El Héroe, Hombre Inmortal - Jorge Berli, SJ

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Facultad de Filosofía y Humanidades

Trabajo Final de Literatura Universal


Profesora: Dra. Gloria Franchisena de Lezama

El héroe, hombre inmortal


Lectura de Don Quijote de la Mancha de Cervantes

   
                                                             Estudiantes:  

Jorge Berli, SJ

                                                                           
        7 de octubre de 2019
Índice

Página

Introducción ………………………………………………………… 2
El héroe en el ………………………………………………………… 3
Quijote

El viaje del ………………………………………………………… 5


Quijote

El ocaso del ………………………………………………………… 7


héroe

Conclusión …………………………………………………………. 9
Bibliografía ………………………………………………………… 10
Introducción

En este trabajo monográfico abordaremos la obra Don Quijote de la Mancha de


Cervantes desde la temática de la constitución interna del héroe. Analizaremos éste tema en 2
ejes: el héroe y el viaje que emprende (homo viator). El primer título “El héroe en el Quijote”
responde al primer eje; el segundo título “El viaje del Quijote”, al segundo eje y el tercero,
“El ocaso del héroe”, ya previo a la conclusión, es una síntesis entre ambos ejes.
Nos acercaremos a los rasgos propios del héroe en la literatura para compararlos con
los de nuestro ingenioso hidalgo y descubrir su viaje (es un caballero andante). Veremos, al
fin de cuentas, si algo tiene en común nuestra vida con la de éste héroe y su camino de locura.
El héroe en el Quijote

Revolcándose entre libros y ensoñaciones despierta el hidalgo Alonso Quijano a su


vida de Caballero andante como Don Quijote de la Mancha. Nada sabe del cambio que se
produjo en su interior al dar el paso que lo llevará a héroe ni el largo y sinuoso camino que le
espera saliendo de su hogar.
El héroe, dentro de la literatura, es aquel hombre que concentra, dentro de sí, grandes
virtudes reunidas en su limitada existencia humana. El héroe es lo que es, en tanto logra
captar la esencia del hombre y llevarla a su máximo esplendor. Si el héroe se presentaría no
humano, sería un ídolo, un tótem inalcanzable. Por el contrario, es propia de la heroicidad, la
humanidad.
La vocación de heroicidad de toda persona viene con su esencia desde la creación,
porque ha sido llamado a ser santo, pleno. Según el relato cristiano el hombre es creado a
imagen y semejanza de dios: “Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza”.1 Podría decirse que el deseo de Dios es la semejanza del hombre con las
virtudes de su creador.
Aunque el hombre es invitado a ser pleno ( y en éste sentido héroe), de ordinario,
siente su vida interior rodeada de limitaciones que lo anclan en su mundo y no le permiten
alcanzar los valores a los que se siente llamado. Mucha veces la humanidad deja atado al
hombre a un destino por debajo de su propio deseo y el divino.
La literatura ha sabido resaltar a lo largo de su historia la bondad, belleza y la
humanidad que hay dentro de la vida de los hombres a través de historias heroicas que nos
impulsan a soñarnos mejores. El héroe invita al hombre a tomar parte en la hazaña de su
propia vida. Lo llama Ulises desde el navío que aborda, el Principito desde la migración de
una bandada de pájaros o Don Quijote desde su Rocinante.
El héroe convoca al hombre desde lo profundo de su existencia a compartir con él el
desafío de lo osado y peligrosamente incierto. Despierta nuestra respuesta a compartir su
suerte. Nos sentimos tentados a aceptar y a decirnos: “(...) yo cabalgaré con él, eternamente
joven, generoso y valiente, al encuentro de aventuras y peligros”.2
En la obra maestra de Cervantes, el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha
reúne en su humanidad, la grandeza de lo extraordinario. Éste héroe de la literatura, aparece
1 Gn 1, 27. En sentido similar “Lo hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y de honra, y lo
pusiste sobre las obras de tus manos”. Heb 2,7
2 Pérez-Reverte A., Cuatro héroes cansados [en línea] https://www.zendalibros.com/cuatro-heroes-cansados
[consultado el 8 de Junio de 2019].
en las primeras páginas de la obra como un hombre ordinario que se daba a la lectura, el salto
a su nueva vida de caballero es lo que le da su actuar extraordinario. Comienza a crecer
dentro de nuestro personaje el sueño del deseo de honra y el servicio a su república.
A medida que nuestro hidalgo atendía su sueño, iba perdiendo el juicio (el juicio
común) y despertaba, dentro de sí, su parte heróica. Lo que leía se iba convirtiendo en
realidad y así, toma la decisión de adueñarse de sus deseos y darle lugar en su vida ordinaria
a su lado extraordinario: “rematado ya en su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento
que jamás dio loco en el mundo; y fue que le pareció convenible y necesario (...) hacerse
caballero andante”.3
La edad que tenía el Quijote, al salir de sí en su aventura, era 50 años. El número nos
habla de mitades. Puede hablarnos de 2 formas de entender su vida: de la mitad que
juiciosamente existió y de la mitad en la que tuvo la osadía de vivir. Pero también, si
atendemos a la personalidad del héroe, la cifra puede representar estas 2 partes interiores con
las que hemos descripto al héroe: su realidad ordinaria y su destino extraordinario;
respectivamente, lo que lo asemeja a todo otro hombre y sus virtudes, que le valen ganarse el
lugar del héroe.
Parecen unidas las mitades que encontramos en el párrafo precedente: mientras
Quijote permanecía en su hogar no precisó más que ser un hombre ordinario, cuando Quijote
emprendió su viaje (que desarrollaremos en el título siguiente) necesitó de talentos
extraordinarios.
Son muchas las virtudes que destacan a nuestro ingenioso hidalgo. En principal lugar,
el ser un soñador: Quijote imagina un mundo distinto al que ve, su sueño lo lleva fuera. Don
Quijote es valiente porque sale en búsqueda de “(...)encantamientos, como de pendencias,
batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles (...)”4. La
ensoñación está relacionada con la falta de cordura (aparente cordura) porque el Quijote se
anima a vivir en función de valores que a otros le parecen un delirio.
Un adjetivo que acompaña al protagonista en su nombre es el de bueno. “Bueno es el
epíteto con el que Cervantes llamaba a Quijote, pero no al Quijote de siempre, sino al de la
partida y al de la llegada, cuando era Alonso Quijano”. 5 Del catálogo de atributos, es éste tal
vez el más simple con el que se puede nombrar a un hombre pero también el más auténtico,

