TCC Ansiedad
TCC Ansiedad
TCC Ansiedad
563-581
Resumen
Conforme han progresado las formulaciones teóricas del trastorno de ansie-
dad ha ido surgiendo la terapia cognitivo conductual (TCC) en primera línea de la
literatura empírica. En el presente artículo, se describe brevemente nuestro modelo
cognitivo conductual sobre el trastorno de ansiedad social, los componentes espe-
cíficos de la TCC así como las pruebas de su eficacia y los factores que influyen
en los resultados del tratamiento. Además, incluimos la presentación de un caso
utilizando el enfoque cognitivo conductual de Heimberg et al. (Heimberg y Becker,
2002; Hope, Heimberg, Juster y Turk, 2000) para el tratamiento del trastorno de
ansiedad social.
PALABRAS CLAVE: Fobia social, trastorno de ansiedad social, modelo cognitivo con-
ductual, terapia cognitivo conductual.
Abstract
As theoretical formulations of social anxiety disorder have advanced, cognitive
behavioral therapy (CBT) has risen to the forefront of the empirical literature. In
this article, we briefly describe our cognitive behavioral model of social anxiety
disorder, specific components of CBT, as well as evidence for their efficacy and fac-
tors that influence treatment outcome. Further, we provide a case illustration using
Heimberg et al.’s (Heimberg & Becker, 2002; Hope, Heimberg, Juster & Turk, 2000)
cognitive behavioral approach to the treatment of social anxiety disorder.
KEY WORDS: Social phobia, social anxiety disorder, cognitive behavioral model, cog-
nitive behavior therapy.
Correspondencia: Richard G. Heimberg, Ph.D., Adult Anxiety Clinic of Temple University, Department
of Psychology, Temple University, 419 Weiss Hall, 1701 N. 13th Street, Philadelphia, PA 19122-6085
(USA). Email: [email protected]
Nota: No citar sin permiso de los autores.
Artículo traducido por V. E. Caballo.
564 LUTEREK, ENG Y HEIMBERG
Introducción
La exposición
La reestructuración cognitiva
para el paciente en vez de si son correctos. Se puede animar a los pacientes a que
consideren pensamientos alternativos como posibilidades, evaluando la creencia en
ellos conforme progresa el tratamiento (p.ej., «¿En qué porcentaje crees que este
pensamiento es verdadero?»).
La reestructuración cognitiva incluye también experimentos conductuales pla-
nificados o ejercicios de exposición, que proporcionen datos objetivos y faciliten
el desarrollo de pensamientos alternativos, más racionales. Los resultados de estos
experimentos se comparan con las anteriores predicciones negativas de los pacien-
tes de catástrofe social. Al utilizar estos pensamientos alternativos en lugar de sus
interpretaciones negativas habituales de las situaciones sociales provocadoras de
ansiedad, se proporciona a los pacientes una estrategia de afrontamiento cognitivo
que, con el tiempo y la repetición, les permitirá modificar sus creencias negativas
sobre las situaciones sociales.
La relajación aplicada
Los pacientes con un trastorno de ansiedad social a menudo sufren una activa-
ción fisiológica excesiva como anticipación de, o cuando se enfrentan a, situaciones
sociales temidas. Los enfoques con base en la relajación suponen que los sínto-
mas fisiológicos de la ansiedad social, como las palpitaciones cardiacas, el sudar
y temblar, evitan que el paciente logre una actuación social óptima. La relajación
aplicada implica ayudar a los pacientes a utilizar las habilidades de relajación como
un medio de afrontar su activación fisiológica en situaciones sociales provocadoras
de ansiedad (Öst, 1987). El primer paso de la relajación aplicada entraña enseñar a
los pacientes a vigilar sus propias señales fisiológicas de ansiedad con el fin de reco-
nocer las sensaciones iniciales de ansiedad y activación fisiológica. Se enseña a los
pacientes relajación muscular progresiva, un técnica que consiste en alternar entre
tensar y relajar diferentes grupos de músculos. Una vez que se aprende la relajación
muscular progresiva, se instruye a los pacientes para que se relajen en respuesta a
una señal (p.ej., la palabra «relájate»). Con la repetición de la práctica y la instruc-
ción guiada, los pacientes pueden ser capaces de conseguir un nivel moderado de
relajación en unos 20-30 segundos. Luego se dice a los pacientes que empleen
estas habilidades de relajación durante actividades físicas no provocadoras de
ansiedad. Una vez que se domina esta técnica, se instruye a los pacientes para que
utilicen estas estrategias de relajación en situaciones reales provocadoras de ansie-
dad. Las técnicas de relajación son más eficaces en el tratamiento del trastorno de
ansiedad social si se aplican en las situaciones sociales temidas (Jerremalm, Jansson
y Öst 1986; Öst, Jerremalm y Johansson, 1981). Existen pocas pruebas de que las
técnicas de relajación sean eficaces sin aplicarlas a las situaciones temidas.
