Ruerda al Niño de la Charca de Lodo? En la historia que se encuentra en el libro de Ken McFarland, titulado Gospel Showdown, Dios representa a la madre, y usted y yo al Niño de la Charca de Lodo.
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Ruerda al Niño de la Charca de Lodo? En la historia que se encuentra en el libro de Ken McFarland, titulado Gospel Showdown, Dios representa a la madre, y usted y yo al Niño de la Charca de Lodo.
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Verdadera o Falsa Obediencia 1
VERDADERA O FALSA OBEDIENCIA
R uerda al Niño de la Charca de Lodo? En la historia que se encuentra
en el libro de Ken McFarland, titulado Gospel Showdown, Dios representa a la madre, y usted y yo al Niño de la Charca de Lodo. A mitad de su recital nocturno de los acontecimientos del mundo, el bonachón anunciador desaparecía repentinamente, reemplazado en ese momento por el comercial en el cual la estrella era el Niño de la Charca de Lodo. En diferentes lugares de la sala estaban los Tres Espectadores sentados frente a la caja. – La pobre mamá de ese niño tiene un serio problema – dijo el Número Uno, mientras que en la pantalla, el Niño brincoteaba alegremente sobre varias charcas de lodo –. Probablemente ya lo tenía listo para ir a alguna fiesta, y ahora, mírenlo con todo ese lodo pegajoso escurriéndole por la ropa. – Oh, pero hay buenas nuevas – exdamó con entusiasmo el Número Dos, visiblemente emocionado –. Observen ahora – añadió, señalando a la pantalla – y verán que su mamá va a tomar toda esa ropa suda y la lavará con el famoso detergente Adiós a la Mugre. ¡Eso resolverá todo el problema! – Si han visto este comercial antes, entonces deberán saber que eso no lo resuelve todo – replicó el Número Uno –. No más sigan viendo. Y así lo hicieron, y como se lo imaginaron, el Niño, vistiendo ropas fresquecitas, recién lavadas, salió como tromba en busca dela charca de lodo más cercana. Mientras se salpicaba de lodo pegajoso, su mami movió la cabeza y suspiró mientras daba la impresión de sentirse agradecida por su caja de detergente Adiós a la Mugre. – ¿Ya lo ven? – continuó el Número Uno –. ¿De qué le sirve limpiar a su chico si éste irá derechito a la primera charca que encuentre? Les diré cuáles son las verdaderas buenas nuevas: la mamá no sólo se Verdadera o Falsa Obediencia 2 limitará a limpiar a su chico, sino también logrará quitarle el deseo de jugar en la charca de lodo; y quizá, incluso, hará que odie el lodo. El número Tres no había dicho nada hasta aquí, pero había estado pensando y ahora estaba preparado para expresar su sabia opinión. – Pienso que los dos tienen razón – comenzó diciendo –, pero aun cuando la mamá limpie a su chico, e incluso lo haga odiar los charcos de lodo, me parece que el tema jamás será resuelto totalmente hasta que alguien quite de en medio los problemáticos charcos de lodo. Para mí, esas si que serían buenas nuevas. Bien, me da pena decirlo, pero los tres observadores se alteraron tanto por lo que constituían las Buenas Nuevas, o el Evangelio, que decidieron desquitarse. Salieron a la calle y comenzaron a arrojarse lodo unos a otros. La última vez que los vi todavía no se habían dado cuenta que todos vieron sólo una parte de las Buenas Nuevas, y que es necesario ver las tres partes para resolver en su totalidad el problema del Chico. Pero, como solía decir Walter Cronkite: "Así son las cosas". Me siento muy feliz de que Dios haya hecho provisión para limpiarnos, por su gracia, y perdonar nuestros pecados. Esta es la primera parte de la solución del problema. Y en cuanto a la segunda, ¿estamos contentos de que Dios haya hecho provisión para mantenernos alejados del charco de lodo? ¿O nos salpicaremos nosotros mismos con lodo pegajoso? Y aquí está la pregunta crucial: ¿Nos apartamos del charco de lodo sólo para agradar a mami? ¿O permanecemos fuera del lodo, porque no nos gusta el lodo? ¿Podemos decir que incluso odiamos el lodo? Por supuesto, todos nos volvemos hacia la tercera parte, el día cuando ya no haya charcos de lodo, ya sea en Iraq, en Bangladesh, en China o en los Estados Unidos. Cuando Jesús vuelva, todos los charcos de lodo desaparecerán.
