Carta de Despedida

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Te bastó tan sólo aquel día para hacerte dueña de mi corazón.

No sé en qué momento comencé a


extrañarte, a desear estar a tu lado, oler tu aroma y desear tocar tus manos. Sin embargo, ahora,
somos lo que se llama ‘amigos con derechos’. Somos dos personas que actúan como una pareja
pero en realidad no los une ningún tipo de lazo.

Llegó el momento de que despierte de todas esas fantasías, de ese anhelo de lograr enamorarte
algún día y tomes el riesgo de crear por fin un lazo que nos una y que puedas ser mía y yo solo
tuyo. Ya me cansé de seguir tomando tus manos sabiendo que no me pertenecen, dejar de pensar
en que un día puedes irte y que yo me quedaré con un amor que comenzará a producir dolor. No
quiero seguir besando tus labios mientras me imagino una vida futura contigo, y después de
hacerlo recordar que no hay ninguna ganancia, de que no existe una posibilidad de terminar a tu
lado. No quiero seguir guardando recuerdos tuyos a mi lado, no quiero seguir incrementando esas
ganas de estar a tu lado y llegar a besarte sin ningún remordimiento.

Toda mi esperanza se desvanece con el tiempo. Te has encargado de demostrarme lo imposible


que se ha vuelto el ser tuyo. Me has demostrado que no soy el hombre que de verdad esperas,
que soy alguien que solo cumple alguna de tus necesidades. Quisiera poder enamorarte y
demostrarte que puedo ser todo lo que tu corazón desea en un hombre y mucho más, quiero
demostrarte que estoy dispuesto a enamorarte cada día de tu vida y permanecer a tu lado por
siempre. Quiero demostrarte que no solo soy buen amante, sino que soy un hombre que está
dispuesto a convertirse también en tu mejor amigo, en tu mejor compañía cuidándote y amándote
todos los días.

Ya no importa lo que yo quiera porque tú has dejado clara tu decisión, una decisión que estoy
cansado de tratar de cambiar. No quiero ya tratar más y seguir lastimándome a mí mismo, seguir
alimentando ilusiones que al final jamás pasarán porque tú no has puesto de tu parte, porque no
quieres ver más allá y no quieres darte cuenta de lo que en verdad valgo. Después de todo lo que
he pasado y al ver que las cosas no cambiarán, solo quiero dejar de tocar unas manos que jamás
serán mías, dejar de besar unos labios que no sé a quién pertenecen ya y dejar de pensar en una
vida con una mujer que no es capaz de valorar lo que tiene en frente. Mi vida ahora quiere tomar
su propio camino y buscar a esa persona que merezca cada caricia y cada beso, esperar a esa
persona que tomará el riesgo junto a mí de ir más allá de un juego de niños. Quiero conocer por
fin lo que es el amor y no solo un deseo. En este momento importante de mi vida he llegado a
sentir que tengo la madurez suficiente para decirte; "Estoy para escoger, no para que me escojan".
Duele dejarte, no mentiré, pero sé que si no lo hago el dolor se acumulará y después será aún más
difícil decirte adiós”.

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