sus pensamientos automáticos (p.ej., lector de mentes, que supone que uno sabe
lo que la otra persona está pensando; catastrofización, cuando se predice que va a
ocurrir lo peor sin considerar otras posibilidades), el cuestionamiento de los pensa-
mientos automáticos por medio del uso de la discusión socrática y el desarrollo de
respuestas racionales (p.ej., creencias alternativas más adaptativas). En las sesiones
restantes, se colocan como objetivos de las sesiones las situaciones sociales temidas
por los pacientes utilizando la reestructuración cognitiva, ejercicios de exposición
dentro de la sesión y tareas para casa. Se anima a los pacientes a que empiecen
con ejercicios de exposición de dificultad moderada (basándose en una jerarquía de
temor y evitación construida previamente) y que trabajen con situaciones cada vez
más difíciles conforme progresa el tratamiento.
Cada exposición se adapta de forma individual a los intereses de la vida real
del paciente y los miembros del grupo, los terapeutas o los ayudantes entrenados
pueden participar representando papeles. Antes de cada una de estas exposiciones
dentro de la sesión, los terapeutas guían al paciente por las técnicas de reestructu-
ración cognitiva. Conforme los pacientes registran sus pensamientos automáticos
con respecto a la situación, etiquetan y cuestionan los errores de pensamiento y
desarrollan una respuesta alternativa racional, los miembros del grupo pueden ayu-
dar haciendo las cosas más fáciles, dando apoyo y beneficiándose del aprendizaje
por observación. Se describen también los objetivos de cada exposición. Se prefie-
ren los objetivos cuantificables (p.ej., «revelaré tres hechos personales sobre mí») a
los cualitativos (p.ej., «seré carismático») o, aún peor, a los inalcanzables (p.ej., «no
me pondré nervioso»). Durante los ejercicios de exposición, los pacientes proporcio-
nan evaluaciones numéricas de su ansiedad y verbalizan sus respuestas racionales
en, aproximadamente, intervalos de 1 minuto. Este método permite que el grupo
observe el patrón de ansiedad del paciente a lo largo del tiempo y hace que éste se
concentre en las habilidades cognitivas de afrontamiento durante la representación
de papeles. Un ejercicio de exposición dura aproximadamente diez minutos en la
TGCC. Sin embargo, la duración y el contenido de una representación de papeles
debería ser flexible, dependiendo de las limitaciones de tiempo, de las necesidades
del paciente y del juicio clínico. La explicación posterior a la exposición ayuda a los
pacientes a recibir retroalimentación sobre su actuación, a evaluar si se consiguieron
los objetivos y a discutir sobre los resultados esperados e inesperados del ejercicio.
Durante este proceso, los terapeutas tienen que ser cuidadosos con respecto a la
tendencia del paciente a descalificar lo positivo, es decir, a minimizar la consecución
con éxito de los objetivos. Se revisa y comenta el patrón de las puntuaciones de
ansiedad obtenidas, prestando especial atención a las más elevadas debidas a los
pensamientos automáticos o a una disminución de esa ansiedad por causa de la
utilización de las técnicas de afrontamiento cognitivas. Se pide retroalimentación
sobre la eficacia de la exposición, lo que se ha aprendido y cómo el paciente puede
utilizar las habilidades de afrontamiento aprendidas fuera de la terapia. Con este
fin, las exposiciones dentro de la sesión se complementan con exposiciones exter-
nas que aplican las habilidades de afrontamiento aprendidas a las situaciones de la
vida diaria. Se espera que los pacientes utilicen el mismo procedimiento empleado
en la sesión, incluyendo escribir pensamientos automáticos negativos, etiquetarlos y
Tratamiento cognitivo-conductual de la fobia social: teoría y práctica 571
Ilustración de un caso
1 Jaime es, en realidad, una mezcla de varios pacientes que han recibido tratamiento en la
Clínica de Ansiedad de Adultos de Temple (USA).