Consideremos esa segunda parte: permanecer fuera del lodo.
Verdadera o Falsa Obediencia 3 Usted no puede abordar el gran tema de la jutificación por la fe sin tomar en cuenta el asunto de la obediencia. Pero muchas personas albergaron la idea en el pasado de que la fe, en alguna forma, en algún sentido, contraviene la obediencia; es decir, que si usted ha de simpatizar con la fe, necesariamente tendrá que ser hostil con la obediencia. Y que si será amigo de la obediencia, entonces, definitivamente, no podrá serlo de la fe. Algunos han decidido marchar bajo la bandera de la fe para escapar de la obediencia. "Oh, eso ya no tiene importanncia – dicen –. Todo lo que se necesita es creer". Se han olvidado de las palabras de la Escritura que sostienen que uno nunca podrá separar la fe de la obediencia. Siempre, siempre, van unidas. La obediencia es el fruto de la fe. Usted no puede separar las manzanas de un frondoso manzano. No se pueden tener la una sin la otra, y si usted tiene la una, tendrá la otra. Según la Escritura, la IMPORTANCIA DE LA OBEDIENCIA es sumamente clara. Aprendamos del hombre sabio, Salomón, que no era demasiado sabio, después de todo. Tuvo que aprender de sus propios errores. Finalmente descubrió, tras haber experimentado con 700 mujeres reinas y 300 concubinas durante toda su vida, que "todo es vanidad" (Ecl. 12:8). Luego dijo: "El fin de todo el discurso es éste...". He aquí un hombre que sólo cuando ya está viejo y cerca de la muerte, aprende todo lo que se neesitaba para vivir, y dice: Vayamos al meollo de la cuesfión. Esta es la conclusión de todo el asunto: "Teme a Dios y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre" (Ecl. 12:13). Aqui tenemos una clave muy importante para comprender los problemas de Salomón. Cualquiera que piensa que la observancia de los mandamientos de Dios es sólo un deber, está mal desde el principio. Quizá Salomón no era lo suficientemente listo como para comprender, incluso en ese momento de su vida, que algo más que el deber está involucrado en la obediencia. Verdadera o Falsa Obediencia 4 Si la única razón por la cual obedezco es porque considero un deber hacerlo, entonces mi religión no vale nada. "Hay quienes profesan servir a Dios a la vez que confían en sus propios esfuerzos para obedecer su ley, desarrollar un carácter recto y asegurarse la salvación. Sus corazones no son movidos por algún sentimiento profundo del amor de Cristo, sino que procuran cumplir los deberes de la vida cristiana como algo que Dios les exige para ganar el cielo. Una religión tal no tiene valor alguno" (El camino a Cristo, págs. 44, 45). – Pero – dirá alguien –, no me guiará tarde o temprano hacia Cristo una religión tal? – No, tal religión no vale nada. Y sin embargo, muchos de nosotros hemos crecido así. De hecho, trajimos esta formación a la iglesia desde nuestra niñez. Fuimos instruidos por los expertos de la familia, e incluso por la pluma inspirada, que deberíamos capacitar a nuestos jóvenes y señoritas en la práctica de los hábitos correctos y en la clase correcta de obediencia. Enséñeseles a obedecer. Enséñeseles a obedecer como un deber. Enséñeseles a obedecer porque papi y mami lo dicen, porque es lo correcto. Y nos gusta citar pasajes como éste : "...cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo" (La educación, pág. 57). Y al seguir enfatizando este enfoque, hemos desarrollado toda una subcultura de personas que piensan en la obediencia en términos de deber. Me gustaría sugerir que si sólo se limita al cumplimiento del deber es una falsa obediencia, siempre será una falsa obediencia. Consideremos un momento: LA DIFERENCIA QUE HAY ENTRE LA VERDADERA Y LA FALSA OBEDIENCIA. He aquí una cita notable y casi revolucionaria: "Toda verdadera obediencia proviene del corazón. La de Cristo procedía del corazón. Y si nosotros consentimos, se identificará de tal manera con nuestros pensamientos y fines, amoldará de tal manera nuestro corazón y mente en conformidad con su voluntad, que cuando le obedezcamos estaremos tan sólo ejecutando nuestros propios impulsos. Verdadera o Falsa Obediencia 5 La