T. 2 Lavarse Las Manos Una Obstinacion

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Narrativo Crónica histórica Continuo


2

eLe el siguiente texto considerando las orientaciones de tu docente.

Lavarse las manos, una obstinación


que salvó muchas vidas1
Hacia 1840, Ignaz Semmelweis (1818-
Fuente: <https://goo.gl/fy7jnU>

1865), estudiante húngaro de


medicina, trabajaba en la clínica
ginecológica más importante de Viena.
Allí observó que casi una de cada tres
madres moría al dar a luz, víctima de
unas extrañas fiebres llamadas “fiebres
puerperales”.
Por aquel entonces, las damas de
buena posición alumbraban en sus
hogares y el porcentaje de afectadas
por dichas fiebres era prácticamente
nulo. En consecuencia,
solo las mujeres más humildes (aquellas que acudían a dar a luz a los
hospitales) las padecían. Descubrir la causa de las fiebres se convirtió en una
obsesión para él.
Semmelweis se dio cuenta de que estas fiebres eran transmitidas por los
propios médicos, que atendían a las parturientas justo después de haber
estado en la sala de cadáveres (asistiendo a clases de disección) sin siquiera
lavarse las manos. De esta forma, los médicos portaban algún tipo de infección
de una sala a otra.
En 1857 escribió sus conclusiones, que no fueron publicadas hasta 1861, y
solicitó un permiso en el hospital para que, simplemente, se instalaran unos
lavabos y todos los profesionales que atendieran a las parturientas se lavaran
antes las manos con agua y jabón o en una solución con agua de cloro y
desinfectante. Algo tan sencillo evitaría la muerte de muchas madres.
Pero su descubrimiento chocó con los prejuicios de la sociedad médica de la
época. Sus recomendaciones son ignoradas deliberadamente e incluso se
adoptan medidas contrarias por parte de algunos médicos enemistados con él.
Los médicos estaban ofendidos e indignados: “¡quién era él para decirles que
debían lavarse las manos!

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1
daAptado de Peláez, J. (2008). La aldea irreductible. Lavarse las manos, una obstinación que salvó muchas vidas. Recuperado de
<https://goo.gl/2LYrdZ>

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Fuente: <https://goo.gl/2WKAkh> ¡Menuda idea digna de un loco!”. El desprecio de sus
colegas y su impotencia para hacerles comprender el
beneficio de sus simples medidas sanitarias le afectó
tanto que su mente se fue trastornando poco a poco.
No obstante, durante sus periodos de lucidez, volvió
a Hungría e instaló allí su propia clínica, donde
aplicó con gran éxito las medidas higiénicas: ninguna
mujer contrajo la temida enfermedad.
Semmelweis quiso demostrar hasta su muerte que su
tesis era cierta.
Y a fe que lo hizo: un día, tras practicar una
autopsia, se cortó adrede en un dedo con el bisturí. Poco después, murió
víctima de la enfermedad contra la que había luchado toda su vida, pero con la
esperanza de que ello convencería definitivamente a la comunidad médica de la
necesidad de adoptar medidas higiénicas en las intervenciones quirúrgicas.
Finalmente, años después, tras publicarse los estudios de Louis Pasteur sobre
los microbios, sus tesis fueron aceptadas, así como el concepto de limpieza y
asepsia como remedio para evitar las infecciones, que causaban más muertes
que las propias enfermedades y heridas.
Así, aunque parezca increíble, medidas higiénicas contra las infecciones (que hoy
en día nos resultan tan cotidianas en cualquier hospital), tales como lavarse las
manos, usar batas blancas (en las que es posible detectar enseguida cualquier
tipo de suciedad), hervir los instrumentos quirúrgicos, usar gasas
escrupulosamente limpias, no fueron formalmente adoptadas hasta la segunda
mitad del siglo XIX. Y gran parte del mérito se lo debemos a la sabia intuición,
estudio, obstinación y sacrificio del buen doctor Ignaz Philipp Semmelweis.

oRnedseplas preguntas tomando en cuenta las orientaciones de tu docente.

1 Escribe los números del 1 al 4 señalando el orden cronológico de cada


enunciado. Luego selecciona la alternativa correcta.

( ) Louis Pasteur publica sus estudios sobre los microbios.


( ) Los médicos de la clínica ginecológica de Viena estaban ofendidos e
indignados. ( ) Ignaz Semmelweis instaló su propia clínica en Hungría.
( ) Semmelweis solicitó permiso para que se instalaran unos lavabos.

a. 3 - 2 - 4 - 1
b. 4 - 1 - 3 - 2
c. 3 - 1 - 4 - 2
d. 4 - 2 - 3 - 1
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Comprensión lectora 2 - Cuaderno de trabajo

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2Considerando la totalidad de la información, ¿qué se puede concluir del texto?
El lavado de manos es imprescindible en la labor médica.

b. El lavado de manos es importante solo si se ha tocado antes un cadáver.


c. Semmelweis fue vengativo y nunca tuvo la aceptación de sus colegas.
d. El sacrificio de Semmelweis no fue reconocido con el tiempo.

3 ¿Qué relación existe entre las lecturas “Lavarse las manos, una obstinación
que salvó muchas vidas” y “El lavado de las manos”?

a. El texto “Lavarse las manos, una obstinación que salvó muchas vidas” es un
ejemplo de la lectura “El lavado de las manos”.
b. Los textos “Lavarse las manos, una obstinación que salvó muchas vidas” y “El
lavado de las manos” se oponen.
c. El texto “Lavarse las manos, una obstinación que salvó muchas vidas”
demuestra la importancia de la lectura “El lavado de las manos”.
d. El texto “El lavado de las manos” es el origen de la lectura “Lavarse las
manos, una obstinación que salvó muchas vidas”.

4 Explica la motivación de Semmelweis por descubrir las causas de las “fiebres


puerperales”.

5 A partir de la comparación entre los textos “Lavarse las manos, una


obstinación que salvó muchas vidas” y “El lavado de las manos”, señala la
importancia que tuvo lavarse las manos en el contexto de Semmelweis y la
importancia que tiene ahora.

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