572 LUTEREK, ENG Y HEIMBERG
nativa racional que podría utilizar en esta situación para combatir sus pensamientos
automáticos negativos. Las respuestas racionales potenciales discutidas incluían las
siguientes: «puedo mostrarme nervioso y ser aceptado», «está bien estar nervioso»,
«estar nervioso no es igual a parecer tonto». Jaime indicó que su principal temor
era que si parecía nervioso, los demás pensarían de forma negativa sobre él; por
consiguiente, se utilizó el pensamiento automático «puedo parecer nervioso y ser
aceptado». Se abordó también el componente de evitación de esta situación social.
Dando respuestas que desanimaban seguir con la conversación («no muy bien»),
Jaime reducía la posibilidad de desarrollar amistades, que era uno de sus principales
objetivos de tratamiento. Además, Jaime suponía que los demás lo evaluarían de
forma negativa, sin darle oportunidad de que le conociesen, contribuyendo a esta
sensación general de falta de integración. El terapeuta y Jaime hablaron también
de cómo el terminar la conversación rápidamente alimenta su ansiedad social, al
actuar como si fuera una situación temida que debería evitarse. Se utilizó la repre-
sentación de papeles dentro de la sesión para reflejar la situación de la vida real.
Sin embargo, se animó a Jaime para que respondiera de una manera más abierta y
animosa. Antes de la siguiente sesión de terapia, Jaime estuvo de acuerdo en con-
versar con un compañero de trabajo durante al menos dos minutos, utilizando su
respuesta racional como una estrategia de afrontamiento.
Esta es una ilustración muy breve de un caso utilizando los componentes de
reestructuración cognitiva y de exposición de la TCC. Para una mayor información
de este enfoque de tratamiento, véase Heimberg y Becker (2002) y Hope et al.
(2000).
con cuidado. Sin embargo, un hallazgo importante del mismo es que es factible
aplicar la terapia de exposición en la práctica diaria de los médicos después de un
programa relativamente breve de entrenamiento.
Las pruebas empíricas indican que la terapia individual puede ser tan eficaz
como la terapia grupal para el trastorno de ansiedad social. Tres metaanálisis no han
encontrado diferencias en la eficacia de los formatos individual y grupal para el TCC
del trastorno de ansiedad social (Fedoroff y Taylor, 2001; Gould et al., 1997; Taylor,
1996). Igualmente, tres comparaciones de la TCC individual y de grupo encontra-
ron que estos formatos producían resultados similares (Lucas y Telch, 1993; Öst,
Sedvall, Breitholz, Hellstrøm y Lindwall, 1995; Scholing y Emmelkamp, 1993). Una
investigación reciente encontró que el formato individual era superior al formato
grupal, produciendo más disminuciones significativas en los síntomas de ansiedad
inmediatamente después del tratamiento y a los 6 meses después de la terminación
del mismo (Stangier, Heidenreich, Peitz, Lauterbach y Clark, 2003). Sin embargo, el
formato grupal tendrá siempre una mejor relación coste/beneficio.
Los pacientes con un trastorno de ansiedad social tienen una elevada tasa de
diagnósticos comórbidos, como depresión, otros trastornos de ansiedad y trastor-
nos de personalidad, especialmente el trastorno de la personalidad por evitación
(Heimberg, 1996; Kessler et al., 1994; Schneier, Johnson, Hornig, Liebowitz y
Weissman, 1992). En un estudio, no había pruebas de que un trastorno de ansie-
dad añadido afectase a la eficacia de la TGCC para el trastorno de ansiedad social
(Erwin, Heimberg, Juster y Mindlin, 2002). Sin embargo, la presencia de depresión
podría limitar la mejoría en la TCC para el trastorno de ansiedad social (Chambless,
Tran y Glass, 1997; Erwin et al., 2002). Por ejemplo, en el estudio de Erwin et al.