voluntad, refinada y santificada, hallará su más alto deleite en servirle. Cuando conozcamos a Dios como es nuestro privilegio conocerle, nuestra vida será una vida de continua obediencia. Si apreciamos el carácter de Cristo y tenemos comunión con Dios, el pecado llegará a somos odioso." (El Deseado de todas las gentes, pág. 621). La Escritura dice de Jesús, nuestro ejemplo: "El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón" (Sal. 40:8), y "él amó la justicia y odió los charcos de lodo'". Así que toda obediencia genuina y verdadera, el tipo de obediencia que Jesús tenía, brota naturalmente del interior, del corazón, de los pensamientos, los propósitos, los motivos transformados por la gracia de Dios. Cualquier obediencia que no surge de esa fuente es falsa. Lo cual significa que muchos de nosotros hemos sido víctimas de una cuantiosa falsa obediencia, y hemos experimentado sus trágicos resultados. Este es el tipo más común de falsa obediencia, dorada un poquito a fin de que tenga buena apariencia poniendo a Jesús en el cuadro: "Tú deberías permanecer fuera del lodo puesto que amas a Jesús". "Muy bien, amo a Jesús, así que supongo que debo permanecer fuera del lodo". (Esa es una forma de quedarse fuera del charco de lodo sólo para agradar a mamá.) Otra versión, no tan sutil, pero quizá igualmente mala: Si no le obedecemos, crucificamos de nuevo a Jesús. "¡Mire los clavos con los que usted atraviesa sus manos y sus pies!" Dicen que "cada vez que usted entra en la charca de lodo, otro clavo le atraviesa. Usted lo vuelve a herir". Hay quienes me han dicho: "Yo simplemente no puedo entender este tipo de enfoque con relación a la culpabilidad". Y yo he tenido que concordar con ellos. En primer lugar, ¿es Jesús el personaje que se sienta por allí con sus sentimientos heridos cada vez que usted cae o fracasa? ¿Y qué clase de culpabilidad arroja sobre la gente este concepto: "usted le clava otro clavo"? Verdadera o Falsa Obediencia 6 Este enfoque, tan común en muchos círculos, este tratar de mantenerse fuera del lodo a fin de agradarle a El o para no herirlo ni clavarle otro clavo, sólo puede conducir al desaliento y a la apostasía. Tarde o temprano la gente echará a la basura ese tipo de cosas. Tenemos que ofrecer algo mejor que una obediencia basada en el deber: esta falsa obediencia, esta obediencia basada en la culpabilidad. Si no lo hacemos, tarde o temprano nos uniremos a las filas de aquellos que dicen: "Oh, vamos, olvidemos todo ese asunto y dependamos de la fe. La fe es lo único que cuenta. Olvídese de la obediencia. Ni siquiera hable de ella". Yo me siento agradecido por tener una Biblia que habla acerca de algo mejor. Esto nos lleva a preguntarnos, en primer lugar, ¿ES POSIBLE OBEDECER? Cierta mentalidad dice: "¡Cuidadol Usted se está volviendo demasiado idealista, y puede caer en el perfeccionismo. No hable de permanecer fuera del lodo. No podemos. No somos más que débiles seres humanos, y continuaremos batiendo lodo hasta que Jesús venga. Por eso debemos estar tan agradecidos por el detergente Lodo-T-Vas [justificación]. De modo que busquemos refugio en el detergente Lodo- T-Vas". Bien, es cierto que usted puede encontrar pasajes en la Escritura que parecen decir eso. Romanos, epístola que considera este tema en forma bastante amplia, dice esto en el capítulo 7, versículos 18 al 23: 18 Y yo sé que en mi, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mi, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mi... 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi ente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 18 ... Porque el querer el bien está en mi, pero no el hacerlo. Verdadera o Falsa Obediencia 7 Ahora bien, esto fue escrito por el hombre que en Filipenses 3, dice que era un pecador intachable antes de venir a Cristo. De modo que su actuación era bastante buena. Pero cuando consideró la vida en forma más profunda, la que apela al corazón y a los motivos, el apóstol Pablo se dio cuenta que era un miserable. ¿Significa esto entonces que no es posible obedecer? En los días de Cristo la gente practicaba un