3 Cervantes Saavedra, M., & Rico, F. (2005). Don Quijote de la Mancha. Madrid: Real Academia Española. p.
2
4 Idem
5 Franchisena G. (2006). Miguel de Unamuno: entre la fe oculta y la duda manifiesta. Córdoba: Univ. Católica
de Córdoba. p. 100
real y profundo al que el ser humano puede aspirar. Jesús rechazó el apelativo para sí mismo
diciendo que sólo Dios es bueno.6
Don Quijote, es un hombre versado en muchos temas, Sancho dice de él: “Yo pensaba
(...) que sólo podía saber aquello que tocaba a sus caballerías; pero no hay cosa donde no
pique y deje de meter su cucharada”. 7 Sumado a lo anterior, es profundamente sabio porque
aconseja a Sancho en humildad, buenos modales, prudencia, servicio a los más débiles y
justicia.
Finalmente, dentro de las principales características, podemos señalar al Quijote como
un hombre profundamente cristiano. Ya en su momento y en medio de un contexto eclesial
adverso Cervantes pone en boca de su devoto jinete: “porque aunque los atributos de Dios
todos son iguales, más resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de la
justicia”8.
Bien entendido, el atributo de ser verdaderamente cristiano debería llevar a todos los
hombres a ser héroes, sino, Santos. San Alberto Hurtado, encuentra una gran conexión entre
la santidad y la locura, como la que tenía el Quijote:
Cuando un hombre se aparta de los caminos trillados, ataca los males establecidos, habla de
revolución, se lo cree loco. Como si el testimonio del Evangelio no fuera locura, como si el cristiano
no fuera capaz de un gran esfuerzo constructor, como si no fuéramos fuertes en nuestra debilidad.
Nos hacen falta muchos locos de éstos, fuertes, constantes, animados por una fe invencible. 9

El viaje del Quijote

En el momento en que el Quijote decide seguir su sueño, hay dos viajes del
protagonista: una salida de sí mismo y otra hacia los demás. En la obra, estas se relacionan
íntimamente, como postularía una concepción cristiana: “Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”.10
El camino, hacia afuera y hacia los demás, que emprende el Quijote es el propio del
héroe y el que lo distingue como ser humano. Esta doble salida intencional es la finalidad de
su incio de aventura como caballero andante. Está resumida en la frase: “(...) para el aumento

