal (estructura CV). Este tipo de
estructura es notablemente más sencilla que las estructuras CVC (consonante, vocal, consonante,
como en costa) o CCV (como en pobre). La estructura fonológica compleja es una fuente de
dificultad sumamente relevante. Es por ello que es muy importante que los docentes regulen, al
comenzar el aprendizaje, el tipo de sílabas que incluyen en las palabras que piden a los niños que
escriban.

El desarrollo de la escritura fonológica promueve que los niños incrementen sus habilidades de
análisis de los sonidos de las palabras y refuercen el dominio de las correspondencias. La práctica
de escritura hace que resulte cada vez más fácil “separar /m/ de /a/ en /ma/” y acelera el proceso
de encontrar la letra que corresponde a cada sonido. Estos progresos tienen un fuerte impacto en
las habilidades de lectura de palabras. En efecto, se ha propuesto que la escritura fonológica es el
motor inicial del proceso de dominio del sistema de escritura y que este motor es el que, con el
tiempo, pondrá en marcha el proceso lector.

¿Por qué se inicia el aprendizaje por la escritura y sólo después de un tiempo se puede
acceder a la lectura? Cuando un niño quiere escribir mate, inicia el proceso de análisis de los
sonidos (repite ma, ma, mmmaaaa) hasta que los identifica. Probablemente suceda, al comienzo
del aprendizaje, que solamente identifique uno de los sonidos (posiblemente la vocal, que es
acústicamente más saliente). El niño representa entonces el sonido que reconoció, sigue adelante

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con el análisis (te, te) y escribe lo que reconoce. Si bien es posible que el resultado no sea la
palabra completa, el niño siente que llegó a la meta: logró analizar la palabra y la escribió.
Pensemos sin embargo en el mismo niño principiante intentando leer la palabra MESA.
Supongamos que le han enseñado los sonidos de las letras y que, trabajosamente, logra recordar
que M-/m/ y E-/e/. Con mucho más esfuerzo aún puede lograr pronunciar la sílaba ME. Ahora
bien, para cuando termine de realizar todo este mismo proceso con la sílaba SA, su memoria no
habrá podido retener la sílaba ME y ya no sabrá cuáles son las dos sílabas que había identificado
por separado. En un momento temprano del aprendizaje, insistir para que este niño lea es una
tarea que dará pocos frutos y resultará en una gran frustración tanto del niño como del docente.
La lectura requiere de cierta velocidad en la identificación de las letras y de la posibilidad de
operar con los sonidos para ensamblarlos, por lo que recién comienza a desarrollarse cuando se ha
avanzado en el dominio de la escritura fonológica.

La lectura inicial es lenta y trabajosa, los niños recodifican sílaba por sílaba y en ocasiones no
logran unir las dos sílabas que leyeron. Es este un momento normal del aprendizaje, es tarea de
los docentes que no se extienda durante demasiado tiempo. Para que el proceso lector se vuelva
cada vez más veloz y eficiente, es necesario que los niños lean mucho. Ahora bien, al igual que en
el caso de la escritura, al comenzar a leer también la estructura de la sílaba es relevante. Niños que
pueden leer sin problema palabras con estructura silábica simple encuentran grandes dificultades
cuando la estructura silábica resulta compleja o cuando las palabras son demasiado largas. En este
sentido, en el caso de muchos niños y en especial de aquellos que necesitan más ayuda para
aprender a leer es importante regular el tipo de sílaba a que se los enfrenta.

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