sistema de obediencia puramente externa, basada en su vida pasada. Ya ve, Moisés y sus sucesores se pusieron frente al pueblo y dijeron: "Obedeced y viviréis, desobedeced y moriréis. Si obedecéis seréis benditos, si desobedecéis seréis malditos". Y ellos experimentaron algunas fuertes evidencias que apoyaban este principio. De hecho, si usted lee todo el Antiguo Testamento, es dificil dejar de notar que la obediencia trae las bendiciones de Dios, y la desobediencia, sus maldiciones. ¿Trata usted de decir que Dios es el que maldice? Bueno, eso es lo que dice. ¿Lo ha comprobado últimamente? Echemos un vistazo a las malas nuevas acerca de la desobediencia. "Pero si no oyeren, serán pasados a espada, y perecerán sin sabiduría" (Job 36:12). Bueno, eso lo dijo uno de los amigos de Job. Y no estamos muy seguros de poder confiar en él. Pero, ¡un momento! Jeremías dice: "Mas si no oyeren, arrancaré esa nación, sacándola de raíz y destruyéndola, dice Jehová" (Jer. 12:17). ¿Quién los va a arrancar y destruir totalmente? ¿Los entregará Dios a Satanás a fin de que reciban la maldición? No, "arrancaré esa nación, sacándola de raíz". ¿Qué en cuanto a 2 Tesalonicenses 1, versículos 7 y 8 ?: "Cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo". El castigo no se delega a Satanás para que lo ejecute. Dios y el diablo no son socios en este negocio. La Biblia es clara cuando dice que las bendiciones vienen con la obediencia y la falta de bendiciones viene con la desobediencia. Verdadera o Falsa Obediencia 8 ¿Comprendía la iglesia de los días de Cristo este principio? Compruébelo por usted mismo: "Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él" (1 Juan 3:22). ¿Cómo podríamos no ver que las bendiciones vienen con la obediencia? Las oraciones contestadas pidiendo favores especiales vienen con la obediencia. Las recibimos porque guardamos sus mandamientos y hacemos las obras. Oh, dirá alguien, eso suena a salvación por las obras. No, aquí no se está hablando de la salvación; se está hablando de las bendiciones. Y hay una gran diferencia entre obedecer para ser salvo y obedecer para recibir bendiciones. Un hombre ciego (Juan 9) fue llevado ante los dirigentes judiio. Ellos trataron de obligarlo a que les dijera de dónde había venido y quién lo había sanado. Los dirigentes religiosos andaban a la caza de Jesús. La familia del ciego estaba atemorizada y lo habían abandonado. ¡Finalmente, este solitario hombre ciego estaba de pie ante los dirigentes, enseñándoles! Dijo en el versículo 31: "Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye" (el énfasis es nuestro). ¿En qué basaba su declaración? En el claro registro del Antiguo Testamento: las bendiciones vienen con la obediencia; la ausencia de bendiciones viene con la desobediencia. Este principio se muestra una y otra vez en las Escrituras. ¿Salvación por obras? No. No estamos hablando de la salvación. Bien, aquella gente escuchaba vez tras vez estas advertencias contra la desobediencia y la invitación a la obediencia; decían: "Mejor obedeceremos para que podamos recibir las bendiciones". Por tanto, teníamos a toda una nación que trataba constantemente de obedecer a fin de obtener bendiciones. Esas eran sus motivaciones. Pero lo único que pudieron producir fue una obediencia exterior. La obediencia externa nunca ha engañado a Dios, aunque ha engañado a mucha gente. La gente que tiene una voluntad férrea puede, Verdadera o Falsa Obediencia 9 y a menudo, ha falsificado la obediencia exteriormente. Y es posible establecer iglesias enteras sobre ese principio, si nuestro enfoque prioritario, como base de nuestra vida cristiana, es el comportamiento. Pero Jesús dijo que a menos que nuestra justicia exceda a la de los escribas y fariseos, a menos que sea verdadera, es decir, obediencia genuina, no hay ninguna posibilidad de que entremos en el reino de los cielos. Cierta vez, durante la época de Navidad, cuando yo era niño, mi padre y yo caminábamos mirando tiendas en el centro, cuando vi un enorme carro de bomberos con luces y sirena. Incluso se movía con su propio motor. ¡Cómo deseaba yo tener aquel