6 “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios” Mc.10, 18
7 Cervantes Saavedra, M., Don Quijote. p. 26
8 Ibídem, p. 32
9 [en línea] https://www.padrealbertohurtado.cl/trabajar-al-ritmo-de-dios/ [consultado el 8 de junio de 2019]
10 Mateo 22:36-40
de su honra como para el servicio de su república (...)”. 11 El aumento de su honra hace
referencia a la salida de Quijote de sí mismo, mientras que el servicio está relacionada con la
atención a los demás.
Sobre el viaje del Quijote fuera de sí, podría argumentarse que el honor como
reconocimiento vanidoso es una autorreferencialidad. Sin embargo, si bien se lee, el único
reconocimiento honorífico que busca nuestro protagonista será tener, al final de la obra, el
título de bueno.
Hay también un deseo del personaje de tener buena honra para poder seducir a su
ensoñada Dulcinea. Su buen nombre también se pone al servicio de aquellas mujeres que
parecen haber olvidado el propio: “Mirábanle las mozas (...); más como se oyeron llamar
doncellas, cosa tan fuera de su profesión, no pudieron tener la risa (...)”.12
Sobre el viaje del Quijote hacia los demás, se puede decir que toda la obra narra la
salida del caballero hacia el servicio del otro: produciendo situaciones disparatadas, cuando
los demás no entienden su necesidad de ser socorridos, o entrañables, cuando se le provee
auxilio al desvalido, como lo hizo en la boda con Basilio.
El tener por vocación la de caballero andante da cuenta de que la identidad de nuestro
héroe es de salida. Como dijimos, salida de sí mismo y salida hacia los demás. Casualmente,
Cervantes estructura la obra en 3 salidas: las dos primeras es el camino por tierras de la
Mancha y Andalucía, Aragón y Cataluña hasta Barcelona y la tercera, su regreso a la mancha.

El ocaso del héroe

“Iba vencido y asendereado don Quijote (...)”13. El Capítulo LXXI comienza con
estas palabras. En el retorno del héroe a su hogar se ve su vulnerabilidad como héroe, porque
dijimos, es un héroe humano. El cid, que salió y que encontró su vocación como héroe en las
aventuras, ahora vuelve herido, cansado: su viaje está terminado.

11 Cervantes Saavedra, M., Don Quijote. p. 2


12 Ibídem, p. 5. Reprocha a los hombres Sor Juana Inés de la Cruz: “¿O cuál es más de culpar, / aunque
cualquiera mal haga: / la que peca por la paga / o el que paga por pecar?”
13 Ibídem, p. 43. El resaltado es nuestro
El Quijote, que siempre estuvo en movimiento, que se gestó a partir de un sueño que
lo puso en acción, termina su travesía cuando abandona su procesión heróica. El reposo es el
fin de éste héroe andante.
El Quijote regresa vencido pero esto no le quita el título de héroe, más bien, revela
también su parte humana y frágil, como hemos dicho, parte de las dos realidades que se
encuentran en el héroe. La derrota humana y, a veces, desgarradora es parte de la autenticidad
del héroe.
Aunque el Quijote fracasa en su epopeya, ha logrado vencerse a sí mismo: “Abre los
brazos y recibe también tu hijo don Quijote, que, si viene vencido de los brazos ajenos, viene
vencedor de sí mismo, que, según él me ha dicho, es el mayor vencimiento que desearse
puede”.14 La mayor batalla que gana nuestro héroe es conquistar sus sueños: salir de sí en
ayuda de los demás y esto, lo ha alcanzado a lo largo de su viaje.
Bien puede aplicarse al final de la obra de Cervantes lo que expuso sobre el fracaso y
el éxito Theodore Roosevelt en su discurso The Man in the Arena dado en la Universidad de
La Sorbona en París, en 1910:
No es el crítico quien cuenta;
ni aquél que señala cómo el hombre fuerte se tambalea,
o dónde el autor de los hechos podría haberlo hecho mejor.
El reconocimiento pertenece al hombre que está en la arena,
con el rostro desfigurado por el polvo y el sudor y la sangre;
quien se esfuerza valientemente; quien yerra,
quien da un traspié tras otro,
pues no hay esfuerzo sin error ni fallo;
pero quien realmente se empeña en lograr su cometido;
quien conoce grandes entusiasmos,
las grandes devociones;
quien se consagra a una causa digna;
quien en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso,
y quien en el peor de los casos,
si fracasa,
al menos fracasa atreviéndose en grande,
de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas frías y tímidas que no conocen ni la victoria
ni la derrota.15