(2002), los pacientes con un trastorno de ansiedad comórbido, con un trastorno del
estado de ánimo comórbido o sin trastorno comórbido mejoraban en tasas similares
y mantenían sus ganancias un año después del final del tratamiento. Sin embargo,
los pacientes con un trastorno del ánimo comórbido estaban peor antes del trata-
miento y seguían estando peor después de que hubiera terminado el mismo.
Otras investigaciones señalan que los pacientes con un trastorno de la perso-
nalidad por evitación comórbido se encuentran más deteriorados antes del trata-
miento, pero obtienen ganancias similares que los pacientes sin un trastorno de
la personalidad por evitación (Brown et al., 1995; Hofmann, Newman, Becker y
Taylor, 1995; Hope et al., 1995; Mersh, Emmelkamp, Bogels y van der Sleen, 1989;
van Velzen, Emmelkamp y Scholing, 1997; véase también Feske, Perry, Chambless,
Renneberg y Goldstein, 1996). Aunque es probable que se mantengan estas
ganancias (Feske et al., 1996; Hope et al., 1995), sigue habiendo lugar para mejo-
ras adicionales. Algunos autores (p.ej., Heimberg, 1996) sugieren que el trastorno
de la personalidad por evitación representa una variedad grave del trastorno de
ansiedad social tipo generalizado, en vez de un diagnóstico comórbido y separado.
Sin embargo, puede que los pacientes con el subtipo generalizado del trastorno
de ansiedad social, con depresión comórbida o con un diagnóstico de trastorno
de la personalidad por evitación, necesiten un tratamiento más prolongado o más
intenso para alcanzar el nivel de respuesta visto habitualmente en otros pacientes
con un trastorno de ansiedad social.
Las observaciones clínicas indican que los pacientes con un trastorno de ansie-
dad social tienen dificultades para confiar en los demás y expresar sentimientos
de ira. Se ha encontrado que los pacientes con un trastorno de ansiedad social
experimentan niveles mayores de sentimientos de ira y suprimen esta ira, en com-
paración con un grupo control sin ansiedad (Erwin, Heimberg, Schneier y Liebowitz,
en prensa). Erwin et al. (en prensa) encontraron que la experiencia de la ira-rasgo
estaba asociada con un mayor abandono de la TGCC y la ansiedad-estado, la
ansiedad-rasgo y la supresión de la ira predecían peores respuestas a la TGCC. Sin
embargo, entre los pacientes que terminaron la TGCC, se encontró mejoría tanto
en los que padecían ansiedad-rasgo como en los que tenían supresión de la ira. El
ayudar con cuidado al paciente a experimentar y expresar sus sentimiento de ira y
a emplear las sesiones de tratamiento para analizar las suposiciones y las creencias
asociadas con sus sentimientos de ira, puede ser especialmente pertinente para
algunos pacientes, en particular para proteger la alianza terapéutica y para mejorar
los resultados del tratamiento.
Tratamiento cognitivo-conductual de la fobia social: teoría y práctica 577
Las tareas para casa constituyen una parte vital de la TCC, ya que permite que
los pacientes trasladen los beneficios obtenidos en la sesión a sus vidas diarias.
Edelman y Chambless (1995) encontraron que no había más probabilidades de que
los pacientes que cumplían mejor las instrucciones dentro de la sesión y las tareas
para casa mejorasen más a la terminación del tratamiento, pero era más proba-
ble que mantuviesen sus ganancias 6 meses después de que hubiera acabado el
mismo. Leung y Heimberg (1996) analizaron el cumplimento de las tareas para casa
en la TCC y encontraron que ese cumplimiento durante las etapas iniciales y finales
del tratamiento (pero no en las etapas intermedias) estaba asociado con la mejoría
de la ansiedad social de interacción. No sólo estos resultados señalan la importancia
de la disposición del paciente a llevar a cabo las tareas para casa, sino que indica
también los importantes efectos que estas tareas pueden tener en las mejorías ini-
ciales y finales de los síntomas de ansiedad social.
Conclusión
del trastorno de ansiedad social. Esperamos que este artículo ayude a los clínicos a
tomar decisiones con un mayor conocimiento sobre el tratamiento de los pacientes
con un trastorno de ansiedad social.
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