carro de bomberos! Luego recordé algunos villancicos que decían que uno debería ser bueno antes de la Navidad. De manera que decidí ser tan bueno como me fuese posible a fin de ganarme el carro de bomberos. ¿Buena idea? Bueno, fui tan bueno como me fue posible, pero de todos modos no me regalaron el carro de bomberos. Y ¿sabe qué hice entonces? Ya no me interesaba seguir siendo bueno. De hecho, quería más bien ser malo porque no me habían regalado el carro de bomberos. ¿Hice lo correcto, o hice lo normal? Ese tipo de razonamiento constituía uno de los mayores problemas en el tiempo de Cristo. La gente reclamaba las bendiciones, pero no querían al Señor. Yo quiero que mis oraciones sean escuchadas cuando tengo problemas, pero no estoy realmente interesado en la Persona a quien dirijo mis oraciones. Y es así como llegamos a esta pregunta: ¿Es posible producir algo mejor que simple obediencia externa? Esto nos lleva a Romanos 8: 3, 4, donde dice claramente: Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne [no hay forma alguna en que usted, o yo, o el apóstol Pablo, podamos guardar los mandamientos por nuestra propia fuerza. Somos débiles por la come], Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la Verdadera o Falsa Obediencia 10 justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espiritu. Pero a ciertas personas les gusta leer este pasaje de la siguiente manera: "Para que la justicia de la ley pudiera ser cumplida por nosotros en la vida de Jesús. El es mi sustituto en la obediencia porque yo no puedo obedecer. Todo lo que yo puedo hacer es caer, fracasar y pecar. Así que él se convierte en mi sustituto en ese aspecto también". Pero no es eso lo que dice la Biblia. "Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu". O en otras palabras, nosotros los que no tratamos de obedecer por nuestra propia fuerza sino buscando el Espíritu de Dios, como lo hizo Jesús. Nosotros los que tratamos de obedecer desde el interior hacia afuera en vez de cumplir simples deberes externos y coercivos con el propósito de obtener las bendiciones. Este es el principio de la verdadera obediencia, el único principio válido. Me gustaría recordarles que muchos de nosotros hemos desperdiciado demasiado tiempo tratando de obedecer. Y lo único que logramos producir fue una falsa obediencia. Pues bien, ¿deberíamos ignorar eso? No, porque la falsa obediencia tiene valor en este mundo. Si siento deseos de matarlo a usted a balazos, pero no lo hago, habrá algunos beneficios reales. Uno de ellos sería en su favor, y el otro en el mío. Si siento deseos de robar algo, pero aprieto los dientes y estiro mi columna vertebral y no lo hago, habrá algunos beneficios muy reales. La moralidad, que es la palabra no religiosa para designar la obediencia externa, tiene valor. Es importante en este mundo. Lo mantiene a usted fuera de la cárcel. Le evita multas de tránsito. Conserva su buena reputación. Nadie está en contra de la moralidad. Seamos muy morales. Pero la moralidad nunca ha sido obediencia, y tampoco es obediencia hoy. Los deberes externos, la actuación externa no es obediencia genuina. Pero hemos producido toneladas de eso. Yo he producido mucho de eso. La gente que tiene fuerza de voluntad puede obedecer exteriormente, pero los débiles no. Esta es la razón por la cual Verdadera o Falsa Obediencia 11 la falsa obediencia es engañosa. Porque si el comportamiento es nuestro énfasis, entonces podemos llenar la iglesia con gente fuerte y dejar a los débiles en el frío de afuera. Entonces Jesús vino y mostró una clase de obediencia enteramente diferente, un tipo de obediencia que procedía de arriba, más que de sus propios esfuerzos autogenerados. En esto reside la belleza de la vida de Jesús. Vino a vivir la vida como nosotros tenemos que vivirla. No como Dios, sino como ser humano. Pudo haber dependido de si mismo para desplegar su poder cuando lo necesitara. Pero no lo hizo. Y el poder que vemos manifestado en su vida, en términos de sus poderosas obras y sus milagros, incluyendo su poder para obedecer, provenía de arriba, no de su interior. Y este mismo