Similar derrota parece sufrir Sancho, gran compañero del Quijote, cuando decide
abandonar la isla que le fue asignada. Elige renunciar a los honores del mundo, añorando su
libertad. Le habla en estos términos a su burrito:
“(...) llegándose al rucio, le abrazó y le dio un beso de paz en la frente, y no sin lágrimas en los ojos,
le dijo: - Venid vos acá, compañero mío y amigo mío y conllevador de mis trabajos y miserias:
cuando yo me avenía con vos y no tenía otros pensamientos que los que me daban los cuidados de
remendar vuestros aparejos y de sustentar vuestro corpezuelo, dichosas eran mis horas, mis días y mis

14 Ibídem, p. 49. El resaltado es nuestro


15 [en línea] https://es.wikipedia.org/wiki/The_Man_in_the_Arena [consultado el 9 de Junio de 2019]
años; pero después que os dejé y me subí sobre las torres de la ambición y de la soberbia, se me han
entrado por el alma adentro mil miserias, mil trabajos y cuatro mil desasosiegos”. 16

Nuestro héroe termina sus días recuperando el juicio que había perdido pero ahora
Alonso Quijano no es el mismo, porque a su regreso ya no está solo. Don Quijote cambió el
mundo a su alrededor y cambió su propio mundo: muere acompañado de Sancho, de su
sobrina, de Sansón Carrasco y del cura. Su epitafio recupera la idea de que el héroe no muere
en vano sino que entrega su vida: “Yace aquí el Hidalgo fuerte/ que a tanto extremo llegó/ de
valiente, que se advierte/ que la muerte no triunfó / de su vida con su muerte (...)”.17

16 Cervantes Saavedra, M., Don Quijote. p. 42


17 Ibídem, p. 53
Conclusión

Hemos enunciado en la introducción el tema de la constitución interna del héroe en el


Quijote de la Mancha y su viaje (homo viator). El camino recorrido con el héroe nos convoca
a nosotros también. Lo escrito en un lugar de la Mancha, no ha mucho tiempo nos habla de
nuestro lugar y de nuestro ahora.
En el intento de disección de la interioridad del héroe, mencionamos que el Quijote
reúne unas virtudes extraordinarias sobre una profunda humanidad. A primera vista, podría
parecer que lo que nos seduce de todo héroe son sus dones pero con el Quijote nos queda la
duda ¿no será que sólo fue un hombre común entregado a la locura de lo extraordinario?
Tal vez lo más inspirador de nuestro ingenioso hidalgo sea su integridad y la nobleza
propiamente humanas que encarna y no tanto sus virtudes y talentos extraordinarios. Quizá,
después de todo, puede que, nos convenza más la humanidad del Quijote de dejar la vida por
luchar contra molinos de vientos que la suma aritmética de sus virtudes. Dijimos ya, que la
grandeza del héroe estaba en una gran humanidad.
El Quijote fue héroe y fue humano, porque se dió heroicamente a los demás hombres
y a su propia humanidad. Su humanidad le reclamaba una vida en la que lo leído se
comenzara a hacer su realidad, aparentemente, sin sentido.
Bibliografía

Campbell, J. (1959). El héroe de las mil caras. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Cervantes Saavedra, M., & Rico, F. (2005). Don Quijote de la Mancha. Madrid: Real
Academia Española.

Franchisena G. (2006). Miguel de Unamuno: entre la fe oculta y la duda manifiesta.


Córdoba: Univ. Católica de Córdoba

Pérez-Reverte A., Cuatro héroes cansados [en línea] https://www.zendalibros.com/cuatro-


heroes-cansados/ [consultado el 8 de junio de 2019]

[en línea] https://www.padrealbertohurtado.cl/trabajar-al-ritmo-de-dios/ [consultado el 8 de


Junio de 2019]

[en línea] https://es.wikipedia.org/wiki/The_Man_in_the_Arena [consultado el 9 de Junio de


2019]

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