poder puede envolvernos, pero únicamente cuando cantamos el himno que nadie canta sinceramente. El Pastor Richards acostumbraba decir: "Cantemos el himno que nadie canta sinceramente: "Cúmplase, oh Cristo tu voluntad. Sólo tú puedes mi alma salvar. Cual alfarero, para tu honor, vasija útil, hazme Señor". Eso es amedrentador. A nosotros no nos gusta la idea de rendirnos al Señor. Podría cambiar nuestro estilo de vida. Podría echarnos a perder la fiesta. Podría hacernos realmente obedientes, y probablemente eso sería aburrido. Pero precisamente de eso hablaba el apóstol Pablo. Siendo que la ley no puede hacernos obedientes porque no hay poder en ella (es débil por causa de la carne) Dios envió a su propio Hijo y nos mostró un ejemplo de obediencia que viene de arriba. Es el verdadero tipo de obediencia; nace del corazón y del amor. Y luego se nos dice que podemos vivir el tipo de vida que Jesús vivió. Oh, ¿de veras? ¡Si! Una vez alguien me preguntó: "¿Puede alguien vivir sin pecar?" Yo repliqué que me gustaría cambiar la pregunta. Porque hubo Uno que vivió en este mundo sin pecar. De modo que la pregunta debería expresarse así: ¿Puede Cristo vivir su vida en mi? Esa es la pregunta. ¿Puede alguien vivir una vida de obediencia separado de Jesús? No. Verdadera o Falsa Obediencia 12 Todo lo que produzcamos será falso. Pero, ¿es posible que Jesús viva su vida en mí? Mientras consideramos esta pregunta, necesitamos leer uno de los pasajes más hermosos de todas las Escrituras concerniente a este mismo punto: Hebreos 13:20, 21. Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto etemo, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. El método, el blanco y la posibilidad, todo está enumerado aquí. Lo hace a usted perfecto. ¿Cuán perfecto? En toda buena obra. ¿Qué significa eso? Hacer su voluntad, obrando dentro de usted. I Tesalonicenses 5:23 y 24 dice: "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará" (el énfasis es nuestro). El lo hará. Y Filipenses 2:13 dice: "Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad". Y Gálatas 2:20 expresa: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí". La Biblia no habla de simplemente caer, fracasar y producir una falsa obediencia hasta que Jesús venga. Mi Bibia habla acerca de ser más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. ¿Cree usted eso? Entonces, ¡fuera con la idea de que la obediencia es demasiado complicada, demasiado dificil! ¡Fuera con la idea de que la obediencia es imposible, y de que sólo tenemos que marchar bajo la bandera de la fe! La Biblia no enseña que todo lo que podemos hacer es caer y fracasar hasta que Cristo Venga. No, la Biblia no dice absolutamente nada de eso. Promete bendiciones para la obediencia. Verdadera o Falsa Obediencia 13 Promete falta de bendiciones para la desobediencia. Nos dice que no podemos obedecer, pero que él sí puede, y puede también vivir su vida en nosotros. Yo estoy dolorosamente consciente de cuán quietecita permanece la gente cuando hablamos acerca de la obediencia. He visto eso una y otra vez en diferentes partes. Alguien se levanta y habla acerca de la fe, de la gracia, de la cruz y de Jesús, de cómo murió por nuestros pecados y de cómo los limpia, y todos dicen, "amén, alabado sea Dios, aleluya". Alguien habla acerca de la obediencia, de la necesidad de vencer, y del poder, y todos se quedan quietos, y yo también. Porque recuerdo cómo fallé ayer. Y probablemente caeré otra vez mañana. Por eso me quedo callado. ¿Qué deberíamos hacer entonces? Simplemente esto: si nos mantenemos en contacto con Jesús, la obra que él ha comenzado en nosotros la llevará a cabo hasta el día de su regreso. La falsa obediencia es como el sonido de los motores diesel fuera de borda en un atracadero. Usted tendría que haber crecido junto a un puerto para apreciar esta parábola. Yo he estado cerca de un atracadero unas dos veces y oído los botes cuando encienden el motor por la mañana. Comienzan con tatatatatat, pumpumpumpumpum, tatatatat, pumpumpumpum. Poco a poco usted comienza a darse cuenta que algo está tratando de arrancar. Los tatatatat, serían la verdadera obediencia, y el pumpumpumpum la falsa. Y la idea es que el motor se caliente hasta que pueda hacer tatatatat todo el tiempo. Mi vida, la suya y la de cualquier cristiano que trata de producir obediencia y tiene este problema se parece mucho a ese motor fuera de borda que trata de arrancar. Encendemos un solo cilindro para arrancar, pero ocho sin uso. Poco a poco, y cada vez más y más, vamos comprendiendo lo que significa tener una obediencia genuina. Parte de mi súplica aquí es que dejemos de confundir la obediencia verdadera con la falsa. Ya no llamemos más obediencia genuina a la falsa. Dejemos de dar a nuestros jóvenes la impresión de que la falsa obediencia es la verdadera. Recordémosles que hay algo mucho mejor a Verdadera o Falsa Obediencia 14 nuestro alcance. Hagamos todo lo que esté de nuestra parte por enseñar a nuestros jóvenes hábitos de obediencia y de vida correcta, aunque lo único que logre con eso sea mantenerlos fuera de la cárcel lo suficiente como para que echen a andar sus ocho cilindros. Pero, no les demos la impresión de que lo que es realmente falso es verdadero, porque tarde o temprano se alejarán de la falsa experiencia. Millares de personas, tanto jóvenes y viejos, ya se han alejado de ella. Alguien me contó una PARÁBOLA EN LA CUAL HAWAI REPRESENTA LA OBEDIENCIA Y LA PERFECCIÓN: El pueblo Remanente, en California, fue organizado oficialmente en 1863. Sin embargo, los primeros colonos comenzaron a establecerse en ese lugar alrededor de 1844. La gente que vivía en Remanente era diferente en muchas formas del resto del mundo. Pero tenían una enseñanza muy notable. Ese pueblo creía que todos deberían vivir en Hawai. (Recuerde, Hawai representa a la obediencia). Desde el principio estaban seguros que mientras más pronto llegaran a Hawai, más pronto alcanzarían el cielo. Pero había un hecho sumamente embarazoso del cual no podían escapar. No vivían en Hawai. Parecía que Hawai estaba muy, muy lejos. Casi tan lejos como el cielo mismo. Si bien algunos de ellos pretendían haber estado en Hawai, nadie les creía. Había un dicho muy común en Remanente: Si usted dice que ha estado en Hawai, es prueba segura de que nunca estuvo allí. La mayoria de la gente de Remanente creía que si usted se esforzaba lo más que pudiera durante toda su vida, posiblemente podría pasar al menos un día en Hawai precisamente antes de morir. Y muy pocos lograrían incluso eso. Aunque la población de Remanente sumaba varios millones de personas, la mayoría aceptaba el hecho que si 144.000 de ellos lograba llegar a Hawai, aunque fuese por poco tiempo, eso sería lo mejor que podría esperarse de ellos. Verdadera o Falsa Obediencia 15 Durante varios años hubo un plan comúnmente aceptado para llegar a Hawai. Usted iba a la playa, se metía en el agua, y comenzaba a nadar. Las lecciones de natación eran populares en Remanente, como es fácil imaginar. Se esperaba que los niños aprendieran a nadar casi antes que aprendieran a caminar. Había escuelas de natación, talleres de natación y se ofrecían a menudo planes de cinco días para aprender a nadar. Se esperaba que todos los que fueran ciudadanos en regla aprendieran a nadar. Se les advertía a los recién llegados al pueblo que les tomaría algún tiempo antes que pudieran nadar suficientemente bien como para llegar realmente a Hawai; pero se esperaba que empezaran a nadar inmediatamente. Todos se animaban con la idea de que si tan sólo hacían lo mejor que pudieran, y se esforzaban día tras día, tarde o temprano lograrían llegar a Hawai. Algunos se desanimaron tanto tras intentarlo y fracasar muchas veces, que se fueron del pueblo. Otros murieron intentándolo. Pero la mayoría siguió tratando de llegar a nado a Hawai, hasta que un día ocurrió lo inevitable. Un nadador se vio forzado a volver a la playa, fracasando una vez más en su intento de llegar a Hawai, cuando le pareció que algo llegaba a su mente como un relámpago. Tan pronto como logró controlar su respiración, comenzó a ir de arriba abajo por toda la playa y también en el pueblo, diciendo: "¿Quién dijo que teníamos que vivir en Hawai? ¿Se dan cuenta cuánto tiempo hace que estamos tratando de llegar hasta allá? ¿Pueden mencionarme el nombre aunque sea de una persona que lo haya hecho alguna vez?" Pronto tenía un buen número de seguidores que hacían la misma pregunta. Y todos llegaron a la misma conclusión. No es necesario llegar a Hawai a nado. Y comenzaron a esparcir sus buenas nuevas por todas partes, lejos y cerca. Algunas personas aceptaron gozosamente esta nueva idea. Otros la combatieron. Por un tiempo, todos en Remanente parecían discutir esta nueva teología: la idea de que aunque siguieran luchando Verdadera o Falsa Obediencia 16 por llegar nadando a Hawai, hasta el mismo momento en que fueran llevados al cielo nadie, jamás, ni siquiera se acercaría a ella. Pero eso no importaba, decían las buenas nuevas. De modo que ahora había dos grupos, el que todavía insistía en que era necesario vivir en Hawai, y el otro que aseguraba que no era necesario. (Pero lo interesante era que ambos grupos acudían regularmente a la playa a practicar natación.) Pero pronto llegaron noticias de una tercera opción. Parecía extraña. Pronto se supo en toda la playa. La opción era ponerse en contacto con el piloto de un aeroplano y ponerse en sus manos. Entonces usted dependía de él para llegar a Hawai. Y cuando usted abordara el avión con el piloto frente a los controles, todo lo que Usted tenía que hacer sería descansar. Puesto que su responsabilidad era ponerlo a usted en Hawai. Pareció dificil de comprender al principio. Las preguntas eran numerosas y difíciles de contestar. ¿Y qué hace uno? ¿Mueve uno sus brazos? Tiene uno que patalear duro? ¿Corre uno por el pasillo del avión? Cuando tantos habían fracasado en sus esfuerzos por llegar a Hawai a pesar de sus tremendas luchas y durísimo trabajo, ¿cómo podría alguien esperar llegar a ese paraíso tropical tan sólo descansando? Sonaba bonito, pero con seguridad no era más que un mito. Hawai siempre había significado esfuerzo, muchísimo esfuerzo. Seguramente debía haber algún malentendido. Algunos trataron de explicar que había que hacer cierto esfuerzo al procurar ponerse en contacto con el piloto; al abordar el avión, e incluso en el mismo hecho de descansar. Pero no impresionaba como un esfuerzo real; al menos no comparable con el que se había estado practicando en la playa. La discusión acerca de la tercera opción iba más o menos así: "Lo único que tenemos que hacer es descansar y continuar poniéndonos bajo el control del piloto". Verdadera o Falsa Obediencia 17 Alguno parecía confundido y preguntaba: –¿Quiere usted decir que ya no iremos a Hawai, después de todo? –Sí, es esencial ir a Hawai. –Bueno, entonces seria mejor que volviéramos a la playa y dejarnos de seguir perdiendo tiempo aquí. –No, nunca llegaremos a Hawai nadando. –Entonces es imposible ir a Hawai. –¿Quiere usted decir que no tenemos que ir? –Sí, tenemos que ir. Vivir en Hawai es posible. Es importante. Es necesario. –Entonces es mejor que comencemos a nadar. –No, no, no, es mejor que nos dirijamos al aeropuerto.
Poco a poquito, aquí y allá, la gente empezó a captar el mensaje.
Y a medida que lo hacían, comenzaron a hacer viajes regulares a Hawai. Es cierto que no hablaban de haber estado allá. Hablaban más bien del Piloto, del aeroplano y del descanso que se ofrecía. Y mientras continuaban compartiendo las buenas nuevas y alcanzando a los fatigados nadadores, éstas comenzaron a esparcirse. ¿Qué ocurrió entonces? Algunos de los que habían sido los mejores nadadores y se habían aventurado a ir bastante lejos en las frías aguas del Océano Pacífico se sintieron insultados. Se les oyó decir: "Si están dejando a la gente que llegue a Hawai dependiendo de alguien más que los lleve hasta allá, entonces yo ya no quiero ir". Así que dejaron el agua, la playa y el pueblo y se cambiaron a Las Vegas. Pero algunos de los peores nadadores, que a duras penas se habían podido mantener a flote, estaban entre primeros que se apresuraron a llegar al aeropuerto y abordar el avión con el Piloto. Antes de mucho, todos ya habian ido y vuelto. Al final, la playa estaba vacia. Ya nadie iba a nadar.